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introduccion
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© De esta edición: Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, S.A., 2015 Humberto I 555, Buenos Aires www.megustaleer.com.ar
ISBN: 978-987-735-102-6
Hecho el depósito que indica la ley 11.723Impreso en la Argentina. Printed in Argentina
Primera edición: septiembre de 2015
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte,
ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni
por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia
o cualquier otro, sin permiso previo por escrito de la editorial.
Esta edición de 5000 ejemplares
se terminó de imprimir en Printing Books S.A.,
Mario Bravo 835, Avellaneda, Buenos Aires,
en el mes de agosto de 2015.
Freire, Andy
Argentina emprendedora - 1a ed. - Buenos Aires : Aguilar, 2015.
208 p. ; 23x16 cm.
ISBN 978-987-735-102-6
1. Autoayuda. I. Título
CDD 158.1
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Índice
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9
Capítulo 1. El emprendedor como vector de cambio . . . . . . . . . . . . . . . 13 Las inferiores, el Fútbol para Todos y las categorías emprendedoras . . 15 Cómo cambia el mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21 El emprendedor como usina generadora de valor . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
Capítulo 2. El desarrollo de las naciones al ritmo del siglo XXI . . . . . . 29 La ley del optimismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 El vínculo entre el emprendedurismo y el crecimiento . . . . . . . . . . . . . 32 De la provocación a la realidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45 La dinámica del desarrollo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53 El emprendedor, entre el crecimiento y el desarrollo . . . . . . . . . . . . . . 58
Capítulo 3. América Latina: la vieja nueva chica del pueblo . . . . . . . . 61 El mundo, la crisis y más allá . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61 La situación de América Latina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66 La región y el emprendedurismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68 Cómo se encuentra Argentina en ese contexto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 80 La Argentina y la paradoja de la abundancia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84 El emprendedurismo y el valor agregado. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87 ¿Podemos? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
Capítulo 4. El famoso “ecosistema emprendedor” . . . . . . . . . . . . . . . . 93 El rol de los emprendedores en las economías del siglo XXI . . . . . . . . . 93 De la teoría de los sistemas al ecosistema emprendedor . . . . . . . . . . . 97 Cómo se construye un ecosistema . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99
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Hay que dejar de querer ser como Silicon Valley por dos años . . . . . . . 102 Mercados de capitales dispuestos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103 Soporte institucional y de infraestructura. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109 Política y liderazgos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113 Capital humano de calidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117 Disponibilidad de Þ nanciación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129 Una cultura favorable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
Capítulo 5. La hoja de ruta que la Argentina debe trazarse . . . . . . . . . 139 La capacidad de aprender de otros y de nosotros mismos. . . . . . . . . . . 139 Principios clave para una Argentina emprendedora . . . . . . . . . . . . . . . 146 Recomendaciones generales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148 Recomendaciones especíÞ cas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 166
Corolario. La oportunidad de innovar es ahora. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 197
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Introducción
La Argentina tiene un dilema que aún no ha podido resol-
ver. Es uno de los países más emprendedores del mundo y, sin
embargo, posee una de las tasas de éxito de proyectos más
bajas del planeta (alrededor el 80% de los proyectos no sobre-
viven más de dos años). Aunque tenemos espíritu e iniciativa,
no siempre se toman las decisiones correctas y esto es grave:
perdemos la oportunidad de que nuestra impresionante cultu-
ra emprendedora se transforme en el motor que le permita al
país consolidar un modelo de estabilidad económica sosteni-
ble en el tiempo.
Sólo hace falta observar un mundo en donde, ante el proble-
ma estructural que signiÞ ca la escasa capacidad de generar
trabajo, los emprendedores tienen una importancia radical.
Para tener un parámetro de este rol no hay más que detener-
se en las cifras: el 90% de los nuevos puesto de trabajo en los
Estados Unidos son creados a partir de emprendedores. En
Europa, esa cifra —durante los años post crisis— fue del 80%.
Los emprendedores, además de generar empleo, somos
una fuente fundamental de innovación. Diversas investigacio-
nes que analizaremos a lo largo de este libro muestran una re-
lación directa entre el volumen de su actividad y la capacidad
de un país para introducir cambios sustanciales y positivos.
Por ejemplo, el 95% de las innovaciones radicales de Estados
Unidos después de la Segunda Guerra Mundial nacieron gra-
cias a pequeñas startups.
Además de estos datos, vale mencionar que durante los
últimos treinta años el mundo atravesó una transformación
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vertiginosa, tal vez como en ningún otro periodo en la histo-
ria. Esos cambios, que se apalancaron en la tecnología, han
permitido generar una red de relaciones comerciales inimagi-
nables hace algunas décadas. La transabilidad de las asocia-
ciones borró los límites físicos convencionales. Ya no sólo ha-
blamos de una globalización y fragmentación en las cadenas
productivas, sino también en la de los servicios. La dimensión
espacial se ha relativizado de hecho.
Por otro lado, el mapa económico y geopolítico ha cambia-
do su eje. En 2012, según datos del World Investment Report
2013, los países llamados emergentes superaron —por pri-
mera vez— a los desarrollados como principal plaza de Inver-
sión Extranjera Directa (IED). Pero no hay más que observar
el fenómeno demográÞ co para tomar real dimensión de esta
realidad: tan sólo en China, 20 millones de personas migran
del campo a la ciudad por año. Una Argentina entera cada
dos años que comienza a consumir productos de mayor valor
agregado y que aumentan el volumen de la demanda mundial.
Gracias a este fenómeno —que por otro lado representa una
oportunidad para un productor de alimentos como lo es Argen-
tina— la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Eco-
nómicos (OCDE) estima que la clase media global pasará de
estar constituida por 2 mil millones de personas en la actuali-
dad a 5 mil millones en el año 2030. Por ese entonces, China
será la primera potencia económica mundial; India, la tercera
y Brasil y Rusia estarán disputando la cuarta y quinta posición.
En ese contexto, en el que la velocidad de cambio, la des-
aparición de las barreras físicas tradicionales, las nuevas po-
tencias económicas y la clase media en expansión son fac-
tores protagonistas, se generará una gran oportunidad para
muchos países, en especial para la Argentina.
Esto no es una abstracción, ni mucho menos un sueño utó-
pico. Es una realidad que muchos ya están explotando: ¿cómo
Israel se transformó en menos de treinta años en el tercer
país con mayor cantidad de empresas cotizando en Nasdaq?;
¿cómo Estonia —tras la caída de la Unión Soviética— desarro-
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INTRODUCCIÓN
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lló un ecosistema de empresas tecnológicas de las que Skype
es su principal referente?; ¿cómo hizo Ruanda para ponerse
de pie —al menos desde el punto de vista de algunos indicado-
res económicos— luego de las masacres de 1994 en las que
fueron asesinados más de 1 millón de sus habitantes?
La respuesta en estos casos —y en otros que analizamos
en este libro también— tiene el mismo componente: enten-
dieron la nueva dinámica del mundo y lideraron procesos de
integración sostenible con él y de formación de ecosistemas
emprendedores. En deÞ nitiva, aprovecharon un contexto para
reinventarse en poco tiempo.
El desafío es complejo, pero no tanto como se supone. Po-
nerse como norte el desarrollo de un ecosistema emprende-
dor en Argentina requiere básicamente de la determinación
de hacerlo. De encaminarse en un proceso que genere una
cultura favorable que permita políticas que faciliten la dispo-
nibilidad de Þ nanciación, el desarrollo capital humano de ca-
lidad, mercados de capitales dispuestos a apoyar y soportes
institucionales y de infraestructura adecuados. Pero implica,
sobre todo, liderazgos comprometidos.
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