Actualidad de la poesía de Roque Dalton

-Resaltar la publicación de la antología como suceso cultural nacional. Es fácil decir de tal o cual autor que tiene proyección internacional. Menos fácil es que la mayor editorial de poesía en lengua castellana publique una antología. Visor, en Madrid, viene editando antologías de poetas latinoamericanos desde hace unos años: Dalton está a la par de Carlos Drummond de Andrade, Gonzalo Rojas, Oliverio Girondo, Nicanor Parra, etc… Y a leer esta antología elaborada por Mario Benedetti, su obra no resulta opacada.

-¿Qué Roque Dalton nos revela esta antología? Pues ante todo el Roque Dalton poeta. El poeta lírico y su evolución a lo largo de unos veinte años de vida activa como escritor. Partimos una lírica muy a tono con el clima existencial de los cincuenta, que podemos encontrar en la Ventana y el rostro y El turno del ofendido. Seguimos luego de una línea de exploración y experimentación, donde la voz poética, el yo lírico, se desdobla, se disuelve, se dispersa, a la búsqueda de un epos colectivo. Va a su reencuentro con el otro a través de su apuesta por la utopía política. Aunque libros como Taberna y Poemas clandestinos son los máximos exponentes de ello, un libro clave es Los testimonios.

-Pero la poesía de Roque Dalton sigue siendo plural, de múltiples líneas de exploración abiertas. La transformación política de Roque Dalton, por lo menos a nivel poético, no significa un anclarse en la palabra definitiva del dogma.

-He aquí donde creo que radica la actualidad de Roque Dalton. Dalton fue un hombre que trató de estar a la altura de las exigencias de su tiempo. Y hay muchos aspectos de sus opciones que, a mi parecer, han quedado superados por la misma historia. La lucha política revolucionaria, por la que optara con sinceridad y consecuencia, es claramente algo del pasado. Pero creo que también hay algo en su ambición poética más profunda que también ha eclipsado con sus opciones políticas extremas. Me refiero a la ambición épica de su literatura. A su afán de disolver el yo poético, en un epos colectivo. Hoy, a mi parecer, está claro, que individualidad e identidad, sujeto y colectivo, son elementos de una dialéctica, en el que ninguno se puede imponer al otro sin violencia y falseamiento. Como decía Euclides da Cunha, estamos condenados a ser modernos, pero ello no significa que nos hundamos en la anomia y el aislamiento.

-Pero hay un elemento de Roque Dalton que sigue siendo muy actual, Benedetti nos habla del humor inclaudicable que impregna sus

páginas. Yo creo que ese humor de Dalton es expresión de una inconformidad constante, que poéticamente se manifiesta en una perenne resistencia a asumir los lenguajes anquilosados, esclerotizados. Sabemos de sobra que Dalton deconstruye la mitología nacional, el paisito de tarjeta postal, de guía turística que heredamos de la república liberal degradada. Pero también Dalton se burla despiadadamente de la jerga y del santoral ortodoxos del marxismo.

-Esa perenne suspicacia frente a los lenguajes definitivos, frente a sus usos burocratizados como expresión de realidades aplastadas y suprimidas creo que sigue siendo actual, condición necesaria de toda poesía y de actitud mínimamente sana y cuerda ante la vida. Porque hoy vivimos en una época donde los clichés, los slogans, las frases hechas, son pronunciadas sin problemas por todos los tintes políticos. Pensemos en palabras o frases que por lidiar a diario con ellas a través de mi otro yo burocrático me resultan entrañablemente odiosas: ‘concertación’, ‘cultura de paz’, y hoy con los terremotos, ‘vulnerabilidad’, ‘cultura de prevención”. Seguramente de vivir Roque Dalton no podríamos pronunciarlas sin sentir, al menos, un poco de mala conciencia.