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9 783905 332650 ISBN 3-905332-65-5 Cuando uno se siente un poco deprimido, desanimado o falto de motivación, ¡no hay nada como ponerse a alabar! Si quieres ser más optimista y feliz, participa de los renovadores beneficios de dirigir alabanzas al Rey de reyes, Jesús. Con estas breves oraciones te resultará muy fácil. A cualquier hora del día o de la noche, escoge una y léela. Te servirán de punto de partida para manifestar agradecimiento al Señor con tus propias palabras. La alabanza puede cambiar radicalmente tu actitud ante la vida y tu relación con Dios.

A mi Rey

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9 783905 332650

I SBN 3 - 905332 - 65- 5

Cuando uno se siente un poco deprimido,desanimado o falto de motivación, ¡no haynada como ponerse a alabar!

Si quieres ser más optimista y feliz,participa de los renovadores beneficios dedirigir alabanzas al Rey de reyes, Jesús. Conestas breves oraciones te resultará muy fácil.A cualquier hora del día o de la noche,escoge una y léela. Te servirán de punto departida para manifestar agradecimiento alSeñor con tus propias palabras. La alabanzapuede cambiar radicalmente tu actitud antela vida y tu relación con Dios.

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A MI REY

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© 1999, 2001 Aurora Production AG, Suiza.Derechos reservados. Impreso en Tailandia.

María DavidTraducción: Patricia Zapata Noyola

y Gabriel García Valdivieso

Salvo que se señale otra cosa, todos los pasajes de las Escritu-ras que se reproducen están tomados de la versión Reina-Valera,revisión de 1960, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1960.1960.

Título original: My King and IISBN de la versión original: 3-905332-03-5ISBN de la edición en castellano: 3-905332-65-5

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Introducción

Todos sabemos que es de buena educación darlelas gracias a quien nos hace un regalo. No obstante,con frecuencia olvidamos agradecerle a nuestro Padrecelestial todo lo que nos obsequia cotidianamente. LaBiblia nos aconseja que demos gracias en todo,porque esa es la voluntad de Dios (1 Tesalonicenses5:18). Además, la Escritura nos exhorta: «Entrad porSus puertas [a la presencia de Dios] con acción degracias, por Sus atrios con alabanza» (Salmo 100:4).

¿Qué regalos nos ha dado Dios? ¡Todo! La vida, losamigos, el maravilloso mundo que nos rodea. Hasta ladicha más sencilla que experimentamos proviene deÉl. Detenernos a reflexionar en todo lo que Dios nosha obsequiado nos mueve a alabarlo y a ser másagradecidos con Él.

Surge, sin embargo, la pregunta: ¿De qué modopodemos darle las gracias? Quizá no sabes manifestaresa gratitud a Dios y a Su hijo Jesucristo, nuestroSalvador. A lo mejor consideras que te falta elocuen-cia. No te desanimes. Dios no espera que nuestrasacciones de gracias sean modelos de fluidez, nipretende que empleemos ciertas palabras en particu-lar. Él se deleita en oír las sinceras expresiones deagradecimiento que nos brotan del alma, en lenguajeexcelso o sencillo, con frases fluidas o entrecortadas,sean muchas o pocas nuestras palabras. Dios ve laalabanza que nos nace del corazón y la traduce enencantadoras melodías.

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Así y todo, aunque a muchos nos gustaría expresarverbalmente nuestro agradecimiento, no encontra-mos las palabras idóneas. La presente selección dealabanzas, ya listas para ofrecer a Dios, te servirá depunto de partida. Con el paso del tiempo, te resultarámás cómodo dar gracias a Jesús. Una vez que adquie-ras mayor soltura, te animarás a expresar tu gratitudcon palabras propias. Bastará con que digas lo que tesale del alma. Al fin y al cabo, lo que más complace aDios es tu deseo de ofrendarle alabanzas.

Imagínate: tienes la capacidad de hacer todos losdías una ofrenda de gratitud a Jesús. Ruego que elpresente libro de alabanzas te aliente a declarar, comoel rey David: «Bendeciré al Señor en todo tiempo; Sualabanza estará de continuo en mi boca» (Salmo 34:1).Si lees las presentes alabanzas devocionales como sifuesen tus propias declaraciones, irás tomando cadavez mayor conciencia de las magníficas bendiciones—grandes y pequeñas— que el Señor te prodigatodos los días.

No es mi intención que la presente obra se con-vierta en un texto rígido para la práctica de un ritocotidiano. Más bien espero que estas páginas deadoración y alabanzas te inspiren a elevar tu corazónhacia el Cielo en cualquier momento del día. ¡Que Dioste bendiga y te motive a ofrecerle alabanzas decontinuo!

María David

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uánto deseo estar contigo, Jesús, en Tu presen-cia, en Tu salón, mi gran Rey. Gracias por hacer-nos ver que para entrar por las puertas de Tus

atrios tenemos que tocar las campanas, los carillonescelestiales, mediante nuestras alabanzas. Cuando tedamos gracias por Tu bondad, por Tu amor, por todolo que haces, suenan las campanas. Cuanto más tedamos gracias, más repican y emiten sonidos armo-niosos, informando a los guardas que alguien está alas puertas del Cielo y solicita pasar. Estas alabanzascelestiales nos permiten la entrada.

Cuando te alabamos, somos conducidos a Tusatrios. En la alabanza está la contraseña que nospermite pasar a Tus majestuosos salones y acercarnosa Tu presencia. A través de la alabanza podemosentrar en Tus atrios de alegría.

Entramos a Tus atrios con alabanza y te amamosde todo corazón. Ahí te adoramos, te alabamos, tecantamos y alzamos los brazos a Ti. ¡Qué triunfos, quéprotección, qué amor, qué paz y qué fuerzas nosproporcionan nuestras alabanzas a Ti! Y ¡cómo tegustan! Te satisfacen y te hacen sentir alegría, amor yfelicidad. ¡Cuánto las agradeces! Y ¡cómo las necesita-mos nosotros para acercarnos a Ti!

¡Cuánta falta nos hace entrar por Tus puertas, estaren Tus atrios, en Tu presencia, para amarte y llenarnosde Tu amor!

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e adoro, Jesús. Necesito Tu amor. Tiene un valorindecible para mí. Gracias por el maravillosoEspíritu que constituye Tu esencia, que nos

abriga y nos proporciona esa cálida sensación depertenencia, de que somos necesarios, de que somosparte de algo grande, parte de una existencia fasci-nante, parte de la vida. Por ello, te doy gracias. Graciaspor la hermosa vida que nos has confiado y concedi-do. ¡Gracias! ¡Te amo y te ensalzo!

esús, te agradezco muchísimo que me entiendas yme ames. Te agradezco que me comprendas ytengas misericordia y compasión de mí auncuando no sé qué decir para expresarte mi amor y

gratitud. Tu misericordia es tan grande que es incompren-sible e indescriptible, y me la renuevas cada mañana.

Cada día es todo nuevo. No te acuerdas de mispecados anteriores; no recuerdas los errores que hecometido. Cada mañana es nueva, cada día está llenode frescura, de tal modo que puedo volver a comen-zar y seguir amándote.

Te agradezco que no tenga que preocuparme por loque hice en otro tiempo, por las veces en que obré mal,me descarrié y no te amé como debía. Te agradezco queme perdones y que me baste con hacer hoy todo loposible y amarte de todo corazón. Te agradezco que melo hagas tan fácil y que sólo tenga que vivir cada día sinpensar ni en el pasado ni en el futuro. Ni siquiera tengoque preocuparme por la totalidad del día, sino quepuedo vivir cada momento a medida que se presenta.

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e adoro, Señor mi Dios, en mi corazón, mi mentey mi espíritu. Alzo a Ti mi alma en oración,alabanza y acción de gracias, pues eres el Dador

de todas las cosas y lo eres todo para mí.Eres mi Padre, mi Dios todopoderoso, el Dador de

vida y fortaleza; Tú haces que se levante el sol, queresplandezca su luz y que caiga la noche. Eres elCreador de la vida, el Hacedor de todas las cosas. Erestambién como una madre consoladora; me sostienesen Tus brazos, me consuelas cuando estoy triste, meabrigas con Tu amor y me nutres de con Tu seno.Asimismo, eres mi Señor, y me amas, me besas, meacaricias, me proteges y provees para mí. En conjunto,eres un solo Dios que lo engloba todo y me da cuantonecesito.

Te alabo y te doy gracias. Desnudo ante Ti micorazón en alabanza, honra, gloria y acción de gracias.Pues soy como el polvo de la tierra, insignificantedelante de Ti, que eres Dios de todas las cosas. Por Titengo vida y amor. Te debo toda mi existencia. Todoproviene de Tu mano: todo amor, toda paz, todasatisfacción, toda enseñanza. En Tu mano está lo quesoy y lo que seré. Por eso te alabo y te honro.

e quiero muchísimo y deseo disfrutar de Tucompañía. Quiero amarte y estar siemprecontigo.

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esús, gracias por manifestar Tu amor en nuestravida de innumerables maneras. Sabes quetodos los días tenemos batallas, que pasamospor altibajos y que nuestra vida no siempre es

como una seda.La vida está repleta de enseñanzas y nos queda

mucho que aprender. Sin embargo, procuras enseñar-nos a luchar y acudir a Ti y a Tu Palabra en busca de lassoluciones y la orientación que necesitamos. Además,nuestros problemas no son nada comparados con losque sufren la desdicha de no conocerte.

Gracias porque disfruto de una vida rica, plena ygratificadora y no necesito recurrir a la bebida o a ladroga ni ganar un montón de dinero para teneralegría y satisfacción. Gracias, un millón de gracias porsostenerme en Tus manos y cuidar de mí todos losdías sin falta.

esús, cuando me siento débil, cuando la fatiga yel malestar me abruman, siempre estás a milado para envolverme con Tus brazos, consolar-me y decirme que todo va a salir bien. Descien-

des a mi nivel y me calmas los nervios, disipas mispreocupaciones y temores, y alejas la confusión quede otro modo me rodearía.

Te agradezco que me bendigas de tal forma. Tengola enorme bendición de contar con Tu paz. Gracias porlibrarme de las preocupaciones de la vida. Gracias porla paz que sobrepasa todo entendimiento.

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Te agradezco que no tenga que tomar pastillaspara hallar sosiego en medio de un apretado horario.Me basta con tomarte a Ti. Te agradezco que no tengamás que sentarme unos momentos a Tu lado y sentirel alivio de Tus caricias, que me dan fuerzas paraseguir adelante en los días febriles.

Gracias, mi espléndido y maravilloso Jesús, por Tusreconfortantes abrazos, que hacen desaparecer todaslas montañas que simbolizan los obstáculos que senos presentan en esta vida. Gracias también porque,aun cuando me siento bien, Tú haces que me sientatodavía mejor.

Ti canto, mi Rey, mi Dios, mi Señor, mi Hacedor. Tecanto con el corazón. ¡Te ensalzo con mis labios ylevanto las manos en cántico, oración y alaban-za a Ti, que me das vida, amor, alegría, paz y

sabiduría, a Ti que todo me lo concedes! Te alabo, tehonro y te glorifico, porque sólo Tú eres digno de ello.

Me entrego totalmente a Ti en cuerpo, alma,mente, corazón y espíritu. Tuya es toda mi existencia.Estoy por entero a tu disposición para que hagasconmigo como te plazca, ya que eres el Dios de todaslas cosas. Mereces toda alabanza y gratitud. Eres elDios de todo lo que existe y además mi Padre. Por ellote alabo, te reverencio y te enaltezco.

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racias, Jesús, por este día radiante, por el sol y elazul del cielo y, sobre todo, por Tu amor. Erestan paciente, tan amoroso y comprensivo.Nunca dejas de infundirme tranquilidad y

levantarme el ánimo. Es prueba del gran amor que metienes, pues pese a que me porto mal, nunca metratas como me merezco.

Te doy gracias que no tenga que esperar a llegarallá para conocerte, sentirte y hacerte feliz. ¡Me dasmuchísimo cada día! Las bellezas de Tu Espíritucolman mi vida y me hacen desbordar por todoslados. Ciertamente renuevas Tus misericordias cadamañana, y mi copa rebosa de bondades. Es imposiblemás felicidad, más dicha, más bendiciones.

e alabo, mi magnífico Señor, por darme pazinterior, una calma enorme que me invadecuando me acurruco en Tus brazos. Te alabo por

esa paz que siento aun cuando en todas partes haytormenta. Te alabo, mi extraordinario Rey, y me inclinoante Ti en humilde entrega. Me agrada sentarme a Tuspies, contemplar Tu rostro y fijar la vista en Tus amoro-sos ojos.

e agradezco que te volvieras como un mortalmás y te pusieras el ropaje de la carne terrena afin de experimentar las cosas que nos pasan y

así ser un modelo para nosotros. Te entregaste sin

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medida. Cumpliste Tu destino. Al observar Tu ejemplotomo conciencia de que no cejaste hasta lograr lavictoria, y eso me anima y me infunde fe en que yotambién puedo alcanzarla. Me inspiras confianza enque puedo hacerlo si camino cerca de Ti y sigo Tuspasos.

Gracias por mostrarme la vía. Gracias por ser unalumbrera delante de mí hacia la cual puedo encami-narme, un cálido fulgor hacia el que puedo correr y enel cual me deleito. Brinco de alegría sabiendo quepuedo llenarme de Ti, Jesús. Agradezco poder embe-berte y absorber Tu Espíritu.

Gracias por amarme, por enseñarme, por guardar-me, por fortalecerme. Gracias por valerte de mí apesar de como soy. Agradezco en el alma contar conla dicha de Tu amor, Tu comprensión y Tu apoyo. Teruego que me ayudes a seguir haciendo todo loposible por Ti, a seguir entregándote todo el corazón.Todo te lo doy, porque Tú me lo has dado todo. Teentregaste por mí sin reservas. Ayúdame a tener ladeterminación de servirte de la misma manera.

Muchísimas gracias. ¡Eres estupendo! Te quiero.�

u amor no tiene medida. Tu misericordia rebasalos cielos en altura. Tu paciencia es más profun-da que lo más hondo del mar.

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racias por darme hoy un nuevo comenzar. Lo másimportante que quiero hacer en este día es compartir-lo contigo. Antes que nada, deseo sentarme a Tus piesy escuchar lo que quieras decirme. Si tienes algo paramí, aquí estoy, Señor. Te presto toda mi atención. Sitienes instrucciones, sugerencias, indicaciones,palabras de sabiduría —tal vez algunos consejosprácticos que puedan ayudarme a lo largo del día— otiernas palabras de amor, aquí estoy. Te escucho.

Este es mi rato predilecto de cada día, estosinstantes en la mañana en que hago a un lado losafanes de la vida a fin de escucharte y hallar lasfuerzas que necesito para enfrentar la jornada. Teagradezco estos momentos. Sin ellos, no lograría saliradelante. Mis fuerzas radican en que sé que puedosentarme aquí y escuchar Tu voz tranquilizadora.

Gracias por esta bendición. Gracias por este lugartan preciado —este santuario de quietud y confianza,aquí, a Tus pies— en el que puedo dedicarte toda miatención. Pero eso no eso todo: Tú también meentregas toda tu atención. Gracias, amado Jesús, porsusurrarme al oído Tus instrucciones para hoy. Tequiero. Gracias por este nuevo día.

e alabo, te enaltezco y te doy la gloria a Ti, Diosde toda la creación, autor de todas las cosas: dela belleza contenida en todo lo que veo, de la

maravilla que entraña cada objeto, desde el másgrande hasta el más pequeño. Todo es obra de Tu

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mano, tanto una partícula atómica como el universo.Tus prodigios sobrepasan toda imaginación

Eres el Dios de la gloria. El Dios de las profundida-des, tan hondas que nadie las puede sondear. El Diosde las alturas, tan elevadas que nadie acierta a com-prenderlas. El Dios de los espacios, tan amplios yextensos que nadie los puede llenar.

Te doy toda la gloria, la honra, la alabanza y la acciónde gracias, pues eres un Dios tan grande, tan poderoso,tan inmenso, tan sabio, tan pleno y tan fuerte, que a Tulado yo no soy nada. Sin embargo, te rebajas a amarme,cuidarme, anhelarme, desearme, salvarme y conducirmea Tu Reino para que viva contigo eternamente.

ro para que siempre te diga que sí, sin importarlo que me depares hoy, mañana o el añoentrante. No quiero perder la relación tan

estrecha de que gozamos ahora. Jamás quisierasentirme lejos de Ti.

Me llevas tiernamente de la mano por Tu palaciocelestial, donde me muestras salones que no conocíay cosas que no había visto. No quiero soltarme de Tumano. Procuraré deleitarme en los nuevos dones queme enseñes en cada salón, aunque me parezcanextraños o no entienda su funcionamiento.

¡Qué generoso eres, Jesús! ¡Qué manera de prodi-garme regalos! Sé que nunca me darás nada que mehaga daño o sea causa de desesperación. Aunque mecueste aceptar algunas de Tus dádivas, quiero cumplir

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con lo que me exijas, pues deseo lo que me quieras dar.No quiero rechazar ninguno de Tus regalos. Quiero

estudiar cada uno contigo. Quiero deleitarme en cadauno, aprender a estimarlo, a apreciarlo. De esa formallegaré a conocerte con mayor profundidad. Llegaré aentender Tu corazón. Jesús, te deseo a Ti ante todo.Más que Tus bendiciones, más que Tus regalos, másincluso que la paz que siento cuando estoy a Tu lado.

¡Cómo te quiero! Me has demostrado una y otravez el gran amor que me tienes. A pesar de que yo noera nada, viniste al mundo y moriste por mí para quesiempre pudiera morar a Tu lado. Descendiste a lasprofundidades en pos de mí, y yo me aferré a Tumano. Me alzaste hasta un lugar magnífico y conti-núas haciéndome ver día tras día los prodigios de Tuamor.

A veces me dejo agobiar tanto por los afanes deesta vida y las circunstancias que me olvido dededicarte la atención y el amor que te mereces ydeseas. Sin embargo, pese a que a veces me olvido yme enfrasco en lo que me rodea, Tú no dejas decomprenderme, de amarme y de animarme a acudir aTi. Sigues recordándome que estás siempre a laespera de que me acerque a Ti, para recuperarme yrenovar mis fuerzas.

Te quiero muchísimo. Me has dado una enormidad:abundante amor, esperanza y alegría, y numerosasemociones espirituales. Lo menos que puedo hacer escorresponder a ese amor, y deleitarte y complacerteen la medida de lo posible.

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Jesús, todo mi amor te doy.Haz que cada día, desde hoy,viva como quieres Tú:siendo un espejo de Tu luz.

e entonaré cánticos desde el fondo de mi alma.Con mi postrer aliento aún te cantaré. Gloria yhonra te corresponden en el Cielo, a lo largo y

ancho de la Tierra y en el universo entero.�

esús, mi vocabulario se queda corto paramanifestar los sentimientos que abrigo por Ti.Cuando digo que te amo, en realidad noexpreso a cabalidad lo que siento.

Me maravillo cuando pienso que el amor que metienes es miles de veces mayor que el que siento yopor Ti. No logro comprender cómo me amas tanto.Pero sé que es así porque Tú lo has dicho, y creo enTus Palabras y en Tu amor. Te tengo más cariño que aninguna otra persona del Cielo o de la Tierra, y quieroseguir amándote más y más.

uán gloriosa es Tu misericordia. ¡Qué maravillo-sa es Tu bondad! Tu amor lo supera todo. Parasiempre es Tu misericordia. Tu perdón es total:

me lava el alma, me purifica, echa fuera de mí todo looscuro y sucio. Me presento ante Ti, Señor, que lo eres

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todo: mi Dios, mi Salvador. Me inclino humildementeen sumisión; porque yo nada soy, y Tú lo eres todo.

Nadie tiene la gloria, la fortaleza ni el amor que Túposees. Te entrego todo lo que soy. Elevo a Ti mi voz,mi corazón y mi espíritu en alabanza, acción degracias, honra, gratitud y gloria. Te entrego cuantotengo, pues digno eres de ello.

e agradezco que seas tan comprensivo ytranquilizador. Me transmites sosiego y megarantizas que todo va a salir bien porque está

en Tus manos. Todo lo que te encomiendo, Tú loresuelves. Ayúdame, pues, a encargártelo todo.

Te agradezco que no tenga que ganarme Tu amor.Te agradezco muchísimo que me lo brindes de formagratuita. Me amas independientemente de lo que estéhaciendo, de lo que haya hecho o de lo que vaya ahacer más adelante. Las circunstancias, la situación ylos acontecimientos no alteran en modo alguno lo quesientes por mí. Los sentimientos que albergas por míno dependen de nada de eso. El amor que me profesases incondicional. Eso me hace amarte aún más.

Te ruego que me ayudes a no distraerme con losafanes de la vida y olvidarme de Ti. Que en todomomento tenga presente Tu gran amor, aunque nosiempre lo sienta, lo vea o lo entienda. Ayúdame atomar tiempo para amarte, cualesquiera que sean lascircunstancias, de la misma manera que Tú siempreme amas y tienes tiempo para mí.

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esús, Tu amor me ha abrazado y me ha inunda-do. Cuando mi cuerpo se fatiga y mi espíritusucumbe al cansancio, Tu amor me refresca, TuEspíritu me regenera.

mado Señor mío, ¡qué alivio es apartarme delos problemas del día y desembarazarme detodas mis preocupaciones! Gracias por ocupar-te de todo. Gracias por tenerlo todo en Tus

manos. Cuanto más te encomiendo mis problemas einterrogantes, cuanto más acudo a Ti para amarte,más me ayudas y me das las soluciones que necesito.

Quiero amarte cada vez más. Me alegro mucho depoder acudir a Ti en cualquier momento del día o de lanoche. No tengo que esperar a tener un problemagrave. A veces simplemente quiero decirte lo muchoque te aprecio, cuánto te amo y cuánto te necesito.Me haces muchísima falta. No puedo hacer nada sin Ti.

uánto te estimo, mi gran Amor, más que la vida.Te elevo el alma con mi alabanza más sentida.Señor, te adoro con devoción apasionada:

Tú me has escogido aunque yo no valga nada.

¡Cuánto te aprecio, mi Amado, mi Rey, mi Señor!Guíame en todo camino y cantaré Tu esplendor.A Ti acudo, Tú que lo eres todo para mí.Te anhelo, mi Vida. Me rindo por entero a Ti.

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Ante Ti me postro en serena reverencia.Pídeme lo que quieras: eres quien llena mi existencia.Me haces falta, mi Amor. Rodéame con Tus brazos.Me recuesto en Tu pecho y en Ti encuentro descanso.

e agradezco, Jesús, que estés a mi lado mien-tras subo la montaña de la vida. Conformerecorro el sendero de Tu voluntad, siempre me

llevas de la mano. Siempre estás cerca para consolar-me. Siempre estás presente para indicarme el camino.Siempre estás a mi lado para guiarme, para ser miconsolador, mi amigo y mi compañero inseparable.

Te agradezco que aun cuando me abruman losafanes y trajines, y me encuentro con obstáculos en elcamino, Tú me consuelas y me hablas de Tu amor.Siempre me animas a seguir luchando y avanzando.

Si no fuera por Ti, no sé cómo saldría adelante. Medas fuerzas para proseguir. Me das voluntad paracontinuar viviendo. Cuando me canso y me debilitotanto que no puedo dar un paso más, me alzas y mellevas en brazos. En los momentos de mayor debilidady abatimiento, cuando me siento insignificante, meestrechas fuertemente y lo resuelves todo.

Gracias por Tu amor. Gracias por velar sin cesar pormí, por infundirme paz y seguridad. Gracias porque notengo nada que temer. Sabiendo que me has protegidohasta ahora y que siempre estarás pronto a socorrerme,no tengo miedo del futuro. Ayúdame a permanecer a Tulado en todo momento y a no alejarme nunca de Ti.

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o eres todo para mí. Te amo hasta lo indecible.Te necesito, te alabo, te colmo de palabras deadoración y te ensalzo por Tu imponente

majestad.Te agradezco el amor tan intenso que me tienes. Es

de incalculable valor. En un mundo en que los hom-bres aspiran al poder y a las riquezas, Tu amor esinapreciable. Sobrepasa con mucho todas las riquezasque puedan hallarse en este mundo. Te alabo por esteadmirable y espléndido amor, Tu ilimitado amor queva transformando mi vida.

esús, al recordar el tiempo que hemos pasadojuntos, no puedo menos que maravillarme delas múltiples formas en que Tu mano me haconducido. He pasado por sitios agradables y

por lugares adversos. He subido montañas y descen-dido a valles. Me han embargado la dicha y la tristeza.En toda situación, Tú me has sacado adelante y mehas ido convirtiendo en la persona que quieres quesea.

Me alegra mucho haber permitido que llegaras aformar parte de mi vida. No sé qué hubiera hecho sinTi. No hay nada en este mundo que pudiera llenar elespacio que ocupas Tú en mi vida y en mi corazón.

Me enorgullece que me asocien contigo y quepueda acceder a Tu amor y Tus palabras.

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e alabo, buen Señor, por Tu amor incondicional.¿En quién sino en Ti podría encontrar semejan-te amor?, un amor constante, infinito, sin

medida.Con mi mente finita no siempre alcanzo a com-

prender o descifrar cómo es que me amas tanto; perosé que es así. Te agradezco que no necesite entender-lo. Basta con que extienda la mano y acepte lo que medas. Me lo pones todo tan fácil.

A veces cuando me siento impotente, presa deldesaliento y la confusión, y cuando no encuentropalabras para expresar mis más íntimos secretos,permanezco en silencioso reposo, en la calma yconfianza que sólo Tú eres capaz de inspirar. Conasombro descubro entonces que Tú entiendes. Aliviasmis preocupaciones y temores, y con Tu cariño y Tusbesos enjugas mis lágrimas.

gradezco que puedo amarte de múltiplesformas: obedeciendo Tus preceptos, sirviéndotecon las manos y la lengua y dándote a conocera los demás. Te agradezco que pueda amarte

amando al prójimo... que pueda amarte exhibiendoun alegre semblante... que pueda amarte maravillán-dome de Tu creación y alabándote por ella... quepueda amarte gozando al máximo de la vida y dandoejemplo de lo felices que pueden ser los hijos de Dios.

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res mi vida misma, mi aliento, la dicha de micorazón. Haces brillar mis ojos, haces que misonrisa se ilumine y que de mis labios broteuna canción. Te canto porque me haces feliz, ¡te

canto porque soy libre! Te canto, mi Rey y Señor. Todagloria y toda alabanza sean dadas a Ti.

Corro a Ti. Me aferro a Ti. Eres mi mayor deseo.�

esús, lo eres todo para mí en la vida. Eres paramí el universo y mucho más. Gracias porque Tuamor no conoce límites. No te cansas de dar yde verter sobre mí. No sé cómo ni por qué, pero

lo haces, y eso es lo único que me importa.Cada vez que pienso en el alto honor que me has

concedido —Tu gran amor e infinitas bendiciones—,me conmuevo. Me he propuesto corresponder a eseamor. Quiero darte todo lo que tengo, todo mi ser.

e alabo por Tu gran amor. ¡Te tributo alabanzasporque siempre puedo contar contigo! Jamásme defraudas. Otros pueden fallar, el mundo

entero puede fallar, pero Tú nunca fallas. ¡Qué granbendición es tenerte!

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res el inspector de mi alma. Cuando llevas acabo una inspección y encuentras, comosucede a veces, que no todo está en orden,haces alarde de paciencia, gracia y compren-

sión. Me amas sea cual sea el estado en que me halle.Gracias por Tus recordatorios, por Tu cuestiona-

miento de algunas cosas que encuentras en el cursode Tus inspecciones. Me ayudas a eliminar los dese-chos, a desembarazarme del viejo equipaje, a quitarlas telarañas y a ventilar el aire viciado e impuro de loscuartos.

No te quedas observando mientras hago todo eltrabajo, sino que te sitúas a mi lado, me guías, meinstruyes y me ayudas a echar fuera el montón deafanes y pesares que de algún modo han ido a parar alos rincones y armarios de mi alma. Incluso sacas arelucir cosas olvidadas de hace mucho tiempo, de lasque debí haberme desembarazado hace años, y otrasque me habías dicho que desechara, pese a lo cual meaferré a ellas por si acaso las volvía a necesitar. Graciaspor no enfadarte conmigo cuando descubres que note he obedecido, que no me he librado de ciertostrastos con la presteza y celeridad con que Tú meindicaste que lo hiciera.

Gracias por ser benévolo conmigo en esos mo-mentos de inspección, aunque yo a veces proteste ydiscuta contigo. Gracias por manifestarme un amorincondicional.

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racias por amarme. Me amas pese a que nomerezco Tu amor, pese a todas mis faltas,fracasos y errores. Me amas a pesar de todas lasveces en que he errado el blanco. ¡Qué amor!

¡Qué amor tan dulce, tan hermoso, tan inapreciable!Gracias por sostenerme en Tus brazos. Aun cuandoestoy débil y con ganas de rendirme, Tú me sostienescon gran compasión y te muestras muy comprensivo.Tomas mi cabeza, la recuestas sobre Tu pecho y medices que simplemente descanse. Eres tan cariñoso ytan tierno.

No te importa que no logre expresar con palabraslos pensamientos que abrigo muy dentro de mí. No esnecesario que siempre los verbalice. Gracias porquepuedo tener la plena confianza de que Tú me entien-des. Esa dulce comunión de que gozamos me da latranquilidad de que comprendes los más hondosanhelos de mi corazón, los más profundos deseos demi alma. Tú lo entiendes todo, nada te es oculto, y lomejor es que de todas maneras me amas Realmentete preocupas por mí.

on sumo gusto te lo doy todo. Estoy feliz deconfiar en Ti como confía una niñita en supadre.

Gracias por consolarme y reanimarme cuando mecaigo. Siempre me tomas en brazos. Si me he lastima-do, me ayudas a limpiarme la herida, y me enseñas a

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andar más en oración y a tomarme el daño con calmapara poder recuperarme.

Gracias también por protegerme de las cosasverdaderamente malas de la vida. En tanto que no meaparte de Tu lado, no tengo nada de qué preocupar-me.

Te quiero muchísimo. Te encanta hacerme feliz ydarme muchas cosas, nada más por lo mucho que mequieres. A veces, hasta me consientes. No me merezcotantas maravillas como haces por mí. ¡Eres el mejorpadre que pueda haber!

é que nunca me dejarás. Tengo la seguridad deque siempre estarás a mi lado y siempre mesostendrás. Ayúdame a permanecer siempre enTus brazos, a no evadirme de Tu regazo. Haz

que no me adelante ni me atrase demasiado. Laverdad es que deseo estar aquí, quiero acurrucarmeen Tus brazos y quedarme así siempre.

Tú eres mi ancla. Una cadema me une a Ti. Noimporta que los mares estén embravecidos y tormen-tosos: sé que Tú estás conmigo y que no me separaréde Ti. Nada de eso me impresiona ni me alarma. Teamo y te lo agradezco, mi adorado Señor.

Gracias por Tu comprensión. Gracias por estrechar-me en Tus brazos, Jesús. Te adoro. Te necesito. Tedeseo.

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aces que me sienta muy a gusto contigo. Nuncame rechazas. Eres más que un amigo. Sé quenunca me abandonarás. Tengo la certeza y la

tranquilidad de que mi corazón está en Tus manos, yde que lo tratas con gran cuidado y ternura.

A veces tienes que estrujarlo para sacarle ladulzura, pero no me importa que me duela; sé queeso me volverá más como Tú. Nunca harías nada queme causara un daño o perjuicio permanente. Sólo mehace más fuerte y me pone en mejores condicionespara que te sirvas de mí. Incluso las pruebas que mepones en el camino son manifestaciones de Tu cariño.El hecho de que me dejes pasar por esos trances esseñal de que me amas. Sé que te duele tener queponerme a prueba, pero lo haces porque sabes que elresultado valdrá de sobra la pena.

Ayúdame a ver las cosas como Tú las ves, a noocuparme tanto de los asuntos de este mundo quesolo advierta los problemas y padecimientos delpresente. Ayúdame a mirar más allá del presente.Cuando siento que me estrujas el corazón, recuérda-me que Tú solamente lo amoldas de modo que seamás agradable a Tus ojos, más apto para amarte a Ti ya los demás.

Te ruego que no dejes de hacer lo que sea necesariopara estrechar mi relación contigo y hacerme amartemás, pues no hay nada en el mundo que anhele másque amarte con todo lo que tengo dentro.

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u amor me llega desde lo alto y me penetra elalma. Me aviva el espíritu y el cuerpo. ¡Merenueva! Cada día contigo se siente nuevo y

radiante. Me hace tan feliz que esto nunca vaya aacabar, ya que fuera de Ti no hay nada para mí.

racias, Jesús, porque puedo serte agradablealabándote, derramando mi corazón ante Ti.Gracias por llenarlo de alabanza y gratitud... porlos numerosos milagros que obras por mí cada

día... por estar siempre presente y cubrir siempre misnecesidades.

Lo eres todo para mí. Haces que me rebose elcorazón de alegría, alabanza y gratitud, y lo mueves acantar. Te entrego mi corazón y te alzo los brazos enalabanza.

Gracias por Tu amor, por Tu dulce presencia. Graciaspor Tu Espíritu, que me protege, me guarda, me cuida,provee para mí, me motiva a brindarme a los demás yrefleja el poder de Tu amor, de Tu salvación, de Tuverdad.

Te agradezco que yo pueda menguar para quecrezcas Tú en mí. Gracias por dejarme reflejar Tu luz.Ayúdame a hacerlo de la forma que Tú quieras.Gracias porque el amor que nos tienes a mí y a todosno conoce límite ni confín. Gracias por la fe, que nospermite contemplar Tu rostro, mirarte a los ojos, verte,reflejarte, renovarnos en Ti, llenarnos de Ti y recibir Tuamor.

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oda gloria y todo honor sean para Ti, Señor. A Tite canto. Tú eres mi vida. Eres mi esperanza.Eres mi todo. Te adoro por encima de todas las

cosas. Te cedo mi corazón. Lo dejo en Tus tiernasmanos. Te agradezco la ternura, la dulzura y la suavi-dad con que cuidas mi corazón, lo amoldas y le dasforma. Este pobre corazón mío a veces se sobrecargay se fatiga por la tensión y los afanes de esta vida. Séque no debería ser así, pero ocurre. Sin embargo, Tú lotratas con tanta ternura, le prodigas cuidados y loacercas de manera que quede bien pegadito a Tuseno.

¡Es un don divino que los dos estemos tan unidos!Este tierno y cálido amor no tiene precio. Lo eres todopara mí. Tu amor ha desentrañado el gran misterio dela vida. Tú eres el misterio de la vida. El mundo enterotiene sed de Ti.

e debo la vida. Te debo el placer y la pasión devivir. Te agradezco que pueda servirte, quepueda crecer en el conocimiento y la compren-

sión de Tu presencia y de Tu amor. Te agradezco quevivas en mí. Te alabo por los placeres de la vida, porpoder respirar la pureza de Tu aire y comer los sabro-sos alimentos que has creado. Te doy gracias por losretos que nos presenta la vida, que suponen laresolución de problemas... por los descubrimientos ypor las invenciones... por la revitalización que obtengodel ejercicio diario, que infunde vigor a cada célula de

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mi cuerpo... por los abrazos y los besos y por losmúltiples placeres que nos prodigas.

e doy gracias por los sentimientos de piedad,compasión y pesar que añaden profundidad ami vida y me acercan a Ti; por los reconfortan-

tes abrazos y caricias que nos hacen sentirnos segu-ros y amados; por la risa, por las situaciones graciosasde la vida, y también por la capacidad de reírnos denosotros mismos. Gracias por el amor, en todas sustiernas y diversas expresiones.

Te alzo las manos y te alabo de todo corazón porcada uno de los preciados dones que me has concedi-do.

Ti sea toda la alabanza. ¡Quiero proclamar Tusalabanzas desde las azoteas! Quiero anunciarTu espléndido amor y grandeza por toda laextensión del universo y más allá.

racias, Jesús, por Tu amor. Gracias por la bellezay frescura de Tu Espíritu. Cuando me detengo apasar un tiempo contigo, soy como un pajarilloque despliega las alas al viento y se remonta a

los cielos. Me alzas y puedo alejarme volando detodos los problemas y afanes que me abruman.

Es tan hermoso sobrevolarlo todo desde aquí

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arriba contigo y verlo como Tú lo ves. Todo es muchomás claro y cobra tanto más sentido cuando estoycontigo. Hasta puedo tener sosiego en situacionesque no entiendo. Sé que todas las cosas están en Tusmanos y que Tú llevas las riendas. Adoro estosmomentos que paso contigo, navegando en Tu brisay recibiendo los besos de Tu viento. ¡Cómo me refres-can!

Tu amor es luz, calor, desvelo. Tu amor es compartir,creer, recibir. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera,todo lo soporta. Nunca causa temor, inquietud niansiedad. Nunca es sinónimo de presiones, proble-mas, dolor o preocupación. Tú no eres más que luz,vida, libertad y amor. El Tuyo es un amor sin medida,un amor que nunca defrauda, un amor que no conocehoras, un amor que siempre está presente, un amorque trasciende los vaivenes del tiempo.

Tu amor alcanza hasta la más lejana estrella y tocael lecho del más profundo océano. Tu amor no conocedías, noches ni horas. No deja de ser. Es interminable,infinito, eterno.

racias por cuidar de cada uno de nosotros, Tuspajarillos. Nos gusta cantar y alabarte. Nosencanta glorificarte con nuestras palabras.Disfrutamos diciéndote cuánto te amamos y lo

impotentes que somos sin Ti, sin Tus cuidados, sin quenos alimentes y nos protejas. Ni siquiera podemosvolar sin que Tu suave brisa nos sostenga y nos

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impulse. Gracias por habernos dado alas para volarhacia Ti y alejarnos del suelo, de la tierra, de lospeligros que podría haber allí para nosotros. Encualquier momento del día no tenemos más quedesplegar las alas, pues Tu brisa siempre sopla paraalzarnos por encima de las dificultades. Te queremos,Jesús. Nos encanta volar contigo.

u amor sosiega mi corazón, impregna todo miser. Gracias, Jesús, por Tu amor, que sobrepasami entendimiento humano, mi comprensión

carnal. Gracias por el amor.Te amo por ser quien eres. Siempre estás dispues-

to a ayudarme hasta en las cosas más insignificantes.Siempre te muestras cariñoso conmigo, y te lo puedocontar todo. Aun cuando me sumo en la desespera-ción, Tú siempre estás a mi lado. Me tomas de la manoy mucho más.

Siempre me ofreces Tu cálido y tierno amor. Entodo lo que hago eres un apoyo para mí. Si me hacefalta un abracito —o un abrazote—, ahí estás paradármelo. Cuando surgen problemas a lo largo del día,sé que estás a mi lado para ayudarme a resolverlos.Aun cuando se me presentan dificultades que noparecen importantes, te muestras deseoso de venirenseguida a ayudarme. Cuando estoy muy junto a Ti,los afanes de esta vida me parecen tan distantes y demuy poca trascendencia. Me encanta que me ayudescon las pequeñeces, con las cosas sencillas. Me toca el

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corazón ver cómo te preocupas por los detalles másinsignificantes. Para Ti no hay nada tan pequeño queno precise Tu atención. Puede que algunos lo conside-ren pequeño; mas para Ti lo pequeño tiene granimportancia. Que te intereses y me ayudes en lasdecisiones que se suponen más intrascendentes esmuestra perfecta de Tu amor inagotable.

racias, Jesús, por Tu amor tierno, maravilloso ymilagroso. Te agradezco que pueda amarte, yque Tú me amaras a mí primero. Gracias por Tusafectuosas misericordias que se renuevan cada

mañana.No comprendo cómo me puedes tratar con tanto

amor y clemencia. Me maravilla. Me llena de gratitud.Gracias por las fuerzas que me transmite Tu amor.

Estás siempre cerca de mí. Estás presente siempreque tengo una necesidad o que hay algo que noentiendo, cuando estoy en una situación crítica,cuando no estoy haciendo otra cosa que lo que tengoentre manos. Gracias porque puedo depositar plena-mente mi confianza en Ti, apoyar todo mi peso en Ti ysincerarme del todo contigo.

Te agradezco la gran comprensión y paciencia quetienes para conmigo. Me aceptas y me animas aseguir adelante por Ti pase lo que pase. Cada vez quete miro y acudo a Ti, siempre estás a mi disposición.Vienes corriendo hacia mí con los brazos abiertospara volver a abrazarme, estrecharme fuertemente y

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ayudarme a seguir adelante. Eres extraordinario.Agradezco de corazón los inestimables cuidados queme prodigas, la ternura y el amor con que me cuidas,como si no tuvieras más hijos.

stoy en deuda contigo, porque comprendesmis íntimos sentimientos. Te agradezco, Jesús,que no tenga que preocuparme pensando sime comprendes o no. Cuando me siento

incapaz de explicarme debidamente y titubeo en loque digo, o cuando no encuentro las palabras indica-das para expresarme, puedo simplemente recostarmeaquí y descansar en Ti, con la seguridad de que Túencuentras sentido a lo que digo. No siempre tengoque emplear palabras para comunicarme contigo. Túcomprendes todo lo que quiero decir cuando tedesahogo mi corazón.

e basta con hacer el esfuerzo de acercarme a Tiy tocarte. Entonces me llenas las manos decosas bellísimas. Todo Tú eres hermoso. Todo lo

que te rodea está lleno de encanto. Cuando te sientopróximo a mí, tengo sosiego y solaz; sé que lo resolve-rás todo. Disipas mis preocupaciones con Tus Palabrasapaciguadoras. Me das cuanto necesito. Es sencilla-mente asombrosa y sobrenatural la forma en queobras esos milagros en mi vida. A mí, que tiendo apreocuparme tanto, me infundes paz. Me induces a

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pensar cosas buenas teniendo yo tanta tendencia apensar negativamente. Me llenas de satisfacción yfelicidad aun en medio de las dificultades.

Eres lo que se dice prodigioso, Jesús. Sólo Tú erescapaz de hacer eso por mí. Lo agradezco en extremo.No puedo menos que darte gracias y alabarte por losmuchos portentos que obras. Te quiero con todo elcorazón.

racias por perdonarme cuando me descarrío. Esbueno saber que el amor, la misericordia y lapaciencia que tienes conmigo no son como losque manifiesto yo a los demás.

Las veces en que no capté lo que querías hacermeentender, Tú aguardaste pacientemente. Esperaste, temostraste paciente, nunca perdiste las esperanzas enmí. Tuviste fe en que tarde o temprano yo aprenderíay progresaría. Y Tu fe en mí dio resultado.

Estoy en deuda contigo por la fe que tuviste en mí.Ayúdame a tener fe en los demás, como Tú la hastenido en mí. Te doy gracias, Señor, porque puedoconfiar en Ti sean cuales sean las circunstancias. Séque siempre me vas a sacar adelante. Aun cuando seme han agotado las fuerzas, Tú estás a mi lado parasostenerme y llevarme a buen puerto. Gracias por laespléndida manera en que me instruyes y me guías.Desde el Cielo extiendes Tu mano para asir la mía, ycon paciencia me conduces.

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racias por ser mi magnífico padre, mi fuerteproveedor y defensor. Soy tan insignificante, yTú tan grande y tan fuerte. Al recordar eso, aldarme cuenta de que no tengo que ser tan

grande ni tan fuerte ni tan inteligente como pararesolver los complejos problemas de la vida, metranquilizo mucho. Lo único que tengo que hacer esacudir a Ti y contártelos, y Tú me das las soluciones. Silos problemas son demasiado complicados para mí,Tú te haces cargo de ellos y los resuelves Tú mismo. Yono tengo que hacer nada. No tengo más que enco-mendártelos y confiar en que Tú sabes lo que más meconviene.

Me quieres tanto y me cuidas tan bien. Auncuando me pongo de mal humor y me porto comoun niño al que se le ha roto un juguete, simplementete lo traigo y Tú lo arreglas.

Gracias porque puedo confiar en Ti. Aun cuandoescucho Tu voz que me pide que no haga algo quetengo muchos deseos de hacer o que te devuelvaalgo que ansío tener, puedo obedecerte, porque Túsabes qué es lo mejor. Puedo dejar el asunto entera-mente en Tus manos, con la plena confianza de queme darás algo mejor que me hará muy feliz.

labado seas, Señor, por sosegar todas misinquietudes y preocupaciones. Si alguna vezme inclino a pensar que llevo a cuestas dema-siadas cargas u obligaciones, puedo envolver-

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las todas y entregártelas a Ti. Te agradezco que Tushombros sean tan anchos como para llevar cualquiercarga.

racias por convertirme en la nueva criatura quequieres que sea. Gracias por hacer que aquellapersona que una vez fui vaya menguando yque la nueva vaya creciendo, asemejándose

más a Ti.Te agradezco que pueda acudir a Ti. Te ensalzo por

el resplandor de la luz que me pones delante, la cualpuedo seguir paso a paso, por fe. Ayúdame a seguirlade cerca, Jesús. Gracias por hacer que me resulte tanfácil. Es todo obra Tuya, Jesús. Ningún mérito mío.

Te agradezco que me hayas ayudado a tomar ladecisión acertada de aferrarme a Ti, de vivir para Ti.

eme aquí, Señor. Quiero estar junto a Ti. Graciaspor este plácido lugar donde puedo sentarmey reposar a Tus pies. Me encanta sentarme aquí

y aprender de Ti. Me fascina contemplar Tu rostro, tancariñoso y tierno. Gracias por esta oportunidad deaprender de Ti, sentándome a Tus pies.

Evoco el pasado y me cuesta imaginarme cómoera cuando no conocía esta estrecha relación queahora mantengo contigo. No sé cómo lograba pasarlos días sin esa intimidad que hoy disfrutamos los dos.Lo curioso es que Tú siempre estuviste a mi lado.

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Desde siempre pude haber tenido esta relación tanhermosa que disfruto contigo, pero mis afanes meimpedían darme cuenta de ello. Ahora, sin embargo,voy a continuar sentándome aquí mismo a Tus pies,mi lugar favorito, mi rincón sereno, en grata y reposa-da devoción a Ti.

Gracias por el honor de poder sentarme a Tus piesy aprender de Ti, ser partícipe de Tus Palabras, oírnítidamente Tu voz. Me encantan Tus Palabras. Lasbebo con ansiedad. Me hacen falta Tus aguas refres-cantes para apagar Mi sed y lavarme interiormente.Aquí, en mi rincón predilecto, capto Tus señales congran claridad, sintonizo con Tu infinito Espíritu deamor y me lleno de Él.

racias por animarme, por el aliento con que mellenas el corazón, hasta tal punto que rebosasobre los demás, levantándoles a ellos el ánimo,ayudándolos y apoyándolos en su momento

de necesidad. Gracias por darme ejemplo, y porque alseguir yo ese ejemplo —viendo lo que hiciste Tú— séqué hacer y cómo actuar para ser un apoyo y unabendición para los demás.

racias por Tu verdad. Gracias porque puedoaprender de Ti y obtener Tus respuestas. Graciaspor iluminarme, Señor. Gracias por darme larespuesta a cada pregunta y la solución a cada

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problema que se me pueda presentar en la vida. Estána mi entera disposición. Basta con que te lo pida, conque pare a escucharte y a aprender. A partir de ahí notengo que hacer otra cosa que llevar a la práctica elconsejo que me des. Gracias. Aligeras increíblemente micarga. Te alabo, mi Señor y Rey.

oy saltos de alegría en Tu presencia. Agradezcopoder entrar en Tus atrios con alabanza y conacción de gracias. Te enaltezco por ser mi Rey

poderoso, por serlo todo, por tenerme entre Tusbrazos y alzarme en espíritu por encima de las tribula-ciones, los pesares y las dificultades. Gracias por cuidarde mí, por echar sobre Ti mismo mis penas y afanes,por Tus anchos y fuertes hombros que me sostienen.Reconozco que puedes resolverlo todo, cualquiersituación, cualquier complicación, cualquier problema.Gracias por ser el hombre de las soluciones.

Obras portentos, prodigiosos milagros que afectanmi vida, inspiran mi espíritu, me hacen crecer en fe yamor y me llevan a acercarme a Ti, a Tu luz, a la Fuente.

Gracias por alzarme, por inspirarme, por amarme,por conferirle a la vida un sentido tan maravilloso, pordarme un propósito por el que vivir cada jornada, porel gozo de ver un nuevo día, encomendártelo a Ti yseguir avanzando por Ti.

Gracias por hacer realidad mis sueños, por elevar-me hasta los cielos, donde el aire es puro, fresco ylimpio. Gracias por infundirme fuerzas.

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e entrego a Ti, para que en Tu benevolencia yentendimiento, en Tu clarividencia y en laprofundidad, anchura y altura de Tu conoci-

miento, me modeles y hagas de mí la vasija que Túquieres que sea. Me someto a Ti. Me rindo a Ti, puestoque eres Dios de todas las cosas. Amóldame y con-viérteme en la vasija que Tú creas conveniente.

Te deseo más que a nadie. Te prometo mi amor ydevoción en humilde servicio a Ti, mi Rey, mi Señor ySalvador, mi Amo y mi Amigo.

¡Qué alegría me da buscarte en la mañana! Tuinfinito amor es mejor que la vida misma. Alzo mismanos a Ti en alabanza. Te glorifico en todas las cosas,sean grandes o pequeñas. Este es el día que Tú hascreado; me gozo y me alegro en él.

Te dedico este día, mi maravilloso Rey y Salvador.Guíame hoy. Dirige mis pensamientos, cada uno deellos, cada acto que realice y cada palabra que brotede mis labios.

aces tanto por mí, Jesús. ¡Eres tan maravilloso,magnífico y deslumbrante! Me proporcionasuna enorme ayuda espiritual. Lo único que

tengo que hacer es extender la mano y recibirla. Mesiento aquí, delante de Tu trono, contemplo Tu rostroy recibo los tesoros espirituales más hermosos que sepuedan pedir. Nunca te cansas de dar, y yo tampocome canso de escuchar Tu voz.

Acudo a Ti una y otra vez con mis interrogantes y

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problemas, y con interrogantes y problemas ajenos.Al oírlos, me hablas paciente y calmadamente y teocupas de cada uno de ellos. Este es mi lugar predilec-to, bien junto a Ti, hablándote y escuchándote. Eres mimejor amigo.

Un día en Tus atrios de alabanza es mejor que milfuera de ellos. Un día me basta para saber que es aquídonde quiero pasarme el resto de la vida: en elsantuario de Tu amor. En Tu presencia hay misericor-dias eternas.

Aunque sé que a veces te contrarío, siempre temuestras tierno y amoroso. No me merezco Tuamor. Jamás podría ganármelo. Por eso lo necesito.Por eso te necesito a Ti: sin Ti nada puedo. Perocontigo —con Tu amor, Tu Palabra, Tu poder— lopuedo todo.

ivino Señor, sin Ti no puedo dar siquiera unpaso. Sin Ti la jornada sería muy dura. Me apoyopor completo en Ti. Guíame en todo aspecto.

No quiero que hoy me venga nada a la memoria queno provenga de Ti. No quiero que hoy penetre nadaen mi corazón o en mi ser que no provenga de Ti.

Gracias por Tus palabras. Haz que continúenardiendo en mi corazón a lo largo de este día, demodo que alumbren mi camino. Sin Ti me extraviaría.Te doy gracias por cuidarme tan bien. Sin Ti, de segurome perdería.

Eres digno de alabanza. Eres fenomenal, eres

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todopoderoso, y al mismo tiempo estás tan íntima-mente unido a mí y te desvelas tanto por mí.

e agradezco mucho que me hayas encontradoy me hayas dado una vida nueva, una vidahermosa. Me has concedido una bella familia,

¡una familia muy unida, a la que amo entrañablemen-te! Tengo buenos amigos, gente muy considerada yamorosa que me apoya siempre.

Los niños tan cariñosos que me has dado siempresaben hacerme sonreír cuando tengo ganas de lloraro estoy al borde del enojo. Hasta tenemos un lindoanimalito doméstico con el que pueden jugar. Noshacemos unos platos deliciosos con los alimentos quenos provees, y aunque a veces la vida no es fácil,nunca dejas de atender nuestras necesidades. Asípodría seguir enumerando sin parar las múltiplesbendiciones que me has otorgado, eso sin contar labuena salud de que gozo gracias a Ti.

Pero para mí, lo más importante de todo estenerte a Ti y Tu Espíritu. Aunque disfrute de muchascosas materiales, sin Tu Espíritu no sería igual. Estaríatodo vacío.

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e amo, te adoro infinitamente.Mi luz, mi vida, mi todo.Eres mis ojos; por Ti veo.

Eres mi aliento; por Ti respiro.Eres mi don; por Ti doy.Eres mi vida; por Ti vivo.Eres mi sol, mi luna, mis estrellas…Rompiste los barrotes que me apresaban.Cuando vagaba sin rumbo y en soledad,me alzaste y me llevaste a casa.Toda alabanza por siempre te prodigaré.Te bendigo, pues lo eres todo para mí.Me sacaste de mi abatimiento.Me diste esperanzas. Tu tierno amorme infunde fuerzas para coronar cada jornada.Te ensalzo, mi Señor, mi Rey.Tus alabanzas cantaré por siempre.Gracias, Señor mío, por rescatarme.Proclamaré que te mereces toda la gloria.Te amo; no me canso de repetirlo.Siempre estás a mi lado en la adversidad.Adorado Señor, mi Amo, mi Rey,por siempre jamás te cantaré loores.

labo el poder de Tu Espíritu. Te alabo cuando sealzan mis brazos, cuando invoco Tu nombre,cuando te digo: ¡Jesús!

Te alabo al pedirte que te valgas de míaunque soy débil. Sírvete de mí tal como soy, para Tu

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gloria. Haz que mis faltas y defectos exalten Tu gran-deza, por cuanto demuestran que te puedes valer deun ser tan insignificante como yo. ¿Qué mayortestimonio hay de Tu poder que no sólo te puedasservir de mí, sino aun de las piedras y del polvo paraalabar Tu nombre! Toda la creación es prueba de Tuexistencia y proclama lo grande y maravilloso queeres.

Tu amor demuestra Tu existencia. Tu amor que seinclina para salvar, para sanar, para tocarnos, paraperdonarnos, demuestra la magnitud de Tu grandeza.El amor que emana de Ti glorifica Tu existencia, tantopara quienes te conocen como para quienes no teconocen.

racias porque puedo pasar el día cerca de Ti,Jesús. En todo lugar, haga lo que haga, siento Tupresencia a mi lado. Tu benevolencia y Tusmisericordias me levantan y me dan el incenti-

vo que necesito para seguir adelante.Tu amor me está cambiando. Está haciendo lo

imposible en mi vida: está transformando mi corazón,mis pensamientos y mis deseos, mi propia naturaleza.Tu amor me da esperanzas, me motiva nuevamente.Gracias por Tu gran amor, que me está reanimando. Tehas inclinado para levantarme. Tu amor ha puesto mispies sobre una roca, y me equilibra, me sostiene,impide que me caiga y me da algo a qué aferrarme.

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ue todo lo que haga yo dé testimonio de Ti.Que cuanto haga sea fruto de Ti y se conviertaen alabanza a Ti, de modo que los demás veanclaramente que estás vivo, que te interesas por

nosotros, que eres extraordinario y que estás siempreatento a nosotros.

Que Tu nombre, Jesús, esté presente en mis labios,en mi corazón y en mis pensamientos. Que Tusalabanzas broten eternamente de mi boca.

e conoces más profundamente que nadie. Esmás, en ciertos aspectos hasta mejor de lo queyo me conozco. Señor, Tú sabes que a veces mi

corazón se angustia con pesares, dolores y quebran-tos, cuando ni siquiera hallo palabras para expresarcómo me siento. Pero Tú tomas esos «gemidosindecibles» [Romanos 8:26] y los reemplazas por elbálsamo sanador y el consuelo de Tu amor.

Soy consciente de que no puedo ocultarte nada.Bien sabes que en ocasiones lo intento: postergo lahora de acudir a Ti y desnudarme en Tu presencia,porque me avergüenzo de mí y no me siento encondiciones de presentarme ante Ti. De todosmodos, sé que Tú conoces todo lo que me aqueja, yme esperas paciente y amorosamente; nunca meobligas. Gracias por ser tan paciente y considerado.

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res Amo de todo, y Tu gloria se extiende másallá de los cielos. Eres Rey de reyes y Señor deseñores, mi querido salvador, mi compasivopastor, aquel a quien yo más quiero. Te deseo

más que todo lo que hay en la tierra y en los cielos.Quiero servirte humildemente. Te adoro y te tributodevoción y alabanza.

Has sido fuente de fortaleza para mí cuando me hesentido débil. Me has cobijado de los vientos huraca-nados del Maligno. Has sido mi consuelo y has alzadomi cabeza en mis momentos de abatimiento ynecesidad.

Me aferro a Ti como a la vida misma, pues Tú eres mivida y mi fortaleza, mi consuelo y mi libertador, micanción y mi danza, mi gozo y el deleite de mi alma.Quiero servirte humildemente y ansío cumplir Tu másmínimo deseo. Te amo y te alabo con todo mi corazón.

esús, mi vida te pertenece. Haz de ella lo que teplazca. Mientras pueda continuar amándote ypermanecer cerca de Ti, seré feliz. Tus deseosson órdenes para mí. Ansío agradarte y obede-

certe.�

h, ¡me encanta escuchar Tus Palabras, sentir Tupresencia, contemplarte! ¡Cuánto deseo quetodos te conozcan como te he llegado aconocer, y que te vean tal como eres!

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res mi tierno pastor. Conduces bondadosamen-te a este corderito por el camino que debeseguir y lo guardas del peligro. Te muestraspaciente conmigo cada vez que me descarrío.

Tu amor es firme y benévolo a la vez.Has sido un fiel amigo que jamás me ha abandona-

do, que me ha atendido, cuidado y amado tiernamen-te a pesar de mis faltas, de las veces en que me hedistanciado de Ti y de las cosas terrenales que a veceshe antepuesto a Ti.

Has sido para mí un padre estupendo, que me haamparado y conducido por el buen camino, indicán-dome la senda que he de seguir.

Has sido mi maestro. Me has guiado y me hasinstruido en los caminos de la vida. Me has podadopara convertirme en una rama más fructífera de Tuvid.

Eres quien sana las heridas de mi cuerpo y de miespíritu. Una y otra vez has vertido sobre mí el bálsa-mo de Tu amor, de Tu ternura y de Tu misericordia.

racias, Señor, por este nuevo día, que sepresenta con nuevos retos, metas y objetivos.Cada día contigo es un nuevo comenzar, unahoja en blanco. Cada día se renuevan Tus

misericordias. Maravilloso Señor, quiero cantartealabanzas por este nuevo día.

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racias, Jesús, por este nuevo día, este díaradiante que hiciste especialmente paranosotros. Para Ti cada nuevo día es importante.Además, has dicho en Tu Palabra que todos los

días nos renuevas Tus misericordias.Te agradezco este don tan sublime, esta renova-

ción que obras en mí cada día, esa misericordia Tuyaque se renueva a diario. Si bien no lo comprendo,Jesús, te lo agradezco inmensamente y reconozcoque lo necesito.

Fallo tanto. Cometo tantos desaciertos. Haymomentos en que no me amoldo a Tu voluntad comodebería, en que obro mal, en que no me mantengo enestrecha comunicación contigo, en que no actúo conamor, lo cual es mi deber. Tú, sin embargo, me mani-fiestas un perdón y una misericordia que se renuevancada mañana.

Gracias por Tu espléndido perdón. No me lomerezco ni me lo puedo ganar. Es un regalo Tuyo, y telo agradezco. Gracias por el amor tan excepcional quesientes por cada uno de nosotros.

Gracias por amarme. Me resulta incomprensible,no acierto a entender por qué lo haces; pero te amosimplemente porque Tú me amaste primero. Te quieroofrendar mi amor en señal de gratitud por habermeamado Tú a mí. Gracias.

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res la alegría y el gozo de mi corazón, el sol demi alma, la luz de mi vida. Gracias por aventu-rarte en las profundidades de mi alma, por abrirlas ventanas de los Cielos y permitir que

penetrase Tu luz a raudales en mi vida. Cuando te pedíque entraras en mi corazón, se produjo en mí uncosquilleo de gozo, de emoción. Mi alma y mi espírituse estremecieron de alegría, como cuando un ciego,que no conoce sino las tinieblas, de golpe se veimpulsado hacia una luz brillante y gloriosa.

Quiero conservar esa alegría de alma y espíritu yno dejar que los afanes de la vida —las preocupacio-nes, las dificultades, los pesares— eclipsen o arrinco-nen esa gloriosa y formidable luz con que has ilumina-do mi corazón. Deseo mantener siempre la mirada fijaen Ti, para que el poder de Tu amor resplandezca másy más en mí, y las cosas del mundo se vayan desvane-ciendo. Eres la luz de mi vida.

uiero honrarte y glorificarte. Estos ratos quepaso contigo son muy especiales. Los dedico aenaltecerte, a ser una bendición para Ti y demos-trarte mi amor. Gracias, Jesús, por el amor que

me manifiestas. Mil gracias por los numerosos regalosque me concedes. Te agradezco los muchos donesespirituales que poseo, todos ellos fruto de que teconozco, de que conozco Tu amor, Tu Palabra y Tuverdad. Es para mí un gran honor, una bendiciónincreíble. Muchas gracias por todos Tus favores.

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Gracias por estar cerca de mí. Gracias por ser miamigo. Gracias por ser más que un amigo para mí.Gracias por la proximidad que me has dado contigo.

Gracias por bendecirme. Soy una persona suma-mente favorecida. Me colmas de bendiciones. Me esimposible expresártelas todas, pero con el tiempo, sime esfuerzo, si sigo alabándote y trayendo a lamemoria todo lo que haces, sí podré. Gracias portodas las bendiciones que me concedes.

e quiero por ser quien eres: mi salvador y laestrella resplandeciente de la mañana. Te quieropor lo que eres: la luz del mundo y la esperanza

de mi vida. Te quiero por habitar donde habitas:conmigo, en mi corazón.

Me encanta cómo hablas: de un modo tan tranqui-lizador, con gran amor y libertad. Me gusta mucho Tuforma de escuchar: con interés, poniendo muchaatención, tomando nota de cada uno de mis pensa-mientos y deseos. Me encanta la manera en que mecuidas: provees para cada una de mis necesidades yme das todo lo que es bueno para mí.

Me encanta cómo miras en mi corazón y ves misdeseos más íntimos, mis anhelos secretos, mis sueñosocultos, y los haces realidad. Ves las aspiraciones de miespíritu, algunas de las cuales satisfaces antes que melleguen siquiera al corazón o a los pensamientos, puesTú sabes mejor que yo lo que necesito y lo que es buenopara mí. Además, cuando tengo el corazón abrumado

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por pesares, Tus consuelos me deleitan el alma.�

e agradezco que pueda alzar los brazos,alabarte y glorificar Tu nombre. Gracias por Tunombre todopoderoso.

Gracias por Tu insuperable don de salvación, poracudir a rescatarme. Estoy muy lejos de comprenderpor qué o de qué manera obra Tu salvación. Podríacompararla con una bombilla eléctrica: basta conaccionar el interruptor para que se encienda. Sólo séque me he salvado porque Tú me lo aseguraste.Contigo he hallado la vida eterna. ¡Qué obsequio tanfabuloso! Gracias por la vida eterna, Jesús.

Te doy gracias por las innumerables bendicionesde que disfruto. Gracias por darme una razón de ser ypor conferir un profundo significado a mi vida. Graciaspor encomendarme una misión a la que puedoentregarme con toda el alma, con todas mis energías:la de amarte y servirte. Gracias por indicarme elcamino.

¡Oh Señor, cuántas riquezas poseo! ¡Cuánto te loagradezco! Te doy las gracias de todo corazón. AlaboTu magnífico nombre.

esús, al ver el gran amor con que velas por mí,me entran ganas de ser igual con los demás, demanifestarles el mismo amor que Tú me hasdemostrado, de compartir con ellos la alegría

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que me has brindado, de tratarlos con la mismacompasión que Tú has tenido conmigo.

Resbalo y caigo muchas veces, y no te reflejo tanbien como debiera. Te ruego que me ayudes a reflejarTu amor para los demás. Me has manifestado muchísi-mo amor, gran misericordia y suma comprensión.Ayúdame a hacer lo mismo con los que me rodean.

e agradezco que estés siempre tan próximo amí y que seas mi constante amigo y compañe-ro. ¡Te amo! Disfruto mucho hablando contigo.

Me agrada inmensamente oír Tu voz. Me fascina Tupresencia.

e doy gracias por el caudal de palabras que mehas comunicado, formidables aguas del Espírituen las que puedo nadar, refrescarme y bañarme.

Gracias por Tu amor viviente, por Tu Palabra y Tuverdad vivientes, y gracias porque a medida que vivoese amor lo llego a comprender más y me conmuevemás.

Más que nada doy gracias por Ti, maravilloso Jesús.Te doy gracias porque puedo abrazarte y entregartemi corazón, mis pensamientos, mi espíritu... todo miser. Gracias porque puedo compartir Tu parecer, Tussentimientos, tener la mente de Cristo. Gracias porqueTu amor me constriñe a demostrar amor a otraspersonas como me lo demuestras Tú a mí.

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racias, Jesús, por mi espléndida familia. Graciaspor la amistad que tengo con otros. Te agradez-co que podamos estar unidos y ayudarnos,animarnos y atendernos mutuamente.

Gracias por la alegría de vivir.Te agradezco la multitud de detalles que tienes

conmigo. Gracias por todos los materiales que me hasproporcionado y por cuidar de mí en todo aspecto.

s asombroso que siempre sepas qué hay quehacer. Me conoces tan bien, auscultas hasta losmás pequeños detalles de mi vida, cada pensa-miento mío, cada deseo, cada anhelo. Me

conoces al derecho y al revés. No es de extrañar quesiempre sepas exactamente lo que necesito. El solohecho de oír Tus susurros tan suaves, tan tiernos yamorosos, me ayuda a seguir adelante.

Gracias por amarme, consolarme, darme alivio ytranquilizarme. Te ocupas de todas mis necesidades,deseos y anhelos. Sabes resolver todos los dilemasque se me presentan. Gracias por estar presentecuando te necesito. Aun en las ocasiones en que meolvido o no hallo el momento de abstraerme y pasarun rato a solas contigo, Tú vienes a recogerme y mellevas a Tu presencia. Sabes aún mejor que yo lo queme hace falta.

¡Qué amor tan increíble! Es un milagro. Pensar quelo sabes todo de mí, y aun así me amas. Simplementeme aceptas tal como soy. Todavía me recibes en Tu

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brazos y me amas una y otra vez. Nunca te cansas demí. Nunca te das por vencido conmigo. Siemprealbergas esperanzas para mí. ¡Qué milagro de amor!Te quiero, Jesús.

i espíritu te anhela. Quiero que sepas cómo meconsuelan Tus palabras, cómo me tranquilizascon Tus suaves susurros cuando tengo la

mente turbada, cómo renuevas mi espíritu con Tumúsica divina, cómo me das reposo en mi trajinar.

Anhelo revelarte los secretos más recónditos demi corazón, esas cosas que no salen a la luz tanfácilmente. Quiero contártelas porque te amo. Noquiero ocultarte nada.

Quiero hacer Tu voluntad. Quiero complacerte. Mepresento ante Ti deseando cumplir Tu más mínimodeseo. Estoy a Tus órdenes: puedo marcharme opuedo quedarme; como Tú quieras. Dime qué debohacer para llevar a cabo Tu voluntad. Me dispongo aacceder a Tu presencia y renovarme por medio de TuEspíritu.

esús, ¡cómo me alegro de conocerte! ¿Por qué?Porque contigo lo imposible se vuelve factible,las personas sin atractivo también disfrutan deamor, lo que está fuera de nuestro alcance se

vuelve asequible, las montañas se convierten envalles, los desiertos se transforman en prados de color

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esmeralda, lo invisible se hace visible, los lisiados securan, y los trozos de las vasijas quebradas vuelven aunirse.

La fatiga se torna en energía. Las cargas y preocu-paciones se convierten en trampolines que me impul-san hacia nuevas alturas. Las expresiones adustas setornan en sonrisas. Los cielos borrascosos se despejandando paso a la luz del sol. Las alacenas vacías se llenanhasta rebosar. Los anegamientos se evaporan ante Tusojos. La muerte trae consigo nueva vida.

No hay nada que Tú no puedas hacer. No hay nadiea quien no ames. No existe pensamiento que desco-nozcas ni palabra que no hayas oído. No hay nadaque no hayas visto ni emoción que no hayas sentido.No hay pesar que no puedas aliviar ni dolencia que nopuedas sanar.

¡Qué maravilloso que seas capaz de todo eso! ¡Quéincreíble, qué fascinante, qué amoroso! Lo másnotable de todo es que Tú —que puedes hacer todoeso, el Creador de todas las cosas— me quieres, velaspor mí y haces todo eso solamente por mí, por lasencilla razón de que me amas.

res más para mí que un amigo. Eres más paramí que un consejero. Significas todo para mí.Eres Rey de reyes y Señor de señores, estás porencima de todos. Por tanto, te cantaré. Te

entonaré alabanzas y daré testimonio de Tu grandeza.�

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i vida, mi espíritu y mi cuerpo te pertenecen. Mismanos, mis pies, mi corazón... todo te lo doy.

Un lazo me une a Ti. No deseo romper esevínculo, pues eres mucho más hermoso que nadie.Como Tú no hay otro. No hay mayor amor que el queTú me concedes. Es insuperable. Así pues, mi corazónrebosa de amor por Ti. Ansío responder a Tu llamado,cantar Tus alabanzas, anunciar Tu bondad, amarte contodo el corazón, oír Tus dulces susurros y recibir TuEspíritu que me da vida y Tu maravilloso amor.

isfruto mucho de Tu compañía, Jesús. Meencanta estar junto a Ti y hablar contigo.Gracias por Tu amor, por Tu paciencia y por la

devoción constante que me tienes, siendo yo taninsignificante. Sé que no valgo nada y no soy nadie. Séque otras personas tienen mayores aptitudes y mástalento que yo; pero también sé que me amas talcomo soy.

Me encanta tomar tiempo para alabarte y amartecon mis propias palabras, aunque mi vocabulario nosea muy extenso ni elocuente. Me siento muy felizcuando te alabo porque sé que te hago dichoso y tecomplazco.

Gracias por indicarme que tengo que tomartiempo para alabarte. Sé que esas pausas que hago alo largo del día para honrarte y elevarte el corazónson momentos bien especiales. Hago a un lado todomi trabajo, las presiones, los afanes y las preocupacio-

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nes, digo: «Voy a alabar al Señor ahora mismo», y alzolos brazos hacia Ti. Eso me proporciona un vínculomaravilloso contigo.

La alabanza me ayuda a despojarme de las cargas queagobian mi corazón. Hace descender sobre mí Tu paz y Tuespíritu de fe. Me infunde confianza en que lo vas aresolver todo, en que vas a responder mis preguntas yvas a continuar dándome las soluciones que me hacenfalta. Te quiero y te necesito, Jesús. Eres fenomenal.

i Señor, mi Dios, el amor de mi vida, te alabo porel intenso cariño que me has manifestado. Teagradezco la infinita paciencia que has tenido

conmigo. Tu amor y Tu misericordia no conocenlímites. Cuando me siento distante, me tomas y meacercas a Ti. Aun cuando estoy impaciente, me de-muestras inagotable paciencia. Gracias por prometer-me que no me dejarás ni me desampararás.

Busco maneras de expresarte el amor que albergopor Ti. Me despierto en la mañana pensando en Ti. Porla noche me duermo suspirando por estar en Tupresencia. Me fascina pasar tiempo contigo.

En los ratos de comunión que pasamos por la maña-na, Tú y yo nos fundimos en uno. Te alabo y te doy graciaspor esos momentos a lo largo del día en que puedo haceruna pausa y dirigir todo mi amor y mi atención hacia Ti, misalvador, mi libertador, mi vida. Lo eres todo para mí.

Sin Ti, no podría hacer frente al día de hoy. Nisiquiera podría encarar la próxima hora, ni el próximo

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minuto. No puedo vivir sin Ti. Me das el aliento de vida,me das un propósito y una razón de ser.

Gracias, por las formas en que me manifiestasamor. Te amo entrañablemente, ahora y para siempre.

ios del universo, mi eterno salvador,lava hoy mi alma con Tu Espíritu.Anhelo oír Tu voz y Tus divinas palabras.

Incomparable Jesús, ¡eres mío!Con Tu Espíritu de paz renuevas mis fuerzas.Ansío Tus caricias, que aplacan mis dolores.Gran Dios del universo, amor de mi alma,me colmas de favores, me devuelves la salud.Me recreo en Tu sol y a la sombra de Tus árboles.Allí oigo Tus susurros, suaves como las brisas.Tu tierno amor y Tus cálidos brazos me envuelven.Te ensalzo y te adoro. A Ti alzo mi rostro.En dulces estribillos te entono alabanzas.Acude mi corazón a bendecir Tu bello nombre.

uando me detengo a mirar por la ventana y veo enla distancia las delicadas nubes que creaste, piensoen Ti. Cuando veo la muchedumbre de árboles y

flores, mi alma se renueva por medio de Tu creación.El amor que atesoro por Ti se rejuvenece cuando

veo majestuosas aves surcar los cielos con las alasdesplegadas, flotando a Tu amparo, confiadas en queTú las resguardas.

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eñor, ¿cómo es que me amas tanto? No loentiendo, no alcanzo a comprenderlo, pero te loagradezco. Necesito Tu amor. Te adoro porquecomprendes mis más íntimos pensamientos.

Comprendes mis adversidades y las situacionesdifíciles a las que me enfrento. Te preocupas por mí.Eso me consuela y me infunde fe. Alzo mis manoshacia Ti, y Tú me llevas contigo y me alejas de losafanes y las cargas que me hacen apartar la vista de Ti.

De mi corazón brotan lágrimas de desbordantealegría y felicidad por la libertad que disfruto cuandoestoy cerca de Ti. Me faltan palabras para expresarcuánto te amo y la gratitud que embarga mi ser alpensar en Tu amor.

udiste haberme hecho sin defectos, Jesús, perono lo hiciste. En cambio, me creaste tal como Túquerías que fuera. Dudar de eso es dudar de Tu

amor. Asumirlo es hallar perfecta paz, sosiego yreposo en Tu amor. Tómame ahora, tal como soy, en Tucorazón, el más grande de todos.

eposo plácidamente en Tus brazos y te pidoque me estreches contra Tu pecho. Entoncesme da una sensación de alegría y tranquilidad,

porque has visto que deseo estar más cerca de Ti,amarte más y servirte mejor.

Contemplo Tus ojos tiernos y amables y percibo Tu

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amor incondicional. Gracias por Tu amor. Te alabo, teglorifico, te reverencio y te honro.

onstantemente me tocas con amor y viertessobre mí Tu Espíritu de paz, de alegría y deconsuelo. ¿Qué más podría pedir que la hermo-

sa vida de servicio que me has dado?¡Qué alegría estar contigo, Jesús! Estoy muy feliz

de tenerte por amo y señor y de que seas mi mejoramigo, mi compañero constante. Siento Tu presenciaa mi lado y sé que velas por mí, que de veras teinteresas por mí y que me amas. Me lleno de felicidad.Soy consciente de que me bendices, me amas, memimas y me consientes en impresionante medida.

Aunque yo no tenga muchas cosas que la gentedel mundo considera importantes, todos los días metraes bendiciones y obsequios de mucho mayor valor.Me recompensas con los dones de Tu Espíritu. Eso eslo que quiero. Los dones de Tu amor me hacen muyfeliz .

e mereces mucho más de lo que te puedo dar,pero lo que tengo es todo tuyo: mi corazón, mivida, mi tiempo. Te lo entrego todo, pues

criatura Tuya soy, creada para amarte y adorarte.Cuando te alabo, te amo y canto Tu gloria, hallo granplacer y satisfacción.

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nhelo expresarte las cosas tan sorprendentesque has hecho por mí. Eres mi fortaleza, misalud, mi salvación, mi todo.

Prodigioso Dios del amor, gran Dios deluniverso, gran Dios de todo, ¡cuánto te adoro! ¡Cuántote aprecio!

Te amo porque Tú me amaste primero. Creastepara mí este bello mundo en que vivo. Al conocerte aTi, mi Creador, he tenido ocasión de conocer el verda-dero amor.

Sin Tu amor, todo se reduce a nada. No hay razónpara vivir, no hay ilusión alguna, nada tiene sentido;porque Tú eres amor. Eres la personificación delamor.

Te agradezco el amor sobrenatural que hasdepositado en mi corazón. Te alabo por él. Creadormío, me concebiste para que te amara.

Te adoro. Adoro Tu reino. Adoro Tu Espíritu. Adorolos dones de Tu Espíritu. Te los agradezco todos. Teagradezco el amor, la paz, la dicha, la bondad, lapaciencia, la suavidad, la ternura y el cariño que dansentido a mi vida.

e rodeas amorosamente con Tus brazos , y esoes muy reconfortante. Sé que puedo acudircorriendo a Ti en cualquier momento del día o

de la noche, y siempre estás a mi disposición.Perdóname, Señor, por no acercarme a Ti con la

frecuencia con que te gustaría que lo hiciera. Eres

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tan paciente conmigo. En tu saludo no percibonunca señales de desprecio, aunque me ataree tantoque no venga a Ti con la frecuencia que debiera.Siempre me recibes con los brazos abiertos y congran deleite.

Gracias por el amor perenne e inagotable que metienes. Ayúdame a corresponder a él con igualfervor.

e doy gracias por el magnífico plan que conce-biste para que la humanidad se sintiese atraídahacia Tu corazón henchido de amor. Todo ser

humano debiera conocer la alegría, la satisfacción y elamor auténtico que sólo provienen de Ti, mi Creador,mi Dios, mi Señor, mi Rey.

Te alabo por el poder de Tu Espíritu, que me daímpetu, amor y determinación para tender la mano alos demás, describiéndoles el amor que he hallado yofreciéndoles el paraíso, del que ellos también puedenformar parte.

Gracias por sembrar en mi corazón este deseo deamar a los demás y de darles a conocer Tu amor y Tufascinante reino.

e encanta alabarte con todo el corazón, dulceJesús, pues me lo has llenado de amor. Tengomucho que agradecerte, en particular la gran

alegría y felicidad que me has dado. Me gusta contar-

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te cuánto te aprecio, cuánto te necesito y la gratitudque siento por las enormes bendiciones que recibo deTu Espíritu.

res maravilloso, Jesús. Me faltan palabras paraexpresarlo. Así y todo, me encanta hacer loposible por decirte cuánto te amo.

Te ensalzo y te glorifico por la perfección deTu universo, en el que todo discurre con ritmo ypoesía. Gracias por haberme infundido el deseo decumplir Tu voluntad, de obedecer y seguir Tus ense-ñanzas, Tu orientación y Tus indicaciones, y de adherir-me a Tu amor. Te quiero mucho.

esús mío, vengo ante Ti con profunda gratitudpor el increíble milagro que has obrado en mivida. Yo era pobre, andaba a la deriva y vivía ensoledad. Sin embargo, me buscaste, me hallaste

y me trajiste a Tu espléndido reino de amor. Te agra-dezco mucho que me hayas recibido en Tu morada. Nisiquiera merezco contarme entre Tus siervos, y nisiquiera me llamaste tal cosa, sino un amigo.

Me levantaste del polvo, de la tierra y del lodo, yme lavaste con Tu amor y Tus Palabras. Me vas lim-piando de toda impureza, de todo lo que producerechazo, y me vistes con un manto nuevo de humil-dad.

No era nada antes que me hallaras. Sin embargo,

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me rodeaste con los brazos y transformaste mi vida.Me diste un propósito para vivir, algo que amar, algoque estimar, algo que desear, algo por qué luchar.

Gracias por aceptarme, a pesar de mi indignidad,por recibirme como a uno de los Tuyos. Por ello teamo, por ello te honro, por ello te adoro.

res el Dios más maravilloso, el Dios del Cielo, elúnico Dios verdadero. ¡Por eso te tributoalabanzas! ¡Te glorifico! Alzo los brazos en señalde adoración y gratitud porque mi nombre

está inscrito en Tu reino celestial, en Tu Libro de la Vida,y porque moraré contigo por la eternidad.

Mi mayor alegría es saber que estaré por siemprecon mi Dios, que podré amarte, estimarte, adorarte ydeleitarme en Tu cálido y amoroso Espíritu, en Tubondad, Tu ternura, Tu misericordia, Tu verdad, Tuamor y Tu libertad.

Gracias por incluirme en Tu glorioso plan. Graciasporque puedo llamarte padre. Te agradezco que mehayas inspirado un ansia tan intensa de apreciarte,amarte y adorarte. ¡Ojalá que el profundo amor queahora abrigo por Ti no mengüe jamás!

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uiero alabarte con mi pluma, con mi intelecto ycon la inventiva de mi alma. Jesús, ayúdame ahacerlo. Ante todo, ayúdame a alabarte contodo mi ser, sometiéndote mi cuerpo, mi alma y

mis pensamientos. Deseo alabarte con cada movi-miento, con cada sonido que emita, con cada idea quese me cruce por la cabeza, con cada paso que dé.¡Ojalá que mi propia existencia te alabe! Sólo pormedio de Ti existo, respiro, me muevo, vivo, amo,aprendo, maduro, pienso, río y disfruto de la vida queme has dado.

Te quiero, amado Jesús. ¡De verdad que no haynadie como Tú!

veces mi alma se siente aprisionada, cual aveque ha caído bajo el peso de la duda, el pecadoy la ansiedad. Hay muchos lastres que inmovili-zan las alas de la fe; por ejemplo, el adoptar una

actitud criticona o de impotencia. Pero te doy gracias,Jesús, por las bendiciones y la ayuda que me brindas yporque siempre me pones en libertad. Basta con queemita un leve murmullo de auxilio para que acudaspresto a socorrerme. De un soplo apartas todos loslastres y liberas mi alma para que pueda remontar elvuelo en las alas de la fe y la alabanza.

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racias, Señor, aun por mis penas, por esasensación de que mi vida se deshace. Graciaspor el vacío que siento, por las contrariedades,por la soledad, por los momentos en que no

logro aplacar la acuciante sed de mi alma, pues todoello me acerca a Ti.

Sé que si acudo a Ti, Tú me calmas los nervios yremiendas los jirones y descosidos. Me llenas y mebrindas compañía en la soledad. Me amas y me das abeber de las aguas refrescantes de Tu Palabra.

Siempre sé que debo acudir a Ti: sólo Tú puedeshacer todo eso por mí. Eres el único que me puededar la seguridad de que todo anda bien. Sólo Túpuedes apaciguar las agitadas aguas de mi alma.Anhelo oír Tu voz, suspiro por sentir Tu mano, memuero por escuchar las palabras que provienen deTus labios. «Como el ciervo brama por las corrientesde las aguas, así clama por Ti, oh Dios, el alma mía. Mialma tiene sed de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendréy me presentará delante de Ti?» [Salmo 42:1-2.]

Gracias porque puedo entrar al apacible jardín deTu Palabra y descansar a la sombra de los árboles queen él se yerguen. Me refresco en su sombra, y su frutome satisface.

racias, Jesús, por lo bien que conoces a cadauno de nosotros. Eres espléndido, maravilloso.Te mereces nuestra alabanza. Es un placeralabarte y darte gracias. Aun cuando la timidez

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y la vergüenza se apoderan de mí, o cuando mi pesaro mi tristeza son tan grandes que no tengo ganas deacudir a Ti, me seduces con Tus tiernos susurros y mealientas. Me haces comprender que lo único quequieres de mí es amor. Eso es todo lo que puedodarte. Aun así, sólo es posible porque Tú me amasteprimero.

Gracias por aceptar mi amor. Gracias por amarme yvelar por mí. Te quiero, y por Tu gracia me entrego porentero a Ti.

veces no aprecio todas Tus bendiciones y lasveo como lo más natural del mundo, o no medoy cuenta de que lo que parece una piedra esen realidad el pan que te estaba pidiendo. Sin

embargo, me cuidas que da gusto, incluso cuando nolo aprecio debidamente. Lo eres todo para mí. Sin Tino sería nada.

racias por los niños, esos solecitos radiantesque nos has regalado, esos pilluelos que no nosdejan un momento de respiro, esas criaturasque nos alegran la existencia todos los días, que

nos despiertan sin saber que nos gustaría dormir unrato más, que en un dos por tres gastan los pantalo-nes y se embarran la ropa, justo la que acababan deponerse nueva y limpia. Gracias por todos nuestrosniños, de cualquier edad. Gracias particularmente por

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el ejemplo de fe y confianza que nos dan. Ayúdanos aconfiar en Ti del mismo modo que ellos confían ennosotros.

e agradezco que me hayas amado todos estosaños. No deja de sorprenderme, pues sé lo malque me he portado. Sin embargo, dices que con

todo y con eso me quieres y siempre me has querido.Gracias por darme la oportunidad de acercarme y

hablarte. No sólo tengo ocasión de conversar contigo,sino que has hecho posible que me una a Ti y descu-bra Tus sentimientos más íntimos. Gracias por hablar-me y comunicarte conmigo. Gracias por estar siempremuy junto a mí, por el apoyo tan grande que mebrindas y por interesarte en todo aspecto de mi vida.

Sin duda eres el amigo más increíble que podríatener. Te interesas sinceramente por mí. Lo sé, porquenunca te alejas de mí. Nunca te enfadas conmigo ydecides dejarme. Me siento incapaz de hacer o decirnada para manifestar mi gratitud. Me asombra cuántome amas y te preocupas por mí.

Te agradezco que estés tan dispuesto a ponerte ami nivel a fin de que te entienda, te conozca y percibaTu amor. Eres fenomenal, Jesús. Lo abarcas todo. Sinembargo, te rebajas para estar cerca de mí. Te adoro.

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iempre me consuelas, Jesús. No sólo me confor-tas el corazón y me deleitas el alma, sino queaplacas mis agobiados nervios. Cuando mealtero, me calmas y me tranquilizas. No hay

nada comparable con la paz que me brindas.Cuando siento deseos de evadirme de todo lo

que me rodea, cuando tengo uno de esos díasnublados y tormentosos, lo que me ayuda a seguiradelante es la seguridad de que puedo retirarme anuestro lugar secreto. En cualquier parte, en cual-quier momento del día o de la noche, no tengo másque entrar a Tus aposentos privados. Tú entonceshaces que todo marche a las mil maravillas.

n millón de gracias por Tus palabras. Lasnecesito más que nada en la vida. ¡Cuánto mealegra contar con ellas! ¡Son tan sublimes y tan

puras! Me iluminan y me dan fuerzas y esperanzas.¡Son tan alentadoras, tan poderosas, tan ciertas y tansignificativas!

Te alabo por Tus magníficas palabras. Te doygracias por el efecto tan impresionante que tienen enmí. Me satisfacen profundamente. Son una inyecciónde alegría para mí.

Te doy gracias porque Tus palabras me estánfortaleciendo. Me están transformando en la personaque Tú quieres que sea. Gracias por el misteriosopoder con que Tus palabras obran en mi vida. Tuspalabras son espíritu y son vida para mí.

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racias por el tesoro que es la música hermosa,por los sonidos que me apasionan, me elevan yme alegran el corazón, por los instrumentos, lasnotas, las melodías y las letras, por esa forma de

expresión del corazón y del alma. Es un medio decomunicación magnífico, un vehículo ideal paratransmitir un mensaje y comprender lo que dice osiente otra persona.

Con la música nos has proporcionado un estupen-do medio de comunicación. Nos la has dado enabundancia: melodías y letras celestiales, ungimientosobrenatural, inspiración divina.

Las canciones que vienen directamente de Tureserva celestial de música nos electrizan, nos arreba-tan. Son arrobadoras, hermosas. Nos conmueven ynos incitan a bailar, cantar, amar, abrazar, besar y dartea conocer a los demás. Te damos muchísimas graciaspor Tu música divina, por Tu plan celestial, por estetremendo regalo y tesoro que nos has concedido.

e agradezco Tu colosal poder, Jesús. ¡Quégrande, qué poderoso eres! Todo lo puedes. Sime amoldo a Tu voluntad, puedes tomar mivida y hacer de ella lo que desees. Puedes

transformarla en algo hermoso. Me recuerda lo quedice una canción:

«¡Qué hermoso, qué bendición!Comprendiste mi confusión.Mi vida estaba deshecha,

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mas Tú la llenaste de belleza.»Sí, eres el único que podía hacer de mi vida algo

bello. Lo has hecho, y te lo agradezco mucho.�

esús, me encanta estar contigo. Me fascinaretirarme a mi rincón secreto para hablarte,visualizarte y disfrutar de comunión contigo.

Me encanta que me abraces y me estre-ches contra Ti. Me encantan Tus palabras. Meencanta oír Tu voz. Me encanta que te interese todolo que tiene que ver conmigo. Me hace feliz saberque me amas.

En la vida he conocido a nadie como Tú. Nadiepodrá ocupar jamás Tu lugar en mi corazón. Te amo.

e maravillas. Eres capaz de ayudar a cualquieraa ser mejor. Gracias por hacer que me resultemás fácil manifestar amor, bondad y considera-

ción, las cualidades que con tanto afán anhelo cultivar.�

e amo, Jesús. Te amo por Tu magnificencia, porTu grandeza. Ante Ti me veo insignificante; sinembargo, a pesar de lo grande y admirable que

eres, puedo acercarme a Ti a cualquier hora del día ode la noche con la certeza de que estarás despierto ydispuesto a atenderme.

Te amo porque sin Ti no puedo vivir. Te amo

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porque Tú también me necesitas y deseas mi amor.Te amo porque cuando me hundo en el desánimo,

me mandas un milagrito, un pensamiento o unapalabra que me alienta y me encamina de nuevohacia la victoria. Te amo porque eres inmensamentepoderoso. Te amo por ser quien eres.

esús, contigo es muy fácil obrar bien. Me bastacon amarte, obedecerte, poner los ojos en Ti yno apartarme de Ti. Has prometido que teharías cargo de todo lo demás. Gracias por el

poder de Tu Espíritu, que me fortalece y me transfor-ma.

esús, gracias por el gozo de alabarte. Me deleitohondamente en Tu creación, y más que nada enTi. Eres el Creador de todo placer imaginable, detoda delicia concebible, y te lo agradezco, te

honro y te adoro. Considero un gran honor contarmeentre los Tuyos. Me agrada saber que me deseas, queanhelas mi alabanza, mi adoración y mi atención.

Gracias porque puedo participar de la naturalezadivina en esos momentos sencillos en que me deten-go a saborear la maravilla de todo lo que has hechopor mí y eres para mí. Siento dentro de mí un resplan-dor tibio, y un aura me envuelve. En instantes así meda la impresión de que tengo un vínculo casi palpablecon el plano celestial, esa dimensión en la que cada

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pensamiento y cada acción alaban Tu omnipotencia yTu gloria.

Es una maravilla gustar y disfrutar anticipadamen-te del Cielo estando aún en mi cuerpo terrenal debarro. ¡Cómo anhela mi corazón unirse a Ti, dejandoatrás para siempre la fuerza de la gravedad, la debili-dad de la carne y las limitaciones del espacio y deltiempo! No obstante, agradezco estas sujecionesterrenas; así aprenderé a alabarte en este cuerpotodos los días de mi vida.

esús, te amo desde la primera vez que supe deTi, desde que te vi y percibí Tu ternura y Tu amorreflejados en las personas que me hablaron deTi. Cuando te conocí, ¡fue amor a primera vista!

Tu amor se me hizo patente ahí mismo. Gracias porhacerme sentir Tu mano. Llegaste a los rincones máshondos e inexplorados de mi corazón. Gracias porconocer mis sentimientos más íntimos: mi anhelo deTi, mi deseo de conocer Tu verdad.

esús, me encanta alabarte. Me fascina saber queme escuchas y que te alegra oír cuanto te diga.Es muy alentador que te gusten mis palabrasde amor y de alabanza. ¡Qué emocionante

pensar que Tú, el gran Rey del universo, te detienes aembeber mis alabanzas! ¡Qué maravilla! ¡No sabescómo me alegra hacerte feliz! Me conmueve abrirte el

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corazón para expresarte amor y saber que lo aprecias.Alabarte me deleita.

e doy gracias por los seres queridos y losamigos que me has dado. Cuando no los tengocerca, siento un vacío interior y cierta tristeza.

Pero te agradezco que, cuando nos toca pasar untiempo separados, Tú me ayudes a superar la nostal-gia y a apreciar el amor y la intimidad con que nos hasbendecido.

Gracias porque nunca nos dejas huérfanos yporque en los momentos de silencio nos dirigespalabras de amor que nunca habíamos oído, las máshermosas palabras de aliento. Tú sabes muy bien loque es estar solo y lejos de quien más se ama. Graciaspor esta bendición.

Te agradezco igualmente la dicha que nos inundaen el reencuentro, en el dulce momento del abrazo, elbeso y la contemplación mutua. Gracias por la felici-dad con que nos compensas por el sacrificio queconstituye dar el primer paso para ayudar al prójimo,aunque ello signifique que debamos separarnos unosde otros.

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nséñame a amarte. Quiero entregarme a Ti,ahora y siempre.

Quiero conocerte mejor para saber agradar-te más. Quiero descubrir todos Tus anhelos y

deseos para tener el gusto de cumplirlos lo mejor quepueda. Quiero tener el placer de oír Tus peticiones ydecirte que sí una vez más.

Esta es la alabanza que te ofrezco: la confianza quedeposito en Ti cada vez que Te digo que sí, aunque seallorando, aunque sienta confusión o albergue dudas.Sé que a Tus ojos tiene aún más valor cuando digoque sí a pesar de esas emociones perturbadoras.

Por eso, Jesús, te lo repito: Sí. Sí. Sí. Haré lo que seapor Ti, a cualquier precio. Amaré a quien sea, renuncia-ré a cualquier cosa. Pongo mi voluntad en Tus manos.A veces vacilo a causa de mis debilidades humanas ymi tendencia natural a ser egoísta e inflexible. Sinembargo, sé que en cuanto digo la palabra mágica—sí—, algo sucede. Se obra una transformaciónmilagrosa en mi interior, porque en ese momento teentrego mi voluntad, y Tú la aceptas gentil y tierna-mente, agradecido.

Entonces me susurras secretos, las claves paraobtener el poder, las fuerzas y el amor que necesitopara llevar a cabo Tus deseos.

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uchas veces cada día siento el amor que memanifiestas por medio de las personas que merodean. Veo Tu amor reflejado en los ojos de los

bebés. Lo percibo en Tus suaves susurros. Llenas micorazón de alegría, tanto que a veces me da la impre-sión de que va a estallar. No dejas de prodigarme Tuamor. Me lo manifiestas de múltiples formas. Cuandoel sol toca cálidamente mi rostro, cuando contemplolos colores del cielo, las riquezas de la tierra y losárboles que levantan los brazos para alabarte, meconmuevo, vibro dentro de mí. En todo esto sientoTus caricias.

Me traes gozo. Me haces reír. La libertad que meda Tu Espíritu me eleva en alas del viento para queacuda a Ti, me una a Ti y disfrute contigo de unaproximidad que jamás podría tener con nadie aquíen la Tierra.

Para mí, nuestro amor es más valioso que losdiamantes o el oro, más que ninguna otra cosa deeste mundo. ¡Te amo!

res el mejor amigo que se pueda tener. Aunquetambién a mis seres queridos les expreso missentimientos de amor y gratitud, no es lomismo. Ellos no me comprenden tanto como

Tú. Tú aceptas y entiendes cuanto te digo. ¡Quémaravilla, Jesús!

¡Qué pena me dan quienes no disfrutan de unarelación contigo! Se deben de sentir muy solos y

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tristes. Espero con ansia el día en que te vea cara acara, el día en que al fin llegue a Casa y repose en Tusamorosos brazos.

racias por estar siempre a mi disposición. Tehallas presente cuando necesito hablar contigo.Cuando me hace falta consuelo siento que Tusbrazos me rodean. Cuando estamos juntos,

todo lo demás se desvanece y no te veo sino a Ti. Nologro describir la satisfacción que encuentro en esosmomentos. Te amo, entrañable Jesús.

Gracias por darme tantas palabras Tuyas. Medeleito en ellas.

Tu inmenso amor se manifiesta en cada palabraque derramas.

Conocerte y vivir contigo me ha proporcionado ungozo inefable. ¡Me has concedido tanta libertad ygozo! Me encanta estar en Tu presencia. Me fascinafundirme contigo. Me encanta la sensación que meproduce el haber pasado un rato contigo.

s muy importante que te manifieste gratitud yte dirija palabras de alabanza. Sé cuántosignifican para Ti los elogios, porque para mísignifican mucho. Tú también me elogias por

todas las cositas que hago que te complacen. Conti-nuamente me diriges palabras de ánimo, me alientasy me ayudas. Me agrada escuchar Tus palabras de

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amor y aliento. Siempre pasas por alto mis faltas ydebilidades y me animas diciéndome que voy bien.

Alabarte y manifestarte mi amor con palabrasparece muy poca cosa, una tentativa a todas lucesinsuficiente de corresponder al amor que me hasdado. Quiero dirigirte palabras de alabanza queexpresen el amor que siento por Ti.

Lo hago con gusto, Jesús, feliz de alzar las manos alcielo, contemplar Tu hermoso rostro y lanzarte besosde alabanza. ¡Te mereces mucho más! Jamás podríapagarte. Todo lo que te dé no podría compararse conlo que me has dado Tú a mí.

e agradezco, Jesús, no sólo las grandes alegríasque me proporcionas, sino también las lágri-mas que a veces me haces derramar.

Gracias por las temporadas difíciles en las quebusco Tus brazos, me aferro a Ti y Tú me consuelas. Mellevan a conocerte, a rendirte mi voluntad, mi vida ymi amor. Cuando me abrazo a Ti, Tú me sostienes, pormuchos pesares y tormentas que vengan. Gracias poresta fe inquebrantable que me das, conforme a Tupromesa. Me dijiste que siempre podría contarcontigo, y nunca me has defraudado. Te doy gracias,mi dulce Jesús.

Gracias, por todo lo que me has dado; no sólo Tuamor, sino además Tu vida. Te prodigo alabanzas y meregocijo de poder amarte tan enteramente, con cadapartícula de mi ser. Con mi misma vida te puedo amar.

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Esta es la alabanza que te ofrendo: mi vida, quedeposito en Tus manos. Me encanta que me moldees.¡Cómo me place que me amoldes con Tus tiernosdedos! ¡Cuánto me alegra hacer Tu voluntad, Señormío! Me regocijo en ello. Es para mí una dádiva de Tuamor. Al fundirme en Tu voluntad y en Tu amor, sientotal satisfacción que mi vida se vuelve toda alabanza aTi.

az que nunca deje de admirarme ante la vida yante los regalos de amor que sin cesar mehaces. Es imposible darte las gracias en la

medida que lo mereces, pero te ruego que me ayudesa no olvidarme de hacer pausas cada día para concen-trarme en Ti, maravillarme con la obra de Tus manos ymanifestarte gratitud.

Conserva mi juventud y mi vigor volviéndomeconsciente de que cada día puedo aprender de Ti algonuevo acerca de Tu amor, Tus caminos, la vida que mehas dado y hasta la vida por venir. Me quedan infinitosdescubrimientos que hacer, pero más que nada deseodescubrirte a Ti, el maravilloso Ser origen de todo.

Al pasar tiempo contigo, quiero entender mejor Tuamor y el plan que tienes para mí. Ayúdame a apreciaresos gratos momentos que paso contigo y conside-rarlos sagrados, intocables, indispensables.

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uánto te amo, mi buen Jesús. ¡Cómo me alegrode tenerte! Alzo el corazón a Ti en loores yagradecimiento. Te elevo mi espíritu en gratitud

por todo lo que has hecho por mí.Te has portado de maravilla conmigo. Gracias por

Tu benignidad y fidelidad, y por la misericordia, labondad y la ternura que me manifiestas.

Te alabo con toda el alma. Te exalto con todo miser. Hacia Ti alzo mis brazos. Elevo mi corazón. Levantomi espíritu hacia Ti. Eres mi todo, y sin Ti nada soy.

Me concedes amor, me concedes vida, me conce-des dicha y felicidad. Haces la vida increíblementehermosa. Cuidas de mí. Te ocupas de todos misdetalles. Tanto me amas que a cambio quiero pagarteyo también con amor.

res digno de toda gloria y honra. Entonoalabanzas a Tu nombre, a Tu magnífico ysublime nombre. Me encanta pronunciarlo. ¡Mefascina exclamarlo! Me complace tanto oírlo

resonar en mis oídos. Te quiero mucho, Jesús, y teagradezco todo lo que haces por mí.

é que me has bendecido sobremanera. Tengomucho, muchísimo más que la mayoría de lagente. Realmente me atiendes y me amascomo a un hijo. Jesús, te amo con toda el alma.

Te adoro y te necesito. Lo eres todo para mí.

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y, Jesús, ¡cuánto te amo! Te amo con todo mi ser.Te venero. Con todo mi corazón te adoro. Tebeso en señal de gratitud por el inmenso amorque me manifiestas y que no entiendo pero

que agradezco desde el fondo de mi alma.Te estrecho entre mis brazos. Derramo lágrimas de

alegría. Te alabo por Tu amor, Tu ternura, Tus misericor-dias, Tu magnificencia. Aun siendo un Rey tan grandey poderoso, te dignas tomarme en Tus brazos, enjugarmis lágrimas y darme consuelo.

Tú tienes la respuesta a cada pregunta, dassentido a cada propósito, conviertes cada flaquezamía en fortaleza. Eres los ojos y oídos, la esencia de lavida. Eres la luz resplandeciente del universo, lapotencia que impulsa cada átomo, el ojo omnipresen-te que observa todo pensamiento, todo sentimientoy toda necesidad. Eres los brazos de Dios que nosllevan, eres el consuelo de Dios, eres el amor de Diosque nos salva.

olmas mi corazón de toda cosa buena. Mellenas. Eres la felicidad. Eres lo máximo. Sin Ti nohay nada. Todo lo llenas de Tu Espíritu y Tu

amor. Te lo debo todo. Quiero elogiar Tu nombre yexaltar Tu gloria con todo mi ser, por la eternidad.

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e conmueve hasta lo indecible la dicha y laalegría que te causan mis alabanzas. ¡Quéalegría pensar que Tú, que tienes tanto poder,

gloria, belleza y esplendor, desees y esperes ansiosa-mente mis besos de alabanza!

¡Ojalá pudiera alabarte todo el día! ¡Ojalá máspersonas conocieran Tu amor y supieran lo adorableque eres! Entonces también su corazón prorrumpiríaen alabanzas a Ti para honrarte y glorificarte, rendirtepleitesía y adorarte. Así se te daría un poco de laatención y adoración que mereces como verdaderoRey que eres.

Sabiendo cuánto significan para Ti mis palabras dealabanza, me dan ganas de dirigirte muchas más.Aunque soy indigente, no llevo más que harapos y nopuedo ofrecerte nada de valor terrenal —sólo mipropio ser y mis sencillas muestras de alabanza—, teregocijas hasta tal punto que me siento importante.Me impresiona que estimes tanto mi amor.

u amor me llega desde lo alto. Me toca el alma.Me aviva el espíritu y el cuerpo. Me renueva.Cada día contigo es nuevo y radiante. Me

alegras la vida.�

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e mis labios brotan alabanzas a Ti, mi Dios.Quiero cantarte continuamente melodías degratitud, mi Señor. Quiero albergar en todo

momento buenos pensamientos para contigo, mi Rey.Para siempre es Tu misericordia. Tu ternura y perdónson infinitos. Tu amor me envuelve cual suave y cálidabrisa de verano. Me refresca el alma, me vivifica, mefortalece y me motiva.

Dios mío, en mi debilidad, en mi pecado, alzo losojos a Ti. En Ti hallo fortaleza y perdón. Me hago cargode que Tu amor es infinito. Sé que no lo merezco. Nomerezco semejante perdón, ni la atención tan tiernaque me brindas. No obstante, el simple hecho desaber que velas por Mí me proporciona una paz,satisfacción y contentamiento enormes.

uanto tengo es Tuyo, Jesús, porque todo lo queposeo procede de Ti. Son obsequios que Túmismo me has hecho en amor. Por esa razón

vengo ante Ti con palabras de alabanza y gratitud.�

ada te niego, nada te oculto, Señor mío. Te loentrego todo con alabanza, honra y gratitudpor las innumerables bendiciones que he

recibido de Ti: Tu amor, Tu ternura y Tu misericordia.Sé que me cuidas como a un niño indefenso. Velas

por mí en todo momento, me cuidas con diligencia.Nunca te duermes ni te adormeces. Eres mi Padre.

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odo lo que pueda hacer o decir es poco paracompensar un amor tan grande como el Tuyo.No podría pagarte, Señor y Dios mío. No encuen-

tro palabras ni medios para darte lo que te mereces. ATu lado soy tan poca cosa, tan débil y tan impotente.Carezco de amor, de buen sentido y de fortaleza. Sin Tino soy nada. Me asemejo al polvo. De no ser por TuEspíritu y Tu amor que me comunican vida, poder yfuerzas, sería yo impotente, inútil, incapaz. Tú lo erestodo, mi buen Señor, y yo ante Ti no soy nada. Estoy aTu disposición. Anhelo complacerte, amarte y servirte.

iempre eres considerado, amable y compasivo.Puedo descubrirte mi corazón, confesarte cadauno de mis pensamientos, confiártelo todo. Túsimplemente me escuchas con paciencia. Nunca

te enojas, ni pierdes los estribos, ni me criticas, ni mecensuras.

Gracias por enseñarme a ser más como Tú. Graciaspor darme la paciencia que necesito, por infundirmeamor y comprensión por los demás, por comunicar-me sabiduría. No podría vivir sin Ti. No puedo imagi-narme cómo sería un día sin Ti, Jesús. No sabríaarreglármelas por mi cuenta. Soy muy débil y tengomuchos defectos y flaquezas humanas. Sé que mehaces una falta bárbara.

Gracias, tierno Jesús, por estar siempre cerca de mí.Cada vez que te pido ayuda me das lo que preciso; nome fallas.

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esús, Tus palabras reveladoras de misterioscelestiales son apasionantes para mí; no quierooír ni escuchar otra cosa que la voz de TuEspíritu. Quiero que Tu amor vibre en mi

corazón. Quiero que Tus pensamientos resuenen enmi mente. Quiero que mi motivación en la vida seaagradarte. Tu deseo es mi deseo, Señor mío. Tusanhelos, mis anhelos, Rey mío.

El deseo de mi corazón es poder ser arcilla blanday modelable en Tus manos, ser lo que Tú quieres quesea, ir adonde Tú quieras que vaya, hacer lo que Túquieras que haga, decir lo que Tú quieras que diga.Quiero glorificarte y poder ser así una vasija de Tuamor, Tu luz y Tu verdad.

Me inclino ante Ti, mi Salvador y Señor. Haz de mí loque desees; haz conmigo lo que quieras. Soy Tuhumilde servidor. No soy nada ante Ti. Te entrego todomi ser, mi corazón, mi alma, mi pensamiento. Lo másquerido para mí en la vida lo pongo a Tus pies, condocilidad, sumisión y entrega total. Te amo con unamor imperecedero, reflejo del amor que Tú metienes, manifestación del hecho de que Tú me amasteprimero.

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racias por todas las bendiciones de servirte.Aunque en ocasiones me he encontrado encircunstancias difíciles y ha habido momentosen que no sabía si lograría salir adelante o si

hallaría fuerzas para continuar, Tú nunca me hasfallado. A pesar de esas dificultades, me infundiste fe ygracia para perseverar.

Teniendo en cuenta el desánimo y la desdicha queenvuelve a quienes no te conocen, y lo trabajosa quese les hace la existencia cotidiana, Mi vida ha sidocomo un sueño, una celebración, un banquetecontinuo. Jesús, poseo tantas riquezas: amor, compa-ñía, amistad, provisión para todas mis necesidades,protección, salud, niños cariñosos, trabajo satisfacto-rio y más que nada la gratificante verdad de TuPalabra.

racias, Jesús, por el honor que representacaminar muy junto a Ti por fe. Gracias por la fe.Gracias por el poder de Tu Espíritu. Gracias pororientar a cada uno a lo largo de la vida. Gracias

por amarnos de manera individual.Te agradezco que pueda hablarte siempre que lo

desee. Puedo desahogarte mi corazón sabiendo queTú siempre estás presente. Gracias por tener respues-ta a mis inquietudes y por hablarme cuando lonecesito.

Te agradezco que Tu Palabra me proporcionetantas soluciones. Gracias que por lo menos la conoz-

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co en parte y poco a poco voy afianzándome en ella.Gracias, Señor, que asisto a Tu escuela y puedo espe-cializarme en Tu Palabra. Gracias por lo profunda y lointerminable que es. Te agradezco que puedo conti-nuar aprendiendo, progresando y acercándome cadavez más a Ti.

Gracias por ponerme en libertad. Ahora soy librepara vivir por Ti, libre de las cadenas del temor. Tú hasdicho que donde está Tu Espíritu hay libertad. Tengo lacerteza de que es así. Lo he vivido y lo agradezcoinfinitamente.

veces, si tengo mucho que hacer cuando medespierto por la mañana, enseguida las tensio-nes me empiezan a abrumar. Entonces me dicestiernamente: «Échamelo todo a Mí». Cuando me

siento débil e incapaz, Tú sigues fuerte. Cuando ignorocómo resolver los múltiples problemas que se presen-tan, Tú me muestras las soluciones una por una.Considero que no merezco Tu amor y desvelo.

racias por la eficacia de la oración. Te agradezcoque pueda acudir a Ti en todo problema ysituación que se presente con la plena confian-za de que escucharás mis súplicas. Te agradezco

también que pueda pedirte que cuides y protejas amis padres, mis seres queridos, mis hijos, mis amigos yotras personas. Gracias, Señor, por concederme el don

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de ayudar a los demás por medio de la oración.Te agradezco que veles por mí, me guardes y me

guíes. Te agradezco que Tus ángeles custodios meprotejan y me defiendan. Sé que a veces me protegesde tal manera que ni me entero de ello. Hay cosas queno llegan a suceder porque Tú las previenes. Teagradezco que me protejas y me guardes de muydiversos modos.

Gracias por ampararme. Tu dulzura y Tu misericor-dia significan tanto para mí. ¡Cuánto las aprecio!Gracias por el ejemplo que me has dado, por lasrespuestas a las incógnitas de la vida. Gracias porinstruirme y por ayudarme a llevar una vida tan sana,feliz y maravillosa. ¡Cuántas bendiciones disfruto!

oda la creación te alaba. ¡Cuánto más nodebería hacerlo yo! Cuando contemplo todaslas obras de Tus manos, veo Tu infinito amor

por Tus hijos. Todo lo creaste para que lo disfrutára-mos. Lo único que nos pides es que te lo agradezca-mos.

Cuando miro la inmensidad del cielo, me recuerdaTu amor sin límites. Cuando veo un paisaje verde yexuberante que se extiende hasta donde alcanza lavista, pienso en cómo provees para Tus hijos. Todo loque has hecho es una ilustración del amor queabrigas por nosotros.

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racias, Jesús, por las cosas grandes y ocultas queme enseñas. Tú dijiste: «Clama a Mí, y Yo [...] teenseñaré cosas grandes y ocultas» [Jeremías 33:3].Te alabo por el privilegio de conocer el futuro,

porque me has revelado suficientes detalles acerca de élcomo para entusiasmarme y hacer que lo aguarde conilusión. Gracias por las visiones del Cielo que me has dado,por las metas que con esfuerzo debo alcanzar. Te agradez-co que con mi pasado hagas borrón y cuenta nueva. Mehas dicho que puedo olvidarme del pasado y de lo quequeda atrás, y extenderme a lo que está adelante, mirar elporvenir, fijar la vista en Ti y captar la visión celestial.Gracias por las visiones del futuro, las visiones del Espíritu.

uiero seguirte. Quiero obedecerte. He decididorecorrer con felicidad y expresión alegre la vía queme has puesto por delante, y cuento con que meayudarás. Te voy a seguir lo mejor que pueda. Voy

a amarte y a compartir Tu amor con los demás tantocomo pueda. Gracias por dar ligereza a mis pasos ycomunicarme una alegría que no pasa inadvertida.

Quiero que la gente sepa cuánto agradezco poderllamarte Padre mío, que lo considero un gran honor.Tu amor no tiene igual. Vale más que todo lo quepudiera renunciar a cambio de él.

Gracias por decirme lo que tengo que hacer, porindicarme el camino. Con gran aprecio y agradeci-miento, quiero recorrerlo con felicidad y alegría,poniendo todo el corazón.

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racias, Señor,por todo el bien logrado.Gracias, Señor,por las almas que hemos ganado.

Gracias, Señor,por los niños y los bebés.Gracias, Señor,por el don de la fe.Gracias, Señor,por la difusión de Tu Palabra.Gracias, Señor,porque al mal vencemos en batalla.Gracias, Señor,porque nos amamos unos a otros.Gracias, Señor,porque hay unidad entre nosotros.Gracias, Señor,porque damos de comer al hambrientoy le llevamos la luz de Tu conocimiento.Gracias, Señor,porque siempre cerca estás.Gracias, Señor,por Tu amor fiel y veraz.Gracias, Señor,por nuestro futuro galardón.Por todo esto y por mucho más,te damos las gracias, Señor.

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uando te alabo, comienzo a oír sonidos musica-les. Son armoniosos y melódicos. Me envuelven,me penetran y hasta se convierten en parte de

mi ser.Cuando te alabo, me proyecto al futuro, donde me

veo libre de todas mis cargas y me encuentro con quetodos mis problemas han quedado solucionados. Esome infunde fe para el presente. Los conflictos y lasdificultades se empequeñecen cuando te alabo,porque adquiero la confianza de que Tú te encargarásde resolverlos todos.

Cuando te alabo, oigo descender suavemente Tusrespuestas y soluciones, que derriten mis inquietudescomo si fueran nieve. Oigo también que me agrade-ces que me tome unos minutos contigo. Aspiro TuEspíritu, que me llena y me transmite vida. Pero lo másmaravilloso es que, cuando te alabo, oigo Tu voz queme dice que Tú también me amas.

racias por los regalos materiales que me haces,en los cuales veo reflejado Tu amor cada día: lasmanzanas, las naranjas, los plátanos, las verdu-ras, cada uno con su bello color. ¡Cuánta varie-

dad y cuánto colorido creaste! Con cada deliciosobocado que pruebo experimento Tu amor, Tu desveloy Tu provisión.

Miro el techo y las paredes y percibo Tu protección.Te agradezco el refugio que prometiste a Tus hijos.Gracias, Jesús, por la suave almohada en la que puedo

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recostar la cabeza, por el colchón en el que puedoreposar el cuerpo, por la cómoda silla en la que mepuedo sentar y relajar.

Gracias por mi amorosa familia, por mis hermanosy mis hermanas. Cuando miro alrededor, veo y palpoel amor que me prodigas. Te doy gracias por Tu amor.¡Penetra hasta lo más hondo de mi alma! Te lo agra-dezco.

racias por los espacios de reposo que meconcedes. A veces siento sobre mí un pesoenorme que me abruma. Me da la impresión deque no lograré salir adelante, de que no puedo

dar ni un paso más. Pero después, en el momentopreciso, Tú aligeras mi carga. Tomas en Tus manos elpeso que llevo a cuestas, lo levantas y me concedessuave descanso y relajación; justo lo que me hacefalta. Cuando no aguanto más, sólo Tú podrías saberque necesito una tregua. En esos momentos me dejassentir Tu amor celestial.

Me das pausas entre una batalla y otra. Me infun-des paz en medio de la tormenta. Me envías rayos dealegría aun en plena lluvia de tristeza, y me ofreces unabrigo de paz donde resguardarme de los vientosturbulentos. Todo lo que procede de Tu mano esperfecto: las alegrías y el amor, las dificultades y laspruebas. En cualquier caso, Tú, amorosamente, meconcedes momentos de profunda paz y tranquilidad.

Sé que todo lo que sucede está planeado por Ti.

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Me dijiste que transitara por esta senda; que hasdispuesto cada uno de mis pasos, de uno en uno; queportara fiel y diligentemente mi cruz. Me mandasteque reflejara Tu amor, que llevara Tu gozo en micorazón y que tuviera una sonrisa dibujada en elrostro a la vista de todos. Gracias por mostrarme, nosólo qué camino tomar, sino también cómo deboproceder. Tus amorosas palabras me guían. Te amo,Jesús.

yúdame a agradecerte constantemente lasmuchas bendiciones que me concedes. ¡Jesús,Jesús, amo Tu nombre! ¡Lo alabo! Te necesito, mibuen Jesús.

o vagaba triste a la deriva, buscando un hogar,buscando amor. Anduve errante por muchosvalles y largos túneles en busca de la luz queme llevara a casa. Entonces te encontré a Ti, mi

hermoso, amado y maravilloso salvador. Me recogisteen Tus amorosos brazos y llevaste Mi espíritu hasta Tupalacio celestial. Al fin me encuentro en casa, dondemoraré contigo y te amaré por siempre jamás.

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De amo, Jesús. Quiero que broten de mi corazónlas más exquisitas alabanzas a Ti, las melodías ypalabras más dulces. Quiero darte a Ti y sólo a Ti

lo más estupendo que poseo, las flores más fragantes,mis mayores tesoros, por grandes o pequeños quesean. Deseo hacerlo porque eres quien más me ama.

Al despertar quiero pensar en Ti antes que enninguna otra cosa. Que lo primero que haga en el díasea dedicarte una alabanza. Que las primeras palabrasque salgan de mi boca antes de emprender la jornadasean para Ti. Quiero dedicarte lo mejor de cada día.Quiero estar contigo antes de pensar o hacer nada.

Ayúdame a hacer eso todos los días, todas lasmañanas. A dedicarte los primeros momentos,pasándolos a solas contigo en silencio, porque te amoy deseo alabarte.

Quiero que mis primeros pensamientos sean losque Tú me des. Antes que nada quiero que me des Tuamor. Quiero manifestarte en todas las formasposibles que Tú tienes prioridad. Antes de hacer nada,quiero preguntarte qué quieres que haga. En todo y alo largo del día, quiero poner primero los ojos en Ti.Quiero que seas Tú el primer ser con quien hable ydarte el primer lugar en todo.

¡Eres mi primer amor!�

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racias por rodearme cada día de Tu infaliblemisericordia y Tu inextinguible amor. Aunqueno lo merezco, me deleito en Tus placeres. Teamo ahora y te amaré por siempre.

uando mi espíritu está agobiado y mi almaangustiada, alzo mi corazón a Ti, Señor mío.Busco Tu Espíritu de sabiduría y amor, Tu voz

refrescante y pura. Te llevas mis pensamientos mun-danos con Tus palabras fuertes y seguras. Me encantaescuchar Tus susurros; me encanta sintonizarme conTu Espíritu. Me anima. Me renueva. La certeza de queTu amor es eterno me infunde una fe sin límites. Tucántico jamás termina; das, y das y das.

¡Sigue cantando, Jesús mío! Mi espíritu se eleva aTus brazos de amor. ¡Sigue cantando, Señor mío,elévame hasta los cielos! Tu voz, las palabras que medices al oído, son para mí la música más sublime quehay. Nada puede igualársele; no hay siquiera compara-ción. Nadie alcanza a ser como Tú, mi Señor. Unmomento a Tu lado es todo lo que preciso pararenovar mi deseo de acudir a Ti una y otra vez. Misalvador, mi tierno Jesús: mi deseo de Ti es insaciable.

esús, te amo muchísimo. ¡Qué inapreciabletesoro es estar en Tu presencia, solazarme en Tuamor! Lo más maravilloso es que te tengo cadainstante del día. Te puedo llevar conmigo donde

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sea que vaya. Me has dado Tu corazón; no sólo unaínfima parte, sino todo él. Eres mío. Nadie podráarrebatarte de mí. Eres mío para siempre, desde lamás alta cumbre hasta el más profundo abismo.

Gracias, Jesús. ¿Quién como Tú? Nadie. Gracias porcolmarme de bendiciones. Me has privilegiado converdaderas riquezas. La sola idea de ello rebasa mientendimiento. Es tan pasmoso que resulta inútilintentar aun comprenderlo.

No podría intentar siquiera entender el gran amorque albergas por mí. Es tan amplio, tan grandioso, tancolosal. Todo lo engloba. Eres incomparable, mi buenSeñor.

esvelo sin límite.Depósito inconmensurable.Tesoro inagotable de devoción infinita.

Afecto inextinguible, imperecedero.Ternura perenne, calidez continua, invariable,que envuelve y entrega cariño.Valor eterno, inmutable,que a todos abraza con un perdón que nunca expira.Pasión celestial. Exquisito placer. Arrobamiento sin fin.Luz radiante de divino éxtasis,que embriaga, satisfacey fluye incesante.Así es Tu amor inmortal.

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ulce, celestial, maravilloso e innovador Jesús, ¡tequiero tanto! Eres magnífico. Lo abarcas todo.Gracias por ser a cada instante justo lo que me

hace falta. Cuando me veo en un aprieto, Tú siempretienes la solución. Cuando necesito ayuda urgente,eres mi pronto auxilio.

Cuando necesito a alguien con quien hablar, mebrindas un oído amoroso y eres mi paño de lágrimas.A veces me da vergüenza llorar en presencia de otraspersonas, sin embargo, contigo nunca me siento así.Puedo actuar con naturalidad, sabiendo que meaceptas y me quieres tal como soy. De hecho, teagrada más aún que en Tu presencia me conduzcacon espontaneidad y te lo cuente todo.

Te deleitas en escucharme cuando te expongo mismás íntimos pensamientos, aunque me parezcandescabellados y no considere que valga la penaexpresarlos. Cada vez que te descubro un rincón demi corazón, me entregas una parte del Tuyo, un pocomás de Tu amor, Tu paz y Tu felicidad, con lo quedespués de pasar unos momentos contigo me sientodiferente, un poco más como Tú. Quiero tenerte pormodelo.

hora que te he encontrado, comprendo lo quees ser el objeto de un amor total, profundo y sinlímites. Nadie me había amado nunca de formatan cabal, tan intensa. Me aceptas, me amas, me

entiendes y me aprecias plenamente por todo lo que

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soy.Me haces ver en qué aspectos te gustaría que

cambiara y me ayudas a esforzarme por mejorar. Enningún momento percibo en Ti una actitud de conde-na o de crítica, sino sólo el amor más sublime.

No hace falta que disimule mis faltas o mis debili-dades. Sé que Tú las ves con compasión. Las cubrescon amor. Las aceptas a través de Tu perdón. Luego,me tomas de la mano y proseguimos juntos.

Por todas estas y muchísimas más preciosasrazones, te amo, Jesús.

racias, Jesús, por la libertad que me das. Conti-go puedo realizarme en lo que desee. No tengopor qué adaptarme a ningún molde. Me hasliberado.

¡Me encanta la libertad! Me entusiasma zafarme delmolde de las tradiciones y de lo convencional. A vecesme gusta hacer cosas que algunos estiman insólitas.Para mí es importante ser diferente a veces. Quierodesembarazarme de las cadenas del conformismo.

Tú me entiendes, porque fuiste un rebelde. Encon-traste la más noble de las causas, y por ella te rebelas-te. Yo también he encontrado esa causa. Me rebelocontra el Diablo y el aluvión de mentiras con que mequiere anegar. Me has liberado para que lo derrotecon la contundencia de Tu Palabra. ¡Cuánto poder mehas conferido! Tu libertad es la fuerza más poderosaque existe.

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ara Ti, Jesús, no hay nada difícil. Nada es peque-ño ni grande en exceso. Nada carece de impor-tancia. Nada es imposible. Nada que yo haga te

sorprende. Nada puede poner fin al amor que alber-gas por mí. Nada que te pida te parece excesivo.

A Tus ojos, nadie carece de importancia. Nadie sepasa de alto, de bajo, de lento o de torpe. Nadie es feopara Ti. Nadie te aburre. Nadie se excede en maldad.Nadie queda fuera del alcance de Tu amor. Te ruegoque me transformes para que sea más como Tú.

u voz es como el sonido de muchas aguas,transmisora de amor, de sabiduría, de alegría yde apoyo. Tu voz alivia el dolor, da gozo en la

batalla, fuerzas en la enfermedad, y vigor y ánimo porsiempre.

in yo merecerlo, has prometido amarme,alimentarme, consolarme, cuidarme y mante-nerme siempre. Te has comprometido a hacer-me feliz, a darme cuanto necesite y hasta lo que

desee.Yo, por mi parte, prometo amarte eternamente y

hacer todo lo posible por complacerte. Nos unenfuertes lazos de amor. Existe entre nosotros un enlace,un nexo que une nuestro corazón y nuestro espíritu.Somos uno para siempre. Nada podrá matar o apagarnuestro amor.

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Has conquistado mi corazón. Siempre te pertene-ceré. Nunca podré amar a nadie como te amo a Ti,pues nadie podrá amarme como Tú me has amado ysigues amándome: tan a fondo, tan completamente.Nadie más ha dado su vida, derramado su sangre ysoportado dolor y torturas para rescatarme.

Eres verdaderamente mi amor eterno, un amantesin igual, un excelente amigo y consolador, el Salvadorvivo, cuyo poder y fortaleza siempre me sostendrán ynunca me defraudarán.

esús, te honro, te doy gracias, te glorifico y tebendigo. A Ti rindo mi alma, mi corazón y mimente, y con humildad te adoro. El amor queabrigo por Ti nace del fondo de mi corazón. Te

alabo y te honro con todo mi ser. Me presento ante Ti,me postro a Tus pies y te glorifico, en gratitud por elirresistible amor, la compasión, la misericordia y lapaciencia que me prodigas. Te doy gloria, te reveren-cio y te exalto por encima de cuanto hay en los cielos,en la tierra y debajo de la tierra.

res mi vida. Eres mi alegría. Lo eres todo paramí. No sabes cuánto te necesito. Si digo queagradezco tenerte, en realidad no alcanzo aexpresar lo que realmente siento por Ti. Para

expresar en toda su extensión cuánto significas paramí necesitaría mucho más que idiomas humanos; me

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harían falta lenguas de ángeles.Para mí lo eres todo. Sin Ti no soy nada ni puedo

nada. Mi corazón te anhela con el mismo deseo de unamante por su amada. Mi alma suspira por Ti comocon el ansia de un sediento en el desierto que semuere por un vaso de agua fría. Me tratas de maravi-lla. No merezco en modo alguno el amor que metienes. No soy digno de las bendiciones que meprodigas ni de la misericordia de que continuamenteme haces objeto. Por todo ello, estoy eternamente endeuda contigo. Te debo la vida. Gracias por amarme.

unca me has desamparado, Jesús. Me hasamado, apoyado y sostenido año tras año, aunen tiempos turbulentos, en batallas y dificulta-

des. Aunque he sido infiel, Tú has permanecido fiel;aunque he sido débil, Tú te has mostrado fuerte.Ahora entiendo que por medio de todas esas dificul-tades querías acercarme a Ti.

Me causa dicha que me hayas amparado en mediode tantas batallas. Cuando estaba muy débil, meenviaste socorro. Así me amaste, así me conquistaste.

Permíteme estar eternamente a Tu lado. Déjameaferrarme siempre a Ti. Sabes que te necesito, pero aveces me dejo llevar por mi espíritu y me inquieto, meafano y me consumo con el trajín del día. No toleresque me descarríe. Quiero estar continuamente a Tulado. ¡Te amo!

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racias, Jesús, por Tu bella creación, por el sol, laluna, las estrellas, los árboles, la hierba, las flores,las onduladas colinas, los prados, los ríos y losmares. Gracias por darnos todas esas cosas

para nuestro deleite, por las aves que entonan trinosdulces y risueños, por la brisa refrescante, por la lluvia,que lo deja todo limpio. ¡Gracias por cada una de esasmuestras de amor!

us más mínimos deseos son órdenes para mí, yTu menor indicación me motiva. Quiero mani-festarte en todo momento mi amor. No sólo

con mis propias obras, sino haciendo Tus obras, lasque Tú quieres llevar a cabo por medio de mí, no loque yo tengo pensado o considero de más importan-cia.

e amo con pasión. ¡Eres mi más valioso tesoro!Tu amor supera todos los demás. Eres primoro-so, amable, bondadoso y, al mismo tiempo,

estás investido de gran poder.�

o me es necesario conocer nada; me basta conconocerte a Ti. Te doy gracias por ello. No tengoque ser nada; me basta con estar en Tu presen-

cia. No hace falta que sepa adónde voy; con seguirtees suficiente. Gracias por mi debilidad, la cual hace

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posible que se manifieste Tu poder. Cuando no sé quédecir, puedes hablar Tú por mi boca. Cuando no séqué hacer, me basta con pedirte orientación.

Gracias porque cuando me siento tan insignifi-cante, cuando me parece que no sé nada ni soycapaz de hacer nada, cuando siento que no tengonada dentro, Tú me llenas. Te agradezco que pue-des tornar mis flaquezas en puntos fuertes, que mepuedas transformar para Tu gloria.

Gracias porque me basta con entregarme a Ti ydejar que obres, actúes y hables Tú por medio de mí.De ese modo no tengo que preocuparme por lo queno pueda hacer. Has hecho que sea muy fácil dejarque nos ayudes a resolver las dificultades. A vecesnos cuesta depositar toda nuestra confianza en Ticuando las cosas van mal, pero es importantísimoque lo hagamos. Ayúdame a ser una vasija perfectapara Ti, receptiva en todo momento a cuanto tengaspara mí.

ú iluminas mi vida y me infundes esperanzaspara seguir adelante. Cambiaste todo mi temoren perfecto amor. No hay nadie como Tú, Señor

de señores, Rey de reyes. Gracias por Tu poder sobre-natural. Tu toque mágico está rompiendo las cadenasque me apresaban.

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e amo tanto, salvador mío, que es imposibleexpresarlo con meras palabras. Toma micorazón y hazlo todo Tuyo, por entero. Haz

conmigo lo que te plazca. Será un gran placer para míseguirte adonde me lleves, obedecerte en todo lo queme pidas y hacer cualquier cosa que me mandes.

Me lo has dado todo. ¿Por qué habría yo denegarte algo? Mi vida, mi voluntad, mi mente, micuerpo, mi corazón y espíritu, mi tiempo, mi servicio y,ante todo, mi amor devoto, son todos Tuyos.

uán valioso y liberador es el conocimiento deque en Ti no hay condenación. Te agradezcoque Tu amor y Tu misericordia sean desde la

eternidad y hasta la eternidad. Ayúdame a ser máscomo Tú, a ver con ojos llenos de fe lo bueno, lo puroy lo amable que hay en el corazón de los demás, delmismo modo que Tú miras en mi corazón y eliges versólo lo bueno, lo puro y lo amable.

Aunque esté enterrado bajo muchos escombros,tapado por los afanes de la vida, Tú ves lo bueno y lasposibilidades ocultas que nadie más advierte. Sabesque esas cualidades yacen allí. Tú mismo las pusiste enmi ser, ya que eres el autor de la vida, la fuente detoda dádiva buena y perfecta, el dador de bienes atodos Tus hijos. Bastaría eso para que te amara y teadorara, y no digamos todo lo demás que haces paramanifestarme Tu amor. ¡Mi vida te pertenece porsiempre jamás!

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esús, Tú eres el primero al que acudo cuandotengo una pregunta o dificultad. Ahora se mehace mucho más fácil la vida. A Ti recurro, tequiero escuchar, a Tu lado deseo estar en todo

momento.�

racias, Jesús, por proveerme de cuanto necesi-to. Gracias por la felicidad. Gracias por la alegría.Gracias por el gozo.

orque te amo, te pregunto: «¿Estoy obrandobien? ¿Te agrada esto? ¿Es lo que deseas quehaga?» A veces me doy cuenta de que estoy

sonriendo, y todo se debe a que te amo. ¡Es comohaber revivido! Ruego que nunca se apague esteardor.

spero con gran ilusión aprender nuevasmaneras de expresarte mi amor. De igualmanera que Tú deseas mi afecto y mis palabrasde elogio, yo anhelo cultivar y perfeccionar el

don de la alabanza a fin de demostrarte mejor cuántote quiero. Quiero poder comunicarte una y otra vez,de maneras muy variadas, lo mucho que te adoro,cuánto te quiero, que siempre deseo entregarme a Ti,decirte que sí y deleitarte.

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i espíritu en alabanza se eleva.En los cielos alegre hacia Ti vuela.Elogiándote tierna, humildemente,

alzo los brazos con deseo vehemente.Sin ti, Jesús, estaría mi vidaencerrada, encadenada, impedida;pero Tu magno poder y Tu graciatornan mi angustia y mi desdicha en danza.Tu sabiduría firme y segurano deja espacio en mí para la duda.Una mirada a Tu faz placenterame infunde fuerzas para la carrera.

racias por las posesiones materiales que medas, por atender a todas mis necesidadesfísicas, por el agua que bebo, por el aire puroque respiro, por el sol y por la salud y fortaleza

que me das para servirte. Gracias por todo.Nos has pedido que te demos gracias en todo.

Ayúdame a tener siempre presente ese principio, atener en todo momento un espíritu agradecido, aelevarte mi corazón en señal de gratitud.

Sé que nunca podré pagártelo, Señor. No obstante,por poco que parezca en comparación con lo que Túhas hecho por mí, te entrego mi vida, mi amor, todo loque tengo. Tuyo es todo mi ser. Eternamente teprodigaré mi amor.

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racias, Jesús, por mis seres queridos, conquienes puedo gozar de relaciones estrechas.También te doy gracias por las veces en que notengo a nadie con quien compenetrarme.

Aunque me resulta difícil, sé que esas ocasionestambién forman parte de Tu plan.

Así, pues, te doy gracias por la soledad que experi-mento en estos momentos. A raíz de ello disfruto deeste singular tiempo contigo. Gracias porque tomasmi corazón quebrantado y lo compones con palabrascariñosas y porque en Tu presencia hay plenitud degozo.

¡Lo eres todo para mí! Gracias porque en losmomentos de soledad y vacío, me llenas el corazóncon Tu amor inmenso e impresionante, que se lleva midolor. Gracias porque me llenas tanto que el vacíodesaparece.

Te alabo por el amor y el consuelo que nos brindascontinuamente y sin condiciones. Tu amor y Tuspalabras no dejan de descender sobre mí a raudales.Son una fuente inagotable.

Te amo. Siempre te amaré. Siempre quiero estar aTu lado.

e acurruco junto a Ti, Jesús. En Tus brazos sientogran dicha, consuelo y seguridad. Gracias por Tusublime y cálido amor. ¡Cuánto te quiero! Te

necesito intensamente. Lo eres todo para mí.�

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racias por este nuevo día, incluso por lospequeños dolores y lastimaduras que meayudan a apreciar la salud de que generalmen-te disfruto. Te estoy agradecido por el cuerpo

tan maravilloso que me has facilitado; por los brazos,las piernas, las manos, los pies, los ojos, los oídos y laboca. Jesús, te dedico mi cuerpo. Sólo quiero vivir paraalabarte y glorificarte.

Cuando me detengo a pensarlo, me doy cuenta deque cada bocanada de aire que respiro y cada latidode mi corazón son una maravilla, un milagro. Nonecesito aparatos para que mi organismo funcionebien; solo tengo que cuidar de la fabulosa máquinaque me has dado. Ayúdame a darle siempre un buentrato para que esté en forma, saludable y en condicio-nes de servirte y de servir al prójimo. Y si permites quesufra alguna pequeña avería, o si de vez en cuandonecesita un ajuste, ayúdame a aprovechar paralubricarme a fondo con Tu precioso Espíritu Santo ydejar que Tus palabras me renueven.

Gracias porque, en la salud o en la enfermedad,siempre te puedo alabar acercándome a Ti o ayudan-do a alguien. Te amo mucho. No deseo otra cosa queagradarte.

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uise hacer una pausa para decirte que te amo ydarte las gracias por todo. Estoy pasando undía excelente, y te lo agradezco. Gracias por elsol. Muchas gracias por mi familia. ¡Qué bien me

tratas! Todavía me asombro de que te conozca y deque quieras ser mi dueño. Me llenas de dicha y colmasmis días de bendiciones: auténtica satisfacción en mitrabajo y además paz interior, pues sé que lo tienestodo en Tus manos. No me canso de agradecértelo.Me alegra en el alma que sepas la gratitud que sientoy que seas consciente de que te amo. Aprecio todo loque haces por mí.

e doy gracias, Jesús, por ser mi gerente particu-lar. Gracias por aclararme los pensamientos. Aveces me parece que me he perdido en el

bosque de mi diario transitar. No sé qué hacer ni quétiene más prioridad, qué será lo más importante.Gracias porque ello me impulsa a buscarte y a solicitarconsejo y ayuda de otras personas. Me ayuda a no sertan independiente. Gracias también por bendecirdespués mis esfuerzos con ideas y planes muy claros,con indicaciones precisas en cuanto al rumbo quedebo seguir y la velocidad a la que debo avanzar, ypor darme paz mostrándome la meta y el programageneral.

Gracias por estar siempre presente para ayudarmecon lo que tengo que hacer. No es preciso que mepreocupe de si me faltará sabiduría, conocimientos o

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experiencia: cuando acudo a Ti pones todo eso a mialcance. Reconozco mi ineptitud y mi necesidad. Poreso, espero tus susurros. Siempre estás tan dispuestoa ayudarme y a obrar por medio de mí. Cuando tengoun problema, o no sé qué es lo primero que debohacer o cómo programar las actividades del día, mebasta con acudir a Ti para que me des consejos claros.Me dices cómo puedo sacar más partido de la jorna-da.

Lo maravilloso de acudir a Ti en busca de ayuda esque un día organizado por Ti siempre me brindasatisfacción.

e has dado tanto. Me colmas. Tu lluvia no paranunca, Jesús. Tu arroyo nunca se seca. Tus aguasnunca se agotan. Siempre puedo contar con

que seguirán corriendo y avanzando. Gracias porqueyo también puedo avanzar. Tú siempre vas delanteguiándome e indicándome el camino, y te puedoseguir. Gracias por ser lámpara a mis pies y lumbrera ami camino, y por orientarme con Tu Palabra. Graciaspor hablarme mediante la voz de Tu Palabra, medianteel silbo apacible de Tu voz, que me guía, me dirige yme indica lo que debo hacer.

Gracias por los grandiosos milagros que obras enmi vida. Gracias por bendecirme. No me lo merezco enabsoluto. Eres tan generoso, amoroso y comprensivoconmigo y tienes tanta confianza en mí. Es maravillo-so poder amarte por encima de todo, poder recurrir a

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Ti en todo. Eres mi dulce Jesús, mi entrañable y tiernoamigo. Te amo, te adoro, pues me creaste para Ti.¡Alabo Tu nombre!

esús, eres maravilloso, encantador, magnífico.Lo eres todo para mí: mi amor, mi palpitar, miesperanza, mi sonrisa, mi ternura. Eres perfecto,insuperable.

Estoy en deuda contigo, porque repartes,añades y vuelves a añadir. Al sentir Tu amor, derra-mo lágrimas de alegría. No puedo más que darte lasgracias y decirte cuánto te quiero. Espero que estapequeña muestra de amor y gratitud te complazca.¡Te amo! ¡Te alabo! Te honro y te ensalzo por siem-pre jamás.

ué fuerte eres. ¡Qué grande, poderoso, tremen-do y magnífico! ¡Impresionante! Si me envuelveTu inmenso poder, no tengo que preocuparmeen lo más mínimo de si tendré las fuerzas o la

capacidad para afrontar las batallas y pesos de la vida.Cuento contigo, mi valeroso defensor, para que luchespor mí. Cuento contigo, mi gran proveedor, para quetomes y sobrelleves cada carga.

No puedo apartarme jamás de Ti, pues sin Ti nadasoy. Sin Ti me pierdo y estoy débil, sin fuerzas, sin fe ysin esperanza. En mí no hay fuerzas, belleza ni capaci-dad. Sin embargo, al permanecer en Ti puedo partici-

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par de Tus maravillosos y sublimes atributos y disfru-tarlos como si fueran propios. ¡Qué grande eres! ¡Quépoderoso! ¡Qué bendición es tenerte! ¡Qué bendiciónes pertenecer a Ti!

e agrada alabarte, dulce Señor. Me deleito en Tualabanza de día y de noche, pues eres fascinan-te, magnífico. Lo eres todo para mí. Sin Ti, nada

puedo hacer. Por eso te alabo y te doy gracias. ¡Gra-cias, Jesús! Alabado seas.

Temprano te buscaré con aleluyas, y durante el díaTu alabanza estará de continuo en mi boca. Sé que laalabanza es hermosa y que habitas entre los loores deTu pueblo. Quiero que habites conmigo y en mí. Teengrandeceré y te daré gracias por las maravillas quehas hecho por mí.

Sé que te encanta que te alaben y que anhelas misalabanzas; así que te las prodigaré. Deseo que esténde continuo en mis labios, pues te amo y quierobuscarte día y noche. Sin Ti yo nada puedo.

o puedo vivir sin Ti. Eres mi sustento, lo que memantiene con vida. El aire puro de Tu Espíritu esmuy tonificante y me da fuerzas para seguir el

itinerario de la jornada.Tu Espíritu me levanta el ánimo como ninguna

otra cosa. ¡Eres superestimulante! Te ruego que mellenes con la plenitud de Tu potencia. Redobla el flujo

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de Tu Espíritu en mí. No te contengas. Eres mi fuerza,mi fuente de energía. Gracias porque puedo respirartetanto como quiera y renovar así todo mi ser. Merejuveneces, me revitalizas, me revives. El aire puro deTu Espíritu despierta la vida en mí. ¡Me reactivas!Reavivas mi fuego. Cada vez que aspiro hondo Tuespíritu es como si renaciera. Eres mi resurrección. Mehas revivido. Gracias por la vitalidad de Tu Espíritu.

Ya tomé mi estimulante y me has renovado. Tuenergía corre por mis venas. Ahora estoy en condicio-nes de afrontar el día.

e amo, Señor mío. Me haces falta. Jesús, ¡eresdeslumbrante, majestuoso! Tu nombre es admira-ble. Has hecho cosas maravillosas para mí.

i estimado Jesús, te doy gracias por Tu espléndi-do Espíritu y porque siempre estás a mi ladopara ayudarme en todo. En cualquier momento

puedo acudir a Ti para plantearte mis ideas, mispreocupaciones y mis dudas, con la certeza de que meescucharás. Percibo Tu amor y Tu desvelo.

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iento Tu luz, más radiante que el sol. Siento Tusaguas, más refrescantes que un límpido arroyomontañés, más puras que la nieve recién caídasobre las cumbres. Me elevo sobre todo lo

creado y te abrazo en cuanto oigo que me llamas.Respondo cuando me requieres. Dejo atrás la carne yme remonto en Tu Espíritu a las alturas, donde meencuentro contigo, te saludo y te alabo.

Me gozo en Tu compañía, ya que supera la quepueden proporcionar amigos y amores. Tú eres micompañero y mi Señor, un Señor revestido de majes-tuosidad, de victoria y de honra. Alabo la sola idea deTu presencia. Tu gracia me ha salvado. Me inclino anteel grandioso, infinito y excelso Espíritu de Dios.

oma mis palabras de alabanza y gozo, y dejaque su ofrenda de gratitud te llene el corazón.Lo eres todo: mi día y mi noche; mi mañana,

mediodía y tarde; mi alimento y mi agua; mi fuerza ymi vida. Aunque mis palabras son sencillas e insufi-cientes, llegan a Ti, mi Dios grande y poderoso. Teruego que las aceptes en prenda de mi gratitud portodo lo que has hecho y has sido para mí.

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racias por todo lo que has hecho por mí, portodo lo que me ha sucedido en la vida, por cadauna de mis experiencias, hasta por los desenga-ños: sé que todo ello procedió de Ti. Aunque no

fueras el causante de esas cosas, las permitiste paraobservar mi reacción, para enseñarme y para acercar-me a Ti. Deseabas que adquiriera la habilidad desobreponerme a situaciones difíciles y alabarte porellas. Querías hacerme ver que en todas ellas Túestabas presente. Las permitiste para poner a pruebami fe, para ver si creía que de aparentes derrotassacarías triunfos.

Gracias, Jesús, por las veces en que me he halladoentre la espada y la pared. Sé que se debió al amorque me tienes a mí en particular, un amor a mi medi-da. Gracias por todas las vivencias que he tenido, porlos triunfos y por los aparentes fracasos. Te doygracias por ellos. Te alabo por ellos. Exalto Tu gloriosonombre. Alabo el amor que abrigas por mí. Gracias.

adie me conoce tan bien como Tú, Jesús. Me dastanta dicha. Quiero que conozcas cada uno demis pensamientos, deseos y secretos. Ni

siquiera me molesta que sepas de mis faltas y debili-dades: las miras con gran misericordia y comprensión.Sabes que esas mismas debilidades me recuerdan minecesidad de Ti. Y aunque me conoces por dentro ypor fuera, me amas, como siempre me has amado. Esosignifica mucho para mí.

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Cada día que pasa quiero que formes más y másparte de mi vida, que conozcas mis pensamientos yparticipes en mis decisiones. Quiero ser más como Tú.Quiero pensar lo mismo que Tú y ver las cosas comolas ves Tú. Quiero que siempre seamos uno.

i buen Jesús, en todo sentido es un placer estarcontigo. Eres un gozo que me embarga. Nuncadeja de asombrarme que, aun cuando flaqueo,

este gozo Tuyo no cese. Incluso cuando me asalta eldesaliento y arrecian las batallas, este gozo Tuyopermanece puro e inalterable.

Hace ya muchos años que vivo esta alegría, y nodeja de asombrarme lo irreversible y permanente quees. Siempre puedo contar contigo. ¡Siempre! Nuncahas estado ausente; has tomado parte en todas lasfacetas y detalles de mi vida. Te alabo y te doy graciaspor ello, mi inolvidable Señor. ¡Te adoro! Verdadera-mente eres mi mejor amigo, mi mayor alegría. ¡Cuántagratitud y cuánta felicidad me embargan por el amorque en todo momento viertes dentro de mi corazón!

Me has saciado de bendiciones. ¡Cuánto amor mehas manifestado al bendecirme con una vida tanbella! No lo entiendo. Seguramente nunca conseguiréexplicármelo. ¿Cómo ha podido pasarle eso a alguientan insignificante como yo? A una persona como yo,con tantos defectos e idiosincrasias, ¡le has concedidotanto!

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res una maravilla. No podría vivir sin Ti, ni quierohacerlo. Te ruego que no dejes que me apartede Tu presencia. Te agradezco todo lo que hacesen mi vida —lo grande y lo pequeño— para

motivarme a permanecer a Tu lado.Antes los problemas y las dificultades se me hacían

una montaña; ahora, en cambio, los veo como unabendición. Si no me topara con dificultades en la vidasería víctima del fariseísmo y el orgullo, y ni meacordaría de que te necesito. Mis muchas debilidadesme hacen ver claramente que sin Ti no puedo saliradelante.

Agradezco en el alma el amor que me has demos-trado, Tu inestimable amor. Con mis numerososerrores y las distintas ocasiones en que he caído en eldesaliento o he andado fuera de onda me has hechover lo mucho que me amas. Haces llover sobre mí Tusbendiciones, Tu amor y todo cuanto necesito. Sin Ti nopuedo dar un paso. ¡Cómo me alegra que tengas mimano firmemente asida con la Tuya!

Soy como un ciego al que guías paso a paso.Continuamente me animas diciéndome que voy bien:«Sigue así, un paso más». Me enseñas a seguir Tuspasos de amor. Te lo agradezco.

¡Te amo intensamente! Aprecio mucho cuantohaces por mí, todo lo que me das y la forma en queme cuidas como a un hijo.

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racias, Señor, porque nunca me decepcionas.Gracias por fijarte en un don nadie como yo yconvertirme en una persona útil. Te doy graciaspor las abundantes riquezas de Tu amor.

racias por las desilusiones, por los cambios deplanes, por las cosas que no salen exactamentecomo pensábamos. Intentaste advertirme,Señor, pero no hice caso de Tus indicaciones.

Ahora sé más que nunca que velas por mí: me mos-traste con antelación qué pasaría. Me hiciste ver queno iba a ser tal como yo esperaba. Lo que pasó fueque no me di cuenta de que me lo estabas indicandoTú. Ahora, con esta decepción, he aprendido a recono-cer mejor Tu voz. He visto con más claridad que puedofiarme de la orientación que me brindas en susurros.Así distinguiré más pronto Tu voz la próxima vez queme adviertas lo que va a pasar.

unca me da la sensación de que te molesto. A lolargo del día prestas oídos a mis quejas, proble-mas y peticiones, y en todo momento estás

dispuesto a tomar sobre Ti las pesadas cargas quellevo. Por eso quiero desentenderme de todo lodemás en estos momentos de alabanza y dedicarlosexclusivamente a halagarte, amarte y darte gracias.

Quiero amarte, enaltecerte, darte gracias por elprodigioso amor que me brindas pese a mis fallos y

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defectos. Gracias por las veces en que, aunque caigo,me recuerdas que no soy para Ti una molestia, y medices que estás contento de que yo sea un conductode Tu amor. Te agradezco que sólo veas en mí lobueno, sólo tengas ojos para ver mis aptitudes, y measegures que no hay nada en mí que no te guste oque no ames.

Jesús, no puedo ganarme Tu amor. Lo que sí puedohacer —en señal de gratitud, entrega y adoración—es seguirte sin reservas, tal como necesitas y deseasque haga.

Te debo las gracias por hacer que me resulte tanfácil complacerte. ¡Ojalá las palabras de amor que tededico se traduzcan en acciones cuando comuniqueese amor a los demás!

e encantan los momentos que puedo pasarcontigo. Me fascina cerrar los ojos y descansaren Tus brazos sabiendo que cuando estoy

contigo no tengo que preocuparme de nada, quetodo está resuelto.

Me estrechas contra Ti y alejas de mí todo pensa-miento que me distraiga. Me brindas serenidad,consuelo, amor y honda alegría. Me abres los ojos almundo espiritual y me muestras increíbles deliciasque jamás había visto ni imaginado. Luego me dicesque no es más que un anticipo, una vislumbre, unbreve vistazo de las realidades de la vida futura.

Sabes exactamente qué hacer para alegrarme y

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levantarme la moral cuando me he desanimado yando algo triste o de capa caída. Sabes alentarme.Sabes ni más ni menos qué hacer para motivarme.

Eres mi mayor motivador. Vivo por Ti, amo por Ti.Todo lo que haga o dé me lo retribuyes con una fugazmirada a Tus tiernos ojos, con una palabra de aliento.¡Haces que mi vida valga la pena!

esús, ¡cuánto te amo! ¡Eres bello, eres un encan-to, mi Señor! Te inclinas para hacer obsequios aTus hijos, y me empapas de Tu amor. Me hasdado más de lo que podría desear o pedir. Me

has concedido placeres, dichas y alegrías inconmensu-rables. Eres la fuente de mi alegría, aquel a quien puedoacudir para aprender a llevar una vida fructífera y feliz.

Me amas tanto que has dispuesto para mí unavida de felicidad y de provecho. Me guías con pacien-cia en cada paso que doy y me sostienes cuandocaigo. Eres el colmo de las maravillas. Me has traído alugar espacioso y me has ungido con óleo de alegría.El bien y la misericordia me seguirán todos los días demi vida, y en Tus atrios moraré por siempre.

Nunca me has abandonado, nunca me has desam-parado. Antes, has velado por mí y me has ayudadopaso a paso. Te amo por Tu continuo desvelo por mí.Te doy gracias por Tu constante generosidad. Te adoropor el gran amor que me prodigas. Te reverencio porTu majestad y poder. Eres mío —mi Señor, mi amigo,mi salvador—, y yo siempre te perteneceré.

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e gustan mucho estos momentos tranquilosque pasamos juntos. Me encanta estar a solascontigo, hablarte, escucharte y sentir Tu tierna

voz. Me gusta percibir Tu presencia. Todo en Ti megusta, Jesús. Gracias por bendecir mi vida con tantasmaravillas.

Gracias por dedicarme tiempo y atención. Graciasporque nunca estás muy ocupado para atenderme.En cualquier momento del día o de la noche puedohacer una pausa y elevar a Ti mis pensamientos paraque me transportes al plano espiritual. Si me afligen lasoledad o la tristeza, me estrechas contra Ti. Entoncesme invade una sensación de calidez, amor y seguridadque ahuyenta todos mis temores.

En los momentos de confusión y contrariedad, meaclaras los pensamientos. Cuando tengo necesidad deun amigo o de alguien que me haga compañía,gustoso me acompañas en mis actividades.

Te agradezco que en la dimensión espiritual se nospuedan conceder todos nuestros deseos y se puedanmaterializar todos nuestros sueños. ¡Contigo todo esposible! Gracias por deleitarme con cosas tan buenas.

e alabo, oh Señor. Alábente también todos lospueblos. Has satisfecho mis deseos y puesto uncántico nuevo en mis labios, himnos de júbilo y

de alabanza. Me has sacado del pozo en que me sumícuando cometí el error de recriminarme, de menos-preciarme, de rebajarme. Me has liberado de las

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cadenas del yo y me has demostrado que puedoremontarme por encima de los confines de mi razona-miento a fin de fundirme en gozosa unión contigo.

Eres maravilloso, Señor mío, y mi alma lo sabe muybien. Conoces y mides cada uno de mis pasos. Me hasguardado de caer. Sólo has permitido aquellosdeslices y tropiezos que me iban a acercar a Ti. OhDios, te doy gracias por todos Tus mandamientos, queson rectos y verdaderos.

Te agradezco Tu amor sin límites, que nunca me hadecepcionado ni me ha abandonado. Te agradezcoaun mis imperfecciones y debilidades, y los fallos quecometo, pues me hacen ver mis limitaciones y meimpulsan a acudir a Ti. Te agradezco, Dios mío, todo loque haces por mí, cada una de las maravillas queobras a mi favor. Mas que nada, te agradezco el cariño,la seguridad y la alegría que me transmite Tu presen-cia. Te agradezco que a cada paso que doy me acom-pañas y me sustentas con Tu poderosa diestra.

racias, Jesús, por la infinidad de detalles con quenos bendices. ¡Ojalá no se nos olvide darte lasgracias por todas las cositas que haces a diariopara manifestarnos Tu amor! De tan acostum-

brados que estamos a Tus bendiciones, a veces ni nosfijamos en muchas de ellas. No vemos hasta quépunto esos detalles nos demuestran Tu amor.

Gracias por protegernos de tantos peligros ypercances que se nos pasan inadvertidos. A veces ni

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sabemos que nos protegiste, porque no vemos lo quehabría pasado de no haberlo evitado Tú. Te alabamosy te damos gracias por ello.

Ayúdanos a darte las gracias más a menudo portodos los detalles, por las pequeñas muestras de Tuamor, de Tu amparo y protección.

e agradezco que vaya a pasar la eternidadcontigo y con mis seres queridos. Te doy graciasporque jamás nos separaremos. Jamás estare-

mos solos. Cada día te conoceré mejor. Te veré conmayor claridad, te entenderé de manera más profun-da.

res más dulce que la miel para mi alma. Ansíoque llenes hasta el último rincón de mi corazón.Tú me conoces mejor que mis más íntimosamigos.

Tu amor es como las olas del mar. Me inunda,burbujea a mi alrededor, centellea, se arremolina,cambia y se mueve de distintas formas, así como lasolas rompen contra las rocas y salpican. Embebermeen Tu amor es mi mayor deseo. Así descubriré que Túeres todo lo que necesito.

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e alabo, magnífico y dulce Jesús. Me deleitaestar contigo. Me agrada venir a Ti. Sé quepuedo dirigirte las palabras que me salgan y

que, aunque me exprese con dificultad y no sepadecirte las cosas, Tú de todos modos lo aprecias.

e amo mucho. ¡No puedo ni quiero soltarte! Teabrazo. Me aferro a Ti. Permíteme quedarme aTu lado. Está tan oscuro y tormentoso. No

quiero despegarme de Ti. No me siento capaz de salirpor mi cuenta. Déjame permanecer junto a Ti. Siemprete necesitaré. Eres y serás mío por siempre jamás.

e quiero, Jesús. Eres perfecto. Eres todo lo quenecesito. Me brindas seguridad y tranquilidadsiempre que me hacen falta. Me llenas de

energía y me levantas el ánimo cuando lo preciso.Cuando me hace falta un compañero y amigo, tam-bién lo encuentro en Ti.

Si me hace falta descansar, me dices que tengo quedormir; si tengo que trabajar, me avisas para que melevante. Me haces mucha falta. Gracias por poner ordenen el lío mayúsculo que es mi vida. Gracias por creararmonía donde había caos y colocármelo todo en susitio. Me das toda la ayuda que preciso.

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esús, te alabo y te glorifico. ¡Te adoro! Agradez-co mucho Tu amor. Te doy toda la gloria. DivinoSeñor, te doy toda la gloria y toda la honra.Agradezco Tu amor, Tu protección, Tu provisión.

Te agradezco el ánimo que nos infundes y la miseri-cordia que nos manifiestas. Te doy gracias por sumi-nistrar todo lo que necesitamos, por tener fe en mí ypor ser tan paciente conmigo. Gracias por acogermetal como soy y por amarme pese a mis muchasflaquezas. Gracias por separarte de Tu Padre, porabandonar Tu hogar celestial y bajar a la tierra paradarnos ejemplo de amor a todos. Gracias por morir enmi lugar a fin de que yo pueda vivir contigo parasiempre.

e envuelven Tus cálidos brazos. Percibo Tuternura y Tus palabras tranquilizadoras, Tualiento, la paz interior que me impartes. Me

proporciona gran alegría y satisfacción saber queestoy haciendo Tu voluntad. Me has bendecidoextraordinariamente, Jesús. Te amo mucho.

labado seas, Dios Todopoderoso. Alabado seas,Señor mío. ¡Alabado seas, Salvador mío! Alaba-do seas, esencia de mi ser. ¡Alabado seas, mialiento, mi vida, la razón de mi existencia! Te

alabo y te engrandezco.�

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i alma te engrandece, Señor. Mi corazón teelevo, precioso Salvador y Señor mío. Te ofrezcoalabanza. ¡Que mis labios te ensalcen por

siempre jamás! Digno eres, oh Señor, de toda gloria yde toda majestad. Alabado seas.

Vengo y me postro ante Ti, pues no merezco unamor tan grande. Pero Tú eres un Señor misericordio-so y te inclinas para levantarme, tomarme en Tusbrazos y estrecharme contra Tu pecho. Cuando meabrazas, mi corazón se estremece de amor por Ti, midulce Jesús. Yo no soy más que polvo; no soy sino ungusano. No merezco un amor tan sublime. Te entregomi corazón. Prometo amarte. Te adoro. Alabado seas.

e encanta retirarme a este lugar, donde puedogozar de Tu compañía. Sé que me puedodesahogar diciéndote todo lo que tengo

dentro. Puedo desembarazarme de cualquier pesoque me esté molestando o presentarte mis inquietu-des y preguntas. Te agradezco que pueda sincerarmecontigo. Es importantísimo para mí saber que meescuchas y que siempre me entiendes. Contigo es fácilhablar; eso me mueve a contarte mis intimidades.

A veces, cuando ya he dicho todo lo que quería, ocuando de partida no tengo nada que contarte, nohago otra cosa que ponerme a escuchar lo que Tú medices. El sonido de Tu voz me comunica una pazextraordinaria, que nunca había imaginado; una pazque supera el entendimiento humano y que, sin

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embargo, es de lo más sencilla. Para obtenerla, mebasta con abrir la puerta de Tu aposento. ¡Qué granhonor es para mí saber dónde queda Tu puerta ypoder alcanzar fácilmente la manija y abrirla siempreque lo desee!

Te agradezco que sea tan simple. No es nada difícil.El tirador de la puerta no está tan alto. Te agradezcoque lo único que tenga que hacer sea girar la manija,abrir la puerta y acceder a Tu presencia. Esos momen-tos que paso a solas contigo en oración a distintashoras del día me facultan para proceder con calma. Teamo, Jesús. Gracias por facilitármelo tanto.

e alabo, mi buen Señor. Te alabo, adorable Rey.Te alabo, maravilloso Señor. Tengo gran necesi-dad de Ti y te alabaré el día entero. Mi delicia

será alabarte día y noche.¡Te quiero! Te necesito. ¡Te venero! Te busco y te

deseo. Quiero alabarte y darte las gracias por loestupendo que has sido conmigo.

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e alabaré en la mañana,te alabaré al mediodíay te alabaré en la tarde.

Te bendeciré, Salvador mío,pues la alabanza Tu poder atrae.

Te amaré en la mañana,te amaré al mediodíay te amaré en la tarde.Te amaré por siempre, tierno Jesús,mi torre y mi baluarte.

ste es el día que Tú has hecho. Me gozaré y mealegraré en él y en todas las maravillas que metienes preparadas. Cuando pienso en todo loque tengo que hacer, me trabo. En cambio,

cuando fijo los ojos en Ti y cuando te amo y te alabo,todo se vuelve más fácil. Puedo pedirte que me digaspor dónde empezar y qué debo hacer luego de eso.Puedo pedirte que me indiques cómo organizar lajornada. Simplificas y aclaras las cosas y las vuelvesmucho más fáciles. Organizas mi vida de tal maneraque me quitas una pesada carga de encima. ¡Graciaspor este día tan maravilloso que tengo por delante!Gracias por todas las bellas experiencias que medeparas.

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esús, ¡eres tan amable y tan tierno! Sé que tecompadeces de mí. Muchas veces, cuandonecesito Tu ayuda urgentemente, o cuando mehace falta una prenda de Tu amor o que me des

aliento, te haces presente y tienes un gesto lindoconmigo, un detalle pequeño, pero que significamucho para mí. Me demuestra que te preocupashasta del más ínfimo aspecto de mi vida.

Cólmame, para que no sólo guarde Tu amor dentro demí, sino que con Tu ayuda rebose y se derrame sobre losdemás. Quiero transmitirles el amor que me has dado.

Ayúdame a no ser egoísta con Tu amor. Quierocompartirlo, entregarlo, verterlo, vivirlo. Pero sólo seráposible si Tú obras por medio de mí. ¡Tú has sido tandesinteresado conmigo! ¡Has sido tan generoso,bondadoso y comprensivo! ¡Te amo!

racias, Señor, por esa tierna criatura que me distehace tantos años para que la amara, la cuidara, laalimentara, la vistiera, la educara y estuviera a sulado cuando le hiciera falta mi cariño. Te agradez-

co el amor por mí que le inculcaste a ese niño. Graciaspor concederme ese precioso don de Tu amor, con elcual me manifiestas cuánto me quieres.

Gracias, Señor, porque ahora que ha crecido estása Su lado. Tú eres el mejor padre, el mejor maestro, elmejor consolador.

Aprecio mucho que seas Tú el compañero de mihijo cuando yo no puedo estar a su lado; que seas Tú

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su escolta cuando pasa apuros o dificultades, y que lereveles las soluciones a sus problemas.

Gracias por los años que pude pasar junto a esetesoro mío, ese regalo de amor que me otorgaste. Teagradezco el amor que me infundiste por él y el que leinfundiste a él por mí. Un día estaremos juntos en elReino celestial, disfrutando de la vida eterna en Tucompañía. Te agradezco, asimismo, que esta época deseparación es efímera, como una neblina. Gracias, Jesús,por Tu consuelo y Tus palabras tranquilizadoras. ¡Te amo!

res mi Señor, el proveedor de todo lo quenecesito, mi protector, mi compañero, mi mejoramigo, mi solucionador. ¡Lo eres todo, absoluta-mente todo para mí!

racias por un cónyuge tan tierno como el que mehas dado. Tú hasta remedias los enojos quesurgen entre nosotros y las decepciones quetenemos. No nos pides que seamos perfectos.

Cuando nuestro amor se queda corto, nos estrechasfuertemente a los dos en Tus brazos, nos indicas quépodemos hacer, nos guías y nos das la ayuda querequerimos. Eres un consejero matrimonial increíble.

Sobre todo cuando te alabamos juntos, infundes anuestra relación más amor del que creíamos posible.Gracias, Señor, por hacer que nuestro matrimoniocrezca en amor a Ti.

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e tratas de maravilla. No encuentro palabrasque describan la cantidad de cosas que haces adiario para mejorar mi vida. Te amo muchísimo.

Cada día es más intensa mi necesidad de Ti.Acércame más a Ti, dame un amor más profundo

por Ti. Conmuéveme con Tu Espíritu. Lléname de Tuamor. Me hace falta Tu amor para amar a los demás.Me hace falta Tu cariño para tratar con cariño a losdemás. Me hace falta Tu perdón y Tu misericordia paraperdonar y tener misericordia.

racias de corazón por las dificultades que ofrecela vida y por las cosas que resultan arduas. Tedoy gracias porque esas contrariedades meobligan a acudir a Ti, y Tú siempre me brindas

las soluciones. Lo pones todo muy claro y muy fácil deentender. Sólo tengo que rendirme a Tu voluntad yaceptar.

Te agradezco las dificultades que he tenido, lasbatallas que me ha tocado librar. Te agradezco quepara alcanzar la victoria me haya visto en la obligaciónde confiar en Ti. De no haber sido por esas batallas,desconocería Tu compasión, Tu comprensión y Tuperdón. Poder ponerme en el lugar de otros es paramí una de las cosas más bellas que hay, un don puroque vino de Ti. Me alegra tanto que me lo hayas dado.

Gracias por tenerme en una situación difícil queme obliga a permanecer cerca de Ti. Eso evita que mealeje, que actúe por mi cuenta y sea presa del orgullo,

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el fariseísmo y el envanecimiento. Gracias por todo loque pones en mi camino para que conserve la humil-dad y siempre acuda a Ti cuando precise fuerzas yayuda. Tu plan es perfecto; no falla.

¡Qué Dios tan maravilloso tengo! ¡Te adoro!�

ijiste: «El que quiera, tome del agua de la vidagratuitamente» [Apocalipsis 22:17]. Te doygracias, Jesús, por el agua de vida, por el amor a

la vida, por la dicha que me has dado y por lo placen-tera que es la vida cuando Tú formas parte de ella. Teagradezco el amor que me brindas por conducto depersonas a las que quiero mucho. Te lo agradezcoinmensamente. Te doy gracias además por todo loque haces cada día para demostrarme cuánto mequieres.

esús, mi adorado Jesús, ¡te amo intensamente!Gracias por esta nueva mañana que traeconsigo nuevas misericordias, amor, perdón,ayuda y fortaleza. Te has portado de maravilla

conmigo. Pese a mis errores y flaquezas carnales, ¡memanifiestas tanta paciencia! Te agradezco que seastan tierno conmigo y que no te andes fijando entodas mis faltas. No me reprochas que a veces no mehaya acercado a Ti tanto como debiera.

Olvido ahora todas esas cosas que quedan atrás:mis errores, mis fracasos, incluso mi pereza espiritual.

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Sólo quiero amarte. Te suplico que me perdones porlas veces en que no te he demostrado amor. Sé que Túsiempre me has amado. Has obrado tantas cosasbellas en mi vida. Me ayudaste a salir adelante enmomentos en que ya había perdido las esperanzas.En este instante, en vez de evocar el dolor, sólo mequeda el recuerdo del triunfo que obtuve sobre eltemor, la duda, las preocupaciones y el fracaso. Lo queparecían escollos insalvables ahora son hitos en mipasado que me recuerdan las victorias que Tú meayudaste a lograr.

racias por el carmesí, el escarlata y el rosado,por el fucsia, el rosicler y el granate; por lostomates, los tulipanes, las amapolas y lasbegonias; por el rojo cereza y el rojo encarnado,

el rojo cobrizo y, simplemente, el rojo. Gracias pordescubrir tantas tonalidades interesantes con quepintar Tu maravilloso mundo. Siempre nos ofrecesvariedad y sorpresas. Así la vida tiene más atractivo.

racias por el gozo que me infundes. Tu gozo,Señor, es mi fortaleza. Alabado seas. Te prodigoalabanzas, Señor mío. Te adoro, mi dulce Jesús.

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ué agradable es para mis ojos la luz del sol. Sucalidez es como Tus delicadas caricias. Tu amorme envuelve. Es como el roce de una suavebrisa. Eres tan cariñoso conmigo, tan tierno.

Eres el deleite de mi alma y de mi espíritu.�

e adoro, Jesús mío. Te elevo mi corazón y corrohacia Ti para expresarte cuánto te amo.

u amor es como una sombra que me sigue pordoquier. Por muy rápido o muy despacio quecamine, no se me separa. Nunca se despega de

mí. Me acompaña cuando hablo, cuando camino,cuando como y cuando juego. Este magnífico amorTuyo me sigue por lo alto y por lo bajo. La maravillosasombra de Tu amor jamás se cansa de andar a mi lado,jamás se hastía, jamás desiste, jamás se decepciona.

Haga yo esto o lo otro, Tú no me abandonas. Cadavez que miro, esa delicada sombra de amor se hacemanifiesta y me recuerda Tu presencia. Nunca semuestra entrometida, áspera ni brusca conmigo, sinoque aguarda cada uno de mis movimientos conpaciencia y amabilidad, como una sirvienta. No hacemás que recordarme que Tú eres una constante en mivida, un pronto auxilio en las tribulaciones, un amigomás leal que un hermano.

Siempre eres obsequioso. Cuando brinco y juego,Tú brincas y juegas conmigo. Cuando río, te ríes

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conmigo. Cuando lloro, lloras conmigo. Cuandotrabajo, trabajas conmigo. Eres un compañero detoda la vida, que me sigue como una sombra pordondequiera que ande. Gracias a Ti, dulce Jesús, nuncaestoy a solas.

na cosa he pedido, ésta buscaré; que esté yocontigo todos los días de mi vida, para contem-plar Tu hermosura. Eres tan encantador. Nada

deseo en la tierra más que a Ti. Cuando mi corazón ymi carne desfallecen, Tú no me defraudas. ¡Cómo tedoy gracias, te alabo y te glorifico por el gran amorque me tienes! Me siento muy insignificante, pero Túme amas tal como soy. ¡Ay, se me parte el alma alpensar en todas las veces que te he fallado! Tú, sinembargo, no cesas de amarme, no cesas de perdonar-me a pesar de que soy polvo. ¡Oh, qué grande eres! Túcompasión se renueva todas las mañanas. Grande esTu fidelidad. Fiel Señor mío, ayúdame a serte fiel.

e doy gracias, Señor, por la victoria. Gracias pordarme paz interior. ¡Qué gran verdad contieneese versículo que dice: «Gran ganancia es la

piedad acompañada de contentamiento» [1Timoteo6:6]! Gracias por ayudarme a acceder a cuanto mepides. Sin Tu ayuda no sería capaz ni de eso. Graciaspor la gran ganancia que he adquirido: Tu paz y elagradable contentamiento que me das.

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Gracias por las batallas que están produciendo enmí fruto apacible de justicia. Muchas gracias porponerme al fuego para consumir la escoria, a fin deque Tu tierna faz se refleje en la mía. Sigue obrandohasta que los demás no te vean sino a Ti en mí. Tequiero mucho, mi buen Señor. Gracias por las angus-tias, que me han conducido a Tus brazos. No deseoestar en otra parte que junto a Ti. Gracias por hacermedescender al abismo, para que me diera cuenta deque sin Ti no soy capaz de vivir victoriosamente, con lapaz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. ¡Québien me tratas!

Eres bueno y digno de suprema alabanza. Tuexcelencia es inefable. Todo lo que puedo hacer esdarte las gracias. ¡Cuán grande eres!

esús, gracias por el don de profecía. Si bien alcomienzo parecía raro, ha resultado ser fasci-nante. Cuanto más lo empleo para comunicar-me contigo, más me doy cuenta de que rebasa

totalmente lo que en un principio había imaginado.Es comparable a una puerta mágica, una puerta

singular por la cual se accede a infinitas posibilidades.Entre otras cosas, nos da a conocer hermosas yacertadas descripciones, doradas palabras y joyas quedestilan Tus labios. Al atravesar ese umbral hacemostoda suerte de descubrimientos: desde las dichas delCielo hasta la tranquilidad que nos da Tu consuelo;desde el asombro que nos causa Tu amor hasta

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revelaciones sobre los misterios de la vida; desde elaliento que transmites luego de las decepciones hastaesa clara orientación que nos das cuando buscamosTu voluntad.

¡Qué interesante es el don de profecía! ¡Quién sabecuántas maravillas se me revelarán si lo uso con unaactitud de fe y expectación!

i queridísimo Salvador, ha llegado la hora denuestro encuentro. He estado todo el díapensando en Ti, aguardando estos momentos

que podemos pasar juntos. Aquí estoy, a solas conti-go en un lugar apacible y tranquilo. Ya no hay nadaque nos distraiga. Estamos solos Tú y yo. Te quieromuchísimo. Necesito Tu amor: me da fuerzas, alegría,paz y felicidad. Tus palabras sacian mi corazón y mehacen estallar de gozo.

Cuando estamos juntos, tengo la seguridad deque todo se arreglará, de que Tú lo resolverás. Mien-tras estoy contigo, sé que te encargarás de mi trabajoy de todo lo demás que pensaba que debía hacer envez de dedicarte unos momentos. Cuando pongo aun lado esas otras cosas, Tú me dices: «Ahora podréhacerlas Yo por ti».

Gracias por pensar en todo. Te agradezco queatiendas a todas las dificultades y urgencias con lasque estaría lidiando en estos momentos por micuenta si no estuviese aquí, entregándotelas a Ti.

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racias porque, aunque no sé lo que me tienedeterminado el futuro, sí sé quién lo determina.Tengo la certeza de que puedo confiar en Ti yen Tu amor. Nunca me has abandonado. Nunca

me has desamparado. Nunca me has defraudado.�

uiero asemejarme más a Ti en todo sentido.Eres el modelo que más quiero imitar. Meextasías. Por Ti, mi corazón prorrumpe enjubiloso canto. El tema de esa canción pervivirá

en mi corazón hasta nuestro próximo encuentro.�

esús, Jesús, Jesús, ¡el nombre que más quiero!Me gustaría decirte algunas de las cosas queme encantan de Ti. Me agradan Tus afectuosas yhermosas manos y la manera en que tomas mi

rostro en ellas y me hablas tiernamente. Gracias porTu amor. ¡Qué sensación tan cálida me produce Tupresencia!

esús, te alabo por los medios de que te valespara recordarme que sin Ti no puedo nada.Perdona que a veces no capte lo que mequieres decir y razone que si no me siento

fuerte y capaz es porque algo no anda bien. Cuandohago una pausa para rendirme a Ti y pasar un ratocontigo, me doy cuenta de que el mejor sentimiento

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que me puede embargar es el de saberme incapaz sinTi.

Es para mí una dicha saber que te necesito, que meenvuelves en Tus brazos y que en Ti hallo gracia yfortaleza. No tengo que hacer otra cosa que entregar-me a Ti, dártelo todo, rendirme a Tu bello Espíritu ydejar que Tú tengas pleno dominio sobre mí. No haypara mí mejor estado que el de total dependencia deTi. Soy consciente de que si me apoyo en Ti y dependocompletamente de Ti obrarás conmigo lo que deseas.

Gracias por recordarme que nada tengo que hacera base de mis propios esfuerzos. Gracias por transmi-tirme Tus fuerzas cada vez que me hacen falta, y esque siempre me hacen falta.

e amo por lo maravilloso y lo grande que eres.Te amo porque siempre estás junto a mícuando te necesito. Te amo porque puedo

acercarme a Ti a cualquier hora del día o de la nochecon la certeza de que estás despierto y dispuesto aatenderme.

Te amo porque sin Ti no puedo vivir. Te amo porTus palabras. Te amo porque cuando me hundo en eldesánimo, me mandas un milagrito, un pensamientoo una palabra que me alienta y me encamina denuevo hacia la victoria. ¡Te amo, Jesús!

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racias, Jesús, por la paz que me das. Estás tancerca de mí, a pesar de que yo a veces me alejomucho. Con frecuencia ando muy distante y memeto en mi propio mundo; pero Tú permane-

ces fiel. Siempre que dejo lo que estoy haciendo,siempre que entro en Tu hermoso templo y mirohacia lo alto, ahí te encuentro.

Siempre acudes enseguida a levantarme, quitarmeel polvo, limpiarme y darme Tu magnífica paz, Tumaravilloso resplandor, Tu espléndido amor, con lo queme devuelves la esperanza, sanas mi corazón, cierrastodas mis heridas y me infundes valor para regresar almundo. Me proporcionas tranquilidad de espíritu.

e doy gracias porque creaste los árboles, lahierba y los campos; las aves y otros animales;los ríos y los lagos; los mares con sus peces; el

firmamento, las nubes, la lluvia, el sol y el universo.Además nos creaste a nosotros. Gracias, Jesús, porhaberme formado. Te expreso mi gratitud por Tugrandiosa creación.

e doy honra, te alabo y te exalto. Eres unamaravilla. Tus obras y Tus portentos me asom-bran, Tu paciencia es pasmosa, Tu desvelo me

conmueve y Tu infinito amor me deja sin habla.A Ti sea toda la gloria, Jesús. Te atribuyo toda la

honra hoy, mañana y todos los días por siempre jamás.

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racias, Señor, por todo lo que me has dado.Gracias por el amor que me manifiestas de tandiversas maneras. Tan inmenso es que rebasami comprensión. Tan cerca está de mí que no

alcanzo a verlo, abarca tanto que no logro concebir logrande que es. Así y todo, te doy gracias por lo que síentiendo de Tu amor y por las expresiones de él quepercibo, siendo la mayor de ellas la salvación. Ese granamor te impulsó a dar la vida por mí. No obstante,hasta eso me cuesta comprender. No lo entenderéplenamente hasta que esté contigo en persona.

Una parte de Tu amor que sí comprendo y por lacual puedo alabarte y darte gracias es Tu perdón. Séque me perdonas, ¡me perdonas tanto!

racias por amarme a pesar de mis pecados, porayudarme aun cuando me considero un casoperdido. Gracias, Jesús, porque por muy malque me porte nunca dejas de amarme. Aun

cuando me parece que me estoy comportando peorque nunca, Tú me amas y me dispensas. Te agradezcoque no haya pecado tan grande que Tú no puedasperdonar, aunque a mí me parezca imperdonable. Tealabo por el amor tan grande con que borras misfaltas. Nunca me condenas por nada que haya hecho.

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o alejas Tu rostro de mí ni dejas nunca deconsolarme. Te agradezco, Señor, que no medes la espalda ni me reprendas con dureza; si lo

hicieras, me sentiría morir. Tú me comprendes. Tienestanto amor que percibes que yo no sería capaz desoportarlo; de modo que me tomas en Tus brazos yme perdonas. Gracias.

Por muchas que sean mis lágrimas, Tú las enjugas.Me estrechas aún más tiernamente en Tus brazospara consolarme y me dices que no me preocupe, queme perdonas. Me recomiendas que deje de llorar, queolvide el asunto y haga otro intento.

Te doy gracias porque me amas igual en losfracasos que en los triunfos. Gracias por semejanteamor y perdón. Aun sabiendo que no soy nada puedoacudir a Ti con toda confianza, sin timidez ni apoca-miento. Aunque sé que no me lo merezco, Tu inmensoamor me permite presentarme ante Ti. Gracias.

mado Señor, ¡cuánto te adoro! Todo me lohaces fácil. Aun cuando reinan el trajín y laconfusión, Tú lo simplificas todo. Me basta conabrir despacito la puerta de acceso a Tu presen-

cia e introducirme suavemente. Aquí, en la quietud, segoza de una paz y una calma increíbles.

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racias, Maestro celestial, por haberme creado.Gracias por el profundo amor que me tienes, elcual me llega directamente al alma. Te agradez-co que me ames a mí en particular, tal como

soy.Señor, ¡te quiero mucho! Me encanta Tu modo de

ser, todo lo que representas. Te amo por el simplehecho de que existes. ¡Eres increíble! De Ti emana todoamor, el verdadero amor desinteresado, comprensivo,capaz de confortar.

Eres de lo más amoroso. Cada uno de Tus actos esfruto de un amor perfecto. Visto desde todo ángulo ydesde todo prisma, cada acto, cada pensamiento Tuyoredunda en total y absoluto amor.

racias, Señor, porque puedo participar de Tuamor. Gracias por obrar a través de mí; porenseñarme a conectarme con Tu amor; pormanifestarte en mi vida; por valerte de mí para

demostrar amor a la gente.�

esús, cuando estoy contigo me siento tanjoven, radiante y alegre. Gracias por otorgarmeel magnífico don de Tu Espíritu.

No he tenido muchos estudios y carezco demuchas cosas materiales. Si bien no ejerzo unaprofesión que se considere importante, ni ocupo unlugar destacado en la sociedad, ni gozo de fama,

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poseo mayores bendiciones y riquezas que la mayoríade la gente. Por nada del mundo te cambiaría a Ti y elamor tan singular que me manifiestas.

Me alegra saber que pase lo que pase en lospróximos años, por muchas dificultades y problemasque se me presenten, siempre te tendré. ¡Estoy endeuda contigo!

uando me enfermo siempre estás a mi ladopara atenderme en lo que necesite y susurrar-me tiernas y tranquilizadoras palabras. Cuando

ya no doy más, me enjugas con Tus caricias el sudorde la frente y me concedes fuerzas sobrenaturales yánimo para seguir adelante.

ongo a Tus pies todas mis desilusiones, cual pilade juguetes rotos, con la esperanza de que Tú lasrepares. Sin embargo, con una sonrisa me dices:

«No te van a hacer falta», y me das otras cosas muchomás valiosas, con las que ni me había atrevido a soñar.Me asombro de pensar que sabes exactamente lo quenecesito, cuando muchas veces ni yo lo sé.

racias, Jesús, por tomarme de la mano cuandome asalta el temor, por estar presente cuandocaigo, por ser fuerte cuando flaqueo. ¡Me hacestanta falta!

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e doy gracias, Jesús, por las palabras que mesusurras para consolarme y asegurarme que teestoy agradando.

Al ofrendarte un poco de mi amor, me sumerjo enel mar del Tuyo. Apenas extiendo la mano para tocartedescubro que me envuelven Tus fuertes y amorososbrazos. Al dirigir mi amor hacia Ti me siento como unniño que apunta una linterna al sol. Me empapas deamor y cuidados.

Cuando lo único que deseo es rendirme a Ti,entregarme y complacerte, me llenas y me otorgasmucho más de lo que podría soñar con darte. Si bienprocuro entregártelo todo, me da la impresión de queno hago más que recibir. Cada vez que me presentoante Ti cual pordiosero, con apenas unos centavos enla mano, me voy como si fuera la persona más acau-dalada del mundo.

e agradezco, Jesús, que cuando escucho Tu vozapacible y delicada en Mi corazón, Tus palabrasno sean reprensiones ásperas. No me conde-

nas. Me diriges más bien palabras de aliento, de vida,de alegría, de perdón y de esperanza. Te doy gloria yhonra. No merezco Tu amor.

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i vida es extraordinaria. No mucha gente puedehacer esa afirmación hoy en día; pero yo sí,Jesús, porque te tengo a Ti y disfruto de Tu

amor y de Tus palabras vivificantes. Tan ricamente mehas bendecido que no encuentro palabras paradescribir el gozo que alberga mi corazón y la satisfac-ción que anida en mi espíritu por el hecho de que teconozco y tengo el privilegio de servirte.

No podría pedir más. Una y otra vez me hasconcedido las peticiones de mi corazón. Nunca me hasdefraudado. De innumerables modos me has manifes-tado Tu amor. Cada día te amo más.

o soy el vaso; Tú, el agua. Yo el marco; Tú, ellienzo. Yo, los pulmones; Tú, el aire. Respiro, peroal respirar te inhalo a Ti. De no tenerte a Ti, nopodría respirar. De no tenerte a Ti como lienzo,

yo sería un marco vacío. De no tenerte a Ti —el aguaque llena mi vaso—, no sería otra cosa que un reci-piente inservible y vacío.

Enséñame qué puedo hacer, Señor, para que teconstituyas en parte más íntima de mi vida. Ayúdamea acceder a que llenes mi vaso y a que pintes elcuadro de mi vida, te lo ruego. Haz que tenga siempreconciencia de que Tú eres el aire que respiro.

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racias, Jesús, por el privilegio de estar tan cercade Ti. Gracias por Tu gran amor, sin el cual nadapodría hacer. La bandera que ondea sobre míes el amor.

Te abro mi corazón, mi espíritu y mi voluntad. Mivoluntad es como las compuertas, las cuales puedencerrarse impidiendo que obres por medio de mí, oabrirse dejando que te sirvas de mí. Te cedo, pues, mivoluntad.

Te elevo mis manos. Te elevo mi corazón. Te abromis compuertas para que Tus aguas corran libremen-te en mí. Te pido que viertas por medio de mí. Quieroque derrames Tu amor a través de mí. Te rindo mivoluntad y te pido que hoy tomes posesión de mí. Tesolicito que resuelvas todos los problemas que se mepresenten, que me ayudes a abordar todas lasdificultades, a realizar todo el trabajo que hay delantede mí. Organízamelo, por favor. Ordénamelo. Haz loque Tú quieras hoy. Reposo sumisamente en Tusbrazos y te pido que te adueñes de mí, y que Tucorazón, Tu mente y Tu Espíritu de amor se encarguende todo.

u presencia inunda mi alma cual un torrente desol matinal que impregna el paisaje. Alumbrasmi mundo como el sol del mediodía. A semejan-

za de las estrellas de los cielos, velas por mí en lanoche. Así como el grato aroma de las flores melevanta el ánimo, Tu Espíritu me envuelve de esa

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dulzura Tuya. Como el rocío se posa en la hierba y learranca destellos con los primeros rayos del sol, TuEspíritu se posa en mí y me hace resplandecer para Ti.

Mis sentidos te perciben, Jesús, en todo lo que merodea. Veo lo que has creado y pierdo el aliento antesemejante belleza y plenitud. Tus atardeceres medejan con la boca abierta. Tus amaneceres me dejansin habla. Las olas de Tus mares me emocionan en sucarrera. La suave arena me calienta los pies. Metranquiliza la dulzura del canto que entonan las aves.El musgo bajo los árboles me renueva. Respiro hondoy me refresco con los aromas del bosque.

A diario veo, siento y palpo Tu amor en Tu incom-parable creación. Tu Espíritu lo llena todo y me envuel-ve cual tierna madre en el regazo de Tu amor. Mebendices de maneras incontables. Gracias. Te adoro.

eñor, eres la fuente de mi emoción, porque Túeres amor. Cada pizca de amor, cada gota deamor que siento o que albergo por alguien opor alguna cosa, es manifestación de Ti. No

proviene en modo alguno de mí; es un sentimientoTuyo, ya que eres amor. Eres quien me infunde eseamor.

Aunque sea yo quien lo experimenta, ese amoreres Tú, esa emoción eres Tú. Gracias por suscitarla enmí. Gracias por entregarte a mí y dejar que te sienta, afin de que sienta amor; no sólo el que entra en mí,sino también el que sale vertiéndose sobre los demás.

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Tu amor es como el aire. Al inhalarlo, lo siento. Alexhalarlo, se lo transmito a los demás. Lo siento entraren mí y noto luego cuando se irradia a los demás. Tedoy gracias por él. Tú eres amor. Gracias por darmeamor y por morar en mí.

racias, Jesús, porque nuestra relación presentafacetas muy diversas. Gracias por ser mi amigoy mi compañero, y porque puedo contarcontigo. Puedo acudir a Ti para contarte mis

secretos, mis deseos, mis anhelos, mis inquietudes. Yno es que sea un monólogo. Tú también me revelasmaravillas y me haces confidencias. Eso es algo fuerade serie.

Además eres mi Señor, a quien debo rendir vasallaje;por lo cual me postro ante Ti, mi Soberano y mi Rey, y tesirvo. Tú por Tu parte velas por mí en todo sentido, conlo cual me sirves a mí. Eso también es fuera de serie.

Yo diría, sin embargo, que la nota más destacadade nuestra relación es que seas mi Dios. Más que miRey, eres mi Dios, a quien venero y adoro, el que mecreó y el que formó cuanto veo a mi alrededor.

esús, me tratas muy bien. Eres el mejor defen-sor, el mejor cuidador, el mejor guardián, elmejor guía. No encontraría uno mejor. Mepastoreas junto a aguas de reposo. Camino

junto a Ti y nunca vas demasiado aprisa. Cuando me

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agobia el cansancio, siempre me dejas descansar.Cuando tengo sed, me das las aguas refrescantes ycristalinas de los arroyos de Tu Palabra. Cuando tengohambre, me das el pan nutritivo de Tus promesas.

Eres formidable como padre, defensor y pastor.Velas por cada una de Tus ovejas. Siempre estás alerta,atento, ojo avizor, en guardia. Tengo la certeza de quenunca me perderás de vista. Jamás me inquietará laposibilidad de perderte. En todo momento sabesdónde estoy y lo que hago. El corazón me dice queme amas más de lo que podría imaginarme, y eso mehace sentir gran gratitud.

Gracias, magnífico Señor, por ocuparte de quetodo marche sobre ruedas. Al seguir Tu senda, la vidase torna muy sencilla. Si no me aparto de Ti, habitarébajo Tu amparo y la iniquidad no prevalecerá contramí. Mientras siga Tu senda de luz y vida, habrá deliciaspara siempre.

guardo el sonido de Tu voz, que susurra suave ytranquilamente en la quietud, que persiste en elsilencio e inunda el ambiente que me rodea. Mecala hasta el corazón, colma cada espacio vacío

y me empapa la mente de luz, amor y calor. Al oír Tuvoz me renuevo, me revitalizo, mi ser vuelve a quedarsatisfecho, me siento feliz. Tu voz lo resuelve todo. Mederrite. Me transforma. Me torna más como Tú.

Tu voz es la razón de mi existencia. La anhelo, es mialimento, tengo ansias de ella, la necesito. Tu voz creó

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todas las cosas; es el principio y el fin de todo. Es lafuerza impulsora de la rotación de los cielos y la tierra.Es tan potente y majestuosa que se deja sentir en todala creación, y sin embargo sólo es posible oírla en elsilencio y la quietud. Tu voz, a pesar de que se emitepara que el mundo entero la oiga y la conozca, feliz-mente se dirige de manera individual a las personas.

¡Cuán inapreciable y magnífica es Tu voz! Expresa loque Tú sientes y piensas, y saca a relucir los secretos de mipropio corazón. Me hablas para demostrarme el amorque me tienes. Tu voz es el mismísimo amor de aquel quenos creó a todos. Es el corazón de Dios que me habla.

i consuelo, mi delicia y mi paz es escuchar Tussusurros, con los que me guías, me diriges, meanimas y me comprendes. ¡Te amo! Gracias por

abrirme este pasaje que conduce a Tu presencia, porpermitirme entrar por esta hermosa puerta a cual-quier hora del día o de la noche para conversarcontigo o simplemente para escucharte.

uánto me agrada oír Tu voz. ¡Cómo me entusias-ma escuchar Tus susurros y participar de Tuamor al escuchar Tu voz! De esa manera se cubre

cada una de mis necesidades, se aclara todo lo que noentiendo, se colman mis deseos y me lleno de fe. Tu vozme ama, me dice que Tuyo es todo mi ser y que estásjunto a mí. Velas por mí. Me ayudas. Respondes.

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l Reino de los Cielos es algo que se aproxima yque espero con ilusión. Sé que en cierta medidalo experimento por anticipado, aunque —talcomo Tú dijiste— cosas que ojo no vio, ni oído

oyó, ni han entrado en corazón de hombre, son las quenos tienes preparadas. También dijiste que el Espíritunos las ha revelado. Es fascinante que nos hayasdescubierto algunas cositas que nos aguardan. Gracias.

res tan accesible. Siempre presto a recibirme,abrazarme, consolarme y darme a conocer Tufuerza y Tu valor. Así tengo tranquilidad y lacerteza de que velas por mí.

esús, no quiero alejarme de Ti. No quierotratarte con frialdad ni de modo insensible ydistante. Quiero corresponder al amor inagota-ble, al cariño que me brindas. Has afirmado que

el amor engendra amor. Te amo porque Tú me amasteprimero. Gracias por el amor que me das para que yoa mi vez te ame a Ti. ¡Ojalá refleje siempre Tu amor alos demás!

Gracias por amarme primero. Gracias por aceptar-me y recibirme tal como soy. Es una gran bendicióntenerte y poder disfrutar de Tu amor; me inspira aentregártelo todo. Pondré todo mi empeño en amartede todo corazón, con todas mis fuerzas y con toda mialma. ¡Eres lo más valioso para mí. ¡Te quiero mucho!

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racias, Jesús, por amarme. Me encanta sentirque Tu amor y Tu Espíritu me envuelven. Graciasporque continuamente velas por mí y meguardas. Te alabo y te amo.

Gracias porque no necesito obrar apoyándome enmis propias fuerzas. Para irradiar Tu luz y Tu amor mebasta con dejar que actúes y vivas en mi interior.Gracias por hacer que me resulte tan fácil acudir a Ti yamarte. Al amarte y recibir Tu amor y Tus palabras,obtengo las fuerzas que necesito cada día.

Gracias por amarme aun cuando me olvido dedarte las gracias y de manifestarte amor, y no piensoen Ti como debería. Tu amor es eterno, incondicional,hasta tal punto que trasciende mi comprensiónhumana. Gracias por el amor tan inagotable y tanpersonal que me tienes.

Gracias por ser mi Sumo Sacerdote, que meentiende y se identifica con mis necesidades e inquie-tudes. Gracias a Ti, no me falta nada. De todas mispreocupaciones te encargas Tú.

rometiste que nunca me dejarías ni me desam-pararías, y cada día, cada hora, cada momentode mi vida, te veo cumplir esa promesa. Al mirar

a mi alrededor, observo manifestaciones de Tu amor.Lo veo reflejado en Tu provisión, en Tu creación, en lafamilia tan maravillosa que me has dado.

Te doy gracias, Jesús, por la esperanza que tengoen Ti. Llegará el día en que contemplaré Tu rostro cara

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a cara. Entonces estaré por fin contigo. Gracias por lavida eterna, por poder compartir con otras personasese incomparable regalo. No hay en el mundo nadade mayor valor.

e doy gracias, Señor, por Tu bella creación: losárboles que alzan las ramas en alabanza a Ti; lospájaros que entonan cantos de acción de

gracias; las mariposas que parecen florecitas volado-ras; los capullos que, al abrirse, nos entregan subelleza multicolor y se inclinan para hacerte reveren-cia.

Quiero ser como una florecilla feliz que te honra yte glorifica. Quiero estar siempre mirando en direccióna Ti, el dador de todo. Nos has creado para Tu gloria.Hiciste todas Tus criaturas a fin de que te glorificaran yte honraran. ¡Tu creación es imponente y majestuosa!

La luz del sol simboliza Tu amor, que brilla sobrenosotros, nos calienta y nos derrite el corazón,fundiéndonos contigo. Todo es obra de Tus manos,Maestro. Lo eres todo para nosotros. Sin Ti, todosestaríamos desvalidos. Quiero darte gracias en tantoque tenga vida. Gracias a Tu amoroso sacrificio, éstano tendrá fin. ¡Te amo!

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odo lo que puedo ofrecer, todo lo que puedodar, todo lo que soy, te lo entrego a Ti, Jesús, enagradecimiento y en alabanza de Tu espléndido

amor, Tu sobrenatural aceptación y Tu infinita miseri-cordia.

e agradezco que te complazcan mis alabanzas,Jesús, mis expresiones de gratitud, y que me lasaceptes. Te encanta escucharme. Jamás te

cansas de mí. No salgo de mi asombro. Me amascuando te expreso sentimientos íntimos, cuando tedirijo palabras jubilosas, cuando te cuento cosassencillas, cuando te revelo pensamientos profundos.Diga lo que diga, siempre me prestas atención y tedeleitas en escucharme.

¡Qué considerado eres! ¡Me manifiestas tantacomprensión, amor y paciencia! Me das un ejemplomagnífico de lo que es detenerse a escuchar a losdemás y aceptar sus expresiones de gratitud. Te amo,y no puedo dejar de agradecerte todo lo que hashecho y sigues haciendo por mí, inclusive todoaquello que me pasa inadvertido.

Te alabo. Te amo. Te honro. Te adoro. Siento unintenso y profundo amor por Ti. Tu amor me envuelve.Lo veo por doquier. Lo percibo. Lo absorbo. Lonecesito.

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racias por esta nueva alborada, por este nuevocomenzar en el que ya no figuran las manchasy borrones de ayer. Mientras dormía, Tú loslimpiaste y lo hiciste todo nuevo.

Tus misericordias se renuevan cada día.Magnífico Jesús, ¡eres mi vida!

racias, Jesús, mi maravilloso Salvador y Señor,por mostrarme una forma de alabarte yagradecerte lo que has hecho por mí y lo queeres para mí. Gracias por darme palabras para

expresarte mis más íntimos pensamientos, mi sentir.¡Tu amor me embarga totalmente! A veces me

parece que el corazón me va a estallar, henchidocomo está de sentimientos de adoración, amor yalabanzas a Ti. Me dejas sin habla cuando me estre-chas entre Tus brazos. No puedo hacer otra cosa quecontemplar Tu rostro y Tus tiernos ojos y suspirarapoyando la cabeza en Tu hombro.

Las palabras que me susurras me provocan unestallido de amor. Los ojos se me inundan de lágrimascuando me dices que no ves en mí sino belleza y eresciego a mis faltas. ¡Me has manifestado una misericor-dia y un amor indecibles! Cuando fui infiel y me hundíen la tristeza y la desesperación, Tú fuiste fiel y mesacaste de la fosa en que había caído. Me recogiste deentre las cenizas de la derrota, me limpiaste y mecubriste con una flamante vestidura de alabanza.

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ue ¿cómo te quiero? Sería imposible enumerartodas las maneras. Te amo hasta el límite de laprofundidad, anchura y altura que es capaz deabarcar mi alma. Te quiero más que a la vida

misma. No hay manera de expresar en palabras lo quesiento por Ti. Te amaré por la eternidad. Te quieroahora y por siempre.

Y ¿por qué te amo? Porque me has amado con unamor eterno, imperecedero, incondicional. Un amorfiel, verdadero y divino que no conoce límites. Notiene principio ni fin; es constante, inextinguible.¡Gracias, Señor, por Tu ilimitado amor!

ada soy y nada traigo en las manos. En midesesperanza alcé los ojos a Ti. Cuando levantéla vista, te tendí los brazos y te imploré que me

aceptaras a pesar de mi inmundicia, Tú ya tenías lasmanos extendidas hacia mí. Me estrechaste fuerte-mente contra Ti, y pude descansar en Tus brazos.Jesús, te doy gracias y te alabo por ser un amigo tanexcelente. No hay quien se te compare, mi maravillosoSeñor. Eres todo lo que ansiaba y esperaba, y más.Quiero amarte por los siglos de los siglos. Te alabo decontinuo en mi corazón y declaro públicamente quesólo por Ti vale la pena vivir. Deseo pregonar, para quetodos lo sepan, que me salvaste de la ruina y pusisteen mi corazón cántico nuevo y en mis labios alabanzaque nunca se apagará.

Ay, mi Señor, ¡estréchame con fuerza contra Ti! No

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dejes jamás que me distancie, que me aparte de Ti. SinTi mi existencia no tendría sentido y la luz de mi vidase extinguiría gradualmente. Gracias por iluminarmeel camino, levantarme el ánimo y reavivarme. Te amo yte alabo, mi Señor, mi amigo, guía y salvador. Teensalzaré y te estimaré por la eternidad.

h hermoso Señor, Maestro divino, no soy másque arcilla en Tus manos. A pesar de ello, metomas, me das forma, me infundes Tu soplo de

vida y Tu Espíritu, y me tornas en criatura Tuya, paraque pase la eternidad contigo.

El misterio de Tu amor es inescrutable. Mi alma segoza en Ti. Mi cuerpo vibra de alegría por la promesade Tu redención. Aguardo con ansia el día en que miespíritu y mi cuerpo resucitado se fundan con TuEspíritu. Ciertamente ¿qué es el hombre para quetengas de él memoria, y los hijos de los hombres paraque los visites y vengas a morar en medio de ellos?¡Cuán maravillosos son Tus caminos!

uánto quisiera que mis pensamientos y milengua hallaran un modo de describir lo grandey maravilloso que eres, el tesoro que eres para

mí. Ten la certeza de que tienes para mí más valor quela propia vida. Sin Ti mi existencia jamás llegaría a sercompleta. Has puesto Tu vida y Tu Espíritu dentro demi ser. Eres parte inseparable de mí. Por siempre

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jamás seremos uno. Nada, ni lo alto, ni lo profundo, nila muerte ni el infierno podrá separarnos, porqueestamos amalgamados.

ierno Jesús, ¡me fascina Tu modo de obrar!Disipas mi confusión con la misma facilidad conque los rayos del sol matinal inundan de luz una

oscura alcoba al abrirse de golpe las ventanas. Te abro,pues, del todo las ventanas de mi vida. ¡Invádeme,inúndame de Tu amor y luz! Lléname de Tu mismo Ser.¡Cuán maravillosas son Tus obras! A Tu diestra hallodelicias para siempre. Señor divino, ¡cuánto agradezcoque jamás me abandonarás ni me desampararás!

esús, ¡qué bien nos tratas! ¡Cuánto amor nosprodigas! Das y das sin cansarte. Aunque no lomerecemos, sigues derramando en abundan-cia. Concedes hasta las peticiones más insignifi-

cantes. Das a manos llenas del tesoro inapreciable deTus palabras. Nos das una paz que sobrepasa todoentendimiento, pues sabemos que eres nuestrorefugio y que nos protege Tu poderosa mano.

Estás muy presente en todo aspecto de nuestravida. Lo que nosotros no comprendemos, Tú sí loentiendes, y todo redunda en bien a fin de que secumpla Tu perfecto propósito. Nos has hecho innume-rables promesas: promesas de protección, de salud, devictoria y de consuelo. Y jamás has faltado a ninguna.

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Gracias a Ti nos aguarda un futuro espléndido.Viviremos eternamente contigo en Tu reino infinito yglorioso.

on sólo mirarte a los ojos, pierdo el aliento. Tu amorme deja sin palabras para expresar la dicha quesiento. Una sola vislumbre de Ti y todas mis buenas

obras parecen no valer nada. Un leve vistazo de Ti y todosmis esquemas mentales —el espejismo de las cosas conque me identifico— se derriten como la escarcha de unaventana al encenderse la lumbre del hogar. Todos puedenentonces volver a mirar con claridad al exterior. Una solaojeada a Tu gran amor y veo que no hay escala tanpequeña que pueda medirme a mí o medir mi amor. Unatisbo de Ti me basta para comprender que mis méritosno son realmente míos. Mi único mérito eres Tú, mi únicavirtud es dejar traslucir Tu amor.

¡Me maravilla el amor tan singular que tienes por mí!Trasciende todo análisis y todo raciocinio. Por fin com-prendo que todo lo digno de aprecio que hay en mí sedebe a que te llevo dentro. Adorado Señor, toda buenaacción que realizo y todo lo noble que poseo es gracias aTi y nada más que a Ti. No soy más que una olla vacía, yni eso sería si esta vieja vasija no fuera una dádiva Tuya.Tú eres todo lo que en verdad existe. Por fin puedo dejarde medirme conmigo mismo o de compararme con losdemás. ¡Desde luego es inútil tratar de medirte a Ti o decalibrar la magnitud de Tu amor! Rebasa toda medida.No veo otra cosa que la necesidad que tengo de Ti.

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e agradezco, Señor, el cariño, los detallitos y losbellos momentos que disfrutamos con esaspersonas a las que pones en nuestro camino

para manifestarnos Tu amor. Gracias por los gocesque podemos compartir: la compañía, las ideas, lascosas valiosas, el amor, los secretos, el cariño. Teagradezco que podamos trabajar y jugar juntos. Teagradezco los ratos que pasamos junto a personasmuy queridas, esos momentos que recordaremosentrañablemente.

Asimismo, te doy gracias por las veces en queestamos lejos de nuestros seres queridos. Esastambién son una bendición, aunque no falten laslágrimas. Te doy gracias porque esas lágrimas rieganel terruño de nuestro amor y en consecuencia nosacercan a Ti. Te agradezco que la experiencia de estarlejos de una persona amada nos lleve a amarla más.Ello afianza nuestra comunicación, nuestra fraterni-dad, y además estrecha los lazos que tenemoscontigo. Abre nuevos conductos que dan entrada a Tuamor. Gracias porque con ello nos enseñas a orar conmás sentido, sinceridad y sentimiento.

Gracias porque esas separaciones transforman micorazón. Me ayudan a comprender, a tener compasióny humildad. Ablandan mi espíritu y me ayudan aabrirme más a otros. Gracias porque esas experienciasme enseñan a someterme a Tu voluntad y a renunciara la propia. Te doy gracias porque el extrañar a unapersona a la que amo mucho me recuerda que, porencima de todo, mis seres queridos te pertenecen a Ti.

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e sacaste de la nada. Y ahora, al despertar, elbrillo de Tu amor me indica lo que debo hacer.Ahora que he tomado conciencia de Ti, quiero

aprovechar cada aliento de vida para alabarte. ¡Mimagnífico Señor, gran Maestro divino! El corazón seme colma. No acierto a expresar con palabras lo quesiento por Ti y el amor que albergas por mí. Sonpalabras inexpresadas e inexpresables, que escapan ami humana comprensión, manifestaciones de indesci-frable gozo. Yacen en el fondo de mi alma, y sólopueden brotar en un matiz y esplendor de lenguasque todavía desconozco. Son dones excelentes Tuyosque toman forma de pensamientos y alabanzas, deamor y aprecio. Yo los percibo, pero debo aguardar aque Tu Espíritu los vocalice.

racias por Tu ternura, por Tu paz, porque puedoapoyar todo mi peso sobre Ti, dejar a un lado lacarga de todos los pensamientos que meatribulan y reposar mi cansada cabeza sobre Tu

pecho. Me comprendes cuando se me inundan losojos de lágrimas y éstas caen, pesadas, sobre mirostro. Te agradezco que no me recrimines por mirarneciamente las olas, que con ternura me enjugues laslágrimas con Tus cariñosas manos. Comprendes lodébil que soy.

Gracias, amado Señor, por esperar con tantapaciencia hasta que me doy cuenta de que Tú eres miúnica opción, de que descansar en Tus brazos es mi

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única tregua en la batalla. Al alabarte y al centrar mispensamientos en Tu hermosura, se desvanecen latensión y la confusión.

Las tempestades y las batallas me conducen alrefugio en que descanso junto a Ti, donde todo estranquilidad y quietud perfectas, donde Tú meaguardas con el bálsamo que sana mi corazón herido.

h insignia del valoren la batalla de la vida,a Ti alzo los ojos.

Al cansado y al maltrecho,al desgarrado, al harapientoconduces a la victoria.Cuando mi nave se zarandeay todo parece perdidoen la mar enfurecida,Tu faro luminosohiere mi tinieblaseñalando el camino hacia Ti.

in Ti me perdería. Sin Ti nada puedo hacer. Si enla vida que llevo por Ti hay alguna fidelidad,algún éxito, algo bello, te reconozco a Ti toda lagloria. Yo no me atribuyo ningún mérito; en lo

más íntimo de mi ser sé que sin Ti nada soy.Ayúdame a valorar lo que me has dado y a no

compararme con los demás. Haz que no envidie las

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circunstancias de las demás personas, que no deseeestar en su lugar. Simplemente quiero darte gracias,alabarte, glorificarte y hacer todo lo posible por Tisabiendo que Tú me amas y me necesitas tanto comoyo a Ti.

racias por Tus preciosas palabras y por Tu voz.No puedo dar siquiera un paso sin Ti, Jesús. Mesiento inmensamente feliz de que siempreestés a mi lado, dispuesto a ayudarme y a

responder a cada una de mis preguntas, a darme lasolución a cualquier problema. En todo momentopuedo contar contigo. Eres muy servicial. Siempreestás ansioso de hablarme y me ayudas gustoso.Gracias.

e agradezco el amor que me has manifestado.Te agradezco que te hayas unido a mi espíritu yque nos hayamos fundido formando un solo

ser. Jesús, te amo. Para mí, Tu amor todo lo abarca,todo lo comprende. Tú eres el único a quien puedoaferrarme, y lo hago con vehemencia. Sé que sin Ti, sinTu aliento de vida, sin el soplo de Tu Espíritu, no soyabsolutamente nada. Si no estuvieras Tú y no pudieraasirme a Ti, nada sería yo. De estar Tú ausente, nohabría nada. Tú lo constituyes todo; yo, en cambio, nosoy nada. No soy más que un instrumento, un con-ducto.

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esús, ¡Tu nombre es el más dulce de los elíxires! Tufragancia es más agradable que la más costosaesencia o la más bella de las rosas. El toque de Tumano es más suave que la brisa del verano. Tu

sonrisa es más radiante que el azul intenso del cielo. Tusojos son más profundos y plenos que el mismo océano.No hay nada que se pueda comparar con el esplendor yla majestuosidad de Tu cálida y abarcadora presencia.

Cuando estoy a Tu lado, es como si un resplandorambarino me envolviera y desvaneciera todo lo quees difícil, lo desagradable y lo que es causa de descon-tento. Tu incomparable presencia empapa mi ser,impregna el ambiente en que me muevo, ocupatodos mis pensamientos y ahuyenta toda preocupa-ción, temor, duda, pesimismo, desesperación y triste-za. Tú eres la alegría, el amor y la vida misma. ¡Te amo!

e doy gracias, Señor, por esta bella oportunidadde alabarte. Siendo Tú el Creador del universo,¿cómo puede mi corazón albergar otra cosa

que total adoración y hondo agradecimiento a Ti? Tedoy gracias por todo lo que me ha sucedido en lavida, absolutamente todo... por cada prueba que mehas ayudado a superar... por cada bendición que mehas deparado: los pulmones con que respiro; elcuerpo que habito; las manos que me permitenescribir; los ojos con los que veo; las rodillas quepuedo flexionar; las piernas que me transportan y elalma que creaste y depositaste en este cuerpo.

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Gracias por todo lo que has hecho. Gracias porrebajarte para ponerte a mi nivel. Gracias por estableceruna línea de comunicación conmigo. Gracias por propor-cionarme una puerta de acceso para gozar de comunióncontigo. Lo hiciste al entregar Tu vida por mí, al sobrellevarmis cargas, mis faltas y mis pecados, y al dispensarme delcastigo asumiendo mi culpa. ¡Te doy las gracias! Te amo.

i alma...ante Ti reposa en silencio,y ahora que te reverencio

en las alas de una canción,me aparto de la confusiónrumbo a Tus brazos.

Mi alma...en Tu seno se recuesta sumisa.Me amas con tiernas caricias.Tu dulce voz me dice al oído:«No temas, siempre estoy contigopara abrazarte».

Mi alma...se entrelaza con la Tuya.Haz que lo nuestro nunca concluya.Te pido que de Tu amor me llenes.Inúndame hasta que ya no quedenada más.

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Mi corazón...te eleva un único pedido:que no me aparte por ningún motivo.Sentirte siempre es mi anhelo.Tanto, tantísimo te quiero,mi buen Jesús.

racias, Jesús, por morar dentro de mí. Graciaspor hablar a través de mí. Gracias por comuni-carme Tus palabras cuando te planteo cosasque no entiendo. Mil gracias por tan inaprecia-

ble tesoro. Que me hables y respondas a mis interro-gantes es un don más valioso que el oro, los diaman-tes o cualquier posesión terrenal. ¡Te lo agradezco enel alma! Gracias por las respuestas que me das.

Ayúdame a reservar un tiempo en que deje brotarde mí esas respuestas, en que permita que me hables,escuche lo que me contestes y acceda a que Tuvoluntad rija mi vida. Gracias por orientarme, guardar-me, protegerme y proveer para mis necesidades. Teagradezco todo lo que haces por mí. Llenas todos misespacios, colmas todos mis deseos. Nada soy, y sin Tinada puedo hacer, mi Maestro, mi Señor, mi Salvador,mi Rey y mi Creador.

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e doy mil gracias por el amor que me brindas.Eres amor, Señor; Tus palabras son parte de Ti, yson amor. Es hermoso escucharlas, ver su fruto,

sentir su espíritu, saber que cada vez que las oigo,recibo y absorbo más de Ti y me vuelvo más como Tú.

ascada cristalina que saltandodesciende purpúrea sobre mí.Bajo Tu torrente de dichas

abro mi ser, mi alma toda.Un lúcido fuego centelleante me invade,luz líquida de energía celestial.Corriente purificadora, profunda, envolvente,me embebes, me atraes;eres inconteniblemente magnética.Me sumerjo en Tu radiante y acuosa sinfonía.Caudal exquisito, terso, profundo, absorbente,que englobas mis pensamientos,mis esperanzas, mis sueñoscon Tu omnisciente percepción.Burbujeas otra vez en canto.Giras en incesantes remolinoshasta embriagarme de emoción.Excitantes pasan volando los rápidos.Oigo palpitar el rumor de las aguas.¡Es un deleite fluir con Tu voluntad!Luego, con más lentitud,sigo alegre mi curso.Una fuerza más mansa, perpetua,

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discurre grácilmente,lejos, lejos de las orillas del tiempo.Floto feliz en esta cava acrónicatachonada de estrellas.Reposo largo, total,en Tus mimos de infinita ternura.

aravilloso amigo, compañero, Señor, Rey,Salvador y Dios: ¡cuántas cosas eres, Jesús!Llenas tantas facetas de mi vida. Te rindo

alabanzas por ello.Dice la Palabra que eres mi escudo y mi adarga.

Eres a un mismo tiempo mi vanguardia y mi retaguar-dia. Me sostienes por delante y por detrás, y meapuntalas por los lados.

Me maravilla que teniendo tanta gente a la queatender, te quede tiempo para mí. Me imagino que,aun siendo Dios, te demanda un esfuerzo infinitoocuparte de todos los asuntos del universo. Te debolas gracias por acordarte y cuidar de mí.

uando me detengo un momento a pensar enlas numerosas bendiciones que me has conce-dido, a recordar cómo has obrado en mi vida,

mi corazón rebosa de alabanza y gratitud. No tengomotivos para quejarme y sí todas las razones delmundo para alabarte.

Gracias, mi amado Señor y Salvador, mi maravilloso

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Rey, amigo y compañero que nunca me abandona.Podría darte las gracias un millón de veces y no seríasuficiente. No se me ocurre nada que pudiera hacer odecir y que bastaría para pagarte. Lo que sí prometo,por Tu gracia, es reservarte siempre un lugar primor-dial en mi corazón y mi vida y amarte más que a nadao a nadie.

e amo por lo indescriptiblemente poderosoque eres. Te amo porque respondes a misoraciones, porque contestas incluso las que

aún no se me ha ocurrido hacer. Te amo porqueauscultas mi corazón y percibes lo que está escrito enél, las palabras no pronunciadas, los deseos incumpli-dos, los sueños que no me he atrevido a soñar. Lostomas todos en Tus manos y los plasmas. Algunos loscumples delante mismo de mí; otros los bañas con Tupaciencia, Tu paz y tranquilidad, y otros los vas borran-do imperceptiblemente de mi recuerdo, de tal maneraque cuando quiero indagarlos ya se han desvanecido,y en su lugar no queda más que la espléndida sensa-ción de Tu presencia.

laben al Señor todos los hijos del amor. ¡Alabenal Señor todos los hijos del fuego y la emoción!¡Alaben al Señor todos los hijos de la misericor-dia! Alaben al Señor todos los hijos de la

alabanza, pues sólo Él es digno de ella. Alabado sea

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Jesús por los siglos de los siglos, nuestro Señor,Salvador, Rey y Maestro, nuestro inseparable compa-ñero y consolador. ¡Toda la gloria, la honra y la alaban-za sean dadas a Jesús!

o tengo motivos válidos para sentir ansiedad.Eso te lo debo a Ti. En ningún momento tengopor qué sentir tensión o siquiera preocuparme

de nada. El saber que Tú lo gobiernas y lo resuelvestodo me infunde gran tranquilidad y me libra de todasensación desapacible. No tengo razones para disgus-tarme ni alterarme, ya que todo está en Tus manos yno se te escapa nada. En tanto que acuda a Ti, Jesús,no dejarás que me suceda nada perjudicial, al menosnada que a la larga sea perjudicial. Es maravillosotener esa confianza. Te lo agradezco.

Muchos se han esforzado por entender cómoobras y han terminado complicándose la vida. Graciasporque en realidad esos asuntos no me preocupan,no me perturban. No pretendo comprender Tunaturaleza ni analizarte. No trato de averiguar laforma exacta en que lo has hecho todo. Eso para mícarece de trascendencia. Lo que para mí importa esque existes, que te amo y que me amas. El amor queme profesas es mayor que el que te profeso yo.

Eres verdaderamente alucinante, insuperable entodo sentido. Te alabo y te lo agradezco. ¡Gracias!

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e agradezco en el alma que te hagas presenteen cada aspecto de mi vida. No sólo eres lapersona que más me hace falta cuando necesi-

to compañía o consuelo; también satisfaces misnecesidades en todo sentido: en lo práctico, en loespiritual y en lo emocional.

Eres mi amigo, mi padre, mi instructor, mi redactor,mi crítico, mi asesor, mi colega, mi supervisor. En cadaaspecto y actividad, eres el compañero ideal. Mebrinda gran seguridad compartir contigo cadainstante de mi vida. Eres de lo más entretenido,tranquilo, prudente, conocedor, ingenioso y compren-sivo, y siempre velas por mí, me ayudas y me alientas.

Gracias por ser mi socio en los altibajos y vicisitu-des de la vida, en todas las dificultades, alegrías,desafíos, pesares, risas, lágrimas, ratos de esparcimien-to y horas de trabajo. ¡Eres mi ideal!

e agradezco, Jesús, que Tus pisadas me conduz-can por una senda de delicias, que me lleven avivir las aventuras de la vida, que me encami-

nen hacia Tu reino venidero. Te agradezco que no teadelantes mucho; si no, me extraviaría. Te agradezcoque no des pasos agigantados que me harían difícilseguirte. Te agradezco que no me lleves por terrenosdesiguales que me causarían agotamiento y que nome hagas subir a escarpados riscos que me asusta-rían. Más bien me guías por sendas delicadas, porveredas hermosas, desde donde se divisan extasian-

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tes paisajes y donde hace un tiempo espléndido.Mientras caminamos, me adviertes de los peligros quese presentan, me dices que vaya en un sentido o enotro, que tenga cuidado con esa rama o que no mevaya a tropezar con aquel leño, o me ofreces ayudapara cruzar algún arroyo. Constantemente meacompañas, me guías y me asistes para hacer mitravesía lo más agradable y hermosa posible.

Te doy gracias porque me permites transitarcontigo por la senda de la vida. Eres mi permanentecompañero de viaje. Te doy gracias por revelarmenuestro último destino: Tu reino celestial. Gracias porla patria celestial que has preparado para Tus hijos,¡lugar de extraordinaria belleza y felicidad!

esús, ¡Tu rostro es tan hermoso! Me encantacontemplarte. Me apasiona adorarte. Mirarte alos ojos me tranquiliza. Tu sonrisa me infundepaz interior. Tu semblante es muy tierno; denota

consideración y comprensión.Me miras profundamente a los ojos, escudriñas mi

alma y me infundes un calor especial. Siento que meadivinas los pensamientos. El brillo de Tus ojos medemuestra que me amas, que soy único para Ti, quesoy singular. La luz que emana de Tu rostro mealumbra el camino.

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uiero que Tu amor reine en mi corazón, Señormío. Mi único deseo es ser para Ti como unaesclava totalmente dispuesta y comprometidaa hacer Tu voluntad, por puro amor a Ti. Mi Rey,

Tus deseos son ordenes para mí, pues te pertenezco,y a la vez Tú eres mío, y para siempre estaremosunidos en amor. Te alabo, te glorifico y te honro porello.

¡Toda la gloria sea para Ti! ¡Todo el amor sea para Ti!Te pertenezco por la eternidad. Me inclino ante Ti ensumisión y humildad. Sólo deseo fundirme contigo:que tengamos un mismo corazón, una misma mente,a fin de poder complacerte y dar fruto para Tu gloria.Quiero que al mirarme otras personas sepan que nospertenecemos el uno al otro y vean reflejados en míTu luz, Tu poder y Tu amor.

Oh mi Señor y Salvador, no quiero nada de mí.Desdeño mis propios pensamientos, mis propioscaminos, mis propias actitudes. Quita de mí toda ideao deseo propio. Purifícame de mis pecados. Límpiamede mis malas acciones. No quiero ver las cosas desdeuna óptica terrenal o como el mundo las ve. Sóloquiero que Tú, mi Rey, vivas y obres en mí.

e doy gracias porque gozaré de la eternidadcontigo y con mis seres queridos. Jamás nossepararemos, jamás estaremos solos: cada día

te conoceré mejor, te veré con más claridad y teentenderé mejor.

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T

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racias por este amor mágico que me brindas.Gracias por quererme. ¡Tu amor es insuperable!Nunca me defrauda; siempre me reconfortacuando lo necesito. Te agradezco que pueda

confiar en Ti, mi adorado Jesús. Te agradezco quepueda contar contigo. Siempre estás presente ysiempre puedo acudir a Ti. Gracias por rodearme conTus brazos.

ué bendición es contar con Tu infalible e infinitoamor. ¡Cómo me consuela saber que Tus brazosfuertes y amorosos siempre me envolverán!¡Cuánta seguridad me brinda la certeza de que

me cuidas constantemente, de que estás al tanto decada uno de mis pensamientos y mis actos! ¡Quécelestial es que comprendas mi estado de ánimo! Vesdentro de mí y entiendes de verdad lo que siento y loque pienso.

Conoces todas mis flaquezas, insuficiencias,debilidades y pecados. Sin embargo, también ves ycomprendes lo profundo que es el amor que te tengo.Tú sabes que sólo deseo hacer lo que te agrade. Poramor elegiste fijarte sólo en el cariño que albergo porTi y pasar por alto mis innumerables faltas, defectos,errores y pecados.

Tu amor me ayuda a levantarme y esforzarme denuevo cuando me parece que no valgo nada y que noestoy a la altura de lo que esperas de mí. Sé que pormuy mal que me sienta, por grave que haya sido mi

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error o por mucho que me haya apartado de lo quequerías que dijera y pensara, puedo seguir contandocontigo.

A veces me considero tan terrible que no mesoporto; menos aún tolero la compañía de otraspersonas. Me da la impresión de que en esas condicio-nes nadie podría amarme. Tú, sin embargo, meaceptas tal cual soy; no tengo que ponerme máscarasni fachadas. No puedo menos que darte las graciaspor ello.

racias, Jesús, porque no hace falta que entienda;basta con que acuda presto a Tus brazos yexperimente Tu amor. ¡Qué seguridad mecomunicas! En Ti disfruto de una protección

total. Eres mi baluarte. ¡Qué bien me guardas! ¡Te amo!�

o puedo vivir sin Ti, Jesús. Eres mi fuente devida. Toma posesión de mi ser. Palpita en micorazón. Sé mi energía, mis fuerzas. Te ruego,

Señor mío, que seas mi aliento. Quiero inhalarte,respirar hondo Tu Espíritu cada instante del día. ¡Ah,qué dulce fragancia! ¡El aliento de Tu Espíritu es mivida!

No puedo vivir sin Tu aire puro. Necesito el oxígenode Tu Espíritu para seguir con vida. Me encanta inhalarTu aire fresco: ¡es de lo más renovador! Me encantarespirar Tu Espíritu.

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s increíble cómo me das fuerzas para aguantarcuando la situación se pone difícil. Me brindasgran satisfacción y contento.

Siento que me has honrado grandemente,que me amas mucho y me aceptas. Gracias por elamor incondicional que me manifiestas. Me entrego aTi por entero y confío en Tu bondad.

i alma cansada te entrego.En Tus brazos hallo sosiego.Distingo Tu rostro tan puro, tan bueno.

Me infundes fuerzas.

Tus ojos me dan la paz que persigo.Cuando mis pensamientos sin sentidoa Ti te presento y te confío,me serenas.

Te traigo un amor limitado,¡apenas unas gotas comparadocon las aguas de Tu amor derrochado!Me bañas en ellas.

Fracasos y agridulces sentimientosdejo a Tus pies, y te encuentrocuando te inclinas para recogerlos.Me alientas.

Mis sueños, mis ansias,mi propio ser, toda mi esperanza,a Tu lado poco pesan en la balanza.Conoces mis sendas.

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Aunque banales e infantiles,aceptas mis dones humildesy a cambio me das bendiciones a miles.Me aprecias.

Todo deseo, toda aspiraciónte presenta confiado mi corazón.Tú me los concedes, y yo, en sumisión,te rindo mi voluntad entera.

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Más alabanzas a Dios

A continuación reproducimos pasajes de la Biblia en losque se ofrecen alabanzas a Dios. Se han adaptado lasfrases del texto original para convertirlas en plegariaspersonales dirigidas a Dios o a Jesús.

C antaré a Ti, oh Señor, porque te has magnifica-do grandemente.

Tú eres mi fortaleza y mi cántico, y has sidomi salvación. Te enalteceré.

¿Quién como Tú, oh Señor? ¿Quién como Tú,magnífico en santidad, hacedor de prodigios?

Condujiste en Tu misericordia a este pueblo queredimiste; lo llevaste con Tu poder a Tu santa mora-da.

Tú los introducirás y los plantarás en el monte deTu heredad, en el lugar de Tu morada, que Tú haspreparado, oh Señor, en el santuario que Tus manos,oh Señor, han afirmado.

Tú reinarás eternamente y para siempre.Te canto a Ti, oh Señor, porque en extremo te has

engrandecido.

T ú eres mi roca, mi fortaleza y mi libertador.Dios mío, fortaleza mía, en Ti confío; mi

escudo y el fuerte de mi salvación; mi altorefugio; salvador mío, de violencia me libraste.

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Te invocaré, pues digno eres de ser alabado y serésalvo de mis enemigos.

Me glorío en Tu santo nombre; mi corazónse alegra en gran manera en Tu salvación.

Grande eres Tú y digno de supremaalabanza.

Alabanza y magnificencia delante de Ti; poder yalegría en Tu morada.

Te aclamo a Ti, oh Dios, porque Tú eres bueno;porque Tu misericordia es eterna.

Bendito sea Tu nombre de eternidad a eternidad.

B endito seas Tú, oh Señor Dios, mi Padre,desde el siglo y hasta el siglo.

Tuya es, oh Señor, la magnificencia y elpoder, la gloria, la victoria y el honor. Todas las cosasque están en los cielos y en la tierra son Tuyas. Tuyo,oh Señor, es el reino y Tú eres excelso sobre todos.

Las riquezas y la gloria proceden de Ti, y Túdominas sobre todo; en Tu mano está la fuerza y elpoder, y en Tu mano el hacer grande y el dar poder atodos.

Ahora pues, Dios mío, te alabo y doy loor a Tuglorioso nombre.

Todo es Tuyo, y de lo recibido de Tu mano tedamos.

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Tú eres el objeto de mi alabanza. Tú eres miDios, que has hecho para conmigo estascosas grandes y maravillosas que mis ojos

han visto.Bendígase el nombre Tuyo, glorioso y alto sobre

toda bendición y alabanza.Tú solo eres Señor; Tú hiciste los cielos y los cielos

de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo loque está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos.Tú vivificas todas estas cosas y los ejércitos de loscielos te adoran.

He aquí Tú eres salvación mía; me aseguras yno temeré; mi fortaleza y mi canción eres Tú,quien has sido salvación para mí.

Te cantaré, Señor, aclamaré Tu nombre. Harécélebres en los pueblos Tus obras y recordaré que Tunombre es engrandecido.

Te cantaré salmos, Señor, porque has hecho cosasmagníficas; sea sabido esto por toda la tierra.

Me regocijaré y cantaré. Tú, Señor, grande eres enmedio de nosotros.

Alzaré mi voz a Ti, oh Dios, y cantaré gozoso por Tugrandeza, oh Señor.

Tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré Tu nombre,porque has hecho maravillas. Tus consejos antiguosson verdad y firmeza.

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T e cantaré un nuevo cántico, Tu alabanza hastael fin de la tierra.

Sea bendito Tu nombre, oh Dios, de siglosen siglos. Tuyos son el poder y la sabiduría.

A Ti, oh Dios de mis padres, te doy gracias y tealabo, porque nos has dado sabiduría y fuerza, yahora nos has revelado los tesoros de Tu Palabra.

Te alabo, te engrandezco y te glorifico, oh Dios. Tusobras son verdaderas, y Tus caminos justos.

Con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; pagarélo que prometí.

T ú, el Poderoso, nos has hecho grandes cosas;santo es Tu nombre.

Tu misericordia es de generación engeneración a los que te tememos.

Hiciste proezas con Tu brazo; esparciste a lossoberbios en el pensamiento de sus corazones.

Quitaste de los tronos a los poderosos y exaltastea los humildes.

A los hambrientos colmaste de bienes y a los ricosenviaste vacíos.

Bendito seas, oh Dios, que has visitado y redimidoa Tu pueblo.

Señor, Tú eres el Dios que hiciste el Cielo y la tierra,el mar y todo lo que en ellos hay.

De Ti, y por Ti, y para Ti, son todas las cosas. A Ti seala gloria por los siglos. Amén.

A Ti, oh Señor, sea gloria por los siglos de los siglos.

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A Ti, oh Rey de los siglos, inmortal, invisible, al únicoy sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de lossiglos.

Anunciaré Tu nombre eternamente y te alabaré.A Ti te pertenecen la gloria y el imperio por los

siglos de los siglos.A Ti sea gloria y majestad, imperio y potencia,

ahora y por todos los siglos.Te doy gloria, y te adoro, oh Dios.

Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopode-roso, el que era, el que es, ¡y el que ha de venir!

Señor, digno eres de recibir la gloria y lahonra y el poder; porque Tú creaste todas las cosas, ypor Tu voluntad existen y fueron creadas.

Fuiste inmolado y con Tu sangre nos has redimidopara Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación.

Nos has hecho reyes y sacerdotes para nuestroDios, y reinaremos sobre la tierra.

Tú, oh Señor, eres digno de tomar el poder, lasriquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria yla alabanza.

A Ti, que estás sentado en el trono, y a Ti, ohCordero de Dios, sea la alabanza, la honra, la gloria y elpoder, por los siglos de los siglos.

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La bendición y la gloria y la sabiduría y la acciónde gracias y la honra y el poder y la fortaleza,sean a Ti, oh Dios, por los siglos de los siglos.

Amén.Te doy gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que

eres y que eras y que has de venir, porque has toma-do Tu gran poder, y has reinado.

Grandes y maravillosas son Tus obras, Señor DiosTodopoderoso; justos y verdaderos son Tus caminos,Rey de los santos.

¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará Tunombre? Pues sólo Tú eres santo. Todas las nacionesvendrán y te adorarán, porque Tus juicios se hanmanifestado.

Te alabaré, oh Señor, conforme a Tu justicia, ycantaré a Tu nombre, oh Señor, Altísimo.

¡Oh Señor, Señor mío, cuán glorioso es Tunombre en toda la tierra! Has puesto Tu gloria sobrelos cielos.

Te alabaré, oh Señor, con todo mi corazón; contarétodas Tus maravillas.

Me alegraré y me regocijaré en Ti; cantaré a Tunombre, oh Altísimo.

Tú, Señor, permanecerás para siempre; has dis-puesto Tu trono para juicio.

Juzgarás al mundo con justicia y a los pueblos conrectitud.

Serás refugio del pobre, refugio para el tiempo de

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angustia.En Ti confiarán los que conocen Tu nombre, por

cuanto no desamparaste a los que te buscaron.Te cantaré, oh Señor, publicaré entre los pueblos

Tus obras.

E n Tu misericordia he confiado; mi corazón sealegrará en Tu salvación.

Te cantaré, oh Señor, porque me has hechobien.

Tú, Señor, eres la porción de mi herencia y de micopa; Tú sustentas mi suerte.

Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos y eshermosa la heredad que me ha tocado.

Te bendeciré, Señor, que me aconsejas.A Ti he puesto siempre delante de mí; porque estás

a mi diestra, no seré conmovido.Me mostrarás la senda de la vida; en Tu presencia

hay plenitud de gozo; delicias a Tu diestra parasiempre.

T e amo, oh Señor, fortaleza mía.Roca mía y castillo mío, y mi libertador;

Dios mío, fortaleza mía, en Ti confiaré; miescudo y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.

Te invocaré, pues digno eres de ser alabado.Perfecto es Tu camino y acrisolada Tu Palabra;

escudo eres a todos los que en Ti esperan.

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Tú eres el que me ciñe de poder y quien haceperfecto mi camino.

Te confesaré entre las naciones, oh Señor, y canta-remos a Tu nombre.

Los cielos cuentan Tu gloria, oh Dios, y el firma-mento anuncia la obra de Tus manos.

Tu ley, oh Señor, es perfecta, que convierteel alma; Tu testimonio es fiel, que hace sabio al sencillo.

Tus mandamientos son rectos, que alegran elcorazón; Tu precepto es puro, que alumbra los ojos.

Tu temor es limpio, que permanece para siempre;Tus juicios son verdad, todos justos.

Deseables son más que el oro y más que muchooro afinado; dulces más que miel y que la que destiladel panal.

Tu siervo es además amonestado con ellos; enguardarlos hay grande galardón.

Me alegraré en Tu salvación y alzaré pendónen Tu nombre.

Me alegré en Tu poder, oh Señor; y en Tusalvación, ¡cómo me gozo!

Me has concedido el deseo de mi corazón y no menegaste la petición de mis labios.

Engrandécete, oh Señor, en Tu poder; cantaré yalabaré Tu poderío.

Bendito sea Tu nombre, oh Señor, que oíste la voz

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de mis ruegos.Tú eres mi fortaleza y mi escudo; en Ti confié y fui

ayudado, por lo que se gozó mi corazón. Con miscánticos te alabaré.

T e glorificaré, oh Señor, porque me has exalta-do y no permitiste que mis enemigos sealegraran de mí.

Señor Dios mío, te alabaré para siempre.Recta es Tu Palabra y toda Tu obra es hecha con

fidelidad.Te bendeciré, Señor, en todo tiempo; Tu alabanza

estará de continuo en mi boca.En Ti, Señor, se gloriará mi alma; lo oirán los man-

sos y se alegrarán.Mi lengua hablará de Tu justicia y de Tu alabanza

todo el día.Has aumentado, oh Dios, Tus maravillas y Tus

pensamientos para conmigo.

De día mandarás Tu misericordia y de nocheTus cánticos estarán conmigo y misoraciones a Ti, mi Dios.

He de alabarte, salvación mía y Dios mío.En Ti me gloriaré todo el tiempo y para siempre

alabaré Tu nombre.Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro

de justicia es el cetro de Tu Reino.Has amado la justicia y aborrecido la maldad.

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Sé exaltado entre las naciones; enaltecido sé en latierra.

Te canto, oh Dios, te canto a Ti, mi Rey.Tú, oh Señor, eres muy exaltado.De justicia está llena Tu diestra.Cantará mi lengua Tu justicia.

Abre mis labios y publicará mi boca Tu alabanza.Te alabaré para siempre, porque lo has

hecho así. Esperaré en Tu nombre, porque esbueno, delante de Tus santos.

Alabaré Tu nombre, oh Señor, porque es bueno.Tú me has librado de toda angustia.A Ti clamaré; y Tú me salvarás.Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, y Tú

oirás mi voz.En Ti alabaré Tu Palabra.En Ti he confiado; no temeré; ¿qué puede hacerme

el hombre?Te tributaré alabanzas.

E xaltado seas sobre los cielos, oh Dios; sobretoda la tierra sea Tu gloria.

Te alabaré entre los pueblos, oh Señor;cantaré de Ti entre las naciones.

Exaltado seas sobre los cielos; sobre toda la tierrasea Tu gloria.

Cantaré de Tu poder y alabaré de mañana Tu

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misericordia. Eres mi amparo, y refugio en el día de miangustia.

Fortaleza mía, a Ti cantaré; porque eres, oh Dios, mirefugio, el Dios de mi misericordia.

Mejor es Tu misericordia que la vida; mislabios te alabarán.

Así te bendeciré en mi vida; en Tunombre alzaré mis manos.

Anunciaré Tus obras, oh Dios.Me alegraré en Ti, oh Dios, y confiaré en Ti.Canto Tu gloria, oh Señor.Te adoro, y cantaré a Ti, cantaré a Tu nombre, oh

Dios.Bendito seas; no has echado de Ti mi oración ni de

mí Tu misericordia.Ten misericordia de mí, y bendíceme; haz resplan-

decer Tu rostro sobre mí.Bendíceme, y témante todos los términos de la

tierra.

B endito seas, Señor; cada día me colmasde beneficios, Dios de mi salvación.

Tú, mi Dios, has de salvarme.Te bendigo, oh Dios, en las congregaciones; a Tu

nombre, Señor, nosotros de la estirpe de Israel.Te atribuyo poder, oh Dios; sobre Israel es Tu

magnificencia, y Tu poder está en los cielos.

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Magnífico eres, oh Dios, desde Tus santuarios; Túdas fuerza y vigor a Tu pueblo.

Alábente los cielos y la tierra, los mares y todo loque se mueve en ellos.

Yo esperaré siempre, y te alabaré más y más.Mi boca publicará Tu justicia y Tus hechos

de salvación todo el día.Vendré a Tus hechos poderosos, Señor Dios; haré

memoria de Tu justicia, de la Tuya sola.Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta

ahora he manifestado Tus maravillas.Aun en la vejez, oh Dios, no me desampares, hasta

que anuncie Tu poder a la posteridad y Tu potencia atodos los que han de venir.

Tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso. Tú has hechograndes cosas; oh Dios, ¿quién como Tú?

Aumentarás mi grandeza y volverás a consolarme.Asimismo te alabaré con instrumentos de

salterio, oh Dios mío; Tu verdad cantaré a Ti en elarpa.

Mis labios se alegrarán cuando cante a Ti, y mialma, la cual redimiste.

Mi lengua hablará también de Tu justicia todo eldía; por cuanto han sido avergonzados, porque hansido confundidos los que mi mal procuraban.

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B endito Tu nombre glorioso para siempre.Toda la tierra sea llena de Tu gloria.

Amén y amén.He puesto en Ti mi esperanza, para contar todas

Tus obras.Tú eres mi rey desde tiempo antiguo; el que obra

salvación en medio de la tierra.Tuyo es el día, Tuya también es la noche; Tú estable-

ciste la luna y el sol.Tú fijaste todos los términos de la tierra; el verano

y el invierno Tú los formaste.Gracias te doy, oh Dios, gracias te doy, pues cerca-

no está Tu nombre; los hombres cuentan Tus maravi-llas.

Me acordaré de Tus obras, oh Señor altísimo;sí, haré memoria de Tus maravillas anti-guas.

Meditaré en todas Tus obras y hablaré de Tushechos.

¿Qué Dios es grande como mi Dios?Tú eres el Dios que hace maravillas; hiciste notorio

en los pueblos Tu poder.Con Tu brazo redimiste a Tu pueblo.Nosotros, pueblo Tuyo y ovejas de Tu prado, te

alabaremos para siempre; de generación en genera-ción cantaremos Tus alabanzas.

Te cantaré con gozo, fortaleza nuestra, y te aclama-ré con júbilo.

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Tú eres Altísimo sobre toda la tierra.La justicia irá delante de Ti y Tus pasos nos pondrás

por camino.

T odas las naciones que hiciste vendrán yadorarán delante de Ti, Señor, y glorificarán Tunombre.

Eres grande y hacedor de maravillas; sólo Tú eresDios.

Te alabaré, oh Señor Dios mío, con todo mi cora-zón, y glorificaré Tu nombre para siempre.

Tu misericordia es grande para conmigo. Haslibrado mi alma de las profundidades del Seol.

Tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lentopara la ira y grande en misericordia y verdad.

T us misericordias, Señor, cantaré perpetua-mente; de generación en generación harénotoria Tu fidelidad con mi boca.

En los cielos mismos afirmarás Tu verdad.Celebrarán los cielos Tus maravillas, oh Señor,

Tu verdad también en la congregación de lossantos.

¿Quién en los cielos se igualará al Señor? ¿Quiénserá semejante al Señor entre los hijos de los potenta-dos?

Dios temible en la congregación de los santos yformidable sobre todos cuantos están alrededor de

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Ti.Oh Señor, Dios de los ejércitos, ¿quién cómo Tú?

Tuyos son los cielos, Tuya también la tierra; el mundoy su plenitud, Tú lo fundaste.

Tuyo es el brazo potente; fuerte es Tu mano,exaltada Tu diestra.

Justicia y juicio son el cimiento de Tu trono;misericordia y verdad van delante de Tu rostro.

En Tu nombre me alegraré todo el día y en Tujusticia seré enaltecido.

Tú eres la gloria de mi potencia, y por Tu buenavoluntad acrecentarás mi poder.

Tú eres mi escudo y mi Rey.Bendito seas para siempre. Amén y amén.Señor, Tú me has sido refugio de generación en

generación.

Bueno es alabarte, oh Señor, y cantarsalmos a Tu nombre, oh Altísimo.

Anunciar por la mañana Tu misericordiay Tu fidelidad cada noche.

En el decacordio y en el salterio, en tono suavecon el arpa.

Por cuanto me has alegrado, oh Señor, con Tusobras; en las obras de Tus manos me gozo.

¡Cuán grandes son Tus obras, oh Señor! Muyprofundos son Tus pensamientos.

Tú, Señor, para siempre eres Altísimo.He aquí Tus enemigos, oh Señor... he aquí,

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perecerán Tus enemigos; serán esparcidos todos losque hacen maldad.

Tú, Señor, reinas; te vestiste de magnificencia;te ceñiste de poder. Afirmaste también elmundo, y no se moverá.

Firme es Tu trono desde entonces; Tú ereseternamente.

Tú en las alturas eres más poderoso que elestruendo de las muchas aguas, más que las reciasondas del mar.

Tus testimonios son muy firmes; la santidadconviene a Tu casa, oh Señor, por los siglos y parasiempre.

T e aclamaré alegremente, oh Señor; te cantarécon júbilo, roca de mi salvación.

Llegaré ante Tu presencia con alabanza, teaclamaré con cánticos.

Tú eres Dios grande y Rey grande sobre todos losdioses.

En Tu mano están las profundidades de la tierra ylas alturas de los montes son Tuyas.

Tuyo también el mar, pues Tú lo hiciste; y Tusmanos formaron la tierra seca.

Te adoraré y me postraré ante Ti; me arrodillarédelante de Ti, Señor, mi Hacedor.

Tú eres nuestro Dios; nosotros, el pueblo de Tu

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prado y ovejas de Tu mano.

T e cantaré cántico nuevo.Te cantaré, bendeciré Tu nombre; anun-

ciaré de día en día Tu salvación.Proclamaré entre las naciones Tu gloria, en todos

los pueblos Tus maravillas.Grande eres y digno de suprema alabanza; temible

sobre todos los dioses.Todos los dioses de los pueblos son ídolos; pero Tú

hiciste los cielos.Alabanza y magnificencia delante de Ti; poder y

gloria en Tu santuario.Te tributaré, oh Señor, te daré la gloria y el poder.Te daré, Señor, la honra debida a Tu nombre; te

traeré ofrendas y vendré a Tus atrios.Te adoraré en la hermosura de la santidad;

temeré siempre delante de Ti.Diré entre las naciones que Tú reinas; también

afirmaste el mundo, no será conmovido; juzgarás alos pueblos en justicia.

Alégrense los cielos y gócese la tierra; brame elmar y su plenitud.

Regocíjese el campo y todo lo que en él está;entonces todos los árboles del bosque rebosaránde contento, delante de Ti, Señor.

Porque viniste; viniste a juzgar la tierra. Juzgarásal mundo con justicia y a los pueblos con Tu verdad.

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Tú, Señor, reinas; regocíjese la tierra. Alégrenselas muchas costas.

Los cielos anunciaron Tu justicia y todoslos pueblos vieron Tu gloria.

Tú, Señor, eres excelso sobre toda la tierra; eresmuy exaltado sobre todos los dioses.

Me alegraré en Ti y alabaré la memoria de Tusantidad.

Te canto cántico nuevo, porque has hechomaravillas; Tu diestra te ha salvado, y Tu santo brazo.

Has hecho notoria Tu salvación; a la vista de lasnaciones has descubierto Tu justicia.

Tú reinas; temblarán los pueblos. Estás senta-do sobre el querubín, se conmoverá la tierra.

Tú eres grande y exaltado sobre todoslos pueblos.

Alaben Tu nombre grande y temible; es santo.Tú confirmas la rectitud; Tú has hecho juicio y

justicia.Te exalto, oh Dios, y me postro ante el estrado de

Tus pies; Tú eres santo.Te exalto, oh Dios, y me postro ante Tu santo

monte. Porque Tú, el Señor mi Dios, eres santo.

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Cantad alegres a Dios, habitantes de toda latierra.

Te serviré con alegría; vendré ante Tupresencia con regocijo.

Tú, Señor, eres Dios; Tú nos hiciste y no nosotros anosotros mismos; pueblo Tuyo somos y ovejas de Tuprado.

Entraré por Tus puertas con acción de gracias, porTus atrios con alabanza; te alabaré, bendeciré Tunombre.

Tú eres bueno; para siempre es Tu misericordia yTu verdad por todas las generaciones.

Misericordia y juicio cantaré; a Ti cantaré, ohSeñor.

Bendice, alma mía, al Señor; ¡no olvidaréninguno de Sus beneficios!

Tú haces justicia y derecho a todos losque padecen violencia.

Bendecid al Señor, vosotros Sus ángeles, podero-sos en fortaleza, que ejecutáis Su Palabra, obedecien-do a la voz de Su precepto.

Bendecid al Señor, vosotros todos Sus ejércitos,ministros Suyos, que hacéis Su voluntad.

Bendecid al Señor, vosotras todas Sus obras, entodos los lugares de Su señorío. Bendice, alma mía, alSeñor.

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Bendice, alma mía, al Señor. Señor Dios mío,mucho te has engrandecido; te has vestidode gloria y de magnificencia.

¡Cuán innumerables son Tus obras, oh Señor!Hiciste todas ellas con sabiduría; la tierra está llenade Tus beneficios.

Sea Tu gloria para siempre, oh Señor; alégrate enTus obras.

A Ti cantaré en mi vida. A Ti, Señor, cantaré salmosmientras viva.

Dulce será mi meditación en Ti; me regocijaré enTi, oh Señor.

Me gloriaré en Tu santo nombre.Aleluya. Te alabaré, oh Dios, porque eres bueno.

Para siempre es Tu misericordia.

Te alabaré, Señor, porque eres bueno. Parasiempre es Tu misericordia.

Nosotros, Tus redimidos, lo decimos, losque has redimido del poder del Enemigo y a quienesnos has congregado de las tierras, del oriente y deloccidente, del norte y del sur.

¡Alaben Tu misericordia, Señor, y Tus maravillaspara con los hijos de los hombres!

Tú sacias al alma menesterosa y llenas de bien alalma hambrienta.

Tú quebrantaste las puertas de bronce y desme-nuzaste los cerrojos de hierro.

Ofrezcamos sacrificios de alabanza y publiquemos

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Tus obras con júbilo.Exaltemos al Señor en la congregación del pueblo

y en la reunión de ancianos alabémosle.

Mi corazón está dispuesto, oh Dios; cantaréy entonaré salmos; esta es mi gloria.

Despiértate, salterio y arpa; despertaréal alba.

Te alabaré, oh Señor, entre los pueblos; a Ti cantarésalmos entre las naciones.

Más grande que los cielos es Tu misericordia yhasta los cielos Tu verdad.

Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios, y sobretoda la tierra sea enaltecida Tu gloria.

Para que sean librados Tus amados, salva con Tudiestra y respóndenos.

Te alabaré, Señor, en gran manera con mi boca y enmedio de muchos te alabaré.

Tú te pondrás a la diestra del pobre, para librar sualma de los que le juzgan.

Te alabaré, Señor, con todo el corazón en lacompañía y congregación de los rectos.

Grandes son Tus obras, oh Señor, busca-das de todos los que las quieren.

Gloria y hermosura es Tu obra, y Tu justicia perma-nece para siempre.

Has hecho memorables Tus maravillas; clemente y

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misericordioso eres.Has dado alimento a los que te temen; para

siempre te acordarás de Tu pacto.El poder de Tus obras manifestaste a tu pueblo,

dándole la heredad de las naciones.Las obras de Tus manos son verdad y juicio; fieles

son todos Tus mandamientos.Afirmados eternamente y para siempre, hechos en

verdad y en rectitud.Redención has enviado a Tu pueblo; para siempre

has ordenado Tu pacto; santo y temible es Tu nombre.El principio de la sabiduría es el temor de Ti; buen

entendimiento tienen todos los que practican Tusmandamientos; Tu loor permanece para siempre.

A leluya. Yo, Tu siervo, te alabo. Alabo Tu nom-bre, Señor.

Bendigo Tu nombre, Señor, desde ahoray para siempre.

Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone,sea alabado Tu nombre, Señor.

Excelso sobre todas las naciones eres Tú, Señor,sobre los cielos es Tu gloria.

¿Quién como Tú, Señor, mi Dios, que te sientas enlas alturas, que te humillas a mirar en el Cielo y en latierra?

Tú levantas del polvo al pobre y al menesterosoalzas del muladar,

Para hacerlos sentar con los príncipes, con los

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199

príncipes de Tu pueblo.Tú haces habitar en familia a la estéril, que se goza

en ser madre de hijos. Aleluya.

Te amo, Señor, pues has oído mi voz y missúplicas.

Has inclinado a mí Tu oído; por tanto, teinvocaré en todos mis días.

Tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos delágrimas y mis pies de resbalar.

Tú has roto nuestras prisiones.Te ofreceré sacrificio de alabanza e invocaré Tu

nombre.Has engrandecido sobre mí Tu misericordia y Tu

fidelidad es para siempre. Aleluya.

Mi fortaleza y mi cántico eres Tú. Tú me hassido por salvación.

Tu diestra es sublime; Tu diestra hacevalentías.

Te alabaré porque me has oído y me fuiste porsalvación.

Tú eres Dios, y me has dado luz.Mi Dios eres Tú y te alabaré; Dios mío, te exaltaré.

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P or heredad he tomado Tus testimonios parasiempre: son el gozo de mi corazón.

He amado Tus mandamientos más que eloro, y más que oro muy puro.

Estimo rectos todos Tus mandamientos sobretodas las cosas y aborrezco todo camino de mentira.

Maravillosos son Tus testimonios; por tanto, los haguardado mi alma.

La exposición de Tus palabras alumbra; haceentender a los simples.

Justo eres Tú, oh Señor, y rectos Tus juicios.Tus testimonios son rectos y muy fieles.Sumamente puras son Tus palabras y las aman Tus

siervos.La suma de Tu Palabra es verdad y eterno es todo

juicio de Tu justicia.Me regocijo en Tu Palabra como el que halla

muchos despojos.He amado Tus testimonios en gran manera.Tu ley es mi delicia.Mi socorro viene de Ti, Señor, que hiciste los cielos y

la tierra.Grandes cosas has hecho conmigo: estaré alegre.Entraré en Tu tabernáculo; me postraré ante el

estrado de Tus pies.

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Mirad, bendecid al Señor, vosotros, todos lossiervos del Señor, los que en la casa delSeñor estáis por las noches.

Alzad vuestras manos al santuario y bendecid alSeñor.

Desde Sion bendícenos, oh Señor, que has hecholos cielos y la tierra.

A leluya. Alabad el nombre del Señor; alabadle,siervos del Señor.

Los que estáis en la casa del Señor, enlos atrios de la casa de mi Dios.

Te alabo, oh Dios, porque eres bueno; canto salmosa Tu nombre, porque es benigno.

Tú nos has escogido para Ti, a Tu pueblo porposesión Tuya.

Yo sé que Tú eres grande y Tú, oh Dios nuestro,mayor que todos los dioses.

Todo lo que Tú quieres, lo haces, en los cielos y enla tierra, en los mares y en todos los abismos.

Oh Señor, eterno es Tu nombre; Tu memoria, ohSeñor, de generación en generación.

T e alabo, oh Señor, porque eres bueno, porquepara siempre es Tu misericordia.

Te alabo, Dios de los dioses, porque parasiempre es Tu misericordia.

Te alabo, Señor de los señores, porque para

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siempre es Tu misericordia.A Ti, el único que hace grandes maravillas, porque

para siempre es Tu misericordia.A Ti, que hiciste los cielos con entendimiento,

porque para siempre es Tu misericordia.

T e alabaré con todo mi corazón; delante de losdioses te cantaré salmos.

Me postraré hacia Tu santo templo yalabaré Tu nombre por Tu misericordia y Tu fidelidad.Has engrandecido Tu nombre y Tu Palabra sobretodas las cosas.

El día que clamé, me respondiste; me fortalecistecon vigor en mi alma.

Te alabarán, oh Señor, todos los reyes de la tierracuando oigan los dichos de Tu boca.

Cantarán de Tus caminos, oh Señor, porque Tugloria es grande.

Aunque Tú eres excelso, atiendes al humilde; masal altivo miras de lejos.

T e alabaré; porque formidables, maravillosasson Tus obras; estoy maravillado, y mi alma losabe muy bien.

¡Cuán preciosos nos son, oh Dios, Tus pensamien-tos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!

Si los enumero, se multiplican más que la arena;despierto, y aún estoy contigo.

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Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, y bendeciré Tunombre eternamente y para siempre.

Cada día te bendeciré, y alabaré Tunombre eternamente y para siempre.

Grande eres y digno de suprema alabanza. Tugrandeza es inescrutable.

Generación a generación celebrará Tus obras yanunciará Tus poderosos hechos.

En la hermosura de la gloria de Tu magnificencia, yen Tus hechos maravillosos meditaré.

Del poder de Tus hechos estupendos hablarán loshombres y yo publicaré Tu grandeza.

Proclamarán la memoria de Tu inmensa bondad ycantarán Tu justicia.

Clemente y misericordioso eres, lento para la ira, ygrande en misericordia.

Bueno eres para con todos y Tus misericordiassobre todas Tus obras.

Te alaben, oh Señor, todas Tus obras y Tus santos tebendigan.

La gloria de Tu reino digan, y hablen de Tu poder,para hacer saber a los hijos de los hombres Tuspoderosos hechos, y la gloria de la magnifi-

cencia de Tu reino.Tu reino es reino de todos los siglos, y Tu señorío

en todas las generaciones.Tú sostienes a todos los que caen y levantas a

todos los oprimidos.

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Los ojos de todos esperan en Ti y Tú les das sucomida a su tiempo.

Abres Tu mano y colmas de bendición a todo serviviente.

Justo eres en todos Tus caminos y misericordiosoen todas Tus obras.

Cercano estás a todos los que te invocan, a todoslos que te invocan de veras.

Cumplirás el deseo de los que te temen; oirásasimismo el clamor de ellos y los salvarás.

Tú guardas a todos los que te aman; mas destrui-rás a todos los impíos.

Tu alabanza proclamará mi boca. Todos bendiganTu santo nombre eternamente y para siempre.

A leluya. Con mi alma te alabo, Señor.Te alabaré, oh Señor, en mi vida; cantaré

salmos a Ti, mi Dios, mientras viva.Te alabaré, oh Dios, porque es bueno cantarte

salmos, oh Dios; porque suave y hermosa es laalabanza.

G rande eres, oh Señor, y de mucho poder. Tuentendimiento es infinito.

Fortificaste los cerrojos de mis puertas;bendijiste a mis hijos dentro de mí.

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A leluya. Alabad al Señor desde los cielos;alabadle en las alturas.

Alabadle, vosotros todos Sus ángeles;alabadle, vosotros todos Sus ejércitos.

Alabadle, sol y luna; alabadle, vosotras todas,lucientes estrellas.

Alabadle, cielos de los cielos; y las aguas que estánsobre los cielos.

Alaben el nombre del Señor, porque Él mandó, yfueron creados.

Alabaré Tu nombre, oh Señor, porque sólo Tunombre es enaltecido. Tu gloria es sobre tierra ycielos.

Tú has exaltado el poderío de Tu pueblo; alábentetodos Tus santos, el pueblo a Ti cercano.

A leluya. Te cantaré cántico nuevo, oh Señor, Tualabanza sea en la congregación de lossantos.

Me alegraré en Ti, oh Señor mi Hacedor; me regoci-jaré en Ti, mi Rey.

Te alabaré con danza; con pandero y arpa tecantaré.

Tú tienes contentamiento en Tu pueblo; hermosea-rás a los humildes con la salvación.

Regocijémonos por Tu gloria; cantaremos aunsobre nuestras camas.

Te exaltaré con mi garganta, oh Dios.

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A leluya. Te alabo oh Dios, en Tu santuario; tealabo en la magnificencia de Tu firmamento.

Te alabo por Tus proezas; te alaboconforme a la muchedumbre de Tu grandeza.

Te alabo a son de bocina; te alabo con salterio yarpa.

Te alabo con pandero y danza; te alabo concuerdas y flautas.

Te alabo con címbalos resonantes; te alabo concímbalos de júbilo.

Todo lo que respira te alabe, oh Señor.Te alabo, oh Dios. Te glorifico, exalto Tu nombre. Te

honro y te amo. Me inclino delante de Ti y con todo micorazón te alabo y te doy gracias.

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Los pasajes de esta sección se compilaron, en el orden en que

aparecen, a partir de los libros y capítulos de la Biblia enumerados a

continuación:

Éxodo15

2 Samuel 22

1 Crónicas 16, 29

Deuteronomio 10

Nehemías 9

Isaías 12, 24-25, 42

Daniel 2, 4

Jonás 2

Lucas 1

Hechos 4

Romanos 11

Filipenses 4

1 Timoteo 1

Hebreos 2

1 Pedro 4

Judas 1

Apocalipsis 14, 4-5, 7, 11, 15

Salmos 7-9, 13, 16, 18-21, 28, 30, 33-35, 40, 42, 44-48, 51-52,

54-57, 59, 63-64, 66-69, 71-75, 77, 79, 81, 83, 85-86, 89-90, 92-93, 95-101,

103-109, 111, 113, 116-119, 121, 126, 132, 134-136, 138-139, 145-150

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