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AA.VV - Husserl. Tercer coloquio filosofico de Royaumont [Paidos, 1968].pdf

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  • CAHIERS DE ROYAUMONT

  • HUSSERLTercer Coloquio Filosfico de Royaumont

    Versin castellana supervisada por GUILLERMO MAGI

    Ex profesor en la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad del Litoral

    P A I D O SBuenos Aires

  • Titulo del original francs HUSSERLCahiers de Royaumont

    Publicado porLES EDITIONS DE MINUIT, Paris

    Versin castellana de AMALIA PODETTI

    Impreso en la Argentina - Printed in Argentina

    Queda hecho el depsito que previene la ley 11.723

    La reproduccin total o parcial de este libro en cualquier forma que sea, idntica o modificada, escrita a mquina, por el sistema Multigraph , mimegrafo, impreso, etc., no autorizada por los editores, viola derechos reservados. Cualquier utilizacin debe ser previamente solicitada.

    (c) Copyright de todas las ediciones en castellano by

    EDITORIAL PAIDS, S-AJ.C.F. Cabildo 2454, Buenos Aires

    Para citacin: Buenos Aires : Paids, 1968..

  • N D I C E

    Advertencia preliminar IITercer coloquio filosfico de Royaumont. Horarios de las comunicaciones y de las discusiones 13Alocucin de bienvenida, Gastn Berger 15Introduccin a la conferencia de W. Tatarkiewicz, M. Minkowski 19

    y ' Reflexiones cronolgicas sobre la poca en que vivi Husserl,W. Tatarkiewicz 21

    i Discusin: M. Minkowski, H. L. Van Breda, Jean "Wahl, W. Tatarkiewicz 34 X Las fases decisivas en el desarrollo de la filosofa de Husserl, W. Biemel 3 5

    Discusin: M. Minkowski, H. L. Van Breda, Jean "Wahl, W. Tatarkiewicz 31\ / La concecin de la filosofa como ciencia rigurosa y los fundamentos de

    las ciencias en Husserl, D. K. Kuypers 68 ^ Discusin: R. G. Kwant, M. Minkowski, W. Biemlel, M. de Gandillac, J. D.

    Wild, R. Ingarden, S. Volkmann-Schluck, D. K. Kuypers 78Reflexiones sobre la "tcnica fenomenolgica, Emmanuel Levinas 88Discusin: L. Goldmann, E. Levinas, S. Strasser, A. de Waehlens,H. L. Van Breda, Jean Wahl, M. Minkowski, R. Boehm 100Los juicio ^ de Husserl sobre Descartes y Locke, Jean Wahl 110Discusin: H. G. Gadamer, J. Wahl, S. Strasser, R. P. S- Breton, R. Boehm, M. de Gandillac, A. Lowit, C. A. Van Peursen, E. Levinas 121

    'i Sobre la idea de la fenomenologa, A. de Waelhens 130Discusin: M. Merleau-Ponty, A. de Waelhens, H. L. Van Breda, L. Goldmann, W. Biemel, H. G. Gadamer, R. Boehm, S. Strasser, L. Kelkel 142Miseria y grandeza del "hecho. Una meditacin fenomenolgica, S. Strasser, 153

  • Discusin: M. Minkowski, S. Strasser, L. Compton, F. Dussort, R. Ingarden, J. Limchoten, D. K. Kuypers, E. Levinas, P. Volkmann-Schluck, Leslie J. Beck, B. Koufaridis, J. Wahl 166La nocin de tiempo y de ego trascendental en Husserl, C. A. Van Pursen 175Discusin-. S. Dussort, C. A. Van Peursen, R. P. Stanislas Breton, "W. Biemel, J. Mitrani, S. Strasser 186Los conceptos operatorios en la fenomenologia de Husserl, Eugen Fink 192Discusin: Leslie J. Beck, E. Fink, R. Ingarden, H. L. Van Breda, H. G. Gadamer 206El problema de la constitucin y el sentido de la reflexin constitutiva en Husserl, Roman Ingarden 215Discusin: H. G. Gadamer, R. Ingarden, J. Wahl, A. Schtz, R. P.Van Breda 234La antropologia filosfica y la crisis de las ciencias europeas, J. Wild 239Discusin: A. Schtz, L. Goldmann, W. Biemel, H. L. Dreyfus, D. K. Kuypers, L. Kelkel 257

    g.La reduccin fenomenolgica, R. P. H. L. Van Breda 269 -Discusin: Jean Hyppolite, R. P. Van Breda, Leslie J. Beck, Lucien Goldmann, R. Ingarden 279El problema de la intersubjetividad trascendental en Husserl, Alfred ' ! Schtz 291Discusin: Leslie J. Beck, L. Kelkel, E. Fink, A. Schtz, R. Ingarden,F. Graumann 317Idealismo, realismo, fenomenologia, Phil. Merlan 330Husserl y la crisis de la civilizacin europea, A. Banfi 355 ;Clausura del coloquio fenomenolgico, Jean Wahl 369

  • Advertencia preliminar

    Este volumen, como los dos precedentes Cahiers de Royaumont, es el fiel reflejo de un coloquio que tuvo lugar en la Abada, bajo los auspicios del Crculo Cultural, desde el 23 hasta el 30 de abril de 1957. Esta reunin, surgida de la iniciativa particular, como las dos anteriores, cont con el apoyo del Ministre des Affaires Etrangres y del Ministre de lEducation Nationale, y con los consejos de un Comit presidido por el director general de la enseanza superior, M. Gaston Berger, cuya alocucin de bienvenida se leer. La publicacin ha sido posible, tambin esta vez, gracias al apoyo del Centre National de la Recherche Scientifique.

    No present dificultades establecer el texto de las conferencias, puesto que cada uno de los participantes haba recibido, el da de su arribo, un repertorio completo de las exposiciones, en una traduccin que pudo ser revisada en la reunin y puesta a punto de comn acuerdo entre autores y traductores. Queremos agradecer a los seores Goldmann, Orsini, Patronnier de Gandillac, as como al R. P. Lger y al R. P. Van Breda, quienes nos han aportado su valioso concurso para la traduccin de los textos alemanes e italianos. Este trabajo por s solo justifica la reunin, puesto que permiti precisar o establecer la concordancia de los trminos utilizados en los textos franceses, alemanes o ingleses, con la tradicin autntica del pensafbiento husserliano.

    Las discusiones se desarrollaron en tres lenguas y fueron registradas en el magnetfono, as como tambin los excelentes resmenes presentados en francs por el padre Van Breda. Se invit a todos los participantes que intervinieron en la discusin a entregar, al final de la sesin, una ficha detallada de su intervencin. Algunos llegaron en su cortesa al extremo de redactar su texto para facilitarnos la tarea, y quienes no pudieron intervenir en la sesin tuvieron igualmente la posibilidad de enviarnos una nota redactada, que se encontrar integrada en la discusin. El texto de las intervenciones en cada discusin fue finalmente sometido a consideracin de los autores de las conferencias que as lo solicitaron, de tal modo que stos tuvieron la posibilidad de rever sus respuestas y reagruparlas. El conjunto de textos, preparado con la preciosa ayuda de la seorita Tiffeneau, fue revisado en Lovaina por el padre Van Breda y sus colaboradores inmediatos. De entre ellos queremos agradecer muy particularmente al seor y a la seora Boehm.

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  • Lamentamos no poder incluir en este volumen el texto de H. G. Gadamer, quien prefiri reservarlo para un estudio sobre Husserl que prepara. Por lo contrario, nos alegramos de poder publicar el texto de P. Merlan, imposibilitado a ltimo momento de concurrir, y el de A. Banfi, que el autor pudo rever antes de su muerte; nos congratulamos de asociar as la memoria de este filsofo con la de uno de los maestros de su pensamiento, y de unirlo a este coloquio, en el que tanto hubiera deseado participar.

    As, este volumen es el fruto de una colaboracin internacional que no pudo haber sido ms cordial, con la que contamos desde el primer momento en que se concibi la idea de realizar este coloquio, en octubre de 1956, en Krefeld, hasta hoy, y cuyo rado de accin se extiende de Harvard a Varsovia y de Amsterdam a Miln. Marca una etapa importante en el restablecimiento del intercambio filosfico entre Francia y Alemania y es equiparable en su valor a la constitucin del Fondo Husserl en la biblioteca de la Sorbona.

    A diferencia del volumen sobre Pascal o sobre Descartes, este nuevo Cahier aborda la obra de un hombre todava vivo en la memoria de sus discpulos inmediatos y cuyo pensamiento se perpeta por el anlisis minucioso de cuadernos de notas milagrosamente preservados. Esto destaca el inters de un encuentro que agrupaba a los herederos directos del fundador de la escuela fenomenolgica alrededor del fiel conservador de los Archivos Husserl de Lovaina. Durante ocho das, enclaustrados en el pensamiento del maestro, han podido aclarar no solamente su doctrina, sino tambin sus propias divergencias. Para dar cuenta verdaderamente de tal experiencia hubiera sido necesario poder anotar, adems del fruto de ocho horas de trabajo cotidiano en sesin, la extensin de ese cnclave en el parque, en la mesa, en los salones del Crculo y en los corredores hasta altas horas de la noche.

    No hemos tenido esta ambicin. Contentmonos con agradecer, al terminar, al Crculo Cultural de Royaumont, a su presidente, el seor Henri Gouin, y a todo el personal cuya dedicacin estuvo a la altura de una tarea abrumadora.

    M. - A. Bera

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  • TERCER COLOQUIO FILOSOFICO DE ROYAUMONT

    (23 al 30 de abril de 1957)

    La obra y el pensamiento de Husserl

    Horarios de las comunicaciones y de las discusiones

    MARTES 23 DE ABRIL:

    10.30: Alocucin de Gas ton Berger, Miembro del Instituto, Director General de la Enseanza Superior, Presidente de Honor del Coloquio.

    15.30: W. Tatarkewicz (Varsovia), Reflexiones cronolgicas sobre la obra de Husserl.

    17.30: W. Biemel (Colonia), "Las fases del pensamiento de Husserl segn los inditos.

    MIERCOLES 24:

    10.00: D. K. Kuypers (Utrecht), La concepcin de la filosofa como ciencia rigurosa y los fundamentos de las ciencias en Husserl.

    15.30: H. G. Gadamer (Heidelberg), "El concepto de vivencia en Husserl y en Dilthey.

    17.30: P. Merlan (in absentia) (Claremont), Idealismo, realismo y fenomenologia.

    JUEVES 25: *

    10.00: J. Wahl (Pars), Sobre los juicios de Husserl acerca de Descartes y de Locke".15.30: A. de Waehlens (Lo vai na), Comentario sobre la Idea de la Fenomenologa.

    VIERNES 26:

    10.00: S. Strasser (Nimega), Miseria y grandeza del hecho: meditacin fenomenologica.

    15.30: H. L. Van Breda (Lovaina), La reduccin fenomenolgica.17.30: C. A. Van Peursen (Groninga), La nocin de tiempo y de ego trascendental

    en Husserl".

    SABADO 27:

    10.00: E. Fink (Friburgo), Los conceptos operatorios de Husserl.15.30: R. Ingarden (Cracovia), El problema de la constitucin y el sentido del

    anlisis constitutivo en Husserl.

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  • LUNES 29:

    10.00: A. Schtz (Nueva York), "El problema de la ntersubjetividad trascendental en Husserl.

    15.30: E. Levinas (Paris), Reflexiones sobre la tcnica fenomenolgica.17.30: A. Banfi (in absentia) (aples), Husserl y la crisis del pensamiento europeo.

    MARTES 30:

    10.00: J. Wild (Harvard), "La crisis del pensamiento europeo y la idea de progreso en filosofia.

    15.30: Discusin general y conclusiones.

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  • Gaston Berger

    Alocucin de bienvenida

    Seoras, seores, estimados colegas, y, si me permits decirlo ante tantos rostros que evocan para m caros recuerdos, mis queridos amigos, excusad el retardo con que un hombre atareado viene a recibiros en este asilo del pensamiento, donde tantas reuniones eficaces han tenido lugar ya y donde los fenomenlogos se renen por algunos das.

    Es un destino singular el de la fenomenologa. En todo el mundo, basta decir a un colega que se es fenomenlogo y uno se encuentra inmediatamente en una atmsfera de amistad. Es quiz porque en lugar de entrar en un sistema cerrado, a la vez seguro e inquietante, en un sistema donde uno se instalara para no cambiar ms, se toma contacto con una disciplina que pone a nuestra disposicin un cierto nmero de medios preciosos para trabajar. Pocas filosofas tuvieron esta influencia y pocos filsofos, quiz, tuvieron esta importancia. No hay dominio donde la fenomenologa no haya aportado su espritu propio. Tranquilizaos, no hay una comunicacin ma inscripta en este programa, y no tengo la intencin de ensayar definir el espritu de la fenomenologa. Expresemos, sin embargo, los sentimientos que ella inspira a los que la abordan como a los que la viven. ^

    Quizs, ante todo, una gran modestia: sabemos cules son las dificultades, no pretendemos responder a todos los problemas. Y no pretendemos en absoluto llegar con un arsenal de soluciones totalmente listas.

    Luego, un gran deseo de trabajar, una gran paciencia. Ningn desprecio por las pequeas cuestiones ni por los detalles, sino, por lo contrario, la conviccin de que del examen atento de los detalles saldr progresivamente, por nuestro trabajo, un poco de luz. Un deseo tambin, y es esto quiz lo que ms llama la atencin, de volver, sin pretender definir la frase, a las cosas mismas; de volver, a travs de todos los esfuerzos ms o menos afortunados para captar aquello que cuestionamos, a lo originario, a lo slido, a lo concreto, ante lo cual, muy simplemente, slo intentaremos decir lo que vemos; nos aplicaremos a mirar bien para ver las cosas tales como son.

    Hay pocas disciplinas que no hayan sido fecundadas por la fenomenologa: el metafisico impenitente encuentra en ella algo ms que

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  • luces; el psiclogo atento y riguroso encuentra en ella el medio de renovar los problemas que parecan ms agotados y ms envejecidos, y de percibir, si no soluciones ya listas, al menos salidas posibles para sus dificultades.

    El lgico tambin debe mucho a esta disciplina, donde encuentra, adems, ese rigor y esa exigencia que hacen la dignidad de la filosofa. No es lo mismo una filosofa ambiciosa que una filosofa exigente. La fenomenologa no es una filosofa ambiciosa, pero s una filosofa exigente, y aun cuando no todos definamos el rigor de la misma manera, aun cuando no estemos todos de acuerdo en que tal procedimiento, y slo tal procedimiento, es vlido para justificar nuestras aserciones, todos sentimos, sin embargo, profundamente, la misma exigencia de rigor. Y por esta exigencia misma, por este rechazo de todas las facilidades habituales, la fenomenologa ejerce tanta influencia, no slo sobre los espritus maduros y advertidos sino tambin sobre la juventud, pues ella sabe bien que no es en el camino de la facilidad donde se encontrarn las cosechas ms fecundas.

    Pero no slo las disciplinas clsicas, como la lgica, como la metafsica, son renovadas por la fenomenologa, sino tambin las ciencias humanas concretas, de las que la humanidad, en el momento grave en que se encuentra, tiene quiz necesidad ms inmediata. Ya no podemos contentarnos con volvemos hacia la historia para encontrar en ella el modelo perfecto, bien establecido de antemano, de nuestros destinos. Tampoco podemos esperar pasivamente que el destino se juegue y que nuestro porvenir se modele por s mismo, ni, por ltimo, nos est permitido correr el riesgo de ensayar cualquier cosa para ver qu resulta; los instrumentos que estn en nuestras manos son demasiado pesados y demasiado peligrosos en su manejo para que la reflexin no deba obligatoriamente preceder a las acciones que debemos cumplir. Y si decimos que lo que debemos hacer en el mundo, que el universo que debemos construir, depender, a la vez, de las intenciones que llevamos en nosotros mismos y que quizs elegimos libremente, y de las situaciones en las que nos encontramos comprometidos, cmo no ver que una humanidad atenta a su destino debe escuchar con atencin y reconocimiento el mensaje de la fenomenologa, puesto que, precisamente, la vocacin del fenomenlogo es revelar las intenciones y describir las situaciones?

    Qu queremos, en verdad? Quizs una sociologa intencional, inspirada en el mtodo husserliano, podr decrnoslo con alguna precisin. Sin duda las formas sociales son resultados, pero resultados que se encuentran en el entrecruzamiento de las circunstancias y de los deseos, de las situaciones y de las intenciones.

    Por ello, en esta ocasin en que estis reunidos en la Abada de Royaumont para confrontar vuestras opiniones, no slo hacis un trabajo histrico de alto valor, aplicndoos a restituir fielmente, en su verdad personal, el pensamiento de uno de los ms grandes filsofos de esta poca, sino que dais a los hombres jvenes o menos jvenes

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  • que se aplican a construir el mundo de maana, los medios quiz ms preciosos y eficaces.

    Vais a desarrollar estos intercambios de perspectivas en condiciones singularmente favorables: cerca de la gran ciudad, lo bastante cerca como para que de ella puedan llegaros los medios que podran seros indispensables; pero estis al mismo tiempo protegidos de ella por una distancia suficiente. Estis en una casa llena de espiritualidad, hecha para el trabajo y la meditacin. Vuestras discusiones despus de las conferencias se prolongarn en las libres conversaciones, que son el bien ms precioso que se extrae de las reuniones de este gnero, y os beneficiaris, en fin, de una cordial hospitalidad gracias a los huspedes que os reciben, que han puesto todos sus cuidados en la preparacin de este congreso. Por ello os envidio el poder vivir estas jomadas, a las que slo me ser dado asistir fugazmente, pero os envidio como se envidia a los amigos, alegrndose de la felicidad que ellos van a gozar.

    Declaro abierto este coloquio consagrado a Husserl y cedo ahora la palabra a los filsofos que intervendrn en estas reuniones.

    M. Minkowski

    ?

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  • M. Minkowski

    Introduccin a la conferencia de W. Tatarkiewicz

    Estimados colegas:

    Permitidme agradeceros el insigne honor que me hacis confindome la presidencia de esta primera reunin de trabajo. Os agradezco tanto ms porque ello me permite presidir la conferencia del profesor Wladislas Tatarkiewicz, de Varsovia.

    Presentaros al profesor Tatarkiewicz es casi intil; vosotros lo conocis. No puedo, sin embargo, dejar de agregar un detalle que la mayora de vosotros ignora y que confiere a mi presidencia una nota sentimental y explica mi emocin. Durante ocho aos consecutivos, desde los grados inferiores hasta el bachillerato, frecuentamos el mismo liceo de varones en Varsovia. Tatarkiewicz me ha pedido que no diga en qu aos ocurra esto y respeto ese deseo, tanto ms cuanto que l tiene un aspecto mucho, ms joven que yo. El era el ms joven de la clase, pero, despus de todo, slo se trata de una diferencia de pocos meses en su ventaja.

    Posteriormente nuestros caminos debieron separarse. El opt de inmediato por la filosofa. Se form en la escuela de Marburgo, junto a Hermann Cohen y Natorp; y se ha mantenido fiel a estos maestros, como alumno abierto, por lo dems para emplear una nocin puesta en evidencia con tanto relieve por Henri Bergson, buscando su propia va y prosiguiendo su camino. Se ha interesado mucho en los problemas del arte y de la esttica, entre otros. Sus trabajos le valieron rpidamente una de las ctedras de filosofa de la Facultad de Varsovia, donde ense hasta hace pocos aos, en que por razones que no he de explicar aqu, se le cerr la posibilidad de continuar. No dej sin embargo de trabajar. Le debemos un volumen sobre La felicidad, empresa valerosa dado que la felicidad es tan frgil y efmera, que casi vacilamos en emplear ese vocablo; la felicidad slo se realiza raramente; no obstante, creo que tendremos el privilegio de alcanzarla en el curso de este encuentro fenomenolgico en Royaumont. Tatarkiewicz escribi asimismo una historia de la filoso

  • fa en tres volmenes. El tercero, que abarcaba desde 1830 a 1945, tuvo por razones que tampoco he de explicar aqu, una suerte un tanto particular: ya impreso, la venta en librera fue prohibida. Circunstancia curiosa y significativa: la adquisicin de ese volumen slo poda hacerse por autorizacin especial; y de los siete mil ejemplares impresos, ms de seis mil fueron vendidos de esa manera. Hace poco se permiti vender libremente el volumen al mismo tiempo que se le restitua al autor su ctedra. Y a partir de ese momento debi cambiar de aula en dos oportunidades: tal era la afluencia de estudiantes a sus cursos. Compartimos con l su satisfaccin.

    Encontrarme a su lado en el mbito encantador de Royaumont, me conmueve muy particularmente. Francia-Polonia, Polonia-Francia, patria de origen-patria adoptiva, dos naciones, dos almas hermanas, tan prximas siempre la una de la otra! En los meses de noviembre y diciembre del ao pasado, estuve tres semanas en Polonia. Al partir se me pidieron impresiones; yo repuse: Polonia es Polonia y esto est lejos de ser una tautologa, lo ha sido siempre y est llamada a seguir sindolo. Y a esa Polonia, que es Polonia, y que est llamada a seguir sindolo por lo que ella ha sabido aportar, aporta y aportar al patrimonio comn, quiero rendirle homenaje, a travs de la persona de los profesores Ingarden y Tatarkiewicz, como as tambin a todos aquellos que participan en este encuentro. Pues lo que a todos nos aproxima es el patrimonio espiritual comn, nuestro deseo de contribuir a un destino mejor para la humanidad, en la fraternidad y la unin, como lo quiere ese patrimonio.

    Y ahora slo me queda un ltimo deber que cumplir: como lo sabis, las lenguas eslavas tienen predileccin por los diminutivos. As, volvindome hada nuestro conferenciante, le dir: Mi querido Wladzio (diminutivo de Wladislas), me alegra poder darte la palabra.

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  • W. Tatarkiewicz

    Reflexiones cronolgicas sobre la poca en que vivi Husserl

    No deseo siquiera agradecer a mi querido amigo su alocucin para no emocionarme, lo que podra tener malas consecuencias para mi comunicacin. Quiero decir ante todo que tomo la palabra con un sentimiento de molestia y de incertidumbre. Tena ciertamente la intencin de tomar parte en los debates de Royaumont pero no de hacer una comunicacin en el sentido propio de la palabra. Y es con cierto espanto que la he vi sto inscripta en el programa.

    Mis reflexiones cronolgicas, como las he llamado, no conciernen en el fondo a Husserl mismo, sino a la poca en que l vivi. Este es el tema directo e inmediato de tales reflexiones. Si pese a todo me permito presentarlas aqu, es porque creo que podran servir de marco para un estudio de Husserl. Pero esto es todo lo que puedo prometer a mis auditores.

    El problema que me he planteado es ste: qu es lo que pas en filosofa en la poca en que Husserl viva? Qtjines fueron sus contemporneos? No quisiera limitarme a aquellos de sus contemporneos o de sus predecesores que ejercieron influencia sobre su obra, ni siquiera a aquellos que tuvieron ideas semejantes a las suyas. Tambin los que sostuvieron ideas completamente diferentes o que, simplemente, no se interesaron en las ideas de Husserl pero pertenecieron a su misma poca, figuran con el mismo ttulo en mi trabajo.

    Quisiera presentar, si fuera posible en cortas reflexiones, la actitud general que Husserl encontr durante su vida, la evolucin de esta actitud y las diversas corrientes que se oponan a l. Para saber lo que fue la poca de Husserl es necesario recordar las fechas principales de su vida.

    Husserl naci en 1859. Hizo su doctorado en matemticas en 1882. En 1884 encontr a Brentano y asisti a sus cursos. En 1887 comenz su carrera universitaria en calidad de docente privado en Halle. Obtuvo su ctedra de filosofa en Gotinga en 1900 y, el mismo ao, public las Logische Untersuchungen, donde abandon las ideas que haba sostenido hasta esa poca.

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  • En 1913 ya haba reunido a su alrededor un nmero suficiente de alumnos y adhrentes como para poder lanzar una revista: Jahrbuch fr Philosophie und phnomenologische Forschung. Ya haba fundado una escuela: la idea de la fenomenologa se haba expandido entonces, sobre todo en Alemania, pero tambin en otros pases. Y en esta misma poca se oper en el pensamiento de Husserl un nuevo gran cambio doctrinal: se trata de su pasaje al idealismo. Las Ideen zu einer reinen Phnomenologie, que aparecieron en 1913, son ya testimonio de ese cambio. En 1916 Husserl obtuvo la ctedra de Friburgo, donde permaneci hasta su muerte ocurrida en 1938. Desde 1928 estaba en retiro.

    Las fechas principales de su vida fuera de las de su nacimiento, 1859, y muerte, 1938 son, creo, los aos 1884 a 1887, en que encontr a Brentano y prepar sus primeros libros; 1900, en que public las Logische Untersuchungen, y 1913, cuando logr constituir una escuela y publicar una revista que era su manifiesto.

    Sabemos perfectamente que toda periodizacin de la historia es ms el producto del arte que de la naturaleza, como lo dice el clebre adagio latino. Y sin embargo la periodizacin de la historia es necesaria y es posible. Los hechos se desarrollan de manera continua, pero esta continuidad es desigual, engloba cambios diversos. Entre tales cambios hay algunos que son ms intensos y profundos y que constituyen momentos decisivos en la evolucin. Se puede, e incluso se debe, aprovecharlos para trazar un cuadro de la historia. Estos momentos clave nos permiten fijar las fechas en que comienzan los nuevos perodos de la historia. Aunque sean fechas aproximativas, y hasta cierto punto convencionales, son indispensables para que podamos tener una idea neta del pasado. Ahora bien, yo creo que en el dominio de la filosofa moderna las siguientes fechas constituyen momentos clave de la historia moderna. Son aproximativas y ms o menos convencionales, repito 1860, 1880, 1900, 1914. Explicar inmediatamente por qu he elegido estas fechas como momentos clave. Estn separadas entre s por intervalos de veinte aos. Lo que en suma no ha de asombrar, pues veinte aos es aproximadamente la duracin de una generacin. Si el perodo 1900-1914 es ms breve, ello se debe a que la guerra lo interrumpi acortndolo; al mismo tiempo la actividad filosfica fue particularmente intensa en ese comienzo del siglo veinte y contribuy a acelerar la evolucin del pensamiento. Seguramente habris observado que las fechas citadas coinciden en amplia medida con las fechas que hemos citado antes, las fechas de la vida del mismo Husserl. Esta coincidencia no es en absoluto un azar. Por lo que se refiere a 1900 y 1914 es justamente Husserl quien contribuy a darle importancia. Recordemos que las Logische Untersuchungen son de 1900, las Ideen y el Jahrbuch de 1913. Por lo contrario, es ms bien por azar que la primera fecha, 1860, coincida casi con el nacimiento de Husserl.

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  • 1. Comencemos por analizar esta primera fecha, 1860. Preguntmonos cules son las razones para ver en ella un momento clave del pensamiento filosfico, y comencemos por los hechos exteriores. Un hecho exterior, y sin embargo importante para la historia del pensamiento, es sobre todo la publicacin de un libro. Ahora bien, en 1859 apareci el libro de Darwin que ejerci tanta influencia sobre los espritus filosficos. Esta fecha era una especie de preludio. Al ao siguiente aparecieron otros tres libros importantes y precursores. Eran: el programa de la filosofa evolucionista de Spencer, el libro de Kuno Fischer sobre Kant y la Psicofisica de Fechner. Con el evolucionismo Husserl tena relativamente pocos puntos de contacto. Pero esta corriente contribuy, sin embargo, a la atmsfera general de la poca en que l estudi. En lo que concierne a la filosofa de Kant, Husserl fue siempre antagonista. Pero para comprender a un sabio es preciso conocer tanto a sus adversarios como a sus amigos. Por lo que se refiere a la tercera corriente, iniciada por Fechner, desempe en cierta poca de la vida de Husserl un papel sumamente importante. Pues con Fechner naci la idea de que la psicologa podra ser la ciencia ideal y que heredara todos los problemas de la filosofa.

    Lo que ms importa es saber cul era la actitud comn a estas tres corrientes. Pues se trata de tres corrientes: la corriente evolucionista representada por Spencer, el neokantismo representado por el libro de Kuno Fischer y la tendencia a desprender de la filosofa las ciencias especiales, representada por el libro de Fechner. Ahora bien, estas tres corrientes tenan una actitud comn: era la actitud antimetafsica, positivista o, para emplear la palabra inventada por Renouvier, la actitud "cientificista. Yo propongo llamarla actitud minimalista, y creo que es un nombre tan bueno como otro. Esta actitud es la que caracteriza los aos que van hasta 1880. Fue tan fuerte que incluso el kantismo, que en el fondo no era en absoluto una doctrina minimalista ni cientificista, lleg a serlo en esta poca, especialmente en la interpretacin de Lange, quien, aun siendo kantiano, era al mismo tiempo positivista como todos los hombres de este perodo. Evidentemente esta actitud cientificista o minimalista no fue inventada en 1860. Comte y Mili la haban adoptado bastante tiempo antes. Por otra parte, no era la nica actitud; haba todava hegelanos. Pero cada vez se generalizaba ms. Se expanda no solamente entre los filsofos mismos sino tambin en la intelligentzia, que en esta poca era tambin, podemos decirlo, cientificista. Tal estado de cosas dur ms o menos hasta 1880.

    Para expresamos de manera un poco ms precisa, podemos decir que esta actitud se caracteriza particularmente por tres rasgos: primero, por el culto de los hechos y de las ciencias; segundo, por el papel especial atribuido a la psicologa como ciencia. Y en tercer lugar, por la tendencia a negar la filosofa en el sentido tradicional. En cuanto a los problemas de la filosofa, en esta poca se crea o aquellos que, por as decirlo, estaban al da en esta poca, crean que sus problemas eran, o bien insolubles, o bien falsos problemas. Era la alternativa

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  • insoluble o falso que se disputaban en esta poca los espritus. F. A. Lange, quien como buen kantiano crea que la realidad es incognoscible, termin, sin embargo, admitiendo haca el fin de su vida que la distincin misma entre realidad y fenmenos es un producto del espritu que no existe una realidad distinta de los fenmenos, que, en consecuencia, conocer tal realidad no constituye un problema. Dicho de otro modo, el problema del conocimiento en sentido tradicional es un problema inexistente.

    La juventud de Husserl transcurri en esta atmsfera cientificista, nominalista, psicologista. No hay que olvidar nunca esta coincidencia. Esta atmsfera reinaba todava cuando Husserl hizo sus estudios en la universidad. Y sus primeros trabajos, trabajos de matemtico- filsofo: Philosophie der Arithmetik, Psychologische Studien zur elementaren Ltogik, son la expresin de esta atmsfera, verdaderos productos de este perodo que dur desde 1860 hasta 1880.

    2. Paso al segundo perodo de la vida de Husserl. Qu ocurri en filosofa en 1880? Qu nos da derecho a ver en esa fecha el comienzo de un nuevo perodo? Despus de 1880, la filosofa y la actitud general no dej en absoluto de ser cientificista, nominalista, minimalista; por lo contrario la intelligentzia lo fue aun ms. Precisamente en ese momento apareci lo que se podra llamar la Biblia del cientificismo; The Grammar of Science de Karl Pearson. En esta poca Mach y Avenarius publicaban sus principales trabajos que, en todo caso, forman parte de ese espritu que acabo de caracterizar. Pero, por otro lado, se manifestaban nuevas corrientes. Y son ellas las que nos permiten distinguir, hacia 1880, un nuevo momento clave de la historia. Estas corrientes son tres. La primera tuvo sus orgenes en Francia. Al demostrar la contingencia de las leyes de la naturaleza, Boutroux haba puesto de manifiesto serias dificultades en la idea que los cientifidstas se hacan de la ciencia. Lo que ellos crean ser la certidumbre misma casi no lo era. Las nuevas ideas de Boutroux eran de orden ontolgico ms que epistemolgico. Sin embargo, rechazaba el concepto de la ciencia uniforme que era la base del cientificismo. Fue seguido de cerca por Poincar y Duhem, que atacaron fuertemente los conceptos cientificistas de ley cientfica y de hecho cientfico. La ciencia no solamente tiene sus contingencias, como deca Boutroux, sino que tiene tambin sus convenciones, como decan Poincar y sus seguidores. Hablando en el lenguaje de M. Strasser, a quien pronto oiremos, luego de la poca en que se glorificaba la grandeza del hecho, vino aqulla en que se reconoci su miseria.

    La segunda corriente, surgida despus de 1880, vino de Alemania. Dilthey por una parte, y Windelband y Rickert por la otra, haban insistido sobre el hecho de que las ciencias humanas no pueden ni deben conformarse a la idea de ciencia forjada segn el modelo de las ciencias de la naturaleza. La Einleitung in die Geisteswissenschaften ae Dilthey, es de 1883, y los Prludien de Windelband, de 1884. El

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  • libro de Rickert Die Grenzen der naturwissenschaftlichen Begriffsbildung es un poco posterior, de 1896. Tambin esta obra fustiga la concepcin centificista del saber, que exiga una nica visin, comn a todas las ciencias. Segn tal concepcin, toda ciencia digna de tal nombre deba ser constituida de acuerdo con el modelo de las ciencias de la naturaleza.

    La tercera y nueva corriente que dio un violento golpe a las ideas del perodo anterior, era diferente. Provena de Brentano. Mientras que las otras dos que acabo de mencionar, la de Boutroux y la de Dilthey y Windelband, pueden ser consideradas como un movimiento orientado en la misma direccin que el perodo precedente y referido slo a detalles de las ideas recibidas, la ltima corriente vena de afuera. Provena de otro orden de ideas. Proceda de una visin del mundo y de la ciencia totalmente inspirada por la concepcin aristotlica que, por razones bien conocidas, haba sido descartada durante siglos. Las ideas de acto intencional, de evidencia, y tambin el realismo inmediato de Brentano, eran revolucionarios, aunque no fueran nuevos. Estas nuevas ideas no suscitaron ningn inters entre la mayor parte de los filsofos y de los psiclogos de entonces. Yo mismo he odo calificar de absolut anachronisch (absolutamente anacrnico) el libro de Brentano, en 1905, hace ms o menos medio siglo. Era mi primer semestre en un curso de Ernst Meumann, un distinguido psiclogo que, despus de haber dado una bibliografa de psicologa moderna, haba agregado, concienzudamente, que para ser completo nombrara aun un libro completamente anacrnico: era el libro de Brentano, Psychologie vom empirischen Standpunkte. Sin embargo, antes de r1900, las ideas de Brentano encontraron fervientes adeptos; su alumno, mi compatriota Wardowski, public en 1894 su libro sobre el contenido y el objeto de esas ideas. Y Husserl conoci a Brentano aun antes de esa poca. Bajo su influencia modific sus ideas y durante l|>s ltimos aos del siglo escribi su gran libro, que dedic a Brentano, y en el cual sobrevive el espritu de Brentano, aunque en una forma muy modificada y personal. Vemos as que este segundo perodo, de 1880 a 1900, tiene muchos e importantes enlaces con la obra de Husserl.

    3. Pasemos ahora al tercer perodo. Una de las principales razones que nos hacen considerar a 1900 como el comienzo de un nuevo perodo de la filosofa es la publicacin de las Logische Untersuchungen, que tuvo lugar ese mismo ao. Pero hay tambin otras razones. A partir de 1900 se desencaden un movimiento extremadamente intenso en filosofa, con un impulso extraordinario, que aport una verdadera cosecha de nuevas ideas. Y ste se mantuvo al menos durante la primera dcada del siglo XX. Recordemos algunas fechas: en 1900 aparece el primer volumen de las Logische Untersuchungen; Planck hace conocer la teora de los quanta; Bergson, en el apogeo de su xito, llega a ser profesor en el Colegio de Francia y en el mismo ao Freud publica la Traumdeutung. 1901, el segundo volumen de las Logische Untersuchungen.

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  • 1902, La science et l'hypothse, de Poincar; lieber Annahmen, de Meinong; The Varieties of Religious Experience, de James; Die Logik der reinen Erkenntnis, de Cohen. He ah los ttulos de las obras que aparecieron en 1902. 1903, los libros de G. E. Moore, Schiller, Dewey, el libro de Natorp sobre Platn. 1905, la teora de la relatividad, d Einstein. 1906, la thorie physique, de Pierre Duhem. 1907, L'volution cratrice, de Bergson, y El pragmatismo, de James. 1908, Identit et Ralit, de Meyerson. 1909, Materialismo y Empiriocriticismo, de Lenin, libro que pronto sera muy ledo. 1910, Principia Mathematica, de Russell y Whitehead.

    Es raro que en una sola dcada aparezcan tantos libros de semejante importancia histrica y filosfica. Lo que caracteriza a este perodo que comienza en 1900 es, ante todo, una intensa actividad. Pero, en segundo lugar, esta actividad est plena de ideas nuevas. Y, en tercer lugar, estas ideas son, al menos en parte, ideas positivas y constructivas. La filosofa nueva no se limita a la crtica y a la negacin, como ocurra entre 1880 y 1900. El lado crtico y negativo prevalece quizs en el pragmatismo, pero no ciertamente en la filosofa de Bergson o en la fenomenologa de Husserl. En cuarto lugar, las tendencias positivas de la poca son mltiples y variadas. Una filosofa puramente analtica se desarrolla al lado de las sntesis. La ms pura teora al lado de la Lebensphilosophie. La filosofa de la intuicin junto al empirismo radical; el pluralismo y el convencionalismo filosficos junto a la filosofa absoluta. En esta variedad extrema es necesario distinguir las corrientes principales. Fueron por lo men os cinco. Primero, el pragmatismo las cito en un orden que tiene razones cronolgicas, que se gest ms temprano que las otras corrientes. En segundo lugar, la filosofa de Bergson. En tercer lugar, la filosofa analtica y realista de Moore y toda la escuela britnica. En cuarto lugar, la escuela de Marburgo que en esta poca representaba algo muy distinto del neokantismo de sus comienzos. Y en quinto lugar, la fenomenologa de Husserl. Se podra agregar tambin la escuela austraca de Meinong y, sobre todo, en lo que concierne al neotomismo, la escuela de Lovaina. Pues justamente en la vspera del siglo xx, en 1899, el cardenal Mercier daba trmino a su curso de filosofa. En cambio los xitos de Croce se produjeron en fecha posterior, as como el advenimiento y la inmensa expansin del leninismo.

    Algunas de estas corrientes se iniciaron, en realidad, antes del siglo veinte. Pero quien inaugura en cierto modo el siglo y el nuevo perodo filosfico es Husserl con el primer volumen de Logische Untersuchungen. Mas, digmoslo en seguida, ste es el segundo Husserl, el que haba roto con las tendencias de su primera juventud. Sus ideas nuevas fueron elaboradas durante el segundo perodo que hemos mencionado y fueron l fruto y el fundamento del tercero, que corresponde al comienzo del siglo veinte. Sin embargo en cronologa es necesario distinguir la fecha de nacimiento de una filosofa y la de su expansin. Concebida en el siglo xix, nacida en 1900, la filosofa de Husserl slo

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  • se expandi ms tarde. Permitidme agregar aqu un recuerdo personal. En Marburgo, donde estudi hasta 1910, no se habl jams de Husserl ni de la fenomenologa. Slo en 1910 o por primera vez su nombre gradas a Un alumno de Husserl llamado Leyendecker. Haba escrito una tesis bastante interesante sobre la fenomenologa de las ilusiones, pero luego se volvi infiel a la filosofa y se dedic a cuestiones de arte ms que de filosofa. Casi no es conocido por los fenomenlogos actuales. No obstante, a l le debo el conodmiento de esta filosofa. Leyendecker vena de Colonia y fue as como conot la existencia de la filosofa de Husserl. Y cuando, despus de haber defendido nuestras tesis de doctorado vinimos a Pars en 1911 para continuar nuestros estudios, llevbamos en nuestras valijas ejemplares de las Logische Untersuchungen, que estudiamos entre los cursos de Bergson y de Pierre Janet y las sesiones de la Sociedad Francesa de Filosofa, a los cuales asistamos asiduamente. Al volver a Polonia escrib un ensayo sobre Las tendencias de la fenomenologa, que fue publicado en 1913 en una de las dos revistas filosficas que poseamos en esa poca. No solamente tuve en cuenta las Logische Untersuchungen sino tambin los primeros escritos de Pfnder, de Geiger y de von Hildebrandt. No creo engaarme al decir que ese pequeo estudio, que hoy no tiene por cierto ningn valor, fue uno de los primeros trabajos aparecidos sobre la fenomenologa y ciertamente el primero en lengua no alemana. Pero fueron necesarios doce aos y el azar de un encuentro con un alumno de Husserl para que yo tomase contacto con esa filosofa. Era ya el ao 1913, el ao de la fundacin del Jahrbuch. A partir de ese momento el xito de Husserl y de la fenomenologa no se hizo esperar. Mas, debo agregar aqu que en ello correspondi ua parte importante a Scheler. Pues l contribuy tanto como Husserl a aquellos primeros triunfos de la fenomenologa. Posteriormente, en mi pas, la persona de Husserl es sobre todo la que ha aparecido en primer plano, gracias en especial a mi amigo Ingarden.

    4. Nos queda por considerar el cuarto perodo. Cuando se pasa a los aos que siguieron a la primera guerra mundial, se tienen buenas razones para distinguir un nuevo perodo de la filosofa. Su caracterstica es que las ideas nuevas se hacen raras en filosofa, en tanto que las concernientes a las ciencias, sobre todo a las ciencias prximas a la filosofa, se vuelven ms importantes. Es el perodo en que se elaboran los principios de la fsica, y en el campo de la psicologa obtienen sus xitos ms grandes el psicoanlisis, el conductismo, la Gestalttheorie. En este mismo perodo la escuela sociolgica de Durkheim est en su apogeo. En filosofa, la influencia del pragmatismo y del bergsonismo parece disminuir; en cambio se observa un retomo inesperado del cientificismo minimalista en el Wiener Kreis. La filosofa de Husserl, por su parte, corre una suerte muy diferente a la filosofa de Bergson y a la de James. En vez de retroceder gana terreno. Pero la filosofa de Husserl, como sabemos, ha experimentado un cambio. Este nuevo

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  • perodo de la filosofa es tambin un nuevo perodo para Husserl. No me detendr aqu, pues evidentemente en los debates de nuestro coloquio se considerar este perodo y la evolucin de Husserl. Slo quisiera insistir en una cosa. Segn parece, en el cambio operado en el espritu de Husserl tuvo mucho que ver su correspondencia con Natorp. Este hecho, s se confirmara, sera extremadamente curioso. La escuela de Marburgo, que dej de existir sbitamente, desempe, empero, su papel; antes de expirar transmiti a algunos filsofos, entre ellos a Husserl, su idealismo abstracto y radical. En la misma poca Nicolai Hartmann, antiguo discpulo de Marburgo, pasa al realismo, no sin influencia de la fenomenologa. Sera un hecho bastante raro en la historia de las ideas este intercambio de influencias, esta influencia del idealismo de Marburgo en la fenomenologa, coincidente con la influencia del realismo de la fenomenologa en un discpulo de la escuela de Marburgo. No quiero sin embargo insistir en ello, pues quisiera consagrar el poco tiempo que me queda a otra breve reflexin histrica.

    Una vez ms cabe sealar aqu algunas fechas para iluminar esta reflexin. El problema es el siguiente. Quines fueron los contemporneos ms eminentes de Husserl? Es decir, cules fueron, en el fondo, las otras opciones filosficas a las que dio lugar la poca en que l vivi? Recordemos que Husserl naci en 1859. Pues bien, en este ao nacan tambin otros cuatro filsofos que desempearon un papel importante: Bergson, Durkheim, Meyerson y Dewey. Creo que no parece de inters insistir en este sincronismo sorprendente, en esta coincidencia cronolgica de los creadores de la fenomenologa, del bergsonismo, de la nueva sociologa filosfica, de uno de los grandes representantes del pragmatismo y de Meyerson, del cual se puede decir que llev a su culminacin el movimiento iniciado por Boutroux y Poincar. Aunque no exactamente en la misma fecha, s en una muy prxima nacieron los kantianos, Natorp en 1854, Stammler y Vorlnder, ambos en 1856. El relativista Ziehen en 1858, el ficcionalista Vaihinger en 1852, Freud en 1856, Poincar en 1854, los matemticos Planck y Klein ambos en 1858, el cientificista Pearson en 1857, el idealista Royce en 1858. El cardenal Mercier naci un poco antes, en 1851. Croce, Lenin y los grandes filsofos britnicos ms tarde. Casi todos los discpulos de Brentano eran mayores que Husserl. Stumpf naci en 1848, Ehrenfels en 1850, Meinong en 1853, mientras que Twardowski nad mudio ms tarde, en 1866 y Kraus en 1872. Evidentemente sera injusto exagerar la importancia de estas coinddendas cronolgicas, pero es bueno conocerlas y tenerlas presentes.

    Antes de terminar permitidme resumir dos puntos que me parecen relativamente los ms importantes. En primer lugar, cuatro perodos filosficos se sucedieron durante la vida de Husserl. Primeramente, el perodo dentifidsta y psicologista de 1860 a 1880, que coincide con su juventud y hall expresin en sus primeros escritos. Segundo, el primer perodo crtico y brentaniano, por as dedr, de 1880 a 1900,

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  • y durante el cual Husserl cambi sus anteriores opiniones. Tercero, Husserl mismo, por sus nuevas ideas, contribuy a formar el perodo que dur desde 1900 hasta 1914 y del cual puede decirse fue uno de los grandes perodos de la historia de la filosofa. Finalmente, en cuarto lugar, el perodo que sucedi a la primera guerra y que encontr expresin en las ltimas obras de Husserl.

    La segunda reflexin que he tratado de presentar aqu es la que concierne a la simultaneidad de opiniones diversas: entre los contemporneos ilustres de Husserl hemos visto hombres que sostuvieron ideas absolutamente diferentes de las suyas. Esta gran diversidad de opiniones, contemporneas de las ideas de Husserl, testimonia, sobre todo, que la poca en que l vivi fue de una riqueza sorprendente. Es por lo dems un hecho confirmado a travs de la experiencia filosfica e histrica que en la misma poca en que nace una idea filosfica importante, nacen simultneamente otras ideas filosficas.

    Evidentemente estas reflexiones no han sido hechas para explicar la obra de Husserl, para descubrir las causas y las fuentes de su filosofa. Pero quizs ellas puedan ser de alguna utilidad para comprender esta filosofa y, yuxtaponindola a las otras corrientes, a las otras opciones de la poca, apreciarla en su justa medida.

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  • DISC USION

    M. Minkowski

    Hay preguntas que no tienen respuesta precisa y que escapan a nuestras investigaciones, las superan. Tal es la cuestin de saber por qu Husserl lleg a la filosofa relativamente tarde, despus de haber estudiado matemticas. Uno casi tendra ganas de responder: porque l tena eso en la sangre y eso deba salir tarde o temprano. Es el mismo caso de Van Gogh, por ejemplo, que en el curso de su corta vida slo se consagr enteramente a la pintura en la tarde. El impulso creador, la creatividad, principio mismo de la existencia, dato primero en ese sentido, no es rductible a otros factores.

    El trmino autodidacto se presta a algunas reflexiones. Si quiere decir que no se ha tenido la formacin escolar y universitaria habituales lo que bajo ciertos aspectos puede presentar ventajas, ello no significa en absoluto que se ha producido todo por s mismo lo que sera enojoso, que se ha permanecido extrao a toda influencia procedente del mundo ambiente: clima espiritual, conversaciones, lecturas que, por restringidas que sean, pueden tener tanta mayor importancia cuando, ya no tomadas al pie de la letra, se convierten a travs de la ptica personal, en una verdadera fuente de inspiracin. Es quizs en ese sentido que se puede hablar de influenci de Brentano sobre Husserl. A veces leemos a nuestros autores con la preocupacin de situarnos lo ms cerca posible de ellos, de comprenderlos; otras veces los leemos ms libremente, sintiendo entonces, en un momento dado brotar de esta lectura, poco atenta en ciertos aspectos, esa chispa que proyectar su claridad sobre nuestras tinieblas. Dos modos distintos, dos tipos de influencia, pero de los que cada uno tiene su razn de ser.

    Finalmente y lamento que Jean Wahl no haya tomado la palabra pues l insiste sobre este hecho a lo largo de su Trait de Mtaphysique, cuando distribuimos los productos de la investigacin filosfica entre los diversos ismos con los que designamos esos productos (idealismo, realismo, positivismo, espiritualismo, materialismo, pragmatismo, etc.), aunque sea difcil y quizs imposible escapar a esas yuxtaposiciones racionales, con ello no agotamos el esfuerzo filosfico naciente, en su origen. Pues ni unos ni otros optan simplemente por uno de los ismos en cuestin: de ningn modo buscamos slo aumentar con uno ms el nmero de los materialistas o de los espiritualistas; esto no tendra

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  • ningn inters; hubo ya bastantes en el pasado. Y cualquiera sea la solucin que se le d si hay solucin, y cualquiera sea el ismo al que parezca pertenecer dicha solucin, el problema en el fondo es el mismo, el mismo para todos, tal como ha sido, en su renovacin continua, en todo tiempo.

    H. L. Van Breda

    Quisiera presentar tres observaciones referidas a la evolucin concreta de Husserl.

    1. En filosofa Husserl era por su formacin autodidacto en amplia medida. Su formacin universitaria se centr sobre las matemticas; por otra parte la complet con una disertacin, Beitrge zur Variationsrechnung, presentada en Viena, en 1883. Durante sus aos de estudio en Leipzig y en Berln (1878-1884), sigui por cierto algunos cursos de filosofa, pero de sus profesores de filosofa (entre otros W. Wundt y de Fr. Paulsen), slo guard un recuerdo bastante desfavorable. Cuando descubri su vocacin de filsofo en Viena bajo la influencia de los cursos de Brentano, Husserl tena ya veinticinco aos y haba terminado un primer dclo completo de estudios universitarios. Por otra parte slo sigui algunos cursos de Brentano e inmediatamente se dedic a la elaboracin de su Habilitationsschrift, que present en Halle, ante Carl Stumpf en 1887.

    Cuando Husserl se dedica luego a elaborar su propia filosofa, desde 1896 a 1900, crea una terminologa propia, en la que utiliza muchos trminos tomados a la tradicin filosfica. Cuando utiliza trminos de esta ltima categora los define muy libremente, a menudo sin tener en cuenta la significacin que ellos teman en la tradicin. Por regla general se inspira ms bien en el sentido etimolgico de las palabras que elige que en las definiciones presentadas por los filsofos del pasado.

    2. Quisiera subrayar la influencia de hecho que los grandes clsicos de la filosofa inglesa ejercieron sobre Husserl; pienso, sobre todo, en Locke y Hume. Desde 1885 a 1900 Husserl los ley y reley y a menudo los coment en sus seminarios en Halle. De estos autores Husserl retomar varios problemas filosficos, incluso en su perodo fenomenolgico; quiero decir que tom materialmente de ellos cuestiones de importancia fundamental en su filosofa integrndolos en su problemtica propia.

    3. Creo que, en general, se sobrestima la influencia de Franz Brentano sobre Husserl. Que hay congenialidad no lo dudo. Creo que Husserl tom de su maestro, ante todo, una serie de trminos filosficos de los que algunos, en resumidas cuentas, vienen de Aristteles y de la, escolstica. Por otra parte a menudo los transform seriamente

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  • desde el comienzo, incluso de buena fe. Por mi parte no creo que verdaderamente se pueda ver en Brentano el precursor de la fenomenologa husserliana. Creo, adems, que Brentano sera el primero en rechazar ese ttulo.

    Jean Wahl

    Varios problemas estn implicados en la muy interesante conferencia del profesor Tatarkiewicz. Est el problema de la periodizacin, el problema de las influencias, y quizs hay que distinguir uno del otro; y luego est el problema de las contrainfluencias, de las malas interpretaciones, que es igualmente importante.

    En lo que se refiere a la periodizacin, me parece que siempre existe un peligro en esta operacin a la que probablemente se siente llevado el historiador. Por ejemplo, al comienzo, Tatarkiewicz nos dijo que hubo un Darwin, un Fechner y luego el libro de Kuno Fischer sobre Kant. Confieso que mis recuerdos sobre el libro de Kuno Fischer son antiguos. Pero el Kant de Kuno Fischer no me parece un Kant especialmente positivista. En consecuencia pondra un signo de interrogacin sobre ese segundo trmino mencionado por Tatarkiewicz. No s si va muy de acuerdo con los otros dos trminos. Es slo un interrogante. Un poco ms tarde usted habl de Meyerson, creo que como culminacin y realizacin de la crtica de Boutroux. Pero yo veo a Meyerson como extremadamente diferente, y por otra parte muy difcil de caracterizar. No encuentro que l sea la culminacin de la crtica de las ciencias tal como Boutroux, Milhaud, Poincar la hicieron. Es una concepcin de la realidad y de la ciencia que muy difcilmente considerara como continuacin de Boutroux.

    Por lo que se refiere a las influencias, lo que yo pueda decir es intil: ya el padre Van Breda habl muy justamente de congenialidad. Si hubo una influencia de Brentano, es que hubo una especie de congenialidad. Si hubo una influencia de Frege probablemente es porque Husserl pens que Frege tema razn en algunos puntos. En consecuencia, al mismo tiempo que se recibe la influencia, yo dira incluso antes de que se reciba la influencia, se est dispuesto a recibirla. Es esto lo que me parece importante; es en este sentido que es necesario ser siempre, en lo posible, autodidacto. Creo, adms, que la palabra fue empleada en cierto momento por el profesor Tatarkiewicz precisamente en este sentido.

    Acerca de la cuestin de las contrainfluencias, me parece bastante asombroso que Husserl se haya vuelto hacia los ingleses. Por qu?, si no son los filsofos ms ordinariamente ledos, segn creo, en el pas donde l viva. Entonces, hubo quizs una insatisfaccin ante cierto nmero de filsofos racionalistas, idealistas, ante cierto nmero de filsofos alemanes, de suerte que por ello Husserl se volvi hacia los ingleses? Recuerdo unas palabras de Bergson sobre Kant. Todos Jps-ssfwfentes

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  • de la escuela normal en la poca de Bergson lean a Kant y estaban bajo su influencia. Y Bergson dijo: Lo primero que he dicho frente a Kant es no. Pero entonces, ha habido algo como esto? Esto me preguntaba y es todo lo que quera decir.

    W. Tatarkiewicz

    En primer lugar, estoy totalmente de acuerdo con mi amigo Minkowski en que es vano preguntarse las razones que llevaron a Husserl a convertirse en filsofo. En segundo lugar, acerca de lo que dijo el R. P. Van Breda, creo que se puede afirmar con razn que Husserl fue un autodidacto, en el sentido de que no fue guiado paso a paso en sus estudios como lo son los estudiantes. Evidentemente no hay nadie que no haya sido influido de alguna manera por sus lecturas. Pero hay una gran diferencia entre este gnero de influencia, o una afinidad de espritu, y la influencia de un maestro que nos conduce y nos gua.

    Contrariamente a lo que piensa el padre Van Breda, sigo creyendo que la influencia de Brentano sobre Husserl fue muy fuerte. Dnde hubiera encontrado, si no en Brentano, sus ideas capitales de evidencia y de acto intencional, en una poca en la cual menospreciaba la evidencia, pues no se la comprenda como una cualidad di juicio sino como un sentimiento del que no se poda confiar? Brentano es la nica va por la que pudo llegar hasta Husserl la antigua tradicin, tan largo tiempo desdeada y que, a travs de la escolstica, se remonta hasta Aristteles. Lo verdaderamente extrao y difcil es tmo la psicologa de Brentano pudo llevar a Husserl, a una actitud antipsicolgica. Es que, en el fondo, segn creo, la psicologa de Brentano no es tal. Se sita en la frontera entre la psicologa y una teora del conocimiento o de la lgica. Los conceptos psicolgicos que Husserl encontr en Brentano eran ms bien conceptos epistemolgicos.

    En lo que concierne a Kuno Fischer simplemente quise decir que fue l quien, en 1860, llam la atencin nuevamente sobre Kant. En el clima positivista de la poca, los intrpretes del pensamiento de Kant muy pronto lo llevaron hacia el positivismo.

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  • W. Biemel

    Las fases decisivas en el desarrollo de la filosofa de Husserl

    No deja de ser presuntuosa la pretensin de mostrar las fases decisivas de la filosofa husserliana. Tal empresa supone que sepamos de antemano adonde pretenda llegar finalmente el pensamiento de Husserl. Supone que nos hallemos en condiciones no slo de reconstituir enteramente la marcha de ese pensamiento, sino tambin, por as decirlo, de sustituir al autor para decir en su lugar cul era la intencin secreta que animaba toda su filosofa, que la sostena, que le serva de motor, de suerte que ella no se paralizara jams y al final de la ruta se viera comprometida a comenzar de nuevo.

    Entindase bien, de entrada, que stas no son nuestras pretensiones. Tal vez hubiramos debido elegir para esta comunicacin un ttulo menos ambicioso, algo as como: Cules son entre las etapas del desarrollo filosfico de Husserl las que me parecen, a m personalmente, las ms significativas? Pero as planteada, la cuestin casi no tendra inters pues, en razn de la concepcin misma que Husserl tena de la filosofa, habra considerado como poco importante y totalmente secundario qu cosa pudiera parecer decisiva a tal o cual individuo en su singularidad.

    Qu hacer entonces? Simplemente, de manera mucho ms modesta, tratar de presentar en su coherencia el desarrollo de la filosofa husserliana e insistir particularmente en la gnesis misma de su pensamiento. En consecuencia no sera el caso de referirse a la totalidad en cada una de las fases de ese desarrollo, sino de mostrar justamente el cambio que se ha efectuado, lo que se ha agregado a la filosofa husserliana, prolongndola y transformndola. Al hacer esto habr que preguntarse adems si lo que se intent sacar a luz como un proceso de desarrollo es efectivamente decisivo, si es aquello que movi a Husserl, aquello que hace de l un filsofo viviente para nosotros y que sigue siendo nuestro contemporneo aun hoy en que nos aproximamos a su centenario.

    Estas reservas no son insignificantes. Es preciso que no se suponga que pretendemos prescribir de algn modo la forma en que se debe

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  • entender a Husserl. Lejos de nosotros tal pensamiento. Ninguna filosofa autntica es unilinear; ninguna se deja fijar ni limitar dentro de una cierta interpretacin. Es eso justamente lo que la distingue de una filosofa de alcance limitado.

    Cabe an una ltima reserva para economizar al lector una posible decepcin. En el sentido riguroso del trmino, la exposicin que se va a leer no tiene nada de una interpretacin. Un intrprete siempre debe explicarse con el autor al cual se dedica; debe partir de todo lo que lo separa de l; polemizar con l para definir lo que es esencial en su filosofa. Toda interpretacin supone en consecuencia un dilogo fructfero donde no slo el filsofo tiene la palabra, donde encuentra un interlocutor que le plantea problemas. Requiere, pues, un pensamiento que se prolonga a riesgo de sufrir cierta presin, de exponerse a la injusticia, a la exageracin tanto en el buen sentido del trmino como en el malo. Nos es necesario, por lo tanto, renunciar aqu a toda empresa en ese orden. Qu va nos queda, pues, abierta? La de la xposidn, es decir, la de un esfuerzo previo, precisamente a toda interpretacin y que consiste en dejar hablar al filsofo mismo.

    Pero, en realidad, es tan sencillo dejar primero al filsofo exponer su pensamiento para pasar luego a la interpretacin, al dilogo con l? Toda exposicin es ya necesariamente una especie de eleccin y en consecuencia una coaccin ejercida sobre el pensamiento. Cul debe ser el criterio para tal exposicin? Aquel que, en el desarrollo del pensamiento, permita iluminar un movimiento que asegure la unidad, pero no bajo la forma de una simple enumeracin de hechos, sino de un modo tal que permita arrancar los hechos de su facticidad para revelarlos en su necesidad. Si se puede llegar a un resultado de este gnero, se ha encontrado una especie de hilo conductor. Pero es preciso agregar inmediatamente que no se debe pretender por ello que ese hilo conductor sea el nico verdadero y decisivo. Cmo justificar la pretensin de un hilo conductor de ser realmente tal? Para esto es necesario que gracias a l, el desarrollo entero surja a la vista. De manera naturalmente esquemtica, por cierto, bajo una forma simplificada y empobrecida. Pero si el hilo se convierte en un lazo que rene el todo y justifica el lugar de cada elemento en el conjunto, no pierde en absoluto la calidad de hilo conductor.

    Quizs este intento se justifica particularmente en el caso de Husserl, pues muy a menudo slo se retiene de su filosofa un elemento particular. Rara vez se ha hecho el esfuerzo de captar su pensamiento en su misma constitucin, de considerar su coherencia interna y ponerla a prueba. Es verdad que Husserl hizo dificultosa una comprensin de este orden, en la medida en que siempre present sus escritos como si cada uno de ellos constituyera un todo cerrado, de suerte que el lector no tendra necesidad de recurrir, para comprenderlo, ni a lo que precede ni a lo que sigue, pues cada obra parece contener en el fondo todo lo esencial, sin excluir por ello ciertos complementos. Es as como, por ejemplo, vio sin duda con malos ojos que despus de 1920 nos

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  • dedicramos a interpretar las Logische Untersuchungen. En ese momento esa obra perteneca para l a un pasado terminado, superado por las obras ms recientes. Y haba que atenerse a estas ltimas. Pero al mismo tiempo nos encontramos en presencia de este fenmeno sorprendente: el mismo autor comienza a dar interpretaciones de su obra y a justificar ante sus propios ojos el desarrollo de su pensamiento.

    La tentativa que presentamos hoy puede, pues, vincularse al mismo Husserl y a la exigencia por l formulada de una fenomenologa gentica, que no busca solamente las significaciones establecidas sino el proceso de su establecimiento. La consideracin gentica de la fenomenologa servir, sin duda, para aclarar justamente sus propias preocupaciones. (Hagamos notar de antemano que, por escasez de tiempo, hablaremos ms explcitamente del pensamiento de Husserl hasta la poca de la constitucin de la fenomenologa propiamente dicha y pasaremos ms rpido sobre esta constitucin como tal.)

    Desde sus orgenes la fenomenologa creci en tales proporciones, me atrevera casi a decir: se ha inflado de tal manera, que casi no hay nadie hoy que pueda talar su parte en esta selva virgen sin traicionar - sin embargo a la fenomenologa en el sentido literal y sin serle infiel. Por esto conviene, sobre la base de una consideracin gentica, rememorar el designio primitivo de Husserl y el desarrollo ulterior de ese designio. Pues sera totalmente falso imaginar a la fenomenologa saliendo toda armada del cerebro de Husserl; es paso a paso como l se abri camino hasta ella.

    Para captar la gnesis de la fenomenologa es preciso remontarse bastante alto, hasta el trabajo de Husserl titulado Philosophie der Arithmetik, que data de 1891, e incluso hasta la redaccin primitiva del primer captulo de ese libro, aparecida en 1887 bajo el ttulo de ber den Begriff der Zahl (Sobre el concepto de nmero).

    En el prefacio de este ensayo el autor justifica as el tema elegido: .. .Desde que la lgica moderna concibi su verdadera tarea, por oposicin a la antigua, como disciplina prctica (como arte del juicio correcto), desde que se esforz, como uno de sus fines esenciales, por constituir una metodologa general de las ciencias, encontr muchos y premiosos motivos para interrogarse con una atencin particular sobre el carcter de los mtodos matemticos y sobre el carcter lgico de sus conceptos y de sus principios fundamentales (Begriff der Zahl, pg. 4). El autor hace observar inmediatamente que la psicologa moderna se ha interesado igualmente en estas cuestiones, en particular en el origen psicolgico de las representaciones de espacio, de tiempo, de nmero, de continuo, y que se admite como obvio que sus resultados deben ser importantes tambin para la metafsica y la lgica (pg. 5). Es esencial detenerse un instante sobre este punto de partida, pues se ve bien que originariamente Husserl no pensaba en absoluto reformar o revolucionar la lgica y" la psicologa, fundarlas sobre nuevas bases, sino que, por el contrario, exiga a esas disciplinas, tales como existan entonces, una justificacin de sus propias investigacio-

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  • nes, lo que es tanto menos sorprendente cuanto que se trataba, en ese caso particular, de una tesis de habilitacin 1.

    Las dos ciencias sobre las que Husserl se apoya, la lgica y la psicologa, no le sugieren, sin embargo, nada en cuanto al objeto de su investigacin; el punto de partida le es proporcionado por las matemticas que, en su opinin, han llegado a una etapa en que despus de muy notables descubrimientos, extraordinariamente explotados por ellas, se interrogan sobre la naturaleza de sus conceptos de base2. Esta misma cuestin, y ms precisamente la reflexin sobre el nmero, concepto fundamental de la aritmtica, fue el primer motor de la filosofa husserliana. As, pues, conviene aclarar una idea fundamental que procede de este primer trabajo.

    Podemos en principio asombramos por el hecho de que Husserl intente la dilucidacin del concepto de nmero valindose de investigaciones psicolgicas. Parecera que aqu fuesen mucho ms pertinentes consideraciones matemticas o lgicas. Husserl encara el concepto de nmero y el acto de la numeracin como uno de los procesos mentales ms simples que conviene aclarar primeramente si se quiere luego abordar los procesos ms complejos (pg. 9). El examen de la nocin de nmero se sita, pues, ya en una perspectiva que comienza por el anlisis de un fenmeno mental originario, capaz de dar, en cierto modo, la experiencia misma de lo que se podra llamar la esencia de la conciencia.

    Cmo procede Husserl? Parte de la definicin euclidiana del nmero como multiplicidad de unidades. Pero muestra en seguida que esta definicin queda desprovista de sentido en tanto no se haya pensado y analizado el concepto de multiplicidad. Para lograr este concepto no basta proceder por abstraccin a partir de contenidos dados, pues tal abstraccin no da jams el concepto de multiplicidad, el cual slo es captado en la operacin por la que los elementos singulares son enlazados de tal modo que constituyen un todo. Este enlace es el factor decisivo. Por enlaces homogneos llegamos a los fenmenos decisivos de la multiplicidad. Se trata entonces de considerar el modo de enlace. Husserl lo aclara en relacin con otro concepto, el de continuo. En el continuo tenemos que trabajar con un enlace continuo, por ejemplo, el de los puntos de una lnea, el de los momentos de una duracin. Concretamente podemos observar primero los elementos, los puntos, por ejemplo, y las partes extensas formadas de momentos, y luego el enlace propiamente dicho entre esos elementos. Al hablar de continuo no designamos la manera de ser de los elementos mismos (que pueden variar), sino el modo de coordinacin que es comn a todos los continuos. Slo cuando consideramos este modo de enlace tenemos la experiencia de aquello que constituye propiamente los continuos. Pero este modo de enlace no se nos revela en la captacin inmediata de lo que se presenta; se revela en la reflexin sobre las condiciones pre

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  • vias que se requieren a fin de que los elementos se comporten de la manera que es necesaria para que haya continuo.

    Para llegar al concepto de una clase de totalidades, Husserl admite como requisito indispensable que consideremos reflexivamente di modo en que los elementos estn unidos en esta clase para constituir un todo, pues segn l lo esencial aqu es el modo de enlace.

    Pero, cul es entonces el modo de enlace que determina el total (pluralidad)? Husserl responde: el enlace colectivo. A diferencia de las otras formas de enlace, el enlace colectivo es muy laxo; no obstante es un enlace y da por resultado el concepto de multiplicidad. Para llegar al concepto de multiplicidad se requiere una actividad espontnea de la conciencia; no podemos llegar de manera puramente pasiva a algo semejante a una pluralidad 3.

    En lo que concierne al modo de existencia de los nmeros, Husserl escribe: Los nmeros son creaciones del espritu, en la medida en que constituyen resultados de actividades que ejercemos respecto de contenidos concretos; pero lo que crean estas actividades, no son nuevos contenidos absolutos que podramos reencontrar luego en alguna parte, en el espacio o en el mundo exterior; son propiamente conceptos de relacin, que slo pueden ser producidos, pero que de ninguna manera puede encontrrselos ya hechos en parte alguna. (Begriff der Zahl, pg. 37). Frmula significativa para esta fase del pensamiento husserliano. Los nmeros son conceptos de relacin; slo existen en la medida en que se establece una cierta especie de relacin; no tienen existencia propia ms que en tanto son productos.

    Se podra objetar que cuando nos encontramos en el espacio en presencia de una pluralidad de objetos, ciertamente poseemos algo as como una cantidad. Esto es lo que Husserl niega y con derecho. Incluso cuando varios objetos son ordenados el uno en relacin con el otro en el espacio, no se trata aun de esa unin colectiva que se realiza en la conciencia por ese acto unifcador de poner de rel|eve, efectuado por el inters y la toma de conciencia (pg. 37).

    Si lo esencial en lo que concierne al concepto de multiplicidad es el modo particular de la relacin que enlaza entre ellos los elementos, se requiere necesariamente describir ese modo. Husserl comienza por observar que existen dos clases de relaciones, las fsicas y las psquicas. A las fsicas las llama tambin relaciones de contenido; por ejemplo, la relacin de similitud, de igualdad, etc. Esta relacin misma est fundada en el estado correspondiente (sea fsico o psquico). En el caso de las relaciones psquicas, la relacin no est fundada en la cosa sino en la manera en que consideramos la cosa; por esto la relacin no es intuitivamente revelable sino que slo puede efectuarse en el pensamiento. Pero el factor decisivo es que el enlace colectivo sea de esta clase. Husserl puede tambin escribir: Mientras que. . . en lo que concierne a todas las relaciones de contenidos, los fundamentos slo pueden variar de manera limitada sin que sea afectado por ello el modo mismo de la relacin, en el caso de la relacin colectiva todos los fun

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  • damentos pueden variar sin lmites y de manera absolutamente arbitraria sin que la relacin deje jams de ser tal. .. .No es posible concebir cualquier contenido como semejante a cualquier otro, como ligado a cualquier otro por una relacin de continuidad, etc. (relacin de contenidos); pero siempre se lo puede concebir como diferente de cualquier otro y como ligado con l en una relacin de colectividad. En los dos (ltimos) casos, la relacin precisamente no pertenece a los fenmenos mismos, sino que en cierto sentido se mantiene exterior a ellos (pg. 57). Esta exterioridad significa justamente que la relacin depende de ciertos actos psquicos y del hecho de que estos actos renan o no los contenidos dados para constituir una coleccin, mientras que de ningn modo depende de la sola conciencia que dos objetos sean considerados como semejantes o desemejantes. Y Husserl resume as su pensamiento: Un total se efecta cuando un inters unificante y, simultneamente, en l y con l, un acto unificador de toma de conciencia ponen de relieve por s mismos contenidos diferentes y los engloba (pg. 58)

    Para aprehender el enlace colectivo en su carcter de enlace, se requiere una reflexin sobre el acto psquico que lo produce.

    Pero, para qu sirven esas consideraciones en. lo que concierne al concepto de nmero? Una representacin que considera los contenidos como simplemente enlazados de manera colectiva, . . . tal es el concepto de multiplicidad (pg. 59 y sigs.). Se considera conjuntamente una cosa y otra y otra ms, o bien este algo cualquiera, y este otro y otro ms, etc. Algo, es decir que aqu no importa cul sea el contenido de la representacin; al decir algo, se indica que el contenido es indiferente y que slo importa que haya un contenido cualquiera. Al decir y, se remite al modo de enlace de los relata, indicando que se trata de una simple reunin y nada ms. Dejemos de lado la indeterminacin que est ligada al concepto de multiplicidad; determinemos de cuntos elementos (algos), de cuntas unidades o de cuntos unos est compuesta la multiplicidad; entonces obtenemos inmediatamente el concepto de nmero (1, 2 = I + 1, 3 = 2 -j- 1). Por consiguiente la multiplicidad se encuentra as especificada. Cuando Husserl manifiesta que el total no puede ser concebido sin un inters y una toma de conciencia cuyo papel es operar una reunin, quiere decir que esta operacin siempre exige una aprehensin de unidades en tanto unidades y una reunin de las unidades de las que se ha tomado conciencia en cuanto tales. No podemos pensar ninguna unificacin colectiva sin contenidos unificados, y si queremos representrnoslos in abstracto, es preciso entonces que los contenidos sean pensados como algo cualquiera (pg. 63).

    Era necesario referir de manera suficientemente explcita el desarrollo de Husserl, pues por una parte se trata de una obra de juventud bastante poco conocida y, por otra, creemos que aqu puede descubrirse ya el germen de la futura fenomenologa, aunque Husserl mismo, sobre todo como consecuencia de la crtica de Frege 5, haya considerado este

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  • pnto de vista como viciado de psicologismo. Nuestra intencin, por tanto, no era defender la interpretacin husserliana del concepto de nmero corno la nica correda y exhaustiva, sino simplemente mostrar en qu medida se pueden discernir all los primeros elementos de una consideracin de carcter ya fenomenolgico.

    Lo que resulta realmente fundamental en esta doctrina es el concepto de produccin, es tambin el concepto de reflexin, es en fin el mtodo que consiste en iluminar la esencia de una cosa remontndose al origen de su significacin en la conciencia y a la descripcin de este origen. Parece que tenemos ciertamente all los primeros grmenes de la constitucin, la reduccin, el esclarecimiento del origen de la donacin de sentido, la descripcin fenomenolgica y la intuicin eidtica. Lo que se halla tambin en germen en estos textos es la actitud permanente de Husserl respecto de la psicologa considerada como una ciencia de importancia decisiva, no sin duda la psicologa tradicional, experimental u objetiva, sino, siguiendo a Brentano, la psicologa introspectiva, cuya estructura y significacin no dejar de definir de manera cada vez ms clara hasta la Krisis. Que algo slo sea comprendido cuando en la reflexin se captan, en cuanto intencionales, los actos psquicos sin los cuales no habra donacin de sentido, tal es por cierto uno de los fundamentos de toda la doctrina fenomenolgica. Se puede discutir la legitimidad, se puede denunciar y criticar el presupuesto metafisico subjetivista que implica tal actitud, pero todo esto es del orden de la interpretacin y escapa en consecuencia a nuestro propsito presente.

    Agreguemos otro testimonio en lo que concierne a la importancia de la reflexin. Husserl escribe: El enlace colectivo slo puede ser aprehendido por una reflexin sobre el acto psquico por el cual se efecta el total (Begriff der Zeit, pg. 58, Philosophie der Arithmetik, pg. 79). La frase se encuentra sin modificacin en las dos redacciones, la de 1887 y la de 1891. En la primera estaba subrayada. Esto no es un hecho accesorio, pues Husserl reconoce as que se trata de una enunciacin fundamental, decisiva para toda su filosofa ulterior. Es en la reflexin donde deben ser aprehendidos los actos psquicos donadores de significacin', de sentido. Seguramente en el curso de los aos los actos as aprehendidos se diferenciarn y su nmero aumentar, pero esto no cambia en nada el hecho de que ya aqu sin duda bajo la influencia de la enseanza psicolgica de Brentano Husserl ha descubierto y aplicado esta posicin. (En qu medida debemos pensar tambin en la influencia de Meinong, es una cuestin que no podemos tratar en este momento; en la edicin de 1891 se encuentra en este lugar una nota remitiendo a Meinong, Ps. Anal. 27).

    Agreguemos otro argumento en favor de la tesis segn la cual nos encontramos aqu con la idea de constitucin. Despus de haber explicado el origen del concepto de multiplicidad a partir del inters unificante y del acto de toma de conciencia, por el cual los contenidos se encuentran juntos y simultneamnte presentes, Husserl rehsa ca

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  • racterizar los nmeros como puras creaciones mentales de intuicin interna, pues para l creacin significa produccin de un ente que, en tanto que es producido, posee una existencia independiente del acto mismo de su produccin, como es el caso de una obra de arte. Por otra parte admite que se trata ciertamente de creaciones del espritu, en la medida en que los nmeros son el producto de una actividad mental: Los nmeros son creaciones del espritu, en la medida en que constituyen resultados de actividades que ejercemos sobre contenidos concretos; pero lo que producen esas actividades no son nuevos contenidos absolutos que podramos reenconurar despus en alguna parte, en el espacio o en el mundo exterior, son propiamente conceptos de relaciones, que slo pueden ser producidos, pero que de ninguna manera puede encontrrselos ya hechos en alguna parte (pg. 37). Que existan estructuras que deban ser producidas en el pensamiento para existir, que slo existan, por consiguiente, en la medida en que son producidas, es decir, en la medida en que se efectan ciertos procesos mentales, tal es propiamente in nuce la idea misma de constitucin, V Husserl la ha encontrado cuando trataba de captar la esencia del nmero. Bajo la forma en que la presenta aqu, esta idea no escapa sin duda al reproche de psicologismo, pues aun se la entiende en una perspectiva psicolgica. Evitar este peligro, tomar distancia con respecto a s mismo justamente por haber sucumbido tambin l al psicologismo, tal va a ser de manera lgica el prximo paso de su filosofa. Pero al mismo tiempo mantendr en forma ms explcita lo que el psicologismo presenta de justificado.

    Sin embargo el paso de la Philosophie der Arithmetik a las Logische Untersuchungen, es decir a la obra en que Husserl va a tomar posicin frente al psicologismo, no aparece inmediatamente claro y se presenta ms bien como un salto arbitrario, en todo caso como un salto, y que slo justifica una cierta afinidad, al menos formal, entre las estructuras lgicas y los objetos matemticos. Pero estas consideraciones son generales y casi impiden mostrar que se trata efectivamente de un nuevo estadio del desarrollo. Una carta de Husserl a Carl Stumpf, del 13 de noviembre de 1890, recientemente descubierta, aclara un desarrollo que marca un paso definitivo en la evolucin de las ideas husserlianas. Permite ver exactamente cmo el movimiento de su pensamiento o, si se prefiere, su prolongacin, lo condujo a investigaciones de orden lgico. En esta carta Husserl pone expresamente en cuestin la teora que haba sostenido y segn la cual el concepto de numeracin sera el fundamento de la aritmtica general. Manifiesta que esta teora, que aun lo haba guiado durante la elaboracin de su tesis de habilitacin, se ha revelado de inmediato como falsa. Fue ante todo el anlisis del nmero ordinal lo que lo condujo a revisar su pensamiento: Por ningn artificio, por ninguna representacin impropia, se podran deducir del concepto de numeracin los nmeros negativos, racionales, irracionales y complejos. Ocurre lo mismo con l concepto de nmero ordinal, con el concepto de dimensin, etc. Estos

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  • conceptos no son especificaciones lgicas de los conceptos numerativos. Es un hecho que la aritmtica general ("comprendidas en ella el anlisis, la teora de las funciones, etc.} se atilica a la numeracin (teora de los nmeros), e igualmente a los nmeros ordinales (pg. 2). Y Husserl se pregunta: Puesto que estas diversas aplicaciones de la aritmtica no reposan sobre ningn concepto comn desde el cual pudiera deducirse esta ciencia, cul es entonces el contenido de esta ciencia, a cules objetos conceptuales se refieren sus principios? Y responde: a un sistema de signos. El sistema de signos de la arithmetica universalis se articula en una serie determinada de grados, comparable al de un sistema de crculos concntricos. El grado inferior (el crculo ms prximo al centro} est ocupado por los signos 1. 2 = 1 4- 1, 3 = 2 + 1, etc., el siguiente est ocupado por los signos fraccionarios, etc. Slo los signos de grado inferior son independientes; los de grado superior dependen formalmente de los de grado intermedio y finalmente de los de grado inferior. A cada crculo corresponden reglas de clculo (leyes formales); las de los crculos superiores dependen de las de los crculos inferiores y las implican formalmente (pg. 5). Husserl concluye: La arithmetica universalis no es una ciencia sino una parte de la lgica formal, que yo definira como el arte de los signos... y que caracterizara como constituyendo un captulo particular y uno de los ms importantes de la lgica en tanto teora del arte del conocimiento (pg. 6). Es muy esclarecedor subrayar que la teora husserliana de las capas (retomada luego por Hartmann y desarrollada por ste a su manera), procede efectivamente en su origen de consideraciones derivadas del dominio aritmtico. Al mismo tiempo, vemos que las dificultades con las que Hussqrl tropieza cuando trata de definir la aritmtica como ciencia de los signos lo conducen a la lgica. Despus de 1890 se dedica al estudio de la literatura lgica de la poca y publica en 1897 en el Archiv fr systematische Philosophie una Resea de los trabajos alemanes sobre lgica aparecidos en 1894. En 1903 aparece la Resea de los trabajos de lgica aparecidos en 1895 a 1899. (Tomo IX del Archiv fr systematische Philosophie).

    El inters conferido a la lgica, el pasaje a la lgica, no es, pues, de ningn modo arbitrario, sino el resultado de un desarrollo coherente. Husserl distingue la lgica como teoria del arte y la lgica como teoria de la ciencia. En sus cursos de 1906/07 (F I 25), esta diferencia es minuciosamente precisada. La idea de la lgica como teoria de la ciencia es retomada en Formale und Transzendentale Logik. En las Logische Untersuchungen Husserl explica cmo la lgica pone en cuestin los conceptos lgicos bsicos y trata de aclarar su origen y significacin . Se trata, pues, en otros trminos, de una fenomenologa de la vivencia lgica: La fenomenologa de las vivencias lgicas tiene por meta procuramos ima comprensin descriptiva de esas vivencias psquicas y de su sentido inmanente, tan amplia como se requiere para dar slidas significaciones a todos los conceptos lgicos fundamentales. . . , en una palabra significaciones tales como las que exigen el inte-

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  • rs de la pura lgica misma y ante todo el inters de un discernimiento gnoseo-lgico-crtico de la esencia misma de esta disciplina 7.

    Prolongando de manera consecuente la idea de reflexin tal como ella se anunciaba ya en el Begriff der Zahl, Husserl define la investigacin fenomenolgica como una orientacin del pensamiento determinada por la reflexin y, en esta misma medida, como una orientacin antinatural, pues no se trata de dirigirse a los objetos sino a los actos mismos por los cuales ellos son dados8. Pero a diferencia de la Philosophie der Arithmetik, las Logische Untersuchungen distinguen ms claramente la reflexin, es decir, la investigacin que se efecta en la actitud reflexiva, de la psicologa interna. Seguramente se trata de una investigacin que se puede comparar con la introspeccin tal como se la practica en psicologa, pero se distingue de ella porque no debe reducirse a una descripcin inmediata, sino que debe ser una descripcin abstractiva, ideante, una descripcin donde se trate de sacar a luz la esencia, el eidos9.

    En los cursos del semestre de verano de 1925 (F I 36), Husserl da una interpretacin de lo que quiso realizar al escribir sus Logische Untersuchungen: Se trataba, en las investigaciones particulares del segundo tomo, de dirigir la intuicin a las vivencias lgicas que tienen lugar en nosotros cuando pensamos, pero que no vemos inmediatamente, no tenemos bajo la mirada de nuestra atencin cuando nuestra actividad mental se efecta de manera natural y original. . . La cuestin era captar sta vida mental que opera en forma oculta, gracias a una reflexin ulterior, fijarla en conceptos descriptivos fieles; era tambin resolver el nuevo problema as planteado, es decir, hacer comprensible la manera en que se efecta, en la produccin de esa vivencia lgica interna, la estructuracin de todas esas realidades mentales que se manifiestan bajo mltiples formas en el pensamiento judicativo-enun- ciativo, a ttulo de conceptos, de juicios, de inferencias, etc., y que encuentran en los conceptos bsicos y en los principios fundamentales de la lgica su expresin general, su impronta espiritual universalmente objetiva. (Bl. 16 a) .

    No es ste el lugar para tratar de interpretar las Logische Untersuchungen, pero conviene tan slo mostrar qu paso decisivo franque Husserl al escribir este libro que inauguraba la fenomenologa y gradas al cual ella comenz a actuar. El combate de Husserl contra el psicologismo es suficientemente conocido. Pero es necesario decir una palabra sobre su propio viraje, puesto que incluso sus propias investi- gadones, al nivel de su Philosophie der Arithmetik pueden todava ser consideradas como viciadas de psicologismo. Ya al analizar el concepto de nmero, Husserl deploraba que en la reflexin sobre el acto que corresponde al total, se pudiera riertamente, como lo hemos visto, arrojar luz sobre el acto de constituir una coleccin, pero que este acto finalmente no fuese idntico al concepto de numeradn. El esfuerzo para eludir esta dificultad es visible en el Ezbozo de un prlogo a las Logische Untersuchungen que Fink public en el Tijdschrift voor

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  • Philosophie, En este texto Husserl muestra que sus estudios leibnizia- nos prepararon su ruptura con .el psicologismo, que luego se cumpli bajo la doble influencia de la Lgica de Lotze y la Teora de la ciencia de Bolzano: Aunque Lotze mismo no hubiese terminado de dar cuenta de las contradicciones y de las incoherencias del psicologismo y no hubiese salido de l, su genial interpretacin de la teora platnica de las ideas me aport por primera vez una gran luz y determin todos mis estudios ulteriores. Ya Lotze hablaba de verdades en s, y estaba as cercana la idea de ubicar en el dominio de la idealidad todo lo matemtico y una parte capital de lo que tradicionalmente constituye la lgica (pg. 128 y sigs.). De Bolzano, Husserl destaca: Lo que se me hizo presente bruscamente, primero en el plano de la lgica tradicional, es que la Teora de la ciencia de Bolzano, en sus dos primeros tomos, consagrados a las representaciones en s, poda pasar por un primer ensayo de representacin cerrada de doctrinas puramente ideales, que haba ya all, por consiguiente, el esbozo completo de una lgica pura (pg. 129).

    Husserl se hallaba entonces en busca de un universo de objetos ideales (el de los nmeros, de las generalidades lgicas), de un universo cuya validez fuese independiente del proceso psquico por el cual se efecta la aprehensin de objetos ideales. Pero al mismo tiempo tena que resolver la cuestin de saber cmo los objetos ideales acceden al ser-dado, en otros trminos el problema de la correlacin entre sujeto y objeto: Aun cuando estuviera demostrado de manera evidente que los objetos ideales, si bien toman forma en la conciencia tienen su ser propio, su ser-en-s, quedaba sin embargo una gran tarea que an no haba sido considerada seriamente jams y a la> que nadie se haba dedicado de lleno, que consista en constituir en tema de investigacin la propia correlacin entre iobjetos ideales pertenecientes a la esfera puramente lgica y una vivencia subjetivamente psquica en tanto que actividad formadora. Cuando un sujetoipsquico, por ejemplo yo, este hombre pensante, cumplo en mi vida psquica ciertas actividades psquicas (ciertamente no cualesquiera, sino actividades de un orden perfectamente determinado), lo que se efecta as es una formacin y una produccin sucesivas de significaciones, como consecuencia de la cual, a titulo de productos de esta actividad, salen a la luz sucesivamente la estructura numrica correspondiente, la verdad correspondiente, la inferencia y la 'p rueba.. . (F. I 36. Bl. 19 af) .

    Esta cita indica exactamente cul es el problema para Husserl y cul es el tema propio de la fenomenologa. Pero, no implica esto una recada en el psicologismo? En el mismo manuscrito, retomando casi literalmente una frmula de su Philosophie der Arithmetik, Husserl escribe: Nos vemos igualmente forzados a decir: los nmeros son producidos en el acto de numerar; los juicios son producidos en el acto de juzgar (F I 36, 18b). No es sta justamente la tesis psicologista? Extrado de su contexto, el pasaje presenta de hecho una apariencia sospechosa. La frase decisiva est entre parntesis (cierta-

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  • mente no cualesquiera [de las actividades psquicas] sino actividades de un orden perfectamente determinado) ; es aqu donde se opera el salto en relacin al psicologismo. El sujeto no puede constituir cualquier significacin (se trata aqu, por cierto, de constitucin), sino que los actos constitutivos dependen de la esencia de los objetos de que se trata. Tomemos un ejemplo simple: la esencia del nmero 3 no depende de las actividades psquicas requeridas para formar ese nmero; la esencia del nmero 3 est determinada por su ser- nmero, es decir por su lugar en el sistema de los nmeros. Pero para comprender el sentido del nmero 3 nos es necesario efectuar ciertos actos de enlace de manera de constituir un tipo determinado de coleccin, sin lo cual ignoraramos absolutamente lo que significa 3. Para nosotros, por consiguiente, sucede como si el nmero