61. El Castillo Ambulante

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  • EL CASTILLO AMBULANTE

    Ficha tcnica

    Ttulo original: Hauru no ugoku shiro

    Direccin: Hayao Miyazaki

    Guin: Hayao Miyazaki basado en la novela de

    Diana Wynne Jones

    Fotografa: Atsushi Okui

    Edicin: Takeshi Seyama

    Msica: Joe Hisaishi

    Ao: 2004

    Pas: Japn

    Duracin: 92

    Gnero: Fantasa

    Sinopsis

    Sophie, hurfana de padre, trabaja en una sombrerera y all es hechizada por la Bruja del Pramo, quien la convierte en anciana. Resignada, huye de su casa y en el camino encuentra el castillo ambulante de Howl, donde se instala en calidad de criada, conviviendo a su vez con Calcifer (demonio encerrado en forma de fuego) y Markos (nio aprendiz de mago). Howl, el joven y apuesto hechicero dueo del castillo, es convocado por dos reinos distintos para pelear en la guerra. Sophie acude en su lugar a Palacio donde, tras encontrar a la bruja que la hechiz, descubre que se trata de una trampa para arrebatar los poderes de Howl. Con la ayuda de un peculiar clan que se conforma poco a poco, Sophie deber adelantar dos misiones: escapar del acoso de Madam Suliman -hechicera del rey- y recuperar el corazn perdido de Howl.

    El universo simbitico de Hayao Miyazaki

    A la reconquista del pasado o el derecho a la inocencia

    Por: Sergio Becerra

    Al que la corta Le otorga su perfume: Flor de ciruelo. Chiio El anime y sus grandes representantes no solo saben asimilar lo externo. Tambin reinterpretan con gran poesa visual su propia cultura, en esa permanente bsqueda identitaria que caracteriza la animacin japonesa, expresin artstica del presente. Lo que permite, como estrategia y

  • plataforma, ir a la conquista del planeta. El talento reside, en poca de tirana de lo computarizado y tridimensional, en seguir maravillndonos, celda por celda, con la cautivante simplicidad de los trazos hechos a mano, oponiendo el genio artesanal a la racionalidad tecnolgica. He all la grandeza de Hayao Miyazaki, considerado por muchos el mayor animador vivo. () Lo sorprendente es a ojos de Occidente, Asia no sea solamente el paradigma de la modernidad industrial, tal como lo plantea el tecno orientalismo, sino que al mismo tiempo pueda ser una tierra de sabidura y de espiritualidad milenaria, sin que haya contradiccin alguna en ello. El anime navega cmodamente en estas turbias aguas, oscilando entre mito histrico, misticismo y tecnologa, y sabe llegar a buen puerto. Los poderes sobrehumanos que surgen de la conexin entre la carne y el circuito, ms las expansiones corporales de estos personajes, no les impiden poseer una gran capacidad mstica. Hay, detrs de las corazas y la transformacin ciberntica, una gran importancia de la herencia tica y moral, a travs de figuras profundamente arraigadas en el panorama cultural japons como el maestro samuri, el kamikaze o el monje zen. Y estas realidades no son excluyentes. Este es el espritu que impregna personajes y creaciones de Miyazaki, en las que brujas, demonios, dioses o aprendices, ms que arcanos son perspectivas en permanente construccin. () Con El castillo ambulante, Miyazaki opera un viraje dentro de una cierta continuidad en su estilo. Esta vez renuncia a la construccin de universos hbridos, mezcla y confluencia de vertientes culturales, dejado de lado la herencia oriental, para adentrarnos en una esttica y una temtica completamente occidentales. La adaptacin de la obra homnima de la escritora galesa Diana Wynne Jones le permite al animador japons ahondar en su exploracin de lo neogtico y los escenarios victorianos, propios del fin del siglo XIX y comienzos del XX en tierras europeas. Lo que no lo aparta de la esttica tica de sus personajes, como proyecto a largo plazo. En efecto, cierra con esta obra una triloga comenzada con La princesa Mononoke (1997), en la que Miyazaki nos presenta el mundo y sus fenmenos a travs de ojos femeninos. Chihiro, la nia miedosa y titubeante del Japn contemporneo, perdida en un mundo paralelo que la lleva a las races de su ancestralidad, le abre paso a Mononoke (etimolgicamente, cosa espiritual o fantasma), adolescente aguerrida, hija y protegida de los espritus del bosque, que se enfrenta a costa de sus propia existencia a la amenaza del progreso, encarnada por los primeros ncleos urbanos y su tenencia del fuego en el Japn medieval. Evolucin completada por Sophie de El castillo ambulante, artesa de una villa alpina, investida de una maldicin indecible que cubre de vejez su joven corazn, y que en tierras y pocas extraas a sus antecesoras contina delineando este cuadro de mujeres que se yerguen contra la adversidad y se enfrentan a sus entornos con tal de salvaguardar lo que creen justo (la identidad, la naturaleza, el amor). Son estas criaturas poseedoras de un relevo y de un linaje que trasciende ampliamente toda idea fija de espacio-tiempo. Hay sin embargo, a pesar de las evidentes diferencias geogrficas, profundos niveles de corresponsala. En El castillo ambulante, espacio y paisaje son dos categoras aparte. Ciudad, montaa y cielo son expresiones independientes de lo pictrico, tratamientos visuales del paisaje. Cada uno de ellos revela al miso tiempo, en una perspectiva ascendente y vertical, distintos niveles de realidad y de conciencia. Es la puesta en escena de los estados de los personajes. Al igual que los grandes maestros de la pintura, el animador japons trabaja por capas. Miyazaki hace de lo tico una expresin espacial. Lo urbano, o el tratamiento visual de la ciudad, est basado en una confrontacin entre dos fuentes. Por un lado la ciudad-puerto, que centra su

  • actividad en el trajn, alrededor del intercambio de mercancas, en una clara alusin a lo anglo y a su reinante dominio. Las puntas de lanza de su majestad, que reciban y transformaban la riqueza de las Indias, desde Brighton hasta Liverpool, estn presentes en esta particular condensacin de lo martimo llevada a cabo por Miyazaki. Por el otro lado, una ciudad incrustada en un valle de altas montaas, mitad Baviera, mitad Bohemia, transposicin en imgenes de la expresin de lo germnico, con una actividad menos frentica y un ritmo ms pausado, poblada de torres de Praga y de palacios de Viena, tranvas y callejones, describe los lazos del campo con los procesos artesanales especializados. Esta pugna entre produccin y romanticismo, donde la mquina vale ms que el hombre, es el escenario de lo real. All Sophie y sus coordenadas iniciales tienen lugar. Aqu residen su tradicin, su familia y su propiedad. Como siempre, es la prdida la que da lugar al viaje inicitico. Si una maligna bruja no la hubiera despojado de su esencia, Sophie no se adentrara en las tenebrosas montaas. Lugar, en contraposicin a lo urbano, en el que el hombre an no ha puesto mano, donde reina el misterio; lugar de surgimiento de lo irracional y lo mgico. Ya que la lgica no pudo nada por ella, Sophie va en busca de lo fantstico, en medio de lo natural. Nuestro personaje asciende, fsica y espiritualmente. Cuestiona y aprende. En esta superposicin de espacios autnomos, Miyazaki plantea la posibilidad de un tercer nivel. El cielo, ms all de lo real y lo fantasioso, es la representacin de lo impensable. Entre onrico e imposible, es all donde el mago Howl, salvador y verdugo, realiza sus trabajos y enfrenta sus pesadillas. All donde rinde cuentas a sus hacedores. El castillo, alma de la pelcula, verdadera obra pictrica dentro de la animacin, encarna lo opuesto a esta presencia de lo estacionario. Invencin retro-futurista al decir de Peter Bradshaw, esta enorme e incongruente roca con lnguidas patas de pollo, es todo el bestiario de El Bosco reunido y atrapado en un barco de vapor. Parte paisaje, parte inmueble, su universo mvil y multipresencial es el verdadero personaje. El aspecto mutante y androide que lo anima, engendro homnido y maquinal, es el conector entre los pobladores, los espacios y las situaciones de la trama. Todo pasa y circula por l: es prtico y umbral a la vez. No slo es la morada del mago; en l reside el fuego, Calcifer, esencia del mecanismo, metfora del poder. Viejo arquetipo en Miyazaki, presente en los baos de vapor de Chihiro, en la fortaleza de Mononoke, y en muchas de sus obras anteriores, el castillo es mucho ms que piedra o personaje. Es una renovada prctica del laberinto. Por el movimiento, no slo nos arranca de la gravedad y del arraigo; as mismo acaba con toda posible linealidad, estableciendo mltiples y abiertos crculos de espacio-tiempo, correspondientes a los diferentes colores del umbral. Ms que cimiento, este castillo es una construccin conceptual. Esta misma idea de viabilidad, tan lejana de los territorios mentales de Occidente, tambin se aplica a los personajes. Lejos de ser concepciones maniqueas, apostadas en posiciones infranqueables, las formas y las figuras que componen los personajes de Miyazaki, al igual que su aspecto fsico, se hallan en permanente transformacin. El conflicto entre la esencia y lo aparente los hace dinmicos e indefinibles. La armona tica est basada en esta posible y deseable mutacin, en la que el principio de unidad es ms es ms que trastocado. As, lo cruel y lo bondadoso, el coraje y la cobarda, pueden ser extremos necesarios, sin ser celebrados, para que el personaje encuentre entre sus grietas su propia va y equilibrio. Antes que por poderes extraordinarios, las creaciones de Miyazaki parecen estar habitadas por una profunda fragilidad. De la soberbia brota lo vulnerable. As, la vanidad hace llorar al mago; la malfica bruja fuma apaciblemente un puro al borde de la chimenea, y Sophie parece comprender que la vejez posee grandes ventajas, que el insoportable peso de la juventud hace invisibles. No hay fbula en el

  • sentido en que no existen bien o mal absolutos; tan slo puntos de reflexin filosfica. No es de extraarse, entonces, que al contrario de Japn, donde las obras de Miyazaki le entregan goce y enseanza a toda la familia, en el mundo anglosajn sean consideradas ante todo un divertimento para adultos. Demasiado complejas para estos nios de todas las edades, tan acostumbrados a la intangibilidad moral del eje Bush-Schwarzennegger. En El castillo ambulante, esta dicotoma abandona los espritus y penetra los elementos, portadores de principios relativos, no de valores absolutos. Nos desprendemos del universo acuoso y pantanal de Chihiro, envuelto en bruma y humedad, para trasladarnos, al igual que en La princesa Mononoke, al reino del fuego, sinnimo de destruccin. La permanencia de lo ancestral y de la memoria, ligados a una cierta idea de la civilizacin asitica, son aqu desplazados por el olvido, la fugacidad y la extincin, tratados como smbolos de Occidente. La naturaleza y su frgil constancia son aplanadas por el candor de la mquina. () No habiendo esttica sin tica, El castillo ambulante es una clara y abierta denuncia de la guerra y sus engranajes, considerados en su origen y sin excepcin posible, como el verdadero enemigo. Las contradicciones imperialistas, entre britnicos y prusianos, creadores de Apocalipsis, hacen que en el mundo del animador japons el pacifismo devenga la nica opcin viable. Los acorazados de la Royal Navy y las naves de la Luftvasse son igual de mortferos y asesinos. Asistidos ambos por Howl el mago, que convertido en pjaro bombardero esparce a sus anchas la destruccin y su lgica. Recuperando en esto al realismo atormentado de Goya, para Miyazaki la peor monstruosidad slo puede ser parida por la razn. Lo increble es que esta potente expresin visual, surgida del pesimismo y del desencanto, aunque en ella se imponga el amor, crtica envuelta en papel cuento, haya sido amparada por Walt Disney, multinacional del simplismo, homogenizador de gustos, desarmador de conciencias. El sincretismo funcion. Bajo cubierta conocida, pero con juego ajeno, Miyazaki avanza sus fichas derrotando lo blanco y lo negro, en un mundo injusto y complejos, sin vencedores ni vencidos, donde el transformarse es posible y el bien es ms que relativo. En terreno extrao, pero imponiendo sus reglas, Miyazaki humilla a Harvey Weinstein, tumbando al rey del mercantilismo a base de talento e integridad, en un solo movimiento. Sin permitir cortes, ni muecos entre las hamburguesas, ni tarjetas premiadas de celular, el gran animador japons nos entrega intacta su visin, haciendo de todos nosotros triunfadores. Reivindicando lo frgil, y ungindolo en nostalgia, Miyazaki nos propone con sus pelculas reconquistar nuestro pasado, rescatando la inocencia de los abusos del mercado. Tomado de:

    http://www.imdb.com/title/tt0347149/?ref_=sr_1

    Becerra, Sergio. A la reconquista del pasado o el derecho a la inocencia" En: Revista Kinetoscopio. Vol. 15. Nm. 75.

    Medelln, 2006. Pgs. 88-93

    Recopilacin de textos: Eliana Cullar Garca

    El ciclo La vuelta al cine en 80 mundos es realizado gracias a la Maleta de Pelculas del Plan

    Audiovisual Nacional-PAN- del Ministerio de Cultura.