47
 Tarjeta de visita de la segunda mitad del siglo XIX cuyo motivo es el poporo quimbaya, con el cual se inició el Museo del Oro. Es quizá la pieza prehispánica colombiana más fotograada, y esta es la imagen más antigua que se conoce de ella.

64-1

Embed Size (px)

Citation preview

Tarjeta de visita de la segunda mitad del siglo XIX cuyo motivo es el poporo quimbaya, con el cual se inici el Museo del Oro. Es quiz la pieza prehispnica colombiana ms fotograada, y esta es la imagen ms antigua que se conoce de ella.

El Museo del OroEFRAN SNCHEZ CABRAFotografas: archivo Museo del Oro

22 de diciembre de 1939 el Banco de la Repblica compr un objeto de oro de 777,7 gramos de peso y 23,5 centmetros de altura que dio origen al Museo del Oro. Era un poporo quimbaya, pieza maestra de orfebrera prehispnica. Un objeto bello que levanta su bruido vientre globular y su cuello coronado por cuatro cuerpos esfricos sobre una exquisita base de ligrana fundida, y parece otar en un espacio propio. Quien lo contempla no puede menos que asombrarse, deleitarse y sentir admiracin por sus artces.

e

L

1. Acta, Comit Ejecutivo del Banco de la Repblica, nm. 505, 30 de marzo de 1939. 2. Acta, Junta Directiva del Banco de la Repblica, nm. 1174, 17 de mayo de 1939. Otros detalles sobre los orgenes del Museo del Oro se hallan en Santiago Londoo Vlez, Museo del Oro 50 aos, Bogot, Banco de la Repblica, 1989, pgs. 61-63. Vase tambin Museo del Oro, Historia del Museo del Oro, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, ao 1, enero-abril de 1978, pgs. 3-12. 3. Algunos testimonios recogidos por arquelogos y etnohistoriadores, as como interpretaciones relativamente recientes, sugieren que el oro y otros metales preciosos tenan valor como elementos de poder, y tambin servan como objetos de comercio o trueque. Sin embargo, al convertirse en objetos rituales mediante el trabajo del orfebre y adquirida su signicacin simblica, los metales preciosos ingresaban a otras dimensiones del valor, muy distintas a las que les asignaban los espaoles. Interesantes observaciones sobre estos puntos se hallan en los ensayos que componen el libro El oro y la plata de las Indias en la poca de los Austrias, que acompa a una exposicin organizada por la Fundacin ICO, Madrid, 1999. 4. Ibd. Vanse especialmente los ensayos que componen las secciones V, Las transformaciones del oro y la plata, VI, Los centros del poder, y VII, La expansin del oro y la plata por Europa.

Detrs de la compra del poporo haba una clara preocupacin ocial por proteger una riqueza que comenzaba a entenderse como parte del patrimonio nacional. Esta motivacin se pone de maniesto en una serie de documentos relativos a su adquisicin. En marzo de 1939 el Ministerio de Educacin remiti una nota al Comit Ejecutivo del Banco de la Repblica, en la cual le encareca que tratara de comprar, para conservarlos, los objetos de oro o plata de fabricacin indgena y de poca precolombina, los que el Ministerio comprara por su valor material1. En la misma nota el Ministerio presentaba la pieza, que haba sido puesta en venta por doa Magdalena Amador de Maldonado y corra el riesgo de quedar en manos de un postor privado si no se adelantaba con urgencia una negociacin ocial. Entre las inquietudes del gobierno estaba la de evitar la salida del pas de objetos arqueolgicos como el poporo2. El peligro que corre un objeto culturalmente valioso de perderse como propiedad colectiva aumenta en proporcin directa a su calidad esttica o a su signicacin histrica. Pero con los de orfebrera existe un factor adicional que los coloca en el mximo nivel de riesgo. En la historia de Occidente el valor de cambio de los metales preciosos ha tenido primaca absoluta sobre su valor de uso, que era el que primaba entre los pueblos aborgenes anteriores a la conquista de Amrica3. El hecho de haber sido la orfebrera importante vehculo de expresin material de muchas sociedades prehispnicas de Colombia se convirti en el elemento determinante de la destruccin de sus vestigios. A su llegada los espaoles hallaron estos metales en abundancia, ocultos en ricas minas en Nueva Espaa y Per, recubriendo las paredes de templos o adoratorios en el Nuevo Reino de Granada, ornando a caciques y principales de los pueblos de indios, colgando de rboles o techumbres para que brillaran al sol tropical, segn algunos cronistas, y sepultados con restos humanos y vasijas de barro en tumbas y necrpolis. La Corona de Espaa necesitaba los metales preciosos para sostener un imperio sobre el que no se pona el sol. Le eran indispensables, a tal punto que es imposible concebir el poder de los Habsburgos sin el oro y la plata de las Indias4. A la necesidad econmica se sum la incomprensin y el desprecio por las creencias y costumbres de los indgenas, juzgadas de diablicas y brbaras. El re-

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[3]

sultado fue la desaparicin de una parte, difcil de calcular pero presumiblemente muy signicativa, de la produccin orfebre de los antiguos habitantes de Amrica. La depredacin continu en la era republicana con la guaquera, o bsqueda de tesoros en las tumbas indgenas por parte de campesinos, que llegaron a hacer de esta actividad un modo de vida. Rerindose a la provincia de Antioquia, de donde segn todo indicio proviene el poporo comprado por el Banco de la Repblica en 1939, el italiano Agustn Codazzi, autor de la primera descripcin geogrca y el primer mapa sistemticos de Colombia, escribi en 1852: No contentos los conquistadores con el saqueo de las preciosas alhajas con que se adornaban los indios, y no queriendo buscar el oro en los lechos naturales, entraron hasta los sepulcros, de los cuales sacaron inmensas cantidades de oro en joyas del ms exquisito trabajo. Ms de tres siglos han pasado, y an en el da es muy considerable la cantidad de oro que se extrae de las tumbas de los indios, a cuyo trabajo se aplica con predileccin un gran nmero de antioqueos, y casi se puede decir que forma la nica industria sistemticamente establecida, con sus maestros y baquianos, cuya experiencia hereditaria hace las veces de la famosa vara mgica para el descubrimiento de los tesoros5. La ebre del oro prehispnico se intensic en la segunda mitad del siglo XIX con la expansin hacia el sur de la economa antioquea y la colonizacin de la cordillera del Quindo. A la cada de la explotacin del caucho hacia 1880 sigui el auge de la guaquera, que alcanz su punto mximo a mediados del decenio y continu hasta alrededor de 19156. Aparte de las fortunas que derivaron de esta prctica, se ha armado sin falta de razn que fue la guaquera de los entierros quimbayas la base sobre la cual se fundaron en esta poca las nuevas poblaciones del Quindo, ya fuera por su xito, que proporcionaba fondos para ampliar la colonizacin y abrir nuevos terrenos, o por su fracaso, que mova a los buscadores de tesoros decepcionados a iniciar otras empresas en las reas recin conquistadas7. En Cundinamarca y Boyac, territorio muisca, la guaquera no igual en intensidad a la del Quindo, pero motiv el acometimiento de empresas de ingeniera tan ambiciosas como la desecacin de las lagunas de Guatavita y de Siecha, intentada ya desde la poca colonial, en busca de los tesoros de El Dorado. Aparte de ser tolerada y aceptada socialmente, la guaquera era entonces una actividad perfectamente legal, pues hasta 1918 no exista norma alguna que la impidiera o le pusiera restricciones. Por la ley 48 de ese ao se declararon pertenecientes al material de la historia patria los monumentos precolombinos, y se prohibi la destruccin, reparacin, ornamentacin y destino de estas reliquias sin previa autorizacin del Ministerio de Instruccin Pblica8. Pero en la prctica todo continu como antes de expedirse la citada ley, y los productos de la guaquera siguieron vendindose como de costumbre a las Casas de Moneda para su fundicin y conversin en lingotes, o a joyeros para la fabricacin de alhajas. Algunas piezas quedaron en poder de extranjeros por venta u obsequio, y salieron del pas sin mayores dicultades. Slo en 1920 se prohibi por medio de ley sacar de Colombia objetos arqueolgicos, incluyendo los de metales preciosos, sin autorizacin del gobierno9. Hasta entonces prcticamente no se haca discriminacin en la exportacin de oro de Colombia entre el metal extrado por minera y el proveniente de obras de orfebrera prehispnica, pues estas solan fundirse antes de ingresar al circuito del comercio.

5. Agustn Codazzi, Jeografa fsica i poltica de la provincia de Antioquia (continuacin), en Gaceta Ocial, Bogot, nm. 1710, 23 de marzo de 1854, pg. 267. 6. Entre otras fuentes de inters sobre el tema de la guaquera, particularmente en la zona de colonizacin antioquea, vanse Luis Arango Cano, Recuerdos de la guaquera en el Quindo, Bogot, Editorial Cromos, Luis Tamayo y Ca., s. f. y Albeiro Valencia Llano, La guaquera en el Viejo Caldas, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 23, enero-abril de 1989, pgs. 61-74. 7. Albeiro Valencia Llano, La guaquera en el Viejo Caldas, op. cit., pg. 72. 8. Luis Duque Gmez, Etnohistoria y arqueologa, Bogot, Historia Extensa de Colombia, vol. 1, Prehistoria, t. 1, Academia Colombiana de Historia, Ediciones Lerner, 1965, pg. 81. 9. Ibd., pg. 81.

[4]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

Parte del famoso Tesoro Quimbaya hallado en 1890 cerca al pueblo de Filandia (Quindo), y donado en 1892 por el gobierno del presidente Carlos Holgun a la reina regente de Espaa, Mara Cristina de Habsburgo. En esta fotografa guran cascos con adornos en relieve, poporos o recipientes para cal, palillos de poporo, recipientes para hojas de coca, una diadema y otros objetos.

Esta balsa muisca, hoy desaparecida, fue hallada en 1856 en la laguna de Siecha (Cundinamarca), al bajar las aguas como resultado de obras de desecacin. Llevada a Alemania en el decenio de 1880 con destino al Museo Etnogrco de Berln, desapareci en un incendio en los depsitos del puerto de Bremen. En la fotografa, reproducida de la exposicin Histrico-Americana de Madrid, en 1892, se la ve como un conjunto de diez guritas, la mayor de las cuales tena 7 centmetros de altura, sobre una balsa circular de 17 centmetros de dimetro.

En la sala de juntas del Banco de la Repblica, en el edicio Pedro A. Lpez de Bogot, comenz a exhibirse a principios del decenio de 1940 la coleccin del futuro Museo del Oro. Contaba entonces aquella con algo menos de dos mil piezas, dispuestas en atestadas vitrinas.

Las vitrinas de la sala de juntas del Banco de la Repblica exhiban, quiz completa, la ya considerable coleccin con que contaba entonces el Banco.

En los pases de destino, principalmente en Europa, el inters por las piezas en s fue escaso hasta nes del siglo XVIII, y son muy raras las colecciones de orfebrera colombiana de que se tiene noticia. Pero con la apertura al pblico de museos etnolgicos, las expediciones cientcas que se enviaron al Nuevo Mundo con el n de investigar su geografa, su fauna, su ora y sus antigedades, y la organizacin de las primeras exposiciones de antigedades americanas en Londres y Pars en la primera mitad del siglo XIX, se invirti el foco de atencin sobre los objetos de metalurgia10. Comenzaba a verse en Europa su valor arqueolgico o esttico. Algunas piezas llegaron a los nuevos museos, y entre ellas suelen mencionarse las pertenecientes a lady Brassey, cuya coleccin, formada entre 1876 y 1883 y compuesta por objetos procedentes del nororiente de Antioquia, pas luego al City Museum de Birmingham (Inglaterra), y las que componan la coleccin de Gonzalo Ramos Ruiz, de Bogot, adquiridas por el Museo Etnogrco de Berln en 188811. Pero sin duda la coleccin ms clebre entre las que salieron del pas es la que se conoce como el Tesoro Quimbaya, donado en 1892 por el gobierno del presidente Carlos Holgun a la reina regente de Espaa, Mara Cristina de Habsburgo, en agradecimiento por un laudo arbitral favorable a Colombia en su disputa de lmites con Venezuela12. Espaa haba organizado en ese ao una exposicin histrica americana para celebrar el cuarto centenario del descubrimiento, e irnicamente lo que ms llam la atencin entre los objetos de Colombia fueron precisamente el Tesoro Quimbaya y la coleccin de Gonzalo Ramos13. Ante estos antecedentes, se comprende la urgencia del llamado de las autoridades educativas de Colombia al Banco de la Repblica en 1939. Es casi milagroso que pieza alguna de orfebrera hubiera conseguido sobrevivir hasta entonces. Sin embargo, muchas sobrevivieron, en parte por el vasto volumen de la produccin metalrgica prehispnica, y en parte por lo inaccesible u oculto de muchos asentamientos, sitios de ofrenda y tumbas. Pero tambin por la existencia en Colombia de coleccionistas con buen criterio y autntico inters personal por el pasado precolombino. Varios estudiosos reunieron colecciones privadas, entre ellos Alberto Urdaneta, propietario y editor del Papel Peridico Ilustrado, y Vicente Restrepo, autor de Los chibchas antes de la conquista espaola, de 189514. Pero la coleccin ms famosa fue la del comerciante antioqueo Leocadio Mara Arango, quien public en 1905 un catlogo en el que guraban 167 piezas de oro y 2.219 de cermica, adems de algunas de plata y de piedra y muestras de oro nativo15. Con anterioridad a la adquisicin del poporo quimbaya, el Banco de la Repblica posea 14 objetos, lo cual explica que el nmero de catlogo de aqul en el Museo sea el 15. Los tres primeros haban llegado a Bogot entre diciembre de 1936 y marzo de 1937, enviados por la agencia de compra de oro del Banco en Honda, y los once restantes se haban comprado a un seor Abraham Gonzlez16. Son objetos menores en cuanto a tamao y calidad, y algunos no son ms que fragmentos. Difcilmente podra drseles el nombre de coleccin, y segn se dice se guardaban en una caja de cartn dentro de la caja fuerte de la ocina del gerente, Julio Caro. El hecho de que el Banco los hubiera conservado es intrigante, pero establece un precedente signicativo en la historia del Museo del Oro. En contraste con las colecciones privadas, el Banco de la Repblica no destin recursos exclusivamente a la adquisicin de obras notables por su belleza o sus dimensiones, y hoy posee un extenso fondo de objetos que permite al investigador obtener una visin de la orfebrera prehispnica colombiana mucho ms amplia que la que muestran las piezas exhibidas, y disponer de materiales que de otro modo seran totalmente inaccesibles.

10. Elizabeth A. Williams, Art and Artifact at the Trocadero. Ars Americana and the Primivist Revolution, en Stocking, G. W. (comp.), Objects and others. Essays on Museums and Material Culture, Madison, University of Wisconsin Press, 1985, pgs. 146-166. 11. En el Museo Arqueolgico Nacional de Madrid existe el inventario de los objetos donados por Colombia a la reina regente de Espaa. Museo Arqueolgico Nacional, Madrid, 1893, Nmero de orden 181, sign. III - 3 99, caja nm. 99. 12. Santiago Londoo Vlez, Museo del Oro 50 aos, op. cit., pg. 38. 13. Ernesto Restrepo Tirado, Colombia, en El Liberal, Madrid, octubre de 1892. 14. Alberto Urdaneta fue importante promotor del pasado prehispnico en el siglo XIX. Aparte de publicar por entregas en el Papel Peridico Ilustrado la obra El Dorado de Liborio Zerda, hizo ilustrar cada uno de los artculos con grabados en madera, contribuyendo as a difundir un patrimonio hasta entonces poco menos que desconocido para los colombianos. Vicente Restrepo, Los chibchas antes de la conquista espaola, Bogot, 1895. Otra obra interesante de Restrepo es Estudio sobre las minas de oro y plata en Colombia, Medelln, Fondo Rotatorio de Publicaciones, Faes, 1979. 15. Catlogo del Museo del seor Leocadio Mara Arango de Medelln, capital del departamento de Antioquia en la Repblica de Colombia, Medelln, Imprenta Ocial, 1905. 16. Santiago Londoo Vlez, Museo del Oro 50 aos, op. cit., pg. 61. Entonces el subgerente-secretario del Banco era Luis ngel Arango, cuyo nombre se dara posteriormente a la biblioteca pblica fundada por el Banco en Bogot. Luis ngel Arango fue gerente del Banco de 1947 a 1957.

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[7]

Aspecto de la primera sede del Museo del Oro, abierta en una sala del edicio Pedro A. Lpez, donde funcion el Banco de la Repblica hasta 1958. En torno a una gran alfombra persa y un no jarrn chino, en un edicio de rasgos neoclsicos construido en 1924, se distribuyeron en vitrinas que conservaban ms de dos mil aos de orfebrera prehispnica.

[8]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

Inicialmente el Museo del Oro no fue un museo pblico. Entre 1944 y 1959 estuvo abierto a dignatarios extranjeros, jefes de estado, miembros de misiones comerciales, diplomticos e invitados especiales del propio pas. Aqu, escena de la visita de la colombiana Luz Marina Zuluaga, Miss Universo 1959.

El Banco de la Repblica asumi con prontitud y seriedad la funcin de preservacin que le solicitaba el gobierno. Puso en prctica una estrategia que era quiz la nica factible en las circunstancias de entonces en el pas, cuando la institucionalizacin de la profesin de arquelogo estaba todava a varios decenios de distancia, no existan centros de investigacin con capacidad para nanciar excavaciones controladas, y apenas se llevaban a cabo las primeras expediciones a sitios arqueolgicos con apoyo gubernamental. Esta estrategia consisti en la compra de las principales colecciones privadas que se hallaran disponibles. A la adquisicin de tres magncas piezas en 1940 sigui en noviembre de 1941 el primer ingreso mayor, las 153 piezas que componan la coleccin de la librera El Mensajero, de Bogot17. Al mes siguiente llegaron 67 piezas ms, compradas a Fernando Restrepo Vlez. El ao de 1942 fue crucial en la formacin de la naciente coleccin. En enero se hizo la adquisicin ms signicativa desde la compra del poporo quimbaya: se obtuvo la coleccin de Leocadio Mara Arango, llamada por ste museo. En los siguientes meses se adicionaron dos grandes conjuntos ms, y al concluir el ao, con 1.987 objetos de primer orden, la del Banco de la Repblica era ya la mayor y ms importante coleccin de orfebrera prehispnica del pas, y sin duda del mundo. Pero la coleccin no solamente haba crecido en trminos de cifras. Tambin se produjo un importante avance en cuanto a cubrimiento territorial, pues hasta ese momento haba sido casi exclusivamente una coleccin de piezas de procedencia quimbaya y muisca, con algunas de origen calima y tolima. Con el ingreso en 1942 de objetos de las llanuras del Caribe se integraba el rea costera del norte y comenzaba a tomar forma un mapa orfebre de alcance nacional. El intervalo temporal que abrazaba la coleccin llegaba ya a los dos milenios. A principios del decenio de 1940 comenz a exhibirse la coleccin de modo permanente en la sala de juntas del Banco. En fotografas que datan de esa poca se aprecian vitrinas atestadas de piezas, quizs la coleccin entera, dispuestas en torno a la enorme mesa de reuniones. Se alcanzan a vislumbrar las formas de mscaras, pectorales, narigueras, orejeras, collares, poporos, placas, caracoles, alleres,

17. Los datos sobre la evolucin de las colecciones del Museo del Oro proceden de los registros de compras que conserva el Museo.

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[9]

Los criterios esttico y didctico que han sido constantes en la museografa del Museo del Oro son ya patentes en esta vitrina de su primera sede. Con gran nitidez y elegancia aparecen distribuidos por funciones los principales objetos de procedencia quimbaya que posea el Museo, entre ellos poporos y otros recipientes, palillos para extraer la cal, depiladores, colgantes de nariguera o de orejera, anzuelos y una variedad de buriles. No obstante el nmero de piezas, alrededor de doscientas, el conjunto es ntido y armonioso.

[10]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

y multitud de diminutos objetos organizados en hileras por su tamao, en un primer esfuerzo por hallar un orden dentro del caos de un universo recin descubierto. De manera simblica, un busto del Libertador Simn Bolvar preside la escena, como si anunciara que en esa sala estaban representados los orgenes de la nacionalidad. Entonces slo faltaba identicar a la coleccin con un nombre, y ste lo tena ya en 1944, de cuando data la publicacin del primer catlogo del Museo, escrito por el arquelogo Gregorio Hernndez de Alba18. Comenzaba a existir como tal el Museo del Oro. Con los escaparates y el nombre recin adquirido, se daba por establecida la funcin de exhibir los objetos. Hasta entonces pocas personas en Colombia, con excepcin quiz de los guaqueros y coleccionistas, haban visto alguna vez un objeto prehispnico. Los grabados que acompaaban a los escasos libros publicados por nacionales o extranjeros sobre temas arqueolgicos, as como las xilografas de obras como el Papel Peridico Ilustrado, del decenio de 1880, en que apareci por entregas el texto de El Dorado de Liborio Zerda19, haban sido los nicos vehculos de difusin de la riqueza de la nacin en este campo. Pero an estas publicaciones no estaban al alcance sino de un sector minoritario de la poblacin, en un pas con altas cifras de analfabetismo hasta bien entrado el siglo XX.

Las primeras excavaciones arqueolgicas con criterio cientco en Colombia las llev a cabo el arquelogo alemn Konrad Theodor Preuss en San Agustn entre 1913 y 1914. Preuss, con la ayuda de campesinos del lugar, exhum un nmero considerable de estatuas. Su obra Arte monumental prehistrico se public en espaol en 1931.

La coleccin creci con relativa rapidez, y al terminar 1943 tena ya 3.489 piezas, incluidas las 864 vendidas por Santiago Vlez, coleccionista de Manizales. En un solo ao haba aumentado en un 75 por ciento. No tard el Museo del Oro en dejar el reducido recinto de la sala de juntas, claramente insuciente para alojarlo, aparte de las obvias restricciones de acceso que presentaba. A principios de la dcada siguiente, en un paso que se encuentra descrito en alguna fuente como la reforma20, se instal el Museo en una amplia y elegante sala del Banco, ubicado entonces en el edicio Pedro A. Lpez, en el centro de Bogot. All permaneci hasta 1959. Durante este periodo el Museo estuvo abierto principalmente a visitantes especiales, incluidos jefes de Estado y otros dignatarios ociales extranjeros, miembros de misiones comerciales, militares y diplomticas, y colombianos famosos y distinguidos, entre ellos la reina de belleza Luz Marina Zuluaga, Miss Universo 1959. Uno de los principales comentaristas de arte y cultura de la poca, Gustavo Santos, escribi lo siguiente en la segunda edicin del catlogo general del Museo, publicada en 1948 en coincidencia con la celebracin en Bogot de la

18. El Museo del Oro, Banco de la Repblica, Bogot, Colombia, Bogot, Banco de la Repblica, julio de 1944. 19. Vase Liborio Zerda, El Dorado, Bogot, Biblioteca Banco Popular, 1972, 2 vols. 20. Museo del Oro, Archivo Fotogrco, Bogot.

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[11]

Poco despus de estallar la segunda guerra mundial lleg a Colombia Paul Rivet, fundador y director del Muse de lHomme de Pars. Rivet, quien aparece en la fotografa con su esposa, ejerci una vasta inuencia sobre la arqueologa colombiana y promovi la fundacin del Instituto Etnolgico Nacional en 1941.

El colombiano Gregorio Hernndez de Alba, fotograado aqu al lado de una estatua durante sus exploraciones en el Alto Magdalena, dirigi o particip en las primeras expediciones arqueolgicas a San Agustn y Tierradentro entre 1936 y 1943, e impuls la fundacin del Servicio Arqueolgico Nacional en 1938.

[12]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

IX Conferencia Panamericana: El Museo del Oro es, sin lugar a dudas, la ms extraordinaria atraccin de orden cultural que Bogot pueda ofrecer a propios y extraos. Muy particularmente a extraos, a turistas que de lejanas tierras vienen a visitarnos con la esperanza de encontrar aqu cosas nuevas, exticas, que en otras partes no hayan visto21. En una poca que se conoce en la historia de Colombia como la Violencia, el Museo del Oro se converta en la avanzada de las relaciones pblicas de la nacin.

En 1959 se inaugur una nueva sede del Museo del Oro en el stano del edicio construido para el Banco de la Repblica en el centro de Bogot. En una sencilla sala rectangular, con vitrinas en sus ancos, se mostr por primera vez al pblico en general la que ya era entonces la mayor coleccin de orfebrera prehispnica del mundo.

El 9 de abril de ese mismo ao de 1948, a una cuadra del Museo fue asesinado el lder liberal Jorge Elicer Gaitn, y la violencia partidista alcanz todo su furor. Lo que mostraba entonces el Museo a propios y extraos, muy particularmente a extraos, era una faceta distinta de un pas que se desgarraba. Una faceta de oro reluciente. Pero a los propios les mostraba tambin que en esos mismos campos donde entonces se cometan masacres y violaciones, habitaron mil aos antes comunidades que dejaron obras asombrosas por su belleza y perfeccin. Era una leccin profunda y certera. Si algo quedaba en los colombianos de sus ancestros prehispnicos, y pocos dudaban de que as fuera, no poda haber concordancia alguna entre las imgenes de barbarie que mostraban los peridicos y las evidencias que se tenan en el Museo sobre el renamiento y desarrollo artstico de los antepasados. Comenzaba a verse que Colombia no era slo un pas de cafres, como lo describi algn poltico. Tambin era el pas de El Dorado, y esto introduca un motivo de orgullo en la gnesis de los colombianos. Era una rearmacin positiva de la nacionalidad, y por eso se le mostraba muy particularmente a los extraos. Si en algn momento los poporos, pectorales y narigueras de los antiguos habitantes de Colombia comenzaron a convertirse en smbolos de identidad nacional, de una identidad rica, compleja y contradictoria, ese momento fue aqul. Estos aos fueron tambin fundamentales en el desarrollo y crecimiento del Museo del Oro en cuanto se reere a su acervo de piezas y a sus aspectos museolgicos. En

21. Gustavo Santos, El Museo del Oro, edicin conmemorativa de la fundacin del Banco de la Repblica en sus 25 aos, Bogot, Banco de la Repblica, 1948.

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[13]

Desde el principio las colecciones del Museo del Oro constituyeron motivo de orgullo nacional, para mostrar a propios y extraos, muy particularmente a extraos, como escribi un comentarista del decenio de 1940. Las fotografas ilustran aspectos de las visitas del prncipe Felipe de la Gran Bretaa (arriba) y del arzobispo Makarios de Chipre (abajo).

[14]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

Al ocupar su nueva sede, en 1959, el Museo contaba con ms de 7.200 objetos de orfebrera, ms de 300 de cermica, y ya se haba iniciado la preservacin de objetos lticos. Se renunci entonces a exhibir la totalidad de la coleccin; a lo sumo se mostraran unos 200 objetos a un mismo tiempo, organizados por estilos o culturas. Se aprecian dos de los numerosos montajes que exhibi el Museo en este periodo.

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[15]

1946 se iniciaron las colecciones no metalrgicas con la compra de dos obras de cermica a Luis Alberto Acua, y luego una coleccin de 264 piezas del mismo material a Fernando Restrepo Vlez. Dos aos ms tarde, en 1948, se adquirieron los primeros objetos de piedra, base de la rica coleccin ltica que posee hoy el Museo.

Despus de los experimentos de creacin de ambientes mediante telas y otros objetos, se adoptaron los fondos neutros y los soportes geomtricos, de manera que las piezas concentraran toda la atencin del visitante.22. Una fuente de fcil consulta para la historia de los estudios arqueolgicos y las instituciones relacionadas con ellos en Colombia es Gerardo Reichel-Dolmatoff, Arqueologa de Colombia. Un texto introductorio, Bogot, Presidencia de la Repblica, 1997. 23. Konrad Th. Preuss, Arte monumental prehistrico, Bogot, Direccin de Divulgacin Cultural de la Universidad Nacional de Colombia, 3.a edicin espaola, 1974 (traduccin de los doctores Hermann WaldeWaldegg y Csar Uribe Piedrahta; edicin y notas Eugenio Barney Cabrera y Pablo Gamboa Hinestrosa). 24. Gerardo Reichel-Dolmatoff, Arqueologa de Colombia, op. cit., pg. 16. 25. Ezequiel Uricoechea, Memoria sobre las antigedades neo-granadinas, Berln, Librera de F. Schneider i Cia., 1854; Bogot, Biblioteca Banco Popular, 1971. 26. Gerardo Reichel-Dolmatoff, Arqueologa de Colombia, op. cit., pg. 16.

Con la diversicacin comenzaban a reunirse fragmentos dispersos de la produccin material prehispnica, y con ello las piezas de metalurgia dejaban de ser objetos aislados y se convertan en testimonio de sociedades reales. Aquello que haba destruido la guaquera al sustraer las piezas de las tumbas y lugares de ofrenda empezaba a repararse de algn modo en los escaparates y depsitos del Museo del Oro. Esto permitira en el futuro proseguir sobre bases ms rmes la bsqueda de respuestas sobre los modos de vida y el pensamiento de aquellas sociedades. Adems de preservar de la prdida y la destruccin una parte del patrimonio nacional de altsimo signicado para los colombianos y exhibir objetos bellos de orfebrera, el Museo ganaba en atributos como lugar de investigacin y estudio. Para 1939 existan ya en Colombia inquietudes serias en cuanto al estudio del pasado indgena, que llevaron en el ao anterior a la fundacin del Servicio Arqueolgico Nacional22. En 1931 se haba publicado por vez primera una traduccin al espaol del libro de Konrad Theodor Preuss Monumentale vorgeschichtliche Kunst, o Arte monumental prehistrico23, producto de sus excavaciones de 1913-14 en el rea de San Agustn. La misma rea fue el objetivo en 1936 de la primera expedicin arqueolgica promovida y patrocinada por el gobierno, dirigida por el espaol Jos Prez de Barradas24. Tambin en 1936 apareci una nueva edicin de Antigedades neogranadinas de Ezequiel Uricoechea, obra pionera de la arqueologa en Colombia, publicada originalmente en Berln en 185425. Adems se haban hecho intentos por interesar al pblico con una exposicin organizada en Bogot por Gregorio Hernndez de Alba y abierta en 1938 en el edicio de las Aulas, hoy Museo de Arte Colonial, y posteriormente en la Biblioteca Nacional26.

[16]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

Otro ejemplo del uso de soportes en formas geomtricas para la exhibicin de objetos de orfebrera.

A partir de 1941 y durante las siguientes dos dcadas el panorama de la antropologa nacional estuvo dominado por la gura de Paul Rivet, fundador del Muse de lHomme de Pars. Clebre por sus teoras sobre el origen del hombre americano, Rivet consideraba prioritaria la investigacin etnolgica, en vista del inminente peligro de desaparicin que enfrentaban los grupos indgenas que an sobrevivan27. Por esta razn fue uno de los principales promotores de la fundacin en 1941 del Instituto Etnolgico Nacional, que con el ya existente Servicio Arqueolgico se convirti en 1953 en el Instituto Colombiano de Antropologa. No obstante el nfasis en la etnologa, la arqueologa logr avances importantes, particularmente en la exploracin de San Agustn, Tierradentro, el Valle del Cauca, los altiplanos de la cordillera Oriental y la costa Atlntica. El rico ln que representaba el Museo del Oro para las investigaciones arqueolgicas comenz a explotarse a nes de la dcada de 1940. El Banco de la Repblica empez por apoyar la publicacin de obras que guardaban relacin con la metalurgia prehispnica28. As, en 1950 se public un Estudio inicial de las colecciones del Museo del Oro, del investigador mexicano Carlos Margain29. A esta obra sigui el esfuerzo del espaol Jos Prez de Barradas, del cual resultaron seis grandes volmenes publicados en Madrid entre 1954 y 1966 bajo el ttulo de Orfebrera prehispnica de Colombia, en que estudia principalmente los estilos calima, tolima, muisca y quimbaya, que eran entonces los dominantes en la coleccin metalrgica del Museo30. Dos preocupaciones principales caracterizan en esta poca a la investigacin arqueolgica sobre orfebrera colombiana: la identicacin de las piezas y su clasicacin por estilos. La magnitud de la tarea a la que se enfrentaban Margain y Prez de Barradas y los arquelogos que les sucedieron en este cometido puede comenzar a captarse mencionando el caso de un objeto signicativo, el poporo quimbaya con que se inici el Museo del Oro. A mediados del siglo XIX se hablaba de esta pieza, o de una similar, como de algo que bien podra corresponder a un vaso grande, una lmpara, un incensario, un candelabro o una botella31. En la dcada de 1870 el viajero espaol Jos Mara Gutirrez de Alba describi y dej un dibujo de un cuello de poporo, rerindose a l como una especie de frutero,

27. Ibd., pgs. 16-17. 28. Una buena fuente de consulta de las obras sobre orfebrera publicadas con anterioridad a 1950 es Gabriel Giraldo Jaramillo, Bibliografa selecta del arte en Colombia, Bogot, Editorial A. B. C., 1955, Arte precolombino, pgs. 42-60. 29. Carlos Margain, Estudio inicial de las colecciones del Museo del Oro del Banco de la Repblica, Bogot, Banco de la Repblica, 1950. 30. Jos Prez de Barradas, Orfebrera prehispnica de Colombia: Estilo calima, Madrid, Banco de la Repblica, 1954, 2 vols.; Orfebrera prehispnica de Colombia: Estilos tolima y muisca, Madrid, Banco de la Repblica, 1958, 2 vols.; Orfebrera prehispnica de Colombia: Estilos quimbaya y otros, Madrid, Banco de la Repblica, 1965-1966, 2 vols. 31. Agustn Codazzi, Jeografa fsica i poltica de la provincia de Antioquia (continuacin), op. cit., pg. 267.

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[17]

El Museo del Oro pas en 1968 a un nuevo edicio construido especcamente para albergarlo. Diseado bajo un concepto modernista por la rma de arquitectos Esguerra, Senz, Surez, Samper y concebido con la idea de dar realce al patrimonio orfebre de la nacin sin renunciar al aspecto esttico arquitectnico, semeja en su exterior una caja blanca sobre un pedestal de cristal. Se le otorg el primer premio en la IV Bienal Colombiana de Arquitectura en 1970.

[18]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

conteniendo imitaciones de frutas indgenas32, por las esferas que le rematan en su parte superior. An en 1939, al tiempo de su compra por el Banco de la Repblica, no se tena mayor seguridad sobre su funcin, y en documentos relativos a su adquisicin se le describe como un jarrn de oro de muy perfecta factura33. Slo el estudio detenido de objetos prehispnicos semejantes y su comparacin con artefactos de uso comn entre los indgenas actuales del pas logr determinar que se trataba de algo mucho ms inslito de lo que se pensaba: un recipiente para guardar cal, que extrada con una delgada vara o aller, se utilizaba en la masticacin ritual de hojas de coca; es decir, un poporo. Pocas veces se reexiona sobre el hecho de que tom ms de cien aos dar respuesta convincente a la elemental pregunta de qu era el misterioso objeto.

El Banco de la Repblica acogi con decisin el postulado de que el museo moderno debe ser una institucin viva y activa al servicio de la cultura. En el proyecto inaugurado en 1968 las reas de exhibicin se distribuyeron en tres niveles, en el primero de los cuales se ubic la sala de exposiciones temporales.

Retomando la historia del Museo del Oro, en fotografas del periodo que nos ocupa, 1944 a 1959, se aprecia el cambio radical que los avances en el conocimiento arqueolgico introdujeron en su museografa desde la poca en que se hallaba en la sala de juntas del Banco. Bajo la diligente conduccin de Luis Barriga del Diestro, director durante 38 aos34, las vitrinas aparecen arregladas con exquisito gusto, y con un marcado acento en el aspecto esttico de las piezas. Se presentaba a los ojos del observador un conjunto armonioso, ntido y de fcil lectura, pese al hecho de que algunas vitrinas contenan ms de 300 objetos. Pero tambin, y esto es an ms signicativo, se observa un indudable criterio didctico, perceptible no slo en los cuadernillos que colgaban de los escaparates con descripciones sucintas de las piezas. Claramente se distingue ya una distribucin de las muestras por estilos, como les llamaba Prez de Barradas, o culturas, como se han popularizado. Las vitrinas se organizaban por grupos de objetos de acuerdo con su funcin, que en gran medida determina su forma. Ya guran entre ellos las cermicas y las piezas lticas, de reciente adquisicin. Comenzaba a cobrar sentido la profusin de objetos con que contaba el Museo, y al mismo tiempo empezaba a conformarse una visin integrada de sociedades o periodos prehispnicos que hasta ese momento haban sido poco ms que abstracciones. En 1958 se traslad el Banco de la Repblica a su nuevo edicio, construido en un lote donde haba funcionado el clebre Hotel Granada, incendiado en 1948. Se dispuso la instalacin del Museo del Oro en el stano del edicio, y all abri sus puertas en julio de 1959. Si el paso de la sala de juntas a un saln especial se llam la reforma, el de ahora equivala a una revolucin. Por primera vez se daba franco acceso al pblico en general. El Museo continuaba siendo punto de detencin obligatorio para

32. Jos Mara Gutirrez de Alba, Impresiones de un viaje a Amrica, vol. XII, Orfebrera indgena, Colombia. Lm. nm. 1. Objetos de oro de fabricacin indgena encontrados en los sepulcros. Manuscrito, coleccin privada, Bogot. 33. Santiago Londoo Vlez, Museo del Oro 50 aos, op. cit., pg. 61. 34. Los directores del Museo han sido los siguientes: Luis Barriga del Diestro (19391977), Luis Duque Gmez (1977-1983), Mara Elvira Bonilla (1983-1986), Clemencia Plazas (19871997), Clara Isabel Botero (1997 hasta la fecha de publicacin de este artculo).

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[19]

Una escalera monumental se estrecha a medida que asciende para crear una perspectiva falsa que acenta la sensacin de profundidad y darle as al edicio proporciones mticas.

[20]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

El primero de los niveles de la exposicin permanente fue dedicado al aspecto educativo. En una espaciosa planta desprovista de muros divisorios, las vitrinas suspendidas del techo permitan ofrecer una introduccin siempre renovada de las sociedades metalrgicas prehispnicas de Colombia, como en estas imgenes de 1999.

los visitantes ilustres de la nacin. Se conservan fotografas, entre otros, del prncipe Felipe de Gran Bretaa y del arzobispo Makarios de Chipre, quien observa con toda atencin las muestras y rma el libro de visitas, en que guraban hasta 1967 ms de 500 personajes extranjeros35. Pero en contraste con los aos anteriores, ahora el Museo buscaba integrarse de modo ms estrecho dentro de la vida nacional. Con su entrada a pocos metros del trco de la calle ms concurrida del corazn de la capital, el Museo del Oro era una invitacin abierta al colombiano comn para que se introdujera en un mundo muy diferente al que conoca por las lecciones de historia. Bogot creca entonces a paso acelerado y su poblacin se haba duplicado en diez aos, alcanzando ahora al milln de habitantes. El pas apenas comenzaba a superar la poca de la violencia partidista y se iniciaba el Frente Nacional, con su promesa de reconciliacin y paz.

35. Santiago Londoo Vlez, Museo del Oro 50 aos, op. cit., pg. 63.

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[21]

Con ms de 7.200 piezas de orfebrera al pasar a su nueva sede, el Museo haba renunciado a exhibir la totalidad de su coleccin. A lo sumo expondra a un mismo tiempo algo ms de dos centenares. Lo importante ahora era concentrarse en hacer accesible un universo visual novedoso y extrao a un pblico diverso en que pesaba el sector infantil en edad escolar. La experiencia era tan nueva para los visitantes como para el propio Museo, y es perceptible en las fotografas de esos aos la experimentacin en materia museolgica. Se conservaba la estructura de la coleccin por estilos segn el esquema de Prez de Barradas, pero en las vitrinas se presentaban aspectos parciales denidos principalmente por la forma y funcin de los objetos. Poporos quimbaya, diademas calima, colgantes y pectorales tolima, tunjos muisca, eran los temas recurrentes de la exhibicin. Dicho sea de paso, hasta cierto punto esta disposicin contribuy a que se estableciera entre el pblico cierto grado de identicacin de cada estilo con un objeto en particular. La sala misma era un rectngulo con las vitrinas distribuidas a intervalos regulares en los costados longitudinales, mientras al fondo, en el lado opuesto de la entrada, un arreglo de mapas murales de Colombia mostraba la divisin poltica de entonces, con departamentos y sus capitales, y las reas geogrcas asociadas con las diversas culturas representadas en la coleccin. En algunos de los sucesivos montajes las telas desempearon papel esencial, al cubrir los fondos a manera de cascadas, o al ocultar las bases sobre las que reposaban las piezas. Es difcil saber qu tan exitosos fueron entre el pblico estos ensayos de creacin de ambientes inspirados en la naturaleza, pero pronto se abandonaron para regresar a los fondos neutros y los soportes geomtricos, en los que las piezas concentraban toda la atencin del observador.

El uso de cubos y superficies que destacan los objetos, de un claro lenguaje modernista, fue de gran influencia en la museologa colombiana durante varios decenios.

[22]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

La coleccin de orfebrera creci a ritmo sostenido durante esta poca, si bien hubo un relativo estancamiento en la de cermica, que slo aument en 87 ejemplares en el curso de 19 aos. Sin embargo, en junio de 1966 se reanudaron las compras de objetos de este material, con la adquisicin de una serie de 215 piezas pertenecientes a Alfredo Ramos Valenzuela, descendiente de aquel Gonzalo Ramos cuya coleccin de oro pas luego al Museo Etnogrco de Berln. Tambin hubo en este periodo campo para la diversicacin, con la iniciacin en 1967 de dos nuevas y valiosas colecciones, la de objetos de concha y la de objetos de hueso. Data de estos aos el comienzo de una signicativa actividad del Museo del Oro, la presentacin de muestras de orfebrera prehispnica fuera de Colombia. La primera de ellas tuvo lugar en 1954 cuando con ocasin del bicentenario de Columbia University se llevaron ochenta objetos maestros de orfebrera al Museo Metropolitano de Nueva York36. En 1962, la International Petroleum Company llev un grupo de objetos del Museo para exhibirlos en varios pases europeos37; al ao siguiente hubo otra muestra en la VII Bienal Internacional de Arte de So Paulo (Brasil), a la cual siguieron exposiciones en 1966 en el Colombian Center de Nueva York, y en 1967 en el Museo Nacional de Antropologa de Mxico y en la sede del Banco Central de Venezuela en Caracas. Tambin en 1967 tuvo lugar el primer experimento del Museo del Oro en materia de exposiciones temporales dentro del propio pas, con la titulada Cermica precolombina, montada en la Galera Bogot. Pero lo ms signicativo de este decenio para el Museo fue su instalacin en una sede permanente, construida especialmente para albergar sus colecciones y abierta al pblico el 22 de abril de 1968. Fue este un cambio de vastas proyecciones que pregur el Museo de hoy. En su nuevo entorno fsico el Museo llegara a adquirir un desarrollo y a asumir propsitos y frentes de actividad que superaran ampliamente las ambiciones de quienes lo haban iniciado treinta aos atrs. Los primeros pasos se dieron en 1961, cuando el Banco de la Repblica, presidido entonces por Eduardo Arias Robledo, adquiri un terreno cercano a su nueva sede, frente al Parque de Santander. Las autoridades del Banco proyectaban inicialmente ampliar sus ocinas con un nuevo edicio, en el cual se asignara una planta completa al Museo del Oro38. La rma de arquitectos Esguerra, Senz, Surez, Samper, que en el decenio anterior haba levantado el edicio de la Biblioteca Luis ngel Arango, tambin parte del rea Cultural del Banco, tuvo a su cargo el desarrollo de la idea y desde un principio busc la asesora del antroplogo y arquelogo Luis Duque Gmez, entonces director del Instituto Colombiano de Antropologa39. Los arquitectos viajaron a Ciudad de Mxico, donde entonces se adelantaba el proyecto de construccin del Museo Nacional de Antropologa, abierto en 1964. All ganaron valiosas experiencias que les permitieron idear bajo luces nuevas un edicio nico en Colombia para un museo nico en el mundo. Bajo la gua de su asesor cientco, los arquitectos presentaron un ambicioso proyecto que requera, no un piso, sino todo un edicio40. No tardaron las autoridades del Banco en dar su aprobacin. El principio gua era erigir una institucin organizada de acuerdo con los nuevos conceptos de lo que es el museo moderno, es decir, como una institucin viva y activa al servicio de la cultura41, segn el programa tentativo sometido a consideracin del Banco por los arquitectos. Este principio se traduca en el objetivo de organizar una muestra que abarcara todos los aspectos de la cultura precolombina, es decir, presentar las muestras de orfebrera dentro de un contexto signicativo, explotando al mximo la diversidad que ya tenan las colecciones del Museo.

36. D. T. Basby, Colombian El Dorado, en Metropolitan Museum of Art Bulletin, Nueva York, nm. 12, marzo de 1954, pgs. 192-193. 37. Los datos sobre las exposiciones nacionales e internacionales del Museo proceden de Roberto Lleras Prez, Las exposiciones temporales e itinerantes, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 28, julio-septiembre de 1990, pgs. 39-53. 38. Germn Samper, entrevista con el autor, Bogot, octubre de 1999. Samper fue uno de los arquitectos que construy el Museo en el decenio de 1960. 39. Ibd. 40. Ibd. 41. Esguerra, Senz, Surez, Samper, Programa tentativo para el Museo del Oro, indito, Bogot, 1961.

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[23]

[24]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

En el edicio moderno construido para el Museo el nfasis arquitectnico se halla en los espacios de circulacin y transicin, y prcticamente desaparece en los espacios de exhibicin. La escalera monumental culmina en un volumen vaco de triple altura, iluminado por luz natural. En el tercer nivel la bveda, una descomunal caja fuerte de concreto reforzado, fue reservada para los mayores tesoros de la orfebrera prehispnica.

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[25]

En el interior de la bveda, en penumbras para estimular y facilitar la contemplacin, los arquitectos y muselogos modernos variaron el tamao de las vitrinas para comunicar el fausto de las ceremonias calima o promover una relacin intimista con los objetos de ofrenda de los muiscas. Para las piezas ms notables se reservaron vitrinas individuales.

Desde el punto de vista arquitectnico el postulado fundamental era sencillo: ms que la construccin, lo importante era su contenido, las piezas prehispnicas. El diseo deba dar realce al patrimonio orfebre de la nacin, sin que el edicio dejara de tener valor esttico por s mismo. El resultado fue una estructura que en su exterior semeja una ntida caja blanca sobre un pedestal de cristal, sin adornos, sin distracciones. Un volumen de contornos precisos que constituye una rme declaracin de modernismo arquitectnico.[26]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

Despus de casi cinco siglos de saqueo de las sepulturas prehispnicas, an en tiempos recientes han salido a la luz extraordinarios objetos de orfebrera. A principios de 1969 un grupo de campesinos hall en una cueva de Pasca (Cundinamarca) la clebre balsa muisca que hoy conserva el Museo del Oro como parte del patrimonio nacional.

En el interior la arquitectura slo se maniesta, y lo hace de modo categrico, en los espacios de circulacin y transicin. Al ingresar recibe al visitante una escalera monumental que juega con la percepcin de la distancia y la profundidad por medio de una perspectiva falsa, lograda con su gradual estrechamiento a medida que se asciende. Al nal de la escalera se impone de nuevo el concepto arquitectnico, con un espacio de triple altura intensamente iluminado por luz natural que penetra por la espaciosa cubierta de lminas de vidrio. La idea del museo moderno como institucin viva y activa que orient a los arquitectos se aprecia con la mayor claridad en la distribucin del espacio interno. Adems de las reas de exhibicin, deba contar con reas de depsito para mantener la reserva arqueolgica y museolgica, una pequea biblioteca especializada y un rea administrativa. Esta ltima, ubicada en el piso superior, responda por supuesto al concepto modernista que orient a sus arquitectos, pero no sin recordar la estructura de la casa colonial, con un patio central profusamente iluminado por luz natural y dependencias a su alrededor. Las reas de exhibicin se disearon de acuerdo con el criterio segn el cual el museo moderno debe cumplir una funcin didctica y a la vez ser un espacio de contemplacin esttica. Desde el primer momento se anc la idea de distribuir la exposicin permanente de la coleccin en dos niveles, en el primero de los cuales el nfasis recaera en el aspecto didctico, y en el segundo en el esttico42. Aqul sera una introduccin a las sociedades metalrgicas prehispnicas de Colombia, y ste un recorrido por su extraordinaria produccin metalrgica. Son los pisos segundo y tercero del montaje de entonces, que dispuso tambin de una sala de exposiciones temporales, ubicada en el primer nivel. La arqueloga Alicia Dussn de Reichel fue la encargada de elaborar un guion que diera forma concreta a este esquema, el cual luego fue evolucionando a medida del avance de los estudios arqueolgicos, tanto los adelantados por los in-

42. Germn Samper, entrevista con el autor, Bogot, octubre de 1999.

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[27]

Para dar culminacin memorable al recorrido del visitante se dispuso una sala especial a la cual se ingresa en tinieblas. Al iluminarse gradualmente, el espectador se halla ante el resplandor de miles de piezas de orfebrera de todas las pocas y estilos. El Saln Dorado, cuyo primer diseo se aprecia en la ilustracin, permita mostrar piezas que de otra forma estaran en los depsitos.

vestigadores de campo como los que se realizan dentro del propio Museo, y desde luego tambin a medida que han ido alimentndose las colecciones con nuevos objetos. A mediados del decenio de 1980 se llev a cabo una extensa revisin del guion del Museo, bajo la direccin de Clemencia Plazas y Ana Mara Falchetti43. Para el diseo y montaje originales de las vitrinas se contrataron los servicios del muselogo Vidal Antonio Rozo y del arquitecto britnico Alec Bright, quien tom a su cargo este aspecto del Museo en los aos que siguieron a la inauguracin. Debieron resolverse complejas dicultades tcnicas, entre ellas las de iluminacin, debido a la relativa uniformidad de las piezas en cuanto a su tamao y su color, y al hecho de que son principalmente objetos planos44. En la seleccin de las que iban a exhibirse inicialmente desempe papel principal la persona que mejor conoca entonces el acervo de objetos reunidos por el Museo, el director Luis Barriga del Diestro.43. Vanse Alicia Dussn de Reichel, Colombia: Orfebrera prehispnica, Pars, Unesco, Rencontre, 1971. En gran parte pueden conocerse las ideas que orientaban el nuevo guion del Museo en obras de esta poca de Plazas y Falchetti, entre ellas La orfebrera prehispnica de Colombia, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, 1983; La tradicin metalrgica del suroccidente colombiano, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 14, 1983, pgs. 1-32; Patrones culturales en la orfebrera prehispnica de Colombia, en Metalurgia de Amrica Precolombina, Bogot, Banco de la Repblica, 1986. 44. Alec Bright, entrevista con el autor, Bogot, octubre de 1999.

En el segundo piso del edicio moderno la arquitectura desaparece. Estructuralmente es un enorme espacio vaco, compartimentado por vitrinas que parecen otar en el aire sostenidas por varas de acero que cuelgan de una reja, que a su vez oculta el cielo raso. Al igual que en el tercer piso, las vitrinas delimitan reas reducidas, con el n de asegurar la intimidad que debe existir en el estudio y la contemplacin. Con la asistencia de guas especialmente entrenados, mapas, cuadros cronolgicos, medios audiovisuales, diagramas, dibujos, maquetas, maniques, reproducciones a escala natural de diversos tipos de tumbas y otros apoyos museolgicos modernos, el visitante puede introducirse en la vida cotidiana, los medios de vida, la organizacin econmica, social y poltica, las prcticas religiosas y mortuorias y las tcnicas metalrgicas de las sociedades prehispnicas. La cermica tiene presencia preponderante y comprueba que no eran sociedades estticas sino que evolucionaron en el curso de los siglos. De ah los distintos estilos de las guras y recipientes. Numerosas herramientas de piedra y metales preciosos y objetos de concha, hueso, madera y textiles, sarcfagos con restos humanos y momias, una de ellas notablemente bien preservada, hacen menos oscuro el cuadro de la vida de los orfebres, y preparan al visitante para comprender y disfrutar mejor de sus extraordinarias obras metalrgicas.

[28]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

Lo principal de la exhibicin de orfebrera deba exhibirse en el tercer piso, denominado internamente con una palabra heredada del lenguaje del Banco: la bveda. El Museo entr as a la mente de los colombianos como una especie de fortaleza donde se guarda oro que antes era el patrn de la moneda y meda la riqueza de la nacin. Esta bveda con muros de concreto reforzado, sin ventanas y con una nica y descomunal puerta de caja de caudales preservaba el oro de los indios, patrn con que se puede medir la riqueza cultural prehispnica de la nacin. En la bveda, que tambin tuvo frecuentes actualizaciones en su montaje, se exhiban muestras seleccionadas de los distintos estilos asociados con reas geogrcas. Primero las muestras Tumaco y Calima, las ms remotas en el tiempo, para continuar con objetos de procedencia Malagana, San Agustn, Tierradentro, Cauca, Tolima, Quimbaya, Urab, Zen y culminar con muestras Tairona y Muisca, sociedades sobrevivientes hasta poco despus de la conquista espaola. Nario, cuyos objetos fueron descubiertos en el decenio de 197045, ocup el nal del recorrido, como cerrando un ciclo geogrco que regresa al sur. Las piezas de este saln del museo moderno se mostraron en su individualidad destacando en una vitrina una sola obra como objeto de arte universal y en su relacin funcional, formal y conceptual con otras del mismo grupo estilstico. De esta suerte, el observador no pierde en ningn momento la nocin de la diversidad que ofrece cada rea geogrca o cultura, mientras que se mantiene en evidencia la unidad de conceptos que denen a cada estilo particular. Dentro de la bveda, y para poner n a la visita con un episodio de calculado dramatismo, por si lo visto hasta all no hubiera puesto ya a prueba toda la capacidad de asombro y maravilla del visitante, se concibi la idea de conducirlo a un recinto en tinieblas que gradualmente se ilumina. El espectador se halla de repente rodeado por cientos y cientos de mscaras, pectorales, colgantes, bastones de mando, narigueras, en total 8.000 piezas resplandecientes que ofuscan la vista. Es el Saln Dorado, que en 1968 fue la materializacin del sueo de los conquistadores y en el remontaje de 1994 adopt una forma oval para aludir a la ceremonia de El Dorado en la laguna de Guatavita. El edicio recibi el primer premio en la IV Bienal Colombiana de Arquitectura de 1970, en consideracin a que la fabulosa y ya mundialmente conocida coleccin de oro del Banco de la Repblica se encuentra ahora dentro de un mbito digno, sobrio, bien concebido y bien ejecutado, segn el fallo del jurado46. Esta obra se agrega cumple adems funciones culturales, didcticas y de divulgacin, de extraordinario alcance para el pblico colombiano. Notable xito para una construccin que, como dice uno de los arquitectos, deba ser como un estuche para una joya: no y provocador, pero no ms que la joya47. Las colecciones tuvieron una notable evolucin durante los primeros aos despus de la llegada del Museo a esta sede especcamente diseada para acogerlo. Al nal de 1968 la de orfebrera superaba ya los 10.000 ejemplares y la de cermica alcanzaba el millar. Entonces tuvo lugar una expansin sin precedentes y sin consecuentes en la historia del Museo. En slo cinco aos se duplic la coleccin de metalurgia, que lleg a 20.046 piezas en diciembre de 1973. La de cermica tuvo un desarrollo an ms notable pues se quintuplic en seis aos, para alcanzar la cifra de 5.225 piezas en diciembre de 1974. El crecimiento fue mucho ms gradual en el siguiente decenio, para llegar a su nivel ms bajo durante el decenio de 1990. Hoy la coleccin metalrgica est compuesta por cerca de 33.800 objetos y la de cermica por un nmero cercano a los 13.500. A ellos se suman alrededor de 3.400

45. Por esa poca se descubren cantidades considerables de objetos de oro en los cementerios de Miraores, en Pupiales. Vanse, entre otras obras, de Mara Victoria Uribe, Documentos del siglo XVIII referentes a la Provincia de los Pastos, en Revista Colombiana de Antropologa, Bogot, vol. XIX, 1975, pgs. 39-63 y Asentamientos prehispnicos en el altiplano de Ipiales, Colombia, en Revista Colombiana de Antropologa, Bogot, vol. XXI, 1977, pgs. 57-195. Tambin, Edgar Emilio Rodrguez Bastidas, Fauna precolombina de Nario, Bogot, Fundacin de Investigaciones Arqueolgicas Nacionales (Banco de la Repblica), Instituto Colombiano de Antropologa, 1992. 46. Santiago Londoo Vlez, Museo del Oro 50 aos, op. cit., pgs. 77-78. 47. Germn Samper, entrevista con el autor, Bogot, octubre de 1999.

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[29]

piezas lticas, 1.200 de concha, 330 de hueso, 139 maderas arqueolgicas, 145 muestras de textiles y varias momias. Estas cifras proporcionan una base sobre la cual evaluar el papel que han desempeado el Banco de la Repblica y el Museo del Oro desde 1939 en la preservacin del patrimonio cultural de Colombia, y en el desarrollo de una base slida para el conocimiento de las sociedades metalrgicas prehispnicas. El extraordinario acervo del Museo es ya ampliamente representativo de la produccin de las sociedades metalrgicas de Colombia. Parecera como si despus de 65 aos empleados en coleccionar los restos dejados por casi cinco siglos de saqueo de tumbas, cementerios y santuarios, se hubiera agotado esta parte del patrimonio arqueolgico de la nacin. Sin embargo, algunas de las adquisiciones de los ltimos treinta aos constituyen considerables sorpresas. La primera fue una balsa sobre la cual se ven varias guras encabezadas por un cacique, y que representa la ceremonia lacustre a la que se ha dado el nombre de El Dorado. La balsa muisca, una de las piezas ms sobresalientes entre las que se conocen de los antiguos habitantes de los altiplanos de la cordillera Oriental, fue hallada por campesinos a principios de 1969 en Pasca (Cundinamarca), y comprada en abril de ese ao por el Museo. En 1987 se extrajo de una tumba en el valle del Magdalena un suntuoso ajuar funerario consistente en cascos, diademas, poporos y otros objetos, al que se dio el nombre de Nuevo Tesoro Quimbaya, por analoga con el Tesoro donado a Espaa por el gobierno colombiano en 1892. Pero quiz el hallazgo de ms vastas consecuencias fue el de la hacienda Malagana, de 1992, que puso sobre el mapa orfebre del pas un nombre y un rea nuevos. El caso de Malagana llama nuevamente la atencin sobre el tema de la explotacin indiscriminada del patrimonio arqueolgico por parte de los guaqueros. Tras el descubrimiento accidental de un conjunto de tumbas prehispnicas en medio de un campo de caa de azcar de la hacienda por un grupo de obreros, bastaron pocos meses para que habitantes de la regin y guaqueros profesionales asolaran el lugar, que en fotografas areas tomadas poco despus semejaba un campo bombardeado48. Aun con la proteccin de la polica y el ejrcito, los arquelogos enviados all con urgencia por el Instituto Colombiano de Arqueologa no consiguieron excavar ms que algunas pocas tumbas, pues aparte de la tensin creada por la presin de los buscadores de tesoros, que vigilaban estrechamente los trabajos cientcos, los arquelogos encontraban que de noche se destrua lo que pacientemente haban conseguido adelantar durante el da.

48. Vase lvaro Botiva Contreras y Eduardo Forero Lloreda, Malagana, guaquera vs. arqueologa, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 24, mayo-agosto de 1989.

[30]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

Los arquelogos conocen muy bien el irreparable dao que causan eventos como ste al estudio de las sociedades prehispnicas. Una tumba o lugar de ofrendas no es simplemente un depsito de cosas puestas al azar por los indgenas. Siempre hay intenciones denidas en la disposicin de los objetos, en la forma y tamao de las tumbas, en el nmero de artefactos que se encuentran en ellas, en sus materiales, en su calidad y riqueza. Al extraer las piezas de su sitio de hallazgo, el guaquero elimina indicios que pueden contribuir a interpretar con algn grado de seguridad su signicado y las motivaciones que condujeron a su elaboracin, y con ello priva a todo aqul que se interese por las sociedades prehispnicas de elementos indispensables para penetrar en el misterio que las envuelve. Con anterioridad a la expedicin de la Constitucin de 1991, el avance ms notable en materia de legislacin sobre proteccin del patrimonio cultural de la nacin fue la ley 163 de 1959 y su decreto reglamentario, promulgado en 196349. Aparte de establecer deniciones esenciales, la ley mencionada prohiba expresamente sacar del pas objetos del patrimonio histrico y artstico de la nacin sin satisfacer ciertos requisitos. El artculo 72 de la nueva Constitucin introdujo una base ms rme sobre la cual cimentar una legislacin ms exhaustiva. El patrimonio cultural de la Nacin dice el artculo est bajo la proteccin del Estado. El patrimonio arqueolgico y otros bienes culturales que conforman la identidad nacional, pertenecen a la Nacin y son inalienables, inembargables e imprescriptibles. La ley establecer los mecanismos para readquirirlos cuando se encuentren en manos de particulares y reglamentar los derechos especiales que pudieran tener los grupos tnicos asentados en territorios de riqueza arqueolgica50. La ley 397 de 1997 cubre muchos vacos de la legislacin precedente, e incluso establece, por primera vez, castigos por faltas contra el patrimonio cultural de la nacin51. En pocas anteriores no haba faltado voluntad entre las autoridades para defender el patrimonio arqueolgico, ni en verdad haban faltado planes. Desde el decenio de 1950 se haba intentado poner en prctica, sin mayores resultados, un sistema de proteccin al que se dio el nombre de arqueologa de rescate, basado en el principio legal de que la construccin de carreteras, el tendido de oleoductos y gasoductos y la

49. Las principales normas promulgadas en el siglo XX con respecto al patrimonio arqueolgico estn recopiladas en Ministerio de Cultura, Instituto Colombiano de Antropologa, Ley general de cultura. Patrimonio arqueolgico, Bogot, octubre de 1997. 50. Ibd., pg. 4. 51. Norma adicional es el decreto 833 de 26 de abril de 2002, incluido en Gonzalo Castellanos Valenzuela, Rgimen jurdico del patrimonio arqueolgico en Colombia, Bogot, Instituto Colombiano de Antropologa e Historia, 2003.

Montaje del Saln Dorado de 1994, con ocho mil piezas entre pectorales, mscaras, narigueras, objetos de ofrenda y variedad de adornos. Esta escena de El Dorado, ante la que esperaban hallarse algn da los europeos que llegaron a Amrica en el siglo XV, tuvo un guion de contenido mtico: el efecto de luz y sonido hace sentir al visitante el aspecto sagrado de la ceremonia de Guatavita.

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[31]

Las colecciones del Museo del Oro constituyen inagotable campo para la investigacin arqueolgica. El propio Museo ha promovido estudios que hoy son clsicos, entre ellos la vasta obra de Jos Prez de Barradas y los libros de Clemencia Plazas y Ana Mara Falchetti, que jaron la visin general que hoy tenemos sobre la orfebrera prehispnica de Colombia, y el estudio en que Gerardo Reichel-Dolmatoff explora el signicado de las piezas metalrgicas.

52. Myriam Jimeno Santoyo, La investigacin en antropologa, en Carlos B. Gutirrez (comp.), La investigacin en Colombia en las artes, las humanidades y las ciencias sociales, Bogot, Universidad de los Andes, Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, Ediciones Uniandes, 1991, pg. 61. 53. Ibd. Tambin se han establecido facultades de antropologa en la Universidad Externado de Colombia en Bogot y la Universidad del Magdalena en Santa Marta. Actualmente (2004) existen al menos otras dos facultades en proyecto en distintas universidades. Artculos de inters sobre el tema son, entre otros: Hernn Henao Delgado, Departamento de Antropologa de la Universidad de Antioquia, pasado y futuro, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 18, enero-abril de 1987, pgs. 64-65; Carlos Armando Rodrguez, 50 aos de investigacin arqueolgica en el Valle del Cauca, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 16, mayo-julio de 1986, pgs. 17-30; lvaro Romn Saavedra, Departamento de Antropologa de la Universidad Nacional, veinte aos, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 18, enero-abril de 1987, pgs. 66-69.

ejecucin de otras obras civiles deban estar precedidos por estudios de impacto ambiental, y exista la obligacin de proteger el patrimonio arqueolgico. Pero esto slo comenz a cobrar verdadero impulso a partir de la Constitucin de 1991. Se arma que desde entonces han tenido lugar en Colombia ms de mil hallazgos arqueolgicos, que han supuesto en algunos casos la suspensin temporal de grandes proyectos de ingeniera. Ninguno de estos hallazgos ha producido la recuperacin, dentro de su contexto, de objetos metalrgicos signicativos. El problema es indudablemente complejo, y su solucin no es fcil o inmediata, ni consiste solamente en legislar, o en proteger la investigacin arqueolgica con el ejrcito y la polica. El caso de Malagana habla con elocuencia sobre los factores culturales y educativos que forman parte de la mentalidad que motiva la guaquera, y que son contrarios al principio de la primaca del patrimonio y el inters comunes sobre los individuales. Hacer frente a esos factores es sin duda un componente esencial de toda poltica de proteccin del patrimonio cultural. En el terreno del conocimiento de las sociedades prehispnicas, el avance en los ltimos cuatro decenios ha corrido paralelo con el desarrollo de la arqueologa. Hasta 1964 la formacin de antroplogos estuvo a cargo del Instituto Etnolgico Nacional y de su sucesor, el Instituto Colombiano de Antropologa. El progreso hasta entonces fue lento, a juzgar por los resultados. Desde 1941, cuando se fund la primera de las dos instituciones, slo se graduaron 38 antroplogos52, lo cual se explica principalmente por la escasez de posibilidades en el mercado laboral. En 1964 se fund el Departamento de Antropologa de la Universidad de los Andes, bajo la orientacin de Gerardo Reichel-Dolmatoff y su esposa, Alicia Dussn. Dos aos ms tarde se abrieron los de la Universidad Nacional en Bogot y la Universidad de Antioquia en Medelln, a los cuales sigui el de la Universidad del Cauca en Popayn, en 1970, y en 1999 el de la Universidad de Caldas en Manizales. El inters por la nueva carrera se hizo pronto evidente, pues en quince aos hubo ms de 700 graduados53. El aanzamiento de la antropologa en las universidades y del Instituto Colombiano de Antropologa como institucin especializada en investigacin infundi nue-

[32]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

Desde sus inicios, en 1978, el Boletn Museo del Oro ha sido el principal rgano de difusin de la investigacin sobre metalurgia prehispnica en Colombia, y es fuente esencial de consulta tanto para especialistas como para el pblico en general. Progresando con los tiempos, hoy se halla disponible en internet (www.banrep.gov.co/museo).

vo nimo a la arqueologa en el pas. A los nombres de colombianos y extranjeros que haban adelantado el conocimiento arqueolgico desde el decenio de 1940, entre ellos Gregorio Hernndez de Alba, Luis Duque Gmez, Elicer Silva Celis, Gerardo Reichel-Dolmatoff, Alicia Dussn de Reichel, Julio Csar Cubillos, Henri Lehmann, Wendell Bennett, Sylvia Broadbent, Karen Olsen Bruhns, Warwick Bray, Thomas van der Hammen, Henning Bischof, Marianne Cardale, comenzaron pronto a sumarse los de profesionales de generaciones ms jvenes que ampliaron sustancialmente el cubrimiento y alcance de los estudios. En esta especie de etapa formativa de la arqueologa colombiana contempornea, tuvo papel primordial el establecimiento en 1971 de la Fundacin de Investigaciones Arqueolgicas Nacionales del Banco de la Repblica. Creada con el n de estimular y apoyar proyectos de exploracin del patrimonio arqueolgico colombiano, particularmente entre estudiantes de ltimo ao de carrera o recin graduados de las universidades, la Fundacin ha mantenido desde el principio estrecha coordinacin con el Instituto Colombiano de Antropologa, los departamentos de antropologa de las universidades, el Museo del Oro y otras instituciones, en un esfuerzo comn que no tard en rendir frutos54. Un rpido examen de los proyectos que auspici en sus primeros doce aos revela muchos ttulos que ahora son de referencia obligada. Hasta 1998 la Fundacin haba patrocinado ms de 220 proyectos y publicado ms de sesenta monografas y un Boletn de Arqueologa que se acerca a las cincuenta ediciones. Dentro de este panorama acadmico ocupa tambin lugar signicativo el Museo del Oro, no slo por ser el lugar donde se lleva a cabo lo principal de cualquier investigacin relacionada con la metalurgia prehispnica colombiana. Desde su instalacin en su sede permanente y de manera continua, ha auspiciado y aun adelantado con sus propios especialistas el estudio de la orfebrera y de las sociedades orfebres del pas, prosiguiendo la labor iniciada por Carlos Margain y Jos Prez de Barradas en el decenio de 1950. Se destaca tambin el laborioso estudio iconogrco de la coleccin metalrgica encomendado a nes de la dcada de 1980 a Gerardo Reichel-Dolmatoff, que sirvi de fundamento a su notable

54. Desde su primer nmero el Boletn Museo del Oro ha divulgado las actividades de la Fundacin de Investigaciones Arqueolgicas Nacionales y los proyectos que patrocina. Museo del Oro, Fundacin de Investigaciones Arqueolgicas Nacionales, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, ao 1, enero-abril de 1978, pg. 38. 55. Gerardo Reichel-Dolmatoff, Orfebrera y chamanismo. Un estudio iconogrco del Museo del Oro, Medelln, Editorial Colina, 1988.

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[33]

56. Clemencia Plazas, Ana Mara Falchetti, Juanita Senz, Investigaciones arqueolgicas en el ro San Jorge, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, ao 2, septiembre-diciembre de 1979, pgs. 1-18. Otras obras importantes conjuntas de Plazas y Falchetti, aparte de las ya mencionadas, son: Orfebrera prehispnica de Colombia, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, ao 1, septiembre-diciembre de 1978, pgs. 1-53; El Dorado: Colombian Gold, catlogo de exposicin. Australian Art Exhibitions Corporation Limited, 1978; Asentamientos prehispnicos en el bajo ro San Jorge, Bogot, Fundacin de Investigaciones Arqueolgicas Nacionales, 1981. Individualmente tambin han hecho aportes signicativos: Ana Mara Falchetti, Pectorales acorazonados, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, ao 1, 1978, pgs. 28-34; Colgantes Darin, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, ao 2, 1979, pgs. 1-55; Desarrollo de la orfebrera tairona en la provincia metalrgica del norte colombiano, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 19, mayo-agosto de 1987, pgs. 3-24; Orfebrera prehispnica en el altiplano central colombiano, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 25, septiembre-diciembre de 1989, pgs. 3-41; La tierra del oro y el cobre: parentesco e intercambio entre comunidades orfebres del norte de Colombia y reas relacionadas, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nms. 34-35, enero-diciembre de 1993, pgs. 3-75; El oro del gran Zen. Metalurgia prehispnica en las llanuras del Caribe colombiano, Bogot, Banco de la Repblica, Museo del Oro, 1995. Clemencia Plazas, Nueva metodologa para la clasicacin de orfebrera, Bogot, Jorge Plazas Editor, 1975; Tesoro de los contina

libro Orfebrera y chamanismo55. Pero sin duda, aparte del de Prez de Barradas, los trabajos ms inuyentes han sido los realizados por Clemencia Plazas y Ana Mara Falchetti durante el cuarto de siglo en que estuvieron vinculadas al Museo, donde llegaron a ocupar los cargos de directora y subdirectora tcnica, respectivamente. Una parte muy signicativa de la visin que hoy se tiene sobre las sociedades metalrgicas de Colombia se debe a ellas. Algunos de sus libros, en particular los relativos a las reas del ro Sin y el bajo ro San Jorge, lugar ste donde adelantaron un prolongado proyecto de campo nanciado por el Museo y Econquel y ejecutado entre 1975 y 1980, son referencias obligadas en sus respectivos temas56. El Museo cuenta hoy con un grupo de antroplogos de planta que, en sus respectivas especialidades y con sus propias publicaciones, mantienen un ritmo permanente de investigacin y proporcionan apoyo tcnico a las labores del Museo. No menos importante es la actividad altamente tcnica que tiene lugar all en lo referente a la conservacin y restauracin de las piezas de todo gnero que forman parte de las colecciones. Esto incluye a los objetos de orfebrera, sujetos a deterioro por factores como la oxidacin, la corrosin y los cambios mecnicos57. Complementa el Museo su labor acadmica, tcnica y cientca, con el Boletn Museo del Oro, rgano cientco de alcance y reconocimiento mundiales. Comenz a publicarse en 1978, siendo director el antroplogo Luis Duque Gmez, su principal gestor y orientador. Fuente esencial de consulta para especialistas y de saber arqueolgico para el pblico en general, en sus ms de cuarenta ediciones registra los progresos de la investigacin sobre la vida indgena y la metalurgia prehispnica en artculos y reseas escritos por las principales autoridades de Colombia y el exterior en sus respectivos campos. Esta perspectiva del actual Museo del Oro, que corresponde a la nocin clsica del museo como fuente de conocimiento y lugar donde se guarda una parte signicativa del patrimonio de una nacin, en ningn momento se contrapone a su otra faz, su faz conocida, la de ser centro de divulgacin, aprendizaje, contemplacin y goce de ese patrimonio. En verdad, el Museo jams ha perdido de vista el hecho de que conserva y exhibe obras prodigiosas que admiran e intrigan a quien las contempla, y no pierde tampoco de vista el hecho de que aquellas obras son testimonio de grupos humanos sorprendentes, poseedores de extraordinarias visiones del universo; de grupos humanos que antecedieron a los colombianos de hoy, y son por lo tanto smbolos de su identidad nacional y motivo de orgullo y esperanza. Por lo tanto, la orientacin primordial del Museo del Oro es hacia el pblico, hacia su educacin y enriquecimiento intelectual y emocional. El principal vehculo de divulgacin de la metalurgia de las sociedades prehispnicas es, desde luego, la exposicin permanente. En torno a ella se ofrecen visitas guiadas y se presentan audiovisuales. El pblico infantil y escolar ha tenido precedencia, y desde 1987 la ocina de Servicios Educativos ha contribuido sustancialmente al desarrollo de la educacin no tradicional a partir del Museo. Entre los programas que ha puesto en prctica se destacan especialmente los talleres recreativos, las Hojas didcticas, o materiales participativos que ayudan a los nios a comprender mejor el sentido de las exposiciones, y las Maletas didcticas, cajas especialmente diseadas que contienen rplicas de guras de oro y objetos de cermica, piedra, concha y hueso que los maestros llevan a la clase. Los nios pueden manipular los objetos, recrearse con juegos que vienen

[34]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

en la caja, y hacer preguntas al maestro, previamente preparado mediante una cartilla escrita para este efecto58. En las visitas escolares cerca de doscientos nios y jvenes conocen diariamente el Museo. Complemento indispensable de la exposicin permanente son las exposiciones temporales, nacionales e internacionales. En ellas se profundiza sobre temas parciales, se destacan aspectos o grupos de piezas especcos, y se brinda la oportunidad de apreciar a las sociedades prehispnicas desde nuevos ngulos, con la ayuda de catlogos, aches, recursos audiovisuales y otros medios museolgicos. Estas exposiciones, con las cuales suelen organizarse tambin conferencias y seminarios con especialistas, son tambin importante factor de revitalizacin del propio Museo, pues renuevan el inters del pblico que ya tiene familiaridad con l, y suelen permitir, en el proceso de preparacin y montaje, el descubrimiento de facetas ignoradas o poco conocidas de las colecciones. La primera exposicin temporal del Museo del Oro en Bogot tuvo lugar en 1968, en coincidencia con la apertura de su nueva sede. Su oportuno tema de La leyenda de El Dorado fue sin duda un atractivo ms para dirigir la atencin del pblico hacia la renovada institucin que acababa de abrir sus puertas. Dos aos ms tarde, en 1970, y luego de otros montajes sobre temas diversos, se abri una muestra novedosa que por vez primera pona al alcance de la gente la oportunidad de apreciar en su conjunto la orfebrera de todo el continente. El oro en Amrica, como se llam la exposicin, reuni piezas tradas de Mxico, Guatemala, Costa Rica, Panam, Ecuador y Per59. Hasta 1968 el Museo del Oro y sus colecciones, y por lo tanto la posibilidad que tena el pblico de ver algo de la metalurgia precolombina, estuvieron connados a la capital del pas. En un primer esfuerzo por descentralizar un patrimonio que ya todos consideraban como propio de los colombianos de todas las regiones, se organiz en ese ao en Manizales, antigua regin quimbaya, una Exposicin de 25 obras maestras de orfebrera prehispnica, pertenecientes al Museo, al tiempo con un grupo de piezas de cermica del coleccionista local Santiago Vlez. No tard en repetirse esta clase de eventos en otras ciudades de Colombia, particularmente en ocasiones de signicacin histrica, cultural o social. En 1971 hubo en Cali una muestra con motivo de los VI Juegos Panamericanos, y otra en Ibagu como parte de una Semana Cultural. La primera exposicin itinerante del Museo del Oro, es decir, presentada sucesivamente en varias ciudades con el mismo montaje, fue Orfebrera precolombina, organizada inicialmente en Barranquilla en 1977 y llevada luego a Ibagu, Popayn, Bucaramanga, Pereira, Ccuta y Medelln. En 1978 se alteraron temporalmente la estructura y la rutina del Museo, desmantelndose en su integridad el montaje del segundo piso. La razn fue la llegada a Bogot de Textiles y oro del antiguo Per, la primera gran exposicin internacional de tema prehispnico realizada en el Museo. Varios aos ms tarde, en 1985, se veric la primera exposicin internacional itinerante, que recorri varias ciudades del pas, Mxico: 3.000 aos de historia. Efectuadas a intervalos regulares, las exposiciones temporales del Museo del Oro, tanto en Bogot como en otras ciudades, no slo han permitido el acceso a su rica coleccin por parte de pblicos cada vez ms amplios y distantes de la capital. Tambin han reforzado el mensaje de identidad cultural, tanto nacional como regional, que desde un principio se ha asociado con las piezas del Museo. Esto es particularmente cierto en relacin con exposiciones como 7.000 aos de historia en

quimbaya y piezas de orfebrera relacionadas, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, ao 1, mayo-agosto de 1978, pgs. 21-28; Clasicacin de objetos de orfebrera precolombina segn su uso, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, ao 3, 1980, pgs. 1-27; Forma y funcin en el oro tairona, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 19, mayo-agosto de 1987, pgs. 25-33; Cronologa de la metalurgia colombiana, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nms. 44-45, enero-diciembre de 1998, pgs. 3-77. 57. Sobre el punto especco de la restauracin, vase, por ejemplo, Fernando S. Barandica Forero, La restauracin de objetos cermicos en el Museo: un estudio de caso, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 28, julioseptiembre de 1990, pgs. 8791. Entre las obras publicadas por los antroplogos del Museo destacamos, adems de las ya mencionadas hasta ahora, las siguientes: Sonia Archila, Los tesoros de los seores de Malagana, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, 1996; Sonia Archila, Ana Mara Falchetti, Clemencia Plazas y Juanita Senz Samper, La sociedad hidrulica zen. Estudio arqueolgico de 2.000 aos de historia en las llanuras del Caribe colombiano, Bogot, Banco de la Repblica, 1993. Clara Isabel Botero, The Construction of the Prehispanic Past of Colombia: Collections, Museums and Early Archaeology, 1823-1941, tesis doctoral, Universidad de Oxford, 2001. Lucero Gmez del Corral, Relaciones de parentesco en las relaciones de produccin en la comunidad indgena de Mueyamues (Nario), tesis de grado en antropologa, Universidad Nacional de Colombia, Bogot, 1985. Eduardo Londoo, Un mensaje del tiempo de los muiscas, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. contina

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

[35]

16, mayo-julio de 1986, pgs. 48-57; Santuarios, santillos, tunjos: objetos votivos de los muiscas en el siglo XVI, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 25, septiembre-diciembre de 1989, pgs. 92-119; El lugar de la religin en la organizacin social muisca, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 40, enero-junio de 1996, pgs. 63-87; El proceso de Ubaque de 1563: La ltima ceremonia religiosa pblica de los muiscas, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 49, julio-diciembre de 2001, edicin para internet. Roberto Lleras Prez, Prehispanic Metallurgy and Votive Offerings in the Eastern Cordillera, Colombia, Oxford, BAR International Series 778, Archaeopress, 1999; Las estructuras del pensamiento dual en el mbito de las sociedades indgenas de los Andes orientales, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 40, enerojunio de 1996, pgs. 3-15. As oferendas muiscas na Lagoa de Guatavita, en O mar, eterno retorno, Lisboa, Museo Calouste Gulbenkian, 1998. La geografa del gnero en las guras votivas de la Cordillera Oriental colombiana, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 49, juliodiciembre de 2001, edicin para internet. Juanita Senz Obregn, Notas sobre la restauracin y conservacin de los metales precolombinos, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 28, julio-septiembre de 1990, pgs. 75-85. Restauracin de metales en el Museo del Oro, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nm. 47, julio-diciembre de 2000, edicin para internet. Juanita Senz Samper, Mujeres de barro: estudio de las gurinas cermicas de Montelbano, en Boletn Museo del Oro, Bogot, Museo del Oro, Banco de la Repblica, nms. 34-35, enero-diciembre de 1993, pgs. 76-109. Las guilas doradas: ms all de contina

Las exposiciones temporales, tanto las nacionales (realizadas desde 1968) como las internacionales (desde 1954), son parte esencial de la labor de divulgacin que cumple el Museo del Oro. Aparte de las muestras que han visitado prcticamente todas las ciudades mayores e intermedias de Colombia, el Museo ha organizado o participado en ms de 180 exposiciones realizadas en 120 ciudades de cincuenta pases de todos los continentes.

[36]

b o l e t n c u lt u r a l y b i b l i o g r f i c o, v o l . 4 0 , n m . 6 4 , 2 0 0 3

Calima, mostrada en Cali en 1986 al cumplir esa ciudad 450 aos, Los muiscas a la llegada de los espaoles, realizada en la capital del pas con motivo de los 450 aos de Bogot y Tunja, y 1492: la respuesta americana, montada con ocasin del V Centenario del descubrimiento de Amrica. Fue justamente el inters de facilitar el acceso descentralizado a la apreciacin del arte prehispnico y promover desde y para las regiones sus races y sus valores culturales ancestrales y actuales, lo que motiv al Banco de la Repblica a iniciar en 1980 el establecimiento de museos regionales60. El primero fue el Museo del Oro, en la Casa de la Aduana en Santa Marta, con piezas taironas. Luego vino el Museo del Oro en Manizales, inaugurado en 1981 y dedicado a la orfebrera quimbaya, al cual sigui en 1982 el Museo del Oro en Cartagena, dedicado a la cultura Zen. En 1985 se abrieron el Museo del Oro en Pasto y el Museo del Oro en Ipiales, para la metalurgia nario. Dos ms se fundaron en 1986, el Museo del Oro en Pereira, para la orfebrera quimbaya tardo, y el Museo del Oro en Armenia, con oro quimbaya temprano. En 1988 se inaugur el Museo Etnolgico del Hombre Amaznico, en Leticia, y en 1991 el Museo del Oro en Cali, con piezas de la cultura Calima. Cada uno de ellos exhibe una muestra, que incluye piezas nicas, del trabajo de los orfebres que habitaron la respectiva regin, organiza exposiciones temporales de inters arqueolgico o etnolgico, y recibe a su vez muestras itinerantes de otras regiones. Entre 1984 y 1986 el Museo llev a cabo una interesante experiencia bajo la direccin de Mara Elvira Bonilla, al llevar muestras de las piezas a las agencias de compra de oro del Banco de la Repblica en poblaciones apartadas como Condoto, Barbacoas y Guapi, en la costa pacca, centros productores del metal durante siglos61. Las exposiciones que ha llevado el Museo del Oro a otros pases desde 1954 conducen un mensaje relacionado tambin con la identidad cultural y nacional de los colombianos. Desde luego corresponden, como las exposiciones internacionales que llegan a Colombia, a intercambios de buena voluntad entre las naciones, y comparten con stas el propsito de difundir la cultura de los pases por el mundo. Pero en el caso de Colombia, pas que ha pasado de ser casi completamente ignorado en el exterior a ser conocido slo por el narcotrco, la violencia y las tragedias naturales, se ha conado a las narigueras, colgantes, brazaletes y poporos del mundo prehispnico la misin de ayudar a rescatar la imagen y el orgullo nacionales. Misin que, por lo dems, cumplen con infalible xito. Las piezas del Museo del Oro han sido vistas en 120 ciudades de cincuenta pases de los cinco continentes, y han llegado a pblicos de las ms variadas culturas. Llevadas por invitacin, han participado en ms de 180 exposiciones desde 1954, muchas ms de las que hubiera podido organizar el Museo en Bogot en toda su historia. No faltan casos en que se han mostrado en diez y hasta quince pases en un solo ao, lo cual es notable aun para las colecciones ms viajeras del mundo. Muchas instituciones ilustres han acogido estas exposiciones, entre ellas el Museo Nacional de Antropologa de Mxico, el Museo de Arte Moderno y el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires, el Museo de Amrica y el Museo Arqueolgico Nacional de Madrid, el Museo del Ermitage de Leningrado (San Petersburgo), el Museo Nacional de Nueva Delhi, The Royal Academy de Londres, el Palacio Sforza de Miln, el Museo Marmottan, el Petit Palais y el Grand Palais de Pars, y la National Gallery of Art de Washington. Tras cumplir 60 aos de labores, el Museo del Oro entr de nuevo en un proceso de ampliacin y renovacin de la exposicin perm