Antes de ser poeta, en su juventud, Rafael Alberti se dedicaba a la pintura. En ésta época de su vida el artista aún no había encontrado su estilo personal ni su verdadera vocación. Por eso, solía imitar a los grandes autores cuyos cuadros estaban expuestos en el Museo del Prado. Poco a poco se fue dando cuenta de que existía un gran escritor en su interior.

Hemos elegido esta litografía ya que en ella el autor plasma su pasión por la pintura y la palabra en una sola imagen. La obra es un claro ejemplo del estilo pictórico de Alberti puesto que se aprecia la combinación de colores vivos y líneas curvas empleados habitualmente por el artista.

Esta lámina es la primera de una serie que muestra el alfabeto de una manera abstracta. Se trata de la letra “A”, la inicial de su apellido. ¿Podemos suponer que en esta obra Alberti pretendió reflejar su personalidad?. Quizá los trazos rojos simbolicen su tendencia política, y los colores blanco y negro signifiquen las dos facetas que duermen en el alma del hombre: optimismo y pesimismo , bien y mal, alegría y tristeza.

MARIANA PEÑAESTHER MENCIACARMEN LOPEZ

4º ESO B