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Consigna:

A partir de las clases teóricas desarrolladas realizar una investigación, respecto al arte y su

forma de representar simbólicamente la realidad, en diferentes momentos de la historia de la

humanidad. Hacerlo a partir de una breve descripción explicatoria sin copiar ni pegar

información y tomando una o varias imágenes con sus respectivas memorias descriptivas.

El trabajo se completa explicando qué es el Pensamiento Mágico y el Pensamiento Mágico

Religioso. Ejemplificar profusamente con imágenes e incluir la memoria descriptiva

correspondiente, citar correctamente la bibliografía y cualquier otra fuente utilizadas de

acuerdo a las normas APA.

Forma de presentación:

Trabajo práctico monográfico, individual. Se presentará un informe de mínimo 4 (cuatro)

páginas tamaño A4, numeradas, tipografía Arial, cuerpo 11, espaciado 1 1/2, con carátula

según las normas de la facultad. En el trabajo se incluirán las imágenes analizadas.

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Trabajo práctico Nº 1

El Arte como forma de representación simbólica de la realidad.

Toda obra humana es una representación simbólica de la realidad, es decir, está en

lugar de otra cosa.

Desde la prehistoria, el hombre ha dejado su huella traduciendo la impresión que le

transmite un objeto (reproduciendo su forma, su tamaño y su volumen).

Esta imagen del arte rupestre, es una fuente importante de información que nos

acerca y nos transmite al tiempo y a las costumbres de los hombres que las

realizaban. Pero para poder entender la esencia y el significado de esta obra, es

necesario indagar primero acerca del Pensamiento Mágico y el Pensamiento Mágico

Religioso, para comprender la mente de estos hombres y sus pensamientos acerca de

la vida misma.

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Pensamiento Mágico y Pensamiento Mágico Religioso.

A fines del siglo XIX se descubrió que algunos pueblos primitivos, recolectores y

cazadores, realizaban pinturas rupestres y decoraciones de útiles y armas con

motivaciones mágicas.

Estas motivaciones eran esencialmente mágicas: el hombre del paleolítico propiciaba

la caza mediante la representación de animales y trasmitiendo a las imágenes

aquellas acciones (heridas) que se pretendían ejercer sobre el animal real (magia

simpática).

El hombre pintaba animales para atraerlos y capturar su energía/espíritu. Los

cazadores primitivos creían que con pintar a sus presas, los animales verdaderos

sucumbirían a su poder.

Cuanto más cercano a la realidad era la pintura, se creía que había más posibilidades

de cazar al animal.

Para poder entender estas formas de representación se debe considerar el modo de

vida y subsistencia de los hombres de éste periodo (hombre nómade, no productor; es

decir, no modificaba la naturaleza, sino que tomaba de ella los elementos para la

supervivencia).

La mayoría de las representaciones paleolíticas eran animales; solo eran figurados los

que constituían alimento potencial para el hombre; las representaciones se situaban

en lugares de difícil acceso, es decir, en espacios equivalentes a santuarios en los que

se realizaban ritos y ceremonias religiosas o mágicas.

La relación entre magia y religión es una cuestión controvertida en la que antropólogos

y filósofos no están de acuerdo. Según Mircea Eliade, la magia aparece

conjuntamente con la religión. Ernst Cassirer, en cambio, no encuentra relación entre

magia y religión; dice: “Nos resistimos a encontrarle un origen común. Pensamos en la

religión como la expresión simbólica de ideales morales, mientras que la magia sería

una práctica supersticiosa”.

Por su parte Guillermo Magrassi destaca algunas diferencias importantes entre magia

y religión Armando Dilon, Loretta Brass y Maria Eggers, Cultura y estética (pág.54),

Editorial Maipú.

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Magia Religión

Prevalece la manipulación de fuerzas Prevalece la comunicación con seres

Es compulsiva Es propiciatoria

Utiliza formas Utiliza plegarias

Se utiliza en caso de un malestar específico Se utiliza para un bienestar general

Es voluntaria Es obligatoria

Las comunidades alrededor del año 10.000 a.C, empezaron a establecerse en lugares

determinados (de esta forma se convirtieron en sedentarios). Los hombres empezaron

a resolver el problema de la alimentación, a través de la siembra, la cosecha y el

ganado; y pasaron a depender de los elementos naturales (clima, lluvia, viento, sol,

frío, calor).

Sin embargo, todavía no le podían dar una explicación racional a estos elementos por

lo cual se vieron en la necesidad de adjudicárselos a seres divinos. Surge así, un

intermediario entre los hombres y los dioses (hombre virtuoso).

Desde la época prehistórica, los hombres han buscado la protección de los dioses (lo

hicieron a través de pinturas y esculturas).

Posiblemente estas creaciones hayan sido a la vez relato de caza y plegarias para

capturar presas o para protegerse de animales temibles o peligrosos.

Más tarde, en Egipto y Grecia, las obras de arte sirvieron para representar a los

dioses. También se consideraban intermediarias entre la vida en la tierra y la muerte.

Algunas estatuillas o máscaras africanas u oceánicas posen, dependiendo de quienes

las usan, un poder mágico: por ejemplo, hacen madurar las cosechas o curan las

enfermedades.

Desde los primeros restos conocidos hasta la actualidad, la tumba ha sido el más

elemental modo de expresión religiosa y una de las pruebas más concluyentes de la

creencia en otra vida.

En Egipto, se comenzó a dar gran importancia a la muerte, incluso por encima de la

vida.

Desde que asumía el Faraón (considerado un ser divino), se construían las pirámides

que conservarían su cuerpo (el cual era momificado con el fin de preservarlo; ya que

se creía que existían dos entes: Ka (espíritu/energía que asciende a la vida eterna) y

Bah (alma que queda vigilando al cuerpo).

Los egipcios creían que el cuerpo debía ser conservado para que el alma viviera en el

más allá.

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Los retratos encontrados en las tumbas egipcias se relacionan con la idea de

proporcionar compañeros a las almas en el otro mundo.

Análisis de las imágenes

Soporte: paredes y techos.

Técnica: impresión sobre rocas porosas. Se utilizaba sangre animal, savia vegetal y carboncillo machacado, aglutinado con sangre o grasa. El color se imprime con pinceles rudimentarios, trozos de piel de animal, o con alguna rama manchada o masticada con sus propios dientes.

El dibujo es seguro, con trazos firmes. La luz es uniforme en toda la pintura, aunque el sombreado equilibrado ayuda al bulto y relieve de las formas.

El rojo simboliza y sustituye la sangre, es decir, la energía vital. (Empapar un cadáver de rojo equivalía a multiplicar la potencia vital del difunto en la otra

vida).

La línea es muy simple (se marca el contorno), pero además muy importante, formada por trazos negros gruesos con otros tonos como marrones y ocres, produciendo una degradación que sugiere bulto.

La composición es inexistente, ya que los animales aparecen yuxtapuestos, en diferentes posiciones o se aprovechan las hendiduras y resaltes de la pared para marcar profundidad.

El tema es animalístico (representación de bisontes).

Las figuras aparecen representadas de una manera realista y en diferentes posiciones, lo que nos acerca a un cierto movimiento, aunque no se pretendiera realizar. Además, varían sus posiciones y posturas. La forma de expresión es figurativa y naturalista; aparecen con gran potencia dramática y muy bien proporcionadas.

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Pintura rupestre: responde a la expresión de una cultura cazadora, y se le atribuye un carácter mágico- religioso porque se presume que fueron realizadas como rituales para conseguir una buena cacería.

Los animales aparecen a veces heridos por armas; otros, rodeados de extraños signos de dificultosa interpretación, pero que sin duda poseen un carácter mágico.

Estas pinturas se produjeron con una falta casi total de luz (lámpara en piedra y alimentada con grasa animal).

Los animales los realizaban de perfil y las figuras se presentan aisladas.

Las figuras que pintaban eran de animales. Estas primeras manifestaciones plásticas en el principio eran burdos trazados con los dedos sobre las partes blandas de las paredes de las cuevas; luego, intervienen los colores rojo y negro (mayormente).

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Vemos los cuerpos de Adán y Eva, desnudos. Sus figuras son planas, tienen ausencia de fondos y de perspectiva. Es un arte simbólico expresivo.

Obra pintada sobre pared. Si la comparamos con la anterior, pertenece a otro periodo del arte, donde la figura se ve claramente y tiene un lenguaje

comprensible.

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Es importante observar cómo el hombre fue relacionándose con el mundo circundante

y encontrando de una manera mágico- religiosa la explicación de su propia existencia.

Y a su vez, a partir de la representación de su visión del mundo, fue evolucionando y

complejizando su manera de hacer y pensar.

CIVILIZACIÓN EGIPCIA

Escena de caza en el pantano

Pintura mural. Tumba de Najt.

Imperio Nuevo, XVIII dinastía.

Valles de los Reyes, Tebas.

Los egipcios abandonaron las superficies naturales de las épocas prehistóricas y encontraron en el bloque de piedra pulimentado el soporte perfecto sobre el que desarrollar sus exigencias y capacidades expresivas.

Figuras de perfil; ojos de frente.

Los artistas egipcios crearon el dibujo

siguiendo al carbón los contornos de la

sombra que un hombre proyectaba sobre

una pared.

En las manifestaciones prehistóricas, el

contorno suponía la representación en

perfil de las figuras, ya que el perfil es lo

más característico de cualquier ser vivo,

objeto o cosa.

El egipcio no llegó a tener un concepto congnoscitivo de espacio (posibilidad de pensar sobre el espacio), sino un concepto existencias (formado a partir de la imagen estable del ambiente que rodea al hombre.

En las escenas de culto religioso, en los retratos y en la evocación de la vida cotidiana, los hombres se preocupaban por la muerte e interrogaban a sus dioses.

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Cabeza del faraón DIDUFRI.

Antiguo Imperio,

hacia 2620-2500 a.C.,

26,5 cm (alto),

Museo del Louvre,

París.

Para representar a los faraones, los artistas egipcios siempre obedecían a las mismas reglas: aspecto majestuoso, rostro idealmente joven y bello, sonrisa casi fija.

Esculpido en cuarcita

Hijo de Keops y hermano de Kefren.

Cobra dispuesta

a escupir veneno

Su reinado duró

8 años

Primera manifestación que se tiene en cuenta de una esfinge con forma de león y cabeza humana.

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ARTE NEOLÍTICO

Agrupamiento de reses junto a los cobertizos

Pinturas parietales de Tassili.

París, Museo del Hombre.

Predomina la utilización de la gama del rojo, el negro y el amarillo, aparte del blanco en detalles y en fondos de figuras.

Los pigmentos naturales (ocres, manganeso, óxido de hierro, carbón vegetal) eran triturados y diluidos en un excipiente orgánico (grasa animal, clara de huevo) y aplicados con pinceles hechos quizá de plumas de aves.

El asentamiento en poblados alejó al hombre de las cuevas. Los muros rocosos, las galerías en penumbra y la oscuridad de los pozos ya no eran espacios propicios para que el hombre llevase a cabo ceremonias rituales y representase su visión del mundo.

Las pinturas de carácter figurativo suelen mostrar escenas de caza o de ceremonias relacionadas con ella. Los cazadores (cabeza de perfil, tronco de frente, piernas de perfil) están representados en movimiento, bien agrupados, bien entre los animales, con los brazos en alto y portando arcos y flechas o una maza.

Temática: representación del hombre permitiéndose domar y cercar a los animales. Esta pintura narra cómo transcurre la vida en una comunidad organizada, cuyos integrantes cumplen con una labor de jornada diaria. Cada actividad denota jerarquía en la representación de jefes con mayor tamaño y corpulencia, pero estos parecen tener un jefe máximo, ubicado en el centro de la composición, de insuperable dimensión, si se le compara con el resto de los seres representados.

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ARTE BIZANTINO

“Justiniano y su corte”

Los personajes están retratados con realismo y tienen mucha fuerza expresiva, pero son hieráticos y distantes. Su mirada es fija y penetrante (refleja el poder espiritual).

Sus pies, flotan en un fondo neutro, indefinido, aludiendo a los lazos con lo sobrenatural y el alejamiento de lo terrenal.

Tema: representación de la religión católica

Isocefalia (todas las cabezas se encuentran situadas a la misma altura).

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Bibliografía

Gombrich, E.H. La Historia del Arte I

Historia del Arte, Volumen 1: Las primeras civilizaciones

Historia del Arte, Volumen 2: La antigüedad clásica

Historia del arte, enciclopedia LAROUSSE.