Que los sordos dejen de hacerse los sordos, que se limpien los oídos y salgan a las plazas y caminos, que se atrevan a oír lo que tienen que oír: el grito y el llanto, la súplica y el silencio de todos los que ya no aguantan. Que los mudos tomen la palabra y hablen clara y libremente en esta sociedad confusa y cerrada, que se quiten miedos y mordazas y se atrevan a pronunciar las palabras que todos tienen derecho a oír: las que nombran, se entienden y no engañan. ¡Danos oídos atentos y lenguas desatadas! Que nadie deje de oír el clamor de los acallados, ni se quede sin palabra ante tantos enmudecidos. Sed tímpanos que se conmuevan para los que no oyen. Palabras vivas para los que no hablan. Micrófonos y altavoces sin trabas ni filtros para pronunciar la vida, para escuchar la vida y acogerla. ¡Que los sordos oigan y los mudos hablen! Que se rompan las barreras de la incomunicación humana en personas, familias, pueblos y culturas. Que todos tengamos voz cercana y clara y seamos oyentes de la Palabra en las palabras. Que construyamos redes firmes para el diálogo, el encuentro y el crecimiento en diversidad y tolerancia. Que se nos destrabe la lengua y salga de la boca la Palabra inspirada. Que se nos abran los oídos para recibir la Palabra salvadora, ya pronunciada, en lo más hondo de nuestras entrañas. Que se haga el milagro en los sentidos de nuestra condición humana para recobrar la dignidad y la esperanza. Para el grito y la plegaria, para el canto y la alabanza, para la música y el silencio, para el monólogo y el diálogo, para la brisa y el viento, para escuchar y pronunciar tus palabras, aquí y ahora, en esta sociedad incomunicada. Tú que haces oír a sordos y hablar a mudos... ¡Danos oídos atentos y lenguas desatadas!

F. Ulibarri. Plegarias

HORARIO DE VERANO Hasta el 30 de septiembre: Misa vespertina, a las 20:00h.

Lunes, 10: 19:30h. Comisión 70º Aniversario. Martes, 11: 17:00h. Reunión Cofradía del Carmen. 18:00h. Equipo de CARITAS. Miércoles, 12: 19:30h. Grupo R. Carismática.

Jueves, 13: 21:00h. Mesa de Juventud.

Domingo, 16: Eucaristías: 11:00 y 12:30h.

Día 18 19:30h CONSEJO DE PASTORAL PARROQUIAL

“Aprendamos a agradecer a los amigos por su amistad, cariño, confianza y sobre todo su tiempo que invierten en nosotros; los amigos son siempre dones de Dios. Papa Francisco.

En Despacho: FICHAS INSCRIPCION CATEQUESIS. Todos los niveles. Fichas de VOLUNTARIOS Otras actividades.

XXIII SEMANA TIEMPO ORDINARIO Lunes, 10 – Nª Sra. de las Maravillas, Nicolás, Btos. Alfonso y Alonso; Btos.

Francisco Gárate y Jacinto Orfanell.

1Cor 5, 1-8 – Sal 5 – Lucas 6, 6-11

Martes, 11 – Félix y Régula, Juan Gabriel Perboye, Bto. Buentaventura.

1Cor 6, 1-11 – Sal 149 – Lucas 6, 12-19

Miércoles,12– Dulce Nombre de María. Nª Sra. del Henar, de Fuensanta, Guido, Sara, Sito, Macedonio.

1Cor 7, 25-31 – Sal 44 – Lucas 6, 20-26 Jueves, 13 – Juan Crisóstomo, Nª Sra. de Valvanera, Materno, Tobías y Tobit.

1Cor 8.1b-7.11-13 – Sal 138 – Lucas 6, 27.38

Viernes, 14 – Exaltación de la Santa Cruz. Cruz, Crescenciano, Salustia, Víctor.

Núm 21, 4b-9 (o bien Flp 2,6-11) – Sal 77 – Juan 3, 13-17

Sábado, 15 – Virgen María de los Dolores. Nª Sra. del Camino, Catalina, Nicomedes.

1Cor 10, 14-22 – Sal 115 – Juan 19, 26-27 (o bien Lucas 2, 33-35)

Abre tus ojos y ve que Dios no está solamente en ti. Dios está donde el labrador cava la tierra dura, donde el picapedrero pica la piedra. Está en ellos, en el sol y en la lluvia, lleno de polvo su traje. ¡Quítate esa túnica y baja con tu Dios al terruño polvoriento! ¿Qué importa que tus ropas se manchen y se llenen de andrajos? ¡Ve a su encuentro, ponte a su lado y trabaja! Que sude tu frente.

R. Tagore

70º ANIVERSARIO

Las Matas. Madrid - Año XV - nº 957

DOMINGO XXIII T.O. CICLO B – 9 septiembre 2018

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Lectura del Libro del profeta Isaías 35, 4-7 Decid a los inquietos: «Sed fuertes, no temáis. ¡He aquí vuestro Dios! Llega el desquite la retribución de Dios. Viene en persona y os salvará». Entonces se despegarán los ojos del ciego, los oídos de los sordos se abrirán; entonces saltará el cojo como un ciervo y cantará la lengua del mudo, porque han brotado aguas en el desierto y corrientes en la estepa. El páramo se convertirá en estanque, el suelo sediento en manantial. Palabra de Dios

Salmo responsorial. Salmo 145 R/. ALABA, ALMA MÍA, AL SEÑOR El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos. El Señor liberta a los cautivos. R/ El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos. R/ Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sion, de edad en edad. R/

Lectura de la carta del apóstol Santiago 2, 1-5 Hermanos míos: No mezcléis la fe en nuestro Señor Jesucristo glorioso con la acepción de personas. Suponed que en vuestra asamblea entra un hombre con sortija de oro y traje lujoso, y entra también un pobre con traje mugriento; si vosotros atendéis al que lleva el traje de lujo y le decís: «Tú siéntate aquí cómodamente» y al pobre le decís: «Tú quédate ahí de pie o «siéntate en el suelo a mis pies», ¿no estáis haciendo discriminaciones entre vosotros y convirtiéndoos en jueces de criterios inicuos? Escuchad, mis queridos hermanos: ¿acaso no eligió Dios a los pobres del mundo según el mundo como ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que lo aman? Palabra de Dios

+ Lectura del santo evangelio según san Marcos 7, 31-37 En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga la mano. Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: «Effetá» (esto es “ábrete”). Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: «Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos». Palabra del Señor

… es necesario no sólo oír, sino escuchar; no sólo ver, sino entender; no

sólo hablar, sino comunicar (J. Prat)

En este domingo se nos ofrece una nueva oportunidad. Escuchando su Palabra de Vida se nos está invitando a algo nuevo, incluso inaudito; una invitación cargada de esperanza y de vida. Toda la liturgia de hoy está anunciando esta novedad. La “palabra mágica” puede ser el “ÁBRETE” del evangelio, expresado de forma diversa en las demás lecturas. Es todo un símbolo para este nuestro mundo tan encerrado en sí mismo. Este Evangelio ofrece una escena en la que Jesús desborda su bondad. No es su omnipotencia divina lo que aquí destaca, sino su pura bondad, capaz de sanar a aquel hombre impedido para la plena participación en la vida de la comunidad.

La acción de curación de Jesús a la persona que padece sordera y dificultad de habla tiene gran fuerza simbólica. Primero, porque es la realización de las promesas del Dios de Israel. La llegada de Dios, que “viene en persona” es un signo más de que el Mesías esperado ha llegado. Pero además, nos habla de la fuerza transformadora de Dios, de tal modo que se hace inequívocamente audible y presente a quien o no quiere o no puede escuchar su Palabra, incluso en una geografía gentil como es la Decápolis. Los gentiles quedan habilitados para acoger la Palabra de Dios. Cualidad de escucha, por cierto, que no se les supone ni a los propios discípulos. El evangelio de Marcos intenta abrir los oídos y los ojos para que todos comprendan que con Jesús irrumpe definitivamente el Reinado de Dios en la historia. Si miramos las reacciones de los testigos de la curación, encontramos el reconocimiento propio de quien ha sido convencido y, fruto de la experiencia de lo que han visto, empiezan a pregonarlo. Este dinamismo comunicativo, a partir del encuentro sanador de Dios, es el que también acontece en la propia persona sordomuda: Jesús le soltó el impedimento del habla. La cultura en que vivimos no favorece la escucha de Dios, el encuentro con Él. Por un lado porque excesivamente centrada en el propio individuo, se cierra al diálogo con un Tú que es totalmente Otro. Por otro lado, porque parecemos saturados; parece que no hay lugar para captar la sintonía en que nos habla el propio Dios. Si, en una cultura autorreferencial e hipertecnológica se nos embotan los sentidos para ver más allá del interés propio, más allá de lo material; parece que se nos esclerotiza la capacidad para vivir religiosamente lo profano, para leer en creyente la realidad. En muchas ocasiones podemos tener la impresión de que estamos sordos para entender la realidad que está en la base del cristianismo y que lleva al compromiso con todos los hombres, para percibir con claridad que Dios oye, hoy como ayer, las quejas de los que están injustamente tratados; podemos parecer crueles y dar la sensación de que no hemos oído nada de lo que se dice a nuestro alrededor. Tenemos tantos y tantos tapones obstaculizando nuestra audición para recibir su doctrina que resulta urgente acudir a El para obtener el mismo resultado que la figura del Evangelio de hoy; porque el resultado práctico de tanto obstáculo como hay en el mundo está a la vista: la incomprensión, la violencia, la intolerancia, la infidelidad, el egoísmo, la vanidad, la soberbia, la muerte… Si vivimos ajenos al mensaje de Jesús, si no entendemos su proyecto ni captamos su amor a los que sufren, nos encerraremos en nuestros problemas y no escuchamos los de la gente, ni entenderemos lo que quieren, cuáles son sus alegrías y sus tristezas, sus aspiraciones y sus desengaños… no sabremos anunciar ninguna noticia buena o deformaremos su mensaje. El Dios que viene en persona sigue ofreciendo signos y emitiendo señales en nuestro mundo de hoy. Donde hay caridad, allí está Dios; donde hay apesadumbrados dispuestos a ponerse en pie; donde se sostiene la mirada del inmigrante que clama acogida y asilo, etc. ¡Hay tantos signos de Dios! Nuestro grito a Cristo debe pedir que suelte la traba de nuestra lengua para que podamos hablar con los hombres y que se abran nuestros oídos y nuestro corazón al encuentro inesperado con el Señor.