A GENTEJulio 2020 – Edición 7

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Editorial

Despertar de nuestra modorraLa presente Revista incorpora un artículo cuyo autor es un universitario

que mira la realidad que lo rodea e incorpora, con la finalidad de ver cual puede ser el aporte a brindarle, de qué manera no solamente sea útil sino que su contribución ayude a acercarlo, a ser parte. “No es necesario realizar un análisis exhaustivo para notar que alrededor nuestro, las cosas podrían estar mejor, porque “a la oportunidad de poder conocer aspectos que de otra manera se nos escaparían, es necesario agregarle la necesidad de trabajar en aquello que debe transformarse”, nos informa de manera contundente.

Otro aporte a AGENTE se lo debemos a un dirigente del Centro de Residentes Correntino del Gran La Plata, quien nos presenta a una persona que ya no está entre nosotros pero que, al decir de nuestro amigo, “se plantó ante la vida, miró la realidad y se esforzó para mejorarla, casi sin hacerse ver”. Por este motivo el artículo termina: “ella hizo vida aquello del poeta: no quiero la espuma, no quiero el laurel, solo quiero el amor de Aquel”. Es como si estuviéramos viendo la santidad muy cercana.

Las dos trabajos nos recuerdan a los conceptos de Solidaridad y Caridad, que procuramos vivir.

La tempestad del COVID-19 que para unos es una carga pesada, para otros un fuerte sentimiento de alejamiento, es para todos un deseo profundo de apartarnos de ella. “La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. La tempestad pone al descubierto todos los intentos de encajonar y olvidar lo que nutrió el alma de nuestros pueblos”. El Papa Francisco nos alienta a que aprovechemos esta crisis para salir fortalecidos y nosotros decimos: “este tiempo puede ser el del despertar de nuestra modorra y volver nuestra razón hacia lo esencial”.

Así como en la Edición del mes pasado se escribió sobre la Justicia, tanto en lo que hace a uno de los poderes del sistema político vigente, cuanto a la virtud que encarna, en este número ofrecemos un trabajo sobre: “el sistema constitucional vigente en la Argentina y Provincia de Buenos Aires” y sobre las consecuencias que se podrían hacer realidad si el derecho no cumple acabadamente con su misión en esta situación de Coronavirus y, al decir del autor, “si nos queda alguna duda de cómo debemos comportarnos en estas horas...dar, sin ruido ni aparato, su tiempo y su labor, en el puesto que a cada uno toca, a la colaboración de la obra común, exigida por el bien general de la patria”.

Editorial

Consejo de RedacciónEdgardo Alonso, Marta Ansalas, Jorge Barragán, Néstor Caruso, Augusto Fantasía, Mario Garavaglia, Pbro. Cristian Gonzalvez, Alberto Rezzónico.

Diseño y DiagramaciónAugusto Fantasía

La Pastoral Social se hace presente todos los meses con esta Revista Digital queriendo llegar a cada lector y ofrecerle, a través de la Doctrina, ayudas para que podamos acercarnos al Padre tanto en esta vida y aspirar a la promesa de Nuestro Señor Jesús.

En el artículo ADN CELESTE leemos: “Decir que Dios nos ha creado a su imagen significa que Él ha querido que cada uno de nosotros manifieste un aspecto de su esplendor infinito; Él tiene un proyecto sobre cada uno de nosotros; cada uno de nosotros está destinado a entrar, por un itinerario que es propio, en la eternidad feliz”. Ojalá así sea.

Nota: Todos los párrafos encomillados pertenecen a los artículos de esta Edición.

Recuerdos:

Estamos acercándonos al primer cumpleaños de AGENTE y pensamos que el festejo puede ser compartido con quienes quieran hacerlo. Para la edición del mes de Agosto incorporaremos una sección de Carta de lectores. Será un motivo de festejo pero, aún más importante, una ocasión oportuna de que manifiestes tus aportes, sugerencias, propuestas, observaciones, comentarios o críticas. Los recibiremos con seriedad y cariño. GRACIAS.

Hasta la próxima Edición.

Queridas/os amigas/os:

La misión es parte esencial de nuestra vida cristiana.Les acerco este breve video para invitarles a vivir esta línea pastoral de

nuestra Arquidiócesis también en la cuarentena.Con un poco de creatividad, las parroquias, los decanatos, los

movimientos y las distintas instituciones se las pueden arreglar para organizar una movida misionera en cuarentena.

Video: https://www.arzolap.org.ar/mision-en-cuarentena-video-del-arzobispo/

Asimismo ofrezco una oración muy extensa para sanar profundamente el interior de los nerviosismos y cansancios que se acumulan en la cuarentena. Se trata de respirar profundo y relajarse entre una estrofa y otra y permitir al Señor que haga su obra, sin prisa.

Oración sanadora de cuarentena “Vengo a tu presencia, Señor,a pedirte que restaures mi vida, Señor, en este tiempo duroa veces me perturban las ansiedadesy las impaciencias.Pasa por todo mi ser y pacifícameDios de luz y de paz.Aplaca mis nerviosismos e inquietudes.Derrama en mi interior tu inmensa calma.Tú eres mi protección,rodéame con tu presenciapara que ningún mal me alcance.Llena mi existencia con tu gloria,cúbreme con tu fuerza protectora.

Pacifícame Señor”.

Continuar la oración en https://www.arzolap.org.ar/14285-2/

Con afecto en Cristo.

Misión y oración sanadora en esta cuarentena(Mons. Víctor Manuel Fernández.Arzobispo de La Plata.)

En la Iglesia Catedral de La Plata, el ahora Obispo diocesano de Puerto Iguazú, Mons. Nicolás Baisi, se despidió de la Arquidiócesis de La Plata con una Santa Misa que fue transmitida en vivo por diferentes plataformas digitales, ante la imposibilidad de invitar a la feligresía debido a la cuarentena.

Mons. Baisi comenzó expresando un profundo agradecimiento a Dios “quien me creó y me llamó al sacerdocio y después al Episcopado y a La Plata, que siempre me cuidó”. “Asimismo le agradezco al Papa Benedicto XVI que me llamó al Episcopado y al Papa Francisco que me encomendó la diócesis de Puerto Iguazú, donde los Jesuitas hicieron tanto y en donde espero poder seguir el ejemplo de tantos grandes Jesuitas que trabajaron allí”.

“También quiero agradecer de un modo especial a Mons. Héctor Aguer, que confió en mí para esta tarea, consagrándome y compartiendo conmigo la misión episcopal. Gracias a ello pude participar en la pastoral de la arquidiócesis creciente”.

Además, destacó que “en estos 10 años he visto muchas cosas, un crecimiento en número y en madurez de sacerdotes, religiosas y laicos también, habiendo podido acompañar a muchos de todos ellos en la tarea de anunciar a Jesús, único salvador del mundo”.

“Agradezco también a Mons. Alberto (Bochatey) y a Mons. Víctor (Fernández) que tanto me acompañaron y tanto me enseñaron. Tanto aprendí con ellos y agradezco su fraternidad episcopal. Asimismo agradezco a todos los sacerdotes con quienes he podido trabajar y religiosas, quienes con su carisma enriquecen esta arquidiócesis”, añadió Baisi.

En referencia al clero, destacó la importante tarea que ha desarrollado para colaborar con esta Arquidiócesis tan heterogénea, remarcando que es un clero “sólido y trabajador, con diferentes carismas, estilos y capacidades que enriquecen el trabajo pastoral”.

Palabras de despedida de Arquidiócesis de La Plata(Mons. Nicolás Baisi. Obispo de Puerto Iguazú.)

En tanto que también subrayó: “Agradezco a las Carmelitas, donde cada mañana he celebrado la Misa y me he nutrido de virtudes bellísimas. Gracias por tanto afecto, tanta oración y riqueza espiritual y una calidad atenta, delicada y exquisita. Es incalculable lo que les debo”.

“A los laicos les agradezco la confianza y el trabajo generoso, con los cuales hemos trabajado en distintos ámbitos. Es muy bueno poder confiar en la gente y que responda a la confianza. He encontrado mucha gente buena en la arquidiócesis, mucha gente buena”, expresó Mons. Baisi, quien también hizo extensivo su agradecimiento al Consejo de Asuntos Económicos que, con “capacidad, generosidad, tiempo y un gran compromiso por la iglesia, tanto ayudó a una administración ordenada como así también a una arquidiócesis sólida en cuestión económica”.

Sobre el final, agradeció también todo el trabajo de la gente de la Curia, “con quienes hemos compartido tantas cosas. Y a los jóvenes de las diversas parroquias y movimientos, en especial los de Aventura, que con su fe y entusiasmo, dan color y sabor a la vida arquidiocesana”.

Monseñor Nicolás Baisi tomó posesión de la diócesis de Puerto Iguazú, el domingo 5 de julio, en la catedral Virgen del Carmen.

En el momento de dar su mensaje, Monseñor Baisi comenzó agradeciendo a sus padres, a Dios y al Papa Francisco. Luego mencionó a los obispos que pasaron por la diócesis, “cada uno de ellos sembró la buena semilla del Evangelio con diferentes carismas y diferentes riquezas que, combinadas con la tierra colorada y la mezcla de sangre de su gente, edificaron una diócesis plena y exuberante de colores, matices y desafíos, sobre la sólida roca de Cristo”. Haciendo referencia al territorio diocesano dijo: “Una tierra generosa en donde la huella de Dios Padre Creador se hace bellamente tangible. Una tierra en donde la fe anunciada hace 400 años por los primeros misioneros jesuitas, es testigo de una de las más grandes epopeyas de la evangelización y la historia de la humanidad. Una tierra fecundada con el agua de caudalosos ríos y lluvias, y especialmente fecundada y santificada con la sangre de mártires (…) Vengo a esta tierra y a su gente con temor y temblor, también con reverencia por tanta fe que la hizo fecunda y especial”. Seguidamente mencionó a los miembros de la vida religiosa de la diócesis, sacerdotes, religiosas, laicos, catequistas, agentes de Cáritas, de grupos pastorales y movimientos: “Quiero agradecer a todos la cercanía y el cariño con que me recibieron desde el primer instante que besé esta tierra, a su gobernador que el primer día ya me alojó en su casa como a un peregrino”.

Una vez más nos reunimos en esta Semana Social, esta vez de modo virtual, en el contexto de la pandemia del COVID 19. El entorno digital permitió la participación de muchas personas de distintos lugares de nuestro país, a través de estas jornadas donde nuestro eje central fue discernir que “NADIE SE SALVA SOLO”. Nos encontramos frente a esta pandemia, una suerte de noche, de tinieblas, todos en la misma barca, entendemos que estamos ante una tragedia, pero ésta debe ser una oportunidad de transformación por el interés de la comunidad. Por ello pensamos que es necesaria una profunda conversión humanística y ecológica para construir una sociedad más igualitaria, avanzando hacia una “economía con rostro humano” que ponga el centro de la atención en las personas, en la dignidad del trabajo, en el diálogo, para una economía de la producción y el consumo antes que de la especulación. Nos conmovieron los relatos sobre el comportamiento heroico que está teniendo nuestro pueblo a través de los comedores, escuelas, docentes, empresarios, dirigentes sindicales, políticos, jóvenes y el Ejército. Se trata de un momento de elección, un tiempo de prueba, donde tenemos que apostar a una profunda transformación de nuestra patria, teniendo presente que Tierra, Techo y Trabajo deben ser derechos sagrados y organizadores de la economía y la sociedad. Escuchamos a los expertos en salud destacando que la pandemia ha impactado en todos los sectores sociales pero, especialmente, en los barrios populares, para los cuales además serán más graves las consecuencias. Que el país no estaba preparado, como otros tampoco, para afrontar una contingencia de esa magnitud, pero se pudieron optimizar los recursos destinados a salud y valorizar el rol del hospital público como elemento fundamental, sobre todo para los sectores más carenciados. Escuchamos también la gravedad de las consecuencias de la pandemia en la educación y la ciudadanía, al verificarse un aumento en la brecha social a consecuencia de la falta de inclusión digital y conectividad, circunstancia que revaloriza el acceso a Internet como “un derecho humano”.

Como escenario de salida pospandemia tenemos claro encontrarnos en un país con muchas dificultades, pero que necesita abrir nuevos caminos que superen el odio y los internismos, por ello es que también lo vemos como una oportunidad. Oportunidad en la cual el encuentro y el diálogo aparecen como imprescindibles para arribar a un gran acuerdo social y político, acuerdo que englobe el sistema educativo, judicial, energético, la matriz productiva, poniendo eje tanto en los mercados internos como externos. Que permita establecer modos de crecer la economía pero protegiendo el cuidado de la persona humana y el equilibrio ambiental, en el marco de un desarrollo sustentable como lo inspira Laudato Si’. En este sentido es que también aparece la oportunidad de recuperar el federalismo, salir de los esquemas de concentración capitalinos y volver a poner en valor la diversidad productiva y las potencialidades de las distintas regiones del país. Ante este escenario inédito a escala global, como pastores a los que se nos confió esta tarea de iluminar la labor de la pastoral social del episcopado, abogamos para que trabajemos por la esperanza, teniendo siempre presente que si no hay esperanza para los pobres no la hay para nadie. Nos confiamos a nuestra Madre que, más que nunca desde Luján hoy nos dice: ¡Argentina! ¡Canta y camina!

Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos.

Semana Social Virtual 20206, 7, 8, 9 y 10 de Julio 2020

Vale la pena detenerse un momento y contemplar lo que existe a nuestro alrededor. A veces, las prisas nos llevan a vivir la vida en piloto automático, sin dedicar un momento a la mirada paciente y amorosa de la realidad que nos toca vivir. Sin embargo, es indispensable esta actitud para caminar cada vez mejor.

No es necesario realizar un análisis exhaustivo para notar que alrededor nuestro las cosas podrían estar mejor. La realidad humana puede no conformarnos y, en este sentido, está bien que así sea, dado que sólo a partir de esta sana incomodidad, podemos abocarnos a trabajar por algo mejor. De hecho, debería alarmarnos sentirnos siempre cómodos con todo lo que hay.

Cabe preguntarnos qué lugar tenemos los universitarios en la lectura de esta realidad que puede incomodar. ¿Es sólo de interpretación? ¿Nos basta con decir así están las cosas? ¿Hay lugar para algo más? ¿La respuesta al privilegio de estudiar en la universidad se reduce solo a aprobar exámenes?

Creemos que no. A la oportunidad de poder conocer aspectos que de otra manera se nos escaparían, es necesario agregarle la necesidad de trabajar en aquello que debe transformarse. ¿Cómo podríamos conformarnos con sólo diagnosticar problemas sin buscar soluciones? Sería mezquino de nuestra parte creer que sólo basta con saber mucho, y dejar fuera de nuestras consideraciones diversas realidades que se beneficiarían, enormemente, de ese conocimiento puesto en práctica.

En este sentido, la vida universitaria forma (o debería formar, al menos) en cada uno de nosotros un sentido de profunda corresponsabilidad social. Corresponsabilidad que va más allá del carácter privado o público de la gestión de la institución. Tiene que ver con la naturaleza de la universidad, donde la realidad que se descubre es patrimonio de todos los seres humanos.

De aquí que resulte tan grave no pensar el propio estudio y la profesión como herramientas para mejorar la calidad de vida de todos, abogando por una cultura que refleje la dignidad de cada uno y, sobre todo, de los más vulnerables. En otras palabras, siempre que estudiamos, estudiamos para los otros; para defender el valor sagrado de cada vida humana.

“La responsabilidad social del universitario” (Por Francisco Orioli)

Es por eso que sostenemos que la vida universitaria es tanto un don como una tarea. Disociar el carácter académico del servicio a los que sufren y padecen las vicisitudes de la vida, implica convertir lo universitario en un círculo de regodeo intelectual que prescinde del vínculo con los demás, clausurando así la dinámica propia de la vida: tanto más se tiene cuanto más se da.

No podría separarse el estudio del servicio social. Menos aún, si nuestra identidad está atravesada por el encuentro con Cristo, que renueva nuestra mirada sobre la realidad. No podríamos quedarnos callados, sabiendo que cada persona es amada infinitamente por Dios. No podríamos permitir atropellos a la dignidad y a la libertad de nuestros hermanos, sabiendo que en cada uno de ellos desea habitar el Señor resucitado. Sería erróneo y triste, de nuestra parte, olvidar que nuestros hermanos más pequeños también son templo del Espíritu Santo y permitir dinámicas que atentan contra su dignidad.

Se nos ha invitado, feliz y arduamente, a compartir un mensaje que atraviesa nuestra vida entera. Un mensaje que pone un límite al mal que vemos todos los días. Transmitir que el Señor ama eternamente a cada hermano y que desea establecer un vínculo de felicidad y paz con él. El mensaje que se nos ha invitado a proclamar es un mensaje de vida, nunca de muerte.

En este sentido, evangelizamos al señalar que ese Dios del que hablamos es cercano, porque se ha encarnado. Y que, encarnándose, nos ha mostrado el valor de cada vida humana. Y que, mostrándonos ese valor, nos ha llamado a transformar dinámicas de muerte que van en detrimento de la vida y de la dignidad de las personas.

Desempleo, violencia, pobreza, falta de acceso a condiciones de vida básicas, imposibilidad de acceder a la justicia, marginalidad, adicciones, falta de atención en salud y suicidios, son algunos de los flagelos que sufren nuestros hermanos. ¿Podemos callarnos frente a esto que ocurre, cerca de nuestras casas? Apostamos a que no, y pedimos la gracia de no escatimar nuestros esfuerzos. De no ser tibios en la defensa de la vida y de la lucha por la justicia. De animarnos a anunciar que existe un Dios bueno, que ama la vida humana y que desea transformarla para llevarla a su plenitud. Pedimos la gracia de tomar consciencia de tanto bien recibido, para donarnos a nuestros hermanos con autenticidad, y ser testigos fieles al Evangelio que se nos regala. Pedimos la gracia de no empequeñecernos frente al pecado, sino confiar en el poder restaurador de su misericordia que hace nuevas todas las cosas. Pedimos, porque hemos sido amados y sabemos que sin Él nada podemos hacer. Y sabiendo que hemos sido amados, hoy sabemos que nos toca retribuir.

El 5 de julio fue el aniversario de fallecimiento de Mafalda. Nuestra muy puntual compañera del Santuario de Nuestra Señora de Itatí. Además como socia, fue una humilde colaboradora de gran importancia.

Con sus cursos que promovió, arrimó mucha gente a la Institución. Estos cursos permitieron que la sede social estuviera más tiempo abierta. El pago de los cursos ayudaba con una parte para el Centro, lo que fue igualmente importante y necesario en esos tiempos.

Las comidas mensuales, en las que participaba, permitieron que más gente nos conociera.

Hablaba poco. Nunca primereaba su labor. Todo eso habla de humildad. Esa fue su herencia.

Y un aporte más, también de singular valor. Nos presentó al esposo de una de sus hijas, en ese momento Director del Archivo Histórico de la Provincia. Me contó que quería hacer libros con los provincianos del país, rondando por La Plata y que contaba con nuestra colaboración. Aceptamos el desafío. La provincia nos puso dos profesores para entrevistas a la gente que el Centro debía indicarle Sin mucho nos pusimos en marcha, se fue armando un listado de candidatos y empezamos la ronda.

En esos días, Víctor Hugo Vallejos, que se había retirado hacía unos años, nos envía un mail ignorando en lo que estábamos. Decía que tenía un programa de radio y que quería conversar con algunos, cuyos nombres nos pedía. La respuesta fue que algo de eso estábamos haciendo, pero para un libro. Quedó atrapado por la noticia y recuperamos a Víctor para el Centro.

Así con la ayuda de Dios y la Virgen, armamos el libro “El andar de los Correntinos”,…fue Mafalda una de las responsables de que tuviéramos ese libro. Nunca dijo ese libro fue gracias a mí. Y ahora creo que con ella, en este sentido, se incurrió en una injusticia. Debimos haberla mencionado y regalado un aplauso esa noche de la presentación del libro. Ella, como el ser humano que fue, tiene que haber sentido con gran dolor esa omisión que jamás señaló.

Por todo esto digo que la base y esencia del SERVIR es la HUMILDAD. Ella hizo vida aquello del poeta: “no quiero la espuma, no quiero el laurel, sólo quiero el AMOR DE AQUEL”.

“Pinceladas de su origen y andar” (Por Antonio Alvira Centro de Residentes Correntinos del Gran La Plata)

Empezaré este artículo contándoles una historia, resumida por supuesto, de un Cardenal vietnamita: François-Xavier Nguyen van Thuan. Siendo Arzobispo de Saigón (Hochiminh). Fue arrestado y luego encarcelado. Una larguísima noche que duró trece años, sin juicio, ni sentencia, nueve de los cuales los pasó incomunicado.

Un hombre muy activo en su arquidiócesis, de intensa tarea pastoral y caritativa, además de dedicarle tiempo a la educación y catequesis. Abruptamente sus actividades desaparecieron, siendo sus primeros días de hostigamiento y sufrimientos, nos cuenta: “Una noche, desde el fondo de mi corazón oí una voz que me sugería: «¿Por qué te atormentas así? Tienes que distinguir entre Dios y las obras de Dios. Todo lo que has realizado y deseas continuar haciendo: visitas pastorales, formación de seminaristas, religiosos, religiosas, laicos, jóvenes, construcción de escuelas, de hogares para estudiantes, misiones para evangelización de los no cristianos...todo esto es una obra excelente, ¡son obras de Dios, pero no son Dios!” Estas palabras cambiaron radicalmente su postura ante la realidad y respondió: “Escoger a Dios y no las obras de Dios: Dios me quiere aquí y no en otra parte”.

Estas palabras golpearon fuertemente en mí: “Dios me quiere aquí y no en otra parte”. Esta es la realidad que nos toca vivir, éste es el llamado que El nos hace. No como un castigo, pues su misericordia nos acompaña y nos abraza. La realidad más descarnadamente real, la más cruda, irrumpe de repente con una violencia pavorosa a la que no estábamos acostumbrados, irrumpe para sacudirnos, para levantarnos de nuestra modorra y nos dice que no tengamos miedo, pues El no nos abandona. Comprobamos que nuestra fe no es un reconocimiento intelectual de la divinidad, sino su presencia hoy y ahora. Cristo no elimina el drama y el dolor por la separación de nuestros seres queridos, pero hace posible un modo distinto de vivirlo y de estar ante la muerte en la que no domina la nada, sino la certeza de su Presencia victoriosa, de un abrazo sin fin, y por tanto del cumplimiento de la vida, de la relación definitiva con Él. Después de 13 años de prisión, fue nombrado Cardenal y puso en marcha en 1999 la preparación del Compendio de Doctrina Social de la Iglesia. Dado el tiempo que estamos viviendo y el significado que tiene este hombre para la Pastoral Social, creí conveniente comenzar trayéndolo a nuestro presente.

Las obras son de Dios. Por su inmenso amor a los hombres (varones y mujeres) somos sus servidores, pues El definitivamente actúa en la realidad temporal, es una presencia viva en la historia personal y social, El sufre, El padece, se duele y sufre por el desprecio al prójimo, por la avaricia, por la perversidad, por las divisiones.

“Volver nuestra razón hacia lo esencial” (Por Jorge Barragán)

Estábamos tranquilos, viviendo en nuestra pequeña seguridad, nuestra rutina, ahogados por las urgencias que no permiten detenernos, fingiendo que todo estaba bien, todo bajo nuestro control, poniendo esperanzas en cosas vanas, pequeñas o grandes ideologías que, reducían la realidad a esquemas de poder (político-económico). Y como eso no lograba saciar nuestros deseos humano de amor, belleza, felicidad y justicia, nos ahogábamos en diversiones que aturdían y no dejaban pensar. Pero las circunstancias nos han golpeado, han desbaratado nuestros planes y el miedo y la incertidumbre están acechando nuestras seguridades.

Volvemos a darnos cuenta de nuestra fragilidad humana. Nos golpea la realidad diciendo que no somos dioses y nunca lo seremos. Este tiempo puede ser el del despertar de nuestra modorra y volver nuestra razón hacia lo esencial para comprender los desafíos que afrontamos, que afronta nuestra vida y nuestra comunidad. Dijo el Papa Francisco, parangonando nuestra situación al miedo que embargaba a los apóstoles, cuando estaban en la barca azotados por una tormenta y Jesús dormía: «No nos hemos detenido ante tus llamadas, no nos hemos despertado ante guerras e injusticias del mundo, no hemos escuchado el grito de los pobres y de nuestro planeta gravemente enfermo. Hemos continuado imperturbables, pensando en mantenernos siempre sanos en un mundo enfermo. Ahora, mientras estamos en mares agitados, te suplicamos: “¡Despierta, Señor!”

Tenemos que ser consientes nuestro enemigo no es el Coronavirus, sino el miedo. El que nos paraliza y nos anula. Yo no me salvo solo; necesito del otro. Del recolector de basura que mantiene el ambiente limpio, del que ayuda trayendo lo que necesito para mi subsistencia, de la enfermera, del médico, de la parroquia, del sacerdote, del voluntario, del que debo amar, si realmente me amo.

Comparto un pensamiento que se ha hecho común: que la pandemia cambiará nuestra vida. Pero ese cambio no asegura que sea un bien, ni un mal. Cuando debamos afrontar la reconstrucción social pos pandemia será nuestro deseo el consumismo desenfrenado, el culto al dios dinero, el ignorar al prójimo, o tomamos conciencia de que somos verdaderamente humanos si participamos de la comunidad, si somos comunidad, si ponemos toda nuestra atención en el desarrollo de nuestro barrio, de nuestra ciudad, en el cuidado de nuestra familia, de nuestro prójimo, de los más necesitados. Es un desafío que desde nuestro pequeño lugar en la Pastoral Social proponemos.

Nos dice el Cardenal Nguyen van Thuan: “Una noche me vino un pensamiento: Francisco, tú todavía eres muy rico. Tú tienes el amor de Cristo en tu corazón”. Eso le dio la fuerza necesaria para reponerse de su angustiosa situación, porque El no abandona está siempre en espera nuestra, es la única esperanza cierta ante cualquier tormenta. Los poderes se caen, la avaricia devora a los especuladores, los sueños se desvanecen cuando uno despierta. Pero nuestra esperanza tiene un fuerte asidero, pues tenemos la certeza que la muerte ha sido vencida.

Nuestro interés por el otro, nuestra entrega a los demás permite cumplir el deber más importante de la vida, porque en este acto se cumple nuestra vida, se realiza verdaderamente nuestra vida en el otro, este es el verdadero sentido de comunidad. Es el gran aporte que el cristianismo hace al mundo, que exalta nuestra humanidad para realizarnos en la caridad, término que en el cristianismo es sinónimo de amor.

Dando término a estas pequeñas reflexiones creo oportuno citar al Papa Francisco: “La tempestad desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades. Nos muestra cómo habíamos dejado dormido y abandonado lo que alimenta, sostiene y da fuerza a nuestra vida y a nuestra comunidad. La tempestad pone al descubierto todos los intentos de encajonar y olvidar lo que nutrió el alma de nuestros pueblos; todas esas tentativas de anestesiar con aparentes rutinas “salvadoras”, incapaces de apelar a nuestras raíces y evocar la memoria de nuestros ancianos, privándonos así de la inmunidad necesaria para hacerle frente a la adversidad”.

Fuente: edición del 27 de junio del periódico Milenio de Méjico. La imagen está circulando a través de redes sociales:

"está hecho con las caras de todos los sanitarios fallecidos en la pandemia, ampliarlo y lo veréis, es impresionante".

“HOMENAJE AL PERSONAL SANITARIO FALLECIDO EN LA PANDEMIA”

Oración del Papa Francisco ante la Pandemia de Coronavirus

Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro caminocomo un signo de salvación y esperanza.

A ti nos encomendamos, Salud de los enfermos,que al pie de la cruz fuiste asociada al dolor de Jesús,

manteniendo firme tu fe.

Tú, Salvación de todos los pueblos,sabes lo que necesitamos

y estamos seguros de que lo concederáspara que, como en Caná de Galilea,

vuelvan la alegría y la fiestadespués de este momento de prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor,a conformarnos a la voluntad del Padre

y hacer lo que Jesús nos dirá,Él que tomó nuestro sufrimiento sobre sí mismo

y se cargó de nuestros dolorespara guiarnos a través de la cruz,

a la alegría de la resurrección.

Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios,no desprecies nuestras súplicas en las necesidades,

antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.

El valor y respeto a la Constitución define el nivel de civilización de cada Nación.- El preámbulo de la Constitución Argentina enuncia “...afianzar la justicia,…promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad, invocando la protección de Dios fuente de toda razón y justicia” para consolidar el Estado de Derecho bajo el postulado de la garantía de Derechos al pueblo y de la Justicia Legal, Conmutativa y Distributiva.- El sistema constitucional vigente en la Argentina y Provincia de Buenos Aires, se ha consolidado en todos los pensamientos jusfilosóficos, incluyendo la Doctrina Social de la Iglesia que se plasmó desde la Encíclica Rerum Novarum del 15 de mayo de 1891, con el Papa León XIII, cuando destacó que el trabajo y las condiciones de los trabajadores son una cuestión social basada en el respeto a la persona (pro Homine), la subsidiariedad del estado para garantizar ello, la contribución al bien común y defender la dignidad de la persona ; a la vez que la propiedad privada no se opone al disfrute común de los bienes naturales y que ella es necesaria para el progreso de la humanidad (Encíclicas y Mensajes Sociales, página 53, y ss, párrafos 4, 7 y 12, Bs As, 1964, edición La Ley.).- En Quadragésimo Anno (15 de mayo de 1931 ; 40 años después de Rerum Novarum) el Papa Pio XI planteó la restauración del orden social y económico, poniendo en claro la relación entre lo económico y el orden moral y reivindicando la dignidad de la persona.- Todo ello evolucionó rumbo que se debe atender el bien común en cuanto que cada miembro de los grupos sociales puedan alcanzar su perfección de una manera más total teniendo en cuenta la naturaleza humana. Hay una relación directa entre el gobierno de la ciudad y la perfección del hombre y su felicidad, bajo el principio de subsidiariedad, cuyo concepto define “ayuda”, “ayudar a las personas”, siendo un aporte decisivo en favor de la democracia. Los débiles encuentran un espacio de protección, abarcando el concepto genérico de pobres al respecto de los cuales Juan Pablo II recordó que los “pobres son los que no tienen nada para imponerse; no tienen dinero, ni poder, ni saber. Son aquellos de los que nadie se ha hecho su prójimo”.- Es necesario entonces que todos nos reconozcamos libremente, como sus iguales para que programemos en la conciencia de nuestra propia dignidad y de la solidaridad el centro del principio pro homine. Estos principios son las base de los valores del Derecho y del Estado vigentes en la Argentina y en la Provincia de Buenos Aires en cuanto respeto a la persona; a los derechos en sí mismos y no por su contenido económico sino por el respeto de la dignidad de la persona (art. 36 ,39, “...condiciones dignas de trabajo..” 56 “…derechos implícitos que corresponden al hombre en su condición de tal…!” y cc de la Constitución local) .

LA SIGNIFICACION DE LA CONSTITUCION "Toda sociedad en la cual no esté asegurada la garantía de los derechos ni determinada la separación de poderes no tiene Constitución”. (Declaración del Hombre del Ciudadano de 1789 art.16)

(Por Carlos Alberto Andreucci) (Parte I)

La dignidad humana es un valor y un derecho innato. Es un concepto ontológico de rango constitucional. La persona debe ser merecedora de respeto; reconocida a los seres humanos por sobre si mismo producto de la racionalidad, a la autonomía de la libertad y del libre albedrío- Estos principios están reconocidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en especial en el artículo 1 que protege a la persona; arts 18 a 20; 3; 22,23 y cc ; art 75 inciso 22 de la CN, arts, 10,11 de la Constitución Provincial).

La idea de la constitución debe referirse a esa autodeterminación ciudadana que el pueblo decide por sí mismo.- La Constitución es el primero de los instrumentos técnicos específicos al servicio de esos valores éticos sustantivos, de permanencia o duración y de ordenamiento fundamental estable, con valor normativo inmediato y directo.- El buen funcionamiento de este sistema garantiza gobernabilidad y que se logre la Justicia Legal, Conmutativa y Distributiva, incluyendo el formal modo que hace al Poder Judicial y la labor de la Abogacía.

Juan Bautista Alberdi DISEÑÓ EL MODELO CONSTITUCIONAL DE FEDERALIMSMO MODERADO QUE LOS CONSTITUYENTES DE 1853 Y 1860 RECEPTARON COMO CONSTITUCION ESCRITA, SUPO QUE DEBIAMOS CONSOLIDAR UN MODELO ECONÓMICO QUE EN DESARROLLO PERMITIERA RECONOCER Y GARANTIZAR LOS DERECHOS Y GARANTIAS CIUDADANAS; CREAR UN ESTADO QUE TUVIERA COMO ESENCIA AL PUEBLO EN EL EJERCICIO DEL PODER Y EN LA PROTECCIÓN DEL BIEN COMUN, BUSCANDO EL BIENESTAR GENERAL; PENSÓ EN LA ORGANIZACIÓN DE ESE ESTADO Y EN LOS INSTRUMENTOS QUE HICIERAN REALIDAD LAS ILUSIONES Y ESPERANZAS PARA QUE LA CONDICIÓN HUMANA COBRARA EL PROTAGONISMO POSTERGADO DE TANTOS SIGLOS.- Nos dijo: "Este es el sentido de la regla tan conocida de que las constituciones deben ser adecuadas al país que las recibe; y toda la teoría de Montesquieu sobre el influjo del clima en la legislación de los pueblos no tiene otro significado que este. Así pues, los hechos, la realidad, que son obra de Dios y existen por la acción del tiempo y de la historia anterior de nuestro país, serán los que deban imponer la Constitución que la República Argentina, reciba de las manos de sus legisladores constituyentes.-Esos hechos, esos elementos naturales de la constitución normal, que ya tiene la República por la obra del tiempo y de Dios, deberán ser el objeto del estudio de los legisladores, y bases y fundamentos de su obra de simple redacción, digámoslo así y no de creación. Lo demás es legislar para un día, perder el tiempo en especulaciones ineptas y pueriles. …". Alberdi precisó en el Crimen de la Guerra: "...para todos los sistemas tenemos obstáculos y para el republicano representativo tanto como para cualquier otro. Sin embargo estamos arrojados en él, y no conocemos otro más aplicable, a pesar de nuestras desventajas. La democracia misma se aviene mal con nuestros medios, y sin embargo, estamos en ella y somos incapaces de vivir sin ella. Pues lo mismo sucederá con nuestro federalismo o sistema federal de gobierno: será incompleto, pero inevitable a la vez".- (prólogo al crimen de la guerra por José Nicolás Matienzo, 1940).- Y si nos queda alguna duda de cómo debemos comportarnos en estas horas, nos recordó. “Ser libre y liberal,

no consiste en cantar canciones de libertad, ni en escribirlas, ni en echar maldiciones al Gobierno, ni en insultar a los poderosos, ni en pronunciar calurosos brindis y discursos energúmenos contra el despotismo. Es dar, sin ruido ni aparato, su tiempo y su labor, en el puesto que a cada uno toca, a la colaboración de la obra común, exigida por el bien general de la patria. La vida del hombre libre, es más seria que agradable; dista menos del silencio austero del templo, que del bullicio profano del teatro”.

El pensamiento constitucional argentino se funda en : a) creencia en la acción integradora de una Constitución; b) idea de Constitución material; c) Superación de antinomia Unitarismo y Federalismo; d) La novedad de principios de carácter económico. Aparece la influencia de la doctrina del progreso continuo morigerada por los principios éticos cristianos.- e) Techo ideológico liberal: que ha permitido en los años incluir la evolución de los derechos sociales, de segunda generación; de los derechos de tercera y cuarta generación hasta nuestros días, aceptando así una interpretación dinámica de sus institutos y declaraciones.- f) Supremacía jurídica de la Constitución: Esa constitución se erige como ley suprema, como ley de leyes que debe arraigar en la conciencia colectiva y rehuir su reforma o modificación.-g) permite escapar del constituyente histórico para conformar una ideología en el constituyente actual.-

La Argentina confrontó con su propia cultura democrática, federal y republicana, pese a lo cual hasta 1930 no se interrumpió la democracia.-1943 y 1945 cambiaron al país y transformaron la sociedad. Sucesivamente se rompió la democracia en 1955, 1966 y 1976 sin olvidar la crisis institucional que desplazó al Presidente Arturo Frondizi aparentando una continuidad institucional y democrática. En el ámbito judicial, esos hechos causaron profundos daños al país y a sus ciudadanos, -en particular al Poder Judicial de la Nación CSN y de las Provincias- Los ministros de la Corte Suprema Federal fueron removidos en 12 ocasiones hasta hoy, pese a que los golpes militares declarados desde 1930 fueron cuatro. Es decir, no siempre un golpe de estado afectó al Poder Judicial y a las instituciones; la política resultó también afectada por la vocación de tener un poder judicial proclive, dependiente o adicto al ocasional gobierno de turno inspirado en el error conceptual de imaginar o crear eventuales “enemigos o adversarios” desde la justicia. Si ese concepto existió o existiere, debieron y deben extremarse y aplicarse los procedimientos legales y constitucionales para evitar “conspiraciones judiciales”, pero no apropiarse de la justicia por pensar que la mayoría gubernativa debe y puede neutralizar así tales presuntas conspiraciones, o definir una justicia contrariando el principio de equilibrio que el poder judicial impone por ser un poder contra mayoritario; es decir para todos, de todos, y no de unos pocos. Menos de circunstanciales políticos de turno.- En lo legislativo debemos trabajar para lograr su fortaleza y de la ley, y un cambio en la resignación frente a la hegemonía o la emergencia que tienden a concentrar el poder en el ejecutivo bajo el argumento que así se pueden resolver los problemas ciudadanos. El poder político es quien debe reconocer, cristalizar y mantener su prestigio.

La similitud de los hijos con sus padres tiene dos componentes:- ADN (herencia genética). La ciencia ha estudiado que genéticamente los

padres transmiten a los hijos características fisiológicas, morfológicas o bioquímicas en el proceso de fecundación y gestación del embrión (concepción). El parecido físico es, tal vez, el más común de los comentarios o apreciaciones sobre un hijo ya sea con las primeras imágenes de las ecografías 4D o una vez que el niño ha nacido. La ciencia informa, además, que no hay suficientes respuestas para afirmar que los hijos heredan la personalidad, la capacidad intelectual, la habilidad deportiva o las preferencias por determinados gustos. Se puede hablar de cierta predisposición o habilidad para desarrollar ciertos tipos de actividades.

- Como popularmente se dice los “hijos son el reflejo de sus padres”. Lo anterior se fundamenta en que con frecuencia los hijos imitan los gestos de sus padres, las acciones, la manera de hablar e, incluso, la manera de relacionarse con los demás. Esta semejanza con los padres es producto, en mayor medida, de la educación, del ejemplo o modelo, de las condiciones de vida –medio ambiente– donde se desarrollan los hijos, que de la herencia genética.

Extrapolando este concepto del orden natural con el sobrenatural, también los hijos comienzan a ser Imagen de Dios desde el primer momento de su concepción. Transmitiendo la vida a sus hijos, hombre y mujer les dan en heredad esa "Imagen de Dios" que fue conferida al primer hombre en el momento de la creación (san Juan Pablo II, De la Audiencia General del 9 de abril de 1986). En adelante llamaremos a esta afirmación el “ADN Celeste o Celestial”.

Decir que Dios nos ha creado a su imagen significa que:

Él ha querido que cada uno de nosotros manifieste un aspecto de su esplendor infinito;

Él tiene un proyecto sobre cada uno de nosotros;

Cada uno de nosotros está destinado a entrar, por un itinerario que es propio, en la eternidad feliz1.

1Soy a imagen de Dios: ¿qué cosa significa e implica? Por: Mons. Rafaello Martinelli | Fuente: Catholic.net.

ADN CELESTE

“Ser Imágenes del Padre” (Por Augusto Fantasía)

Nuestro Arzobispo Mons. Víctor Fernández nos ha propuesto tres líneas pastorales, ante todo para caminar juntos, pero que son a la vez una invitación a “ser imágenes del Padre” o para asemejarnos a Cristo. El Papa Francisco nos alienta, en este camino en comunidad que no es otro que el de los discípulos, diciendo que “el premio que Cristo nos dará es la semejanza a Él” (De la homilía en Santa Marta del 26 de mayo de 2015). Parafraseando al poeta, y recreando el sentido de las palabras, se podría concluir que “se hace semejante al andar”.

A continuación vamos a reflexionar sobre cómo se relaciona el significado del ADN Celeste con las tres líneas pastorales.

Primera línea: En misión permanente, saliendo a llevar el gran anuncio“Él ha querido que cada uno de nosotros manifieste un aspecto de su esplendor infinito”

San Juan Pablo II nos enseña que “el hombre es gloria del Creador en cuanto ha sido creado a imagen de Él y especialmente en cuanto que accede al verdadero conocimiento del Dios viviente.”

Pareciera que existe entonces un vínculo entre que los hijos seamos reflejos de la gloria del Padre Dios (su esplendor infinito) y el conocimiento que adquirimos de nuestro Creador. Y es Jesús quien nos revela a Dios del modo más auténtico. Todo lo que Dios quiso revelarnos lo hizo a través de Jesús.

Según el Papa Francisco «el conocimiento de Jesús es el trabajo más importante de nuestra vida». También porque conociéndole se llega a conocer al Padre. Pero, se preguntó el Pontífice, ¿cómo podemos conocer a Jesús?». Con quienes responden que «se debe estudiar mucho» el obispo de Roma dijo estar de acuerdo e invitó a «estudiar el catecismo: un hermoso libro, el Catecismo de la Iglesia católica, debemos estudiarlo». Pero, en seguida añadió, que no se puede limitar a «creer que conoceremos a Jesús sólo con el estudio». De aquí la indicación de las tres puertas que hay que abrir para «conocer a Jesús». Deteniéndose en la primera —orar— el Papa Francisco reafirmó que «el estudio sin la oración no sirve. Los grandes teólogos hacen teología de rodillas».

En cuanto a la segunda —celebrar— el obispo de Roma afirmó que también la oración sola «no basta; es necesaria la alegría de la celebración: celebrar a Jesús en sus sacramentos, porque ahí nos da la vida, nos da la fuerza, nos da la comida, nos da el consuelo, nos da la alianza, nos da la misión. Sin la celebración de los sacramentos no llegaremos a conocer a Jesús. Y esto es propio de la Iglesia».

Al final, para abrir la tercera puerta, la de la imitación de Cristo, la consigna es tomar el Evangelio para descubrir allí «qué hizo Él, cómo era su vida, qué nos dijo, qué nos enseñó», para poder «intentar imitarle» (De la Homilía en la Capilla de Santa Marta del 16 de mayo de 2014).

Estas tres puertas son las que nos preparan e impulsan al gran anuncio. En la medida que conocemos a Jesús, nos configuramos con Él e intentamos imitarlo, surge el deseo interior de continuar con su misión evangelizadora.

Segunda línea: Como Cristo, cerca de los pobres y abandonados“Él tiene un proyecto sobre cada uno de nosotros”

El proyecto que el Padre Dios tiene para cada uno es lo que se denomina “vocación”. En relación a nuestra vocación o llamada, el Papa Francisco nos advierte que «cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad; esto supone que seamos dóciles y atentos para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 187).

“Desde las primeras páginas de los Hechos de los Apóstoles, donde Pedro pide que se elijan a siete hombres «llenos de espíritu y de sabiduría» (6,3) para que se encarguen de la asistencia a los pobres, uno de los primeros signos con los que la comunidad cristiana se presentó en la escena del mundo fue el servicio a los más pobres. Estamos llamados, por lo tanto, a tender la mano a los pobres, a encontrarlos, a mirarlos a los ojos, a abrazarlos, para hacerles sentir el calor del amor que rompe el círculo de soledad. Su mano extendida hacia nosotros es también una llamada a salir de nuestras certezas y comodidades, y a reconocer el valor que tiene la pobreza en sí misma” (Papa Francisco, Mensaje I Jornada Mundial de los Pobres).

Tercera línea: Creciendo juntos, para ser santos“Cada uno de nosotros está destinado a entrar, por un itinerario que es propio, en la eternidad feliz”

La Iglesia nos enseña que «si bien es verdad que nadie puede salvarse a sí mismo, también es cierto que Dios quiere que todos los hombres se salven» (1 Tm 2, 4) (CIC 1058), porque nos ha destinado a la Bienaventuranza Eterna.

El deseo de salvación de Dios se manifiesta en “el llamado a la santidad que el Señor hace a cada uno de nosotros, ese llamado que te dirige también a ti: «Sed santos, porque yo soy santo» (Lv 11,45; cf. 1 P 1,16). El Concilio Vaticano II lo destacó con fuerza: «Todos los fieles, cristianos, de cualquier condición y estado, fortalecidos con tantos y tan poderosos medios de salvación, son llamados por el Señor, cada uno por su camino, a la perfección de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre». «Cada uno por su camino», dice el Concilio. Entonces, no se trata de desalentarse cuando uno contempla modelos de santidad que le parecen inalcanzables. Hay testimonios que son útiles para estimularnos y motivarnos, pero no para que tratemos de copiarlos, porque eso hasta podría alejarnos del camino único y diferente que el Señor tiene para nosotros. Lo que interesa es que cada creyente discierna su propio camino y saque a la luz lo mejor de sí, aquello tan personal que Dios ha puesto en él (cf. 1 Co 12, 7), y no que se desgaste intentando imitar algo que no ha sido pensado para él” (Papa Francisco, Gaudete et Exsultate).

Semana Social Virtual 2020

“Es necesaria una profunda conversión humanística y ecológica para construir una sociedad más igualitaria, avanzando hacia una “economía con rostro humano”.

“Abogamos para que trabajemos por la esperanza, teniendo siempre presente que si no hay esperanza para los pobres no la hay para nadie”.

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