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Adoptar una mentalidad de abundancia Gigantes y Langostas 1 Por David Yonggi Cho En este mensaje el pastor Cho nos propone un cambio de mentalidad. Nos insta a movernos y avanzar, a tener en cuenta la transformación que se operó en nuestras vidas al pie de la cruz. Una óptica positiva para una vida en victoria Moisés llegó al borde de Canaán, luego de atravesar el desierto con los israelitas. Desde Cades-Barnea, envió doce espías para observar la tierra de Canaán durante cuarenta días. Cuando los espías regresaron de reconocer la tierra, diez hablaron mal, todos excepto Caleb y Josué. En Números 13:30-33 dice: “Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ella. Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido diciendo: es tierra que traga a sus moradores: y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos”. Lo más impactante de sus comentarios fue que a ellos mismos “les parecía” que eran como langostas ante el pueblo de Canaán. El pueblo que se veía a sí mismo como langostas no podía conquistar la tierra de Canaán en la que habitaban gigantes. Dios no podía usar a estas personas para conquistar la tierra que ellos habían reconocido, como tampoco bendecirlos. Hoy encontramos muchas personas que se ven a sí mismas como langostas. Para esas personas es imposible tener éxito y bendición.¿Cómo puede uno que se ve a sí mismo como una langosta conquistar enemigos que son como gigantes, y avanzar? No importa tanto cómo mis enemigos me ven. Lo importante es cómo me veo yo En primer lugar, nosotros que tenemos a Jesús no debemos vernos a nosotros mismos como hombres sujetos a la carne del pasado. El hombre de la carne del pasado es como una langosta si se compara con el gigante que es nuestro enemigo, el diablo. Originalmente el hombre no fue creado como una langosta sino como un gigante, como un ser espiritual. Génesis 2:7 dice: “Entonces Jehová Dios formo al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. El hombre no fue creado solo de materia, sino que también recibió un espíritu que es gigante. El hombre era el señor del mundo mientras el espíritu se comunicaba con Dios. Génesis 1:26-28 dice: “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza: y s eñoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra”. El hombre era un gigante creado a la imagen y a la semejanza de Dios, y como un dominador de la tierra, del mar y de todas las cosas.

Adoptar Una Mentalidad de Abundancia

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Adoptar Una Mentalidad de Abundancia

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  • Adoptar una mentalidad de abundancia

    Gigantes y Langostas

    1

    Por David Yonggi Cho

    En este mensaje el pastor Cho nos propone un cambio de mentalidad. Nos insta a movernos y avanzar, a

    tener en cuenta la transformacin que se oper en nuestras vidas al pie de la cruz. Una ptica positiva para

    una vida en victoria

    Moiss lleg al borde de Canan, luego de atravesar el desierto con los israelitas. Desde Cades-Barnea,

    envi doce espas para observar la tierra de Canan durante cuarenta das. Cuando los espas regresaron de

    reconocer la tierra, diez hablaron mal, todos excepto Caleb y Josu.

    En Nmeros 13:30-33 dice: Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moiss, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesin de ella; porque ms podremos nosotros que ella. Mas los varones que subieron

    con l, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es ms fuerte que nosotros. Y hablaron mal

    entre los hijos de Israel, de la tierra que haban reconocido diciendo: es tierra que traga a sus moradores: y

    todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. Tambin vimos all gigantes,

    hijos de Anac, raza de los gigantes, y ramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y as les

    parecamos a ellos. Lo ms impactante de sus comentarios fue que a ellos mismos les pareca que eran como langostas ante el pueblo de Canan. El pueblo que se vea a s mismo como langostas no poda conquistar la tierra de

    Canan en la que habitaban gigantes. Dios no poda usar a estas personas para conquistar la tierra que ellos

    haban reconocido, como tampoco bendecirlos.

    Hoy encontramos muchas personas que se ven a s mismas como langostas. Para esas personas es

    imposible tener xito y bendicin.Cmo puede uno que se ve a s mismo como una langosta conquistar

    enemigos que son como gigantes, y avanzar?

    No importa tanto cmo mis enemigos me ven. Lo importante es cmo me veo yo

    En primer lugar, nosotros que tenemos a Jess no debemos vernos a nosotros mismos como hombres

    sujetos a la carne del pasado. El hombre de la carne del pasado es como una langosta si se compara con el

    gigante que es nuestro enemigo, el diablo. Originalmente el hombre no fue creado como una langosta sino

    como un gigante, como un ser espiritual. Gnesis 2:7 dice: Entonces Jehov Dios formo al hombre del polvo de la tierra, y sopl en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. El hombre no fue creado solo de materia, sino que tambin recibi un espritu que es gigante.

    El hombre era el seor del mundo mientras el espritu se comunicaba con Dios. Gnesis 1:26-28 dice:

    Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza: y seoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra

    sobre la tierra. Y cre Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo cre; varn y hembra los cre. Y

    los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y seoread en los

    peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. El hombre era un gigante creado a la imagen y a la semejanza de Dios, y como un dominador de la tierra,

    del mar y de todas las cosas.

  • Cmo dicho hombre pudo volverse una langosta? Es que el espritu muri cuando el hombre traicion a

    Dios y se degener. Luego perdi la soberana dominante y al instante se convirti en langosta. Como se

    cort la comunicacin con Dios, la ansiedad y el terror ocuparon su corazn y se convirti en esclavo de

    todas esas cosas. La Tierra fue maldecida y comi con dolor, y el sudor no se apart de su vida. El hombre

    se convirti en esclavo de la muerte, de la enfermedad y se debilit. La ansiedad y el terror de la vida, el

    dolor y la fatiga, todas estas cosas se lanzaron sobre el hombre como un poder incontrolable.

    Si se compara con un gigante, el hombre es simplemente una langosta, un ser miserable. Cuando se ve a s

    mismo como una persona sin poder y sin fuerza, no puede tener xito en su vida. Todas las personas hoy se

    consideran a s mismas como langostas, llenas de la fatiga de la vida, de dolor, de maldicin, de

    enfermedad y del diablo, as como los israelitas pensaban ante los gigantes de Canan.

    De langostas a gigantes

    En segundo lugar, nosotros que tenemos la salvacin en Cristo, nos hemos convertido en gigantes al revivir

    el espritu en nosotros. 2 Corintios 5:16-17 dice: De manera que nosotros de aqu en adelante a nadie conocemos segn la carne; y aun si a Cristo conocimos segn la carne, ya no lo conocemos as. De modo

    que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron: he aqu todas son hechas nuevas. El hombre del pasado esta muerto, y crucificado juntamente con Cristo. En Glatas 2:20 dice: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi; y lo que ahora vivo en la carne, lo

    vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am y se entreg a si mismo por mi. El hombre sin poder fue muerto y crucificado juntamente con Cristo. Y ahora l vive en nosotros. Segn la

    Biblia, mayor es el que esta en nosotros que el que est en el mundo. El diablo y el pecado, el sentimiento

    de rechazo, enfermedad y tristeza, dolor, maldicin y pobreza, y la muerte, llegan a nuestra vida como

    gigantes para robar, matar y destruir. Mas ahora todas estas cosas ya no pueden dominarnos. Por que?

    Porque ahora la carne ha sido muerta y sepultada juntamente con Cristo, y contamos una nueva vida, un

    nuevo espritu en Cristo.

    El que tiene a Jess y vive con Jess, tiene todo el poder sobre el cielo y la Tierra y enseorea sobre todas

    las cosas, ya no es langosta sino gigante. Por eso en Romanos 5:17 dice: Pues si por la trasgresin de uno solo rein la muerte, mucho ms reinarn en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de

    la gracia y del don de la justicia. El que tiene a Cristo no es esclavo, volvi a nacer como rey. No es langosta, sino gigante. No es esclavo del destino, sino dominador.

    Usted y yo tenemos que saber que hemos sido creados nuevamente en Cristo como reyes que dominan las

    circunstancias y no como siervos de ellas. As nos hemos hecho gigantes que tomamos el papel de rey en el

    perdn y la justicia. Nos transformamos en gigantes llenos del Espritu Santo por la reconciliacin y la

    gracia. Gigantes, llenos de vitalidad por la alegra y la sanidad. Librados de la maldicin. Nos

    transformamos en gigantes que hemos conseguido el cielo y la vida eterna.

    Los israelitas llegaron a Cades-Barnea, la entrada para la tierra de Canan. Podran haber ocupado la tierra

    que fluye leche y miel de inmediato, si solo hubieran dependido de Dios, pero se vieron a s mismos como

    langostas. No podan menos que sentirse frustrados, desesperados y deseosos de volver atrs, ya que se

    vean a s mismos de esa manera. Como pueden las langostas conquistar gigantes? As que se volvieron

    atrs todos ellos.

    Tambin nosotros somos as. Cmo nos vemos a nosotros mismos? La respuesta conduce nuestro destino

    y futuro. Puesto que nos vemos a nosotros como langostas, no podemos menos que volvernos atrs.

    Decimos: no lo hago bien, no me sale bien, no puedo. Pero si sabemos que somos gigantes con Cristo por

    ser muerto el hombre viejo en la cruz y nacido nuevamente como un hombre espiritual y dominador,

    lograremos no temer al destino y a las circunstancias.

    Por lo tanto, tenemos que reconocer que lo que tenemos no es una religin, sino un verdadero cambio por

    la gracia del Seor mediante su cruz. Si no sabemos que ocurri un gran cambio en nuestra vida,

  • seguiremos como una langosta que alcanz una religin pero que no podr ocupar la tierra de Canan.

    Pensamientos de gigantes

    En tercer lugar, tenemos que grabar profundamente lo que dice la Biblia de manera que de aqu en adelante

    a nadie conozcamos segn la carne. Antes de creer en Jess, toda la gente era carne perversa. Pero despus

    de creer en l, no debemos ver a nadie segn la carne. Ustedes y yo no somos la carne. Los que estn en el

    mundo son la carne porque sus espritus estn muertos. Viven conforme a los deseos de la carne, los deseos

    de los ojos y la vanagloria de la vida, y siguen los deseos de la carne. Pero ya no estamos sujetos a la carne.

    Hemos vuelto a nacer; por lo tanto somos seres espirituales que estamos llenos del Espritu Santo. Los

    seres espirituales siempre son los dominadores.

    Mientras Adn y Eva eran seres espirituales se enseorearon de todas las cosas. Pero desde que fueron

    obedientes a la carne, se les quit toda la autoridad que tuvieron.

    Por lo tanto, no debemos conocernos a nosotros segn la carne. Pues, qu determinacin tomaremos en

    nuestro corazn? Que somos esclavos del pecado y que no podemos vencerlo, por eso pecamos y aunque

    quiera nuestro corazn la carne es dbil? Son pensamientos de langosta! Mas ahora nosotros tenemos

    pensamientos de gigantes, porque estamos libres de la ley del pecado y la muerte en Jesucristo. Por lo

    tanto, si confrontamos al pecado en el nombre de Jess, tendremos la victoria.

    As que tenemos que estar llenos de pensamientos de gigantes en nuestro corazn. No debemos pensar que

    estamos abandonados. No estamos abandonados. Aunque no podamos verlo con nuestros ojos ni

    escucharlo con nuestros odos, ni hallemos algo en nuestras manos y andemos en valle de sombra de

    muerte, no temeremos mal alguno, porque el Seor estar con nosotros; su vara y su cayado nos infundirn

    aliento.

    Por eso no estamos abandonados. En lo absoluto. No somos seres tristes ni enfermos. No digamos: No tengo alegra y no soy feliz. Siempre estoy triste, enfermo y me encuentro en una situacin horrible. No pensemos de esta manera, porque estos son pensamientos de langosta. Las langostas piensan as, no los

    gigantes. Estamos libres de la tristeza y de la enfermedad por medio de Jesucristo, porque Jess tomo

    nuestras flaquezas y llev nuestras enfermedades. Cristo es nuestra alegra, nuestra plenitud y nuestra

    salud. Tenemos que avanzar con esa conviccin.

    No debemos pensar que somos maldecidos ni fracasados. Mientras estemos en este mundo, puede ser que

    tengamos tentaciones o dificultades. Tal vez no nos vaya bien en los negocios o perdamos crdito. Pero no

    es el fin de nuestra vida. Si vemos la dificultad y nos volvemos atrs, tenemos pensamientos de langosta. A

    pesar de que estos enemigos nos rodeen Dios es mayor que todos ellos y l est con nosotros. Jess es el

    Hijo de Dios que mora en nosotros, el Espritu Santo nos ayuda y nos redimi de la maldicin de la ley,

    hecho por nosotros maldicin, para que en la bendicin de Abraham nos alcanzase.

    Si avanzamos por fe, el destino y las circunstancias pueden ser conquistados y cambiados

    Por lo tanto, no debemos volvernos atrs aprobando, aceptando y desilusionndonos por haber ocurrido

    cualquier cosa negativa ante nuestros ojos. Tenemos que tener fe de que podemos vencer a todos los

    enemigos y avanzar no como langostas, sino como gigantes, alzando nuestros ojos y mirando la cruz.

    No debemos temblar ante la muerte aunque estemos a punto de morir. Debemos mirar al nuevo cielo, la

    nueva tierra y la nueva Jerusaln que ha preparado el Seor para nosotros mas all de la muerte. As que,

    como sabemos que Dios nos da la bienvenida y se alegra por nosotros, no debemos mirar y aceptar la

    muerte y angustiarnos en la desesperacin de la muerte.

    Si pensamos, hablamos y escuchamos estas cosas negativas, seguramente fracasaremos. En Cristo debemos

    tener pensamientos de gigantes, porque somos nuevas criaturas. La gracia de Dios, el perdn del pecado, la

    sanidad y la bendicin estn siempre con nosotros.

  • Oro por ustedes para que tengan acciones nuevas, palabras nuevas y pensamientos nuevos. Ustedes mismos

    tienen que admitir que son justos, perdonados ante Dios. Tienen que admitir que reciben el amor de Dios y

    que el Espritu Santo mora en ustedes, y deben dar gracias. Declare: No tengo nada que ver con la tristeza. Cristo es mi alegra. Soy librado de las enfermedades, la debilidad y el dolor. Soy librado de la maldicin y

    la pobreza y tengo libertad. No tengo nada que ver con la muerte y el cielo eterno es mo . Tenemos el evangelio de salvacin, la plenitud del Espritu Santo, la sanidad, la bendicin. El Espritu de

    Dios est con nosotros y nos brinda su ayuda. Ha venido el Espritu Santo para que no estemos hurfanos,

    siempre est con nosotros y es enviado por Dios para ayudarnos. Por lo tanto, si lo aceptamos, le damos la

    bienvenida, lo recibimos y avanzamos dependiendo de l, nos ayudar con la uncin del poder del Espritu

    Santo.Y si tenemos sueos por el Espritu Santo, podemos pensar que el da de maana ser mejor que hoy,

    el prximo mes mejor que este mes y el ao entrante mejor que este ao.

    El individuo y el pueblo que no tiene esta expectativa, fracasa. Pero mientras tenemos pensamientos de

    gigantes en nuestro corazn, sueos y fe de que nadie podr tocarnos, estaremos totalmente confiados.

    Tambin tenemos la oracin, la fe y la alabanza. Tenemos que orar siempre a Dios; si estamos en

    dificultad, siempre demos gracias a l y vivamos alabndolo. No deben de salir de nuestra boca palabras de

    resentimiento, queja ni lamentacin, sino debemos rebosar de gracias y alabanza en nuestro corazn.

    Cuando rebosamos de gracias y alabanza, la puerta del cielo se abrir, y entraremos en su palacio y

    podremos vivir con l. En Hebreos 10:38 dice: Mas el justo vivir por fe; y si retrocediere, no agradar a mi alma. Aunque los que tuvieron pensamientos de langosta quisieron regresar a Egipto, Josu y Caleb declararon:

    Entremos porque Dios est con nosotros. La tierra es nuestra. El dueo se ha marchado. En ella fluye leche y miel. Vamos!

    Fueron personas con pensamientos de gigante, los que entraron a la tierra prometida; sin embargo, los que

    tuvieron pensamientos de langosta retrocedieron y murieron en el desierto

    La razn por la que Jess fue crucificado fue para darnos, a usted y a mi, al pueblo elegido espiritualmente,

    la tierra de Canan que fluye leche y miel. Nuestro Canan est bajo la cruz. Jess tom la maldicin del

    desierto en la cruz y logr la tierra de Canan para la humanidad que sufra desde Adn, en el desierto. En

    Nmeros 13:30 dice: Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moiss, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesin de ella; porque ms podremos nosotros que ellos. As nosotros tambin, si tenemos pensamientos de gigantes y nos presentamos a la cruz por medio de la

    oracin, podemos ocupar la tierra que l nos ha dado. En Nmeros 14:8 dice Si Jehov se agradare de nosotros, l nos llevar a esta tierra, y nos la entregar; tierra que fluye leche y miel. En verdad hay tierra que fluye leche y miel bajo la cruz. Fluye leche y miel del perdn, del amor y del

    Espritu Santo, del gozo y la sanidad, la prosperidad de la bendicin de Abraham, y la vida eterna. Hoy la

    gente del mundo no ve la tierra de Canan. Pero si ellos alzaran sus ojos y miraran a la cruz, ah est la

    tierra de Canan que fluye leche y miel. Pero el que tiene pensamientos de langosta no podr entrar ah.

    Acurdense de la palabra en Nmeros 14:9: Por tanto, no seis rebeldes contra Jehov, ni temis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros

    esta Jehov; no los temis. Solo podrn ocupar la tierra de Canan en la que fluye leche y miel, si avanzan creyendo en Jess, porque

    Jehov estar con ustedes. El Seor les promete la bendicin de que sern prosperados en todas las cosas,

    tendrn salud, prosperar su alma y recibirn el Espritu Santo.

  • Gigantes y Langostas

    1

    Por David Yonggi Cho

    En este mensaje el pastor Cho nos propone un cambio de mentalidad. Nos insta a movernos y avanzar, a

    tener en cuenta la transformacin que se oper en nuestras vidas al pie de la cruz. Una ptica positiva para

    una vida en victoria

    Moiss lleg al borde de Canan, luego de atravesar el desierto con los israelitas. Desde Cades-Barnea,

    envi doce espas para observar la tierra de Canan durante cuarenta das. Cuando los espas regresaron de

    reconocer la tierra, diez hablaron mal, todos excepto Caleb y Josu.

    En Nmeros 13:30-33 dice: Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moiss, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesin de ella; porque ms podremos nosotros que ella. Mas los varones que subieron

    con l, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es ms fuerte que nosotros. Y hablaron mal

    entre los hijos de Israel, de la tierra que haban reconocido diciendo: es tierra que traga a sus moradores: y

    todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. Tambin vimos all gigantes,

    hijos de Anac, raza de los gigantes, y ramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y as les

    parecamos a ellos. Lo ms impactante de sus comentarios fue que a ellos mismos les pareca que eran como langostas ante el pueblo de Canan. El pueblo que se vea a s mismo como langostas no poda conquistar la tierra de

    Canan en la que habitaban gigantes. Dios no poda usar a estas personas para conquistar la tierra que ellos

    haban reconocido, como tampoco bendecirlos.

    Hoy encontramos muchas personas que se ven a s mismas como langostas. Para esas personas es

    imposible tener xito y bendicin.Cmo puede uno que se ve a s mismo como una langosta conquistar

    enemigos que son como gigantes, y avanzar?

    No importa tanto cmo mis enemigos me ven. Lo importante es cmo me veo yo

    En primer lugar, nosotros que tenemos a Jess no debemos vernos a nosotros mismos como hombres

    sujetos a la carne del pasado. El hombre de la carne del pasado es como una langosta si se compara con el

    gigante que es nuestro enemigo, el diablo. Originalmente el hombre no fue creado como una langosta sino

    como un gigante, como un ser espiritual. Gnesis 2:7 dice: Entonces Jehov Dios formo al hombre del polvo de la tierra, y sopl en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. El hombre no fue creado solo de materia, sino que tambin recibi un espritu que es gigante.

    El hombre era el seor del mundo mientras el espritu se comunicaba con Dios. Gnesis 1:26-28 dice:

    Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza: y seoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra

    sobre la tierra. Y cre Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo cre; varn y hembra los cre. Y

    los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y seoread en los

    peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. El hombre era un gigante creado a la imagen y a la semejanza de Dios, y como un dominador de la tierra,

    del mar y de todas las cosas.

    Cmo dicho hombre pudo volverse una langosta? Es que el espritu muri cuando el hombre traicion a

    Dios y se degener. Luego perdi la soberana dominante y al instante se convirti en langosta. Como se

    cort la comunicacin con Dios, la ansiedad y el terror ocuparon su corazn y se convirti en esclavo de

  • todas esas cosas. La Tierra fue maldecida y comi con dolor, y el sudor no se apart de su vida. El hombre

    se convirti en esclavo de la muerte, de la enfermedad y se debilit. La ansiedad y el terror de la vida, el

    dolor y la fatiga, todas estas cosas se lanzaron sobre el hombre como un poder incontrolable.

    Si se compara con un gigante, el hombre es simplemente una langosta, un ser miserable. Cuando se ve a s

    mismo como una persona sin poder y sin fuerza, no puede tener xito en su vida. Todas las personas hoy se

    consideran a s mismas como langostas, llenas de la fatiga de la vida, de dolor, de maldicin, de

    enfermedad y del diablo, as como los israelitas pensaban ante los gigantes de Canan.

    De langostas a gigantes

    En segundo lugar, nosotros que tenemos la salvacin en Cristo, nos hemos convertido en gigantes al revivir

    el espritu en nosotros. 2 Corintios 5:16-17 dice: De manera que nosotros de aqu en adelante a nadie conocemos segn la carne; y aun si a Cristo conocimos segn la carne, ya no lo conocemos as. De modo

    que si alguno esta en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron: he aqu todas son hechas nuevas. El hombre del pasado esta muerto, y crucificado juntamente con Cristo. En Glatas 2:20 dice: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi; y lo que ahora vivo en la carne, lo

    vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me am y se entreg a si mismo por mi. El hombre sin poder fue muerto y crucificado juntamente con Cristo. Y ahora l vive en nosotros. Segn la

    Biblia, mayor es el que esta en nosotros que el que est en el mundo. El diablo y el pecado, el sentimiento

    de rechazo, enfermedad y tristeza, dolor, maldicin y pobreza, y la muerte, llegan a nuestra vida como

    gigantes para robar, matar y destruir. Mas ahora todas estas cosas ya no pueden dominarnos. Por que?

    Porque ahora la carne ha sido muerta y sepultada juntamente con Cristo, y contamos una nueva vida, un

    nuevo espritu en Cristo.

    El que tiene a Jess y vive con Jess, tiene todo el poder sobre el cielo y la Tierra y enseorea sobre todas

    las cosas, ya no es langosta sino gigante. Por eso en Romanos 5:17 dice: Pues si por la trasgresin de uno solo rein la muerte, mucho ms reinarn en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de

    la gracia y del don de la justicia. El que tiene a Cristo no es esclavo, volvi a nacer como rey. No es langosta, sino gigante. No es esclavo del destino, sino dominador.

    Usted y yo tenemos que saber que hemos sido creados nuevamente en Cristo como reyes que dominan las

    circunstancias y no como siervos de ellas. As nos hemos hecho gigantes que tomamos el papel de rey en el

    perdn y la justicia. Nos transformamos en gigantes llenos del Espritu Santo por la reconciliacin y la

    gracia. Gigantes, llenos de vitalidad por la alegra y la sanidad. Librados de la maldicin. Nos

    transformamos en gigantes que hemos conseguido el cielo y la vida eterna.

    Los israelitas llegaron a Cades-Barnea, la entrada para la tierra de Canan. Podran haber ocupado la tierra

    que fluye leche y miel de inmediato, si solo hubieran dependido de Dios, pero se vieron a s mismos como

    langostas. No podan menos que sentirse frustrados, desesperados y deseosos de volver atrs, ya que se

    vean a s mismos de esa manera. Como pueden las langostas conquistar gigantes? As que se volvieron

    atrs todos ellos.

    Tambin nosotros somos as. Cmo nos vemos a nosotros mismos? La respuesta conduce nuestro destino

    y futuro. Puesto que nos vemos a nosotros como langostas, no podemos menos que volvernos atrs.

    Decimos: no lo hago bien, no me sale bien, no puedo. Pero si sabemos que somos gigantes con Cristo por

    ser muerto el hombre viejo en la cruz y nacido nuevamente como un hombre espiritual y dominador,

    lograremos no temer al destino y a las circunstancias.

    Por lo tanto, tenemos que reconocer que lo que tenemos no es una religin, sino un verdadero cambio por

    la gracia del Seor mediante su cruz. Si no sabemos que ocurri un gran cambio en nuestra vida,

    seguiremos como una langosta que alcanz una religin pero que no podr ocupar la tierra de Canan.

    Pensamientos de gigantes

  • En tercer lugar, tenemos que grabar profundamente lo que dice la Biblia de manera que de aqu en adelante

    a nadie conozcamos segn la carne. Antes de creer en Jess, toda la gente era carne perversa. Pero despus

    de creer en l, no debemos ver a nadie segn la carne. Ustedes y yo no somos la carne. Los que estn en el

    mundo son la carne porque sus espritus estn muertos. Viven conforme a los deseos de la carne, los deseos

    de los ojos y la vanagloria de la vida, y siguen los deseos de la carne. Pero ya no estamos sujetos a la carne.

    Hemos vuelto a nacer; por lo tanto somos seres espirituales que estamos llenos del Espritu Santo. Los

    seres espirituales siempre son los dominadores.

    Mientras Adn y Eva eran seres espirituales se enseorearon de todas las cosas. Pero desde que fueron

    obedientes a la carne, se les quit toda la autoridad que tuvieron.

    Por lo tanto, no debemos conocernos a nosotros segn la carne. Pues, qu determinacin tomaremos en

    nuestro corazn? Que somos esclavos del pecado y que no podemos vencerlo, por eso pecamos y aunque

    quiera nuestro corazn la carne es dbil? Son pensamientos de langosta! Mas ahora nosotros tenemos

    pensamientos de gigantes, porque estamos libres de la ley del pecado y la muerte en Jesucristo. Por lo

    tanto, si confrontamos al pecado en el nombre de Jess, tendremos la victoria.

    As que tenemos que estar llenos de pensamientos de gigantes en nuestro corazn. No debemos pensar que

    estamos abandonados. No estamos abandonados. Aunque no podamos verlo con nuestros ojos ni

    escucharlo con nuestros odos, ni hallemos algo en nuestras manos y andemos en valle de sombra de

    muerte, no temeremos mal alguno, porque el Seor estar con nosotros; su vara y su cayado nos infundirn

    aliento.

    Por eso no estamos abandonados. En lo absoluto. No somos seres tristes ni enfermos. No digamos: No tengo alegra y no soy feliz. Siempre estoy triste, enfermo y me encuentro en una situacin horrible. No pensemos de esta manera, porque estos son pensamientos de langosta. Las langostas piensan as, no los

    gigantes. Estamos libres de la tristeza y de la enfermedad por medio de Jesucristo, porque Jess tomo

    nuestras flaquezas y llev nuestras enfermedades. Cristo es nuestra alegra, nuestra plenitud y nuestra

    salud. Tenemos que avanzar con esa conviccin.

    No debemos pensar que somos maldecidos ni fracasados. Mientras estemos en este mundo, puede ser que

    tengamos tentaciones o dificultades. Tal vez no nos vaya bien en los negocios o perdamos crdito. Pero no

    es el fin de nuestra vida. Si vemos la dificultad y nos volvemos atrs, tenemos pensamientos de langosta. A

    pesar de que estos enemigos nos rodeen Dios es mayor que todos ellos y l est con nosotros. Jess es el

    Hijo de Dios que mora en nosotros, el Espritu Santo nos ayuda y nos redimi de la maldicin de la ley,

    hecho por nosotros maldicin, para que en la bendicin de Abraham nos alcanzase.

    Si avanzamos por fe, el destino y las circunstancias pueden ser conquistados y cambiados

    Por lo tanto, no debemos volvernos atrs aprobando, aceptando y desilusionndonos por haber ocurrido

    cualquier cosa negativa ante nuestros ojos. Tenemos que tener fe de que podemos vencer a todos los

    enemigos y avanzar no como langostas, sino como gigantes, alzando nuestros ojos y mirando la cruz.

    No debemos temblar ante la muerte aunque estemos a punto de morir. Debemos mirar al nuevo cielo, la

    nueva tierra y la nueva Jerusaln que ha preparado el Seor para nosotros mas all de la muerte. As que,

    como sabemos que Dios nos da la bienvenida y se alegra por nosotros, no debemos mirar y aceptar la

    muerte y angustiarnos en la desesperacin de la muerte.

    Si pensamos, hablamos y escuchamos estas cosas negativas, seguramente fracasaremos. En Cristo debemos

    tener pensamientos de gigantes, porque somos nuevas criaturas. La gracia de Dios, el perdn del pecado, la

    sanidad y la bendicin estn siempre con nosotros.

    Oro por ustedes para que tengan acciones nuevas, palabras nuevas y pensamientos nuevos. Ustedes mismos

    tienen que admitir que son justos, perdonados ante Dios. Tienen que admitir que reciben el amor de Dios y

    que el Espritu Santo mora en ustedes, y deben dar gracias. Declare: No tengo nada que ver con la tristeza.

  • Cristo es mi alegra. Soy librado de las enfermedades, la debilidad y el dolor. Soy librado de la maldicin y

    la pobreza y tengo libertad. No tengo nada que ver con la muerte y el cielo eterno es mo . Tenemos el evangelio de salvacin, la plenitud del Espritu Santo, la sanidad, la bendicin. El Espritu de

    Dios est con nosotros y nos brinda su ayuda. Ha venido el Espritu Santo para que no estemos hurfanos,

    siempre est con nosotros y es enviado por Dios para ayudarnos. Por lo tanto, si lo aceptamos, le damos la

    bienvenida, lo recibimos y avanzamos dependiendo de l, nos ayudar con la uncin del poder del Espritu

    Santo.Y si tenemos sueos por el Espritu Santo, podemos pensar que el da de maana ser mejor que hoy,

    el prximo mes mejor que este mes y el ao entrante mejor que este ao.

    El individuo y el pueblo que no tiene esta expectativa, fracasa. Pero mientras tenemos pensamientos de

    gigantes en nuestro corazn, sueos y fe de que nadie podr tocarnos, estaremos totalmente confiados.

    Tambin tenemos la oracin, la fe y la alabanza. Tenemos que orar siempre a Dios; si estamos en

    dificultad, siempre demos gracias a l y vivamos alabndolo. No deben de salir de nuestra boca palabras de

    resentimiento, queja ni lamentacin, sino debemos rebosar de gracias y alabanza en nuestro corazn.

    Cuando rebosamos de gracias y alabanza, la puerta del cielo se abrir, y entraremos en su palacio y

    podremos vivir con l. En Hebreos 10:38 dice: Mas el justo vivir por fe; y si retrocediere, no agradar a mi alma. Aunque los que tuvieron pensamientos de langosta quisieron regresar a Egipto, Josu y Caleb declararon:

    Entremos porque Dios est con nosotros. La tierra es nuestra. El dueo se ha marchado. En ella fluye leche y miel. Vamos!

    Fueron personas con pensamientos de gigante, los que entraron a la tierra prometida; sin embargo, los que

    tuvieron pensamientos de langosta retrocedieron y murieron en el desierto

    La razn por la que Jess fue crucificado fue para darnos, a usted y a mi, al pueblo elegido espiritualmente,

    la tierra de Canan que fluye leche y miel. Nuestro Canan est bajo la cruz. Jess tom la maldicin del

    desierto en la cruz y logr la tierra de Canan para la humanidad que sufra desde Adn, en el desierto. En

    Nmeros 13:30 dice: Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moiss, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesin de ella; porque ms podremos nosotros que ellos. As nosotros tambin, si tenemos pensamientos de gigantes y nos presentamos a la cruz por medio de la

    oracin, podemos ocupar la tierra que l nos ha dado. En Nmeros 14:8 dice Si Jehov se agradare de nosotros, l nos llevar a esta tierra, y nos la entregar; tierra que fluye leche y miel. En verdad hay tierra que fluye leche y miel bajo la cruz. Fluye leche y miel del perdn, del amor y del

    Espritu Santo, del gozo y la sanidad, la prosperidad de la bendicin de Abraham, y la vida eterna. Hoy la

    gente del mundo no ve la tierra de Canan. Pero si ellos alzaran sus ojos y miraran a la cruz, ah est la

    tierra de Canan que fluye leche y miel. Pero el que tiene pensamientos de langosta no podr entrar ah.

    Acurdense de la palabra en Nmeros 14:9: Por tanto, no seis rebeldes contra Jehov, ni temis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros

    esta Jehov; no los temis. Solo podrn ocupar la tierra de Canan en la que fluye leche y miel, si avanzan creyendo en Jess, porque

    Jehov estar con ustedes. El Seor les promete la bendicin de que sern prosperados en todas las cosas,

    tendrn salud, prosperar su alma y recibirn el Espritu Santo.

    Versculo de la Biblia: Nmero 13:30-33Hoy quiero compartir la palabra de Dios con ustedes con el ttulo:

    Gigantes y langostas. Moiss lleg al borde de Canan, habiendo atravesado el desierto donde fluye leche y miel, con los israelitas. Desde Cades-barnea, Moiss envi 12 espas para observar la tierra de

    Canan durante 40 das. Cuando ellos regresaron de reconocer la tierra, los diez espas hablaron mal,

    excepto Caleb y Josu. En Nmeros 13:30-33 dice : Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de

  • Moiss, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesin de ella ; porque ms podremos nosotros que ella. Mas

    los varones que subieron con l, dijeron : No podremos subir contra aquel pueblo, porque es ms fuerte que

    nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que haban reconocido diciendo: es tierra que

    traga a sus moradores: y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura.

    Tambin vimos all gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y ramos nosotros, a nuestro parecer,

    como langostas; y as les parecamos a ellos.

    La cosa ms impactante de sus comentarios fue que a ellos mismos les pareca que eran como langostas

    ante el pueblo de Canan. Asimismo, enfatiz que les pareceran como langostas al pueblo de Canan. Es

    natural que el autor y el pueblo que ven a s mismos como langostas no puedan conquistar la tierra de

    Canan en la que habitan gigantes. Dios no poda usar estas personas para conquistar la tierra que ellos

    haban reconocido, como tampoco bendecirles.Hoy en da contamos muchas personas que ven a s mismos

    como langostas. Para esas personas es imposible tener xito y bendicin. No es importante cmo mis

    enemigos me vean. Pero es muy importante cmo yo me veo. Cmo puede uno que ve a s mismo como

    una langosta conquistar enemigos que son como gigantes, y avanzar?En primer lugar, nosotros que

    tenemos a Jess no debemos ver a nosotros mismos como un hombre sujeto a la carne del pasado. El

    hombre de la carne del pasado es como una langosta si se compara con el gigante que es nuestro enemigo,

    el diablo del mundo. Originalmente el hombre no fue creado como una langosta sino como gigante, un ser

    espiritual.Gnesis 2:7 dice Entonces Jehov Dios form al hombre del polvo de la tierra, y sopl en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

    El hombre no fue creado slo de material sino tambin con un espritu que es gigante. La langosta no es el

    espritu sino la carne. El hombre era el seor del mundo mientras el espritu se comunicaba con

    Dios.Gnesis 1:26-28 dice Entonces dijo Dios : Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza : y seoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en

    todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y cre Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo cre ;

    varn y hembra los cre . Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y

    sojuzgadla, y seoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven

    sobre la tierra. El homre era gigante que fue creado a la imagen y la semejanza de Dios, y como un dominador que enseoreara la tierra, el mar y todas las cosas.Cmo dicho hombre puede ser langosta?

    Pero el espritu muri cuando el hombre traicion a Dios y se degener. Luego, perdi la soberana

    dominativa y al instante se convirti en langosta. Como la comunicacin con Dios se cort, la ansiedad y el

    terror ocuparon su corazn y se convirti en esclavo de todas esas cosas. La tierra fue maldecida y

    comieron con dolor, y el sudor no se apart de su vida. El hombre se convierti en esclavo de la muerte, de

    la enfermedad, y se debilit; en fin, no poda menos que morirse. La ansiedad y el terror de la vida, el dolor

    y la fatiga de la vida, todas estas cosas se lanzaron sobre la vida del hombre como un gigante. Si se

    compara con un gigante, el hombre mismo es simplemente una langosta, un ser miserable. El hombre que

    era gigante se haba convertido en langosta. Cuando ve a s mismo como persona sin poder y sin fuerza, no

    poda tener xito en su vida.Todas las personas de hoy en da se adimiten a s mismos, en su corazn como

    langostas, llenos de la fatiga de la vida, de dolor, de maldicin, de enfermedad y del diablo, as como los

    israelitas pensaban que eran como langostas ante los gigantes de Canan. Pero lo que debemos saber es que

    originalmente Dios no cre al hombre como la langosta. El espritu obedeci a la carne y el hombre se

    convirti en langosta, a consecuencia de la traicin a Dios, el hombre se degener.En segundo lugar,

  • nosotros que tenemos la salvacin en Cristo, de nuevo nos hemos convertido en gigantes por hacer revivir

    el espritu.

    II Corintios 5:16-17 dice De manera que nosotros de aqu en adelante a nadie conocemos segn la carne; y an si a Cristo conocimos segn la carne, ya no lo conocemos as. De modo que si alguno est en Cristo,

    nueva criatura es; las cosas viejas pasaron: he aqu todas son hechas nuevas.

    As que pas el hombre que era como langosta degenerada de las cosas viejas. El hombre del pasado est

    muerto, y crucificados juntamente con Cristo. En Glatas 2:20 dice Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en m; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del

    Hijo de Dios, el cual me am y se entreg a s mismo por m. El hombre sin poder como langosta degenerada fue muerto crucificado juntamente con Cristo. Y ahora Jesucristo vive en nosotros. Segn la

    Biblia, los hemos vencido; porque mayor es el que est en nosotros, que el que est en el mundo. El diablo

    y el pecado, el sentimiento de rechazado, enfermedad y tristeza, dolor, maldicin y pobreza y la muerte que

    llega a nuestra vida para robar, matar y destruir, como gigante, mas ahora todas estas cosas ya no pueden

    dominarnos. Por qu? Antes habamos estados en la carne, la cual nos dominaba pero ahora la carne ha

    sido muerta y sepultada juntamente con Cristo, y contamos una nueva vida, un nuevo espritu en Cristo

    como gigantes. Cristo est dentro de nosotros. El que tiene a Jess y vive con Jess, tiene todo el poder

    sobre el cielo y la tierra y se enseorea sobre todas las cosas, ya no es langosta sino gigante.Por eso en

    Romanos 5:17 dice Pues si por la trangresin de uno solo rein la muerte, mucho ms reinarn en vida por uno slo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. No es esclavo, mas volvi a nacer como rey. No es langosta sino gigante. No es esclavo del destino sino dominador. Usted y

    yo tenemos que saber que hemos sido creados nuevamente en Cristo como rey que domina la circunstancia

    y no como siervo de ella. As nos hemos hecho gigantes que tomamos el papel de rey en el perdn y la

    justicia.

    Nos hemos hecho gigantes llenos del Espritu Santo por la reconciliacin y gracia. Hemos sido gigantes,

    llenos de vitalidad por la alegra y la sanidad. Hemos sido librados de la maldicin y somos gigantes que

    tenemos la bendicin de Abraham. Nos hemos hecho gigantes que hemos conseguido el cielo y la vida

    eterna. Por eso el que ve a s mismo como langosta es un ser miserable.Los israelitas llegaron a Cades-

    barnea, la entrada para la tierra de Canan, donde podan ocupar la tierra que fluye leche y miel, si solo

    hubieran dependido de Dios, pero se vieron pronto a s mismos como langostas. No podan menos que

    sentirse frustrados, desesperados y deseosos de volver atrs, ya que se han visto a s mismos como

    langostas. Cmo pueden las langostas conquistar gigantes? As que se haban vuelto atrs todos

    ellos.Tambin nosotros somos as. Cmo nos vemos a nosotros mismos? La respuesta conduce nuestro

    destino y futuro. Puesto que nos vemos a nosotros mismos como langostas, no podemos menos que volver

    atrs. Decimos No lo hago bien, No me sale bien, No puedo. Pero si sabemos que nos hemos hecho gigantes con Cristo, por ser muerto el hombre viejo en Cristo, naci nuevamente como un hombre

    espiritual y dominador, lograremos no temer el destino y la circunstancia. Por lo tanto tenemos que

    reconocer verdaderamente que lo que tiene no es una religin, sino un verdadero cambio por la gracia del

    Seor mediante su cruz. Si no sabe que ocurri un gran cambio en su vida, l seguir como una langosta

  • que alcanz una religin y no podr ocupa la tierra de Canan.En tecer lugar, tenemos que grabar

    profundamente lo que dice la Biblia de manera que nosotros de aqu en adelante a nadie conocemos segn

    la carne. Antes de creer en Jess, toda la gente era una carne perversa. Pero despus de creer en l, no

    debemos ver a nadie sugn la carne. Ustedes y yo no somos la carne. Aquellos que estn en el mundo son

    la carne porque sus espritus estn muertos. Viven conforme a los deseos de la carne, los deseos de los ojos,

    y la vanagloria de la vida, y siguen los deseos de la carne. Pero ya no estamos sujetos a la carne. Hemos

    vueltos a nacer de nuevo, por lo tanto somos seres espirituales que estamos llenos del Espritu Santo. Los

    seres espirituales siempre son los dominadores. Cuando Adn y Eva eran seres espirituales, se

    enseorearon bien sobre todas las cosas. Pero desde que fueron obedientes a la carne, se le quitaron todas

    las autoridades que tenan antes.

    Por lo tanto no debemos conocernos a nosotros segn la carne en lo absoluto. Pues, Qu determinacin

    debemos tomar en nuestro corazn?Que soy esclavo del pecado que no puedo vencer al pecado. Qu se

    puede hacer con el pecado! Por eso peco y aunque quiere mi corazn, la carne es dbil. Son pensamientos

    de langosta. Mas ahora nosotoros tenemos pensamientos de gigante, porque estamos libre de la ley del

    pecado y la muerte en Jesucristo. Por lo tanto, si confrontamos con el pecado en el nombre de Jess, l

    huir por siete caminos despus de haber venido en un camino. No somos langostas que hemos sido

    conquistados por el pecado sino gigantes que lo hemos vencido. As que tenemos que estar llenos de

    pensamientos de gigante en nuestro corazn. No debemos pensar que estamos abandonados. Aunque en el

    mundo hay demasiadas frsutraciones, hay mucho sufrimiento y la situacin econmica est cada da peor;

    por los cuales llegan sentimientos de abandono, an as no debemos pensar as. Debemos saber que no

    somos langostas abandonadas porque Jess est con nosotros, El Espritu Santo mora en nosotros, y el Dios

    que cre el cielo y la tierra es nuestro Padre. Al pensar que estn abandonados los conducir a

    pensamientos de langosta. No estamos abandonados. Aunque no pueda ver testimonio con sus ojos, ni

    escuche nada con sus odos, ni halle algo en sus manos y ande en valle de sombra de muerte, no temer mal

    alguno, porque el Seor estar con usted; su vara y su cayado le infundirn aliento. Por eso no estamos

    abandonados. En lo absoluto. No somos un ser triste, ni enfermo. No diga No tengo alegra en m y no estoy feliz. Siempre estoy triste, enfermo y estoy en una situacin horrible. No piense de esta manera, porque estos son pensamientos de langosta.

    Las langostas piensan as, mas no as los gigantes. Estamos libres de la tristeza y de la enfermedad por

    medio de Jesucristo, porque Jess tom nuestras flaquezas y llev nuestras enfermedades. Cristo es mi

    alegra, mi plenitud, y mi salud. Tenemos avanzar creyndolo. No debemos pensar que somos maldecidos,

    ni fracasados.Mientras estamos en este mundo para vivir, puede que caigamos en la tentacin o en la

    dificultad. Tal vez su negocio que no le vaya muy bien, o pierda crdito. Pero no es el fin de nuestra vida.

    Si lo ve y vuelve atrs teniendo miedo, esa es la persona que tiene pensamientos de langosta.A pesar de que

    estos enemigos nos rodee, Dios es mayor que todos ellos y l est con nosotros. Jess es el hijo de Dios que

    mora en nosotros, el Espritu Santo nos ayuda y nos redimi de la maldicin de la ley, hecho por nosotros,

    para que en l la bendicin de Abraham nos alcanzase. Si avanzamos por fe, el destino y la circunstancia

    puede ser conquistada y cambiada. Por lo tanto no debemos volver atrs aprobando, aceptando y

    desilusionndose por haber ocurrido tal cosa negativa ante nuestros ojos en el presente. Tenemos que tener

    fe de que podemos vencer a todos los enemigos y avanzar no como langostas sino como gigantes, alzando

    nuestros ojos y mirando la cruz. No debemos temblar ante la muerte aunque estemos desesperados hasta

  • morir. Debemos mirar al nuevo cielo, la nueva tierra y la nueva Jerusalem que ha preparado el Seor para

    nosotros ms all de la muerte. As que sabiendo que Dios nos da la bienvenida y se alegra por nosotros, no

    debemos mirar y aceptar la muerte angustindonos en la desesperacin de la muerte. Si pensamos,

    hablamos y escuchamos estas cosas negativas, seguramente fracasaremos. Esta es la razn por la que

    debemos hacernos gigantes. Los pensamientos de langosta tienen que convertirse en los de gigantes.

    La razn por la que los israelitas no pudieron entrar a Canan donde fluye leche y miel fue por los

    pensamientos de langosta. Estos pensamientos de langostas lo tuvieron no slo 10 de 12 espas sino

    tambin todo el pueblo que escucharon sus palabras y se convertieron en langostas ante gigantes y se

    volvieron atrs. Por eso, los que se dirigen por los pensamientos de langosta son abandonados y maldecidos

    por Dios.Debemos saber que nosotros somos una nueva criatura. El hombre viejo muri, fue sepultado y

    resucit un ser nuevo en Cristo. Debemos vernos siempre a nosotros mismos, hechos nuevos, ya en mi vida

    pas el perodo de langosta. Las cosas viejas pasaron, he aqu todas son hechas nuevas. Por tanto, debe

    vivir con pensamientos nuevos, con los de gigante. En Cristo tenga pensamientos de gigantes; porque

    somos una nueva criatura segn la Biblia. Como son hechas nuevas, debemos pensar, hablar y actuar segn

    como una nueva criatura. Por qu pensamos, hablamos y actuamos segn las cosas viejas? Tenemos que

    pensar, hablar de cosas nuevas, cantar canciones nuevas, y vivir la nueva vida. Por lo tanto, para adorar a

    Dios, debemos aceptar que l est con nosoros. Bendice, alma ma a Jehov, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma ma, a Jehov, Y no olvides ninguno de sus beneficios. El que perdona todas

    tus iniquidades. El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo de tu vida, y el que te corona de

    favores y misericordias; el que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el guila. Por eso soy una persona como el guila que disfruta de triple bendicin porque Dios Padre est conmigo. Soy

    gigante. La gracia de Dios, el perdn del pecado, la sanidad y la bendicin estn siempre conmigo, de

    modo que no soy langosta sino quila. Nosotros debemos reconocer constantemente en nuestro corazn

    esta verdad.Y cada da tenemos que reconocer y aceptar que hemos sido cambiados perfectamente en

    Jesucristo. No puede ser que no seamos transformados nuevamente, porque hemos sido muertos,

    sepultados y resucitados juntamente con Cristo. Es verdad que nuestro viejo hombre ha sido crucificado

    con Cristo.

    Por eso se ha crucificado el hombre del pecado, sentimiento de abandono, esclavo de la tristeza y la

    enfermedad, de la maldicin y la pobreza, y de la muerte y el infierno eteno. Y al resucirar despus de

    haber muerto y sepultado, hemos vuelto a nacer como una nueva criatura en Criso. Oro por ustedes para

    que tengan acciones nuevas, palabras nuevas y pensamientos nuevos.As que ustedes mismos tienen que

    admitir que son justo perdonado ante Dios. Tienen que admitir que est recibiendo el amor de Dios y que el

    Espritu Santo mora en usted, y dar gracias. Declare No tengo nada que ver con la tristeza. Cristo es mi alegra. Soy librado de las enfermedades, la debilidad y el dolor. Soy librado de la maldicin y la pobreza y

    tengo libertad. No tengo nada que ver con la muerte y es mo el cielo eterno. El Evagelio de salvacin, la plenitud del Espritu Santo, la sanidad, la bendicin y el advenimiento que llamamos Los Cinco Evangelio, en el cual tengo que pensar, hablar y confesar con la boca. Cuntos enemigos quieren arrebatarnos! El enemigo diablo viene, quiere quitar nuestro pensamiento de Los Cinco Evangelio y La Triple Bendicin(3 Juan 1:2) y mete en nosotros pensamientos de langosta, y se esfuerza en que perdamos la tierra prometida, Canan que Dios nos ha dado.Todas las cosas tienen origen en nuestro corazn. Por

    tanto tenemos lo siguiente : Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazn; Porque de l mana la vida. Si

  • entran pensamientos de langosta en el corazn, uno fracasa en todo. De lo contrario si hay en nuestro

    corazn pensamiento de gigiante espiritual como una nueva criatura; tales como pensamiento positivo,

    creativo y eficaz, podr avanzar creyendo aunque no vea ningn testimonio a los ojos, no escuche nada a

    los odos y no tenga nada en las manos; porque el gigante pisa toda la circunstancia y el destino, y podemos

    avanzar venciendo.Por eso ustedes son gigantes nacidos de nuevo en Jess; como si eso fuera poco, el

    Espritu de Dios est con nosotros y brindando su ayuda. Ha venido el Espritu Santo sin dejarnos como

    hurfanos, siempre est con nosotros y es enviado por Dios para ayudarnos. Por lo tanto si lo aceptamos, le

    damos la bienvenida, le recibimos, y avanzamos dependiendo de l, nos ayudar con la uncin del poder

    del Espritu Santo.Y si tenemos sueos por el Espritu Santo, podemos pensar que el da de maana ser

    mejor que hoy, el prximo mes mejor que este mes y el ao entrante mejor que este ao. El individuo y el

    pueblo que no tiene este sueo fracasa.

    Si nosotros los coreanos abrazamos Corea del Norte por la gracia y la bendicin de Dios, salvamos a los

    hermanos norcoreanos y tenemos sueo de reunificacin entre el Sur y el Norte, y nos unimos, Kim Jeong-

    il no podr invadirnos de ninguna manera. Si perdemos este sueo, seguiremos divididos. Seguiremos

    desilusionados y estaremos llenos de pensamientos de langosta y de la conciencia del fracaso, y l abrir

    miles de puertas de caones y nos har polvo. Pero mientras tenemos pensamientos de gigante en nuestro

    corazn, sueos y fe de que nadie nos podr tocar, estaremos confiados.Tambin tenemos la oracin, la fe

    y la alabanza. Tenemos que orar siempre a Dios, si est en dificultad, siempre d gracias a l y viva

    alabndolo. Segn la Biblia dice:Entrad por sus puertas con accin de gracias, por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Cuanto ms damos gracias, la puerta de Jesucristo se extiende ms y cunto ms podemos alabarle, entraremos por sus atrios y le veremos. Por eso no debe salir de nuestra boca

    palabras de resentimiento, queja, lamentacin, palabras dolorosas sino debemos rebosarnos de gracias y

    alabanza en nuestro corazn. Cuando rebosamos de gracias y alabanza, la puerta del cielo se abrir, y

    entraremos en su palacio y podremos vivir con l.En Hebreos 10:38 dice Mas el justo vivir por fe; Y si retrocediere, no agradar a mi alma. Aunque los que tenan pensamientos de langosta queran regresar a Egipto, Josu y Caleb tenan pensamientos de gigante y declararon Entremos porque Dios est con nosotros. La tierra es nuestra. El dueo de la cual se ha marchado.

    Es la que fluye leche y miel. Vamos! Son personas que tienen pensamientos de gigante, quienes entraron a la tierra prometida; sin embargo, los que tenan pensamientos de langosta retrocedieron y murieron en el

    desierto. La razn por la que Jess fue crucificado es para darnos, a usted y a m, al pueblo elegido

    espiritualmente, la tierra de Canan que fluye leche y miel. Nuestro Canan est bajo la cruz. Jess tom la

    maldicin del desierto en la cruz y logr la tierra Canan para la humanidad que sufra en el desierto desde

    Adn.En Nmeros 13:30 dice Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moiss, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesin de ella; porque ms podremos nosotros que ellos. As nosotros tambin si tenemos pensamientos de gigante y nos presentamos a la cruz por medio de la oracin, podemos ocupar la

    tierra que nos ha dado.En Nmeros 14:8 dice Si Jehov se agradare de nosotros, l nos llevar a esta tierra, y nos la entregar; tierra que fluye leche y miel. En verdad hay tierra que fluye leche y miel bajo la cruz. En la cual fluye leche y miel, del perdn, del amor y del Espritu Santo, del gozo y la sanidad, la

    prosperidad de la bendicin de Abraham, la vida eterna y la bendicin.Hoy en da la gente del mundo no ve

    la tierra de Canan. Pero si ellos alzaran sus ojos y mirare a la cruz, ah est la tierra Canan que fluye

    leche y mie, que logr Jess al destruir su cuerpo y derramar toda su sangre. Pero el que tiene

  • pensamientos de langosta no podr entrar ah. El que piensa que no lo hago bien, no me sale bien, no puedo y soy incapaz y si retrocede, no podr entrar a esta tierra prometida. Pero el que conoce a Dios y sabe que es un ser justificado en Cristo lo arrebatar por fe. Desde los das de Juan el Bautista hasta ahora,

    el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.(Mateo 11:12) Si lo arrebatamos por fe

    todos nosotros podemos tener a Canan. Cuando nos vemos a nosotros mismos como langosta, los

    enemigos nos menosprecian ms. Pero cuando nos vemos a nosotros mismos que nos hemos hecho

    gigantes en el Seor, nuestro destino y circunstancia se arrodillan ante nosotros.Acurdense de la palabra

    en Nmeros 14:9.

    Por tanto, no seis rebeldes contra Jehov, ni temis al pueblo de esta tierra; porque nosotros los comeremos como pan; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros est Jehov; no los temis. Slo podrn ocupar la tierra de Canan en la que fluye leche y miel, si ustedes avanzan creyendo en Jess

    porque Jehov est con ustedes. El Seor les permite la bendicin de que sean prosperados en todas las

    cosas, tengan salud, prospere su alma y reciban el Espritu Santo abundantemente.Oracin:Dios Padre

    Todopoderoso y Santo! Muchas personas son langostas en su corazn. Estn diciendo que no pueden entrar

    a la tierra que fluye leche y miel porque no tienen fuerza y slo estn mirando. Dios Padre Nuestro!

    Aunque Adn fue creado como gigante y se hizo langosta, cuando nacimos de nuevo en Jesucristo nos

    hemos vuelto gigantes. Padre, aydanos a tener sueos de gigante, fe de gigante, pensamientos de gigante,

    palabras de gigante. Aydanos a actuar como gigantes. Aydanos a que no haya ni una persona que tenga

    pensamientos de langosta entre nosotros, al contrario, ocupar la tierra de Canan como Josu y Caleb, y a

    ocupar la tierra de Los Cinco Evangelio y Triple Bendicin donde fluye leche y miel orando bajo la cruz y avanzando por fe. Oramos en el nombre de Jess. Amn.Oracin para sanidad:Dios Padre

    Todopoderoso! Oro ante ti. Padre Nuestro! Todo tu pueblo se ha hecho gigante en Cristo. Ahora el diablo

    es langosta y la enfermedad tambin. La maldicin igualmente es langosta. Lo confrontamos en el nombre

    de Jess. Te ordeno en el nombre de Jess de Nazaret, toda enfermedad y dolor, fuera!. Fuera, la pobreza,

    la maldicin y la tristeza! Dios Padre, gracias por habernos hecho gigantes en Cristo. Oramos en el nombre

    de Jess como gigantes en la fe, bendcenos con el Espritu Santo y aydanos a estar librados de toda la

    enfermedad y toda la maldicin. Llnanos de la bendicin de Abraham. Dios Padre Nuestro, aydanos para

    que hoy se manifiesten milagros y prodigios del Padre para que prospere nuestra alma, seamos prosperado

    en todas las cosas y tengamos salud y vida en abundancia. Oh, el Consolador Espritu Santo, que te muevas

    ahora entre nosotros como viento, fuego y agua viva, y haznos un gran milagro! Oramos en el nombre de

    Jess. Amn.