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A quienes están en el camino conmigo, y a los que ya no están.
Gracias:A Elena, Manuel y Damián por creer en Bola.
A mis padres y a mis hermanos, por ustedes soy.
ER
El gato que come estrellas©Texto e ilustraciones: Esmeralda Ríos, 2012Editorial ChilpayatesTodos los derechos reservados
Primera edición 2012
Coordinación: Elena RiefkohlRevisión: Mayte RomoDiagramación: Editorial Chilpayates
ISBN
La reproducción total o parcial de este libro, en cualquier forma y por cualquier medio, no autorizado por los editores, viola los derechos reservados y constituyen un delito.
Impreso en México
www.editorialchilpayates.com
Chilpayates palabras y trazos
Lectura recomendada a partir de los 6 años
Tema: Los conflictos y el valor de la amistad
Gabic
ho era m uy especial:
siempre hallaba el lado positivo de las cosas.
Solo había vivido 6 años, pero parecía mayor que yo en muchos aspectos.
Cuando yo me asustaba, Gabicho me protegía
al apretar mi mano con su pequeña manita,
mientras me susurraba que todo estaría bien.
Me reconfortaba al hablar las grandes hazañas que pensaba realizar,
cuando tuviera la estatura
sufi ciente.
A veces yo pensaba que Gabicho no se daba cuenta de la gravedad de las cosas que ocurrían a su alrededor.
O quizá yo quería creerlo asípara no sentirme tan cobarde a su lado.
Con frecuencia, su optimismo me enfadaba —¡Eres una niña egoísta y tonta!— le decía. —¡Solo vives en tu mundo y no te importa lo que sucede allá afuera!—
Ella me miraba con sus grandes ojos de botón, y para mi sorpresa preguntaba:
—¿Y si te cuento un secreto?—
Tenía muchas historias, que para ella eran grandes secretos, explicaciones de cosas comunes.
Siempre tenía su propia forma de ver el mundo.
Yo siempre la escuchaba con atención, y al terminar mi enojo desaparecía.
En ese tiempo era difícil vislumbrar
las estrellas en el
fi rmament
o
Los bombarde
ros y el hum
o
de los incen
dios ocultab
an
las luces no
cturnas,
A Gabicho no
parecía imp
ortarle,
y cuando a g
ritos se lo
reproché,
me contó otr
o secreto:
—Es mi gato Bola quien hace desaparecer las estrellas— dijo con el candor y la seguridad que la caracterizan.
Cuando llega la mañana las bebe de su tazón; Algunas noches sale a pasear y al maullar las estrellas se escapan por su garganta, volviendo a brillar en el cielo.
Las noches en que no hay estrellas es porque Bola está en casa con los astros en la panza.
—¡Son los hombres y no Bola, los causantes de esto!. ¿Qué acaso
no lo ves? ¡¿Es que nunca dejarás de decir
tonterías?!—
—El abuelo me dijo que no hay persona en el mundo, capaz de apagar el brillo de las estrellas— respondió Gabicho sin prestarme mucha atención, mientras rascaba a Bola por detrás de la oreja. —¡Así que debe ser Bola el que se come las estrellas!—
Desde entonces, he creído que allá arriba está Bola comiendo estrellas.
Ahora, cada vez que miro al fi rmamento, logro ver a una niña dispuesta a explicarme el mundo.
Y a un gato escupiendo estrellas.
El gato que come estrellasSe terminó de imprimir en marzo de 2012,en comercializadora Curiel S.A. de C.V.Vicente Guerrero núm. 38, Col. San Antonio Zomeyucan,C.P. 53750, Naucalpan de Juárez, Estado de México.El tiraje consta de 500 ejemplares.
Del 2000 al 2012 en el mundo han existido mas de 36 conflictos armados y miles de niños tratando de entender porque el hombre insiste en apagar las estrellas.