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1
ACORDE
JENS BÜCHER
2
AcordeJens Bücher1983Der.Res.Jens BücherNo.Inscripción 79740Santiago, Chilewww.persona.clwww.bucher.cl
3
Insisto como tú
que no es lo mismoel sufrir que el sufrir.
4
Dando túal silencio
estos golpesdistanciados
vibraen mí
asombroy calidez
y los párpadosbajan a cubrir
el centrodel ser.
Tañela dulzura
con tiemposde claridad
sobre mi vidaentregada.
Tibiade gratitudse acomoda
mi pielen lo profundo
del mundo.
Vantus acordes
dandoy dando verdad
al espacio.
5
Desdela profundidad del silencio
esta expresiónde armonía.
Desde
la posibilidad del no seresta entrega
de vida.Desde
la validez del momentoeste recogimiento
de veras.
Vibroentre no saber y anhelo
y la dulzura de alguna respuesta.Es mi gama humana,
la frecuencia en que resuenala madera de mi alma.
Pero tu música inunda diferencias,enfrenta anhelo y dulzura
como si fuesen la misma cosay no se detiene.
Y yo, cuando ahora te escucho,me inicio en tu ampliado acorde.
Sufrir es una forma
del fluir.
El gocede fuerzasoscuras.
La transparencia
en la víaa lo posible.
La claridad
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del tonoprofundo.
Soy el momentoen que resuena
tu música.
Soy la maderaque rebotatu verdad.
Soy la salaque vibra
de ti.
Pero dime,a ti, a ti,
qué es a tila música de tus manos
cuando van asíy emerge de tila expresión
de tu quehaceríntimo.
Qué sientes túcuando tu alma
se derramapor encima de ti,
de tus manos,y llena la pieza
y me ahogala verdad
y me ahogala dulzuray tú sigues
y tú sigues
a ti,a tu corazón blando,a tu corazón abierto,
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dime,a ti
En tu músicafluye el sufrircon las manos
como el airecon las palabras
cuando cantas
la vida.
Tu ayer,cuando sufríael mal ajeno
y no quería lidiar,no quería,
para aumento,responder
con tu presencia,
pero ahora,entrelazado con tus manos,
con las cuerdas,vibra y dice.
Antes de ser florno sabe el botón
lo sucio de nuestro airey se abre y es.
Tampoco tú
cuando te expresascon tus pequeñas manos
arriba del teclado
y no mides el afueraque desplazas
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con tu músicaabierta y limpia.
Es tu músicacomo el alma de un niño
cuando ella se abreal cielo del atardecer
y la temperaturaes seria y transparente
y el aireparte de la piel:
y yo no séqué será de mí
cuandoguardes silencio.
Hoy, qué pasa,que retumba
el bosque de mi almacon los golpes
de tu ritmo desconocido,y tu silbido
cruza mi pensarcomo líneade una letra
que no abarco.
Atrasadoaguardo
en la penumbrade la distancia.
Como cambio de climava tu mensajepor el espacio.
Algo,hoja o agua,
tiembla.
9
Fluye la músicade tus manospero a veces
anudas el cantoy es silencio.
Yo me despiertoal entero,a la esfera
que tú muestrasy me sorprendo.
Pero tampocoes eso, sino
de vuelta tu bellezasigue y sigue
y va.
Y comprenderque por más que erremos
todo eslimpio y dulce.
Que no logramossobreponer
el ruidopara siempre.
Que se sale
por todas partesel gusto a sano,el tono bendito.
No vas tútras ella,
sino es la músicaque te busca
y en ti se expresa.
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No construyes túel fluir
de su genial congruenciasino sólo
tú te abres.
Y tal vez no es ella,sino la madera
en la que resuena,la que sabe,la que hace.
Es el universo que se refleja
transparente y profundoen el fondode tu alma.
Su constancia eternaante la que jueganlas coincidencias
de tu vistafeliz.
Y tú,dejándote ir,apenas estásdonde yo te
percibo.
En la inmensidad,en la amplitud,
es tu músicauna estampa humana
que se irradiadadivosa y madurahacia las lejanías
del sentir.
A veces me sorprendo y pienso en vértigo,
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pero en la generosidadde tu interpretación
inacabable, inacabable aseguro mi ser.
Mas tú,al otro lado de ti,
lo tuyo,¿qué es?
Sufrires como el agua.
Comotu música.
O comoel aire que respiro.
Yo sé muy pocode mí,
muy pocode tu música.
Pero no es mucholo que usocuando voy
de día en día.
Es aire y aguay algo de tu música que sé muy poco para crecer y vivir.
Recogido y seriome acerco al silencio
que enmarcatu preciosa partitura.
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Mis manos abren,mis ojos leen
en tu misma letraveo tu hallazgo tesoro.
Y es tan verdadtoda esta íntima profundidad
que mi garganta se cierra,mis ojos ya no ven,
y deambula mi almabuscando el orden
que tú muestras comode pentagrama en pentagrama.
Ciclosen cascadas
lentas y limpias.
Aire transformado a calor
en mi piel.
Girosmaravillosos
ya desaparecidos.
Va con tal intimidadtu música transparente,
tu música con gusto a agua,que recuerdo al escultor
cuando al final no desprendiósu figura del mármoly así ahora la vemos,a mitad de camino
y más real:
y yo no sé qué más amar,si tu música
otu intimidad.
13
El universose guarda en ti
como la luzen una gota.
La verdadestá en tus sonidos
como el cariñoen tus manos.
La armoníase cobija en tus bajos
como niñoen tus brazos.
Apoyando mi frente cansadasobre la maderadescubrí el dolor
del universo.
La humildad de tus manosse llamaba amargura
al otro ladode las cuerdas.
Yo sé poco
pero que junto a tu dulzuragemía el mundo,
gemía.
Yo crezcobajo la lluviade tu música.
Hacia tus silencios
asciendemi savia osada.
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Y en tu alegríaveré maduros
mis frutos.
Dejaste partitura y lápizsobre el mantel bordadoy fuiste al aire afuera.
Abierta y celeste
decía adiós la tardea los cerros distantes.
Tu cara jugó
con brisa, hojas y ruidoy, atenta, sonrió.
Pero adentro, sobre el mantel, quedabandispuestos nostalgia y sufrimiento
como señas de tu andar.
No elegimosla verdad de la sangre
cuando recorrelos espacios
de la existencia.
Pero abiertosvamos al encuentro
y somos sidospor los tonos
del alma.
Como la olacuando no sabe de playapero siente el levantarse
y, doblada por encima de sí,se derrama hacia adelante,
ingenua y poderosa así te veo
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encorvando tu espaldapor encima de las cuerdas,decididas suerte y fuerza
hacia el sufrir,y cae y explota
tu música de la vida,cae y retoma y caey danza por encima
de agua y roca
y yo,yo apenas engolfo
la grandeza que muestras,yo apenas percibo
el silencio que creas,yo apenas, apenas sé
toda tu voluminosa honradez allí arriba del teclado.
No importa.
Mi verdad es irtras los frutosde tu osadía.
Aprenderlo que sea capaz.
El silencioy la distancia.
Y tal vezun día
logre también yoexpresar
algún sentircuando a una piedra
dé con un paloy emaneun decir.
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Tu músicaantecedemi vivir
y la sangre me pulsacon los golpes
de tu ir.
Tu sufriry tu inocenciase confundenen el silencio
que mi alma respiracomo aire.
Porque somos humanos,porque también tú,
al expresarte,vas con tu sangre cálida,
es que se nos vancostumbre y errorentremezclando
con melodía y ritmo,con soledad y verdad,
y resulta lo dulce,eso de niño
que cobijamoscon mirada y anheloy aquí en la garganta
nos aprietasin querer.
Para mí es fácil aquí,sumergido en tu torrente sonoro,
decir percibo,decir soy una oreja,
soy cóncavo,y captar
lo que tú traducesa nuestro lenguaje
de ritmo y armonía.
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Pero tú, quién eres tú,percibiendo la vida
como vas, asíentre lo no traducido y lo no traducible,
y traduces para nosotros,tú, dime,
¿qué transparente concavidadrealiza tu alma,
que recibes verdad y silenciocomo luz sobre la cara?,¿qué, más tarde, mueve
tus manos sueltas y sabias?,¿qué, de noche,
te despierta del sueñoy señala tu ir?
Y aquí estoybajo el manto de tu claridad,
blando y entregado,siguiéndote
de felicidad en felicidad,de hogar en hogar,
dulzura tras dulzura,y mi corazón suspira y respira y respira
y tú continúas mostrando,de melodía en melodía,
de resonancia en resonancia,la fuerza
que sostiene todo esto,la fuerza que lo dona,
fuerza que no veodesde mi feliz incapacidad,tú, mostrando, volviendo,
jugando,que yo escuche.
El orden que muestrasde consonancia en consonancia
es como el ir del corazón
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sobre los valles del alma.
Belleza y experienciase entremezclan en la estampa
de tu lenguaje afinadoy vibran más aún cuando callas.
A mí, que conozcode vertientes, montañas y sombras
me estremece la transparenciade tu sufrido paisaje.
Qué sería triunfoen la profundidad de la vida,
qué, cuando me hincoy percibo el torrente de noticia,el flujo inacabable de mensaje,
y no hay en mínada que pueda contener,
que pueda guardarfigura y flujo
ah, si sólo las figuras qué sería triunfo
cuando entonces mis labiosvan serios y apretados
y la vista brillante,qué lo sería
sino la experienciay saber:
que es así.
Tus disonanciasme enseñanla amplitud
de la belleza.
Tus acordesrepitenel gusto
de la vida.
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Tu fluidezme abre
a la músicade la libertad.
Acordecon la fluidez de la vida
va tu música por el tiempo,jugando en la libertad
de su comprometida resonancia,acorde,
acorde íntimamente,que cuando silencies
más tarde vibre la nada
con estetu recogido entusiasmo.
Claro, es extraño como la pérdida, como la pena,sufrir el encanto y la ternura,
sufrir la alegría,y bajo lágrimas, la gratitud,
esa grandiosaque irrumpe del detalle
y te inunda,te sumerge
en su mar de sal y luz,levantar la vista
y sufrirla,de frente y entero
sufrir verdad y valle,el aire infinitoy, hacia el año,
el ciclo increíble
sufrir profundidad y movimientoy la liviandad
de gesto y sonrisa
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entonces ir a tu pianoy sentir
tu música claro, claro.
Tu sabiduríaes el silencioque contiene
la músicade tus manos.
Tu expresiónes la fuerzaque vence
costrasde desorden.
Tu graciaes el fluir
que despiertasde tonoen tono.
Desolación y pérdidason en tus manos
la congruencia finalde todo decir.
Y cuando sufresel sufrir
parece dulzuraen tu decidida transparencia.
El ordenen tu música
me dobla las rodillasviendo que tus giros
nada descuidan.
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Como una enorme graciase despliega
el decir de las cuerdas,y se inicia en mí
la forma de tu sentir.
Tú sin embargo,que vas escuchando
hacia adentro,ordenas tu sangre
con la nueva cadencia.
En la calidezy la oscuridad
de tu sangre animalva tu alma
deambulando,devota y amante.
Se despiertahacia la claridadde un encuentro
fresca y felizy recoge y reúne.
Cuando me acercoy escucho
el jugar de tus manossiento que tú ya
vuelves de nuevosobre oscuridad y calidez.
Qué va,me desconciertas a veces
y no te sigo,lento aprendiz yo
de tu osada sangre,tu tiempo
casi es errora mi apremiado oído.
22
Quisiera rompertus benditos giros
y llevarme tres, dos,o tal vez medio compása lo íntimo de mi vida
y cruzar el añomadurando felicidad y pena
junto a tu verdad.
Y no que tu tiempovaya apurado
junto al de los relojes medida sobre medida
sino las pocas anotacionescon que recordaste el flujo
son para mí, ah,flujo,
flujo y vida,el torrente de osadía
que me intenta.
Desde la oscuridad del mundoelevas tus giros maravillosos,tus superficies de color y luz
que aquí en mi corazónascienden
como volúmenes de brillantezpor encima de mi conciencia
asombrada y feliz.
Gracia y facilidadque desdoblas como magia
frente a mi percibir ingenuo,nostalgia y sufrimientoabiertos y transparentes
como gusto de hierba o fruta,tuyo, todo esto es tuyo,
tuyo como senda y permiso.
23
No sé quién soy ni si algo valgo,
pero en tu músicacrezco y me abro
como árbolen el aire
de noviembre.
Hacia la profundidadde la vida
y hacia la claridaddel iniciova mi oídosiguiéndote
entregado y despierto.
Y tú, tal vez,quién eres
ahí con tus manosllenas de trabajo,
tú, modelando el airecon plenitudes y flujos,
o, a veces, cascadas de silencio.
Si quién dijoque la gracia se inventa
o que es mentiraen un mundo
de hombres y mujeres.
Quién, al ver agua,prefiere sustitutos,
o, respirando,aires sin mar
o aroma de lluvia.
Sino como dulzurao movimiento
va ella por los sueñosy nos expone
al sentido opuesto.
24
Me tienesmovido y despierto
con tu decir indecible,con tu canto emergente
de entre tus manos dichosassobre el piano del mundo.
A veces pareceque afuera te acompañasen
bosque y vientoy se mezclasen
profundidad y melancolíacon el fluir de las aguas.
Atrapado en la gamade mi frecuencia humana
resuenoen lágrimas de felicidad,
y escuchándote,oyendo tu mensajede verdad y calidez
me pregunto:tú,tú,
si eres feliz.
Tú jamás preguntas.Vas, eres y muestras.Arroyos de claridad
que derramasdesde tus sentidas montañas
sobre el valle mío,fluidez sonante
sobre mi oído receptivo,generosidad inagotabledesde la profundidadde tu secreto musical:
vas y eresy no cuestionas.
25
Amastesilencio y oscuridad
y ahora eresmúsica y vida.
Adorastehumildad y pobreza
y ahora eresalegre y vivaz.
Y tus manos,enseñadas y ágiles,ahora te expresan
en profundidad y altura.
Eres un valleabierto al aire de la vida
y nada en ti se frena.
Y el viento que devuelvescuando cae la tarde
apenas se frena en las cuerdas.
Silencio y distanciason marcasdel alma.
Pues en la amarguratú tampoco
bajas la vistao que caiga
vergüenza o temorsobre tu pelo brillante. Sino abiertas al cielo
van dificultad y pérdidacuando escribespartitura y vida,
que no se escondano evadan
de la figura preciosa.
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Amo las teclasde tu piano bendito,
blancas y llenasque las veoy aún siento
que tus manosvan por encimadesarrollandotus verdades
del sufrir,tu veracidad inagotable
en cascadasde ternura y nostalgia
o a veces recogidaen vueltas
abiertas al silencio teclas
claras y simplescomo las veoque parecen
hechas por ti.
Puesel sufrir este
que nos intentay osa
en la otra dirección,este tuyo,va en mí
como llorada esperanzay en tu música
como verdad y entereza.