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los paradigmas y viciones geograficas de khun y otros autores
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REVOLUCIONES Y PARADIGMAS
Entre las reflexiones sobre la ciencia, alcanza especial
importancia la de Thomas S. Kuhn (n. 1922), especialmente en
La estructura de las revoluciones científicas (1962, trad. 1972):
frente a la imagen habitual del desarrollo de la ciencia como un
despliegue rectilíneo, no sólo uniformemente enriquecedor sino
infalible en la necesidad lógica de su marcha, la ciencia
atravesaría “revoluciones” en que los supuestos teóricos de una
época, sus “paradigmas”, al irse quedando cada vez
insuficientes, serían desplazados globalmente por otro sistema
de conceptos e hipótesis, con caracteres de novedad creativa,
imprevisible desde el estadio anterior.
Entonces se procedería a «reescríbir» la historia anterior de la
ciencia desde cada nueva etapa, para conservar esa imagen
rectilínea y necesaria de su avance: falsificación piadosa,
conveniente para la tranquilidad de la razón sobre si misma y
para el prestigio modélico de la ciencia física, ya puesto en
crisis, sin embargo, primero por la indecibilidad de la física
contemporánea, a que antes aludíamos, y, más recientemente, y
en otro sentido muy diverso, por la creciente inquietud
ecologista ante la posible interferencia de las consecuencias
tecnológicas de la física con la esfera biológica (la «biomasa»).
Esta nueva incitación a una relectura de la historia de la ciencia,
en forma más rica y más problemática a la vez acaso encuentre
afinidades, dentro de la historiografía social, en autores que, con
una sólida base econométrica y a veces sin renegar de una
herencia marxista, se extienden en el estudio de las paradojas y
claroscuros de cada época y cada situación, rompiendo
esquemas simplificadores; así, en Inglaterra, el militantemente
radical E. P. Thompson, o en Francia el más académico F.
Braudel.
vvvvvvvvvvvvvv
Junio a estas líneas, un
momento del proceso de
recubrimiento con fibra de
vidrio de una pieza de un
misil, en una industria
estadounidense. La unión
de la ciencia a la guerra a
través de la industria
bélica bajo el estimulo de
la demencial carrera
armamentística inquieta a
los hombres de ciencia
La nueva conciencia histórica de la ciencia
Thomas S. Kuhnyla nueva filosofía de la ciencia
T. S. Kuhn es quizás el historiador y filósofo más
representativo del movimiento de los años sesenta
que se llamó "nueva filosofía de la ciencia”. Nació
en 1922 en Cincinnati. Físico de formación, se
dedicó a la historia y a la filosofía de la ciencia.
Enseñó en las universidades de Harvard y
California. Después ha pasado a ser profesor de
la Princeton University, y es miembro del Institute
for Advanced Study en Princeton.
En 1957 publicó una de las mejores obras sobre
La revolución copernicana, como se titula la obra,
donde, en parte, anticipa ya importantes
elementos de lo que constituiría su obra más
importante y conocida. La estructura de las
revoluciones científicas, que representó un punto
de inflexión en el desarrollo de la filosofía de la
ciencia, así como en su historiografía.
Como ya vimos en el caso de Popper, la filosofía
de la ciencia dominante en nuestro siglo se había
centrado en el "contexto de justificación",
ocupándose de lo intemporal y, por tanto,
ahistórico. Su objeto era el análisis lógico de las
teorías científicas, traducidas a un lenguaje
formal, y de las relaciones entre sus distintos
elementos. La imagen de la ciencia consiguiente
era la de un conjunto de conocimientos
verdaderos o válidos que, históricamente,
aumentaba en un progreso lineal y acumulativo,
gracias a un supuesto método científico, ya fuera
el inductivo o el hipotético deductivo. La historia
de la ciencia era la crónica de sus éxitos.
A partir del estudio de la historia real de la
ciencia, de la obra de los científicos, y no de su
supuesta reconstrucción formal. Kuhn puso en
entredicho todas estas tesis, elaborando una nueva
imagen de la ciencia y un esquema alternativo de
su desarrollo histórico. [Véase texto n°1]
Esquema de desarrollo de la ciencia
Según este esquema, en un primer momento
existirían numerosas escuelas y subescuelas
competidoras en la investigación de un conjunto
de problemas -por ejemplo, la naturaleza de la
luz-, pero sin un acuerdo respecto a los métodos a
seguir, invocando cada una el conjunto particular
de fenómenos que mejor puede explicar su teoría.
En determinado momento, una de las escuelas
logra una síntesis capaz de atraer a la mayoría de
los profesionales. Decimos entonces que se ha
instaurado un "paradigma". Se inicia así un
período de "ciencia normal", es decir, los
científicos explotan la solución lograda,
determinando leyes cuantitativas, constantes
físicas, etc., y aplicando el paradigma a nuevos
campos de interés. En resumen, afrontan y
resuelven "enigmas", o sea, problemas que, en
principio, tienen solución dentro del paradigma.
Pero éste no resuelve nunca todos los problemas.
Hay enigmas que se resisten a ser resueltos. Si
tras un fracaso persistente surge la inseguridad
profesional, se pierde la fe en las reglas existentes
y empieza la búsqueda de otras nuevas, se habla
de que se ha iniciado un período de crisis, de
"ciencia no ordinaria". En definitiva, que se ha
iniciado una "revolución científica", es decir, un
episodio de desarrollo no acumulativo, a
diferencia de ¡a ciencia normal, en la cual un
paradigma es reemplazado por otro. Una vez
instaurado el nuevo paradigma, se iniciará de
nuevo un período de ciencia normal,
recomenzando el ciclo.
El paradigma le dice al científico cuáles son las
unidades fundamentales del universo, qué tipo
En esta doble página, una vista
de la Universidad de Harvard,
en Estados Unidos, donde
Thomas S. Kuhn comenzó a
enseñar historia de la ciencia
en 1952. Bajo la influencia de
Loyré, Kuhn elaboró una
concepción de tipo
discontinuista en cuanto al
desarrollo histórico de las
diversas ciencias. En esta
concepción, tiene un papel
central la idea de “paradigma”
es decir, el modelo
proporcionado por el conjunto
de problemas y soluciones que
cualquier comunidad científica
cree, aceptables y verdaderos
durante un determinado
periodo histórico. Dicho
período coincide con el de
máxima desarrollo de un
paradigma, el cual a su vez,
entra en crisis mando deja de
tener más respuestas y
explicaciones
La nueva conciencia histórica de la ciencia
de relaciones pueden existir entre ellas, cómo
puede afrontar su estudio, le proporciona
ejemplos de solución dé problemas. Pero,
además, la naturaleza, es decir, los "hechos",
aun perteneciendo al mismo proceso exterior,
son "percibidos" de un modo distinto por
científicos de distintos paradigmas. Mirando
al mismo sitio ven cosas distintas (véase texto
n.° 2], como ya fue bellamente ilustrado por N.
H. Hanson. No es válido, pues, lo que Kuhn
llama el «paradigma epistemológico
tradicional», que era mantenido por ¡a
filosofía de la ciencia anterior. Es decir, la
creencia de que existen siempre y para todos
los mismos hechos, una experiencia neutral y
fija a partir de la cual distintos científicos
hacen distintas interpretaciones. Las
observaciones o hechos dependen del
paradigma y cambian con él, es decir los
hechos están cargados de teoría. Este punto
puede resumirse diciendo que los paradigmas
son "inconmensurables" o "incomparables"
entre si. Y por tanto, «la competencia entre
paradigmas no es el tipo de batalla que pueda
resolverse por medio de pruebas». O sea, «la
comunicación a través de la línea de división
revolucionaria es inevitablemente parcial».
Implicaciones filosóficas
Kuhn da numerosos ejemplos históricos de
es-tas tesis. Pero, si esto es así, es evidente
que ni la comparación entre teorías, ni la
inclusión lógica de unas en otras en su
progreso hacia la mayor probabilidad o
hacia la verdad, como era defendido por
los positivistas y Popper, pueden seguir
defendiéndose. Y así lo pone de manifiesto
Kuhn precisamente con el ejemplo favorito
de estos autores, mostrando la
imposibilidad de derivación de la dinámica
de Newton a partir de la de Einstein, dado
que términos centrales, como masa o
velocidad, por ejemplo, no significan ni
refieren lo mismo en una y otra teoría.
Más aún, Kuhn muestra cómo el
"experimento crucial", la "verificación" y
la "falsación", no desempeñan en el
quehacer científico el papel que los
filósofos mencionados les habían
atribuido.
Y, sobre todo, las tesis de Kuhn ponían en
cuestión dos ideas centrales de la filosofía de la
ciencia anterior: la idea de progreso y la idea
de racionalidad. Se le acusó inmediatamente de
"relativismo" e "irracionalismo", y algunos se
rasgaron las vestiduras cuando Kuhn propuso a
Popper en 1965 la necesidad y pertinencia del
trabajo en el "contexto de descubrimiento" en
lugar de continuar en el "contexto de
justificación". Obviamente, el problema no era
si Kuhn era un relativista y un irracionalista,
sino si sus tesis y ejemplos históricos, sus
descripciones del comportamiento de los
científicos, eran correctos. Efectivamente, eso
fue reconocido por muchos y, en concreto, por
los nuevos lógicos de la ciencia, que elaboraban
un nuevo concepto "estructuralista" de teoría
con el que pretendían superar lo que para el
formalismo tradicional eran dificultades
insalvables. Parece que en efecto, lo han
logrado en algunos puntos, y se trata ahora de
reelaborar los conceptos de progreso y
racionalidad. Pero cabe preguntarse si su
afirmación de la prioridad del "contexto de
justificación" sobre el de "descubrimiento" tiene
sentido y justificación tras la evidente relevancia
de la obra de Kuhn.
Antonio Beltrán Mari
Profesor de Filosofía de la Universidad de
Barcelona
para los descubrimientos
nuevos. De este modo, el
filósofo norteamericano
distingue en la historia
periodos de "ciencia normal"
y periodos de "revolución
científica". «Si se considera a
la historia como algo más que
un depósito de meras
anécdotas o cronologías,
puede producir una grande y
decisiva transformación de la
imagen que tenemos
actualmente de la ciencia -
escribe Kuhn- Si esta imagen
fue previamente trazada,
incluso por los mismos
científicos, y divulgada a
través de los libros de texto, es
del lodo inevitable que estos
libros sean persuasivos y
pedagógicos. Una imagen de
la ciencia que venga de ellos
es la misma que la de un país
a través de algún folleto
turístico.
La nueva conciencia histórica de la ciencia
TEXTOS DE KUHN
1. Descubrimiento de la historia
Lo que me hizo pasar tardíamente de la física y la
filosofía a la historia fue el descubrimiento de que
la ciencia, leída en sus fuentes, parecía una empresa muy distinta de la que se halla implícita
en la pedagogía de la ciencia y explícita en los
escritos filosóficos comunes y corrientes sobre el
método científico Asombrado, me di cuenta de que la historia podía serle útil al filósofo de la ciencia
y quizá también al epistemólogo y todo ello de
maneras que trascendiesen su papel clásico de
fuente de ejemplos relativos a posiciones ocupadas de antemano. Es decir, podría ser una
muy especial fuente de problemas e inspiración.
Por lo tanto, aunque me convertí en historiador,
en el fondo mis intereses continuaron siendo filosóficos, y en los últimos años dichos intereses
se han venido manifestando cada vez con más
claridad en los trabajos que he publicado. Hasta
cierto punto, pues, hago tanto historia como filosofía de la ciencia.» (La tensión esencial.)
A la izquierda de estas
líneas, portada de una
edición mexicana de la obra
básica de Kuhn: a la
derecha, la imagen de
Copérnico, el hombre que
según Kuhn protagonizó
una de las "revoluciones
científicas" más fuertes e
irreversibles de toda la
historia de la ciencia La
introducción del
relativismo en el medio
científico llevó a Kuhn a
adentrarse en el ámbito del
proceso política y de los
condicionantes de Upo
social «En cuanto lenguaje
-apunta Kuhn-, el
conocimiento de la ciencia
es la propiedad común de
un grupo. Para
comprenderlo, necesitamos
conocer a los grupos que lo
crean y que lo usan.»
Bibliografía básica
Obra de Kuhn La estructura de las
revoluciones científicas (México: F.C.E.. 1971); La revolución copernicana. La astronomía planetaria en el desarrollo del pensamiento occidental (Barcelona: Ariel. 1978). Segundos pensamientos sobre paradigmas (Madrid: Tecnos. 1978); La tensión esencial (México: F.C.E.. 1982); La teoria del cuerpo negro y la discontinuidad cuántica. 1894-1912 (Madrid Alianza Univ.. 1980): La crítica y el desarrollo del conocimiento, en colaboración con Popper y otros (Barcelona: Crijalbo. 1975).
Obra sobre Kuhn F. SUPPE La estructura de las
teorías científicas (Madrid: Ed. Nacional. 1979)
J. MUGUERZA Nuevas
perspectivas en la filosofía
contemporánea de la ciencia.
(Teorema. IX-197I. pp- 25-61)
2. bajo una luz diferente
«Guiados por un nuevo paradigma, los adoptan nuevos instrumentos y buscan en lugares nuevos
Todavía más impórtame es que, durante las
revoluciones, los científicos ven cosas nuevas y
diferentes al mirar con instrumentos conocidos y en lugares en los que ya habían buscado antes. Es algo
así como si la comunidad profesional fuera
transportada repentinamente a otro planeta, donde
los objetos familiares se ven bajo una luz diferente, y además, se les unen otros objetos desconocidos.
Por supuesto no sucede nada de esto: no hay
trasplantación geográfica; fuera del laboratorio, la
vida cotidiana continúa como antes. Sin embargo, los cambios de paradigmas hacen que los científicos
vean el mundo de investigación, que les es propio, de
manera diferente. En la medida en que su único
acceso para ese mundo se lleva a cabo a través de lo que ven y hacen, podemos desear decir que, después
de una revolución, los científicos responden a un
mundo diferente (La estructura de la revoluciones
científicas.)