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INTRODUCCIÓN La idea que anima la presentación de este documento no es otra que facilitar el debate para alcanzar una definición mínima que contenga aquellos elementos estratégicos y tácticos que hoy puede compartir el colectivo que se defina por la Revolución Integral. Por lo tanto, tienen en estos momento, necesariamente, un carácter muy provisional. No obstante, representa aquella posición que comprende que un colectivo que se define por compartir un proyecto de ideas, cuyos contenidos se sintetizan en la RI, deberá realizar un pronunciamiento común básico de identidad programática, a fin de no caer en posiciones eclécticas.

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1.2 Como cuestión previa, entendemos la “acción” en estos momentos, no como una suerte de activismo cortoplacista y pragmático que impide a la gente construirse como seres de calidad, capaces de participar creativamente, mediante el ejercicio de la virtud, con esfuerzo desinteresado, en un proceso de la naturaleza del propuesto. Se trata de crear ideas renovadas, nuevos caminos superadores de los viejos “dogmas” izquierdistas del pasado, hoy tan inútiles para la revolución y tan útiles para el Estado, como mecanismos de integración del movimiento ciego de masas. Un activismo que se nutre básicamente de la “zanahoria” prometida de un renovado –e imposible- Estado de bienestar. Nuestro concepto de “acción”, es netamente diferente, pues se basa en dos cuestiones: primero, participar activamente en la construcción pre-política del sujeto, condición previa; y segundo, en relación íntima con ello, el estudio reflexionado de las cuestiones centrales hoy, para sentar las bases de análisis y conciencia que contribuyan a dar orientación correcta a una verdadera estrategia revolucionaria.

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  • INTRODUCCIN

    La idea que anima la presentacin de este documento no es otra que facilitar el debate

    para alcanzar una definicin mnima que contenga aquellos elementos estratgicos y

    tcticos que hoy puede compartir el colectivo que se defina por la Revolucin Integral.

    Por lo tanto, tienen en estos momento, necesariamente, un carcter muy provisional.

    No obstante, representa aquella posicin que comprende que un colectivo que se

    define por compartir un proyecto de ideas, cuyos contenidos se sintetizan en la RI,

    deber realizar un pronunciamiento comn bsico de identidad programtica, a fin de

    no caer en posiciones eclcticas.

  • MANIFIESTO CONJUNTO POR LA REVOLUCIN INTEGRAL

    Cimentando la unidad

    Por unas bases estratgicas mnimas

    1.1 Como cuestin previa, entendemos la accin en estos momentos, no

    como una suerte de activismo cortoplacista y pragmtico que impide a

    la gente construirse como seres de calidad, capaces de participar

    creativamente, mediante el ejercicio de la virtud, con esfuerzo

    desinteresado, en un proceso de la naturaleza del propuesto. Se trata

    de crear ideas renovadas, nuevos caminos superadores de los viejos

    dogmas izquierdistas del pasado, hoy tan intiles para la revolucin y

    tan tiles para el Estado, como mecanismos de integracin del

    movimiento ciego de masas. Un activismo que se nutre bsicamente de

    la zanahoria prometida de un renovado e imposible- Estado de

    bienestar. Nuestro concepto de accin, es netamente diferente, pues

    se basa en dos cuestiones: primero, participar activamente en la

    construccin pre-poltica del sujeto, condicin previa; y segundo, en

    relacin ntima con ello, el estudio reflexionado de las cuestiones

    centrales hoy, para sentar las bases de anlisis y conciencia que

    contribuyan a dar orientacin correcta a una verdadera estrategia

    revolucionaria.

    1.2 El pensamiento transformador debe adecuarse al momento presente.

    No es correcto ni posible ya continuar con la repeticin de los dogmas y

    utopas sociales del pasado, plenamente fracasados hoy da. Pero esto

    ha de hacerse de forma crtica y autocrtica, depurando los errores de

    los aciertos, huyendo tanto del triunfalismo infantil como del pesimismo

    nihilista.

    1.3 Sin desarrollar el factor consciente nada se puede conseguir que

    merezca la pena, para ello debe partirse de la experiencia reflexionada,

    no de cualquier apriorismo o axioma teortico. Todo anlisis de la

    realidad ha de tener a la verdad como nico fundamento del sistema de

    necesidades del ser humano.

  • 1.4 No es posible una verdadera accin revolucionaria con seres-nada. Los

    principios filosficos que han de animar a los seres humanos reales,

    dispuestos para la accin trasformadora, han de ser la entrega

    desinteresada, la viveza intelectual, la valenta y fortaleza, la capacidad

    para convivir, la modestia, la frugalidad, el autodominio, la solidez de la

    voluntad y el indiferentismo ante placeres y dolores.

    1.5 Respecto de la situacin internacional, los avances del imperialismo/s

    hacia una nueva conflagracin blica mundial nos plantea la necesidad

    de desenmascarar las estrategias, tanto del bloque imperialista en

    declive (USA-UE), como de aquellos en claro ascenso (BRICS), y sus

    apoyos respectivos, desde el populismo izquierdista, hasta el

    islamofascismo.

    1.6 El Estado espaol, como aparato de opresin y explotacin sobre los

    pueblos, se sostiene a partir de la actual dictadura de naturaleza

    constitucional, partitocrtica y parlamentarista. Por ello, un objetivo

    central de una revolucin social e integral debe plantear la superacin

    del actual orden de poder en manos de las lites mandantes, siendo

    sustituido dicho Estado por un nuevo orden basado en el autogobierno

    de los pueblos, mediante asambleas omnisoberanas, con la eliminacin

    del capitalismo, del trabajo asalariado y la explotacin, que han ser

    sustituidos por un sistema plural de colectivismo, libertad civil y de

    pensamiento.

    1.7 Se debe repudiar el modo de vida actual en las ciudades, por ser

    destructivo de la esencia concreta humana y de la propia naturaleza. El

    modelo ptimo de sociedad ha de basarse en la integracin del hombre

    con la naturaleza, cuya vocacin no podr ser otra que de carcter rural

    y popular, con fundamento en la democracia autntica directa, con vida

    colectiva, social, civil y econmica. Por lo tanto, hay que tomar como

    referente el objetivo estratgico de avanzar hacia el proceso de

    desurbanizar, desindustrializar y desmaquinizar la sociedad actual

    basada en la mega-urbe y la tecno-industria, antesala de una situacin

    de barbarie. Reivindicar lo mejor de la cultura popular y tradicional, a la

    par que nos reclamamos de los valores ms universales de la cultura

    clsica occidental.

    1.8 Sin la activa participacin de las mujeres no es posible el cambio social

    cualitativo alguno. El feminismo de Estado y el izquierdismo promueven

    hoy un rgimen neo-patriarcal de enfrentamiento entre hombres y

  • mujeres con el fin de someter a stas y mantenerlas fuera de su

    participacin decisiva en la resolucin de los problemas claves de la

    sociedad. Hombres y mujeres deben estar unidos, amarse y respetarse

    en pie de igualdad, compartiendo las tareas de la transformacin

    integral del orden constituido, sin sexismo de uno u otro tipo. Idntica

    estrategia vale para la juventud, extraviada conscientemente por el

    Estado y el Capitalismo en la alienacin y el consumismo.

    1.9 La autodeterminacin de los pueblos oprimidos ser parte del proceso

    de la revolucin social integral, o sta no lo ser. La libre determinacin

    de los pueblos oprimidos por los Estados-nacin (como el Estado

    espaol), o Estados-multinacionales global-imperialistas (como la UE),

    no podr alcanzarse de la mano de las instituciones de poder de los

    propios estados, o apadrinados por stos, ni de hipotticos procesos

    neutrales estatistas de liberacin nacional propugnados por la

    izquierda o el nacionalismo burgus o pequeo-burgus. No es posible

    plantear esto como una cuestin especfica, ni marginal; al contrario,

    debe formar parte integral del conjunto de tareas transformadoras

    esenciales a acometer en la estrategia revolucionaria: es parte de la

    revolucin poltica, pero tambin parte sustancial de la revolucin en la

    conciencia, de la construccin poltica de un sujeto capaz de sostener

    una sociedad convivencial, organizada democrticamente mediante la

    organizacin de asambleas omnisoberanas confederadas, orientada

    hacia el bien comn, con respeto de las culturas, con libertad de

    conciencia, libertad poltica y civil para todos y todas.

    1.10 La tecnologa debe ser repudiada, no por alguna actitud

    romntica, sino porque realmente es una pesadilla para los seres

    humanos. Su fundamento bsico es militar, fortalece continuamente al

    Estado y al Capitalismo, incrementa el control sobre el trabajo y sobre

    las personas haciendo de stas seres intiles para algo creativo, a los

    que se obliga a vivir en un mundo artificial, donde nada se espera del

    ser humano y todo es producto de la industria, de la publicidad y de

    la poltica, y cuya finalidad es el control y explotacin mejor de los

    humanos. Por lo tanto la tecnologa est ayudando en la configuracin

    de un neo-siervo dedicado plenamente a la diablica rutina del trabajo-

    consumo.

    1.11 En oposicin a la idea de una sociedad dominada por el homo

    oeconmicus, hay que plantear una sociedad que merezca el calificativo

    de humana, que ha de estar basada en la moral del esfuerzo y servicio

  • desinteresados. Una sociedad donde lo fundamental sea la lucha por la

    verdad, el fomento del amor a los iguales, entregarse al bien moral y el

    ardor por la revolucin. Aprender decisivamente de la experiencia

    histrica de la sociedad de la Alta Edad Media Hispana.

    1.12 La lucha por la mejora de las condiciones de vida del pueblo debe

    plantearse, pero supeditada a la labor de concientizacin respecto de

    las falsas expectativas del reformismo, y como frmula de avance en

    procesos de autogestin y cooperativismo popular.

    1.13 Una sociedad humana ha de ser una sociedad frugal, como

    principio tico, objetivo y racional, a la vez. Los valores promovidos por

    el sistema de poder basado en el individualismo, las ansias de riqueza, el

    consumo y la abundancia de goces corporales sirven para manipular a

    los seres humanos por las lites de poder, daan la pasin por la

    libertad y el esfuerzo por la virtud. Sin embargo, la frugalidad nos facilita

    alcanzar metas inmateriales a la par que nos permite construirnos como

    seres autnticamente humanos y preservar el medio natural destruido

    ya casi irremisiblemente. Por tanto, es el entusiasmo por la

    autosuficiencia y la posesin mnima el fundamento de la vida buena y

    de la sociedad ms justa e igualitaria y no la riqueza, como preconizan

    los gastados credos izquierdistas.