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A mi amada nieta Cloe

A mi amada nieta Cloe - angeleshinojosa.files.wordpress.com · -Pues son una mula y un buey -se agachó para estar a la altura de su pequeño-. Cuentan, que como nació en medio del

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A mi amada nieta Cloe

Eran las 10 de la mañana cuando Daniel se despertó con el extraño sonido de una música que

no identificaba. Saltó de la cama y corrió hasta el salón. Abrió la puerta y encontró a su madre,

que bailaba y tarareaba los villancicos que sonaban en el radio casete antiguo. La calidad del

sonido era mala, sin embargo, Lucía estaba contenta. Cada año escuchaba esa grabación

familiar, donde todavía podía escuchar a sus padres y sus hermanos cantando con ella.

El pequeño observó que además de bailar y cantar, sacaba muchas cosas de unas cajas que

había en el suelo y las iba poniendo en el mueble grande del salón. Bostezando y desconcertado

se acercó a ella.

-¿Qué haces mamá? -preguntó Daniel agarrando la falda de su madre-. ¿A qué juegas?

-Estoy haciendo el Belén porque se acerca la Navidad -le respondió sonriendo-.

-¿El Belén es eso con tantas figuritas?

-Pues sí tesoro -dijo Lucía-, representa un niño recién nacido y a las personas que cuentan que

lo recibieron.

-¿Quién es ese bebé y por qué está solo mamá?

-Es el niño Jesús, que está en su cunita, pues su mamá lo ha dejado un momento, pero seguro

que lo cogió enseguida, dijo bajando el volumen de la música-.

-¿Y esa señora y ese señor?

-Son sus papás -dijo acercándose a él-. Dicen que se llamaban María y José.

-¡Ah vale! -susurró-. ¿Y el niño Jesús por qué está desnudo? Sus papás están vestidos.

-En realidad, creo que es solo una forma de contarlo. Pues no creo que su mamá estuviera

vestida con tanta ropa mientras su bebé estaba sin ella -dijo acariciándole el pelo-. Creo que

significa, que cuando nacemos venimos sin nada y que la vida nos va trayendo lo que

necesitamos. Lo de la ropa es tan solo una forma de contarlo, se llama metáfora.

-Mamá, ¿de todas formas le podríamos poner una mantita para que no pase frio?

-¡Por supuesto que sí! -respondió sonriendo-. Ve a buscar la de tu osito y se la ponemos.

Daniel seguía mirando con curiosidad las figuras que su madre colocaba con tanto mimo.

-¿Y estos quiénes son? -preguntó señalando dos animales -. ¿Y por qué están al lado de Jesús?

-Pues son una mula y un buey -se agachó para estar a la altura de su pequeño-. Cuentan, que

como nació en medio del campo, porque sus papás estaban de viaje, se tuvieron que resguardar

en un establo. Dicen que en el establo dormían una mula y un buey, y que éstos le dieron calor,

aunque también creo que es una forma de decir que en este mundo todos los seres nos debemos

cuidar los unos a los otros.

-Mamá, y la Navidad ¿qué es?, ¡ah sí, ya sé! -dijo con tono dubitativo-, es ese día que nos

juntamos todos, comemos muchas cosas y abrimos los regalos que hay en el árbol ¿verdad?

-Bueno, sí, eso es lo que solemos hacer, pero en realidad lo que celebramos es el nacimiento de

Jesús -un gesto de su mano se lo mostró-, el bebé que has tapado hace un rato para que no

pasara frio.

-¿Y qué celebramos? -preguntó sin acabar de entender lo que su madre le explicaba-.

-Mira, hace muchos, muchos años, en un país lejano y parece que, coincidiendo con estas

fechas, nació un niño precioso y valiente al que pusieron de nombre Jesús -se sentó en el suelo

y puso a Daniel sobre sus piernas-. El lugar exacto en el que nació no están muy claro, pero

parece que fue en un país que se llama Israel. Algunas cosas se han olvidado, porque han

pasado muchos años; las personas que lo vieron ya no están, la historia se ha ido contando de

padres a hijos y algunas cosas se han ido cambiando.

Pero se sabe que su madre, María, era una gran mujer a la que él escogió para venir al mundo,

como tú me escogiste a mí -le dijo besándole en la cabeza-.

Su padre -siguió relatando-, al que el también escogió, cuentan que era un hombre amoroso,

que lo cuidaba, jugaba con él y que le amaba mucho. Le crio enseñándole su oficio, pues era

carpintero.

-¡Carpintero! ¿cómo el abuelo? -preguntó-.

-Sí, como el abuelo. Y ¿sabes qué?

-¿Qué? -dijo prestando mucha atención-.

-Se cuenta que el destino que había escogido Jesús, fue el de venir a la tierra a difundir un

mensaje de amor. Él siempre decía a las personas, que amarnos y cuidarnos unos a otros es la

única forma de vivir bien en este mundo. Sin amor, nadie es feliz. Dicen también que vivió toda

su vida amando a las personas que conocía y diciéndole a todo el mundo que se amaran.

Por eso, cada año en esta época celebramos que nació y lo que nos vino a decir. Y también por

eso ponemos cada año este Belén, en recuerdo y agradecimiento de su nacimiento.

-¡Qué bonito mamá!, pues déjale puesta la manta para que no pase frio por la noche -dijo

ajustándole la manta al niño Jesús-, así está bien.

-Sí cariño, cuídale y recuerda su mensaje: “el amor hacia uno mismo y hacia los demás, es la

única forma de ser feliz”.

Ángeles Hinojosa

Diciembre 2016