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Óscar Nanaotzi Padilla Mejía. Literatura Jalisciense del siglo XX Universidad de Guadalajara. Admiración y rechazo a las tropas villistas en Los de abajo, de Mariano Azuela y sus dos adaptaciones fílmicas. Introducción En México se dio un fenómeno literario que representaba las luchas revolucionarias; a este movimiento se le conoce como “Novela de la revolución mexicana” que se convertiría en un género específico (corpus). Según Carlos Monsivais la principal característica es mostrar una visión pesimista de esta lucha armada. Mariano Azuela con su novela Los de abajo es el iniciador de este interesante género, que se extendería en todo el país hasta terminar con La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes, pasando por autores como Martín Luis Guzmán, Rulfo, Arreola o Yañez, entre otros. El cine, prácticamente desde sus inicios se ha nutrido de la literatura, por lo que no es sorpresa que el cine mexicano haya adaptado varias obras sobre la revolución, filmes que abrirían las puertas para el cine de oro y que consagraría a varios actores como Pedro Armendáriz, Miguel Inclán o la diva mexicana María Félix.

Admiración y Rechazo a Las Tropas Villistas en Los de Debajo

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Ensayo comparativo cine y literatura mexicana

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Page 1: Admiración y Rechazo a Las Tropas Villistas en Los de Debajo

Óscar Nanaotzi Padilla Mejía.

Literatura Jalisciense del siglo XX

Universidad de Guadalajara.

Admiración y rechazo a las tropas villistas en Los de abajo, de Mariano Azuela y sus

dos adaptaciones fílmicas.

Introducción

En México se dio un fenómeno literario que representaba las luchas revolucionarias; a este

movimiento se le conoce como “Novela de la revolución mexicana” que se convertiría en

un género específico (corpus). Según Carlos Monsivais la principal característica es

mostrar una visión pesimista de esta lucha armada. Mariano Azuela con su novela Los de

abajo es el iniciador de este interesante género, que se extendería en todo el país hasta

terminar con La muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes, pasando por autores como

Martín Luis Guzmán, Rulfo, Arreola o Yañez, entre otros.

El cine, prácticamente desde sus inicios se ha nutrido de la literatura, por lo que no es

sorpresa que el cine mexicano haya adaptado varias obras sobre la revolución, filmes que

abrirían las puertas para el cine de oro y que consagraría a varios actores como Pedro

Armendáriz, Miguel Inclán o la diva mexicana María Félix.

Este ensayo pretende analizar la novela Los de abajo de Mariano Azuela y a sus dos

adaptaciones homónimas al cine, la dirigida en 1940 por Chano Urueta y la de 1976 de

Servando González, con el fin de detectar los elementos que muestran una ambivalencia en

cuanto a la recepción de las tropas villistas que aparecen en la obra, ya que se puede notar

tanto una admiración, como un rechazo.

La novela.

La novela comienza en “El Limón” dónde Demetrio Macías y su esposa se encuentran

comiendo, de pronto llegan las tropas federales e intentan violar a la mujer, Demetrio los

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expulsa pero sabe que pronto volverán más, así que envía a su esposa con su padre y él se

va a la sierra en busca de sus compañeros. Cuando aparecen sus compañeros por primera

vez podemos ver el primer vestigio de admiración: “En la lejanía, de entre un cónico

hacinamiento de cañas y paja podridas, salieron, uno tras otro, muchos hombres de pecho y

piernas desnudas, oscuros y repulidos como antiguos bronces” (Azuela: 1964: 55) Azuela

presenta a los que pronto se unirán a las tropas villistas como si fuesen estatuas,

monumentos a la revolución. Ya que están juntos, unos días después aniquilan a un

contingente del ejército federal en esa batalla Demetrio sale herido. Aquí aparece uno de

los personajes más importantes, Luis Cervantes. Pues él, no sólo es el encargado de

convencerlos de que se unan a las tropas de Nájera, sino que será a través de él, que

veremos esa admiración y rechazo de una manera más marcada, por ejemplo, cuando los

conoce por primera vez es atacado y le disparan en el pie, él quiere hablar con Demetrio

pero se lo impiden, hace comentarios como: “-Pero ¿Qué clase de brutos son ustedes?-”

Al principio no aceptaban a Cervantes, pero ayudó a curar la herida de Demetrio y poco a

poco fue ganando su confianza, a manera de soliloquio Cervantes hace una interesante

reflexión, donde hay esta ambivalencia que se analiza y además, un excelente retrato de lo

que la gente de la época pensaba

¿En dónde están esos hombres admirablemente armados y montados que reciben sus

haberes en puros pesos duros de los que Villa está acuñando en Chihuahua? ¡Bah! Una

veintena de encuerados y piojosos, habiendo quien cabalgara en una yegua decrépita,

matadura de la cruz a la cola. ¿Sería verdad lo que la prensa del gobierno y él mismo habían

asegurado, que los llamados revolucionarios no eran sino bandidos agrupados ahora con un

magnífico pretexto para saciar su sed de oro y de sangre? (Azuela: 1964: 63.54)

Con un total de 100 hombres las tropas de Demetrio Macías se unen a las de Natera en

Fresnillo, Demetrio es ascendido a Coronel. Atacan Zacatecas y Demetrio asciende a

General, aquí termina la primera parte. En esta batalla, las descripciones son de una

violencia que es difícil de admirar, la manera en que Demetrio Macías, por ejemplo, asesina

a sus enemigos, dan a entender que en verdad, son sólo una bola de ladrones y asesinos que

quieren saciar su sed de oro y sangre. Pero también, cuando termina la batalla, y están

celebrando, Luis Cervantes, quien antes había hecho el soliloquio de rechazo, en esta

ocasión hace un brindis de admiración.

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Hubo vino y cerveza. Demetrio chocó muchas veces su vaso con el de Natera, Luis

Cervantes brindó “Por el triunfo de nuestra causa, que es el triunfo sublime de la justicia;

por que pronto veamos realizados los ideales de redención de este nuestro pueblo sufrido y

noble, y sean ahora los mismos hombres que han regado con su propia sangre la tierra los

que cosechen los frutos que legítimamente les pertenecen” (Azuela: 1964: 78)

Para Cervantes la batalla fue heroica y justa, pues es por la honorable causa revolucionaria,

pero, el narrador de la historia se encarga de mostrar lo contrario, una batalla de una

violencia sin sentido. En la misma celebración, algunas personas hablan de Villa, y dan

signos de gran admiración, aunque en realidad, ninguno de ellos ha estado siquiera cerca

del líder de la división del norte.

Había que oír la narración de sus proezas portentosas, donde, a renglón seguido de un acto

de sorprendente magnanimidad, venía la hazaña más bestial. Villa es el indomable señor de

la sierra, la eterna víctima de todos los gobiernos, que lo persiguen como a una fiera; Villa

es la reencarnación de la vieja leyenda: el bandido-providencia que pasa por el mundo como

una antorcha luminosa de un ideal: ¡Robar a los ricos para hacer ricos a los pobres! Y los

pobres le forjan una leyenda que el tiempo se encargará de embellecer para que viva de

generación en generación. (Azuela: 1964: 81)

La segunda parte va de 1914, hasta la convención de Aguascalientes en ese mismo año. La

revolución ha triunfado y en compañía de la Pintada y el Güero Margarito hacen nuevos

saqueos, pues hay que cobrarse “Los peligros y las privaciones de la revolución” Por lo que

somos testigos de más robos, violencia y violaciones (Aunque esta última sólo se sugiera).

Demetrio se acuerda de Camila, una joven que lo cuido en aquel pueblo cuando fue herido

en el pie, Cervantes le promete que irá por ella, Camila está enamorada de Cervantes, por lo

que acepta escapar con él, lo que no sabe es que en realidad se la lleva a Demetrio, al

principio Camila rechaza a Demetrio pero poco a poco le va tomando “voluntá” por lo que

termina siendo su soldadera, La pintada en un ataque de celos la asesina y con eso se gana

el exilio y la expulsión de las tropas. Demetrio recibe la orden de dirigirse a Aguascalientes

y ahí termina la segunda parte.

La tercer y última parte toma lugar después de la batalla de Celaya (Las tropas de Demetrio

no participaron) Luis Cervantes ya se encuentra en Estados Unidos, El Güero Margarito

Pancracio y otros ya están muertos, al igual que la revolución, la brigada de Demetrio

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empieza a fragmentarse, finalmente vuelve a “El Limón” y aunque aún no le haya sentido a

la revolución sigue adelante, y en el cañón de Juchipila, donde tuvieron su primer

enfrentamiento con los federales, son emboscados y asesinados por las tropas de Carranza.

La película Los de abajo De Chano Urueta. (1940)

Esta primer adaptación es muy apegada a la narrativa de la novela, con pocas excepciones

(Por ejemplo, Cervantes no se va a Estados Unidos, y muere en la emboscada final en el

cañón) La película no fue muy bien recibida, y los críticos, lo único que rescatan de ella es

la fotografía de Gabriel Figueroa. El acercamiento ambivalente a las tropas villistas está en

la película al igual que en la novela, pero sobre todo en la figura de Demetrio Macías,

después de la batalla de Zacatecas Solís habla maravillas de Demetrio, exaltando su

virilidad aún más que lo que hacía Azuela en el texto escrito, si bien, esto se podría

justificar ya que por falta de presupuesto no se pudo poner en escena la batalla, se recurrió

al diálogo de éste personaje para explicar las proezas de Demetrio. Lo que sí es claro es la

reproducción fiel de la barbarie de los villistas, como cuando asesinan al espía, o la escena

en la cantina donde se ve que son ignorantes y no tienen ni idea de porque luchan.

Otra muestra de admiración son los elementos precisamente cinematográficos, la música y

la fotografía: Se utilizan canciones populares para expresar los sentimientos de los

personajes, pero sobre todo la música instrumental compuesta por Silvestre Revueltas, que

dotan las escenas de un aire heroico, son composiciones bélicas y patrióticas, hay que tomar

en cuenta que el cine de los 40 buscaba la consolidación de la identidad nacional. Ésta

música acompañaba a las imágenes estetizadas y preciosistas de Gabriel Figueroa (Quien

sería el ejemplo de la estética del cine nacional) Sobre este punto dice Emilio García Riera

“La Plasticidad de Los de abajo más se debió a la fotografía de Figueroa que a la

realización de Urueta, y si contó para lograrla la influencia de Eisenstein, más visible

resulta la de John Ford: son fordianas, por ejemplo, las imágenes de hileras de jinetes en un

horizonte coronado de nubes fotogénicas” (García: 1992: 125) Esta “Plasticidad” de la que

habla García Riera dota a los personajes de un heroísmo marcado.

La película Los de abajo de Servando González

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Este filme es igualmente fiel a la novela de Azuela, incluso al personaje del “Meco” se le

llama así, y no “Neco” como en la primera, en la cinta de González vemos la misma escena

(Probablemente por ser de las más importantes, en la misma novela) de cuando asesinan al

espía. Hay que tomar en cuenta que son casi cuatro décadas de diferencia entre ambas

cintas, por lo que el lenguaje cinematográfico ha evolucionado bastante, y aún más

importante, el contexto socio-político es muy distinto, mientras que en el cine de los 40 se

buscaba una instauración de la identidad nacional, a finales de los 70 (Además de que el

cine mexicano estaba en crisis) la narrativa se inclinaba a las causas sociales de un pueblo

que ya se había dado cuenta que le revolución no había funcionado. Al igual que en la cinta

de los 40, es el lenguaje cinematográfico el que nos ayuda a ver la admiración de a los

villistas, con tomas en contrapicada que enardecen y agrandan la figura de Demetrio

Macías, y sobre todo con técnicas de montaje que no había 36 años antes, que hacen de esta

película más dinámica que la anterior, pero sobre todo, la inclusión de material documental

con una voz en off hablando de la grandeza de Villa, y mostrándolo a él y sus tropas

haciendo “Actos de justicia”. Por el manejo de estos recursos (Tomás de distintos ángulos,

más locaciones naturales, técnicas de montaje) Se puede decir que esta segunda

adapatación está mejor lograda, pero sólo en el aspecto técnico, pues en la narrativa se

queda muy corta ya que no profundiza en la novela. Tiene elementos que ayudan a reforzar

el carácter de los personajes como el mencionado por Carla Arroyo Quiroz

La puesta en escena del filme, también muestra como los límites de lo representable en

términos morales se había expandido en el cine de los años 70; por ejemplo: en la secuencia

de la fiesta que ocurre en la casa apropiada por la tropa de Demetrio aparecen desnudos y

escenas de sexo que ni la novela de Azuela ni el filme de Urueta podían haber mostrado

(Arroyo: 2010: 61)

El filme de González da más énfasis a las causas de la revolución que la película de Urueta

o incluso que la propia novela de Azuela, a través de la inclusión de los elementos antes

mencionados, y de los discursos de Luis Cervantes, que como Solís en la película de los 40

son más exagerados que en el texto original, el rechazo entonces, en esta cinta, se da de la

misma manera que en la anterior, la simple representación de los actos violentos, escenas

donde se ve a los personajes comiendo y bebiendo de forma desmesurada, la admiración, se

da gracias a los discursos de personajes que son tratados de una manera distinta a la de la

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novela, y el uso de los recursos técnicos, es irónico que la pirotecnia visual que usó

González, fuese lo que haría que su película se sintiera más vacía que la de Urueta, como

bien explica García Riera

La segunda versión de la obra de Mariano Azuela resulta quizá mejor ambientada, dialogada

y fotografiada […] pero también se antoja más vacía […] Servando González prefirió un

merodeo alrededor de la novela que entrar de lleno en ella, así logró dar prioridad a su

exhibicionismo técnico, según su costumbre, y convertir a la revolución en un ruidoso,

tumultoso pretexto para una orgía de extravagancias. Los personajes se pierden por

completo mientras se prodigan planos muy rebuscados y muy fragmentados. (García: 1992:

315)

Conclusiones.

En su libro La novela de la revolución mexicana Adalberto Dessau nos dice:

“Simbólicamente, la trama vuelve en el capítulo final a su punto de partida. El lector debe

preguntarse: ¿Qué ha traído de bueno la revolución, además de sufrimientos, privaciones,

horrores y atroces delitos? Y el final del libro deja las cosas sin respuesta, después de

provocar esta pregunta” (Dessau: 1996: 216). Los tres textos se encargaron de mostrarnos

tanto admiración por la causa, como un montón de violencia e injusticia sin sentido, en la

novela esto último es más claro, sobre todo gracias al narrador omnisciente quien además,

en repetidas ocasiones, hace comentarios sobre las tropas refiriéndose a ellos como

ignorantes, bárbaros e incluso como animales, las obras fílmicas dejan más clara la

admiración gracias al uso de las técnicas cinematográficas, y probablemente por la

dificultad de trasladar a la pantalla los comentarios del narrador antes mencionados. Esta

admiración y rechazo, es un ejemplo fiel de como se ha vivido la revolución, pues, por lo

general las clases bajas están de acuerdo con la causa, y ven en muchos revolucionarios

como el propio Villa, como héroes nacionales y ejemplos a seguir, mientras que las clases

más altas, ven a los revolucionarios como un montón de bandidos, en ambos extremos es

clara la falta de conocimiento, ya sea por falta de educación o de interés. Esta ambivalencia

en las obras, es la representación de la realidad, una mezcla de admiración, temor y

desconocimiento de un levantamiento, que sin duda, no fue lo que se esperaba. ¿Qué dejó

bueno la revolución? Eso depende de qué lado estás, y a que te refieras específicamente, en

literatura nos dejó al menos un corpus único, sociopolíticamente nos dejó donde todo

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empezó, como a Demetrio Macías “Con los ojos fijos para siempre, apuntando con el cañón

del fusil”

Bibliografía.

Arroyo Claudia. La novela de la revolución y su adaptación al cine; el caso de los de

abajo de Mariano Azuela. En revista “Casa del tiempo” No.30. Universidad autónoma

metropolitana. Abril 2010.

Azuela Mariano. “Los de abajo” en “Novela de la revolución mexicana” Tomo I. Aguilar.

México D.F. 1964.

Dessau Adalberto. Novela de la revolución mexicana. Fondo de cultura económica. México

DF. 1996.

García Emilio. Historia documental del cine mexicano. Tomos II y XVII. Universidad de

Guadalajara. Guadalajara. 1992.

Películas.

Los de abajo. Dir. Chano Urueta. 1940. 92 minutos.

Los de abajo. Dir. Servando González. 1976. 124 minutos.