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7 MAESTROS ESPIRITUALES Inspiración y Guía para tu vida Jesucristo, Madre Teresa de Calcuta, San Francisco de Asís, Sathya Sai Baba, Lightstorm, Ramana Maharshi y Eckhart Tolle Gilberto González Arango Prólogo Dra. Elsa Lucía Arango

7 Maestros Espirituales

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Inspiración y guía para tu vida

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7 MAESTROS

ESPIRITUALES

Inspiración y Guía

para tu vida

Jesucristo, Madre Teresa de Calcuta, San Francisco de Asís, Sathya Sai Baba,

Lightstorm, Ramana Maharshi y Eckhart Tolle

Gilberto González Arango Prólogo Dra. Elsa Lucía Arango

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MAESTROS

ESPIRITUALES

Inspiración y guía para tu vida

Jesucristo, Madre Teresa de Calcuta, San Francisco de Asís, Sathya Sai Baba, Lightstorm, Ramana Maharshi y Eckhart Tolle

GILBERTO GONZÁLEZ ARANGO

PRÓLOGO DRA. ELSA LUCÍA ARANGO

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7 MAESTROS ESPIRITUALES

Inspiración y guía para tu vida

© Gilberto González Arango, 2012.

Correo-e: [email protected]

Imagen de la portada tomada de: www.freepik.es/vector-gratis/curva-de-colorido-abstracto-ilustracion-vectorial_521544.htm

Este libro es para el beneficio de la humanidad. Por lo tanto, puede ser traducido, reseñado y reproducido total o parcialmente, por cualquier medio, con el permiso del autor.

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BIENVENIDO(A)

Para comenzar, te invito a responder estas dos preguntas:

¿Cuál es tu objetivo principal en la vida?

¿Estás viviendo cada momento de tu vida de tal forma que te ayude a cumplir ese objetivo?

Como complemento a tus respuestas, Albert Einstein nos dice lo siguiente:

“Un ser humano es una parte del todo, llamado por nosotros el 'Universo', una parte limitada en el tiempo y el espacio. Se experimenta a sí mismo, sus pensamientos y sentimientos, como algo separado del resto - una

forma de ilusión óptica de su conciencia. Esta ilusión es una forma de cárcel para nosotros, restringiéndonos a nuestros deseos personales y al afecto por unas pocas personas cercanas a nosotros. Nuestra misión debe ser

liberarnos de esta cárcel ampliando nuestro círculo de compasión para que abarque a todas las criaturas vivientes y a la totalidad de la naturaleza en su belleza”.1

1 Cita de Albert Einstein presentada por The New York Times (29 de Marzo de 1972) y The New York Post (28 de Noviembre de 1972). Tomada de:

http://es.wikiquote.org/wiki/Einstein

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OFRECIMIENTO Y AGRADECIMIENTOS

Humildemente ofrezco este libro a la Divinidad omnipresente, omnipotente, omnisciente y omniactuante, quien es en realidad la autora, a través de este ser humano. Por consiguiente, lo ofrezco también a ti y a todos los seres que son la manifestación con nombre y forma de esa Divinidad infinita. Le pido amorosamente que permita que el Ser Divino que somos, se manifieste plenamente en todos, ahora y siempre, ¡y así es!

Igualmente, le agradezco a la Divinidad por tomarme como Su instrumento para transmitir este libro y le doy gracias por todo, pues todo se lo debo a Ella.

Agradezco a Beatriz, mi esposa, por su amor, comprensión y apoyo, y a Jose Daniel, nuestro hijo, por su alegría, afecto y entusiasmo. A mis padres por la vida, el cariño y la crianza. Y a mis hermanos por su compañía, aprecio y las opiniones expresadas.

Realmente son muchas las personas hacia las cuales siento gratitud y afecto, y su enumeración sería muy larga. Por el momento quiero aprovechar para agradecer de una manera especial a la doctora Elsa Lucía Arango por su ejemplo, apoyo y servicio con la revisión del libro y el conciso e inspirador prólogo. Al doctor y amigo Juan Ospina por su compañerismo, alegría y comentarios al texto. A la escritora Graciela Busto por sus generosas palabras acerca del manuscrito de este libro, que me llenaron de alegría y motivación para continuar adelante con su divulgación. Y a todos los demás hermanos y hermanas de corazón que ayudaron para que este libro sea una realidad, y a quienes han compartido su luz y amor conmigo a lo largo de la vida.

Expreso mi admiración y agradecimiento especial a los Maestros Espirituales sobre los cuales trata este libro, gracias a los cuales mi vida, y la de muchísimas otras personas, ha sido bendecida con inspiración, sentido y guía. ¡Son ellos realmente los protagonistas de este libro!

Finalmente, gracias a ti, querido(a) lector(a), por tu interés y disposición.

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El Maestro Espiritual, el último recurso2

Un aspirante a la realización espiritual se fue a la selva, y, atravesando penosamente la espesa vegetación de aquella región infestada de peligros, escuchó el amenazador rugido de un león; inmediatamente se trepó a un árbol de baniano tratando de escapar de la fiera, pero el león lo descubrió entre las ramas y se puso a dar vueltas alrededor del árbol. Estando arriba del árbol, aquel hombre fue atacado por un oso y tuvo que colgarse de dos raíces que bajaban por las ramas del árbol, asiéndose a cada una con cada mano. Pero justo entonces se dio cuenta que dos ratas, una blanca y otra negra, roían la base de las raíces, poniendo en peligro su vida a cada mordisco. En esa angustiosa situación, un panal que se hallaba en las ramas altas empezó a gotear exactamente en la dirección en que el desafortunado aspirante se hallaba, y éste sacó su lengua y tomó miel hasta que se hastió y tuvo náuseas. Lleno de desesperación y terror, llamó a su maestro espiritual: "¡Oh Maestro, ven y sálvame!" El maestro espiritual, que pasaba cerca de allí, escuchó su clamor y se apresuró a rescatarlo. Llevaba un arco, pudo matar al león y al oso, hizo huir a las ratas y salvó al discípulo del miedo a la muerte. Después lo llevó ante su presencia y le enseñó el sendero de la liberación espiritual.

Esta es la historia de todos ustedes. Este mundo es la selva que ustedes intentan atravesar; el león es el miedo que los obliga a subirse al árbol de las actividades mundanas; la ansiedad es el oso que los aterroriza y los sigue a cada paso que dan, haciendo que se aferren a sus acciones y apegos colgando de las dos raíces que forman la esperanza y la frustración. Las dos ratas son el día y la noche que van acabando poco a poco con el tiempo de vida que tienen asignado. Mientras están en tal situación, luchan por alcanzar un poco de alegría saboreando las gotas del egoísmo y la posesividad. Cuando finalmente se dan cuenta de esta miel no les concede gozo perdurable, renuncian gritando de agonía en busca de un maestro espiritual. Él aparece, ya sea desde su interior o como alguien ajeno a ustedes, y los salva del miedo y la ansiedad.

2 Adaptación de una historia relatada por Sathya Sai Baba en su libro “Chinna Katha Vol 1. Historias y Parábolas.” (1983) México: Publicaciones Sai Ram.

p. 53.

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ÍNDICE

PRÓLOGO - DRA. ELSA LUCÍA ARANGO 8

INTRODUCCIÓN 9

¿QUIÉN ERES REALMENTE? 13

INTRODUCCIÓN A LOS SIETE MAESTROS ESPIRITUALES 54

JESUCRISTO 59

SAN FRANCISCO DE ASIS 74

MADRE TERESA DE CALCUTA 90

SATHYA SAI BABA 105

LIGHTSTORM 131

RAMANA MAHARSHI 155

ECKHART TOLLE 174

VEGETARIANISMO 194

EPÍLOGO 210

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PRÓLOGO

Tener paz, disminuir el sufrimiento emocional, ser más felices y afrontar los problemas con tranquilidad. ¿Quién de nosotros no quiere lograr eso? Supongo que la mayoría lo anhelamos. Sin embargo, no siempre sabemos cómo hacerlo y buscamos por muchos caminos cómo ser felices. Rara vez comprendemos que para encontrar esa felicidad debemos primero encontrar lo que somos realmente. Dado ese paso trascendental, lo demás llega naturalmente a nuestras vidas: la paz, la alegría, la sabiduría, la asertividad, incluso la prosperidad necesaria para ser felices.

Encontrar lo que somos es hallar la fuente de mayor energía y sabiduría a la que un ser humano puede acceder; no es una metáfora, es una realidad que pertenece a un estado de conciencia diferente al cotidiano. Encontrarse a uno mismo requiere utilizar unas coordenadas y sentidos diferentes a los que usamos cuando viajamos de una ciudad a otra o cuando buscamos un amigo, los cuales están en el mundo físico; incluso son diferentes a las que usamos cuando procuramos acceder a un conocimiento, que pertenece al mundo mental.

Aquel que somos mora en otra dimensión. Y para llegar a ella requerimos la guía de alguien que también se encuentre en esa dimensión y nos pueda dar señales de cómo llegar, nos proporcione un mapa de viaje, instrucciones y, en lo posible, nos dé el regalo de su experiencia y compañía durante el recorrido. Ese guía es un Maestro Espiritual.

En este bello libro, Gilberto González nos presenta la vida y mensajes de siete de esos Maestros Espirituales verdaderos, que por comprender y experimentar quienes eran ellos mismos, por haber llegado a esa dimensión donde se encuentra el Ser que todos somos, tienen la autoridad y el infinito amor para invitar a aquel que quiera llegar a ese lugar interior.

Podríamos pensar que con leer el mensaje de uno solo de esos Maestros es suficiente. Finalmente el destino al que nos llevan todos es el mismo: nuestro Ser. Sin embargo, los caminos y senderos para llegar a Él son muchos, y el carácter de cada uno de nosotros es diferente, de tal forma que podemos desarrollar afinidad por un tipo de enseñanza o por otra. Al leer el mensaje de todos es posible que resonemos más con uno de ellos, o que nos nutramos un poco de cada uno; siendo lo más probable que encontremos en todos ellos y en sus mensajes, perlas que son alimento espiritual, señales de camino para encontrar esa joya suprema: el Ser que somos, Dios en nuestro interior.

Te invito, querido lector o lectora, a disfrutar este libro, a que tu alma te ayude a escoger cuál de las prácticas propuestas en él te ayudan, cuáles conceptos o mensajes te son útiles en la etapa de vida en la que estás, y así progreses en ese viaje que iniciaste al nacer, y te acerques y llegues a conocer el Ser que eres, para que Dios te alumbre con el brillo de Su Faz.

Dra. Elsa Lucía Arango.

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INTRODUCCIÓN

Estamos viviendo momentos de grandes cambios, retos y aprendizajes. El mundo se encuentra agitado, muchas personas han sido absorbidas por la sociedad de consumo y la insatisfacción es creciente. La ansiedad, la depresión y la irritabilidad son sentimientos comunes, como una epidemia que se extiende. Al mismo tiempo, todo ello ha dado lugar a que más personas se cuestionen sobre el sentido de su existencia, busquen la manera de ser más felices, revaloren sus prioridades y quieran hacer cambios en sus vidas.

Muchos pensamos que llegó el momento de hacer transformaciones de fondo en el planeta si queremos vivir con armonía, o al menos asegurar la supervivencia de la raza humana y de las demás especies. Anhelamos que haya una mejor convivencia y más felicidad. La espiritualidad, en un sentido amplio, es un camino que nos permite lograrlo, y este libro presenta varios elementos que nos facilitan profundizar en ella.

Hace poco, una mujer me contaba que al conversar con sus sobrinos, ellos le confesaban que les parecía difícil interesarse por una vida enfocada de manera espiritual puesto que en sus familias siempre se ponía como ejemplo al tío, al abuelo o al amigo que era exitoso, prestigioso y adinerado; pero no se valoraba de igual forma a las personas que manifestaban valores humanos y espiritualidad en su vida. Y la verdad es que lo uno no necesariamente riñe con lo otro, puesto que todo logro en el mundo se puede alcanzar desde un actuar espiritual, lo cual a su vez conlleva una sensación más profunda y perdurable de satisfacción.

A lo largo de la historia de la humanidad, han existido sobre la faz de la Tierra muchos hombres y mujeres que han encontrado en la espiritualidad caminos útiles para desarrollarse y vivir con plenitud. Hemos tenido la oportunidad de contar con numerosos maestros espirituales, quienes con su propia vida nos han demostrado que es posible vivir con paz interior, un amor incluyente y una sabiduría profunda.

De todos ellos, he seleccionado siete para la elaboración de este libro, unos más conocidos que otros, y todos con vidas y mensajes muy profundos. Su elección la llevé a cabo teniendo en cuenta que en cada uno se puede resaltar un aspecto o elemento de gran importancia en la espiritualidad. De esta manera, el lector puede enriquecerse con un menú de posibilidades para su práctica y transformación personal, a saber:

Jesucristo: Amor incondicional.

San Francisco de Asís: Devoción y entrega.

Madre Teresa de Calcuta: Servicio desinteresado.

Sathya Sai Baba: Unidad con la Divinidad.

Lightstorm: Alegría y conexión con la Creación.

Ramana Maharshi: Sabiduría espiritual.

Eckhart Tolle: Conciencia y aceptación del presente.

De cada uno de estos maestros espirituales se presentan otros elementos de sus enseñanzas, una breve reseña de su vida, dos prácticas espirituales y un ejercicio de meditación relacionados con el tema central, así como algunas historias y referencias a videos en internet.

El capítulo inicial presenta varias respuestas al gran interrogante “¿Quién soy yo?”, que considero es el primero y más importante que los practicantes espirituales podemos hacernos. Asimismo, al conocer sobre nuestra verdadera naturaleza trascendental, tenemos la posibilidad de asimilar las enseñanzas de los maestros espirituales desde una perspectiva más profunda.

Al final hay un capítulo sobre el vegetarianismo, dado que a través de él podemos practicar la compasión hacia los animales y tener una alimentación que contribuya positivamente a nuestra salud física, emocional y mental. Por lo tanto, el vegetarianismo es otra gran herramienta para el desarrollo espiritual.

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En el texto encontrarás diferentes ideas y perspectivas, y te invito a que reflexiones y apliques lo que consideres que puede servirte para mejorar tu calidad de vida y la de quienes te rodean. Enfócate en lo que te llame la atención y aprovéchalo al máximo.

Hallarás aparentes contradicciones, pero paradójicamente no lo son. Son perspectivas diferentes que se complementan. Al verlo de esta manera, se puede decir que si un enunciado X es verdadero, su contrario no necesariamente es falso, sino que también puede ser verdadero dependiendo de cómo sea interpretado. Por ejemplo, puedes decir “este jean es azul” y “este jean no es azul” (refiriéndote al mismo pantalón), y ambos son ciertos en determinados contextos. Es decir, es verdadero que el jean es azul según lo percibe nuestra vista y de acuerdo con las convenciones sociales; pero también es cierto que no es azul sino que es de todos los colores salvo el azul, que es el color de la luz que no absorbe el pantalón y se refleja, razón por la cual lo vemos azul. Asimismo, puedes decir “esta crisis es negativa” o “esta crisis es positiva”, con relación al mismo evento. Todo depende de cómo la mires. Ambas pueden tener argumentos que las validan y ser ciertas desde su perspectiva. En cuanto al libro, estas paradojas se presentan en muchos casos y, en particular, cuando me refiero a ti, pues algunas veces lo hago con relación a tu organismo humano y, en otras, a tu verdadero Ser. ¡Ya sabrás discernirlo!

Las repeticiones que observarás en el libro sirven para que nuestra programación mental asimile mejor los conceptos. Mantén una actitud de apertura, pues muchas veces las personas nos vamos aferrando a ciertas ideas y le tememos a lo diferente, ya que nos derrumba seguridades y nos lleva a lugares desconocidos, en los cuales podemos hallar nuevos conocimientos que nos permiten enriquecernos.

Este tema cobra mucha relevancia en el camino espiritual porque se suelen presentar dogmatismos y sectarismos. También porque al practicar con sinceridad empezamos a tener cambios en nuestra forma de sentir y pensar, que no siempre son placenteros, y que fácilmente nos generan la tentación de volver a “lo conocido”, a “lo seguro”. Cuando se practica con dedicación, empiezan a “salir a flote” o a “verse más claramente” aspectos de la forma de ser de uno mismo que son desagradables, incómodos o frustrantes. Esto se parece al proceso de lavar la ropa usada. A simple vista pareciera que no estuviera sucia, pero una vez que se remoja, se le coloca jabón y gira en la lavadora, empieza a salir mugre y el agua se enturbia. ¡Pero la buena noticia es que la ropa va quedando limpia y con un aroma agradable! De igual forma, posiblemente saldrán a la luz muchos aspectos tuyos que no son aquellos de los cuales te sientas más “orgulloso” ni que mejor te hagan sentir, pero de esa manera los podrás ver con claridad y trabajar.

Debido a las características de nuestro idioma, algunas veces encontrarás que las palabras parecen dirigidas al género masculino, pero también van dirigidas al género femenino. A las mujeres les pido el favor de tomarlas de esa manera.

El objetivo de este libro, más que llenar tu mente de “información interesante”, es facilitar que reflexiones y practiques aspectos importantes de la espiritualidad, con el fin de facilitarte tu proceso de transformación y evolución.

Recuerda que la mente es clave, pues te puede limitar o liberar, y además se parece al paracaídas, ya que sólo cuando se abre funciona bien. Así es que te invito a que abras tu mente, y permitas que las ideas y enseñanzas lleguen a tu corazón, y allí podrás darte cuenta cómo te hacen sentir. Sigue tu Ser interno, pues es tu verdadero maestro. La mente siempre genera dudas e indecisiones, el corazón te da respuestas.

Como éste es un libro teórico-práctico, quiero proponerte un primer ejercicio sencillo. Durante estos días simplemente observa tu mente y date cuenta cuando tienes algún pensamiento “negativo” (aunque aparentemente sea justificado) como por ejemplo, una crítica, un juicio, una queja, una idea pesimista sobre el futuro, un recuerdo negativo, un rencor, etc. Sencillamente observa cuando estés pensando en ello y detecta cómo te hace sentir. Es relativamente fácil, pues incluso no te estoy diciendo que evites, detengas o cambies el pensamiento negativo, ¡sino solamente que lo percibas y veas el efecto que tiene en ti!

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Espero que en este libro puedas encontrar inspiración y guía para tu vida. ¡Muchas gracias por tu interés y te deseo un feliz viaje!

La taza de té3

Una persona había leído mucho sobre diferentes temas espirituales. Un día supo que había llegado a su país un reconocido maestro espiritual y decidió aprovechar esa gran oportunidad para conocerlo personalmente.

Pudo apartar una cita con él. Cuando llegó al lugar, el maestro le abrió la puerta y le dio una cálida bienvenida. Le preguntó qué lo traía donde él. La persona le empezó a comentar sobre las enseñanzas espirituales que conocía y le daba argumentos para respaldarlas. Siguió hablando y explicando sus puntos de vista por un largo rato.

En un momento dado, el maestro pudo interrumpirle y preguntarle si deseaba tomar una taza de té. La persona asintió y continuó hablándole. Al tiempo que lo seguía escuchando, el maestro se levantó, y trajo una taza y una jarra con agua caliente. Fue sirviéndola y el agua empezó a rebosarse. Al ver esto, la persona le dijo: “Discúlpeme señor, pero no se da cuenta lo que está pasando; ¡está regando el agua por fuera de la taza!”.

El maestro espiritual le respondió: “¡Ah! Sí, es cierto. Pero esto sólo es un reflejo de lo que está sucediendo entre nosotros. Tú vienes acá con la finalidad de recibir unas enseñanzas que te sirvan para tu progreso espiritual, pero lo único que has hecho es hablar sobre las que ya tienes. Has venido con la taza llena”. Y continuó: “A menos que hagas espacio en tu taza no te será de ningún provecho un maestro espiritual”.

Tres tipos de escucha4

En la corte de un rey, los ministros, sabios y artistas estaban sentados en sus respectivos lugares. El rey y sus subalternos se habían ganado un buen nombre por su sabiduría y astucia. Un día llegó a la corte un honorable visitante. Fue muy bien recibido con todos los honores. El rey le preguntó: “¡Oh señor! ¿Puedo saber qué lo trae por acá? Estamos muy contentos con su presencia”.

El visitante respondió: “¡Oh rey! Su corte tiene muy buena reputación por su astucia y sabiduría. He traído tres hermosas muñecas y me gustaría que sus ministros las analizaran y me dijeran cuál es la mejor”.

El rey llamó a su ministro de mayor edad y le pidió que examinara las muñecas. Al mirarlas rápidamente, le pidió al mensajero real que le trajera un alambre delgado.

El ministro introdujo el alambre por la oreja derecha de una de las muñecas y salió por la otra oreja. Entonces la puso a un lado. Tomó otra muñeca y nuevamente introdujo el alambre por la oreja derecha y salió por la boca. Puso esta muñeca a un lado también. Tomó la tercera muñeca, insertó el alambre y no salió ni por la oreja ni por la boca.

3 Adaptación de una historia Zen de autor desconocido, difundida ampliamente por internet. 4 Adaptación de una historia relatada por Sathya Sai Baba en su libro “Chinna Katha Vol 2. Stories and Parables.” (2005) India: Sri Sathya Sai Books and

Publications Trust. p. 77.

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El rey y los demás cortesanos estaban viendo la escena con mucha expectativa. El ministro, rindiendo los debidos honores al ilustre visitante, le dijo: “Oh señor, de las tres muñecas, la mejor es la tercera. Las tres muñecas representan los tres tipos de escucha. Hay tres tipos de oyentes en el mundo. El primero escucha todas las palabras, solamente para dejarlas pasar por sus oídos. El segundo escucha y recuerda bien, sólo para repetir lo que ha escuchado. El tercero escucha, retiene todo lo que ha oído y lo atesora en su corazón para ponerlo en práctica. Éstos últimos son los mejores escuchas”.

Nunca es demasiado pronto5

Una vez un señor avaro y perezoso vivía en una casa con goteras, pero él las aguantaba todas. Los vecinos se reían de él y le decían que reparara el techo. Cuando era la época de las lluvias, él respondía: “Dejen que se acaben las lluvias, ¿cómo puedo repararlo ahora?” Y cuando las lluvias terminaban, él decía: “¿Por qué he de preocuparme de las goteras de agua ahora, si ya pasó el invierno?”

No soporten las goteras cuando vengan las lluvias, que siempre vienen; ¡reparen el techo ahora mismo! Familiarícense con los libros y los textos espirituales desde ahora y empiecen a practicarlos. Nunca es demasiado pronto en el mundo espiritual.

5 Adaptación de una historia relatada por Sathya Sai Baba en su libro “Chinna Katha Vol 1. Historias y Parábolas.” (1983) México: Publicaciones Sai Ram.

p. 58.

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¿QUIÉN ERES REALMENTE?

Un día el maestro preguntó: “En vuestra opinión, ¿cuál es la pregunta religiosa más importante?” A modo de respuesta, escuchó muchas preguntas de sus seguidores:

“¿Existe Dios? ¿Quién es Dios? ¿Cuál es el camino hacia Dios? ¿Hay vida después de la muerte?”

“No”, dijo el maestro, “la pregunta más importante es: ¿Quién soy yo?” Anthony de Mello6

Grandes maestros espirituales, especialmente de la India y sus alrededores, nos han enseñado acerca de nuestra verdadera naturaleza desde hace muchos siglos. En este capítulo encontrarás unos planteamientos sobre quiénes somos en realidad, basados en mi comprensión de esas enseñanzas. Te servirán para conocer o recordar tu Ser verdadero y además te permitirán entender desde una perspectiva más profunda el mensaje de los 7 maestros presentados más adelante.

Esta sección tiene algunos elementos similares al capítulo III del libro anterior7, pero cuenta con varias adiciones. Incluye ideas y también ejercicios que te permiten experimentar en ti mismo lo que se plantea. Recuerda que una imagen vale más que mil palabras, y una experiencia vale más que mil imágenes. Por ello, es muy importante que te tomes el tiempo para realizar las actividades propuestas. A propósito, se dice que el Buda le indicaba a sus discípulos: “No crean nada de lo que les digo, experiméntenlo por ustedes mismos”.

Las ideas que se presentan son indicadores del Ser que somos, es decir, son conceptos que señalan lo que está más allá de ellas. Ten presente que el mapa no es el territorio, ni las palabras son el objeto que denotan. Tu Ser verdadero trasciende las ideas y los conceptos; tampoco se puede comprender y aprehender en su totalidad por medio de la mente, pues ella misma es limitada mientras que el Ser es ilimitado. El Ser sólo se puede conocer en su totalidad siéndolo plenamente.

¿Eres el cuerpo?

Ve primero a la experiencia…

EJERCICIO 1: Por favor lee detenidamente las instrucciones y tómate el tiempo para practicarlas.

A. Observa todo tu cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. Para que realices una observación más detallada, toca con tus manos las distintas partes del cuerpo.

6 Extracto del cuento “Desvelamiento” de Anthony de Mello, difundido por internet.

7 Libro “Ser lo que somos: conociendo y manifestando nuestro verdadero Ser” (2009) de Gilberto González Arango.

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B. Siéntate cómodamente, con la espalda recta y sin tensarla. Respira suave y profundamente por la nariz tres veces. Luego, con los ojos cerrados, se consciente de todo tu cuerpo empezando por los pies y terminando en la cabeza. Al final percibe todo tu cuerpo internamente por el tiempo que desees.

C. ¿Pudiste ser consciente de tu cuerpo?

Bien, si lograste ser consciente de tu cuerpo físico, eso implica que hay “alguien” que percibió “algo”. Es decir, hay un “sujeto” que se dio cuenta de un “objeto”. El “sujeto” eres tú y el “objeto” observado es tu cuerpo.

Percibir tu cuerpo te permite experimentar que eres diferente de él y tener la vivencia de ser el observador o el testigo de él. De manera semejante, tú puedes percibir estas letras que estás leyendo y muchos objetos alrededor, y darte cuenta que son diferentes de ti.

El lenguaje también te puede ayudar a aclarar esta idea. Dices por ejemplo: “yo cuido mi cuerpo”, “yo siento mis manos”, “me duele mi brazo”, “me gusta mi cara”, etc. Todas estas frases implican que hay alguien que tiene un cuerpo, unas manos, un brazo, una cara. Asimismo, en el diario vivir dices “mi casa”, “mi trabajo”, “mi ropa”, etc., lo cual indica que todas ellas te pertenecen y no que tú eres ellas. Cuando hablas de “mi cuerpo” se da entender que es algo que tú tienes, no que tú eres.

Piensa por un momento en el cuerpo que tenías cuando bebé. Pesaba y medía muy poco, y tenía ciertos rasgos físicos. Hoy en día tu cuerpo ha cambiado considerablemente, pesa y mide mucho más, y las características se han modificado en gran medida. Además, la gran mayoría de las células, que son las que componen realmente tu cuerpo, son distintas a las células originarias. Es decir, tu cuerpo es otro, ha estado cambiando y seguirá haciéndolo; sin embargo, no por ello piensas que eres otra persona u otro ser. Tú sientes que eres el mismo ser aunque tu cuerpo sea diferente, ¿cierto?

Te invito a hacer otro ejercicio:

Cierra los ojos e imagina que le acaban de hacer una cirugía estética a tu cuerpo. Visualiza que ahora tiene una piel y unos ojos de otro color; la nariz, la boca y el cabello son diferentes; la altura y contextura han cambiado, etc.

(Espacio de tiempo para que puedas realizar el ejercicio)

¿Te diste cuenta que aunque visualizaras que tu cuerpo era muy distinto, seguías sintiendo que eras el mismo ser? En otras palabras, aunque el “empaque” sea distinto, el “contenido” sigue siendo el mismo. El cambio de apariencia no cambia tu esencia.

Tú no eres el “empaque”, la apariencia, el cuerpo. Efectivamente tú tienes el cuerpo, pero no eres el cuerpo. El cuerpo es como tu “vehículo”, “instrumento” o “vestido”, con el cual interactúas con el entorno.

¿Eres las emociones?

EJERCICIO 2: Por favor lee detenidamente las instrucciones y tómate el tiempo para practicarlas.

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A. Siéntate cómodamente, con la espalda recta y sin tensarla. Cierra los ojos, respira suave y profundamente por la nariz tres veces. Recuerda con detalle una situación (reciente o antigua) de tu vida en la cual tuviste emociones agradables, placenteras, constructivas. Al mismo tiempo que visualizas el evento desde el principio hasta el final, sé consciente de lo que vas sintiendo.

B. ¿Pudiste ser consciente de algunas de tus emociones y sentimientos?

Si recordaste con claridad la situación seguramente pudiste darte cuenta de las emociones y los sentimientos. Así como te sucedió en ese evento, a diario puedes tener una diversidad de emociones y sentimientos de mayor o menor intensidad, como por ejemplo: tranquilidad, ansiedad, amor, odio, envidia, alegría, tristeza, paz, rabia, preocupación, rencor, sorpresa, etc.

No por el hecho de que las emociones y los sentimientos que experimentas cambien constantemente, dirías que en cada momento del día eres diferentes seres. Ellos se modifican, pero tú sigues siendo el mismo ser. Las emociones y los sentimientos suelen ser cambiantes y pasajeros, surgen, cambian de intensidad y luego desaparecen. Piensa en la ira: por algún motivo puede aparecer la ira en ti, aumentar, pero tarde o temprano se irá hasta otra oportunidad. Sin embargo, antes, durante y después de ella siempre estuviste presente tú.

Por otra parte, como se mencionó con relación al cuerpo, tú puedes ser consciente de tus emociones y sentimientos, por lo tanto, tú eres diferente de ellos. Cuando tienes emociones o sentimientos, puedes percibirlos, es decir, te das cuenta que eres distinto de ellos, que eres quien los siente. Ellos son los “objetos” percibidos y tú el “sujeto” que los percibe.

El lenguaje también te ayuda a comprender esto. Dices por ejemplo: “tengo rabia”, “siento paz”, “me da susto”, “tuve una preocupación”, etc. Todas estas expresiones indican que tienes emociones y sentimientos, y no que eres ellos. Para ser más exactos, es tu cuerpo quien tiene emociones y sentimientos, como consecuencia de tus pensamientos.

¿Eres los pensamientos?

Es posible que en este punto alguien pueda pensar: “si no soy el cuerpo ni las emociones, ya sé lo que soy: los pensamientos”. Vamos a ver:

EJERCICIO 3: Por favor lee detenidamente las instrucciones y tómate el tiempo para practicarlas.

A. Siéntate cómodamente, con la espalda recta y sin tensarla. Cierra los ojos, visualiza los números del 1 al 10 y al mismo tiempo ve nombrándolos mentalmente (ej. visualizas el 1 y dices internamente “uno”).

B. Continúa con los ojos cerrados y visualiza algunas figuras geométricas mientras dices el nombre de ellas mentalmente (ej. triángulo, cuadrado, círculo, rectángulo, rombo, etc.).

C. ¿Pudiste percibir la imagen y el sonido de los números y las figuras geométricas?

Los pensamientos se presentan en imágenes y sonidos. Por ejemplo, si piensas en algo que hiciste hace un rato observarás escenas (imágenes) de lo ocurrido (ej. los lugares y las personas con las que estuviste y lo que estabas haciendo), acompañadas de ideas (sonidos) al respecto (ej. lo que te gustó o no te gustó, lo que

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hubiera podido suceder, etc.). Puedes darte cuenta entonces que tus pensamientos se parecen a un televisor. ¡Podríamos afirmar que es como si cada uno tuviera incorporado su propio televisor mental!

Como seguramente fuiste consciente de las imágenes y los sonidos de los números y las figuras geométricas, se puede decir que observaste tus pensamientos. Y si pudiste percibirlos significa que eres diferente de ellos, tal como se expresó con respecto al cuerpo y a las emociones. Con el ejercicio anterior puedes experimentar que eres el sujeto observador que puede ser consciente de los pensamientos (los objetos observados).

El lenguaje también te aclara más este punto. Dices por ejemplo: “estoy pensando en lo que voy a hacer”, “pensaré en lo que me dijiste”, “pensé que podíamos ir a tal lugar”, etc. En todas estas expresiones queda claro que tú tienes pensamientos, lo cual implica que no eres los pensamientos.

Los pensamientos, al igual que los sentimientos, vienen y van, aparecen y desaparecen, y no por eso tú eres diferentes seres en cada momento. Eres el mismo ser que tiene diferentes pensamientos a lo largo del día; tú permaneces, los pensamientos cambian. Aunque hoy en día tengas conocimientos y pensamientos diferentes a cuando eras niño, esto no quiere decir que hayas dejado de ser tú mismo ¿cierto?

Algo que te aclara aún más que no eres los pensamientos, es que hay momentos en los cuales no los tienes pero tú sigues existiendo. Por ejemplo, cuando estás dormido sin soñar no hay pensamientos, pero tú continuas siendo el ser que eres. Algo similar sucede cuando te desmayas.

Haz una prueba por favor:

Cierra los ojos, observa tu mente y pregúntate: “¿Cuáles serán los próximos pensamientos?” Mantente muy atento a percibirlos, como si fueras un espía que va a descubrirlos (¡no te despistes!).

(Espacio de tiempo para que puedas realizar el ejercicio)

¿Te diste cuenta que hubo algunos momentos en los cuales no tuviste pensamientos, y sin embargo seguías existiendo? Estabas presente como el observador de tu mente, ¿cierto?

En conclusión, tienes pensamientos pero no eres ellos. Para ser más exactos, tu organismo tiene pensamientos y tú los puedes percibir.

¿Eres la personalidad?

EJERCICIO 4: Por favor lee detenidamente las instrucciones y tómate el tiempo para practicarlas.

A. Si te lo propones, ¿podrías darte cuenta de algunas de tus formas típicas de pensar, sentir y actuar? B. ¿Piensas, actúas y sientes de la misma manera a cómo lo hacías cuando tenías 5 o 10 años de edad?

Hay muchas maneras de definir lo que es la personalidad. Una de ellas podría ser: las formas típicas o más frecuentes como la persona piensa, siente y actúa.

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Cada persona tiene unas características en su forma de ser que la identifican. Algunos de esos rasgos se evidencian desde la infancia y se van consolidando a medida que crece. Por ejemplo, hay unas personas que son más introvertidas y otras más extrovertidas; unas más enfocadas en las sensaciones corporales, en las emociones, en los pensamientos o en las intuiciones; unas influidas más por una pasión que por otra (ej. la ira, el orgullo, la vanidad, la envidia, la avaricia, el miedo, la gula, la lujuria o la pereza), unas más impulsivas y otras más reflexivas, etc.

Aunque algunos rasgos de la personalidad continúan más o menos estables durante toda la vida, siempre tenemos la posibilidad de modularlos o manejarlos, entonces, no estamos condenados a ser una víctima de ellos y podemos “pulirlos” o enfocarlos hacia sus aspectos más sanos. En otras palabras, estos rasgos pueden sufrir ciertos cambios.

Si analizas las características de tu forma de ser cuando eras más joven, seguramente encontrarás que has logrado hacer ciertos ajustes en algunas de ellas. Pero, aunque se hayan presentado cambios en tu personalidad, tú sigues siendo el mismo ser ¿no?

Por otra parte, si te lo propones, puedes darte cuenta de tus rasgos de personalidad y percibirlos, es decir, eres el “sujeto observador” que se da cuenta de unos “objetos observados” (los rasgos).

Más importante que todo esto es que la personalidad se relaciona, como decíamos, con pensamientos, emociones y comportamientos. Y como has visto, tú no eres ellos. Por tal razón, podríamos decir que la personalidad se relaciona con lo que tienes (el organismo humano) y no con lo que eres. No eres la personalidad sino que tu organismo tiene una personalidad. La personalidad se podría comparar con las características de tu “vehículo”, “instrumento”, “ropaje” o “equipo”.

Resumiendo, tú tienes un organismo humano compuesto por cuerpo, emociones, pensamientos y personalidad, pero tú no eres ese organismo.

¿Quién eres tú?

Un hombre se venía sintiendo cada vez con un mayor vacío interno, tenía sentimientos de melancolía, frustración e irritabilidad, y se cuestionaba sobre el sentido de su existencia y la manera de vivir más feliz. Por esa época, escuchó a unos compañeros del trabajo hablar sobre su significativa experiencia con un maestro espiritual y decidió preguntarles más acerca de él. Se enteró de su ubicación y fue a conocerlo.

Cuando llegó al lugar, el maestro lo recibió amablemente y le dijo:

- “Buenas tardes, bienvenido. ¿Quién eres tú?” - El visitante, con respeto y reverencia, le contestó: “Mucho gusto maestro, soy Mario Blake”. - “El gusto es mío. Pero creo que no me escuchaste bien. Te pregunté quién eres tú, no cuál es tu

nombre”, le respondió el maestro cálidamente. - “¡Ah! entiendo. Pues soy un hombre que vive en esta ciudad y unos amigos me hablaron de usted, por

eso decidí venir a conocerlo”.

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- “Ya veo”, dijo el maestro con tono reflexivo. “Claro que no te pregunté cuál es tu sexo ni el lugar donde vives. Primero cuéntame quién eres tú por favor”.

- “¿Qué le puedo decir señor? Soy un arquitecto y tengo 40 años”. - “¡Ah! Comprendo”, contestó el maestro con cierto tono de admiración. Y bajando el volumen,

continuó: “Pero no te pregunté tu profesión ni tu edad”. - “Sí, es cierto, pero es que…”, el hombre guardó silencio por un momento mientras pensaba como

definirse y añadió: “Pues soy un esposo y padre de familia de dos hijos”. - “¡Qué bien! Ser esposo y padre de familia son unos roles muy importantes en esta vida en los cuales

puedes aprender y ayudar mucho”. Luego el maestro le dijo amorosamente: “¡Pero recuerda que no te indagué sobre tu estado civil ni tus roles familiares!”.

- El hombre se sintió frustrado e irritado, y le dijo: “Mi descripción entonces es esta: soy un hombre de 70 kilos, 1 metro con 75 centímetros y piel trigueña”.

- “Te felicito. La descripción que me acabas de hacer es muy exacta. Pero yo no te pedí que me hablaras de tu cuerpo, sino que me respondieras quién eres tú”.

Después de sentir su cuerpo temblar, sus pensamientos agitarse y sus emociones reverberar, pudo respirar profundamente varias veces y, cuando estuvo más calmado, algo dentro de sí le hizo comprender que con todas estas preguntas seguramente el maestro quería darle una importante lección espiritual. Se dio cuenta que él mismo ni siquiera se había interesado verdaderamente por saber quién era en realidad y que tal vez ésta era la primera y la más importante pregunta que debía responder. Así que tomó la decisión de seguir visitando a este maestro, y leer y practicar sus enseñanzas, hasta poder conocer plenamente la respuesta.

Entonces, ¿quién eres realmente?

EJERCICIO 5: Por favor lee detenidamente las instrucciones y tómate el tiempo para practicarlas.

A. Ten presente lo que experimentaste en los ejercicios anteriores. ¿Recuerdas que al realizarlos fuiste consciente de tu cuerpo, tus emociones, tus pensamientos y de la personalidad de tu organismo humano?

Según lo visto, si puedes ser consciente de tu cuerpo, emociones y pensamientos es porque hay un “sujeto observador” que percibe unos “objetos observados”. Entonces la gran pregunta es: “¿y quién es ese ‘sujeto observador’?”, “¿cómo se le puede llamar o definir?” O mejor aún, “si yo soy ese sujeto observador, ¿quién soy yo entonces?”, “¿cuál es mi verdadera naturaleza y mi identidad?”

La respuesta es: CONCIENCIA. Tú eres en realidad Conciencia Pura. Eres “el testigo” del cuerpo, las emociones, la mente y la personalidad. Todos estos, que pueden ser percibidos por ti, son aspectos que tienes no que eres. Mientras que todos estos elementos son cambiantes y pasajeros, tú eres el mismo Ser siempre, es decir, la Conciencia que se da cuenta de ellos y que se manifiesta a través de tu organismo humano. Puedes ser consciente de ellos y de lo que percibes por medio de tus sentidos porque eres Conciencia. Si no fueras Conciencia serías una criatura sin emociones ni pensamientos.

El cuerpo, las emociones y los pensamientos son transitorios y no siempre están presentes en tu conciencia. Por ejemplo, cuando duermes profundamente sin soñar, cuando te desmayas o te anestesian totalmente no

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eres consciente de ninguno de ellos. En ese momento, estás Tú como Conciencia en sí misma (no ligada o asociada a objetos de percepción). Es gracias a que ella permanece en todo momento, que cuando despiertas sabes que eres tú, el mismo que anteriormente se acostó a dormir, se desmayó o fue anestesiado. En los momentos en que duermes, está presente la Conciencia dándose cuenta de la ausencia o la presencia de los sueños. Cuando sales del sueño profundo y te despiertas, antes de que abras los ojos y veas tu cuarto, tu cama y tu habitación (que te pueden dar pistas y recordarte quién eres) ya sabes que eres tú, el mismo ser. Todo esto debido a que el Ser que eres nunca estuvo ausente, a pesar de que por momentos estuvieron ausentes de tu percepción el cuerpo, las emociones y los pensamientos.

Tú eres esa Conciencia que no sufre alteraciones ni se afecta a pesar de los cambios del cuerpo, las emociones y los pensamientos. Tu verdadero Ser (Conciencia), se parece en cierto sentido a la pantalla de cine, la cual recibe la proyección de incendios y maremotos, escenas de amor y odio, imágenes de guerra y paz, etc., y siempre permanece inafectada, nunca se quema ni se moja, no se perturba por las alegrías ni las tristezas, por las balas ni los besos que proyectan sobre ella. Asimismo, tú esencia, lo que eres en realidad, tampoco se altera por las situaciones de la vida cotidiana. El que se afecta es tu organismo cuerpo-emociones-mente-personalidad, pero no Tú.

Eres Conciencia pura, el “testigo” inalterable de tu organismo humano y del entorno. Tu organismo humano es en realidad un “instrumento” a través del cual se manifiesta el Ser que eres y por medio del cual interactúa con el entorno. El Ser le da vida a tu “instrumento”, entonces se podría decir que es como la “corriente eléctrica” que le permite funcionar.

Grandes maestros espirituales no solo han conocido el Ser que somos en realidad sino que han tenido la vivencia de ello, es decir, se han experimentado a sí mismos como ese Ser.

La gran mayoría de personas cree, consciente o inconscientemente, que somos el organismo humano, es decir, nos identificamos con el “instrumento”, el “vestido” o el “vehículo”. Entonces uno se podría preguntar, ¿no es increíble que muchos hayamos estado “despistados” y “engañados” por tanto tiempo creyendo ser lo que en realidad no somos?

Pues, no es tan asombroso que esto haya sucedido, dado que lo más “natural” es que así sea, ya que el Ser que somos (Conciencia), al manifestarse a través del organismo humano, se hace consciente de éste y automáticamente se considera uno con él, se identifica con él, puesto que es nuestra percepción más constante y directa. Todos estamos en el proceso de despertar y darnos cuenta quiénes somos en realidad.

Finalmente, así como el agua es incolora, insípida y líquida al mismo tiempo; también el Ser tiene varias características, como verás a continuación.

EJERCICIO 6: Por favor lee detenidamente las instrucciones y tómate el tiempo para practicarlas.

A. Estando sentado con la espalda derecha, cierra los ojos y respira por la nariz suave y tranquilamente, inflando un poco el abdomen al inhalar y desinflándolo un poco al exhalar, durante varios segundos. Observa muy bien el color que ves en tus párpados. Luego llena toda tu mente del color que observas en tus párpados, por un tiempo. Posteriormente llena todo tu pecho internamente con ese mismo color, por al menos 1 minuto. (¡Tómate tu tiempo!)

B. ¿Cómo te sentiste?

Si enfocaste toda tu atención en el ejercicio, seguramente hubo momentos en que tu mente se aquietó y pudiste sentir tranquilidad. Cuando la mente se calma también lo van haciendo las emociones y puedes experimentar más el Ser que eres. Entonces sientes un estado de Paz. Lógicamente, cuando surgen de nuevo

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muchos pensamientos y emociones se interrumpe el acceso a ella. Sin embargo, el estado de Paz siempre está presente en el fondo, ya sea que lo experimentes claramente o no. Con estos ejercicios y con las meditaciones tienes la posibilidad de contactar tu estado natural de Paz. Recuerda que los maestros espirituales siempre nos han hablado de la famosa Paz interior, pues en realidad, es una característica de tu Ser. Tú eres Conciencia y Paz.

Al hacer el ejercicio muy posiblemente también lograste darte cuenta que tu Ser verdadero, el “morador interno”, no juzga, critica, rechaza, discrimina, recrimina, odia, envidia, etc. La que lo hace es la mente. El Ser es apertura, inclusión, aceptación, neutralidad; es en verdad Amor. Es Amor puro, el cual no pone condiciones (incondicional), ni busca retribuciones (desinteresado). Es Amor que se basta a sí mismo, sin necesidad de recibirlo de una fuente externa. Es Amor libre de apegos y deseos. El Amor es tu esencia, tu verdadero Ser. Así que eres Conciencia, Paz y Amor.

Lamentablemente, a pesar de que somos realmente Paz y Amor, la mayoría de las personas busca obtenerlos de afuera, sin contactarlas primero en su interior.

De otro modo, con el ejercicio anterior seguramente también notaste el Silencio en tu interior a medida que aquietabas tu mente. La verdad es que el Silencio siempre está presente en ti y los “ruidos” vienen de los pensamientos y emociones, y del entorno. Todas las palabras, sonidos y pensamientos nacen del Silencio, se manifiestan sobre el Silencio y se funden en el Silencio nuevamente. El Silencio siempre permanece como un telón de fondo y es otra característica de tu verdadero Ser. Por ende, tú eres Conciencia, Paz, Amor y Silencio.

Desde hace varios siglos, grandes maestros espirituales y diferentes escrituras sagradas han utilizado variados nombres para referirse a nuestro verdadero Ser, tales como: el Alma, el Atma(n), el Espíritu, la Esencia, el Sí mismo, el Absoluto, la Fuente, el Poder Superior, lo Trascendente, lo Inmutable, la Divinidad, Dios, Alá, Yahveh, el Paramatma, el Ser, lo Infinito, la Verdad Suprema, el Principio Fundamental, la Realidad, el Yo, la Presencia, la Conciencia Búdica, el Tao, el Vacío, Ensof, Jehová, Elohim, Adonai, etc. De manera similar, las personas empleamos distintas palabras para nombrar un objeto. Por ejemplo decimos “carro”, “automóvil”, “vehículo” o “coche” para referirnos a lo mismo. Incluso en otros idiomas hay más palabras para este aparato. A pesar de la multiplicidad de nombres que se le dan, el objeto al que se refieren es el mismo. Lo mismo sucede con la Divinidad, son muchos los nombres pero hay un solo Ser o Dios omnipresente.

La Biblia cristiana nos enseña que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1, 26-27). De igual forma, los grandes sistemas religiosos y guías espirituales nos han invitado a darnos cuenta y experimentar que Dios o la Divinidad (o cualquier otro nombre que le quieras dar) está en todos como nuestro Ser real.

“El Cristianismo dice: ‘El Reino de Dios está dentro de ustedes’. El Budismo: ‘Mira en tu interior. Tú eres Buda’.

El Siddha yoga: ‘Dios mora en tu interior como Tú’. El Hinduismo: ‘Atman (la conciencia individual) y Brahman (la conciencia universal) son uno’.

El Islam: ‘Quien se conoce a sí mismo, conoce a su Señor’.” Frances Vaughan8.

Asimismo, nos enseñan que la Creación tuvo una fuente, un origen, un principio, una causa, y coinciden en llamarla Dios, Divinidad, el Ser, etc. Y esa Fuente Primordial, origen de todo, es permanente, es el principio y el fin de todo lo demás, no tiene comienzo ni final, nacimiento ni muerte. Es la base Eterna desde la cual surge o emerge todo lo creado, en la cual se sostiene y en la cual se disuelve.

8 Citado por Frances Vaughan (1991) en su libro “El arco interno. Curación y totalidad en psicoterapia y espiritualidad”. Barcelona: Kairós.

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Así que si comprendemos que la Divinidad es Eterna y es nuestro Ser verdadero, entonces podemos concluir que nuestro Ser es en realidad Eterno.

Aunque esta enseñanza pueda parecer osada, las grandes tradiciones espirituales de la humanidad la han venido transmitiendo desde hace miles de años. Por ejemplo, en el Cristianismo, que es la corriente espiritual más influyente en nuestros países hispanoamericanos, se nos ha dicho que el Alma no muere cuando el cuerpo fallece sino que continúa existiendo por toda la eternidad. De esta enseñanza podemos deducir que realmente somos el Alma y que nuestro cuerpo humano es sólo un “vestido” o “vehículo” que usamos transitoriamente en este planeta.

En los Vedas, las escrituras sagradas más antiguas de la humanidad recopiladas en la India por sabios y santos en estados profundos de meditación y plena conexión con el Ser, se indica que el “Atma” o “Atman” no tiene nacimiento ni muerte y que nunca sufre cambios ni transformaciones, es decir, que es Eterna, pura e inmutable. En general, todas las religiones y maestros enseñan la eternidad de la Divinidad, de nuestra esencia.

Si tomamos en cuenta estas enseñanzas y ciertos estudios científicos (algunos de ellos mencionados a continuación), podemos agregarle el atributo de Eternidad a la definición que hemos venido construyendo acerca del Ser. Entonces podemos decir que eres Conciencia, Paz, Amor y Silencio: Eternos.

Con respecto a esta condición de Eternidad, vale la pena conocer o recordar ciertos estudios científicos muy pertinentes.

Algunos estudios científicos

Experiencias cercanas a la muerte y fuera del cuerpo

Un sinnúmero de personas ha experimentado la continuidad de su vida, de la Conciencia, durante periodos de tiempo en los cuales estuvieron clínicamente muertas (experiencias cercanas a la muerte). Adicionalmente, muchos han tenido experiencias en las cuales, estando vivos, salen de su cuerpo y se mantienen conscientes percibiendo el entorno y su propio organismo humano (experiencias fuera del cuerpo). Estos dos tipos de casos han suscitado muchas reflexiones y cuestionamientos en ellos mismos, en la sociedad en general y, por supuesto, en varios científicos.

En un artículo de Roberto Aretxaga Burgos9 se aborda el tema del estudio de la continuidad de la Conciencia durante la muerte, y se mencionan aspectos históricos y conceptuales al respecto:

Teniendo en cuenta las diferentes opiniones que a principios del siglo pasado existían sobre el criterio para definir la muerte, un comité de expertos de la Facultad de Medicina de Harvard se reunió para estudiar el tema y plantearon que el criterio fundamental era el de muerte cerebral o encefálica, el cual ha sido ampliamente aceptado hasta la actualidad.

9 Artículo: “AWARE: Ciencia de la conciencia durante el trance de la muerte. Algunas consideraciones contextuales y filosóficas”. Publicado originalmente

en: Letras de Deusto (Universidad de Deusto, Bilbao), vol. 39, nº 122 (enero-marzo 2009), pp. 239-249. Tomado de: http://filomente.blogia.com/

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Desde la mitad del siglo pasado se incrementaron notablemente los estudios con respecto a las personas que habían experimentado la muerte transitoriamente y habían sido reanimadas. En 1975, el doctor Raymond A. Moody publicó el libro “Life after Life” (Vida después de la vida), en el cual se recopilaron los testimonios de muchas personas sobre ciertos fenómenos cognoscitivos y perceptivos que decían haber experimentado mientras se hallaban clínicamente muertas. A estas experiencias las llamó Experiencias Cercanas, o Próximas, a la Muerte (ECM ó EPM).

A partir del estudio de estos casos, el Dr. Moody elaboró un modelo ideal de ECM, que consta de las siguientes fases: la persona clínicamente muerta escucha lo que dicen las personas que le rodean; tiene sentimientos de paz y quietud; escucha un ruido peculiar; percibe un túnel oscuro; experimenta estar fuera del cuerpo; se encuentra con otros seres ya fallecidos; tiene la visión de un ser de luz; revisa y analiza su propia vida; llega a un punto frontera o límite; regresa; narra su vivencia a los demás y, finalmente, vive los efectos de dicha experiencia sobre su vida.

Estas investigaciones fueron ratificadas y ampliadas al poco tiempo por otros investigadores, como la doctora Elisabeth Kübler-Ross, quien dedicó más de 30 años al estudio del tema. Para esa época, numerosas personas empezaron a reconocer que habían vivido algo similar, y las opiniones, hipótesis y demás ideas al respecto empezaron a abundar.

Entre los estudios de las ECM orientados más racional y científicamente se encuentran también los del cardiólogo Michael Sabom. Lo que más le llamó la atención a este doctor fue encontrar que varias personas habían percibido y recordaban eventos sucedidos mientras estaban clínicamente muertas; pues esto contradice el planteamiento de la neurociencia que considera que un ser humano no puede experimentar cognición o percepción alguna sin actividad cerebral. Los testimonios que recogió eran tan precisos que desafiaban la explicación de las ECM como un fenómeno alucinatorio atribuible al estado de shock y la falta de oxígeno, a la medicación suministrada durante las prácticas de resucitación o a los procesos fisiológicos propios de esos momentos (ej. la generación de endorfinas), tal y como proponían otros científicos escépticos.

Más recientemente, se destacan los estudios de importantes investigadores como los cardiólogos Pim Van Lommel y Sam Parnia, y el neuropsiquiatra Peter Fenwick. En el 2008, se llevó a cabo en Nueva York el simposio “Más allá del problema mente-cuerpo: nuevos paradigmas en la ciencia de la conciencia”, auspiciado por la Organización de las Naciones Unidas, durante el cual fue presentado formalmente el proyecto “Conciencia Humana”, a cargo de un conjunto de científicos y médicos multidisciplinarios que investigan los procesos neuronales asociados con las diferentes facetas de la conciencia humana, su naturaleza y su vinculación con el cerebro. Este proyecto incluye el estudio “AWARE - AWAreness during REsuscitation” (Conciencia durante la resucitación), que investiga la relación cuerpo-mente, durante el estado de muerte clínica en personas con paro cardíaco, a través de sofisticadas técnicas e instrumentos. Este proyecto seguramente arrojará más resultados interesantes próximamente.

El caso de la paciente Pam Reynolds10

El cardiólogo Dr. Michael Sabom, en su libro “Light and Death”, reporta la impresionante experiencia de la paciente Pam Reynolds. A ella se le practicó una operación muy avanzada para retirarle un aneurisma bastante grande, localizado en la arteria basilar de su cerebro, que amenazaba su salud y su vida. Debido a su tamaño y localización no se pudo remover con los procedimientos neuro-quirúrgicos tradicionales. Decidieron realizarle una operación especial en la cual su cuerpo se enfrió a una temperatura de 60 grados fahrenheit (15 grados centígrados), se detuvieron sus latidos del corazón y su respiración, las ondas cerebrales se aplanaron y la sangre fue drenada de su cabeza, es decir, se le mantuvo clínicamente muerta temporalmente. Después de

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Tomado de: http://www.near-death.com/experiences/evidence01.html

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removerle el aneurisma fue restaurada a la vida. Durante la operación, la señora Pam Reynolds, tuvo una experiencia cercana a la muerte (ECM) durante la cual salió de su cuerpo, pudo ver y escuchar lo que sucedía en la sala de cirugía, y lo relató después con mucha precisión. Por todos estos elementos, el caso de esta paciente representa una de las evidencias más fuertes en la investigación de las ECM.

Es importante recordar que tres variables pueden determinar la muerte cerebral, a saber:

1. Un electroencefalograma o EEG, que mide la actividad de las ondas cerebrales, “plano”, que indica la ausencia de actividad en la corteza cerebral, la capa más externa del cerebro.

2. La ausencia de potenciales evocados auditivos, que indica la falta de funcionamiento del tallo cerebral. 3. La falta de flujo sanguíneo en el cerebro, que indica una ausencia generalizada de actividad en el

cerebro.

Durante la operación, el cerebro de Pam estaba “muerto” según estas tres variables clínicas, su electroencefalograma era plano, su tronco encefálico no respondía y no había flujo sanguíneo en su cerebro. Mientras estaba en este estado, tuvo la experiencia cercana a la muerte, cuyo relato se encuentra más abajo.

Algunos científicos postulan que las ECMs son generadas por la química del cerebro. Pero el Dr. Peter Fenwick, un neuropsiquiatra y autoridad en Gran Bretaña sobre las EMC, cree que estas teorías se quedan cortas para explicar los hechos. En el documental “Into the Unknown: Strange But True” (Hacia lo desconocido: extraño pero cierto), el Dr. Fenwick describe el estado del cerebro durante una ECM: “El cerebro no está funcionando... Y sin embargo, puede producir estas experiencias muy claras… Un estado inconsciente es cuando el cerebro deja de funcionar. Por ejemplo, si uno se desmaya, se cae al suelo, no sabe lo que pasa y el cerebro no está funcionando. Los sistemas relacionados con la memoria son especialmente sensibles a la inconsciencia, así que no se recuerda nada. Y sin embargo, tras una de estas experiencias (tipo ECM), la persona despierta con recuerdos claros y lúcidos… Es un auténtico rompecabezas para la ciencia. Todavía no he visto alguna buena explicación científica que pueda argumentar este hecho.”11

Al ser reanimada, la señora Pam Reynolds relató la vivencia que había tenido:

“Lo siguiente que recuerdo es el sonido: era una nota “D”(“Re”)-Natural. Escuchaba el sonido y sentía que me hacía salir por la parte de arriba de mi cabeza. Entre más salía de mi cuerpo, más claro se hacía el sonido… Recuerdo haber visto varias cosas en el quirófano cuando miraba hacia abajo. Estaba lo más despierta que recuerdo haber estado en toda mi vida… Estaba metafóricamente sentada en el hombro del doctor. No era como la visión normal. Era más brillante, enfocada y clara… ¡Había tantas cosas en la sala de operaciones que no reconocía y tanta gente!

Pensé que la forma en que habían afeitado mi cabeza era muy peculiar. Esperaba que me hubieran quitado todo el pelo, pero no lo hicieron… El instrumento con forma de sierra cuyo sonido me disgustaba tanto parecía un cepillo de dientes eléctrico, y tenía una muesca, un resalte en la parte más alta donde la sierra parecía entrar en el mango, pero no era así... Y la sierra tenía cuchillas intercambiables además, pero estaban en lo que parecía una caja de herramientas… Escuché la sierra empezar a funcionar. No vi que la utilizaran en mi cabeza, pero creo que la oí cortando algo. Estaba zumbando a un tono relativamente alto y entonces de repente hizo ¡Brrrrrrrrr!

Alguien dijo algo acerca de que mis venas y arterias eran muy pequeñas. Creo que era una voz femenina y que era la doctora Murray, pero no estoy segura. Ella era la cardióloga. Recuerdo haber pensado que le debí haber hablado sobre eso… Recuerdo la máquina de pulmón-corazón. No me gustaba el respirador… Recuerdo un montón de herramientas e instrumentos que no reconocía con facilidad.

11 Tomado de: http://www.near-death.com/experiences/evidence01.html

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Tenía la sensación de que me halaban, pero no en contra de mi voluntad. Iba por mí misma porque quería ir… La sensación era como la de estar subiendo en un ascensor muy rápidamente. Y había una sensación, pero no era corporal, física. Era como un túnel pero no era un túnel exactamente.

En algún momento al comienzo del túnel me di cuenta de que mi abuela me llamaba. Pero no oí su llamada con los oídos… escuchaba con mayor claridad que con mis oídos. Confié en esa percepción más de lo que confío en mis propios oídos.

Mi sensación era que quería que me fuese con ella, así que seguí avanzando sin temor. Iba por un tramo oscuro, y justo al final de este túnel estaba aquél pequeñísimo punto de luz que seguía haciéndose más y más grande.

La luz era increíblemente brillante, como estar sentada en la mitad de una bombilla. Era tan brillante que me puse las manos completamente delante de la cara esperando verlas y no podía. Pero sabía que estaban ahí. Pero no por el sentido del tacto. De nuevo es extremadamente difícil explicarlo, pero sabía que estaban ahí…

Me di cuenta que a medida que empezaba a distinguir varias figuras en la luz - y estaban todas cubiertas de luz, eran luminosas e irradiaban luz a todo su alrededor- comenzaban a tomar formas que podía reconocer y comprender. Podía ver que una de ellas era mi abuela. No sé si era real o una proyección, pero reconocería a mi abuela y su timbre de voz en cualquier momento y lugar.

Todos los que vi, ahora que lo recuerdo, encajaban perfectamente con el conocimiento del aspecto que tenía esa persona en el mejor momento de sus vidas. Reconocí mucha gente. Mi tío Gene estaba allí. También mi tía bisabuela Maggie, quien era en realidad una prima. Por el lado de la familia de papá, mi abuelo estaba allí… Estaban cuidando de mí específicamente, ocupándose de mí.

No me dejaron avanzar más… Me fue comunicado (es la mejor manera que tengo de decirlo, porque ellos no hablaban como lo estoy haciendo ahora) que si seguía todo el camino hacia la luz me sucedería algo físicamente y no serían capaces de devolverme a mi cuerpo, como si fuera a ir demasiado lejos y ellos ya no pudieran reconectarme. Así que no me dejaban ir a ningún lado o hacer algo. Yo quería ir hacia la luz, pero también quería regresar. Tenía hijos de los que debía ocuparme. Era como ver una película avanzando rápidamente en el vídeo, tú entiendes la idea general, pero las imágenes no son lo suficientemente lentas como para ver los detalles.

Entonces ellos me dieron de comer. No lo hacían a través de mi boca, como con comida, sino que me nutrían con algo. La única forma que tengo de explicarlo es algo brillante. Chispas es la imagen que tengo. Recuerdo claramente la sensación de ser nutrida, alimentada y fortalecida. Sé que suena raro, porque obviamente no era una cosa física, pero en la experiencia me hacía sentir fuerte, preparada para cualquier cosa.

Mi abuela no me trajo de regreso por el túnel, ni me dijo o pidió que volviera. Sólo me miró. Esperaba devolverme con ella, pero se me comunicó que ella no pensaba hacerlo. Mi tío dijo que él lo haría. Él es quien me trajo de vuelta hasta el final del túnel. Todo iba bien, yo quería regresar.

Pero entonces llegué al final del mismo y vi mi cuerpo. No quería entrar en él… Tenía un aspecto horrible, como un tren accidentado. Parecía como lo que estaba: muerto. Creo que estaba cubierto. Me asustó y no quería mirarlo.

Me fue comunicado que era como saltar a una piscina. No había problema, sólo saltar directamente a la piscina. Yo no quería, pero supongo que iba con retraso o algo así, porque mi tío me empujó. Sentí que algo me repelía y al mismo tiempo mi cuerpo me halaba. El cuerpo halaba y el túnel empujaba… Fue como tirarse a una piscina de hielo…. ¡Eso dolió!

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Cuando volví, estaban tocando “Hotel California” y la letra decía “puedes registrar tu salida cuando quieras, pero no puedes irte”. Le dije más tarde al Dr. Brown que aquello era una falta de tacto y él me dijo que necesitaba dormir más (risas). Cuando desperté todavía tenía el respirador.”12

Si te interesa este caso, puedes ver algunas imágenes de un documental del canal Discovery Channel al respecto.

VIDEO INSPIRADOR

Busca con las siguientes palabras en www.youtube.com y selecciona el primer video que aparece en los resultados de la búsqueda:

Se demuestra la existencia del espíritu, videointeligencia

El experimento de Charles Tart13

Charles Tart es un importante psicólogo, reconocido por sus estudios acerca de los estados de conciencia. Ha escrito más de 250 artículos publicados en revistas profesionales y libros. Ha sido profesor de psicología en la Universidad de California y es uno de los fundadores de la Psicología Transpersonal. Se ha desempeñado como instructor de psiquiatría en el Colegio de Medicina de la Universidad de Virginia y como consultor gubernamental en las investigaciones de parapsicología en el Instituto de Investigación de Stanford.

El Dr. Tart realizó un experimento con una mujer que con frecuencia tenía experiencias fuera del cuerpo (EFC) mientras dormía. Ella solía despertarse una o dos veces durante dos a cuatro noches en la semana. En cada una de esas oportunidades se encontraba despierta flotando cerca del techo, durante unos pocos segundos o hasta medio minuto. Frecuentemente observaba su cuerpo recostado en la cama. Luego de este tiempo volvía a dormirse naturalmente. Ella no realizaba esfuerzos para controlar sus experiencias fuera del cuerpo, tampoco les daba mayor significación y sentía con certeza que no eran sueños.

El Dr. Charles Tart la estudió durante cuatro noches no consecutivas en su laboratorio de sueño. Cada noche él miraba una tabla de números aleatorios de cinco cifras y copiaba uno de ellos. Luego lo ubicaba sobre el estante dentro de la habitación, a una gran altura con respecto al lugar donde se encontraba acostada la señora. A ella se le dio la instrucción que si tenía una experiencia fuera del cuerpo tratara de leer y memorizar el número, y después de ello intentara despertarse inmediatamente y decírselo al doctor.

La señora era supervisada en todo momento a través de la ventana de un cuarto contiguo y además monitoreada con diferentes aparatos. En la cuarta noche de observación ella despertó e indicó que había tenido la EFC y dio el número correcto: 25132.

Para corroborar que no hubiera existido algún error en el experimento, ingresaron a la habitación y trataron nuevamente de determinar si era posible ver el número desde la cama. Analizaron si podían ver el número a

12 Tomado de: http://angelicapajares.wordpress.com/2010/12/19/vida-despues-de-la-vida-testimonio-de-pam/ 13

Tomado de: http://www.near-death.com/tart.html

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través del reflejo de un reloj que estaba en la pared encima de él. Estuvieron un buen tiempo tratando de descubrir si con una luz baja (oscuridad parcial) era posible y se dieron cuenta que definitivamente no lo era. Sin embargo, miraron qué sucedía si iluminaban directamente el número y descubrieron que en esas condiciones el reflejo del número en el reloj si se podía ver desde la cama. Desafortunadamente, por ese motivo indicaron que no podían concluir con total certeza que la mujer había leído el número gracias a una experiencia fuera del cuerpo, pues cabía la posibilidad que el suave y casi imperceptible reflejo del número en el reloj hubiera actuado como un “estímulo subliminal”. Sin embargo, las posibilidades de que esta fuera la razón por la cual ello lo detectó son muy bajas.

Estudios de Elisabeth Kübler-Ross

Elisabeth Kübler-Ross fue una médica psiquiatra originaria de Suiza, quien al terminar su formación universitaria se trasladó a Nueva York en donde continuó sus estudios sobre la muerte por más de 30 años y se desempeñó como docente en diferentes universidades. Recibió más de 20 doctorados honoris causa, especialmente por su trabajo en el área de la tanatología, y fue reconocida por la prestigiosa revista “Time” como una de los 100 científicos y pensadores más destacados del siglo XX.

Sus estudios recogen información de miles de personas que han fallecido temporalmente y han experimentado la continuidad de la vida después de la muerte. Son personas de numerosos países, de distintas culturas (ej. esquimales e indígenas), de prácticamente todas las edades (desde los 2 años hasta los 97), y de diferentes religiones incluyendo agnósticos y ateos. Además de estudiar enfermos que habían experimentado temporalmente la muerte, también lo hizo con personas de casos de intento de asesinato y de accidentes, es decir, muertes repentinas.

En su libro “La muerte: un amanecer”14 la doctora Kübler-Ross comenta que todas estas personas tienen en común que reportaron haber abandonado su cuerpo físico con total conciencia, experimentando la muerte como el paso a un nuevo estado de conciencia donde aún podían ver, oír y comprender, a pesar de no tener su cuerpo físico.

La experiencia vivida por ellos se desenvolvió en varias etapas. En un primer momento salieron de su cuerpo físico en un cuerpo energético que estaba en perfecto estado (así la muerte implicara la pérdida de algún miembro), y pudieron ver y escuchar con claridad todo lo que estaba sucediendo en el lugar en que habían fallecido (así fueran sordos o invidentes en vida). En ese punto, no tenían dolor ni sentimientos de pánico, miedo o tristeza. También pudieron visitar a otras personas aunque estuvieran a miles de kilómetros de distancia. Se encontraron con seres significativos y amados que habían “muerto” anteriormente y/o con seres “especiales”, quienes los acompañaron en su viaje de transición (ej. familiares, ángeles, guías, maestros espirituales). Esta transición simbólica la vivieron como un túnel, un río, un portal, un paisaje, etc. Llegaron a un lugar de paz y tuvieron un acercamiento a una luz o energía de amor incondicional, comprensión y compasión. Ante esa presencia revisaron su vida, y pudieron ver los pensamientos, palabras, acciones e intenciones, y sus consecuencias, lo cual les permitió aprender diversas lecciones. Luego viajaron de regreso a su cuerpo físico.

Muchos podrían pensar que estas experiencias se explican por la información previa (lo que habían leído o escuchado sobre lo que sucede al morir) o por la proyección de deseos (los deseos que tenían sobre lo que podrían encontrar al morir). La hipótesis de que las personas experimentaron esto porque habían oído acerca de esos asuntos y se los imaginaron, pierde validez en el caso de los cientos de niños pequeños estudiados, en quienes hay una probabilidad casi nula de que hubieran tenido acceso a toda esta información.

14 Kübler-Ross, Elísabeth (2008) La muerte: un amanecer. España: Ediciones Luciérnaga

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La hipótesis de que estas experiencias se debieron a la proyección de deseos, parece muy lógica en el caso de personas con discapacidades físicas, sordera, ceguera o parálisis, quienes muy probablemente desearían recuperar su salud completamente y, por consiguiente, al momento de la muerte pudieron haber imaginado que su cuerpo estaba sano. Sin embargo, hay dos elementos que no validan esta hipótesis. Uno de ellos es que más o menos la mitad de los casos estudiados se relaciona con accidentes inesperados de personas sin discapacidades, quienes no sabían lo que les iba a ocurrir y entonces no había una preparación psicológica ni unos deseos previos. Por ejemplo, la doctora Kübler-Ross narra el caso de un señor que fue atropellado y en el accidente perdió sus piernas. En ese momento, estando fuera de su cuerpo físico pudo ver una de sus piernas en el suelo, mientras mantenía su cuerpo energético (o cuerpo etérico) totalmente completo. Así que no se puede suponer que él sabía que iba a perder sus piernas en el accidente y que su vivencia fuera una proyección de su deseo de tenerlas nuevamente.

Los otros casos que le restan validez a esa hipótesis son de los invidentes quienes, durante su experiencia cercana a la muerte, pudieron ver con claridad varios detalles de las personas y del lugar donde se produjo su fallecimiento, lo cual describieron al revivir. Todo ello sucedió a pesar de que al volver a la vida su condición de ceguera continuó. Entonces, el relato acertado de lo que observaron no se puede explicar por sus deseos de ver sino porque en realidad pudieron hacerlo estando fuera de sus cuerpos físicos.

Una experiencia común en todas estas personas es el encuentro con seres significativos y queridos, muertos anteriormente. También podría pensarse que esto se debe a la imaginación de la persona o a una proyección de su deseo de verlas nuevamente. Sin embargo, la Dra. Elisabeth pone el ejemplo de un caso que descarta estas dos hipótesis. Se trata de una niña de 12 años que tuvo una experiencia maravillosa al morir temporalmente y se había sentido mejor que en su casa o en cualquier otro lugar. No se sentía cómoda al pensar en contarle esto a su madre, pues creía que podía herir sus sentimientos y preocuparla si lo interpretaba como una muestra de que no se sentía bien con ella y que prefería la muerte. Finalmente se la comentó a su padre y le dijo que lo único que no entendía era que durante esa vivencia siempre estuvo acompañada de su hermano, a pesar de que nunca había tenido alguno. Su padre se conmovió, lloró y le contó que en realidad ella sí había tenido un hermano del cual nunca le habían contado, que había muerto 3 meses antes de su nacimiento. Así pues que no había posibilidad de que ella hubiera imaginado fantasiosamente que se encontraba con su hermano, pues no sabía sobre él.

Otro caso notable que esta doctora menciona es el de una india norteamericana quien fue atropellada por un auto y el conductor huyó. Un extranjero se detuvo para ayudarla y ella le dijo con mucha paz que ya era inevitable su muerte y sólo le pidió un favor: que si algún día iba a la reserva donde estaba su familia, le dijera a su madre que estaba bien y que su padre estaba con ella. Luego de esto murió en los brazos del señor, quien quedó tan conmovido por esta situación que decidió emprender inmediatamente el viaje hacia la reserva india. Al llegar y localizar a la madre, se enteró que el padre de la joven había muerto de un paro cardíaco justo una hora antes del accidente de la hija, a miles de kilómetros de distancia. Es decir, estando viva, la joven india no tuvo la posibilidad de saber que su padre había muerto, pero si lo supo cuando lo encontró en la transición hacia su propia muerte.

Elisabeth Kübler-Ross narra otro caso muy interesante. Se trata de un hombre a quien toda su familia iría a recoger al trabajo un día especial, para luego viajar juntos a visitar unos familiares fuera de la ciudad. El bus en el que se desplazaban su mujer, sus ocho hijos y sus suegros chocó con un camión que cargaba combustible, lo cual originó un incendio que le causó la muerte a todos los ocupantes. Cuando él se enteró de la muerte de su familia entró en un estado de trauma e impacto profundo, dejó de trabajar pues no podía hablar con nadie y posteriormente se refugió en el alcohol y las drogas “como si buscara suicidarse lentamente”. Pasó de ser un padre y esposo perteneciente a una familia pudiente, a ser un habitante de la calle. Un día estaba acostado, borracho y drogado sobre un camino, cuando vio venir un camión. No pudo quitarse de la vía y fue atropellado. Luego, salió de su cuerpo físico y pudo verlo desde la distancia bastante lesionado, tirado en la carretera. En

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ese momento también se le presentó su familia y estaban todos luminosos, alegres y llenos de amor. Se comunicaron con él sin palabras, a través del pensamiento, y le dijeron lo contentos que estaban con este encuentro. Quedó tan impactado por la belleza que percibía en ellos, la aceptación de la vida que llevaban y su amor incondicional, que decidió no tocarlos ni seguirlos sino regresar a su cuerpo físico para seguir viviendo, contarle a todo el mundo lo que había descubierto y aprovechar mejor su vida, corrigiendo los errores cometidos en el último tiempo. Al regresar a la vida se sintió curado y sanado, y se hizo la promesa de compartir esta experiencia con la mayor cantidad de personas.

Esta investigadora indica que de los enfermos con problemas cardíacos que han vuelto a vivir después de una reanimación, sólo el 10% aproximadamente recuerda las experiencias tenidas durante el tiempo de muerte, y comenta que esto se puede comprender si nos damos cuenta que también todas las personas soñamos al dormir y pocos recuerdan sus sueños al despertarse.

Enfatiza que gracias a sus numerosos años de investigación y experiencias personales tiene la certeza que la muerte realmente no existe, que la vida continua, y que lo más importante que podemos hacer en esta vida es amar incondicionalmente, puesto que es la base de todas las demás lecciones que debemos aprender. Expresa que una forma de vivir sin miedo es recordar que no hay muerte para el espíritu y que todo lo que nos acontece es para nuestro bien, para nuestra evolución.

Todos estos estudios, situaciones y experimentos nos llevan a pensar que aunque la Conciencia y la vida se manifiestan y se relacionan con el cerebro y los demás componentes del sistema nervioso, no se limitan ni dependen de ellos. Como hemos visto, a pesar de la muerte del organismo humano, el Ser que somos continúa existiendo.

EJERCICIO 7: Por favor lee detenidamente las instrucciones y tómate el tiempo para practicarlas.

A. Siéntate cómodamente, con la espalda recta y sin tensarla. Cierra los ojos y di mentalmente “yo no existo”, varias veces.

B. ¿Qué pasó?, ¿qué experiencia tuviste?

Seguramente, al decir mentalmente “yo no existo” te sentiste raro o extraño, pues al mismo tiempo que lo pensabas tenías plena conciencia de que si existías. Necesariamente tienes que existir para poder estar diciendo o pensando esa afirmación. La sensación de existencia es evidente por sí misma, no necesitas hacer algún esfuerzo, práctica o ejercicio para tener la vivencia de que existes.

Una característica básica de tu Ser es la Existencia. Y si tienes en cuenta lo que se acabó de expresar acerca de la condición Eterna de tu Ser, podemos concluir que tu Existencia es Eterna. En los Vedas una forma de definir la Divinidad (nuestro Ser) es como Sat – Chit - Ananda, que quiere decir Existencia - Conciencia/Sabiduría - Bienaventuranza. Precisamente, Sat quiere decir Existencia Eterna.

Así que realmente eres Existencia Eterna, Conciencia, Paz, Amor y Silencio.

EJERCICIO 8: Por favor lee detenidamente las instrucciones y tómate el tiempo para practicarlas.

A. Siéntate cómodamente, con la espalda recta y sin tensarla. Inhala profundamente por la nariz y exhala por la boca todo el aire, en forma de suspiro (“¡Hahhh!”). Hazlo 3 veces. Cierra los ojos, continúa respirando por la nariz tranquilamente y presta atención al color que observas en tus párpados (ej. negro, violeta, rojo, etc.). Visualiza que alrededor de tu cuerpo sólo hay espacio de ese mismo color que ves en tus párpados. Arriba, abajo, al frente, atrás y a los lados de tu cuerpo, sólo ves espacio, sin objetos. Siente que ese espacio es infinito.

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Ahora visualiza ese espacio, con el mismo color, dentro de tu cuerpo. Después, observa que el espacio interno y el externo se funden en uno sólo, y solamente queda espacio. Date cuenta que ese espacio infinito es diferente de “la nada”, puesto que está lleno de Ti, de tu Presencia, de Conciencia. Permanece todo el tiempo que quieras sintiendo el espacio sin límites. Evita al máximo pensar y enfócate en percibir. Si escuchas sonidos, date cuenta como aparecen y desaparecen nuevamente en el silencio y en el espacio de tu Ser. Si llegan pensamientos, déjalos pasar y retoma el ejercicio las veces que sea necesario, sin preocuparte. Cuando desees terminar, escucha los sonidos externos, siente tu cuerpo y tu respiración, y luego abre los ojos.

B. ¿Cómo te sentiste? ¿Pudiste experimentar ese espacio sin límites lleno de tu presencia?

Con este ejercicio puedes percibir, en cierta medida, que el Ser que eres no está limitado a tu cuerpo sino que va mucho más allá de él. En realidad tu Ser no termina donde acaba tu cuerpo. Todo está permeado por él. Así como tú eres el Ser, todos los demás también lo son. El Ser es la realidad subyacente a todas las formas del Universo. Todo es en realidad el Ser único, manifestado en la multiplicidad. Es como el hilo de un collar que sostiene todas las perlas preciosas. El hilo no se puede ver a simple vista pero sin él no existiría el collar. El Ser que eres es el hilo que sostiene toda la Creación.

Todas las grandes religiones nos enseñan que la Divinidad (el Ser) es omnipresente, es decir, que está en todos y en todo. Por ejemplo, en la Biblia cristiana se nos enseña que Dios no está lejos o aparte de nosotros pues en Él vivimos, nos movemos y existimos (Hechos 17, 27-28). Asimismo, los Vedas indican que la Divinidad está presente en todos los reinos de la naturaleza y en todas partes de la Creación. Es decir, el Universo es el cuerpo de la Divinidad.

Diferentes personas han tenido la oportunidad de experimentar su Ser más allá de los límites del cuerpo, así sea por un corto tiempo. Algunas incluso han sentido la omnipresencia del Ser, la unidad con todo, lo cual se ha llamado experiencia cumbre o de conciencia cósmica en Psicología Transpersonal. Otras personas tienen esa percepción constantemente, a la manera de un estado de conciencia permanente, como en el caso de grandes maestros espirituales.

Ahora bien, como tu Ser es el mismo que está presente en todos y en todo, podemos decir que todos somos uno en esencia y que todos los seres del Universo son manifestaciones del Uno. La misma palabra Universo lo expresa, pues uni significa “Uno” y verso, “Canto”, es decir, el Canto del Uno.

Claro que hay individualidades, singularidades y diferencias; pero éstas son de los “instrumentos”, de las manifestaciones cambiantes y transitorias del Uno, el cual es Eterno y Omnipresente. Sin embargo, nuestra mente se aferra y prefiere la individualidad a la totalidad, lo limitado a lo ilimitado, la separación a la unidad, lo efímero a lo eterno. Nos sentimos pequeños, carentes y aislados, y sufrimos; pero ¿qué nos puede llenar más que la totalidad y la unidad que somos?

Nuestra mente percibe, gracias a la información que recolectan los sentidos, que los seres que observamos están separados y son diferentes de nosotros. Pensamos esto porque creemos que somos la forma (el cuerpo) cuando en realidad somos el Ser sin forma que está presente en todos y en todo: la Divinidad.

Los sentidos no son los instrumentos más confiables para conocer la realidad. Por ejemplo, ellos nos hacen creer que la pared es sólida cuando en realidad está compuesta en un 99% de espacio. ¡Qué ilusión sensorial! Nos hacen pensar que el jean es de color azul cuando en realidad absorbe todos los colores menos el azul. A su vez, hay cosas que no pueden percibir los sentidos como ciertos colores, por ejemplo los infrarrojos y los

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ultravioletas que están fuera del espectro visible por el ser humano, pero a pesar de que no los podamos ver, sí existen. Tampoco pueden percibir los ultrasonidos, pues están por encima del espectro audible. Más fácil aún, nuestros sentidos no nos permiten percibir las ondas de radio, televisión, teléfonos móviles e internet inalámbrico, pero todas ellas son una realidad. Así que si nos basamos sólo en los sentidos y la interpretación que hace nuestra mente de la información que ellos captan, fácilmente podemos tener visiones limitadas o equivocadas en algunos casos.

Retomando el tema de la omnipresencia del Ser, podríamos pensar: “Si somos un solo Ser, ¿cómo es posible que al morir sigamos experimentándonos como seres individuales y viendo a otros seres aparte de nosotros (como a los familiares fallecidos)?” Esta cuestión se aclara si tenemos en cuenta que al morir, dejamos nuestro cuerpo físico pero continuamos con otros cuerpos más sutiles. Por consiguiente, seguimos teniendo un “vestido” o “vehículo”. En otras palabras, ese cuerpo menos denso con el cual tenemos la experiencia posterior a la muerte, de todas formas sigue siendo un “instrumento” a través del cual nos manifestamos, no es nuestra verdadera esencia omnipresente.

Se podría decir que el Ser que somos es similar a las gotas de agua en el océano: cada gota, que aparentemente es individual, está unida con todas las demás, formando una unidad: el océano. Asimismo, podemos pensar que nuestro Ser es como la energía eléctrica en una casa. La energía eléctrica es una sola y permite el funcionamiento de distintos bombillos (grandes, pequeños, blancos, amarillos, etc.) y electrodomésticos (licuadora, nevera, grabadora, televisor, etc.), cada uno con una forma y función particular. De manera semejante, somos el mismo Ser que activa y se manifiesta a través de los distintos seres del Universo, cada uno de ellos con una misión específica. Por otra parte, cuando se daña un bombillo o electrodoméstico, la energía eléctrica no muere, continua existiendo, ¡al igual que nuestro Ser verdadero!

En este punto, es posible que se considere que el Ser está presente en todas las personas, pero no en los objetos, vegetales y minerales. Sin embargo, el Ser es omnipresente y todo lo incluye. Lo que sucede es que cada uno de ellos es una manifestación o “instrumento” con sus características propias, las cuales determinan el modo en que se puede manifestar el Ser en cada caso. Entonces, mientras que en un humano el Ser se manifiesta con pensamientos, movimientos, palabras, etc.; no es igual en una mesa, planta o piedra, puesto que no tienen boca para hablar, manos para agarrar, ni extremidades para movilizarse. Las características del “instrumento” influyen en la forma en que se expresa el Ser.

Hasta en los delincuentes más grandes y los dictadores más temibles está presente el mismo Ser, sólo que las impurezas de su mente no permiten que se manifieste de manera plena y diáfana. Incluso la persona más “malvada” demuestra amor en algún momento hacia alguien o algo, ¿por qué?, porque su naturaleza es amor y nunca pierde la capacidad de dar amor. De manera similar, cuando un bombillo está cubierto por polvo deja pasar muy poca luz, pero si se limpia brilla con claridad, proyectando la luz que siempre ha sido.

Recapitulando, eres en verdad Existencia Eterna e Infinita, Conciencia, Paz, Amor y Silencio.

Piensa en la maravilla y complejidad de todo el Universo: las estrellas, los planetas, los humanos, los animales, las plantas, los minerales, etc., y las distintas leyes que lo rigen. Mira a tu alrededor y asómbrate con la obra maestra llamada la Creación. ¡Es impresionante! ¿De dónde y cómo pudieron surgir las leyes físicas, químicas y electromagnéticas? ¿De dónde y cómo pudieron crearse las complejas “máquinas” que somos los seres humanos, los animales y las plantas?

Reflexionar sobre todo esto nos permite pensar en la existencia de una gran inteligencia, información o sabiduría que ha dado lugar a todo esto. Los grandes maestros espirituales nos han enseñado que esa Sabiduría es el origen, sustento y fin de toda la Creación, y es omnipresente. En otras palabras, el Ser que somos es Sabiduría.

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Muchos grandes descubrimientos, inventos y teorías han surgido gracias a intuiciones o accesos repentinos a una información superior, la del Ser. En tu propia vida posiblemente has tenido pensamientos acertados sobre un asunto en particular, a pesar de no tener a disposición toda la información necesaria. Esto se suele llamar intuición, la cual es una conexión directa con la sabiduría de tu Ser.

Así que eres Existencia Eterna e Infinita, Conciencia, Paz, Amor, Silencio y Sabiduría.

Muy bien. Una vez construida la definición del Ser, al mismo tiempo se puede decir que el Ser no es nada de eso. En última instancia, el Ser es el origen o la fuente de la cual surge todo, siendo “puro” en sí mismo. Adicionalmente, las características mencionadas son ideas y conceptos que ayudan a aclarar un poco más lo que somos en realidad, pero son sólo símbolos o indicadores del Ser. Por esto se dice que la única forma verdadera de conocer el Ser, es ser el Ser plenamente. Así que no te conformes con saber a qué sabe la fruta, ¡muérdela y saboréala!

Metáforas del Ser

Las metáforas, al igual que los conceptos e ideas, no explican ni representan en su totalidad el Ser, pero sí te ayudan a tener una mejor comprensión del mismo. Éstas son algunas de ellas:

El Ser que somos es como la luz y los seres de la Creación son como los distintos colores que se observan cuando esa luz pasa a través del prisma. La luz es una y los reflejos son diversos.

El Ser que somos es como el océano y los seres de la Creación son como las olas. Las olas son muchas y cada una es distinta, pero el océano es uno sólo, y en el surgen y desaparecen las olas.

El Ser que somos es como el Sol y los seres de la Creación son como sus rayos. El Sol es uno y emana muchos rayos, y todos ellos son la misma luz; están hechos a imagen y semejanza suya.

El Ser que somos es como el oro y los seres de la Creación son como las joyas. Hay diversos collares, pulseras, aretes y ornamentos, pero el oro con el que están hechos es uno solo.

El Ser que somos es como el papel y los seres de la Creación son como las figuras de origami. Las figuras de animales, humanos, flores, plantas, objetos y demás, están elaborados con el mismo papel.

El Ser que somos es como el oxígeno y los seres de la Creación son como los humanos y los animales. Ellos viven gracias al oxígeno presente en el planeta a pesar de que nadie lo puede ver ni tocar.

El Ser que somos es como el espacio libre y los seres de la Creación son como los objetos. Los objetos están llenos y rodeados de espacio. El espacio siempre permanece inalterado aún después de que el objeto se desintegra.

El Ser que somos es como la persona que sueña y los seres de la Creación son como los personajes del sueño. Los personajes, lugares y eventos del sueño son muchos, pero el soñador es uno.

Quiz

Muy bien, hagamos un paréntesis para hacer un pequeño “quiz”:

“Teniendo en cuenta las ideas y los ejercicios presentados, ¿crees que tienes Alma?”

(Espacio de tiempo para que puedas responder)

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Si tu respuesta fue “Si”, es correcta en cierto sentido, pues no eres una criatura compuesta sólo de materia como lo hemos visto. Pero una respuesta más acertada es: “No tengo Alma, soy el Alma”.

Eres el Alma o el Ser y tienes un organismo humano como “vehículo” o “instrumento”. Pensarlo de esta manera te ayuda a des-identificarte de lo que tienes para identificarte con lo que eres.

Y si quieres dar una respuesta todavía más profunda y acertada, podrías decir “Soy el Alma o el Ser y tengo todos los cuerpos (o todos los cuerpos están en mí)”. Recuerda que el Ser que eres es omnipresente y, por ende, está en todos y en todo. En este sentido, todo lo que ves es una expresión y manifestación de Ti.

Acertijo

Seguimos jugando. Ahora por favor búscale una explicación al siguiente “acertijo”:

El maestro Sathya Sai Baba dice: ¡Darte cuenta que eres nada, es Verdad; y darte cuenta que eres todo, es Amor!

(Espacio de tiempo para que lo pienses. No te rindas pronto.)

Una posible solución es: darse cuenta que uno no es algo en particular, que no es un cuerpo material y limitado es la Verdad. Darse cuenta que uno es el Ser inmaterial, que es uno con todos y con todo, es Amor.

Hacerte consciente de lo que no eres, te lleva a la Verdad. Hacerte consciente de lo que eres, te lleva al Amor.

En este contexto espiritual, la Verdad es aquello que permanece igual, que siempre ha existido y que no tiene alteraciones. Todo lo que cambia es una verdad relativa. Así que la verdad absoluta es realmente el Ser o la Divinidad que se mantiene inalterable y que no tiene nacimiento ni muerte. Es en este sentido que en el Budismo y el Hinduismo, entre otros, se enseña que la Creación con todas sus formas y nombres no es la Verdad sino una ilusión, porque tiene origen y disolución, y sufre modificaciones constantemente.

También podemos ver la ilusión en la que estamos desde la perspectiva de la física. La percepción que tenemos del Universo a través de nuestros sentidos es una ilusión, pues percibimos seres y objetos sólidos, cuando en realidad están prácticamente vacíos: son 99% espacio. Por un momento mira tu cuerpo y piensa que en realidad es casi todo vacío. Es algo muy diferente a lo que observas y sientes ¿no? ¡Vivimos en una ilusión!

Poemas Místicos

Grandes místicos y maestros espirituales han plasmado en palabras las realidades que están más allá de ellas y la sabiduría que las trasciende, llevándonos a una comprensión más profunda de la dimensión espiritual. A continuación encuentras algunos extractos de ellas, para tu propia inspiración:

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Yalal ad-Din Muhammad Rumi (Maestro musulmán del sufismo)15

Tú eres una sombra: ¡aniquílate en los rayos del Sol! ¿Cuánto tiempo seguirás contemplando tu sombra? ¡Contempla también Su luz!

El movimiento de las olas, día y noche, viene del mar, tú ves las olas, pero, ¡qué extraño! no ves el mar.

Mientras el sediento busca agua, el agua está también buscando al sediento.

Cada rosa fragante nos está contando los secretos de lo Universal.

Poco a poco Dios nos quita la belleza humana: poco a poco el árbol joven se marchita. Ve y recita: “Todo cuanto está dotado de vida, acabará pereciendo”. No te enamores de los huesos, busca el espíritu.

¿Qué es lo que realmente posees y lo que has adquirido en esta vida? ¿Qué perlas has sacado de las profundidades del mar? En el día de tu muerte tus sentidos físicos desaparecerán. ¿Tienes la luz espiritual que ilumine tu corazón? Cuando en la tumba tus ojos se llenen de polvo ¿brillará tu sepultura intensamente?

¿Por qué te sorprende que un espíritu humano no pueda recordar de dónde ha venido, dónde se originó y dónde residía antes de nacer? En este mundo, que es como un sueño, el espíritu humano está rodeado por un velo como el que forman las nubes ocultando las estrellas. Has sufrido tormentos pero aún así sigues estando lejos de Dios, porque no has alcanzado tu objetivo de destruir al yo.

15 Versos tomados de: http://es.wikiquote.org/wiki/Yalal_ad-Din_Muhammad_Rumi, http://es.wikipedia.org/wiki/Yalal_ad-Din_Muhammad_Rumi y

http://www.webislam.com/?idt=18686

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¿Qué puedo hacer, oh musulmanes?, pues no me reconozco a mí mismo. No soy cristiano, ni judío, ni mago, ni musulmán. No soy del Este, ni del Oeste, ni de la tierra, ni del mar. No soy de la mina de la naturaleza, ni de los cielos giratorios. No soy de la tierra, ni del agua, ni del aire, ni del fuego. No soy del empíreo, ni del polvo, ni de la existencia, ni de la entidad. No soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia. No soy del reino de Irak, ni del país de Jurasán. No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraíso, ni del Infierno. No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni de Rizwán. Mi lugar es el sin-lugar, mi señal es la sin-señal. No tengo cuerpo ni alma, pues pertenezco al alma del Amado. He desechado la dualidad, he visto que los dos mundos son uno; Uno busco, Uno conozco, Uno veo, Uno llamo. Estoy embriagado con la copa del Amor, los dos mundos han desaparecido de mi vida; no tengo otra cosa que hacer más que el jolgorio y la jarana. En el seno de este nuevo amor, muérete. Tu camino comienza en el otro lado. Conviértete en el cielo. Con un hacha ataca el muro de tu prisión. Escápate. Sal como si te hubieran dado a luz en un mundo de color. Hazlo ya. Estás cubierto de espesas nubes. Deslízate. Muere. Silencio. La quietud es señal segura de que has muerto. En tu antigua vida ansiosamente huías del silencio sin cesar. Ahora se asoma la luna llena enmudecida.

Lao Tse (Maestro espiritual del Taoísmo)16

El Tao que puede ser expresado no es el verdadero Tao. El nombre que se le puede dar no es su verdadero nombre. Sin nombre es el principio del universo; y con nombre, es la madre de todas las cosas. Desde el no-ser comprendemos su esencia; y desde el ser, sólo vemos su apariencia. Ambas cosas, ser y no-ser, tienen el mismo origen, aunque distinto nombre. Su identidad es el misterio. Y en este misterio se halla la puerta de toda maravilla. Porque, el ser y el no-ser se engendran mutuamente. Lo fácil y lo difícil se complementan.

16 Versos del “Tao Te King”, tomados de: http://www.aikicatalunya.org/PDFs/tao.pdf

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Lo largo y lo corto se forman el uno del otro. Lo alto y lo bajo se aproximan. El sonido y el tono armonizan entre sí. El antes y el después se suceden recíprocamente. Por eso, el sabio adopta la actitud de no-obrar y practica sin palabras. Todas las cosas aparecen sin su intervención. Nada usurpa ni nada rehúsa. Ni espera recompensa de sus obras, ni se atribuye la obra acabada, y por eso, su obra permanece con él. Alcanza la total vacuidad para conservar la paz. De la aparición bulliciosa de todas las cosas, contempla su retorno. Todos los seres crecen agitadamente, pero luego, cada uno vuelve a su raíz. Volver a su raíz es hallar el reposo. Reposar es volver a su destino. Volver a su destino es conocer la eternidad. Conocer la eternidad es ser iluminado. Quien no conoce la eternidad camina ciegamente a su desgracia. Quien conoce la eternidad da cabida a todos. Quien da cabida a todos es grandioso. Quien es grandioso es celestial. Quien es celestial es como Tao. Quien es como el Tao es perdurable. Aunque su vida se extinga, no perece. Así, quien sigue el Tao, se une al Tao. Quien sigue la virtud, se une a la virtud. Quien sigue el defecto, se une al defecto. Quien se identifica con una de estas cosas, por ella es acogido. Antes aún que el cielo y la tierra, ya existía un ser inexpresable. Es un ser vacío y silencioso, libre, inmutable y solitario. Se encuentra en todas partes y es inagotable. Puede que sea la Madre del universo. No sé su nombre, pero lo llamo Tao. Si me esfuerzo en nombrarlo lo llamo «grande». Es grande porque se extiende.

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El gran Tao es como el río que fluye en todas las direcciones. Todos los seres le deben la existencia y él a ninguno se la niega. Cuando realiza su obra, no se la apropia. Cuida y alimenta a todos los seres, sin adueñarse de ellos. Carece de ambiciones, por eso puede ser llamado pequeño. Todos los seres retornan a él sin que los reclame, y por eso puede ser llamado grande. De la misma forma, el sabio nunca se considera grande, y así, perpetúa su grandeza. El Tao, por su naturaleza, no actúa, pero nada hay que no sea hecho por él. El Tao es lo más profundo de todos los seres. Es el tesoro del hombre bueno, y el amparo del que no es bueno. El hombre al nacer es blando y flexible, y al morir queda rígido y duro. Las plantas al nacer son tiernas y flexibles, y al morir quedan duras y secas. Lo duro y lo rígido son propiedades de la muerte. Lo flexible y lo blando son propiedades de la vida. Por esto, la fortaleza de las armas es la causa de su derrota, y el árbol robusto es abatido. Lo duro y fuerte es inferior, y lo blando y frágil es superior. Nada hay en el mundo tan blando como el agua. Pero nada hay que la supere contra lo duro. Lo blando vence a lo duro, lo débil vence a lo fuerte. Nadie desconoce esta verdad pero nadie la practica. Las palabras veraces no son agradables, y las agradables no son veraces. El hombre bueno no gusta de discutir, y el que discute no es hombre bueno. El sabio no es erudito y el erudito no es sabio. El sabio no atesora, y ofreciendo a los demás, se hace rico. El camino del cielo beneficia y no perjudica. La norma del sabio es obrar sin combatir.

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Poemas del Budismo Zen17

Cientos de flores primaverales; la luna otoñal. Una refrescante brisa veraniega; la nieve invernal. Libra tu mente de todo vano pensamiento ¡Y cuán agradable es para ti toda estación! (Mumon (Wu-mên). Ensayos Sobre Budismo Zen, del Dr. Suzuki) Ahora no tengo sueños vanos en mi almohada, me limito a dejar que el flautista ejecute el son que le plazca. (Fu, de T´ai-yüan. Ensayos Sobre Budismo Zen, del Dr. Suzuki) Bebiendo té, comiendo arroz, paso mi tiempo tal como viene. Observando el río, contemplando las montañas… ¡Cuán sereno y descansado verdaderamente me siento! (Nansen [Nanch´üan]. Ensayos Sobre Budismo Zen, del Dr. Suzuki)

Penetra en la verdad última de la mente, y no tendrás cosas y no-cosas. Iluminados y no-iluminados… Son lo mismo. (Dhritaka, sexto patriarca Zen.Ensayos Sobre Budismo Zen, del Dr. Suzuki) No puedes conseguirlo poniéndote a pensar; no puedes buscarlo sin ponerte a pensar. (Zenrin Kushu. El Camino Del Zen, de Alan W. Watts)

Como el cielo vacío, carece de límites, pero está en su lugar, siempre profundo y claro. Cuando tratas de conocerlo, no puedes verlo. No puedes agarrarlo, pero no puedes perderlo. Al no poderlo tomar, lo tomas. Cuando callas, habla; cuando hablas, calla. (Cheng-tao Ke. El Camino Del Zen, de Alan W. Watts) Cuando sale el sol, recorre el Vacío, cuando el sol se pone, duerme en el Vacío; sentado en el Vacío canta sus canciones vacías. Y sus canciones vacías reverberan a través del Vacío. No te sorprendas del Vacío tan integralmente vacío, pues el Vacío es el asiento de todos los Budas. Y los hombres del mundo no entienden el Vacío, pero el Vacío es el tesoro real.

17 Versos de una recopilación de poemas Zen elaborada por José L. Hernández. Tomada de:

http://www.bublegum.net/imagenes/19655/Miscel%E1nea+Budista+--+POEMAS+ZEN.html

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(P´ang, periodo Yüan-ho (806-821). Ensayos Sobre Budismo Zen, del Dr. Suzuki) En el reino superior de la talidad verdadera no hay "otro" ni "yo". Cuando se pide una identificación directa sólo podemos decir: "no dos". Al no ser dos todo es lo mismo, todo lo que es, está comprendido en ello: …Uno en todos, todos en uno… ¡Si sólo se comprende esto! ¡No te preocupes más por no ser perfecto! (Sêng-ts´an, tercer patriarca Zen, muerto en 606. Ensayos Sobre Budismo Zen, del Dr. Suzuki)

¿Qué te limita para ser lo que eres plenamente?

Habla tanta filosofía como te plazca, adora a tantos dioses como quieras, participa en todas las ceremonias que deseas, canta devotas alabanzas a cuantos seres Divinos te parezca, pero la liberación no llegará ni al final de

un centenar de años sin la muerte del ego o yo. Adi Shankara18

Básicamente, lo que no nos facilita tener la vivencia plena del Ser que somos es el ego. Y el ego es la identificación con lo que no somos, es decir, la creencia arraigada de que somos el organismo humano (pensamientos, emociones y cuerpo). Esta ilusión o auto-engaño está en la base de todo sufrimiento.

Las personas podemos sufrir porque nuestro cuerpo es gordo o delgado; la piel es blanca, negra o de cualquier color; la forma de nuestro cuerpo no es como lo dictan los estándares estéticos de la cultura, etc. También porque no usamos cierta ropa, no tenemos determinada cantidad de dinero o posesiones, no estamos en una posición importante, etc. Además porque nuestra personalidad no tiene ciertas cualidades o cuenta con determinados “defectos”; por recuerdos sobre el pasado que nos generan tristeza, nostalgia, remordimiento, culpa, frustración y demás; o pensamientos sobre el futuro que nos suscitan preocupación, ansiedad, estrés, angustia y otros. Y, como puedes ver, todo ello se relaciona con la identificación con el organismo humano.

18 Tomada del libro “Ser lo que somos: conociendo y manifestando nuestro verdadero Ser”. p. 164

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De esta identificación con el organismo humano se derivan otras más, como por ejemplo: la identificación con el género (todo lo que implica ser hombre o mujer), con un rol familiar (ser esposa, hijo, prima, tío, abuela, etc.), con un rol profesional u ocupacional (ser carpintero, médico, artista, psicólogo, profesor, escritor, etc.), con un grupo (ser parte de una sub-cultura, un grupo de amigos, un movimiento político, un colectivo espiritual, una comunidad ecológica, etc.), entre otras. Es decir, la idea de lo que creemos ser se nutre de todas estas identificaciones, y nuestros comportamientos se ven moldeados por ellas. Y cuando algo afecta la imagen de lo que creemos ser, sufrimos, pues lo sentimos como un ataque a nuestro propio ser.

En realidad, todos estos roles le pertenecen a nuestro organismo humano, tienen que ver con el papel que le corresponde cumplir en esta película Divina; sin embargo, no somos ese personaje sino el Ser que le da vida y se manifiesta a través de él y de todos los demás.

A través de nuestro organismo humano y sus sentidos, vivimos experiencias que generan placer y otras dolor o malestar. Entonces empezamos a desear aquellas cosas o situaciones que nos dan placer y queremos evitar las que nos generan incomodidad; creyendo que entre más placer obtengamos más felices podremos ser. La alegría que obtenemos de lo externo es transitoria, y nos deja nuevamente en un estado de carencia o necesidad. Y, entonces, generamos más deseos, los cuales nos llevan a buscar experiencias placenteras efímeras, y quedamos atrapados en el ciclo de satisfacción e insatisfacción.

Como complemento a lo anterior, no queremos perder las personas, objetos o situaciones que nos producen alegría o placer, entonces generamos apegos. Aparece el miedo a perderlos y cuando efectivamente esto sucede, sufrimos. Así que, como puedes ver, los deseos y apegos son fuente de malestar. Fundamentalmente, los deseos consisten en querer tener algo que no tenemos para sentirnos bien y, los apegos, en no querer perder algo que ya tenemos y que nos hace sentir bien.

Es natural que los seres humanos deseemos algunas cosas o situaciones, y sintamos tristeza cuando perdemos un ser querido, un objeto preciado, un trabajo, etc., pero este sufrimiento es mayor cuando nos identificamos con esas emociones, pues nos volvemos uno con ellas y las prolongamos por más tiempo. Es más conveniente aceptarlas, observarlas y dejarlas ir sanamente; recordando que somos diferentes de ellas, que somos el Ser inmutable que las percibe.

La identificación con el organismo humano nos lleva a tener la creencia de: “yo soy diferente y estoy separado de los demás”, y entonces, en ocasiones sentimos envidia, orgullo, odio, ira, tristeza y similares. Estas emociones nublan nuestro contacto con la Paz del Ser, y nos llevan a pensar y actuar de manera egoísta, lo cual a su vez nos provoca más sentimientos negativos.

Cuando creemos que la separación es la realidad, cuando no somos conscientes de la Unidad eterna que subyace a la diversidad cambiante, cuando no recordamos que somos uno con todos y con todo, somos más propensos a juzgar, criticar y rechazar. Todo juicio o crítica nos muestra dónde está bloqueada la Conciencia y el Amor que somos. Esas impurezas de la mente también nos alejan de la vivencia de nuestro Ser. Reconocer la Unidad nos lleva a la Pureza y ésta nos conduce a la experiencia del Ser, la Divinidad.

Como nuestra mente tiene una determinada “programación”, es normal que surjan pensamientos negativos o destructivos en ciertas situaciones. Muchas veces no alcanzamos a evitar que esto suceda, pues aparecen rápidamente; pero podemos evitar alimentarlos con otros pensamientos similares y, de esta manera, debilitar la negatividad que a veces quiere dominarnos.

Precisamente, un elemento clave en el ego es la mente. Realmente casi siempre somos dominados por la mente y no la manejamos convenientemente; es ella quien nos controla y nos mantiene “poseídos” la mayor parte del tiempo. Cuando ves a una persona en la calle hablando sola ¿qué piensas? Piensas que está medio loca ¿verdad? Lo que no te das cuenta es que la mayoría de nosotros hace lo mismo prácticamente, sólo que

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con mayor disimulo (internamente y no en voz alta). Casi siempre la mente, que es la “loca de la casa”, anda parloteando una u otra cosa. En ese sentido, sería más exacto decir “algo piensa en mí” en vez de decir “yo pienso en algo”. La mente ha adquirido vida propia, y ella se ha vuelto el amo y nosotros su instrumento, cuando lo ideal es lo contrario. Ese ruido constante que produce nuestra mente nos distancia de la experiencia directa del Ser y nos lleva a identificarnos con ella. En los Vedas se enseña que la mente es al mismo tiempo la causa de la esclavitud y de la liberación.

Con frecuencia la mente nos absorbe, como un televisor que capta nuestra atención con sus imágenes y sonidos, y nos genera emociones acordes con su contenido. Mantenemos el televisor (la mente) funcionando indiscriminadamente todo el tiempo y quedamos bajo su dominio. La mente es un instrumento muy útil y valioso, pero es un amo desastroso y peligroso.

De todas formas, la mente es limitada y está condicionada o programada. Las enseñanzas védicas nos dicen que es un reflejo de la infinita Sabiduría del Ser. Desafortunadamente, debido a las impresiones y tendencias mentales, ese reflejo suele ser distorsionado. Entre más limpia es la mente, más nítidamente se manifiesta la Sabiduría de nuestro Ser. Entre más libre está de conceptos, prejuicios y demás, más clara es. Entre menos ruido hace, más Paz nos permite sentir. Así que cuando necesites pensar detenidamente en algo, puedes usar tu instrumento (la mente), pero cuando termines de hacerlo, guárdala, cálmala y enfócate en el momento presente.

Tener en claro ciertos conceptos sobre espiritualidad y mantener ideas positivas nos puede servir para comportarnos y sentirnos mejor. De todas maneras, puede que en esa etapa aún nos encontremos muy imbuidos en la mente y apartados de la experiencia del Ser. Entonces, en algún momento tendremos que ir más allá de la mente, para experimentar plenamente la Conciencia, la Paz, el Amor y la Sabiduría que somos. Tendremos que desapegarnos de la mente, dejar de creer que somos ella y salirnos del pensamiento compulsivo, para buscar la vivencia del Ser.

El único momento en el que vivimos es el eterno presente. Realmente el pasado y el futuro sólo existen en nuestra mente, pues no podemos vivir lo que ya pasó ni lo que aún no ha llegado. Sólo experimentamos el instante presente; pero muchas veces lo perdemos, por permitirle a nuestra mente que se vaya hacia atrás o hacia adelante en el tiempo. Cuando esto sucede y nos extraviamos en los pensamientos, éstos nos absorben y nos arrastran a diferentes estados de ánimo.

Por otra parte, un aspecto que refuerza en gran medida la identificación con nuestro organismo humano, es decir, que fortalece nuestro ego, es la creencia de que somos los hacedores. Es cierto que en cada momento nuestro organismo está llevando a cabo acciones. Si nos ponemos a mirar con lupa, podremos ver que las acciones provienen de las decisiones que tomamos, es decir, de pensamientos o aprendizajes conscientes o inconscientes. Y, como se indicó, los pensamientos son reflejos del Ser, aunque muchas veces son reflejos distorsionados. Entonces el verdadero origen o fuente de los pensamientos y los comportamientos es el Ser.

Ahora bien, como cada persona tiene unas características particulares y ha tenido una historia diferente, su programación mental es única. Esa programación determina la calidad del reflejo del Ser, es decir, es un filtro que permite que surjan determinados pensamientos y otros no.

El maestro espiritual Ramesh Balsekar basa su enseñanza principalmente en que no hay hacedores individuales sino un solo hacedor (el Ser) que actúa a través de Sus diferentes “instrumentos” (los seres de la Creación) de acuerdo con un plan Divino. Él explica que cada uno nace con una cierta programación mental de base y gracias a la interacción con las situaciones que vive, esa programación se va modificando y actualizando.

La forma en que nos comportamos está determinada por la interacción entre la programación que tenemos y la situación presente. Por ejemplo, si vas a un restaurante y te ofrecen una hamburguesa de almuerzo, pero

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hace un par de meses te volviste vegetariano, tu respuesta muy posiblemente será no aceptarla y buscar otras opciones en el menú. Entonces, ante una situación particular respondiste de una manera determinada debido a tu programación actual.

Recapitulando: tus comportamientos dependen de tus pensamientos (conscientes o inconscientes), los cuales dependen de tu programación. Naciste con una programación inicial que se ha ido modificando debido a las experiencias que has vivido. Con respecto a todo esto ten presente que:

A. Tú no tuviste control de la programación inicial, con la que naciste, a partir de la cual empezaste a interactuar con el entorno de ciertas maneras.

B. Tú no has tenido total control de las situaciones externas de tu vida, gracias a las cuales se ha ido modificando la programación inicial.

C. Tu programación actual es el resultado de las actualizaciones que ha tenido tu programación inicial gracias a la interacción con las situaciones externas de tu vida. Como no has tenido total control sobre estas dos, podemos concluir que tú no has determinado o definido realmente tu programación actual.

D. Como tú no has determinado tu programación actual, tú no eres quien, en última instancia, determina los pensamientos y comportamientos.

(Advertencia: ¡Esto puede generarle un corto circuito al ego!)

Es evidente que frecuentemente piensas, tomas decisiones y actúas en consecuencia. Y, las decisiones que tomas, se desprenden de tu programación. Un buen ejemplo es una computadora avanzada, programada para jugar ajedrez con grandes maestros de este deporte. La computadora fue programada inicialmente con mucha información sobre cómo jugar ajedrez. Durante la partida, la computadora “analiza” cada momento del juego, “piensa” en las posibles jugadas, “escoge” la que considera más conveniente y la “lleva a cabo”. Todo esto gracias a la información que tiene (sobre la cual no tuvo control) y a la situación presente o las jugadas del otro jugador (sobre las cuales tampoco tiene total control). Paralelamente, lo que sucede en el juego es asimilado como nueva información por la computadora, con lo cual actualiza su programación inicial, y de esta manera aprende y tiene más información para una siguiente partida.

Como puedes ver, el comportamiento de los seres humanos es muy semejante. Tal vez una diferencia muy importante es que nuestro “instrumento” (el organismo humano) tiene el intelecto o la capacidad de discernimiento, que es un reflejo más puro del Ser y está relacionado con lo que llamamos conocimiento intuitivo, que es un acceso directo a la Sabiduría del Ser que somos. En diferentes oportunidades, esta Sabiduría se manifiesta sin distorsiones a través de los “espacios limpios” de la programación mental.

Así es que podríamos decir que el organismo humano es un “instrumento” hermoso y complejo con una programación particular, que aprende y decide constantemente, como también aprende y toma decisiones la computadora avanzada de ajedrez. En el caso de la computadora, el hacedor real es quien la programó y en el caso de los seres humanos el hacedor real es quien programa la Creación desde su origen: el Ser, la Divinidad, la Sabiduría.

Esto nos lleva al dilema de si existe o no el libre albedrío. Una posible respuesta es que existe y no existe a la vez, siendo ambas verdaderas dentro de su contexto o perspectiva particular. Desde el punto de vista del ser humano sí existe, puesto que constantemente está escogiendo que hace o deja de hacer, entre las opciones que tiene. Siempre podemos hacer al menos dos cosas en cada situación y por ende siempre decidimos. Y desde el punto de vista más “profundo” de la Divinidad, no existe, pues en última instancia todos somos seres programados, somos Sus “instrumentos”. Como dice en la Biblia, no se mueve ni una brizna de pasto sin la voluntad Divina. Por ello muchos maestros espirituales le aconsejan a sus discípulos: “Actúa como si existiera el libre albedrío pero recuerda que no existe en realidad”. También les dicen que el verdadero libre albedrío está

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en la oportunidad de escoger entre identificarse con el organismo humano (el “instrumento”) o con el Ser que somos en realidad.

Para terminar, vale la pena indicar que a pesar de que no somos el cuerpo, las emociones ni los pensamientos, todos ellos son importantes y, en la medida en que los cuidemos y nos relacionemos sanamente con ellos, nuestro “instrumento” o “vehículo” estará en mejores condiciones para manifestar más plenamente el Ser que somos.

Por otra parte, conviene recordar que una cosa es conocer sobre el Ser que somos y las distintas facetas del ego, y otra cosa es llevarlo a la práctica, lo cual es fundamental para lograr resultados positivos en el propio bienestar y el de quienes nos rodean.

PRÁCTICAS

De las enseñanzas planteadas en este capítulo, se pueden extraer diversas prácticas espirituales. Me permito sugerirte estas dos:

1. SÉ EL “TESTIGO AMOROSO” Y CALMA TU MENTE.

Recuerda que en verdad tú eres el Ser sin forma que se manifiesta a través de tu organismo humano. Diferencia entre lo que eres y lo que tienes. Tú eres el Ser eterno y tienes el organismo que es tu “vehículo”, tu “instrumento” transitorio. Eres el Ser que le da vida a tu cuerpo y es consciente de él. Eres Conciencia y Amor, así que podríamos decir que eres el “Testigo Amoroso” que se da cuenta de tu cuerpo, tus emociones, tus pensamientos y del entorno. Eres el Ser que siempre permanece puro y que nada ni nadie puede afectar, semejante a la pantalla de cine que nunca se daña ni se altera por lo que proyectan en ella.

Casi todos pensamos, sentimos y actuamos desde la creencia que somos el organismo humano. Estas enseñanzas espirituales nos dicen que no somos lo que siempre hemos creído ser, que no somos el organismo sino el Ser sin forma. En algunos casos, la mente se resiste a esta idea y prefiere seguir creyendo que uno es alguien tangible. Sin embargo, si en tu corazón sientes afinidad con estas enseñanzas, puedes cambiar esa vieja creencia que es la raíz de la insatisfacción y el sufrimiento. Seguramente, debemos pasar por una especie de duelo, pues significa “la muerte” de la identificación con el organismo humano, la cual nos ha acompañado toda la vida. Hoy en día, además de la identificación con el cuerpo, es muy fuerte la identificación con la mente, así que es importante recordar que no somos esa voz que suena en nuestra cabeza (¡así diga cosas inteligentes o tontas, positivas o negativas!), sino que somos el Ser que la percibe.

La invitación es a que seas el “Testigo Amoroso”, es decir, que observes con atención y amor los pensamientos, las emociones y los comportamientos de tu organismo humano. Cuando estés dominado por ellos (ej. cuando tengas muchos pensamientos, cuando sientas emociones incómodas, cuando estés actuando impulsivamente, etc.), puedes ayudarte diciendo mentalmente “Testigo Amoroso”, como una instrucción para ubicarte en la posición del observador en ese momento.

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Percibe con una actitud de aceptación, sin juzgar o criticar, para que no generes más sufrimiento. Tu “instrumento” tiene cualidades y debilidades, está en proceso de aprendizaje y comete aciertos y errores, así que sé comprensivo y compasivo, “sé su mejor amigo”. Si es necesario, puedes expresar los pensamientos y las emociones que te están haciendo sentir mal, pero hazlo sin buscar ofender o herir a los demás, con el objetivo principal de liberar lo que perturba tu paz, a la manera de una válvula de escape.

Ten presente que el Ser que eres, es el mismo que está en todos y en todo, y por lo tanto, en realidad todos somos Uno y lo mismo. Todo lo que ves es una manifestación de Ti, los demás son Tú mismo en otros cuerpos. La separación y la diferencia se relacionan con los “instrumentos”, no con el Ser que somos; así que el egoísmo no tiene sentido en realidad, mientras que sí vale la pena ser amable y respetuoso con las otras formas de Ti. Recuerda que Jesucristo nos enseñó: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Además, todo lo que sale de ti regresa a ti, tarde o temprano, así que sé cuidadoso con lo que haces, dices y piensas.

El ruido mental no te deja experimentar plenamente el Ser que eres. Emplear la mente a propósito y con un objetivo en particular te ayuda a no quedar dominado por ella. Y, cuando no la estés necesitando en el momento presente, cálmala, “bájale las revoluciones”. Para lograrlo hay varias prácticas, muchas de las cuales se mencionan en los capítulos siguientes. Por el momento, te sugiero ensayar alguna(s) de ésta(s):

a. Siente tu cuerpo y presta plena atención a cada una de sus acciones. Puedes empezar sintiendo los pies y las manos frecuentemente.

b. Emplea plenamente los sentidos: observa, escucha, siente, huele y gusta sin hacer juicios o interpretaciones mentales. Simplemente percibe con atención.

c. Si tienes muchos pensamientos, puedes repetir internamente la afirmación “YO SOY”, en alusión al Ser que eres en verdad. Puedes acompañarla de la respiración nasal; por ejemplo pronunciando en silencio “YO” al inhalar y “SOY” al exhalar.

Al realizar estas prácticas enfocas tu mente y la aquietas más. Al sentir y percibir tu cuerpo, recuerda que él es tu “vestido” o “instrumento” y que tú eres diferente de él.

Puede que no sea fácil mantener la mente aquietada por periodos largos de tiempo, porque los pensamientos aparecen en cualquier momento y atrapan nuestra atención. Por lo tanto, más que esforzarte por mantener la mente en silencio por periodos extensos puedes enfocarte en controlarla frecuentemente. Es decir, más que el tiempo es las veces que lo haces.

Todo esto te ayuda a evitar que tu mente corra libremente por donde le plazca y te perturbe. Si necesitas pensar en algo o elaborar un plan, concéntrate, hazlo y cuando termines aquieta tu mente nuevamente. Así será más fácil que dejes a un lado los pensamientos innecesarios sobre el pasado y el futuro, y vivas el instante presente, que es realmente el único momento en el cual puedes vivir.

2. RECUERDA QUE TODO SUCEDE SEGÚN LA VOLUNTAD DIVINA Y ACEPTA EL MOMENTO PRESENTE INTERNAMENTE.

Como se ha planteado, tu organismo humano es un “instrumento” de la Divinidad, del Ser que eres. Recuerda que existe ese Poder Superior más allá de tu cuerpo, tus emociones y tu mente, y que nunca puedes tener total control sobre lo que sucede. Por ejemplo, para que una persona atienda una recomendación tuya deben suceder muchas cosas que no dependen de ti finalmente; o para que en un momento dado veas una pluma volar frente a ti, tienen que confluir un sinnúmero de acontecimientos, la mayoría de los cuales no puedes controlar. De igual forma, en cada situación intervienen una gran cantidad de variables que permiten que las cosas se den de una manera determinada y no de otra. Reflexiona sobre esta realidad y recuerda que hay un Poder Superior que influye en todas las personas.

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Las enseñanzas espirituales presentadas nos dicen que toda la Creación está diseñada para que aprendamos y evolucionemos, hasta llegar al conocimiento y la experiencia del Ser que somos. En este sentido, todo lo que sucede es para nuestro bien, para la evolución espiritual de todos.

Sientes sufrimiento, malestar o insatisfacción cuando te resistes o rechazas internamente una situación. Se te escapa de las manos controlar que las situaciones externas sean de tu agrado, pero tienes la oportunidad de controlar tu propia actitud. Entonces, puedes sentir mayor armonía cuando tu tranquilidad va dependiendo menos de que las cosas alrededor sean como quieres, y más de tu actitud interna. ¡No es fácil de lograrlo, pero tampoco es imposible; requiere perseverancia! Como dice un proverbio: si te caes siete veces, levántate ocho. La práctica hace al maestro.

Podemos asumir una actitud de aceptación con mayor facilidad si tenemos presente dos elementos: a) Cuando no aceptamos lo que está sucediendo generamos más sufrimiento para nosotros mismos y muchas veces también para quienes nos rodean. b) Nada puede afectar el Ser que somos en realidad.

Si en primera instancia no podemos aceptar la situación externa que se está presentando, tenemos la opción de aceptar las emociones que nos produce. Antes que luchar contra ellas podemos sentirlas y percibirlas directamente en nuestro cuerpo, aunque el primer impulso sea tratar de evadirlas o rechazarlas para “no sentirlas más”. Realmente, cuando no nos dejamos dominar por el miedo o la incomodidad, y dirigimos nuestra atención a las emociones y los sentimientos sin alimentarlos con más pensamientos negativos, éstos dejan de dominarnos y poco a poco van perdiendo su intensidad.

En todo caso, si la carga emocional es muy elevada, tienes la posibilidad de liberar las preocupaciones, culpas, tristezas, rabias y demás emociones y pensamientos que te están perturbando. Sé sincero, detéctalos, obsérvalos y si es necesario exprésalos sanamente. Al tiempo que lo haces, sé consciente que tú no eres ellos sino la Conciencia pura e inalterable que los percibe.

Entrégale todo tu pasado y futuro a la Divinidad (tu Ser omnipresente), pues lo que pasó fueron experiencias de aprendizaje que tenías que vivir para evolucionar, y lo que vendrá no se sabe cómo será y también sucederá según la voluntad Divina, para tu desarrollo espiritual. Enfócate en el presente, viviéndolo con aceptación interna. Esto no implica que caigas en la resignación y la inacción; pues siempre puedes escoger entre hacer algo para cambiar la situación, dejar que se desenvuelva como está sucediendo o alejarte de ella. Lo importante es que en cualquier caso lo hagas en paz y comprensión, sin negatividad interior.

A propósito, al final del capítulo encuentras la referencia de un video con el testimonio de un hombre que gracias a la aceptación interna y entrega a Dios, logró afrontar las limitaciones y dificultades de su vida, y encontrar amor y alegría para sí mismo y para compartir con los demás. Te lo recomiendo.

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EJERCICIO DE IDENTIFICACIÓN CON EL SER (Nuevo)

Este ejercicio busca facilitarte que asimiles cada vez más profundamente la idea de que eres el Ser, especialmente en lo referente a sus características de Conciencia y Amor. Incluye algunos ejercicios de bioenergética, gimnasia cerebral y PSYCH-K®, que te relajan y le permiten a tu cerebro funcionar con ambos hemisferios simultáneamente, facilitando que las ideas sean programadas en la mente subconsciente.19

Es un ejercicio sencillo, corto y poderoso. 1. Ejercicio de bioenergética: (Opcional) Puedes comenzar haciendo el siguiente ejercicio básico de

bioenergética para calmar más tu mente y profundizar tu respiración.

Estando de pie, separa tus piernas 15 centímetros aproximadamente, flexiona las rodillas, agáchate y coloca la punta de los dedos de tus manos en el piso, frente a tu cuerpo. Descuelga tu cabeza totalmente. Estira las piernas hasta donde puedas, con las plantas de los pies bien puestas sobre el piso y sin levantar las manos del suelo. Cierra los ojos y siente tu cuerpo internamente. Cuenta hasta 20 y levántate muy, muy despacio. (Puede que experimentes un leve mareo al levantarte, mantente quieto unos segundos y se te pasará).

2. Postura de cerebro integrado:

Siéntate en una silla, preferiblemente sin recostar tu espalda hacia atrás. Cruza un tobillo sobre el otro. Extiende los brazos hacia el frente y coloca una muñeca sobre la otra. Gira las palmas de las manos, haciendo que queden una frente a la otra y entrelaza los dedos de las manos. Sin soltarlas, descánsalas sobre tu regazo o llévalas a tu pecho girándolas hacia el cuerpo. Cierra los ojos y permanece en esa posición sintiendo tu cuerpo, durante medio minuto aproximadamente. (También puedes realizar esta postura estando acostado boca arriba, si lo prefieres).

19 Para obtener más información sobre los ejercicios de gimnasia cerebral creados por Paul E. Dennison puedes visitar la página www.braingym.org y

sobre los procesos de PSYCH-K® originados por Robert Williams puedes visitar www.psych-k.com.

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3. Frases:

Manteniendo esa postura y los ojos cerrados, di mentalmente cada una de estas frases 3 veces, concentrándote en su significado:

“YO PERCIBO EL CUERPO Y POR LO TANTO SOY DIFERENTE DEL CUERPO”. “YO PERCIBO LAS EMOCIONES Y POR LO TANTO SOY DIFERENTE DE LAS EMOCIONES”. “YO PERCIBO LOS PENSAMIENTOS Y POR LO TANTO SOY DIFERENTE DE LOS PENSAMIENTOS”. “YO PERCIBO A (DI TU NOMBRE) Y POR LO TANTO SOY DIFERENTE DE (DI TU NOMBRE)”. “YO SOY CONCIENCIA Y AMOR, Y NADA NI NADIE ME PUEDE AFECTAR”.

4. Programación de la idea:

Ahora continúa repitiendo en tu mente la idea que quieres programar en tu mente subconsciente, concentrándote en su significado. Puedes emplear una frase creada por ti o una de éstas:

“YO SOY CONCIENCIA Y AMOR, Y PERCIBO CON ACEPTACIÓN A (DI TU NOMBRE) Y A TODO LO DEMÁS”. (En vez de las palabras “Y AMOR” puedes emplear alguna de estas: “Y PAZ”, “Y SABIDURÍA”, “Y SILENCIO”, “ETERNA”, “INFINITA”, etc.).

Repítela internamente durante algunos minutos, hasta cuando desees parar.

5. Grabar:

Abre los ojos, descruza los pies y las manos. Coloca ambos pies sobre el suelo y junta las yemas de los dedos de las manos (Ver imagen siguiente). Mantenlas así durante 10 segundos, en silencio y con tu mirada dirigida hacia ellas.

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6. Aquietar la mente: (Opcional) Se recomienda para aquietar la mente y sentir más el Ser que somos.

Estando sentado con la espalda derecha, cruza un tobillo sobre el otro, y ubica las manos sobre los muslos o en la posición que prefieras. Dirige la mirada hacia el suelo (a 1 metro de tu cuerpo aproximadamente) sin agachar la cabeza y con la espalda derecha. Date cuenta de todo lo que ves, sin mover los ojos ni la cabeza, y sin pensar sobre ello. Escucha los diferentes sonidos, sin pensar sobre ellos. Percibe tu respiración por la nariz durante varios segundos, permitiendo que tu abdomen se infle un poco al inhalar y se desinfle un poco al exhalar. Percibe tus manos y tus pies; y siente tu cuerpo desde adentro. Si te pierdes en los pensamientos y te das cuenta de ello, puedes decir mentalmente: “pensando”, y volver a enfocar tu atención en los aspectos mencionados: la respiración nasal, lo que ves, lo que escuchas y en tu cuerpo. Hazlo durante el tiempo que desees.

7. Finalización:

Cuando quieras terminar, levántate lentamente. Durante el día, recuerda que en realidad eres el Ser que nada ni nadie puede afectar. Mantente como el testigo amoroso que percibe y acepta internamente el instante presente. Enfoca y aquieta tu mente. Recuerda que unas estrategias que puedes emplear para ello son: a. Siente tu cuerpo y presta plena atención a cada una de sus acciones. Puedes empezar sintiendo los pies y

las manos frecuentemente. b. Emplea plenamente los sentidos: observa, escucha, siente, huele y gusta sin hacer juicios o

interpretaciones mentales. Simplemente percibe con atención. c. Si tienes muchos pensamientos, puedes repetir internamente la afirmación “YO SOY”, en alusión al Ser

que eres en verdad. Puedes acompañarla de la respiración nasal; por ejemplo pronunciando en silencio “YO” al inhalar y “SOY” al exhalar.

RECOMENDACIÓN: Realiza este ejercicio a diario para que asimiles profundamente la idea de que eres el Ser.

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UNO CON TODO

Eres uno con todo. Todo está en Ti y Tú estás en todo.

Nada está por fuera de Ti. No estás separado de nada ni de nadie.

Tu cuerpo está en Ti. Todos los cuerpos están en Ti. Toda la Creación está en Ti.

Eres omnipresente, sin límites.

Eres eterno, sin nacimiento ni muerte.

Eres como el espacio, siempre permaneces inafectado, inalterado y puro.

Eres Conciencia infinita.

Todo aparece y desaparece en Ti.

Los pensamientos y las emociones surgen y se disuelven en Ti.

Al despertar tu mundo emerge en Ti y al dormir se desvanece en Ti.

Todo es una proyección de Ti.

Todo es tu Ser.

Todos son Tú en diferentes formas y nombres.

Todo sucede según el Plan Divino de evolución espiritual.

Nada ni nadie te puede afectar, pues Tú eres la totalidad eterna.

Sólo estás Tú en la diversidad. La multiplicidad es transitoria, la unidad es eterna.

Todos somos Uno.

Amate a Ti en todos y sírvete a Ti en todos.

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Ego y espíritu20

Dos bebés se encuentran en el útero, confinados en las paredes del seno materno, y mantienen una conversación. Para entendernos, a estos gemelos les llamaremos Ego y Espíritu.

Espíritu le dice a Ego: “Sé que esto va a resultar difícil de aceptar, pero yo creo de verdad que hay una vida después del nacimiento”.

Ego responde: “No seas ridículo. Mira a tu alrededor. Esto es lo único que hay. ¿Por qué siempre tienes que estar pensando en que hay algo más aparte de esta realidad? Acepta tu destino en la vida. Olvídate de todas esas tonterías de ‘vida después del nacimiento’.”

Espíritu calla durante un rato, pero su voz interior no le permite permanecer en silencio durante más tiempo.

Ego, no te enfades, pero tengo algo más que decir: “También creo que hay una madre”.

“¡Una madre!”, exclama Ego con unas carcajadas. “¿Cómo puedes ser tan absurdo? Nunca has visto una madre. ¿Por qué no puedes aceptar que esto es lo único que hay? La idea de una madre es descabellada. Aquí no hay nadie más que tú y yo. Esta es tu realidad. Ahora tómate de ese cordón. Vete a tu rincón y deja de ser tan tonto. Créeme, no hay ninguna madre.”

Espíritu deja con renuencia la conversación, pero la inquietud puede con él al cabo de poco. Entonces implora: “Ego, por favor, escucha, no rechaces mi idea. De alguna forma, pienso que esas constantes presiones que sentimos los dos, esos movimientos que a veces nos hacen sentir tan incómodos, esa continua recolocación y ese estrechamiento del entorno que parece producirse a medida que crecemos, nos prepara para un lugar de luz deslumbrante, y lo experimentaremos muy pronto”.

“Ahora sé que estas completamente loco”, replica Ego, “lo único que has conocido es la oscuridad. Nunca has visto luz. ¿Cómo puedes llegar a tener semejante idea? Esos movimientos y presiones son tu realidad. Eres un ser individual e independiente. Este es tu viaje. Oscuridad, presiones y una sensación de estrechamiento a tu alrededor constituyen la totalidad de la vida. Tendrás que luchar contra eso mientras vivas. Ahora, aférrate a tu cordón y, por favor, estate quieto”.

Espíritu se relaja durante un rato, pero al final no puede contenerse por más tiempo. “Ego, tengo una sola cosa más que decir, y luego no volveré a molestarte”.

“Adelante”, responde Ego impaciente.

“Creo que todas estas presiones y toda esta incomodidad no sólo van a llevarnos a una nueva luz celestial sino que cuando eso suceda vamos a encontrarnos con la madre cara a cara, y a conocer un éxtasis que superará todo lo que hemos experimentado hasta ahora”.

20 Cuento relatado por Wayne Dyer en su libro “Tu Yo Sagrado” (1998). España: Grijalbo. Difundido ampliamente por internet.

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“Estás totalmente loco. Ahora sí que estoy convencido”.

La cita cumplida21

Había una vez una mujer que infaltablemente acudía todas las mañanas al templo sagrado. Día tras día, lloviese o hiciese sol, estuviera sana o enferma, pasase lo que pasase, como un reloj, a las siete en punto de la mañana era la primera persona en llegar al templo a cumplir su cita con Dios.

Una mañana despertó sobresaltada. ¡Se había quedado dormida! ¡Faltaban diez minutos para las siete y no llegaría a tiempo a su cita diaria! A toda carrera se levantó, se vistió como pudo, se peinó y tomó un vaso de jugo. Con la ropa medio arrugada y los cabellos medio desordenados, salió velozmente de su casa rumbo al templo.

Apenas salió, casi tropieza con un viejito que venía en una bicicleta, quien al cruzarse con ella perdió el control y cayó al suelo. A pesar de que la mujer iba muy apurada, le ofreció una disculpa, lo ayudó a levantar, se cercioró de que estuviera bien y continuó su carrera.

Una cuadra después, se topó con una mujer que le pidió una ayuda para poder pagar una consulta en el hospital. "Perdone, estoy apurada", alcanzó a decir sin detenerse. Pero reflexionó rápidamente conmovida por el mal estado de la señora, se regresó, buscó en su bolso y le regaló algo de dinero.

Continuó avanzando velozmente y se encontró un niñito de la calle que le pidió un poco de pan. Al ver su rostro hambriento, entró con él a la panadería y le compró algo.

Cuando se estaba acercando al templo, miró de reojo el reloj. ¡Ya eran las siete y quince! ¡No lo había logrado! Su corazón se estremeció de tristeza y se sintió avergonzada por incumplirle la cita a Dios.

Al llegar, se dio cuenta que justo en ese momento estaban abriendo las puertas. Extrañada, entró rápidamente detrás de la multitud y se sentó en la última banca. Sintió algo raro en su silla, se levantó y encontró un pequeño papel enrollado. Lo abrió y vio que tenía escrita una nota que decía:

"Hoy empezamos un poco tarde porque esta mañana tuve un accidente en la bicicleta, y encima después no podía conseguir plata para ir al hospital, ni un poco de pan para desayunar. Pero gracias a ti logré sortear esas dificultades y ahora podemos comenzar. Gracias por cumplirme las citas.”

Atentamente: Dios.

Mente dual22

En un pueblo vivía un campesino que solía llevar su ganado a un pastizal en un bosque cercano. Un terrateniente muy rico, que vivía en ese pueblo, también mandaba llevar su ganado al mismo lugar. El terrateniente tenía mucha influencia sobre el pueblo y era prácticamente un dictador.

Un día los toros de ambos se pelearon y el toro del terrateniente quedó mortalmente herido. El campesino se asustó terriblemente y sintió miedo de lo que podría pasar cuando se lo comentara al dueño. Sin embargo, se fue corriendo a la mansión del terrateniente y le dijo: “Señor, hoy ocurrió una situación inusual en el bosque”.

“¿De qué se trata? Coméntamelo”, le dijo el terrateniente.

21 Adaptación de un cuento de autor desconocido, difundido ampliamente por internet. 22 Adaptación de un cuento relatado por Sathya Sai Baba. Tomado de: Sathya Sai Baba (2005) “Chinna Katha Vol 2. Stories and Parables”. India: Sri

Sathya Sai Books and Publications Trust. Pag. 62

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El campesino respondió: “Mi señor, su toro y el mío tuvieron una pelea”.

“Ah! ¿Eso es todo? No hay nada inusual en ello. Incluso los hombres sensibles pelean entre sí”, respondió el terrateniente.

“Mi señor”, continuó el campesino, “su toro mató al mío”.

“Ah! ¿Eso es todo? ¿Qué hay de extraño en eso? Toda criatura que nace tiene que morir algún día”, dijo el terrateniente.

El campesino cayó en cuenta que en medio de su nerviosismo, repentinamente había explicado la situación equivocadamente, y dijo: “Mi señor, discúlpeme por el error cometido. Lo que quise decir es que fue mi toro el que mató al suyo”.

“¿Qué?”, gritó el terrateniente. “¿Cómo te atreves a venir y reportarme todo de esa manera? ¿Qué estabas haciendo cuando tu toro estaba hiriendo al mío? Debes ser castigado como te corresponde”.

Así que llamó a su sirviente y le ordenó darle 20 latigazos al campesino en su espalda y quitarle un toro de su propiedad.

Los sentimientos de “mío” y “tuyo” nublan nuestros juicios y degradan nuestra naturaleza. Bendecidos son aquellos que se identifican con los demás, con sus sufrimientos y alegrías.

El pez busca el océano23

Había un joven pez bastante curioso que quería saberlo todo. Poco a poco sus preguntas se fueron enfocando en una sola. En una oportunidad se encontró con una tortuga muy vieja y le dijo: “Discúlpeme señora tortuga, desde pequeño he escuchado cosas asombrosas sobre el océano y estoy decidido a encontrarlo. Usted que ha vivido tantos años, ¿me podría indicar dónde se encuentra?”

La tortuga le respondió: “¡Qué pregunta tan loca! ¿Cómo voy a saber dónde está el océano? Nadie lo sabe. Eso es una historia que se han inventado los peces porque no están a gusto con el agua donde viven y quieren pensar en algo muy grande que algún día conocerán”.

El pez continuó su camino, con la seguridad de que encontraría alguien que le daría la respuesta. Fue así como más adelante se topó con un erizo. Con mucha cautela se le acercó y le preguntó: “Discúlpeme señor erizo, espero no molestarlo, sólo quería preguntarle si usted sabe algo acerca de lo que llaman ‘el océano’.”

El erizo se incomodó con esa pregunta tan abstracta y sin sentido, así que movió bruscamente su cuerpo y le dijo a su visitante que se alejara si no quería resultar malherido.

El pez salió nadando rápidamente lleno de miedo. Para su fortuna, al poco tiempo encontró un alegre caballito de mar, a quien le dijo: “Buen día caballito de mar. Veo que llevas una vida muy divertida y por eso creo que eres el indicado para contestarme la pregunta que tengo”.

“Adelante muchacho, soy todo oídos”, le respondió el caballito de mar.

“¿Tú me podrías indicar dónde está el océano?”

23 Cuento de autor desconocido, adaptado del cuento “El pequeño pez”, tomado de http://www.trainermed.com/mistico

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El caballito de mar lo miró extrañado y le contestó: “¿Tú estás loco o qué? ¿Para qué te pones a pensar en esas cosas? Tenemos muchas cosas ricas para comer y corrientes divertidas donde nadar. Deja de pensar y disfruta la vida. ¡Estimula tus sentidos viejo!”

El joven pez quedó desconcertado, le agradeció el consejo y continuó su camino hasta que encontró un inquieto tiburón. Se le aproximó con cautela y le hizo su pregunta.

El tiburón que andaba siempre preocupado y tenso, se puso nervioso con la pregunta de este visitante. Hizo un movimiento brusco, abrió sus mandíbulas en forma amenazante y logró hacer huir al pez en cuestión de segundos.

Más adelante, el joven pez encontró un cangrejo y le hizo la misma pregunta. Pero como respuesta recibió la indiferencia del cangrejo, quien lo ignoró y lo dejó solo, retirándose hacia su cueva. Algo similar le sucedió con el pulpo, quien le tiró su tinta y se ocultó en su escondite.

Sintiéndose cada vez más incomprendido, diferente a los demás y con tristeza en su corazón, el joven pez continuó nadando por el océano. Uno de esos días, topó por casualidad con un grupo de delfines que saltaban y jugaban con mucho entusiasmo y deleite. El joven pez se acercó y se quedó mirándolos, sintiendo que poco a poco se contagiaba de su alegría. Después de un tiempo recordó su pregunta y pensó que nada perdería con planteársela a ellos. Así que se acercó a la que parecía la mayor de todos los delfines y le dijo: “¡Buen día señora delfín! Los felicito por su alegría, y la manera tan fluida y plácida como nadan. Creo que tal vez usted me podría ayudar a encontrar la respuesta a la pregunta que me ha rondado desde hace un tiempo: ¿me podría decir dónde está el océano por favor?”

La delfín se quedó mirándolo con el cariño propio de una madre amorosa. Guardó silencio por unos momentos, que parecieron una eternidad para el joven pez, y con una sonrisa en su rostro le respondió: “Querido pez, ¡qué pregunta la que me haces! Pero la respuesta es más sencilla de lo que has creído. La verdad es que el océano está delante de ti y también detrás de ti, a tus lados, y arriba y debajo de ti. Siempre has estado nadando en él. Sólo tienes que abrir tu corazón y tu mente, ¡y lo verás claramente!”

VIDEO INSPIRADOR

Busca con las siguientes palabras en www.youtube.com y selecciona el primer video que aparece en los resultados de la búsqueda:

Testimonio de Nick Vujicic subtitulado al español, ismaelmaureira

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CANCIÓN INSPIRADORA

Busca con las siguientes palabras en www.youtube.com y selecciona el primer video que aparece en los resultados de la búsqueda:

Dios está aquí, TioPachi

TRANSFORMACIÓN = Lectura + Reflexión + Práctica. RECUERDA = Aplica las enseñanzas en tu diario vivir. SUGERENCIA = Realiza las prácticas y la meditación propuestas durante varios días, antes de continuar avanzando en el libro, y evalúa cómo te sientes con ellas. “Come, Mastica y Digiere”

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INTRODUCCIÓN A LOS SIETE MAESTROS ESPIRITUALES

Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.

Madre Teresa de Calcuta24

Vienes a nosotros desde otro mundo. Desde más allá de las estrellas.

Vacío, trascendente, puro, de belleza inimaginable,

trayendo contigo la esencia del amor. Transformas a todo aquel tocado por ti.

Preocupaciones mundanas, problemas y lamentos desaparecen ante ti,

trayendo regocijo al gobernante y al gobernado, al campesino y al rey.

Nos desconciertas con tu gracia. Todas las maldades se transforman en bondades.

Eres el Alquimista Maestro. Enciendes la llama del amor

en la tierra y el cielo, en el alma y el corazón de cada ser.

A través de tu amor se funden la no-existencia y la existencia.

Los opuestos se unen. Todo lo profano vuelve a ser sagrado.

Yalal ad-Din Muhammad Rumi (Maestro musulmán sufí)25

A lo largo de la historia de la humanidad, la Divinidad que somos se ha manifestado de manera especial a través de diferentes seres humanos, quienes nos han mostrado diversas alternativas para expresar nuestro potencial espiritual y vivir más plenamente.

Ellos nos han señalado caminos para trascender nuestro ego y así poder experimentar más nuestra Paz y Amor interiores, y tener una mejor relación con los demás. Su vida y su mensaje son una fuente de inspiración y una guía para muchas personas. Varios de ellos están vivos en el planeta actualmente y otros ya no, pero su influencia aún perdura.

La Divinidad (nuestro Ser infinito) que es una sola, se manifiesta en los muchos y nos muestra variados caminos para conocerla, amarla y sentirla. Si mantenemos una actitud de apertura, podemos evitar el error de pensar que “nuestro Dios” es el único Dios verdadero, y que “nuestra religión o maestro espiritual” es el único camino válido. De esta manera evitamos limitar a la Divinidad, que es todo-incluyente y todo-amorosa.

Te invito a deleitarte y darte la oportunidad de conocer acerca de estos siete maestros, pues seguramente de cada uno de ellos obtendrás perlas preciosas para tu vida y tu desarrollo espiritual.

24 Cita tomada de: http://www.parroquiasanleandro.es/diez-anos-de-la-muerte-de-madre-teresa.html 25 Versos tomados de: http://es.scribd.com/doc/56205158/Yalal-ud-Rumi

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Una recomendación que suelen hacer muchos maestros es que nos enfoquemos principalmente en unas enseñanzas y unas prácticas, y las apliquemos en nuestra vida con el fin de profundizar cada vez más, en vez de quedarnos en la superficie “picando aquí y allá”. Esto no implica que nos cerremos a una sola visión, pues las distintas enseñanzas nos pueden enriquecer enormemente. También suelen decirnos que más importante que llenarnos de conocimientos espirituales, es poner en práctica aunque sea uno o dos con dedicación y perseverancia.

Encontrarás que en el fondo, sus mensajes coinciden en lo fundamental. Es posible que te cuestiones al ver enseñanzas que aparentemente son contradictorias. Esta relativa contradicción no sólo se puede encontrar al comparar el mensaje entre los maestros, sino también dentro de las enseñanzas del mismo maestro espiritual. Lo que sucede es que sus palabras van dirigidas a diferentes personas, cada una con un nivel de comprensión distinto y en una etapa particular de evolución espiritual. Así que lo que es útil para una en un momento dado no lo es necesariamente para la otra. Cada cual va recorriendo su propio camino. Por consiguiente, en realidad no hay contradicciones sino singularidades y complementariedades en sus mensajes.

Las enseñanzas de los siete maestros son muy profundas y tienen diferentes aristas. Por lo tanto, este libro puede considerarse como una introducción a ellos, a su vida y su mensaje. A propósito, he procurado ser muy fiel a las enseñanzas de cada uno al momento de presentarlas.

En el capítulo sobre cada maestro también se encuentran unas actividades espirituales y un ejercicio de meditación, con el fin de guiarte hacia la práctica, la cual te conduce a la transformación. Recuerda que he resaltado un tema que considero central en su mensaje, de la siguiente manera:

Amor incondicional – Jesucristo. Devoción y entrega - San Francisco de Asís. Servicio desinteresado - Madre Teresa de Calcuta. Unidad con la Divinidad - Sathya Sai Baba. Alegría y conexión con la Creación – Lightstorm. Sabiduría espiritual - Ramana Maharshi. Conciencia y aceptación del presente - Eckhart Tolle.

También se presentan historias y videos, que refuerzan el tema y enriquecen tu comprensión. Para ubicar los videos en la página de internet www.youtube.com, digita las palabras y símbolos que se indican tal cual están escritas.

Te invito a leer con detenimiento y practicar las enseñanzas que consideres te puedan aportar para tu bienestar. Te sugiero destinar unos cuantos minutos de tu día para aquietarte, calmarte y lograr un mayor contacto consciente con tu Ser. Realiza las actividades y los ejercicios de meditación, observa cómo te hacen sentir, y así podrás escoger después en cuál(es) profundizar. Es conveniente que hagas una pausa entre un capítulo y otro, para tomarte el tiempo de asimilar y aplicar lo leído.

El viaje espiritual consciente y decidido es una aventura y, como en todo viaje, hay subidas y bajadas, trayectos fáciles y difíciles, días con sol y con lluvia, etc. Es un viaje para valientes, para personas determinadas a continuar avanzando a pesar de los tropiezos, los retos y los obstáculos. Recuerda que la felicidad no es una meta en un lugar distante, ni depende exclusivamente de las condiciones del camino, sino que es una forma de viajar: depende principalmente de tu actitud.

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El trato del maestro a sus discípulos26

El maestro Ramakrishna Paramahamsa tenía varios discípulos en su comunidad. Ellos solían ir a Calcuta cada día para comprar comida, flores, ropa y otros requerimientos; para lo cual tenían que cruzar un río en bote.

Un día le correspondía ir a Calcuta a Brahmananda, uno de sus discípulos. Se subió al bote y se sentó en silencio en una esquina. Había varias personas en ese bote. Un individuo que sentía mucho desprecio hacia los aspirantes espirituales dijo: “Miren a esa persona, qué fuerte y robusto es, pero ¿de qué sirve? No hace ningún trabajo, sólo come y duerme. Hay muchos como él en su comunidad. Es la culpa de ese maestro espiritual que está corrompiendo a la juventud.” Mucha gente exclamó: “Es cierto, es cierto, ellos también serán personas buenas para nada”.

Esto le dolió y afectó mucho a Brahmananda, quien pensó: “¿Qué saben ellos de nuestro maestro?” Silenciosamente recibió el insulto. Era tímido por naturaleza y nunca podía responder.

En la noche regresó a la comunidad con las compras. Su maestro Ramakrishna les preguntaba todos los días con mucho detalle acerca de sus experiencias, sólo para saber cómo se habían comportado en el mundo exterior. Le preguntó a Brahmananda: “Bueno, ¿qué pasó hoy?”

Brahmananda describió con franqueza todo el evento. Ramakrishna se puso bravo y le gritó: “¿Qué? ¿Te mantuviste callado cuando estaban difamando a tu maestro? Debiste haberles respondido en la manera adecuada. No hay lugar para gente como tú en esta comunidad”.

Vivekananda, otro de sus discípulos, escuchó todo esto. Al día siguiente, le correspondió a ir a Calcuta. Se subió al bote y empezó a mirar bien las caras de los demás. El mismo hombre que insultó al maestro espiritual el día anterior dijo, mientras señalaba a Vivekananda: “Aquí hay otro compañero, un parásito. Todos ellos veneran ese maestro espiritual iletrado. ¡Qué tontos son estos jóvenes!”

Vivekananda se acercó a ese individuo y levantando su mano derecha le dijo: “Si dice una sola palabra más en contra de mi maestro, lo mandaré al río. Tenga cuidado”.

El hombre se asustó. Les aconsejó a los otros no prolongar más la conversación sobre el tema. Adicionalmente les susurró: “Ese hombre ciertamente hace lo que dice. Nos daría problemas”.

Vivekananda fue llamado a la presencia de su maestro esa noche. Ramakrishna le preguntó: “Bueno ¿qué noticias hay?” Vivekananda narró todo el incidente con gran exaltación. “¿Qué?”, gritó Ramakrishna. “Tienes la ropa de un renunciante (aspirante espiritual) pero no te comportas como tal. ¿Cómo pudiste perder tu control de esa manera? No hay lugar para personas como tú en esta comunidad”.

Vivekananda se arrodilló ante su maestro y le dijo: “¡Oh, maestro! ¿No regañaste a Brahmananda ayer por no haber respondido? ¿Por qué estás bravo, si cumplí mi deber como discípulo? Por favor acláramelo”.

26 Adaptación de una historia relatada por Sathya Sai Baba, en su libro “Chinna Katha Vol 2. Stories and Parables” (2005). India: Sri Sathya Sai Books and

Publications Trust. P. 23.

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Ramakrishna le dio unas palmadas en su espalda y le dijo: “Mi querido hijo, ese consejo estaba dirigido únicamente a personas como Brahmananda, que son tímidas y penosas. Él debe tener más determinación y coraje. En lo que respecta a ti, tú tienes demasiada fuerza. Debes ser tranquilo y calmado. Es la obligación de cada maestro espiritual dar consejo a sus discípulos de acuerdo con su naturaleza y temperamento. En realidad no estoy molesto contigo ni con Brahmananda”.

El ego religioso27

Una vez un practicante de una religión visitó a un maestro espiritual de otra religión y le dijo: “Permítame que le lea algunas frases de mi maestro espiritual”.

“Las escucharé con mucho gusto”, contestó amablemente el maestro.

El practicante leyó unas cuantas frases con entonado acento y se le quedó mirando. El maestro sonrió y dijo: “Quienquiera que haya dicho esas palabras, ciertamente es un gran maestro espiritual”.

Esto agradó muchísimo al practicante, quien siguió leyendo. El maestro le interrumpió y le dijo: “Al hombre que pronunció esas palabras podría realmente llamársele salvador de la humanidad”.

El practicante estaba entusiasmado y siguió leyendo hasta el final. Entonces dijo el maestro: “Ese mensaje fue pronunciado por un hombre que irradiaba Divinidad”.

La alegría del practicante no tenía límites. Se marchó decidido a volver otra vez y convencer a ese maestro de que debería cambiarse a su religión, que era la verdadera.

Regresando a su casa, se encontró con su propio maestro, quien estaba sentado junto al camino. “¡Amado maestro”, le dijo entusiasmado, “he conseguido que un maestro de otra religión dijera que eres Divino!”

Su maestro se sonrió y le dijo: “¿Y qué has conseguido sino hacer que se infle tu ego religioso y sectario?”

El águila dorada28

Hubo un granjero que un día caminando por la montaña, se encontró con un huevo muy grande abandonado en un nido. Lo tomó, lo guardó con cuidado, lo llevó a su granja y lo colocó debajo de una gallina para que lo empollara, al tiempo que las otras gallinas hacían lo mismo con sus propios huevos.

Al cabo de unos días salieron todas las crías del cascarón, incluyendo la del huevo grande. Ésta última, lo primero que vio fue la gallina que le había regalado su calor e inmediatamente se referenciaron como madre e hija. La polluela creció junto con los demás y, a pesar de tener un plumaje y unos rasgos diferentes, fue muy bien aceptada como parte del grupo y aprendió a hacer lo mismo que hacían todos los demás. Se adaptó perfectamente y se sentía una de ellos.

Un día, cuando se encontraban en las afueras del galpón comiendo maíz y lombrices, apareció de repente un gran pájaro hermoso, un águila dorada que volaba abriendo sus grandes y coloridas alas a través del cielo con destreza y deleite. La pájara en tierra se quedó asombrada e hipnotizada al ver semejante espectáculo y empezó a soñar cómo sería volar de esa manera.

En ese momento la mamá gallina se dio cuenta de sus distracciones y rápidamente la regañó diciéndole que dejara de estar fantaseando y perdiendo el tiempo. Le dio la orden de mirar hacia el suelo y no dejar escapar más lombrices, lo cual obedeció temerosamente.

27 Adaptación de una historia relatada por Anthony de Mello, difundida ampliamente por internet. 28 Adaptación de una historia de autor desconocido, difundida ampliamente por internet.

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Fue así como la pequeña águila dorada murió al cabo de unos años, pensando y viviendo como una gallina toda su vida.

El león y las ovejas29

Una leona en un estado avanzado de embarazo caminaba por la selva con dificultad. Cayó agotada, dio a luz a un cachorro y murió inmediatamente. Un pastor, que pasaba por el lugar, descubrió al cachorro de león y lo tomó bajo su cuidado, criándolo junto a sus ovejas.

El leoncito creció entre las ovejas, y aprendió a comer pasto y balar como las ovejas. Al cabo de unos años, pasó por allí otro león, quien se sorprendió al ver al joven león entre las ovejas. El león asustó a las ovejas y todas ellas huyeron velozmente. El joven león también trató de huir junto con las ovejas, pero el otro león se fue tras él. Finalmente lo atrapó, lo llevó a un lago cercano y le mostró su propia imagen en el agua. Le dijo: "Mira, tú y yo somos uno. No eres una oveja, eres un león. No bales como una oveja; ruge como un león."

El pequeño león se dio cuenta de la verdad y desde ese momento se comportó como el león que en realidad siempre había sido y su vida cambió completamente.

29 Adaptación de una historia relatada por Narendranath Reddy en un discurso pronunciado en Prashanti Nilayam, India, el 21 de noviembre de 2010.

Tomado de: www.sathyasai.org.ar

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JESUCRISTO

Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos.

Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: amarás a tu prójimo como

a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas.

BREVE RESEÑA DE SU VIDA

En la Biblia se menciona que el ángel Gabriel se presentó ante una joven virgen llamada María que vivía en Nazaret y era prometida de José. Él le comunicó que iba a quedar embarazada por obra y gracia del Espíritu Santo de Dios, y que tendría un hijo a quien debería llamar Jesús. María se inquietó en un principio pero inmediatamente aceptó la voluntad Divina y se ofreció como Su instrumento.

Más adelante, el emperador romano dictó una ley que ordenaba a las familias ir a su lugar de origen para hacer un censo en todo el imperio. José y María, quien ya se encontraba en estado de embarazo, tuvieron que viajar a Belén para inscribirse. Cuando estaban en Belén, no fueron recibidos en ninguna casa y tuvieron que acomodarse en un pesebre, donde pronto nació Jesús. Allí recibieron la visita de unos pastores que se enteraron de este acontecimiento y de tres reyes magos provenientes del Oriente que vinieron a venerarlo y hacerle ofrendas.

Un ángel se apareció en sueños a José y le dijo que huyeran a Egipto porque el rey Herodes quería matar a Jesús, ya que había recibido información sobre su nacimiento y las predicciones indicaban que este niño sería el rey de los judíos, lo cual interpretó como una amenaza para su reinado. José acató las instrucciones, huyó con María y Jesús a Egipto, y permanecieron allí hasta la muerte de Herodes. Posteriormente, regresaron a Nazaret.

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El niño Jesús fue creciendo y a la edad de doce años viajó con sus padres a Jerusalén para celebrar la fiesta de Pascua. Al terminar la festividad, Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo notaran, pues cada uno pensaba que el niño se había regresado con el otro. Al notar su ausencia, rápidamente volvieron a buscarlo. Después de una intensa y angustiosa búsqueda lo hallaron en el templo, sentado en medio de los sacerdotes de ese tiempo, escuchándolos y haciendo sabios comentarios. Todos los que lo oían quedaban asombrados de sus conocimientos espirituales. Al encontrarlo, José y María se emocionaron mucho pero también lo cuestionaron por no haber retornado con ellos, ante lo cual él respondió: “¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que tengo que estar en la casa de mi Padre?” (S. Lucas 2, 49). Esto evidenció la inclinación espiritual que tenía desde pequeño.

A partir de este suceso hasta que tenía aproximadamente 30 años, no se narran eventos de la vida de Jesús en la Biblia. Posteriormente, Jesús regresó a su país natal. Antes de comenzar su misión, recibió el bautismo de Juan (“el bautista”) en el rio Jordán, un profeta que lo antecedió y preparó a la gente para su llegada. Después, Jesús se retiró al desierto por 40 días, donde superó fuertes tentaciones que lo incitaban a apartarse de su vocación. Al concluir, comenzó su predica en Galilea y su fama empezó a propagarse rápidamente gracias a su sabiduría, amor y milagros.

En la Biblia se narran numerosos milagros como sanaciones de enfermedades sencillas hasta otras más complejas como lepra, parálisis, ceguera y mutismo; también exorcismos y resucitaciones. También se relata que caminó sobre el agua frente a otras personas que lo pudieron observar. En otra ocasión, lo estaba siguiendo y escuchando una multitud muy grande, aproximadamente cinco mil personas, quienes después de varias horas se encontraban hambrientos. Para alimentarlos, Jesús multiplicó cinco panes y dos pescados, y alcanzó para que todos comieran en abundancia.

Jesús escogió a unos pescadores como sus discípulos. Les pidió que dejaran sus estilos de vida y se transformaran en “pescadores de hombres”. Seleccionó a doce, a quienes llamó apóstoles, para que lo acompañaran y le ayudaran a enseñar a las personas a llevar vidas enfocadas en los valores espirituales. También algunas mujeres le sirvieron de una manera muy dedicada como por ejemplo María, a quien llamaban Magdalena; Juana, mujer de Cuza, administrador de Herodes; Susana y varias otras (S. Lucas 8, 2-3).

Jesús recibió muchas críticas por el buen trato que tuvo hacia personas que eran vistas como pecadoras o no religiosas. Por ejemplo, se narra la historia del llamado a seguirle que le hizo Jesús a un cobrador de impuestos, y por lo cual fue cuestionado. Frente a esto Jesucristo respondió: “No son las personas sanas las que necesitan médico, sino las enfermas. He venido, no para llamar a los buenos, sino para invitar a los pecadores a que se arrepientan.” (S. Lucas 5, 31-32)

También lo criticaron por realizar actos milagrosos los días sábado, ya que en la tradición judía estos días debían dedicarse exclusivamente a Dios y no a otras actividades. Ante ello Jesús respondía con mucha seguridad que el servicio a los necesitados estaba por encima del día de la semana que fuera, y era más importante que las costumbres y rituales religiosos.

La principal enseñanza de Jesús fue amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo. Enseñó a perdonar a todos, incluso a los que nos maltratan u ofenden. Resaltó que, más importante que ganar riquezas materiales, es realizar actos de amor y servicio que nos dan paz eterna. Criticó a las personas que se jactaban de ser muy religiosas y superiores a las demás, pues caían en el orgullo e ignoraban las verdades espirituales más esenciales.

Jesucristo suscitó envidias y preocupaciones entre las autoridades religiosas y políticas de la región. Él mismo les anticipó a sus apóstoles que sería maltratado y asesinado. Esas personas enviaban “espías” y ponían a prueba a Jesús constantemente para encontrar alguna justificación que les permitiera inculparlo de algo. El evangelio narra que una vez le hicieron esta pregunta: “«Maestro, nosotros sabemos que hablas y enseñas con

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entera rectitud. No te fijas en la condición de las personas, sino que enseñas con absoluta franqueza el camino de Dios. Dinos, ¿está permitido pagar impuestos al César o no?» Jesús se percató de sus intenciones y les dijo: «Muéstrenme una moneda. ¿De quién es la cara y el nombre que tiene escrito?» Le contestaron: «Del César.» Entonces él les dijo: «Pues bien, den al César lo que es del César, y a Dios lo que corresponde a Dios». Así, pues, no pudieron aprovechar nada de lo que decía delante del pueblo para acusarlo, sino que, al contrario, se sorprendieron mucho por su respuesta y se callaron.” (S. Lucas 20, 20-26)

Al entrar a Jerusalén, la misma ciudad donde sería condenado a muerte poco después, Jesús fue aclamado por muchas personas que se agolparon a su lado ondeando ramas y gritando alabanzas. Con ocasión de la celebración de la Pascua, Jesús se reunió con sus doce apóstoles para compartir la última cena en la cual repartió el pan y el vino como símbolo de la entrega de su cuerpo y de su sangre, lo cual pronto sucedería literalmente como había sido anunciado, por la traición de uno de sus apóstoles.

Poco después, Jesús estaba orando angustiosamente en el monte de los Olivos y aún sabiendo que pronto iba a ser capturado, ofendido, torturado y asesinado, se entregó conscientemente a la voluntad Divina y a su destino, en vez de huir. Momentos después, llegó un grupo de personas encabezado por su apóstol Judas Iscariote, tomaron preso a Jesús y lo condujeron al consejo de ancianos, a los sacerdotes y a los escribas, quienes le preguntaron si él se consideraba el Cristo (el ungido, el mesías) y el Hijo de Dios; lo cual aceptó. Esto les generó mucha indignación y decidieron remitirlo a Pilato, prefecto de la provincia romana de Judea, acusándolo de poner al pueblo en contra del César y hacerse pasar por el rey enviado por Dios.

Pilato lo interrogó pero no encontró razón alguna para condenarlo, entonces lo envió al rey Herodes, de la provincia de Jesús, quien se encontraba también en Jerusalén. Él tampoco tomó una decisión y lo regresó a Pilato, quien optó por dejar su suerte en manos del pueblo. Como era Pascua, la costumbre era liberar a uno de los presos, así que les puso a escoger entre Jesucristo y Barrabás, quien había sido culpado de asesinato. Las personas presentes, influenciadas por las autoridades religiosas, pidieron la libertad de Barrabás y la crucifixión de Jesús.

Jesucristo se entregó sin oponer resistencia al proceso injusto y cruel de crucifixión, a pesar de su capacidad para hacer milagros con la cual seguramente hubiera podido evitar esos sufrimientos. Estando en la cruz, continuó dando ejemplo de misericordia y amor incondicional, orando antes de la muerte de su cuerpo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. (S. Lucas 23, 34)

En la Biblia se narra que al tercer día fueron a buscar su cadáver pero no lo encontraron y unos ángeles anunciaron que él había resucitado. Y posteriormente se apareció en diferentes ocasiones a sus discípulos, encomendándoles difundir sus enseñanzas a los demás.

MENSAJE

El mensaje de Jesucristo es amplio y profundo. A continuación encontrarás algunos elementos extraídos de los evangelios de la Biblia. Vale la pena anotar que estas enseñanzas no fueron escritas directamente por Jesús, sino recopiladas por seguidores suyos (diferentes a los 12 apóstoles), varias décadas después de su muerte y

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han sido traducidas a diferentes idiomas, por lo cual es importante entender el mensaje de fondo más que apegarse a las palabras textuales. Te sugiero que leas con detenimiento, con la intención de conocer y practicar aquello que pueda servirte para tu vida.

COMPASIÓN Y SERVICIO

“Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consisten la Ley y los Profetas”. (Mt. 7, 12)

“Se levantó un maestro de la Ley y para ponerlo en apuros le dijo: ‘Maestro, ¿qué debo hacer para conseguir la vida eterna?’ Jesús le dijo: ‘¿Qué dice la Biblia, qué lees en ella?’ Contestó: ‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu fuerza y con todo tu espíritu; y a tu prójimo como a ti mismo’. Jesús le dijo: ‘Tu respuesta es exacta; haz eso y vivirás.’ Pero él quiso dar el motivo de su pregunta y le dijo a Jesús: ‘¿Quién es mi prójimo?’ Jesús empezó a decir: ‘Bajó un hombre de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de bandidos que lo despojaron de todo. Y se fueron después de haberlo molido a golpes, dejándolo medio muerto. Por casualidad bajaba por ese camino un sacerdote, quien al verlo pasó por el otro lado de la carretera y siguió de largo. Lo mismo hizo un levita que llegó a ese lugar: lo vio, tomó el otro lado del camino y pasó de largo. Pero llegó cerca de él un samaritano que iba de viaje, lo vio y se compadeció. Se le acercó, curó sus heridas con aceite y vino, y se las vendó. Después lo puso en el mismo animal que él montaba, lo condujo a un hotel y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos monedas y se las dio al hotelero, diciéndole: «Cuídalo. Lo que gastes de más, yo te lo pagaré a mi regreso»’. Jesús entonces preguntó: ‘Según tu parecer, ¿cuál de estos tres se portó como prójimo del hombre que cayó en manos de los asaltantes?’ El contestó: ‘El que se mostró compasivo con él’. Y Jesús le dijo: ‘Vete y haz tú lo mismo’.” (Lc. 10, 25-37) “El Reino de los Cielos se parece a un rey que quiso arreglar las cuentas con sus servidores. Comenzada la tarea, le presentaron a uno que debía diez mil talentos. Como no podía pagar, el rey mandó que fuera vendido junto con su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, para saldar la deuda. El servidor se arrojó a sus pies, diciéndole: ‘Señor, dame un plazo y te pagaré todo’. El rey se compadeció, lo dejó ir y, además, le perdonó la deuda. Al salir, este servidor encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, tomándolo del cuello hasta ahogarlo, le dijo: ‘Págame lo que me debes’. El otro se arrojó a sus pies y le suplicó: ‘Dame un plazo y te pagaré la deuda’. Pero él no quiso, sino que lo hizo poner en la cárcel hasta que pagara lo que debía. Los demás servidores, al ver lo que había sucedido, se apenaron mucho y fueron a contárselo a su señor. Éste lo mandó llamar y le dijo: ‘¡Miserable! Me suplicaste y te perdoné la deuda. ¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me compadecí de ti?’ E indignado, el rey lo entregó en manos de los verdugos hasta que pagara todo lo que debía”. (Mt. 18, 23-34)

“Cuando des un almuerzo o una comida, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a vecinos ricos, porque ellos también te invitarán a su vez y recibirás de ellos lo mismo que diste. Al contrario, cuando ofrezcas un banquete, invita a los pobres, a los inválidos, a los cojos, a los ciegos, y serás feliz porque ellos no tienen con qué pagarte”. (Lc. 14, 12-14)

BUENAS OBRAS

“Créanme que esta pobre viuda depositó más que todos ellos. Porque todos dan a Dios de lo que les sobra. Ella en cambio, tan pobre, dio todo lo que tenía para vivir”. (Lc. 21, 3-4)

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“Todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos... Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán”. (Mt. 7, 17-20)

“Un hombre de gran familia se dirigió a un país lejano para ser nombrado rey y volver en seguida. Llamó a diez empleados suyos, les entregó a cada uno una moneda de oro y les dijo: ‘Trabajen este dinero hasta que yo vuelva’. Cuando volvió, había sido nombrado rey. Entonces hizo llamar a los empleados a los que había entregado dinero, para averiguar cuánto había ganado cada uno. Se presentó el primero y dijo: ‘Señor, tu moneda produ jo otras diez’. El contestó: ‘Está bien, servidor bueno, ya que fuiste fiel en lo poco, recibe el gobierno de diez ciudades’. Vino el segundo y dijo: ‘Señor, tu moneda produjo otras cinco’. El rey contestó igualmente a éste: ‘También tú gobierna cinco ciudades’. Vino el tercero y dijo: ‘Señor, aquí tienes tu moneda. La guardé envuelta en un pañuelo, porque tuve miedo de ti. Eres un hombre exigente, reclamas lo que no has depositado y cosechas lo que no has sembrado’. Contestó el rey: ‘Servidor malo, te juzgo por tus propias palabras. Sabías que soy hombre exigente, que reclamo lo que no he depositado y que cosecho lo que no he sembrado; entonces, ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? A mi regreso, yo lo habría cobrado con intereses’. Y dijo el rey a los que estaban presentes: ‘Quítenle la moneda y dénsela al que tiene diez’. ‘Pero, señor’, le contestaron, ‘ya tiene diez monedas’. ‘Yo les declaro que, a todo el que produce, se le dará, pero al que no produce, se le quitará aun lo que tiene’.” (Lc. 19, 12-26)

HUMILDAD

“¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán juntos en el hoyo? El discípulo no es superior a su maestro; si se deja guiar se parecerá a su maestro”. (Lc. 6, 39-40)

“El más pequeño entre todos ustedes, ése es el más grande”. (Lc. 9, 48)

“Nadie es profeta en su tierra”. (Mc. 6, 4)

“Cuando hayan hecho todo lo que les ha sido mandado, digan: ‘somos servidores que no hacíamos falta; sólo hicimos lo que debíamos hacer’.” (Lc. 17, 10)

“Porque toda persona que se hace grande será humillada, y la que se humille será hecha grande”. (Lc. 18, 14)

“Los reyes de las naciones se portan como dueños de ellas y en el momento en que las oprimen se hacen llamar bienhechores. Ustedes no deben ser así. Al contrario, el más importante entre ustedes se portará como si fuera el último, y el que manda como el que sirve. Pues ¿quién es más importante, el que está sentado a la mesa o el que sirve? El que está sentado, ¿no es cierto? Sin embargo, estoy entre ustedes como el que sirve”. (Lc. 22, 25-27)

“Cuando des limosna, que tu mano izquierda no sepa lo que hace tu derecha, para que tu limosna sea en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará”. (Mt. 6, 3-4)

“Cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará”. (Mt. 6, 6)

INTERÉS EN LA VIDA ESPIRITUAL

“El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará”. (Lc. 9, 23-24)

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“El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo. Un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo”. (Mt. 13, 44)

“El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas. Al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró”. (Mt. 13, 45-46)

POSESIONES MATERIALES

“¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si él mismo se pierde o se arruina?” (Lc. 9, 25)

“Eviten con gran cuidado toda clase de codicia, porque aunque uno lo tenga todo, no son sus pertenencias las que le dan vida”. (Lc. 12, 15)

“Había un hombre rico al que sus tierras le habían producido mucho. Se decía a sí mismo: ‘¿Qué haré porque ya no tengo dónde guardar mis cosechas?’ Pero pensó: ‘Ya sé lo que voy a hacer: echaré abajo mis graneros y construiré otros más grandes, para guardar mi trigo y mis reservas’. Entonces yo conmigo hablaré: ‘Alma mía, tienes muchas cosas almacenadas para muchos años; descansa, come, bebe, pásala bien’. Pero Dios le dijo: ‘Tonto, esta misma noche te reclamarán tu alma, ¿quién se quedará con lo que amontonaste?’ Así le pasa al que amontona para sí mismo en vez de trabajar por Dios”. (Lc. 12, 16-20)

“Busca primero el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se te dará por añadidura”. (Mt. 6, 33)

JUICIOS

“No juzguen y no serán juzgados. Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para medirlos”. (Mt. 7, 1-2)

“¿Por qué te fijas en la paja que tiene tu hermano en un ojo si no eres consciente de la viga que tienes en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: ‘Hermano, deja que te saque la paja que tienes en el ojo’; siendo que tú no ves la viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad y podrás sacar la paja del ojo de tu hermano”. (Mt. 7, 3-5)

“El que no tenga pecado que lance la primera piedra”. (Jn. 8, 7)

“No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados”. (Lc. 6, 37)

“Den y se les dará; recibirán una medida bien llena, apretada y rebosante; porque con la medida con que ustedes midan, serán medidos”. (Lc. 6, 38)

PUREZA

“Dejen que los niños vengan a mí, no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. En verdad les digo que quien no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él”. (Mc. 10, 14-15)

“Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para meterla en un cajón. Por el contrario, se pone en la mesa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo”. (Mt. 5, 14-16)

“Tu ojo es tu lámpara. Si tu ojo es limpio, toda tu persona aprovecha la luz. Pero si es borroso, toda tu persona está también en la confusión. Cuida, pues, que la luz que hay en ti no se vuelva confusión. Si toda tu persona se

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abre a la luz y no queda en ella nada oscuro, llegarás a ser pura luz, como cuando la lámpara te ilumina”. (Lc. 11, 34-36)

FE

“Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios”. (Lc. 18, 27)

“Cuando los lleven ante las sinagogas, los jueces y las autoridades, no se preocupen pensando cómo se van a defender o qué van a decir, porque el Espíritu Santo les enseñará en ese mismo momento lo que hay que decir”. (Lc. 12, 11-12)

“No se preocupen por la vida, pensando qué van a comer. No se inquieten por el cuerpo, pensando con qué se van a vestir. Porque la vida es más que el alimento y el cuerpo es más que el vestido. Miren las aves, no siembran ni cosechan, no tienen despensa ni granero y, sin embargo, Dios las alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves! Además, ¿quién de entre ustedes, por mucho empeño que haga, puede añadir varios centímetros más a su estatura? Entonces, si ni siquiera las cosas más pequeñas están al alcance de ustedes, ¿por qué inquietarse por las mayores? Miren los lirios, que no hilan ni tejen. Pues bien, yo les declaro que ni el mismo Salomón, con todo su lujo, se vistió como uno de ellos. Y si Dios en el campo da tan lindo vestido a la hierba que hoy florece y mañana se echará al fuego, cuánto más hará por ustedes, gente de poca fe. No estén siempre pendientes de lo que comerán o beberán, no se atormenten. Los que viven para el presente mundo se preocupan por todas estas cosas. Ustedes, en cambio, piensen que su Padre sabe lo que necesitan. Por lo tanto, trabajen por Su Reino y Él les dará todas estas cosas por añadidura”. (Lc. 12, 22-31)

MISERICORDIA DE DIOS

“Pues algunos que ahora son últimos, serán los primeros, y en cambio los que ahora son primeros serán los últimos”. (Mc. 10, 31)

“Si uno de ustedes pierde una oveja de las cien que tiene, ¿no deja las otras noventa y nueve en el campo para ir en busca de la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, muy feliz, la pone sobre los hombros y, al llegar a su casa, reúne amigos y vecinos, y les dice: ‘Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido’. Yo les declaro que de igual modo habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que vuelve a Dios que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de convertirse”. (Lc. 15, 4-7)

“Un hombre tenía dos hijos. El menor dijo a su padre: ‘Padre, dame la parte de la propiedad que me corresponde’. Y el padre la repartió entre ellos. Pocos días después, el hijo menor reunió todo lo que tenía, partió a un lugar lejano y allí malgastó su dinero en una vida desordenada. Cuando lo gastó todo, sobrevino en esa región una escasez grande y comenzó a pasar necesidad. Entonces fue a buscar trabajo y se puso al servicio de un habitante de ese lugar que lo envió a sus campos a cuidar cerdos. Hubiera deseado llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero nadie le daba nada. Fue entonces cuando entró en sí y pensó: ‘¡Cuántos trabajadores de mi padre tienen pan de sobra y yo aquí me muero de hambre! ¿Por qué no me levanto? Volveré a mi padre y le diré: «Padre, pequé contra Dios y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo, trátame como a uno de tus siervos».’

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Partió, pues, de vuelta donde su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y sintió compasión, corrió a echarse a su cuello y lo abrazó. Entonces el hijo le habló: ‘Padre, pequé contra Dios y contra ti, ya no merezco llamarme hijo tuyo’. Pero el padre dijo a sus servidores: ‘Rápido, tráiganle la mejor ropa y póngansela, colóquenle un anillo en el dedo y zapatos en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo, comamos y alegrémonos, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y lo he encontrado’. Y se pusieron a celebrar la fiesta. El hijo mayor estaba en el campo. Cuando al volver llegó cerca de la casa, oyó la música y el baile. Llamando a uno de los sirvientes, le preguntó qué significaba todo eso. Éste le dijo: ‘Tu hermano está de vuelta y tu padre mandó matar el ternero gordo, por haberlo recobrado con buena salud’. El hijo mayor se enojó y no quiso entrar. Entonces el padre salió a rogarle. Pero él le contestó: ‘Hace tantos años que te sirvo sin haber desobedecido jamás ni una sola de tus órdenes, y a mí nunca me has dado un cabrito para hacer una fiesta con mis amigos; pero llega ese hijo tuyo, después de haber gastado tu dinero con prostitutas y para él haces matar el ternero gordo’. El padre le respondió: ‘Hijo, tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero había que hacer fiesta y alegrarse, puesto que tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y ha sido encontrado’.” (Lc. 15, 11-32)

“Bienaventurados los afligidos, porque serán consolados. Bienaventurados los mansos, porque recibirán la tierra en herencia. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Bienaventurados los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Bienaventurados ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando los calumnien por mí causa. Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; pues de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron”. (Mt. 5, 3-12)

LA PRESENCIA DE DIOS EN TODOS

“Mi Padre y yo, somos una misma cosa”. (Jn 10, 30)

“La palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió”. (Jn. 14, 24)

“El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió”. (Mt. 10, 40)

“Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió”. (Lc. 9, 48)

“El que a vosotros oye, a mí me oye; y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha al que me envió”. (Lc. 10, 16)

“Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti”. (Jn. 17, 7-8)

“Todo lo mío es tuyo, y lo tuyo es mío”. (Jn. 17, 10)

“La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad”. (Jn. 17, 22-23)

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“Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a éstos a la izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y me dieron de beber; estaba de paso y me alojaron; desnudo y me vistieron; enfermo y me visitaron; preso y me vinieron a ver’. Los justos le responderán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer; sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso y te alojamos; desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso y fuimos a verte?’. Y el Rey les responderá: ‘Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo’.” (Mt. 25, 31-40)

“La llegada del Reino de Dios no es cosa que se pueda verificar. No se va a decir: está aquí o está allá. Y sepan que el Reino de Dios está entre ustedes”. (Lc. 17, 20-21)

PRACTICAR LAS ENSEÑANZAS

“Les voy a decir a quién se parece el que viene a escuchar mis palabras y las practica. Se parece a un hombre que, al construir su casa, cavó bien profundamente y puso los cimientos sobre la roca. Vino una inundación y la corriente se precipitó sobre su casa, pero no pudo removerla porque estaba bien construida. Por el contrario, el que escucha mi palabra pero no la practica se parece a un hombre que construyó sobre tierra, sin cimientos. La corriente se precipitó sobre ella y en seguida se desmoronó, siendo grande el desastre de esa casa”. (Lc. 6, 47-48)

“Un hombre tenía dos hijos y dirigiéndose al primero le dijo: ‘Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña’. Él respondió: ‘No quiero’. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y éste le respondió: ‘Voy, Señor’, pero no fue en realidad. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre? ‘El primero’, le respondieron”. (Mt. 21, 28-31) “No todo el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre”. (Mt. 7, 21)

“Eso son ustedes, fariseos. Purifican el exterior de copas y platos, pero el interior de ustedes está lleno de rapiñas y perversidades. El que hizo lo exterior, ¿no hizo también lo interior? Pero, según ustedes, basta dar limosna sin reformar lo interior y todo está limpio. ¡Pobres de ustedes, fariseos, porque dan para el Templo la décima parte de todas las hierbas, sin olvidar la menta y la ruda, y mientras tanto descuidan la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que tienen que hacer, sin dejar de hacer lo otro. ¡Pobres de ustedes, fariseos, que gustan ocupar el primer puesto en las sinagogas y recibir saludos en las plazas!” (Lc. 11, 39 – 43) “¡Pobres de ustedes también, maestros de la Ley!, que imponen a los hombres cargas insoportables, y luego ni siquiera mueven un dedo para ayudarlos a que las lleven”. (Lc. 11, 46)

“¡Pobres de ustedes, maestros de la Ley, que se adueñaron de la llave del conocimiento! Ustedes no entraron y no dejaron que otros entraran”. (Lc. 11, 52)

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“El sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, una parte del grano cayó al borde del camino, la pisotearon y las aves del cielo se la comieron. Otra parte cayó sobre la roca y, después que brotó, se secó por falta de humedad. Otra cayó entre espinos, los espinos al crecer la ahogaron. Otra cayó en tierra buena, creció y produjo el ciento por uno. El que tenga oídos para oír, que oiga… La semilla es la Palabra de Dios. Los que están al borde del camino son los que han oído, pero después viene el mal y arranca la Palabra de su corazón, pues no quiere que crean y se salven. Los que están sobre la roca son los que, cuando oyen la Palabra, la acogen con alegría, pero no tienen raíz. No creen más que por un momento y fallan en la hora de la prueba. La que cayó entre espinos son los que han oído, pero al pasar el tiempo, las preocupaciones, la riqueza y los placeres de la vida los ahogan y no llegan a madurar. Y los que están en buena tierra son los que reciben la Palabra con un corazón noble y generoso, la conservan y producen fruto por ser constantes”. (Lc. 4, 1-20) “Muchos son los llamados y pocos los escogidos”. (Mt. 22, 14)

“Ustedes serán mis verdaderos discípulos si guardan siempre mi palabra; entonces conocerán la Verdad y la Verdad los hará libres”. (Jn. 8, 32)

AMOR

“’Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?’ Jesús le respondió: ‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Éste es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas’.” (Mt. 22, 36-40)

“Si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda”. (Mt. 5, 23-24)

“No hay amor más grande que éste: dar la vida por los amigos”. (Jn. 15, 13)

“Ustedes han oído que se dijo: ‘ama a tu prójimo y odia a tu enemigo’. Pero yo les digo: amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen. Así serán dignos hijos de su Padre del cielo, que hace salir el sol sobre buenos y malos, y manda la lluvia sobre justos e injustos”. (Mt. 5, 44-45)

“Pedro le dijo: ‘Señor, ¿cuántas veces tendré que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?’ Jesús le respondió: ‘No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete’.” (Mt. 18, 21-22)

“Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los maltratan”. (Lc. 6, 27-28)

“Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué mérito tienen? Hasta los malos aman a los que los aman. Y si hacen bien a los que les hacen bien, ¿qué mérito tienen? También los pecadores obran así. Y si prestan algo a los que les pueden retribuir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a pecadores para recibir de ellos igual trato. Por el contrario, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar algo a cambio”. (Lc. 6, 32-35)

“Les doy un mandamiento nuevo: que se amen unos a otros como yo los he amado. En esto reconocerán que ustedes son mis discípulos, si se aman unos a otros”. (Jn. 13, 34-35)

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“Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros, como yo os he amado”. (Jn. 15, 12)

PRÁCTICAS

Son muchas las prácticas espirituales que se pueden realizar a partir del mensaje de Jesucristo. Por el momento te sugiero llevar a cabo estas dos:

1. PERDONA.

Jesucristo nos enseña a perdonar, a dejar a un lado nuestros odios y rencores. Perdonar es una muestra muy grande de amor. Al perdonar no sólo puedes mejorar la relación con otras personas, sino que tú mismo eres quien más se beneficia, pues liberas las emociones destructivas que vienes cargando en tu interior y que te impiden estar en paz. Ellas incluso afectan tu cuerpo físico y lo enferman. Por lo tanto, si reflexionas y actúas inteligentemente, perdonarás, porque es lo más conveniente.

Recuerda que la Divinidad está en todos y en todo, y que todos los seres son en realidad Sus “instrumentos”. Así que a través de los que te rodean, la Divinidad te puede mostrar alguna característica negativa de la personalidad que aún te domina y te impide ser lo que eres más plenamente. Entonces, quien te ofendió, robó, lastimó o engañó, no es sino Dios mismo en la forma de ese ser humano, lo cual lo convierte en un maestro para tu vida y tu desarrollo espiritual. Ten presente que, en última instancia, todo lo que nos sucede hace parte del plan Divino para nuestra evolución.

Siempre puedes ver el lado positivo de lo que pasó, y si no lo encuentras, de todas maneras puedes aceptarlo, porque eso ya sucedió de esa manera, y no puedes volver al pasado para cambiarlo. Lo que sí puedes hacer es cambiar en el presente tu actitud hacia eso. Perdona, acepta, para que tengas un mejor presente.

Te sugiero que hagas una lista de las personas que “más te han afectado negativamente”. Ordénalas de la que menos malestar te ha generado a la que más lo ha hecho. Empieza a orar durante esta semana por cada uno de ellos, perdonándolos y pidiéndole a la Divinidad omnipresente que los ayude y los guíe. Sé comprensivo y recuerda que todos cometemos errores y estamos en un proceso de aprendizaje. Recuerda que Dios los puso en tu camino para tu crecimiento espiritual. Entrégale a la Divinidad todos tus sentimientos negativos para que te ayude a liberarlos. Hazlo por varios días para que el efecto sea más profundo.

2. AGRÉGALE AMOR A LO QUE PIENSAS, DICES Y HACES.

Jesucristo nos dijo que el mandamiento más importante de todos es amar a Dios y amarnos los unos a los otros. Al amar desinteresadamente, sin esperar algo a cambio, estás haciendo a un lado al ego y permitiendo que fluya el Ser Divino que eres. Al hacerlo ayudas a otros a sentirse mejor y tú mismo te sientes muy bien internamente. Quien ama y es generoso vive más feliz que quien es negativo y egoísta. Al amar sientes que la vida vale la pena, encuentras alegría y motivación en tu diario vivir.

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En ciertas situaciones, reaccionar negativamente puede ser lo más fácil, mientras que amar puede requerir esfuerzos. A veces puede ser difícil amar a ciertas personas con quienes tenemos dificultades o nos incomodan. También se dificulta cuando nos estamos sintiendo tristes, con ira, etc. En esos casos, si evitas hacer daño de pensamiento, palabra y acción, estás amando también; pues respetar y evitar lastimar también son formas de amar. Para ello, te puede ser útil tener en cuenta que tú eres el Ser puro que nada puede afectarlo y que el mismo Ser está presente en esa persona que te incomoda. En esencia, ¡ambos son uno y lo mismo!

Todo suele empezar por el pensamiento. Así que es fundamental que observes tu mente y cuando veas que llegan pensamientos que van en contra del amor, no los alimentes, déjalos ir, entrégaselos a la Divinidad o cámbialos. Purifica tu mente, y así tendrás palabras y acciones más puras. Agrégale al menos un 1% más de amor a lo que piensas, dices y haces cada día, y verás avances progresivamente. No tienes que volverte él o la más amorosa de un día para otro, sino ser un poco más amoroso cada día.

Ama aunque te duela. Recuerda que al que le duele es al ego, así que al amar lo estás debilitando y te estás liberando de su dominio. No tienes nada que perder, sino principalmente el orgullo y las emociones destructivas; y tienes muchas otras cosas mejores por ganar. El amor es la fuerza más poderosa. El bambú resiste las tempestades y los ventarrones porque se dobla ante ellas y luego recupera su posición. Por su parte, el árbol rígido es lanzado al suelo y arrancado de raíz. El amor es flexible y poderoso como el bambú.

“AMA A LOS DEMÁS CUANDO MENOS LO MEREZCAN PORQUE ES CUANDO MÁS LO NECESITAN”.

EJERCICIO DE MEDITACIÓN

La real meditación es cuando tu mente se aquieta totalmente y puedes experimentar tu verdadero Ser, tu unidad con la Divinidad. El siguiente ejercicio te ayuda a calmar tus pensamientos y emociones, y experimentar más tu verdadero Ser. También te contacta con tu interior y te facilita expresar el amor que eres en realidad.

Ejercicio de Meditación en el Corazón

Preparación

Unas horas muy convenientes para meditar son temprano (al despertarte); hacia las 6 de la tarde o antes de acostarte. Evita hacerlo poco tiempo después de haber consumido alimentos.

Preferiblemente, levántate en la mañana al menos 15 minutos antes de lo acostumbrado y ubícate en un lugar tranquilo de la casa, antes de bañarte.

Opcional: Puedes comenzar haciendo el siguiente ejercicio básico de bioenergética para calmar más tu mente y profundizar tu respiración: Estando de pie, separa tus piernas 15 centímetros aproximadamente, flexiona las rodillas, agáchate y coloca la punta de los dedos de tus manos en el piso, frente a tu cuerpo. Descuelga tu cabeza totalmente. Estira las piernas hasta donde puedas, con las plantas de los pies bien puestas sobre el piso y sin levantar las manos del suelo. Cierra los ojos y siente tu cuerpo internamente. Cuenta hasta 20 y levántate muy, muy despacio. (Puede que experimentes un leve mareo al levantarte, mantente quieto unos segundos y se te pasará).

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Siéntate cómodamente sobre un cojín o en una silla, con la espalda recta sin tensarla, ni apoyarla en algún espaldar, para que fluya mejor la energía por tu cuerpo.

Ubica las manos en la posición que prefieras. Por ejemplo: a) sobre los muslos, b) con las palmas hacia arriba colocando la mano derecha sobre la izquierda y uniendo los pulgares, c) colocando el dedo pulgar sobre la uña del dedo índice (como formando un círculo) y dejando los otros tres dedos estirados y juntos, d) en alguna otra que sea cómoda para ti.

Puedes pedirle a la Divinidad (tu verdadero Ser) que sea Ella quien realice todo el ejercicio para el bien de todos los seres del Universo, porque todos somos uno y lo mismo, ¡y así es!

Desarrollo

Cierra los ojos. Percibe tu respiración y permite que sea suave y profunda, es decir, que infle un poco el abdomen en la inhalación y lo desinfle un poco en la exhalación. Hazlo por un cierto tiempo (ej. medio minuto).

Observa muy bien el color que ves en tus párpados durante varios segundos.

Ahora llena toda tu mente de ese color que observas en tus párpados, durante un tiempo.

Posteriormente, llena todo tu pecho internamente con ese mismo color por algunos minutos, sintiendo la energía sutil de Amor y Paz en tu interior.

Di mentalmente algunas veces: “Soy Amor y Paz”.

Antes de terminar, pide que todos los seres de todos los mundos sean eternamente felices y amorosos, ¡y así es!

Para finalizar, agradece a la Divinidad (tu Ser) por este ejercicio, escucha los sonidos del entorno, siente tu respiración y tu cuerpo, y luego abre los ojos.

Durante el día impregna de amor tus pensamientos, palabras y acciones.

Dar la vida por amor30

Hace años, cuando trabajaba en un hospital como voluntario, conocí a una niñita llamada Liz que padecía una extraña enfermedad. La única posibilidad de mejorarse consistía en recibir una transfusión de sangre de parte de su hermano de 5 años, quien había superado la misma enfermedad y tenía los anticuerpos necesarios para defenderse.

30 Adaptación de una historia de autor desconocido, difundida ampliamente por internet.

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El doctor le explicó esto al hermano de la niña y le preguntó si quería darle su sangre a su hermana. El niño lo pensó por unos momentos y después de un suspiro dijo: “Si. Lo haré si esto salva a Liz. Le voy a dar mi sangre para que ella se mejore y viva”.

Lo acostaron al lado de ella y él se veía calmado. Después de un tiempo de estar dándole su sangre, ella se veía con mejor semblante pero el niño se empezó a poner pálido y un poco ansioso. Miró al doctor y le preguntó con voz temblorosa: “¿En qué momento empezaré a morir?”

El niño no había comprendido que sólo le daría un poco de su sangre a su hermana y pensaba que iba a perderla toda y morir; pero aún así había aceptado hacerlo por el amor que le tenía a ella.

Hermanos de verdad 31

Eran dos hermanos que vivían juntos en una granja dedicada al cultivo de granos y cereales. Uno de ellos era soltero, y el otro casado y con hijos. Ambos se repartían por igual la cosecha que iban recolectando.

Al principio todo iba muy bien pero llegó un momento en que el hermano casado comenzó a desvelarse por las noches pensando: “No es justo que mi hermano soltero se lleve la mitad de la cosecha. Yo tengo esposa y cinco hijos y estoy seguro que cuando envejezca tendré todo lo que necesite para vivir; pero ¿quién cuidará de mi pobre hermano al llegar a la vejez? El necesita ahorrar desde ahora para no pasar necesidades más adelante”. Entonces solía levantarse de la cama en la noche, cuando todos estaban dormidos, dirigirse al granero y pasarle un bulto de granos al depósito de su hermano.

Por esa misma época, el hermano soltero también comenzó a preocuparse un poco y pensaba lo siguiente: “Realmente es injusto. Mi hermano que si cuenta con mujer y cinco hijos se lleva la misma parte de la cosecha que yo. Yo no tengo que mantener a nadie más que a mí mismo, mientras que él tiene esa gran responsabilidad. El necesita recibir más para cumplir con sus necesidades y las de su familia”. Entonces se despertaba en la noche, y sigilosamente iba al granero y le pasaba un bulto a su hermano.

Un día, dio la casualidad que se despertaron al mismo tiempo y se tropezaron en la penumbra, cada uno con un bulto en su espalda, y así se enteraron de lo que el otro hacía.

Mucho tiempo después, la gente de la región se enteró de esta hermosa historia de amor y generosidad, y decidieron construir el templo del pueblo en aquel lugar porque consideraron que no encontrarían un lugar más santo que éste.

Perdón y gratitud32

Dos amigos viajaban por el desierto y, en un momento dado, tuvieron una fuerte discusión, lo cual enfureció mucho a uno de ellos quien cegado por la ira, insultó y ofendió al otro.

El hombre ofendido, sin decir nada se agachó y escribió con sus dedos en la arena donde se encontraban: "Hoy mi mejor amigo me ha insultado y ofendido".

Continuaron avanzando y al cabo de unas horas llegaron hasta un oasis donde decidieron bañarse. El que había sido ofendido empezó a ahogarse. El otro se lanzó al agua y lo sacó, evitando que muriera.

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Adaptación de una historia de Anthony de Mello, difundida ampliamente por internet. 32

Adaptación de una historia de autor desconocido, difundida ampliamente por internet.

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Cuando recuperó su respiración normal, la calma y las energías, tomó un cincel y escribió en una gran piedra al lado del lago: "Hoy mi mejor amigo me ha salvado la vida"

Intrigado, su amigo le preguntó: "¿Por qué cuando te ofendí escribiste en la arena y ahora escribes en una roca?"

Sonriendo le contestó: "Cuando un gran amigo nos ofende, debemos escribir la ofensa en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarla y dejarla atrás. En cambio, cuando un gran amigo nos ayuda, hay que grabarlo en la piedra y en el corazón, donde ningún viento del mundo podrá borrarlo."

VIDEO INSPIRADOR

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Querido Jesús, soycatolico

CANCIÓN INSPIRADORA

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Hermana Glenda - Mirame a Mi, karlinda1987

BIBLIOGRAFÍA

Los Cuatro Evangelios del Nuevo Testamento de la Biblia: San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan. Tomados de: www.es.catholic.net y www.formarse.com.ar

TRANSFORMACIÓN = Lectura + Reflexión + Práctica. RECUERDA = Aplica las enseñanzas en tu diario vivir. SUGERENCIA = Realiza las prácticas y la meditación propuestas durante varios días, antes de continuar avanzando en el libro, y evalúa cómo te sientes con ellas. “Come, Mastica y Digiere”