7. Puedo Estar Seguro de Que Soy Salvo

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  • PUEDO ESTARSEGURO DE QUE

    SOY SALVO?

    R.C. SPROUL PREGUNTAS CRUCIALES N7

  • NDICE

    Uno LA LUCHA POR LA SEGURIDAD

    Dos CUATRO CLASES DE PERSONAS

    Tres FALSA SEGURIDAD

    Cuatro ADQUIRIENDO VERDADERA SEGURIDAD

    Cinco LA FUENTE DE LA COMPLETA SEGURIDAD

  • Captulo uno

    LA LUCHA POR LA SEGURIDAD

    Hay un pasaje del Nuevo Testamento que creo que es uno de los ms aterradores dela Biblia. Viene de los labios de Jess al final del Sermn del Monte.

    Tendemos a considerar el Sermn del Monte como una proclamacin positivade nuestro Seor. Despus de todo, es en el Sermn del Monte que l da lasBienaventuranzas: Bienaventurados los pobres en espritu... Bienaventurados losque lloran... Bienaventurados los mansos... etctera (Mateo 5:3-12). Debido al Sermn del Monte, Jess tiene fama de ser un predicador que enfatizams lo positivo que lo negativo.

    Pero a menudo pasamos por alto el punto culminante de ese sermn, dondeJess dice:

    No todo el que me dice: Seor, Seor, entrar en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que est en los cielos. Muchos me dirn en aquel da: Seor, Seor, no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declarar: Nunca os conoc; apartaos de m, hacedores de maldad. (Mateo 7:21-23)

    Aqu Jess nos da una vista previa del juicio final. Dice que la gente vendr a l, dirigindose a l por el ttulo de Seor. Ellos le dirn a Jess: Seor, hicimos muchas cosas maravillosas en tu nombre. Te servimos; predicamos en tu nombre; expulsamos demonios; hicimos todas estas cosas. Jess dice, Me volver a esta gente y dir: Por favor, marchaos. No slo dir, No os conozco, sino, Nunca os conoc, hacedores de maldad.

    Lo particularmente relevante de esta aterradora advertencia es que l empieza diciendo, No todo el que me dice, Seor, Seor, entrar en el reino de loscielos. Luego repite eso diciendo, Muchos me dirn en aquel da, Seor, Seor.

  • Seor, Seor

    Hay slo unos quince casos en todas las Escrituras donde se dirigen a alguienmediante la repeticin de su nombre. Permtame mencionar algunos:

    Abraham en el monte Mori estaba listo para hundir el cuchillo en el pechode su hijo Isaac, y Dios intervino en el ltimo segundo, dicindole a travs del ngelde Jehov: Abraham, Abraham!... No pongas tu mano sobre el muchacho(Gnesis 22:11-12).

    Jacob tena miedo de bajar a Egipto, y Dios vino a l para tranquilizarlo,diciendo, Jacob, Jacob (Gnesis 46:2).

    Dios le habl a Moiss desde la zarza ardiente en el monte Horeb, diciendo,Moiss, Moiss! (xodo 3:4).

    Dios llam al joven Samuel en medio de la noche, diciendo, Samuel,Samuel! (1 Samuel 3:10).

    Jess, cuando reprendi a Marta en Betania, le dijo, Marta, Marta (Lucas10:41).

    Jess llor por la ciudad de Jerusaln y lament: Jerusaln, Jerusaln, quematas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! Cuntas veces quisejuntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!(Lucas 13:34).

    Pedro dijo que se mantendra firme en todas las circunstancias, y Jess dijo,Simn, Simn, he aqu Satans os ha pedido para zarandearos como a trigo (Lucas22:31).

    Jess confront a Saulo en el camino a Damasco, diciendo: Saulo, Saulo,por qu me persigues? (Hechos 9:4).

    Quiz el ejemplo ms relevante de esta repeticin en la Escritura seencuentra en el lamento de Jess desde la cruz: Dios mo, Dios mo, por qu mehas desamparado? (Mateo 27:46).

    Esta rara estructura gramatical tiene significado en el idioma hebreo.Cuando alguien repite la forma personal de nombramiento, esto sugiere y comunicauna relacin ntima y personal con la persona a la que le est hablando.

    As que Jess dice aqu en el Sermn del Monte que en el ltimo da, laspersonas no slo vendrn a l y dirn, Seor, te pertenecemos, somos tuyos, sinoque se dirigirn a l en trminos de intimidad personal. Ellos dirn, Seor, Seor,como si le conocieran de una manera profundamente personal. Pero a pesar de estasuposicin de una relacin ntima, Jess les dir: Por favor, marchaos, no osconozco, hacedores de maldad.

    Jess est diciendo que hay muchas personas que profesan ser cristianos, queusan el nombre de Cristo, y que lo llaman por su ttulo exaltado Seor pero que enrealidad no estn en el reino de Dios en absoluto. Ellos no le pertenecen y no serncapaces de mantenerse en pie en el juicio final. El aspecto aterrador de esto es que

  • estas personas no estn al margen de la iglesia. Ms bien, estn inmersas en la vidade la iglesia, grandemente involucradas en el ministerio, y probablemente tengan lareputacin de ser cristianos profesos. Sin embargo Cristo no los conoce y losdesterrar de su presencia.

    Menciono este tema al principio de este folleto porque cuando hacemos unaprofesin de fe como cristianos, tenemos que plantearnos una pregunta: Cmosabemos que no estaremos entre este grupo de personas que vendrn en el juiciofinal, esperando entrada al reino y dirigindose a Jess en trminos de intimidad,slo para ser expulsados? Cmo sabemos que nuestra confianza en que estamos enun estado de gracia no est fuera de lugar? Cmo sabemos que no nos hemosengaado a nosotros mismos? Cmo podemos estar seguros de que somos salvos?

  • Una doctrina controvertida

    Durante siglos, el asunto de la seguridad ha desatado controversia en la iglesia.Muchas iglesias han llegado tan lejos como para cuestionar incluso si la seguridad esalcanzable.

    Por ejemplo, en el Concilio de Trento en el siglo diecisis, la Iglesia CatlicaRomana neg que fuera posible para una persona tener seguridad de salvacinexcepto en circunstancias excepcionales.Roma pas a ensear que las nicas personas que pueden dar la talla para laseguridad de su salvacin en esta vida son santos excepcionales a los que Dios dauna revelacin especial de su condicin ante l.Sin embargo, el miembro comn de la iglesia no puede esperar tener seguridad desalvacin.

    Roma afirma que la mayora de las seguridades, en ltima instancia, estnbasadas en conjeturas, opiniones, e ideas que vienen del corazn de personas aquienes la Biblia define como profundamente arraigadas en la mentira.Las Escrituras nos dicen que el corazn es ms engaoso que todas las cosas(Jeremas 17:9), as que es fcil para nosotros, dice Roma, engaarnos a nosotrosmismos y basar nuestra confianza acerca del estado de nuestras almas en meraopinin. Por consiguiente, la seguridad de salvacin no es posible al margen dealgn acto especial de revelacin.

    No es slo la Iglesia Catlica Romana la que niega la doctrina de la seguridadde salvacin. Algunos Protestantes creen que una persona puede tener seguridadde salvacin para el presente pero inseguridad para el maana, porque aceptan laposibilidad de que personas que en un momento dado tienen fe pueden caer en laincredulidad y perder su salvacin. Es por eso que, histricamente, la doctrina de laseguridad de salvacin ha estado estrechamente ligada a la doctrina de laperseverancia de los santos. As que mientras Roma dice que no podemos tener lams mnima seguridad, estos Protestantes dicen que podemos tener seguridad porun tiempo limitado, pero que no podemos saber cul va a ser nuestro ltimo estado.

    Luego est la teologa Reformada, mi propia creencia teolgica, la cul enseaque no slo podemos saber hoy que estamos en un estado de gracia, sino quepodemos tener completa seguridad de que an estaremos en un estado de gracia enel momento de nuestras muertes.

  • La parbola del sembrador

    Jess aborda la pregunta de quin es y quin no es genuinamente salvo en suparbola del sembrador:

    Aquel da sali Jess de la casa y se sent junto al mar. Y se le junt muchagente; y entrando l en la barca, se sent, y toda la gente estaba en la playa. Yles habl muchas cosas por parbolas, diciendo: He aqu, el sembrador sali asembrar. Y mientras sembraba, parte de la semilla cay junto al camino; yvinieron las aves y la comieron. Parte cay en pedregales, donde no habamucha tierra; y brot pronto, porque no tena profundidad de tierra; perosalido el sol, se quem; y porque no tena raz, se sec. Y parte cay entreespinos; y los espinos crecieron, y la ahogaron. Pero parte cay en buenatierra, y dio fruto, cul a ciento, cul a sesenta, y cul a treinta por uno. El quetiene odos para or, oiga. (Mateo 13:1-9)

    Es importante observar el contexto de esta famosa parbola. Justo antes,alguien le dice a Jess, He aqu tu madre y tus hermanos estn afuera, y te quierenhablar (Mateo 12:47 NASB). Pero Jess responde, Quin es mi madre, y quinesson mis hermanos? (v.48, NASB). Luego, sealando a sus discpulos, dice: He aqumi madre y mis hermanos. Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre queest en los cielos, se es mi hermano, y hermana, y madre (vv. 49-50, NASB). Jessdice que su verdadero hermano es uno que hace la voluntad del Padre, no uno quesimplemente hace una decisin de seguirle.

    Deberamos tener siempre en mente que nadie oblig a Judas a convertirse endiscpulo. Judas eligi seguir a Jess; hizo su propia decisin de ingresar en la escuelade Jess, y permaneci con nuestro Seor durante su ministerio terrenal durantetres aos. Sin embargo se nos dice que era un diablo (Juan 6:70).No fue que Judas era genuinamente convertido y luego cay de la gracia y se perdi;mas bien, aunque estaba cerca de Jess, nunca fue un hombre convertido. Esodebera darnos pausa al considerar los estados de nuestras propias almas.

    Un poco ms tarde en el libro de Mateo, Jess da una explicacin de suparbola del sembrador. Es una de las raras ocasiones en el relato de los evangeliosen que se nos da una explicacin de una parbola. Esa explicacin es de gran ayudadebido a que esta parbola difiere del uso parablico tradicional. La mayora de lasparbolas tiene slo un sentido. Es generalmente peligroso, por tanto, convertir lasparbolas en alegoras, que tienden a tener significados simblicos esparcidos a lolargo de la historia. Pero la parbola del sembrador se aproxima al nivel de unaalegora ya que Jess establece varios sentidos de aplicacin.

  • Jess comienza su explicacin diciendo: Od, pues, vosotros la parbola delsembrador: Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo,y arrebata lo que fue sembrado en su corazn. ste es el que fue sembrado junto alcamino (Mateo 13:18-19). El primer grupo del que l est hablando es elrepresentado por la semilla que cay en el camino. En la antigedad, a la hora de lasiembra, un agricultor sembraba su semilla primero y luego araba la tierra. Perocualquier semilla que caa en un camino o sendero no era labrada. Tirada en elcamino endurecido, no tena manera de echar raz y era devorada por los pjaros.Jess compara los pjaros con Satans. Mucha gente es como esta semilla. Escuchanla predicacin del evangelio, pero no hace ningn impacto en ellos. No echa raz ensus vidas.

    Jess contina, Y el que fue sembrado en pedregales, ste es el que oye lapalabra, y al momento la recibe con gozo; pero no tiene raz en s, sino que es decorta duracin, pues al venir la afliccin o la persecucin por causa de la palabra,luego tropieza (vv. 20-21).

    Si vas a un encuentro evangelstico o ves alguno en la televisin, podras vergrandes multitudes abarrotadas a la entrada de la iglesia en respuesta a la llamadadel evangelio. De hecho, una vez vi un artculo sobre una campaa evangelsticainternacional masiva en la que millones de personas supuestamente haban hechodecisiones por Cristo. Cuando le aquello, me pregunt cuntas de aquellasdecisiones por Cristo fueron verdaderas conversiones y cuntas de ellas fueronfalsas. A la gente le gusta lo que oye en estos eventos y puede ser emocionalmentemovida a hacer una decisin de seguir a Cristo. No obstante, es un hecho probadoque muchos de aquellos que dan un paso al frente en eventos evangelsticos prontoabandonan su compromiso totalmente. Sus respuestas en caliente estn a menudocarentes de fundamento.

    No quiero ser demasiado severo en mi respuesta a artculos acerca de losxitos de eventos evangelsticos. Reconozco que todos los ministerios comunitariosenfrentan el problema de medir su efectividad. Las iglesias generalmente hacen estomediante un informe acerca del nmero de miembros en sus congregaciones ycunto han crecido durante un periodo de tiempo. Los ministerios evangelsticos amenudo hacen esto mediante un informe del nmero de personas que vienen alfrente, levantan una mano, firman una tarjeta, o realizan una oracin. Estosministerios quieren tener algn tipo de estadstica para medir la respuesta que estnteniendo las personas.

    Pero cmo mide uno una realidad espiritual? Cualquiera que haya estadoinvolucrado en el evangelismo sabe que no podemos ver el corazn, as que losiguiente mejor es contar el nmero de decisiones que las personas hacen. PeroJess nos advierte acerca de ello aqu en la parbola del sembrador cuando dice quemuchas personas oyen el evangelio con gozo pero no continan en la fe. Estesegundo tipo de semilla cae en terreno pedregoso tierra que es tan poco profundaque la semilla no puede echar races, y tan pronto sale el sol, las pequeas plantas

  • comienzan a marchitarse. El resultado es que mueren y nunca dan fruto. Jess nosdice que estas personas caen debido a las tribulaciones y persecuciones queinevitablemente se presentan en el camino de la fe.

    Explicando el tercer tipo de semilla, Jess dice, El que fue sembrado entreespinos, ste es el que oye la palabra, pero el afn de este siglo y el engao de lasriquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa (Mateo 13:22). Esta semillarepresenta una categora de personas que tambin escuchan y reciben la Palabra,pero que estn abrumadas por las preocupaciones de este mundo. Como losespinos, las preocupaciones de este mundo ahogan la palabra.

    Por ltimo, Jess dice: Mas el que fue sembrado en buena tierra, ste es elque oye y entiende la palabra, y da fruto (Mateo 13:23a).

    Claramente, entonces, hay muchos que responden al mensaje del evangeliocon gozo pero que en ltima instancia no continan en la fe. No todo el que oye laPalabra de Dios es salvo, y lo mismo es cierto para muchos que respondeninicialmente a sta. Aquellos que son genuinamente salvos son aquellos que sedemuestran a s mismos ser hacedores de la Palabra. Cuando la semilla echa raz ycrece, entonces hay fruto.

  • La necesidad de fruto

    Al pensar en la productividad, debemos recordar que no somos salvos pornuestras obras. Ms bien, somos justificados slo por fe. Sin embargo debemostambin recordar que los magistrales reformadores del siglo dicesiis, como MartnLutero, dijeron que somos justificados slo por fe, pero no por una fe que est sola.

    Este punto de vista est en desacuerdo con el esquema catlico romano, quesostiene que una persona debe tener fe para ser justificada, pero que tambinnecesita tener obras. As que el punto de vista catlico es que la fe ms las obrasequivalen a la justificacin. Pero en el punto de vista Protestante, fe equivale ajustificacin ms obras.

    PUNTO DE VISTA CATLICO ROMANO: Fe + Obras = Justificacin

    PUNTO DE VISTA PROTESTANTE: Fe = Justificacin + Obras

    En el punto de vista Protestante, las obras son una consecuencia, unamanifestacin del estado de gracia en el que estamos; de este modo, ellas noaaden nada a la justificacin. Las nicas obras de justicia que sirven para justificar aun pecador son las obras de Cristo. As que cuando decimos que somos justificadosslo por fe, queremos decir con ello que somos justificados solamente por Cristo,por sus obras; nuestras obras no cuentan en relacin a nuestra justificacin.

    Algunos dirn: Supongo que eso significa que no tengo que dar ningn fruto.No tengo que llevar a cabo ninguna manifestacin de justicia porque soy salvo por lafe. Pero recuerda que la fe que justifica, como Santiago nos dice en su epstola(Santiago 2:26) y como Lutero argument, no es una fe muerta; es una fides viva,una fe viva, una fe vital. La verdadera fe que nos une a Cristo siempre se manifiesta as misma en obras, y si no hay obras en el lado derecho de la ecuacin, eso nos diceque no hay fe en el lado izquierdo de la ecuacin. Tristemente, si no hay fe en el ladoizquierdo de la ecuacin, entonces no hay justificacin en el lado derecho de laecuacin.As que la fe nos une a Cristo, y si nuestra fe es autntica, no llegaremos al ltimo dadiciendo, Seor, Seor, slo para or que l nos llame gente de maldad. No,tendremos fruto que demuestre que nuestra fe es real.

    La cantidad de fruto que los cristianos producen vara. Jess dice que la buenasemilla podra producir a ciento, a sesenta, y a treinta por uno (13:23b). Algunosverdaderos cristianos no son tan fructferos como otros cristianos, pero cadaverdadero creyente produce algn fruto. Si no lo hace, no es un creyente. Por esoJess dice, Por sus frutos los conoceris (Mateo 7:16a) no por sus profesiones defe.

  • Cuando uno est inmerso en una subcultura cristiana que pone muchsimonfasis en hacer decisiones, responder a llamados al altar, y recitar la oracin delpecador, es fcil perder de vista este importante punto hacer una decisin paraseguir a Jess nunca ha convertido a nadie. Esto es debido a que no es una decisinlo que convierte a la persona; es el poder del Espritu Santo el que lo hace. Entramosal reino no porque hacemos una decisin, caminamos a lo largo de un pasillo,levantamos una mano, o firmamos una tarjeta. Entramos al reino porque hayverdadera fe en nuestros corazones.

    No malinteprete no hay absolutamente nada inapropiado en las profesionespblicas de fe; deberan hacerse. Todo aqul que es justificado es llamado a profesaresa fe; todo aqul que es un cristiano es llamado a confesar a Cristo ante otros. Elproblema viene cuando hacemos de nuestra profesin pblica de fe el test de acidezde nuestra conversin. Despus de todo, Jess habla de gente que le honra con suslabios mientras que sus corazones estn lejos de l (Mateo 15:8). Nadie ha sidonunca justificado por una profesin de fe.

    Significa esto, entonces, que el camino ms fcil para resolver el problema dela seguridad de salvacin es examinar el fruto de nuestras vidas para determinar sirefleja coherencia con una profesin de fe? Hay un espacio evidente para elautoexamen en la vida cristiana, y dir ms al respecto en el captulo 4. Sin embargoninguno de nosotros vive a la altura de la medida completa de lo que decimos quecreemos. Si centramos la atencin simplemente en nuestro desempeo, la autnticaseguridad llega a ser muy escurridiza.

    De modo que es posible tener falsa seguridad, pero la verdadera seguridadpuede ser difcil de adquirir. Cmo, entonces, podemos saber con certeza quenuestras profesiones de fe son motivadas realmente por la posesin de la verdaderagracia salvadora? Esta pregunta es extremadamente importante, porque afectadonde vivimos como cristianos y tiene un profundo impacto en nuestrossentimientos, nuestra comodidad y nuestro comportamiento como cristianos.Es imperativo que resolvamos la cuestin de si estamos en un estado de gracia, y elresto de este folleto examinar el cmo hacemos eso.

  • Captulo dos

    CUATRO CLASES DE PERSONAS

    Compart el evangelio con un hombre en Cincinnati y comenc hacindole la primerade las dos preguntas de diagnstico de Explosin del Evangelismo: Has llegado alpunto en tu vida espiritual en el que sabes con certeza que si fueras a morir estanoche iras al cielo? Este hombre no parpade. Me mir directo a los ojos y dijo: Oh, no, estoy seguro de que no soy salvo. Estoyseguro de que ir al infierno. Me qued estupefacto por esa respuesta porquenunca haba conocido a una persona que estuviera tan segura de que el infierno erasu destino. Este hombre estaba viviendo una vida sin Dios, saba que estaba viviendouna vida sin Dios, y saba las consecuencias de vivir una vida de incredulidad, perono le importaba.

    Cuando se trata de la seguridad de salvacin, hay cuatro clases de personas enel mundo. Cada persona viva, sin excepcin, puede ser asignada a una de estascategoras. Las categoras son: 1) aquellos que son salvos y lo saben. 2) aquellos queson salvos pero no lo saben. 3) aquellos (como el hombre que mencion arriba) queno son salvos y lo saben, y 4) aquellos que no son salvos pero no lo saben.Examinemos ms detenidamente estas categoras:

  • Gente que es salva y lo sabe

    La primera categora es gente que es salva y lo sabe. Estas personas tienen completaseguridad de que estn en un estado de gracia. Es un asunto resuelto para ellos.

    Probablemente haya estado en discusiones donde usted hizo a alguien unapregunta, l dio alguna afirmacin o aseveracin, y usted replic, Ests seguro? ldijo, S, estoy seguro. Su siguiente pregunta fue, Ests seguro de que estsseguro? Cuando hablamos sobre certeza o seguridad, no estamos hablandomeramente sobre categoras filosficas. En cambio, estamos describiendo, en unsentido, nuestro estado emocional con respecto a varias preguntas o aseveraciones.La seguridad de afirmaciones de verdad opera en un amplio continuo. Por ejemplo, alguien podra decirle, Cree que Dios existe? Hay un rango de respuestas que usted podra dar a esta pregunta. Podra decir, No, No lo creo, No lo s, pero espero que s, Quizs, S, creo en Dios, o Por supuesto que creo en Dios. Cada una de esas respuestas describe un nivel diferente de intensidad de confianza que trata con una sugerencia o una aseveracin.

    De modo que cuando hablamos de seguridad de salvacin, no estamos hablando de certeza matemtica, como creer en la idea de que dos ms dos es igual a cuatro. Estamos hablando de la seguridad de un estado personal, y la intensidad de nuestra seguridad vacila de da en da. Hay das en que alguien podra decirme, R. C., ests seguro de que eres salvo? y yo dira, Totalmente. Al da siguiente, si estoy bajo carga de culpa, podra decir, Ya sabes, creo que s. Hay altos y bajos en la vida cristiana.

    Sin embargo, la verdadera seguridad sobrevive a las dudas, porque como veremos, est basada en ms que sentimientos. La persona en esta categora tiene un fundamento desde el cul puede decir, Yo s a quin he credo, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depsito para aquel da. (2 Timoteo 1:12, NKJV).

  • Gente que es salva pero no lo sabe

    La segunda categora est compuesta por aquellos que son salvos pero no lo saben.Es posible para una persona estar en un estado de gracia y sin embargo no poseercompleta seguridad de estar en tal estado. Ya he mencionado que algunos (como loscatlicos romanos) objetan la validez del primer grupo (aquellos que son salvos y losaben) afirmando que la seguridad de salvacin es generalmente inalcanzable.Igualmente, otros afirman que es imposible estar realmente en un estado de gracia yno saberlo. Ellos argumentan que el verdadero contenido de la fe salvadora es unaconfianza en un Salvador que crees que te salvar. As que si una persona piensa quetiene fe pero le falta confianza en que Cristo le va a salvar, tiene verdaderamente fedespus de todo?

    Parte del problema tiene que ver con un popular punto de vista de lacristiandad que insiste en una conversin drstica. Algunas personas vienen a Cristode esa manera. Billy Graham, por ejemplo, puede decir el da y la hora en que seconvirti en cristiano. l apunta hacia un da particular en el que fue a un encuentroevangelstico tras jugar un partido de bisbol. Un evangelista itinerante llamadoMordecai Ham estaba predicando, y Graham dio un paso al frente y tuvo unaconversin repentina que dio un vuelco a su vida. Yo experiment el mismo tipo deconversin. S exactamente el momento en que conoc a Cristo. Puedo decirte lafecha, la hora, el lugar, y cmo ocurri. Otras personas, sin embargo, no puedenidentificar ni siquiera el ao en que se convirtieron en cristianos. Por ejemplo, RuthGraham, la esposa de Billy, no saba cundo fue convertida.

    En la iglesia, tenemos una tendencia a convertir nuestras propias experienciasen algo normativo para todo el mundo. Las personas que han tenido conversionesrepentinas, drsticas, del tipo de las del camino a Damasco que pueden serprecisadas al da y hora, algunas veces llegan a ser recelosas de personas que no hantenido esa clase de experiencia. Se preguntan si una persona que no puede sealar aun da y hora especifcicos puede realmente ser un cristiano. Al mismo tiempo,aquellos que no saben el da y la hora a veces son recelosos de aquellos que afirmanque saben exactamente cundo creyeron por primera vez. El balance es ste: LaEscritura no dice en ningn sitio que debamos saber el momento exacto de nuestraconversin.

    Aqu es donde el argumento se complica y llega a ser un poco problemtico.Nadie es medio-regenerado o semi-regenerado; o eres nacido del Espritu de Dios ono lo eres. La regeneracin, que es aquella obra de Dios por la cual somostrasladados del reino de las tinieblas al reino de la luz, es una obra real deconversin, y ocurre de forma instantnea por la obra del Espritu Santo, de modoque una persona o est en esa condicin o no lo est. No hay un proceso deregeneracin; es instantneo.

    Pero si se es el caso, no levanta eso sospechas sobre la gente que no puede

  • declarar el da y hora de su conversin? No. Necesitamos distinguir entre unaconversin y una experiencia de conversin. Es ms, necesitamos reconocer que notodo el mundo es inmeditamente consciente del momento en que el Espritu hace suobra sobrenatural en su alma. Es por eso que es muy peligroso crear categoras porlas que evaluar a las personas cuyas experiencias no coinciden con las nuestras.

    De hecho, a medida que hablo sobre mi experiencia de conversin la que,como dije, puedo precisar al da y hora me doy cuenta de que tal experienciapodra no corresponderse realmente con la obra de Dios en el alma de una persona.Dios el Espritu Santo podra regenerar a una persona una semana, un mes, o inclusocinco aos antes de que ella experimente de lo que ya ha ocurrido en su interior. Asque incluso mi seguridad con respecto a una fecha y hora particulares de conversinse aplica slo a mi experiencia de conversin, no al hecho de sta, porque podemosengaarnos a nosotros mismos en trminos de nuestra experiencia.

    En realidad, una de las cosas ms peligrosas que podemos hacer comocristianos es determinar nuestra teologa por nuestra experiencia, porque ningunaexperiencia particular es normativa para la vida cristiana. Debemos determinarnuestra teologa por la Palabra de Dios, no por lo que sentimos. No slo eso,estamos expuestos a malentender y malinterpretar el significado y el sentido de lasexperiencias por las que pasamos. Es por eso que somos llamados a verificarnuestras experiencias con la Escritura, de modo que definamos nuestra fe por lo quela Escritura dice, y no por lo que sentimos o por lo que experimentamos. Si hacemosdescansar nuestra seguridad en una experiencia y no en la Palabra de Dios,estaremos invitando a que nos asalten todo tipo de dudas en nuestros peregrinajes.Necesitamos buscar un autntico conocimiento de nuestra salvacin, no slo unatibia y vaga experiencia.

    Es esta categora de personas la que est en perspectiva cuando Pedro insta alos creyentes a tener diligencia en hacer seguros su llamado y eleccin (2 Pedro1:3-11). Sera tonto dar tal exhortacin a personas que ya estn seguras. Laenseanza de Pedro, entonces, significa que la gente puede estar en un estado desalvacin sin que en realidad tenga la seguridad de sta.

  • Gente que no es salva y lo sabe

    El hombre que encontr en Cincinnati ejemplifica esta categora de personas aquellos que no son salvos y lo saben. Podra parecernos extrao que puedan existir tales personas, especialmente desde que hoy en da muchos asumen que todo el mundo va al cielo cuando muere. Sin embargo, el apstol Pablo habla de esta categora de personas al final de Romanos 1. Despus de dar una lista de todos los diversos pecados y vicios que la humanidad cada practica, llega a la conclusin de que las personas cadas no slo hacen estas cosas, sino que animan a otros a hacerlas a pesar de saber que aquellos que hacen estas cosas son merecedores de muerte (v. 32).

    Pablo nos est diciendo en Romanos 1 que la gente no tiene que estar expuesta a la predicacin bblica para ser consciente de su condicin perdida. A travs de la revelacin natural de Dios, puesto que Dios escribe su Ley en los corazones de las personas e implanta su Palabra en la mente humana por medio de la conciencia, las personas saben que son culpables por su comportamiento y que estn excludas de la comunin con su Creador.

    En la superficie, muchas personas niegan que estn en peligro de la ira de Dios; podran incluso negar la existencia de Dios. Pero la Biblia dice, Huye el impo sin que nadie lo persiga (Proverbios 28:1), as que bajo la superficie y tras la fachadade la humanidad cada natural, hay una conciencia de serios problemas ante Dios. Espor eso que tenemos el fenmeno de las conversiones de trinchera cuando las personas, en los ltimos das de sus vidas, de repente ponen los pies en el suelo, llaman al pastor o al ministro, y procuran conseguir su seguro de vida eterno.

    Quizs haya escuchado la historia de W.C. Fields, quien, cuando estaba en su lecho de muerte, asombr a aquellos que lo conocan al ojear una Biblia. Un amigo le dijo, W.C., qu ests haciendo? Fields respondi, Buscando fisuras. Aunque su contestacin estuvo adornada con su tpico humor, es claro que Fields era consciente de que se hallaba en un estado muy precario si haba de enfrentar a su Creador.

    Por muy difcil que sea de creer, hay muchas personas que no son salvas y lo saben. Saben que no estn en un estado de gracia, que estn excluidas de la comunin con Dios, y que estn separadas de l. Podramos decir que tienen una forma negativa de seguridad.

  • Gente que no es salva pero no lo sabe

    Esto es lo que tenemos hasta el momento: Estn aquellos que son salvos y lo saben;estn aquellos que son salvos pero no lo saben; y estn aquellos que no son salvos ylo saben. Estas categoras son bastante fciles de entender.

    Es la cuarta categora la que pone un palo en la rueda de todo el asunto de laseguridad de salvacin: aquellos que no son salvos pero saben que son salvos. Estacategora consta de personas que no estn en un estado de gracia pero que piensanque lo estn. En resumen, tienen una falsa seguridad.

    Los Ministerios Ligonier una vez dirigieron un tour por lugares de la Reforma,siguiendo las pisadas de Martn Lutero. Fuimos a travs de varios lugares en lo quehaba sido la Europa del Este y la Alemania del Este, donde Lutero llev a cabo suministerio. Fuimos a Erfurg, Wittenberg, Worms, Nuremberg y a otros lugaressimilares. Un da visitamos un lugar, y entonces fuimos libres para almorzar pornuestra cuenta. Grupos de personas provenientes del tour entraron en diferentesdirecciones en el pueblo, y todos tenamos instrucciones acerca del lugar y la horaen los que habamos de reagruparnos para el tour. Bien, un grupo de nosotrosvagamos por el pueblo y tomamos nuestro almuerzo, pero cuando salimos delrestaurante, no podamos recordar por qu camino habamos de ir. Nos dijimos unosa otros, Cmo volvemos al autobs? En ese momento, una mujer de nuestrogrupo dijo, Conozco el camino. As que ella se puso al frente de la fila y comenz aguiarnos por este pueblo, y todos nosotros la seguimos. Pronto fue evidente que noestbamos yendo en la direccin correcta, y empec a preocuparme un poco. Asque dije, Disculpa, Mary, ests segura de que vamos por buen camino? Ella dijo,S, soy optimista. Me sent aliviado, pero despus de un par de pasos ms se dio lavuelta para decir, Por supuesto, siempre estoy segura, pero casi nunca estoy en locierto.

    Las personas que rebosan confianza en que estn en su camino al cielo son unpoco como esa mujer. Ellos saben que son cristianos. Estn seguros de susalvacin; no es algo por lo que se preocupen. El nico problema es que suseguridad es una falsa seguridad.

    Eso es lo que crea la tensin y la ansiedad con las que estamos tratando delidiar en este folleto, sobre todo si comparamos los grupos uno y cuatro. El grupouno, recordars, se compone de gente que es salva y tiene la seguridad de salvacin,y el grupo cuatro se compoene de gente que no es salva pero sin embargo tiene unaseguridad de salvacin. Al considerar cmo podemos tener una seguridad real,necesitamos pensar ms en las races de la falsa seguridad.

  • Captulo tres

    FALSA SEGURIDAD

    Nuestra bsqueda de la completa seguridad de salvacin es complicada por el hechode que existen dos categoras muy diferentes de personas que estn seguras de queestn en un estado de salvacin. El nico problema es que una de ellas estequivocada. stas son las personas de las que Jess habl en el Sermn del Montecuando dijo que algunos vendran a l en el ltimo da diciendo, Seor, Seor. Ellosvendrn a Jess completamente seguros de que le pertenecen, pero l les dar laespalda, exponiendo su seguridad como falsa.

    Cmo puede ser posible la falsa seguridad? Cmo llega la gente a un falsosentido de seguridad? En este captulo, quiero intentar responder a estas preguntas.Hay varios problemas diferentes, pero bsicamente se reducen a dos. El primerproblema, que ser nuestro centro de atencin en este captulo, es una falta deentendimiento de los requisitos para la salvacin. La gente puede malentender loque la salvacin implica. Nosotros vamos a examinar tres de los errores principales:universalismo, legalismo, y varias formas de sacerdotalismo. El segundo problemasurge cuando una persona tiene un correcto entendimiento de lo que la salvacinimplica, pero est equivocada en cuanto a si l o ella ha cumplido los requisitos. Losdos captulos finales nos ayudarn a ver cmo podemos evaluar con exactitud sihemos cumplido los requisitos para la salvacin.

  • Universalismo

    El primer gran error que lleva a un falso sentido de seguridad de salvacin es eluniversalismo. El universalismo ensea que todo el mundo es salvo y va al cielo. Siuna persona est convencida de esta doctrina de salvacin, un simple ejercicio delgica lo llevar de la doctrina de la salvacin universal a una seguridad en cuanto asu destino:

    Premisa 1: Todo el mundo va al cielo.Premisa 2: Yo soy una persona.Conclusin: Por tanto, ir al cielo.

    La mayor controversia en la historia de la iglesia tuvo lugar en el siglo diecisisentre la Iglesia Catlica Romana y los Reformadores Protestantes acerca de lacuestin de cmo tiene lugar la justificacin. El asunto era si la justificacin es slopor la fe o por algn otro medio. Pero hoy en da, la justificacin slo por la fe no esel punto de vista predominante en nuestra cultura. Ms bien, es la doctrina de lajustificacin por la muerte, y el universalismo incorpora esta idea.Hice una breve referencia anteriormente a la primera pregunta de diagnstico deExplosin de Evangelismo: Has llegado al punto en tu vida espiritual en el quesabes con seguridad que si fueras a morir esta noche iras al cielo? La segundapregunta de diagnstico es sta: Si fueras a morir esta noche y comparecer anteDios, y Dios fuera a decirte, Por qu debera dejarte entrar a mi cielo?, qudiras?

    Una vez, cuando mi hijo era joven, le hice estas dos preguntas. Estuveencantado de que l inmeditamente respondiera a la primera pregunta diciendoS. Pero cuando le hice la segunda pregunta, me mir como si yo hubierapropuesto la pregunta ms tonta que hubiera escuchado jams. Dijo, Bueno, yodira, Porque estoy muerto. Qu podra ser ms sencillo? Mi hijo estaba siendoeducado en un hogar comprometido con la teologa bblica, pero no slo yo habafallado al comunicarle la justificacin slo por la fe, l ya haba sido capturado por elgeneralizado punto de vista en nuestra cultura de que todo el mundo ir al cielo yque todo lo que tienes que hacer para llegar all es morir.

    Hemos excludo tnto el juicio final de nuestra teologa y eliminado cualquiernocin del castigo divino o del infierno de nuestro pensamiento (y del pensamientode la iglesia) que ahora es ampliamente asumido que todo lo que una persona debehacer para ir al cielo es morir. De hecho, el ms poderoso medio de gracia para lasantificacin en nuestra cultura es morir, porque un pecador lleno de llagas depecado es automticamente transformado entre el depsito de cadveres y el

  • cementerio, as que cuando se lleva a cabo el oficio del funeral, la persona espresentada como un dechado de virtudes. Sus pecados parecen haber sido quitadospor su muerte. ste es un asunto muy peligroso, porque las Escrituras nos adviertende que est designado para toda persona morir una vez, y luego enfrentar el juicio(Hebreos 9:27).

    A la gente le gusta pensar que la amenaza del juicio final fue inventada porevangelistas de fuego y azufre como Billy Sunday, Dwight L. Moody, Billy Graham,Jonathan Edwards y John Whitefield. Pero nadie ense ms claramente sobre eljuicio final y una divisin entre cielo e infierno que Jess mismo. De hecho, Jesshabl ms sobre el infierno de lo que lo hizo sobre el cielo, y advirti a sus oyentesde que en el ltimo da, cada palabra ociosa vendra a ser juzgada. Pero si hay algoque los seres humanos cados quieren reprimir psicolgicamente, es esa amenaza dejuicio final exhaustivo, porque ninguno de ellos quiere ser llamado a rendir cuentaspor sus pecados. Por tanto, nada es ms atractivo para los seres humanos que eluniversalismo la idea de que todos son salvos.

  • Legalismo

    El segundo gran error que lleva a una falsa seguridad es el legalismo, que es otraforma de referirse a obras de justicia. El legalismo ensea que para llegar al cielo,debes obedecer la Ley de Dios y vivir una buena vida. En otras palabras, tus buenasacciones te harn llegar al cielo. Muchas personas, entendiendo equivocadamente loque Dios requiere, creen que han cumplido los estndares que Dios ha establecidopara entrar al cielo.

    Una vez serv como preparador para la Explosin de Evangelismo, tomandoaprendices de dentro de la comunidad una o dos veces a la semana, hablando a laspersonas y hacindoles las preguntas de diagnstico. Ms tarde, cotejbamos lasrespuestas que habamos recibido. El noventa por ciento de las respuestas caandentro de la categora de obras de justicia. Cuando le preguntbamos a la gente qudiran si Dios les fuera a preguntar por qu debera permitirles entrar al cielo, lamayora de las personas respondi, He vivido una buena vida, Le d el diezmo a laiglesia, Trabaj con los Boy Scouts, o algo adems de esas frases. Su confianzadescansaba en algn tipo de registro de desempeo que ellos haban logrado.Lamentablemente, las obras de una persona son un falso fundamento para laseguridad. Las Escrituras dejan muy claro que nadie es justificado por las obras de laLey (Romanos 3:20 ; Glatas 3:11).

    La persona que quiz encarn mejor este falso entendimiento de la salvacinfue el joven dirigente rico que tuvo un encuentro con Jess durante su ministerioterrenal (Lucas 18:18-30). Puede que recuerdes que cuando el hombre rico vino aJess, tena halagos goteando de sus labios. l dijo: Maestro bueno, qu debohacer para heredar la vida eterna? Le estaba preguntando a Jess qu se requerapara la salvacin.

    Antes de que Jess contestara a esta pregunta acerca de los requerimientospara la salvacin, lidi con el halago. Jess pregunt: Por qu me llamas bueno?Ninguno hay bueno, sino slo Dios. (v. 19). Algunos crticos sostienen que, en virtudde esta respuesta, Jess estaba negando su bondad y divinidad. No, Jess saba muybien que este hombre no tena idea de la persona a la que le estaba preguntando.Este hombre no saba quin era Jess. No saba que le estaba haciendo una preguntaa Dios encarnado. Todo lo que el joven dirigente rico saba era que le estabahablando a un rab itinerante, y quera una respuesta a una pregunta teolgica. Perola identidad de Jess era central en esa respuesta. As que Jess dijo: Por qu mellamas bueno? No has ledo el Salmo 14:3: Todos se desviaron, a una se hancorrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno? Ninguno haybueno, sino slo Dios.

    Parece eso absurdo? Despus de todo, vemos a personas que no soncreyentes haciendo bien todo el tiempo. Todo depende de lo que queramos decircon bien. El estndar bblico de bondad es la justicia de Dios, y seremos juzgados

  • tanto por nuestra conformidad conductal a la Ley de Dios como por nuestramotivacin interna o deseo de obedecer la Ley de Dios.

    Veo a personas a mi alrededor que no son creyentes pero que practican lo queJuan Calvino llam virtud cvica; esto es, hacen buenas cosas en sociedad. Donansu dinero para buenas causas, ayudan a los pobres, y algunas veces incluso sesacrifican a s mismos por otros. Hacen toda clase de cosas maravillosas en el nivelhorizontal (es decir, hacia otras personas), pero no hacen nada de esto debido a quesus corazones sean puros y llenos de amor por Dios. Podra existir lo que JonathanEdwards llam un egosmo iluminado involucrado, pero sigue siendo egosmo.

    Una vez escuch la historia de un trgico incendio. Un edificio incendiado yhaba prisa por rescatar a las personas que estaban en el infierno. Los bomberosentraron y sacaron a tanta gente como pudieron, pero pronto se hizo demasiadopeligroso volver a entrar al edificio. Entonces se dieron cuenta de que haba un nioatrapado en el edificio, y de entre la multitud de espectadores, un hombre,ignorando el peligro, se apresur al interior del edificio al tiempo que todos en lacalle lo aclamaban. Unos momentos despus, volvi a salir sano y salvo con un bultoentre sus brazos. La gente sigui aclamando, pensando que haba rescatado al nio.Pero luego se dieron cuenta de que haba sacado los ahorros de toda su vida ydejado morir al nio.

    Yo s creo que es posible que un incrdulo se apresure al interior de un edificioa salvar a un nio, quizs incluso a costa de su vida. sa es la virtud cvica motivadapor la preocupacin natural que tenemos los unos por los otros. Pero tal virtudexterna no es suficiente. Cuando Dios mira una accin humana, pregunta, Procedeesta obra de un corazn que me ama plenamente? Recuerda los mandamientos deJess: Amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, y con toda tu alma, y contodas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prjimo como a ti mismo (Lucas10:27). Por lo tanto, si alguien obedece la Ley externamente, mientras su corazn noest completamente entregado a Dios, entonces la virtud de esa persona ha estadomanchada. Es por eso que Agustn dijo que incluso nuestras mejores virtudes sonslo vicios esplndidos. Mientras estemos en este cuerpo de carne, el pecadomanchar todo lo que hagamos. Eso es lo que el joven dirigente rico no entendi. lpens que haba alcanzado el estndar.

    Pablo advierte en el Nuevo Testamento de que aquellos que se juzgan ellosmismos por s mismos no son sabios (1 Corintios 10:12). Podemos mirar eldesempeo de unos y otros y pensar que si nos guardamos de adulterio, asesinato,fraude, o algn pecado tan atroz, entonces lo estamos haciendo bien. Ya quesiempre podemos encontrar personas ms pecadoras de lo que lo somos nosotros,sera fcil concluir que lo estamos haciendo bastante bien.

    Tal era la disposicin del joven dirigente rico que vino a Jess. Pens que Jessera un buen hombre. Pero Jess lo detuvo en su recorrido y le record la Ley: Losmandamientos sabes: No adulterars; no matars; no hurtars; no dirs falsotestimonio; honra a tu padre y a tu madre (v. 20). Eso provoc que el hombre

  • sacar a la luz su superficial entendimiento de la Ley. l dijo, Todo esto lo heguardado desde mi juventud (v. 21). En otras palabras, estaba diciendo que habaguardado los Diez Mandamientos toda su vida.

    Jess podra haber dicho: Bien, ya veo que no estabas presente en el Sermndel Monte cuando expliqu las implicaciones ms profundas de estas leyes. Teperdiste esa leccin. O simplemente le podra haber dicho al hombre, T no hasguardado ninguno de estos mandamientos desde que te levantaste de tu cama estamaana. En vez de eso, us un hermoso mtodo pedaggico para ensearle a estehombre su error. l dijo: An te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo alos pobres, y tendrs tesoro en el cielo; y ven, sgueme (v. 22).

    En este momento, Jess no estaba enseando un nuevo camino de salvacin.No estaba diciendo que podemos ser salvos por donar nuestros bienes a los pobres.Tampoco estaba implementando un mandato universal para que las personas sedespojen a s mismas de todas sus posesiones personales. Estaba tratando con estehombre en particular, cuyo corazn haba sido completamente capturado por suriqueza. Su dinero era su dios, su dolo. En esencia, Jess le dijo: T dices que hasguardado todos los Diez Mandamientos. De acuerdo, comprobemos el primero: Notendrs dioses ajenos delante de m [xodo 20:3]. V, vende todo lo que tienes.Despus de eso, el hombre que haba sido tan entusiasta slo unos momentos antesempez a sacudir su cabeza. Se march triste, porque tena grandes posesiones (v.23).

    Todo ese encuentro fue acerca de la bondad. Tenemos suficiente bondad suficiente justicia para satisfacer las demandas de un Dios santo? Cada pgina delNuevo Testamento declara la verdad de que toda nuestra justicia es como trapos deinmundicia (Isaas 64:6). La persona que est confiando en su justicia para ser salvatiene una falsa seguridad. No podemos hacer suficiente para ser salvos. Somossiervos intiles (Lucas 17.10).

  • Sacerdotalismo

    El tercer error comn que produce falsa seguridad es el sacerdotalismo. ste es elpunto de vista de que la salvacin es lograda a travs del sacerdocio, a travs de lossacramentos, y/o a travs de la iglesia.Las personas sealan al bautismo, a la Cena del Seor, o a otros ritos y dicen: Hetomado estos sacramentos, que son medios de gracia. Extraigo mi seguridad dehaber experimentado estos sacramentos.

    ste es el error que los fariseos cometieron en los tiempos bblicos.Supusieron que porque fueron circuncidados, tenan garantizado por tanto un lugaren el reino de Dios.

    Los sacramentos son muy importantes. Nos comunican las promesas de Diospara nuestra salvacin. Adems, son medios de gracia que nos ayudan en nuestrasvidas cristianas. Pero los sacramentos nunca han salvado a nadie, y cualquiera quepone su confianza en los sacramentos tiene una falsa seguridad de salvacin, porqueest confiando en algo que ni salva ni puede salvar.

    Estrechamente relacionada con esto est la idea, que es sostenida por muchaspersonas, de que todo lo que una persona debe hacer para ser salva es unirse a unaiglesia. Suponen que ya que unirse a una iglesia los incluye en el cuerpo visible deCristo, deben ser parte de la iglesia invisible de Cristo tambin. As que ponen suconfianza en la membresa de la iglesia. Pero la membresa en una iglesia no justificaa nadie; ste es otro mtodo de seguridad falso e ilegtimo.

    Por ltimo, en el llamado mundo evanglico, tenemos algunas otras fuentesde falsa seguridad: hacer la oracin del pecador, levantar la mano en un eventoevangelstico, pasar al frente durante un llamado al altar, o hacer una decisin porJess. Estos son tcnicas y mtodos que son empleados para llamar a las personas alarrepentimiento y la fe. El peligro es que la gente que hace la oracin, levanta lamano, recorre el pasillo, o hace una decisin a veces termina confiando en ese actoparticular. Las profesiones externas de fe pueden ser engaosas. Uno puede pasarpor los avances externos de una profesin de fe pero no estar en posesin de larealidad interna de salvacin.

    Como puedes ver, hay muchas formas en que la falsa seguridad puedesuceder. En el siguiente captulo discutiremos cmo estas falsas formas de seguridadpueden ser evitadas y vencidas, y empezaremos a explorar mtodos legtimos delograr seguridad que sea bblica y real.

  • Captulo cuatro

    ADQUIRIENDO VERDADERASEGURIDAD

    Cuando estaba en el seminario, uno de mis compaeros estudiantes sonde a losestudiantes y a los miembros de la facultad en cuanto a si estaban seguros de susalvacin. Ms del noventa por ciento de los encuestados dijeron que no estabanseguros. Adems, pensaban que sera arrogante que alguien afirmase estar segurode su salvacin. Vean la idea de la seguridad no como una virtud sino como un vicio.Haba una connotacin negativa hacia la misma bsqueda de seguridad de salvacin,porque se asuma que llevara a un estado de arrogancia.

    Por supuesto, no hay peor arrogancia que tener la seguridad de algo que, dehecho, no poseemos. Estar convencidos de salvacin cuando no estamos en unestado de salvacin es arrogante. Del mismo modo, somos arrogantes si decimosque la seguridad no es posible, porque entonces estamos difamando la veracidad deDios mismo. Si la seguridad es posible, somos arrogantes si no la buscamos.

    Al considerar las fuentes de la falsa seguridad, vimos que uno de losproblemas ms crticos es un entendimiento inadecuado de los requerimientos desalvacin. En otras palabras, la mala teologa puede producir falsa seguridad. Por lamisma lgica, la buena teologa lleva a la verdadera seguridad. Por tanto, ya queempezamos a explorar cmo podemos adquirir una verdadera y sana base paranuestra seguridad de salvacin, el primer lugar en el que debemos mirar es en lateologa.

  • El mandamiento de buscar seguridad

    Uno de los textos clave de la Escritura concernientes a la bsqueda de la seguridades 2 Pedro 1:10-11, donde leemos: Por lo cual, hermanos, tanto ms procuradhacer firme vuestra vocacin y eleccin; porque haciendo estas cosas, no caerisjams. Porque de esta manera os ser otorgada amplia y generosa entrada en elreino eterno de nuestro Seor y Salvador Jesucristo. Aqu, sin ambigedad, elmandato apostlico para nosotros es indagar en la certeza de nuestra eleccin, y node un modo despreocupado e informal. Ms bien, hemos de hacer seguros nuestrollamado y eleccin a travs de una bsqueda diligente.

    Pedro est muy preocupado por este concepto de la eleccin. Su primeraepstola est dirigida a aquellos que son exiliados electos. l escribe a los elegidosy ensea a los elegidos lo que significa ser elegido. Pedro explica a qu se suponeque la eleccin se parece en nuestra travesa espiritual. Es por eso que, en lasegunda epstola, cuando se dirige a las mismas personas, les recuerda cunimportante es hacer su eleccin segura.

    La mencin de la eleccin por parte de Pedro es muy importante, porque esaqu que entramos por la puerta de la teologa. Muchas personas no creen en laeleccin, olvidando que se es un concepto bblico. Otros preguntan, Cmo sabessi eres elegido o no? Yo le digo a la gente que est luchando con el concepto de laeleccin que no puedo pensar en una pregunta ms importante para ser resuelta enla vida cristiana que la pregunta de si estamos contados entre los elegidos. Sitenemos un slido entendimiento de la eleccin, y si sabemos que estamoscontados entre los elegidos, ese conocimiento proporciona un consuelo increblepara nosotros mientras nos ocupamos en nuestra salvacin con temor y temblor(Filipenses 2:12) y mientras nos enfrentamos a las diversas aflicciones que sonpuestas ante nosotros en nuestras vidas cristianas (2 Timoteo 3:12).

    En 2 Timoteo 1:12, Pablo escribe, Yo s a quin he credo, y estoy seguroque es poderoso para guardar mi depsito para aquel da. Pablo est hablando aquacerca de su confianza por su propio futuro debido a su conocimiento de dnde hapuesto su fe. l dice que no confa en su propio poder para perseverar hasta el finalde la carrera. En cambio, su confianza est basada en Aqul en quien l ha credo,sabiendo que ese Aqul es capaz de guardarlo. sa es la clase de certeza de eleccinque Pedro nos est diciendo que busquemos con diligencia.

    Si estamos llamados a hacer segura nuestra eleccin, entonces se desprendeque somos capaces de hacer segura nuestra eleccin. Es posible para nosotros sabersi estamos contados entre los elegidos. Por tanto, no deberamos posponer el buscarseguridad hasta el final de nuestras vidas. Deberamos buscarla diligentementeahora. Deberamos dejar establecido que estamos contados entre los elegidos, queestamos en el reino de Dios, que hemos sido adoptados en la casa del Padre, y queestamos verdaderamente en Cristo, y l en nosotros. Pero cmo lo hacemos?

  • Adquirir una comprensin certera de la doctrina de la eleccin es un primer pasocrucial.

  • El punto de vista presciente de la eleccin

    Como seal anteriormente, muchas personas hoy da son hostiles a la idea de laeleccin divina, y esa hostilidad ha llevado a una serie de puntos de vista sobre loque la eleccin implica. Por ejemplo, algunas personas piensan que nuestrasalvacin es el terreno de nuestra eleccin. En este punto de vista, la salvacin (enun sentido) precede a la eleccin. Nosotros llamamos a esto el punto de vistapresciente o del conocimiento anticipado de la eleccin.

    Aquellos que sostienen este punto de vista de la eleccin, creen que Dios eligepara salvacin a aquellos que ejercitarn fe salvadora. En virtud de su conomientoanticipado, Dios mira al final del pasillo del tiempo y ve quin responderpositivamente a la oferta del evangelio y quin no. Sobre la base de esteconocimiento previo de lo que la gente har en respuesta al mensaje del evangelio,l hace su decreto de eleccin. Cuando l ve a las personas ejercitando la fe yentrando en un estado de salvacin, los elije en base a eso.

    Yo no creo que este punto de vista de la eleccin sea bblico o que explique laeleccin. De hecho, creo que fundamentalmente niega la enseanza bblica sobre laeleccin. Digo esto porque la perspectiva del conocimiento previo en la eleccinhace que el factor decisivo en la salvacin sea, en ltima instancia, algo quehacemos en vez de la gracia y la misericordia de Dios. Creo que las personas quetoman este punto de vista del conocimiento previo de la eleccin invariablementeluchan con su seguridad, porque su seguridad est finalmente ligada a sudesempeo.

    Segn entiendo las Escrituras, la eleccin es para salvacin. En este punto devista, si eres elegido, sers salvo, y si eres salvo, sa es la seal ms clara de queests contado entre los elegidos. Permtame decirlo de otro modo: Ninguno de losque son salvos no son elegidos, y ninguno de los que son elegidos fracasan para sersalvos. La salvacin fluye de nuestra eleccin, as que si queremos estar seguros denuestra salvacin, necesitamos saber si estamos contados entre los elegidos.

    En la enseanza de Pedro vemos por qu es tan importante que seamosdiligentes en hacer seguros nuestro llamado y nuestra eleccin. Si estamos segurosde que estamos contados entre los elegidos, podemos estar seguros con respecto anuestra salvacin, no slo para el da de hoy, sino tambin para el futuro. Esto esverdad porque la eleccin no simplemente hace posible nuestra salvacin, garantizala salvacin de los elegidos. En otras palabras, el propsito de Dios en la eleccin essalvar a los elegidos. Ese propsito no puede ser y no ser frustrado.

    Hay un pasaje de la Escritura en que tomo un gran consuelo, incluso aunquegeneralmente no se menciona en este contexto. Se encuentra en el Evangelio deJuan, en medio de la gran oracin sacerdotal de Jess por sus discpulos y poraquellos que creeran en l en las generaciones futuras. De hecho, ste ha sido unpasaje de gran nimo para la iglesia a lo largo de los siglos:

  • He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyoseran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todas lascosas que me has dado, proceden de ti; porque las palabras que me diste, les hedado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que sal de ti, y hancredo que t me enviaste.

    Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste;porque tuyos son, y todo lo mo es tuyo, y lo tuyo mo; y he sido glorificado enellos. Y ya no estoy en el mundo; mas estos estn en el mundo, y yo voy a ti. Padresanto, a los que me has dado, gurdalos en tu nombre, para que sean uno, ascomo nosotros. Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tunombre; a los que me diste, yo los guard, y ninguno de ellos se perdi, sino elhijo de perdicin, para que la Escritura se cumpliese. (Juan 17:6-12, NKJV)

    En esta oracin, Jess dice que el Padre le ha dado un cierto grupo depersonas a l. Estas personas son redimidas por el Hijo, porque todos los que elPadre da al Hijo viene al Hijo y son guardados por l (Juan 6:37, 39-40, 44). CuandoJess habla de personas que son dadas a l por el Padre, se est refiriendo a loselegidos. Los elegidos que el Padre da al Hijo son preservados por el Hijo. sa es labase de nuestra verdadera seguridad, no nuestra propia habilidad para perseverar.

    Hablamos de la perseverancia de los santos, y creo que los santos de hechoperseveran, pero perseveran porque son preservados por Dios. As que es mejorhablar de la preservacin de los santos que de la perseverancia de los santos.Escuchamos esto en la peticin de Jess al Padre para que guarde a aquellos que lehan sido dados a l.

  • El ordo salutis

    Cuando examinamos ms a fondo la relacin entre eleccin y salvacin, necesitamosinteresarnos en lo que los telogos llaman el ordo salutis o el orden de salvacin.El ordo salutis tiene que ver con el orden en que suceden varios eventos que llevan anuestra redencin, especficamente con el orden lgico ms que con el ordentemporal.

    A continuacin se explica lo que quiero decir con esa distincin. Nosotroscreemos que somos justificados slo por la fe. Pero, durante cunto tiempo somosjustificados despus de que poseamos la verdadera fe salvadora? Cinco segundos,cinco minutos, cinco meses, cinco aos? No, decimos que la justificacin y la fe sonadyacentes con respecto al tiempo. En el mismo momento en que tenemosverdadera fe, en ese mismo instante, Dios nos recibe como personas justificadas.Pero todava decimos que la fe viene antes de la justificacin, incluso aunqueocurran al mismo tiempo. La fe precede a la justificacin en trminos lgicos. Enotras palabras, puesto que nuestra justificacin depende de y descansa en la fe, la fees el prerrequisito, la condicin necesaria que debe estar presente para que lajustificacin tenga lugar. As que la fe es lgicamente necesaria para la justificacin.Precede a la justificacin, no en tiempo, sino en trminos de necesidad lgica. Asque cuando hablemos del orden de salvacin, tenga en cuenta que lo que tenemosen vista son las distinciones con respecto a los prerrequisitos sobre la base de lanecesidad lgica.

    En Romanos 8, tenemos uno de los versculos ms famosos y queridos de todoel Nuevo Testamento: Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas lesayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propsito son llamados (v.28).Observe que esta promesa de que todas las cosas cooperan para bien es paraaquellos que aman a Dios, aquellos que son descritos como los llamados conforme asu propsito.

    se es un tipo especial de llamado. La Biblia habla del llamado del evangelioque sale a todo el mundo lo que llamamos el llamado visible o el llamado externo.No todo el mundo que oye este llamado es salvo. Hablamos tambin del llamadointerno, el llamado de Dios en la persona, en el corazn, que es una obra de Dios elEspritu Santo, y cuyo llamado es efectivo. En este llamado el Espritu Santo abre loscorazones de creyentes, obrando internamente para producir el propsito de Dios.ste es el llamado que Pablo tiene en vista en Romanos 8:28. Todos los elegidosreciben este llamado interno, como queda muy claro en los siguientes versculos.

    Examinemos la primera mitad del versculo 29: Porque a los que antesconoci, tambin los predestin para que fuesen hechos conformes a la imagen desu Hijo. Pablo est hablando aqu acerca de los propsitos de Dios con respecto a lasalvacin, y comienza mencionando la presciencia de Dios. l nos dice que aquellos aquienes Dios conoci anticipadamente, los predestin. Cul fue la meta de esta

  • predestinacin? Fue que aquellos a los que Dios conoci de antemano fuesenhechos conforme a la imagen de Cristo.

    En el versculo 30, encontramos lo que llamamos la cadena de oro: Y a losque predestin, a stos tambin llam; y a los que llam, a stos tambin justific;y a los que justific, a stos tambin glorific. sta es una versin abreviada delorden de salvacin. Hay otros aspectos de la salvacin, adems de los mencionadosaqu; Romanos 8:30 toca los aspectos ms destacados, por as decirlo. Por ejemplo,la santificacin no est en esta lista. Por el contrario, esta lista incluye (volviendoatrs al versculo 29) primero, presciencia; segundo, predestinacin; tercero,llamado; cuarto, justificacin; y quinto, glorificacin.Es muy importante para nuestro entendimiento de la seguridad que captemos loque est ocurriendo en este orden de salvacin. Como seal, Pablo se estrefiriendo a un orden lgico, y empieza con la presciencia. El punto de vista delconocimiento anticipado de la eleccin que mencion anteriormente es popularporque las personas vienen a este texto y dicen: Aj! El primer paso es lapresciencia. Eso significa que la eleccin o predestinacin est basada en algo queDios sabe acerca de la gente por anticipado. Pero el texto no dice eso. De hecho, taly como Pablo expone esto en detalle en Romanos 9, l excluye esta posibilidad.Segn la comprensin reformada de la eleccin, las personas que son elegidas segnlos decretos de Dios no son cifras sin nombre. Para que Dios elija a alguien, l debetener alguna idea de a quin est eligiendo. As que el conocimiento anticipado debepreceder a la predestinacin, porque Dios est predestinando a individuosespecficos a quienes l ama y escoge.

    El siguiente evento lgico es la predestinacin. Pablo nos dice que aquellos aquienes Dios conoci de antemano, tambin los predestin. No est especificadopero s claramente entendido aqu que todos los que estn en la categora de losconocidos de antemano son predestinados. Por supuesto, la presciencia de Dios, engeneral, incluye a todas las personas, no slo a los elegidos. Pero Pablo esthablando aqu acerca del conocimiento anticipado de Dios de sus elegidos. Cmosabemos eso? Porque Pablo declara que todos los que Dios conoce de antemano, enel sentido de que l los conoce anticipadamente aqu, son predestinados, y todos losque son predestinados son llamados, y todos los que son llamados son justificados.ste es el punto crucial. Si todos los que son llamados son justificados, Pablo deninguna manera se puede estar refiriendo al llamado externo. l debe estarhablando del llamado interno, porque todos los que reciben este llamado particularreciben la justificacin, del mismo modo que todos los que son justificados songlorificados.

    As que si quiero saber si voy a ser glorificado esto es, si voy a ser salvo enltimos trminos necesito determinar si soy justificado. Si soy justificado, s quevoy a ser glorificado. En otras palabras, si estoy justificado ahora, no tengo nada dequ preocuparme El que comenz en vosotros la buena obra, la perfeccionarhasta el da de Jesucristo (Filipenses 1:6)

  • El llamado est relacionado con la seguridad

    Dnde encaja el llamado en nuestra seguridad? Dir ms sobre esto en el siguientecaptulo, pero por ahora permtame decir que si el llamado que Pablo menciona enRomanos 8:29-30 hace referencia a la operacin del Espritu Santo en el alma quenos prepara para la fe y la justificacin, y si sabemos que hemos recibido estellamado, sabemos que somos elegidos.

    Pero cmo sabemos si somos llamados? Pablo provee la respuesta en Efesios2:

    Y l os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al prncipe de la potestad del aire, el espritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales tambin todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y ramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los dems. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos am, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con l nos resucit, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jess, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jess. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se glore. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jess para buenas obras, las cuales Dios prepar de antemano para queanduvisemos en ellas. (Efesios 2:1-10, NKJV)

    En este breve resumen, Pablo se est enfocando en la obra del Espritu Santo por la cual nos ha sido dada vida, una obra que entendemos en trminos teolgicos como nuestro nuevo nacimiento o regeneracin. Jess le dijo a Nicodemoque el nuevo nacimiento debe ocurrir antes de que nadie pueda ver el reino, y mucho menos entrar en l (Juan 3:3,5). Y el nuevo nacimiento est ligado a este llamado interno. As como buscamos seguridad, podemos saber que estamos contados entre los elegidos, porque sin la eleccin, esta obra del Espritu Santo nunca habra tenido lugar en nuestras almas.

    As que todos los que son elegidos llegarn a ser, en algn momento de esta vida, regenerados por el Espritu Santo. Del mismo modo, todos los que son regenerados son contados entre los elegidos. As que si puedes estar seguro de tu regeneracin, puedes estar seguro de tu eleccin; y si ests seguro de tu eleccin, puedes estar seguro de tu salvacin.

  • Por tanto, es fundamental que entendamos lo que es la regeneracin. Hay unaconfusin masiva en el mundo cristiano acerca de la naturaleza de este acto del Espritu. Las personas que se llaman a s mismas evanglicas en Amrica creen cosas muy diferentes acerca de lo que le ocurre a una persona cuando el Espritu Santo la regenera de la muerte espiritual a la vida espiritual. Por esa razn tener una sana doctrina de la regeneracin es fundamental para tener una completa seguridad de nuestro estado de gracia y de nuestra relacin con Dios. As que en el ltimo captuloquiero examinar la obra de Dios el Espritu Santo en nuestras vidas como el ms importante fundamento para la genuina seguridad de salvacin.

  • Captulo cinco

    LA FUENTE DE LA COMPLETA

    SEGURIDAD

    Encuestas llevadas a cabo por organizaciones como Gallup o el Barna Grouprutinariamente encuentran que decenas de millones de americanos claman sercristianos nacidos de nuevo. Desafortunadamente, muchas de esas personastienen un lamentable entendimiento de lo que significa ser nacido de nuevo. Si seles pregunta, dirn: Bien, un cristiano nacido de nuevo es alguien que hizo unadecisin de tipo evangelstico o Una persona nacida de nuevo es alguien que hadicho la oracin del pecador. Sin embargo, estas acciones no son verdaderosindicadores de que una persona ha nacido de nuevo; como hemos visto, es posiblehacer una profesin de fe sin ser regenerado.

    Ser nacido de nuevo significa ser cambiado por la operacin sobrenatural delEspritu Santo. Entender esto es fundamental para nuestra seguridad de salvacin.

    En el captulo previo, examinamos Efesios 2, donde vimos un fuerte contrasteentre nuestra experiencia antes y despus de la regeneracin del Espritu Santo.Antes de nuestra regeneracin, nosotros seguimos la corriente de este mundo,conforme al prncipe de la potestad del aire, el espritu que ahora opera en los hijosde desobediencia... haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos (vv. 2-3a, NKJV). Eso describe la vida de la persona cada que no es nacida de nuevo. Perodespus del nuevo nacimiento, ya no somos extranjeros ni advenedizos, sinoconciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios (v. 19, NKJV).

    Qu tiene lugar en la regeneracin? Cul es el cambio que es efectuado porla operacin del Espritu en nuestras almas?

    Parte de la disputa sobre la regeneracin se centra en diferencias en nuestroentendimiento sobre el pecado original. Todos los cristianos profesantes creen quela humanidad experiment algn tipo de cada y que hay algo mal en nuestranaturaleza constitutiva. Todos creemos que somos criaturas corruptas. Pero haydiferencias masivas con respecto al grado de la cada en otras palabras, conrespecto al grado de la corrupcin moral que surgi como resultado de la cada.

    Hay cristianos que creen que, s, el hombre est cado, pero all queda en el

  • alma, tan corrupta como el alma pueda ser, lo que llamo una pequea isla dejusticia que no est afectada por la cada. Desde esta isla de justicia una personatodava tiene el poder de cooperar con la oferta de gracia de Dios antes de que l oella sea regenerada. Sin embargo, no puedo encontrar esta idea en ningn lugar dela Escritura. Cuando leemos la enseanza de la Escritura sobre nuestro estadonatural, vemos descripciones tales como esclavitud de corrupcin (Romanos 8:21),muertos en delitos y pecados (Efesios 2:1), e hijos de ira (Efesios 2:3).Histricamente, la iglesia ha entendido que estas declaraciones significan que lapersona no regenerada tiene una corrupcin moral, una preferencia en contra deDios. Por naturaleza, nos dicen las Escrituras, estamos en enemistad con Dios, y lapalabra enemistad es una descripcin de una actitud hostil. Antes de que seamosregenerados, somos aversos hacia las cosas de Dios. No tenemos afecto genuino porCristo; no hay amor por Dios en nuestros corazones.

    Cmo, entonces, podemos saber que somos regenerados?

  • Amas a Jess?

    A un nivel prctico, las personas que estn luchando con su seguridad de salvacin amenudo se me acercan y preguntan, Cmo puedo saber que soy salvo?. Enrespuesta, les hago tres preguntas.

    Primero pregunto; Amas a Jess de manera perfecta? Cada persona a laque he hecho esa pregunta ha respondido con franqueza, No, no lo hago. Es poreso que no estn seguros del estado de sus almas; saben que hay deficiencias en suafecto por Cristo, porque saben que si amaran a Cristo de forma perfecta, leobedeceran perfectamente. Jess dijo, Si me amis, guardaris mismandamientos (Juan 14:15). As que tan pronto como desobedecemos uno de susmandamientos, eso es una seal para nosotros de que no lo amamosperfectamente.

    Segundo, cuando una persona admite que no ama a Jess perfectamente,pregunto, Le amas tanto como deberas? La persona usualmente me dedica unamirada rara y dice, Bueno, no, por supuesto, no lo hago. As es, si la respuesta a laprimera pregunta es no, la respuesta a la segunda pregunta debe ser no, porque sesupone que deberamos amarlo perfectamente, pero no lo hacemos. Ah reside latensin que experimentamos acerca de nuestra salvacin.

    Tercero, pregunto, Bien, amas a Jess lo ms mnimo? Antes de que lapersona responda, usualmente aado que estoy preguntando acerca de su amor porel Cristo bblico, el Cristo a quien podemos encontrar en las pginas de la SagradaBiblia. Por qu digo eso?Muchos aos atrs, ense en el Instituto Vida Joven en Colorado Springs, Colorado,e hice mucho trabajo en aquellos das con y para Vida Joven. Cuando estabaentrenando al personal en Colorado, dije: Permntanme advertirles acerca de unserio peligro de este ministerio. No conozco personalmente de ningn ministeriopara la gente joven en el mundo que sea ms efectivo que Vida Joven acercndose alos chicos, involucrndose en sus asuntos, involucrndose en sus problemas,ministrando a los chicos donde estn, y sabiendo cmo hacer que respondan. sa esla mayor fortaleza de esta organizacin y es tambin vuestra mayor debilidad.Porque Vida Joven, como ministerio, hace el cristianismo tan atractivo a los chicos,que sera fcil para los chicos ser convertidos a Vida Joven sin haber sido nuncaconvertidos a Cristo.

    Exactamente del mismo modo, es posible amar a una caricatura de Jess envez de a Jess mismo. As que cuando pregunto a las personas Amas a Jess loms mnimo? no estoy preguntando si aman a un Cristo que es un hroe para loschicos o a un Cristo que es un buen maestro de moralidad. Estoy preguntando siaman al Cristo que aparece en la Escritura.

    Ahora si alguien puede decir S a esa tercera pregunta, ah es donde entra lateologa. Considera esta pregunta: Es posible para una persona no regenerada

  • tener algn verdadero afecto por Cristo? Mi respuesta es no; el afecto por Cristo esun resultado de la obra del Espritu. De eso precisamente trata la regeneracin, quees lo que el Espritu hace al dar vida. Dios el Espritu Santo cambia la disposicin denuestras almas y la inclinacin de nuestros corazones. Antes de la regeneracin,somos fros, hostiles, o indiferentes (que es la peor clase de hostilidad) a las cosas deDios, no teniendo un sincero afecto por l, porque estamos en la carne, y la carne noama las cosas de Dios. El amor por Dios es despertado por el poder regenerador delEspritu Santo, quien derrama el amor de Dios en nuestros corazones (Romanos 5:5).

    As que si una persona puede responder S cuando le pregunto si tiene unafecto por Cristo, incluso aunque puede que no ame a Jess tanto como debera (esdecir, perfectamente), eso me asegura que el Espritu ha hecho esta obratransformadora en su alma. Esto es as porque no tenemos el poder en nuestracarne de hacer aparecer de la nada ningn verdadero afecto por Cristo.

  • Un falso punto de vista de la regeneracin

    Existen puntos de vista de la regeneracin ah fuera que no te darn ese clase deseguridad. Uno de los puntos de vista de la regeneracin ms populares en el mundoevanglico actual sostiene que en la regeneracin el Espritu Santo simplementeviene a tu vida; l pasa a morar en ti. Pero incluso despus de la regeneracin (deacuerdo a esta visin), t tienes que responder al Espritu, cooperar con l y ponerlea cargo de tu vida, porque es posible para ti ser regenerado, que el Espritu Santohaya pasado a morar en ti, y sin embargo todava nunca haber producido ningnfruto de obediencia. Puedes llegar a ser lo que algunos llaman un cristiano carnal.

    Cuando el Nuevo Testamento usa la palabra carnal, significa que empezamossiendo meramente carnales. Cuando estamos en la carne, el Espritu Santo cambia ladisposicin de nuestros corazones. l no aniquila inmediatamente la carne; ladimensin carnal todava nos hace la guerra. La carne batalla contra el Espritu a lolargo de toda la vida cristiana, y hay momentos en los que somos ms o menoscarnales (Glatas 5:17). No hay ninguna controversia sobre esto. Sin embargo,algunos usan el trmino cristiano carnal para describir a una persona quepermanece inalterada por la presencia del Espritu Santo. Cuando el trmino esusado de esta manera, no describe a un cristiano sino a una persona no regenerada.

    As que rechazo este punto de vista de la regeneracin sin pensarlo dos vecesya que no conlleva regeneracin en absoluto, porque aunque el Espritusupuestamente entra en la vida de la persona, no produce una obra de graciasobrenatural que cambia la inclinacin y disposicin del alma. La personapermanece igual en su alma a como era antes de que el Espritu viniese. Esfundamental entencer que la regeneracin es algo que el Espritu Santo hace quereal y verdaderamente cambia a una persona; cambia la misma disposicin de sualma. Si una persona es verdaderamente regenerada y manifiesta fe, es imposiblepara esa persona no producir alguna medida de obediencia.

  • La arras del Espritu

    Hemos visto que la regeneracin es la obra del Espritu Santo por la cual lainclinacin del alma es cambiada. Pero no slo nos cambia el Espritu a travs de laregeneracin. l hace otras cosas que son importantes para nuestra seguridad desalvacin. Segunda de Corintios 5:1-5 dice:

    Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernculo, sedeshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos,eterna, en los cielos. Y por esto tambin gemimos, deseando ser revestidosde aquella nuestra habitacin celestial; pues as seremos hallados vestidos, yno desnudos. Porque asimismo los que estamos en este tabernculo gemimoscon angustia; porque no quisiramos ser desnudados, sino revestidos, paraque lo mortal sea absorbido por la vida. Mas el que nos hizo para esto mismoes Dios, quien nos ha dado las arras del Espritu.

    Otras traducciones de la Biblia traducen la palabra garanta como arras. Ellenguaje aqu proviene del mundo comercial de los antiguos griegos. Hoy, casi elnico momento en que omos la palabra arras usada como sustantivo es en elmbito inmobiliario. Si ests interesado en comprar una casa y quieres firmar elcontrato inicial para que los vendedores retiren la casa del mercado, te pedirn quedes lo que algunos llaman dinero de arras. Ellos no quieren hacer acuerdos congente que simplemente est jugando con la idea de comprar una casa; quieren genteque sea arras sobre esto en otras palabras, gente que sea seria sobre esto. Laidea en 2 Corintios 5:5 es que el Espritu, cuando nos regenera, no slo cambia ladisposicin de nuestros corazones y la inclinacin de nuestras almas, l llega a serpara nosotros las arras, o la garanta, del pago completo y final.

    Cuando compro algo a plazos, tengo que entregar un anticipo. Ahora sabemosque hay mucha gente que celebra contratos, hace unos pocos pagos, y luego falta ala palabra dada. A veces la casa de una persona es embargada o su coche es retiradoporque falla al guardar los trminos de un contrato. Con el anticipo, promete pagarel importe total, pero la gente no siempre lo logra. Sin embargo, cuando Diosentrega un anticipo de algo, ese anticipo es su palabra. Es su promesa de que l, dehecho, pagar el importe total. ste es el lenguaje que Pablo est usando cuandodice que cuando somos nacidos del Espritu, no slo el Espritu cambia nuestroscorazones, nuestras almas, y nuestras voluntades, sino que l nos da la promesa lagaranta de que la totalidad de nuestra salvacin ser obtenida.

    Las personas pasan por alto este hecho cuando dicen, Bueno, yo podra sersalvo hoy, pero maana podra perderlo. Esto ignora la verdad bblica de que Diostermina lo que comienza. Cuando l entrega un anticipo, el resto ser pagado garantizado. sta es una base firme para nuestra seguridad.

  • El sello de Dios el Rey

    Tomemos otro ejemplo, esta vez de 2 Corintios 1:

    Con esta confianza quise ir primero a vosotros, para que tuvieseis unasegunda gracia, y por vosotros pasar a Macedonia, y desde Macedonia venirotra vez a vosotros, y ser encaminado por vosotros a Judea. As que, alproponerme esto, us quiz de ligereza? O lo que pienso hacer, lo piensosegn la carne, para que haya en m S y No? Mas, como Dios es fiel, nuestrapalabra a vosotros no es S y No. Porque el Hijo de Dios, Jesucristo, que entrevosotros ha sido predicado por nosotros, por m, Silvano y Timoteo, no hasido S y No; mas ha sido S en l; porque todas las promesas de Dios son en lS, y en l Amn, por medio de nosotros, para la gloria de Dios.

    Qu est diciendo Pablo aqu? Simplemente que Dios no vacila en suspromesas. l no dice S y No. Todas sus promesas, nos dice el apstol, estnfirmemente establecidas por el carcter divino, que est marcado por la fidelidad.

    Luego Pablo contina para decir, Y el que nos confirma con vosotros enCristo, y el que nos ungi, es Dios, el cual tambin nos ha sellado, y nos ha dado lasarras del Espritu en nuestros corazones. (2 Corintios 1:21-22). Aqu est de nuevo la garanta del Espritu. Pero no slo tenemos la garanta o las arras del Espritu,nosotros tambin, nos dice Pablo y repite esta idea ms tarde en Efesios estamossellados por el Espritu Santo. La palabra griega para sello es sphragis.

    Tal vez has visto pelculas de la Edad Media que muestran las diferentescostumbres de los monarcas. Cuando un rey mandaba un decreto para ser publicadoen los pueblos, un sello de cera era pegado al anuncio. Ese sello era la seal del rey,que estaba basada en su anillo de sello. Grabada en el interior de su anillo de sellohaba una cierta figura o forma que contena la seal de su firma. As que si undocumento, un anuncio, o un edicto contena el sello de cera del anillo de sello delrey, eso era testimonio irrefutable de su autenticidad. Pablo nos dice aqu en 2Corintios que el Rey del universo coloca su marca indeleble en el alma de cada unode los suyos. l no slo nos da una garanta invulnerable, nos sella para el da de laredencin.

  • El testimonio interno del Espritu Santo

    Finalmente, en Romanos 8, leemos estas alentadoras palabras:

    Porque todos los que son guiados por el Espritu de Dios, estos son hijos deDios. Pues no habis recibido el espritu de esclavitud para estar otra vez entemor, sino que habis recibido el espritu de adopcin, por el cualclamamos: Abba, Padre! El Espritu mismo da testimonio a nuestro espritu,de que somos hijos de Dios. Y si hijos, tambin herederos; herederos de Diosy coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con l, para quejuntamente con l seamos glorificados. (Romanos 8:14-17, NKJV)

    Mientras estudiamos nuestras vidas y corazones, el fruto del Espritu (Glatas5:22-24), y la medida de cambio en nuestras vidas, debemos ser honestos ennuestra evaluacin de lo que est pasando dentro de nosotros y a travs denosotros. Pero en ltima instancia, la base slida de nuestra seguridad de salvacinviene del testimonio interno del Espritu Santo porque l trae testimonio a nuestrosespritus (dentro de nosotros) de que somos hijos de Dios.

    Cmo sabemos que este testimonio a nuestros espritus viene del EsprituSanto y no de un espritu maligno? Cmo confirma el Espritu Santo en nuestroscorazones que somos hijos de Dios? El Espritu trae testimonio a nuestros espritus atravs de la Palabra. Cuanto ms nos alejemos de la Palabra, menos seguridadexperimentaremos en esta vida. Mientras ms estemos en la Palabra de Dios, ms elEspritu que inspir la Palabra y que la ilumina para nosotros usar la Palabra paraconfirmar en nuestras almas que somos verdaderamente suyos, que ciertamenteestamos entre los hijos de Dios.

  • Sobre el autor

    El Dr. R.C. Sproul es el fundador y presidente de Ministerios Ligonier, un ministeriointernacional multimedia con sede en Lake Mary, Florida. Tambin sirve comoministro principal de predicacin y enseanza en St. Andrew's en Sandford, Florida, ycomo rector de la Academia de Estudios Bblicos y Teolgicos Ligonier y suenseanza puede ser escuchada alrededor del mundo en el programa de radio diarioRenovando Tu Mente.

    A lo largo de su distinguida carrera acadmica, el Dr. Sproul ayud a entrenar ahombres para el ministerio en diversos seminarios teolgicos destacados.

    Es el autor de ms de setenta libros, incluyendo La Santidad de Dios, Elegidopor Dios, La Mano Invisible, Sla Fe, Un Anticipo del Cielo, Verdades queConfesamos, La Verdad de la Cruz, y La Oracin del Seor. Tambin sirvi comoeditor general de la Biblia de Estudio de la Reforma y ha escrito diversos libros paranios, incluyendo La Copa de Veneno del Prncipe.

    El Dr. Sproul y su esposa, Vesta, residen en Longwood, Florida.

    NDICECaptulo unoSeor, SeorUna doctrina controvertidaLa parbola del sembradorLa necesidad de fruto

    Captulo dosGente que es salva y lo sabeGente que es salva pero no lo sabeGente que no es salva y lo sabeGente que no es salva pero no lo sabe

    Captulo tresUniversalismoLegalismoSacerdotalismo

    Captulo cuatroEl mandamiento de buscar seguridadEl punto de vista presciente de la eleccinEl ordo salutisEl llamado est relacionado con la seguridad

    Captulo cincoAmas a Jess?Un falso punto de vista de la regeneracinLa arras del EsprituEl sello de Dios el ReyEl testimonio interno del Espritu Santo