A un año de la explosión, Por Juan Mascardi (La Nación)

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- Mamá, tengo miedo.. Me parece que es el edificio de papá.-No, hija. No creo, habiendo tantos edificios..Así habló Agustina, de 21 años, con Marcela, su madre, la mañana del 6 de agosto de 2013, cuando las noticias de último momento acaparaban todos los medios de comunicación.

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  • | Jueves 7 de agosto de 2014 SOCIEDAD | 27

    Ayer, frente al vaco que qued en Salta 2141, se record a las vctimas marcelo manera

    US$ 1200 por metro cuadrado

    En la causa judicial, b^b^^caratulada como estrago culposo agravado, hay 11 procesados, pero ningn detenido. Adems de ma-tar a 22 personas, la explo-sin arras con tres edifi-cios y provoc serios daos en 283 viviendas y comercios de la zona.

    Desde fines de 2013, b^b^^la empresa concesionaria Litoral Gas acord resar-cimientos econmicos con casi la mitad de los damni-ficados. Paga 1200 dlares por m2 a las personas afectadas por el siniestro. La causa an tiene 25 que-rellantes que rechazaron la propuesta extrajudicial.

    Llegar a fin de mesg

    Como todos los aos, la vigilia para celebrar el Da de San Cayetano, el patrono del trabajo, comienza varios das antes. Centenares de personas acampan en las cercana de la iglesia en Cuzco 150, de Liniers. Muchos orarn hoy ante el santo para conseguir trabajo, pero buena parte de los fieles admiten que la preocupacin ms importante de este tiempo es llegar a fin de mes. Durante 23 aos trabaj sin parar, pero ahora la ne-cesidad es otra: mi sueldo de sereno de edificio no me alcanza para llegar a fin de mes, dice Carlos Ordez, con preocupacin, que desde 1991 se acerca al templo para agradecer cada 7 de agosto.

    Culto catlicoSantoral: San Cayetano. liturgia: Jeremas (31, 31-34) y el Evangelio de San Mateo (16, 13-23).

    Piedras de la AMIA

    Pedro Cahn, Premio Sarmiento

    En la vereda del Centro Cultu-ral Rojas, avenida Corrientes 2038, puede verse Piedras de la AMIA, la intervencin del artis-ta Marcelo Brodsky, en homena-je a los 20 aos del atentado con-tra la sede de la mutual juda. Se trata de un conjunto de piedras que integraron ese edificio.

    El doctor Pedro Cahn fue distin-guido con el Premio Domingo Faustino Sarmiento, que entre-ga el Senado, por su trayectoria profesional y su aporte en la in-vestigacin y la lucha contra el sida. Fundador y presidente de la Fundacin Husped, trabaja en ese tema desde hace 25 aos.

    arte

    SaLUD

    A un ao de la explosin de Rosario. Dolor y pedido de justicia por los que no estn

    colgico, gente con secuelas en el cuerpo, otras personas que han de-sarrollado enfermedades mortales en este tiempo, que han perdido sus recuerdos, su vida, sus familiares. Y que la Justicia nos d, de vuelta, esta declaracin habla mal de la Justicia.

    Ac no estall un edificio; ac estall la corrupcin de un pas que est atado con alambre. Desgracia-damente perdieron la vida 22 ino-centes que apostaban al trabajo, el estudio, la familia... Les quitaron la vida de un modo atroz, terrible, se emociona e indigna.

    Los familiares de las vctimas ejer-cen un reclamo diario que traducen en marchas y reuniones. El tiempo que tienen se lo dedican a esa lucha. Por la edad que tengo, me toca un rol de encabezar el reclamo porque el colectivo lo conforma gente muy joven o gente muy mayor, cuenta Marcela. Maana van a tomar la posta los jvenes: hijos, hermanos y nietos.

    Ayer sonaron las sirenas, hubo un minuto de silencio y se escuch la cancin Honrar la vida. Ah, donde hace un ao haba bombe-ros y voluntarios se mont un gran escenario. Los familiares de los 22 muertos desfilaron uno a uno. Era la hora de los discursos. Nosotros apuntamos a los funcionarios. Ellos tienen la posibilidad de cambiar las cosas, dice Marcela.

    En la causa, hay once personas que estn procesadas por el delito de estrago culposo agravado por la muerte de 22 vctimas de la explo-sin. En dilogo con la radio LT8, la fiscal del caso, Graciela Arge-lles, explic que por el tipo de delito prevalece el estado de libertad, tal como lo marca el Cdigo Procesal Penal. Por eso, nosotros hicimos un acampe en los Tribunales para que cumplan con su labor, que es impar-tir justicia, apunt Marcela.

    ROSARIO. Mam, tengo miedo Me parece que es el edificio de pap.No, hija. No creo, habiendo tantos edificios

    As habl Agustina, de 21 aos, con Marcela, su madre, la maana del 6 de agosto de 2013, cuando las noticias de ltimo momento acapa-raban todos los medios de comuni-cacin. Las primeras informaciones referan a la explosin en la esquina de Salta y Oroo, en Rosario. Marce-la Nissoria, profesora de educacin fsica, que desde aquel da no pudo volver a trabajar, primero dud, lue-go sospech y, por ltimo, se deses-per en una bsqueda frentica.

    La noche del 5 de agosto Marce-la y Hugo cenaron juntos. Ellos no estaban conviviendo. bamos y venamos, nos veamos todos los das, compartamos la crianza de nuestra hija, las reuniones familia-res, recuerda Marcela. Desde julio Hugo se quejaba por la poca presin de gas que haba en el edificio de Sal-ta 2141. No puedo calentar el agua ni para un mate, haba dicho. Hugo trabajaba en un servicio de ambu-lancias y un compaero le cambi la guardia. Ese cambio de horario hizo que la explosin lo encontrara en el departamento del 8 piso aquel 6 de agosto.

    Esa maana, Hugo Montefusco tena previsto ir a pagar impuestos. Los valores que tena Hugo, la res-ponsabilidad, el amor por su traba-jo son los contrarios a los motivos que lo mataron, dice Marcela, que aquel 6 de agosto se alarm con las llamadas perdidas de su hija en el celular.

    Por Internet, en la computadora en la escuela en la que trabajaba, corrobor sus primeras dudas: la explosin era en la cuadra del edi-ficio de su pareja. Se fue de la escue-

    la sin saber que se sera su ltimo da laboral. Luego lleg la etapa de la bsqueda, que comenz a las 10 de la maana. Andbamos sin nor-te; te mandaban de un lado para el otro, nos decan que nos iban a dar el listado de los heridos y el listado no llegaba nunca. En esas prime-ras horas, el desconcierto la haca dudar si el edificio derrumbado era justamente el que haba cado; por eso, caminaron por cuadras para-lelas para calcular si el edificio que faltaba era el de Hugo. Hasta que recibieron la peor noticia. l haba cado al vaco.

    Marcela, como muchos familia-res y amigos, viven a diario el ba-lance fatdico que dej la explosin: Hay 22 muertos, miles de afectados con tratamiento psiquitrico y psi-

    Indignados por la falta de avance de la causa judicial, familiares, amigos y vecinos recordaron ayer a los 22 muertos de la tragedia

    Juan MascardiPARA LA NACION

    silvana colombo