2
En este complejo elemento del altar/ ofrenda surge de una combinación entre las dos culturas que nos dan origen. Desde luego que en esta combinación también hay muchos elementos que fueron “alte- rados”, como la reducción del tiempo de celebración o la inclusión de la visita de nuestros difuntos a este plano de la exis- tencia, pero esta alteración no es resultado sino de las necesidades expresivas de una nueva cultura nacida del encuentro de dos mundos y de la historia que constru- yeron en conjunto. Sin los elementos católicos quizá las ofrendas indígenas no habrían sobrevi- vido, pero sin los elementos indígenas los altares católicos serían igual de insípidos que los altares eclesiásticos. Otro aspecto a considerar es la itine- rancia de los vivos respecto a las ofrendas. Aquí es sorprendente el paralelismo en- tre las dos tradiciones, ya que los pueblos originarios solían visitar las ofrendas que sus vecinos realizaban, mientras que la iglesia impulsó la visita de los altares en sus diferentes parroquias a cambio de in- dulgencias. De esta forma somos los vivos quienes nos desplazamos de un lugar a otro, creando así otro paralelismo con los muertos quienes en su propio plano son ellos quienes se desplazan para visitar una ofrenda/altar fijo. Por eso hoy día resulta tan aberrante el desfile de día de muertos que se realiza en la Ciudad de México. Esperemos que no llegué a nuestro municipio, pues en esta forma de celebración no sólo podemos ver cómo se desvirtúa unos de los elementos, sino que también se asoma la debilidad de una celebración frente a la mirada extran- jera. Porque no sólo le hemos dado gusto a una película ya hollywoodense, sino que también hemos dado por hecho que el disfraz es un elemento imprescindible de nuestra festividad y no un elemento de otra festividad que convive con la nuestra como efecto de la globalización, me refie- ro al Halloween. Si bien el disfraz que se usa para este desfile es el de la Catrina, un elemento incorporado gracias al ingenio de Guadalupe Posada a finales del siglo XIX, lo cierto es que el disfraz no es un elemento ni de la ofrenda indígena ni del altar católico. Es por esto que hay muchos quienes consideran que esta festividad a construcción de L una identidad V Fotografía del Archivo de la Crónica Municipal 1

a construcción de una identidad V · 2020. 12. 2. · ofrenda surge de una combinación entre las dos culturas que nos dan origen. Desde luego que en esta combinación también hay

  • Upload
    others

  • View
    2

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: a construcción de una identidad V · 2020. 12. 2. · ofrenda surge de una combinación entre las dos culturas que nos dan origen. Desde luego que en esta combinación también hay

En este complejo elemento del altar/ofrenda surge de una combinación entre las dos culturas que nos dan origen. Desde luego que en esta combinación también hay muchos elementos que fueron “alte-rados”, como la reducción del tiempo de celebración o la inclusión de la visita de nuestros difuntos a este plano de la exis-tencia, pero esta alteración no es resultado sino de las necesidades expresivas de una nueva cultura nacida del encuentro de dos mundos y de la historia que constru-yeron en conjunto.

Sin los elementos católicos quizá las ofrendas indígenas no habrían sobrevi-vido, pero sin los elementos indígenas los altares católicos serían igual de insípidos que los altares eclesiásticos.

Otro aspecto a considerar es la itine-rancia de los vivos respecto a las ofrendas. Aquí es sorprendente el paralelismo en-tre las dos tradiciones, ya que los pueblos originarios solían visitar las ofrendas que sus vecinos realizaban, mientras que la iglesia impulsó la visita de los altares en sus diferentes parroquias a cambio de in-dulgencias. De esta forma somos los vivos quienes nos desplazamos de un lugar a otro, creando así otro paralelismo con los muertos quienes en su propio plano son ellos quienes se desplazan para visitar una ofrenda/altar fijo.

Por eso hoy día resulta tan aberrante el desfile de día de muertos que se realiza en la Ciudad de México. Esperemos que no llegué a nuestro municipio, pues en esta

forma de celebración no sólo podemos ver cómo se desvirtúa unos de los elementos, sino que también se asoma la debilidad de una celebración frente a la mirada extran-jera. Porque no sólo le hemos dado gusto a una película ya hollywoodense, sino que también hemos dado por hecho que el disfraz es un elemento imprescindible de nuestra festividad y no un elemento de otra festividad que convive con la nuestra como efecto de la globalización, me refie-ro al Halloween. Si bien el disfraz que se usa para este desfile es el de la Catrina, un elemento incorporado gracias al ingenio de Guadalupe Posada a finales del siglo XIX, lo cierto es que el disfraz no es un elemento ni de la ofrenda indígena ni del altar católico. Es por esto que hay muchos quienes consideran que esta festividad

a construcción de Luna identidad V

Fotografía del Archivo de la Crónica Municipal

1

Page 2: a construcción de una identidad V · 2020. 12. 2. · ofrenda surge de una combinación entre las dos culturas que nos dan origen. Desde luego que en esta combinación también hay

“extranjera” pervierte la nuestra, aunque en los hechos la mayoría de las personas saben bien que son diferentes y no hay problema en celebrar ambas si se respetan los elementos de cada una.

Así que aquí nos enfrentamos a un reto: si el elemento del disfraz y el desfile se infiltran por completo, nuestro Día de Muertos también se transformará, quera-mos o no. Y quizá en algunos siglos vean este sincretismo como nosotros vemos el dado entre la ofrenda y el altar. Cruce-mos los dedos porque no sea así y sea una moda pasajera, como en algún momento lo fue la confusión infantil entre el Ha-lloween y Día de Muertos. Confusión casi desterrada gracias no sólo a la fuerza de nuestra propia tradición sino también al involucramiento de padres, gobierno y es-cuela en la difusión de los elementos prin-cipales del Día de Muertos y la aceptación del Halloween como una festividad dis-tinta que no invade ni invalida a la propia de México.

2

Fotografía del Archivo de la Crónica Municipal

Fotografía del Archivo de la Crónica Municipal