4

Click here to load reader

7º domingo t.o. b

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: 7º domingo t.o. b

1

1. MONICIÓN DE ENTRADA Sed todos bienvenidos a la Eucaristía, invitados por nuestro hermano Jesús. En este domingo vamos a asistir a un ejemplo grande de fe. En efecto, cuatro hombres, abren el techo de la casa donde se encontraba Jesús y hacen bajar una camilla con un paralítico. El Señor, conmovido por tanta fe –la de los camilleros y la del paralítico-, le cura y le perdona los pecados. Poco importa lo que digan los “buenos” de siempre… Es una bella escena de amor y de fe. Hemos de pensar que también nosotros nos encontramos paralíticos, inmovilizados por nuestro egoísmo y nuestra mentira, por nuestros odios y venganzas que nos impiden caminar como personas libres; estamos atados, amarrados, imposibilitados para caminar en libertad. ¿Qué parálisis es la que me afecta en este momento? ¿Qué muletas o qué camilla tengo que dejar para poder ser libre? Siempre necesitaré “camilleros”, personas que me acompañen, que me enseñen a andar y a mantenerme libre. Seguro que muchas personas en mi vida han hecho de camilleros y me han ayudado a ser persona, a ser bueno y estar bien, pero los he ido arrojando de mi vida, lo que hace que me he quedado solo. Pero no te preocupes, que siempre tendrás a tu lado un camillero o un cirineo que te ayudará llevar tu cruz.

2. PETICIONES DE PERDÓN

• Señor, tú cargaste con nuestros pecados para reconciliarnos contigo y también unos con otros, pero con frecuencia encarcelamos a los hermanos en sus fracasos. Señor, ten piedad de nosotros.

• Cristo Jesús, tú estás atento a cada señal de dolor y de conversión, pero nosotros condenamos

fácilmente y cedemos a la venganza. Cristo, ten piedad de nosotros.

• Señor, tú quieres marchar con nosotros por nuevos caminos de libertad y esperanza, pero nosotros

rehusamos pronunciar la palabra liberadora que restaura a las personas. Señor, ten piedad de nosotros.

3. ORACIÓN

Dios de amor y compasión: Tú no te dejas llevar por la ira, eres rico en misericordia. ¿Quién puede perdonar como tú, de todo corazón y para siempre? Cuando nos arrepentimos, tú no recuerdas ya nuestros pecados, sino solamente las cosas buenas que hemos hecho.

Humildes y avergonzados te pedimos: tócanos con tu mano sanadora, libéranos de las prisiones que nosotros mismos nos hemos montado, y concédenos la alegría y libertad que nos trajo Jesucristo, tu Hijo y nuestro hermano. Que vive y reina…

7º DOMINGO DEL T.O. 19 de febrero de 2012

Page 2: 7º domingo t.o. b

2

4. PALABRA DE DIOS QUE NOS LIBERA

PRIMERA LECTURA

• Comentario La profecía de Isaías es un mensaje de esperanza sobre la generosidad de Dios, que se adelanta incluso a los sentimientos nobles de los hombres de buena voluntad. También, como no, al arrepentimiento de los pecadores, poniéndoles en línea a recuperar su amistad. LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 43, 18-19. 21-22. 24b-25

Esto dice el Señor: No recordéis lo de antaño, no penséis en lo antiguo; mirad que realizo algo nuevo; ya está brotando, ¿no lo notáis? Abriré un camino por el desierto, ríos en el yermo, para apagar la sed del pueblo que yo formé, para que proclamara mi alianza. Pero tú no me invocabas, Jacob; no te esforzabas por mí, Israel; no me saciabas con la grasa de tus sacrificios; pero me avasallabas con tus pecados, y me cansabas con tus culpas. Yo, yo era quien por mi cuenta borraba tus crímenes y no me acordaba de tus pecados. Palabra de Dios. SALMO RESPONSORIAL (SALMO 40 )

R.- SÁNAME, SEÑOR, PORQUE HE PECADO CONTRA TI. Dichoso el que cuida del pobre y desvalido; en el día aciago lo pondrá a salvo el Señor. El Señor lo guarda y lo conserva en vida, para que sea dichoso en la tierra, y no lo entrega a la saña de sus enemigos. R.- El Señor lo sostendrá en el lecho

del dolor, calmará los dolores de su enfermedad. Yo dije: “Señor, ten misericordia, sáname, porque he pecado contra ti”. R.- A mí, en cambio, me conservas la salud, me mantienes siempre en tu presencia. Bendito el Señor, Dios de Israel, ahora, y por siempre. Amén. Amén. R.-

SEGUNDA LECTURA

• Comentario Comenzamos hoy la lectura de la Segunda Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios. Esta carta, es un ejercicio de sinceridad total por parte de Pablo y una de las más llamativas de las escritas por el Apóstol. LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 1, 18-22 Hermanos: ¡Dios me es testigo! La palabra que os dirigimos no fue primero “sí” y luego “no”. Cristo Jesús, el Hijo de Dios, el que Silvano, Timoteo y yo os hemos anunciado, no fue primero “sí” y luego “no”; en él todo se ha convertido en un “sí”; en él todas las promesas han recibido un “sí”. Y por él podemos responder: “Amén” a Dios, para gloria suya. Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros. Él nos ha ungido. Él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu. Palabra de Dios. EVANGELIO

• Comentario San Marcos nos narra el último de los milagros de Jesús de los que hemos ido escuchando en los domingos anteriores y que es una formidable catequesis bautismal para todos aquellos que deseaban acercarse al seguimiento de Jesús. Lo importante de la curación del paralítico es su salvación integral que beneficia alma y cuerpo y por la cual sus males físicos y sus pecados desaparecen. Y eso hemos de tenerlo en cuenta nosotros, aquí y ahora: la medicina que nos ofrece Jesús en la Eucaristía nos sana del todo. LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 2, 1- 12 Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaúm, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la Palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico, y como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y

Page 3: 7º domingo t.o. b

3

descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: Hijo, tus pecados quedan perdonados. Unos letrados, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: ¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios? Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: ¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar?” Pues, para- que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados... Entonces le dijo al paralítico: Contigo hablo. Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa. Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: Nunca hemos visto una cosa igual. Palabra de Dios.

Reflexión.- El misterio de la persona de Jesús sigue desvelándose, esta vez de nuevo en Cafarnaún. Sus palabras y sus signos no sólo alcanzan la admiración del pueblo, también provocan rechazo por parte de los maestros de la ley y los fariseos. En el pasaje de hoy ponen en duda la autoridad y las pretensiones de Jesús. Empieza a perfilarse el conflicto que le llevará a la muerte. El mensaje del evangelio está en el centro del relato; es una de las llamadas controversias o disputas de Jesús con sus adversarios. El tema es amplio: la parálisis es consecuencia del pecado, dicen los rabinos, y quien puede perdonar y curar es Dios; y ellos son los autorizados para hablar y actuar en nombre de Dios. Jesús, sin pertenecer a su grupo, se arrogó ese poder. Después de ese diálogo entre Jesús y los letrados, Marcos dirige nuestra atención hacia el paralítico y sus cuatro amigos representantes de una humanidad “paralítica” que busca ansiosamente al Dios misericordioso del que habla y en nombre del cual actúa Jesús. Dicha forma de actuar revela quién es. Las curaciones en las que se hace presente el Reino de Dios son, en el fondo, manifestaciones de Jesús. Sus adversarios lo entienden así y por eso le piden explicaciones. Todo el evangelio de Marcos está centrado en este objetivo: mostrar quien es Jesús. Pero, al contrario de lo que haríamos nosotros, Marcos no responde a esta pregunta de forma teórica, sino relatando gestos y acciones de Jesús que llevan al lector a descubrir el auténtico rostro del Maestro. Este descubrimiento es una tarea que lleva toda la vida. Finalmente pensemos que no podemos considerar este pasaje sólo como algo del pasado, sin relación con nuestra realidad actual. Hoy seguimos viendo personas que sufren, pasan hambre, están encarceladas. Son personas que necesitan de nuestra cercanía y ayuda para su liberación interior. Por eso es necesario que la Palabra se haga carne en esta realidad de dolor, sufrimiento y cárcel que está a nuestro alrededor. Quedémonos con unos últimos detalles del Evangelio. Los portadores de la camilla en el pasaje recuerdan a las personas que son mediadoras, que nos llevan a Dios. ¿Cómo llevamos a los paralíticos de hoy ante el Señor? ¿Cómo ser sanadores hoy aquí en la prisión? Otro de los detalles es ver a Jesús que perdona y cura al paralítico: ¿Cuáles son las parálisis que me impiden levantarme? ¿Y las parálisis que no dejan caminar a nuestro mundo? ¿Cómo podemos comprometernos desde la prisión? LA FE DE UN ENFERMO Y DE CUATRO VOLUNTARIOS En el milagro del paralítico hay muchos aspectos emocionantes. Fe. Es solidaria, compartida y comprometida. Nos sorprende, sobre todo. la fe de los voluntarios: «Viendo Jesús la fe que tenían». Nos hubiera gustado conocer sus nombres porque son un modelo de voluntariado creyente. Humildad. No van en plan protagonista, sólo están al servicio del enfermo. Muchos se reirían de ellos y los tildarían de locos. Valentía. Saltan sobre las dificultades. Si se cierra una puerta. se abre una ventana. aunque sea en el tejado. Creatividad. La fe mueve montañas y tejados: a la caridad siempre se le ocurren cosas. Al final, visto el éxito de su tarea, seguro que recibirían un buen aplauso generalizado, menos los viejos de siempre. Pero el

Page 4: 7º domingo t.o. b

4

que sí aplaudió intensamente con fuerza fue Jesús. La respuesta de Jesús Los admira por la fe que manifiestan. Se dirige al paralítico con palabras de cariño: «Hijo». Su mirada de amor lo traspasa y quema su vieja vida: «Tus pecados están perdonados». Reacciona contra los letrados, allí sentados. No iban a escuchar, sino a juzgar, como el hermano mayor del hijo pródigo. Ni a éste ni a los letrados les salían las cuentas. ¿Qué ofrendas, abluciones y sacrificios han hecho para que se les perdonen los pecados? Piensan también que Jesús es un blasfemo porque se arroga un poder divino. Pero Jesús mira hacia delante. Y dijo al paralítico: ¡Levántate! Sé libre. Ve a casa... Y si te encuentras con algún otro paralítico, préstale tus brazos, carga con él, y en el camino te acercas a su oído y le hablas de mí y de estas cosas. Cuerpos y almas Las enfermedades están más unidas de lo que parecen. Nuestras almas y nuestros cuerpos no están tan separados como decía Platón. A veces hemos pecado de reduccionismo, al intentar salvar «las almas». Todo buen misionero y todo buen voluntario saben que también hay que salvar los cuerpos, como hizo Jesús. Al que está hambriento, dale primero el pan de la vida corporal, después le ofreces el Pan de la Vida en plenitud. Al que es analfabeto, enséñale primero las palabras humanas, después le hablas con Pasión de la Palabra que es Cristo. O quizá las dos cosas al mismo tiempo. Pero lo primero es que el hombre viva y después que viva con plenitud.

5. QUIERO ANDAR, SEÑOR

Por las sendas del bien y descubrirte junto a mí Por la línea de la verdad y saber que Tú eres la Verdad. QUIERO ANDAR, SEÑOR Libremente y con paz Con alegría y en hermandad De pie y con la cabeza bien alta. QUIERO ANDAR, SEÑOR

Empujado con el viento de la fe Arropado con la brisa de la esperanza Apoyado en el bastón de la caridad. QUIERO ANDAR, SEÑOR Con la tranquilidad de tu perdón Con la respuesta de mi fe Siempre, en mis caminos, contigo como amigo Amen

DIEZ PETICIONES DE SEMEJANZA DE JESÚS

Jesús, haz mi corazón semejante al tuyo: -Hazlo limpio, como el tuyo, para que pueda verte. -Hazlo humilde, como el tuyo, para que pueda servirte. -Hazlo paciente, como el tuyo, para que pueda padecer-contigo. -Hazlo misericordioso, como el tuyo, para que pueda padecer-con-los hermanos. -Hazlo generoso, como el tuyo, para que aprenda a dar. -Hazlo confiado, como el tuyo, para que aprenda a ser niño. -Hazlo alegre, como el tuyo, para que sepa consolar. -Hazlo fuerte, como el tuyo, para que pueda luchar y resistir.

-Hazlo encendido, como el tuyo, para que pueda superar la noche y el frío. -Hazlo grande, como el tuyo, para que pueda amar.