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ACOSO ESCOLAR Observando los diferentes puntos de vista ofrecidos por los integrantes de este grupo, me parece importante que analicemos el acoso escolar tomando como eje central el contexto social y cultural en donde se desenvuelven los jóvenes. Para entender un poco mejor mi propuesta, debemos mirar lo que pasa en este país. Hace varios meses, la comidilla de los medios de comunicación fue el suicido cometido por Sergio Urrego, estudiante del Gimnasio Castillo Campestre en la ciudad de Bogotá. El culpable de esta situación fue el acoso (por su relación homosexual) que recibió por partes de las “directivas de este colegio”, en donde se promueven los valores de la Iglesia católica, los cuales según ellos son el camino para alcanzar la paz. Con estas palabras no quiero irrespetar a los creyentes, pero la Iglesia debe revisar sus posturas sobre la diversidad sexual. Pues sin duda, nuestra sociedad se rige a partir de los valores morales que promueve esta institución religiosa. Además cabe acotar, que muchos de los manuales de convivencia reproducen este tipos de valores que atentan contra la libre expresión, coartando el libre pensamiento de los niños y adolescentes, contrariando a si los principios constitucionales de este país. Como lo evidencia el llamado de atención que le hicieron a Sergio Urrego y a su pareja en donde les dijeron “…que estaban cometiendo una falta grave, porque el manual de convivencia decía que estaban prohibidas “las manifestaciones de amor obscenas, grotescas o vulgares en las relaciones de pareja dentro y fuera de la institución” y que estas relaciones debían ser autorizadas por los padres…” 1 Con esto quiero dejar en evidencia cuáles son los valores éticos y morales que se promueven a través de la familia, los medios de comunicación y las instituciones. Valores que son el caballo de batalla de los acosadores y que se estructuran en los estereotipos, es decir, no hay espacio para la diferencia (en un país que es rico por sus diferencias culturales). Lo que pasa en los espacios escolares son el reflejo de la intolerancia que se vive en este país. Por tal motivo, uno como docente tiene la tarea de concientizar a los jóvenes de lo importante que es respetar las diferencias (pensamiento, creencias, raza…), de entenderse a sí mismo través del otro(a), en mostrar el cambio de los paradigmas socioculturales y establecer una postura crítica que nos permita una sana convivencia, en donde lo más importante es “ser”. Es allí donde hay una verdadera revolución educativa. 1 hp://www.elespectador.com/nocias/bogota/pruebas-de-sergio-arculo-515085

Acoso escolar

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ACOSO ESCOLAR

Observando los diferentes puntos de vista ofrecidos por los integrantes de estegrupo, me parece importante que analicemos el acoso escolar tomando como ejecentral el contexto social y cultural en donde se desenvuelven los jóvenes.Para entender un poco mejor mi propuesta, debemos mirar lo que pasa en estepaís. Hace varios meses, la comidilla de los medios de comunicación fue elsuicido cometido por Sergio Urrego, estudiante del Gimnasio Castillo Campestreen la ciudad de Bogotá. El culpable de esta situación fue el acoso (por su relaciónhomosexual) que recibió por partes de las “directivas de este colegio”, en dondese promueven los valores de la Iglesia católica, los cuales según ellos son elcamino para alcanzar la paz. Con estas palabras no quiero irrespetar a los creyentes, pero la Iglesia deberevisar sus posturas sobre la diversidad sexual. Pues sin duda, nuestra sociedad serige a partir de los valores morales que promueve esta institución religiosa.Además cabe acotar, que muchos de los manuales de convivencia reproduceneste tipos de valores que atentan contra la libre expresión, coartando el librepensamiento de los niños y adolescentes, contrariando a si los principiosconstitucionales de este país. Como lo evidencia el llamado de atención que lehicieron a Sergio Urrego y a su pareja en donde les dijeron “…que estabancometiendo una falta grave, porque el manual de convivencia decía que estabanprohibidas “las manifestaciones de amor obscenas, grotescas o vulgares en lasrelaciones de pareja dentro y fuera de la institución” y que estas relacionesdebían ser autorizadas por los padres…”1 Con esto quiero dejar en evidencia cuáles son los valores éticos y morales que sepromueven a través de la familia, los medios de comunicación y las instituciones.Valores que son el caballo de batalla de los acosadores y que se estructuran en losestereotipos, es decir, no hay espacio para la diferencia (en un país que es ricopor sus diferencias culturales). Lo que pasa en los espacios escolares son el reflejo de la intolerancia que se viveen este país. Por tal motivo, uno como docente tiene la tarea de concientizar a losjóvenes de lo importante que es respetar las diferencias (pensamiento, creencias,raza…), de entenderse a sí mismo través del otro(a), en mostrar el cambio de losparadigmas socioculturales y establecer una postura crítica que nos permita unasana convivencia, en donde lo más importante es “ser”. Es allí donde hay unaverdadera revolución educativa.

1 http://www.elespectador.com/noticias/bogota/pruebas-de-sergio-articulo-515085