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DICIEMBRE 2009 Nº 3 LA REVISTA DE LA ASOCIACIÓN RECREATIVO-CULTURAL DE AMIGOS DE FUENTES DE MAGAÑA Recuerdos y vivencias Recuerdos y vivencias Salud Salud Juegos populares Juegos populares Medio ambiente Medio ambiente Para leer: Para leer: Historias de Historias de La Alcarama La Alcarama Gastronomía Gastronomía Noticias Noticias Colaboración: EL CABRERO Y LA ACADEMIA Colaboración: EL CABRERO Y LA ACADEMIA por Abel Hernández por Abel Hernández

A REVISTA DE LA ASOCIACIÓN RECREATIVO CULTURAL DE …mica popular conoceremos los usos del puchero y de otros cacharros de barro que, hasta hace pocos años, se utilizaban en las

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DICIEMBRE 2009 Nº 3

LA REVISTA DE LA ASOCIACIÓN RECREATIVO-CULTURAL DE AMIGOS DE FUENTES DE MAGAÑA

•• Recuerdos y vivencias Recuerdos y vivencias

•• Salud Salud

•• Juegos popularesJuegos populares

•• Medio ambienteMedio ambiente

•• Para leer: Para leer: Historias de Historias de La AlcaramaLa Alcarama

•• GastronomíaGastronomía

•• NoticiasNoticias

Colaboración: EL CABRERO Y LA ACADEMIA Colaboración: EL CABRERO Y LA ACADEMIA por Abel Hernándezpor Abel Hernández

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Memoria económica 2008 de la Asociación de Amigos de Fuentes.

SUMARIO 03 diciembre 2009

06 07

Fuentes de Magaña: otros tiempos. Exposición fotográfica. 3ª edición. Esas viejas fotos.

14

16 Historia. Fuentes de Magaña a mediados del siglo XVIII.

Juegos populares. Las tabas.

22 Recuerdos y vivencias. Ritos, usos y costumbres.

23 24

Medio ambiente. El gorgojo del trigo.

25

Para leer... Historias de La Alcarama.

26 28

Artesanía. El puchero y otros cacharros de barro.

29

Gastronomía. Mis recuerdos de matanza.

30

Noticias breves. Crónica de Fuentes de Magaña y sus gentes.

La Revista Los Pingotes es una publica-

ción de la Asociación de Amigos de Fuen-

tes de Magaña que constituye un punto de

encuentro y divulgación de las actividades

de la asociación, así como de la historia,

las tradiciones, la gastronomía, la naturale-

za y la cultura de Fuentes de Magaña y su

entorno.

La revista no se responsabiliza ni comparte

necesariamente las opiniones vertidas en

entrevistas, artículos o colaboraciones que

en este medio se publiquen.

www.fuentesdemagana.com

Dirección:

Junta Directiva de la Asociación: Nuria Domínguez Martínez, Javier

González Castellano, Nieves Valer Ramos, Recaredo García Gas-

par, Ana Aguado Martínez, Mª Isabel Marqués Martínez

Edita:

Asociación Recreativa Cultural de Amigos de Fuentes de Magaña

Coordinación, diseño y maquetación:

Recaredo García Gaspar

Imprime:

COMETA artes gráficas

Depósito Legal:

Z-4002-2007

Editorial. Ya son tres años. 04

En portada. La 3ª Semana Cultural de Fuentes de Magaña.

31

EL cabrero y la academia. Por Abel Hernández.

Recuerdos y vivencias. Paseo por la memoria.

Semblanzas. El tío Ricardo.

Medio ambiente. Familia “Quercus”: robles y encinas.

32 Salud y remedios. La magia curativa de nuestras abuelas. 33

34

La presente publicación es fruto de la colaboración de varias personas que aportan sus conocimientos y experiencias para enriquecer los conteni-

dos de la revista. Si quieres colaborar en cualquiera de los apartados de esta publicación, ponte en contacto con nosotros. Te necesitamos.

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ienes en tus manos la nueva entre-ga de la revista LOS PINGOTES. Ya son tres los años de andadura de

esta publicación, que han corrido paralelos a la vida de la Asociación de Amigos de Fuentes de Magaña. Parece que fue ayer cuando un grupo de entusiastas nos reuni-mos con el ilusionante proyecto de crear una asociación que dinamizase este pueblo. Nada nos hacía pensar que llegaríamos tan lejos. Ahora cerramos el año 2009 con 180 socios y con el balance de tres exitosas semanas culturales, una revista ya consoli-dada, como demuestra este tercer número, y una página web que, desde su apertura en el año 2007, acumula cerca de 60.000 visi-tas. En 2007 surgió esta revista como seña de identidad de la asociación y con el propósi-to de ser un canal de comunicación para dar a conocer, a todos los amigos de Fuentes de Magaña, el pasado y el presente de esta localidad, sus costumbres y los recuerdos de sus hijos, sus paisajes y su fauna, su gastronomía y su actualidad. En definitiva, LOS PINGOTES pretende ser el referente idóneo para un público exigente que quiere conocer y disfrutar de Fuentes de Magaña. En el presente número podrás conocer am-pliamente lo acontecido en el transcurso de la 3ª Semana Cultural de Fuentes de Maga-ña. La fiesta en la calle, la implicación y colaboración de todo un pueblo y la -cada vez mayor- concentración de fuenterreños, amigos y familiares durante los días de la semana cultural, confirman el éxito eviden-te y progresivo de esta celebración. También en este número podrás adentrarte en la historia de Fuentes de Magaña y co-nocer como era este pueblo hace más de 250 años, tal y como quedó reflejado en el Catastro del Marqués de la Ensenada, mi-nistro de Fernando VI en el año 1.752. Podrás revivir también los recuerdos de quienes, hace más de medio siglo, corretea-ban por las calles de lo que entonces era un bullicioso pueblo que daba cobijo a más de 400 almas. Algunas tradiciones y recuerdos se agolpan en estas páginas y nos acercan a las fiestas de antaño, a las tradiciones reli-giosas o a la elaboración del pan en el anti-guo horno. Asimismo recordaremos, a tra-vés de precisas pinceladas, la forma de ser

y de vivir del Tío Ricardo, quien fue hijo y vecino entrañable de Fuentes de Magaña. En un ilustrativo artículo en torno a la cerá-mica popular conoceremos los usos del puchero y de otros cacharros de barro que, hasta hace pocos años, se utilizaban en las cocinas de Fuentes para cocinar los potajes y para almacenar la conserva. En este número además, seguiremos pro-fundizando en el conocimiento del entorno natural de Fuentes de Magaña. En esta oca-sión, el roble y la encina son las especies arbóreas a las que nos acercaremos para aprender algunas de sus principales carac-terísticas. También descubriremos las características de un minúsculo insecto que afecta a los cereales. El gorgojo del trigo y las conse-cuencias de sus plagas son analizados en uno de los artículos de naturaleza recogidos en este número. Los recuerdos en torno a la matanza del cerdo también se cuelan en esta publica-ción. Denostada por unos y ensalzada por otros, la matanza del cerdo constituye un elemento tradicional ligado a la supervi-vencia de las familias de muchos pueblos de España. Desde siempre ha preocupado al hombre la preservación de su salud. Por ello, en este número también podremos disfrutar de un simpático artículo acerca de algunos de los remedios caseros aplicados tradicionalmen-te para curar o aliviar las enfermedades y lesiones del cuerpo. Estrenamos también una sección de crítica literaria y fomento de la lectura que co-mienza su andadura con el análisis de la obra de Abel Hernández titulada “Historias de la Alcarama”. Y precisamente en este número, contamos con la colaboración de este querido escritor que ha hecho un hueco en su apretada agenda y nos ha regalado, para nuestro deleite, un entretenido artículo relacionado con nuestro pueblo y que titula “El cabrero y la academia”.

Finalmente, desde aquí damos las gracias a todos los que colaboran para que esta revis-ta salga adelante y deseamos que sus lecto-res disfruten con cada uno de sus artículos.

EditorialEditorial Ya son tres añosYa son tres años

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El presente resumen de las cuentas correspondientes al año 2008 refle-ja los principales gastos e ingresos de la Asociación de Amigos de Fuentes de Magaña durante ese año. El saldo final volvió a ser positivo por 2º año consecutivo: 6.970 €. Ello nos ha permitido seguir adelante con nuestras accio-nes en 2009: una Semana Cultural con una amplia oferta de activida-des, la financiación, durante las fiestas del Cristo de 2009, de un castillo de hinchables y de un con-cierto de acordeón, o la edición de este nº 3 de la revista Los Pingotes. En el capítulo de gastos del año 2008 destacan 4 actividades: la organización de la 2ª Semana Cul-tural, las fiestas del Cristo, la fiesta del Puchero y la edición del nº 2 de la revista. En el capítulo de ingresos destacan los derivados de la cuota de socios, de las comidas populares, las ven-tas de loterías y rifas y la publici-dad de empresas e instituciones colaboradoras en la revista que, en 2008, permitió la financiaron del 67% de los costes de edición.

Memoria económica 2008 de la Asociación de Amigos de Fuentes de Magaña

5

INVERSIONES

225 Sillas 2.338,75

Equipo de sonido 794,68

Otras 139,71

GASTOS DE FUNCIONAMIENTO

Correos, sellos, página web... 378,83

2ª SEMANA CULTURAL

Exposición fotográfica 460,53

Obsequios a colaboradores 384,57

Actividades infantiles 195,55

Teatro “El Cid” 900,00

GASTOS

Homenaje ancianos 115,92

Comida popular 2.018,25

Fuegos artificiales 59,00

Charanga 700,00

FIESTAS DEL CRISTO

Cena, hinchables, mariachis 1.699,08

EDICIÓN REVISTA LOS PINGOTES 1.352,22

LOTERÍA PARA ASOCIACIÓN 115,00

FIESTA DEL PUCHERO 1.209,98

COMISIONES CAJA RURAL SORIA 32,16

TOTAL GASTOS 12.958,22

INGRESOS

CUOTAS SOCIOS 2.445,00

AYUDAS Y SUBVENCIONES

Diputación Provincial de Soria 250,00

COMIDAS POPULARES

Comida popular agosto 2.227,00

Cena popular Cristo 730,00

Comida popular diciembre 1.221,00

LOTERÍA NO COBRADA 3.179,40

COPIAS FOTOGRAFÍAS Y DVDs 352,00

LOTERÍAS Y RIFAS

Rifa lavavajillas 400,00

Lotería Navidad 3.080,00

PUBLICIDAD REVISTA 910,00

TOTAL INGRESOS 14.794,99

SALDO A 31/12/2008 SALDO 2007 5.133,59

INGRESOS +14.794,99

GASTOS -12.958,22

SALDO 2008 6.970,36

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• Magaña

• Valdeprado

• Cerbón

• Fuentes de Magaña

• Valtajeros

• San Pedro Manrique

• Yanguas

• Villar del Río

• Santa Cruz de Yanguas

• Vizmanos

• Las Aldehuelas

• Oncala

• Estepa de San Juan

• Castilfrío de la Sierra

• Carrascosa de la Sierra

• Aldealices

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En portadaEn portada No hay dos sin tresNo hay dos sin tres

n año más llegó agosto y con él, la Semana Cultural. Y un año más se cum-plieron todas las expectativas: novedades en la programación, más público en todas las actividades y, lo que es más importante, un refuerzo de la amistad, la

convivencia y la colaboración de todos. Durante nueve días, del 1 al 9 de agosto, se sucedieron actividades culturales, lúdicas, infantiles, gastronómicas y deportivas. En las próximas páginas podrás volver a vivir las emociones de esos días. Acompáñanos.

Apostamos por el Desarrollo de Soria

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n el marco incomparable de la III Semana Cultural organizada por la Asociación de Amigos de

Fuentes de Magaña, se celebró el pasado 6 de Agosto el I Torneo de Ajedrez. La idea de organizar este Torneo se debe a mi hermano Kote. Quiero agradecer a Marta Valer y a su hermana Nieves la buena disposición que mostraron para que el proyecto acabara cuajando. Asi-mismo, debo expresar mi reconocimien-to a Carmen de Almazán, que trajo los tableros, las piezas y los relojes. El Torneo consistió en cinco rondas de partidas, a las que concurrieron doce jugadores repartidos en seis mesas de a dos. Al final de cada ronda, se iban em-parejando los ganadores de las partidas anteriores entre sí, mientras que los per-dedores lo hacían con los perdedores. Pese a la heróica resistencia que opusie-ron nuestros compatriotas, los dos juga-dores con mejor puntuación al inicio de la quinta ronda fueron Juan Carlos Fre-choso, de Soria, y el niño Antonio Rupé-rez, de Almazán. Tras una partida dispu-tadísima, el niño adnamantino venció al adulto numantino. Cada uno de ellos recibió una copa conmemorativa del Torneo y una ristra de chorizos.

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Que en la antigua escuela de chicas, ro-deados de una muestra de fotos de nues-tros antepasados, un grupo de esforzados profesores intente enseñar a un grupo, de no menos esforzados alumnos, los cuatro pasos necesarios para poder bailar salsa y algún que otro baile latino.

O el hecho de que durante la mañana, en mitad de la plaza del pueblo, te puedas encontrar de frente a un grupo de niños correteando detrás de una cría de león.

O que durante la tarde del sábado, des-pués de una tradicional comida popular y al sonido de la no menos tradicional cha-ranga, un grupo de vecinos y amigos de Fuentes de Magaña se den cita en la plaza con unos disfraces originales, divertidos y, algunos de ellos, reivindicativos. ¡Un baile de disfraces en pleno mes de agos-to!!!

Y esto es sólo una pequeña muestra de los actos que cualquiera pudo ver y dis-frutar durante la 3ª Semana Cultural de Fuentes de Magaña. Pero ninguno de los que estábamos allí éramos personajes de una novela ajenos a todo aquello, sino que muchos son hijos y vecinos de Fuen-tes y otros tantos hemos pasado en este pueblo gran parte de los veranos de nues-tra vida y sabemos que para conseguir que 3 años seguidos y durante una sema-na se pueda celebrar un acontecimiento como el que nos ocupa, se necesita mu-cho entusiasmo y muchas horas de traba-jo antes y durante la Semana.

Así que a los organizadores os doy las gracias y, a los que no hayáis tenido oca-sión de asistir, os animo a que lo hagáis en próximas convocatorias, porque os vais a divertir y a desconectar, y todo ello en un ambiente lleno de ilusión, alegría y colaboración .

Que más se puede pedir, pura magia.

n la literatura, el Realismo Mágico es un género en el que el autor combina elementos fantásticos y

fabulosos con el mundo real, creando un equilibrio entre una atmósfera mágica y la cotidianidad, quebrantando las fronte-ras entre lo real y lo irreal”.

Mientras escritores han tenido que inven-tar pueblos, personajes y situaciones para recrear el ambiente del Realismo Mágico, nosotros somos mucho más afortunados, y durante la celebración de la Semana Cultural de Fuentes de Magaña convivi-mos durante unos días con una realidad que, como poco, se puede considerar mágica. O sino como se llamaría el hecho de que en un pequeño pueblo de Soria, rodeado de campos de cereales, se vivan situaciones como…

Por Mari Carmen Marín Gómez

Por Juan Manuel Martínez Hernández

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Aquella tarde, los actos organizados para la III Semana Cultural se sucedieron sin descanso. Apenas había finalizado la amena conferencia impartida por D. José Antonio Sanz, sobre “Romances, roman-cillos y otros poemas sencillos”, y ya se concentraba en la plaza el público expec-tante. Mientras, los cocineros daban los últimos toques a sus creaciones. Al unísono comenzó el desfile de bande-jas portadas por los orgullosos chef que llegaban ataviados con impolutos delan-tales blancos, regalados por la Asocia-ción de Amigos de Fuentes de Magaña a cada participante por su desinteresada colaboración. En pocos minutos, los asistentes die-ron buena cuenta de los más de 1.000 montaditos elaborados, lo que demuestra el ro-tundo éxito de esta original acti-vidad que gracias, una vez más, al trabajo y al entu-siasmo de los par-ticipantes, pudo llevarse a cabo.

Dentro de las actividades de la 3ª Sema-na Cultural, se programó para este año la elaboración y degustación de tapas. Además de su carácter gastronómico, esta actividad puede considerarse “artística”, dado que los cuarenta y dos participantes en este evento derrocharon imaginación culinaria para componer sus especialidades, todas de altísimo nivel, tanto por la dificultad en su elaboración, como por su cuidada presentación. Durante unas horas, los fogones estuvie-ron a pleno rendimiento para elaborar desde las tapas más tradicionales, como las croquetas caseras, el pincho de torti-lla de patatas o el “artaguitón”, hasta montaditos propios de la cocina más vanguardista, como pimientos carameli-zados con queso, cebolla confitada con foie, confitura de tomate con queso vie-jo, milhojas de verduras, delicias italia-nas, guacamole, montadito de gulas y calabacín con queso, volt-au-vent con morcilla…Tampoco faltaron los popula-res “tigres”, montaditos de jamón con huevo, quesos variados, champiñones rellenos, sorbetes de gazpacho, albóndi-gas... Todo ello, para el deleite de los más exigentes paladares. Los últimos preparativos pusieron a flor de piel los nervios de los cocineros.

Por Elena Ramos Jiménez

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Por Nuria Domínguez Martínez

para permitir la entrada de la ca-beza de los futuros porteadores, así como en la boca para facilitar la visión. Ya sólo faltaba pintar y decorar las cabezas, tarea a la que los participantes se aplicaron con la ayuda de Raquel, la monitora de la escuela de verano, y de alguno de los adultos que colabo-raron en esta divertida actividad. Al final, los niños pudieron com-

probar, satisfechos, que ellos mis-mos habían elaborado sus propios cabe-zudos y, orgullosos, los portaron durante la fiesta de disfraces del sábado 8 de agosto. urante la 3ª Semana cultural volvi-

mos a disfrutar de variadas activi-dades para todos los

públicos. Este año, los más pequeños participaron en un taller de cabezudos que les permitió estimular su creati-vidad y poner a prueba su paciencia y su destreza para las manualidades. Fue una actividad laboriosa a la que los niños dedicaron tres mañanas y que vivieron con expectación dado que, hasta el último día, no pu-dieron conocer el resultado final de su trabajo. A la sombra de los árboles de la Plaza Hueca, sobre amplias mesas preparadas para la ocasión, distribuimos a los niños en cuatro grupos y comenzamos a elabo-rar cuatro divertidos personajes: el ogro Shrek, un cerdo, un pirata y un diablo. El primer día elaboramos el armazón de los cabezudos. Para ello, hinchamos pru-dentemente grandes globos hasta alcan-zar el tamaño idóneo. Sobre los globos, los niños comenzaron a colocar sucesivas capas de cola blanca y de papel de perió-dico. Tras la colocación de estas capas, las estructuras se dejaron secar hasta el día siguiente. El segundo día continuamos nuestra tarea dándole forma a cada personaje. Había que colocar orejas, bocas, narices, ce-jas… Algún adulto colaboró en esta tarea que revestía cierta dificultad. El tercer día llegó el momento decisivo: debíamos pinchar los globos que servían de sustento a la estructura, ya seca y rígi-da, y comprobar que los cabezudos man-tenían su forma. Así se hizo y el resulta-do fue el esperado. Después, abrimos los huecos en la parte inferior del cabezudo

de habilidad y, en definitiva, fomentar el ejercicio físico fueron los principales objetivos de esta actividad.

El 2º campeonato de frontenis “Amigos de Fuentes de Magaña” contó nuevamen-te este año con participantes expertos que lucharon con intensidad por cada punto, para disfrute de un público fiel y entrega-do. En la categoría de adultos cabe desta-car la presencia de una pareja de jugado-res de Pamplona que se desplazaron hasta Fuentes con el único ánimo de competir por este preciado trofeo. Se sucedieron partidas muy disputadas en las que za-gueros y delanteros se tuvieron que em-plear a fondo. El juego ofrecido por todas las parejas fue de gran nivel: pelotas muy bien arrimadas a la pared, juego abierto

por la derecha y posiciones muy bien ganadas. Costaba descolocar a los adversarios y solo los juga-dores más fríos estuvieron acerta-dos para alzarse con la victoria final. La pareja formada por José Mª. Marqués y Javier Hornedo se alzó con el trofeo de campeones y con unos lotes de embutidos de la tierra. En la calurosa tarde del 1 de agos-to, también compitieron parejas de gran calidad en la categoría infan-til, alzándose finalmente con el

trofeo los niños Carlos Aguado y Pablo Torrecilla. Además del campeonato de fron-

tenis en dos categorías, -infantil y adulto-, este año hemos contado

con un torneo de ajedrez y con un taller deportivo de frontenis para niños, que fue impartido por José María Marqués Beltrán. En este taller participaron niños de entre 4 y 14 años y, durante dos días, ofreció a los pequeños la oportunidad de iniciarse en la técnica y práctica de este deporte, en el que José María es un au-téntico experto y campeón. Familiarizar a los participantes con la cancha, la raqueta y la pelota, practicar algunos ejercicios

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pos pasados. Los restos de construcción que allí se han encontrado parecen eviden-ciar que estamos ante las ruinas de castros celtiberos y restos de edificación de algún poblado medieval. En esta ocasión, durante el recorrido pudimos contar con las explicaciones de David Castellano, gran experto en especies vege-tales de la zona y conoce-

dor de la teoría de los cas-tros celtíberos, todavía hoy pendientes de investigar y catalogar. Y después de caminar y aprender de la amenas ense-ñanzas de David, descenso nuevamente a La Veguilla. ¡Y ahora sí!, a saborear el merecido almuerzo y a compartir tragos de vino transportado en la tradicional bota. Y para los niños que aún no tienen edad, agua fresca de La Veguilla.

alimos de Fuentes a las 10 de la mañana un grupo de treinta y cin-co excursionistas, entre niños y

mayores, con el ánimo de disfrutar del paisaje, de la compañía y de un buen almuerzo. Este año elegimos como destino La Mora, lugar donde, según cuenta la tradición y como en multi-tud de lugares de la geografía espa-ñola, “se haya escondido un tesoro de la época en que los moros anda-ban por estas tierras”. La distancia aproximada a La Mora es de unos 2 km. que, tras salir de Fuentes de Magaña por el Caminancho y si-guiendo en línea recta, discurren inicialmente por la pista que atravie-sa entre dorados campos de cereal, cose-chados por estas fechas. Tras este cómo-do paseo entre trigales, típicamente caste-llano, el camino desciende por una empi-nada pendiente que lleva hasta el fresco paraje de La Veguilla, donde llegamos tras treinta minutos de marcha y donde pudimos disfrutar de un merecido trago de agua fresca. Pero todavía no era hora

de almorzar, pues debíamos alcanzar primero nuestro objetivo: el ascenso a La Mora. Se trata de un paraje elevado al que se asciende fácilmente por un serpen-teante camino perfectamente trazado y delimitado por paredes de piedra, levan-tadas de forma sólida y precisa en tiem-

Por Recaredo García Gaspar

Por Recaredo García Gaspar

majestuosas aves de presa que desarrolla-ron distintos tipos de vuelos siguiendo las órdenes del cetrero que dirigió los vuelos de forma experta y disciplinada. Durante dos horas, el público pudo admi-rar la perfecta simbiosis y compenetra-ción entre el hombre y el animal. El pú-blico tuvo la oportunidad de observar muy de cerca a estas magníficas aves, sintiendo literalmente el aire de sus alas y viviendo con nervios y emoción los momen-tos en que se posaron con pre-cisión sobre la cabeza o brazos de alguno de los asisten-tes.Asimis-mo, los presentes pudieron contemplar como un inquieto lince y un travieso cachorro de león retozaron y jugaron enredados en divertidos revolcones. Estos simpáticos compañeros de juegos pusieron fin a un original espectáculo que agradó a niños y mayores. Al final, público y “fieras” se mezclaron para posar ante docenas de fotógrafos que querían inmortalizar el momento.

omo novedad, en la 3ª edi-ción de la Semana Cultural de Fuentes de Magaña se

programó una interesante actividad de cetrería en donde se mezclaron espectáculo y naturaleza. La cetrería es el arte de cazar con aves rapaces, especialmente con halcones, azores y otras aves de presa para la captura de especies de volatería o de tierra. En esta ocasión el espectáculo se desarrollo en el casco urbano, -en la plaza junto al frontón- y, por tanto, no pudo ejecutarse íntegramente con suelta de presas como conejos y palomas que, de forma incruenta, hubiesen sido atrapados por las aves rapaces. A pesar de ello, pudi-mos disfrutar de una exhibición de

Nos encontramos ante

las ruinas de castros

celtíberos y restos de

edificación de algún

poblado medieval

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El 5 de agosto la Dra. Lucía Pérez Gallardo impartió una char-la divulgativa titulada Salud y nuevos alimentos y en la que analizó, de forma sencilla y amena, las virtudes de los denomi-nados alimentos saludables y las verdades y mentiras en torno a los mismos.

Por último, el 7 de agosto nuestro paisano, Ismael Valer Marín nos ofreció una conferencia que, bajo el título Parajes de nues-tro pueblo: el Cerro de la Mesta, dio a conocer el funciona-miento de le Mesta, una institución de gran poder económico y político que fue regulada por Alfonso X. Describió lo que fue la Cañada Oriental Soriana y el cordel que unía las tierras de Yanguas y las tierras de Ágreda y por el que circulaban los ganados para reunirse camino de Andalucía, en invierno, o, camino de las Tierras Altas, en verano, todo ello acompañado de interesantes datos en torno a la organización de la Mesta y al volumen de ganado que gestionó durante siglos.

ampoco faltó en la 3ª Semana Cultural, un ciclo de con-ferencias que vino a completar un programa en el que las actividades culturales hacen honor al nombre de nuestra

semana festiva.

Todas las conferencias se impartieron en el Salón Parroquial y, nuevamente este año, despertaron gran interés entre los asis-tentes. Tanto los temas expuestos como la calidad de los po-nentes fueron valorados por un numeroso público que llenó el salón y participó de forma activa en los coloquios que se gene-raron en torno a los temas tratados.

El 4 de agosto la conferencia corrió a cargo de D. José Antonio Sanz García que ofreció un bello recital de poesía bajo el título de Romances, romancillos y otros poemas sencillos, en el que nos ofreció, con gran sentimiento poético, una cuidada selec-ción de versos de varios poetas dedicados a Soria, sus gentes y sus costumbres.

Por Carmen Ramos Jiménez

l sábado 8 de agosto dos grandes paellas reunieron en el frontón a numeroso público que disfrutó de

la comida en un día de indecisa climato-logía. Tras una mañana nublada y des-apacible, decidimos montar las mesas y las sillas en el frontón, por quedar éste más resguardado del incómodo viento. Hasta 230 personas participaron en la comida en la que, finalmente, disfruta-mos de un mediodía soleado y claro. Cuando el rotundo sol de agosto se apo-deró de la cancha del frontón, ya era de-masiado tarde para trasladarnos a la som-breada plaza de arriba, por lo que hubo

que protegerse del sol. Bajo improvisadas sombrillas y cubiertos con variopintos sombreros y gorras, los co-mensales fuimos tomando posiciones, dispuestos a disfrutar de la comida. Un año más, la colabora-ción de todos en el servicio de mesas y en el traer y

llevar del mobiliario, posibi-litó que la comida saliese a “pedir de boca”. Ya en la sobremesa, la animada charanga El Ruedas puso en pie a los comensales y amenizó un baile, preludio de lo que a media tarde sería la concurri-da fiesta de disfraces.

studios médicos y científicos avalan que la risa es buena para nuestra salud, previene el estrés,

aumenta la energía vital y libera de ten-siones. Además, el sentido del humor nos rejuvenece y nos hace la vida más placentera. Por ello, con el ánimo de contribuir a estos hábitos de vida saluda-bles, un año más organizamos, dentro de nuestra semana cultural, una fiesta de disfraces. Y nuevamente, la fiesta ocupó la Plaza Hueca de Fuentes de Magaña y recorrió sus calles al son de la animada charanga. La fiesta de disfraces es una tradición que no pasa de moda porque siempre entraña sorpresas y de la que disfrutan niños y grandes por igual. Por ello, también este año fue un éxito de participación y más de cincuenta perso-nas se sumaron a este particular carna-val, llenando las calles del pueblo con sus divertidos trajes. La música, el baile y las carcajadas fueron los protagonistas de una fiesta llena de color en la que, por tercer año consecutivo, destacó la origi-

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ya por tercer año consecutivo, dedicamos a nuestros mayores en reconocimiento a su larga vida de trabajo. Un trabajo duro en tiempos difíciles, sin respiro, durante todos los meses del año, todos los días del mes y todas las horas del día. Sin descanso. Deseamos reconocerles ese ejemplo de vida y de sacrificio, y mantener viva en la memoria la historia de sus vidas, que

también nos pertenece, porque se trata de nues-tros padres, de nuestros abuelos y de nuestro pue-blo. Tras la so-lemne misa dominical, dedicada por el párroco cariñosamente a los homenajeados, tomó la palabra la Presidenta de la Asociación, Nuria Do-mínguez, y tras el emotivo discurso, los miembros de su Junta Directiva, en nom-bre de todos los socios, entregaron las placas conmemorativas. Tristemente, algunos de los homenajeados no pudie-ron acompañarnos debido a la distancia o por motivos de salud. Desde estas líneas queremos enviarles un fuerte abrazo a todos ellos y a sus familiares, así como desearles una pronta recuperación.

Por Carmen Ramos Jiménez

maneció el día lluvioso. El tiempo nos obligó a cambiar de planes y trasladar a la Iglesia el acto de

homenaje a nuestros mayores. Nada podía ensombrecer esta jornada de inmensa emoción y, de hecho, el entorno de la Iglesia realzó más, si cabe, este acontecimiento, resultando un marco ideal para celebrar esta ceremonia que,

nalidad para elegir el personaje a encar-nar por unas horas. Payasos, avispas, campesinos, sirenas, personajes del me-dievo, árbitros, ninjas, bailarinas, magos, manolas, gángster, cabareteras, indias o

el rey neptuno… divirtieron a todos los presentes y afianzaron esta sesión de risoterapia como una cita obligada para próximas ediciones de la semana cultural.

Y nuevamente la fiesta ocupó la Plaza Hueca de Fuentes de Magaña y re-

corrió sus calles al son de la animada charanga

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Son muchas las familias que han conser-vado estos pequeños tesoros de emocio-nes y recuerdos y que los han prestado con entusiasmo para este proyecto de recuperación fotográfica emprendido, hace ya tres años, por la Asociación de Amigos de Fuentes de Magaña.

Coincidiendo con la 3ª Semana Cultural de Fuentes de Magaña, en agosto de 2009 se volvieron a exponer, en la Antigua Escuela de Niñas, otras 50 fotografías de hace cuarenta, cincuenta, sesenta y de hasta cien años atrás. Estas amarillentas fotografías constituyen trocitos de histo-ria y, por unos días, nos retrotrajeron a tiempos pasados y llenaron de emoción a todos los asistentes a la exposición.

La exposición en si misma representa el homenaje y el reconocimiento a nuestros

Fuentes de Magaña: otros tiemposFuentes de Magaña: otros tiempos Exposición fotográfica. 3ª ediciónExposición fotográfica. 3ª edición

n año más, viejas fotografías han venido a engrosar nuestra ya importante colección de imágenes para el recuerdo de Fuentes de Magaña y de sus gentes. Por tercer año consecu-tivo, hemos recopilado aquellas estampas costumbristas, familiares o festivas, inéditas en

muchas ocasiones, que ya forman parte de la historia de nuestro pueblo. La exposición fotográfica “Fuentes de Magaña: otros tiempos” , en su tercera edición, ha satisfecho nuevamente las expecta-tivas de quienes, a través de ella, tienen una cita anual con el pasado y con los recuerdos.

Esas viejas fotos. Por Recaredo García Gaspar

antepasados, a sus costumbres y a sus experiencias vitales en el trabajo, en la fiesta y en la familia. Y muestra de este homenaje, es la explosión de alegría co-lectiva que cada año se vive en la inaugu-ración de la exposición. Decenas de per-sonas se arremolinaron en torno a las imágenes colgadas en la pared y recono-cieron entusiasmadas a sus abuelos, a sus padres y, a veces, a si mismos cuando eran inocentes niños que, sorprendidos, miraban al objetivo de aquellas viejas cámaras que captaron las imágenes ahora expuestas.

Pero también resultan emocionantes las fases previas a la exposición: la búsqueda de fotografías, su selección y su identifi-cación. La satisfacción cuando una foto más engrosa la colección o la decepción

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cuando cuesta obtenerlas, son momentos que forman también parte de este ilusio-nante proyecto en el que estamos inmer-sos. Resulta muy gratificante la identifica-ción y datación de las imágenes por las personas más mayores de Fuentes. A al-gunos de los retratados los recuerdan con nombres y apellidos; a otros, por simpáti-cos apodos: el Pacho, el Tío Barrao, el Cacheto, el Zapatero, el Minao, el More-no… Y otros, lamentablemente, todavía no han podido identificarse.

En la exposición de este año pudimos contemplar los primeros automóviles que se dejaron ver en Fuentes de Magaña, ropas y peinados de antaño, mozos de uniforme cumpliendo el servicio militar, jóvenes de fiesta, niños en la escuela, co-midas populares y grupos de personas celebrando, en armonía, los días de fiesta. Porque también, con estas exposiciones de antiguas fotos, queremos contribuir a preservar el espíritu de buena vecindad y convivencia que trasmiten el conjunto de fotografías recopiladas y expuestas.

Con estas exposiciones contribuimos, entre todos, a recuperar la memoria histó-rica de nuestro pueblo y a conservar nues-tras señas de identidad, fomentando el afecto entre quienes descubrimos que nos une un pasado común.

Nuestro proyecto de recuperación y expo-sición de imágenes contempla la celebra-ción de una cuarta edición, lo que nos permitirá alcanzar un archivo fotográfico de 200 instantáneas, muchas de ellas con un valor etnográfico innegable y todas, en cualquier caso, con una carga sentimental provocadora de emociones y recuerdos. Desde la Asociación de Amigos de Fuen-tes de Magaña damos nuevamente las GRACIAS a quienes han prestado sus fotos familiares y aprovechamos estas páginas para solicitar a todos sus lectores más imágenes interesantes que, seguro, siguen inéditas en viejas cajas.

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HistoriaHistoria Fuentes de Magaña a mediados del Siglo XVIIIFuentes de Magaña a mediados del Siglo XVIII

ntre los ministros de Fernando VI, Zenón de Somodevilla, Marqués de la Ensenada, acometió una minuciosa y am-plia averiguación entre 1752-1756 que afectó a toda la

Corona de Castilla, excepto al País Vasco, Navarra y Canarias, que se conoce como Catastro del Marqués de la Ensenada y que analizó sus habitantes, tierras, propiedades, casas, gana-dos, oficios y rentas. La finalidad primordial de este catastro era la averiguación nominal de las riquezas y bienes de sus veci-nos con fines hacendísticos, buscando aumentar los recursos

del erario público, pero con una mayor propor-cionalidad contributiva. Las rentas existentes en aquella época eran injustas, plagadas de privilegios que conlle-vaban que los pobres pagasen más que los ricos. Las llamadas rentas provinciales eran un galimatías de tributos formado por las alcabalas, los millo-nes, los cientos, el derecho de fiel medi-dor, las tercias re-ales... El proyecto ca-tastral del Marqués de

la Ensenada era sustituir estas rentas por una contribución única de sencilla aplicación recaudatoria y proporcional a la riqueza de cada uno.

A pesar de la envergadura y de lo avanzado del moderno pro-yecto, este no pudo alcanzarse. La oposición de los estamen-tos privilegiados –los nobles y la Iglesia– abortaron el plan que, tras la caída del Marques de la Ensenada y la muerte de Fer-nando VI, fue abandonado. No obstante, los cientos de tomos resultantes del interrogatorio han quedado como fuente de in-vestigación para historiadores y curiosos que quieren conocer la realidad social y económica de los miles de lugares que con-formaban la Corona de Castilla hace 250 años. En definitiva, este catastro es una fuente histórica escrita que ofrece una magnífica radiografía municipal y nos proporciona una nítida instantánea de la España del Siglo XVIII.

Las averiguaciones, llevadas a cabo en todos los pueblos, se encomendaron a unos equipos llamados Audiencias, presididos por un intendente o un subdelegado suyo, y formada por un escribano que daba fe notarial, uno o más oficiales con funcio-nes administrativas y dos o más escribientes o amanuenses.

El proceso de averiguación en Fuentes de Magaña comenzó, como en cualquier otro pueblo, con la promulgación de un ban-do que transmitía la orden real a los vecinos y nombraba una Comisión municipal que tenía que contestar a las preguntas del Real Interrogatorio.

Así, la mañana del 31 de diciembre de 1752, el Sr. D. Jerónimo Miguel Coronel y Santa Cruz, Juez Subdelegado “para las dili-gencias de averiguación de la consistencia de los bienes y efec-tos que producen utilidad para la sola contribución prevista por Orden de su Majestad, que Dios guarde” citó y reunió a D. Do-mingo Pérez, cura de Fuentes y Beneficiado de la Villa de Ma-gaña, D. Francisco Valer, Alcalde ordinario, D. Francisco La Santa, Teniente de Regidor, D. Juan Domínguez, Teniente de Procurador y Síndico General, D. Tomás Jerónimo de La Fuente y D. Juan de Medrano, peritos agrimensores1 de oficio, Juan Domínguez y Francisco Martínez, nombrados por la villa, y D. Miguel Marín, escribano. Esta comisión local tenía la obligación de asistir a los agrimensores reales en la medición y clasifica-ción de las fincas rústicas y urbanas del pueblo, así como en la realización de un censo de personas, propiedades e ingresos de todos los hogares del pueblo.

Reunidos, todos menos el cura prestaron juramento “por Dios Nuestro Señor ante la señal de la Cruz”, ante la presencia del Juez Subdelegado de su Majestad y procedieron a contestar al interrogatorio del catastro que se componía de 40 preguntas relativas a los límites y características geográficas del término municipal, al tipo y calidad de la tierra, a las especies sembra-das, a los especies de ganado existentes, al nº de vecinos, a los gastos de la Comunidad en arbitrios, salarios de Justicia y Regi-dores o Fiestas de Corpus, a las tabernas, mesones, tiendas, panaderías, carnicerías o mercados que hubiese en la villa, al número de tenderos de paños, médicos, cirujanos, boticarios, escribanos, arrieros, a las ocupaciones de “artes mecánicas” como albañiles, canteros, herreros, sogueros, zapateros o sas-tres, a los jornaleros, pobres de solemnidad, clérigos…

Por Recaredo García Gaspar

Marqués de la Ensenada

1. Peritos agrimensores: personas especializadas en medir la superficie de los terrenos y en levantar los planos correspondientes.

Fuentes de Magaña a mediados del siglo XVIII era una tranquilla villa que se contaba entre los más de 15.000 lugares que formaban la Corona de Castilla. Fue esta una época tranquila: la llegada al trono en 1746 de Fernando VI abrió una época de paz y de neutrali-dad frente a Francia e Inglaterra, que fue aprovechada por sus mi-nistros para emprender una serie de reformas internas.

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A la 4ª dijeron que en el término de la villa hay 2 clases de tierra que son de regadío y secano. Y en el de regadío, que es en muy corta cantidad, se siembra hortaliza de berza, y en las de secano, de sembradura, de leña de carrascal, matorral, dehesa, prados, eras, pas-tos comunes, cerros pelados y tierras incultas. Que de ninguna de estas dos especies hay tie-rras que den dos cosechas al año. Las de seca-no fructifican anualmente como las eras y prados, y las demás de sembradura necesitan un año de intermedio para que fructifiquen. 5ª. De cuántas calidades de tierra hay de cada una de las especies que hayan declarado, si de buena, mediana e inferior. A la 5ª dijeron que en la especies de tierra de

regadío y secano que llevan declarado sin intermedio es de úni-ca calidad de su especie, como también prados y eras. Y en la de sembradura de secano, que necesita de un año para que fruc-tifique, hay de buena, mediana e inferior calidad. Y los cerros pelados de ínfima calidad no dan producto alguno por hallarse sin pasto ni leña. 6ª. Si hay algún plantío de árboles en las tierras que han decla-rado, como frutales, moreras, olivos, higueras, almendros, pa-rras, algarrobos, etc. A la 6ª dijeron que en el término no hay más plantío que el corte de carrasca. 7ª. En cuáles tierras están plantados los árboles que declaran. A la 7ª dijeron que el carrascal está en las tierras de secano.

8ª. En qué conformidad están hechos los plantíos, si extendidos en toda la tierra o a las márgenes en

una, dos o tres hileras o en la forma que estu-vieren. A la 8ª dijeron que dichos árboles silvestres de carrascas están sin orden ni regla extendi-dos en toda la tierra.

9ª. De qué medidas de tierra se usa en aquel pueblo: de cuántos pasos o varas castellanas en

cuadro se compone; qué cantidad de cada especie de granos de los que se cogen en el término se siembra en

cada una. A la 9ª dijeron que en esta villa se usa la medida de celemines6 y fanegas y que un celemín son 216 varas castellanas cuadradas y una fanega 2.592. Y en el regadío solo se planta berza y no se siembra grano alguno. En la de secano que produce anualmente y es de única calidad se siembra cada fanega de tierra con 12 celemines de trigo y 15 de cebada. En la de secano que produce a segundo año, a la de 1ª calidad echan los dichos 12 celemines de trigo y 15 de cebada, 12 de avena y 6 de arbejones7. A la de 2ª calidad, 9 celemines de trigo, 11 de cebada, 9 de avena y 5 de

El subdelegado, obtenidas las respuestas al interrogatorio, trasmitiría los resultados al Intendente Provincial que representaba a la Corona y que dirigía las operaciones del ca-tastro en la provincia de Soria y comunicaría los resultados obtenidos.

En las siguientes páginas se reproduce este interrogatorio que constituye una fiel instan-tánea de la realidad social y económica de la villa de Fuentes de Magaña hace dos siglos y medio.

1ª. Cómo se llama la población. A la 1ª pregunta dijeron que esta población se llama villa de Fuentes de Magaña. 2ª. Si es de Realengo o de Señorío, a quién pertenece, qué derechos percibe y cuánto producen. A la 2ª pregunta dijeron que dicha villa es de señorío, que per-tenece al Marqués de San Miguel, llamado Joaquín Zapata, vecino de la ciudad de Toro y que por razón de señorío percibe el derecho de martiniega2 que le produce 75 reales de vellón cada año. Y a su majestad se le pagan en las Arcas Reales de la Ciudad de Soria por razón de alcábalas3, unos por ciento, Re-ales Servicios de 24 millones, 8.000 soldados, derecho de velas de sebo, por los nuevos impuestos de carnes, por el derecho de cuarto, de fiel medidor, por la ordenanza de montes y sangre, 3.300 reales y 8 maravedíes de vellón4 cada año en esta forma: • Por alcábalas: 1.600 reales. • Por el derecho de cientos, nuevos impuestos de carnes y mi-

llones: 955 reales y 20 maravedíes. • Por el Servicio ordinario y extraordinario: 163

reales y 8 maravedíes. • Por los Reales Servicios de 24 millones,

8.000 soldados y derecho de velas de sebo: 542 reales y 14 maravedíes.

• Por el derecho de fiel medidor: 15 reales • Por el derecho de penas de campo, orde-

nanza, gastos de justicia, montes, sangre y agua: 24 reales.

Que acumuladas estas partidas a una suma componen los expresados 3.300 reales y 8 maravedíes de vellón. 3ª. Qué territorio ocupa el término: cuánto de levante a po-niente, y de norte a sur, y cuánto de circunferencia por horas y leguas, qué linderos o confrontaciones y qué figura tiene, po-niéndola al margen. A la 3ª pregunta dijeron que este término, todo él, ocupa de levante a poniente media legua5, del norte al sur, un cuarto y de circunferencia legua y media que, para andarla, se necesitan dos horas y media cumplidas. Confronta al levante con el tér-mino del lugar de Cerbón, al poniente con el de la villa de Val-tajeros, al Norte con el del lugar de la Torre de Tarrancho y Fuesas y al sur con de la villa de Magaña y lugar de Villarraso. 4ª. Qué especies de tierra se hallan en el término, si de regadío y de secano, distinguiendo si son de hortaliza, sembradura, viñas, pastos, bosques, matorrales, montes y demás que pudie-re haber, explicando si hay algunas que produzcan más cose-cha al año, las que fructificaren sólo una y las que necesitan de un año intermedio de descanso.

…que dicha villa es de señorío, que per-tenece al Marqués

de San Miguel, llamado Joaquín

Zapata

2. Derecho de martiniega: renta anual que pagaban los concejos de señorío por el día de San Martín de noviembre. 3. Alcábala: derecho fiscal sobre la compraventa de productos. En el siglo XVIII oscila entre el 10 y el 14%. 4. Vellón: moneda mezcla de plata y cobre. 5. Legua: Medida de longitud equivalente a 5.572,7 m. 6. Celemín: Medida antigua de superficie que en Castilla equivalía a 537 m2.

7. Arbejones: guisantes

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arbejones. Y a la de 3ª calidad, 7 celemines8 de trigo, 9 de ce-bada, 7 de avena y 3 de arbejones. Siendo el regular orden de sembrar en las especies expresadas, en la de secano sin inte-rrupción, 2 años cebada y uno de trigo. Y en la que necesita de un año de intermedio, en las tres calidades, se siembran un año cebada, tres trigo, uno avena y otro arbejones. 10ª. Qué número de medidas de tierra habrá en el término, distinguiendo las de cada especie y calidad. A la 10ª dijeron que, reconocido por los que responden todo el término de la villa, consideran que se compone de 1.205 fane-gas9 y media, poco más o menos; en esta forma: 6 fanegas de caminos y barrancos, 30 de monte carrascal en donde llaman La Cañada; 25 fanegas de monte matorral, 30 de la Dehesa, 60 de tierras incultas sin dueño por su mala calidad, 9 fanegas de tierra de regadío por acequia; de hortaliza 6 fanegas y 2 celemi-nes; de sembradura de secano que produce anualmente 6 fane-gas y 9 celemines y medio; de tierra de la misma especie que necesita de un año de intermedio 947 fanegas y tres celemines. En esta forma: de 1ª calidad 60 fanegas y 6 celemines; de 2ª, 494 fanegas y 10 celemines; de 3ª, 381 fanegas y 11 celemines; de prados, 7 fanegas y 2 celemines; de eras para trillar las mie-ses, 2 fanegas y de cerros pelados sin pasto ni leña 66 fanegas. 11ª. Qué especies de frutos se recogen en el término. A la 11ª dijeron que en el término de la villa se coge trigo, ce-bada, avena, arbejones y berzas10. 12ª. Qué cantidad de frutos de cada género unos años con otros produce, con una ordinaria cultura, una medida de tierra en cada especie, y calidad de las que hubiere en el término, sin comprender el producto de los árboles que hubiere. A la 12ª dijeron que una fanega de tierra de regadío de hortali-za de 1ª calidad y única en su especie produce anualmente 68 reales de vellón. La fanega de tierra de sembradura de secano que produce sin intermedio, con una ordinaria cultura, necesi-tando 12 celemines, rinde 5 fanegas, y sembrada de cebada, con 15 celemines produce 7 fanegas y media. En la de 1ª cali-dad de secano que necesita de un año de intermedio, se siembra con una fanega de trigo y produce 5; y sembrada de cebada dicha fanega de tierra necesita 15 celemines y produce 7 fane-gas y media; de avena necesita una fanega para su simiente y produce 5; y de arbejones, se siembra con 6 celemines y produ-ce 2 fanegas y media. En la de 2ª calidad de la misma especie, se siembra la fanega de tierra con 9 celemines de trigo y produ-ce 3 fanegas; y de cebada, se siembra con 11 celemines y pro-duce 4 fanegas y siete celemines; de avena, se siembra con 9 celemines y produce 3 fanegas; y de arbejones se siembra con 5 celemines y produce una fanega y 8 celemines. Y la fanega

de tierra de 3ª calidad de esta misma especie, se siembra de tri-go con 7 celemines y produce, con una ordinaria cultura, una fanega y 5 celemines y medio, sembrada de cebada con 9 cele-mines, produce 2 fanegas y 3 celemines; de avena se siembra con 7 celemines y produce una fanega y 5 celemines y medio; y sembrada de arbejones con 3 celemines produce 7 celemines y medio. La fanega de tierra de prados para pasto, que no se sie-gan, produce 14 reales anualmente. La fanega de tierra de eras para trillas las mieses se regula su producto en 24 reales de ve-llón al año. La fanega de tierra de dehesa por razón de pasto y leña se regula su producto en 24 maravedíes al año. La fanega de tierra de monte de carrascal por razón de bellota y leña se regula en 16 maravedíes al año. La fanega de tierra de matorral produce 6 maravedíes al año. Y no se hace consideración por razón de pastos en atención a ser comunes con la villa de Pobar, Suellacabras, Valtajeros, la de Magaña y su tierra, ni tampoco a las tierras incultas que, al presente, no tienen dueño por su mala calidad, ni a los cerros pelados. 13ª. Qué producto se regula que darán por medida los árboles que hubiere, según la forma que estuviese hecho el plantío, cada uno en su especie. A la 13ª dijeron que en el término de esta villa no hay plantío alguno como llevan declarado. 14ª. Qué valor tienen un año con otro los frutos que producen las tierras del término, cada calidad de ellos. A la 14ª dijeron que en un quinquenio regularmente el valor de los frutos y granos que producen las tierras de la villa es el siguiente: la fanega de trigo centenoso 15 reales de vellón; la de cebada 8 reales; la de avena 7; la de arbejones 15; la arroba11 de berza 1 real, aunque de esta especie jamás se vende. Un cordero grande con un pequeño churro, 9 reales. El merino 13; el chivo 6; y un pollo, real y medio. 15ª. Qué derechos se hallan impuestos sobre las tierras del tér-mino, como diezmo, primicia, tercio diezmo, u otros, y a quién pertenecen. A la 15ª dijeron que sobre las tierras del término de esta villa se hallan impuestos los derechos de diezmo12 y primicia13. Que el

8. Celemines: Medida de capacidad para áridos, que tiene 4 cuarti-llos y equivale en Castilla a 4,625 litros aproximadamente.

9. Fanegas: Medida agraria que en Castilla equivale a 64,596 áreas.

10. Berza: col 11. Arroba: Peso equivalente a 11,502 kg. 12. Diezmo: Derecho del diez por ciento que se pagaba al rey sobre el valor de las mercaderías que se traficaban. 13. Primicia: Prestación de frutos y ganados que además del diez-mo se daba a la Iglesia.

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de diezmo se paga de diez uno, a excepción de los corderos merinos, que de estos es de veinte uno, por pagar mitad de diezmo en las Ex-tremaduras y Andalucías, donde invernan. Y este diezmo pertenece por costumbre inmemorable al cabildo de beneficiados de la Igle-sia de Magaña y sus anexos y a los canónigos de la Iglesia Catedral de Calahorra en esta forma: la tercera parte a los canónigos y las dos res-tantes al expresado cabildo. El derecho de primicia se paga a noventa una, que corresponde a la Iglesia de esta villa, que por ser su matriz la Parroquia de Magaña, le contribuye con 15 medias de trigo cada año y que únicamente lo que se diezma y primicia es trigo, cebada, avena, arbejones, corderos merinos y churros, chivos y pollos y se distribuye como va referido, a excepción que del derecho de primicia da esta iglesia al Sacristán de ella 5 medias de trigo. 16ª. A qué cantidad de frutos suelen montar los referidos dere-chos de cada especie, o a qué precio suelen arrendarse un año con otro. A la 16ª dijeron que regulados los referidos derechos por un quinquenio, suelen montar cada año, el de diezmo 180 fanegas de trigo centenoso que llaman “morcano”, 45 fanegas de ceba-da, 7 fanegas de avena, 5 de arbejones, 9 corderos merinos, 20 churros y 12 pollos. Del derecho de diezmo se saca la tercera parte como va referido anteriormente, para los canónigos de la Santa Iglesia de Calahorra. El derecho de primicia asciende a 15 fanegas de trigo de las cuales, da a la Iglesia de Magaña 7 fanegas y media y al sacristán 2 y media, como va expresado anteriormente; de cebada asciende a 4 fanegas; de avena una y media; de arbejones otra y media; un cordero merino y otro churro. 17ª. Si hay algunas minas, salinas, molinos harineros o de pa-pel, batanes u otros artefactos en el término, distinguiendo qué metales y de qué uso, explicando sus dueños, y lo que se regula produce cada uno de utilidad al año. A la 17ª dijeron que en el término hay un molino harinero con una muela que muele a temporadas por la cortedad de agua; que pertenece al cabildo y beneficiados de la Villa de Magaña; que lo lleva en arrendamiento Pedro González, vecino de esta villa y el producto y renta que se le regula da al cabildo 120 reales de vellón cada año. Que hay un artefacto al cual llaman el del Orcajo y dista de la población cuarto y media de legua. Y no hay otros artificios ni lo demás que contiene la pregunta. 18ª. Si hay algún esquilmo14 en el término, a quién pertenece, qué número de ganado viene al esquileo a él, y qué utilidad da a su dueño cada año. A la 18ª dijeron que en el término de esta villa hay el esquilmo de ganado lanar trashumante que pasta en este término 4 meses y lo restante del año en las Extremaduras y Andalucías, y el ganado churro, cabras, yeguas, pollinos y colmenas largas, cuyos ganados pertenecen a sus dueños, y los esquilmos que les producen cada año se regulan en esta forma: una oveja fina por razón de la lana 10 reales; un carnero merino, comprendi-dos primales y borros, 12 reales; un cordero de la misma espe-

cie 4 reales; un carnero churro, incluidos primales15 y borros16, 4 reales; una oveja 3 reales y un cordero de la misma especie un real. Una cabra por el esquilmo de la leche 3 reales y por la venta de su cría 4 reales; y que a las yeguas y burras no se les considera esquilmo alguno en atención a que los dueños y veci-nos que las tienen no crían meramente para criar y si para el cultivo de sus haciendas, a lo que las destinan. Ordinariamente, y a la colmena larga por razón de miel y cera, 8 reales y al ga-nado lanar churro por razón de venta de viejas17 y carneros se considera que cada 100 cabezas venden y sacan 5 viejas que se regula el valor de cada una a 9 reales y medio y 8 carneros a 19; y al ganado fino trashumante por la misma razón, se consi-dera a cada 100 cabezas, 6 viejas que regulan a 11 reales cada una y 9 carneros a 26; que esta utilidad asciende a 300 reales en cada 100 cabezas; y la de churro, a 200 reales. Y aunque hay otros ganados en este término, no se les considera utilidad alguna por su valor ni alimento de carnes. Y que a esta villa ni a su término no viene ganado forastero a esquileo y solo se esquila en sus casas, el ganado de sus propios vecinos. 19ª. Si hay colmenas , cuántas y a quién pertenecen. A la 19ª dijeron que en este término hay dos colmenas largas que pertenecen a María Bello, vecina de esta villa. 20ª. De qué especies de ganado hay en el pueblo y término, excluyendo las mulas de coche y caballos de regalo; y si algún vecino tiene cabaña o yeguada que pasta fuera del término, dónde y de qué número de cabezas. A la 20ª dijeron cuales especies de ganado hay en esta villa de lana fina trashumante y churro, cabrío, cerdos, bueyes, yeguas, rocines, burros y machos, mulares en esta forma: ovejas finas trashumantes 1.077, corderos 307; carneros de la misma espe-cie 123; ovejas churras 539, corderos 159, carneros 97; cabras 331; chivos 189; yeguas 10; rocines 13, burros 26; pollinos 21; cerdos 101; bueyes de labor 6; machos mulares 4. 21ª. De qué número de vecinos se compone la población y cuántos en las casas de campo o alquerías. A la 21ª dijeron que esta villa y su población se compone de 80 vecinos en que son comprendidos los dos beneficiados de esta Parroquia, un molinero, una soltera y diez viudas y, de ellas, una pobre de solemnidad; y que en esta villa y su término no hay alquería ni casa de campo, a excepción del molino harine-ro que llevan declarado.

14. Esquilmo: Conjunto de frutos y provechos que se sacan de las haciendas y ganados. 15. Primal: oveja o cabra que tiene más de un año y no llega a 2. 16. Borro: Cordero que pasa de un año y no llega a dos. 17. Vieja: oveja a partir de los cinco años

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22ª. Cuántas casas habrá en el pueblo, qué número de inhabita-bles, cuántas arruinadas, y si es de Señorío, explicar si tiene cada una alguna carga que pague al dueño por el estableci-miento del suelo y cuánto. A la 22ª dijeron que esta población consiste en 80 casas habi-tables y 13 inhabitables, y 5 enteramente arruinadas, y que por razón del suelo de ellas no se paga carga ni tributo alguno. 23ª. Qué propios tiene el común y a qué asciende su producto al año, de que se deberá pedir justificación.

A la 23ª dijeron que esta villa goza y posee en calidad de pro-pios los bienes siguientes: una casa en la Plaza, que sirve para las Juntas del Ayuntamiento y Concejo y que fue arrendada a razón de 20 reales; otra casa en dicha plaza que sirve para fra-gua y que se regula su alquiler en 8 reales al año; un prado en donde llaman La Laguna de 6 fanegas, distante cuarto y medio de legua de la población; otro prado en Valdecentenares, distan-te de la población un cuarto de legua de 6 celemines de tierra; una pieza en el Villarejo de 5 medias de tierra de sembradura de secano, distante de la población un cuarto de legua de la 2ª cali-dad de su especie; una encima del camino que va a San Pedro, distante medio cuarto de legua de 2 fanegas de la misma cali-dad, otra más abajo a medio cuarto de legua de 5 fanegas de tierra de 1ª calidad; una Dehesa donde llaman Los Redondos, distante cuarto y medio de legua, cerrada de piedra, poblada de estepa y espinos de 60 fanegas; un Monte Carrascal en la Caña-da, distante medio cuarto de legua de 25 fanegas; un Monte Matorral en las Encrucijadas de 10 fanegas distante medio cuar-to, otro en la hombría del Río Monte, distante cuarto y medio de legua de 20 fanegas. Percibe esta villa del arriendo de rastroje-ras cada año 520 reales de vellón de sus vecinos ganaderos que tienen dicho arriendo. Y de los referidos propios asciende su producto anualmente a 928 reales y 27 maravedíes. Y de los pastos de dichos montes no se le sigue utilidad al común, por ser comunes, como tampoco de los cerros pelados y tierras in-cultas, de lo que dan la competente justificación. 24ª. Si el común disfruta de algún arbitrio, sisa u otra cosa, de que se deberá pedir la concesión, quedándose con copia que acompañe estas diligencias; qué cantidad produce cada uno al año, a qué fin se concedió, sobre qué especies, para conocer si es temporal o perpetuo, y si su producto cubre o excede de su aplicación. A la 24ª dijeron que esta villa carga en el abasto de la taberna a cada cántara que por menor se vende en ella, por razón de mi-llón, 12 maravedíes. Y asciende este derecho cada año a 211 reales y 26 maravedíes, por ser de regular consumo. En dicho abasto son 600 cántaras las que se venden. Y no se usa de otras imposiciones, sisas y arbitrios. 25ª. Qué gastos debe satisfacer el común, como salario de justi-cia y regidores, fiestas del Corpus u otras: empedrado, fuentes, sirvientes, etc. de que se deberá pedir relación auténtica. A la 25ª dijeron que esta villa paga de común cada año 620 re-ales por gastos de letanías, fiestas del Corpus, composición de caminos, fuente, verederos y demás, y que darán la competente justificación. 26ª. Qué cargas de justicia tiene el común, como censos que responda u otros, qué importe, por qué motivo y a quién, de qué se deberá pedir puntual noticia.

A la 26ª dijeron que esta villa no tiene censos ni otras cargas de justicia que deba satisfacer. 27ª. Si está cargado de servicio ordinario y extraordinario, u otros, de que igualmente se debe pedir individual razón. A la 27ª dijeron que esta villa paga anualmente por servicio ordinario y extraordinario a Su Majestad en las Arcas Reales de la ciudad de Soria 133 reales y 8 maravedíes. 28ª. Si hay algún empleo, alcabalas u otras rentas enajenadas; a quién, si fue por servicio pecuniario, u otro motivo; de cuán-to fue y cuánto produce cada uno al año, de que se deberán pedir los títulos y quedarse con copia. A la 28ª dijeron que en esta villa solo se hallan enajenadas las tierras reales al cabildo de la villa de Magaña, a quien se le rinden cada año 784 reales de vellón; y que no hay otros em-pleos, ni alcabalas ni rentas enajenadas. 29ª. Cuántas tabernas, mesones, tiendas, panaderías, carnice-rías, puentes, barcas sobre ríos, mercados, ferias, etcétera, hay en la población y término; a quien pertenecen y qué actividad se regula puede dar cada uno al año. A la 29ª dijeron en esta villa no hay casa destinada para taber-na, abastos de aceite ni pescado, pues aunque hay una taberna, es en casa de la persona que vende por menor el vino. Que la panadería, por no haber persona que haga arriendo y obligación a dar este abasto, porque no falte por vía de providencia, hay pan entre los vecinos. Que la casa que tiene D. Miguel Malo la tiene arrendada a Juan Manuel Aguado, vecino de ella, recoge a los transeúntes por no haber casa mesón en esta villa, por cuya razón no produce a este común cosa alguna, y es al expre-sado D. Miguel Malo, a quien le produce dicha casa 40 reales en cada un año. 30ª. Si hay hospitales, de qué calidad, qué renta tienen y de qué se mantienen. A la 30ª dijeron que en esta villa no hay hospital ni otra cosa de lo que contiene la pregunta. 31ª. Si hay algún cambista, mercader de por mayor, o quien beneficie su caudal por mano de corredor, u otra persona por mano de corredor, u otra persona con lucro e interés; y qué utilidad se considera le puede resultar a cada uno al año. A la 31ª dijeron que en esta villa no hay cambista alguno, mer-cader ni otros que comprende la pregunta. 32ª. Si en el pueblo hay algún tendero de paños, ropas de oro, planta y seda, lienzos, especería u otras mercadurías, médicos, cirujanos, boticarios, escribanos, arrieros, etcétera, y qué ga-nancia se regula puede tener cada uno al año.

A la 32ª dijeron que en esta villa no hay tendero de paños, ro-pas de oro, plata, seda ni otros y que en ella hay un alcalde, un regidor, un procurador, un alguacil y un juez de hechos, a quie-nes no les producen sus empleos cosa alguna. Hay un médico, un cirujano y un boticario. Al médico le vale de utilidad su partido, que se compone de esta villa, la de Magaña y Valtaje-ros, lugares de Cerbón, Fuesas, Valdeprado, Castillejo y Torre de Tarrancho, 2.600 reales poco más o menos al año. Al ciruja-no, que se compone de los mismos pueblos su partido, le vale de utilidad 1.800 reales al año. Al boticario que se le compone su partido de los mismos lugares, a excepción de la villa de Magaña y lugar de Castillejo, le vale de utilidad 2.200 reales de

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vellón en cada un año. Que estas cantidades las satisfacen los vecinos de los respectivos pueblos, sin contribuir el común de esta villa con cosa alguna. Al sacristán, se le regula su utilidad en 100 reales de vellón al año. A Juan Francisco Fernández, por la venta de vinos por menor, 88 reales y 8 maravedíes al año. A Juan Manuel Aguado, por la in-dustria que usa de mesonero, se le regula de utilidad 200 reales de vellón al año. A Pedro González, como arriendo del molino harine-ro, se le consideran de utilidad 480 reales de vellón al año. Que hay algunos vecinos labradores que, recogido el cultivo de sus haciendas, bajan en el invierno a las Andalucías a trabajar a los molinos de aceite. Son Francisco Abad, Joseph Martínez, Thomas Valer, Juan Castellano, Juan Gil, Joseph de Córdoba Martínez, Juan Joseph Domínguez, Francis-co Ruiz, Manuel Marín, Joseph Domínguez, Joseph Palacios y Manuel Martínez, y a cada uno se le consideran de utilidad 300 reales de vellón al año. Que hay 43 pastores entre vecinos mayores de 18 años, y a cada uno, se le consideran 650 reales de vellón de utilidad al año. Y que hay 23 pastores menores de 18 años y mayores de 14 y que a cada uno se les regula por la misma razón 240 reales. 33ª. Qué ocupaciones de artes mecánicas hay en el pueblo, co-mo albañiles, canteros, albéitares18, herreros, sogueros, zapate-ros, sastres, peraires19, tejedores, sombrereros, manguiteros, guanteros, etc., explicando en cada oficio de los que hubiere el nº de oficiales, maestros y aprendices, y qué utilidad les puede resultar trabajando meramente de su oficio al día a cada uno. A la 33ª dijeron que en esta villa hay 25 labradores y 13 mayo-res de 60 años a los cuales se les regula al día a 2 reales cada uno. Que hay 4 tejedores maestros y un oficial de lienzos y a los maestros se les regula al día a 4 reales de vellón cada uno; y al oficial a 3 reales al día. Que hay un sastre que se le considera ganará 4 reales de vellón al día. Que hay peraire a quien se le regula 3 reales al día. Que hay un maestro herrador y albéitar a quien se le considera 5 reales al día y a un hijo aprendiz en di-cho oficio se le regula cada día a 2 reales. Que hay un zapatero de viejo a quien se le considera a 3 reales al día. 34ª. Si entre los artistas hay alguno que, teniendo caudal, haga prevención de materiales, correspondientes a su propio oficio o a otros, para vender a los demás, o hiciere algún otro comercio o entrase en arrendamientos; explicar quiénes y la utilidad que consideren le puede quedar al año. A la 34ª dijeron que no hay artistas, más que los que expresa la pregunta antecedente, ni entre ellos que haga prevención de materiales para si, ni vender a otros, ni quien entre en arrenda-mientos. 35ª. Qué número de jornaleros habrá en el pueblo y a cómo se paga el jornal diario a cada uno. A la 35ª dijeron que sólo hay un jornalero al que se le considera 2 reales al día según estilo del país.

36ª. Cuántos pobres de solemnidad habrá en la población. A la 36ª dijeron que en esta villa hay una viuda pobre de so-lemnidad.

37ª. Si hay algunos individuos que tengan embarcaciones, que naveguen en el mar o ríos, su porte, o para pescar, cuántas, a quién pertenecen y qué utilidad se considera da cada una a su dueño al año. A la 37ª dijeron que en esta villa no hay individuo alguno de los que comprende la pregunta. 38ª. Cuántos clérigos hay en el pueblo. A la 38ª dijeron que hay dos sa-cerdotes que son mosén Juan Joseph y mosén Domingo Pérez, hermanos beneficiados de la villa de Magaña y sus anexos que asis-ten en esta por su elección. 39ª. Si hay algunos conventos, de

qué religiones, sexo, y qué número cada uno. A la 39ª responden que no hay en esta villa convento de ningún sexo. 40ª. Si el Rey tiene en el término o pueblo alguna finca o ren-ta que no corresponda a las Generales ni a las Provinciales que deben extinguirse; cuáles son, cómo se administran y cuánto producen. A la 40ª dijeron que las penas de ordenanza, monte, sangre y gastos de justicia explicadas en la 2ª pregunta de este interroga-torio son rentas de la Corona que no se comprenden en las Ge-nerales ni Provinciales y que como llevan declarado paga esta villa a Su Majestad en su Tesorería de la ciudad de Soria 24 reales de vellón al año. Y que no hay otra cosa responden. En esta forma referida se concluyó este interrogatorio y decla-ración, la que habiéndose leído de verbo adverbum en este acto desde la primera pregunta y lo respondido a ella hasta la última de su conclusión, los dichos declarantes que se expresan en la cabeza de este interrogatorio dijeron que todo su contenido y cuanto llevan declarado es la verdad bajo el juramento que tienen prestado y firman y ratifican…

Y así concluye el documento aquí trascrito que nos ha permiti-do retrotraernos al siglo XVIII y conocer como se configuraba y organizaba entonces la villa castellana de Fuentes de Magaña.

18. Albéitar: veterinario.

19. Peraire: cardador de paños.

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El dejar de usar las tradiciones nos hace perder las costumbres. En el libro del olvido se perdió la tradición de la hogue-ra. Quizás nos anticipamos a las normas de Medio Ambiente. Dejamos de podar los “chaparros” verdes del Carrascal. Sus ramas ardían, inmediatamente después del último rezo de la novena, en la plaza, muy cerca del sitio destinado al Mayo. Esto era un chopo grueso y alto que, una vez seleccionado y cortado, se subía has-ta la plaza y se pingaba en el único sitio donde la plaza no estaba empedrada. La costumbre obligaba a subastar el Mayo y las estacas que lo sostenían en el concejo de San Miguel. Las estacas que sujetaban el mayo, servían de apoyo para trepar por el tronco del mayo. Era una de las diver-siones de los niños, los días que el mayo presidía la vida aldeana. Hay tradiciones que mueren porque las dejamos de usar. Otras que mueren por falta de contenido, o porque la necesidad para la que se crearon, dejó de existir. Podríamos recuperar la “pida de las ros-

quillas”. Quizás pudiéramos recuperar la hoguera consiguiendo los permisos opor-tunos de Medio Ambiente. Lo que no podremos recuperar es el gran Concejo de San Miguel, donde se subastaban el horno, las calles y todos aquellos servi-cios que el ayuntamiento ofrecía a los vecinos con dos motivos: uno recaudato-rio, otro para cubrir un servicio en la so-ciedad rural de mediados del siglo pasa-do. Las calles debían de estar limpias y, de paso, se recogía algo de estiércol, que después de pasar por el corral, iba a parar a las fincas. El horno era necesario para cocer el pan. Allí, de forma organizada y controlada, las horneras, eran las mujeres que pasaban el “barbas” por el suelo del horno, cocían el pan y la torta, auténticos manjares. ¡¡Cómo olía el horno y sus alrededores cuando sacaban el pan!!. Cada hogaza llevaba la marca de su pro-pietaria y se dejaba una “poya” en pago al trabajo de la hornera. Las vísperas de las fiestas patronales, el horno tenía otros olores. Les tocaba el turno a las pastas: mantecados y sobadillos, que tenían las mil formas, redonda, media luna, estrella-da, hexagonal. Sobadillos de mil formas y sabores excelentes, que llenaban la boca y saciaban el estómago gracias a sus componentes. Olía a magdalenas que rebosaban los moldes de papel. Y en las casas olía a rosquillo. Eran los ritos, los usos, las costumbres que creaban senti-mientos, olores y sabores. ¿Podríamos recuperar algunos? Los que han desapa-recido por falta de contenido, difícilmen-te. Los que todavía lo pueden tener, ¿intentamos recuperarlos?, ¿pedimos las rosquillas el año que viene? Vamos a pensar. Todo es posible cuando las perso-nas se implican colaborando.

l mes de septiembre, que alberga el inicio del Otoño, viene cargado de recuerdos que hacen presentes

ritos, usos y costumbres a cualquier per-sona nacida en Fuentes, en los finales de los años 30 e inicio de los 40 del siglo pasado. El inicio del mes de septiembre venía marcado por el rito de la novena del San-to Cristo. Todavía, este rito se mantiene, ahora dentro de la misa vespertina. En el tiempo pretérito, la novena tenía entidad propia. Era el atardecer, las cabras habían vuelto de pastar en la Dehesa o en el Mostajo, el sonido de las campanas era frío, la noche le arañaba minutos al día y, con frecuencia, el cierzo se hacia sentir en las calles del pueblo. Los vecinos, los hombres ajustaban sus chaquetas de pana y las mujeres sus velos en la cabeza y sus toquillas sobre los hombros. Las bombi-llas, en las calles, eran puntos de luz en la oscuridad. En la iglesia, en el altar del Sto. Cristo, los pabilos de las velas ilumi-naban la imagen y proyectaban la sombra del altar hacia el techo. Se participaba en la novena, se cantaban los gozos que iniciaba el “Tío Chano”. La fiesta del Patrón exigía una celebración acorde con el día. En la misa mayor participaban los sacerdotes de los pueblos limítrofes. Uno de estos sacerdotes pregonaba desde el púlpito las excelencias y la protección del Santo Patrón. El rito que sigue mante-niendo su entidad y su fuerza, es la colo-cación de la imagen del Sto. Cristo en su vitrina, el segundo día de la fiesta. “Meter EL CRISTO” sigue convocando a la gente que no quiere dejar de cantar: “Adiós pero no “pa” siempre.

MI RINCÓN. Por Ismael Valer Marín

Recuerdos y vivencias Recuerdos y vivencias Ritos, usos y costumbresRitos, usos y costumbres

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ban casa y leña, además del jornal corres-pondiente. Costó poco ponerse de acuerdo en las condiciones. El secretario sacó del cajón el papel con el contrato. Sólo que-daba firmar. El cabrero palideció y con cierto azoramiento confesó que no podía firmar porque él no sabía leer ni escribir. El alcalde fue tajante: “Pues entonces no podemos contratarte; en Fuentes no pue-de ser analfabeto ni el cabrero”. Era un grave contratiempo. La cabrada esperaba y no podía seguir siendo condu-cida a reo vecino. Los del Ayuntamiento se reunieron para buscar una solución. No tardaron mucho en dar con ella. “De acuerdo -le dijo el alcalde-, te contrata-mos de cabrero provisionalmente. Todas las noches cuando vuelvas del campo el maestro te dará clase de adulto. Tienes de plazo para aprender a leer y escribir has-ta el día 31 de diciembre. Ese día te fir-maremos el contrato definitivo; si no, te vuelves a tu pueblo”. “Trato hecho”, respondió el aspirante, y el último día del año estampó su firma en el papel y fue muchos años cabrero de Fuentes a plena satisfacción.

Viene esto a cuento del interés por la edu-cación y la cultura que siempre ha carac-terizado a este pueblo -del que guardo tan entrañables recuerdos- y, en general, a los

El cabrero y la AcademiaEl cabrero y la Academia por por Abel HernándezAbel Hernández

l nuevo cabrero de Fuentes llegó de Navajún o Cigudosa, no lo sé muy bien. Ha pasado tanto tiem-

po que la niebla desdibuja la memoria y puede llevarme a una cierta confusión de nombres. En todo caso recuerdo que procedía de uno de estos pueblos cerca-nos de La Rioja, según me contó en su día con pelos y señales don Abel Pérez, el médico, en casa de la Emilia, donde vivía. Faltaba cabrero en Fuentes y se publicó el anuncio correspondiente en la prensa soriana, puede que en “El Avisa-dor Numantino” además de correr la voz en el mercado de San Pedro. El mercado era el mejor centro de comunicación de la época. Allí se presentó el hombre el día primero de septiembre con su manta de cuadros, su cachava y su colodra. Acudió al Ayun-tamiento con ánimo de ajustarse. Tenía buena planta, era relativamente joven y parecía bien dispuesto. Le proporciona-

pueblos y aldeas de las duras y austeras tierras altas de Soria, en el borde de Cas-tilla. La revista “Los Pingotes” y las acti-vidades culturales en torno a la misma conectan bien con esta tradición latente y son una buena prueba de lo que digo. La historia del cabrero se compagina tam-bién con la creación, precisamente en Fuentes de Magaña, de la mítica Acade-mia, una institución ejemplar que sirvió para fomentar la educación en toda la comarca y gracias a la cual muchos jóve-nes encontraron salida y promoción a sus vidas. Fue una buena idea y un gran ser-vicio prestado a esta tierra, que no sé si ha merecido el reconocimiento debido. Sólo la cultura y la educación pueden salvar a los pueblos. No tengo que esforzar nada la memoria para observar en la penumbra el salón parroquial lleno de gente por la noche -o por la tarde cuando había corrida de to-ros, sobre todo si toreaba “El Cordobés”- con todos, chicos y grandes, siguiendo atentamente los programas en blanco y negro de la única televisión del pueblo. ¡Llegaba el progreso! Veo al tío Luis, el aceitero, en la primera fila, en el borde de la derecha, junto a los niños por su baja estatura, y recuerdo lo último que le dijo a don Abel, el médico, poco antes de morir y que recojo en mis “Historias de la Alcarama”, porque demuestra el tem-ple y la curiosidad intelectual de las gen-tes de esta tierra: “¡Me cago en mi vida, me cago en el mundo, tener que morirme ahora cuando hay tantos adelantos!”.

Abel Hernández (Sarnago, 1937). Periodista y escritor, cursó estudios de Filosofía y Letras (Filología Inglesa y Filosofía Pura), Ciencias de

la Información y Teología.

Ha sido jefe de Información Nacional del diario Informaciones, editorialista de Diario 16, ad-junto al director y jefe de opinión de El Inde-pendiente y director y columnista del diario Ya. Fue redactor-jefe de Radio Nacional, donde creó y dirigió programas como '24 Horas' y 'Frontera'. Por su labor en radio obtuvo el Pre-mio Nacional de Información, el Premio Ondas y el Premio Bravo.

Es autor de varios ensayos de temática políti-ca, entre otros, Crónica de la Cruz y de la Rosa, El Quinto Poder, Conversaciones sobre España y La España que quisimos. Reciente-mente ha publicado Historias de la Alcarama y ha ganado el XXVI Premio Espasa de Ensayo por su obra Suarez y el Rey.

Viene esto a cuento del interés por la educación y la cultura que siempre ha caracterizado a este

pueblo.

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me pareció temprano para encerrarme al calor del hogar y decidí dar un paseo. Camino de Cerbón, emprendí la marcha por la calle Bajera armado con un para-guas que, en cualquier momento, me podría defender de unas condiciones cli-matológicas que amenazaban lluvia. Al pasar por la Casa Parroquial y ver las puertas del salón, muchos recuerdos se vinieron de golpe a mi cabeza. Pensé en tantas y tantas personas que en los años cincuenta atra-vesábamos esas puertas para diver-tirnos. Pues en ese salón, los domin-gos y otros días festivos, se sucedían dos sesiones de cine, una para los habitantes de Cerbón y otra para los del pueblo. Y en ambas sesiones se completaba el aforo; ¡y eso que el local no era peque-ño!, pues tenía capacidad para 130 sillas.

Continué mi paseo y, conforme camina-ba, mi memoria me hacía recordar como los jóvenes y los no tan jóvenes, hace ya demasiados años, recorríamos el mismo camino que yo ahora hacía y al que Anto-nio Machado hubiera llamado, seguro, el camino de los Enamorados. Llegué a Cerbón y, recorriendo sus ca-lles, me tropecé con “el Matías”. Entre los dos seguimos refrescando la memo-ria y enseguida salieron a la palestra la taberna del Chato, la del Aguado y la del Tío Baldomero. Eran estas “parroquias” de visita obligada en un recorrido fijo

que facilitaba la subida a Fuentes y, más aún, en las frías noches de invierno. Pre-cisamente en una de esas gélidas noches, cuando un grupo de mozos llegaban a San Sebastián, avistaron fuego en el pueblo y empezaron a vocear “¡fuego, fuego…!”. Alguien ya acostado en su casa, despertó sobresaltado por el grite-río y respondió: “¿fuego? ¡él que lleváis

vosotros dentro!”. Pero estaba en un error. Todo cambió

cuando sonaron las campanas corrobo-

rando la alarma de los animados mo-zos y avisando de que el pajar del Tío Cesáreo se

estaba quemando.

Antes de concluir este recorrido, recordé también

que en aquella época se organi-zaba el baile con guitarra y laúd en la Casa Concejo. Entonces sonaba cierta composición elaborada por algún joven que, bailada a ritmo de pasodoble, conte-nía simpáticas coplas, de las que dejo alguna en este texto para quien las pu-diera recordar y completar:

Las mocitas de hoy en día cuando llegan a quince años ¡ay que orgullo tienen todas!

hasta que ven desengaños. …Ya se han juntado una panda,

una panda mozas viejas, que salen a los caminos,

a tirar de las chaquetas…

En ese salón, los do-mingos y otros días festivos se sucedían dos sesiones de cine, uno para los habitan-tes de Cerbón y otra para los del pueblo

Recuerdos y vivencias Recuerdos y vivencias Paseo por la memoriaPaseo por la memoria

ran las seis de la tarde del 8 de diciembre del 2008, cuando dos socios cerrábamos la puerta del Centro Social ya vacío. Durante

los cuatros días anteriores, el Centro Social había presentado otra imagen más concurrida y bulliciosa. Desde la asocia-ción de Amigos de Fuentes de Magaña se había programado para esos días la Fiesta del Puchero y, por ello, el pueblo había estado más animado que de cos-tumbre. Cada noche, un grupo nutrido de hijos y amigos del pueblo había per-manecido en el local hasta altas horas de la madrugada en animadas tertulias. Pero, tras la fiesta, pocos habíamos que-dado en el pueblo. Así que, echada la persiana, esa tarde nos despedimos con intención de irnos cada uno a nuestra casa. Pero, aunque ya había anochecido,

Por Cristino Valer Marín

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rrón de vino en la mano ofreciendo a sus Majestades su vino y su hogar con su gracejo habitual. La noche era del cinco de enero y la temperatura, la habitual del invierno soriano. La última vez que vi al Tío Ricardo, fue en casa de uno de sus hijos, cuando ya tenía limitaciones de movimiento. Fue en uno de mis viajes de vuelta a mi lugar de trabajo. A pesar de todo, seguía conser-vando su gracejo, su buen humor, su vi-sión positiva y su agradecimiento a todo lo que le había pasado y a todo lo que sus hijos hacían con él. En mi retina manten-dré siempre la imagen del Tío Ricardo, con un bastón atravesado en la espalda y sujeto por los codos. Para ir “estirao” decía el buen hombre. Y en mi memoria mantendré la forma alegre, positiva y colaboradora de ver la vida, que siempre tuvo el Tío Ricardo.

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Y llegaban las fiestas del Santo Cristo del Consuelo. Después de la misa mayor, después del baile-vermut y de la comida especial del día del Patrono, había baile en la polvorienta plaza hueca. Aquí, apa-recía el Tío Ricardo poniendo su alegría natural, repartiendo remojón. Su manera de ofrecer invitaba a probarlo. Estaba bueno por varias razones. Un grupo de hombres, al frente del cual estaba el Tío Ricardo, lo habían preparado. Habían pelado, partido y puesto en vino el melo-cotón. Habían puesto el azúcar y la canela justa, y todo aquello lo habían mezclado con mucha ilusión, con mucho desinterés, con el único objetivo de que, compartien-do, la gente del pueblo, de su pueblo, de mi pueblo, disfrutara. Su manera de ser cercana no le impedía contagiar su sentido del respeto cuando era necesario. Recuer-do como un nieto, viendo a su abuelo due-ño del “cazo”, quiso coger directamente, y el abuelo le dijo: “quieto, ahora a ti no te toca”. En cierta ocasión coincidí con él de vuelta de los huertos del Río Monte. Pasando junto al colmenar del Tío Fermín, comen-zó a liar un cigarrillo que puso en su boca. Caminábamos, hablaba y fumaba. Cami-naba con diligencia y a mí, en algunos tramos del camino, me era difícil seguir su ritmo. Aún me estoy preguntando co-mo podía andar y liar un cigarrillo con aquella “picadura” sin que se cayera el tabaco. Sencillamente era un agricultor, era un acróbata, era un hombre ágil. En aquellos años, en los que la población de Fuentes daba para todo, se organizaban cabalgatas de Reyes. No recuerdo el año. En una de ellas, que había tenido su ori-gen en la era del Tío Soriano, el pajar fue el vestuario y el Tío Ricardo estaba espe-rando a los Reyes. Debajo de la tenue luz de la bombilla, anclada en la esquina de su casa, estaba el Tío Ricardo con el po-

Por Ismael Valer Marín

a exposición fotográfica de la 3ª semana cultural, avivó en mí rescoldos de mi niñez y juventud,

sobre todo los que dejó en mi memoria una persona singular. Yo, con todo res-peto y cariño, diré que era todo un per-sonaje singular, alegre, activo y muy colaborador. Su fotografía vestido de soldado trajó a mi mente recuerdos de la niñez y de los días de mi juventud pasa-dos en mi pueblo. Recuerdos de espigas y fajos, recuerdos de cebada y de trigo, recuerdos de Bazancado y de Hoyo de las Camas, recuerdos de Cristos y de remojón. Todos eran buenos recuerdos, alegres y positivos. Era el patriarca de los “barrados”, so-brenombre que transmitió a sus descen-dientes debido a que, en una época de su vida, padeció la viruela, enfermedad que deja huella física. Al final de la calle Real, donde esta calle se convierte en El Camino Ancho, vivía mi personaje. Al fondo de la calleja tenía la entrada la casa. Después fue sustituida por otra, en la esquina, levantada con su esfuerzo y él de su prole, más moderna, con tres recias fachadas a los vientos de levante, bochorno y poniente. Era el Tío Ricardo un hombre de personalidad positiva, un buen agricultor con madera de acróbata y saltimbanqui. Hombre alegre, siempre dispuesto a la colaboración para la que no encontraba nunca inconveniente, unas veces remunerada, otras espontá-nea, fresca y corporativa. “Tío Ricardo que ha dicho mi padre que los trigos de Bazancado se pueden segar”. “Pues tengo las hoces en el Hoyo de las Ca-mas, pero dile que no se preocupe. Ma-ñana empezamos”. Y me lo dijo con su inicial y típico hablar, que en otros hubiera sido un defecto y en él era su sello personal de identidad, cercano, agradable, familiar.

SemblanzasSemblanzas El tío RicardoEl tío Ricardo

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mayoría, de los alfares de Ágreda y muy pocas de Quintana Redonda en Soria. Este pueblo es famoso por hacer con ba-rro rojo alfarería negra, que conseguían tapando el tiro del horno al final de la cocción. Así, en ausencia de oxígeno, se combustiona el barro, logrando ese cam-bio de color de rojo a negro, tan peculiar y raro en toda España. El p u c h e r o , nuestro primer protago-nista, puede ser de barro cocido o porce-lana roja. Su forma típica es redondeada con asa, boca ancha arriba, panza abom-bada en el centro y base más estrecha. En él se calentaba agua o se cocía lentamen-te la comida del día. Siempre estaba el puchero, o más pequeño el p u c h e r i -l l o , en el hogar, cerca del fuego, aprove-chando el calor de la lumbre. Aún recuer-do a mi tío Domingo cuando, después de comer en invierno, metía unas manzanas en un puchero y, sin prestarles más aten-ción, las sacaba para la hora de la me-rienda asadas a la perfección.

Como el puchero era donde se cocinaba

la comida, siempre se ha asociado a ella, fundamentalmente a contundentes gui-sos de invierno, como potajes con le-gumbre, patata, berza …, que se cocina-ban lentamente al fuego. Será por esto que el puchero ha dado nombre a nues-tro encuentro anual de diciembre en el que, todos juntos, celebramos una comi-da popular, degustando uno de esos ro-tundos guisos que, sin duda, ayuda a combatir el frío que, en esas fechas, es compañero ineludible por estas tierras. Prueba de que el puchero estaba antes muy presente en la vida cotidiana es que ha dado lugar a muchas expresiones que aún hoy se utilizan, por ejemplo: a la mueca antes del llanto que hace un niño pequeño poniendo la cara redonda le llamamos “hacer pucheros”; a ganarse la vida y el sustento “tener para el pu-chero”; si en una votación o sorteo hay trampa en el resultado, decimos que ha habido “pucherazo”. Asimismo, refra-nes de estas u otra tierras tienen al pu-chero como protagonista. Citaré algunos a modo de ejemplo: Gallina que no pone huevos, al puchero; en enero se hiela el agua en el puchero; un garbanzo no hace puchero, pero ayuda a sus compa-ñeros; Jueves lardero, carne en el pu-chero; Ni higos sin vino, ni pucheros sin

ada año en el mes de diciembre, aprovechando la celebración de la Fiesta del Puchero, la Asocia-

ción de Amigos de Fuentes de Magaña presenta un nuevo número de la revista Los Pingotes, como este nº 3 que ahora tienes en tus manos. Pienso que segura-mente, mientras disfrutamos juntos de esta fiesta, las más jóvenes puedan pre-guntarse: “puchero…¿pero cómo son los pucheros?”. Por eso he querido describir en estas páginas el puchero y otras tradicionales piezas de barro. A través de estas líneas rescataremos del olvido la sencilla alfa-rería popular que, hasta no hace muchos años, podía verse en todas las casas del pueblo. Todavía entonces, la vajilla fa-bricada con métodos industriales, el plástico o los envases de tetra bricks no habían invadido nuestras cocinas. En esta zona de Tierras Altas la cerámi-ca era de barro ocre o rojizo, lisa sin adorno y alguna pieza tenía brillo que se lograba al vidriarla por fuera, pero rara-mente se esmaltaba. Provenían, en su

ArtesaníaArtesanía El puchero y otros cacharros de barroEl puchero y otros cacharros de barro

Puchero y pucherillo

Pucheros

Botijo

Por Miguel Ángel Marín Gómez

VENTA y REPARACIÓN DE ELECTRODOMÉSTI-

c o l c h o n e r í a Colchones Somieres Canapés Camas Almohadas Ropa de cama

Ágreda Confort, S.C C/ Cascante, 7 AGREDA ( Soria )

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tocino; A quien Dios quiere bien, puche-ro le da de comer; de enero a enero, buenas tazas de caldo en el puchero; cada ollero alaba su puchero... Otros cacharros de barro usados para cocinar eran la c a z u e l a y la o l l a , esta más baja que el puchero y con dos asas. Una vez hecha la comida, se saca-ba en estas vasijas a la mesa para servir. El agua siempre fue un bien muy valioso

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y, por eso, existían varias piezas de cerá-mica destinadas en exclusiva a contener-la. Para ir a buscar agua a la fuente utili-zaban el c á n t a r o , que podía ser de una o dos asas y tenía capacidad para unos 16 litros de agua. Más pequeño era el c a n t a r i l l o o b o t i j a , utilizados para el mismo fin. Para beberla siempre fresca se utilizaba el b o t i j o . Y al cam-po se transportaba en el cántaro o, quien los tenía, usaba la c a n t i m p l o r a o el b a r r i l . En las casas, el agua se almace-naba en la t i n a j a , a la que siempre se reservaba un lugar fresco. Para almacenar y transportar el vino, utilizaban la c á n t a r a , de forma muy similar al cántaro de agua. Para servirlo en vasos se dispensaba desde la j a r r a . Para hacer la matanza del cerdo y elabo-rar la carne se utiliza el l e b r i l l o , más pequeño que el barreño. Chorizos, lomos y costillas se conservaban en aceite o manteca dentro de la o l l a o de la o r z a , más baja y con asas. Y de estos recipien-tes se iba sacando su contenido con mu-cha economía a lo largo del año, estiran-do “la conserva” para que alcanzase has-ta la siega en verano, época de más traba-jo y en la que, por tanto, había que ali-mentarse mejor. Además de para cocinar o almacenar comida, también se utilizaban objetos de cerámica para otras labores domésticas. Así, el b a r r e ñ o o t e r r i z o se usaban para fregar y para poner ropa en remojo antes del lavado. Todas estas vasijas o recipientes de barro eran habituales en el día a día de nuestros abuelos. Pero, los cambios en nuestra forma de vida y el uso generalizado de otros materiales, han llevado estas piezas al desuso y han provocado que, poco a poco, hayan ido desapareciendo. En el mejor de los casos, han quedado olvida-das en algún rincón del somero o de la cuadra. Por ello, en este artículo he queri-do volver a llamarlas por su nombre y

animaros a buscarlas, quitarles el polvo y rescatarlas del olvido. Pueden tener una segunda oportunidad decorando cualquier rincón de la casa al que dota-rán, sin duda, del encanto de antaño. Así, aunque difícilmente recuperarán la utilidad práctica que les dieron nuestros mayores, volverán a lucir en nuestras vidas y a estar presentes en nuestra me-moria.

Jarra, ollas y cantarillos o botijas

Pucheros, ollas y cazuela

Lebrillos, barreño y cazuela para asar Olla de matanza

Olla

Cántaro, cantarillos o botijas y cantimplora o barril Cántaro de 1 asa, cántaro de 2 asas y orza

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Por Ana Aguado Martínez comienza la puesta de las hembras haciendo un agujero en el grano donde depositan un huevo, el cual tapa después con una sustancia mucilaginosa. Cada hembra puede llegar a poner entre 50 y 150 huevos. Larva: Mide de 2,5 a 3 mm, son blancas con la cabeza pardo clara, sin patas (apodas), abombadas en el dorso y casi planas por debajo. Completa todo su ciclo de desarrollo en el interior del grano, vive a expensas de las reservas del grano, completa su desa-rrollo en 20-40 días, según la temperatu-ra, transformándose en crisálida en el mismo sitio y de ésta en adulto, que abandona el grano para seguir reprodu-ciéndose.

DAÑO Pérdida del valor comercial del grano. En los graneros de nuestro pueblo se han llegado a producir daños de este coleóp-tero en tiempos pasados, cuando no se realizaba ningún tratamiento para su con-trol, pues algún remolque cargado con lo que se cosecha a primera hora de la ma-ñana o a última hora de la noche entraban al almacén con más humedad de la acon-sejada. Estos daños no produjeron pérdi-das económicas importantes a nuestros agricultores. Actualmente nuestros agri-cultores contratan a una empresa especia-lizada para que les realice los tratamien-tos, siendo la época más oportuna a prin-cipios de primavera.

CONTROL Medidas de higiene: Es recomendable tener una buena limpieza del almacén,

os cereales y los granos almacena-dos, son atacados por una serie o g r u p o de in-

sectos adapta-dos a una dieta a base de materias vegetales se-cas. El origen de estos insectos no es bien c o n o c i d a , pero la nece-sidad que tuvo el hom-bre de alma-cenar semillas y alimentos secos para su sustento, faci-litó el desarrollo de los mismos. Los ce-reales almacenados reunían condiciones ideales para su rápido desarrollo, a la vez que les evitaba tener que volar largas distancias buscando su alimento. De ahí que un gran número de insectos que ata-can los granos almacenados tienen com-pletamente atrofiado todo el sistema de vuelo, entre ellos Sitophilus granarius (gorgojo del trigo) y Sitophilus orizae (gorgojo del arroz).

BIOLOGÍA Adultos: Miden entre 3-5,5 mm, de co-lor pardo negruzco, con la cabeza prolon-gada en un corto rostro cilíndrico y ar-queado, carece de alas membranosas. Invernan en forma adulta. En primavera

debiendo mantenerlos limpios, sin restos de cosechas anteriores, evitando la hume-dad y que el local esté bien ventilados. El grano no deber ser almacenado con humedades superiores al 13%. Tratamientos químicos: Solamente se podrán utilizar los productos autoriza-dos para la desinfección de almacenes y productos almacenados, actualmente los productos autorizados son: Butoxido de piperonilo + piretrinas: 6,5 lts/hl pulverizando paredes, techos y sue-los. Fosfuro de aluminio: Debe ser aplicado por personal con carné de aplicador espe-cial. Fosfuro de Magnesio: Debe ser aplicado por personal con carné de aplicador espe-cial.

Detalle de grano dañado por el gorgojo

Ataque del gorgojo

Sitophilus granarius: Orden: Coleóptera Familia: Curculionidae Especie: Sitophilus granarius

Naturaleza y medio ambienteNaturaleza y medio ambiente El gorgojo del trigoEl gorgojo del trigo

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extremos de las ramillas. Las flores fe-meninas aparecen en menor cantidad y dan lugar a una bellota puntiaguda cuyo capuchón tapa menos de la mitad de la bellota. La floración tiene lugar en abril-mayo. Las hojas son simples (de una en una en la rama), perennes (no caen cada año), con el borde dentado o aserrado y el lim-bo (parte ancha de la hoja), rígido, con cierta dureza, y dos caras diferenciadas: el haz, de color verde oscuro, y el envés, mucho más claro. La encina es un árbol muy resistente a las sequías, soporta bien las podas y rebrota de raíz después de los incendios. El Quercus pyrenaica es conocido por un montón de nombres vulgares: roble, roble melojo (de mala hoja), roble negro, rebollo, marojo, carvallo, chaparro.., pero su nombre específico es pyrenaica, sien-do los Pirineos donde menos lo vamos a encontrar, pues el botánico alemán que lo clasificó utilizó un herbario seco con la etiqueta de procedencia equivocada. Como la encina, es un árbol monoico que florece de abril a junio; su fruto también es una bellota, más gruesa que la de la encina, de sabor amargo. La hoja, muy distinta de la hoja de enci-na, es lobulada, con lóbulos profundos que llegan cerca del nervio central. En los robles observamos unas bolitas o esferas llamadas “agallas” (en nuestro pueblo se las conoce como gállaras) que son una defensa del árbol hacia la pica-dura de avispas en sus ramas: igual que a nosotros se nos hincha el brazo por una picadura, la gállara es una hinchazón de la rama del roble ante la picadura de una avispa, donde se desarrollarán sus larvas. Cuando vemos la gállara con un agujeri-to, es porque la larva se hizo adulta y

escapó al exterior. A veces, otros insectos utilizan este agujero en la gállara para depositar sus larvas, como nido. El carrascal, a la salida del pueblo hacia San Pedro Manrique, con una pequeña concentración de Quercus ílex, fue parcialmente que-mado en el incendio del ve-rano de 2008.

i en el número anterior hablábamos de enebros y sabinas como espe-cies dominantes de la degradación

de nuestros bosques, en este caso nos va-mos a referir a las especies que dominan estos bosques cuando están en pleno es-plendor y apogeo: robles y encinas.

Robles y encinas no sólo pertenecen a la misma familia (Fagáceas), sino que son, como enebros y sabinas, primos herma-nos, es decir, del mismo género: Quer-cus. La palabra quercus viene del latín y significa encina o roble. Este género, Quercus, abarca más de 400 especies, pero en nuestro pueblo, por su altitud y por la acidez de sus suelos, son dos las especies representativas: 1. Quercus ilex. (encina). 2. Quercus Pyrenaica. (roble). El Quercus ílex, de nombre común encina o carrasca, es de origen mediterráneo, de copa redondeada, y la corteza, resquebra-jada, de color gris oscuro. Cada ejemplar de encina contiene flores masculinas y femeninas, por lo que se dice que es un árbol “monoico”. Las flores masculinas son de color amari-llo y aparecen en gran cantidad en los

La dehesa de Fuentes, en la margen dere-cha del río Monte, es el principal robledal del pueblo (Quercus pyrenaica). Fue ro-turado en los años 70 para plantar pinos, en mi opinión, con mejor intención que acierto, ya que el pino va apoderándose y terminará por eliminar los robles. De los muchos usos de los Quercus, co-mo por ejemplo, el curtido de pieles, nos referiremos a los que las gentes de Fuen-tes de Magaña han dado durante muchos años: - Como alimento (bellotas) para el engor-de de cerdos, sobre todo en la posguerra. - Como material de construcción, vigas, marcos… - Pero sobre todo, como combustible para los largos inviernos, bien con la elabora-ción de carbón vegetal (cisco) para man-tener los braseros encendidos, o bien quemándolo en los “hogares” de las ca-sas. El aprovechamiento de leña de los Quer-cus ocupaba una parte importante del tiempo de las gentes, amontonándola en los perdidos “bardales”, con la “suerte” de las cortas que el Ayuntamiento rifaba en concejo, donde reinaba la cordialidad, y, yo, de niño, veía cómo iba pasando el garrafón de vino…

Por David Castellano Marín

Robledal

Encina en la carretera a Valdeprado

Hoja de roble Hoja de encina

Naturaleza y medio ambienteNaturaleza y medio ambiente Familia “Quercus”: robles y encinasFamilia “Quercus”: robles y encinas

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Juegos popularesJuegos populares Las tabasLas tabas

Se trata de un juego con muchos siglos de historia ya practicado en la antigüedad. Las eviden-cias arqueológicas señalan que en Mesopotamia, hace más de 5 milenios, los niños babilonios ya utilizaban las tabas para sus juegos. También se practicaba en la Grecia Clásica como acredi-ta la escultura del siglo V a.C. del escultor Policleto denominada "Astragalizonta” o "La jugadora de tabas". También los niños romanos eran asiduos jugadores de tabas. La práctica de este juego se describe asimismo en obras de autores clásicos del Siglo XVII como Lope de Vega, Francisco de Quevedo, Tirso de Molina o Mateo Alemán, donde aparece como un juego que gozaba de gran popularidad. En la actualidad es un juego casi desaparecido y que no se practica más que de forma esporádica en algunos pueblos.

esde pequeña he oído hablar de diferentes juegos que divertían a nuestros padres y abuelos en una

época en la que ni la play station, ni los juegos de ordenador habían sido inventa-dos y en la que la calle y el grupo eran ingredientes necesarios para cualquier divertimiento. Con el paso del tiempo, muchos de aquellos juegos han dejado de practicarse y los más jóvenes sólo los conocemos por los relatos de nuestros mayores que cuentan, como en su niñez, eran felices compartiendo su ocio y re-creo con juegos como, por ejemplo, las tabas. Tras preguntar a quienes hace 50 años eran niños y tras consultar algún escrito especializado, trataré en las próxi-mas líneas de desentrañar las básicas reglas del juego de las tabas al objeto de que, en el próximo verano, podamos ver a nuestros pequeños disfrutar de este sencillo juego, hoy casi olvidado.

Las tabas era un juego fundamentalmente femenino pues nunca llegó a ser un entre-tenimiento para los chicos. Requería habilidad y destreza y, para su práctica, se utilizaban doce “tabas” y un “pitón”. Las tabas son los huesos de juego de la

rodilla de las patas traseras de los corde-ros. Estos huesos debían estar bien lim-pios para poder jugar. Si no se asentaban bien sobre el suelo, se limaban frotando contra una piedra. Las tabas se podían pintar de diferentes colores, empleando una tinta llamada anilina, que se compraba en la tienda de Florencia. Cada taba tiene cuatro posicio-nes diferentes que, en cada pueblo, reci-bían nombre distinto y en Fuentes de Magaña se denominaban: hoya (uno de los lados que tiene un hoyo); culo (zona lisa); zapata (parte convexa, opuesta a hoya) y carne (donde el hueso tiene for-ma de S).

El pitón o pitona era una bola de cristal como las canicas. Cuando alguna niña no disponía de estas bolas, utilizaba la bola que cerraban las botellas de gaseosa o sino otra taba o una piedra. Cada niña poseía sus propias tabas y su pitón y guardaba todo ello en una bolsita de tela. El juego se practicaba con buen tiempo al aire libre. La calle, la plaza o las eras, camino de la escuela, eran lugares idó-neos siempre que hubiese una superficie plana. Las niñas se arrodillaban o se sen-taban en corro con las piernas encogidas

hacia el vientre para dejar espacio y per-mitir la movilidad que requiere el juego. Cuando las niñas ya estaban preparadas, la primera cogía las doce tabas entre am-bas manos, las lanzaba y las dejaba caer sobre el suelo. El azar hacía el resto: cada taba caía de un lado. Seguidamente se arrojaba al aire el pitón y mientras caía, antes de cazarlo al vuelo, se iba dando la vuelta a las tabas para colocar todas en la posición correspondiente a cada jugada. Todos estos movimientos se realizaban con gran rapidez, ya que debía evitarse que el pitón cayese al suelo. El objetivo era conseguir que las doce tabas, primero estuvieran en posición hoya, después zapata, culo y, por ultimo, carne. Normalmente se volvían las tabas de una en una, aunque había chicas hábiles capa-ces de mover más de una a la vez. El turno se perdía, dando paso así a la siguiente jugadora, cuando el pitón caía al suelo, cuando no se lograba volver ninguna taba o cuando no se colocaba en la posición adecuada.

Finalmente el juego terminaba cuando una niña conseguía dar la vuelta a todas las tabas en sus cuatro posiciones.

Por Nuria Domínguez Martínez

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l libro que tengo el placer de co-mentar está articulado a partir de 40 cartas que escribe el autor a su

hija menor Sara, a quien su padre hace depositaria de la memoria de su infancia: historias antiguas, paisajes destruidos, costumbres olvidadas, nombres de cosas que ya no existen… ¿A qué género litera-rio pertenece el libro de Abel? No se trata, desde luego, de una novela, pues las historias que se narran en él son verí-dicas, excepto la de la carta 11. No obs-tante, es cierto que a veces se tiene la sensación de estar ante un mundo teñido de realismo mágico, completamente figu-rado. Pruebe el lector, si no, a leer la car-ta 9, en la que Abel narra de tal guisa la

fascinante historia de la petición de mano de (quien más tarde iba a ser) su abuelo Natalio a (quien más tarde iba a ser) su abuela Bibiana que cualquiera diría que se trata de un suceso fantástico. Tampoco es, huelga decirlo, un libro de poemas, como lo es el libro de su hermano Delfín Soria por dentro, libro al que no se le ha dado toda la bola que merecía. A mi jui-cio, el libro de Abel es precisamente un libro de historia por dentro, de intrahis-toria, es decir, un libro en el que se rela-tan los pequeños acontecimientos que llenaban la vida de Sarnago (el pueblo donde el autor nació y pasó su infancia) y, por extensión, de los pueblos de la comarca de la Alcarama en los años de la postguerra española. El término intrahis-toria fue acuñado por Unamuno para referirse a la vida cotidiana y tradicional, a un tiempo vital de mucho peso ontoló-gico ( perdóneseme la palabreja ), a esa repetición constante de lo mismo –como el ciclo completo de las estaciones- que contrasta con la historia por fuera, con la historia que cambia. En la carta 26, se lee: “La vida del pueblo tenía, como te digo, carácter repetitivo”.

Por lo demás, el libro tiene una calidad literaria indiscutible. Abel maneja con precisión de cirujano la lengua castellana y, especialmente, la jerga rural, a cuya recuperación artesanal se entrega con entusiasmo. Contando las cosas que cuenta –la temática- y contándolas como las cuenta –el estilo-, ha forjado una vi-sión poética y alucinante de la vida de esos pueblos simbolizados en Sarnago. Tengo para mí que Abel ha encontrado en el oficio literario una vocación que

siente con una intensidad antes no expe-rimentada. Ha sido capaz de transmitir-nos el amor y la emoción que siente por su pueblo y su tierra con una naturalidad ejemplar. En verdad, su escritura hace llorar. Eso es, por lo menos, lo que me paso a mí cuando leí la carta 17, en la que narra la muerte de su padre ocurrida cuando él tenía sólo dos años. Bajo la descripción objetiva de ese hecho luc-tuoso late una emoción indescriptible.

Por Juan Manuel Martínez Hernández

Historias de la Alcarama es la primera

y excelente incursión propiamente

literaria de su autor. En ella refleja la

historia de Sarnago, su pueblo natal,

hoy abandonado, y de la comarca de La Alcarama. Con sencillez ejemplar,

la obra nos traslada a un tiempo no

tan distante que, sin embargo, pare-

ce tan lejano y nos relata la extinción

de ese mundo. Es la historia del éxo-

do rural, la memoria de una forma de

vida que se extingue, historia en la

que se funde lo local con lo universal.

Una especial sensibilidad recorre la obra y emociona al lector desde la

primera página.

Para leer...Para leer... Historias de La AlcaramaHistorias de La Alcarama

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GastronomíaGastronomía Mis recuerdos de la matanzaMis recuerdos de la matanza

iempre por la festividad de la In-maculada llegan a mi memoria recuerdos de la infancia relacio-

nando el frío y la nieve con la matanza del cerdo que se prolongaba hasta el mes de marzo. Como niña, para mí la matanza significa-ba alegría, fiesta y dos días de conviven-cia con los padres, hermanos, tíos y pri-mos. Los mayores eran los que hacían todos los trabajos, los pequeños jugábamos, hacíamos los recados y dábamos guerra. Recuerdo como el primer día, con mucho nerviosismo, mirábamos desde el venta-no del portal como el matarife, con un gancho negro sujeto a la pierna y con la ayuda de los demás, tumbaba al cerdo en el banco de madera. Embobados contem-plábamos la escena: los gruñidos del cer-do, la sangre que brotaba y como la ma-dre o la tía la recogían en un barreño con finas sopas de pan para, más tarde, hacer las morcillas. Nos daban el rabo que, con mucha ilusión, los primos asábamos al fuego para comérnoslo. Después de soca-

rrar el cerdo con aliagas, lo lavaban y colgaban en una argolla del portal hasta el día siguiente para orear la carne. Recuerdo en las tardes de la matanza, a los mayores jugando a las cartas y a los niños disfrutando con juegos en los que no faltaba el ingenio como “la patada el bote”, “el escondite” y el columpio, que era el que nos gustaba más. Consistía en colgar una soga con una almohada en cualquier viga del portal. ¡Éramos feli-ces! El segundo día comenzaba con el des-piece del cerdo seguido de un buen al-muerzo de migas con chorizo y torrez-nos, ¡qué bueno!. Después de echar en salazón todas las piezas del cerdo, se elaboraba con el magro el picadillo para por la tarde noche hacer los chorizos. Estos son algunos de los muchos recuer-dos de aquellos felices años en los que, a pesar de tener menos cosas que ahora,

no echábamos de menos ninguna. Aún sonrío al recordar un improvisado baile de despedida por la noche. El fuelle hacia de guitarra, todos cantábamos y bailába-mos. Nos reímos mucho porque la tía Benigna no quería bailar con el tío Flo-rencio; estaba enfadada con él por no haber ido a cerrar las cabras. ¡Así de sen-cillo era todo! .

Por Sagrario Ramos Castellano

No se conoce el origen de la matanza, aun-que los antiguos pueblos celtas de Europa ya la realizaban. Es una antigua costumbre de arraigo popular, realizada de forma artesanal y cuya razón de ser –la subsistencia de la familia- casi ha desaparecido. Hasta no hace muchos años, el sacrificio del cerdo formaba parte de una filosofía de vida ligada a la auto-suficiencia. Hoy, en muchos pueblos, ya sólo es un recuerdo. El éxodo rural y el auge de las ciudades a partir de los años 60 del siglo XX, conllevó el abandono de tradiciones co-mo esta. Los nuevos modelos de vida, las dietas saludables o el descenso del número de miembros en las familias hicieron el resto: ya no era necesario matar al cerdo en casa y almacenar sus productos durante todo el año. A pesar de ello, la matanza se recuerda con añoranza por su carácter tradicional y festivo.

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i hace algunos años hubiera existi-do la dichosa epidemia de gripe A, seguro que alguna de nuestras

abuelas habría encontrado una fórmula mágica que mejorase los síntomas, sin necesidad de montar este absurdo circo mediático. Y es que no hay que remon-tarse muy atrás en el tiempo para conocer sencillas recetas, transmitidas de genera-ción en generación, que intentaban ami-norar las diferentes dolencias de los habi-tantes de nuestro pueblo. Así pues, por ejemplo, cuando alguien tenía “mala gana”, se le preparaba una manzanilla para que le “asentara” el estó-mago. Y es que el cocer unas plantas en un poco de agua y beberse la infusión resultante estaba muy de moda. Esta era la técnica que, asimismo, empleaban cuando a alguien le “subía la sangre” o, dicho de otro modo, tenía una subida de tensión arterial. El alivio rural consistía en cocer unas hojas de olivo o unas orti-gas que, según la ciencia popular, le “quitaban la fuerza a la sangre”. Para los catarros y “enfriamientos” tam-bién las tisanas de hierbas varias, como el tomillo, tenían su utilidad. Respirar vapo-res de eucalipto era otro recurso muy conocido. Sin embargo, tomar brebajes calentitos era la técnica más usada. Así, la leche caliente con miel antes de meter-se en la cama era mano de santo. Y si ésta se acompañaba de una copa de coñac o un vasito de vino caliente, como hacían algunos, seguramente o se mataban más virus o el enfermo se enteraba menos de sus dolores, que siempre iba bien.

Por otro lado, cuando un vecino de Fuentes tenía anginas o faringitis, hacía gárgaras con bicarbonato o con agua oxigenada rebajada. Parece ser que esta práctica ayudaba a limpiar la mucosidad de la garganta y aliviaba el dolor. No era tan cara como las pastillas que venden hoy en cualquier farmacia con este pro-pósito, pero posiblemente sí igual de efectiva.

Como ustedes sabrán, para que uno se encuentre bien es importante tener un hábito deposicional regular. Vamos, como dirían muchos, “hacer de vientre” todos los días, o al menos, casi todos. Y si había dificultad, se utilizaban peque-ños trozos de jabón a modo supositorio de glicerina o lavativas de agua caliente o aceite. Si por el contrario, el problema era la diarrea, los escaramujos, por mu-chos conocidos como calambrujos, en forma de jarabe disminuían las “molestas descargas fecales”.

Y asimismo, las afecciones de la piel tenían sus remedios caseros. La creencia promulgaba que al beber “agua podrida” de una pequeña fuente sulfhídrica que había en Valdeprado te mejoraba el cu-tis. Incluso algunos se untaban con el moho que se formaba en su cauce para curar los problemas cutáneos. Igualmen-te se aplicaban cataplasmas de cebolla hervida encima de forúnculos y grandes granos para facilitar la expulsión del pus. Y para las grietas de las manos se untaban manteca de cerdo o se orinaban sobre ellas. Tendrán que permitirme en este punto inclinarme por las modernas cremas hidratantes antes que por el trata-miento de antaño…

Como pueden ver y recordar, los medi-camentos naturales que preparaban en nuestro pueblo eran muy diversos. Algu-nos basados seguramente en algo de ciencia y otros en gran parte de fe y tra-dición. Pero amigos fuentinos, si a nues-tros abuelos les funcionaban, ¿por qué renunciar a la sabiduría popular? .

Por Silvia Marín del Barrio

Salud y remediosSalud y remedios La magia curativa de nuestras abuelasLa magia curativa de nuestras abuelas

Escaramujos

Infusión de manzanilla

No hay que remontarse muy atrás en el tiempo para cono-

cer aquellas recetas que in-tentaban aminorar las dife-

rentes dolencias de los habi-tantes de nuestro pueblo

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Si en 2008, con el impulso del Ayun-tamiento de Fuentes de Magaña, se limpió y valló el Yacimiento de Miraflores, este año, y debido al mal estado en el que se encontra-ban las icnitas, se han acometido los trabajos para su consolidación. Con la financiación de la Junta de Castilla y León, la empresa especia-

lizada Paleoymás ha realizado un saneamiento y sellado de las grietas que, previamente, los paleontólogos han limpiado de los sedimentos almacenados con el paso del tiempo. El sellado con resina evitará que la erosión siga fragmentando la roca y que el agua penetre en sus fracturas. La terminación de estos trabajos pone en valor Miraflores I, que se presenta como un yacimiento de icnitas de gran interés paleontológico, donde se registran numerosos rastros de dinosaurios saurópodos y teró-podos. La visita a este yacimiento, ya vallado, es cita obligada dentro de la Ruta de las Icnitas y, al mismo tiempo, también forma parte de la Ruta de las Fuentes.

los accesos a las fuentes incluidas en la Ruta. Inicialmente, el proyecto va a poner en valor siete fuentes en una ruta circular señalizada de 6 km. de recorrido. A me-dio plazo, está prevista la incorporación de más fuentes y la ampliación de la ruta con un recorrido cicloturista. El circuito parte del pueblo y discurre por el Yaci-miento de icnitas de Miraflores, el antiguo molino y el puente de estilo romano, el paraje y fuente de la Veguilla, el paraje de la Mora con restos de construcciones celtibéricas y romanas, la Fuente de la Teja en el paraje de la Fuente Fría, la Fuente El Canto, el rollo de Justicia cono-cido como los Pingotes y el paraje de La Cerradilla. La ruta discurre entre chopos y vegetación de ribera junto al río Monte, bosque mixto de hayas, robles y pinos y pistas de concentración parcelaria. En algunos puntos del recorrido se pueden contemplar bellas panorámicas de Fuen-tes de Magaña y de las sierras con el Moncayo al fondo.

Las fuentes están señalizadas con pane-les informativos en los que, por medio de una simpática mascota –Senderín-, se explican los ciclos del agua y la forma-

La colaboración de todas las Administra-ciones Públicas ha permitido ejecutar uno de los proyectos del Ayuntamiento de Fuentes de Magaña: la Ruta de las Fuentes. El proyecto, elaborado por la empresa Paleoymas, forma parte del Plan de Dinamización Turísticas de Tierras Altas y cuenta con un presupuesto inicial de 50.000 €, financiados por el Gobierno Central, el Autonómico y la Mancomuni-dad de Tierras Altas. El Ayuntamiento de Fuentes ha participado con la contratación de dos peones con cargo al Plan E que, durante 4 meses, han realizado trabajos de acondicionamiento de las zonas y de

ción de los acuíferos.

En definitiva, se trata de un proyecto que fomenta la educación medioambiental y cul-tural, dotando de valor patrimonial a elemen-tos medioambientales de tipo hidrogeológi-cos existentes en el término municipal de Fuentes, como son los barrancos, ríos y manantiales, ligados íntimamente al propio patrimonio geográ-fico e histórico (puente, molino...) y a la formación del paisaje (tipo de vegetación, ecosistemas, orografía…).

Noticias brevesNoticias breves Crónica de Fuentes de Magaña y sus gentesCrónica de Fuentes de Magaña y sus gentes

Paraje de La Veguilla

Senderín

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Varios de nuestros socios han sido padres en 2009. Desde aquí te presentamos a sus hijos.

Marta García Martínez. 4 de mayo Julio Abad Ramos. 25 de febrero. Aitana García Valer. 5 de agosto

rante la celebración de la fiesta de Santa Isabel. Estos deliciosos bocados fueron elaborados y ofrecidos por el Taller de Empleo “Alimentación tradicional en Tie-rras Altas” que, con sede en San Pedro Manrique, fue promovido por la Mancomu-nidad de Tierras Altas, el Servicio Público de Empleo de la Junta de Castilla y León y el Fondo Social Europeo. Se trata de un proyecto de empleo y formación que ha ocupado a ocho trabajadores de la zona, entre ellos un vecino de Fuentes de Ma-gaña. La misión de este taller es recupe-rar recetas elaboradas con productos ali-mentarios autóctonos e insertar laboral-mente a los alumnos que participan en él. Durante un año – hasta 31 de octubre de 2009- estos alumnos han aprendido a trabajar productos como el corzo, el jabalí, las setas o las hierbas aromáticas, trans-

l pasado 4 de julio pudimos de-gustar en Fuentes de Magaña sabrosos embutidos elaborados

con carne de corzo o jabalí, ricos escabe-chados y un exquisito paté de setas. Des-de el Ayuntamiento se programó esta actividad para que vecinos y visitantes pudieran saborear estos productos du-

formándolos en conservas, escabecha-dos, salsas y embutidos. A la vez, han desarrollado sus inquietudes emprende-doras para convertir este aprendizaje en una rentable actividad económica. ¡Suerte a todos los alumnos del taller!.

or segundo año consecutivo, la Fiesta del Puchero llegó puntual a su cita en el mes de diciembre de

2008. Durante los días festivos que giran

en torno al “Puente de la Inmaculada”, muchos hijos y amigos de Fuentes de Magaña acudieron a este lugar para disfrutar de los encantos que también ofrecen los días de frío: comida caliente, leña en la estufa y largas tertulias en el Centro Social. Para esos días, la Asocia-ción de Amigos de Fuentes de Magaña había programado algunas actividades que se centraron en la presentación del nº 2 de la revista Los Pingotes, una ex-cursión al Yacimiento de Icnitas de Mira-flores, una chocolatada y una comida popular, a la que acudieron más de 100 personas y en la que pudimos degustar un reconfortante guiso de patatas con cordero.

El objetivo de esta fiesta es ofrecer, tam-bién en un mes invernal como diciembre, actividades y entretenimiento a los que viven o acuden a Fuentes de Magaña, así como fomentar la convivencia entre todos ellos.

Excursión al Yacimiento de Icnitas de Miraflores

Traslado de la comida a la Escuela

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