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FRAGMENTOS | Post Scnptum POR CARLOS GUSTAVO GIMENEZ ROBERTO BURLE MARX: EL POETA DE LOS JARDINES En Río de Janeiro se sucedieron tres grandes exposiciones en el edificio del Paco Imperial, con el propósito de celebrar el centenario de grandes protagonistas del Movimiento Moderno en Brasil: Lucio Costa (1902-1998), Oscar Niemeyer (1907) [i] y Roberto Burle Marx (1909* 1994 )- La última en presentarse -entre diciembre de 2008 y marzo de 2009- fue “ Roberto Burle Marx, la permanencia de lo inestable”. Lo más difundido de la obra de este paulista son sus proyectos paisajísticos, pero en esta exposición también hubo un lugar destacado destinado a sus pinturas. Las obras expuestas estaban ordenadas cronológicamente y en el conjunto podía observarse la fluctuación estilística de su quehacer. En cada una de las salas dedicadas a las pinturas estaba expuesto un proyecto de paisajismo, contemporáneo de aquellas, con el fin de evidenciar las relaciones que tuvieron las dos disciplinas en el conjunto de su obra. Un importante espacio estuvo dedicado a sus grabados, sus esculturas, sus cerámicas, sus diseños de alhajas y sus proyectos de escenografías. En la muestra podían verse las obras que se convirtieron en algunas de las postales más utilizadas para promover turísticamente £ summa +108 la cidade maravillosa, como lo son los diseños para las veredas de la avenida Atlántica en Copacabana -cuyos dibujos originales estaban expuestos sobre las largas tiras de papel que él utilizó- o el proyecto paisajístico de las 120 hectáreas que ocupa el parque público del Aterro de Flamengo, a lo largo de siete kilómetros por la orilla de la Bahía de Guanabara, desde el aeropuerto de Santos Dumont hasta Botafogo. También había paneles con las coloridas composiciones de los trabajos surgidos de la colaboración con Oscar Niemeyer para la ciudad de Pampulha en la década del 40 y otros pertenecientes al proyecto de los jardines del Ministerio de Educación y Salud Pública de Río de Janeiro que un grupo de arquitectos jóvenes, entre los que se contaban Lucio Costa, Oscar Niemeyer y Affonso Reidy, proyectaron en 1938 supervisados por Le Corbusier. Esquemas de una abstracción absoluta, manchas redondeadas de fuertes colores contrastantes, composiciones más cercanas a la libertad de la producción pictórica que a los lincamientos precisos de un proyecto. Burle Marx fue uno de los primeros proyectistas de su país en incorporar plantas nativas en los proyectos de parques y jardines. Su obra paisajística quedó asociada a la diversidad y a la enorme riqueza de posibilidades que la flora de ese país ofrece. Con el objeto de profundizar el conocimiento del patrimonio vegetal autóctono, realizó excursiones exploratorias al nordeste, a los pantanos de Pantanal, a los llanos de Mato Grosso. Son muchas las plantas que él identificó por primera vez; un gran panel daba cuenta de esto con la exposición de las descripciones gráficas. Es una tradición de la botánica que las especies lleven, junto a su designación, el nombre de la persona que las ha descubierto o descripto de manera científica por primera vez. Dieciocho variedades de plantas llevan su nombre, como es el caso de la Heliconia burle-marxii, expuesta en la muestra con un dibujo realizado por su amiga, la célebre Margaret Mee (1909-1988). Ante la falta de comercialización de esas plantas en los circuitos habituales, él se encargó personalmente de la producción de los ejemplares que necesitaba para la materialización de sus provectos. Las tendencias internacionales del siglo XX tuvieron un desarrollo en el Brasil caracterizado por una fuerte presencia de rasgos locales, tanto en la producción pictórica como en la arquitectónica y urbanística. La obra de Burle Marx es una de las que mejor ejemplifica esta actitud y aquí se encuentra uno de los mayores logros de su producción: no solo reemplazó los modelos tradicionales de la jardinería europea (inglesa, francesa e italiana) por novedosos esquemas abstractos surgidos de los principios compositivos elaborados por las vanguardias pictóricas, sino que incorporó en los parques y jardines la enorme variedad y el exuberante colorido de las plantas tropicales. En la mayoría de los proyectos es exclusiva la utilización de plantas autóctonas. El “poeta de los jardines”, como lo llamó Tarsila do Amaral, elaboró varios proyectos para la Argentina. En la exposición del Pa<;o Imperial solo estaba incluido el de la Plaza del Perú (1972), vecina al predio que hoy ocupa el Malba y cuya estructura fuera demolida en 1995. Una construcción de hormigón visto ocupaba el centro del diseño; una cinta que en su desarrollo describía una espiral cuya altura variaba acompañando la ondulación de su recorrido. Otros proyectos que realizó para la Argentina fueron los jardines de la fábrica Olivetti (Merlo. Buenos Aires, 1958) y dos propuestas de renovación urbana para Buenos Aires en 1971: una para la zona sur, junto al arquitecto Juan Kurchan, que incluía la remodelación de la Plaza Constitución, Plaza Garay y Parque Lezama, y otra para un sector del Parque Saavedra. El autor es profesor de Historia y Teoría de la Arquitectura en la Facultad de Arquitectura. Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. NOTA ti] Sobre la exposición dedicada a Oscar Niemeyer, véase “Aleijadinho y Oscar Niemeyer. Exposición de sus obras en la ciudad de Río de Janeiro”, revista Summa+, número 88, agosto de 2007, p. 160.

7 Burle Marx, El Poeta de Los Jardines. Arq. c. Gimenez

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FRAGMENTOS | Post Scnptum

POR CARLOS GUSTAVO G IM EN EZ ROBERTO BURLE MARX: EL POETA DE LOS JARDINES

En Río de Janeiro se sucedieron tres grandes

exposiciones en el edificio del Paco Imperial,

con el propósito de celebrar el centenario de

grandes protagonistas del Movimiento Moderno

en Brasil: Lucio Costa (1902-1998), Oscar

Niemeyer (1907) [i] y Roberto Burle Marx (1909*

1994)-

La última en presentarse -entre diciembre de

2008 y marzo de 2009- fue “ Roberto Burle

Marx, la permanencia de lo inestable” .

Lo más difundido de la obra de este paulista

son sus proyectos paisajísticos, pero en esta

exposición también hubo un lugar destacado

destinado a sus pinturas. Las obras expuestas

estaban ordenadas cronológicamente y en

el conjunto podía observarse la fluctuación

estilística de su quehacer. En cada una de las

salas dedicadas a las pinturas estaba expuesto

un proyecto de paisajismo, contemporáneo de

aquellas, con el fin de evidenciar las relaciones

que tuvieron las dos disciplinas en el conjunto

de su obra.

Un importante espacio estuvo dedicado a sus

grabados, sus esculturas, sus cerámicas, sus

diseños de alhajas y sus proyectos de

escenografías.

En la muestra podían verse las obras que

se convirtieron en algunas de las postales más

utilizadas para promover turísticamente

£ sum m a+108

la cidade maravillosa, como lo son los diseños

para las veredas de la avenida Atlántica

en Copacabana -cuyos dibujos originales

estaban expuestos sobre las largas tiras de

papel que él utilizó- o el proyecto paisajístico

de las 120 hectáreas que ocupa el parque

público del Aterro de Flamengo, a lo largo

de siete kilómetros por la orilla de la Bahía de

Guanabara, desde el aeropuerto de Santos

Dumont hasta Botafogo.

También había paneles con las coloridas

composiciones de los trabajos surgidos de la

colaboración con Oscar Niemeyer para la ciudad

de Pampulha en la década del 40 y otros

pertenecientes al proyecto de los jardines del

Ministerio de Educación y Salud Pública de Río

de Janeiro que un grupo de arquitectos jóvenes,

entre los que se contaban Lucio Costa, Oscar

Niemeyer y Affonso Reidy, proyectaron en 1938

supervisados por Le Corbusier. Esquemas

de una abstracción absoluta, manchas

redondeadas de fuertes colores contrastantes,

composiciones más cercanas a la libertad de

la producción pictórica que a los lincamientos

precisos de un proyecto.

Burle Marx fue uno de los primeros proyectistas

de su país en incorporar plantas nativas en los

proyectos de parques y jardines. Su obra

paisajística quedó asociada a la diversidad

y a la enorme riqueza de posibilidades que

la flora de ese país ofrece. Con el objeto

de profundizar el conocimiento del patrimonio

vegetal autóctono, realizó excursiones

exploratorias al nordeste, a los pantanos

de Pantanal, a los llanos de Mato Grosso. Son

muchas las plantas que él identificó por primera

vez; un gran panel daba cuenta de esto con

la exposición de las descripciones gráficas.

Es una tradición de la botánica que las especies

lleven, junto a su designación, el nombre de la

persona que las ha descubierto o descripto

de manera científica por primera vez. Dieciocho

variedades de plantas llevan su nombre, como

es el caso de la Heliconia burle-marxii, expuesta

en la muestra con un dibujo realizado por su

amiga, la célebre Margaret Mee (1909-1988).

Ante la falta de comercialización de esas plantas

en los circuitos habituales, él se encargó

personalmente de la producción de los

ejemplares que necesitaba para la materialización

de sus provectos.

Las tendencias internacionales del siglo XX

tuvieron un desarrollo en el Brasil caracterizado

por una fuerte presencia de rasgos locales,

tanto en la producción pictórica como en la

arquitectónica y urbanística. La obra de Burle

Marx es una de las que mejor ejemplifica esta

actitud y aquí se encuentra uno de los mayores

logros de su producción: no solo reemplazó los

modelos tradicionales de la jardinería europea

(inglesa, francesa e italiana) por novedosos

esquemas abstractos surgidos de los principios

compositivos elaborados por las vanguardias

pictóricas, sino que incorporó en los parques

y jardines la enorme variedad y el exuberante

colorido de las plantas tropicales. En la mayoría

de los proyectos es exclusiva la utilización de

plantas autóctonas.

El “ poeta de los jardines” , como lo llamó Tarsila

do Amaral, elaboró varios proyectos para la

Argentina. En la exposición del Pa<;o Imperial

solo estaba incluido el de la Plaza del Perú

(1972), vecina al predio que hoy ocupa el Malba

y cuya estructura fuera demolida en 1995. Una

construcción de hormigón visto ocupaba el

centro del diseño; una cinta que en su desarrollo

describía una espiral cuya altura variaba

acompañando la ondulación de su recorrido.

Otros proyectos que realizó para la Argentina

fueron los jardines de la fábrica Olivetti (Merlo.

Buenos Aires, 1958) y dos propuestas de

renovación urbana para Buenos Aires en 1971:

una para la zona sur, junto al arquitecto Juan

Kurchan, que incluía la remodelación de la Plaza

Constitución, Plaza Garay y Parque Lezama,

y otra para un sector del Parque Saavedra.

El autor es profesor de Historia y Teoría de la

Arquitectura en la Facultad de Arquitectura.

Diseño y Urbanismo de la Universidad de

Buenos Aires.

NOTA

ti] Sobre la exposición dedicada a Oscar

Niemeyer, véase “ Aleijadinho y Oscar Niemeyer.

Exposición de sus obras en la ciudad de Río de

Janeiro” , revista Summa+, número 88, agosto

de 2007, p. 160.