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Historia de Morelos Tierra, gente, tiempos del Sur Política y sociedad en el Morelos posrevolucionario y contemporáneo Horacio Crespo Director María Victoria Crespo y Luis Anaya Merchant Coordinadores

8. Política y sociedad en el Morelos posrevolucionario y contemporáneo, María Victoria Crespo / Luis Anaya Merchant (coords.)

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Tomo 8 de la Historia de Morelos. Tierra, gente, tiempos del sur, dirigida por Horacio Crespo y editada por el Congreso del Estado de Morelos.Índice:Introducción. La rutinización del carisma revolucionario: Morelos, 1920-2000, María Victoria Crespo1. Reconstrucción y modernidad.. Los límites de la transformación social en el Morelos posrevolucionario, Luis Anaya Merchant2. Los sucesores de Zapata. Aproximaciones a la trayectoria, subversión y transformación de los revolucionarios zapatistas en el Morelos posrevolucionario, Ehecatl Dante Aguilar Domínguez3. Pérdida y recuperación del orden constitucional en Morelos, 1913-1930, Elizabeth Amalia Molina Ramos4. Hacia la biografía política de un héroe institucional. Vicente Estrada Cajigal, 1898-1973, Itzayana Gutiérrez Arillo5. Tras las fuentes tributarias perdidas, 1910-1940. Vientos agraristas, terremotos productivos y tempestades hacendarias en Morelos, María Cecilia Zuleta 6. Gobernadores y poder en el Morelos posrevolucionario y contemporáneo. Selección del candidato oficial a gobernador y sistema político, 1930-2000, María Victoria Crespo / Itzayana Gutiérrez Arillo / Emma Maldonado Victoria7. La Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca. Un proyecto industrial en una micro región rural, Patricia Arias / Lucía Bazán8. Atmósferas y escenarios de la vida educativa. Los años treinta del siglo XX en el estado de Morelos, Antonio Padilla Arroyo9. Procesos educativos y modernización, Lucía Martínez Moctezuma (compiladora)* Libros de texto de geografía del estado de Morelos, 1873-1913, Carlos Enrique Capistrán López* Condiciones higiénicas en las escuelas de niños y niñas de Mazatepec, 1882-1910, Héctor Omar Martínez Martínez* El caso de la escuela de Calderón, 1929-1944, Giovanni de Jesús Orea* La Escuela Normal Rural de Oaxtepec. Educación y vida cotidiana, 1934-1940, Adriana Adán Guadarrama10. De Instituto a Universidad. Bosquejos de la vida y la cultura universitarias en Morelos, 1939-1953, Alcira Soler Durán / Antonio Padilla Arroyo11. Capitalismo de la selva urbana. Los casos de Cuicuilco y ex Casino de la Selva, 1997-2008, Luis Gerardo Morales Moreno12. Las mujeres de Morelos en las luchas sociales del siglo XX, Rocío Suárez López13. Un nuevo modelo en la industria azucarera. Reforma agraria y decretos cañeros de 1943-1944, Horacio Crespo14. El ingenio Emiliano Zapata de Zacatepec, el crisol jaramillista, Aura Hernández Hernández15. Razón y muerte de Rubén Jaramillo. Violencia política y resistencia. Aspectos del movimiento jaramillista, Aura Hernández Hernández16 Sergio Méndez Arceo, VII Obispo de Cuernavaca, María Alicia Puente Lutteroth (coordinadora)* Compromiso social y transformación eclesial. Visión de algunas opciones básicas en un período episcopal, 1952-1983, María Alicia Puente Lutteroth* Don Sergio Méndez Arceo en el Concilio Vaticano II, 1962-1965, Hermínio Quaresma Filho* Transiciones del ideario latinoamericano. CIDOC: de la tensión utópica a la innovación intercultural, Maura Camino* “Una visita episcopal reveladora” según los archivos del CELAM, 1967, Silvia Scatena* El aporte de los cristianos de Morelos a una cultura de los derechos humanos, 1968-1983, Pilar Puertas* La tierra de Morelos. De los hacendados a los fraccionadores, Ángel Sánchez Campos* Solidaridad con el pueblo de Nicaragua. Trayectoria y repercusiones en la Diócesis de Cuernavaca, 1978-1991, Gloria González Ortega* Don Sergio Méndez Arceo y la religiosidad popular de Ocotepec, Luis Miguel Morayta Mendoza17. La experiencia psicoanalítica en el monasterio benedictino de Ahuacatitlán, 1961-1964, Juan Alberto Litmanovich18. La transición a la democracia, 1990-2006, Oscar Sergio Hernández Benítez

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HistoriadeMorelosTierra, gente, tiempos del SurHoracioCrespoDirector

Poltica y sociedad en el Morelos posrevolucionario y contemporneoMaraVictoriaCrespoyLuisAnayaMerchantCoordinadores

HISTORIA de MORELOS Tierra, gente, tiempos del Sur18 1 0- 19 1 0

2010

E D I C I N D E H O M E N A JE A L B I C E N T E N A R I O D E L A I N D E P E N D E N C I A DE M XIC O Y A L CEN TENA RI O D E LA R EV OLUCIN M EXIC AN A

H. CONGRESO

DEL

ESTADO

DE

MORELOS

H IS T O R IA D E M O R E L O STierra, gente, tiempos del Sur Horacio CrespoT O M O V III P O L T IC A Y S O C IE D A D E N E L M O R E L O S P O S R E V O L U C IO N A R IO Y C O N T E M P O R N E O

Director

Mara Victoria Crespo / Luis Anaya Merchant

Coordinadores

Adriana AD N GU A D A R R A M A / Ehecatl Dante AG U IL A R DO M N G U E Z Luis AN A Y A ME R C H A N T / Patricia AR IA S / Luca BA Z N / Maura CA M IN O Carlos Enrique CA P IS T R N L P E Z / Horacio CR E S P O / Mara Victoria CR E S P O Gloria GO N Z L E Z OR T E G A / Itzayana GU T I R R E Z AR IL L O Oscar Sergio HE R N N D E Z BE N T E Z / Aura HE R N N D E Z HE R N N D E Z Juan Alberto LIT M A N O V IC H / Emma MA L D O N A D O VIC T O R IA Hctor Omar MA R T N E Z MA R T N E Z / Luca MA R T N E Z MO C T E Z U M A Elizabeth Amalia MO L IN A RA M O S / Luis Gerardo MO R A L E S MO R E N O Luis Miguel MO R A Y T A ME N D O Z A / Giovanni de Jess OR E A Antonio PA D IL L A AR R O Y O / Mara Alicia PU E N T E LU T T E R O T H / Pilar PU E R T A S Hermnio QU A R E S M A FIL H O / ngel S N C H E Z CA M P O S / Silvia SC A T E N A Alcira SO L E R DU R N / Roco SU R E Z L P E Z / Mara Cecilia ZU L E T A

MMX

Congreso del Estado de Morelos LI Legislatura

972.49 HIS.de

Crespo, Horacio, 2010 (dir.) Historia de Morelos. Tierra, gente, tiempos del Sur, Comisin Especial de Colaboracin a los Festejos del Bicentenario de la Independencia de nuestro pas y Centenario de la Revolucin Mexicana, Congreso del Estado de Morelos-LI Legislatura / Universidad Autnoma del Estado de Morelos / Ayuntamiento de Cuernavaca / Instituto de Cultura de Morelos, Mxico, 2010. 742 pp., 21.7 cms. Incluye notas. 8. Poltica y sociedad en el Morelos posrevolucionario y contemporneo, Crespo, Mara Victoria y Luis Anaya Merchant, 2010 (coords.)

Portada: STORM. Diseo+Comunicacin. Cuidado de la edicin: Correccin de estilo: Irving Reynoso Jaime Itzayana Gutirrez Arillo Lucrecia Gonzlez Jimnez Tipografa y formacin: Irving Reynoso Jaime Traduccin: Mariana Coronel Gmez PRIMERA EDICIN: 2010 ISBN: 978-607-00-1443-7 ISBN: 978-607-00-2254-8

(obra completa) (tomo 8)

DR para esta edicin 2010 Congreso del Estado de Morelos Matamoros 10, Col. Centro, C.P. 62000 Cuernavaca, Morelos. Mxico Horacio Crespo, 2010. Derechos reservados conforme a la ley.

Gobierno del Estado de Morelos, Poder Ejecutivo

Congreso del Estado de Morelos, LI Legislatura, 2009-2012

Universidad Autnoma del Estado de Morelos

Ayuntamiento de Cuernavaca

Instituto de Cultura de Morelos.

Impreso y hecho en Mxico NAVARRO Editores

GOBERNADOR CONSTITUCIONAL DEL ESTADO DE MORELOS Dr. Marco Antonio Adame Castillo CONGRESO DEL ESTADO DE MORELOS LI LEGISLATURA, 2009-2012 Comisin Especial de Colaboracin a los Festejos del Bicentenario de la Independencia de nuestro pas y Centenario de la Revolucin MexicanaPresidente Secretario Vocales Dip. Luis Arturo Cornejo Alatorre Dip. Antonio Domnguez Aragn Dip. Javier Mjica Daz Dip. David Salazar Guerrero

CONSEJO ASESOR CIUDADANOManuel Abe Almada Jos Arturo Aguirre Bahena Luis R. Aveleyra Santos Fernando Bustillos Snchez Marcial Cabrera Frenkel Hugo Caldern Castaeda Roberto Calleja Uriel Carmona Snchez Esperanza Carrillo Rodrguez Elsa Castorela Castro Carlos Castro y Vzquez Vctor Manuel Cinta Flores Juan Jos Daz Pacheco Graciela Escobar Soto Amador Espejo Barrera Adriana Estrada Cajigal Barrera Sergio Estrada Cajigal Barrera Rosalo Estrada Moyado Roco Galicia Arriaga Rosalo Garca Mariscal Alejandro Gonzlez Aranda Arturo Gonzlez Daz Lya Gutirrez Quintanilla Samuel Hernndez Beltrn Braulio Hornedo Rocha Javier Jaramillo Frikas Juan Jos Landa vila Valentn Lpez Gonzlez Aranda Alberto Miranda Urbina Efran Ernesto Pacheco Cedillo Miguel Palma Vargas Antonio Parra Flix David Robles Ocampo Juan Romero Medina Pablo Rubn Villalobos Csar Salgado Castaeda Jos Teodoro Lavn Len ngel Trujillo Ramrez Leandro Vique y Salazar Ricardo Ziga Vzquez

UNIVERSIDAD AUTNOMA DEL ESTADO DE MORELOS Rector Dr. Fernando Bilbao Marcos AYUNTAMIENTO CONSTITUCIONAL DE CUERNAVACA Presidente Municipal Lic. Manuel Martnez Garrigs INSTITUTO DE CULTURA DE MORELOS Directora General Mtra. Martha Corinne Ketchum Meja

PRO YECTO HIS TO RI A GEN ERA L DEL EST ADO DE MO R ELOSDirector Secretario Acadmico Consejeros Acadmicos Horacio Crespo Luis Gerardo Morales Moreno Laurence Coudart Gravelle Valentn Lpez Gonzlez ! Druzo Maldonado Jimnez rsula Oswald Mara Alicia Puente Lutteroth Carlos Zolla Cuerpo Acadmico Procesos regionales y transformaciones culturales, Facultad de Humanidades, UAEM Mina Alejandra Navarro Mara Victoria Crespo Irving Reynoso Jaime Itzayana Gutirrez Arillo Lucrecia Gonzlez Jimnez Mariana Coronel Gmez

Secretaria Tcnica Vinculacin Institucional Coordinador Editorial Colaboradores Editoriales Traduccin

HISTO RIA d e MO RELOS T ierr a, ge n te, ti e mp os del S urHo r a c io Cr es p oDirector

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Volmenes y coordinadores I. Historiografa, territorio y regin Luis Gerardo Morales Moreno II. La arqueologa en Morelos III. De los seoros indios al orden novohispano IV. La sociedad colonial, 1610-1780 V. De la crisis del orden colonial al liberalismo, 1760-1860 VI. Creacin del Estado, leyvismo y porfiriato VII. El zapatismo VIII. Poltica y sociedad en el Morelos posrevolucionario y contemporneo IX. Patrimonio cultural de Morelos Sandra L. Lpez Varela Jaime Garca Mendoza / Guillermo Njera Njera Brgida von Mentz Ernest Snchez Santir Horacio Crespo Felipe Arturo vila Espinosa Mara Victoria Crespo / Luis Anaya Merchant Marcela Tostado

ndicetomo VIIIIntroduccin. La rutinizacin del carisma revolucionario: Morelos, 1920-2000 Mara Victoria Crespo IDERIVACIONES SOCIALES Y POLTICAS DE LA REVOLUCIN

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1 Reconstruccin y modernidad. Los lmites de la transformacin social en el Morelos posrevolucionario Luis Anaya Merchant 2 Los sucesores de Zapata. Aproximaciones a la trayectoria, subversin y transformacin de los revolucionarios zapatistas en el Morelos posrevolucionario Ehecatl Dante Aguilar Domnguez IISOBERANA Y CONSTITUCIN

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3 Prdida y recuperacin del orden constitucional en Morelos, 1913-1930 Elizabeth Amalia Molina Ramos 4 Hacia la biografa poltica de un hroe institucional. Vicente Estrada Cajigal, 1898-1973 Itzayana Gutirrez Arillo IIIINSTITUCIONALIZACIN POLTICA Y MODERNIZACIN

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5 Tras las fuentes tributarias perdidas, 1910-1940. Vientos agraristas, terremotos productivos y tempestades hacendarias en Morelos Mara Cecilia Zuleta

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6 Gobernadores y poder en el Morelos posrevolucionario y contemporneo. Seleccin del candidato oficial a gobernador y sistema poltico, 1930-2000 Mara Victoria Crespo / Itzayana Gutirrez Arillo / Emma Maldonado Victoria 179 7 La Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca. Un proyecto industrial en una micro regin rural Patricia Arias / Luca Bazn 8 Atmsferas y escenarios de la vida educativa. Los aos treinta del siglo XX en el estado de Morelos Antonio Padilla Arroyo 9 Procesos educativos y modernizacin Luca Martnez Moctezuma (compiladora)"Libros de texto de geografa del estado de Morelos, 1873-1913 "Carlos Enrique Capistrn Lpez, "Condiciones higinicas en las escuelas de "nios y nias de Mazatepec, 1882-1910 "Hctor Omar Martnez Martnez, "El caso de la escuela de Caldern, 1929-1944 "Giovanni de Jess Orea "La Escuela Normal Rural de Oaxtepec. "Educacin y vida cotidiana, 1934-1940 "Adriana Adn Guadarrama

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10 De Instituto a Universidad. Bosquejos de la vida y la cultura universitarias en Morelos, 1939-1953 Alcira Soler Durn / Antonio Padilla Arroyo 11 Capitalismo de la selva urbana. Los casos de Cuicuilco y ex Casino de la Selva, 1997-2008 Luis Gerardo Morales Moreno 12 Las mujeres de Morelos en las luchas sociales del siglo XX Roco Surez Lpez

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IVRADICALISMO AGRARIO

13 Un nuevo modelo en la industria azucarera. Reforma agraria y decretos caeros de 1943-1944 Horacio Crespo 14 El ingenio Emiliano Zapata de Zacatepec, el crisol jaramillista Aura Hernndez Hernndez 15 Razn y muerte de Rubn Jaramillo. Violencia poltica y resistencia. Aspectos del movimiento jaramillista Aura Hernndez Hernndez VIGLESIA Y SOCIEDAD

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16 Sergio Mndez Arceo, VII Obispo de Cuernavaca Mara Alicia Puente Lutteroth (coordinadora)"Compromiso social y transformacin eclesial. "Visin de algunas opciones bsicas en un perodo episcopal, 1952-1983 "Mara Alicia Puente Lutteroth "Don Sergio Mndez Arceo en el Concilio Vaticano II, 1962-1965 "Hermnio Quaresma Filho "Transiciones del ideario latinoamericano. "CIDOC: de la tensin utpica a la innovacin intercultural "Maura Camino "Una visita episcopal reveladora segn los archivos del CELAM, 1967 "Silvia Scatena "El aporte de los cristianos de Morelos a una "cultura de los derechos humanos, 1968-1983 "Pilar Puertas "La tierra de Morelos. De los hacendados a los fraccionadores "ngel Snchez Campos "Solidaridad con el pueblo de Nicaragua. "Trayectoria y repercusiones en la Dicesis de Cuernavaca, 1978-1991 "Gloria Gonzlez Ortega "Don Sergio Mndez Arceo y la religiosidad popular de Ocotepec "Luis Miguel Morayta Mendoza

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17 La experiencia psicoanaltica en el monasterio benedictino de Ahuacatitln, 1961-1964 Juan Alberto Litmanovich VMORELOS CONTEMPORNEO

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18 La transicin a la democracia, 1990-2006 Oscar Sergio Hernndez Bentez Archivos Fuentes hemerogrficas Bibliografa ndice de material grfico

635 697 699 701 739

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IntroduccinLa rutinizacin del carisma revolucionario: Morelos, 1920-2000

Mara Victoria Crespo*

que el lector tiene en sus manos pretende reunir una suma de trabajos que en su conjunto constituyen una visin novedosa, comprensiva y sistemtica, pero tambin abierta y plural, de la historia del Morelos posrevolucionario y contemporneo. Considerando la ausencia de un corpus historiogrfico significativo sobre este perodo, no es exagerado acercar este resultado a un concepto fuerte, al afirmar que se trata de un libro en buena medida fundacional de un campo de investigacin y debate: el estudio histrico, sociolgico y poltico de los actores y procesos que tuvieron lugar en el estado de Morelos en el perodo que comienza en la dcada de 1920 y que se extiende hasta la actualidad. El recorrido histrico que proponemos en el presente tomo comienza el 10 de abril de 1919 con la muerte de Emiliano Zapata. Se analizan los ltimos impactos de la revolucin zapatista, as como la transformacin social fundamental que tuvo lugar en la dcada de 1920, fruto de la revolucin, el reparto agrario. En el plano institucional, se estudia la relacin con el poder central, a partir de la intervencin federal a la que estuvo sometido el estado desde el cuartelazo de Victoriano Huerta hasta la recuperacin de su soberana y constitucionalidad en 1930. Esta fecha constituye un parte aguas en la vida poltica e institucional de Morelos en el pasado siglo, es decir, se trata del inicio de la formacin del sistema poltico de partido hegemnico, comenzando con la creacin de la rama local del Partido Nacional Revolucionario, su posterior transformacin y vinculacin cardenista y finalmente su consolidacin como Partido Revolucionario Institucional a partir de la dcada del cincuenta. Esta tambin es una etapa de refundacin y estructuracin del aparato burocrtico estatal. El desarrollo poltico que comentamos fue acompaado en lo econmico por la recuperacin de la economa azucarera y la creacin del ingenio cooperativa Emiliano Zapata en Zacatepec en 1938, que a su vez fue una expresin del radicalismo agrario heredado del zapatismo que tuvo su encarnacin en la figura de Rubn Jaramillo. Sobre estas bases, se considera la modernizacin yL VOLUMEN

E

!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!Mara Victoria CRESPO. New School for Social Research.

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14| Mara Victoria Crespo el arribo del desarrollismo al estado, que como en otras partes de Amrica Latina inicia en la dcada de 1940, fecha en la que comienzan a observarse fenmenos de migracin interna, urbanizacin e industrializacin. Adems se producen transformaciones en la ocupacin territorial tales como nuevos desarrollos habitacionales, comerciales y tursticos. A partir de 1930 tambin comienza la modernizacin del sistema educativo morelense, evidenciado por el hito histrico de la creacin de la Universidad Autnoma del Estado de Morelos en 1953. Este proceso no slo es una era de modernizacin sino tambin de modernidad, demostrada, por ejemplo, en la transformacin del papel de las organizaciones eclesisticas en la vida poltica, social y cultural del estado fundamentalmente a travs de la actividad del sptimo obispo de Cuernavaca, don Sergio Mndez Arceo, en el perodo 1952-1983. Otro desarrollo fundamental tiene que ver con la redefinicin de la mujer tanto en la esfera pblica como privada, un proceso que por supuesto trasciende al estado de Morelos y que marc la historia del siglo XX. El surgimiento de mltiples movimientos sociales en el que se involucraron los ms variados sectores campesinos, obreros, mujeres, estudiantes, y en las protestas ciudadanas en contra de la inseguridad a finales de la dcada del noventa tambin las capas medias de profesionistas y la burguesa local es otra prueba de la formacin de una sociedad moderna. Este arco histrico del Morelos posrevolucionario se cierra con el proceso de democratizacin del estado que arranca con los primeros gestos de liberalizacin poltica durante el gobierno de Antonio Riva Palacio, se intensifica con la profunda crisis por la que atraves Morelos en la dcada de los noventa, que concluy con el ocaso de la era de hegemona prista y con la transicin a la democracia multipartidaria. La historiografa sobre el estado de Morelos despus de la muerte de Emiliano Zapata y el zapatismo es, por poner un calificativo, escasa. Existen algunas excepciones tales como los estudios sobre el reparto agrario, las haciendas e industria azucarera, movimientos rurales y el jaramillismo.1 Sin embargo, una caracterstica !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!Algunos ttulos significativos: WARMAN, Arturo (ed.), Los campesinos de la tierra de Zapata, 3 ts., SEPMxico, 1974; WARMAN, Arturo, Y venimos a contradecir. Los campesinos de Morelos y el Estado nacional, Ediciones de la Casa Chata, Mxico, 1976; PEA, Guillermo de la, Herederos de promesas: agricultura, ritual y poltica en los altos de Morelos, Ediciones de la Casa Chata, Mxico, 1980; VARELA, Roberto, Expansin de sistemas y relaciones de poder. Antropologa poltica del estado de Morelos, Universidad Autnoma Metropolitana, Mxico, 1984; CRESPO, Horacio (coord.), Morelos, cinco siglos de historia regional, Centro de Estudios Histricos del Agrarismo en Mxico / UAEMor, Mxico, 1984; RAVELO, Renato, Los jaramillistas, Editorial Nuestro Tiempo, Mxico, 1984; B ARTRA, Armando, Los herederos de Zapata. Movimientos campesinos posrevolucionarios en Mxico, Ediciones Era, Mxico, 1985; CRESPO, Horacio (dir.) et al., Historia del azcar en Mxico, 2 ts., FCE / Azcar S. A., Mxico, 1988-1990; LOMNITZ ADLER, Claudio,1

INAH,

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Introduccin |15 comn a todos los trabajos aqu presentados es el carcter original de los mismos. El exiguo conocimiento historiogrfico que se tiene del Morelos posrevolucionario conlleva una debilidad y una fortaleza. Una queja comn de los autores del presente tomo es la falta de bibliografa secundaria, debates disciplinarios, estados de la cuestin, monografas historiogrficas, etc. los cuales constituyen el punto de partida de todo trabajo acadmico. Sin embargo, esto ha incentivado la habilidad y creatividad en la bsqueda de fuentes y el resultado es asombroso. La pluralidad de fuentes originales que aqu se presentan, desde archivos inexplorados hasta entrevistas inditas con los actores directamente involucrados la historia en carne y hueso constituyen uno de los principales aportes de nuestro volumen. Asimismo, cada artculo resea la bibliografa especfica, publicada e indita, sobre una gran variedad de temas, y esto tomado en su conjunto constituye una valiosa y necesaria contribucin a la historia regional de Morelos. El presente tomo est articulado por algunas premisas tericas cardinales. En Economa y sociedad, sin duda el tratado ms ambicioso de la sociologa moderna, Max Weber escriba que el carisma, en su forma impersonal, es decir como la gran fuerza revolucionaria de la historia necesariamente abandona su carcter de extraordinario y pasa por un proceso de rutinizacin, en el cual la tradicin y la racionalizacin juegan un papel fundamental en la estabilizacin de la autoridad carismtica.2 Este es precisamente el curso principal del proceso histrico por el que atraviesa el estado de Morelos a partir de 1920 y que caracteriza su vida poltica y social hasta la dcada de 1990, misma en la que comienza a producirse una nueva transformacin poltico-histrica fundamental: la transicin a la democracia. A partir de 1919, con la muerte de su lder revolucionario y el punto final a la lucha armada, y con mayor claridad desde 1930, fecha en la que el estado recupera su soberana despus de dos dcadas de intervencin federal, comienza un proceso que ante todo puede ser calificado como la estabilizacin e institucionalizacin del carisma zapatista. Esto signific la creacin de nuevas normas, reglas e instituciones polticas locales y de articulacin con el gobierno federal, tales como una nueva Constitucin y la creacin del partido revolucionario en sus sucesivas etapas. Asimismo, se inventaron reglas del juego poltico y una nueva legitimidad, ya no revolucionaria, sino racional e institucional, que domestic los impulsos zapatistas para justificar un proyecto estabilizador en lo poltico y modernizador en lo social. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!Las salidas del Laberinto. Cultura e ideologa en el espacio nacional mexicano, Joaqun Mortiz / Planeta, Mxico, 1995; HERNNDEZ CHVEZ, Alicia, Breve historia de Morelos, El Colegio de Mxico / FCE, Mxico, 2002. 2 WEBER, Max, Economa y sociedad. Esbozo de sociologa comprensiva, edicin preparada por Johannes Winckelmann, nota preliminar de Jos Medina Echavarra, FCE, Mxico, [1922] 2008.

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16| Mara Victoria Crespo La segunda nocin estructurante es que la rutinizacin de la revolucin no excluy la posibilidad del cambio social. Pero se trat en gran medida de un cambio controlado y direccionado. La interaccin entre el Estado y la sociedad se vio marcada por la dinmica de la modernizacin de varias de las esferas de la vida social: migraciones internas que condujeron a procesos de urbanizacin, surgimiento de un complejo industrial, estandarizacin y secularizacin de la educacin, creacin de la universidad y por ende el surgimiento de una comunidad acadmica; transformaciones en el campo que dieron lugar a atracciones tursticas que redefinieron el perfil de Morelos, modernizacin de la iglesia y construccin de su nuevo papel en la comunidad, as como la redefinicin de la presencia de la mujer en la vida pblica y privada del estado y el surgimiento de nuevos movimientos sociales resultantes de una sociedad cada ms compleja y diferenciada. La estabilizacin e institucionalizacin del Estado as como la gradual formacin del rgimen poltico posrevolucionario condujeron a lo que ha sido caracterizado como un sistema de partido hegemnico con un marcado presidencialismo y ciertas tendencias autoritarias. Si bien esta caracterizacin del rgimen prista goza de un gran consenso que no se pretende poner en cuestin en el presente tomo, el tercer principio que gua este volumen consiste en entender la complejidad de dicho sistema poltico hegemnico y los matices de su funcionamiento. Se trata de un esfuerzo por abrir la caja negra de la nocin gramsciana y develar los mecanismos, reglas, normas y prcticas que posibilitan y son funcionales a dicha hegemona. Tambin se consideran con rigor terico y metodolgico aquellas que se escapan del control del bloque hegemnico. Por ende se analizan aquellas instancias que ponen en cuestin la estabilidad y legitimidad del sistema que van desde prcticas culturales marginales, discursos polticos alternativos, la vida cotidiana en las comunidades, y movimientos sociales y polticos que hicieron tambalear al sistema poltico. Es importante destacar que esta tensin entre el proyecto hegemnico modernizador impulsado por el Estado y las resistencias polticas, culturales y cvicas que provoc atraviesa a todas las contribuciones del presente volumen. Es significativa la pluralidad de instrumentos metodolgicos y operativos utilizados en las distintas participaciones. Desde el trabajo de archivo, pasando por la encuesta, la entrevista en profundidad y la historia oral, as como la observacin participante. Cabe destacar nuevamente la inventiva de nuestros autores en la pesquisa y utilizacin de sus fuentes, que en la mayor parte de los casos se trata de materiales inditos. Esta variedad en los mtodos y tcnicas de investigacin est fundamentada en la interdisciplinariedad que, por otra parte, caracteriza a todo el proyecto en el que se inserta este volumen. Se trata de una Historia de Morelos en el !

Introduccin |17 siglo pasado construida a partir de un intenso dilogo entre la historia, la sociologa, la ciencia poltica, la economa, la antropologa y otras disciplinas menos convencionales como los estudios de gnero, los estudios culturales y el psicoanlisis. El tomo est organizado a partir de seis secciones temticas: 1) Derivaciones sociales y polticas de la Revolucin; 2) Soberana y constitucin; 3) Institucionalizacin poltica y modernizacin; 4) Radicalismo agrario; 5) Iglesia y sociedad y 6) Morelos contemporneo. La primera seccin abarca los efectos sociales y polticos de la revolucin que tuvieron lugar en Morelos a partir de la dcada de 1920. El volumen abre con un ensayo de amplio aliento de Luis Anaya Merchant, en el que se lanzan hiptesis generales de interpretacin sobre el proceso de las tres dcadas iniciales del perodo, en las que se insiste en la dialctica entre las continuidades y los cambios, y se subrayan las peculiaridades histricas de la entidad. Contina con una pregunta fundamental que propone Ehecatl Dante Aguilar Domnguez: Qu sucedi con los combatientes zapatistas despus del asesinato de Emiliano Zapata el 10 de abril de 1919? Aguilar nos propone un recorrido de dos decenios donde analiza lo acontecido con los zapatistas y el movimiento zapatista a partir de la muerte de su lder. El texto de Aguilar muestra la tensin entre el proceso de rutinizacin que ya se insinuaba en el estado y los esfuerzos por mantener vivo el legado de Zapata, que se materializaron principalmente en el reparto agrario. La segunda seccin estudia el punto de inflexin histrica que signific el ao de 1930, mismo en el que Morelos recuper su soberana y constitucionalidad como entidad federativa. En una valiosa contribucin, Elizabeth Molina sostiene que el golpe estado de Victoriano Huerta en 1913 y la consecuente usurpacin del poder ejecutivo de la nacin, signific no slo un avance sobre el poder central sino tambin sobre el convulsionado estado de Morelos al provocar que se declarara interrumpido el orden constitucional de la entidad. Asimismo, interpreta los diecisiete aos de gobiernos provisionales como una intervencin del poder central en detrimento del principio de federalismo. Asimismo, plantea que la tan esperada recuperacin del orden constitucional y la soberana estatal en 1930 result una paradoja ya que tambin signific en gran medida el sometimiento poltico al gobierno federal. En este momento histrico es importante destacar la centralidad de la figura de Vicente Estrada Cajigal en la generacin de un nuevo horizonte poltico posrevolucionario. El trabajo de Itzayana Gutirrez nos muestra como Estrada Cajigal es la eptome de esta etapa de refundacin poltica y de gestacin de una nueva elite burocrtica. La tercer parte de este tomo estudia el proceso de institucionalizacin y modernizacin. La investigacin de Mara Cecilia Zuleta se concentra en el tema de la !

18| Mara Victoria Crespo hacienda pblica morelense entre 1909 y 1940, perodo en el que se produjeron las etapas de la destruccin, reconstruccin y reorganizacin hacendstica, atendiendo especialmente a los cambios fiscales sustantivos que siguieron a la revolucin en Morelos. Cabe destacar lo fundamental de la recoleccin de impuestos en la construccin del Estado:! war and taxation constituye la dinmica central de la formacin y transformacin del Estado moderno, seal en su momento el historiador y socilogo Charles Tilly.3 De all la importancia vital de la contribucin de Zuleta para entender el desarrollo poltico estatal en la posrevolucin. El trabajo de Victoria Crespo, Itzayana Gutirrez y Emma Maldonado propone una mirada a los gobernadores constitucionales del estado de Morelos a partir de 1930. Su punto de entrada a las gubernaturas estatales es un estudio de los mecanismos de seleccin del candidato a gobernador. Como indic Weber en su momento, la resolucin del problema de la sucesin del lder carismtico es uno de los puntos nodales de la rutinizacin de la revolucin.4 Desde el punto de vista del eje temtico de la sucesin, el texto de Crespo, Gutirrez y Maldonado se conecta con el de Dante Aguilar, quien trabaja el tema de la sucesin de Zapata inmediatamente despus de su muerte, y con el de Elizabeth Molina, quien analiza la respuesta federal al problema a travs de la imposicin de una serie de gobernadores provisionales. Crespo, Gutirrez y Maldonado indagan en esta cuestin una vez recuperada la soberana estatal, y analizan cmo se fue constituyendo una regla no escrita de seleccin de un candidato, preguntndose Hasta qu punto era sta una prerrogativa presidencial? Qu factores eran considerados en la toma de decisin? A travs de esta investigacin se revelan las trayectorias, las redes de poder y los liderazgos que marcaron a la poltica posrevolucionaria morelense. Este texto tambin abre una ventana de anlisis acerca de la formacin de un sistema poltico con reglas de funcionamiento propias, de los mecanismos de articulacin con el poder central y de las sucesivas elites gobernantes del estado de Morelos. Los siguientes textos se concentran en la modernizacin del Estado. Luca Bazn y Patricia Arias analizan la creacin de un posible gran polo de desarrollo industrial en el estado de Morelos; proyecto que poco despus se convirti en la Ciudad Industrial del Valle de Cuernavaca (CIVAC). Las autoras estudian cmo las nuevas fbricas de CIVAC afectaron la dinmica demogrfica, laboral y poltica del municipio de Jiutepec. Tambin a partir de la entrevista Bazn y Arias observan !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!TILLY, Charles (ed.), The Formation of National States in Western Europe, Princeton University Press, Princeton, 1975, pp. 3-7. 4 WEBER, Economa, 2008, p. 197.3

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Introduccin |19 cmo desde la dcada de 1950 Jiutepec pas a formar parte de esa dinmica turstica que hizo surgir fraccionamientos residenciales y casas de campo. Este escenario de modernizacin tambin alcanz al sistema educativo. Antonio Padilla estudia la consolidacin de un sistema educativo moderno en la entidad en la dcada de 1930 y los esfuerzos estatales y federales tendientes a promover transformaciones en las condiciones de vida de la poblacin rural a travs de la escolaridad y, segundo, reclutar a un grupo de personas que posean un nivel cultural mnimo para formarlos y habilitarlos como profesores de educacin primaria. Asimismo, el trabajo de Padilla considera las dificultades y tensiones que provoc la aplicacin de la poltica cardenista en esta materia, especficamente la educacin socialista. El autor estudia las apropiaciones as como las resistencias que el proyecto educativo cardenista suscit en la entidad. El artculo de Padilla se complementa con un apartado sobre la educacin en Morelos en el siglo XX, coordinado por Luca Martnez Moctezuma, que rene estudios de casos de escuelas en comunidades rurales, escenas de la vida educativa cotidiana, as como anlisis de los libros de texto que circularon en la esfera educativa realizados por Enrique Capistrn Lpez, Hctor Omar Martnez, Giovanni de Jess Orea y Adriana Adn Guadarrama. Asimismo, Alcira Soler Durn y Antonio Padilla nos ofrecen un recorrido por la historia institucional de la Universidad Autnoma del Estado de Morelos, en sus sucesivas etapas, as como la configuracin de una vida y cultura acadmica universitarias, elemento constitutivo de toda sociedad moderna. El enfoque que proponen consiste en partir del papel que sus actores, en particular los estudiantes, han tenido frente a situaciones de orden poltico y social de la vida del estado. El texto de Luis Gerardo Morales Moreno nos coloca en el terreno de la urbanizacin. Morales Moreno analiza la redefinicin del espacio urbano en un entorno capitalista a partir de un estudio comparativo del caso Cuicuilco, al sur poniente de la ciudad de Mxico, en 1997, y el caso del ex Hotel Casino de la Selva, en Cuernavaca, en 2001. Su estudio de casos nos transporta al esplendor del Casino de la Selva en la poca de la Cuernavaca callista, su transformacin en hotel de lujo con la prohibicin de los juegos de azar en la Repblica Mexicana por el presidente Crdenas, y la posterior decadencia y destruccin de un espacio y patrimonio arquitectnico y artstico que alguna vez fue un landmark de Cuernavaca. Morales estudia la adquisicin del abandonado hotel y patrimonio por el consorcio Costco y la reconfiguracin urbana, ecolgica, cultural y comercial que signific dicha compra, as como las resistencias cvicas que produjo el proyecto. La contribucin de Roco Surez Lpez es una investigacin sobre el papel de las mujeres de Morelos en las luchas sociales del siglo XX. El aporte fundamental de Surez consiste en incorporar una visin de gnero a la historiografa del estado de !

20| Mara Victoria Crespo Morelos en el siglo XX. Su captulo inicia con un recuento sobre la participacin de las mujeres en el Ejrcito Libertador del Sur durante la revolucin mexicana de 1910, lo cual constituye un antecedente fundamental de las luchas en las que participarn las mujeres morelenses en la etapa posrevolucionaria. Surez contina con un estudio sobre la participacin de las mujeres en las luchas encabezadas por Rubn Jaramillo en la segunda mitad del siglo XX; tambin da cuenta de la lucha sindical que las obreras de Cuernavaca, particularmente las trabajadoras de Rivetex, llevaron a cabo a principios de los setenta. Finalmente traza una genealoga de las organizaciones de mujeres de Morelos y su lucha por reivindicaciones de gnero y clase. La cuarta seccin est dedicada al radicalismo agrario en Morelos y su relacin con el cardenismo. Horacio Crespo presenta una sntesis del marco institucional y poltico de la agroindustria azucarera luego de la reforma agraria cardenista que produjo cambios estructurales en el sector, y las nuevas y crecientes regulaciones por parte del estado federal a partir de la legislacin producida por el presidente Manuel vila Camacho en 1943/44, que incidieron decisivamente en el proceso del ingenio Zacatepec y la actividad azucarera recuperada en Morelos desde 1938. Aura Hernndez nos ofrece un estudio de la relacin entre Rubn Jaramillo y Lzaro Crdenas que polticamente arranca con el apoyo que el lder agrarista local brind a la candidatura del divisionario michoacano en 1933. Ya en la presidencia, por su parte, Crdenas promovi la creacin del ingenio Emiliano Zapata de Zacatepec en 1938, proyecto jaramillista que no slo buscaba revitalizar la industria azucarera sino tambin lograr una transformacin de una agricultura de subsistencia o pre capitalista a una agricultura comercial!transformacin vital en todo desarrollo de modernizacin como observ Barrington Moore5 bajo la forma de propiedad cooperativa. Hernndez analiza el peculiar crisol ideolgico del jaramillismo, que puede observarse en la concepcin del proyecto de Zacatepec. La autora tambin estudia los desafos y conflictos que enfrent dicho proyecto, principalmente las fisuras entre el campesinado y los obreros del ingenio y las tensiones con el gobernador Elpidio Perdomo, mismos que finalmente condujeron al fracaso del proyecto de utopa agraria jaramillista. En otra valiosa contribucin, Aura Hernndez recupera la memoria de Jaramillo, figura emblemtica de la segunda mitad del siglo XX morelense y mexicano. Su texto no es slo una aproximacin biogrfica a Rubn Jaramillo, sino tambin una excelente revisin de los estudios existentes en torno al jaramillismo, que constitu!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!MOORE, Barrington, Social Origins of Dictatorship and Democracy, Lord and Peasant in the Making of the Modern World, Beacon Press, Boston, 1966. Traduccin espaola: Los orgenes sociales de la dictadura y de la democracia, Ediciones Pennsula, Barcelona, 1973.5

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Introduccin |21 yen una excepcin en el contexto de la magra historiografa sobre el estado de Morelos posrevolucionario. A travs de Jaramillo, Hernndez nos ofrece lecturas de varios procesos sociopolticos del Morelos pos-zapatista tales como el fracaso del reparto agrario y de la industrializacin del campo mexicano, el modelo cardenista obrero-campesino, la conformacin de nuevas elites poltico-econmicas. Asimismo, su estudio de Jaramillo y el movimiento que encabez muestra los nuevos mecanismos de control poltico instrumentados en Morelos, con participacin del Ejrcito Mexicano, contra los movimientos sociales disidentes, lo que revela la cara autoritaria del sistema poltico posrevolucionario. En el presente volumen tambin presentamos un apartado con ocho contribuciones sobre la relacin entre la Iglesia Catlica y la sociedad durante el perodo del sptimo Obispo de Cuernavaca Sergio Mndez Arceo, que se inici en 1952 y concluy en 1983. Remito al lector a la introduccin realizada por la coordinadora de esta quinta seccin Alicia Puente Lutteroth, pero sin embargo quisiera destacar que los textos que integran este apartado demuestran la importancia eclesial, social, poltica y cultural de la labor del obispo Mndez Arceo, misma que trascendi las fronteras tanto de la propia dicesis, como de Morelos, articulndose con otras regiones de Amrica Latina. Este apartado se complementa con el excelente trabajo de Juan Alberto Litmanovich sobre la experiencia psicoanaltica impulsada por el prior de origen belga Gregorio Lemercier en el monasterio benedictino de Santa Mara de Ahuacatitln, en Cuernavaca, a finales de la dcada de 1950, para tratar cuestiones de orden afectivo y de vocacin religiosa de los monjes. El Vaticano ms tarde prohibi al prior toda relacin con el psicoanlisis, lo que condujo a Lemercier y a muchos monjes a dejar los hbitos y a fundar una comunidad ecumnica laica llamada Emas. Incluimos este texto no slo por su riqueza y originalidad, sino porque Cuernavaca fue el escenario de este encuentro nico en la historia entre el psicoanlisis y la Iglesia Catlica. Revela, en muchos sentidos explcitos e implcitos, la fuerza subyacente del proceso cultural tan relevante y especial que ha mostrado Cuernavaca a lo largo del siglo pasado, que va mucho ms all de su sola significacin regional, y es una pgina interesantsima de la entera historia de la modernidad avanzada en Amrica Latina, en la que aparece asociada la notable figura de Ivn Illich. Cerramos el presente volumen con una seccin sobre el Morelos contemporneo, en el que incluimos la investigacin realizada recientemente por Oscar Sergio Hernndez Bentez sobre la transicin a la democracia en el estado. El mismo se trata de un trabajo pionero en el contexto de los estudios en torno a la transicin a la democracia al analizar dicho proceso desde una perspectiva regional. Hernndez Bentez argumenta que la transicin a la democracia multipartidaria en Morelos !

22| Mara Victoria Crespo ocurri en tres etapas: la liberalizacin del sistema poltico autoritario impulsado principalmente por los reformistas del mismo, la alternancia democrtica que sigui a la crisis y descomposicin del rgimen prista, y la consolidacin democrtica, etapa en la que se encuentra hoy la democracia morelense. En un ejercicio crtico, Hernndez Bentez reflexiona sobre los desafos que an enfrenta la vida cvica y poltica del estado de Morelos. Finalmente, quiero destacar que muchos de los autores que hemos contribuido en la realizacin de este libro somos jvenes investigadores. Nuestro proyecto es abrir y construir nuevos espacios en la historiografa regional del siglo XX. No pretendemos sentar una historia cannica, por el contrario, varias de las propuestas aqu presentadas son arriesgadas y, por supuesto, abiertas a la discusin intelectual. Buscamos provocar preguntas, formular hiptesis, utilizar teoras novedosas, transgredir barreras disciplinarias, proponer interpretaciones originales, e iniciar un necesario pero postergado debate sobre la historia del estado de Morelos posrevolucionario y contemporneo.

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I Derivaciones sociales y polticas de la revolucin

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1|Reconstruccin y modernidadLos lmites de la transformacin social en el Morelos posrevolucionario

Luis Anaya Merchant*

zapatistas se forj una imagen dominante para la revolucin mexicana, la de un gran movimiento realizado para no cambiar. En contraste con el paradigma que leg la interpretacin de la obra de Womack y que detena su anlisis en la disgregacin del movimiento que sucedi al asesinato de su lder, no existe una perspectiva predominante para caracterizar el denominado periodo posrevolucionario. El gozne que une y diferencia a la revolucin de la posrevolucin es un problema conceptual que no preocup a los actores. De manera indistinta, en los aos veinte y treinta del siglo pasado los nuevos funcionarios y los viejos militantes continuaban refirindose a s mismos como revolucionarios, con independencia de los orgenes inciertos y los diferentes niveles de participacin en el movimiento armado. El abandono de filias y la migracin de lealtades revolucionarias era un asunto enteramente normal en la revolucin. En Morelos estos trasvases se haran ms fluidos luego de la derrota del villismo ante las fuerzas constitucionalistas, pues ella anunciaba la del zapatismo. Sobrevendra la primera dispersin, acentuada con la eliminacin de Zapata en abril de 1919. La fragmentacin del zapatismo se redondeara con la poltica conciliadora y unificante de lvaro Obregn. Eventos y procesos que, a la larga, abigarraran an ms las identidades y los reclamos mutuos entre los revolucionarios del sur. Con el lema de la reconstruccin, Obregn definira el inicio de una etapa diferente en la revolucin. Por principio, deline su poltica reconociendo las muchas voces que llamaban a la conciliacin del pas. Adems, por cierto, de entender de modo muy particular el conflicto social, le interesaba sobremanera contener nuevos levantamientos campesinos que pudieran erosionar el incipiente consenso que edificaba y sobre el que pretenda descansar su proyecto reconstructivo. Sus lneas polticas generales beneficiaran directamente al campesinado morelense con el primer reparto agrario de los aos veinte. Esta medida era comprensible dada la significacin queE LOS REBELDES Luis ANAYA MERCHANT. Facultad de Humanidades, Universidad Autnoma del Estado de Morelos.

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26| Luis Anaya Merchant tena la lucha zapatista entre los revolucionarios crticos del carrancismo. La nueva etapa de la revolucin anunci entonces transferencias de propiedad y cambios en la estructura productiva, aunque sus efectos an estaban por verse. Este ensayo tiene el propsito de analizar los cambios introducidos por la poltica posrevolucionaria y los efectos econmicos y sociales que supusieron. Para llevar a cabo dicho objetivo hacemos, en primer trmino, un bosquejo de los problemas enfrentados por el Estado durante la revolucin, entendida sta en un sentido de ciclo largo. Un segundo punto importante es el estudio de la estructura productiva en relacin con la recuperacin fiscal del Estado y los lmites observados en su expansin. El tercer hilo conductor del trabajo es el anlisis de las diversas alternativas proyectadas por polticos locales y federales, tanto como las tensiones y problemas estructurales que los limitaban.TRES EFECTOS DE LA REVOLUCIN EN MORELOS

Una primera diferencia con otros estados y regiones que presenciaron de manera coyuntural conflagraciones, radica en que Morelos fue un escenario establemente activo en las diferentes etapas armadas de la revolucin. Los revolucionarios morelenses combatieron a Porfirio Daz, a Madero, a Huerta, a Carranza y a las intrigas contra Obregn y Calles quienes, a su vez, los miraron siempre con recelo y desdn. Andrs Molina Enrquez pudo distinguir siete distintas etapas para la revolucin morelense entre 1911 y 1919 pero, si somos ms estrictos, deberamos aadir que nuevos trabajos han evidenciado que la inestabilidad local y su impacto destructivo en el campo continu hasta bien entrada la dcada de los treinta.1 De manera que entre el sufrimiento de las primeras grandes haciendas, como Tenextepango o El Hospital, que lo resintieron apenas iniciado el conflicto armado los estragos eran importantes ya en 1912 y la rebelin de El Tallarn que golpe a pueblos sudorientales del estado, haban transcurrido ms de dos dcadas de actividad armada. El efecto ms notorio de la violencia revolucionaria fue la desaparicin de la industria azucarera morelense. No hay ninguna duda que el azcar haba sido el eje de las actividades econmicas del Estado ni que su desaparicin impuso un nuevo rumbo. Pueden discutirse detalles del impacto revolucionario sobre la gran hacienda morelense pero el efecto general de dos dcadas difciles saltaba a la vista. ASobre Molina Enrquez vase BASAVE BENTEZ, Agustn, Mxico mestizo. Anlisis del nacionalismo mexicano en torno a la mestizofilia de Andrs Molina Enrquez, FCE, Mxico, 2002. Sobre la prolongacin de conflictos vase AGUILAR DOMNGUEZ, Ehecatl Dante, Enrique Rodrguez El Tallarn y la denominada segunda cristiada en el estado de Morelos, 1934-1938, Tesis de Licenciatura en Historia, Facultad de Humanidades-UAEMor, 2007.1

Reconstruccin y modernidad |27 diferencia de otros tipos de haciendas mexicanas, la azucarera tena un doble rostro: agrcola e industrial. Por esta singularidad era ms susceptible incluso a eventos de apariencia anodinos o exentos de violencia como la interrupcin de labores o de ciclos agrcolas. Interrupciones debidas a la simple falta de trabajadores traan efectos perjudiciales. Esto es, no era necesario afectar la infraestructura productiva para alterar la labranza (siembra, cultivo, corte y acarreo) pues cualquier mal funcionamiento de sus eslabones interrumpa el ciclo completo. No era inusual que la falta de nmero o calidad de operarios requeridos para su funcionamiento alterase aquellas fases, lo que cuestionaba la eficiencia pretendida por las haciendas. Por lo dems, estos fenmenos comenzaron a ser recurrentes con la revolucin porque los trabajadores nutran las filas de los bandos armados o bien huan para alejarse del conflicto. Este deterioro de las viejas relaciones de trabajo se refleja en la tendencia con la que los veteranos operarios de haciendas apareceran trabajando en labores distintas durante el curso de las siguientes dcadas. No son claras las magnitudes de los robos de implementos y maquinaria, pero ms all de un anlisis minucioso de testimonios y evidencia directa e indirecta se puede afirmar que al segmento industrial de la hacienda azucarera morelense le sucedi lo mismo que al agrcola: fue esencialmente desestructurado. Los campos, la maquinaria, los acueductos y el ganado de la hacienda morelense sufrieron por incendios, robos y destrucciones, especialmente entre 1912 y 1918. Apenas parece necesario sealar que la maquinaria e infraestructura que no sufri daos irreparables tampoco tuvo el mantenimiento adecuado, como tampoco cabe esperar que se observara el antiguo cuidado por las diversas variedades de caa que tambin se perdieron, como se diluy para siempre la aeja estructura que normaba las relaciones entre hacendados, arrendatarios, peones y jornaleros. Relaciones que probaran ser ms difciles de restablecer que los procesos de devolucin de propiedades realizadas por Carranza. Pero la revolucin no slo trajo a Morelos cambios en la estructura productiva y jurdica, si no que fue acompaada tambin por una profunda mutacin demogrfica. Apenas se ha subrayado que, en trminos proporcionales, Morelos fue el estado que aport el mayor nmero de muertos y desplazados a la revolucin con una cifra cercana a la mitad de su poblacin. Al inicio de la dcada de 1910, la poblacin morelense se acercaba a las 180 mil personas y para 1921 se situaba en los 103 mil. Claro, los nmeros son gruesos (el ltimo alude al tantas veces criticado censo del gobierno obregonista) y puede objetrsenos dicha generalidad, pues no desagregamos la emigracin y presuponemos, sin demostrarlo, una inmigracin por dems transitoria e irrelevante. Ms an, tampoco podemos establecer (por la deficiente calidad de las fuentes) una diferencia ntida entre las muertes por efecto de la

28| Luis Anaya Merchant violencia revolucionaria y las causadas naturalmente. Sin embargo, es plausible que pese a la acumulacin de escaramuzas, sentenciados, traicionados, ejecutados y etctera, la sumatoria de estos muertos en sucesos de armas sea inferior a la que caus la decisin carrancista de no auxiliar mdicamente a la cercada poblacin morelense durante la epidemia de influenza de 1917-1918, que caus alrededor de 70 mil vctimas. Cmo llamar a sa decisin repetida en menor escala en Michoacn? Eran decesos naturales? Quiz podra hacerse una pequea polmica historiogrfica para aclararlo. No es nuestro propsito desarrollarla, sin embargo no parece atrabiliario sealar que esas aproximadamente 70 mil personas fueron vctimas de la violencia revolucionaria o, al menos, de la intencin poltica carrancista de someter por cualquier medio, en este caso el cerco sanitario, a los enemigos. Por otra parte, los muy pocos hacendados que existan antes de la revolucin literalmente desaparecieron. No como el pueblo bajo, fsicamente, pero s en su antigua funcin de propietarios. La posibilidad de restaurar la tradicional estructura de propiedad de la tierra se diluy con los complicados repartos agrarios que inici el presidente Obregn bajo la conduccin local del gobernador Jos G. Parres. Si no acabaron con la gran propiedad s desdibujaran, en lo fundamental y para siempre, la antigua preeminencia de los hacendados. Siendo importante, la ausencia de la antigua gran burguesa terrateniente no era ms que un ingrediente del interregno poltico que caracterizara a la reconstruccin. Adems, su desaparicin no fue sbita. Su agona se prolong con la propia poltica gradualista del gobierno federal y la desorganizacin administrativa del Estado, que a su debilidad agregaba la inestabilidad producida por rivalidades locales y desacuerdos entre la comandancia militar y el gobernador. Estos eran algunos de los sombros colores que matizaban el interregno. Por su naturaleza, las incertidumbres ligadas a los procedimientos empleados por el obregonismo (concilibulos, cooptaciones de antiguos jefes y lderes, eliminaciones selectivas) se sucedan de manera errtica. No obstante, al apuntar a la legitimacin del nuevo rgimen tendan tambin a un proceso de integracin ms activo. Ello sucede notoriamente en esta etapa y puede corroborarse en el sentido reclamo del gobernador Parres por alentar, desde las realidades locales, una poltica de conciliacin y unificacin del elemento militar.2 Ambas circunstancias, finalmente, tambin apuntaran a la eliminacin de la burguesa terrateniente.

Archivo Plutarco Elas Calles en Archivo Calles-Torreblanca (en adelante ACT- PEC), Jos G. Parres a Plutarco Elas Calles, secretario de Gobernacin, 26 de abril de 1921, gav. 59, Dr. Parres, Jos, exp. 10, inv. 4353.2

Reconstruccin y modernidad |29 En Morelos la nueva integracin poltica pareci sucederse con mayor rapidez. Antonio Daz Soto y Gama se apresur a subsanar la sospechosa imagen de carrancistas que tenan los sonorenses entre sus correligionarios, afirmando: Obregn y de la Huerta son amigos del sur.3 La alianza con el obregonismo cambi coyunturalmente la suerte de los zapatistas, hasta el punto de que a Prez Montfort le ha parecido que eran los hijos bastardos favoritos del rgimen obregonista.4 Obregn design a Genovevo de la O jefe de operaciones militares del Estado, a Jos G. Parres gobernador, a Jenaro Amezcua agente general de la Secretara de Agricultura y Fomento, a Mendoza L. Schwerdtfeger presidente de la Comisin Nacional Agraria; desde esos puestos clave, estos antiguos zapatistas agilizaran la solucin agraria de la nueva administracin. El inicio de la reconfiguracin de la estructura agraria morelense pareca prometedor bajo esos auspicios, pero la lucha poltica por el control del Estado y la concepcin obregonista de la reforma agraria complicaran las expectativas del campesinado morelense. La revolucin realizada por las grandes masas campesinas y secundada por trabajadores urbanos haba triunfado bajo la conduccin de una pequea burguesa de rancheros, maestros, burcratas y trabajadores norteos que, al calor de las batallas lograron improvisarse como una nueva casta militar exitosa. Con su triunfo tambin conquistaron el derecho a reconstruir el pas; empresa acometida bajo los conceptos, imaginarios histricos e ideas pequeo-burguesas que justificaban sus acciones revolucionarias y sus anhelos de cambio social. Desde luego, ms que su ideologa variopinta o su pragmatismo poltico, era la hegemona militar la pieza clave de su xito; tal y como su transformacin de civiles en pretores era la consecuencia esperada de sus acciones materiales. De modo recproco, la codicia por los cargos pblicos impeda que todos los revolucionarios los pudiesen alcanzar. No extraa as que en su consolidacin transformadora recordaran el ascenso bonapartista.5 Sus aliados campesinos (y tambin con frecuencia, contrapartes) al probar serCentro de Estudios Histricos CARSO, Fondo Jenaro Amezcua, VIII-2, leg. 434, Daz Soto a Francisco Mendoza, julio 1, 1920. Obregn y sus partidarios combatan ahora con Carranza; el eplogo de la revolucin llegaba. 4 PREZ MONTFORT, Ricardo, La unin de revolucionarios agraristas del sur (Unos zapatistas despus de la muerte de Emiliano Zapata), en CRESPO, Horacio (coord.) Morelos. Cinco siglos de historia regional, Mxico, Centro de Estudios Histricos del Agrarismo en Mxico-Universidad Autnoma del Estado de Morelos, Cuernavaca, 1984. 5 Mxime si se toma en cuenta el escaso peso que tenan los obreros; sus nuevos aliados y futuros contrapartes. En la medida en que millones de familias viven bajo condiciones econmicas de existencia que las distinguen por su modo de vivir, sus intereses y su cultura de otras clases y las oponen a stas de un modo hostil, aqullas forman una clase. Por cuanto existe entre los campesinos parcelarios una articulacin puramente local y la identidad de sus intereses no engendra entre ellos3

30| Luis Anaya Merchant incapaces de representarse, enajenaron esta funcin al nuevo Estado al que ya no pudieron oponerse del modo como poco antes haban hecho frente a los terratenientes. Ahora pareca que el Estado posrevolucionario les obsequiaba la tierra que no lograron obtener por s mismos. El Estado, encabezado por la nueva casta militar, supla la fuerza que ya no tenan. Ahora estaban ante la cuestin de aceptar la tierra aunque no fuera en propiedad privada sino en propiedad colectiva. El gobierno de Parres comenz los experimentos; los primeros fueron crear colonias agrcolas-militares para veteranos zapatistas y dotar de tierras a pueblos para formar ejidos.6 Con esto el obregonismo plante una contradiccin como primera alternativa ante al reclamo campesino por la tierra: propiedad colectiva con usufructo privado. Hay que coincidir con Warman que plantea que esta enredada va hizo a los campesinos preguntarse si haban ganado o perdido la revolucin.7 Los tres efectos revolucionarios que hemos destacado la desestructuracin de la hacienda como principal unidad econmica, el cambio demogrfico y la sustitucin de la gran burguesa por una pequea de sello bonapartista de rasgos negociadores tendran mltiples consecuencias econmicas pero tambin sociales y polticas en el curso de las siguientes dcadas. Sin embargo, el horizonte al que se dirigan estos cambios era tan incierto como indito. Despus de todo, constituan un experimento de escala estatal con elementos distintos, aunque tambin otros comunes a los de los gobiernos radicales del carrancismo (como el yucateco de Carrillo Puerto o el sonorense de Elas Calles). Al comenzar los treinta, Lzaro Crdenas calificara el experimento morelense como un modelo exitoso digno de imitar, refirindose, al menos parcialmente, tanto a la convivencia de formas de tenencia de la tierra como a la relativamente rpida dotacin de tierras ejidales.8ninguna comunidad, ninguna unin nacional y ninguna organizacin poltica, no forman una clase. Son, por tanto, incapaces de hacer valer su inters de clase en su propio nombre, ya sea por medio de un parlamento o por medio de una Convencin. No pueden representarse, sino que tienen que ser representados. Su representante tiene que aparecer al mismo tiempo como su seor, como una autoridad por encima de ellos, como un poder ilimitado de gobierno que los proteja de las dems clases y les enve desde lo alto la lluvia y el sol. Por consiguiente, la influencia poltica de los campesinos parcelarios encuentra su ltima expresin en el hecho de que el Poder Ejecutivo someta bajo su mando a la sociedad, MARX, Karl, El dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekn, 1978 [1852], p. 130. 6 Aguilar menciona los casos de las colonias Jos G. Parres en Atlacomulco, bajo la autoridad del ex general Quintn Gonzlez o la de Constancio Farfn en Tenextepango, controlada por el ex coronel Leopoldo Heredia, cfr. AGUILAR, Enrique, 2007. 7 WARMAN, Arturo, Y venimos a contradecir. Los campesinos de Morelos y el Estado Nacional, Ediciones de la Casa Chata, Mxico, 1976, p. 148. 8 ABASCAL, Salvador, Lzaro Crdenas. Presidente comunista, Mxico, 1988, p. 178. Abascal cita a Crdenas, que un fin de semana cuernavaquense de mayo de 1934 escribi: Mi impresin recogida en

Reconstruccin y modernidad |31POLTICA POSREVOLUCIONARIA Y CAMBIO SOCIAL

El pueblo que emergi de la experiencia revolucionaria no tena mejores caractersticas que el de 1909. La experiencia de su no siempre deseada transformacin haba sido traumtica: haba sido presa fcil de la influenza espaola porque desde haca aos sufra cansancio, hambre y no tena buen vestido ni casa ni poda acceder a buenos medicamentos, como tampoco o muy escasamente a dinero pues sin el trabajo de las haciendas escaseaban los jornales. En su mayor parte, la poblacin viva en la autarqua y el trueque. En lo inmediato, adems de promesas, lderes y excesos, la revolucin reafirm atrasos en diversas reas: educacin, seguridad, comunicaciones, red hidrulica, eran slo algunas. Las condiciones de vida y de la economa seran peores que las de la dcada pasada durante varios aos ms. Esto se evidenciaba tambin en el marco fiscal y presupuestal del Estado, que era un autntico desastre. En mayo de 1920 lleg al punto de que el gobernador Luis Flores se preguntara si Morelos subsistira como Estado dada su incapacidad para recaudar y su acentuada dependencia del subsidio federal.9 Siete aos despus, un nuevo gobernador provisional, Ambrosio Puente, inform al Presidente Plutarco Elas Calles que en los tres meses que llevaba de gestin su mayor preocupacin haba sido dictar providencias para regularizar contribuciones, disminuyendo los tributos y dando a la vez facilidades a los contribuyentes para que puedan dar sus enteros. Su preocupacin derivaba, agreg, de que el gobierno a mi cargo, no encontr sino por casualidad la suma de 57 centavos, al iniciar sus labores. Por ello se congratul de que en el periodo de marzo a junio, y pese a ser meses muertos para la actividad econmica, se haya dado el caso inslito, desdeMorelos es que la clase campesina est en mejores condiciones que en otros Estados, como consecuencia de que la totalidad de las haciendas fueron repartidas en ejidos a los campesinos y opera actualmente el Banco de Crdito con 2 millones de pesos (tan insuficientes que ni siquiera se puede empezar a reparar la multitud de obras de riego destruidas por el zapatismo, ni a reponer el ganado por el mismo zapatismo engullido o vendido). [] Sin embargo, deja Cajigal (el gobernador saliente) la lacra de haber permitido se estableciera en Cuernavaca el Casino de la Selva, lugar de vicio donde ya se han perdido fortunas y causado la desgracia de elementos que han perdido [] el saldo del vicio son daos acusados y sobre todo la nota de inmoralidad que da una administracin, es incomparable al beneficio que puedan hacer los impuestos. El vicio nada lo justifica. La Revolucin debe poner fin a esto. Cuando est en mis manos lo har. 9 El acento de Flores estaba puesto en la imposibilidad de substituir en el corto plazo las aportaciones de las extintas haciendas. Su pregunta era si no ms bien deba designrsele Territorio dada la importancia del subsidio federal para su sostenimiento, Exclsior, 14 de junio 14 de 1920. La desastrosa situacin fiscal del estado conducira a una polmica sobre la situacin jurdica de la entidad, ROJANO GARCA, Edgar D., Las cenizas del zapatismo, Tesis de Licenciatura en Historia, Facultad de Filosofa y Letras-UNAM, 2004.

32| Luis Anaya Merchant 14 aos a la fecha, de que en las arcas del Estado se cuente con un fondo real de ms de 15,000 pesos.10 No obstante sus perspectivas halageas con la sola honradez de su trabajo Puente no tard en lamentar las enormes dificultades que encontraba para alcanzar la ansiada reorganizacin administrativa. Como el lector supondr, observ que el Estado careca de una base fiscal firme. Al respecto esgrimi una razn particular y otra que, infortunadamente, se generalizara. En principio advirti que la nica fuente fiscal que tena el Estado eran las tierras. As, la razn particular era que una parte de las tierras pertenecan a la Caja de Prstamos para Obras de Irrigacin y Fomento de la Agricultura (CPOI) y por acuerdo presidencial estn exentas de pago. El complemento del cuadro y razn general era que el resto [de las tierras] que constituyen la mayora, [estn] en poder de los ejidatarios, quienes no pagan sus impuestos por la penuria y desorganizacin que ha existido entre ellos.11 As, Puente reconoca que no poda obtener recursos fiscales porque ni el gobierno federal ni sus gobernados los aportaban. En Mxico la contraccin de las actividades econmicas se present antes de sobrevenir la depresin norteamericana de 1929 y de que los mercados internacionales sufrieran por los efectos combinados con las crisis financieras europeas del inicio de los treinta. As, la situacin de penuria fiscal y presupuestal apenas comenzara a resolverse al comenzar los cuarenta. Durante los treinta el entorno no favoreca captar tributos de la produccin y el comercio, de ah que la primera alternativa del erario fue iniciar un nuevo catastro que afectara a sus pequeas ciudades. Este nuevo impuesto slo fue posible con el gobierno constitucional que se inici al comenzar la dcada de 1930. Diez aos atrs, Parres haba observado su necesidad aunque para l era inimaginable aplicarlo, pues reconoca que era una de las quejas manifestadas por Genovevo de la O en su contra. Efectivamente, Parres solicit el pago de contribuciones por fincas urbanas de 1919 y 1920, lo que a juicio del jefe militar estatal era arbitrario pues el decreto 1 del gobierno parrista haba condonado dichas contribu-

Jubiloso, Puente enfatizaba que ello daba elocuente idea de que un gobierno trabajador y honrado puede salvar a Morelos de la desastrosa situacin en que se encuentra. ACT-PEC, Memo que rinde al Presidente de la Repblica el Gobernador Provisional del Estado de Morelos, Ambrosio Puente, con motivo de las labores desarrolladas desde el 21 de marzo al 11 de junio de 1927, Puente, Ambrosio, gav. 62, exp. 103, inv. 4628. 11 ACT-PEC, Memo que rinde al C. Presidente de la Repblica el Gobernador Provisional del Estado de Morelos, Ambrosio Puente a Plutarco Elas Calles, diciembre 27, 1927, Puente, Ambrosio, gav. 62, exp. 103, inv. 4628.10

Reconstruccin y modernidad |33 ciones hasta 1919.12 Como Puente que regularizaba contribuciones consintiendo excepciones y disminuyendo tributos, las inconsecuencias de los liderazgos populistas dbiles no podan resolverse con ms retrica sino desarrollando nuevas fuentes fiscales pues la ampliacin de las existentes era imposible en plazos breves; el programa agrario de la revolucin y las contradicciones que ste implicaba en la poltica fiscal de los regmenes federal y estatal aadan obstculos a la recuperacin. No est de ms observar que correspondi al gobierno de Jos Refugio Bustamante administrar los fondos del nuevo gravamen ni que fue acusado de malversacin, desvo de recursos e incumplir las obras pavimentacin de calles en Cuernavaca, carreteras y resolver problemas de infraestructura en escuelas y hospitales que justificaron su destitucin.13 Con todo, la penuria fiscal no era la nica causa que impeda reorganizar administrativamente al gobierno estatal; un problema adicional era la contradiccin que exista entre los acentuados localismos (una constante histrica endurecida en los aos veinte)14 y la capacidad movilizadora de los lderes que demandaban cargos en la estructura burocrtica. Muchos empleados no son morelenses, reclamaba De la O a Parres, en una queja que subsistira durante mucho tiempo despus. Infortunadamente, la respuesta de Parres reconoci: es verdad, pero los morelenses no son competentes para escribir siquiera con mediana correccin. Claro, el bajo nivel de capacitacin de los funcionarios preocup a los gobernadores zapatistas sobre todo porque la estructura administrativa continuaba siendo la heredada del porfiriato o, en el caso de la oficina de Hacienda, haba sido sustituida por rivales polticos al obregonismo.15 Si este problema era preocupante, la calidad profesional de los jueces lo era an ms, pues sus designaciones solan emplearse como armasLo que incluy recargos hasta agosto de 1920. La condonacin se hizo con relacin a los capitales registrados y procurando mayores ventajas para los capitales pequeos, ACT-PEC, Jos G. Parres a Plutarco Elas Calles, Puente, Ambrosio, gav. 62, exp. 103, inv. 4628. 13 AGUILAR, Enrique, 2007, pp. 132-ss. 14 Morelos para los morelenses es una de las consignas ms enfatizada por un opositor a Estrada Cajigal: VALVERDE, Sergio, Apuntes para la historia de la revolucin y de la poltica en el Estado de Morelos, desde la muerte del Gobernador Alarcn, pronunciamiento de los Generales Pablo Torres Burgos y Emiliano Zapata, mrtires, hasta la restauracin de la reaccin por Vicente Estrada Cajigal, impostor, s.p.i., Mxico, 1933. LA FRANCE, David, Revolution in Mexicos Heartlands. Politics, War, and State Building in Puebla, 1913-1920, Scholary Resources Inc., Wilmington, 2003, enfatiza agudamente despus de veinticinco aos de examinar la revolucin, creo que la ms importante causa y fuerza conducente detrs de sta, era el profundo y persistente deseo de autonoma local. 15 Eran escribientes de nivel bajo que no estaban en condiciones de contrariar a la revolucin; adems, era difcil contratar otros de similar competencia por los exiguos sueldos. ACT-PEC, Cuernavaca, Parres a Calles, Srio. Despacho de gobernacin, abril 26, 1921, Dr. Parres, Jos, gav. 59, exp. 10, inv. 4353.12

34| Luis Anaya Merchant polticas.16 Por lo dems, cabe observar que los gobiernos provisionales no tenan facultades para legislar en materia de justicia, aunque s en el campo hacendario que, como hemos visto, resolvan en sentido populista. Un sentido que era tambin el de la conviccin y el de la sobrevivencia poltica para no enajenarse la capacidad de organizar bases de apoyo. Si bien la mayora de los gobernadores provisionales reconocieron el problema educativo (o intentaron no limitarse a constatarlo), todo indica que pocos avances reales se alcanzaron. En su gobierno, que coincidi con el regreso reeleccionista de Obregn y con nuevos ambientes de divisin locales y nacionales, Ambrosio Puente declar su intencin de poner las cosas en el terreno de la verdad, y de seleccionar al profesorado y nombrar a un Director competente, hacindolo trabajar con personal apto. Con esto, las ciento cincuenta escuelas del estado podran alcanzar resultados, si bien ms modestos, tambin ms reales. Antes que l asumiera (marzo de 1927), se imparta instruccin hasta el 5 y 6 grados de primaria pero la realidad es que no se enseaba bien ni el 1.17 Al observar el falso servicio lo cambi para impartir educacin moral y fsica, de igual modo estableci escuelas en Cuautla y Jojutla y en municipalidades de segunda importancia. La siguiente dcada testific esfuerzos ms importantes para crear la infraestructura escolar estatal. En grados modestos pero continuos se atac el analfabetismo y se masific el acceso a conocimientos bsicos y prcticos como cultivo de jardines y hortalizas, organizacin de cajas de ahorros, atencin a las campaas de higiene y salubridad, contra el alcoholismo, pro-rbol, talleres de carpintera, de electrnica, de costura, etc. Para 1942 el nmero de escuelas ascenda a 291 que atendan cerca de 21 mil nios y cuatro mil adultos,18 pero el subsidio federal continu siendo crucial pues sostena ms de doscientas escuelas rurales. En este ascenso hay que considerar dos factores para tener una mejor perspectiva: a) las escuelas particulares crecieron en ritmos similares a la poblacin urbana; b) no cabe subestimar la participacin de particulares. Aqu se pregunta: cmo considerar la cooperacin de vecinos de Cuautla y Jojutla para adquirir inmuebles que serviran para instalacin de secundarias? Sin este esfuerzo, reconocidos por las propias autoridades, se truncaran los estudios de alumnos que no pudieran conNIBLO, Stephen, Mxico en los cuarenta. Modernidad y corrupcin, Ocano, Mxico, 2008, vase un ejemplo en p.143. 17 ACT-PEC, Memo que rinde al Presidente de la Repblica el Gobernador Provisional del Estado de Morelos, Ambrosio Puente, con motivo de las labores desarrolladas desde el 21 de marzo al 11 de junio de 1927, Puente, Ambrosio, gav. 62, exp. 103, inv. 4628. 18 Alfabetizar continu siendo en el gobierno de Perdomo (1938-1942) el primer objetivo de la educacin. PERDOMO, Elpidio, Informe del C. Gobernador Constitucional del Estado de Morelos, sobre el ltimo ao de su administracin (1938-1942) ante la XXVIII Legislatura Local, Cuernavaca, s.e., 1942.16

Reconstruccin y modernidad |35 currir hasta Cuernavaca.19 Afirmacin que no era la simple y usual exageracin del poltico interesado pues una investigacin coetnea en Tepoztln confirma el inters y esfuerzo de los padres en la educacin de sus hijos, percibindola como un mecanismo de movilidad social.20 Contrastando con el desastre fiscal del gobierno, los titubeos que experiment para reorganizarse, su sempiterna lentitud para solucionar el atraso educativo u ofrecer servicios ms eficientes, la poblacin tena ms experiencia poltica y guerrillera. La mezcla, claro, resultaba poco alentadora. Desde el desmembramiento del zapatismo, las fuerzas carrancistas haban adelantado en la pacificacin pero subsistan gavillas y lderes dispuestos a movilizarse. El general De la O era un ejemplo importante entre esos lderes que no se pacificaran o integraran a la revolucin sino rodeados de todo tipo de suspicacias. Genovevo de la O ejemplificaba el ascenso de la nueva casta militar y su transformacin en un nuevo tipo de profesional de la poltica. Por supuesto, muchos personajes ejemplifican estas diarquas hasta bien entrado el cardenismo, toda la poca en la que los comandantes de zonas militares intrigaban contra los gobernadores y viceversa.21 Paradigmticamente, De la O obstaculizara con todos los pretextos a su alcance el trabajo de Parres. Sin embargo, el encuadre de estas tensiones tampoco se reduca al parmetro de una pugna entre civiles y militares tal y como se haban presentado en uno de los trasfondos polticos de la campaa electoral de 1920. Exceda estas coordenadas porque en Morelos subsistan grandes propiedades y, en consecuencia, como sucedera en Yucatn o en Durango, los terratenientes estaban interesados en desestabilizar los nuevos regmenes locales y un medio socorrido era descalificar a los gobiernos no constitucionales, seguramente con la intencin de incidir en los procesos de su eleccin. As, por ejemplo, Luis Garca Pimentel Jr., heredero de prominente hacendado porfirista, descalificara permanentemente a Parres llamndolo gobernador de facto.22 Un denuesto que poda endilgar a todos sus sucesores a lo largo de la dcada.Ibdem. LEWIS, Oscar, Social and Economic Changes in a Mexican Village. Tepoztlan, 1926-1944, en Amrica Indgena, vol. 4 (4), octubre de 1944, pp. 281-314. 21 Estas diarquas fueron comunes a la mayora de los estados durante diferentes momentos de la pacificacin reconstructora, prologando la cruda lucha entre los poderes regionales y el federal que caracteriz al denominado maximato y al cardenismo, es decir, al auge centralizador del Mxico moderno. 22 La presin de los hacendados tambin pareca orientada fiscalmente pues no pagaban impuestos an siendo dueos de la tierra. Desde luego, la renuencia al pago podra verse simultneamente como resultado del temor a perderla lo que haca el pago de impuestos prediales una mala operacin si era afectada por la reforma agraria o como un medio poltico de defensa.19 20

36| Luis Anaya Merchant Las pugnas que marcaron al gobierno de Parres y la Jefatura de Operaciones Militares de Genovevo de la O, esto es, la contienda por la destitucin de Parres tomara un nuevo rumbo con el intento de volver al rgimen constitucional. En esta coyuntura, De la O intent contender por la gubernatura formando el Partido Morelense del Trabajo; una organizacin ms pequea y artificial que el recin creado Partido Nacional Agrarista (PNA),23 cuyas alianzas estaban ms inclinadas a Parres. Pese a todos sus altibajos,24 esta alianza era por lo menos creble para los sectores campesinos pues con ella se haba iniciado la reforma agraria. Claro, no la soada por Zapata sino la ejercida por Obregn que tambin ensalz Crdenas.25 Adems de ello, Parres tena contacto directo con Luis L. Len, una de las figuras ms visibles del Partido Nacional Agrarista, a travs de su Secretario de Gobierno, Crisforo Ibez. A travs o en acuerdo con l, Ibez informara a Len, obregonista de primera fila, de todos los movimientos delahuertistas en Morelos y de las intrigas de Genovevo en favor de esos rebeldes.26 Con la rebelin delahuertista de 1923, la poltica nacional volvera a definir el rumbo de las tensiones polticas estatales como lo haba hecho desde el maderismo y lo hara con mayor fuerza durante los aos treinta, tanto por nuevas asonadas militares como porque Plutarco Elas Calles elegira a Cuernavaca para su residencia. La actividad delahuertista y la presuncin de deslealtad del Jefe de Operaciones Militares se remedi con una gran movilizacin de fuerzas obregonistas que neutralizaron cualquier influencia posible de Genovevo de la O. Un resultado si bien informal pero muy importante del proceso fue la cancelacin de un pronto regreso al orden constitucional. Obregn impondra nuevamente a un civil vinculado al zapatismo, Alfredo G. Ortega, como gobernador en noviembre de 1923.27 Y luegoEn su inicio tuvo un carcter cupular. As, la convocatoria a constituirlo lanzada al inicio de junio de 1920, llamaba a unificar a los mexicanos en torno al agrarismo y era firmada por Plutarco Elas Calles, Francisco Mjica, Eulalio Gutirrez, Jos Vasconcelos, Conrado y Antonio Daz Soto y Gama, Gildardo Magaa, Antonio I. Villarreal y Luis Snchez Pontn, entre otros, a quienes se sumaran Parres, Amezcua (quien posteriormente sera acusado de salinista, partidario de Len Salinas, vinculado a Aarn Senz y a los intereses financieros de la industria azucarera), Velasco y otros revolucionarios identificados con la lucha agraria, cfr. Centro de Estudios Histricos CARSO, Fondo Jenaro Amezcua, VIII-2, carp. 5, leg. 427. 24 DE LA PEA, Guillermo, Herederos de promesas. Agricultura, poltica y ritual en los Altos de Morelos, Ediciones de la Casa Chata, Mxico, 1980. 25 En realidad el inicio del proceso, pues Parres reconocera en 1924 que el 75% de la propiedad rstica y urbana continuaba en poder de los terratenientes. ROJANO GARCA, Cenizas, 2004. 26 ACT-PEC, Ibez a Len, octubre 22, 1923, Lic. Ibez, Crisforo, gav. 43, exp. 1, inv. 2866. 27 No es plausible pero s significativo que Jos Urbn Aguirre sealara a las intrigas de los hacendados descontentos con la poltica agraria de Parres, como responsables del retiro de ste.23

Reconstruccin y modernidad |37 de protestas e insatisfacciones por su nombramiento (entre las que se contaron la falta de oriundez), lo sustituira mediante una frmula legalista por el agrarista zacatecano Ismael Velasco en septiembre de 1924. Ortega enfrent los mismos problemas econmicos que Parres y seguramente hered irresueltos los brotes de plagas surgidos en los campos arroceros que tanto marcaron este cultivo hasta los aos sesenta.28 En todo caso, en el conjunto de problemas que hered la administracin de Velasco se recibi tambin el embate de la inestabilidad poltica por la que, un ao despus, debi enfrentar su propia destitucin. En un perodo de dieciocho meses le sucedieron Rojas Hidalgo, Valentn del Llano, Heraclio Rodrguez, Alfonso Mara Figueroa. Era un carrusel en el que no podra insinuarse consistencia alguna en materia de programas de gobierno. La llegada de Ambrosio Puente el 20 de marzo de 1927, cambi en algo el panorama? Quiz no, pero su estancia de tres aos, hasta el 12 de marzo de 1930, permitira una transferencia ms institucional a Carlos Lavn.PROYECTOS Y SOLUCIONES?

La solucin econmica, como al principio de la revolucin, pareca obvia: era la tierra. Aunque la forma en la que los gobiernos revolucionarios llevaran a cabo el traslado del dominio (distribucin, restitucin, compra, etc.) y su ritmo an eran objeto de controversias y tensiones. Sobre el ritmo Obregn marc una pauta que durara por lo menos tres lustros en un discurso pronunciado el 27 de octubre de 1920:debemos proceder con absoluta discrecin; debemos proceder con un tacto tal, que satisfaga el problema agrario sin poner en peligro nuestro bienestar ni nuestra parte econmica. Si nosotros empezamos por destruir la gran propiedad, para crear despus la pequea, creo sinceramente que habremos cometido un error, porque el da que se promulgue una ley, fijando la superficie mxima que cada uno de los hacendados desea, ese da el gobierno no tendr siquiera el derecho de cobrar los impuestos ni las contribuciones por toda la superficie de la hacienda []. No debemos destruir las propiedades grandes, antes de crear las pequeas, porque vendra un desequilibrio de produccin que pudiera quiz orillarnos a un perodo de hambre.29Bien o mal? fuera por la uncinariosis que conoci Ortega o por la palomilla blanca en 1967 y que seran una de las causas por las que en estos aos comenz a perfilarse un estancamiento de los rendimientos medios por hectrea, no obstante ser an superiores al promedio nacional pero inferiores a los de, verbi gratia, Michoacn. GARZA SNCHEZ, Mximo, La economa del Estado de Morelos. Investigacin del Sistema de Bancos de Comercio. Coleccin de Estudios Econmicos Regionales, BANCOMER, Mxico, 1968. 29 Citado por GARCA TREVIO, Rodrigo, Agrarismo revolucionario y ejidalismo burocrtico, en Problemas agrcolas e industriales de Mxico, vol. V, nm. 4, julio-diciembre de 1953.28

38| Luis Anaya Merchant Morelos, sin embargo, fue uno de los estados donde menos absoluta fue dicha discrecin. Las dotaciones avanzaron rpido como la alternativa elegida en contraposicin a las deseadas restituciones que tantos enredos judiciales supusieron. Obregn concedera la tierra pero bajo un mecanismo que persigui crear mecanismos de control sobre los campesinos. Infortunadamente no hay estudios sistemticos de las solicitudes de restitucin ni de dotacin de tierras enviadas por los comits agrarios de los pueblos (Comit Particular Administrativo, fue su nombre oficial) a la Comisin Local Agraria y las recomendaciones de sta al Gobernador Parres, as como a los subsecuentes mandatarios estatales. No obstante, la estadstica general y la revisin de casos analizados por historiadores, socilogos y antroplogos apunta a respaldar la intencin de Obregn que redund rpidamente en una reforma agraria tan intrincada como confusa. Lo usual en este periodo era que las comunidades de los pueblos solicitaran restituciones de lo que consideraban sus propiedades usurpadas por las haciendas, ante lo que los hacendados y propietarios oponan trmites legales. En aclarar la documentacin y determinar la primaca de derechos los litigios se alargaban y era por esto que resultaba ms sencillo el camino de la dotacin de tierras, pues supona un trmite legal diferente. Sin embargo, siguindose una va o la otra (restitucin o dotacin), continuara la invasin de tierras y el uso de violencia para resolver conflictos. Adems de documentar los los legales que supona la solicitud de restitucin, De la Pea ha mostrado que en los Altos de Morelos ocurrieron invasiones de tierras y estallidos ocasionales de violencia asociados a este tipo de disputas multidimensionales.30 En la reforma agraria, o ms bien, en el denominado rgimen ejidal se esbozaba una gran irona histrica. Un rgimen, por lo dems, que no persiguieron los revolucionarios morelenses pues aunque no tuvieran una concepcin sofisticada del futuro, su lucha s revelaba un genuino rechazo a formas caciquiles de control. Su Plan de Ayala supona la defensa de los pueblos pero tambin protega la pequea propiedad; persegua, en palabras llanas, la certeza de la propiedad que la reforma escamote. Sin embargo, los campesinos que aceptaron la tierra al comienzo de los veinte no protestaron contra la paradoja bsica del ejidalismo: la propiedad comn y el disfrute privado de la tierra. La infortunada lentitud con la que transcurrira el cambio, las expectativas que suscitaba alcanzar algn logro de apariencia positiva para una poblacin cansada y derrotada, as como la fragmentacin del movimiento nuclear de la resistencia campesina y la unificacin revolucionaria estaban entre los motivos que llevaron a claudicar por la pequea propiedad. Adems de la natural imprevisin del sentido de los cambios, haba realmente una indefinicin del30

DE LA PEA, Herederos, 1980.

Reconstruccin y modernidad |39 proceso que no se resolvera sino hasta 1935, con la consolidacin del cardenismo. Hasta entonces haba sido comn considerar a los repartos como una suerte de transicin en el reordenamiento agrario. Despus de todo y al menos en Morelos, ya fuera porque la poblacin era menor o por la agona de la hacienda, la tierra se haba vuelto un factor ms abundante. Parcialmente, esta distinta relacin aclara porque Calles continu la tendencia de su antecesor aunque entregando, principalmente tierras de temporal, agostadero y monte, como lo muestra el siguiente cuadro:CUADRO 1 Dotaciones de tierra, Morelos, 1922-1927 (en Ha)AO 1922 1923 1924 1925 1926 1927 Totales RESOLUCIONES 012 010 017 011 029 045 124 TOTAL 016, 251 009, 071 009, 567 007, 248 024, 169 046, 549 112, 855 RIEGO 03, 122 03, 772 02, 100 01, 012 04, 630 01, 924 16,560 TEMPORAL 03, 713 02,500 04,249 02,168 10,675 16,684 39,989 OTRAS 08,596 02,791 03,165 03,462 08,864 02,939 29,817

FUENTE: Censo Agrcola Ganadero, 1930, Direccin General de Estadstica, Secretara de la Economa Nacional. VIEJOS OBSTCULOS Y NUEVAS OPCIONES

Para Warman, la primera opcin en Morelos era practicar la agricultura de subsistencia. La novedad estribaba en que se haca bajo el modelo ejidal y centrada en el cultivo del maz, pues ste era la mejor respuesta a las condiciones reales, y en cierto grado permita la realizacin parcial y modesta del ideal que tanto haban peleados los campesinos: la posibilidad de producir y sobrevivir independientemente, sin servidumbre hacia fuera, con sus propios recursos. Ms an, l sugiere un crecimiento del cultivo del maz en la milpa lento pero con sorprendente constancia que habra movilizado incluso a campesinos de los altos de Morelos a la tierra caliente para sembrarlo.31 Durante los veinte la tierra sera relativamente ms abundante y las yuntas y la mano de obra adquiriran la naturaleza de bienes escasos. Cuarenta aos despus la produccin maicera sera valuada en 57 millones de pesos el 17% del valor del producto agrcola del Estado 32 pero estasWARMAN, Y venimos, 1976, pp. 178-181. Es realmente una pena que su aserto no se funde en algn tipo de evidencia emprica y ms bien parezca ser producto de un razonamiento especulativo. 32 GARZA SNCHEZ, La economa, 1968, p. 23.31

40| Luis Anaya Merchant estimaciones han de tomarse con reservas pues esta suma no ingresaba por entero al mercado: el maz seguira siendo un producto dirigido a la subsistencia directa, a diferencia de lo que ocurrira con el azcar, el arroz y productos de hortaliza. El nimo reconstructivo posrevolucionario multiplicara las actividades de la poblacin aunque estas se revistieran de formas improductivas como la reconstruccin de las iglesias.33 Naturalmente, estas antiguas formas de trabajo colectivo reforzaban los lazos comunitarios y el sentido de pertenencia a localidades pero no aclaran el ritmo con el que se sustituan los mtodos de produccin. Persistentemente muchos oficios continuaban siendo ocupaciones ocasionales para las personas; as suceda con los barberos, fabricantes de tabiques y adobes o comerciantes en pequea escala que convivan con las nuevas profesiones que reclamaba el mercado como choferes, maestros, panaderos, carniceros, plomeros, boticarios, molineros, zapateros, que lentamente especializaban ms la divisin social del trabajo. El crecimiento de la poblacin normaliz las ocupaciones ocasionales y asent las nuevas profesiones en un ritmo muy lento por lo que la absorcin de las contradicciones suscitadas por los cambios apenas nos alcanzan con tonos de ancdotas en las que se insina un trasfondo social sensibilizado por sus efectos. As, la apertura del segundo y ms exitoso molino de maz en Tepoztln fue visto como la revolucin de las mujeres contra la autoridad de los hombres.34 Los nuevos molinos eran los grandes ahorradores de tiempo para las mujeres; las cuatro a seis horas empleadas para hacer tortillas podan ocuparse en la cra de los nios, de animales o en la iglesia, en el comercio pequeo o en fabricar artesanas y prendas de vestido que con la introduccin de mquinas de coser daran lugar a pequeos talleres domsticos. Otro ejemplo de crispaciones por el cambio ocurra con la expansin de los caminos. Fueran de terracera o pavimentados compitieron eficazmente contra arrieros y burreros que objetaron sin xito sus trazados pero que suscitaron conflictos entre las nacientes cooperativas de transportistas.35 A nivel nacional el rgimen de Calles acentu el inters por las cooperativas como una alternativa de produccin social. El gobierno de Puente sigui el fiel de la poca y se interes no slo en desarrollarlas sino que, como se hiciera tempranamente en Yucatn con el henequn o ms tardamente en La Laguna con el algodn, organiz una comisin reguladora para el arroz. Por varias ventajasQue si bien tiene poca lgica moderna coincide con lo investigado en SNCHEZ RESNDIZ, Vctor Hugo, De rebeldes fe. Identidad y formacin de la conciencia zapatista, Instituto de Cultura de Morelos, Cuernavaca, 2006. 34 Los maridos alegaban que el nuevo ocio ampliaba la posibilidad de que sus mujeres les fuesen infieles. LEWIS, Social 1944. 35 PERDOMO, Informe, 1942.33

Reconstruccin y modernidad |41 comparativas este cultivo, antes secundario, comenz a ganar importancia frente a la caa y el maz (cuya produccin a finales de los sesenta ya era deficitaria respecto del consumo total)36 y su despegue organizativo debe localizarse en este esfuerzo. Puente deseaba regularizar siembras y cosechas de los arroceros parcelarios bajo mtodos cooperativistas, pues identific que aisladamente ellos eran vctimas de acaparadores extranjeros.37 En esto justificaba la intervencin de su administracin y la solicitud de fondos al Supremo Gobierno de la Repblica para sacarlos [a los pequeos productores arroceros] del medio de la explotacin en que han estado sometidos desde tiempos pasados. Preocupaciones similares subsistiran en gobiernos posteriores que con esas y otras medidas procuraron, simultneamente, incrementar la recaudacin del erario por la va de aumentar el precio del arroz.38 Sin embargo, el problema del acaparamiento y la usura era ms general y su evolucin empeor con la depresin norteamericana. Mxico presenci en los treinta estancamientos en los precios agrcolas debido a la contraccin de los mercados y a la falta de capital para la agricultura, lo que ocurra pese al esfuerzo poco eficiente para atender al pequeo agricultor, tanto del Banco Nacional de Crdito Agrcola como de su similar para el crdito ejidal. A la endmica caracterstica de la falta de crdito se sumaba que la gran hacienda tenda a desaparecer. As, en el nuevo escenario los ejidatarios, aparceros y pequeos agricultores eran los nuevos productores importantes y todos estaban en una situacin financiera mala. Generalmente vendan su producto antes de cosecharlo y slo los ms favorecidos lo liquidaban inmediatamente despus de hacerlo. Claro, el mecanismo ideal de normalizacin de las ventas era el crdito pero ste slo era conocido, si as puede llamarse, bajo la deformada figura de la usura. As que la conducta segua siendo que cuando los agricultores vendan lo hacan con precipitacin y esto obviamente contraa los precios, prefigurando la reproduccin de una tendencia deflacionaria en contra de ellos mismos. Claro, esta baja de precios ocurra en beneficio de losGARZA SNCHEZ, La economa, 1968, p. 23. Cabe advertir que este reclamo continuara aos despus siendo una de las causas citadas explcitamente por El Tallarn en su rebelin. AGUILAR, Enrique, 2008. 38 PERDOMO, Informe, 1942, pp. 5, 10: [] al tomar posesin de mi cargo, la reparticin de tierras estaba casi totalmente concluida, pero no obstante ello los campesinos se mostraban inconformes ya que la dotacin en el reparto [] ni siquiera alcanza para dar a cada ejidatario la parcela mnima que sealan las leyes agrarias, y los acaparadores y usureros aprovechaban el trabajo del campo obteniendo a precios irrisorios las cosechas, motivando el desaliento completo de los campesinos que ni siquiera podan cubrir el crdito que les facilitaban los Bancos, dejndolo de hacer en muchas ocasiones. Razn por la que Perdomo persigui a los acaparadores y logr subir el precio de la carga (138 kg) de $12.50 que pagaban dichos acaparadores a $22.60, sin mayor alteracin del precio final de venta al consumidor.36 37

42| Luis Anaya Merchant habitantes de las ciudades que podan, incluyendo a las clases trabajadoras, subsistir a costos ms bajos; sin embargo, Mxico continuaba siendo una nacin de campesinos. De ah que sea razonable inferir una transferencia de ingresos del campo a la ciudad, aunque los ingresos de los campesinos conocieran ligeras mejoras respecto de las condiciones porfirianas.39 No obstante, ms beneficiados que los citadinos fueron los comercializadores y transportistas minoritarios: los denominados coyotes y acaparadores. Argumento que, por cierto, es convergente con el de Warman, quien observa que la crisis del maz en Morelos no proceda de una disminucin en los rendimientos fsicos o de una baja en la eficacia de la agricultura; ni siquiera el crecimiento demogrfico [] sino de la imposicin de una tasa de explotacin ms alta que implicaba la captura de una mayor proporcin del producto por sectores externos.40 Las campaas gubernamentales para contrarrestar estos efectos aportan una prueba indirecta de la existencia del problema combatido por Ambrosio Puente, denunciado por El Tallarn y que origin presiones de grupos campesinos para que sus productos fueran pignorados en los Almacenes Generales de Depsito, a travs de bancos nacionales y por lo que se formaron comisiones reguladoras de todo tipo de productos. Puente creara en Morelos la Junta Reguladora del arroz para que el acaparador desaparezca y el arroz se venda a su verdadero precio, logrando as que el agricultor obtenga el producto real de su trabajo.41 Hay que sealar que el arroz se convertira en el producto agrcola de mayor xito durante varias dcadas; aunque dicho xito fuera relativo. El loable esfuerzo del gobernador no se desarrollara como l quiso pero continu siendo uno de los temas importantes de la agenda poltica. Una de las razones que dificultaban su c