Abe Kobo - Grupo Anticanibalista Y Los 3 Caballeros

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  • 7/29/2019 Abe Kobo - Grupo Anticanibalista Y Los 3 Caballeros

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    caballeros -uno ciego, otro sin una pierna, el tercero manco- reciben a un representante del pueblo. El hombre, de cuerpo magrponer una extraa peticin: que se ponga fin al canibalismo.

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    El grupo de peticin anticanibalista y los tres caballeros

    ePUB v1.0gertdelpozo16.05.12

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    Kb Abe, 1956.

    Traduccin: Ryukichi Terao

    Diseo/retoque portada: gertdelpozo

    Pub base v2.0

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    El grupo de peticin anticanibalista y los tres caballeros

    unto a la entrada de la inmensa sala de espera se enfilaban tres bancos instalados en la pared, todos provistos de un cenicero grande de latn y un basu

    an a punto de desbordarse. Los hilitos de humo azul que suban de una que otra colilla hacan suponer que el espacio haba estado lleno de gente ha

    as unos minutos. Ahora slo permaneca un hombre enano y flaco, de contextura fuerte, que no lograba controlar los temblores nerviosos de sus rodillas.

    Comenzaba a caer la tarde. Con el techo alto, el aire se senta cada vez ms fro. Todava quedaban indicios de la presencia humana, lo cual reforzaba e

    mbiente. El enano dej de temblar de repente, pues crey escuchar con nitidez el crujido de unos pantalones cuando se rasgan. Levant su mirada con

    observar la puerta oscura del fondo. Al lado de la puerta haba otro oficial uniformado, que ya llevaba ms de una hora sacando punta al lpiz sin decir na

    Ms all quedaba una habitacin majestuosa de mediano tamao. En el centro haba un escritorio con relieves y al frente se vea una puerta que comun

    cuarto al fondo; en la pared derecha estaban colgados un mapa y un cuadro con un paisaje desconocido, y a la izquierda haba un sof forrado en cu

    an sentados dos caballeros, uno en cada extremo, en una postura que revelaba el cansancio acumulado, ambos tenan un bastn en la mano. Vestan

    o, mantenan una calma absoluta en su comportamiento, y exhiban en sus pechos las insignias de oro que los mostraban como hombres importantes del

    lvo de traje negro carraspe en un tono premeditado. El barbudo de traje pardo se toc las rodillas, mordindose el labio inferior. Permanecieron as en

    nte algunos minutos. Entr el tercer caballero, de traje gris, por la puerta de enfrente. Le faltaba el brazo izquierdo.

    Perdonen la demora.

    Al decirlo, se sent frente al escritorio, casi desplomndose. Luego se levant el de traje pardo, sacudindose un poco la cabeza. Result que no tena

    cha.

    Ms bien llegaste demasiado temprano. Todava no tenemos ninguna conclusin.

    Pero dijo nervioso el de traje gris, mientras se ajustaba la manga vaca los convenciste de que se retiraran, y dejaran slo un representante?

    S, lo logramos dijo apurado el de traje negro, estirando el cuello como para mirar a lo lejos, sin cambiar de postura. Este caballero era ciego. Ello

    ender lo complejo del asumo y a confiar hasta cierto punto en la honestidad de nuestra parte. Ahora aceptan con cierta reserva que estamos afligid

    prender la esencia de su peticin y que hacemos esfuerzos para comprenderla. As acordaron retirarse y dejar slo un representante.Y ahora qu vamos a hacer? El de traje gris, impaciente, rasp varias veces la orilla del escritorio con los dedos arqueados. As no p

    encerlos de ninguna manera. Por eso les dije desde el comienzo que no debamos acceder a la negociacin.

    Pero respondi el de traje pardo para calmarlo-en tal caso nos habran molestado cada vez ms. Sabes muy bien que ya no podemos seguir ignornd

    No estoy diciendo que los ignoremos. Debemos tomar alguna medida, de acuerdo, pero la negociacin solo sirve para alborotarlos.

    No es cierto. Ya no nos queda otro remedio. Lo nico que debemos hacer es comprender cabalmente la situacin. Yo no creo que se trate de una

    do hacen esta clase de peticin.

    Estoy de acuerdo contigo dijo el de traje negro. El argumento en s es tan disparatado que casi termina diciendo que la lluvia no debe caer de ar

    o. Francamente, yo no confo en su autenticidad. Me parece ms sensato que nos sentemos a conversar con calma, en lugar de estar debatiendo interminab

    contra otros.

    Ustedes son demasiado optimistas dijo el de traje gris. No, t no has comprendido el tamao del problema dijo el de traje pardo.

    Vengan, mejor, vamos a atender al representante-dijo el de traje negro para apaciguarlos, mientras oprima un botn invisible en el escritorio.

    El de traje gris tambin lo toc en su lugar.

    El hombre solicitado, que pas de la sala de espera a la habitacin, pareca an ms miserable en ese ambiente. Estaba tieso de pies a cabeza, con la caraernas trmulas.

    Por qu ests tan alterado? dijo sonriente el de traje pardo, sealando la silla con el bastn. Reljate un poco, que vamos a hablar mano a mano.

    in embargo, el hombre permaneci en silencio sin levantar la cabeza.

    A ver, dime en calidad de qu representas al pueblo le pregunt el de traje gris, casi disgustado. No es que desconfe de ti, pero me pareces d

    lde para ser el representante. Adems, has de ser del tipo anterior a la renovacin del ao treinta.

    El hombre trag saliva y habl con una voz vibrante y seca, haciendo pausas a cada rato.

    S, usted tiene razn, es que no quera ser representante, pero, saben, soy el mayor y de cuerpo magro, es decir

    De cuerpo magro?

    Si es que

    Qu quieres decir? dijo el de traje gris.

    Ya veo dijo el de traje negro en un tono irnico. Seguro tuvieron miedo de que el cuerpo bien formado nos abriera el apetito, no es as?

    Qu va se ri el de traje pardo, pero se inquiet al ver que el hombre se callaba. De verdad creyeron en algo tan absurdo? Cmo ser el p

    ral si los dirigentes como t tienen un nivel de inteligencia tan bajo? Cmo es posible creer que somos capaces de tener apetito ante los hombres vivos?omo nosotros los comemos, ustedes comen vacas y puercos. Y ustedes tienen apetito ante un puerco vivo? Al contrario, simpatizan con los animales. A

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    pasa lo mismo. No somos tan insensibles como para confundir los hombres vivos y los hombres ya procesados en rebanadas y salchichas.

    S, es que Adems, estoy un poco resfriado

    Bueno, s, ciertamente aqu est haciendo fro. El de traje negro busc a tientas el botn para prender la calefaccin. Pronto se calienta, ya ve

    n, es tan poco apetitoso este representante?

    Carne de tercera clase! dijo el de traje gris casi escupiendo. Tampoco estuviste en la vacunacin general de proteccin corporal el ao pasado

    entiras.

    Es que ese da tuve fiebre y dolor de pecho

    Est bien dijo el de traje pardo. No es el momento de meternos en problemas personales. Mejor escuchemos la opinin del representante.

    Yo preferira indagar un poco en su mente. Es que sospecho que su peticin tiene origen en el complejo de estas carnes de tercera clase. Es decir, l

    encia es la protesta en contra del canibalismo puede ser en realidad

    Cmo se le ocurre! El representante tom la iniciativa por primera vez. Lo que pasa es que ya tenemos conciencia. Hemos empezado a pensar

    permitir en trminos humanos que un hombre se coma a otro hombre. Para demostrar que nuestro reclamo no es nada arbitrario, me mandaron a

    sentante por ser el menos apto para ser procesado como carne. La decisin no tiene nada que ver con el complejoEs justamente el punto que no me queda claro dijo el de traje pardo en un tono calmado. Ustedes hablan en trminos humanos, pero un hombre

    erse a otro hombre? Hace muchas generaciones, tan remotas que ya nadie se acuerda desde cundo, que los comemos a ustedes. Nosotros, la clase co

    emos criado y mejorado para que proliferen como nuestro alimento bsico. As hemos establecido una relacin de dependencia mutua con ustedes.

    Pero supongamos que fuera al revs y que nosotros los comiramos a ustedes

    Que ustedes nos comieran! grit el de traje negro, ponindose de pie. La carne humana es cara. Cmo es posible permitirse tanto lujo? No hab

    mposible.

    Bueno

    Efectivamente dijo el de traje pardo como para tranquilizarlo. En fin, me parece que ustedes solo protestan para molestarnos. Seguramente su v

    ivo no consiste en la prohibicin del canibalismo sino en sacar alguna otra concesin, sea la reduccin de impuestos o el levantamiento del control de

    ana

    No, imposible lo interrumpi el de traje gris. Qu barbaridad. Con cualquier pretexto, ustedes empezarn a comerse unos a otros hasta exting

    pleto. Comprendo muy bien su deseo de alimentarse de carne humana, al igual que nosotros.

    NoEspera un segundo. Eso no se lo permito, jams se lo voy a permitir. Si ustedes colaboran con nosotros para aumentar la produccin de carne, el p

    almente llegar a tener tanta riqueza que les permitir alimentarse de carne humana. No te parece una medida legtima el ltigo que le aplica un pastor a u

    arriada?

    No, seores, no me estn entendiendo. Lo nico en que queremos insistir es que estamos en contra del canibalismo Esto es clarsimo. Jams s

    rido la idea de comernos unos a otros

    A ver, aclrame ese punto, te repito. Por qu dices que jams se les ha ocurrido esa idea? dijo el de traje pardo un tanto irritado.

    Las vacas comen pasto, ustedes comen vacas y nosotros los comemos a ustedes. A quin pertenece el pasto inicial? A nosotros, desde luego. Este gra

    principio de la naturaleza. No entiendo a qu se oponen ustedes. No me digas que han empezado a creer en alguna religin extica.

    Por favor, seores. El representante se enlaz las dos manos en un gesto desolado. Entiendan lo salvaje que es el hecho de que un hombre se com

    bre

    Ni en lo ms mnimo! grit el de traje gris, golpeando el escritorio con toda su fuerza. El representante qued petrificado, y luego se sec el sudor d

    l dorso de la mano. El cuarto se haba calentado sin que nadie se diera cuenta. El silencio predomin durante un buen rato.

    O sea que tienen miedo a la muerte susurr el de traje negro. Ese es uno de los sntomas de una especie de neurosis. En tal caso, el proplicado pero no grave. El miedo a la muerte, que es comn entre los seres humanos, no tiene nada que ver con el canibalismo.

    Ya veo dijo el de traje pardo, aliviado. Claro, debe ser eso. Ahora s los entiendo. Dime, verdad que es as?

    No tartamude el representante. No le sali la voz pese a su deseo de continuar.

    Entonces qu? El de traje pardo se puso furioso de nuevo. Ya les dije que era intil negociar con ellos dijo el de traje gris en un tono mortifican

    Esta vez el silencio fue ms largo.

    No entiendo no entiendo murmur el de traje pardo mientras recorra despacio la habitacin, manteniendo cuidadosamente el equilibrio con el b

    gustara hacer algo por ustedes. No somos enemigos, ni pretendemos dominarlos por la fuerza. Pero no entiendo Todo est fuera de mi capa

    prensin Por qu dice que no debemos comerlos a ustedes? Su carne es la ms sabrosa, nutritiva y sana. Por qu estn en contra de algo tan lgico?

    Somos responsables de la reproduccin y de la salud de todos ustedes continu el de traje negro. Hemos mejorado cuantitativa y cualitativament

    ho ms de lo que hubiera sido en estado natural, y solo nos quedamos con lo que ha sobrado. Alimentarnos de su carne es nuestro derecho, que tambin

    da y salud. Prosperidad mutua, no te parece?

    Basta dijo hastiado el de traje gris. Tienes algo ms que decir? Si no hay ms, aqu se acab la conversacin.Verdad que ya no vas a hablar? le pregunt el de traje pardo, un tanto inquieto. Di todo lo que tengas que decir, no queremos que despus c

    os impuesto la decisin a regaadientes No ves que estoy tratando de comprenderte?

    Seores grit el representante, dejndose caer de rodillas. Aydenme, seores, que a mi hija le toc el sorteo. Hoy se tuvo que presentar en el m

    e trece aos y va a la escuela. Lee libros, escribe cosas y se re mucho. Me han dicho que la van a mandar a la seccin de jamones. Tan dulcera que es,

    re, su carne es muy jugosa. Me dijo el encargado que solo nos iban a devolver una racin de la grasa que saliera de ella Seores, les suplico

    Los rostros de los tres caballeros se endurecieron de clera al mismo tiempo. El de traje gris toc el botn y orden al oficial que entraba:

    Llvate a este hombre.

    Crea que se trataba de algo ms firme y ahora resulta que no fue sino un sentimiento completamente banal-dijo el de traje pardo, resollando amargu

    Te lo haba advertido, no ves? No son seres que se prestan a la negociacin razonable dijo el de traje gris. Fui demasiado comprensivo con ellos

    un fondo ms filosfico

    No me digas! gimi el de traje negro, ladeando la cabeza en seal de duda. Pero cmo ser su mentalidad al fin? El sorteo no le toca tan solo a

    en su lugar, dudo que me alborotara tanto ante una hija procesada como jamn.Estupidez dijo el de traje gris mientras estiraba la mano hacia la puerca que comunicaba con el cuarto del fondo. Qu clase de idiotas se escanda

    eces que insisten en ahogarse en el agua? Puro teatro, estoy seguro.

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    Y para qu hacen semejante teatro? Al decirlo, el de traje negro tambin se puso de pie apoyado en el bastn.

    La hija ha de ser realmente muy apetitosa, hasta el grado de querer comrsela l mismo Qu tal si llamamos al matadero para que nos conceda un

    a carne jugosa?

    Buena idea asinti el de traje pardo con el nimo recobrado, mirando al de traje gris que ya tomaba el auricular. Pero por poco caigo en la tramp

    n, fui demasiado generoso con ellos. El exceso de simpata termina siendo perjudicial para uno, ya veo.

    Eso se llama falacia de personificacin. Se sonri el de traje negro, tanteando el piso con su bastn y apuntando hacia la puerta.

    Cmo?! grit inesperadamente al auricular el de traje gris. Que el matadero entr en huelga? Ante la frase se miraron estupefactos los o

    leros. El de traje gris se volvi para preguntarles. Qu es lo que significa exactamente la palabra "huelga"? Se acuerdan?

    Recuerdo haber odo la palabra balbuce el de traje pardo. Ha de ser un extranjerismo No, es un arcasmo, ms bien.

    S, seguro. De todas maneras me suena bastante desagradable dijo el de traje negro en un tono ambiguo.

    Los tres salieron al pasillo sin decir una palabra. Luego se encontraron frente a la sala de la biblioteca. Entraron para consultar una enciclopedia. Mien

    pardo buscaba la palabra "huelga", el de traje gris escrut por encima del hombro y el de traje negro esper un poco alejado de los otros.

    Qu dice?Los dos permanecieron con la cabeza hundida entre las pginas sin responder nada, imposibilitados para mover un dedo siquiera.

    El de traje negro habl con voz ronca:

    Miren, suena la campana. Escuchan?

    Yo he sido absolutamente honesto dijo el de traje pardo, casi ahogado. Absolutamente honesto, estoy seguro. No es cierto?

    A propsito, tengo que llamar a mi casa para que hagan la provisin de carne dijo el de traje gris, levantando afanado la cara.

    En medio de la resonancia de esta frase, los tres caballeros el ciego, el manco y el mocho-se apresuraron a salir enmaraados de la sala y se fueron

    l pasillo como vendavales.

    1956)

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    Abe, novelista y dramaturgo japons, naci en Tokio, pero pronto se estableci en Mukden (actualmente Shenyang), en Manchuria, donde su padre ecina. Esta tierra de nadie, lejos de Japn, tuvo una influencia considerable en Abe. En su infancia mostr inters, entre otras cosas, por la entomologa y la

    anz Kafka. Regres a Japn en 1941 y se matricul en la facultad de Medicina de la Universidad de Tokio en 1943, pero se traslad de nuevo a Manchu

    ar el fin de la II Guerra Mundial, momento en que fue repatriado. Acab la carrera en 1948; un ao antes se haba financiado l mismo la publicacin de

    oemas. Ese mismo ao irrumpe en el panorama literario conLa seal de trfico al final de la calle. Tras una breve etapa como dramaturgo marxista, e

    tilo caracterstico, absurdo y kafkiano, poblado por personajes alienados atrapados en situaciones estrambticas, vagamente simblicas, a menudo insp

    ovelas policacas, la ciencia ficcin y otros gneros populares. ConEl crimen de S. Karma (1951) obtuvo el Premio Akutagawa.Edad del hielo

    daba en las catstrofes ecolgicas;La mujer de la arena (1962), que gira en torno a un entomlogo aficionado atrapado por una extraa comunidad c

    irti en una pelcula de fama internacional.El rostro ajeno (1964) relata la lucha de un hombre con el rostro desfigurado por recuperar una identidad so

    bre caja (1973) presenta a un hroe que se retira a una caja de cartn. Otras novelas importantes de Abe sonEl mapa en ruinas (1967) yEncuentro

    7). Kb Abe mantuvo su propia compaa de teatro en Tokio con obras como Vosotros tambin sois culpables (1964) oAmigos (1967), adems d

    la televisin y otros medios.