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La Paz, julio de 2018 Página Periódico mensual Julio 2018 Qollasuyu Bolivia Año 12 Número 143 Edición electrónica A TIWANAKU algunos le niegan haber sido imperio, creando el mito de una entidad mística y borrando así sus alcances políticos, económicos y tecnológicos, entre ellos la metalurgia, en especial la del bronce.

A TIWANAKU haber sido imperio, creando el mito de …periodicopukara.com/archivos/pukara-143.pdf · en el contexto de caos de la Constituyente y en momentos en que los departamentos

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La Paz, julio de 2018 Página

Periódico mensualJulio 2018QollasuyuBoliviaAño 12Número 143

Ediciónelectrónica

A TIWANAKU algunos le nieganhaber sido imperio, creando el mito deuna entidad mística y borrando así susalcances políticos, económicos ytecnológicos, entre ellos la metalurgia,en especial la del bronce.

La Paz, julio de 2018 Página 2

Depósito legal 4-3-116-05

e-mail:[email protected]

www.periodicopukara.com

Teléfonos: 7151904871280141

Director:Pedro Portugal MollinedoComité de redacción:Nora Ramos SalazarDaniel Sirpa TamboCarlos Guillén

Colaboran en este número:Jatha Wara WarathaGiovanni BelloPedro Hinojosa PérezBernardo Corro BarrientosAlem Quisbert PachecoFreddy Zárate Lo

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ILUSTRACIÓN TAPA: Plaqueta de oro encontrada en Tiwanaku, que se supone representa a unguerrero de ese imperio. Fuente ilustración: http://1.bp.blogspot.com/

El Cabildo del Millóndel 20 de julio

El viernes 20 de julio de 2007una impresionante multitud,procedente de provincias pace-ñas y de las ciudades de La Pazy El Alto, se reunió en torno aun acontecimiento, enviando asíun importante mensaje al país.

Eran momentos en que laAsamblea Constituyente atrave-saba en Sucre momentos difíci-les, demostrando debilidades einsuficiencias: No tenía linea-mientos claros y sus iniciativaseran entorpecidas por el dirigis-mo del gobierno central, quienen realidad dictaba los pasos aseguir en esa Asamblea, aunqueen la propaganda la mostraba como originaria y plenipotenciaria.

El motivo del Cabildo fue la amenaza de instituciones y orga-nizaciones de Sucre para forzar el traslado de los poderes Legis-lativo y Ejecutivo de La Paz a esa ciudad. Esa amenaza se dabaen el contexto de caos de la Constituyente y en momentos enque los departamentos de Pando, Beni, Santa Cruz y Tarija,presionaban para ejercer de hecho una autonomía departamental.

Ya el 2 de julio de 2006 el gobierno llamó a un referendo sobreautonomías departamentales, en la que el NO obtuvo más de lamitad de votos válidos (57,5 %). Ese referendo no solucionaría,sin embargo, el problema. El 2008 los departamentos en queganó el SI llamaron a sus propios referendos para aprobar orechazar sus estatutos autonómicos.

Existía, entonces, el peor esquema de desgobierno. Sucre recla-maba la «capitalía plena», problema no resuelto más de cienaños atrás en la llamada Guerra Federal, que enfrentó a La Paz,en el bando Federal, contra Sucre, en el Unitario. Paradójicamenteganó La Paz, pero no se implementó el federalismo en Bolivia,sino que se volvió al unitarismo, trasladando la sede de gobiernoa La Paz y dando Sucre el título honorífico de capital de Bolivia.

La imponente concentración de la Ceja de El Alto ese viernes 20de julio fue un llamado a la unidad nacional, en un momento enque el poder del gobierno central estaba a punto de colapsar.También una muestra de la fuerza y determinación de su pobla-ción, en su mayoría de raigambre aymara. El gobierno del MASno pudo aprovechar ese momento para resolver problemas ytransformar Bolivia. Siguiendo la estela de los vaivenes criollos,al final, adoptó las autonomías que al inicio rechazaba, sin imple-mentarla realmente y el problema de capitalía está en letargo,hasta que nuevamente se despierte, ojalá no desastrosamente.

La población paceña debe recordar ese Cabildo como expresiónde su fuerza y de su voluntad de unidad nacional. Los reclamosde autonomías y el tema de capitalía, con todo lo legítimos quepueden ser, son rezagos de la no conclusión de la nación, tareatodavía pendiente visto el estancamiento del actual gobierno enese y otros cometidos.

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La poblaciónpaceña debe

recordar laconcentración del

20 de julio de 2007como manifestación

de su fuerza y desu voluntad de

unidad nacional

La caricatura de Jatha Wara Waratha:

El pan y circo de nuestra época...

“El culto hispánico religioso ha cedido paso a una nueva fe,en la que los sacerdotes emergen desde una cavidad

subterránea y ofician con el pie.”José Luis Sampedro

“Gracias al fútbol un país mísero puede ser muy grande.”Milla

“¿En qué se parece el fútbol a Dios? En la devoción que letienen muchos creyentes y en la desconfianza que le tienen

muchos intelectuales.”Eduardo Galeano

“Yo no entiendo cómo se hizo tan popular el fútbol. Undeporte innoble, agresivo, desagradable y meramente

comercial. Además es un juego convencional, meramenteconvencional, que interesa menos como deporte que como

generador de fanatismo.”Jorge Luis Borges

“Futbol, negocio redondo como un balón.”Eduardo Suárez

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Semántica y política:

Seis ideas y una adenda sobre ladenominación indio o indígenaGiovanni Bello

1. Todas las sociedades tienennombres para denominar a losdemás. Generalmente los usan deforma despectiva o en tono de bur-la y, generalmente, quienes sonnombrados no suelen estar tan altanto de cómo los llaman, o sueledisgustarles. Pasa a menudo, porejemplo, en Latinoamérica, con ladenominación “gringo” que mu-chas veces designa, por defecto,a cualquier viajante rubio, seanorteamericano o no. “Indígena”y “negro” son dos denominacio-nes de la misma naturaleza. Ladiferencia simple y radical entreesas dos denominaciones y las de-más es que sobre ellas se hanconstruido regímenes enteros dedominio. Lo que ha ocasionadoque adquieran muchísimo maspeso que ese tipo de denomina-ciones comunes y que se impon-gan de tal forma que han termina-do afectando profundamente a losmismos sujetos denominados asípor el otro.2. Una de las características de lamirada al otro es que siempre tien-de a generalizar y perder los deta-lles de lo especifico. Tiende a in-cluir en un mismo denominativoa varios sujetos distintos entre sipero que a sus ojos son iguales.Esa característica es uno de losproblemas esenciales de los deno-minativos “negro” e “indio”. Comoseñala Frantz Fanon, los negrosno “sabían” (en el sentido de queno estaba en su lengua) que eran“negros” hasta que conocieron alblanco y este los llamó de esa ma-nera. Lo mismo puede decirse deltérmino “indio”. Si bien el proble-ma de raíz es que, como dice Fa-non, esas designaciones preten-dieron esencializar a los sujetos,es decir, dieron por supuesto quelos “negros” y los “indios” existencomo tales y tienen característicasespecíficas, se puede decir prácti-camente lo mismo de cualquierpalabra. El lenguaje tiende a darpor sentado que lo que nombraes. Esa característica del lenguaje

ha sido uno de los temas mas dis-cutidos —si no el más discutido—por la filosofía del siglo XX. El pro-blema, por lo tanto, recae en elhecho de la generalización: unode los mayores defectos de lasdenominaciones “negro” e “indio”radica en su generalización. Esageneralización, si lo pensamosbien, es muy útil a la hora de impo-ner el dominio sobre grandes te-rritorios, porque elimina lo engo-rroso de los casos particulares.3. Un mérito del pensamiento deFanon y del indianismo de FaustoReinaga es haber hecho uso dealgunas de las consideraciones delas discusiones sobre el lenguajede la filosofía occidental del sigloXX. “Negro” e “indio” no son nom-bres que designan a sujetos rea-les, sino que son usos del lenguajedestinados a ciertos fines, en estecaso el de la dominación. Pero siuno de los mayores defectos deestas denominaciones es que tien-den a generalizar, se podría espe-rar que desmantelándolas y mos-trando su carácter arbitrario, ha-bría una atomización de los gru-pos considerados bajo esa gene-ralización. Obviamente esa atomi-zación no ocurre debido a que laimposición violenta del denomina-tivo terminó generando una se-mántica propia, es decir, un conte-nido para las palabras “negro” e“indio” que los hablantes del idio-ma comparten, entre ellos los mis-mos sujetos denominados poresos términos.4. La conclusión a la que llegaronFanon y Reinaga tuvo en amboscasos un fin político concreto: laconstrucción del sujeto de la lucha.De hecho, el primero en hacer esofue Marx, quien determinó que elsujeto de la lucha contra el capi-talismo debía ser el obrero. Marxresemantizó la denominación deobrero-proletario convirtiéndola enuna de las herramientas concep-tuales centrales para pensar la po-sible superación del capitalismo.Fanon, que era marxista, y Rei-naga, que también lo fue en algúnmomento, hicieron algo parecido:resemantizaron los términos “ne-gro” e “indio” para construir losrespectivos sujetos de la lucha porla liberación negra y la lucha india-nista. Si el concepto de “lucha declases” determinó quién era el su-jeto de la revolución marxista y

quién el enemigo, el concepto dela “racialización”, que parte delhecho de que los términos “indio”y “negro” fueron impuestos deforma violenta por el otro parad(en)ominarlos, sirvió para losmismos efectos al movimientonegro e indianista.5. Si vemos la palabra “indígena”en un diccionario actual vemosque el contenido del término seabstrajo de tal forma que designa“a cualquier habitante nativo deun lugar”. Es decir, quedó vaciadade todas las características racis-ta que cargaba históricamente, lade la apariencia indígena (su colorde piel, sus rasgos físicos) y sudeterminación cultural (su su-puesto primitivismo e inciviliza-ción). La denominación de “indio”que Reinaga intentó resemantizares esa antigua, aquella cuyo códi-go lingüístico aún se comparte enlas calles de muchas ciudades ypueblos Latinoamericanos. Pero alresemantizar el término, de algu-na forma, obliga a quien lo usa aasumir sus consecuencias políti-cas. Es decir que, si consideramosque el “indio” es “el sujeto racia-lizado”, entonces deberíamostambién asumir que el “indio” es“el sujeto de la lucha indianista”.6. Obviamente la resemantizacióndel denominativo “indio” no es unproceso mecánico a través del quetodo uso que se haga del términotiene que tener en cuenta el pro-grama político de Reinaga. Es unproceso más sutil y se da a travésde la divulgación de ideas que ayu-dan a irradiar la nueva semánticade las palabras que las conforman.Probablemente quien más hayaayudado a difundir el concepto de“indio” como “sujeto racializado”,pero al mismo tiempo como “suje-to de la lucha indianista” haya sidoFelipe Quispe. El Estado del MAStambién retoma el término del in-dianismo, pero la diferencia funda-mental con Quispe es que, porfines de negociación política, solocontempla la primera connotación,dejando la segunda de lado. Deahí tal vez provenga su derivapachamamista y culturalista.Adenda

Los indianistas del MITKA siem-pre dicen que los “indígenas” tien-den a la modernización y que laimagen del indígena premoderno

o pachamamista es un invento delos criollos. En una entrevista re-ciente Pedro Portugal dice que loque los indígenas quieren es can-chas y escuelas y que en ese sen-tido sus reclamos al Estado delMAS son por mayor moderniza-ción, justamente lo que los criollosintelectualizados le critican. Peroel problema de todo eso es seguirhablando de los indígenas comosi fueran sujetos reales. Se llamaindígena a un conjunto de caracte-rísticas adjudicadas a sujetos. Esdecir, yo creo que los sujetos a losque se llama “indígenas” tiendena la modernidad en tanto sujetospopulares, subalternos, ciudada-nos pobres, etc., y no necesaria-mente en tanto “indígenas”. Loque tal vez sí se puede decir esque la matriz de pensamiento yacciones de lo que se podría lla-mar “indígena” tiene una fuertecarga de ansias de modernidad.Si bien eso es históricamente cier-to (desde Guamán Poma, o lasrebeliones de fines del siglo XVIIIhasta las redes de caciques apo-derados), pienso que por ejemplola denominación cultural de lo“cholo” complejiza muchísimo es-te tema.

Lo cholo tiene una intersecciónenorme con la matriz que podría-mos llamar “indígena”. De hecho,yo creo que el “indígena” urbanoen tanto sujeto popular o subal-terno es el cholo. Por eso el temade lo cholo en la teoría indianistame parece clave, porque muestraque la discusión es en realidad porel lenguaje y la constante rese-mantización de lo “indígena”. Enese sentido, tanto un criollo, diga-mos Arguedas, como los indianis-tas, al diferenciar lo “indígena” delo “cholo” lo que han hecho escrear dos significados distintos yhasta contrarios de “indígena”. Enel primer caso se trataría efectiva-mente de un significado encade-nado al peso del pasado prehis-pánico, con sus respectivas visio-nes negativas como la de Argue-das y positivas como la de los indi-genistas, y en el segundo caso setrataría de un significado ligadoradicalmente al futuro, con susrespectivas visiones modernizan-tes, como la de Portugal o loskataristas, o revolucionarias, comola del Reinaga de La revoluciónindia o Felipe Quispe.

...el resemantizar eltérmino, de algunaforma, obliga a quien lousa a asumir susconsecuencias políticas

La Paz, julio de 2018 Página 4

Economía:

Efectos del precio del petróleosobre la economiaPedro Hinojosa Pérez

Fuente ilustración: https://www.renovablesverdes.com/wp-content/uploads/2011/04/Petr%C3%B3leo-aumento-de-precios.jpg

Los precios del petróleo estánnuevamente de subida a nivelesque podrían provocar ciertosproblemas a la Organización dePaíses Exportadores de Petróleo(OPEP) y otros productores a me-dio plazo. Esto puede desembo-car en un incremento de los pre-cios, que a corto plazo parecerápositivo, pero que a medio plazopuede reducir la demanda decrudo y estimular la producciónen los países ajenos al cártel. Eneste contexto, se han incremen-tado los temores inflacionariosen las principales economías delmundo, debido a que el efectodel alza en los precios del petró-leo puede transmitirse a las eco-nomías por vía directa a travésdel precio de los combustibles.

El precio del petróleo a nivelinternacional viene aumentandodesde hace varios meses debidoa problemas políticos y sociales,que hacen que el crudo acrecien-te su precio y esto llega a losconsumidores.

Los individuos de gran partedel planeta pagan más caro elcombustible, la electricidad eincluso los alimentos, ya queestos se trasladan grandes dis-tancias por barco o camiones queconsumen combustible fósil ypor ende también aumentan los

alimentos cuando sube el preciodel petróleo.

Es una gran reacción en cadenamuy negativa, ya que los grupossociales con menores recursosson los más afectados porque notienen capacidad de absorberesos aumentos. Además, afectanegativamente el desarrollo eco-nómico de las sociedades ya queno pueden producir por el altoprecio de las materias primas oproductos necesarios para suelaboración.

Cuando se eleva el precio delpetróleo personas pobres sevuelven más pobres, todo lo con-trario a las energías renovablesque ayudan a las personas a dejarsu estado de pobreza.

Unos dólares más arriba o másabajo del crudo determinan si al-gunas personas podrán comer ono por el precio de los alimentosya que si se elevan no podráncomprarlo.

Esto es el efecto expansivo: elaumento en el precio de los com-bustibles aumenta los costos deproducción y, por lo tanto, el nivelde precios de la economía comoun todo. Finalmente, existe unefecto indirecto que se producecuando el aumento de la inflaciónesperada implica convenios consalarios al alza y encarece los cos-tos laborales. Las preocupacionesen torno a la inflación global seacentúan aún más cuando el alzaen los precios del petróleo impul-sa a los consumidores a buscarsustitutos como biocombustibles,

los cuales tienen un efecto tan-gible sobre los precios de los ali-mentos (como consecuencia delaumento en la demanda de ali-mentos utilizados como insumoen la elaboración de biocombus-tibles).

El precio del petróleo se acercaa los 80 dólares el barril: El au-mento de los precios del petróleoes un arma de doble filo para laeconomía mundial. Con el alzaen torno al 15% que registra elprecio del crudo este año, queactualmente se encuentra en sunivel más alto en tres años y me-dio, los exportadores del com-bustible pueden disfrutar de unaganancia inesperada mientras lasnaciones consumidoras se venperjudicadas. De cualquier ma-nera, hay ganadores y perdedo-res, especialmente entre las eco-nomías emergentes. Los paísesque dependen de la energía im-portada se verán presionados amedida que los costos aumen-ten, las balanzas de pagos sevuelvan tensas y la inflación seacelere.

China es el mayor importadormundial de petróleo y podría es-perar un repunte de la inflación;los precios ya apuntan a un au-mento del 2,3% en 2018 desdeel 1,6% en 2017. Para que el cre-cimiento global se vea afectadode forma sostenida, los econo-mistas aseguran que el petróleotendría que subir más y mante-ner esos niveles. Los efectos es-tacionales significan que los cos-

tos de energía a menudo aumen-tan durante la primera mitad delaño y luego disminuyen. Los con-sumidores también pueden cam-biar las fuentes de energía paramantener bajos los costos, comolos biocombustibles o el gas na-tural.

Según Bloomberg Economics,la mayoría de las principales na-ciones productoras de petróleoson economías emergentes. Ara-bia Saudita lidera el grupo conuna producción neta de petróleoque es casi el 21% del PIB al2016, más del doble que la deRusia, que es el siguiente entrelos 15 principales mercadosemergentes. Otros ganadorespodrían incluir a Nigeria y Colom-bia. El aumento en los ingresosayudará a reparar los presupues-tos y los déficits de la cuenta co-rriente, permitiendo a los gobier-nos aumentar el gasto que esti-mulará la inversión. Por la veredaopuesta, naciones como India,China, Taiwán, Chile, Turquía,Egipto y Ucrania figuran en lalista de preocupaciones. Pagarmás por el petróleo presionará lascuentas corrientes.

Para el país tenemos el siguien-te comentario: El precio del pe-tróleo intermedio de Texas (WTI),de referencia para Bolivia, subióa 71,14 dólares el barril, su nivelmás alto desde noviembre de2014, monto con el que se prevéque mejoren los ingresos delpaís, aunque no lo suficiente co-mo para reducir el déficit fiscal.

En el pasado elincremento en el preciodel petróleo trajobeneficios para laeconomía de los paísesproductores: aumento delPIB, de la calidad de viday del gasto público, ymayor inversión privada.También causó éxodo depoblación rural a laciudad, generando unurbanismo caotico y fallaen los servicios básicos,elevando el gasto públicoy el endeudamiento. Ojaláesta vez si se dispara elprecio del petróleotengamos la capacidad deutilizar bien dichosingresos.

La Paz, julio de 2018 Página 5

“Hay dos factores que han inci-dido en el tema del precio: unoes el acuerdo que han alcanzadolos productores de petróleo,agrupados en la OPEP (Organiza-ción de Países Exportadores dePetróleo) y algunos que no están,como Rusia, para limitar la pro-ducción y de esa manera equili-brar la oferta que había de añosanteriores. En segundo lugar, eltema de Irán, sobre el cual hayun acuerdo respecto a todos susproyectos nucleares y en el quese incluye el hecho de que tieneuna restricción de vender petró-leo”, explicó el economista Ar-mando Álvarez.

La cotización internacional delcrudo le sirve de referencia alpaís para la exportación de gasnatural a Brasil y Argentina, yaque sobre la base del precio delbarril de petróleo WTI se calculael valor del principal carburanteque exporta Bolivia.

En mayo de 2013 el precio delcrudo estaba en 110 dólares,(muchos países recibieron ingen-tes ingresos y lo dilapidaron engastos superfluos) pero luegodescendió a 97,9 dólares el 31de julio de 2014 y tocó fondo 26,2dólares en enero de 2016.

Esto provocó que el país percibamenos recursos por regalías paralos departamentos productoresde hidrocarburos y una disminu-ción del Impuesto Directo a losHidrocarburos (IDH).

A partir de entonces, la coti-zación del crudo tuvo una lentarecuperación, marcada por los al-tibajos en los precios y desdejulio de 2017 (42,7 dólares) mar-chó en ascenso hasta llegar a los71,14 de la víspera.

En opinión de Álvarez, la ten-dencia al alza en el precio se man-tendrá hasta fin de año, perosiempre en función del compor-tamiento de los países con laseconomías más grandes.

“La sostenibilidad en el tiempodepende de la oferta y la de-manda, que está sujeta al com-portamiento de las principaleseconomías del mundo que, sitienden a recuperarse, induda-blemente habrá una mayor de-manda por petróleo”, señaló.

El Presupuesto General de laNación (PGN) para 2018 fue ela-borado con un precio de 45,5 dó-lares para el barril de petróleo y,con el valor del crudo en alza, seprevé mayores ingresos para elpaís, aunque, según el econo-mista Gonzalo Chávez, no comopara reducir el déficit fiscal.

“El déficit fiscal tiene cinco añosy va acumulando, hemos comen-zado con 3,5%, hemos llegado a6,3%, pasando a 9,7% y ahoraprobablemente esté entre 7% y8%. Este precio del petróleo ayu-dará unos centavos, pero no mu-cho, alivia, pero todavía no repre-

senta una solución estructural nimucho menos, existe un déficitpúblico que no se lo puede negarni solucionar tan rápido”, explicóel experto.

En criterio de Chávez, el valordel petróleo se estabilizará entre70 y 75 dólares el segundo se-mestre de 2018, pero “hay unasobreoferta en el mercado” y losgrandes productores buscaránvender sus reservas, lo que haríaque el precio del crudo baje.

En el PGE 2018 el Gobierno pro-yectó menores envíos de gas aBrasil, 25 millones de metros cú-bicos por día (MMmcd).

La producción de gas bajó de61,3 MMmcd en 2014, cuandoalcanzó su pico máximo, a 56,6MMmcd en 2017, por una menordemanda de Brasil y por el ago-tamiento natural de los princi-pales campos.Valor del petróleo y losvolúmenes de gas

“Este precio del barril va a fa-vorecer a los precios del gas,siempre que los volúmenes quese mandan a Argentina y Brasilse cumplan”, explicó el econo-mista Armando Álvarez. En lasproyecciones del ministerio deEconomía para 2018 se detallaque se exportará un promedio de25 millones de metros cúbicos degas por día (MMmcd), cuando loacordado en contrato es 30,08MMmcd.

A la Argentina se enviará enpromedio 16,9 MMmcd. El econo-mista Gonzalo Chávez explicóque para reducir el déficit fiscal,el precio del barril debería superarel orden de los 100 dólares. ElPresupuesto General de la Nación,elaborado por el ministerio deEconomía, proyectó el déficit fis-cal para 2018 en 8,3% del Pro-ducto Interno Bruto (PIB), es de-cir, 22.503 millones de bolivia-nos. “Estamos lejos del superávitde los años de bonanza, es im-probable, imposible llegar a esemargen”.¿Qué significa para elcrecimiento global?

La economía mundial está dis-frutando de su mayor expansióndesde 2011 y los precios másaltos del petróleo afectarían losingresos de los hogares y el gastodel consumidor, pero el impactovariará.

Europa es vulnerable dado queel crecimiento y la actividad in-dustrial ya se están moderandoy muchos de los países de laregión son importadores de pe-tróleo.

China es el mayor importadormundial de petróleo y podríaesperar un repunte de la infla-ción; los precios ya apuntan a unaumento del 2.3 por ciento en2018 desde el 1.6 por ciento en2017.

Para que el crecimiento globalse vea afectado de forma soste-nida, los economistas dicen queel petróleo tendría que subir másy mantener esos niveles. Losefectos estacionales significanque los costos de energía a me-nudo aumentan durante la pri-mera mitad del año y luego dis-minuyen.

Los consumidores tambiénpueden cambiar las fuentes deenergía para mantener bajos loscostos, como los biocombustibleso el gas natural.¿Quiénes ganan yquienes pierden con losprecios más altos delpetróleo?

Ganan la mayoría de las princi-pales naciones productoras depetróleo y son economías emer-gentes.

Arabia Saudita lidera el grupocon una producción neta de pe-tróleo que es casi el 21 por cientodel producto interno bruto al2016, más del doble que la deRusia, que es el siguiente entrelos 15 principales mercadosemergentes clasificados porBloomberg Economics.

Otros ganadores podrían incluira Nigeria y Colombia. El aumentoen los ingresos ayudará a repararlos presupuestos y los déficits dela cuenta corriente, permitiendoa los gobiernos aumentar el gastoque estimulará la inversión.

Y los que pierden son las nacio-nes que compran petróleo: India,China, Taiwán, Chile, Turquía,Egipto y Ucrania figuran en la lis-ta de preocupaciones. Pagar máspor el petróleo presionará lascuentas corrientes y hará que laseconomías sean más vulnerablesal aumento de las tasas de interésen Estados Unidos.

Los analistas de RBC CapitalMarkets crearon un «índice desensibilidad al petróleo» para me-dir a las economías más expues-tas en Asia. Advierten que Mala-sia, Tailandia, China e Indonesiapodrían enfrentar la mayor volati-lidad debido a un alza en el preciodel petróleo.¿Y qué significa para laeconomía estadounidense,la más grande del mundo?

Un aumento en los precios delpetróleo representa un riesgomucho menor para la economíade los Estados Unidos de lo quesolía hacerlo, gracias al auge dela producción de petróleo shale.

La vieja regla empírica entre loseconomistas era que una subidasostenida de 10 dólares por barrilen los precios del petróleo redu-ciría aproximadamente 0.3 porciento del PIB estadounidense elaño siguiente.

Ahora, dice Mark Zandi, econo-mista jefe de Moody’s Analytics,el impacto es de alrededor del0.1 por ciento. Y eso se disipa en

los años siguientes a medida quela producción de petróleo shalese intensifique en respuesta a losprecios más altos.¿Existirá una mayorinflación en todo elmundo?

Si bien la influencia de los pre-cios de la energía en las canastasde precios al consumidor en ge-neral varía ampliamente segúnla economía, la categoría cons-tituye una participación de dosdígitos en economías como Indo-nesia, Malasia y Nueva Zelanda,según los recuentos de RBCCapital Markets.

Los precios de la energía a me-nudo tienen un gran peso en losíndices de precios al consumidor,lo que llevó a los encargados depolítica, incluidos los de la Fed, acentrarse simultáneamente enlos índices básicos que excluyenlos volátiles costos de alimentosy energía.

Pero un aumento sustancial enlos precios del petróleo podríaproporcionar un repunte más du-radero para la inflación general amedida que los costos se filtranhacia transporte y servicios públi-cos y otras industrias asociadas.

Como se observará en el pasa-do, el incremento en el precio delpetróleo generalmente trajoenormes beneficios para la eco-nomía de los países productorescomo ser un aumento del PIB porencima del 5%, el aumento signi-ficativo del gasto público en sumayoría en infraestructura o gas-to social traduciéndose en mayorinversión privada y un aumentoen la calidad de vida. Pero tam-bién de manera paralela ha cau-sado en su momento grandeséxodos de población rural a la ciu-dad, trayendo como consecuen-cia un urbanismo desorganizadoy la falta de planeamiento paradesarrollar los servicios básicosy necesarios como el agua, luz,etc. De la misma manera, losaltos precios del mismo hicieronque el gasto público se elevaraconsiderablemente ocasionandosituaciones de endeudamiento.Esperemos que esta vez si se dis-para el precio del petróleo ten-gamos la capacidad de utilizarbien dichos ingresos.

Datos extraídos de las siguientesfuentes:

http://www.eleconomista.es/materias-primas/noticias/9078025/04/18/Si-el-precio-del-petroleo-sigue-subiendo-la-O P E P - p u e d e - e n c o n t r a r s e - c o n -sorpresas.html

http://www.emol . com/noti c i as /Economia/2018/05/10/905610/Petroleo-en-torno-a-US80-el-barril-Los-impactos-en-Chile-y-en-la-economia-mundial.html

http://www.paginasiete.bo/economia/2018/5/10/el-precio-del-petroleo-sube-us-7114-su-mayor-nivel-desde-2014-179507.html

http://www.el financiero.com.mx/economia/que-consecuencias-tiene-el-aumento-del-precio-del-petroleo-en-el-mundo-te-explicamos-en-7-puntos

La Paz, julio de 2018 Página 6

Imvestigación:

El imperio de Tiwanacu en laEdad de BronceBernardo Corro Barrientos*

En otros documentos hemos in-dicado que los imperios tiwana-cota e inca accedieron a la “edadde bronce”, pero no habíamos de-sarrollado sus características.1 Enrealidad, en esas sociedades noexistía solo la pequeña agricul-tura campesina, como general-mente se menciona, sino tam-bién otras actividades producti-vas tan importantes o más, cua-litativa y cuantitativamente.

El análisis de la economía delbronce permite determinar el de-sarrollo histórico, económico y so-cial alcanzado por Tiwanacu res-pecto de otras sociedades de lamisma naturaleza existentes enAmérica. La aleación del broncehabía adquirido en estos imperiosuna importancia económica y tec-nológica estratégica en la dina-mización de los diferentes secto-res productivos y de servicios.

Pese a su importancia —puespermite determinar el avanceeconómico y tecnológico de losimperios tiwanacota e inca—, lametalurgia del bronce ha sidotratada marginalmente y sin in-terés en la academia y esferasintelectuales, en particular delmundo andino.

Uno de los objetivos de este ar-tículo es determinar con precisiónsi se puede o no hablar del accesoa la edad de bronce de los impe-rios andinos mencionados.

Los hallazgos, hace muchas dé-cadas, de restos de producciónde minerales y de metales rela-cionados con el bronce en los paí-ses andinos centrales —Ecuadory Perú— y del centro sud —Ar-gentina, Bolivia y Chile— alimen-tan nuestra reflexión sobre esteasunto.2 Se han realizado en laregión, en las últimas décadas,estudios y hallazgos arqueológi-cos sobre los metales y el bronceespecíficamente, lo que nos per-mite profundizar este tema.¿Edad de bronce en elnorte del Perú?

El arqueólogo Izumi Shimada(1995) escribió que la culturaSicán, en Lambayeque, norte delPerú actual, había producido y

desarrollado una “tecnología decobre arsenical”:3

“…hacia fines de 1983, demostra-mos que a mediados del siglo X d.C.los antiguos Sicán desarrollaron exito-samente una tecnología y una industriade fundición de cobre arsenical. Comoera de esperar, con el inicio de la fundi-ción de bronce en gran escala, el cobre,soporte anterior de la metalurgia nor-peruana fue sistemáticamente reem-plazado. Inclusive las herramientas depiedra y hueso fueron gradualmentesustituidas por los implementos de co-bre arsenical. Así, la cultura Sicán Medio(900 -1000 d.C.) fue verdaderamentela precursora de la “Edad de Bronce”para el norte del Perú.”La arqueóloga francesa Anne

Marie Hocquenghem (2004), enapoyo a las conclusiones de Shi-mada, indicó que se podría hablardel surgimiento en el siglo IXºd.C de la “edad de bronce” en lasociedad Sicán, norte de la costanorte del Perú actual. El descu-brimiento de piezas, herramien-tas y ornamentos de bronce arse-nical confirmaría que esa socie-dad se encontró efectivamente enla edad de bronce. Desde el sigloIXº de nuestra era, existía un:4

“…proceso de transformaciones, deampliación de la frontera agrícola, decrecimiento demográfico, de extensiónde las rutas de intercambio, de creci-miento del sector administrativo yceremonial e incremento del poder dela teocracia Sicán.”Para la arqueóloga estadouni-

dense Heather Lechtman, consi-derada autoridad en la materia,la situación era distinta. Para ella,el bronce e incluso “un rango debronces” ya se producían desdemucho antes en el imperio deTiwanacu, cerca del Lago Titicaca,en el período denominado “ho-rizonte medio”, durante los siglosVº al XIº d.C.:5

“¿Dónde se originaron los nuevos sis-temas de fundir y alear? Puesto quelas aleaciones de bronce aparecen hacia600 d.C., tanto en la cuenca del Titicacacomo en el Valle de Cusco en los AndesCentrales, somos testigos de un acon-tecimiento tecnológico diseminado quecoincide con el fenómeno del HorizonteMedio. Es posible que el horizonte tec-nológico asociado con la producción delas aleaciones de bronce tuviera susorígenes en los Andes surcentrales, en-contrando su expresión en la culturamaterial de Tiwanacu y Huari. La vincu-lación de la costa norte del Perú a laproducción de bronce arsenical pudoser posterior a la llegada a la zona deun complejo tecnológico cuyos cimien-tos estaban ya puestos”. (Lechtman,

1998, 24).“Durante el Horizonte Medio en toda

la zona de los Andes centrales, es decir,en el territorio actualmente correspon-diente a Perú y Ecuador, solamente seprodujo bronce arsenical. El Lago Titica-ca constituyó el límite sureño para laproducción de este bronce. (Lechtman,1998:6).”Respecto a las piezas de bronce

arsenical encontradas en Pikillac-ta —lugar correspondiente a lasociedad Huari, el denominado“límite sureño” de este tipo debronce—, que constituía en rea-lidad el “límite” de la sociedadWari, Hocquenghem, siguiendo aLechtman, precisa:6

“Son pequeños objetos, tupus yagujas de cobre arsenical casi idénticosal de la costa norte (Lechtman 1998:12). La datación no es muy precisa, yno hay hasta ahora evidencias de laproducción de estos objetos en Piki-llacta mismo, por lo tanto podrían pro-venir de la costa norte.”Según Hocquenghem las piezas

encontradas en Pikillacta podríanno haber sido producidas por lasociedad Wari, pues ahí no se en-contraron restos arqueológicos detalleres metalúrgicos. Su hipóte-sis es que estas piezas podríanhaber sido producidas por la cul-tura Sican, en el norte.El bronce en Wari y enTiwanacu

Respecto a la producción de

bronce en Tiwanacu, Lechtman se-ñala que mientras en Wari y enla costa norte del Perú —Sican—, se usaba solo el cobre arsenicalpara la producción de objetos, enTiwanacu se producía un “rangode bronces”, es decir, “varios ti-pos” de aleaciones del bronce:7

“Mientras que virtualmente todos losartefactos de Pikillacta fueron hechoscon bronce arsenical, en Tiwanacu seusó una variedad mucho más ampliade aleaciones (…). De los 20 artefactosde Tiwanacu analizados, 11 (55%) es-taban hechos con aleaciones ternariasde cobre-arsénico-níquel en las que tan-to el arsénico como el níquel están pre-sentes en alta concentración en el co-bre;7 (35%) están hechos con bronceestañífero (aleación de cobre y esta-ño); solamente 1 (5%) está hecho conbronce arsenical y 1 (5%) con cobreimpuro. (Lechtman, 1998:12).Finalmente, Lechtman concluye

afirmando que esas piezas:“(…) datan del Horizonte Medio (600

- 1000 d.C), aunque en la hoya del Ti-ticaca se produjeron hasta los primerosaños del período Intermedio Tardío, esdecir, aproximadamente 1000-1100d.C. (Lechtman, 1998: 12).”Dado que los fechados de Lecht-

man no son precisos y abarcan unperiodo demasiado amplio —“has-ta los primeros años del periodoIntermedio Tardío”— ello nos per-mite preguntar ¿desde cuándo?

Lechtman precisa que estas va-

* Bernardo Corro Barrientos es doctoren economía. El presente artículo escondensación de un capítulo de su libro"Economía y sociedad del imperio Inca"publicado recientemente en los EstadosUnidos.

Pectoral de bronce y sus dibujos esquemáticos de Tiwanaku.Fuente imagen: http://www.detiahuanaco.com/metalurgia-de-tiahuanaco.html

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riedades de bronces fueron fabri-cadas por Tiwanacu y no por otrasociedad.

Sin embargo, esta arqueólogaparece desconocer que los bron-ces se producían no solo en losaños 1000-1100 d.C, sino desdemucho antes, por lo menos desdela consolidación y el principio dela expansión del Estado tiwana-cota, siglos Vº y VIº de nuestraera, o antes.8

Aunque se evidencia variedady proliferación de objetos y he-rramientas de bronce generadospor el imperio de Tiwanacu,Lechtman considera que no sepuede sostener que en los Andesalguna sociedad haya accedido ala “edad de bronce”, al no reunircondiciones y características ne-cesarias, como lo hicieron lassociedades europeas antiguas.

En favor de su argumentación,esta investigadora sostiene que:9

“No se debe confundir lo que ocurrióen el Viejo Mundo. Allá los arqueólogoshablan de una “Edad de Bronce” cuandocambios importantes en el desarrollode ciudades, el intercambio a larga dis-tancia de bienes exóticos, el crecimien-to de grandes estados políticos coinci-dieron con el desarrollo del bronce yhasta cierto punto fueron facilitados porla producción de ese material.

No se puede sostener que hubo una“Edad de bronce” en los Andes. Lo quese observa es la explotación y utilizaciónde una gama mucho más extensa derecursos minerales y una prolija experi-mentación con nuevos materiales cu-yas propiedades fueron muy diferentesde aquellas de los metales y aleacionesmás viejos: propiedades de dureza,resistencia, ductilidad y color. Los cono-cimientos sobre cómo fundir las nue-vas menas y cómo controlar las alea-ciones se difundieron por toda la región.(Lechtman, 1998, 24).”Para Lechtman el imperio tiwa-

nacota no habría accedido a laedad del bronce al no haber expe-rimentado “cambios importantesen el desarrollo de ciudades, en elintercambio a larga distancia debienes exóticos y en el crecimien-to de grandes estados políticos”, ar-gumento basado en el desconoci-miento de Tiwanacu y de su desa-rrollo. Lechtman expresa así im-precisiones conceptuales respec-to a la historia regional andina, ya los conceptos relativos a la evolu-ción en general de las sociedades.Características y dinámicadel Estado y del imperio deTiwanacu

Es evidente que Lechtman nocontó con estudios y reflexionessuficientes sobre la sociedad, elEstado y el imperio de Tiwanacu.Contamos actualmente con datosy referencias que permiten elabo-rar otra imagen de este imperio.Lamentablemente, existe desdehace décadas una literatura ava-salladora sobre esta sociedad, pe-ro con interpretaciones, parciales,superficiales y especulativas, que“reduce” la importancia de esteimperio y deforma sus caracte-rísticas al presentarlo como un

conglomerado social gelatinoso,que no podría alcanzar la dimen-sión de una sociedad y menos deun Estado y de un imperio.

Por ejemplo, el arqueólogo esta-dounidense Wendell C. Bennet,luego de excavaciones parcialesen Tiwanacu a principios de losaños treinta concluyó que seríasimplemente un “santuario” y“centro ceremonial”, un conjuntode templos dedicados a la adora-ción de los dioses andinos de laépoca.10 En este “enfoque religio-so” sus habitantes habrían sim-plemente difundido creencias ysímbolos durante varios siglospor Bolivia, Perú, Argentina y Chi-le, sin otra motivación de expan-sión, ni otra razón para conquistary dominar nuevos territorios ypueblos. Otra función de estaciudad habría sido congregar pe-riódicamente a los creyentes delas diferentes regiones de losAndes para celebrar festividadesreligiosas. La presencia de sím-bolos religiosos y arquitectónicosde esta sociedad en las regionesy países mencionados, se debe-ría a la difusión cultural por laspoblaciones religiosas migrantesprovenientes de Tiwanacu.

El arqueólogo estadounidenseDavid L. Browman plantea un en-foque “comercial” sobre Tiwana-cu. Habría sido un “centro de in-tercambio” de materias primasde distintas regiones —Argenti-na, Chile, Perú y zonas de Boliviacomo Cochabamba—, transfor-madas en Tiwanacu y exportadascomo artesanías y bienes elabo-rados a otras regiones de los An-des.11 Como el anterior, este en-foque no reconoce la presenciade ningún Estado ni de un impe-rio. Se trataría simplemente deuna sociedad de artesanos y co-merciantes que difunde sus bie-nes y, paralelamente, sus sím-bolos y divinidades espirituales.

En las últimas décadas se hanformulado interpretaciones simi-lares, aunque con variantes. Sudenominador común es eliminaro reducir la presencia en esta so-ciedad de clases sociales, de unEstado, así como negar la posibili-dad de existencia de un imperio.

Empero, los estudios e investi-gaciones de las últimas décadassobre las sociedades y Estadosen los Andes centrales como laMoche, Sican, Nazca, Wari, etc.,revelan que estaban constituidosde clases sociales, eran Estadose imperios guerreros y expansio-nistas. En este gran contexto soloTiwanacu habría sido una socie-dad religiosa y pacífica o simple-mente un “centro de intercam-bios”. ¡Esto es sorprendente! Estefenómeno insólito habría ocurridoen realidad por primera vez en lahistoria de la humanidad.

Ante la ausencia de estudios einvestigaciones más precisas yprofundas sobre Tiwanacu, pode-mos avanzar razonamientos y

análisis que nos permitirán unaaproximación adecuada sobreesta sociedad y su relación conel imperio y la “edad de bronce”.

Tiwanacu no fue un simple cen-tro religioso por las característi-cas de sus edificaciones y monu-mentos —como plantea Bennetty la mayoría de especialistas ac-tuales de esta sociedad—. Tiwa-nacu cumplía otras funciones ade-más de la religiosa. En otras re-giones y continentes existentambién sitios con importantesmonumentos religiosos, como laspirámides de Egipto, Angkor Vaten Camboya, Teotihuacan y Chi-chen Itza en México, Copán enHonduras y otros, pero a nadiese le ocurriría que su papel fuesolamente religioso. Esos sitiosy ciudades desarrollaron tambiénpapel de capitales imperiales, desedes estatales, espacios econó-micos, urbes y guarniciones mili-tares importantes, que revelan lamagnitud del poder político, eco-nómico, social y territorial de susélites dominantes.

Las características monumen-tales y simbólicas de los edificiosde esos imperios reflejaban la im-portancia y grandeza que las eli-tes se atribuían a sí mismas. Lamonumentalidad y las caracterís-ticas religiosas plasmadas en susobras y edificios exaltaban la ima-gen de sus divinidades espiritua-les, con el fin de legitimar ideoló-gicamente su propio dominio so-cial y económico y su poder po-lítico ante y sobre su pueblo.

Sobre Tiwanacu es lo mismo.Esos restos no son solo “edificiosceremoniales y religiosos”, sinovestigios de una capital imperial,de la sede central del Estado, des-de donde se gobernaba a pobla-ciones, en un amplio espacio geo-gráfico, que desarrollaban activi-dades productivas como la agri-cultura, pequeña y grande, la ga-nadería, minería, manufacturasy metalurgia, en particular delbronce. Por encima de la pobla-ción trabajadora se encontrabauna élite que dirigía las diferentesactividades institucionales, pro-ductivas, ideológicas y religiosas.Esta elite gobernaba el imperioen cada uno de los ayllus dise-minados en todo el territorio.

En cuanto a la interpretación “co-mercial” de Browman, ésta es unargumento metodológico algo pa-recido al de Bennett al “reducir”las actividades de Tiwanacu al co-mercio, eliminando inexplicable-mente otras actividades y funcio-nes, como la gestión del poderpolítico central, la coordinaciónde la administración central, re-gional y local, las actividades eco-nómicas y sociales de las familiasgrandes, de la nobleza y de las pe-queñas campesinas, las activida-des militares y las campañas deconquistas en las periferias. Estaamputación arbitraria de funcio-nes levanta interrogantes y debi-

lita la interpretación de Browman,por ejemplo: ¿Cómo podían des-plazarse los comerciantes en re-gión tan extensa sin contar conuna fuerza armada de defensa yde protección? ¿Cómo podía exis-tir tal sistema de producción, decirculación y de intercambios sinun gigantesco sistema central deregulación y de control?

Existía, en efecto, una intensarelación comercial entre la ciudadde Tiwanaku y las de alrededoren cientos de kilómetros, graciasa los enormes rebaños de caméli-dos. Este tráfico se encontrabaorganizado, regulado, controladoy protegido por un poderosoEstado y un imperio dominanteen este vasto espacio territorial.Sin esa poderosa estructura nohubiera sido posible, durantetantos siglos, semejante flujo deintercambios comerciales.

Se ha especulado también enlas últimas décadas que Tiwana-cu puede ser considerado Estadopero no imperio, debido a que ennumerosas regiones bajo su in-fluencia no se encontraron forta-lezas militares y vestigios de con-quistas violentas. Es el caso delconocido arqueólogo peruanoLuis Guillermo Lumbreras quienplantea una interpretación “esta-tal colonizadora” de Tiwanacu:12

“Tiwanacu era una urbe gigantesca,con grandes templos en forma de recin-tos que alojaban las imágenes de losdioses grabadas en piedra…

Pero Tiwanacu no llegó a constituirun gran imperio como muchos historia-dores creyeron en el siglo pasado yaún algunas décadas atrás. Debió serun estado expansivo con dominio so-bre muchos territorios, pero sobre todoun estado colonizador más bien queuno de carácter imperialista. Si nos ate-nemos a las informaciones que tene-mos sobre los reinos altiplánicos poste-riores y a su organización y a la seme-janza de su estructura con la de Tiwa-nacu en su época de máxima expansiónencontramos una imagen muy particu-lar de un estado colonizador que sepreocupa por conquistar tierras no conel objeto de someter a los hombresque allí vivían sino con el de explotarellos mismos las tierras para obtenerlos productos que su hábitat altiplánicono les permitía producir. El gran estadotiwanaquense viene a ser entonces unagran metrópoli con otras ciudades me-nores cerca del inmenso lago Titikakay una infinidad de enclaves dispersosen los valles de la costa cerca del mar,donde se producía el maíz, varias le-gumbres y se obtenía una gran varie-dad de peces y otros mariscos; disper-sos en las quebradas intermedias de lasierra, donde también hay maíz delbueno y árboles frutales; y quizás inclu-so en la selva, donde a más de la yucao mandioca, se puede conseguir la co-ca. Es quizá la diferencia entre un estadocolonizador frente a un estado conquis-tador, como lo fue el estado inka muchomás tarde, que también aprovechó laexperiencia altiplánica a este respecto.Esta extraña estructura de Tiwanacuexplica su fama en aquel tiempo. Enalgunos lugares, como la costa de Are-quipa o el norte de Chile, las coloniasaltiplánicas encontraron pueblos muyatrasados de pescadores y recolecto-

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res, con los cuales coexistieron perono se mezclaron, es decir, no convivie-ron; algunas poblaciones asimilaron al-go de los logros tecnológicos tiwana-quenses y desarrollaron formas supe-riores de cultura, aunque ello aún tieneque ser bien estudiado por los arqueólo-gos.”Para Lumbreras, si en las tierras

conquistadas por Tiwanacu —ha-ce referencia al sud del Perú ac-tual, sobre todo en las provinciasde Moquegua y Arequipa— no seencuentran vestigios arqueoló-gicos de “sometimiento” de losconquistados y más bien se ha-llan indicios de que los tiwanaco-tas mismos explotaban la tierra,ello señalaría que no se trata de“imperio conquistador” sino de“un estado colonizador”. Con estainterpretación Lumbreras expre-sa otra visión “reduccionista” deTiwanacu, pues lo que él llamauna “infinidad de enclaves dis-persos” en los valles de la costacerca del mar, son en realidad las“islas periféricas de mitimaqs ode mitmakunas”, cautivos extran-jeros que los nobles de Tiwanacuenviaban de unas zonas a otraspara producir los bienes que nodisponían en sus ciudades y ay-llus centrales.13

Este método de colonización noexcluye el uso del “método tradi-cional” de dominación y explota-ción directa de las poblacionescampesinas, vencidas pero tras-ladadas a otras regiones y pue-blos conquistados. En el sistemainca este método se llamaba enquechua la mit’a. Este métodopuede verificarse aún hoy en las“terrazas” que el Estado de Tiwa-nacu hacía construir en los flan-cos de montañas en las diferentesregiones de los Andes centrales.Un ejemplo, son las gigantescasterrazas en las orillas e islas dellago Titicaca.

Los tiwanacotas se caracteriza-ron también por la producción demanufacturas en lana de caméli-dos, en cerámica, en madera yen metales no preciosos. Inclusoen zonas alejadas del altiplano,como el norte de Chile y Argenti-na, producían diferentes manu-facturas de metal. En varios lu-gares fueron encontradas minasde cobre en particular y talleresmetalúrgicos relacionados con laproducción de objetos de bronce.

Tiwanacu en sus siglos de vidallegó a aplicar diferentes estrate-gias de colonización de nuevastierras, de poblamiento y de ex-pansión territorial. En las zonasvacías o débilmente pobladas seaplicó la colonización por mediode “mitmakunas”, como luego lohicieron los incas. En las zonaspobladas, la del trabajo de las“mit’as agrícolas y de infraes-tructura”, como los “sukakollusagrícolas” en el altiplano o las te-rrazas en los flancos de las mon-tañas en valles, como Cochabam-ba. En los ayllus conquistados,

donde la nobleza era poderosa,podían promover la producciónminera y diferentes manufactu-ras, particularmente la metalur-gia del bronce.

La presencia de Tiwanacu en eseamplio espacio territorial andinocentral sud no fue provocadasimplemente por la migración deuna población pobre y hambrien-ta en busca de alimentos, comolo afirma Lumbreras. Es más pro-fundo que eso. La expansión fuecausada por las necesidades deun Estado, de un imperio y de sunobleza en proceso de fortaleci-miento y de expansión. Entre losproductos que interesaban a lanobleza tiwanacota se encontra-ba el guano y el pescado, insumostecnológicos importantes paradesarrollar la producción agrícolaen gran escala del altiplano alre-dedor de la ciudad de Tiwanacu.

El arqueólogo Lumbreras esta-bleció también un parecido entrela estructura de Tiwanacu “de laépoca de su mayor expansión”,con la de los “reinos posteriores”formados en el altiplano despuésdel colapso de ese imperio. Unacomparación lamentable, puesesas estructuras no tienen nadaen común. Los llamados “reinos”o de manera improvisada “seño-ríos”, eran en realidad grandesayllus o federaciones de ayllusque no lograron conformar un Es-tado de cierta importancia des-pués del colapso de Tiwanacu. Notuvieron la capacidad de expan-dirse en espacios geográficos másamplios y difundir su cultura ysus símbolos culturales, como Ti-wanacu lo hizo. Finalmente, nofueron jamás capaces de generarla diversidad de productos manu-facturados y metalúrgicos, talescomo el bronce, como Tiwanaculo hizo durante tantos siglos ymucho antes que varios imperiosandinos posteriores y americanosen general.

Finalmente, Lumbreras consi-dera a Tiwanacu una “estructuraextraña”. Es evidente que él noreflexionó suficientemente sobrela importancia de la respetableestructura imperial construidacon esfuerzo y creatividad por loshombres y mujeres andinos. Estaestructura admirable, que durótantos siglos, generó muchos co-nocimientos útiles para el desa-rrollo de las otras sociedadesandinas posteriores.

Existen también otras interpre-taciones que buscan reducir o eli-minar la calidad imperial y econó-mica de Tiwanacu, considerando,por ejemplo, que si no se encuen-tran trazas arqueológicas de con-quistas militares violentas en laszonas dominadas por Tiwanacu,entonces no se podría hablar dela existencia de un “imperio”, sinosimplemente de un “Estado” o dealgo menor. La estrategia de ex-pansión utilizada por el Estadotiwanacota durante tantos siglos

y en ese amplio espacio geográfi-co sería simplemente, el “con-senso”, el diálogo, la diplomaciay no la conquista militar violenta.

Otro argumento para negar laexistencia del imperio tiwanacotareza que los verdaderos imperios“duran poco tiempo”, como el im-perio inca, mientras que “los Es-tados pueden durar más”, comoel “Estado de Tiwanacu”.14 Esta“teoría” no toma en cuenta queEstados e imperios de otros con-tinentes duraron cientos de años,como los imperios y Estados —considerados juntos— romano,chino, maya y muchos otros.

Estas ideas no toman en cuentalas características de una estruc-tura institucional estatal y de unaestructura imperial. Un Estado esuna institución que resume losintereses económicos, políticos eideológicos de una clase domi-nante que crea y utiliza la institu-ción estatal para defender sus in-tereses —incrementando y ex-pandiéndolos— respecto a otrasfuerzas sociales contrarias. Unaclase dominante no preserva ymantiene sus intereses estáticosy sin cambios. Las clases domi-nantes crean y organizan unafuerza armada tanto para defen-derse de las acciones adversasinternas y externas, como paraexpandir sus propios intereseseconómicos y su poder político eideológico. En el caso de Tiwana-cu, su clase dominante creó y or-ganizó un ejército para defender-se interna y externamente y paraexpandirse durante muchos si-glos en un espacio territorial másamplio. Este Estado se volvió im-perio cuando luego de su expan-sión territorial —pacífica o violen-ta— logró dominar a otras pobla-ciones, grupos étnicos y ayllusantes independientes o someti-dos a otros imperios. La subordi-nación de los pueblos se traduceen explotación económica enfavor de la clase dominante de lapotencia imperial.

Según estudios arqueológicosTiwanacu amplió su dominio des-de los siglos IV y V de la era cris-tiana. Esta expansión pudo reali-zarse inicialmente porque mu-chas zonas de alrededor —en elnorte de Argentina y Chile, en Bo-livia y en el sud del Perú— se en-contraban escasamente habita-das, eran pequeñas comunidadesdispersas o dominadas por pe-queños señoríos o ayllus. Paraconquistar esos territorios no erannecesarias grandes fortalezas mi-litares ni violencia militar masiva.El Estado tiwanacota pudo así es-tablecer su hegemonía sin mayordificultad. Los pequeños señoríosy comunidades adversarios tuvie-ron que subordinarse ante lafuerza superior de un gran impe-rio en expansión.

Como cualquier otro imperio enel mundo, para imponer su domi-nio económico y político las clases

dominantes tiwanacotas aplica-ron varias tácticas: desde la di-suasión política e ideológica pací-fica a pequeños señoríos y comu-nidades, hasta el uso de la fuerzaarmada. En los territorios débil-mente poblados o vacíos, recu-rrieron a la colonización medianteel desplazamiento de poblacio-nes, es decir, mediante la crea-ción de “islas” de mitimaes omitmakunas, como hicieron losincas luego. En otras regiones,se utilizaron otros métodos deconquista, de dominación y deexplotación económica.

Entre los siglos VIIº y IXº exis-tió en los Andes centrales otroEstado e imperio importante,Wari, contemporáneo y estrecha-mente emparentado con Tiwana-cu. Wari incursionó y dominó unamplio espacio del centro y delnorte del Perú. Su expansión sedebió al uso frecuente de la vio-lencia armada, pues en esas re-giones estaban ya asentadosseñoríos y Estados regionalesimportantes. Para conquistar ymantener esos territorios bajocontrol era necesarias grandesfortalezas militares.

El imperio Tiwanacota al en-frentar más al sur otro tipo decircunstancias y condiciones, uti-lizó y combinó otras tácticas dedominio, tanto armadas comopacíficas, entre ellas el trasladoe implantación de poblaciones detrabajadores, similar al caso delos “mitimaes” incas.

La mayoría de los estudios enlas últimas décadas sobre Tiwa-nacu reducen la importancia deeste imperio y Estado al descri-birlo solo como espacio ceremo-nial y monumental, desdeñandoel estudio de las partes habitacio-nales. Se estima que se conoceríahasta el presente menos de un 5% de esta antigua ciudad. Cuan-do se realice un estudio serio so-bre Tiwanacu se podrá conocermás sobre las características so-ciales, económicas, productivasy demográficas de esta capital, ytambién del Estado y del imperio.

Se estima que la ciudad de Ti-wanacu tenía en su apogeo, antesde su colapso a fines del siglo XI,más de 30 mil habitantes.15 Se-gún fotografías aéreas realizadasen los años 70 y 80 del siglo pasa-do, se extendía por 2,8 kilómetrosde largo y por 1,6 de ancho, conuna superficie de 420 hectáreashabitadas.16 No existía en esostiempos una metrópolis tan gran-de en toda América. Las edifica-ciones oficiales y casas de habita-ción de la ciudad —fuera de losedificios ceremoniales en piedray en granito—, al estar construi-das de adobe desaparecieron conel tiempo. Esta capital, grande yorganizada, se caracterizaba porsus calles y barrios, sus canalesde drenaje y otras característicasde ciudad grande y planificada.

El imperio estaba constituido

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con otras ciudades importanteso más pequeñas situadas en elárea altiplánica de Bolivia, alre-dedor del lago Titicaca y en otrasregiones del norte de Chile y delsur peruano. Según estimacionescautelosas el imperio llegó aalcanzar una población de másde tres millones de habitantes.17

La gran expansión geográficade Tiwanacu fue consolidada me-diante la expansión del comercioa grandes distancias, gracias ala existencia de una ganadería detransporte —las llamas— de másde un millón de camélidos, segu-ramente propiedad de la noblezade Tiwanacu. Este medio facilitóel intercambio de productos deagricultura y ganadería de laszonas altas y frías del altiplano yde las montañas, con los de zonassemitropicales y tropicales, convarias ciudades del norte argen-tino y chileno, y con la costa delPacífico. Entre esos productos seencontraban los minerales, elpescado y el guano, fertilizantenatural muy requeridos por laagricultura intensiva en grandessuperficies de la nobleza tiwana-cota en el altiplano central. Erauna red de intercambio de bienesque abarcaba un área geográficade miles de kilómetros de largoy de ancho, de ida y vuelta.

Entre los bienes intercambiadoshabía objetos y herramientas debronce: cuchillos, tupus, agujas,hachas y otros instrumentos detrabajo, fabricados en diferenteslugares, no solo en el centro. Enla región de Tiwanacu se descu-brieron más de 20 minas decobre, pero existían también enotros lugares, cercanos y lejanos,conquistados por los tiwanacotas.

La arqueóloga Lechtman analizóvarias piezas de bronce de losproductos que se intercambiabanentre Tiwanacu y San Pedro deAtacama, una antigua provinciade Tiwanacu en el norte de Chile,con cientos de kilómetros de dis-tancia entre ellos.18 Lechtman su-giere que muchos de estos pro-ductos se los puede calificar como“exóticos” respecto a los de laedad de bronce en Europa, perootros productos y bienes produ-cidos en diferentes sectores me-recerían también ser considera-dos “exóticos”.

La mayor parte de los objetosen bronce encontrados y analiza-dos por los arqueólogos son orna-mentales —hachas, tupus, pren-dedores, agujas...—, rescatadosde tumbas funerarias y expuestosposteriormente en museos. Pero,estos no constituyen “todos” losobjetos de bronce producidos porTiwanacu. Este imperio producíamuchos más objetos que los des-cubiertos en tumbas y expuestosen museos, sobre todo herra-mientas de trabajo como lastacllas o arados agrícolas, armas,barretas, cinceles, martillos, cu-chillos, tijeras, grampas para

construcción de edificios... Estosartefactos sin cualidad artísticay decorativa, no eran enterradosen las tumbas con el fin de acom-pañar a los muertos a la otra vida.

En lugar de ser enterrados conlos difuntos, estos artefactos per-manecían en manos de parientesy transmitidos a sucesores. Losobjetos toscos y rústicos utiliza-dos luego en las minas de plataexplotadas por los españoles, hansobrevivido a los siglos y puedenser encontrados aún en diversoslugares, aldeas y regiones andi-nas. Los arqueólogos y especia-listas contemporáneos puedendistinguirlos cuando son utiliza-dos por los trabajadores actuales,del campo o de las ciudades. Estees el caso, entre otros, de las“tacllas agrícolas”, existentes ac-tualmente en muchas zonas cam-pesinas del altiplano boliviano yde las montañas peruanas.

Por esta razón la mayor partede objetos y herramientas debronce de Tiwanacu y de los incasno se conservan en los museos.Por ello, cuando arqueólogos yespecialistas realizan estudiossobre los “metales precolombi-nos” solo toman en cuenta los ob-jetos de oro, de plata y de lujo,es decir, las prendas decorativas,y desdeñan otros objetos “rústi-cos y toscos”, pero de alta signi-ficación científica, tecnológica,económica e histórica.

Finalmente, es obvio que la po-blación de la capital de Tiwanacuy de otras ciudades de este impe-rio, y el intercambio de bienesentre esta capital con otras ciuda-des y regiones, implica un Estadoregulador, controlador y domina-dor. Sin un Estado y un imperio,sin un fuerte aparato militar, ad-ministrativo y ceremonial, hubie-ra sido imposible imponer su do-minio en una vasta escala terri-torial, construir grandes ciuda-des, generar el crecimiento depoblaciones y desarrollar un fuer-te intercambio de bienes entreregiones tan alejadas. También,sin una poderosa “pax tiwanaco-ta” hubiera sido imposible desa-rrollar la producción minera ymetalúrgica de un “rango debronces”, como lo dice Lechtman,y durante tantos siglos. Tampocohubiera sido posible difundir eimponer, en tan grande extensiónterritorial, los majestuosos sím-bolos arquitectónicos, culturalese ideológicos diseminados en lasdiferentes regiones de los paísesmencionados.

Por otra parte, la edad de bron-ce no debe ser caracterizada sola-mente por 1), el tamaño de lasciudades, 2), el comercio a largadistancia y 3), el tamaño del Es-tado, características señaladaspor Lechtman y que Tiwanacu su-peraba ampliamente. Estos as-pectos son en realidad efectos yresultados de procesos estructu-rales más profundos, como los

económicos, institucionales, so-ciales, productivos y tecnológi-cos, que explican el tamaño delas ciudades, la extensión del co-mercio y el carácter de la organi-zación de los Estados e imperios.El imperio de Tiwanacu desarrollósus ciudades, su comercio y susinstituciones gracias a diferentesactividades productivas, entreellas la producción de minerales,la metalurgia, en particular la delbronce. El bronce permitió produ-cir medios tecnológicos para im-pulsar el desarrollo de otros sec-tores, como la agricultura grandey pequeña, las manufacturas, laconstrucción, el textil y otros. Elcrecimiento de estos impulsó asu vez al comercio y los intercam-bios a larga distancia. El ejércitofue también fortalecido por el de-sarrollo económico, al requeriruna gran profusión de armas eimplementos de bronce paracontribuir a la expansión territo-rial del imperio.

Lo que caracteriza la “edad debronce” en los Andes centralesno son solo aspectos “visibles yderivados” —el tamaño de lasciudades, el crecimiento demo-gráfico, el intercambio a largadistancia de bienes exóticos, laexistencia de grandes Estadospolíticos—, como Lechtman plan-tea. Es también importante —talvez en mayor grado— “cómo yen qué extensión” las nuevas tec-nologías y las fuerzas productivaslograron generar sectores pro-ductivos y económicos más diná-micos y productivos que durantela “edad de piedra”. Las nuevastecnologías y las nuevas fuerzasde trabajo impulsaron el desarro-llo de diferentes sectores, lo quese tradujo en mayores volúmenesde producción, de prosperidadeconómica y social y de creci-miento de la población, provocan-do a su vez mayor comercio a cor-ta y larga distancia y el fortale-cimiento de las institucionespúblicas y privadas, de las fami-lias de la nobleza y la de los tra-bajadores subordinados. Conse-cuencia del desarrollo tecnológicoy del crecimiento de la economíafue el fortalecimiento del Estado,de sus instituciones, como el ejér-cito, y la expansión económica ycomercial del imperio.

El Estado y el imperio tiwanaco-ta colapsaron a fines del siglo XIºy principios del XII d.C.19 Ello nosignificó la desaparición de susdescubrimientos y avances pro-ductivos y tecnológicos, que le-garon a otras sociedades surgidasluego en los “Andes centrales”,el imperio inca principalmente,y antes el de Wari. Para ilustrareste proceso de “legado tecnoló-gico” la arqueóloga Lechtmanrefiriéndose al desarrollo de latecnología del bronce en la regiónseñala: “los cimientos tecnológi-cos ya estaban puestos”, cuandomás tarde otros imperios tales co-

mo el inca y el de Sicán continua-ron estos progresos.20

El imperio inca posterior condos siglos a Tiwanacu, fue un dig-no heredero de la tradición meta-lúrgica creada e impulsada porlos tiwanacotas.

La sociedad tiwanacota desarro-lló y difundió sus descubrimien-tos tecnológicos a lo largo de sussiglos de su existencia. Recién enlas últimas décadas se descubrenrestos de producción y transfor-mación de metales relacionadoscon el bronce en zonas del nortede Argentina y Chile, así comoen el Perú y Bolivia. Falta muchopor estudiar. En el caso de Tiwa-nacu, los estudios serios apenascomenzaron con los arqueólogosArthur Posnansky y Carlos PonceSanjinés, y lamentablementefueron interrumpidos desde losaños 80 del siglo pasado.

También podemos atribuir otroimportante “descubrimiento his-tórico” a los tiwanacotas. En sularga existencia como imperio, 5a 6 siglos, esta sociedad descu-brió también el valor de la fuerzade trabajo humana. Este descu-brimiento significó que los cauti-vos en las frecuentes guerras yano eran sacrificados, es decir, eje-cutados, como era el caso enotras sociedades de la región. Unavez capturados los prisioneroseran perdonados y debían traba-jar por el resto de sus vidas enbeneficio de las grandes familiasnobles. Los jefes de estas familiasse convertían entonces en “due-ños” de esta fuerza de trabajo,en propietarios privados de me-dios de producción humanos, delos esclavos. Esta fuerza de tra-bajo se convertía a su vez en me-dios de producción y en instru-mentos de trabajo al servicio delas familias nobles de sus dueños.

En este sentido Tiwanacu tam-bién se encontraba más adelan-tada que otras sociedades deAmérica, como la maya y la azte-ca. Incluso en la época de la lle-gada de los españoles, los azte-cas tenían todavía la costumbrede sacrificar por miles a sus pri-sioneros de sus periódicas gue-rras. Los incas, al igual que lostiwanacotas, conocieron tambiénel valor de la fuerza de trabajohumana y la respetaron y utili-zaron para acrecentar el podereconómico y social de la nobleza,para la prosperidad de la sociedady la expansión del imperio.Reducción y deformaciónde los imperios andinospre coloniales

No solo el imperio de Tiwanacufue víctima de la “reducción” deimportancia y “deformación” desus características fundamenta-les. El imperio inca también lofue y lo sigue siendo. Por ejemplo,para el especialista más recono-cido del imperio inca en las últi-

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Política:

Hacia el discurso étnico de lasnuevas identidades globalesAlem Quisbert Pacheco

Se requieren denuevas categoríaspara amalgamarnuevas formas devida dentro de lamodernidadCaracterización decontexto

En la última década se ha evi-denciado con mayor altitud, losdebates sobre tensiones y proce-sos étnicos, dirigida con mayor ri-gurosidad desde el área rural, einterpretadas desde el área urba-na, lo cual ha generado una ce-guera interpretativa, afirmandoque lo étnico es menester de lasinterpretaciones ruralistas, porconsecuencia de economías desubsistencia sumergidas en la pro-ducción agrícola y migracionesesporádicas en busca de capital.

Sin embargo, a lo largo de lastres macro regiones; amazonía,chaco y andina, se han pronuncia-do nuevas emergencias de prota-gonismo étnico a través de relacio-nes, económicas (unas más fuer-tes que las otras), denotando unnuevo surgimiento de colectivospolíticos y sujetos que interpeleny dirijan los nuevos comporta-mientos de estado, denominadosgrupos étnicos, mismos que demanera progresiva consolidanpostulados de interpretación polí-tica direccionando su mirada ha-cia desarrollo económico y urba-nismo, dentro y fuera de lo rural.

Si bien se reconoce a 36 naciona-lidades dentro del territorio nacio-nal, estos se distinguen y entien-den como grupos étnicos, bajotres cruces de variables, a) la in-terpretación estatal, que denotaa lo indígena como sujeto rural ylo no indígena como sujeto urbano(o mestizo), b) lo Camba y lo Kolla,como grupos étnicos, con mayoro mero grado de urbanidad en ca-da una de ellas, distinguida claroen dos polos territoriales (orientey occidente), mismos como gru-pos dominantes, con alto gradode urbanismo, c) grupos étnicoscivilizados (quién tiene mayor re-lación económica con el sistemade mercado) y los no civilizados(quién tiene mayor relación conla naturaleza, por tanto está fueradel mundo global).

Interpretaciones que tanto par-tidos políticos instituciones deestado y ciudadanos fuera de laacademia, mantienen dentro desus interpretaciones cotidianas.

Estas interpretaciones derivande estudios académicos de la dé-cada de los 80 y los 90 enraizadasen el paternalismo doméstico delo urbano frente a lo rural. De losmismos estudios (principalmentedel mundo andino), surgen afir-maciones de la doble localidad,donde el indígena (principalmenteaymara y quechua), migra tem-poralmente a las ciudades, dondepuede o no acumular un capital yejercerlo, posterior retorna a sucomunidad, donde reproduce susmismos usos y costumbres, sinembargo para el siglo XXI, estasmigraciones dejan de ser de dobleinterpretación de identidad y secompacta en la idea de migraciónde expansión cultural, donde el serrural migrante se posesiona de lasnuevas tierras colonizadas, ya seaa través de la agricultura, el comer-cio, el ejercicio de alguna profe-sión, o factores de interés político.La identidad

De ahí, la identidad, trae consigodos elementos, a) la identidad esuna forma de lidiar con mundosdistintos al suyo o poder sumergir-se en el sistema global, con parti-cularidades propias, misma quederivaría en la negación de la iden-tidad (lo cual no está pasando), ob) constituirse desde la identidad,frente al mundo global y de consu-mo, absorbiendo conocimientosclaros del tejido mercantil, facili-tando su expansión demográfica,posesionándose de manera, sóli-da, efectiva y alienante hacia cul-turas que difícilmente o con granlentitud se incorporan al procesoglobal o de mercado.

Ante tal afirmación, rescatamosla variable b) (como elemento demayor aproximación a la realidadnacional), lo Camba y lo Kolla deoriente o occidente, son los ele-mentos étnicos de mayor impactosocial, político, cultural, no por elhecho que aparentan ser de mayorcapacidad demográfica, sino porel hecho de ser dos polaridadesque lograron sumergirse en las re-laciones de mercado, fortalecien-do sus urbes, en todo caso SantaCruz y El alto, cuyas ciudades nosolo son referentes nacionales de

crecimiento económi-co, son también unreferente internacional,polinizando de estoselementos a sus comu-nidades.El estado comocentro dereproduccióncolonial

Entonces, ¿porqueel estado no acepta taldebate, su desarrollo,su influencia y su par-ticipación política?,por el contrario, deri-va un discurso de pa-ternalismo domésti-co, donde el vicepresi-dente y luego el presi-dente, muestran alindígena como el su-jeto de transforma-ción y futuro herederodel poder de estado,negándole su capa-cidad de empodera-miento material yfundamentalmenteeconómico.

Para tal pregunta, tres posiblesrespuestas; a) mantener el deba-te colonialista de las dos bolivias,la de indios y la de karas, comoforma de divisionismos entre laidentidad urbana y la identidad ru-ral (a manera simple de discurso),remarcando que el estaf del actualgobierno deriva de familias plena-mente urbanas, mestizas y en mu-chos casos blancas, atribuyéndosederechos del pueblo indígena y asímantener adormecidos (en la eco-nomía, en la política, en lo acadé-mico, en lo intelectual y agrícola)a las nacionalidades emergentes,o b) al ser la palabra indígena unamorfo de interpretaciones étni-cas, sirve de elemento divisionistaentre una y otra cultura (que se-gún el estado), cuyas culturas alno tener la capacidad de reprimirsus instintos salvajes (donde laúnica forma de resolver sus con-flictos seria la violencia) requierende seres iluminados para mante-nerlos en el margen de la civiliza-ción y el orden social, c) o el simplehecho de percibir temor, al sentir-se ausente de discurso que lo con-solide como un partido de izquier-da y mostrarse como un partidode fuerte tinte colonial (a conse-cuencia de sus representantes

políticos).De cuyas posibilidades deriva:

el estado debe mantener la pala-bra indígena, como elemento basede sus discursos progresistas, ju-gando con la moral y la sensibili-dad de las mayorías urbanas y mo-tivando a una euforia política delas minorías rurales (identificandoal gobierno como la madre protec-tora de los más débiles), retozaun alto nivel de pugna racial.Hacia las nuevasidentidades globales

En el escenario de la palestra po-lítica, a la hora de ganar los votos,determinan; la fuerza, la seguri-dad, comprensión, el profesiona-lismo intelectual y la determina-ción en el escenario económico,en segundo plano; la identidad,la pertenencia, solidaridad.

El actual gobierno, ha redimidolas cargas históricas de diferentesniveles de violencia hacia lo noblanco, lo no urbano, lo no adine-rado y con ello el miedo de loselectores, ya mestizos, ya urbanosy ya adinerados, requieren denuevas categorías, para amalga-mar nuevas formas de vida conmayores comodidades dentro dela modernidad.

Admitir el poder del criollo implica resaltar la «diferencia»del indígena. Ilustración: Foto de portada del libro de ChristianGros "Políticas de la etnicidad. Identidad, Estado y modernidad".

Instituto Colombiano de antropología e Historia, 2012.

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A comienzos del siglo XX en Bolivia la iglesia Católica tenía un poder que depasaba el simplemente religioso. Su dominio en el campode las costumbres era tal, y en un periodo en el que la clase intelectual estaba dominada por pensamientos de tinte liberal,

positivista, modernista y naturalista, que la «resistencia» se la hacía principalmente en el campo de la literatura y la ensayística.Tal algunas de las producciones de Alberto Ostria Gutiérres, como el relato Sor Ana María en su libro de cuentos Rosario de

Leyendas.Fuente ilustración: Fotos proporcionadas por Freddy Zárate

Una mirada desde la literatura:

Lo humano en los claustroseclesiásticosFreddy Zárate

El que comete pecado, ésees del diablo, porque eldiablo desde el principio

peca.1 Juan 3:8

En la actualidad cuesta muchotrabajo imaginar el rol quedesempañaba la Iglesia Católicaen la configuración del ordensocial en Bolivia. Por ejemplo, sinos retrotraemos a comienzosdel siglo XX nos toparemos conuna rígida Iglesia que “cumplía”el mandato divino de consagrara los fieles creyentes a través delos sacramentos, inculcar lospreceptos cristianos, concebir unculto dogmático al Creador, y porsupuesto, inmiscuirse en la es-fera pública en nombre de Dios.A pesar de este sometimientoparadisíaco, hubo espíritus crí-ticos que cuestionaron el ordenestablecido mediante artículosde prensa, la ensayística, la nove-la y el cuento, cuyo fin fue hacerevidente las virtudes o defectosde la naturaleza humana dentrode las instituciones religiosas.Muñoz Cornejo, el herejeexcomulgado

En este sentido, es ilustrativoel caso de Humberto MuñozCornejo (1887-1959), quienescribió varios artículos de prensacon tinte anticlerical. Posterior-mente, recogió sus escritos pe-riodísticos en los libros intitu-lados Páginas de combate (1910)y Así hablaba Zaparrastroso(1911). La Iglesia Católica siguióde cerca cada nota de MuñozCornejo. Al sentirse vilipendiadapor la pluma del apóstata, elVicario Capitular de La Paz, Mon-señor José Domingo Bavía, co-municó la excomunión de MuñozCornejo mediante Decreto Cle-rical del 2 de diciembre de 1910.Este hecho nos ofrece algunaspistas de la fuerza normativa queejercía el clero en una épocadonde predominaban las ideasliberales, positivistas, modernis-tas y naturalistas.Un cuento sobre lomundano en los claustroseclesiásticos

En la segunda década del sigloXX, el escritor y diplomático Al-berto Ostria Gutiérrez (1897-

1967) publicó el libro de cuentostitulado Rosario de Leyendas(Editorial Marineda, Madrid,1924), prologado por el pensadormexicano Alfonso Reyes. Uno delos relatos de Ostria Gutiérreztiene el sugestivo título de SorAna María. La historia tiene comoprotagonista a una hermosa mu-jer que fue obligada a ingresar alconvento de las Mónicas. En susdos años de permanencia las pa-redes “celestiales” deterioraron elespíritu de Sor Ana María. La jo-ven religiosa se convenció de quelas monjitas que parecían “hechassólo a la bondad, la resignación yla virtud, pero no pasan de sermujeres vulgares, ignorantes,malas, verdaderas fantoches queno se cansan de repetir –sinpensar– las mismas oracionesincomprendidas, las mismas ple-garias sin sentido”. A consecuen-cia de ello, la novicia pudo eviden-ciar que no existía diferencia en-tre el mundo religioso con elterrenal. Mientras las virtudes se

achican, crecen los defectos hu-manos: odio, envidia, lujuria yperversidad.

Las conductas muy humanasdentro de la Iglesia empujaron ala religiosa a aislarse de sushermanas en Cristo. “Pasan losdías, pero pasan muy lentamente(…). Sor Ana María se cansa derezar y entonces acuden a sumente los recuerdos, los ensue-ños, hasta los malos pensamien-tos”. En la soledad de su lecho lanovicia “mira su cuerpo y la en-cuentra muy bello. Entoncesreniega de su hermosura. ¿Paraqué le sirve su hermosura?¿Quién la ve, quién la admira,quién la desea?”. Su belleza seconvirtió en su tormento, tantoasí, que caviló la idea que en elclaustro todas las mujeres enve-jecen rápidamente por falta devida de la carne.

A fines del mes de diciembre elconvento organizó una fiestareligiosa para celebrar la llegadadel Año Nuevo. Uno de los atrac-

tivos principales de la misa fueel coro, en donde Sor Ana Maríacoreaba melodiosas alabanzas alcreador. Un oficial que estabacerca del orfeón no perdió de vistaa la novicia. Al terminar la misase contacta con la mandadera delmonasterio –le paga unas cuan-tas monedas– para acercarse ala devota creyente. A partir deesa noche “hay un hombre queentra en el convento de las Mó-nicas aprovechándose de unaescala”. Por largo tiempo aco-mpañó la suerte a los amantes.Pero, una de esas noches la MadreSuperiora descubrió el acto peca-minoso. El cuento finaliza con lahuida del amante y la esperanzade Sor Ana María de encontrarsecon el hombre que le prometióalgún día volver: “Espera, esperatodos los días, espera siempre.Espera… ¡Pobre Sor Ana María!”.La crisis generacional de laGuerra del Chaco

El ambiente sociopolítico post-

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guerra del Chaco (1932-1935)fue una vertiente de inspiraciónde ideas socialistas, nacionalistase indigenistas que fueron trasla-dadas al campo literario, socio-lógico, artístico y político. Todoeste proceso culminó con la tomadel poder del Movimiento Nacio-nalista Revolucionario en Abril de1952. Pero en esos agitados añoshubo pequeñas rupturas en elcampo intelectual. Es así que sepuede mencionar por ejemplo ala novela titulada Los amores deSor Demonio. Fragmentos de lavida de una monja y un cura (M.y C. de Gamarra editores, Oruro,1943), escrita por José LiborioVargas.José Liborio Vargas

Los escasos datos biográficosindican que Vargas nació enCochabamba en 1903 y fallecióen la misma ciudad en 1974.Según manifiesta el escritorAugusto Guzmán, Liborio Vargasse desempeñó como agente decomercio. En el campo literariollegó a publicar –además de lanovela mencionada– los poe-

marios Luz y Esperanza (1960);Cantos de amor y dolor (1969);y El caminante y el Illimani(1974).Una novela anticlerical

En el proemio de la novela Losamores de Sor Demonio..., LiborioVargas manifiesta que “este librono es producto exclusivo de lafantasía; el autor ha recogido unfragmento de la vida y ha copiadocon fidelidad que el arte permite,escenas, paisajes morales y tiposdel ambiente social y los presentahoy a la luz de la verdad, despo-jando a las primeras de sus galasmentirosas, a las segundas consus bellezas, si las tienen, y consus miserias y a los últimos consu auténtico gesto de hipocresía”.

La novela tiene como inicio ados religiosas que llaman a lapuerta del personaje Juan Josépara pedir limosna. Ese encuen-tro casual dio paso a que unainesperada tarde una de lasmonjas vuelva a la casa de Juanpara ser escuchada: “Quieroreferir a usted la historia de mivida, una historia simple, quizá

vulgar, pero triste (…). Mi nombrees Vicenta, pero en el conventome llaman con el de Agueda, quees el que me impusieron deacuerdo a las normas religiosasde la orden. Quede huérfana muyniña y acogida al abrigo de mistutores, un hogar humilde, unmatrimonio de gente inculta sinaspiraciones ni fervores (…).Cuando cumplí mis siete añosmis tutores para librarse de unaniña melancólica me internaronen la comunidad para que al lle-gar a la edad juvenil profesase lavida de religiosa y viviese retiradadel mundo y sus adversidades;para ser una llama viva de amor,consagrada a Dios”. La jovenmonja no se cohibió en relatarsu vida dentro del convento quela caracterizó por tener “murosespesos” y una “estructuraarcaica”. Estos espacios “divinos”a decir de la monja guardansecretos terribles.

Por la mente de Sor Aguedapasan fragmentos de los confe-sionarios. Según la monja, el con-fesor realizaba preguntas quehacían vibrar de pavor su carne,“me arañaron la médula y medieron la sensación de que miconciencia caía a un abismoabierto”. Por la noche en sus apo-sentos la novicia sentía “la ten-tación de conocerse, de mirar sucuerpo y palparse…”. Estos rela-tos muestran la pugna internaentre la santidad y la tentaciónatribuida al demonio. La religiosallegó a confesar a su interlocutor:“Yo sé que no estoy hecha parala vida conventual, deseo unanueva vida, un poco de afecto yotro poco de sol en el alma”.

La historia de Sor Agueda con-movió a Juan José que decidióprotegerla en casa de una ancia-na viuda. Pasado un tiempo, laamistad y el cariño se fue afian-zando entre sus protectores y laex monja, y cada que podía ellase desahoga recapitulando los“hechos delictuosos cometidospor los más fervientes católicos,simuladores de la santidad ycondecorados por el Papa, co-meten atrocidades y los frutos desus milagros quedan en el arroyopara que un alma verazmentecaritativa los recoja y los eduque;santones que dejan que las mu-jeres víctimas de sus concupis-cencias perezcan en los hospi-tales o en cualquier parte”.

“De las penumbras del claustroa la luz de la vida” es como la exreligiosa denominó a esta nuevaetapa de su vida, cargada de ilu-siones y esperanzas. Pero unatarde apareció en el taller de laviuda el ex confesor de la herma-na Agueda acompañado del reve-rendo Padre Daniel. A partir deese día frecuentaron las visitasde los dos sacerdotes a la casade la anciana, bajo el pretextode recapacitarla para que vuelva

al santo redil la oveja desca-rriada. Dentro de poco se presen-tó sólo el joven clérigo, llegandoa pasar varias horas con la mu-chacha hablando del amor deDios. Esos encuentros íntimoshicieron que floreciera deseoslibidinosos: “La ex monja, seaporque todavía ejercían sobre suvoluntad el imperio de las sota-nas, sea porque era débil de ca-rácter, no se sentía con fuerzaspara su contrariedad ante el clé-rigo”. Es así que los amantesdecidieron fugarse para consu-mar sus deseos de la carne.

Después de un tiempo estehecho fue denunciado por JuanJosé al Ilustrísimo Obispo. Y estele respondió: “-¡Cómo es posible,Dios santo, que este infeliz, re-cién ordenado cometa atrocida-des semejantes con una… mujer,por una pecadora! Si ha llegadoa tales extremos quiere decir queno tiene vocación. ¡Está siguien-do el camino de Lutero!”. El Obispopara apaciguar la inquietud deldenunciante, le pidió que deje elcaso en manos de la Iglesia,“además pediré a Dios que meilumine para no equivocar misevero juicio y la sanción que esaconducta depravada merece”.Según refiere la novela, el Obispoa fin de atenuar los comentariosque habrían de dar mayores pro-porciones de escándalo, deter-minó alejar al Padre Daniel y re-fugiarlo en un alejado pueblecitodel altiplano mientras la hoja-rasca levantada en torno al actopecaminoso –por el viento de lamurmuración– cayese al olvidopara ocultar una vez más lasdesnudeces del clero.Un debate vigente

Los relatos señalados se ads-criben a las rarezas de la biblio-grafía boliviana. Se trata indu-dablemente de una literaturapolémica y poco difundida. Posi-blemente, estos trozos literariosprodujeron alguna molestia alclero y a la sociedad conservadorade su época. Pero no llegaron agenerar un debate profundo porparte del sector universitario,intelectual y político. Los escritosde Alberto Ostria Gutiérrez y JoséLiborio Vargas tienen el valor deponer el dedo en la llaga, denun-ciando la existencia de una doblemoral anidada en los claustroseclesiásticos, siendo este aspectoaltamente cuestionable por laprevalencia de un carácter santu-rrón por parte de algunos pre-dicadores del “Bien”. Es nece-sario, entonces, discutir acercadel verdadero rol de la iglesia enla actualidad y en qué medidacontinúan arrastrando las viejasy enraizadas denuncias de loshombres y mujeres vestidos consotana.

Los Amores de Sor Demonio... de José Liborio Vargas es uno de los pocos ejemplos deeste tipo de literatura de denuncia contra la iglesia Católica en Bolivia que «produjeronalguna molestia al clero y a la sociedad conservadora de su época. Pero no llegaron agenerar un debate profundo por parte del sector universitario, intelectual y político».Estas obras de ficción son generalmente presentadas como productos que no son futoexclusivo de la fantasía, provocando así en el lector una confusión de sobre si se tratade denuncias reales o de simples ataques ideológicos. Empero, toca uno de los puntossensibles de la iglesia Católica debido a su conocida posición sobre el celibato obligatoriopara sus sacerdotes. Foto proporcionada por Freddy Zárate.

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Tres medios alternativos —Rimay Pampa, Hora 25 y Pukara— hemos decididoemprender tareas conjuntas de difusión, en espera de niveles comunes más

integrados.En cada número de Pukara presentaremos un resumen de informaciones o

comentarios publicados en Hora 25 y Rimay Pampa, sugiriendo la lectura delmismo por nuestros lectores, así como el conocimiento del conjunto de artículos

de esos medios.Los medios de información son necesarios en una sociedad que se quiere pluraly democrática. Saludamos la calidad en ese ámbito de Rimay Pampa y Hora 25.

«Evo inauguró sistema de agua en Huarina, pero no hayagua; nos engañaron, dicen vecinos.

Una semana antes ya se sabía en Huarinaque la inauguración del servicio de agua

potable iba a ser un “engaño”. Lo recuerdamuy bien Soledad Cerruto, una joven

delgada, de mirada vivaz, voz segura ysonrisa franca. Anoticiada del show que se

avecinaba para el 8 de junio, fue en buscadel alcalde Agustín Quispe Yujra (MAS),

junto a otras vecinas, a reclamar y alertar.¿Qué agua nos van a inaugurar en Huarina si no hay?,

interrogó aquel día al Alcalde, quien, según Soledad, contestó:va a haber en segunda fase, el día de la inauguración ya va a

haber agua.Pasó la alegría del acto inaugural y quedó la tristeza en elpueblo de Andrés de Santa Cruz y Calahumana porque el

líquido no llega hasta hoy a los grifos de las casas...».Leer artículo ingresando a: http://www.rimaypampa.com/2018/06/evo-

inauguro-sistema-de-agua-en-huarina.html

«Para debatir: “La reserva natural de Tariquía y laexplotación petrolera", tres exposiciones en PDF presentada

en la LVII versión de la Cátedra Libre Marcelo Quiroga de laUMSA

Estimad@s lectores, en esta ocasión les compartimos tresexposiciones en PDF de la

representante de la SubcentralCampesina de Tariquía Paola

Gareca, de la activista en temasde medio ambiente de TarijaJaneth Alfaro y del ingeniero

en Medio Ambiente y coordinador del CIAT (Colegio deIngenieros Ambientales de Tarija) Carlos David Soruco

Cortez, que expusieron la problemática en defensa de lareserva natural de Tariquía, la noche del pasado 17 de mayoen la LVII versión de la Cátedra Libre Marcelo Quiroga de laUMSA en el Paraninfo Universitario, con lo que se dio inicioal Ciclo de foro-debates: Informe sobre la situación del país.»

Descargar las ponencias ingresando a: http://hora25.info/node/1903

mas décadas, el antropólogo JohnV. Murra, la sociedad inca se ca-racterizaba por producir sola-mente bienes agrícolas gracias altrabajo de los pequeños campesi-nos. Esta sociedad no habría co-nocido la minería. la metalurgiay el comercio y menos todavía elbronce. Estas actividades habríansido en realidad “traídas por losespañoles”, Murra afirma que:21

“La existencia y la sobrevivenciade una estructura político-social talcomo la sociedad inca dependía tec-nológicamente de una agriculturacapaz de producir sistemáticamenteexcedentes después de haber satis-fecho las necesidades de subsisten-cia del campesinado.”Añadió también que:

“En las primeras décadas poste-riores a la invasión (española), loseuropeos convirtieron al esclavismoa mucha gente a los que designaronyana, pero que nunca habían tenidocondición servil hasta 1532. Estosfueron empleados en la actividad mi-nera, en el comercio y en la metalur-gia, todas actividades no andinas.”Wachtel, también un reconoci-

do especialista de la economíainca, sostiene algo parecido:22

“En resumen, la vida económicaen el imperio inca se definía por lacoexistencia de dos sistemas deproducción. El primero, basado enel cultivo de la papa (y la cría de lla-mas), se desarrolla en el altiplano,…,éste tipo autóctono de producciónproporciona a los indios su alimenta-ción de base… El segundo, basadoen el cultivo del maíz (originario delas regiones calurosas) se desarrollaen la zona media gracias a una polí-tica de grandes obras; este es unsistema estatal orientado hacia lacreación de un excedente. El imperioinca no ha introducido ninguna nuevatécnica en los Andes.”Para este investigador, al igual

que para Murra, los campesinosincas, los únicos trabajadores deeste imperio, solo producían pa-pa, maíz y llamas, y no conocíanotras actividades productivas.

Nos preguntamos lo que podríapensar la destacada arqueólogaLechtman, si leyera estas afirma-ciones que atribuyen tanto atrasoy limitaciones a los habitantes ycampesinos del imperio inca. Nospreguntamos también cómo sesentiría si leyera la abundanteliteratura que escriben los espe-cialistas sobre Tiwanacu.

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Posnansky, Arthur2013 (1957) Tihuanacu, Cuna del Hombre

Americano, volúmenes III y IV, primeraedición 1957, Ministerio de Educación,Producciones CIMA, Corzón, La Paz.

NOTAS1 Publicados en la revista Academia (USA),en 2015 y 2016.2 En ensayos publicados anteriormente he-mos expresado nuestra extrañeza y de-cepción por la poca o nula existencia deobjetos de “otros metales” en los museosde los países andinos y del mundo, fuerade los de oro y plata. Esta falta significaamputar e ignorar la parte más importantedel conocimiento de estos imperios.3 Hocquenghem, 2004: 273.4 Hocquenghem, 2004: 2.5 Hocquemghem, 2004:317; Lechtman,1998, 6 y 24.6 Lechtman, 1998: 127 Lechtman, 1998: 12.8 Ponce, 1995: 54 y 55; Posnansky 2013.Ver en el libro de este investigador fotogra-fías e ilustraciones de artefactos de bron-ce, producidos en diversos períodos deTiwanacu.9 Lechtman, 1998:24.10 Bennet C. Wendell y Junius B. Bird, 1949:193; ver también Albarracín-Jordan, 2007:26-27.11 Sobre Browman ver Albarracin-Jordan,2007 : 73-75 ; ver también Moragas Cora,1978 : 107-110.12 Lumbreras, 1972:86, 89, 90 y 1974: 121-128.13 Usamos provisionalmente las palabrasquechuas “mitmaqs” y “mitmakunas” paradenominar a estos personajes colonizado-res durante el incario. No conocemos aúnlas palabras correctas en “puquina” el idio-ma de los tiwanacotas. Sobre este temaver nuestro ensayo sobre los “archipiélagosverticales” de John V. Murra en la revistaAcademia.14 Estas teorías “reduccionistas” se en-cuentran en el libro Bolivia, su historia,tomo I, 2015.15 Ponce, 1995 :51 y Parsons Jeffrey :1968;citado por Albarracin-Jordan : 2007: 39.16 Ponce, 1995: 51.17 Id.18 Lechtman, 2005: 7, 8 y 26.19 Ponce, 1995: 29, y otros.20 Lechtman, 1998: 24.21 Murra, 1975:47 y 48. Citadoanteriormente. El paréntesis es del autor.22 Wachtel, 2013: 31. Citado anteriormente.

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