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ACADEMIA DE VETERINARIA DE LA REGIÓN DE MURCIA
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO
DISCURSO DE INGRESO COMO ACADÉMICO CORRESPONDIENTE
Dr. D. JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Y
DISCURSO DE PRESENTACIÓNA CARGO DEL ACADÉMICO DE NÚMERO
ILMO. SR. D. FRANCISCO D. ALONSO DE VEGA
Murcia, 19 de mayo de 2015
EDITA:
ACADEMIA DE VETERINARIA DE LA REGIÓN DE MURCIA
El texto de este volumen se corresponde con el original y correccionesefectuadas por los autores
ISBN: 978-84-606-8152-6Depósito Legal:MU-517-2015
Impreso en España - Printed in Spain
Imprime: 42 lí[email protected]
ÍNDICE
Discurso de presentación de D. José Manuel Alonso de Vega a
cargo del Ilmo. Sr. Secretario General D. Francisco D. Alonso de Vega 5
Historia y Actualidad de la cirugía del nervio periférico 15
Agradecimientos 17
Introducción 18
Recuerdo histórico 19
-Primera época 19
-Segunda época 36
-Tercera época 58
-Cuarta época 67
Tipos o Grados de lesión 78
Tratamiento 82
Bibliografía 97
DISCURSO DE PRESENTACIÓN DEL
DR. D. JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
A CARGO DEL ACADÉMICO DE NÚMERO
ILMO. SR. D. FRANCISCO D. ALONSO DE VEGASECRETARIO GENERAL DE LA ACADEMIA DE VETERINARIA
DE LA REGIÓN DE MURCIA
DISCURSO DE PRESENTACIÓN
7
Excmo. Sr. Presidente de la Academia de Veterinaria de la Región de Murcia
Excmos. e Ilmos. Académicos
Excmas. e Ilmas. Autoridades civiles y militares
Sras. y Sres.
En primer lugar quiero agradecer la asistencia a este Acto Solemne de
todos ustedes. Así mismo, mi agradecimiento al Sr. Presidente de esta Academia
y a todos mis compañeros Académicos por el honor que me han otorgado al
designarme como introductor del Nuevo Académico Correspondiente, que hoy
toma posesión, el Dr. D. José Manuel Alonso de Vega. Designación, que en aras
de la verdad, debo indicar que fue algo premeditado, pues tanto los aspectos
profesionales como los humanos y personales son conocidos por mí de primera
mano. Por todo ello estoy sumamente complacido.
Es preceptivo cumplir con lo establecido en los Estatutos y Reglamento
de esta Academia de Veterinaria y realizar una reseña que resalte no sólo
sus actividades profesionales sino también los aspectos más relevantes de la
personalidad, e intentaré en todo momento huir de los aspectos sentimentales,
y si en algún momento de esta presentación me afloran los sentimientos
fraternales, les ruego sepan disculparme.
José Manuel nace el 8 de julio de 1962 en un pequeño pueblo, paso
obligado del Camino de Santiago, Trobajo del Camino, próximo a la bimilenaria
y muy Regia capital del antiguo Reino de León, cuna del Parlamentarismo
y lugar donde pueden admirarse sus orígenes así como sus impresionantes
edificios góticos (la Pulcra leonina), románicos (San Isidoro y sus pinturas
reconocidas mundialmente) y renacentistas (el Hostal de San Marcos, antiguo
hospital de peregrinos, cárcel y Facultad de Veterinaria).
En este entorno lleno de historia transcurre su vida iniciando sus
estudios de Enseñanza Primaria en el Colegio Nuestra Señora del Perpetuo
Socorro de la mano de D. Teodoro Álvarez Martínez en el año 1968. Estudia
8 FRANCISCO D. ALONSO DE VEGA
la EGB en el Colegio de los P.P. Agustinos en el año 1973, para pasar en el año
1976 al Instituto Padre Isla donde finaliza el Bachillerato y el COU en 1980.
Algo verían en él sus profesores, que le estimularon desde un primer
momento a continuar los estudios y le inculcaron tanto los aspectos de la
ciencia como los relacionados con las humanidades. Tal es así que a la edad de
16 años leía con fluidez los clásicos griegos, en francés!!, lengua que domina
perfectamente, y en menor medida el inglés, y que fue el germen de su pasión
actual por los libros. Su biblioteca cuenta actualmente con más de 5000
volúmenes, que abarcan todas las áreas del saber.
Va transcurriendo su etapa adolescente, como la de cualquier otro
muchacho de la época, estudiando y realizando actividades propias del
momento, no mucho deporte, pero si una pasión que a ambos nos inculcó
nuestro progenitor, la pesca. Su habilidad era, y es encomiable. Lloviera,
nevara, con frio o calor, los fines de semana eran sagrados desde el momento
de la apertura de la veda. Se fijaba en las emergentes y efémeras, observaba
su color y características y con unas pocas hebras de torzal y unas barbillas
de pluma de gallo, indio o pardo, de La Cándana, confeccionaba unas moscas
artificiales que hacían las delicias de las “pintonas”. Que tardes de “sereno”!!!.
Tras finalizar sus estudios de bachillerato le surge un conflicto, ¿”que
hago ahora”?. En su mente ya estaba elaborado lo que podría haber sido su
futuro, la medicina, pero le embarga un cierto sentimiento de culpabilidad el
tener que romper de forma brusca el cordón umbilical con la casa paterna, y
tras una decisión muy meditada, decide continuar los estudios en León e inicia
la carrera de Veterinaria, trabajando al mismo tiempo, en la carnicería de sus
padres, lo que le permitió adquirir unos sólidos conocimientos de Anatomía y
Anatomía Comparada de los animales domésticos, así como una base quirúrgica
encomiable que le ha servido para el desarrollo de su profesión. Se licencia en
1987 y realiza el curso de Diplomado Especialista en Apicultura en el mismo
año y de Especialista en Inseminación Artificial ganadera un año más tarde.
DISCURSO DE PRESENTACIÓN
9
Cumple con el Servicio militar en el Cuerpo de Veterinaria como
Agregado Veterinario responsable de los Establecimientos de Restauración
Colectiva de la Agrupación de Intendencia de la Reserva General, desde el 01
de Junio de 1987 hasta el 25 de Marzo de 1988, consiguiendo el respeto de toda
la tropa, mandos y Jefes al no permitir en ningún momento la distribución de
viandas inadecuadas y evitando posibles problemas de intoxicaciones en más
de una ocasión.
Finalizado este periodo, rompe definitivamente los lazos de unión
familiares (el destino lo tenía prefijado al nacer en el Camino de Santiago) y
actúa como Veterinario clínico, con labores de inseminación y reproducción
en la Cooperativa del Páramo, en Lugo, y posteriormente como veterinario
clínico en la empresa Vda. De Severiano Castro e Hijos. En 1990 instala una
Clínica Veterinaria en Nigrán, Pontevedra, ejerciendo como Veterinario clínico
no sólo en su lugar de asentamiento, si no que sus desplazamientos al resto de
las provincias gallegas era frecuente al igual que su actividad en el país vecino.
Actividad que sigue desarrollando con gran prestigio y reconocimiento entre
sus compañeros y los propietarios de sus pacientes.
Está casado con Sonsoles y es padre de dos hijas, Sonsoles (mi ahijada),
que continúa la saga de veterinarios, y dotada de unas excelentes cualidades
para el dibujo y la pintura, e Isabel, cuyas miras están puestas en la Ingeniería
aeroespacial.
Su inquietud le estimula a realizar la tesis doctoral, Nuevas
Aportaciones a la Reparación de los Nervios Periféricos Seccionados, en el
Conejo, mediante el uso del Neurotube, bajo la dirección del Prof. Dr. D. José
Manuel Gonzalo Cordero, Catedrático de Cirugía y Patología Quirúrgica de la
Facultad de Veterinaria de León, y el Dr. D. Carlos Irisarri Castro, obteniendo
el grado de Doctor el 24 de octubre de 1997, con la calificación APTO cum
laude. Este hecho le marcaría posteriormente.
10 FRANCISCO D. ALONSO DE VEGA
Ha realizado diversos cursos de formación relacionados con su actividad
profesional.
Curso de Cardiología Clínica Veterinaria, Curso sobre Situación
española y mundial de la patología ovina y caprina, VII Curso Internacional
sobre Diagnóstico de las Virosis Respiratorias y Entéricas Bovinas, Director
de Instalaciones de Radiodiagnóstico Veterinario, Seminario de Anestesia
Veterinaria, Curso de Animales de Experimentación (Categoría B) y
actualmente dispone de la Categoría C, Jornada Pfizer Teórico-Práctica de
Cirugía de Columna, II Curso teórico-práctico de Odontología. Radiología
Dental y Cirugía Oral. Curso teórico-práctico Diagnóstico y Toma de Decisiones
en Cardiología Veterinaria, como algunos de los más reseñables.
Ha publicado artículos en revistas de ámbito nacional y de divulgación,
ha participado en congresos nacionales e internacionales con presentación de
comunicaciones y ha asistido, en calidad de oyente, a más de 30 simposios,
congresos y jornadas.
Ha formado parte de tribunales de Tesis Doctorales, participa en
las actividades formativas como Veterinario Titular de Clínica Veterinaria,
Acreditado por la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León, participa
como Ponente en el 12 Curso Internacional de Urología. Taller de Microcirugía.
Microcirugía de Nervios Periféricos, Vigo, 1999.
Ha sido el responsable del trabajo experimental en la Tesis Doctoral del
Dr. Jesús Sandoval Gutiérrez, Análisis de la utilización de conductos de ácido
poliglicólico en la reparación de las lesiones de los nervios periféricos.
Estudio experimental en conejos. Universidad Complutense. Madrid, 1998,
y actualmente está incluido en el Grupo de Investigación Análisis químico y
efectos fisiológicos de biotoxinas y contaminantes ambientales y alimentarios.
(Código I&D CI8) de la Universidad de Vigo, Dpto. de Química Analítica y
Alimentaria, cuya Investigadora Principal es la Dra. Ana Gago Martínez.
DISCURSO DE PRESENTACIÓN
11
Ha sido miembro del Claustro de la Universidad de León (por elección),
miembro de la Junta de la Facultad de Veterinaria de León (por elección),
Miembro de la Comisión ejecutiva de la Junta de Facultad de Veterinaria de
León (por elección), Alumno interno por oposición del Departamento de Pato-
logía Animal (Medicina Animal) de la Facultad de Veterinaria de la Universidad
de León, durante los Cursos Académicos 1983–1984, 1984–1985 y 1985–1986
y de la Unidad Docente de Parasitología de la Facultad de Veterinaria de la
Universidad de Murcia, durante el Curso Académico 1986-1987.
Ha participado como Colaborador del Director del Animalario, Prof. Dr. D.
Juan Carlos Illera del Portal, registrado por la Comunidad Autónoma de Ma-
drid con el Número de Registro EX 011U, desde el año 2002 hasta el año 2008.
Es Socio Numerario de la Asociación Española de Microcirugía desde
1996.
Miembro de la Asociación de Veterinarios Especialistas en Pequeños
Animales y Miembro del Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Pontevedra
con el nº Colegiado PO-386.
Está en posesión del Título de Capitán de Yate, el mar le apasiona, y
últimamente la agricultura tiene pocos secretos para él.
Recientemente, el 26 de marzo de 2015, ha sido nombrado Académico
Correspondiente electo en la Academia de Ciencias Veterinarias de Galicia.
Éste es un breve resumen de la personalidad y aspectos profesionales,
es empático, amigo de sus amigos, responsable en sus actuaciones, es un de-
voto de la buena gastronomía y de mejores caldos, y un excelente chef, que
disfruta haciendo y degustando. Es una persona que a diferencia de las que
piensan mucho las cosas y cuando proceden a su realización ya se ha pasado
el momento o de aquellas que las hacen sin pensar, con los errores que ello
12 FRANCISCO D. ALONSO DE VEGA
conlleva, es de las que piensan mientras hacen y hacen mientras piensan, pues
de ellas es el futuro.
Su discurso sigue las pautas de la filosofía del lenguaje que ya esta-
bleciera Aristóteles (384-322 A.C.) quien distinguía tres tipos de lenguaje, el
que tenía relación con la función referencial del lenguaje, lo que se afirma o se
niega sobre la realidad donde se encuadraría el discurso científico, histórico y
periodístico, es decir, aporta la información, el logos apophantikós. Por otra
parte se encuentra el logos pragmatikós, que no pretende comunicar, sino
más bien promover a la acción, es el ejemplo del discurso publicitario, propa-
gandístico o simplemente de la conversación. Y el tercer tipo de lenguaje, logos
poetikós, en el que se incluye la poesía o la novela. Su disertación tiene algo
de los tres, y como señalaba Aristóteles, y el nuevo recipiendario lo realiza, se
debe dar prioridad a uno u otro tipo de lenguaje, dependiendo de a quien vaya
diririgido.
En su discurso de ingreso, Historia y actualidad de la cirugía del
nervio periférico, nos hace un recorrido por la historia, de cómo el hombre se
fue preocupando de la restauración de las lesiones de los nervios periféricos,
unas veces acertando y muchas otras con rotundos fracasos, pero que dio lugar
a que hoy en día, determinadas lesiones en esta pequeña pero importante parte
del organismo, la ciencia sea capaz de poderlas restaurar.
Dr. Alonso de Vega, La Academia de Veterinaria de la Región de Murcia
se siente orgullosa y honrada con que usted forme parte de esta Corporación.
Esperamos mucho de usted, pues el compromiso que acaba de adquirir le obli-
ga a ser Responsable, que lo es, y a llevar esta Academia por todos los lugares
de España y del extranjero, trabajar para ella, pero más importante, POR ella.
Es un Veterinario clínico que conoce perfectamente los problemas de la pro-
fesión, no sólo en este aspecto si no también los que afectan a la docencia de
Veterinaria en las Facultades y a los Colegios Oficiales de Veterinarios. Sus
aportaciones serán bienvenidas en el seno de esta Academia.
DISCURSO DE PRESENTACIÓN
13
Hoy su padre, que seguro nos está viendo allá donde esté, y su madre,
se sentirán muy orgullosos de usted, a pesar de no poder acompañarnos en
este acto.
En nombre de todos mis compañeros Académicos, y en el mío propio,
hermano, te doy la bienvenida a esta digna Academia de Veterinaria de la Re-
gión de Murcia.
He dicho
DISCURSO DE INGRESO COMO ACADÉMICO CORRESPONDIENTE EN LA ACADEMIA DE VETERINARIA
DE LA REGIÓN DE MURCIA
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO
DR. D. JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 17
AGRADECIMIENTOS
Excmo. Sr. Presidente de la Academia de Veterinaria de la Región de Murcia
Excmos. e Ilmos. Académicos
Señoras y Señores
Queridos amigos.
Quiero agradecer; A los Excelentísimos e Ilustrísimos Académicos, la
confianza depositada en mí, nombrándome Académico Correspondiente de esta
Academia de Ciencias Veterinarias de la Región de Murcia. Mi agradecimiento
más sincero a todos aquellos que votaron esta candidatura y espero cumplir
sus expectativas.
A mis profesores, por los buenos consejos que siempre me han brindado;
A mis amigos y familia, que comparten mi satisfacción hoy.
No me puedo olvidar de un eminente cirujano, amigo y maestro, el
Dr. Carlos Irisarri Castro que me inició en este pequeño gran mundo de la
microcirugía, al que debo mi pasión.
18 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
INTRODUCCIÓN
Todos nos hemos preguntado alguna vez, cómo se las arreglarían
nuestros antepasados para reparar las lesiones producidas como consecuencia
de accidentes, traumatismos y fracturas en un entorno tan hostil. Vivían en
un estado de estrés permanente, atacados por el frío, el hambre y el miedo;
Recorrían la superficie helada en busca de alimento y refugio, utilizando las
herramientas rudimentarias de las que disponían. Pero con el tiempo fueron
evolucionando, y a estas herramientas (huesos, dientes, pedernales…..), que
tan diestramente habían esgrimido descuartizando a sus presas y en las luchas
tribales, les encontraron otra utilidad: perforar el cráneo para que pudiera salir
el demonio que allí vivía. Es posible que estos primeros humanos trataran sus
heridas siguiendo métodos intuitivos imitando en su conducta a los animales,
para acto seguido, convertir estas intuiciones en actos rituales dando origen al
sanador, curandero o chamán. Fue en el Neolítico cuando realmente comenzó
la verdadera evolución humana, dio forma a los distintos materiales de los
que disponía para obtener armas y utensilios, empezó a cultivar y seleccionar
especies vegetales comestibles, descubrió la cerámica y la rueda, pero lo más
relevante, fue la domesticación de los animales, lo que dio origen, sin ellos
saberlo, al nacimiento de las Ciencias Veterinarias. No está claro cuál fue el
origen de la domesticación pero Cid Díaz en 2004 citando a Sanz Egaña, resume
las teorías de la domesticación en tres apartados: tregua o reconocimiento
mutuo, domesticación, por utilidad e intervención del tótem. Cualquiera de
estas teorías o una combinación de ellas, dieron como resultado una revolución
alimenticia y, en consecuencia, un aumento de la población. Es evidente que
tendría que haber hombres dedicados al cuidado de la salud animal, aunque la
ausencia de documentos escritos nos obliga a guiarnos por hipótesis. Tenían
la necesidad de aliviar las dolencias, sin diferenciar los tratamientos humanos
y animales.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 19
RECUERDO HISTÓRICO
Las primeras referencias a la Medicina Animal las encontramos en
el Papiro de Kahun (ca. 2230-1900 a. C.). Se describen enfermedades del
ganado y su tratamiento, al igual que enfermedades de perros y gatos. En 1862
fue descubierto El Papiro de Edwin Smith datado en el periodo de la XVIII
dinastía y recoge los datos más antiguos sobre Cirugía, aunque se cree que es
una copia de otro papiro más antiguo (3000 a 2500 a.C.), por la gramática, y el
vocabulario utilizados. Aparecen por primera vez términos médicos específicos
como: cerebro, fractura y convulsión, También se describen por vez primera
procesos fisiológicos, entre ellos: el retorno sanguíneo, el sistema nervioso y,
la importancia de la columna vertebral como centro de control y movimiento.
Se describen 48 casos de cirugía, lesiones de la cabeza, tórax y columna
vertebral, haciendo referencia a la semiología, el diagnóstico y el tratamiento,
estableciendo por primera vez tres grados de pronóstico: favorable, dudoso
y desfavorable. En posteriores papiros, como el de Ebers (1500 a. C.) y el de
Hearts (1550 a. C.) encontramos referencias a lesiones musculoesqueléticas.
PRIMERA ÉPOCA
Este periodo se refiere al despertar de la sabiduría médica, sus primeros
pasos, tanto de la anatomía como de las enfermedades y de las posibilidades
terapéuticas. Abarca desde la Medicina Helénica hasta el Renacimiento.
Tratar de poner fecha tanto anatómica como fisiológicamente al
término nervio en la historia, es una tarea imposible: el pasado guarda bien
sus secretos. Los griegos utilizaban en sus textos la palabra neura para
designar nervios, tendones y ligamentos, llevando a una confusión que duró
hasta el siglo XIX. La mayoría de los cirujanos no prestaban atención a estas
estructuras por desconocimiento, de ahí la gran cantidad de lesiones nerviosas
que producían cuando practicaban sus adoradas sangrías. La civilización griega
20 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
antigua, periodo comprendido entre los siglos XI o X a. C. hasta el siglo V a.
C., logró la unidad de los distintos pueblos diseminados por el vasto territorio
que abarcaban, marítimo y terrestre. Durante este prolongado periodo de
tiempo, los griegos estaban influenciados por las culturas que les precedieron,
la mesopotámica, las de las costas africanas y las de Oriente, absorbían todo su
conocimiento y mejoraban lo que no les gustaba. Así, la medicina pretécnica
con una sólida base mágica-teúrgica que ellos practicaban, la vemos reflejada
en los poemas de Homero, La Ilíada y La Odisea. Principalmente en La Ilíada,
los héroes eran guerreros y al mismo tiempo ejercían la medicina quirúrgica.
Aparecen descripciones detalladas de traumas y heridas de guerra en el
cráneo, tórax, abdomen y extremidades. En el Canto 5, verso 300, hace una
descripción de la rotura del nervio ciático. En el Canto 8, verso 320, describe
con detalle una lesión del plexo braquial asociada a una pedrada en el hombro,
y en el verso 78, nos narra la lesión producida por una flecha en el cerebelo
de un caballo; Esto pone en evidencia el grado de conocimiento anatómico y
la terminología empleada, lo que sirvió de base para la llegada de la medicina
racional.
En el siglo V a. C. y dentro de la Grecia clásica, nació Alcmeón de
Crotona, médico-filósofo, relacionado con la escuela pitagórica, fue pionero
en realizar disecciones anatómicas y llevó a cabo estudios detallados sobre los
ojos descubriendo el origen de los nervios ópticos, tal como se recoge en un
texto de Chalcidius:
demostranda igitur oculi natura est de qua cum
plerique alii tum Alcmaeo Crotoniensis in physicis
exercitotus quique primus exsectionem est ausus
Versa fundamentalmente sobre medicina, haciendo incursiones
en fisiología, demostrando ser un entusiasta investigador que realizaba
experimentos con animales. Este espíritu le llevó a la investigación científica en
los campos de la biología, la embriología y la anatomía, pudiendo ser el iniciador
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 21
de la Ciencia Experimental. Escribió una obra de la que se conservan escasos
fragmentos y es citada por escritores posteriores, como Galeno, quien afirmaba
que entre los antiguos encontramos escrita por Alcmeón, una obra Sobre la
Naturaleza (Peri Physeos). El médico-filósofo mantiene que la mayor parte de
las cosas eran parejas de opuestos (dúplices), y que la armonía de los contrarios
engendraba la salud. Después de diferenciar entre lo divino y lo humano,
establece una gran diferencia entre el hombre y los animales, llamándole
a aquel “animal pensante”, al afirmar, que el hombre difiere de los demás en
que es el único que piensa, mientras que los otros, sienten pero no piensan.
El gran acierto de Alcmeón fue situar el pensamiento, principio
rector del hombre, y las sensaciones, en el cerebro y no en el corazón, como
se pensaba. Las sensaciones viajaban de alguna manera a través de unos
conductos (nervios) hasta llegar al cerebro.
Años más tarde, surgió en la isla griega de Cos la figura médica más
universalmente conocida, Hipócrates (460-370 a. C.). La medicina debe a los
griegos dos grandes contribuciones: la persona de Hipócrates y la creación de
un método con origen en la idea de que todas las enfermedades son naturales.
Sus recursos principales son: el diagnóstico y el pronóstico. El primero, se
basaba en la exploración sensorial, la comunicación verbal con el enfermo y
el razonamiento, y el segundo, en la consideración de la enfermedad como un
proceso de descompensación de los humores corporales (Singer, 1966).
La obra fundamental de Hipócrates es el Corpus Hippocraticum.
Consta de 53 tratados recogidos en 72 libros, y es la recopilación del saber
médico de la época celosamente guardada en la biblioteca de la escuela de Cos.
Tres de ellos son atribuidos a Hipócrates, y tratan del aparato locomotor: Peri
agmon (Sobre las fracturas), Peri arthrom (Sobre las articulaciones) y
Mochlicus (Sobre los instrumentos de reducción).
22 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Son muchas las alusiones acerca de los nervios en el tratado Hipocrático,
así como los síntomas por los que se puede deducir la existencia de una lesión
nerviosa:
…si el hombro (húmero) se luxa hacia atrás, se
origina una presión sobre los nervios, que tiene como
consecuencia una pérdida de sensibilidad….
Es muy buena la descripción anatómica y funcional del nervio cubital,
que en la traducción de Adams (1849) recibió el nombre de benumbing nerve
(nervio durmiente):
…donde el proceso coronoides se une al cúbito, se
encuentra el benumbing nerve….
Por más que revisemos la obra hipocrática, no encontramos referencias
al tratamiento quirúrgico de las lesiones de los nervios periféricos, ya fuese
por desconocimiento, o por miedo a las “convulsiones”. Autores posteriores
lograron identificar estas convulsiones con el tétanos, aunque Hipócrates
diferencia perfectamente ambas, atribuyendo éstas a las heridas, y no a la
reparación del nervio lesionado.
El mayor error cometido por Hipócrates fue el de confundir ligamentos
y tendones con los nervios, aspecto que se hace evidente en el mantenimiento
actual del término aponeurosis, el cual deriva del prefijo griego apó, que
significa lejos y, el sufijo neyron, que denota nervio. La irrupción en escena
de Aristóteles (384-322 a. C.), puso fin a esta confusión, puesto que separó
los nervios de aquellos elementos puramente conectivos, indicando también
que los nervios eran conductos del cerebro. Él consideraba el corazón como
el órgano rector del movimiento y de las sensaciones y no el cerebro. ¿Cómo
llegó a esta conclusión?
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 23
En su libro, Historia de los animales, nos lo deja claro. Tenía que haber un
órgano que gobernara todo el cuerpo, y solamente podían ser dos, el cerebro
o el corazón, puesto que eran los únicos que estaban conectados a todo el
organismo. Comenzó, pues, con el cerebro, realizando un experimento con el
que le abría el cráneo a un animal y le practicaba varios pinchazos, observando
si había algún tipo de respuesta; No ocurrió nada (Vara, 1990). Por “lógica”, era
el corazón el que gobernaba todo el cuerpo:
el cerebro es un órgano blandengue, caliente, de
contextura parecida a los excrementos; es imposible
que sea el sustrato de una función tan noble como el
pensamiento humano, por tanto el corazón debe estar
a cargo de esa función.
Fundada ya la Gran Biblioteca de Alejandría por Ptolomeo I a comienzos
del siglo III a. C., surgió la fi gura de Herófi lo de Calcedonia (335-280 a. C.),
médico de la corte del rey Ptolomeo II, investigador incansable en el campo
de la anatomía (practicó múltiples disecciones humanas y animales) aunque
desgraciadamente, sus escritos desaparecieron con la destrucción total de la
Biblioteca en el año 641 a manos del Califa Umar ibn al-Jattad. Sabemos de él
24 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
por Galeno y Celso, y supo distinguir los nervios de los tendones, y a su vez, los
nervios sensitivos de los motores. Fue el primero en estudiar la relación entre
el cerebro, la médula espinal y los nervios, los cuales llevan al centro (cerebro)
las sensaciones, y guían y determinan los movimientos (Castiglioni, 1941).
De la misma época y discípulo de Herófi lo, es Erasístrato de Ceos
(304-205 a. C.), considerado el precursor de la neurofi siología y de la neurología
(Castiglioni, 1941). Gracias a sus estudios logró diferenciar las principales
estructuras del cerebro, el cerebelo y los hemisferios, al igual que resaltó el
papel de la sensibilidad y motilidad de las raíces posteriores y anteriores de los
nervios raquídeos. Llegó a la conclusión de que los nervios craneales portaban
un fl uido, el pneuma psíquico, que era transportado a los ventrículos
cerebrales. Este fl uido llenaba los nervios, pues los consideraba huecos, y les
permitía controlar el movimiento muscular (Pevsner, 2005).
No tenemos más referencias de ningún autor que hiciese mención a la
anatomía del sistema nervioso o a alguna de sus patologías hasta el apogeo de
Aulus Cornelius Celsus (25 a. C. – 50). Pertenecía a la escuela de Cicerón
y sus dos únicas obras que se conservan, De
Medicina o Los Ocho Libros de la Medicina y
Rethorica, están escritas en un lenguaje claro,
conciso y elegante. No fue médico, aunque escribió
de medicina, de historia, de agricultura (Celso
redactó un trabajo técnico sobre agricultura, en
el que Columela basa en parte su De Re Rustica),
de fi losofía, por lo que quizás haya que ver en él
un gran enciclopedista. Lo más destacado que
encontramos en De Medicina son sus consejos
terapéuticos, y no tratamientos, como cuando
dice que:
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 25
a los enfermos hay que mantenerlos en
un cuarto con la chimenea encendida
continuamente y aplicándoles compresas
calientes en la zona afectada (termoterapia
hipocrática).
O cuando dice… si el mal está exento de nervios
conviene abrir el absceso con cauterio…Si por el
contrario existen nervios en las proximidades,
hay que renunciar al empleo del fuego, ante el
temor de causar convulsiones o debilitamiento
de la parte afectada; en este caso, pues, habría
que hacer actuar al bisturí.
Las convulsiones vuelven a hacer acto de presencia, seguían siendo
temidas, y las más importantes son las consecuentes a traumatismos nerviosos
en el cuello:
no hay otra más grave y más aguda que aquella en
la que por cierta rigidez de los nervios, la cabeza
puede inclinarse sobre los hombros, o llegar a tocar el
pecho con la barbilla, o quedarse recta e inmóvil. Al
primer estado los griegos lo denominaron pistotonos;
al segundo emprostotonos, y al último, tétanos” (Celso,
1966).
26 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Contemporáneo de Galeno, Areteo de Capadocia (50 – ) fue un
médico griego de la escuela alejandrina. Solamente se conserva una de sus
obras, De causis et signis morborum, dividida en ocho volúmenes, en la que
denota un profundo conocimiento de la anatomía a la que considera necesaria
no sólo para investigar las causas de las enfermedades, sino también los medios
de curación. A él, se le atribuye el descubrimiento del entrecruzamiento en X
de los nervios del cerebro. En el Libro III (Pérez Molina, 1998) nos habla de la
apoplejía, paraplejía, paresis y parálisis:
…todas son iguales en su origen, pues suponen una
deficiencia de la motricidad, de la sensibilidad táctil o
de ambas. Pero la apoplejía es la parálisis de todo el
cuerpo, de la sensibilidad, de la mente y de la motricidad.
La paraplejía es una paresis de la sensibilidad táctil
y de la motricidad, pero sólo de un miembro, como
una mano o una pierna. La parálisis, en cambio,
es generalmente sólo una paresis de la motricidad
y de la actividad. Y, si sólo la sensibilidad táctil sufre
deficiencias, se denomina anestesia mejor que paresis.
Transcurridos unos siglos desde la desaparición de la figura hipocrática,
surge otra de las personalidades emergentes de la medicina, Galeno de
Pérgamo (131-200/216), médico greco-romano, influido por la doctrina
hipocrática. Fue pionero en la observación científica de fenómenos fisiológicos,
por los que ha sido considerado el fundador experimental de la medicina del
sistema nervioso (Bendick, 2002).
Logró demostrar que el cerebro era el centro del movimiento voluntario y de
la sensibilidad, y puso un poco de orden en cuanto a la diferenciación de nervios,
tendones y ligamentos, asignando un nombre para cada estructura: nervus,
corda y ligamentum. Esto viene corroborado por un extracto de sus escritos
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 27
..el nervio es un cuerpo blanco y rígido….De las
tres clases de nervios son, propiamente dichos, los
auténticos los que salen del cerebro y de la médula. Los
otros son los tendones de los músculos, y aún otros los
ligamentos de los huesos.
A pesar de sus esfuerzos, la confusión “sólo” perduró hasta el siglo XIX,
1700 años.
Debido a que en Roma la disección de cadáveres estaba prohibida por
ley, tuvo que realizar sus estudios diseccionando animales. Estos estudios
anatómicos y fi siológicos son encomiables. Un ejemplo son sus vivisecciones
en cerdos, donde descubrió un nervio que cursando a ambos lados del cuello
llegaba hasta el corazón (nervios vagos) y que luego daba la vuelta para
ascender hasta la laringe y causaba la apertura de los pliegues vocales: él
lo llamó reversivi, nervio recurrente. Cuando cortaba este nervio laríngeo
recurrente, causaba el cese del chillido del cerdo. También demostró, que
28 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
el corte de estos nervios producía los mismos efectos en cualquier especie
animal, y que cortando el quinto nervio cervical, se producía la parálisis de los
músculos subescapular, serrato mayor, escaleno y pectoral mayor. Ahondó aún
más en sus investigaciones hasta distinguir los nervios sensitivos de los motores
(Laín Entralgo, 1994) y sugirió, que los nervios motores iban al cerebelo y los
sensitivos al cerebro. Describió así hasta siete pares de nervios craneales; Los
enumeró de adelante hacia atrás cometiendo errores, como incluir el nervio
abducente como parte del nervio oculomotor.
Descubrió también, los nervios glosofaríngeos y el accesorio, pero este último
lo incluyó como una rama del nervio vago (Plaza Rivas, 2008). El nervio
vestíbulococlear fue otro de sus hallazgos, y consideró la cadena del tronco
simpático como una de las tres ramas que hacen parte del sexto par craneal.
Pero su ansia e interés investigador no se quedó en el funcionamiento de los
nervios; Como disponía de todas las especies animales que podamos imaginar
(cabras, cerdos, ovejas, monos, vacas, mulas, asnos, leones, lobos, linces,
ciervos, camellos, elefantes….) se dedicó a realizar secciones de la médula
espinal entre los espacios interlaminares y constatar el grado de parálisis
que de ello resultaba. Si la sección era en los tres primeros espacios, la
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 29
parálisis motora y sensitiva era completa, pero si se realizaba por debajo, los
músculos intercostales y el diafragma no estaban afectados. El centro medular
diafragmático lo centró a nivel de la cuarta vértebra cervical. Describió los plexos
cervical, braquial y lumbosacro y, siguiendo a los nervios desde su origen hasta
los músculos, observó la relación entre músculo y nervio, comprobando que las
fibras nerviosas penetraban en el músculo. Cuando realizaba las vivisecciones,
se dio cuenta del estado de contracción prolongada del músculo vivo y a este
estado, le dio el nombre de tonus.
La influencia de Galeno en los médicos de la época y los posteriores, hasta
el Renacimiento, fue inimaginable. Tuvo grandes aciertos, fundamentalmente
en el campo de la cirugía y la cirugía experimental, pero también, tuvo grandes
errores al considerar por igual la anatomía animal y la humana. Con su muerte,
nadie recogió su legado, como él lo había realizado con la obra de Hipócrates,
hasta la llegada de Oribasio de Pérgamo (325-403). Este ilustre médico
bizantino tuvo gran interés por la medicina griega clásica, y en su obra, de
setenta volúmenes, Sinagogas médicas, de la que se conservan veinticinco,
transcribe textos de los más importantes médicos griegos. En ella, aparece
bien descrita la semiología de las lesiones producidas por daños en la médula
espinal, y se ocupa, también, de la anatomía de los nervios.
Ya en el ocaso de la cultura romana occidental, no hubo nada reseñable
en el aspecto médico hasta la aparición de Pablo de Egina (625-690).
Profundamente admirado por los árabes en cuanto a sus habilidades en el
campo de la obstetricia, fue un ferviente seguidor de Oribasio, Galeno y Aecio,
y es autor de una enciclopedia médica Epitome, Hypomnema o Memorando,
recogida en siete libros que tratan de Medicina, Cirugía y Obstetricia, siendo el
Libro VI (dedicado a la cirugía) el más importante, puesto que sus conocimientos
fueron seguidos hasta el siglo XVII. Describe con gran precisión los síntomas
nerviosos en función del tipo de herida (cortante, punzante,…….) y por
primera vez, encontramos una referencia a la aproximación de los extremos
nerviosos seccionados para que puedan unir cum carne. Cuando se refiere
30 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
a las fracturas de la columna vertebral, en el capítulo XCVIII, recomienda la
cirugía para extraer los fragmentos de hueso que causan la parálisis, siempre
que el cirujano se atreva. Si no es así, se aplican tratamientos antiinfl amatorios.
Pero cuando se trata de fracturas abiertas (capítulo CVII) en las que se expone
una fracción ósea, el tratamiento tiene que ser muy cuidadoso por culpa de
la infl amación y rigidez de los músculos y nervios, ya que pueden producir
convulsiones (Paul d’Egine, 1855). La muerte de Pablo de Egina marcó el fi n
de una era y el comienzo de otra. Infl uyó mucho en la medicina y cirugía de
los árabes, que predominaron tras la caída del Imperio Bizantino. Recogieron
y preservaron los conocimientos de las escuelas griegas y alejandrinas, pero la
cirugía sufrió un gran retraso por la prohibición de la disección en la cultura
islámica. Esa época gloriosa comienza en el año 623, con el advenimiento de
Mahoma y fi naliza con la conquista de Granada en 1492.
De la larga lista de nombres ilustres, destacamos la fi gura del persa
Abu Bakr Muhammad ibn Zakaryya al-Razi (865-925), conocido en
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 31
Occidente como Rhazes. Fue un enciclopedista nato, pues además de filósofo,
fue médico, y escribió sobre cirugía, obstetricia, oftalmología, neurología…..
Una de sus obras más importantes, de las múltiples que escribió en árabe, fue
Kitab al-Hawi fi al-Tibb, traducida al latín como Liber Continens, y en ella
encontramos referencias sobre los traumatismos nerviosos y su tratamiento.
En él, nos refiere que los nervios lesionados no se pueden regenerar, pero si
deben ser unidos para evitar la retracción de los extremos, aunque teme la
aparición de espasmos o convulsiones al pinchar el nervio:
…et si disrumpatur nervus
secundum latitudinem, tunc
necessariumest ipsumsuere
caute tamen ne nervum
pungas, puncta enim nervi
spasmus causare potest, et si
vulnus non suitor profunde,
pars nervi cum altera parte
bona conglutinatione non
conglutinatur.
… y si el nervio es roto
transversalmente, entonces
es necesario coserlo con
precaución, no sea que
punces el nervio, porque la
punción causa espasmo y,
si la herida no es cosida en
profundidad, parte del nervio
no se unirá con la otra parte
También describió siete nervios craneales y treinta y uno de los nervios
espinales.
Transcurrió algo más de medio siglo desde la muerte de Rhazes hasta el
nacimiento en Persia de Abu Alí al Hosain ibn Abdallah ibn Sina, conocido
en los reinos cristianos como Avicena (980-1037). Su amplio conocimiento
de la medicina deslumbró a todos los hombres de su época y de los siglos
posteriores, por lo que fue llamado Al-Shaif al-Rais, el Primero de los Sabios.
32 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Su obra cumbre, la más importante de la medicina medieval, que
durante seiscientos años fue el libro de consulta de la universidades de la
Edad Media, al Qanum fi t’al-Tibb, conocido en el mundo occidental como el
Canon de la Medicina, escrito en el año 1012. Consta de cinco Katub (libros)
cada uno de ellos dividido en Funum (disciplinas) y, a su vez, subdivididos en
Te-alim, Fusul y Maqalat (tratados, secciones y capítulos). El IV volumen
se ocupa de las enfermedades generales y las quirúrgicas, y dentro de ellas,
las enfermedades de los nervios. Estudió su anatomía y fi siología, los tipos de
traumatismos que podían sufrir (corte, punción, estiramiento y contusión) y
el método de reparación de los extremos seccionados, aunque tenía bastantes
dudas en cuanto a la sutura:
…si autem disrumpatur in latitudine,…
tunc necessaarium est suere ipsum
et si non suitor, non conglutinator.
...si fuese roto transversalmente,
entonces es necesario coserlo y,
de no ser así, no se unen.
Surgen interpretaciones en cuanto si quería suturar o no, pero el caso
es que él, ya unía los extremos nerviosos realizando una sutura de los tejidos
circundantes y de la piel (sutura cum carne).
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 33
Otra observación importante, de las muchas que se recogen en el Canon
relativa a los nervios, es la diferenciación de las parálisis faciales en centrales
y periféricas. La influencia de al-Rais fue inmensa, y aún hoy, los consejos que
daba a sus discípulos siguen inalterados en el tiempo, como considerar a la
medicina, teórica y práctica, y a su vez, la subdividía en curativa y preventiva,
o cuando decía
…en medicina lo primero es la observación seguida
de la reflexión, para finalizar en la deducción y el
tratamiento (Guardo, 2008).
Después de la muerte de Avicena surgieron otras figuras muy importantes
en la cultura árabe, pero no aportaron nada nuevo en los procedimientos de
reparación de los nervios periféricos. Tenemos que sumergirnos en la Baja
Edad Media y ya en Occidente, para encontrar algún avance significativo.
Fue Guglielmo da Saliceto (1210-1277) un notable cirujano de la escuela
médica de Bolonia y profesor de anatomía y cirugía de esta Universidad, quién
escribió en 1275 una obra médica, La Chirurgia, en la que rechaza el uso
sistemático del cauterio y se inclina por el bisturí, al igual que desterró la idea
galénica de que el pus era beneficioso para la cicatrización de las heridas,
pues tenía el convencimiento de que debían curar “por primera intención”,
utilizando para ello compresas empapadas en clara de huevo y agua de rosas.
Logra distinguir tres tipos de heridas nerviosas: punzantes, longitudinales
y transversales, abogando por la sutura directa de los extremos del nervio
seccionado transversalmente, según nos cuenta Lanfranchi, pero la técnica
precisa que utilizaba es desconocida, aunque se presupone que era cum carne.
Nos comenta que uno no debería tenerle miedo al dolor que sigue a la punzada
del nervio, ya que será rápidamente aliviado con la aplicación de ciertos aceites
verdes. Era un ferviente defensor de la idea de que en las grandes heridas se
debían buscar los nervios, y los tendones rotos, con el fin de coserlos y unirlos
de nuevo. Fue autor del primer tratado de anatomía topográfica conocido.
Su obra cumbre, la más importante de la medicina medieval, que
durante seiscientos años fue el libro de consulta de la universidades de la
Edad Media, al Qanum fit’al-Tibb, conocido en el mundo occidental como el
Canon de la Medicina, escrito en el año 1012. Consta de cinco Katub (libros)
cada uno de ellos dividido en Funum (disciplinas) y, a su vez, subdivididos en
Te-alim, Fusul y Maqalat (tratados, secciones y capítulos). El IV volumen
se ocupa de las enfermedades generales y las quirúrgicas, y dentro de ellas,
las enfermedades de los nervios. Estudió su anatomía y fisiología, los tipos de
traumatismos que podían sufrir (corte, punción, estiramiento y contusión) y
el método de reparación de los extremos seccionados, aunque tenía bastantes
dudas en cuanto a la sutura:
…si autem disrumpatur in latitudine,…
tunc necessaarium est suere ipsum
et si non suitor, non conglutinator.
...si fuese roto transversalmente,
entonces es necesario coserlo y,
de no ser así, no se unen.
Surgen interpretaciones en cuanto si quería suturar o no, pero el caso
es que él, ya unía los extremos nerviosos realizando una sutura de los tejidos
circundantes y de la piel (sutura cum carne).
34 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Todos sus conocimientos fueron recogidos por su discípulo Guido
Lanfranchi (1250-1306) de Milán, quien primero los llevó a Lyón y, más tarde
a París, siendo el fundador de la Cirugía francesa. Tuvo que huir de su tierra
natal, Milán, ya que se vio envuelto en una de las múltiples escaramuzas entre
güelfos y gibelinos, por lo que fue desterrado, refugiándose en Lyón, donde
escribió la Chirugia parva en 1290. Alcanzó gran fama como médico, y en
1295 se dirigió a París, donde escribió un año más tarde la Chirurgia magna,
obra dedicada a Felipe el Hermoso. Al igual que su maestro, describe tres tipos
de heridas nerviosas, y en las punzantes distingue dos tipos: la excaecata
punctura y la punctura simples, y señala que en cualquiera de ellas, el dolor
es muy intenso y se puede mitigar aplicando fricciones con narcóticos en los
bordes de la lesión, aceite caliente en la herida, y alejando al paciente del frío
y de la humedad. Distinguió con claridad entre nervios y tendones, algo que
autores posteriores no lograron, e hizo hincapié, en que como los nervios son
instrumentos de sensibilidad, las heridas con afectación de nervios periféricos
tienen que ser cuidadas con mucha delicadeza, pues, son tan sensibles que se
puede producir un dolor intensísimo si no se atienden bien. Postuló, que en el
caso de las heridas nerviosas transversales, la sutura aseguraba la recuperación
del nervio y del miembro.
Contemporáneo de Lanfranchi fue Mondino de Luzzi (1275-1326),
quien trabajó sistemáticamente en anatomía e hizo disecciones públicas del
cuerpo humano. Ejercía como ostensor y como demostrator en la Universidad
de Bolonia, (realizaba él mismo las disecciones, sin necesidad de un ayudante).
Publicó un tratado de anatomía en 1316, Anathomía, que es la primera obra
moderna en esta época. Es esencialmente práctico, y por ello, se le llama el
restaurador de la anatomía, aunque también se ocupó de la fisiología y de la
aplicación de los principios anatómicos y fisiológicos a la medicina y cirugía.
Mondino es el primer paso de la Revolución Anatómica. El segundo tardó dos
siglos en producirse.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 35
Prácticamente en los últimos coletazos de la época medieval, la cirugía
en general, y la de los nervios periféricos en particular, había alcanzado un nivel
más que aceptable en Occidente. La medicina y la cirugía francesa seguían en
pleno auge, teniendo como máximo exponente a Guy de Chauliac (1300-
1368). Este canónigo, que posteriormente estudió medicina en Toulouse,
Montpellier y París, insistió en la necesidad de tener conocimientos de anatomía
para poder ser cirujano, por lo que se desplazó a Bolonia donde aprendió del
maestro Bertruccio, discípulo de Mondino. Fue nombrado médico papal en
la Curia de Avignon, permitiéndole consultar gran cantidad de obras de la
biblioteca pontificia con el objeto de perfeccionar sus conocimientos y escribir
su obra Inventarium seu collectorium in parte cirurgicali medicinae
compilatum et Complutum a. Domini 1363, que más tarde sería renombrada
como Chirurgia magna o La Grande Chirurgie. En el capítulo sobre la
curación de nervios cortados, nos indica que hay cuatro intenciones, en cuanto
a la reparación nerviosa: la primera, si no hay pérdida de sustancia, hay que
unir el nervio y la piel, extirpando los posibles cuerpos extraños existentes;
De esta forma se consigue el menor tiempo de pérdida funcional del miembro
afectado. La segunda, es evitar el cierre en falso de la herida para que pueda
drenar. La tercera, administrar los medicamentos necesarios para mitigar
el dolor y la inflamación y, por último, la cuarta, en las heridas profundas y,
siguiendo las directrices de Galeno, Avicena, Saliceto y Lanfranco, unir cum
carne los extremos (Chauliac, 1890). Hace claras y múltiples referencias a
sus colegas, por lo que podemos colegir que ellos ya practicaban este tipo de
sutura, aunque algunos no diferenciaran bien los nervios de los tendones.
Muchos otros destacaron y siguieron estudiando el método de
reparación de los nervios lesionados. Podemos citar a Pietro D’Argellata
(ca 1370-1423), Leonardo de Bertapaglia (1380-1463), Giovanni da
Vigo (1460-1517), pero todos ellos ahondaban en el mismo tipo de sutura,
preconizada por sus antecesores, y no era sino la sutura cum carne, a mayor
o menor profundidad, pero al fin y al cabo, la misma. No hubo ningún avance
significativo durante esta época.
36 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
SEGUNDA ÉPOCA
A partir del siglo XIV se fue instaurando lentamente un movimiento
humanista, principalmente en Florencia, Roma y Venecia, que posteriormente
se fue expandiendo al resto de Europa, caracterizado por la vuelta a los
clásicos griegos y latinos. Se produjo un resurgir de las artes, de las ciencias
y de la política, lo que dio lugar en el siglo XV al Renacimiento. Las causas
de este movimiento las podemos resumir en la invención de la imprenta, el
descubrimiento de América, el Luteranismo, y el destierro del latín como
idioma ofi cial. En este entorno se produce una fi ebre anatómica, pero no
por los hombres de ciencia, sino por los grandes artistas de este siglo. El
anatomista más grande de esta época fue Leonardo da Vinci (1452-1519).
Este gran genio polifacético realizaba sus propias disecciones, humanas y de
animales, y confeccionó, una anatomía funcional que se perdió durante dos
siglos, actualmente guardada en la Biblioteca Real del Castillo de Windsor.
Su trabajo como anatomista se
cree que fue un paso previo para alguna de
sus obras, pero pronto su yo científi co se
impuso a su yo artista. Describe con mucha
claridad todo al árbol nervioso del hombre,
así como el cerebro, médula espinal, nervios
periféricos y los distintos plexos (Todd,
1991). Estudió la anatomía del cerebro
durante casi veinte años, siempre en
función de la disponibilidad de cadáveres.
Creía que tenía tres ventrículos bulbosos
dispuestos en línea recta, pero después de
inyectar cera fundida averiguó cual era su
verdadera confi guración, y demostró, que
los nervios no tenían conexión directa con
los ventrículos. Realizo unas disecciones
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 37
perfectas, tanto de los nervios craneales como de los periféricos, dejando para
la posteridad unos grabados inigualables de los plexos braquial y sacro. Se
ocupó tanto de la anatomía como de la fisiología de los nervios, hecho que se
pone en evidencia cuando dice
…es el nervio el que da la sensación. Después de haber
cortado el dedo, ya no hay sensación, incluso cuando
se coloca en el fuego.
También sus conocimientos de las distintas funciones de los diferentes
nervios se ponen de manifiesto al afirmar
Después de un corte en la mano, a veces la sensación
y no el movimiento del dedo, se bloquea y, algunas
veces, el movimiento y no la sensación. Otras, tanto el
movimiento como la sensación.
Está describiendo con claridad, los tres tipos de nervios: motores,
sensitivos y mixtos.
Se interesó especialmente por los músculos, descubriendo la función
flexora y supinadora del bíceps, la flexora del braquial, la acción de rotación
interna del pronador redondo. En cuanto a la inervación muscular, nos dice :
hay igualmente tantas ramas nerviosas como músculos,
puesto que los músculos no pueden contraerse ni
extenderse sin nervios, que les proporcionan además
la sensibilidad.
38 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
En otro apartado también nos indica que
…la médula espinal es la fuente de los nervios que dan
movimiento voluntario a las extremidades.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 39
La influencia de Leonardo en el campo de la anatomía fue escasa, ya
que todos sus estudios los mantuvo ocultos, y sólo unos pocos privilegiados,
pudieron disfrutar de ellos. Años más tarde, alguna de sus láminas o sus
reproducciones, fueron utilizados por la figura central del Renacimiento en
materia anatómica. Nos referimos a Andreas Vesalius (1514-1564), médico
belga, realizó sus estudios de medicina en Lovaina, y fue nombrado profesor
de cirugía y anatomía en la Universidad de Padua. Destacó rápidamente como
anatomista, y recibió el encargo de editar las obras de Galeno de las que
estudió varias ediciones pero, había cosas que no concordaban. Como disecaba
él mismo y no señalaba los órganos de lejos, podía verlos tal como eran en
realidad, y observó, que algunos eran diferentes de cómo los enseñaba Galeno:
el hígado no tenía cinco lóbulos, sino únicamente dos; No encontró poros en
las paredes del corazón, ni ninguna vía de secreción que comunicara el bazo
con el estómago. Estaba desconcertado. ¿Se había encontrado Vesalio con
órganos patológicos o había cambiado el hombre desde la época de Galeno?
En posteriores disecciones aparecían las mismas discordancias entre el texto
y la realidad. ¿Dónde estaba la máquina inferior bipartida, dónde el esternón
dividido en siete partes, dónde la tibia encorvada? No encontraba explicación
a todas estas preguntas, siendo él un perfecto conocedor de la anatomía, en
especial de la osteología. Vesalio examinó el esqueleto de un mono que había
disecado, y allí encontró respuesta a todas sus dudas: el fémur era curvo y el
esternón estaba compuesto de siete partes. Más adelante, descubrió que para
los órganos internos, Galeno se había servido como modelo de los del cerdo y
del perro, componiendo así, una anatomía humana. Llegó a una conclusión que
hizo temblar a toda la comunidad médica: la anatomía de Galeno estaba basada
en animales y no en humanos.
La revolución anatómica originada por Vesalio tuvo como objetivo la
descripción del cuerpo humano, pero basándose en disecciones de cadáveres
humanos y no de animales. Reúne las dos características del Renacimiento:
la Ciencia y el Humanismo. El programa de Vesalio estaba basado en varios
aspectos (Romero y Huesca, 2005):
40 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
1. El dominio de la anatomía.
2. La disección de cadáveres en lugar de cerdos.
3. Las disecciones y demostraciones eran realizadas por él y sus estudiantes
sin la ayuda de un prosector.
4. La enseñanza era complementada con tablas anatómicas.
5. La investigación anatómica es planeada y sistematizada.
Todas estas premisas le llevan a la publicación en 1543 de su obra De
Humanis Corporis Fabrica, en la que describe con minuciosidad y exactitud
cada una de las partes del cuerpo, en especial, las de mayor interés en el campo
de la patología y la cirugía, con una clara infl uencia galénica, como se ve en la
portada de La Fábrica con la presencia del perro, del mono y del propio Galeno.
Este es el mismo precepto que seguirán los anatomistas posteriores hasta el
nacimiento de la Anatomía comparada, dos siglos después. Con su libro, logra
desplazar a las antiguas obras de anatomía y desterrar las enseñanzas que se
venían arrastrando desde Erófi lo y Erasístrato, incluido Galeno.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 41
La Fábrica consta de siete libros, el IV dedicado a los nervios, y el
VII al sistema nervioso central y órganos de los sentidos. En ellos, además de
hacer una descripción anatómica excelente, también se ocupa de una serie de
experimentos fi siológicos, como la afonía por sección del nervio recurrente
(Galeno), la parálisis después de la sección medular, o cómo se interrumpía la
acción muscular después de la sección del nervio. La obra de Vesalio no aportó
prácticamente nada a la Cirugía, pero sentó la base científi ca para la cirugía de
los siglos venideros.
Otros autores también contribuyeron a la fi ebre anatómica de la época,
como Estiene, Cannano, Colombo, Fernel, etc. Destacamos a Bartolomeo
Eustaquio (ca 1500-1574), pero no por su obra escrita que desgraciadamente
se ha perdido, sino por sus láminas anatómicas en su Tabulae Anatomicae,
entre las que sobresale una en particular referida el sistema nervioso simpático.
Sus descripciones anatómicas fueron publicadas en 1714, 160 años después de
su muerte.
42 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Entre los anatomistas postvesalianos, tenemos que hacer una mención
muy especial de alguien, que además de destacar en este campo, es español,
Juan Valverde de Amusco (ca. 1525-ca.1588). Nació en Amusco, Palencia,
estudió medicina en Valladolid y a
los 17 años se dirigió a Italia, donde
amplió conocimientos de la mano de
Mateo Realdo Colombo, sucesor
en la cátedra de Vesalio. Instalado
en Roma, se dedica a la docencia
médica en el Hospital del Espíritu
Santo y publica en 1556 su obra
Historia de la Composición del
Cuerpo Humano. Está escrita en
castellano, a diferencia de la obra de
Vesalio, con un espíritu humanístico
y divulgador de los conocimientos
anatómicos. Fue el principal seguidor
de la nueva realidad anatómica que
supuso la publicación de La Fábrica.
La Historia tuvo una amplia difusión en toda Europa, y fue utilizada por
numerosos médicos hasta bien entrado el siglo XVIII. Las causas de este éxito
radican esencialmente en estar escrita con claridad expositiva, con un estilo
conciso y esquemático, en romance castellano, el tamaño era tipo manual y las
ilustraciones, son calcografías en cobre (Valverde de Hamusco, 1985).
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 43
El contenido del texto está dividido
en siete Libros y el séptimo está dedicado a
los nervios craneales y del sistema nervioso
periférico. Describe con minuciosidad el trayecto
de los nervios del brazo y de la pierna, haciendo
especial hincapié en los plexos braquial y sacro.
…el quinto, sesto y sétimo par de nervios
del cuello, y el primero y segundo del
pecho, se mezclan el uno con el otro, como
un arañuelo o cordón de sombrero de
obispo, en tal manera que difícilmente se
puede saber cuál sea el uno o el otro. Desta
mezcla de nervios nacen los que van al
brazo…
44 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
El impulso que recibió el estudio de la anatomía en esta época, infl uyó
de una manera irreversible en el desarrollo de otras especialidades de la
medicina, con especial atención en la fi siología, la medicina interna y la cirugía.
Si a esto le añadimos los continuos confl ictos armados de esta época, da
como resultado la gran revolución quirúrgica que se produjo a partir del siglo
XVI. En este contexto nace en Lovaina,
Bélgica, Ambroise Paré (1510-1590);
Es considerado como la principal fi gura
quirúrgica de este siglo, el padre de la
cirugía francesa, y el mejor cirujano del
Renacimiento.
En 1529 ingresó como barbero-
cirujano en el Hôtel-Dieu de Paris, donde
aprendió anatomía y cirugía, realizando
innumerables curas de heridas hasta
alcanzar un gran conocimiento de la
medicina de la época. Tomó parte de
numerosas campañas de guerra como
cirujano de campaña, y es aquí donde desarrolló completamente sus habilidades.
En 1564, publicó Dix Livres de la Chirurgie, escrita en francés, destacando el
uso de pinzas y ligaduras hemostáticas, entre otras muchas técnicas quirúrgicas.
Gracias a estas ligaduras de los vasos, Paré estableció las condiciones
previas y necesarias para salvar a los heridos de la hemorragia mortal y de
la infl amación, mediante la rápida amputación de los miembros destrozados
por las balas, y el uso del torniquete para evitar la pérdida de sangre. Con el
nuevo procedimiento, se podían practicar amputaciones en la articulación del
húmero y en la cadera, así como llevarlas a cabo en tejidos sanos. La ligadura
de los vasos tenía el inconveniente, de que el nervio que discurre entre la vena
y la arteria ligadas está apresado con éstas, y el nervio aplastado producía unos
dolores horrorosos. Hace hincapié en la importancia de extirpar todo el tejido
muerto, y describe el síndrome post-amputación, estableciendo las diferencias
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 45
del dolor antes y después de la misma con el dolor psicogénico (Paré, 1564).
Hubo que esperar hasta finales del siglo XVIII para que se advirtiera que tales
dolores, eran efecto de la aludida compresión, y se pusiera remedio a ello. Fue
Antoine Louis, quien enseñó a separar los vasos sanguíneos de los nervios, y
a ligar los primeros de forma aislada. Esta forma perfeccionada de ligadura fue
probada por Dominique-Jean Larrey en los campos de batalla de las guerras
napoleónicas, y le encumbró como cirujano.
Es muy interesante uno de los pasajes de su obra, donde describe
un síndrome causálgico padecido por el rey Carlos IX a consecuencia de
una sangría practicada defectuosamente por un sangrador puncionando un
nervio. Paré hizo su diagnóstico en base a los dolores de aparición inmediata,
persistentes y violentos
…lo que sucedió con la contracción súbita del brazo de
forma que no podía doblar ni extender, y tiene un dolor
tan extremo en todo el brazo como consecuencia de la
punción. El primero y más rápido remedio es aplicar
un pequeño emplaste de basilicon…y para que ceda el
dolor poner aceite de trementina caliente y un poco de
aguardiente rectificado.
Como algo infrecuente, Paré nos comenta la evolución de este caso,
en el que el rey se mantuvo más de tres meses sin poder extender o flexionar
bien su brazo. En este caso concreto de una lesión nerviosa punzante, la
terapéutica se limita a la protección del nervio y a eliminar el dolor. Lo mismo
ocurre en el caso de dos tumoraciones, extremadamente dolorosas y de un
tamaño pequeño, localizadas bajo la articulación de la cadera izquierda, y en la
parte media del brazo derecho, en dos pacientes distintos, y que consiguió, la
desaparición total del tumor y del dolor mediante el uso de corrosivos.
46 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Con este ambiente anatómico iniciado en el siglo XV, la anatomía y,
también, la fisiología humanas alcanzan un desarrollo espectacular, lo que hizo
que la cirugía caminara a la par y se lograran unos avances significativos. En
el transcurso de estos siglos del Renacimiento, nos aborda una pregunta de
difícil respuesta. ¿Dónde estaban los albéitares o veterinarios? ¿Qué hacían
o a qué se dedicaban? El Dr. Dualde en 2009, ya comentaba que los estudios
anatómicos y fisiológicos en albeitería, como ciencias fundamentales de la
medicina animal fueron escasas, por no decir nulas. En este sentido, merece la
pena mencionar por curiosidad, más que por su interés científico, a ALVAREZ
DE SALAMIELLA, en el siglo XIV, que hace una descripción muy básica de
la anatomía del caballo:
…Et por esto queremos de partir de commo es fecho
el caballo. Sepades que la primera cosa es el cuero,
la segunda la carne, la terçera los huesos, la quarta
los nervios y las arterias; las quales son cada una de
semejadas, que de otra natura es el nervio, et de otra
natura es el cuero, et de otra la carne, et de otra los
huessos. Et los miembros principales son quatro, la
cabeça, el corazón, el figado et los collones.
Este era el estado de los conocimientos anatómicos en este siglo.
Inspirado en la obra de Vesalio, irrumpe con fuerza en la comunidad científica
la figura de Carlo Ruini (1530-1598), pasando a la historia como el primer
anatomista del caballo, plasmando sus observaciones y disecciones en una obra
profusamente ilustrada que vio la luz a título póstumo en 1598, Anatomia del
cavallo, infermite et suoi remedii. Consta de dos volúmenes, el primero de
ellos, está dedicado principalmente a la anatomía y el segundo, específicamente
a las enfermedades de los équidos y sus curas.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 47
Hay dos aspectos a tener en cuenta en esta joya de la anatomía. El
primero, que el autor era un aristócrata boloñés, sin instrucción en el campo
de la albeitería, y menos aún, en la medicina. Dispuso de los mejores tutores
privados, que le proporcionaron una excelente educación, al mismo tiempo
que se despertaba en él una creciente afi ción por la equitación y el mundo del
caballo.
El segundo, y no menos importante, es la gran meticulosidad con la
que describe las distintas partes anatómicas del caballo, desde las vértebras
cervicales hasta la descripción del oido. Estudia la osteología y la sarcología,
y dentro de ésta, la miología, la angiología, la neurología, la adenología y la
esplacnología. Cuando aborda la neurología, las descripciones de los nervios
craneales son bastante precisas, lo que nos puede indicar el gran número de
disecciones practicadas por él mismo.
En la segunda parte de su libro, Ruini se inspiró en gran medida en la
obra de Giordano Ruffo di Calabria, De Medicina Equum, escrita 350 años
antes.
48 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
La Anatomia del Cavallo, es uno de los grandes sucesos acaecidos
entre 1598 a 1618, y, fueron editadas cuatro versiones italianas así como una
traducción alemana. Lamentablemente, el camino iniciado por Ruini no fue
abonado, por lo que hubo que esperar casi doscientos años hasta la aparición
de las obras de Solleysel, Bourgelat y Lafosse.
Durante todo este periodo renacentista en el campo de la cirugía de
los nervios periféricos no sobresalió nadie, ni en el aspecto teórico ni en el
práctico. Ya en el ocaso de esta época, surgió Gabriel (Camilo) Graf von
Ferrara (1543-1627) como cirujano-barbero de Milán, que en 1596, publica
en Venecia su obra Nova Selva di Cirugia Divisa en Due Parti, y gracias al
éxito alcanzado, realiza una segunda edición en 1598 bajo el título, Nova Selva
di Cirugia Divisa en Tre Parti. En el libro primero, dedicado a la cirugía,
realiza la primera descripción de una sutura entre los extremos seccionados de
un nervio (Ferrara, 1596), tal como la entendemos hoy en día. El primer paso
de la intervención, era identifi car los extremos proximal y distal del nervio
lesionado. A continuación, se procedía al afrontamiento de los cabos mediante
el uso de una aguja (aga), teniendo cuidado de no lesionarlos con el hilo de
de las obras de Solleysel, Bourgelat y Lafosse.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 49
sutura (tendón muy fi no de tortuga) previamente sumergido en una solución
de vino y rosas. Una vez concluida la sutura, se sumergía ésta en una mezcla de
aceite de hypericum (con propiedades cicatrizantes, antivirales, calmantes,
vasodilatadoras, antisépticas y antiinfl amatorias), y aceite esencial de pino (con
propiedades antiinfl amatorias, analgésicas y antibacterianas). Esta mezcla es
un activador de la regeneración celular, fundamental en la cicatrización. Por
último, se inmovilizaba el miembro, guardando reposo en cama durante varios
meses (Artico, 1996).
Este era el estado de la cirugía de los nervios periféricos en el año
1600, muy avanzado para la época, por lo que el camino estaba expedito para
su desarrollo. Sin embargo, esto no fue así; Hasta bien entrado el siglo XIX
no recibió el impulso necesario para continuar con el trabajo de Ferrara y
perfeccionarlo. Fueron muchos los detractores de la sutura nerviosa por pensar
que era imposible su unión, o porque tenían muchos efectos secundarios. Otros,
iniciaron un penoso pero lento camino en pos de perfeccionar este método
de reparación, investigando por caminos paralelos técnicas o mecanismos
fi siológicos que ayudaran a unir dos extremos nerviosos para conseguir la
50 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
plena funcionalidad del miembro afectado. Resultados en los que se basan
nuestros conocimientos actuales. Entre ellos, Giovanni Alfonso Borelli
(1608-1679) físico napolitano, aplicó las leyes físicas y matemáticas a los
procesos biológicos (iatromecánica), y como dice nuestro querido y admirado
Dr. Fernández-Caparrós en 2008:
Para que luego digamos que la física y la matemática
no sirven para nuestros estudios.
Su obra más importante, De motu animalium (1680), está dedicada a la
reina Cristina de Suecia (ya que había estado bajo su protección). Fue publicada
por ella dos años después de la muerte de Borelli (Martino, 2009). Comenzó su
texto desestimando la noción aristotélica de que los espíritus animales fluían hacia
los extremos de los nervios, y provocaban el movimiento de las partes del cuerpo.
En su lugar, propuso que los músculos constituían una máquina, o el motor de
los movimientos del cuerpo. Clasificó la mecánica de los músculos de acuerdo a
las diferentes formas geométricas de las fibras que se contraen y se expanden;
Esto permitió a Borelli calcular los movimientos de las fibras sobre la base de la
teoría de la proporción euclidiana. En la segunda parte de su libro, intentó aclarar
el papel de los nervios en la producción de la fuerza muscular. Siempre sobre la
base de los conceptos mecánicos, estudió los movimientos de las articulaciones,
para luego tratar de cuantificar su fuerza y la resistencia muscular. Sus teorías
fueron corroboradas por métodos experimentales en animales, practicando
múltiples disecciones y análisis, internos y externos, como la observación directa
sin microscopio de los túbulos seminíferos del testículo. Utilizó la anatomía
y la fisiología experimental del pájaro en sus estudios sobre biomecánica de la
movilidad corporal. Franceschini en 1951 comenta con gran acierto que
El gran mérito de Borelli fue haber demostrado que la
contracción muscular se encuentra bajo la influencia
del sistema nervioso y también, haber propuesto el
mecanismo de trasmisión del impulso nervioso con
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 51
una aproximación extrema a la doctrina actual de
mediadores.
Thomas Willis (1621-1675), cirujano inglés, destacó por sus avances
en el estudio del sistema nervioso. La obra de Willis la podemos dividir en tres
etapas (Fresquet, 2005). En la primera, expone sus ideas iatroquímicas sobre
la circulación de la sangre, y otras teorías de carácter fisiológico, descritas en
su libro Diatribae duae (1659), en la que comenta los hallazgos de Harvey
(profesor suyo en Oxford) y los complementa con los de Pecquet, Rudbeck
y Bartholin.
La segunda etapa, está dedicada al estudio del sistema nervioso y sus
enfermedades. A este periodo pertenece su obra Cerebri anatome (1664),
que es una investigación integral de la morfología nerviosa, abarcando la
Anatomía comparada, la Embriología y la Anatomía Patológica. Estudió con
gran precisión la función vasomotora del sistema nervioso, y logró conocer
la relación entre el sistema nervioso central y el sistema vascular periférico.
Utiliza por primera vez el término neurología, y de él es el epónimo Polígono
de Willis, rompiendo de una forma definitiva con el concepto galénico de la
rete mirabilis (Scatliff, 2014).
En la tercera etapa, trata de elaborar una farmacología (Pharmaceutice
rationalis, 1675), en la que quiere conocer el mecanismo de acción de los
fármacos en los distintos órganos y sistemas.
No podemos dejar de mencionar al prolífico y polifacético Albrecht
von Haller (1708-1777), médico suizo que estudió en las Universidades de
Tubinga y de Leiden, y ejerció como docente de las disciplina de Anatomía
y Botánica en la Universidad de Gotinga durante diecisiete años. Dejando
al margen la botánica, sus primeros estudios fueron de tipo anatómico y
estuvieron determinados por la influencia de eminentes colegas, muchos de
ellos profesores suyos: Heman Boerhaave, Johann Bernoulli, Albinus,
52 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Jacob Winslow y Ruysch. De Albinus, supo recoger todo el conocimiento
sobre la anatomía cuantitativa; De Ruysch, la técnica de inyección vascular,
cultivando la angiología, y de Winslow, las descripciones anatómicas puras.
Pero la parte más importante de su labor científica fue la correspondiente
a la fisiología, que para él era anatomía animata, o la descripción de los
movimientos con que la máquina animada era agitada. Es el fundador de la
fisiología experimental, y autor de ocho volúmenes de Elementa Physiologiae
Corporis Humana. La gran aportación de Haller, fue su hipótesis sobre la
inervación de los músculos, al demostrar a base de muchos experimentos, que
los nervios gobiernaban la contracción muscular (Haeger, 1990). Llegó a las
siguientes conclusiones:
1- Ciertas partes del organismo sólo poseen contractibilidad mecánica.
2- Otras, sólo poseen sensibilidad, que pierden cuando se seccionan
los nervios.
3- Otras, aún seccionados los nervios, son capaces de reaccionar con
un movimiento a los estímulos.
4- Hay partes dotadas de sensibilidad e irritabilidad.
En función de la estructura anatómica de cada una de estas partes,
Haller enunció la tesis de que la sensibilidad es propiedad específica del
nervio, y la irritabilidad, es exclusiva del músculo. Los nervios eran simples
moderadores o reguladores de la irritabilidad. También terminó con el error de
que los tendones tenían sensibilidad.
Como estamos apreciando, en el siglo XVIII hay una gran corriente
dedicada al estudio de la miología, y por ende, ligada a la reacción nerviosa.
Para ello, se trabaja cada vez más con animales, perfeccionando las técnicas
de vivisección y llegando a conclusiones inimaginables hasta la época. Las
ranas gozaron de gran “prestigio” en la época, y previa decapitación, fueron
utilizadas por el médico escocés, Robert Whytt (1714-1766) para realizar
el primer trabajo serio sobre los reflejos involuntarios. Llegó a postular que
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 53
los movimientos reflejos no tenían su origen en el cerebro, sino en la médula
espinal, y a partir de aquel, eran controlados. Si no se dañaba la médula, la
rana realizaba una contracción muscular. Esto, llevó a Whytt a establecer
una distinción entre acciones voluntarias y acciones involuntarias, quedando
perfectamente plasmado en su obra An Essay on the Vital and other
Involuntary Motions of Animals, en 1751. Las voluntarias, dependerían
del cerebro, y las involuntarias, de la médula espinal. Aunque se ocupó de la
naturaleza del movimiento reflejo, nunca utilizó el término en sus trabajos, ni
en la exposición de sus resultados.
¡Y las ranas huían despavoridas!, ¡aterradas!, porque la cantidad de
batracios que Whytt utilizó en sus experimentos fue ingente. Pero no fue nada
comparado con los que utilizaron Luigi Galvani (1737-1798) y Alejandro
Volta (1745-1827), conocidos ambos por sus contribuciones relacionadas con
la electricidad. Galvani, en uno de sus múltiples estudios fisiológicos, descubrió
de forma accidental la contracción de las patas de una rana disecada, cuando
el nervio crural era tocado por un escalpelo de acero, mientras pasaban
unas chispas de una máquina electrostática que no se encontraba conectada
directamente a ninguna de las partes (Laín Entralgo, 1994) Las contracciones
ocurrían simultáneamente con las chispas eléctricas de la máquina, y solamente,
cuando se sujetaba el escalpelo por la parte conductora de la hoja, y no por su
mango aislante. Tomando como base estos experimentos, enunció su teoría de
la electricidad animal, en la que un fluido eléctrico nervioso era segregado por
el cerebro, conducido por los nervios, y almacenado en los músculos. En 1773,
pronunció una conferencia en la Academia de Bolonia, Sul moto mucolare
delle rane, cuyo tema principal era la estimulación de los nervios que mueven
al músculo, lo que hoy en día llamamos, nervios motores. Pero el grueso de
sus investigaciones las guardó durante once años, antes de hacerlas públicas
en su trabajo, De viribus electricitatis in motu musculari commentarius,
publicado en 1791, y este fue el inicio del enfrentamiento de por vida con
Volta. Comenzaron una carrera experimental (otra vez las ranas), basada en
la observación de que las patas del batracio se contraían también cuando se
54 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
conectaban dos puntos del tejido con metales diferentes, es decir, cuando los
nervios lumbares y los músculos de la pata eran colgados por un gancho de
bronce en la verja de hierro, y el músculo hacía contacto con el metal. Volta, se
dio cuenta del error interpretativo de Galvani, y llegó a afi rmar, que la presunta
electricidad muscular, se producía por el simple contacto entre los dos metales
del circuito, y no, por la electricidad animal. En base a estos experimentos,
hizo posible la pila eléctrica, la electroquímica y la electrodinámica.
Estas disputas trajeron algo positivo. Gracias a las sugerencias que se
originaron a raíz de los trabajos de estos dos grandes genios, surgió la teoría de
los impulsos nerviosos aferentes y eferentes: si un nervio es estimulado por una
corriente eléctrica y aparece una reacción en un órgano efector, o en un tejido
que no está en contacto directo con él, se trata de un nervio aferente, que
conduce el impulso al sistema nervioso central, a partir del cual, y a través del
nervio eferente, llega el estímulo, al órgano lejano. De todo esto se aprovecho
Whytt, y los relacionó con sus propias investigaciones, acerca de los refl ejos,
creando los términos, aferente y eferente. Los tres, Galvani, Volta y Whytt
son considerados como los creadores de la electroterapia moderna.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 55
Paso a paso y lentamente se progresaba, no ya en la reparación de
los nervios periféricos, sino, en su estructura y función. Llegamos a la época
del asistente de William Hunter, William Cumberland Cruikshank (1745-
1800), que realizó importantes estudios sobre la regeneración de los nervios
lesionados por un traumatismo. Estos trabajos sobre el crecimiento de las fibras
nerviosas, le indujeron a abordar de nuevo el concepto de la reparación directa,
que años atrás Ferrara ya había descrito. En esta época del Romanticismo,
emergió en Inglaterra la figura escocesa de Charles Bell (1774-1842). Fue
discípulo de su hermano John, y siendo muy joven, se trasladó a Londres,
donde fue muy bien acogido como cirujano y como artista y anatómico, pues
tenía unas dotes innatas para la pintura. Tal es así, que en 1798 publicó System
of Dissections, cuyos grabados los había realizado él mismo. En 1806 publicó
An Essay on the Anatomy of Expresion in Painting, obra que le encumbró
como genio de las artes y como anatomista. Siempre estuvo interesado por la
anatomía del sistema nervioso, lo que hizo que se planteara ciertas dudas sobre
su estructura y sus funciones, que seguían vigentes desde la época de Galeno.
¡Más de 1500 años! El cerebro, la espina dorsal y los nervios, tenían la función
de llevar al conocimiento las diferentes sensaciones, y esto, no le cuadraba
a Bell. Estudió el encéfalo y el cerebelo, postulando que eran diferentes en
cuanto a forma y funciones. Según Bell, las distintas partes del encéfalo tenían
funciones diferentes, y los nervios corporales, no estaban aislados, sino que
se encontraban unidos por una distribución topográfica. Eran completamente
diferentes en cuanto a su función. Todo esto hizo que dudara sobre la doctrina
galénica, y comenzó a realizar los mismos experimentos que Galeno. Descubrió,
que los nervios de la espina dorsal estaban mezclados, pues, la mitad de las fibras
nerviosas eran motoras, y la otra mitad sensitivas. Tuvo la brillante y genial
idea de seguir hasta el cerebro, las fibras nerviosas de los nervios espinales
relacionadas con el movimiento, y así, definir que parte de cerebro inicia el
movimiento muscular. Al estimular las fibras de los cuerpos posteriores, no
ocurría nada, no había movimiento, pero si estimulaba las fibras procedentes
de los cuerpos anteriores se originaban contracciones. Completaba de esta
forma la teoría de Haller, estos nervios estaban conectados con el cerebro,
56 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
centro de la sensibilidad, y de la motricidad. Estas pruebas, le sirvieron de base
para diferenciar las raíces posteriores de los nervios espinales, como sensibles,
y las raíces anteriores, como motoras (Singer, 1966).
Experimentó, prácticamente con todos los nervios, siendo el más
conocido el concerniente a los pares craneales quinto y séptimo. Se sirvió
para ello de un asno, y vio, previa sección de los mismos, que las funciones de
dichos nervios eran diferentes. El quinto, es esencialmente sensitivo, aunque
una de sus raíces es motora, y el séptimo, es puramente motor. Todo quedó
plasmado en An idea of a new Anatomy of the Brain, publicado en 1811, y
que constituye la primera gran obra de Neurología. En contra de la tradición, el
reconocimiento del trabajo de Bell se realizó en vida, y gracias a su dedicación,
es considerado el fundador de la neurología clínica.
Un contemporáneo de Bell, François Magendie (1783-1855), inició
diez años después una controversia, al poner en duda estos resultados. Gozaba
de un gran prestigio en su Francia natal, y en 1821 editó el Journal de
Physiologie Expérimentale et Pathologique, en el que expone sus resultados
sobre la investigación y funciones de las raíces espinales en perros (Magendie,
1822). Llegó a las mismas conclusiones que Bell, las raíces anteriores son
motoras, y las posteriores son sensitivas. A pesar de los años de diferencia
en cuanto a la publicación de los resultados experimentales, se levantó una
agria polémica de quién fue el primero en descubrir las funciones de las
raíces nerviosas. En su momento no hubo acuerdo alguno, sin embargo, hoy
hablamos de la Ley de Bell-Magendie. En 1825, publicó otra de sus grandes
obras, Anatomie des systèmes nervex des animaux à vertebres appliquée
à la physiologie et à la zoologie.
A partir de los estudios experimentales de Cruikshank, comienzan a
surgir diversas teorías, trabajos e hipótesis que darán un giro muy importante
a la reparación de los nervios periféricos. Es a mediados del siglo XIX cuando
Théodore Schwann descubre en 1830, las células que llevan su nombre.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 57
Robert Remak, demostró con la publicación de su tesis doctoral en 1838
la existencia de las fibras nerviosas amielínicas, además de las mielínicas, ya
conocidas. Augustus Voley Waller, es recordado por la descripción de los
procesos de la degeneración axonal del extremo distal en 1850, al seccionar
los nervios glosofaríngeo e hipogloso en la rana, quedando intacto el extremo
proximal. En pocos años, el examen microscópico y el empleo de nuevas
técnicas de tinción para las fibras nerviosas confirmaron la existencia de
terminaciones nerviosas en todos los órganos y tejidos: W. F. Kühne en 1862,
puso en evidencia las terminaciones motoras del músculo y los receptores
propioceptivos musculares; M.J.S. Schultze (1858-1866), las terminaciones
nerviosas de los órganos de los sentidos; F.S. Merkel (1875) los corpúsculos
táctiles de la piel; L.A. Ranvier (1880-1881) las terminaciones nerviosas de
la vida vegetativa, del corazón, del esófago, de los músculos lisos y las fibras
sensitivas de la córnea.
58 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
TERCERA ÉPOCA
A lo largo del siglo XIX, y principalmente en la segunda mitad de la
Centuria, se publicaron numerosos trabajos de reparación de los nervios
periféricos, los cuales se iban solapando con el gran torrente de descubrimientos
sobre su anatomía, fisiología e histología. Dichas técnicas se dividían en
suturas de contacto y suturas a distancia (Chalot, 1905). Dentro de las
suturas a distancia destacamos los trabajos de Assaky (1886), precursor de
la sutura con catgut endurecido del nº 2, dejando un tubo conductor formado
por cuatro hilos de este material. J. Ehrmann, ferviente seguidor de Assaky,
describe una sutura del nervio radial en la axila, con una pérdida de sustancia
de 3 cm, utilizando tres asas de catgut. Lamentablemente estas técnicas no
tienen valor terapéutico alguno, ya que no existe coaptación entre los extremos
seccionados y el hilo de sutura no hace de tubo conductor. Un fracaso.
En cuanto a las suturas de contacto o directas, los puntos se
practicaban entre los haces de los tubos nerviosos, siendo Arnemann en 1787
el primero en realizarla, aunque sin éxito, cuando trató de reparar el nervio
musculocutáneto de un perro uniéndolo con cuatro puntos de sutura a través
de la vaina externa; Flourens en 1827 comunica la reparación parcial del
nervio ciático de la gallina y Nélaton-Langière en 1863, tienen el mérito de
haber realizado la primera sutura nerviosa en el nervio mediano utilizando hilo
de plata y seda (Woolsey, 1911). En otras ocasiones, las suturas englobaban
el neurilema, recibiendo el nombre de sutura indirecta perineurótica. El
primero en aplicarla fue Baudens en 1836. El último tipo de sutura, indirecta
paraneurótica (sutura epineural) fue preconizada por Karl Hueter en 1871
y consistía en instaurar los puntos en el tejido conjuntivo de alrededor. En
la obra de Le Dentu en 1911, Nouveaux Traité de Chirurgie, aparece una
descripción simple, pero muy gráfica, de los distintos tipos de sutura.
Sin embargo, otros investigadores iniciaron líneas de actuación distintas
al uso de materiales de sutura, buscando ese método ideal que permitiera
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 59
la reparación completa del nervio lesionado. Este es el caso del rumano
Themistocles Gluck, que en 1880 preconizaba el uso de conductos para la
regeneración nerviosa (Gluck, 1880), utilizando hueso decalcificado (oseína)
para favorecer el crecimiento de los extremos nerviosos seccionados. Constant
Vanlair en 1882 introduce una variante a ese hueso, y utiliza tubos de caucho
cuyas paredes tenían 2 mm de espesor (Vanlair, 1882). Bruns, con objeto de
evitar las adherencias periféricas, enrollaba una laminilla dermoepidérmica
y Payr describe en 1900 la utilización de tubos de magnesio reabsorbibles
(Weiss, 1944). Foramitti refiere en 1904, el uso de arterias de ternera fresca o
endurecida con formol y Lotheissen empleaba tubos de gelatina endurecida
en el mismo líquido (Chalot, 1905; Woodhall, 1956). Por su parte, Kirk y Lewis
hicieron uso en 1905 de un tubo preparado con fascia muscular (Kirk, 1905)
y Murphy en 1907 recomendaba envolver el nervio en tejido aponeurótico
o muscular (Woolsey, 1911). Wrede en 1909 recurre al uso las venas del
propio paciente para puentear un defecto nervioso (Brunelli, 1994). Weiss
en 1944, realizó una revisión histórica del periodo comprendido entre 1880
hasta 1943 de los distintos materiales utilizados como tubos o guías neurales.
Estos materiales incluían hueso, arterias, venas, gelatina, fascia, grasa,
epineuro, agar, tráquea, caseína, caucho, plumas, duramadre, músculo
y otros, sin que ninguno de ellos tuviera una superioridad con respecto a otro.
Otros autores, en el intento de reparar esa discontinuidad nerviosa
tentaron nuevos métodos con mayor o menor éxito. Introducen el término
neuroplastia o técnica de la interposición de uno o dos colgajos de los troncos
nerviosos lesionados. Jean Joseph Emile Létiévant (1830-1952), eminente
cirujano francés de esta época, publica Traité des Sections Nerveuses en 1873,
y ya introduce un mapa toporegional de la anestesia incompleta, que facilita la
interpretación de las lesiones cutáneas. Había observado, que la presión sobre
el nervio mediano en el lugar de la reparación o en un punto distal de la misma,
causaba un hormigueo doloroso en los dedos. Esta observación es lo que hoy
se conoce como Signo de Tinel. En 1872 describe una técnica de reparación
nerviosa que denominó Flap nervioso, y consistía en la sección longitudinal
60 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
del extremo distal del muñón nervioso, llevándolo hacia la parte proximal,
repitiendo la misma operación a nivel del extremo proximal (Socolovsky, 2005).
Otra técnica propuesta por Létiévant, era la de suturar el extremo distal del
nervio lesionado en un nervio sano, después de haber hecho una incisión en el
nervio receptor mediante una petite surface d’avivement (Létiévant, 1873).
Los resultados fueron muy insatisfactorios. Una técnica parecida y con los
mismos resultados, fue desarrollada por Rawa en 1837 uniendo los extremos
nerviosos, lado con lado, mediante una ligadura con catgut.
Una variante de esta técnica de interposición de colgajos pero tomado
de otro tronco nervioso, fue la preconizada por Philipeaux y Vulpian en
1870, considerados los primeros en realizar con éxito un injerto nervioso. El
primer intento de reparación lo realizaron en 1863 sobre el nervio hipogloso del
perro, tratando de introducir un segmento del nervio óptico unido mediante
puntos de sutura. Al cabo de unos días, apareció supuración y tuvieron que
eliminar el injerto óptico. El 19 de mayo de 1869, volvieron a intentarlo con
un perro joven de cuatro o cinco meses de edad., pero esta vez, escindiendo
un segmento de dos centímetros de longitud del nervio hipogloso, defecto
puenteado por dos centímetros del nervio lingual del mismo lado, dando un
punto de sutura en cada extremo, para fi jarlo a los cabos libres del hipogloso.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 61
Volvieron a examinar el animal el 29 de julio, dos meses y diez días después de
la operación, y apreciaron en la zona injertada un cordón hinchado, desigual,
de al menos dos centímetros de longitud. Galvanizaron la parte central de este
nervio, y comprobaron la presencia de movimientos en el lado correspondiente
de la lengua, donde se había escindido el segmento nervioso. En los estudios
histológicos realizados postmortem, observaron que el filete nervioso estaba
formado por fibras, la mayor parte alteradas, conteniendo granulaciones de
apariencia grasa en series lineales. Pero al lado de estas fibras alteradas se
podía ver un cierto número que estaban restauradas, y tenían entre la mitad o
dos tercios del diámetro normal de las fibras nerviosas.
En otros estudios, como los de E. Albert en 1878 y Mayo-Robson
realizaron los injertos tomando un segmento de un miembro recién amputado,
y por su parte, Vogt, Kaufmann, Landerer y Mayo-Robson se valieron de
segmentos nerviosos asépticos de animales, por medios que no desvitalizaran
el nervio. El fracaso de sus resultados lo achacaron a la supuración.
Con la pretensión de conseguir el afrontamiento directo de los extremos
nerviosos seccionados, se llegaron a efectuar cirugías de alta morbilidad, como
por ejemplo, la resección de un amplio fragmento óseo para aproximar los
segmentos nerviosos como se recoge en los estudios realizados por Kenn
en 1900, Mickulicz en 1902 y Rixford en 1904, quienes procedieron a una
extensa resección del húmero para aproximar los extremos del nervio radial
dañado (Naff, 2001).
A finales del siglo XIX, aparecen dos figuras esenciales y a las que hay
que hacer una mención especial en cuanto al tema que nos ocupa, Bartolomeo
Camilo Emilio Golgi (1843-1926), postulante de la Teoría Reticular y a D.
Santiago Felipe Ramón y Cajal (1852-1934), promotor de la Doctrina de
la Neurona. En 1869, Golgi adopta La Patología Celular de Virchow como
su Biblia, y comienza a abordar la Histología. A finales de 1872 y principios del
73 Golgi relata que:
62 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
He encontrado una nueva reacción capaz de demostrar,
incluso a un ciego, la estructura intersticial de la
corteza cerebral. He dejado reaccionar el nitrato de
plata con las piezas endurecidas en dicromato potásico
y he obtenido un resultado magnífico que espero
mejorar incluso en el futuro.
Hace referencia al método que denominó “reacción negra”, en la que
el nitrato de plata tan sólo impregna unas pocas células que se tiñen de negro,
permitiendo con ello el análisis de los elementos individuales que componen
el tejido nervioso. Constató, en contra de la opinión de la época, que los
cilindroejes tenían una serie de ramificaciones secundarias, que daban lugar
a un complejo sistema de subdivisiones que se distribuían a través de toda la
materia gris. La relación que estas ramificaciones establecen con las células del
tejido intersticial le llevó a pensar que podían jugar un papel en la nutrición
de las células nerviosas, por lo que enunció la doctrina de la red nerviosa
difusa. En ella, la unidad de acción en el sistema nervioso central requería la
continuidad física entre las células nerviosas, doctrina que influenciaría todo el
trabajo histológico de Golgi. Esta teoría tenía un gran reconocimiento en Italia,
pero en el exterior encontraba oposición y escepticismo, porque no podía dar
sentido coherente a las conexiones entre fibras y células nerviosas. Fueron
Nansen, His y Forel los que formularon al mismo tiempo el concepto de las
células nerviosas como unidades independientes, en contra de la teoría de la
red difusa (Fernández Santarén, 2006).
Paralelamente, se estaba escribiendo la historia de D. Santiago Ramón
y Cajal. En la época de estudiante, Cajal también tuvo acceso a la obra de
Virchow, que seguía los pasos de Theodor Schwann, para quien la célula
era la unidad básica de todo organismo vivo. Se doctoró en 1877, y fue
cuando presentó ante sus ojos las primeras preparaciones microscópicas,
preparaciones que le fascinaron. Montó un pequeño laboratorio micrográfico
en un desván con unos pocos reactivos, y su primer microscopio, un Verik,
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 63
lo compró a plazos en Madrid. Con materiales tan rudimentarios comenzó
sus primeros estudios, no sin antes, suscribirse a varias revistas científicas.
Como guía, utilizó el tratado La Técnica Histológica de Ranvier, siempre a
su lado para dirigir sus investigaciones. Consciente de sus limitaciones, se vio
obligado a suscribirse a más revistas histológicas, incluso alemanas. En 1879
fue nombrado por oposición Director de Museos Anatómicos de la Facultad de
Medicina de Zaragoza, lo que determinaría su futura carrera científica. En 1884
Cajal ganó la plaza de Catedrático en Valencia, y con objeto de complementar
sus ingresos, comenzó a impartir clases de Histología Normal y Patológica
fuera de la Facultad, asegurando así la marcha financiera de su laboratorio;
Compró, incluso, un microtomo automático (hasta entonces utilizaba una
navaja barbera). Publicó su primera gran obra extensa, Manual de histología
y Técnica micrográfica entre 1884 y 1886. Fue tal el éxito alcanzado, que
le dio ánimo para medir sus fuerzas con los investigadores extranjeros: Sólo
luchando con los fuertes se gana en fuerza, es lo que se decía y se repetía a
sí mismo. Y llegó el gran momento. Se dispuso a estudiar el sistema nervioso,
utilizando como guías los libros de Theodor Meynert y Gustav Schwalbe,
aunque los recursos técnicos de los que disponía no eran los más adecuados.
En 1887 Cajal se traslada a Barcelona para hacerse cargo de la Cátedra de
Histología Normal y Patológica, plaza que le ofrecía facilidades para desarrollar
su trabajo de laboratorio e investigación. De la mano del neurólogo valenciano
Luis Simarro, Cajal comenzó a estudiar en 1888 el sistema nervioso,
utilizando el método de Golgi. Quedó impresionado por los resultados de las
preparaciones que le mostró Simarro, aunque la técnica era muy insegura, algo
que pudo corroborar al aplicar la impregnación argéntica de Golgi a todo el
sistema nervioso. Esto le supuso el principio de la enemistad de su inventor
durante toda su vida. Perfeccionó el método de tinción, al que llamó proceder
de doble impregnación, pero la idea que le granjeó mayor éxito fue la de
utilizar embriones en lugar de animales adultos, y elegir cuidadosamente la
fase de desarrollo embrionario, ya que el tejido tenía que teñirse y estudiarse
antes de que los axones se rodearan de mielina. Estudió el cerebelo de pájaros
y mamíferos, y descubrió la forma en que terminaban los axones de las células
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de cesta y las fibras musgosas (Ramón y Cajal, 1899). Pudo observar el axón
de los granos con sus fibras paralelas, siendo capaz de seguir el curso de dichas
fibras que ascendían a la capa molecular, donde seguidamente, se dividían en
ángulo recto. Este hallazgo de las fibras trepadoras fue trascendental, puesto
que era la prueba concluyente de la individualidad de la célula nerviosa, y de
la transmisión del impulso nervioso por contacto. Este mismo año, describió la
Ley del contacto pericelular del sistema nervioso, fundamento de la Doctrina
Neuronal. Y aquí comenzó el gran enfrentamiento con Golgi, el gran valedor de
la Teoría Reticular, en la que todas las fibras del sistema nervioso se unían en
la sustancia gris del cerebro constituyendo una red difusa continua (Ramón y
Cajal, 1952). Cajal no admitía la existencia de esta red y se preguntaba: ¿Cómo
se transmite el impulso nervioso?; Gracias a sus grandes cualidades de
interpretación, comprendió mediante la observación de las cestas terminales,
que en la sustancia gris hay vías de conducción específicamente determinadas.
Esta conclusión, que él llamó Ley de transmisión del impulso nervioso por
contacto, la confirmó en los estudios paralelos que llevaba a cabo en la retina,
los centros ópticos y la médula espinal.
La irrupción internacional de Cajal tuvo lugar en el Congreso de Berlín
de 1889. Despertó interés y curiosidad a su llegada entre aquellos hombres de
ciencia que por primera vez veían a un español entregado a la investigación
científica. No hablaba alemán, y logró que Albert Kölliker, director del
Congreso, y el histólogo más importante de la época, pusiese un ojo en las
preparaciones que había presentado en el congreso. Quedó entusiasmado con
lo que veía, y de inmediato, de la mano de Kölliker, se convirtió en la estrella
del Congreso. Allí conoció a Retzius, His, Waldeyer, van Gehuchten, todos
ellos eminencias europeas que se rindieron ante la evidencia y le mostraron
la más sincera felicitación por lo que estaban viendo (Fernández Santarén,
2006).
Siguió descifrando enigmas que no encontraban solución en la
comunidad científica internacional.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 65
¿Cómo es posible que los axones se unan, sin desviarse, con las
neuronas motoras de los músculos y de las glándulas? Cajal demostró que la
célula nerviosa primitiva empieza por emitir el axón, y sólo en época ulterior
produce las dendritas y colaterales.
¿Por qué las células y fi bras siguen direcciones prefi jadas, y establecen
conexiones que hacen que todo resulte una unidad funcional con milagrosa
precisión? Cajal formuló en 1892 la Teoría Neurotrópica.
¿Qué dirección toma el impulso nervioso en el interior de la neurona?,
¿se propaga como el sonido, como la luz en todas direcciones, o marcha en un
solo sentido? Cajal enunció en 1890 La Teoría de la Polarización Dinámica
(Ramón y Cajal, 1889).
66 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Estuvo diez años recopilando todos sus estudios acerca de la estructura
del sistema nervioso de los vertebrados, y los plasmó en su gran libro, La
textura del sistema nervioso del hombre y de los vertebrados en 1904.
En 1905, Cajal publica sus Estudios sobre la degeneración y
regeneración del Sistema Nervioso, demostrando que la regeneración de las
fibras nerviosas se debía al crecimiento de la sección proximal del cilindroeje,
utilizando para ello una nueva técnica de tinción: el nitrato de plata reducido.
Por todas estas aportaciones, y por toda una vida dedicada a la
investigación del sistema nervioso, Cajal y Golgi recibieron el Premio Nobel
de Fisiología y Medicina en 1906, no exento de polémica, ya que mientras
Golgi recibía su premio defendía la Teoría Reticular, y cuando Cajal recibió el
suyo, criticaba la teoría de Golgi y defendió la Teoría Neuronal. El tiempo dio
la razón a D. Santiago.
Pido perdón a D. Santiago por la brevedad de mi reseña en este discurso,
de su vida y de su obra.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 67
CUARTA ÉPOCA
El impulso definitivo a la reparación quirúrgica de los extremos de
un nervio periférico seccionado lo dieron las Guerras. No había necesidad de
animales de experimentación, puesto que la cantidad de soldados heridos eran
mayores que los que se podían tratar. Ya lo dijo Hieronymous Brunschwig
(ca. 1450-ca. 1512) hace más de 500 años (Dowdy, 2014):
La sangre de los guerreros antiguos y modernos
derramada en los campos de batalla de la historia,
ha demostrado ser un terreno muy fértil, no solo para
el desarrollo de la neurocirugía, sino para toda la
medicina.
Fue en la Guerra de Secesión Americana, donde Silas Weir Mitchell
(1829-1914), medico y cirujano norteamericano, trabajó en Filadelfia con un
número muy importante de heridos por arma de fuego, investigando las lesiones
de los nervios periféricos producidas por dichas armas, y logró determinar la
evolución de las lesiones, estableciendo el porcentaje de mejorías o curaciones
espontáneas esperadas. No fue el impulsor de ninguna técnica concreta de
reparación, pero sus trabajos e investigaciones fueron la base de futuros
tratamientos (Socolovsky, 2005). En 1872, publica su libro sobre su trabajo en
la Guerra Americana (Mitchell, 1872).
Y así, llegamos a la Primera Guerra Mundial (1914-1918), La Gran
Guerra, en la que durante los cuatro años de conflicto el número de heridos
de todos los contendientes fue inmenso. Las heridas de los nervios periféricos
aumentaban exponencialmente a medida que avanzaba la contienda. Fue G.
Carl Huber (1865-1934) el cirujano americano encargado del tratamiento
y coordinación de las lesiones nerviosas periféricas de los combatientes del
otro lado del océano Atlántico. Para cubrir los déficits de tejido de un nervio
utilizó autoinjertos, homoinjertos de cadáveres, y heteroinjertos de animales,
68 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
llegando a la conclusión que los primeros, eran los que presentaban los mejores
resultados. Debido a los problemas de rechazo por la falta de conocimientos
del fenómeno de la histocompatibilidad, la falta de preparación quirúrgica, y el
elevado número de infecciones, los resultados fueron bastante decepcionantes.
A través de sus investigaciones llegó a establecer el principio simple de la
regeneración nerviosa (Hanigan, 2010)
La regeneración del extremo periférico es el resultado
de un sobrecrecimiento o crecimiento hacia fuera de
nuevos axones a partir del muñón central, juntándose
los ejes y siguiendo los caminos de menor resistencia.
Discípulo de Huber fue Byron Stookey (1887-1966), que se trasladó
al frente europeo para trabajar en primera línea con los heridos. Gracias a este
trabajo, logró desterrar la idea muy extendida en la época del Flap Nervioso
propuesto por Létiévant. Otro destacado colaborador de Huber fue Charles
Elsberg (1871-1948), que estableció la necesidad de seccionar los neuromas
de amputación hasta encontrar fibras sanas y realizar la sutura desde el
perineuro para disminuir la fibrosis. Una de sus grandes contribuciones a la
cirugía de los nervios periféricos, es la postulación del axioma o principio
básico de cualquier reparación de lesión de un nervio periférico: la ausencia
total de tensión a nivel de la sutura.
En las líneas francesas, destacó con nombre propio Henri Delagénière
(1858-1930), que al disponer de una gran cantidad de pacientes, llegó a
determinar que la reinervación sólo era posible si no existía separación entre
los extremos nerviosos.
En el transcurso de la Primera Guerra Mundial se fundó el Peripheral
Nerve Registre para estudiar estadísticas, lesiones, métodos de reparación y
su evolución. Una gran parte del estudio se perdió, por lo que el proyecto fue
abandonado de una forma definitiva.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 69
Fue como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial cuando se
sientan las bases terapéuticas de la reparación de los nervios periféricos, se
actualizan algunas de las técnicas descritas en la Gran Guerra, y se pierden
en el olvido otras que habían sido gravemente perjudiciales. En este escenario
resalta la figura del coronel Roy Glenwood Spurling (1894-1968) que
jugó un papel muy decisivo en la fundación de la Asociación Americana de
Cirujanos Neurólogos en 1931. Durante la guerra, destacó en el tratamiento
de las lesiones de los nervios periféricos, así como en las afecciones del disco
intervertebral cervical. Como es lógico, se disparó la casuística de las lesiones
nerviosas, y en 1956, publicó una monografía Neurosurgical implications
in Peripherals nerve injury, bajo la dirección de Barnes Woodhall (1905-
1984), basada en los estudios de la Veterans Administration.
Otra de las figuras de este periodo fue Sterling Bunnell (1882-1957),
considerado como el padre de la cirugía de la mano, trabajó con un equipo de
neurólogos en Francia durante la Primera Guerra Mundial y una vez finalizada,
como cirujano general, con especial interés en la cirugía de la mano. Antes del
inicio de la Segunda Guerra realizó multitud de publicaciones en este campo.
Cuando comenzó este conflicto, su amigo y ortopedista, el General Mayor Dr.
Norman T. Kirk fue nombrado por el Presidente de EEUU como Jefe de los
Servicios Médicos de la Armada y en 1944 pidió a Bunnell que le ayudara. Se
decidió establecer nueve centros de tratamiento en EEUU y varios centros en
Europa y Asia, todos ellos supervisados por Kirk y dirigidos por Bunnell, quien
nombró un director por cada centro. En 1946, el conjunto de todos ellos, da
lugar a la fundación de la Sociedad Americana de Cirugía de la Mano. Fue en
el ejército donde Bunnell hizo la diferencia entre cirujano general y cirujano
regional, al que él llamaba cirujano de la mano. Toda su experiencia quedó
plasmada en 1944 en su libro Surgery of the Hand (Fernández, 2005; Bunnell,
1951).
En las líneas británicas, destacó con nombre propio Sir Herbert
Seddon (1903-1977). Su título de Sir le fue otorgado por la propia Reina Isabel
70 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
II de Inglaterra, por su excelente trayectoria profesional. Tardó treinta años
en publicar Surgical Disorders of the Peripheral Nerves, obra clásica en
la cirugía nerviosa. Divulgó en 1943 la universalmente utilizada clasificación
de las lesiones de los nervios periféricos, y basándose en los trabajos clínicos
y de investigación de Huber, realiza en 1947, las primeras reparaciones con
injertos nerviosos autólogos con éxito (Seddon, 1947). En el mismo bando,
pero al otro lado del mundo, el australiano Sir Sydney Sunderland (1910-
1993), es el máximo exponente de la cirugía nerviosa en este periodo. La
casualidad es una aliada fiel de la ciencia, y quiso dar su apoyo a Sunderland.
Los heridos australianos eran repatriados, transcurriendo mucho tiempo desde
que se producía la lesión hasta que eran atendidos en Australia. Durante este
periodo, algunos soldados recuperaban espontáneamente parte o la totalidad
de la función perdida. Analizando fríamente estos sucesos, llegó a determinar
que había que esperar un tiempo antes de practicar la cirugía nerviosa. Este
concepto, chocó frontalmente con la idea que se tenía en esa época, y que era
la de intervenir lo más rápidamente posible para reparar la lesión nerviosa.
Actualmente, es uno de los principios básicos de la cirugía periférica. En 1951,
introduce una clasificación más detallada de las lesiones nerviosas, basada
en los estudios histopatológicos de los diferentes componentes del nervio
periférico, ya que en la práctica clínica, las lesiones nerviosas son a menudo de
características mixtas, y no siempre se podían encuadrar en la clasificación de
Seddon. En 1968, vio la luz una de las obras contemporáneas más importantes
en esta materia Nerves and Nerve Injuries y en 1991, la complementó con
Nerve Injuries and Their Repair. Dedicó toda su vida al estudio del Sistema
Nervioso Periférico.
No podemos dejar de mencionar, y muy especialmente por los largos
años de investigación de los factores de crecimiento nervioso, y por ser la única
figura femenina que se menciona en toda esta historia, a Rita Levi-Montalcini
(1909-2012). Mujer de carácter, muy comprometida con su trabajo, tuvo que
sortear muchas dificultades a lo largo de su vida, haber nacido en Turín en la
época Victoriana y ser judía sefardita en pleno fascismo.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 71
Se especializó en Neurología y Psiquiatría, e inició sus investigaciones en su
Turín natal para continuar posteriormente en Florencia. En 1947, recibió una
invitación del bioquímico Viktor Hamburger para realizar una estancia de
investigación de seis meses en la Universidad de Washington de Saint Louis.
Sus experimentos iban encaminados al estudio de los mecanismos reguladores
que controlan el desarrollo y diferenciación de las células nerviosas motoras
y sensitivas en los embriones de pollo. Finalmente, su corta estancia de seis
meses, se prolongó treinta años. En poco tiempo, observó grandes diferencias
en segmentos de embriones impregnados de plata, fi jados entre el tercer
y el séptimo día de incubación, donde las células nerviosas de las vesículas
cerebrales y de la médula espinal se destacaban claramente. Se centró en la
médula espinal, y comparó no sólo segmentos distintos, sino el mismo segmento
de embriones fi jados con intervalos de un día y también, de horas, observando
grandes diferencias. Se producía una migración de células que se iniciaba el
cuarto día de incubación y terminaba el sexto. El proceso tenía varias fases, y en
72 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
todas ellas se demostraba que las células estaban programadas genéticamente
y que tenían una individualidad. En 1950, siguiendo los experimentos de Elmer
Bueker, injertó fragmentos de tejido neoplásico de roedores, concretamente
los sarcomas 180 y 37 y pudo constatar, cómo una gran cantidad de haces
de fibras nerviosas procedentes en su mayoría de los ganglios simpáticos de
las cadenas paravertebrales, y de los ganglios prevertebrales, invadían las
masas tumorales y también las vísceras. Con estos resultados, y con otros
de innumerables experimentos, Rita formuló una hipótesis, que a la larga se
convertiría en axioma: tiene que haber un agente secretado por las células
neoplásicas que se transmite por vía humoral y es capaz de estimular el
desarrollo de las células nerviosas y el crecimiento anormal de sus fibras.
Comenzó llamándole Nerve Growth Promonting Agent, pero no sabía cómo
demostrar su existencia.
Durante el invierno de 1953, conoció a Stanley Cohen, joven bioquímico
que iba a colaborar con ellos en el estudio químico del factor de crecimiento
secretado por los tumores S180 y S37. En cultivos in vitro pudo comprobar
que los tumores y sus extractos, añadidos al medio de cultivo, provocaban el
crecimiento de las fibras nerviosas de los ganglios sensitivos y simpáticos. Este
era el material con el que Cohen trabajaba para poder aislar una sustancia
nucleoproteica relacionada con la actividad biológica de los tumores: el Nerve
Growth Factor (NGF). Las fuentes de las que obtenían este NGF eran, además
de los tumores, el veneno de serpiente y las glándulas salivares del ratón. En
1959, presentaron los resultados de sus experimentos en un simposium sobre
Los Fundamentos Químicos del Desarrollo, y por primera vez, reconocían el
alcance de sus descubrimientos. En 1986, << por sus descubrimientos de
los factores de crecimiento>>, fueron galardonados con el Premio Nobel de
Medicina.
Una vez finalizada la guerra, todas las técnicas de reparación que
se utilizaron en la misma se emplearon como plataforma para que otros
investigadores siguieran profundizando en su desarrollo. Y bien que lo hicieron.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 73
Gracias a la introducción del microscopio quirúrgico, las formas de coaptación
cambiaron radicalmente, y se conseguía afrontar con precisión los extremos
nerviosos lesionados. Surge así la gran figura de Hanno Millesi (1927- ) en
Austria, que desarrolló las técnicas más avanzadas de reparación del sistema
nervioso periférico. Se le considera el padre de la microcirugía nerviosa, y fue
pionero en el abordaje de las lesiones del plexo braquial, con unas técnicas
desconocidas hasta la fecha. Trabajó intensamente en la reparación nerviosa
con grandes pérdidas de sustancia, utilizando injertos autólogos para evitar
la tensión entre los cabos lesionados. Si la pérdida de sustancia es pequeña,
los extremos nerviosos pueden movilizarse y reaproximarse de forma directa,
pero si el defecto es mayor de 2 - 2,5 cm, debe usarse un injerto interpuesto
(Millesi, 1986, 1991, Terzis, 1997).
Generalmente, el nervio sensitivo periférico es el donante, aunque
el nervio lesionado sea motor. Los más frecuentemente usados en la clínica,
son por este orden, el nervio sural, el nervio cutáneo antebraquial medio, el
nervio cutáneo femoral lateral, el nervio cutáneo antebraquial dorsal, el nervio
cutáneo antebraquial lateral, el nervio radial superficial y el nervio safeno. El
diámetro del nervio donante debe ser algo mayor o igual al del receptor, y
la longitud, al menos, un 10 % mayor que la distancia que queda entre los
dos extremos del nervio seccionado en la posición neutra, respecto a las dos
articulaciones adyacentes (Millesi, 1991), de manera que permanezca como
una “S perezosa” entre los extremos del nervio afectado (Carroll, 1994).
Estos son algunos de los conceptos básicos introducidos por Millesi,
aunque la lista es mucho más amplia. Otro aspecto en el que destacó fue en
la formación de grandes cirujanos. En Europa, la generación moderna en el
campo de la microcirugía de los Nervios Periféricos y Plexo Braquial es liderada
por Hanno Millesi en Viena, continuando los trabajos previos realizados
por Albert. A Viena acude el Dr. Santos Palazzi, enviado por su padre,
cirujano ortopedista de gran prestigio en Barcelona, donde se especializa en
el tratamiento del Plexo Braquial, pionero en la aplicación de estas técnicas
74 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
en España. En la Clínica Universitaria de Navarra, el colaborador del Dr.
Cañadell, el Dr. Higinio Ayala, comienza a trabajar también en este campo,
siendo el responsable de la celebración de los primeros cursos en España de
microcirugía del Nervio Periférico y del Plexo Braquial,
Años más tarde, en la Universidad de Lund (Suecia), Goran
Lundborg desarrolla una inmensa labor en la investigación experimental
sobre las neuropatías del Nervio Periférico, acudiendo al Congreso de la
SECMA celebrado en Pamplona en el año 2003, para presentar sus trabajos de
investigación. También acuden representantes de la gran Escuela Francesa,
entre los que destacamos a Guy Foucher, Michel Merle y Alain Gilbert,
este último, una autoridad mundial indiscutible en Plexo Braquial Obstétrico.
En este campo también ha destacado el milanés Piero Raimondi, que ha
acudido frecuentemente a muchas actividades científicas en nuestro país.
En la década de los 80, se incorpora la microcirugía de los Nervios
Periféricos al tratamiento de las lesiones traumáticas debidas a las lesiones de
trabajo, destacando los Hospitales de las Mutuas de Accidentes de Trabajo de
Sabadell (Dr. Pi Folguera), Zaragoza (Dr. Pedro Marquina) y ASEPEYO
de Madrid (Dr. Carlos Irisarri). Desde esta época se han celebrado múltiples
cursos de microcirugía, vigentes en la actualidad. El primer curso celebrado en
España, fue el impartido en 1978 por el coreano Sun Lee en Madrid. Predicaba
en sus charlas la necesidad de que el cirujano llevara una vida sana para que
las intervenciones tuvieran éxito: alimentación equilibrada, nada de alcohol y,
por supuesto, no fumar. La anécdota surgió en el almuerzo, después de haber
impartido las excelencias de la vida saludable, comió y bebió como el que más,
se fumó un hermoso puro y, acto seguido, en el laboratorio experimental, realizó
en una rata Wistar, una anastomosis porta-cava en ¡¡¡¡12 minutos!!!!! Increíble. A
partir de estas primeras experiencias, surgen de una forma reglada y definida,
los Laboratorios de Cirugía Experimental en los que la figura del Veterinario
es indispensable.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 75
Mientras la Medicina avanzaba con paso firme en todas las disciplinas,
la Veterinaria se había quedado estancada después de la publicación de la obra
de Ruini. Esta Anatomía del Cavallo marcó una época que, lamentablemente,
no se supo aprovechar, o bien, no se pudo continuar. La Veterinaria, Albeitería
o Hipiatría de estos momentos era, digamoslo benévolamente, un acto de
fe, exenta de conocimientos científicos y basada casi siempre en aspectos
religiosos e incluso mágicos. No había un método científico que permitiera
llegar a un diagnóstico claro de las enfermedades. No fue hasta el siglo XVII,
cuando aparecen los primeros escritos sobre Hipiatría a cargo de Jacques de
Solleysel (1617-1680), burgués de Saint-Étienne, que fundó una Escuela de
Equitación para Nobles, en la que impartió conocimientos sobre tratamientos
veterinarios sin tener en cuenta a los hipiatras de la época. Publica en 1664
Le Parfait Maréchal, edición que trata principalmente sobre la medicina
y cirugía del caballo. Con su Escuela y con su Libro reformó la Hipiatría,
estableciendo la investigación meticulosa y el sentido común, dignificando el
oficio y defendiendo el respeto hacia el arte veterinario (León Arenas, 2011),
que se habían perdido mucho tiempo atrás.
No podemos olvidarnos de Claude Bourgelat (1712-1779), Caballerizo
del Rey y Director de la Academia de Equitación de Lyon, en la que la aristocracia
se instruía, entre otras cosas, en el arte ecuestre. Introdujo una escuela de
herrería para que sus alumnos aprendieran a herrar bien a los caballos y a
curar las enfermedades de los cascos. Su gran proyecto, era crear un centro en
el que los futuros hipiatras estudiaran para poder curar las enfermedades de
los équidos. Esto lo logra en 1761 al inaugurar la L’École Vétérinaire de Lyon
y ser nombrado Director de la misma. ¡La primera Facultad de Veterinaria del
Mundo! La semilla estaba plantada y germinó rápidamente, tan rápidamente
que cuatro años más tarde se fundó L’École Vétérinaire d’Alfort. Los primeros
textos utilizados, tanto en Lyon como en Alfort, fueron distintas ediciones de
L’art vétérinaire ou médecine des animaux, siendo la primera en 1761 y
la segunda en 1767, estableciendo así el primer sistema de enseñanza de la
veterinaria.
76 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Esta ingente labor fue continuada por Philippe-Étienne Lafosse
(1738-1820), hijo de Étienne Guillaume Lafosse, uno de los primeros
doctores en medicina equina que contribuyó a reconocer la medicina
veterinaria como una ciencia. Paralelamente a sus estudios de medicina,
practicaba numerosas disecciones de cadáveres de caballos, alcanzando
una gran maestría en las mismas. En 1767 crea un Anfiteatro donde enseña
de forma gratuita anatomía del caballo y las patologías equinas. Trataba de
rivalizar con Bourgelat y su Escuela Veterinaria, pero en 1770 no tenía más
que unos pocos alumnos. En 1772 publica Le Cours d’Hippiatrique, en el
que pone en evidencia los errores cometidos por Bourgelat en sus libros, tiene
un gran valor médico y anatómico, acreditado por las numerosas figuras que
encontramos en su interior. Fue un enemigo manifiesto de Bourgelat y de sus
Escuelas de Veterinaria, con un espíritu crítico que no cesó ni con la muerte
del Caballerizo del Rey.
La Medicina y la Cirugía Veterinaria avanzaban muy lentamente y no
al ritmo que las necesidades lo requerían. La actividad veterinaria durante
el siglo XIX se centró principalmente, en los campos de la Microbiología y la
Parasitología debido a las grandes epidemias que asolaron Europa en este
periodo. Dentro de la Microbiología destacamos a Toussaint (1847-1890)
por lograr la inmunidad anticarbuncosa, Pierre Victor Galtier (1846-1908)
por descubrir la inmunidad antirrábica en animales de laboratorio antes
que Pasteur, Daniel Elmer Salmon (1850-1914) y Theobald Smith, por
evidenciar las salmonellas, Edmundo Nocard (1850-1903), por identificar
el agente responsable de la perineumonía contagiosa bovina y Gastón
Ramón (1886-1963), descubridor de las vacunas asociadas y Director del
Instituto Pasteur. ¡Un Veterinario! En el terreno de la Parasitología Edoardo
Perroncito (1847-1936), descubridor del ciclo evolutivo y de la terapia contra
el Ancylostoma duodenalis en humanos, Griffith Evans (1835-1935) por
descubrir la etiología de la Surra o Tripanosomiasis equina, Frederick L.
Kilborne junto al médico Theobald Smith, determinaron que las garrapatas
eran los vectores de la babesiosis (León Arenas, 2011).
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 77
En esta misma época se formaron tándems entre Veterinarios y
Médicos, o Médicos y Veterinarios, como Guerin y Calmette, descubridores
de la vacuna antituberculosa (BGC), aún en uso con ligeras modificaciones, y
los ya citados Kilborne–Smith y Salmon -Smith. Esto será el germen de la
futura e íntima relación entre las dos Ciencias de la Salud, relación que como
ya mencionamos anteriormente, se vio fraguada con la creación de los Centros
de Cirugía Experimental. Así se inaugura en 1995 el Centro de Cirugía de
Mínima Invasión (CCMIJU) dirigido por el Dr. Jesús Usón Gargallo,
aunque las primeras gestiones para la creación del Centro se remontan al año
1986. En el año 2007 el Dr. Usón pasa a ser el Presidente de Honor de la
Fundación. Está gestionado por un Consorcio, integrado por La Universidad,
la Diputación Provincial de Cáceres y la Junta de Extremadura.
En 1993 se crea en La Coruña la Unidad de Cirugía Experimental,
dirigida por el Dr. Alberto Centeno Cortés. En 2009 pasa a denominarse
Centro Tecnológico de Formación (CTF), gestionado por la Fundación
Profesor Novoa Santos.
Ambos Centros, son referentes nacionales en la formación de
profesionales de la salud mediante el aprendizaje, basados en la simulación para
garantizar la calidad asistencial y la seguridad del paciente. Baste recordar, a
título anecdótico, que la última adquisición del CTF fue la de “diez” microscopios
quirúrgicos con doble pantalla de alta resolución para la formación de Médicos
y Veterinarios. También disponen de animalarios de grandes y pequeños
animales, utilizados en técnicas experimentales, cuyos proyectos, deben pasar
por las Comisiones Éticas de cada Comunidad para que puedan ser aprobados.
Mucho camino nos falta por recorrer, en el que la cooperación entre los
distintos investigadores de la ciencia es imprescindible. Es difícil encontrar una
Universidad norteamericana de élite en la que no hayan creado una Cátedra
o incluso un Instituto entero de neuroingeniería o neurotecnología. Con
dedicación, esfuerzo, humildad, trabajo y mucho amor por nuestra profesión
podremos lograr escribir un trocito más de historia. Pero sólo si queremos.
78 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
TIPOS O GRADOS DE LESIÓN
Los principios que deben guiar el tratamiento de cualquier caso
particular de lesión de un nervio periférico tienen su origen en la extensa
información relativa a los procesos patológicos que afectan a los nervios
lesionados, los cambios producidos en los tejidos denervados, la forma y el
grado en que se alteran los procesos fisiológicos normales y los diversos
factores que influyen en el curso de la regeneración y calidad de recuperación
que sigue a la reinervación (Highet, 1954). Por todo ello, antes de iniciar el
tratamiento, debe conocerse perfectamente el grado lesional que afecta
al nervio o nervios lesionados, teniendo en cuenta que los daños en estos
pueden ser resultado de compresión, aplastamiento, estiramiento, laceración,
sección completa o secundario a eventos traumáticos. La sintomatología de las
neuropatías periféricas va a ser muy variable según el nervio afectado, aunque
aparezcan síntomas a nivel motor (parálisis), sensitivo (anestesia) y trófico
(atrofia).
El segundo parámetro, es la sensibilidad del área cutánea inervada por
el nervio presuntamente seccionado. Para ello, el Examen Neurológico es
primordial, en el que el examen físico completo es parte del mismo (Bunnell,
1951). En esta valoración de la sensibilidad podemos distinguir una zona
autónoma (insensible después de la sección nerviosa) y una zona intermedia
(la sensibilidad se va recuperando paulatinamente). Deben valorarse los
trastornos tróficos y vasomotores resultantes (Bojrab, 1993); La piel se vuelve
lisa y brillante, con ausencia de elasticidad y formación de úlceras, el pelo
desaparece total o parcialmente, y en las uñas aparecen surcos, volviéndose
frágiles y quebradizas. Una vez completada la historia clínica, deben aplicarse
las pruebas electrodiagnósticas correspondientes para evaluar directamente el
sistema neuromuscular.
El correcto funcionamiento de los nervios periféricos requiere la
concurrencia de dos elementos básicos: una perfecta conexión anatómica
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 79
y fi siológica de los cuerpos celulares del Sistema Nervioso Central, y un
adecuado aporte de oxígeno a través del sistema vascular intraneural. Según el
grado de afectación de los componentes del axón, se utiliza universalmente la
clasifi cación de Seddon de 1943, modifi cada años más tarde por Sunderland en
1961 para etiquetar las situaciones intermedias y que contempla cinco grados.
Posteriormente, Mackinon y cols. en 1988 incluyen un sexto tipo o patrón
mixto.
Clasifi cación anatomoclínica de las lesiones de los nervios periféricos.
Neurapraxia o Lesión de Grado I. Es la lesión más leve y representa
sólo una interrupción temporal de la función. Hay una desmielinización
segmentaria con ausencia de degeneración waleriana, manteniéndose íntegros
mixto.
Sunderland/ Mackinnon Seddon Lesión Evolución Tratamiento
I Neurapraxia
Pérdida focal de la vaina de mielina.
No atrofia muscular
Completa Conservador
II Axonotmesis Disrupción de
vaina de mielina y axón
Completa Conservador
III
Axón y endonero lesionados.
Degeneración waleriana. Fibrosis
intrafascicular
Lenta e imperfecta Conservador
IV Sólo epineuro
intacto. Fibrosis intra y perineural
Regeneración espontánea incompleta. Neuroma
Quirúrgico
V Neurotmesis
Sección total del nervio.
Degeneración waleriana completa
Regeneración espontánea imposible
Quirúrgico
VI Combinación de las anteriores Impredecible Variable
80 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
el axón y las cubiertas conjuntivas. La interrupción de la conducción motora
que se produce (por su mayor contenido en mielina), es debida a una isquemia
transitoria del nervio, siendo la recuperación, espontánea. Las causas de esta
lesión son contusiones u otros trastornos en la irrigación del nervio. La función
volverá a la normalidad si la circulación retorna dentro de un plazo de seis
horas. Periodos más prolongados, producirán edemas epi y endoneurales y,
eventualmente, axonotmesis. Clínicamente, se produce una alteración motora
que puede ir desde una simple paresia hasta una parálisis, recuperándose por
completo en un plazo dependiente de la longitud del nervio dañado.
Fibra nerviosa normal (A), Neurapraxia (B) y Axonotmesis (C)
Axonotmesis o Lesión de Grado II. Se caracteriza por una
interrupción del axón y de la vaina de mielina (degeneración waleriana distal),
conservando la integridad del endoneuro, perineuro y epineuro. Clínicamente
se traduce en una parálisis motora total, acompañada de una pérdida de la
función sensitiva y simpática, con atrofi a de los músculos denervados. La
recuperación motora y sensitiva es completa en un plazo que depende de la
extensión de la lesión, y la distancia existente hasta los órganos denervados.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 81
Lesión de Grado III. Está afectado el axón, la vaina de mielina y
el endoneuro, manteniéndose íntegros el peri y epineuro. Clínicamente se
produce una parálisis motora completa, con pérdida de la función sensitiva y
simpático-vegetativa.
Lesión de Grado III (D), Grado IV (E) y Neurotmesis (F)
Lesión de Grado IV. Se produce una destrucción casi completa del
nervio, conservando únicamente el epineuro. Intraneuralmente se produce una
fi brosis que impide la regeneración axonal, por lo que será necesario abordar
quirúrgicamente la lesión.
Neurotmesis o lesión de Grado V. Es la sección completa del tronco
nervioso, el daño más grave, en la que el fl ujo axonoplásmico se interrumpe y
los segmentos distales sufren degeneración axónica y mielínica. No puede
haber recuperación espontánea, y se produce la pérdida total de la función
motora, sensitiva y simpático-vegetativa.
82 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Mackinnon y cols. (1988) propusieron la Lesión de Grado VI, en
la que el grado de afectación fascicular es variable, pudiendo haber, incluso,
alguno indemne. Lógicamente, la recuperación dependerá del grado lesional
de los fascículos.
TRATAMIENTO
Una vez conocido el tipo de lesión anatomoclínica de los nervios
periféricos puede abordarse el tratamiento más apropiado para restaurar su
función, distinguiendo un tratamiento conservador y un tratamiento quirúrgico.
Tratamiento conservador. Se realiza con medicación y ejercicios de
rehabilitación, y debe aplicarse a los casos de neurapraxia y axonotmesis, en los
que la recuperación espontánea del nervio suele ser la norma. En los animales,
para evitar la automutilación, las extremidades afectadas deben ser protegidas,
debido a la insensibilización o anestesia durante el periodo de reinervación.
La terapia física del órgano efector (músculos, tendones, y articulación de
la extremidad afectada) mediante aplicación de calor, masaje muscular,
estiramiento tendinoso y rango de movimientos pasivos se recomienda hasta
que haya signos de reinervación (en general 3 a 6 meses, Fossum, 2004).
Es necesario, al mismo tiempo, administrar fármacos, siendo
imprescindibles los productos antiinflamatorios, pues al disminuir la reacción
inflamatoria traumática, consecuente con la lesión, disminuyen la aparición
de fibrosis cicatrizal, que puede interferir en el proceso espontáneo de la
regeneración nerviosa.
Durante este proceso de recuperación, también pueden utilizarse férulas
fijas o móviles para evitar posturas viciosas o elongaciones tenomusculares,
durante un periodo mínimo de tres meses.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 83
Tratamiento quirúrgico. Cuando se produce una lesión de los
nervios periféricos, los axones tienen poder de regeneración propio, gracias
al crecimiento activo de los extremos proximales de los mismos. Por ello,
la reinervación distal de la musculatura y de los órganos receptores de la
sensibilidad es posible, siempre que no existan obstáculos en el crecimiento de
los cilindroejes. Para que este crecimiento nervioso sea efectivo, se necesitan
unas vías que conduzcan el tejido neoformado hasta las terminaciones distales
sensitivas y motoras. De no existir estas vías de conducción, el crecimiento
axonal sería desordenado e inefectivo, dando lugar a la formación de neuromas.
Estos neuromas o abultamientos en el muñón proximal, se caracterizan por
una proliferación del tejido conjuntivo intra y extraneural (Friedman, 2009).
La consecuencia de este proceso es el déficit motor o sensorial, o ambos, en el
territorio inervado por el nervio en particular. En el extremo distal se produce
generalmente un glioma, pero sin proliferación de axones. Los neuromas se
presentan después de una sección completa en la que no se han aproximado
los extremos seccionados. Existen diferentes tipos de neuromas, los cuales
fueron clasificados por Sunderland en tres tipos: 1) neuromas en continuidad,
consecuentes a la permanencia de una parte del estroma nervioso que
mantiene unidos los dos muñones; a su vez, se dividen en: a) huso, en los que
el perineuro está intacto y b) laterales, en los que el perineuro de los fascículos
nerviosos fue dañado; 2) neuromas secundarios a la reparación del nervio y 3)
neuromas postamputación.
La mejor vía de crecimiento de los cilindroejes, es aquella que ya existe
en el extremo distal del nervio lesionado, y conservar la estructura de sostén
anatómica primitiva (Gutmann, 1942). Por tanto, en teoría si se afrontan los
extremos de un nervio seccionado, la regeneración distal tendría que ser
completa. Sin embargo, la experiencia clínica y experimental demuestra que
no es así, puesto que este hecho viene condicionado por varios factores:
84 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
— La cicatrización necesaria para la conexión de las estructuras que sirven
de soporte y camino al axón en regeneración, puede resultar perjudicial si
desborda los límites de éstas, causando la obstrucción a un determinado
número de axones, con la pérdida de función correspondiente.
— La desorientación fascicular por rotación de los cabos seccionados, impide
el crecimiento correcto del tejido neural.
La actuación quirúrgica debe ser minuciosa y precisa, para conseguir
la afrontación fascicular adecuada con el mínimo de reacción cicatricial. Para
ello, disponemos en la actualidad de unos medios instrumentales y ópticos
que, junto con el entrenamiento experimental previo, hacen posible obtener
unos resultados, cada día, más satisfactorios.
Las gafas-lupa proporcionan una magnificación fija de 3-6 aumentos,
requiere un foco de luz apropiado y tiene la ventaja de su escaso costo.
Son muy útiles en cirugía de urgencia tendinosa y nerviosa. El microscopio
quirúrgico permite unas magnificaciones progresivas entre 6-40 aumentos. Es
imprescindible para poder establecer el balance anatómico lesional y, de este
modo, actuar quirúrgicamente de la manera más conveniente.
Las diferentes técnicas quirúrgicas que podemos emplear en relación
con la lesión que presenta el nervio, son (Fugleholm, 2013):
* Neurolisis
* Liberación
* Transposición de nervios
* Sutura de nervios seccionados
* Injertos nerviosos
* Tubulizaciones
* Otros
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 85
Neurolisis. La neurolisis consiste en la liberación del tronco nervioso
de adherencias y de tejido cicatrizal constrictivo. Si la actuación se realiza
por fuera del epineuro, se denomina exo-neurolisis. Si se incide el epineuro
para individualizar los fascículos del tejido cicatricial interfascicular, recibe el
nombre de endo-neurolisis.
Neurolisis externa. Esta técnica consiste en separar cuidadosamente
todo el tronco nervioso del tejido fibroso mediante disección simple. El
nervio es identificado y disecado, inicialmente proximal y distalmente al área
lesionada, y liberado del tejido cicatrizal que rodea la porción lesionada, con
meticulosidad, preservando al máximo su vascularización. En los casos que así
se requiera, el nervio se desplaza hacia un lecho nuevo y más favorable, con el
objeto de minimizar el riesgo de ser nuevamente comprimido (Freinkel, 2009).
Neurolisis interna. Todos los autores están de acuerdo en que este
procedimiento es técnicamente más difícil y perjudicial, ya que consiste en
la liberación de los fascículos en el interior del tronco nervioso. Conviene
señalar, que este procedimiento puede no ser beneficioso e incluso, puede ser
perjudicial, bien por producir una alteración vascular con isquemia o, bien por
destruir estructuras nerviosas durante su realización.
La técnica principal consiste en la incisión cuidadosa y delicada del
epineuro (epineurotomía), mediante magnificación óptica, en sentido longitudinal
desde la zona sana, tanto proximal como distalmente. Se extirpa parcialmente
dicha estructura y se procede a la individualización de los fascículos, eliminando
el tejido fibroso interfascicular, evitando lesionar el perineuro y las conexiones
interfasciculares, fácilmente confundibles con adherencias (Usón Gargallo, ¿?)
Además de todos los cuidados citados, es muy prudente conservar la
lámina de tejido conjuntivo donde están los vasos, en la cara posterior del
tronco nervioso, limitando la neurolisis a los fascículos más externos de la
circunferencia del nervio.
86 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
El resultado que cabe esperar de esta intervención depende del aspecto
que ofrece el nervio en la misma: si su contorno es normal, su consistencia suave
y se deja liberar con facilidad, su pronóstico es bueno. Si se halla acintado,
duro, con contornos irregulares y, fuertemente adheridos, cabe suponer la
existencia de alteraciones neurales irreversibles y el pronóstico es malo.
Los principales objetivos de la neurolisis son:
1. Aliviar el dolor, liberando las adherencias que fijan el nervio.
2. Facilitar la regeneración y acelerar la recuperación.
3. Interrumpir la degeneración.
4. Después de una recuperación insatisfactoria por una sutura
inadecuada.
Liberación y Transposición nerviosas. La liberación es una técnica
quirúrgica que se aplica cuando un nervio periférico queda comprimido en
algunas zonas de su trayecto. Es el caso de canales anatómicos, atrapamientos
en tejido cicatrizal, fragmentos fractuarios o circundado por colocación
inapropiada de suturas. En una fase precoz, en la compresión, se produce un
sufrimiento nervioso sin alteración de la anatomía. En estos casos, la simple
liberación es suficiente para el regreso funcional del órgano efector. En una
fase más tardía, puede aparecer una fibrosis epineural y endoneural, que haría
recomendable la neurolisis interna.
Si la tensión sobre el nervio persiste, a pesar de la liberación, será
necesario realizar una Transposición o cambio de recorrido. En toda
transposición debe evitarse el acodamiento del nervio, ya que condicionaría a
la larga, una nueva patología compresiva.
Suturas nerviosas. La sutura nerviosa o neurorrafia, es una técnica
de reparación que tiene como objeto restaurar la continuidad anatómica del
nervio seccionado con la mayor exactitud posible, sin que se interponga el
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 87
epineuro. Se procurará, que la reacción cicatricial sea mínima, para que no
obstaculice el paso de los axones. Para ello, se utilizará el mínimo material de
sutura posible, y debe procurarse que el nervio reparado quede situado en un
lecho bien vascularizado. Los nervios más utilizados en cirugía veterinaria son
el cutáneo sural caudal y el cutáneo antebraquial lateral, aunque este último es
más difícil de obtener y lleva más tiempo quirúrgico que la obtención del nervio
sural (Slatter, 2006).
Siguiendo la doctrina del Dr. Irisarri en 1992, se puede diferenciar
la Reparación Secundaria (en general mediante Injertos Nerviosos) de la
Reparación de Urgencia o Primaria, en la que deben considerarse los siguientes
apartados:
A.- Momento de la reparación. En las lesiones abiertas, la exploración
quirúrgica es imperativa. Si es una herida limpia, y siempre que la preparación
del cirujano sea adecuada, y disponga del instrumental y medios de ampliación
óptica necesarios, ha de realizarse la reparación de urgencia. Para ello, se
ampliará la herida tanto como sea necesario, siguiendo las líneas de incisión
clásicas (Sunderland, 1945; Jabaley, 1980; Schaller, 1992). Su principal ventaja,
es que la retracción de los extremos del nervio es mínima, lo que facilita la
sutura sin tensión, y la reinervación comienza inmediatamente. La red vascular
epineural facilita la correcta orientación de los extremos.
Si las condiciones adecuadas no se cumplen (cirujano y/o material
inadecuado, heridas muy contaminadas, existencia de infección local, pérdidas
severas de tejido nervioso, etc.) no debe hacerse la sutura primaria, sino
recurrir a la secundaria, en un plazo comprendido entre la segunda y tercera
semana. El momento en que la sutura nerviosa debe realizarse es un tema muy
debatido, sin que se haya llegado a unas conclusiones unánimes (Socolovsky,
2007).
88 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
En las lesiones cerradas, la conducta inicial es expectante durante
unos tres meses, a la espera de que el electromiograma y la sintomatología
clínica evidencien signos de recuperación. En caso contrario, se procederá a la
exploración quirúrgica.
B.- Preparación de los extremos del nervio. Excepto en los
cortes limpios, producidos por objetos cortantes, es necesario preparar
adecuadamente los extremos del nervio lesionado. Se realiza la exéresis del
tejido cicatrizal con neurotomo, hasta la identificación de los fascículos o
grupos fasciculares.
C.- Identificación topográfica. A lo más que puede aspirar el
cirujano, es a afrontar los fascículos lo más exactamente posible, resultando
relativamente fácil en los nervios monofascicular y oligofascicular. En los
polifasciculares, la pauta a seguir dependerá de la presencia o ausencia de una
agrupación fascicular definida.
Otros posibles métodos son, la estimulación eléctrica (que permite
identificar los fascículos motores, mediante la contracción muscular
correspondiente), y la identificación histoquímica, basada en la mayor presencia
de acetil-colinesterasa en las fibras motoras respecto a las sensitivas, lo que da
lugar a una diferencia apreciable en la intensidad de tinción entre las mismas
(Wolford, 2003).
D.- Forma de coaptación. De forma clásica, la coaptación de los
extremos del nervio seccionado, se ha mantenido mediante puntos de sutura.
El material de sutura ideal, sería aquel que diese lugar a una reacción tisular
muy débil y de corta duración, al tiempo que fuese de fácil manejo, y que
con un pequeño calibre resistiese bien la tensión. El nylon monofilamento,
de 8/0 a 12/0, cumple estas condiciones, con el único inconveniente de no ser
reabsorbible. Pese a ello, es el material de sutura más universalmente utilizado.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 89
Desde el punto de vista técnico, distinguimos varios tipos:
1.- Sutura epineural. Es la técnica más sencilla y todavía utilizada con
frecuencia en la cirugía de urgencia de las lesiones complejas con sección de
nervios periféricos, aunque conceptualmente su indicación serían las lesiones
de los nervios monofasciculares. Consiste en el afrontamiento de los extremos
nerviosos mediante puntos de sutura de nylon monofi lamento 8/0 que sólo
engloban el eperineuro. Se practican dos puntos equidistantes 180º, que se
dejan largos, ya que servirán para la tracción y movilización del nervio durante
el resto de la sutura.
Sutura epineural
Entre ambos puntos se insertan dos o tres puntos en la superfi cie
anterior y, una vez rotado el nervio, otros tantos en la posterior. Rara vez
se colocan más de seis o siete puntos. Se debe asegurar la hemostasia, y los
coágulos son eliminados mediante el uso de esponjas húmedas, libres de hilos.
2.- Sutura perineural. También llamada fascicular, consiste en la
aproximación de los extremos fasciculares seccionados mediante la sutura del
perineuro. Se debe resecar el epineuro e identifi car los fascículos.
90 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Sutura perineural o fascicular
Esta técnica ofrece mejores resultados que la sutura epineural, porque
se asegura el correcto alineamiento fascicular y se evitan espacios residuales
interfasciculares que difi cultan el crecimiento axonal. Su mejor indicación es
en las lesiones de nervios polifasciculares, pero con agrupamiento fascicular.
Sutura epi-perineural
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 91
Existe una técnica mixta, sutura epi-perineural, que engloba
con el mismo punto ambas estructuras, y es la más idónea para los nervios
oligofasciculares (de 2 a 5 fascículos), ya que aporta estabilidad y resistencia
a la sutura fascicular a expensas de la sutura del tejido conjuntivo epineural.
Injertos nerviosos. Cuando en una lesión nerviosa existe una pérdida
de sustancia que imposibilita el afrontamiento de los extremos sin tensión, o
bien existe una gran zona de fibrosis que hace que el desbridamiento sea muy
amplio, debemos recurrir al injerto de nervio autólogo. Existen otros métodos
reparadores de estas pérdidas de sustancia como la liberación amplia de los
extremos y mantener el miembro en flexión, la trasposición nerviosa para
acortar el trayecto del nervio o la resección de un fragmento limitado de hueso
con objeto de aproximar los extremos del nervio a reparar. Highet y Sanders
1942, demostraron que después de una reparación a tensión, el estiramiento
consiguiente del nervio origina una fibrosis intraneural isquémica, que impide
su regeneración. Para evitar esta tensión en los extremos lesionados, la
solución más sencilla es el injerto nervioso. Distinguimos tres tipos de injertos
nerviosos: autoinjertos, aloinjertos y xenoinjertos, siendo el primero de
ellos el más utilizado, puesto que los otros dos están sujetos a un tratamiento
de inmunosupresión para evitar el rechazo. Otra ventaja del autoinjerto, es que
provee de células de Schwann y de factores neurotróficos para el paso de los
axones hacia el segmento distal (Palazzi, 1958).
La técnica del injerto nervioso convencional depende del tipo de nervio
a reparar:
· Si se trata de un nervio monofascicular u oligofascicular, con escaso
contenido de tejido conectivo interfascicular, se logrará una buena coaptación
suturando ambos epineuros (no se resecan). Millesi en 1990 lo denominó
“injerto fascicular”.
92 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
· Si se trata de un nervio polifascicular, con una topografía intraneural que
permite la disección y separación de varios grupos fasciculares bien defi nidos,
se resecará el epineuro de ambos extremos y se suturará el perineuro de los
fascículos al epineuro del injerto. Millesi lo denomina “injerto interfascicular”.
Injerto inter-fascicular
· Si alguno de estos fascículos es claramente más grueso que el nervio
utilizado como injerto, deberá conectarse por dos o más injertos, buscando la
mejor alineación posible.
· Si se trata de un nervio polifascicular sin agrupamiento fascicular,
cada injerto debe cubrir un sector del área de sección, correspondiéndose de
la mejor forma posible en ambos extremos, denominado por Millesi “injerto
nervioso sectorial”.
La unión de los extremos se realiza con nylon monofi lamento 9/0,
siendo sufi ciente dar dos puntos por fascículo.
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 93
En lo que concierne a la vascularización del injerto, ésta proviene de
dos vías: los cabos proximal y distal del nervio lesionado, y el lecho que va a
albergar el injerto. Cuando la lesión nerviosa va acompañada también por la
lesión del vaso nutricio principal, y el lecho cicatrizal está mal vascularizado,
surgen más difi cultades a la hora de tener éxito en el restablecimiento de la
funcionalidad. Por todo ello, Fachinelli (1981) ideó la técnica lazo para un
Injerto Nervioso Vascularizado, cuya ventaja radica en la anastomosis de la
arteria y vena, del pedículo donante, a los vasos receptores del lecho que va a
albergar el injerto.
Injerto nervioso vascularizado
Otro método efi caz para reparar las lesiones traumáticas de los nervios
periféricos, sólo o en combinación con la neurorrafi a, es la aplicación del
Sistema Adhesivo de Fibrina (S.A.F.). Éste, no deja de ser una imitación del
proceso fi siológico de hemostasia y reparación de las heridas (Young, 1940;
Palazzi, 1988). Consta de dos componentes: el primero, fi brinógeno y el factor
XII homólogo y, el segundo trombina bovina. Para su utilización, se coloca una
banda plástica debajo del nervio afectado antes de inyectar el SAF sobre los
extremos del nervio, procurando que se selle toda su circunferencia.
94 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Tubulizaciones. Son conductos de crecimiento nervioso, y pueden ser
de origen biológico o sintético, impermeables o semipermeables, reabsorbibles
o no reabsorbibles. Con ellos se evita tomar un nervio autólogo y causar un
neuroma y una pérdida de función a nivel del lugar donante. Todos los ensayos
clínicos y experimentales han demostrado que estos conductos son capaces
de soportar una regeneración axonal, y también, permiten la recuperación
funcional (Colen, 2009; Geuna, 2014).
El objetivo de estos “conductores” es favorecer la respuesta axonal,
gracias a las células de Schwann que secretan moléculas de adherencia, así
como factores de crecimiento que favorecen la elongación, y la guía de los
axones hasta el extremo distal. Este hecho ha inducido a muchos investigadores
a utilizar la terapia celular para mejorar la regeneración nerviosa. Las células
de Schwann y los macrófagos fueron objeto de los primeros estudios, pero han
sido relegados a un segundo plano a favor de las células envolventes olfativas,
las células madre y las células modificadas genéticamente.
Las células de Schwann implantadas en tubos reabsorbibles, producen
una recuperación funcional más rápida en aquellos animales que han sufrido
una sección del nervio ciático de 6-7 mm de longitud (Hadlock, 2000).
Paralelamente, se ha visto como los macrófagos producen factores tróficos que
pueden ser beneficiosos para la regeneración axonal (Miyauchi, 1997). Estos
beneficios, no han sido valorados convenientemente hasta la fecha.
Las células envolventes olfativas representan un tipo glial único que
poseen ciertas semejanzas con las células de Schwann y con los astrocitos.
Con las células de Schwann, porque forman vainas de mielina y favorecen el
crecimiento axonal; Con los astrocitos, porque residen en el sistema nervioso
central y en el periférico, y su migración no está entorpecida por otras células
gliales. Las células envolventes migran al mismo tiempo que los axones en
formación y aseguran su progresión, siempre que haya un aporte continuo de
moléculas de adhesión y factores tróficos (Ramón Cueto, 1998). Estas células,
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 95
también tienen la propiedad de proporcionar un sustrato suficientemente
permisivo como para permitir a los axones atravesar las cicatrices gliales. Por
estos motivos, las células envolventes han sido objeto de estudios de injertos en
los modelos de traumatismos de los nervios periféricos y de la médula espinal.
Las células madre y sus precursores (Costa, 2013; Euler, 2014),
también han sido objeto de estudio recientemente debido a su potencialidad.
Como ejemplo, se puede reseñar el trabajo realizado por McDonald en 2003,
que utilizando un modelo de lesión de la médula espinal en la que había
injertado células madre embrionarias, comprobó como cinco semanas más
tarde, las células madre habían migrado hasta 8 mm, se habían diferenciado en
neuronas, astrocitos y oligodendrocitos y habían mejorado la función motriz de
los animales lesionados. Son trabajos preliminares, pero muy esperanzadores
(Walsh, 2009).
Son los factores tróficos, secretados por las células trasplantadas, los
que explican en parte su activación restauradora (Levi-Montalcini, 1968). Es
tentador tratar de introducir estos factores de crecimiento directamente en
el lugar de la lesión, pero es difícil y económicamente muy costoso, situar
estos elementos durante todo el periodo de regeneración. Por estos motivos,
se diseñaron las células modificadas genéticamente y así, nos aseguramos un
suministro sostenible y flexible en neurotrofinas. Los fibroblastos han sido las
células más utilizadas. Este tipo celular ha sido modificado genéticamente
para producir Nerve Growth Factor (NGF), Brain Derived Neurotrophic
Factor (BDNF), Neurotrophine 3 (NT3), Ciliary Neurotrophic Factor (CNTF),
Glial Derived Neurotrophic Factor (GDNF) y basic Fibroblast Growth Factor
(bFGF). Lo mismo ocurre con las células envolventes, células de Schwann,
células madre, etc. Al ritmo con el que la ciencia avanza, sólo quedaría por
determinar para cada órgano y para cada traumatismo, la mejor combinación
posible “tipo celular + modificación genética” a insertar en la zona lesionada
(Desouches et alls, 2005).
96 JOSÉ MANUEL ALONSO DE VEGA
Como hemos visto, no hay en la actualidad ningún método “milagroso”
lo suficientemente seguro para conseguir una recuperación funcional brillante
y predecible tras una lesión nerviosa periférica. Se conocen los mecanismos
lesionales; Se conocen los procesos de regeneración y degeneración
que acontecen después del daño nervioso; Pero no se logra obtener una
regeneración axonal lo suficientemente buena como para estar satisfechos
de ella. Ha sido necesaria la combinación de múltiples disciplinas y aunando
muchos esfuerzos por parte de veterinarios, médicos, biólogos, genetistas,
físicos, bioquímicos, investigadores y recientemente, ingenieros de diferentes
disciplinas. Esta unión ha dado sus frutos en las últimas décadas, pero aún así,
la recuperación funcional es insuficiente cuando la pérdida de tejido nervioso
es muy importante. Quizás, sería necesaria la elaboración de estrategias en
los campos de la biotecnología y de la bionanotecnología que promuevan la
reconstrucción de los circuitos neuronales dañados, siendo éste, uno de los
fundamentos de la neuronanotecnología, que permite el control de fármacos
y sus interacciones in vivo para inducir procesos de desarrollo y respuestas
celulares específicas incluyendo diferenciación, migración y proliferación
celular. Quizás.
He dicho
HISTORIA Y ACTUALIDAD DE LA CIRUGÍA DEL NERVIO PERIFÉRICO 97
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