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0103-18-MoralesSamara
Actividad 18. Acercamiento a la observación participante para generar conocimiento para los docentes (AEV)
“La observación participante en primaria: ¿un juego de niños? Dificultades y
Oportunidades de acceso a los mundos infantiles”, de Beatriz Ballestín González.
En el texto, la autora analiza las identidades que los niños y niñas nacidos de la
inmigración extranjera construyen en la escuela primaria en Cataluña,
proponiendo la construcción de un modelo de tipos de experiencias de vinculación
y desvinculación escolar que pretende incluir el máximo repertorio de respuestas y
trayectorias infantiles. Atendiendo a las intersecciones entre las variables
estructurales (origen étnico-cultural, clase social, género), los factores internos a
los entornos escolares y a los territorios que los acogen, dicha tipología pretende
dar cuenta de la diversidad y heterogeneidad que caracteriza el paso por la
escuela.
Los procesos escolares influyen en las construcciones de identificación de los
niños en sus experiencias de vinculación y desvinculación escolar, ir más allá del
éxito/fracaso académico , no sólo a través de la confrontación de estilos de
enseñanza / aprendizaje, y del currículum oculto, sino sobre todo mediante las
dinámicas relacionales establecidas entre iguales y con el profesorado, qué
vivencias subjetivas marcan las trayectorias escolares de los niños y niñas de
origen inmigrante, en este caso en la etapa de Primaria.
El enfoque exploratorio y extensivo suponía la necesidad práctica de visitar todas
las aulas y los espacios compartidos por el alumnado desde Tercero hasta Sexto
de primaria, a fin de recopilar información relativa al máximo repertorio de
alumnos. Se trataba de con-vivir, compartir tiempos y espacios con los alumnos y
los docentes, registrando las vivencias del día a día y los discursos de los cuales
sería testigo. Sin embargo, los niños no solamente son agentes sociales activos y
creativos que producen sus propias y únicas “culturas”, sino que simultáneamente
contribuyen a la producción y reproducción de las sociedades adultas.
En términos prácticos, el mayor obstáculo para el despliegue de la O.P. ha sido el
absoluto desconocimiento y la consiguiente desconfianza de los actores adultos
del sistema escolar (profesorado, equipos coordinadores, servicios educativos
externos, aparato burocrático y administrativo) hacia el cometido del etnógrafo que
osa aventurarse en unos espacios de los que tradicionalmente se han apropiado,
reacios a admitir cualquier elemento externo. Más allá de la tensión estructural
(Delamont, 2002) entre el profesorado y los investigadores endémica al ámbito de
estudio, el aprendiz que trata de construir etnografía en las escuelas de países
como el nuestro no puede por menos que envidiar la posición privilegiada de sus
colegas anglosajones , que disfrutan de una cierta libertad de movimientos en los
diferentes espacios escolares, dado que las investigaciones educativas hace
tiempo que cuentan con el beneplácito y la colaboración de las administraciones
públicas a varios niveles. En definitiva, el rol de “profesora de apoyo” supuso
tomar conciencia de algunos condicionantes del trabajo de campo, al ser
identificada con una tarea y un espacio (las aulas de refuerzo).
Ante tales rémoras, fueron tomando cuerpo una serie de prácticas estratégicas,
algunas de ellas aplicadas a partir de las lecturas etnográficas previas, otras a
partir del intercambio de reflexiones metodológicas con las compañeras/os del
grupo de investigación, y otras improvisadas de manera intuitiva, que me
permitieron una válvula de escape para transgredir hasta cierto punto las normas
de relación preestablecidas y/o dadas por descontado por los y las docentes.