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Siete mitos verdaderos y falsos sobre la alimentación

7 Mitos Sobre Los Alimentos

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Mitos sobre algunos alimentos

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Siete mitos verdaderos y falsos sobre la alimentacinExiste nuevas tendencias que rompen con mitos tradicionales de la nutricin. Por ejemplo, Jess Domnguez, naturpata y asesor nutricional de Mi Ayuno, ha elaborado una lista con las verdades y falsedades que se siguen muchas veces en la alimentacin y que pueden conducir a una alimentacin no tan sana como pensamos. Domnguez es el promotor del programa Mi Ayuno, que ofrece seis das de ayuno y senderismo en un entorno ideal para la desconexin. Este programa tiene como objetivo depurar el organismo, encontrar el bienestar general, rehidratar la piel, reducir el estrs, cargar las pilas, ayuda a dejar de fumar... Adems, se combina con otras actividades y servicios que aportan una alimentacin sana y un descanso ptimo, lo que favorece la depuracin del organismo, por dentro y por fuera.1. Hay que comer 5 veces al da: Falso. Desde cundo y dnde en el mundo el hombre puede comer cinco veces al da? La respuesta desmonta el mito de comer cinco veces al da. Hay que tener en cuenta que esta afirmacin refuerza la tendencia moderna (en el primer mundo) de basar la ingesta calrica en alimentos con una alto contenido en hidratos de carbono refinados (cereales) y lcteos, alimentos que no provocan sensacin de saciedad pero hacen subir muy rpido los niveles de glucosa en sangre. Estudios recientes afirman que comer de dos a tres veces al da o incluso una vez al da acta de modo muy beneficioso sobre el bienestar digestivo y la calidad de vida de la persona.2. La grasa engorda. Falso. Los alimentos ricos en grasa como el pescado, el aceite de oliva o la carne de calidad son fundamentales para el bienestar de la persona ya que, por un lado, aportan grasas de calidad fundamentales para favorecer el funcionamiento hormonal de la persona (hormonas esteroideas) y, por otro lado, para reparar y mantener estructuras como las membranas celulares, especialmente en el cerebro, en los ojos y en los nervios que son tejidos eminentemente grasos.

Adems, las grasas como los hidratos de carbono son la fuente principal de caloras en la dieta pero, a diferencia de los primeros, las grasas producen sensacin de saciedad y, por lo tanto, actan como reguladores del equilibrio hambre-saciedad.3. Hay que comer antes de hacer deporte. Falso. Estudios cientficos demuestran que moverse con niveles bajos de glucosa en sangre es ms fcil (neurolgicamente hablando) que con niveles altos de glucosa en sangre (despus de comer). Adems, hacer deporte en ayunas o ayuno estratgico (3,5 horas o ms despus de la ltima ingesta de alimento slido) favorece la activacin de los mecanismos que favorecen la transformacin de grasa en energa y, por lo tanto, regulan el peso, pero sobre todo garantizan una mejor calidad muscular. Esta consideracin merece algunas precisiones si hablamos de deporte de larga duracin o a nivel profesional.4. Es bueno cenar fruta. Falso. Hay dos argumentos que desmontan que una cena ptima o ligera a base de fruta sea una buena opcin. El primero es que el proceso digestivo de la fruta es una fermentacin que, dado el alto contenido en azcares de la fruta produce ciertas cantidades de alcohol que durante la noche condicionan una disminucin de la capacidad de desintoxicacin del hgado. El segundo argumento es ms energtico: segn la medicina tradicional china, el cuerpo por la noche debe tener calor dentro y la fruta enfra (por su naturaleza) el estmago, provocando en muchos casos sensacin de hinchazn abdominal (justo despus de comer). Esta situacin es especialmente frecuente en personas con una baja capacidad de producir cido clorhdrico en el estmago o aquellos que toman regularmente anticidos.5. La fruta se come despus de las comidas. Falso. Comer fruta despus de las comidas hace que el estmago se vace antes de completar su parte del proceso digestivo de la protena y de las grasas, con lo que stas pasan menos digeridas al intestino delgado aumentando el trabajo a realizar por los enzimas pancreticos y las sales biliares, y en la mayora de casos condicionando procesos digestivos parciales que favorecen la presencia de procesos de fermentacin y/o putrefaccin intestinales.

Esto se debe a que el estmago permanece cerrado el tiempo que necesita estar en el estmago el ltimo alimento ingerido. El ejemplo que ilustra este hecho es el que se da en grandes comilonas comunitarias, como por ejemplo, bodas y bautizos, en las que se incluye un sorbete a media comida para favorecer que el estmago se vace y que as se pueda seguir comiendo. Lo que es desde el punto de vista digestivo una atrocidad, condicionando un proceso digestivo muy pesado que todos hemos experimentado en un momento u otro de nuestra vida.6. El azcar da energa. Verdadero. El asesor nutricional comenta que esta afirmacin es cierta pero con matices: es cierto que el azcar o los azcares dan energa ya que se absorben muy rpidamente y aumentan los niveles de glucosa circulante fcilmente, transformable en energa a nivel celular. Lo que sucede es que esta energa se consume muy rpidamente y en ese momento volvemos a tener sensacin de hambre.

Por otro lado, el exceso de glucosa en sangre es txico y la glucosa que no se transforma en energa en el momento es llevada por la insulina al hgado para ser transformada en grasa que se acumula primero en el hgado y luego en los adipocitos. Si este fenmeno se mantiene en el tiempo, condiciona evidentemente obesidad pero tambin fatiga en el pncreas y posteriormente diabetes porque cada vez es necesaria ms insulina para conseguir el mismo efecto. Este fenmeno se conoce como resistencia a la insulina y est en el origen de la mayora de enfermedades modernas.7. La leche es buena. Falso. No hay ningn estudio cientfico formal que demuestre los beneficios de la leche ms all de la poca de la lactancia en los mamferos. Jess Domnguez comenta que no es el momento de hablar de los perjuicios de la leche pero s que habra que hacer una reflexin acerca del aumento progresivo de consumo de lcteos en la poblacin del primer mundo y, sin prohibirlos, s evitar su consumo excesivo, especialmente en ciertas fases de la vida.