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AFECTACIONES PSICOSOCIALES DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA
INFANCIA
ANDRÉS FELIPE MONSALVE JARAMILLO
WALTER VELÁSQUEZ ÁLVAREZ
YULY ANDREA SERNA BENÍTEZ
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
PROGRAMA DE PSICOLOGÍA
MEDELLÍN
2013
AFECTACIONES PSICOSOCIALES DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA
INFANCIA
ANDRÉS FELIPE MONSALVE JARAMILLO
WALTER VELÁSQUEZ ÁLVAREZ
YULY ANDREA SERNA BENÍTEZ
Trabajo de grado presentado como requisito para optar al título de Psicólogos
Asesor
NIDIA MARÍA MONTOYA ESCOBAR
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
PROGRAMA DE PSICOLOGÍA
MEDELLÍN
2013
AGRADECIMIENTOS
Presentamos nuestros más sinceros agradecimientos a la Corporación PRO-
MARGINADOS, por abrirnos las puertas de la institución y creer en nuestro proyecto. A
nuestra asesora Nidia María Montoya por la colaboración durante la ejecución de este
trabajo y a nuestras familias por el apoyo y las palabras de aliento.
A todos ellos gracias por permitirnos cumplir nuestro sueño.
CONTENIDO
pág.
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................... 9
CAPÍTULO I
FORMULACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN .................................................................... 10
1.1 Planteamiento del problema: .......................................................................... 10
1.1.1 Pregunta orientadora: ............................................................................... 18
1.2 Justificación del problema: ............................................................................. 18
1.3 Objetivos de investigación: ............................................................................. 21
1.3.1 General: ...................................................................................................... 21
1.3.2 Específicos: ................................................................................................ 21
CAPÍTULO II
MARCO CONCEPTUAL ................................................................................................. 22
2.1 Conflicto armado y desplazamiento forzado en el caso colombiano:............ 22
2.2 Desplazamiento forzado e infancia: ................................................................... 30
2.2.1 Cambios socioeconómicos a causa del desplazamiento forzado: ..... 32
2.3 Afectaciones psicosociales del desplazamiento forzado en la infancia: ... 33
2.4 Infancia y desarrollo social: ................................................................................ 38
2.4.1 El desarrollo a nivel emocional y social en la niñez: ............................. 41
2.4.2 Desarrollo del conocimiento y aprendizaje social: ................................ 42
2.4.3 Implicaciones del cambio de residencia en la infancia: ........................ 47
5
2.4.4 Los grupos, las interacciones entre compañeros y las relaciones de
amistad en la infancia: ........................................................................................... 49
2.5 Marco legal: ...................................................................................................... 55
2.5.1 Ley 387 de 1997 sobre el desplazamiento: ................................................. 56
2.5.2 Ley 1448 de 2011. ley de víctimas y restitución de tierras .................... 58
CAPÍTULO III
DISEÑO METODOLÓGICO ............................................................................................ 68
3.1 Tipo de investigación: cualitativa, descriptiva: ............................................ 68
3.1.1 Enfoque Fenomenológico: ............................................................................ 69
3.1.2 Instrumentos: ............................................................................................. 70
3.1.3 Población: ....................................................................................................... 74
3.1.4 Procedimiento: ............................................................................................... 75
3.2 Ley 1090 de 2006, código deontológico: ....................................................... 77
3.3 Ética y consentimiento informado: ................................................................ 78
3.3.1 Consideraciones éticas: ................................................................................ 78
3.3.2 Presentación del Proyecto a padres de familia: ......................................... 79
3.3.3 Consentimiento Informado: .......................................................................... 80
3.4 Análisis metodológico: .................................................................................... 80
3.4.1. Plan de Análisis de información: ................................................................ 80
CAPITULO IV
HALLAZGOS Y REFLEXIONES .................................................................................... 82
CAPITULO V
CONCLUSIONES Y ESTRATEGIAS PARA EL ACOMPAÑAMIENTO ........................ 98
6
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................. 104
ANEXOS ........................................................................................................................ 116
LISTA DE TABLAS
pág.
Tabla 1. ............................................................................................................................ 45
LISTA DE ANEXOS
pág.
ANEXO 1: GUÍA DE ENTREVISTA
ANEXO 2: PRESENTACIÓN DEL PROYECTO
ANEXO 3: CONSENTIMIENTOS INFORMADOS
ANEXO 4: DIBUJOS DE NIÑOS
ANEZO 5: FICHA PRO-MARGINADOS
9
INTRODUCCIÓN
El desplazamiento forzado es un hecho significativo para la historia de Colombia,
es un fenómeno que lleva desangrando al país más de cinco (5) décadas. Donde la
mayoría de los desplazados son pobladores de zonas rurales, que se han visto
enfrentados a abandonar su lugar de origen y residencia a causa de la guerra entre
grupos armados. El desplazamiento en todas sus modalidades, es un hecho que no se
debe ignorar, ya que no sólo afecta a la población adulta, sino que también se ven
incluidos la población más frágil, los niños, que en muchas ocasiones sin tener
conocimiento de lo que pasa, se ven enfrentados y afectados ante tal acontecimiento.
Vulnerándose los derechos fundamentales de los menores, antes, durante y después
de experimentar del acontecimiento.
Los niños desplazados en la mayoría de ocasiones encaran esta situación,
enfrentando perdidas de seres queridos, separación de su núcleo familiar, social y
cultural, las mascotas, los enseres, el medio que los rodeaba, entre otros, que en
muchas ocasiones suelen ser irreversibles, irremplazables e irreparables. Generando
en los niños diversas afectaciones en las diferentes áreas de su desarrollo, además de
transitar entre una variedad de situaciones y sentimientos, inclusive en el mismo
momento de llegada al lugar de refugio. Acumulando experiencias de miedo, tristeza,
desolación, angustia, que generan en algunos niños inseguridad y temor.
Lo que pretendemos con este proyecto investigativo es hacer un acercamiento a
través de la exploración de las narrativas de la experiencia de desplazamiento de diez
(10) niños, a las principales afectaciones que causa este fenómeno en los menores,
además de conocer más del tema y de esta manera aportar resultados que sirvan de
reflexión y sensibilidad ante este hecho que afecta a miles de niños, a sus familias y por
su puesto a toda una nación.
10
CAPÍTULO I
FORMULACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN
1.1 Planteamiento del problema:
Los conflictos encarnan una relación objetiva, definida por los intereses y las
necesidades de los individuos y grupos, que son inevitables en la interacción social y
ocurre a todos los niveles, desde el interpersonal hasta el internacional, difiriendo en
grado y forma de expresión (Ruiz, 2005 pág. 12).
El conflicto armado que atraviesa nuestro país, deja innumerables víctimas que
de una u otra forma se han visto involucrados en actos violentos, incumpliéndose las
normas del Derecho Internacional Humanitario, pues es de aclarar que nos sólo el
conflicto armado afecta a personas adultas, sino también a millones de niños
colombianos que se ven directamente involucrados por las diferentes manifestaciones
de la guerra, ya sea como combatientes, desplazados o desmovilizados, siendo
invadidos por el miedo y la incertidumbre que genera la violencia con la que conviven.
En Colombia, los conflictos sociales, atravesados por la diversidad, la
fragmentación y la exclusión social, se reconocen como problemáticas de salud pública
que afectan la salud mental. El Ministerio de Protección Social ha priorizado el
desarrollo del componente de salud mental en los territoriales de salud, de conformidad
con los lineamientos de la Política Nacional de Salud Pública de 2005. En la
formulación de dicha política se reconoce que la salud mental en el país es diversa y
compleja, y que tiene relación con problemas de violencia sociopolítica y con el
desplazamiento forzado (Restrepo, 2011. Pág. xvii).
Es la guerra la que produce el desplazamiento, lo hace a través de varios
medios. Uno de ellos es el producto de las estrategias deliberadas y racionales de los
11
agentes armados y de sus aliados, la violencia y el destierro son formas de socavar y
destruir la base social de las fuerzas enemigas. En general, la población desplazada es
vulnerable en muchos aspectos, ya que impulsada por el desplazamiento, llega a las
grandes ciudades y se une a la configuración de asentamientos humanos, casi siempre
en las peores condiciones geológicas, de dotación de servicios públicos y de acceso a
las oportunidades económicas. En estos lugares de llegada y acogida, no solo se debe
afrontar el trauma del desplazamiento sino también el miedo a perder la vida, o a ser
otra vez perseguido y desplazado. (Salazar; Castillo; Pinzón, 2008. pág. 19).
El desplazamiento forzado hace parte del conflicto armado Colombiano que
parece nunca acabar, ya son más de 5 (cinco) décadas enfrentando situaciones
violentas, que generan en la población civil sentimientos de miedo, terror, impotencia,
entre otros. El desplazamiento forzado ha estado asociado de manera directa con la
confrontación bélica, siendo esta una estrategia de persecución selectiva empleada por
los actores armados desde mediados de los años 80. Haciéndose visible por su
complejidad y magnitud, sólo a mediados de los años 90 (Osorio, 2001). La fuerza que
ha tomado dicha problemática en el país ha hecho que los entes públicos dirijan su
atención a él. Hasta el año 1995 no había una política que permitiera atender el
problema como asunto público. Fue en 1997 cuando se aprobó la ley 387 con la que se
pretendía asumir la problemática del desplazamiento como un asunto de Estado, a
través de la creación y puesta en marcha de un sistema integral que abocara por la
prevención, la atención y la estabilización de la población que ha vivido el
desplazamiento forzado (CODHES, 2009). Y de manera más reciente Ley de 1448 de
2011, reconocida como Ley de Víctimas y restitución de tierras.
Según la ley 387 de 1997, el desplazado es:
Toda persona que se ha visto forzada a migrar dentro del territorio nacional
abandonando su localidad de residencia o actividades económicas habituales, porque
su vida, su integridad física, su seguridad o libertad personales han sido vulneradas o
se encuentran directamente amenazadas, con ocasión de cualquiera de las siguientes
12
situaciones: conflicto armado interno, disturbios y tensiones interiores, violencia
generalizada, violaciones masivas de los derechos humanos, infracciones al derecho
internacional humanitario u otras circunstancias emanadas de las situaciones
anteriores que pueden alterar o alteran drásticamente el orden público. (Congreso de la
República de Colombia, 1997)
La población desplazada hace parte de la más empobrecida y desamparada del
país (CICR, 2011, p. 14). Millones de colombianos, desde el inicio de la guerra en
nuestro país, han sido obligados a abandonar sus lugares de origen, sus casas, sus
comunidades; teniendo que dejar sus tierras, cultivos, pertenencias, para cuidar sus
vidas y las de sus familias. La guerra le da un giro inesperado a la vida de muchas
personas que vivencian masacres, torturas, secuestros, reclutamiento de menores de
edad, desplazamientos, la muerte violenta de muchos familiares y desapariciones
forzadas, entre otros.
Todos los días, desde múltiples veredas, corregimientos, inspecciones de policía
y ciudades del país, en grupos familiares, en forma individual o en oleadas masivas,
gran cantidad de colombianos se han desplazado hacia las ciudades más grandes y
medianas del país. La expansión de las grandes ciudades y de sus áreas
metropolitanas está ligada a los procesos de desplazamiento ocurridos en los últimos
años. De acuerdo con las cifras, en Colombia hay un total de 4.356.491 desplazados a
Noviembre de 2012. (ACNUR, 2012., Desplazamiento el nuevo reto del siglo XXI;
ACNUR Tendencias Globales 2012)
Según las cifras anteriores, es evidente que el desplazamiento forzado, a causa
del conflicto armado en Colombia, es de enorme magnitud, no sólo causa efectos a
nivel social sino, de igual manera, a nivel psicológico, a la población víctima de este
flagelo, convirtiéndolos en una población vulnerable a la explotación y exclusión. Según
Torres (2005) a causa del desplazamiento forzado se identifican varias alteraciones en
diferentes dimensiones de las personas:
13
Dimensión biológica: en las personas desplazadas es común observar lesiones
físicas, síntomas y enfermedades físicas, aumento en la incidencia de patologías
infecciosas y psicosomáticas.
Dimensión psicológica: en este tipo de población se encuentran en la mayoría de
los caso impactos significativos, alteraciones en el proyecto de vida, a raíz del cambio
brusco y significativo del desplazamiento; consecuencias y efectos sociales,
emocionales y físicos, influyendo en la adaptación psicológica.
Dimensión social: en lo social se observan alteraciones en varios aspectos, tales
como: las pérdidas de los bienes materiales, la desintegración familiar, el aislamiento
grupal, la disfunción de las relaciones, bloqueos en la comunicación, cambios radicales
de hábitat y la exclusión social.
Dimensión cultural: en esta población desplazada no sólo se ven alterados los
estilos y condiciones de vida, trasformando profundamente las costumbres, las
tradiciones y la cotidianidad. También se observan efectos del desarraigo, el
aislamiento, el llegar a lugares extraños y en los que hay que hacer acopio de la
capacidad de adaptación para afrontar nuevos espacios, cambios en la alimentación, el
transporte, las costumbres, etc.
Dimensión laboral: es uno de los aspectos al que se debe enfrentar la población
desplazada, ya que conseguir trabajo es uno de los mayores problemas que se debe
afrontar. En la mayoría de los casos la falta de trabajo constituye una de las causas de
trastornos psicosociales, además de ser el factor fundamental para la reconstrucción del
proyecto de vida.
Desplazamiento Forzado e infancia
14
El desplazamiento forzado de la población civil en medio de la guerra irregular en
Colombia es un fenómeno que adquiere mayor gravedad cuando afecta a niños y
jóvenes, que desde una condición de alta vulnerabilidad, y en deber de protección,
enfrentan situaciones de violencia y desarraigo que lesionan sus derechos, complican
su presente y hacen más incierto su futuro (Rojas y Romero, 2000, p. 35).
La población infantil víctima del desplazamiento forzado se ve expuesta a
situaciones violentas, a la ruptura de costumbres, al desarraigo del hábitat, a la
incertidumbre de no poder volver a sus lugares de origen por falta de garantías para su
vida (UNICEF, 2002). Además de las pérdidas humanas, económicas, ambientales,
materiales, culturales y sociales que trae consigo la guerra. La violencia política
produce en los niños profundas afectaciones psicosociales, pues están frente a un
conflicto en el cual son obligados, no sólo a sufrir las consecuencias como víctimas,
sino a involucrarse activamente, cada vez más de forma frecuente en las dinámicas
propias del conflicto armado. En las zonas con mayor intensidad del conflicto factores
como el lenguaje, los juegos, la forma de relación y de conocer el mundo desde los
niños, están ligados a los símbolos y expresiones propios de los hechos de violencia
que se dan en medio de la guerra (Suarez, en memorias de los foros los niños y las
niñas de la guerra, 2000).
Los niños son quienes tienen que afrontar con mayor dureza la situación de
guerra y el desplazamiento, porque son ellos quienes afrontan varias pérdidas
materiales y emocionales, a muy temprana edad y sin tener conocimiento claro de lo
que está pasando, solo invadidos del miedo que genera la guerra. Los niños son
testigos de la violencia social- estructural y son doblemente vulnerables debido a la
ausencia de recursos para hacer efectivos sus derechos y su bienestar (Restrepo,
2011. Pág. xvii)
Las familias tienen que abandonar sus tierras para proteger sus vidas, dejando
atrás sus arraigos y costumbres, para enfrentarse a un nuevo mundo que en la mayoría
de los casos es totalmente mezquino, indiferente y estigmatizante.
15
Baró (1990) señala que para los niños “la consecuencia más trágica de la guerra
es que tengan que pasar su infancia sin poderla vivir como niños: una infancia sin amor
y sin juegos, sin cariño ni ilusiones”. (Baró, 1990. p. 37)
En el desplazamiento forzado los niños y las familias enfrentan varios tipos de
pérdidas, como la pérdida del lugar de origen, que implica una ruptura masiva con
objetos valorados, lo cual puede llegar a constituirse en sinónimo de “incertidumbre,
desarraigo, anonimato, dolor, rabia, presencia terca y obstinada del recuerdo y esfuerzo
de olvido", ya que “el lugar” se constituye también en un elemento de diferenciación y
conformación del individuo; además, se da una pérdida en el tejido relacional, por la
transformación abrupta de referentes sociales, la pérdida de contacto con figuras
identificatorias y las pérdidas de tipo afectivo; y finalmente a un duelo por la identidad,
como en el período de la adolescencia, pues las rutinas, las pertenencias y las
relaciones deben modificarse en virtud de la nueva situación, y es por ello que se habla
de un deterioro del sentimiento de identidad, por la pérdida de los "proyectos de vida"
familiares e individuales. (Bello, 2001)
En cada niño las pérdidas y duelos generan una serie de afectaciones diferentes,
estas dependerán de las experiencias vividas, la actitud y percepción que tiene del
acontecimiento, además de la función de apoyo que brinden las relaciones dentro del
grupo familiar. Haciéndose necesario reencausar su proceso de desarrollo, sus
proyectos y aspiraciones, propiciando espacios en los cuales puedan expresar y
resignificar los acontecimientos. Si el dolor y las pérdidas se viven en silencio, si no
consiguen saber y comprender “harán consigo mismos lo que antes hicieron con ellos:
destruir sistemáticamente su dignidad, manipular sus sentimientos, condenarse al
mutismo o al aislamiento y arruinar finalmente tanto su cuerpo como su alma” (Miller,
1985).
Este tipo de población se enfrenta a diversas situaciones que afectan a los niños,
antes de tener que abandonar sus viviendas, en el momento de huir y cuando empiezan
16
una nueva vida. Bello (2002, p 146) propone unos momentos o etapas en el proceso
de desplazamiento forzado a los que los niños deben enfrentarse:
“Los acontecimientos previos al desplazamiento, cuando en el lugar donde se vive aparecen o se acentúan hechos asociados a la violencia política y el proceso de fragmentación de las relaciones comunitarias que se generan por el clima de desconfianza, conflictividad y miedo, propio del conflicto armado. Luego de esto las familias se ven confrontadas a la amenaza real de la muerte al presenciar masacres de amigos y familiares, en ese momento se ven avocadas a tomar la decisión de huir para proteger la integridad física. El desplazamiento como tal se da cuando ya la familia ha sufrido un gran desgaste a nivel emocional, provocado por toda la cantidad de eventos previos. Finalmente llega el proceso de ubicación de las familias en un nuevo entorno donde según las redes de apoyo encontradas, su situación se va a ver más o menos afectada” (p, 146).
Luego de todo ese proceso de abandono del lugar de origen y llegada a un
nuevo lugar de residencia, sobreviene el proceso de incorporarse en un “nuevo mundo”,
que trae consigo un gran número de situaciones y fenómenos diversos para los niños.
Tal lugar, según sus características, puede favorecer o afectar la reconstrucción de su
desarrollo y estabilidad física y emocional. Bello (2002, p 147) plantea que son varios
los factores que pueden contribuir en la acentuación de su problemática o por el
contrario ayudar a la reconstrucción de una nueva vida, tales factores son:
La similitud o diferencia de los contextos de llegada en lo social, lo geográfico y
lo cultural.
Una red social e institucional adversa o de apoyo.
La red familiar cohesionada o fragmentada.
Valencia (2003, s.p) plantea que con la ruptura violenta del entorno y los cambios
intempestivos en las relaciones sociales y culturales trae consigo un conflictivo proceso
de adaptación urbano, caracterizado por elementos de marginalidad y exclusión. Es
decir, que con la llegada a los nuevos lugares de residencia sobrevienen rupturas y
17
continuidades para los niños desplazados. Una de las continuidades con las cuales
estos niños se ven enfrentados es la violencia, ya que los lugares a los cuales llegan
después de ser desplazados son zonas urbanas donde la problemática de violencia es
aguda y no muy diferente a la del campo. Además surgen nuevos peligros como lo son
los robos, las pandillas, violaciones, etc.
De las condiciones de vulnerabilidad que se mantienen para los niños y sus
familias después del desplazamiento, emergen transformaciones de orden cultural, en
los estilos de vida y la aparición de nuevas rutinas, siendo necesario adaptarse a un
nuevo contexto, lleno de escasez, incomodidades, discriminación, exclusión, que se
convierten en factores de estrés y que pueden afectar la salud mental y física, de las
familias en dicha situación. Estas afectaciones sociales y psicológicas pueden ser
pasajeras pero en otras ocasiones se hacen prolongadas y muy perturbadoras.
Partiendo del supuesto de que la experiencia de desplazamiento forzado en los
niños genera cambios y afectaciones a nivel físico, social y psicológico, es pertinente
que la sociedad conozca y brinde los mecanismos que ayuden a mejorar la calidad y
esperanza de vida a la población desplazada y específicamente a los niños que se ven
afectados por tal flagelo. Desde la academia y especialmente desde la psicología, lo
que se busca es generar estrategias de comprensión de las afectaciones del
desplazamiento forzado en los niños, los fenómenos asociados a él, y la reflexión en
torno a estrategias de intervención, acompañamiento y orientación a dicha población,
de manera que les permita a ellos y a sus familias elaborar procesos de duelo, de
integración y reconstrucción de un nuevo círculo social, reelaboración de nuevos
proyectos de vida, además de identificar recursos, habilidades sociales y psicológicas
para enfrentar la situación adversa en la que se encuentran.
18
1.1.1 Pregunta orientadora:
En razón de lo planteado hasta el momento, la pregunta que guía esta
investigación es:
¿Cuál es la experiencia de desplazamiento forzado y la afectación psicosocial
que presentan niños, entre los 8 y 12 años de edad, víctimas de este fenómeno,
residentes en la ciudad de Medellín?
El indagar por esta experiencia y sus afectaciones psicosociales puede aportar
nuevas perspectivas de comprensión a un fenómeno complejo que persiste gracias al
conflicto armado colombiano y que conlleva consigo profundas implicaciones para la
sociedad colombiana, y en específico para la población infantil.
1.2 Justificación del problema:
El desplazamiento forzado es una problemática que los colombianos venimos
afrontando hace más de cinco décadas y que se sostiene en el tiempo. Ha sido
estudiada durante varios años, pero se le ha dado mayor importancia en los últimos
tiempos, producto de la necesidad de conocer a fondo las causas, y las afectaciones
que produce el tener que abandonar todos los bienes, relaciones sociales y costumbres
de una manera involuntaria, además de sus implicaciones sociales.
En el caso de este estudio, el acercamiento que queremos realizar al fenómeno
va dirigido hacia la experiencia subjetiva de los niños en situación de desplazamiento
forzado, de manera que se pueda identificar y describir en forma global el fenómeno y
la afectación que se deriva de esta experiencia. Queriendo aportar así nuevas
herramientas de comprensión del fenómeno desde una perspectiva psicológica.
19
Para la psicología esta problemática debe adquirir importancia, ya que afecta
varias áreas de la vida de los sujetos, y en el caso de los niños se ven involucradas
áreas como: la cognitiva, la emocional, la familiar, la social, entre otras. La psicología no
sólo debe estar enfocada al estudio y diagnósticos de factores psicopatológicos, sino
también debe tener una mirada más amplia que permita la comprensión de la realidad
que enfrenta el país, desde la indagación de la experiencia que tienen los sujetos
acerca del fenómeno del desplazamiento forzado.
Se justifica este proyecto desde lo social, dado que la violencia generalizada que
se vive en Colombia desde hace tantos años ha provocado un fenómeno de
desplazamiento forzado sobre todo desde el campo hacia las ciudades o desde
sectores rurales hacia cabeceras municipales; este desplazamiento es una
manifestación importante de la crisis humana y de la degradación del conflicto y de las
estrategias indiscriminadas que se utilizan contra la población civil, en la que se
incluyen y sufren de manera especial los niños. Se busca entender de manera más
cercana tal realidad, a través de los relatos de los niños, sus pensamientos y afectos,
cómo han vivenciado el desplazamiento y como se ven afectados por una realidad
compleja y difícil.
En el desplazamiento las personas, incluyendo especialmente los niños entran
en contacto con distintos grupos humanos, con otras culturas y estilos de vida,
enfrentándose a la integración o a la segregación. Aunque la premisa de que la
diversidad no necesariamente lleva al conflicto debería prevalecer, en el caso de la
población desplazada es claro cómo la integración a nuevos lugares y la adaptación a
los cambios identitarios y culturales puede conllevar a sentimientos de inferioridad, auto
rechazo por la presión misma de adaptarse a unos estilos, costumbres y valores de una
cultura dominante que difiere de la propia. Estos procesos de segregación pueden
existir cuando los grupos dominantes y mayoritarios tratan de excluir a un grupo con
pocas posibilidades de reclamar sus derechos (Bello, 2001).
20
A partir del desplazamiento las familias deben asumir el cubrimiento de unas
necesidades básicas recurriendo a diversas estrategias desde acudir a familiares y
vecinos hasta buscar opciones en lo laboral muy distintas a las cotidianas o a las que la
familia está habituada, asociadas especialmente con las labores del campo.
También es importante observar como el auto concepto de las personas
desplazadas se afecta resultado de la incapacidad percibida por ellos acerca de su
sostenimiento y autonomía, como lo hacían en sus lugares de origen. La manera en
que son tratadas las familias desplazadas cuando llegan a ciudades o cascos urbanos y
al solicitar apoyo a las entidades del gobierno, puede generar a su vez procesos de
discriminación, aumentando la problemática de estas personas por la atención
inadecuada por parte del Estado a través de sus diferentes entidades.
Sobre la utilidad de este trabajo, diríamos que puede aportar a la comprensión de
la experiencia infantil dentro del conflicto, además de una reconstrucción de su presente
y futuro, favoreciendo que algo perturbador se pueda convertir, por medio del relato, en
algo menos inquietante e incomprensible. Los niños pueden hablar de sus historias,
creencias, de sus universos personales y sociales, relaciones, sentimientos y afectos;
además de un intento por despertar de la apatía a muchas personas que no han
identificado que en esos pequeños que se encuentran en situación de desplazamiento
se condensa el sufrimiento de miles de civiles colombianos, sin contar con las
implicaciones que este trae para futuras generaciones.
De otro lado, la realización de este proyecto investigativo adquiere relevancia a
nivel personal porque nos permite contrastar los conocimientos adquiridos en la
academia con la realidad, y nos brinda la posibilidad de adquirir bases conceptuales y
prácticas para nuestra labor profesional en relación con el ámbito social en el contexto
colombiano actual.
21
1.3 Objetivos de investigación:
1.3.1 General:
Conocer y describir la experiencia de desplazamiento forzado y la afectación
psicosocial que presentan 10 niños, entre los 8 y 12 años de edad, víctimas de este
fenómeno residentes en la ciudad de Medellín.
1.3.2 Específicos:
Conocer las vivencias que presentan 10 niños frente a la experiencia del
desplazamiento forzado.
Describir los cambios que experimentan los niños víctimas de desplazamiento
forzado.
Identificar formas de afectación psicosocial, en niños víctimas del
desplazamiento forzado.
22
CAPÍTULO II
MARCO CONCEPTUAL
2.1 Conflicto armado y desplazamiento forzado en el caso colombiano:
El desplazamiento forzado ha existido en el país como producto de los diversos
conflictos armados, que tuvieron lugar en los siglos XIX, XX y continúan en la
actualidad. En particular la última década del siglo XX y la primera del siglo XXI
representan un período de agudización del fenómeno, que con la incidencia de
múltiples organizaciones de derechos humanos y sociales fue reconocido por parte del
Estado por medio de la ley 387 de 1997 en la que exponen diversos elementos a fin
atender a la población afectada de dicho fenómeno.
El desplazamiento forzado se produce al interior de un país, de forma masiva,
individual o familiar; en el contexto colombiano está directamente asociado a factores
como tenencia de la tierra, exclusión social, represión política, narcotráfico, surgimiento
de actores armados, todo esto hace compleja la situación. (Zuluaga, 2004).
Para los veinte años transcurridos entre 1946 y 1966, Paul Oquist (1978) estima
que dos millones de personas fueron desplazadas con el consecuente abandono de
cerca de 400.000 parcelas, en el periodo llamado “La Violencia”, fruto de la guerra
entre liberales y conservadores. Tal periodo del conflicto armado se cerró con un pacto
entre los partidos políticos tradicionales, en el cual se consolidó el Frente Nacional, sin
tenerse en cuenta los procesos de restitución de tierras y el fenómeno de la migración
forzada.
Por otra parte, las guerrillas o grupos insurgentes surgen en la década de los
sesenta, siendo históricamente las más importantes las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia, FARC, el Ejército de Liberación Nacional –ELN–, el
23
Movimiento 19 de Abril –M-19–, y el Ejército Popular de Liberación –EPL, los dos
últimos ya desmovilizados, abanderándose inicialmente, y por un tiempo, de
reivindicaciones sociales dadas las limitaciones del Estado para atender y garantizar
condiciones básicas de vida a la población a lo largo y ancho del territorio nacional.
Luego, emerge el fenómeno del narcotráfico, el cual se inició con el cultivo y
tráfico de marihuana en la década de los setenta, seguido por el de cocaína en la
década de los ochenta.
Igualmente, se agrega el surgimiento de grupos de autodefensas o las conocidas
“Convivir”, denominados como grupos paramilitares, que emergieron a comienzos de la
década de los ochenta como una forma de retaliación por parte de los narcotraficantes,
ganaderos y algunos militares, quienes formaron grupos de auto-defensa para
protegerse de los actos violentos perpetrados por las guerrillas, con pretensión especial
de salvaguardar sus intereses económicos.
Es así como la proliferación y expansión de dichos grupos –diferentes en
naturaleza pero todos generadores del conflicto violento– han sumergido al país en una
ola de violencia durante más de cinco décadas.
El arribo de la guerra y del terror a distintas regiones del país ha generado
procesos de ruptura con el orden establecido. Los grupos armados han logrado
establecer cierto control social y romper el orden existente mediante el terror, la
creación de nuevas alianzas y la violencia generalizada. Los civiles amenazados han
abandonado y perdido sus tierras, propiedades y el tejido social ha sido fragmentado,
la población ha tenido que elegir, en muy poco tiempo, ante el imperativo de la
situación, a donde ir. (Salazar; Castillo; Pinzón, 2008. pág. 17).
Igualmente, para avanzar en la comprensión del fenómeno del desplazamiento,
se observa, por lo general, un carácter particularmente “discreto”, silencioso y en radios
concéntricos hacia el exterior. Es decir, el desplazamiento forzado se da primero hacia
24
lugares próximos, del campo o de la selva a los caseríos, de estos a los pueblos, y de
los pueblos a las ciudades, donde se llega a engrosar los sectores de invasión en los
cascos urbanos (Prieto, 1999). Es decir, quienes han sido afectados pretenden
inicialmente pasar desapercibidos, trasladándose a lugares aledaños o cercanos para
salvaguardar la vida y en espera del desenlace de la situación de violencia. Sin duda,
en mayor porcentaje los afectados corresponden a la población campesina, otro tanto
pertenecen a las poblaciones negras e indígenas, quienes han quedado en el fuego
cruzado entre las partes o grupos armados (legales o ilegales) que se hallan en
conflicto. Como estrategia o como táctica, aquellas personas resultan ser sus víctimas
directas, obligándolas a huir a otras partes de las regiones de residencia o del país, o
dándoles casualmente de baja en una acción armada, o directamente, al considerarlas
colaboradoras del enemigo.
Sin discusión alguna la violencia y el desplazamiento son expresiones de dos
tipos de conflictos que se complementan y entrecruzan, que igualmente es necesario
distinguir, para una comprensión más amplia de su entramado e implicaciones, además
de la formulación de alternativas, teniéndose de fondo el conflicto por la tierra y el
conflicto por el territorio (Cabrera, s.f, pág. 53). El conflicto por tierras, se refiriere a la
estructura concentradora de la tierra y a las relaciones competitivas por este recurso,
que se manifiestan en antagonismos entre latifundio ganadero y/o empresa
agroindustrial y el minifundio campesino. Se trata de competencias entre actores
económicamente fuertes frente a otros más débiles, por un recurso escaso e importante
no solamente para la explotación agropecuaria, sino también para la minera,
agroindustria, entre otros. Estos conflictos usualmente se concentran en espacios
locales y tienen que ver con la propiedad y el control sobre la tierra. (Cabrera, s.f, pág.
53)
Los conflictos por territorios se refieren al dominio y control del territorio como
espacio estratégico de orden político y económico. Puede tratarse bien de fuerzas que
quieren sacar de su paso a competidores que cuestionan su poder, como grupos de
25
izquierda -o guerrillas- y paramilitares, como en el caso colombiano, que se disputan el
dominio territorial además del sometimiento de la población.
Dichos conflictos se orientan hacia la población que ocupa un territorio o región,
es decir, tiene una afectación mayor. En estos casos, la tierra como parte importante del
territorio tiene un papel que va más allá de su función productiva, pues funciona como
espacio comercial, fuente de recursos naturales, área estratégica (de paso, conexión,
refugio), entre otros.
Una de las consecuencias, tanto de la de la violencia como del desplazamiento
es, entonces, la pérdida de la tierra por parte de las familias. Sin embargo, por ello su
atención implica mucho más que la preocupación por dotar de tierra a las familias
desplazadas que quieren regresar al campo, problema que, por supuesto, debe ser
atendido.
En Colombia, la población desplazada la constituyen hoy millones de personas,
en su mayoría mujeres y menores de edad, la cual se estima en cerca 4.356.491
personas (ACNUR, 2012), quienes tuvieron que huir del conflicto armado, de la
violencia generalizada, masacres, amenazas o del hostigamiento de los grupos
armados, dejando atrás todas sus bienes materiales y pertenencias para poder
salvaguardar sus vidas. Quienes a su vez al llegar a lugares desconocidos y bajo
condiciones adversas, no alcanzan a satisfacer sus necesidades básicas, afrontando
condiciones que les sumen en la marginalidad y discriminación generalizada.
De otro lado, la literatura ofrece varios enfoques alternativos para explicar los
fenómenos de conflicto interno y guerra civil. Quizá el debate más importante se
presenta entre quienes sostienen que la violencia es el resultado de factores
económicos y aquellos que afirman que los conflictos internos se originan en variables
tales como las instituciones, el tipo de régimen, la presencia Estatal y la inclusión –o
exclusión– política (Yaffe, 2012).
26
Un número importante de investigadores se centra en el papel que desempeñan
las variables económicas en el conflicto interno. Dos teorías compiten para proveer una
explicación: una centrada en el resentimiento, desigualdad e injusticia (Gurr, 1970;
Ballentine y Sherman, 2003) y la otra basada en la codicia (Collier, 2000; Bates, 2008).
Así, la primera perspectiva vincula el conflicto interno con las desigualdades
socioeconómicas, la exclusión de ciertas regiones, la discriminación de ciertos sectores
de la población, etc. En consecuencia enfatiza en la importancia de los resentimientos e
injusticias sociales y económicas como causas de conflictos violentos. Dentro de estas
teorías centradas en el resentimiento, una de las más importantes es la noción de
“privación relativa”, la cual encuentra sus orígenes en el trabajo de Gurr (1970), quien
la define como la discrepancia entre lo que las personas piensan que merecen, y lo que
realmente alcanzan. Su hipótesis plantea que “el potencial para la violencia colectiva
varía sustancialmente con la intensidad y el alcance de la privación relativa entre los
miembros de una colectividad” (Gurr, 1970: 24).
La segunda perspectiva, basada en la codicia, realza el papel de los incentivos
financieros para fomentar la rebelión. Esta literatura hace énfasis en los efectos de las
rentas públicas y los recursos naturales, argumentando que éstos juegan un papel
fundamental en desencadenar y sostener la violencia política. Bates (2008) y Collier y
Hoeffler (1998, 2004), han encontrado que las evidencias favorecen los argumentos
basados en la codicia sobre aquellos basados en la injusticia y la desigualdad. En su
planteamiento las raíces de los conflictos armados no se encuentran en los
resentimientos y desigualdades socioeconómicas, como se creía, sino en los intereses
económicos de algunos grupos en conflicto. Adicionalmente, en las sociedades
prevalentemente pobres se pueden reclutar fuerzas armadas irregulares a bajos costos;
en consecuencia, los actores sociales desafían la autoridad estatal con el fin de
apropiarse de los recursos “saqueables”. Blattman y Miguel (2010) coinciden con este
argumento planteando que –aunque comúnmente se sostiene que el resentimiento y la
desigualdad son las principales causas de conflictos internos– esta relación de
causalidad directa entre pobreza y conflicto debe ser reconsiderada. En realidad, y sin
duda, los conflictos internos tienen consecuencias devastadoras sobre la calidad de
27
vida y la salud, lo cual debilita el argumento de causalidad directa y de sentido único
entre pobreza y conflicto social. De manera similar, Hardy (1979) y Weede (1981)
desafían la conexión entre desigualdad y violencia, argumentando que esta relación
desaparece cuando se controla el nivel de desarrollo económico.
Otras teorías se enfocan en factores políticos e institucionales para explicar la
aparición y evolución de los conflictos civiles. De nuevo aparecen dos enfoques
compitiendo: el primero, argumenta que la oposición violenta es el resultado de falta de
presencia estatal e insuficiente provisión de bienes públicos. El segundo enfoque,
plantea que la inclusión política –incluyendo número de partidos, competencia electoral,
acceso efectivo a las instituciones, etc. – es el elemento central que desencadena la
oposición violenta. Goldstone, Gurr, Marshall y Vargas, (2004) han encontrado que –
aunque los factores económicos afectan la estabilidad política– el impacto de tener las
“instituciones adecuadas” sobre el riesgo de crisis políticas violentas es generalmente
cinco a diez veces mayor que el impacto de los niveles de pobreza sobre la violencia.
Adicionalmente, sus análisis demuestran que el tipo de régimen político es, de manera
contundente, el factor dominante que dispara revoluciones, guerras étnicas y
derrocamiento de regímenes democráticos. Sus hallazgos presentan el estrecho vínculo
existente entre las configuraciones político-institucionales a nivel nacional –o tipo de
régimen–, y la probabilidad de ocurrencia de inestabilidad política y conflicto violento.
Estos estudios demuestran que tanto los regímenes democráticos fuertes como los
regímenes autocráticos fuertes son menos susceptibles a la ocurrencia de oposición
violenta que las democracias o autocracias débiles.
De manera similar, Fearon y Laitin (2003) argumentan que las medidas de
capacidad y fortaleza institucional son robustos pronosticadores de guerra civil.
Concluyen que el conflicto violento es engendrado por gobiernos centrales débiles y por
condiciones sociales que favorecen la emergencia de grupos que buscan suplantar la
labor del Estado, entre ellos la insurgencia. Su argumento central es que los gobiernos
que son financiera, organizacional y políticamente débiles hacen, por ejemplo, que la
insurgencia resulte más atractiva y factible, a causa de la corrupción y de la ineptitud de
28
las prácticas contrainsurgentes. En muchos casos, estas ineficaces prácticas
contrainsurgentes incluyen retaliaciones brutales e indiscriminadas contra la población
civil, lo cual contribuye a que ésta termine adhiriéndose a los grupos insurgentes
perpetuando así los conflictos violentos. Desde este punto de vista su análisis da
prelación a los factores institucionales y de presencia estatal sobre los factores de
pobreza y desigualdad.
En síntesis, avanzando en la comprensión del fenómeno del desplazamiento
forzado en el marco del conflicto armado interno en Colombia, es evidente que el arribo
de la guerra y del terror a distintas regiones del país ha generado procesos de ruptura
con el orden establecido. Los grupos armados han logrado establecer cierto control
social y romper el orden existente mediante el terror, la creación de nuevas alianzas y la
violencia generalizada. Los civiles amenazados han abandonado y perdido sus tierras,
propiedades y el tejido social ha sido fragmentado, la población ha tenido que elegir, en
muy poco tiempo, ante el imperativo de la situación, a donde ir. (Salazar; Castillo;
Pinzón, 2008. pág. 17).
En Colombia hay un total de 4.356.491 desplazados a Noviembre de 2012.
(ACNUR, 2012., Desplazamiento el nuevo reto del siglo XXI; ACNUR Tendencias
Globales 2012), tal volumen de desplazamiento forzado revela una profunda crisis
humanitaria pero desafortunadamente se ha invisibilizado por el hecho de que la
opinión pública ha concentrado su atención en otros asuntos como las operaciones
militares de gran formato, las afectaciones de fenómenos naturales y climáticos, por
ejemplo, las olas invernales y los indicadores de crecimiento económico (CODHES,
Boletín Número 79 - Bogotá, Quito, Marzo de 2012) más que en el fenómeno como tal y
sus implicaciones – sociales, políticas y económicas -.
Durante al menos las dos últimas décadas, sin duda, el flujo de desplazados por
la violencia responde a las variaciones que se han dado en las dinámicas militares y
políticas de la sociedad colombiana. El desplazamiento forzado obedece, pues, tanto a
la implementación de estrategias para combatir la insurgencia como mantener el control
29
y hegemonía por parte del Estado a través de las fuerzas militares y otros organismos,
así como a la acción directa o indirecta de actores armados como las guerrillas y los
grupos paramilitares y de autodefensa. Entre las razones más frecuentes detrás de los
altos porcentajes de desplazamiento aparecen las amenazas, torturas, masacres,
desapariciones forzadas, saqueos, destrucción de viviendas, así como los atentados,
homicidios, bombardeos, desalojos, reclutamientos forzosos, secuestros, abusos
sexuales junto a las consecuencias de los operativos antinarcóticos. (Falla, Chávez y
Molano, 2003), que implican graves violaciones a los derechos humanos e infracciones
al Derecho Internacional Humanitario – DIH (o derecho de la guerra).
De otro lado, más allá de las cifras, el desplazamiento forzado debe también ser
leído como una respuesta de la población ante las acciones violentas de los grupos
vinculados al conflicto armado interno, a fin de la población salvaguardar la vida e
integridad.
Así que, las comunidades y los pobladores, por su parte, encuentran en el
desplazamiento una estrategia de reducción del riesgo frente a las acciones violentas
indiscriminadas de los grupos de conflicto, pero también es una respuesta directa a las
presiones de los grupos armados ilegales. Los combates, por ejemplo, generan
desplazamiento, pues, al huir, los pobladores logran reducir el riesgo de ser afectados
en su integridad física. Aunque también existe evidencia circunstancial y documental
que indica que los grupos de conflicto realizan amenazas directas con el objeto de
afectar el poblamiento del territorio (Guerra y violencias en Colombia: herramientas e
interpretaciones / editores Jorge A. Restrepo y David Aponte. -- 1a ed. -- Bogotá:
Editorial Pontificia Universidad Javeriana, 2009.)
Despoblar territorios ha sido una estrategia de los grupos armados ilegales para
fortalecer su control territorial, apropiarse de predios agrícolas, desarrollar y mantener
sus intereses económicos. El desplazamiento suele ser más intenso en departamentos
con mayor concentración de la propiedad agraria. Como consecuencia, los propietarios
de tierra son expulsados con alta frecuencia por los grupos armados ilegales y así lo
30
muestra la Conferencia Episcopal de Colombia que señala que cerca del 60% de los
hogares desplazados reportan algún tipo de tenencia de tierra, así mismo el 24% de las
familias desplazadas pertenecían a alguna organización comunitaria, factores que son
casi imposibles de recuperar una vez se ha producido el desplazamiento (Ibáñez &
Querubín, 2004). Ante esto el Gobierno Nacional se ha visto avocado a promover ante
las autoridades locales y regionales el realizar un inventario de predios y definir
acciones para impedir la transacción de dichos predios cuando hay inminente riesgo de
desplazamiento o se ha dado el desplazamiento a través de las Oficinas de Registro de
Instrumentos Públicos de los municipios.
2.2 Desplazamiento forzado e infancia:
La población desplazada abandona su lugar de origen, y se ve obligada a llegar
a un contexto desconocido y completamente diferente de donde provienen. Donde es
necesario adaptarse a las condiciones y exigencias del medio, teniendo que modificar
muchas de sus costumbres y conductas. El problema del desplazamiento forzado
vincula de forma directa a la población infantil y juvenil, además que desestabiliza la
unidad familiar, genera desarraigo, traumas, deterioro de la identidad y bajo sentido de
pertenencia. (Gonzales y Moreno, 2012).
Es preciso resaltar que la afectación de la violencia y el desplazamiento es
devastadora, pues implica la vida, la dignidad y la integridad física, moral y psicológica
de la población infantil y adolescente de distintos orígenes étnicos, culturas y regiones
del país. Afecta de forma directa los derechos a la vida, a la integridad personal, a la
libertad, a la seguridad, a tener una familia y a no ser separado de ella (ACNUR, 2010.
p.12). Es decir las afectaciones se extienden tanto a nivel del desarrollo físico, como al
emocional, social e intelectual. Limitando las oportunidades del libre desarrollo de la
personalidad, al sufrir cambios precipitados en sus estilos de vida, en corto tiempo,
además de tener que abandonar su espacio de morada.
31
Sobre esta situación la Corte Constitucional se pronunció en el Auto 251 de 2008
(Magistrado Ponente: Manuel José Cepeda Espinosa, dada en Bogotá, D.C., 6 de
octubre de 2008) haciendo referencia a la protección de los derechos fundamentales de
los niños, niñas y adolescentes desplazados por el conflicto armado, donde se plantea
que los derechos de los niños, su carácter prevaleciente y los deberes especialmente
fuertes del Estado en relación con la protección especial a la cual tienen derecho los
niños, niñas y adolescentes colombianos en situación de desplazamiento forzado, ya
que son las víctimas más débiles e indefensas del conjunto de la población desplazada
por el conflicto armado en el país, y al mismo tiempo, son duramente golpeados por
crímenes y condiciones estructurales de existencia que escapan por completo tanto a
su control y su responsabilidad como a su capacidad de resistir o de responder,
marcándolos de por vida al incidir negativamente sobre su proceso de desarrollo
individual. Dado su estado de victimización pronunciada e inerme ante las numerosas
injusticias del desplazamiento forzado, cada uno de los casos individuales de menores
de edad desplazados por la violencia armada en Colombia configura, en sí mismo, una
manifestación extrema de vulneraciones profundas, graves, sistemáticas y concurrentes
de derechos fundamentales prevalecientes (art. 44, Constitución Política Colombiana).
Los niños muchas veces son testigos de asesinatos, combates, atentados,
secuestros, la destrucción de sus hogares y de sus comunidades o han presenciado
masacres y torturas entre otros hechos violentos en el marco del conflicto armado.
Además son obligados a observar como poco a poco sus familias son afectadas e
incluso, en ocasiones, se desmoronan las familias, produciendo afectaciones muy
profundas en su desarrollo psicológico y social. De otro lado, al llegar a un lugar
desconocido, los niños pueden encontrarse desorientados, enfrentándose a elaborar
uno o múltiples duelos además de tener que incorporar y adaptarse al espacio y el
contexto social al que llegan. Por ello es posible encontrar alteraciones en el
aprendizaje y de comportamiento de los niños víctimas de desplazamiento forzado en
respuesta a su proceso de ajuste y búsqueda de adaptación a los cambios sufridos.
32
Hablar de las afectaciones del desplazamiento en los niños nos remite
directamente a pensar en sus sentimientos y emociones frente a sucesos tan crudos y
violentos para alguien que está iniciando su proceso de aprehensión y reconocimiento
del mundo (Buitrago, 2004). Finalmente, la comprensión del mundo por parte de ellos,
será acorde a la significación que den a estos acontecimientos difíciles y la forma en
cómo estos irrumpen en sus vidas.
Las afectaciones psicosociales se expresan de manera individual a nivel
emocional y cobran un sentido trascendente a nivel relacional, haciendo que sea
precisa una mirada integral de la situación de los infantes, donde además de tratar de
identificar la situación emocional particular, es preciso entender cómo las relaciones de
los niños se modifican por el hecho violento, cómo cambian sus maneras de relación
con sus pares, familia, escuela, comunidad y con el medio (Arias y Ruiz, 2002, p. 88).
2.2.1 Cambios socioeconómicos a causa del desplazamiento forzado:
Tras el desplazamiento, la familia es la única red y espacio de apoyo con la que
cuentan la población desplazada, pero esta sufre serios traumatismos provocados por
la imposición y adopción de nuevas formas y pautas de crianza que alteran los
procesos de socialización, por la renegociación en momentos de crisis de roles y
estatus y obviamente, por las limitaciones y trabas con que tropiezan en el orden
económico y social para cumplir con sus funciones tradicionales (Bello, 2001. Pág. 27).
Las condiciones de vida de la población desplazada siguen siendo precarias, aun
después de varios años de haber ocurrido los eventos que causaron el desplazamiento.
Cuando los miembros de una familia ya empiezan a establecer nuevos vínculos, y si
bien se creería que ya están acomodados en el lugar donde están viviendo, en
ocasiones tienen que moverse nuevamente, ya sea a causa de otra amenaza o una
opción laboral para uno de los padres o cualquier miembro de la familia, los cuales
33
suelen ser motivos suficientes para que la familia tenga que empezar de nuevo
(Schmidt, en niñez y conflicto armado, 2002 pág. 48).
La situación de desplazamiento forzado lleva a muchas familias a disminuir
drásticamente las posibilidades de ingresos económicos, y por ende se ven enfrentadas
a situaciones de precariedad material, situación que afecta el ánimo de las personas,
las deprime e interfiere en su capacidad para formar y mantener relaciones mutuamente
enriquecedoras (Papalia,1998, p 505) Los efectos en los niños no son menos drásticos
ya que como dice Papalia (1998, p 506) los niños en estado de pobreza soportan una
carga especialmente pesada, producto de la aflicción de sus padres. Vonnie McLoyd
(1990, citado por Papalia 1998, p 507) estudió los efectos permanentes de la pobreza
en muchas familias y trazo una ruta típica de la pobreza hacia la aflicción psicológica de
los adultos, sus efectos en la crianza de sus hijos, y por último, los efectos sobre los
niños:
“En el modelo de McLoyd (1990, en Papalia, 1998) los padres que vivían en lugares pobres, que estaban preocupados por la siguiente comida y sentían que carecían de control sobre su vida se volvieron ansiosos, deprimidos e irritables. Utilizaban la disciplina como último recurso, con castigos físicos y órdenes autoritarias, en lugar de explicaciones, razonamientos y concesiones. Podían desconocer el buen comportamiento del niño y prestar atención a los errores. Sus hijos tuvieron problemas sociales, emocionales y de comportamiento. Las propias características de los niños también tiene un papel que representar: quienes poseen temperamentos difíciles y no son atractivos tienen problemas incluso peores”.
2.3 Afectaciones psicosociales del desplazamiento forzado en la infancia:
Para efectos de una mejor comprensión del presente capitulo se hace necesario
definir el concepto de psicosocial, el cual es definido por Camilo, Gloria (2000); citada
en Bello, Martha 2000 como:
34
“la interacción recíproca entre lo subjetivo y lo interaccional. En como el estado emocional de una persona influye en su manera de relacionarse con los otros y en su vivencia subjetiva sobre esta mismas relaciones y produce una respuesta determinada de los demás. Pero también como esas formas de tratarnos y de establecer relaciones con el medio modifica y “moldea” en lo subjetivo a cada uno”.
Los hechos violentos suscitan una serie de reacciones sucesivas, en donde una
desencadena otras, por lo que el niño, se ve abocado a enfrentar una cadena de
eventos que producen un estado complejo en su salud emocional (Arias y Ruiz, en
niñez y conflicto armado, 2002 pág. 89).
Las afectaciones psicosociales que tienen los hechos violentos para los niños,
dependerán de una cadena de momentos traumáticos a las que el niño se ve expuesto
en su mundo emocional tras el desplazamiento de su hábitat. Aspectos como el hecho
que motivó el desplazamiento y las pérdidas que experimentan los niños, son hechos
de los cuales dependerán las consecuencias emocionales en un niño y su familia. Por
ejemplo, vivenciar una masacre, seguida de la exigencia de desalojar el lugar bajo la
presión de una amenaza; o cuando el desplazamiento se da motivado por un rumor,
son situaciones diferentes. En la primera situación, no se participó en la toma de
decisión de desplazarse y que por lo tanto el control siempre estuvo en cabeza del actor
agresor, puede haber una permanente evocación y rememoración de los sucesos,
miedo intenso, alteraciones en el sueño, pesadillas, somatización, sensación de peligro,
de muerte, ente otros. A nivel relacional, en el grupo familiar del niño se aumenta la
dificultad para llegar a acuerdos y compromisos grupales y tiende a ser más recurrente
el empleo de formas de relación maltratantes. Cuando el desplazamiento se ha dado en
el marco de un rumor se está frente a “una participación” en la decisión del desplazarse,
lo cual se expresa en incertidumbre respecto de lo acertada o no de la decisión, de
auto-recriminación alrededor de un posible sobredimensionamiento de las versiones
presente en el rumor, de si fue o no la oportuna la decisión y si era o no pertinente. En
estos casos se observa una profunda añoranza, sentimientos de auto-reproche, culpa,
irritabilidad, inseguridad y melancolía. A nivel relacional se aumenta las recriminaciones,
el señalamiento y la resposabilización, contra quienes se ubican como motivo o a
35
quienes se buscó proteger con la decisión de asumir el desplazamiento (Arias y Ruiz,
en niñez y conflicto armado, 2002 p. 91)
Al hablar de afectaciones psicosociales, estamos haciendo referencia a las
consecuencias (negativas o positivas) que implica el desplazamiento forzado a nivel
emocional y relacional. Entre las principales consecuencias a raíz del desplazamiento
forzado están: la ruptura del tejido social comunitario, la afectación de las dinámicas
culturales, familiares y los ciclos de vida tradicionales, la dificultad en el cambio social y
la realización de actividades económicas tradicionales, la vinculación a las dinámicas
del conflicto armado. Las afectaciones del desplazamiento forzado en la infancia
además de ser múltiples también son del orden subjetivo, del mismo modo la afectación
emocional es diferente en todos los casos. Estas diferencias pueden variar según sea el
género, la edad, la cultura, etc. También es relevante la experiencia vivida en relación
con el hecho violento como tal (Bello, Mantilla, Mosquera y Camelo, 2000).
La respuesta humana “normal” a las situaciones de violencia, se caracteriza por
una amplia gama de manifestaciones emocionales que incluyen tristeza, ansiedad,
irritabilidad y síntomas somáticos, entre otros. Pero es necesario abstenerse de
patológizar la respuesta natural de los seres humanos ante las crisis y situaciones
catastróficas y diferenciarla de los casos de verdaderos trastornos o enfermedades
mentales y de los síntomas aislados o manifestaciones de malestar emocional que no
constituyen un trastorno como tal (Bello, Mantilla, Mosquera y Camelo, 2000).
Las afectaciones de orden psicosocial precisan una ruptura, un cambio abrupto
en un espectro que abarca desde lo social hasta la cultural, como el rompimiento de
redes sociales, canales regulares de comunicación intra y extra-familiar, cambios en el
contexto, pérdidas, exposiciones a experiencias extremas, entre otras. Pero también
implica permear el sentido de identidad -individual y colectiva- que involucra diversos
aspectos emocionales, los cuales se hacen visibles a través de cambios en los
comportamientos de los niños. De este modo los efectos psicosociales se expresan de
manera individual a nivel emocional y cobran un sentido trascendente a nivel relacional,
36
haciendo que sea precisa una mirada integral de la situación de los infantes, donde
además de tratar de identificar la situación emocional particular, es preciso entender
cómo las relaciones de los niños se modifican por el hecho violento, cómo cambian sus
maneras de relación con sus pares, familia, escuela, comunidad y con el medio (Arias y
Ruiz, 2002, en niñez y conflicto armado, 2002 p. 88)
Según Camilo (2000, citado en Bello, 2001. Pág. 12) el malestar emocional
experimentado se manifiesta como intranquilidad, desasosiego, inquietud (ansiedad) y
tristeza y desanimo (depresión). La respuesta emocional predominante durante los
momentos previos y en el desplazamiento mismo es el miedo; después se agrega, sin
que necesariamente se haya resuelto el miedo, el trabajo de asumir las perdidas
parciales o totales, que originan distintos procesos de duelo asignados en general por la
tristeza. El miedo es parte estructural del ser humano en la medida en que es una
emoción primaria; sin embargo, es posible canalizarlo hacia un proceso creador o una
opción de construcción individual y colectiva que desarrolle nuevos amarres a la vida y
formas positivas de relacionarse con el mundo (Pasos para retomar el mundo, 2002).
Cuando alguna familia recibe ayuda tras el desplazamiento, casi siempre es,
alojamiento, alimentación y medicina, siendo la atención afectiva o emocional pocas
veces, o casi nunca, atendida (Schmidt, en niñez y conflicto armado, 2002 pág. 49). A
sabiendas que el desplazamiento forzado implica para los niños y sus familias una serie
de eventos que pueden afectar su estabilidad emocional principalmente. Llegando a
evidenciarse afectaciones significativas tras el hecho violento que los obliga a asumir el
desplazamiento, la pérdida de referente afectivamente relevantes para los niños,
llámense familiares, amigos, vecinos, mascotas, costumbres, enseres, la relación con la
naturaleza, entre otros. Seguido de la incertidumbre del sitio de llegada, teniendo que
asumir un choque cultural y social, al encontrarse con un espacio que muestra
costumbres y relaciones distintas a las de su lugar de origen. Viéndose enfrentados a
cambios en las relaciones familiares, dificultando la adaptabilidad al nuevo medio (Arias
y Ruiz, 2002, en niñez y conflicto armado, 2002 p. 91)
37
Por lo anterior, es importante tener en cuenta algunas variables tras el
desplazamiento que influyen social y psicológicamente en los niños (Arias y Ruiz, 2002,
en niñez y conflicto armado, 2002 p. 92):
Es importante en el efecto psicosocial, si asumió el desplazamiento toda la
familia o parte de ella. En un buen número de las familias desplazadas el grupo familiar
se dispersa y es frecuente que los niños deban partir en compañía de algunos de sus
familiares entrando a experimentar añoranza, miedo por la seguridad de quienes
quedaron, incertidumbre y tristeza por los ausentes y sentimientos de culpa.
Si el desplazamiento fue abrupto, para los niños, y en general, para las familias,
se hace más doloroso, porque implica abandonar las pertenencias. Hay marcados
sentimientos de tristeza, impotencia, desesperanza, incertidumbre y sentimientos de
minusvalía e incapacidad para sobreponerse y asumir una perspectiva esperanzadora
de futuro. En el caso de los niños cuyas familias han podido de alguna manera
organizar el desplazamiento y decidir sobre qué tipo de enseres pueden traer consigo,
así como el lugar donde se dirigen, los sentimientos de desesperanza tienden a ser
menos intensos.
En aquellos casos en que los eventos que llevaron al desplazamiento implicaron
la muerte de alguna persona cercana a los afectos del niño, tiene un particular
significado a nivel emocional, si las circunstancias permitieron los rituales culturales en
relación con su muerte. En aquellos casos en que la muerte se acompaña de
vejámenes como tortura o mutilación corporal o si con el hecho se buscó causar
aleccionamientos a las comunidades, la carga emocional que sobreviene, dado su
simbolismo, se encuentra atravesada por un profundo sentimiento de impotencia,
sentimientos de culpa, humillación, rabia y de manera particular, en ocasiones, por los
sentimientos de venganza.
A menudo, la situación de desplazamiento causa modificaciones en las familias
que expresan cambios de roles que deben asumir los niños, en muchas ocasiones el
38
papel usualmente es de proveedor, con consecuencias emocionales tanto para padres
como para niños.
Por lo anterior es de aclarar que el nivel de vulnerabilidad de los individuos no es
el mismo, ni afecta de igual forma todas las personas, por lo cual es importante
identificar el tipo de evento que vive cada niño y como lo afronta, porque la respuesta
emocional dependerá principalmente de los eventos que le haya tocado asumir o
vivenciar, los procesos de duelo ante los tipo de pérdidas y los lazos afectivos que deja
atrás.
2.4 Infancia y desarrollo social:
La definición de infancia más propicia para la presente investigación va ligada a
los parámetros de la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y es
desarrollada en el Código de Infancia y Adolescencia de Colombia, Ley 1098 de
Noviembre 8 de 2006, la cual establece las normas para la protección de los niños,
niñas y adolescentes, en el caso Colombiano, teniendo como fundamento el garantizar
su desarrollo integral para que crezcan en el seno de su familia y de la comunidad.
La UNICEF (2005, s.p) indica que la infancia es la época en la que los niños
hacen su ingreso a la educación formal, además de tener el derecho de crecer fuertes y
seguros de sí mismos, recibir el amor y el estímulo de sus familias y de una comunidad
amplia de adultos. Por lo tanto es una época valiosa en la que los niños deben vivir sin
miedo, seguros de toda forma de violencia, protegidos contra los malos tratos y la
explotación. Como tal, la infancia significa mucho más que el tiempo que transcurre
entre el nacimiento y la edad adulta. Se refiere al estado y la condición de la vida de un
niño, a la calidad de vida de esos años.
39
Pero fue la Asamblea General de Naciones Unidas, en 1989, la que consagró y
aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño, en la cual se hallan consignados los
derechos fundamentales de niños y niñas, además de determinar la obligatoriedad
jurídica para todos los países del orbe.
Tal Convención exhorta a los gobiernos a que proporcionen asistencia material y
apoyo a las familias y eviten la separación de los niños y sus familias. En ella se
reconoció que los niños son titulares de sus propios derechos y por tanto no son
receptores pasivos de la caridad, sino protagonistas con la facultad para participar en
su propio desarrollo (UNICEF, 2005, s.p).
Por su parte el código de infancia y adolescencia versión comentada por Martín,
P., Quijano, P., Gallardo, E., Mojica, Rocio (2007) define como niño(a):
“Para todos los efectos de esta ley son sujetos titulares de derechos todas las personas menores de 18 años. Sin perjuicio de lo establecido en el artículo 34 del Código Civil, se entiende por niño o niña las personas entre los 0 y los 12 años, y por adolescente las personas entre 12 y 18 años de edad. El concepto de niño y todo su contenido político y jurídico surge en el ámbito de los derechos de la niñez apenas en 1989 con la proclamación de la Convención sobre los Derechos del Niño (Artículo 1: “Se entiende por niño todo ser humano menor de 18 años”). Las referencias legales y doctrinales anteriores les llamaban menores, se les definía desde su minoría, y por eso se les clasificaba como inferiores, incapaces, inimputables, o minusválidos, en una negación de su dignidad humana, como se predica de las personas que carecen por completo de la posibilidad de comprender que sus actos tienen consecuencias. Niños y niñas, en el concepto de persona plena en su dignidad, son sujetos jurídicos especiales lo que implica que en el ámbito mundial son el único grupo poblacional reconocido per se como vulnerable, y de allí su calificación de sujetos de derechos prevalentes y como los sujetos más importantes en el ordenamiento jurídico internacional y nacional, hecho que implica esfuerzos adicionales por parte de los Estados en materia jurídica, política y administrativa para asegurarles sin ninguna excusa la garantía y ejercicio de sus derechos”.
40
41
2.4.1 El desarrollo a nivel emocional y social en la niñez:
Las emociones intervienen en todo el proceso evolutivo de los seres humanos:
en el procesamiento de la información, el desarrollo de la comunicación, la organización
del apego, el desarrollo moral, el conocimiento social, entre otros. Si bien entre los
teóricos actuales existen diferencias, todos coinciden al afirmar el valor de las
emociones como organizadoras y motivadoras de la conducta y como señales
comunicativas (Ortiz, 2005, p 95). Por lo cual se hace primordial dar una mirada al
desarrollo emocional y social en la infancia dada su importancia en el devenir evolutivo
del infante, con mayor fuerza en la presente investigación donde la esfera emocional y
social de niños por la condición del desplazamiento forzado se puede ver fuertemente
afectada.
Los cambios evolutivos en el sistema emocional se deben entender en estrecha
interacción con el resto de procesos del desarrollo, como lo son los cognitivos, físicos y
relacionales (Ortiz, 2005, p 97-8). Algunos cambios de la vida emocional tienen que ver
con la maduración del cerebro y del sistema nervioso, otros con el desarrollo motor, el
desarrollo del lenguaje o los procesos de apego, y a su vez el desarrollo emocional
tiene importantes implicaciones en todos estos campos. Además, de considerarse las
emociones como un elemento de orden relacional, es decir, se desarrollan en
interacción social, en las relaciones establecidas con otros, sea adultos o pares.
De otro lado, el contexto social interviene a través de la provisión de
oportunidades para experimentar determinadas emociones, provee las etiquetas
verbales a las emociones y el contenido de ciertos objetivos, define reglas de expresión
que dictan cuando expresar o no determinadas emociones y su intensidad, y reglas de
sentido que establecen que se debe sentir en determinadas circunstancias según
criterios morales, o en su defecto situacionales (Ortiz, 2005, p 98-9).
42
Así, la situación de vulnerabilidad a la que se ve expuesta la población infantil en
situación de desplazamiento hace que su desarrollo psicosocial y emocional se vea
afectado o se desvié del curso “normal” o esperado, sin embargo debido a que cada
niño posee una forma particular de responder ante el entorno de conformidad con su
propio estadio de desarrollo, éste responderá psicológicamente ante una situación
violenta de acuerdo con la significación que dé a ese entorno social y evento específico
(Pérez, 1998;citado por Madariaga, Gallardo, Salas y Santamaría, 2002, p. 91).
2.4.2 Desarrollo del conocimiento y aprendizaje social:
Si se conoce de manera limitada sobre cómo entienden los niños los conceptos
físicos, matemáticos, lógicos o biológicos, todavía se sabe menos sobre su
comprensión del mundo social. En lo social las cosas se presentan de forma más
compleja dado el entramado de factores que lo constituyen y sostienen, su
conocimiento está orientado por prejuicios, intereses, sesgos particulares, en una
palabra, por la posición de cada ser humano en el mundo social. El ser rico o ser pobre,
poderoso o insignificante, pertenecer a un país o a otro, profesar una religión concreta o
no practicar ninguna, ser hombre o mujer, joven o viejo, etc., determina en gran manera
cómo vemos la sociedad y los fenómenos que de manera diversa se presentan en ella
(Delval y Padilla, 2005, p 126).
Cuando se pregunta a los niños sobre problemas de tipo social, aunque sea
incidentalmente en conversaciones informales, se puede dar cuenta de la dificultad que
tienen para entender cosas que a los adultos les resultan obvias. Las respuestas de los
niños no son simples curiosidades, sino, como enseñó Piaget, la expresión profunda del
proceso y desarrollo de su pensamiento. Pero estudiar estas cuestiones es más difícil
que estudiar las nociones de la ciencia natural, entre otras cosas porque no se tiene
una guía firme y segura que sirva de punto de referencia (Delval y Padilla, 2005, p 126).
43
El niño a lo largo de su desarrollo va formando como la afirma Delval (1989) una
representación de los distintos aspectos de la sociedad en que vive, y aunque esa
representación está socialmente determinada, no es el producto de la influencia de los
adultos, sino el resultado de una actividad constructiva a partir de elementos
fragmentarios que el niño recibe y selecciona, de tal manera que lleva a cabo toda una
actividad selectiva que no se parece en nada a una asimilación pasiva (Citado por
Amar, Abello, Denegri, Llanos y Jiménez, 2001).
Dos de los problemas centrales de la representación del mundo social son la
comprensión del orden político y la comprensión del orden económico (Delval y Padilla,
2005, p 129), asuntos que conforman una especie de columna vertebral en la
comprensión del mundo y su funcionamiento
Se puede observar que para que los niños tengan un desarrollo y comprensión
del mundo que los rodea es de vital importancia además de los desarrollos a nivel
físico, el tipo de estructura social en la cual se encuentran, el nivel socioeconómico, el
tipo de relaciones que va conformando -a nivel familiar y el entorno inmediato a esta- y
las representaciones que se hace de sí mismo y de otros.
En el desplazamiento forzado el desarrollo de estos procesos se puede ver
afectado según la manera en que el niño de significación a su situación, el estado o
condiciones socioeconómicas en que se encuentre o que deba enfrentar junto con su
familia, lo que en la mayoría de los casos se convierte en condiciones desfavorables
dadas las pérdidas de diferente índole producto del desplazamiento forzado, además de
la afectación de las redes de apoyo o soporte con que cuente él y su familia al momento
de afrontar la situación.
Según Delval y Padilla (2005, p. 148) el conocimiento del mundo social en los
infantes se da en tres niveles, los cuales permiten ir comprendiendo su dinámica y
complejidad, estos niveles son:
44
Primer nivel: (se extiende hasta los 10-11 años) las explicaciones se basan en los aspectos más visibles de la situación, los que pueden observarse a través de la percepción y no tiene en cuenta procesos ocultos que deban ser inferidos. En este nivel son poco sensibles a la existencia de conflictos, pues tienden a centrarse en un solo aspecto de la situación de cada momento. Si reconocen la existencia de un conflicto no ven soluciones posibles, como no sea dar alternativamente la razón a unos o a otros. No se reconoce la existencia de relaciones propiamente sociales, sino que las relaciones son personales. Segundo nivel: (se extiende por término medio entre los 10-11 y los 13-14 años) los sujetos empiezan a tener en cuenta aspectos no visibles de las situaciones, es decir, procesos que deben inferirse a partir de información de que se dispone. Los procesos incluyen una duración temporal, es decir, se desarrollan en un periodo más o menos largo. Aparece la distinción entre las relaciones personales y las sociales o institucionalizadas. Se perciben más claramente los conflictos, aunque lo más frecuente es que no sea posible encontrar todavía soluciones satisfactorias por la dificultad de considerar aceptables distintos puntos de vista. Los sujetos empiezan a evaluar las normas con sus propios criterios e incluso a criticarlas. Tercer nivel: (empieza hacia los 13-14 años) los procesos ocultos, y, por tanto, necesariamente inferidos, ocupan un papel central en las explicaciones. Las distintas posibilidades que se presentan en una situación son examinadas sistemáticamente y el sujeto es capaz de coordinar puntos de vista y de reflexionar sobre lo posible. Los cambios sociales son lentos, incluso muy lentos. Los sujetos poseen mucha más información del funcionamiento social, pero, sobre todo, saben cómo integrarla o tratan de hacerlo. Se intenta encontrar coherencia en las cosas y abordan directamente los conflictos. Los sujetos se vuelven críticos con el orden social existente, emiten juicios sobre lo que está bien y no está bien y proponen soluciones alternativas.
Cabe resaltar que los niveles del conocimiento social en la infancia señalados
por Delval y Padilla contienen un enfoque general de aquello que debe esperarse en el
desarrollo del infante según la edad en la que se encuentre, y resultan de apoyo
referencial para la presente investigación por facilitar elementos en relación a la
comprensión que se espera tengan los niños-as acerca de su entorno social, ya que
dicha comprensión y apropiamiento del mundo social dependerá entre otras variables,
del tipo de elaboración y significación que cada niño construya sobre sus experiencias
sociales y en nuestro caso de su experiencia de desplazamiento forzado.
45
Otro teórico que aborda el desarrollo psicosocial en la infancia es Erik Erikson
(1963) quien resalta que los niños son exploradores activos, curiosos que intentan
adaptarse a sus entornos, y más que esclavos pasivos de impulsos biológicos del “yo”,
los niños(as), y en general las personas, van haciendo frente a realidades sociales para
adaptarse con éxito y mostrar un patrón normal de desarrollo (citado por Shaffer, 2002,
p 43).
Para Erikson los seres humanos debemos pasar por 8 (ocho) etapas del
desarrollo psicosocial para poder alcanzar un ajuste psicológico sano. Estas etapas van
desde primer año de vida hasta aproximadamente los 65 años de edad. Las cuales se
pueden sintetizar en el siguiente cuadro:
Tabla 1.
Edad aproximada
Etapa
Enfoque: Acontecimientos significativos e influencias
sociales
Nacimiento a 1 año
Confianza básica frente a desconfianza
Los bebes aprenden a confiar en sus cuidadores. Si los cuidadores los rechazan o no son consistentes en el cuidado que procuran, el niño puede ver el mundo como un lugar peligroso repleto de personas poco, o nada fiables.
1 a 3 años Autonomía frente a vergüenza y duda
Los niños deben aprender a ser “autónomos”- a comer y vestirse solos, a cuidar de su propia higiene, etc. El no lograr esta independencia puede llevar al niño o a la niña a dudar de sus propias capacidades y a sentirse avergonzados.
3 a 6 años Iniciativa frente a culpa
Los niños intentan comportarse como mayores y empiezan a aceptar responsabilidades que están más allá de su capacidad. A veces se proponen objetivos o actividades que entran en conflicto con los de los padres y otros familiares y estos conflictos pueden hacerles sentirse culpables. La solución positiva de esta crisis requiere un equilibrio: el niño debe conservar un sentido de la iniciativa y aprender además a que eso no afecte a los derechos, privilegios o metas de otros.
6 a 12 años Diligencia frente a inferioridad
Periodo en el que los niños deben dominar importantes habilidades sociales y académicas. En este periodo el niño o la niña se comparan con sus
46
iguales. Si son lo bastante aplicados, los niños adquirirán las habilidades académicas que les hagan confiar en ellos mismos. Si no se logran estos importantes atributos aparecen los sentimientos de inferioridad.
12 a 20 años Identidad frente a confusión de papeles
Es el cruce la niñez con la madurez. El adolescente se enfrenta a la pregunta ¿Quién soy?, los adolescentes deben establecer su identidad social y ocupacional básica o permanecerán confusos en cuanto a los papeles que desempeñarían como adultos.
20 a 40 años Intimidad frente a aislamiento
Aquí la tarea primordial es formar amistades fuertes y lograr un sentido del amor y del compañerismo con otra persona. Es probable que surjan sentimientos de soledad o aislamientos como resultado de una incapacidad para formar amistades o una relación íntima.
40 a 65 años Generatividad o estancamiento
En este estadio los adultos se enfrentan a las tareas de ser productivos en su trabajo y sacar adelante a sus familiares o si no, cuidar de las necesidad de los segmentos jóvenes de la población. Estas normas de “generatividad” están definidas en la cultura propia. Quienes son incapaces o no desean asumir estas responsabilidades se quedarán estancados o quedaran centrados en sí mismos.
Personas Mayores
Integridad del yo frente a desesperanza
El adulto mayor mirará su vida pasada, contemplándola bien como una experiencia llena de sentido, productiva y dichosa, o como una gran decepción llena de promesas incumplidas y metas no realizadas. Las experiencias de la propia vida, en especial las experiencias sociales, determinarán el resultado de esta última etapa vital.
La cuarta etapa del desarrollo psicosocial o etapa de diligencia frente a la
inferioridad planteada por Erickson, resulta de interés para el presente trabajo
investigativo dado que abarca la edad de los 6 a los 12 años, la cual es descrita así
(Shaffer, 2002, p 44):
“6-12 años: Período en el que los niños tienen que dominar importantes habilidades sociales y académicas. En este período el niño o la niña se comparan con sus iguales. Si son lo bastante aplicados, los niños adquirirán las habilidades académicas que les hagan confiar en ellos mismos. Si no se logran estos importantes atributos, aparecen los sentimientos de inferioridad. Los agentes significativos son los profesores y los iguales”.
47
Tal etapa, muestra de forma global los avances que deben tener los niños en
cuanto a lo social de los 6 a los 12 años, siempre y cuando hayan tenido un proceso de
desarrollo en un ambiente que les brinde las herramientas para llevar a buen término
esta etapa. En esta etapa se espera que los niños dispongan de mucha energía para el
juego, el aprendizaje, y todas las actividades que involucren el intercambio social con
sus pares. Como señala Hadfield J. A. (1962, p 145) esta es la fase del “hombre
primitivo”, ya que en esta edad los niños gustan de estar juntos y emprender
actividades colectivas con una meta en común. También señala el autor que a nivel
fisiológico es una edad de mucha vitalidad, donde el niño se recupera con mayor
facilidad de la fatiga.
Por las circunstancias y efectos que causa el desplazamiento forzado en la vida
de todo ser humano y con mayor razón en los niños, las habilidades y características
anteriormente mencionadas, retomadas de Erickson, Delval y Padilla y Hadfield para
efectos de la investigación, se ven afectadas al no tener los menores víctimas del
desplazamiento las posibilidades -en algunos casos- de crecer y permanecer en un
ambiente de relaciones sociales estables y armoniosas e ingresar a tiempo o
permanecer en la educación básica, por lo cual sus habilidades académicas, afectivas y
de relación con pares y familiares pueden verse transformadas, afectadas o ir
decreciendo en su calidad.
2.4.3 Implicaciones del cambio de residencia en la infancia:
Otro factor que puede afectar a los niños son los cambios continuos de
residencia, cobrando aún más relevancia en la niñez víctima del desplazamiento
forzado, quienes deben abandonar sus lugares de origen para movilizarse a otros
donde deben ir estableciendo nuevas relaciones, rutinas y lógicas en lo social, familiar
y personal.
48
Según Papalia D.E. (1998, p 507) quienes cambian de vivienda dos o más
veces, tienen el doble de riesgo de padecer problemas emocionales, de
comportamiento o escolares que los niños que nunca se trasladan. También se
encuentran en mayor riesgo de padecer problemas de salud ya que es menor su
posibilidad de contar con un sitio estable para acudir al servicio médico. Quienes se
cambian con frecuencia tienen mayor incidencia de depresión, terquedad,
hiperactividad, comportamiento antisocial e inmadurez.
El traslado es también desconcertante cuando los niños sienten que pierden el
control sobre su vida y dejan a sus amigos, quienes son tan importantes durante la
niñez intermedia (G. A. Simpson y Fowler, (1994); Fowler, Simpson y Schoendorf,
(1993), citados por Papalia D.E. (1998, p 507).
Por lo anterior y por el evidente estado de vulnerabilidad psicológica, social y
cultural, en el que se encuentra los niños, y en general las víctimas del desplazamiento
forzado, la Corte Constitucional emitió una sentencia (T-025 de 2004) por medio de la
cual se declaró el estado de cosas inconstitucionales frente a la población en condición
de desplazamiento por considerar que existe y persiste una vulneración sistemática de
sus derechos.
La ACNUR (2004) da cuenta de esta sentencia en una reseña, la cual señala:
“La Sentencia T-025, proferida por la Corte Constitucional el 22 de enero de 2004, abarca un amplio catálogo de derechos que el juez constitucional afirma están siendo vulnerados al interior del país, por un evidente “estado de cosas inconstitucional”. En Colombia, la población desplazada constituye uno de los sectores poblacionales en estado de vulnerabilidad extrema, debido a la falta de protección oportuna y efectiva por parte de las autoridades. Entre los derechos que la Corte observa mayormente vulnerados, está el derecho a la vida digna, a la integridad personal, a la igualdad, de petición, al trabajo, a la salud, a la seguridad social, a la educación, al mínimo vital y a la protección especial debida a las personas de la tercera edad, a mujeres cabeza de familia y a los niños”.
49
2.4.4 Los grupos, las interacciones entre compañeros y las relaciones de
amistad en la infancia:
Lograr relaciones adecuadas con los iguales o pares permite satisfacer una de
las necesidades emocionales básicas de la especie humana, la de sentirse aceptado
por los compañeros, integrado en el grupo y vinculado afectivamente con los iguales a
través de las relaciones de amistad (Fuentes, 2005, p 151).
Para los niños el estar en grupo es de gran importancia ya que ayuda a
desarrollar y comparar las capacidades adquiridas a nivel social e intelectual. Según
Papalia (1988) los grupos de compañeros sirven para muchos propósitos en la vida de
los niños, ofrecen una medida realista para evaluar el desarrollo de sus habilidades.
Solamente dentro de un determinado grupo de personas de la misma edad se puede
adquirir un sentido de la propia capacidad -intelectual y física-, así como de las
habilidades y del grado de atracción.
Es de tener en cuenta que las experiencias de interacción entre los niños se
produce a una edad cada vez más temprana en el desarrollo infantil y que los
mecanismos de interacción entre pares ejercen una influencia en la adquisición de
numerosas conductas infantiles, además, que algunos aprendizajes que se realizan en
el entorno de los iguales, no es fácil ni propicio adquirirlos en las relaciones con los
adultos.
Un niño desde que nace comienza su proceso de socialización, la relación con
sus padres, familia, entorno, va dando elementos que él toma para construir su mundo.
Todo lo que rodea al niño influye en su proceso de entendimiento de la realidad, de sus
valores, juicio, pensamiento o formas de ver la vida (Arias y Ruiz, en niñez y conflicto
armado, 2002 pág. 92).
50
Las relaciones establecidas al interior de las comunidades son muy estrechas
debido a los vínculos familiares que las caracteriza (los vecinos son al mismo tiempo
primos, cuñados, tíos, etc.) y a la permanencia por años que los convierte a todos en
conocidos, generando lazos de confianza y solidaridad, existiendo una red de
relaciones muy fuerte construida alrededor de la organización para la producción, la
distribución y el consumo de productos, intercambios como el trueque o el fiao, donde
se le daba valor a los acuerdos de palabra (Bello, 2001. Pág. 15).
El desplazamiento forzado rompe muchos lazos significativos, desconecta de los
entornos relacionales a los afectados; deshaciendo las relaciones que brindan
subsistencia básica, recursos económicos, afectivos, simbólicos y emocionales a las
personas desplazadas. Esta situación se agrava por las pérdidas fruto de las violencias
aplicadas que provocan el desplazamiento forzado, incluso la pérdida del entorno
cultural y comunitario, los lugares físicos como referentes de identidad, el rio, el camino,
la montaña cercana, etc. Hacemos parte de conjuntos relacionales de intercambio
afectivo, simbólico, emocional, comunicativo, económico, político, étnico, religioso y
cultural. Nuestra vinculación con personas, lugares, objetivo e instituciones
diferencialmente significativas, constituyen, en gran medida, nuestra identidad
individual; la vinculación respecto de acontecimientos valorados como fundamentales
configuran la identidad cultural de cada colectivo (Suarez, 2000 en niñez y conflicto
armado. Pág. 84)
Según Suarez (2000 en niñez y conflicto armado 2002 Pág. 83) los vínculos
intersubjetivos sufren profundas transformaciones y las subjetividades inmersas en el
proceso de desplazamiento también soportan modificaciones, ya que tras el
desplazamiento de ven obligados a perder y abandonar no sólo pertenencias y
propiedades, sino relaciones y afectos construidos históricamente con el entorno,
expresados en las maneras propias de vivir y sentir una región, y con los vecinos y
familiares, es decir, el desplazamiento destruye, además, comunidades en tanto
desestructura mundos sociales y simbólicos, provocando ruptura de las creencias,
valores, practicas, formas y estilos de vida (Bello, 2001. Pág. 12).
51
El desplazamiento implica un costo social y cultural por cuanto al obligar a los
miembros de una comunidad a emprender rumbos distintos de manera individual y
fragmentada se rompen las relaciones destruyéndose el sistema de producción social y
cultural (Bello, 2001. Pág. 13).
Lo que siente un niño cuando se rompe un vínculo primario, es un vacío enorme,
una sensación de desprotección y de vulnerabilidad total. No cuenta con los recursos
internos para entender lo que ocurrió y menos aún para sostenerse emocionalmente.
También se siente dolor cuando otros vínculos se rompen. Se pierden amigos, vecinos,
profesores y familiares. Los menores perciben la ciudad como amenaza quedando
confinados en las pequeñas habitaciones de llegada, sin otra posibilidad de interactuar
que con los pocos miembros que quedan de su familia. Antes los amigos se hacían a
campo traviesa, en los solares de las casas, en los paseos a la quebrada, el juego al
trompo, en la casa de enfrente, en las fiestas familiares y en las celebraciones de la
comunidad. Cuando ya empiezan a establecer nuevos vínculos, hay que volver a
moverse. Una amenaza, una opción laboral para uno de los padres, son motivos
suficientes para que la familia tenga que hacer, una vez más, rompimientos afectivos y
empezar de nuevo (Schmidt, 2000, en niñez y conflicto armado, 2002 pág. 48).
Solo queda la escuela como espacio de socialización y de construcción de
vínculos. Los niños son ubicados en las escuelas en ocasiones en el curso donde haya
cupo, sin importar su nivel de escolaridad o edad. Como es obvio, los programas ya van
avanzando y nadie se pregunta si ese niño cuenta con los conocimientos previos
necesarios para ser capaz de asimilarlos (Schmidt, 2000, en niñez y conflicto armado,
2002 pág. 49).
Igualmente, cabe resaltar que la influencia que ejercen los grupos de pares en la
infancia no solo se da de forma positiva también se puede dar desde lo negativo, en
especial cuando los prejuicios hacen parte de la dinámica del grupo. Los niños que se
caracterizan por algo “diferente”, y decir diferente es hacer referencia a algún
comportamiento, culto religioso, raza, idioma u otra condición diferente a la dominante
en el lugar de asentamiento, pueden convertirse en blanco de discriminación o burlas,
52
respecto a esto Papalia (1988) señala que estas burlas y discriminaciones pueden
llevar a los niños blanco de estas a que se odien a sí mismos y odien a quienes están a
su alrededor, y que como resultado se presenten disturbios en el orden emocional e
igualmente pueden llegar a presentar comportamientos antisociales. Por lo
anteriormente expuesto, se puede observar como el niño que es víctima del
desplazamiento forzado puede llegar a presentar serias dificultades al momento de
socializar e interactuar con los pares en el lugar de asentamiento, dadas sus diferencias
de origen, raza, entre otros, lo cual puede llegar a entorpecer su normal desarrollo
social e intelectual.
Por lo tanto, la experiencia de interacción con los pares le proporciona al niño
una serie de aprendizajes complementarios y diferentes a los que le aporta otro tipo
relaciones como por ejemplo las familiares. Según Fuentes (2005, p 153), algunas de
estas diferencias son:
La pertenencia a la familia es algo incuestionable, no depende del deseo ni del
comportamiento del niño, además, las relaciones con los pares se caracterizan por la
aceptación incondicional del niño; sin embargo, los niños han de ganarse el pertenecer
a un grupo y ser aceptados por él, para ello deben ajustar su conducta a las exigencias
que plantean las reglas del grupo.
En el caso del desplazamiento esto se hace más complejo dada la desconfianza
y el desajuste vivido frente al afrontamiento de contextos con otras dinámicas
diferentes.
Las relaciones familiares con padres, hermanos, abuelos, etc. Son asimétricas
en todos los aspectos, en las capacidades cognitivas, en las habilidades de
comunicación y lenguaje, en las estrategias sociales de interacción, etc. En cambio lo
que define a las interacciones con los pares es precisamente la simetría de dichas
capacidades.
53
La comparación del niño con los adultos no es posible por la misma asimetría de
las relaciones; en cambio, el grupo de iguales permite a los niños compararse con otros
de su misma edad y capacidad. Mediante esta comparación los niños van reajustando
el concepto de sí mismos que han ido construyendo en el contexto de las relaciones
familiares.
Las interacciones con los iguales facilita la adquisición de numerosas estrategias
y habilidades de interacción social que es difícil aprender en el contexto asimétrico de
las relaciones con adultos, como, por ejemplo, aprender a dominar, a ceder, a
protegerse, a asumir responsabilidades, a intercambiar favores, a cooperar, a tener en
cuenta los puntos de vista de los demás, etc. (Asher y Parker, 1991; citados por
Fuentes, 2005). Las habilidades sociales más sofisticadas y complejas como escuchar,
dialogar, negociar, sugerir, tomar turnos, compartir, defenderse, crear o cuestionar
normas, entre otras, se aprenden especialmente en las interacciones entre
compañeros, en un contexto interactivo regido por la simetría y la reciprocidad.
Es de vital importancia las relaciones que los niños forman con sus pares para el
desarrollo adecuado a nivel social; con los niños en situación de desplazamiento esas
dinámicas se puedan ver alteradas luego de presentada la situación de salida del lugar
de origen, provocando rupturas a nivel social, para luego comenzar a conformar unas
nuevas relaciones y formas de interacción.
El proceso mediante el cual el niño se relaciona con otras personas y con su
medio comienza incluso antes de su nacimiento, con la influencia del contexto sobre la
madre gestante y las condiciones físicas y psicológicas de la propia madre durante el
embarazo. Desde allí es posible, entonces, inferir que si las confrontaciones armadas y
hechos violentos generan un ambiente de zozobra permanente, esto empieza a afectar
las condiciones del desarrollo de los niños por vía de los estados emocionales de la
madre y del núcleo familiar en general.
54
Quizás una de las primeras condiciones que se vulneran en la población infantil
en las condiciones de vida que genera el conflicto armado es el derecho a establecer
bases vinculares seguras. Tal como lo afirman Isaza y otros (Isaza, Pineda, Camargo y
otros, 2008), desde una perspectiva psicológica, para que el niño pueda desarrollarse
positivamente requiere vínculos afectivos con sus cuidadores que le garanticen, entre
otras cosas, un apego estable, contención de sus impulsos y seguridad de ser amado y
aceptado.
Las bases vinculares como lo dicen Boyden y Mann, citados por Fuentes 2005
son esenciales porque sobre ellas los niños construyen sus lazos de confianza y
representan la fuente principal de apoyo para enfrentar aquellas situaciones que
perciben como difíciles. En contextos de conflicto armado, desaparición o muerte de los
padres, o de miembros de la familia, parientes o personas cercanas, tiene una
afectación directa e inmediata en la vida de los niños que podría ligarse con
afectaciones psicológicas posteriores, como por ejemplo la depresión, que para estos
casos se relaciona con la pérdida de esas bases vinculares de seguridad. Así mismo,
separar al niño del cuidador primario es el acto que puede afectar de modo más
dramático el desarrollo infantil al impactar la base emocional sobre la cual se construye
el apego y, por consiguiente, la calidad de las relaciones afectivas con los demás y con
lo que lo rodea.
La adversidad de la guerra hace que la vida cotidiana del niño se vea afectada,
esto implica para ellos enfrentar nuevos problemas que no necesariamente pueden
resolver con las herramientas que han construido hasta el momento, un ambiente
inseguro e impredecible en cuanto a rutinas, normas y situaciones que le producen
incertidumbre, emociones diversas y cambiantes, autoestima afectada e interacciones
sociales y afectivas inestables.
55
2.5 Marco legal:
Por la situación y las condiciones de vulnerabilidad en las que se encuentra la
población desplazada y en este caso específico la niñez víctima de este fenómeno, se
hace importante conocer la forma como el Estado colombiano ha venido
implementando mediante diferentes leyes y sentencias las estrategias de protección
que garanticen el cumplimiento y garantía de los derechos humanos fundamentales de
la población víctima del desplazamiento forzado.
Además del conocimiento de estas leyes es fundamental conocer el alcance y
aplicación real que estas tiene sobre la población objeto de estudio.
Las principales leyes que se encargan de garantizar la protección y los derechos
de la población desplazada y la población infantil y que retomaremos en este proceso
investigativo son:
Ley 387 de 1997. Por la cual se adoptan medidas para la prevención del
desplazamiento forzado; la atención, protección, consolidación y estabilización
socioeconómica de los desplazados internos por la violencia en la República de
Colombia.
Ley 1448 de 20011. Ley de víctimas y restitución de tierras. Esta ley tiene como
objetivo establecer un conjunto de medidas judiciales, administrativas, sociales y
económicas, individuales y colectivas en beneficio de las víctimas.
Sentencia T-025. Proferida por la Corte Constitucional el 22 de enero de 2004,
esta sentencia abarca un amplio catálogo de derechos que la Corte Constitucional
afirma están siendo vulnerados al interior del país, por un evidente “estado de cosas
inconstitucional”.
56
Auto-251/08. Protección de los derechos fundamentales de los niños, niñas y
adolescentes desplazados por el conflicto armado.
Ley 12 de 1991. Ley de infancia y adolescencia. Tiene por finalidad garantizar a
los niños, a las niñas y a los adolescentes su pleno y armonioso desarrollo para que
crezcan en el seno de la familia y de la comunidad, en un ambiente de felicidad, amor y
comprensión.
2.5.1 Ley 387 de 1997 sobre el desplazamiento:
A través de esta ley el Gobierno Nacional buscó adoptar medidas para la
prevención del desplazamiento forzado; la atención, protección, consolidación y
estabilización socioeconómica de los desplazados internos por la violencia en la
República de Colombia.
Esta ley manifiesta que, es desplazada toda persona que se haya visto forzada a
migrar dentro del territorio nacional abandonando su localidad de residencia o
actividades económicas habituales, porque su vida, su integridad física, su seguridad o
libertad personales han sido vulneradas o se encuentran directamente amenazadas con
ocasión de cualquiera de las siguientes situaciones: Conflicto armado interno, disturbios
y tensiones interiores, violencia generalizada, violaciones masivas de los Derechos
Humanos, infracciones al Derecho Internacional Humanitario u otras circunstancias
emanadas de las situaciones anteriores que puedan alterar o alteren drásticamente el
orden público.
57
2.5.1.1 Derechos de la Población Desplazada por la Violencia (Ley 387 de 1997):
1. Los desplazados forzados. tienen derecho a solicitar y recibir ayuda internacional
y ello genera un derecho correlativo de la comunidad internacional para brindar la
ayuda humanitaria.
2. El desplazado forzado de los derechos civiles fundamentales reconocidos
Internacionalmente.
3. El desplazado y/o desplazados forzados tienen derecho a no ser discriminados
por su condición social de desplazados, motivo de raza, religión, opinión pública, lugar
de origen o incapacidad física.
4. La familia del desplazado forzado deberá beneficiarse del derecho fundamental
de reunificación familiar.
5. El desplazado forzado tiene derecho a acceder a soluciones definitivas a su
situación.
6. El desplazado forzado tiene derecho al regreso a su lugar de origen.
7. Los colombianos tienen derecho a no ser desplazados forzadamente.
8. El desplazado y/o los desplazados forzados tienen de derecho a que su libertad
de movimiento no sea sujeta a más restricciones que las previstas en la ley.
9. Es deber del Estado propiciar las condiciones que faciliten la convivencia entre
los colombianos, la equidad y la justicia.
58
2.5.1.2 Atención Integral a la Población Desplazada por la Violencia (Ley 387 de
1997):
En consonancia con la ley 387 de 1997, el Gobierno Nacional diseñó un Plan
Nacional para la Atención Integral a la Población Desplazada por la Violencia.
Los objetivos de dicho Plan Nacional contienen la elaboración del diagnóstico de
las causas del desplazamiento, para diseñar y adoptar medidas sociales, económicas,
jurídicas, políticas y de seguridad, orientadas a la prevención y superación de las
causas que generan el desplazamiento forzado. De igual forma se adoptan medidas de
atención humanitaria de emergencia a la población desplazada, con el fin de asegurarle
su protección y las condiciones necesarias para la subsistencia y adaptación a la nueva
situación. Señala el interés de brindar atención especial a las mujeres y niños
preferencialmente a las viudas, mujeres cabeza de familia y huérfanos.
2.5.2 Ley 1448 de 2011. ley de víctimas y restitución de tierras
Esta ley, de aplicación reciente, pretende garantizar la atención y ayuda
humanitaria integral a las víctimas del conflicto armado interno, a partir de situaciones
sufridas desde el año 1985.
La ley plantea que, víctima será todo aquel que sufra un daño como
consecuencia de infracciones al DIH (Derecho Internacional Humanitario) por el
conflicto armado, las víctimas pueden acceder a las medidas de la Ley, siempre y
cuando estén inscritas en el Registro Único de Víctimas del Estado. En esta ley también
se habla de la restitución de tierras, donde se cobijan despojos posteriores a 1991, en
esta restitución de tierras se crea un proceso judicial rápido y sencillo con intervención
59
de una unidad administrativa para que de manera focalizada y organizada se restituya
la tierra a sus verdaderos dueños, en dicho proceso el despojador o victimario es quien
debe demostrar que adquirió la tierra de buena fe, y no se le cargue a la víctima la
prueba del despojo.
Para esta ley se entiende como víctima de desplazamiento forzado toda persona
que se ha visto forzada a migrar dentro del territorio nacional, abandonando su
localidad de residencia o actividades económicas habituales, porque su vida, su
integridad física, su seguridad o libertad personales han sido vulneradas o se
encuentran directamente amenazadas, con ocasión de las violaciones a las que se
refiere el artículo 3° de la presente Ley (capitulo 3 parágrafo 2 de la ley de víctimas y
restitución de tierras). La persona víctima de desplazamiento forzado debe rendir una
declaración ante instituciones que integran el Ministerio Público dentro de los 2 años
siguientes al hecho por el cual fue desplazado, eso tomando en cuenta que deben ser
hechos ocurridos a partir del 1 de enero de 1985, además esta declaración lo hará parte
del registro único de víctimas.
Para esta ley se entiende por niño, niña y adolescente toda persona menor de 18
años, todos ellos que hayan sido víctimas de las violaciones contempladas en las
normas internacionales de los Derechos Humanos por situaciones del conflicto armado
interno, también se consideran victimas aquellos niños concebidos como consecuencia
de una violación con ocasión del conflicto armado. Todos estos menores tienen derecho
a una indemnización, previa solicitud hecha por los padres o defensor de familia, y si es
reconocida se pondrá en una fiducia hasta que el menor alcance la mayoría de edad,
además tienen derecho a la verdad justicia y reparación, a un proceso de reconciliación
con la sociedad, donde se restauren las relaciones de confianza; en el caso de menores
que hayan quedado huérfanos a causa del conflicto armado interno estos tendrán
derecho a una reparación integral, también se contemplan en dicha ley los casos de
menores víctimas de minas antipersona y de reclutamiento ilícito.
60
2.5.2.1 Sentencia T-025 del 2004
La sentencia T-025 profiere las acciones de tutela interpuestas por victimas del
desplazamiento forzoso, quienes han sido atendidos de manera deficiente por parte de
las entidades encargadas de encarar dicha situación. Lo que se busca con la sentencia
es obtener un apoyo por parte de las entidades encargadas a través de un programa de
protección para sus derechos fundamentales, como los son el derecho a la vivienda, a
la salud, y a la educación como mínimo (Cleves, 2010. s.p)
En la sentencia T-025 de 2004, la Corte Constitucional manifestó que las
personas desplazadas por el conflicto armado y dadas las circunstancias que rodean el
desplazamiento, “quedan expuestas a un nivel mucho mayor de vulnerabilidad, que
implica una violación grave, masiva y sistemática de sus derechos fundamentales y, por
lo mismo, amerita el otorgamiento de una especial atención por las autoridades: Las
personas desplazadas por la violencia se encuentran en un estado de debilidad que los
hace merecedores de un tratamiento especial por parte del Estado.” Al identificar los
derechos constitucionales fundamentales específicos que resultan vulnerados por las
situaciones de desplazamiento forzado, la Corte señaló expresamente los derechos de
los miembros de los “grupos especialmente protegidos en razón de las precarias
condiciones que deben afrontar las personas que son obligadas a desplazarse”, entre
los cuales se cuentan los menores de edad. En la sentencia igualmente se plantea que
según los distintos sistemas de medición los niños y adolescentes conforman un
segmento mayoritario de la población desplazada por el conflicto armado, constituyendo
así uno de los grupos poblacionales que han sido victimizados con mayor fuerza por
este fenómeno. Por tal motivo “es preciso tener en cuenta que la niñez no es una
categoría homogénea, es un sector poblacional de una gran diversidad, con múltiples
identidades, donde entra en juego tanto lo material como lo simbólico, así como
también lo cultural, lo socioeconómico, la dimensión de género, lo político, lo étnico y lo
religioso, factores que se conjugan en un momento histórico determinado” (Corte
Constitucional, Sentencia T-025, 2004).
61
La experiencia desplazamiento forzado que afrontan las personas víctimas de
este fenómeno es intrínsecamente distinta. La afectación diferencial del desplazamiento
forzado sobre niños y adolescentes se manifiesta de dos maneras:
La experiencia desplazamiento forzado que afrontan las personas víctimas de
este fenómeno es intrínsecamente distinta. La afectación diferencial del desplazamiento
forzado sobre niños, niñas y adolescentes se manifiesta de tres maneras:
1. En primer lugar, se genera la pérdida irremediable de etapas fundamentales en
su proceso de crecimiento, con lo cual el impacto perverso del desplazamiento se
proyecta y multiplica hacia el futuro en cada uno de sus cursos individuales de
desarrollo.
2. En segundo lugar, porque los menores desplazados son afectados por una serie
de problemas transversales diferenciados. Estos problemas son diferentes de los que
afectan a la población desplazada adulta, bien sea porque se trata de factores
específicos que impactan únicamente a las personas menores de edad, o porque
golpean a niños, jóvenes y adultos de manera distinta dependiendo de su edad. Estos
son:
Problemas graves de desprotección,
Problemas graves de hambre y desnutrición,
Problemas en el campo de la salud,
Problemas en el campo de la educación,
Problemas de índole psicosocial,
Problemas en el campo de la recreación,
62
Problemas en los campos de la capacidad de participación y de organización,
Problemas en el ejercicio de sus derechos como víctimas.
3. A su vez, estos problemas transversales resultan acentuados y profundizados
en ciertos ámbitos críticos, en los que se retroalimentan perversamente entre sí para
obstruir con especial fuerza el ejercicio de los derechos fundamentales. Tales ámbitos
críticos de intensificación de los problemas transversales son los siguientes:
(a) el ámbito de la etapa de emergencia del desplazamiento forzado;
(b) el ámbito de la primera infancia;
(c) el ámbito de la adolescencia;
(d) el ámbito de las niñas y las adolescentes desplazadas;
(e) el ámbito de los niños, niñas y adolescentes pertenecientes a grupos étnicos -
indígenas o afrodescendientes- desplazados;
(f) el ámbito de los menores de edad con discapacidad en situación de desplazamiento.
En conclusión, lo que se buscó con la sentencia T-025 fue analizar la gravedad
del fenómeno del desplazamiento forzado interno, con el fin de darle valor a los
derechos constitucionales que resultan afectados y la frecuencia con que se presenta
dicha vulneración, por ello la Corte indicó “la necesidad de inclinar la agenda política del
Estado a la solución del desplazamiento interno y el deber de darle prioridad sobre
muchos otros tópicos de la agenda política” y sobre todo la problemática en los niños,
niñas y adolecente, que suelen ser los más afectados.
63
La sentencia T-025 de 2004, a su vez fue dando origen a diferentes autos de
seguimiento para la superación del estado de cosas inconstitucional. Entre ellos, el auto
251 de 2008, donde profiere la protección de los derechos fundamentales de los niños,
niñas y adolescentes desplazados por el conflicto armado.
2.5.2.2 Auto 251 de 2008
La Corte Constitucional, dando seguimiento al fenómeno del desplazamiento y a
la garantía de derechos de la población desplazada, se ha pronunciado de forma
directa sobre las implicaciones del fenómeno en cuanto a los menores de edad en el
auto 251/08, y menciona que un grave problema de las víctimas del desplazamiento es
la pérdida de garantías de sus derechos fundamentales. Sobre esta situación la Corte
Constitucional se pronunció planteándose principalmente que:
Los niños, niñas y adolescentes Colombianos en situación de desplazamiento
forzado son las víctimas más débiles e indefensas del conjunto de la población
desplazada en el país, y al mismo tiempo, son duramente golpeados por crímenes y
condiciones estructurales de existencia que escapan por completo tanto a su control y
su responsabilidad como a su capacidad de resistir o de responder, marcándolos de por
vida al incidir negativamente sobre su proceso de desarrollo individual.
Dado su estado de victimización pronunciada e inerme ante las numerosas
injusticias del desplazamiento forzado, cada uno de los casos individuales de menores
de edad desplazados por la violencia armada en Colombia configura, en sí mismo, una
manifestación extrema de vulneraciones profundas, graves, sistemáticas y concurrentes
de derechos fundamentales prevalecientes. Es fundamental que la familia, la sociedad y
el Estado asistan y protejan al niño, con el fin de garantizar su desarrollo armónico e
integral y el ejercicio pleno de sus derechos.
64
Con respecto a lo anterior la Constitución Política Colombiana de 1991, declara
en el Artículo 44, que los derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad
física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y
nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la
educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión, deben ser
protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta,
abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Además de gozar
de los demás derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados
internacionales ratificados por Colombia.
Se ha demostrado ante la Corte que la gravísima situación de la infancia y
adolescencia desplazada por el conflicto armado, en sus dimensiones cualitativas
reales, está más allá del registro de menores desplazados y es invisible para las
autoridades y para la sociedad. La invisibilidad del problema se genera por una serie de
factores diferenciables y se traduce en dos consecuencias primordiales:
(1) La inadecuación de base de cualquier actuación estatal destinada a responder a
la apremiante situación de los niños, niñas y adolescentes en situación de
desplazamiento, al desconocerse la magnitud real del problema;
(2) Y la exclusión de los menores de edad víctimas de dicha invisibilización como
destinatarios específicos y prioritarios de los distintos beneficios provistos por el sistema
estatal de protección.
Igualmente, la Corte Constitucional comenta en el auto 251/08 que la respuesta
de las autoridades a la situación de niños, niñas y adolescentes en situación de
desplazamiento ha sido insuficiente, quedándose cortos ante la dimensión del problema
a resolver.
En el auto, se señala la insuficiencia del Estado para atender la situación a causa
de siete razones, a saber:
65
1. Es una respuesta puntual en determinados aspectos de la política y hacia ciertos
grupos de edad, y no sistemática ni integral.
2. No ha sido una respuesta específica para los menores de edad desplazados,
sino una mera facilitación formal de su acceso a los programas gubernamentales
ordinarios ya existentes para la población vulnerable,
3. Ha sido una respuesta fragmentada y desorganizada, en la cual brilla por su
ausencia un centro coordinador y unificador de las acciones realizadas,
4. La respuesta ha sido tardía, carente de la asignación de recursos específicos
para menores desplazados y de los funcionarios requeridos para materializarla
debidamente,
5. En gran parte ha sido una reacción jurídico formal a través de planes de acción y
declaraciones de buena voluntad,
6. Ha sido desnaturalizada por sus resultados reales;
7. Carece de un enfoque de prevención específico frente a las causas concretas del
impacto desproporcionado del desplazamiento forzado sobre niños, niñas y
adolescentes.
Con respecto a los problemas de índole psicosocial, la Corte señala que la
precariedad psicológica y emocional resultantes de los impactos causados por el
desplazamiento, los crímenes que lo causaron y lo rodearon, las condiciones extremas
de existencia, el despojo, el hambre, la enfermedad, la discriminación, la
estigmatización en los lugares de recepción, la desadaptación, el desarraigo y el
choque cultural; conlleva para los bebés, niños, niñas y adolescentes un impacto
destructivo y de amplias repercusiones a largo plazo sobre su bienestar psicosocial.
66
Estas consecuencias, que se proyectan sobre su proceso de desarrollo integral, inciden
de forma profunda sobre las etapas más importantes del desarrollo del individual y en la
mayoría de veces son sobrellevadas por sí mismos, sin apoyo real de parte del Estado
o los planteles educativos a los que pueden asistir.
La Corte afirma que "La gravedad y complejidad de estos cuadros psicosociales
amerita medidas de acompañamiento y atenciones especiales para estos niños, niñas y
adolescentes con mayor alcance e impacto, porque sus derechos fundamentales y
prevalecientes así lo exigen".
En conclusión, la Corte hace énfasis en que el gobierno deberá garantizar el
cumplimiento de los derechos de la población infantil desplazada, a través de la
participación activa de las organizaciones que promueven los derechos de los niños
afectados por el conflicto armado, por medio de diseño de programas y proyectos
pilotos que ayuden a la población víctima de desplazamiento forzado a temprana edad.
2.5.2.3 Ley 12 de 1991, ley de infancia y adolescencia:
La Ley de Infancia y Adolescencia tiene por finalidad garantizar a los niños, a las
niñas y a los adolescentes su pleno y armonioso desarrollo para que crezcan en el seno
de la familia y de la comunidad, en un ambiente de felicidad, amor y comprensión.
En los Artículos 19, 38 y 39 de esta Ley se plantea las medidas legislativas,
administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda
forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o
explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de
los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su
cargo. Dicha medida de protección comprende, procedimientos eficaces para el
establecimiento de programas sociales con objeto de proporcionar la asistencia
67
necesaria al niño y a quienes cuidan de él, así como para otras formas de prevención y
para la identificación, notificación, remisión a una institución, investigación, tratamiento y
observación ulterior de los casos antes descritos de malos tratos al niño y, según
corresponda, la intervención judicial.
El Estado se compromete a respetar y velar porque se respeten las normas del
Derecho Internacional Humanitario que les sean aplicables en los conflictos armados y
que sean pertinentes para el niño. Asegurando que las personas que aún no hayan
cumplido los 15 años de edad no participen directamente en las hostilidades.
Los Estados partes se abstendrán de reclutar en las fuerzas armadas a las
personas que no hayan cumplido los 15 años de edad. Si reclutan personas que hayan
cumplido 15 años, pero que sean menores de 18, los Estados Partes procurarán dar
prioridad a los de más edad.
De igual forma se incita a tomar todas las medidas apropiadas para promover la
recuperación física y psicológica y la reintegración social de todo niño víctima de:
cualquier forma de abandono, explotación o abuso; tortura u otra forma de tratos o
penas crueles, inhumanas o degradantes; o conflictos armados. Esa recuperación y
reintegración se llevarán a cabo en un ambiente que fomente la salud, el respeto de sí
mismo y la dignidad del niño.
68
CAPÍTULO III
DISEÑO METODOLÓGICO
El diseño metodológico que se determinó para llevar a cabo este proyecto de
investigación es de corte cualitativo- descriptivo, con un enfoque fenomenológico. Con
el fin de obtener una comprensión de la problemática, a partir de la experiencia de los
participantes.
3.1 Tipo de investigación: cualitativa, descriptiva:
Dado el objetivo de la investigación y el tipo de problemática a investigar se
optó por elegir el paradigma cualitativo, ya que permite dar una comprensión y
descripción profunda de los fenómenos en su contexto. Los métodos derivados de este
paradigma, permiten el acceso a los motivos, significados, emociones ligados a la
experiencia humana y buscan comprender las acciones de las personas, sus
comportamientos y las condiciones que las acompañan (Schwartz y Jacobs, 1979;
citados por De la Cuesta, 2005, p. 16-17). Este método de investigación es usado
principalmente en las ciencias sociales y se sirve de cortes metodológicos basados en
principios teóricos tales como la fenomenología, la hermenéutica, la interacción social,
empleando métodos de recolección de datos que no son cuantitativos, con el propósito
de explorar las relaciones sociales y describir la realidad tal como se experimenta
(Gómez, Gil y García, 1996).
La investigación cualitativa se caracteriza por desarrollar procesos inductivos que
asumen una comprensión de la realidad en un movimiento secuencial, que va de lo
particular a lo general, de lo simple a lo complejo, de lo concreto a lo abstracto, de lo
singular a lo universal, de lo específico a lo general y viceversa. Este tipo de
investigación se interesa en los supuestos iniciales y en el contacto directo con la
69
realidad investigada, y además utiliza un diseño flexible con interrogantes y categorías
de análisis que pueden ser definidas y reelaboradas según lo requiera el objeto de
estudio (García; Gonzáles; Quiroz; Velásquez, 2002 pág. 61). Este tipo de enfoque
surge como alternativa al paradigma racionalista puesto que hay cuestiones
problemáticas y restricciones que no se pueden explicar ni comprender en toda su
existencia desde la perspectiva cuantitativa, como por ejemplo los fenómenos
culturales, que son más susceptibles a la descripción y análisis cualitativo que al
cuantitativo (Galeano, 2007).
3.1.1 Enfoque Fenomenológico:
El enfoque de abordaje del estudio será fenomenológico, ya que este enfoque
lleva a conocer parte de la vida de los participantes de la investigación así como su
propio mundo, su relación con el fenómeno, además brinda la posibilidad de obtener
descripciones de las experiencias tal y como las viven los sujetos. (Pocovi, 2004). La
fenomenología se interesa por las formas en las que las personas experimentan su
mundo, qué es lo que significa para ellas y cómo lo comprenden. De esta manera, los
aportes de la fenomenología a la corriente de investigación cualitativa pueden
concretarse en: la primacía que otorga a la experiencia subjetiva inmediata como base
para el conocimiento, el estudio de los fenómenos desde la perspectiva de los sujetos,
teniendo en cuenta su marco referencial, y su interés por conocer cómo las personas
experimentan e interpretan el mundo social que construyen en interacción. (Arnal, Del
Rincón y La Torre, 1992).
Este tipo de enfoque responde a la pregunta ¿Cuál es el significado, estructura y
esencia de una experiencia vivida por una persona (individual), grupo (grupal) o
comunidad (colectiva) respecto de un fenómeno? (Salgado, 2007).
70
De acuerdo al texto de Hernández, Fernández y Baptista (2006), la
fenomenología se fundamenta en las siguientes premisas:
“Se pretende describir y entender los fenómenos desde el punto de vista de cada participante y desde la perspectiva construida colectivamente. Se basa en el análisis de discursos y temas específicos, así como en la búsqueda de sus posibles significados. El investigador confía en la intuición y en la imaginación para lograr aprehender la experiencia de los participantes. El investigador contextualiza las experiencias en términos de su temporalidad (tiempo en que sucedieron), espacio (lugar en el cual ocurrieron), corporalidad (las personas físicas que la vivieron), y el contexto relacional (los lazos que se generaron durante las experiencias). Las entrevistas, grupos de enfoque, recolección de documentos y materiales e historias de vida se dirigen a encontrar temas sobre experiencias cotidianas y excepcionales.”
Teniendo presente la pregunta de investigación, ¿Cuál es la experiencia de
desplazamiento forzado y la afectación psicosocial que presentan 10 niños, entre los 8
y 12 años de edad, víctimas de este fenómeno residentes actualmente en la ciudad de
Medellín? este enfoque permitirá un acercamiento a la experiencia de desplazamiento
de los niños participes del proyecto, para poder describir y entender su vivencia
particular y afectaciones en relación al desplazamiento forzado.
3.1.2 Instrumentos:
3.1.2.1 Dibujo (ANEXO 4):
Para los niños el poder manifestarse a través de dibujo les proporciona un
espacio propio en el que tienen cierto control sobre la realidad, de la cual se quieren ir
apropiando poco a poco. En su desarrollo los niños van asimilando y aprendiendo
rápidamente como funciona su entorno, y necesitan socializar, imitar, tocar, hacer
propias las cosas nuevas. El dibujo infantil es uno de los medios por los cuales se
71
comienzan a plasmar estas necesidades, lo cual nos acerca a la percepción que tiene
el niño del mundo. El deseo de ser valorado y lograr un equilibrio es parte de la
búsqueda a través de la expresión infantil en el dibujo (López, 2007).
A partir de la aplicación de los dibujos se busca que los niños puedan plasmar
en él sus vivencias sobre los aspectos del desplazamiento, para luego por medio de
una entrevista semi-estructurada explorar desde sus narrativas los aspectos relevantes
que allí queden plasmados.
Los dibujos que los infantes realicen serán fotografiados o escaneados con la
finalidad de incorporarlos a la investigación y también para darle la posibilidad a cada
niño de quedarse con el dibujo original.
3.1.2.2 Entrevista:
La entrevista es una técnica de investigación que permite obtener datos
mediante el diálogo entre el investigador y el entrevistado. Puede verse como una
conversación que tiene una intencionalidad y una planeación determinada las cuales
dirigen el curso de la charla en razón del objetivo estipulado previamente.
Es importante resaltar que a diferencia de la conversación cotidiana, en la
entrevista siempre existirá un propósito muy definido que se da en consecuencia del
tema que se investiga y su ventaja principal radica en que son los mismos actores
sociales quienes proporcionan los datos relativos a sus actitudes, comportamientos,
juicios, intereses, expectativas e información que sería muy difícil de conseguir
mediante otros medios (Bautista, 2011).
72
Entrevista semi-estructurada (ANEXO 1):
Es un procedimiento de conversación libre del protagonista que se acompaña de
una escucha receptiva del investigador con el fin de recoger la información por medio
de preguntas abiertas, reflexivas y circulares las cuales podrán revelar las categoría de
interés para la investigación ya que clarifica conductas, fases críticas de la vida de las
personas, logrando de esta forma identificar y clasificar los problemas, los sistemas de
valores, los comportamientos, los estados emocionales de los protagonista, ya que
desempeñan un rol activo por que el investigador estimula la expresión de las personas
en su propio marco de referencias comprendiéndolo en su propio contexto y con ayuda
del lenguaje verbal y no verbal (Toro y Parra, 2010).
Si bien las preguntas son regidas por los objetivos de la investigación, esta
modalidad de entrevista le permite al entrevistador modificar el orden, la forma de
dirigirlas de manera que puedan adaptarse a las diversas situaciones y características
particulares de los sujetos de estudio (Toro y Parra, 2010). Antes de realizar la
entrevista, el investigador elabora preguntas con base en el problema y los objetivos.
En el desarrollo de la investigación luego del dibujo se procede con la entrevista
semi-estructural de manera individual con cada uno de los niños, en un espacio privado
y con condiciones idóneas que permitan a los menores sentirse seguros y cómodos. Lo
que se busca con la entrevista es conocer acerca de la vivencia del desplazamiento
forzado y facilitar las narraciones propias de los niños frente a la problemática y sus
afectaciones. Se utilizaran preguntas guía, con el propósito de permitirles a los niños
ser más amplios en su relato, manteniendo el objetivo y límites de la investigación.
(Anexo 1)
73
3.1.2.3 Narrativa:
El análisis narrativo es un enfoque valioso para el análisis de los datos
cualitativos, ya que complementa y contrapone la “cultura de la fragmentación” tan
característica de los análisis de datos basados en la codificación. Las narrativas tienen
estructuras específicas y claras, con propiedades identificables y formales, que se
pueden recopilar naturalmente. Una de las fortalezas de pensar en los datos como
narrativas es que abre las posibilidades de una gran variedad de estrategias analíticas.
Permitiéndonos pensar más allá de los datos, sobre las maneras como se manejan y
construyen cultural y socialmente los relatos e historias. (Coffey; AtKinson, 2003).
Las narrativas se consideran vitales para comprender los acontecimientos que
llevaron al conflicto armado y las vivencias de la población durante la guerra y sus
dinámicas (desplazamiento forzado). Su valor es subjetivo y simbólico, en cuanto dan a
conocer los acontecimientos desde la vivencia de cada una de las personas que
actuaron o sufrieron el conflicto como víctimas, victimarios o ciudadanos. En la
psicología social las narrativas toman la forma de historia de vida, y sirven para
comprender las complejidades del ser humano. En el análisis social de estas historias
de vida se establecen y develan símbolos, acontecimientos, secuencias históricas y
vínculos de las personas con sus comunidades. (Franco, Nieto y Rincón, 2010)
La importancia de las narrativas según Rodríguez (2003, citada en Franco, Nieto
y Rincón, s.f) radica en que son la base misma de la vida social y del pensamiento
ordinario o de sentido común. En las narrativas cotidianas atribuimos e identificamos
actores (portadores de estatus y roles), intenciones, saberes, flujos de acción,
acontecimientos, escenarios, movimientos y desenlaces. A través de ellas
comprendemos no solo cambios en los acontecimientos y las circunstancias, sino
también en la conciencia de los actores.
74
3.1.3 Población:
La población objeto de estudio son niños de 8 y 12 años de edad, victimas del
desplazamiento forzado que actualmente residen en la ciudad de Medellín.
3.1.3.1 Muestra:
La muestra se seleccionará por conveniencia. Para ello se contactarán familias
en situación de desplazamiento forzado, sea de forma directa o a través de instituciones
que desarrollen programas de acompañamiento y atención a niños en situación de
desplazamiento. Se seleccionarán 10 niños que cumplan los siguientes criterios de
inclusión:
- Tener entre 8 y 12 años de edad.
- Que vivan en el Valle de Aburrá
- Que su familia en calidad de responsable acepte voluntariamente participar del
estudio.
- Se contactarán tanto a familias que estén registradas en bases de datos oficiales del
Estado (RUPD), como aquellas que no hayan adelantado declaración y registro de su
condición de desplazamiento forzado ante entidades competentes.
- No se constituye en un criterio de exclusión que el desplazamiento del que haya sido
víctima el infante sea de carácter intra-urbano.
75
3.1.4 Procedimiento:
3.1.4.1 Trabajo de campo:
Se contactarán porteros o informantes clave (Galeano, 2004), que en este caso
pueden ser instituciones gubernamentales o no gubernamentales que trabajen en el
acompañamiento a población afectada por el desplazamiento forzado en la ciudad, y
que permitan ponerse en contacto con las personas que han vivido la experiencia de
desplazamiento forzado.
El acceso a la información se logrará con la implementación de los dibujos e
interpretación de estos por parte de los niños a través de sus narraciones, apoyados en
entrevistas semi-estrucutrales individuales.
Luego de contactar la población se tiene establecido realizar la recolección de la
información en 7 sesiones distribuidas de la siguiente manera:
Encuentro 1: Primer contacto con familias o institución para informar los
objetivos y alcances del proyecto a fin de obtener la autorización y/o consentimiento
informados (anexo 1) de los padres de los menores.
Encuentro 2: Acercamiento con la población objeto de estudio (niños), con el fin
de explicarles el proyecto y conocer su disposición y autorización para participar del
proyecto. Los niños serán libres de elegir si participan del proyecto, de igual forma son
libre de retirarse en el momento que deseen.
Encuentro 3, 4, 5: En estos tres encuentros se realizara la recolección de la
información con los niños que hayan decidido participar voluntariamente del proyecto
investigativo, y con la previa autorización de los padres o acudiente responsable del
76
menor. La recolección de la información se hará a través de la elaboración de un dibujo
y una entrevista semi-estructurada con cada menor. Cada entrevista tendrá una
duración aproximada de 30 minutos y será grabada, con el fin de facilitar la
transcripción literal de las vivencias del desplazamiento expresadas por cada uno de los
niños.
Encuentro 6: Este encuentro está dirigido a los padres de familia con el fin de
informar los avances y/o posibles dificultades que hasta el momento presente el
proyecto. También con el fin de recibir y resolver inquietudes que padres o niños
puedan presentar.
Encuentro 7: Luego de la codificación y análisis de la información obtenida de
las entrevistas con los menores, se procede a elaborar un informe en el cual quedaran
plasmados los resultados de los objetivos planteados al inicio de la investigación. Este
informe será presentado a los padres y menores participantes. Con el fin de dar a
conocer los resultados obtenidos.
Para el acercamiento a la población infantil en situación de desplazamiento se
hace necesario tener presente las disposiciones éticas y normativas que dan los
lineamientos por los cuales se debe llevar a cabo la investigación luego de presentar el
objetivo de la investigación y despejar las inquietudes obtener el consentimiento
informado de los padres acerca de la participación de los niños en la investigación de
acuerdo a la RESOLUCION Nº 008430 DE 1993, capítulo III: DE LAS
INVESTIGACIONES EN MENORES DE EDAD O DISCAPACITADOS. También es
fundamental seguir el código deontológico del psicólogo –ley 1090 de 2006-.
77
3.2 Ley 1090 de 2006, código deontológico:
Por la cual se reglamenta el ejercicio de la profesión de Psicología, se dicta el
Código Deontológico y Bioético y otras disposiciones. A continuación se señalan los
artículos que se relacionan directamente con los objetivos del presente trabajo y a los
cuales nos adherimos en pleno ejercicio de nuestro quehacer profesional.
Capítulo VII de la investigación científica, la propiedad intelectual y las
publicaciones
Artículo 49. Los profesionales de la psicología dedicados a la investigación son
responsables de los temas de estudio, la metodología usada en la investigación y los
materiales empleados en la misma, del análisis de sus conclusiones y resultados, así
como de su divulgación y pautas para su correcta utilización.
Artículo 50. Los profesionales de la psicología al planear o llevar a cabo
investigaciones científicas, deberán basarse en principios éticos de respeto y dignidad,
lo mismo que salvaguardar el bienestar y los derechos de los participantes.
Artículo 51. Es preciso evitar en lo posible el recurso de la información
incompleta o encubierta. Este sólo se usará cuando se cumplan estas tres condiciones:
a) Que el problema por investigar sea importante;
b) Que solo pueda investigarse utilizando dicho tipo de información;
c) Que se garantice que al terminar la investigación se les va a brindar a los
participantes la información correcta sobre las variables utilizadas y los objetivos de la
investigación.
78
Artículo 52. En los casos de menores de edad y personas incapacitadas, el
consentimiento respectivo deberá firmarlo el representante legal del participante.
3.3 Ética y consentimiento informado:
3.3.1 Consideraciones éticas:
Según el Ministerio de Salud de la República de Colombia, en la RESOLUCION
Nº 008430 DE 1993 y de acuerdo con el capítulo III: DE LAS INVESTIGACIONES EN
MENORES DE EDAD O DISCAPACITADOS del título II: DE LA INVESTIGACION EN
SERES HUMANOS las consideraciones a seguir en el desarrollo del proyecto de
investigación son:
Se ha encontrado previamente estudios e investigaciones semejantes en población
adulta.
Para realizar la investigación con la población infantil, se hará el respectivo
consentimiento informado de quienes ejerzan la patria potestad o la representación
legal del menor. La participación en el estudio es totalmente voluntaria y cada persona
será libre de decidir desvincularse del proceso en cualquier momento.
Las entrevistas individuales y el desarrollo de los grupos focales se consideran
procedimientos con riesgo mínimo a nivel psicológico, psiquiátrico o médico; sin
embargo, es importante aclarar que durante las entrevistas hay posibilidad de que
surjan estados psicológicos de malestar asociados a las vivencias relatadas en torno a
las experiencias del desplazamiento forzado. Los investigadores están capacitados
79
para escuchar a los niños, pero es de aclarar que las entrevistas son de tipo
investigativo y no derivaran en procesos terapéuticos.
A cada infante que participa de la investigación se le explicará lo que se pretende
hacer, y se le solicitará la aceptación para ser partícipe de la investigación.
Según el Código de Ética del Psicólogo, Ley 1090 del 2006, en el CAPITULO
VII: DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA, LA PROPIEDAD INTELECTUAL Y
LAS PUBLICACIONES:
El proyecto de investigación será con fines académicos.
Se hará con el debido respeto y sobre guardando la dignidad, el bienestar y los
derechos de los participantes.
Los investigadores se comprometen a hacer una devolución de los resultados
obtenidos en la investigación a las personas y comunidades que participaron de la
investigación, si lo desean.
3.3.2 Presentación del Proyecto a padres de familia:
Previo a la firma del consentimiento informado, los investigadores presentaron el
proyecto de investigación, sus objetivos y alcances, a la población muestral con el fin de
favorecer su compresión y la aceptación de vincularse a este. (ANEXO 2)
80
3.3.3 Consentimiento Informado:
El consentimiento informado procura obtener la aprobación legal de la participación en
el trabajo investigativo, por parte de los padres o responsables legales y de los niños.
En él se hacen explícitos los compromisos por parte de los investigadores y sujetos
participantes, a la vez de los alcances de la investigación. (ANEXO 3)
3.4 Análisis metodológico:
3.4.1. Plan de Análisis de información:
Una vez recolectada la información, el análisis de la información partirá de las
narraciones realizadas durante las entrevistas, es de aclarar que únicamente se tomara
la narración del niño como fuente de información, más no del análisis e interpretación
de los dibujos, y el dibujo será utilizado como herramienta facilitadora para las
narrativas de los niños.
Las entrevistas individuales serán grabadas y posteriormente transcritas
guardando fidelidad a las formas de expresión de los niños. En la transcripción se
usarán códigos para identificar a las diferentes personas participantes, a fin de proteger
su identidad.
Una vez la información se encuentre en formato de texto será sistematizada
usando una tabla de codificación en Excel según las 3 variables previamente
seleccionadas, junto con los códigos de identificación de cada uno de los participantes,
con el propósito de establecer relación entre variables y participantes. La información
será sometida a un proceso de articulación, descripción y comparación constante, para
81
dará lugar a la construcción de datos relevantes y significativos, proceso que permitirá
avanzar en los niveles de análisis e interpretación.
Finalizado el proceso de análisis e interpretación de la información, se
consignarán los hallazgos y las reflexiones según el análisis de los datos e información
arrojada por el estudio. Es de aclarar que en este proyecto investigativo en ningún
momento se pretende agotar las fuentes informativas, teóricas y metodológicas para la
investigación de dicha problemática social, por el contrario lo que se busca es que sea
una herramienta más de información acerca de las vivencias y posibles afectaciones del
desplazamiento forzado en la infancia, además de un medio de sensibilización para los
profesionales en formación y la sociedad en general.
82
CAPITULO IV
HALLAZGOS Y REFLEXIONES
Con el fin de profundizar sobre la experiencia de desplazamiento forzado y la
afectaciones psicosociales fueron entrevistados 10 niños, entre los 8 y 12 años de
edad, víctimas de este fenómeno residentes en la ciudad de Medellín, estudiantes de la
Corporación PRO-MARGINADOS (Anexo 5), ubicada en el barrio Santo Domingo Savio
en la zona nor-oriental de la ciudad. Se llevaron a cabo diferentes sesiones de
entrevistas, de corte semi-estructurado, con cada uno de los menores. A partir del
proceso de organización y asignación de códigos a la información arrojada, se
definieron 3 grandes variables a pesquisar en las narrativas de los niños entrevistados,
las cuales dan respuesta a los objetivos inicialmente planteados en el proyecto. Estas
son: la experiencia del desplazamiento, los cambios familiares, económicos,
sociales y culturales y por ultimo las afectaciones psicosociales. Posteriormente, y
para concluir el trabajo de investigación, se realizó el análisis de dichas variables y se
elaboraron conclusiones finales, proceso del cual se pretende dar cuenta a
continuación.
La información recolectada, si bien se centra en el desarrollo de las entrevistas,
estas fueron acompañadas de la elaboración inicial de dibujos sobre la experiencia del
desplazamiento forzado.
Dibujo sobre el lugar de residencia antes del desplazamiento
En el dibujo los menores ponen de manifiesto todos aquellos elementos
topográficos y materiales en el lugar de residencia antes del desplazamiento,
elementos que hacían parte de la cotidianidad y eran asumidos como propios.
83
Como elemento principal y fundamental esta la casa, lugar donde vivía el núcleo
familiar primario (papá, mamá y hermanos), seguido del entorno físico (recursos
naturales) que tenía la familia en el lugar previo de residencia, compuesto de; ríos,
árboles, cultivos y animales. Tal entorno a su vez, se asocia a espacios de diversión
para los menores y de esparcimiento con algunos miembros de las familias como lo
señala uno de los menores entrevistados: “En el dibujo hay árboles que es donde
siempre nos divertíamos en ellos y nos montábamos en ellos a jugar escondidijo…
secreto. Con los hermanos y también con los amigos” (niño 9 años).
También se evidencia en los dibujos vías de acceso y comunicación con los
lugares más frecuentados y de representatividad, como: la escuela, casas de vecinos y
amigos y el casco urbano.
Igualmente se evidencia en los dibujos las personas más significativas en sus
vidas, aquellas que los acompañaban en las actividades de la vida diaria.
Cabe resaltar que en uno de los dibujos es representado uno de los tantos
riesgos que tienen los menores residentes en el campo, que se hallan expuestos a los
grupos armados, y en general, al conflicto armado, ya que el menor dibujó su lugar de
residencia (casa) rodeada de minas anti-persona.
Experiencia del desplazamiento
Lugar de residencia previo al desplazamiento:
En las descripciones que hacen los menores del lugar de residencia antes del
desplazamiento, predomina el entorno circundante. Eran lugares ricos en recursos
naturales que brindaban a las familias en gran medida el sustento económico y por
84
ende mejores condiciones de vida, en los que había ríos que propiciaban la pesca como
también grandes zonas para el cultivo de una diversidad de productos, como lo relata
un menor: “Era grande, un potrero grande pa´arriba… donde echábamos las bestias a
comer pasto….también había caña, plátano, maíz y tierra y el caballo pa´cargar las
cosas… y ya” (niño 12 años).
Los lugares por ser amplios y con abundante naturaleza, brindaban a los
menores posibilidades de juego y libre esparcimiento con sus familiares, vecinos y
amigos. Las casas se caracterizaban por ser amplias y confortables, donde a pesar de
ser familias numerosas los menores contaban con espacios diferenciados, en los que
tenían más autonomía e independencia. Igualmente por estar rodeados de familiares y
a personas muy allegadas a las familias, los niños se sentían seguros al momento de
movilizarse en ellos, al dirigirse a otros lugares o de compartir con sus pares. A
diferencia de lo anterior, el menor víctima de desplazamiento intraurbano, no hace
referencia a un entorno natural, ni a zonas amplias, su relato se limita a la descripción
de las casas contiguas a la suya y el aglomeramiento de las viviendas, lo que hacía del
sitio de residencia un lugar bulloso pero con presencia de personas amables y prestas a
brindar ayuda cuando se necesitaba. Según lo anterior se infiere que los menores al
estar bajo unas condiciones de estabilidad, comodidad y tranquilidad en su lugar de
residencia en compañía de su familia, tanto de origen como extensa, con posibilidades
de procesos de socialización con pares, presentaban cualidades emocionales,
relacionales, cognitivas y físicas acordes a su proceso de desarrollo.
Lugar actual de residencia:
En contraste con los lugares de residencia anteriores al desplazamiento, el lugar
actual es reducido, lo que indica de alguna manera hacinamiento familiar y social y esto
es corroborado con el tener que compartir cama con otros miembros de la familia como
lo expresa uno de los niños entrevistados: “En la cama de abajo duermen 3… mi
85
hermana, el novio y la bebé, y en la otra cama mi hermanita con la hija y la otra, la de
nosotros mi mamá y yo” (niño 9 años).
Algunas viviendas no están construidas por completo en material (adobe y
cemento), es decir presentan material en parte de la estructura, el cual es
complementado con madera, láminas de zinc y plástico. Sólo tres (3) de los menores
expresan que en la actualidad sus familias viven en casa propia. Aunque cabe resaltar
que por estar ubicados en barrios periféricos o de invasión, las viviendas están
ubicadas en zonas de riesgo geológico, además de que los sitios de recreación y/o
diversión son poco frecuentes, casi inexistentes, dado el aglomeramiento de viviendas
en terrenos de dimensiones reducidas. La naturaleza circundante es poca, incluso
llegando a ser nula, lo que se convierte para los menores es un factor limitante para su
recreación, esparcimiento e interacción social con sus familiares y pares. Los vecinos y
demás familias circundantes a sus viviendas en la mayoría de ocasiones les resultan
desconocidos y distantes a su condición familiar, lo que en ocasiones favorece el
aislamiento de los menores e incluso conlleva a la discriminación por falta de
comprensión de su problemática. Para las familias desplazadas y los menores, esta
situación se traduce en desconfianza y aislamiento social, y de manera consecuente
genera una reducción y posibilidades limitadas de hacer uso de las redes de apoyo
familiar y social, lo que genera implicaciones en su proceso de socialización como baja
autoestima, vulnerabilidad a las drogas, desconfianza ante los otros, retraimiento, entre
otras.
Acontecimiento (Desplazamiento forzado)
Los menores salen de sus lugares de residencia a razón de la presencia de
actores armados y la vivencia de hechos violentos cometidos contra familiares, vecinos
y/o amigos. Al menos siete (7) de los diez (10) menores entrevistados presenciaron
algún tipo de expresión violenta contra sus familiares, entre ellas el asesinato
86
(homicidios) y las amenazas directas sobre la vida, para presionar el desplazamiento
forzado. Los menores que presencian este tipo de hechos violentos se ven afectados
psicológicamente ya que se sienten temerosos, vulnerables y desprotegidos al no
contar con los recursos psicológicos y sociales para afrontar este tipo de circunstancias
y estar en riesgo su integridad física y emocional, como lo relata un menor:
“Es que mataron a mis tíos, uno lo desaparecieron y entonces ya… y entonces
nosotros nos dio miedo y entonces nos vinimos para acá” (Niño, 12 años).
Queda claro como las dinámicas y estrategias de guerra que existen en
Colombia, y entre ellas el desplazamiento forzado, vulneran los derechos
fundamentales de las personas, y en especial de niños y niñas, además de infringir las
normas del Derecho Internacional Humanitario que velan por la no vinculación de la
población civil, y entre ellos los menores de edad, al conflicto armado. Así, con la
violencia y el conflicto armado, los derechos de la niñez colombiana son desconocidos y
violados, al no permitirles desarrollarse en unas condiciones optimas como lo son: un
núcleo familiar estable, un lugar de vivienda adecuado que brinde tranquilidad y
comodidad, acceso a la educación, la conformación de vínculos y relaciones sociales
estables y duraderas, la posibilidad de unas condiciones de vida adecuadas que
aseguren la satisfacción de las necesidades básicas a partir de las cuales se puedan
construir proyectos de vida.
CAMBIOS
En el núcleo familiar antes y después del desplazamiento.
Los menores participantes de la investigación, antes de ser desplazados de sus
lugares de origen tenían un núcleo familiar conformado en su mayoría por papá, mamá
87
y hermanos, algunos además por tíos y sobrinos. Sus familias se caracterizaban por ser
numerosas, con aproximadamente 5 a 7 miembros. El estar acompañados por un
núcleo familiar compacto y sólido hacía sentir a los menores protegidos, ya que se les
brindaba el acompañamiento, afecto y apoyo que un niño requiere para desplegar sus
capacidades tanto físicas, cognitivas como emocionales.
Algunos de los miembros que hacían parte de los grupos familiares antes de ser
desplazados, ya no hacen parte de la configuración familiar actual en la ciudad a
consecuencia de las dinámicas del desplazamiento y los hechos violentos inmersos en
estos como las amenazas y los asesinatos. Tales acontecimientos hacen que los
menores vivencien y expresen sentimientos de tristeza y desamparo, por la ausencia de
los familiares que ya no están con ellos, como padres y tíos, quienes además de ser
figuras de protección y compañía eran los proveedores económicos en sus hogares.
Los cambios en la estructura familiar, además del cambio de entorno, ponen a
los menores en situación de vulnerabilidad psicosocial, ya que la ausencia de ciertas
figuras de protección, los hace proclives a factores de riesgo como el abuso sexual, el
consumo de drogas y la explotación laboral, entre otros. Las relaciones al interior de la
familia sin duda se ven modificadas por las circunstancias antes expuestas,
circunstancias que a su vez transforman la comunicación a la que venía acostumbra la
familia, una comunicación estable, sólida y fluida, que ahora se limita a los pocos
espacios y momentos que tienen para compartir juntos. Los roles, considerando los
cambios en la estructura familiar, se ven trastocados a diferentes niveles, incluso
cuando los menores se ven enfrentados a ser quienes deben brindar apoyo, compañía
y esperanza a los adultos ante la pérdida de oros adultos representativos en el núcleo
familiar. Las figuras de identificación que antes eran padres y hermanos, ahora pasan a
ser los maestros e incluso otras personas ajenas al núcleo familiar con los cuales los
niños aseguran algo de seguridad y sentido de protección.
Por su parte las pocas familias que no sufrieron ninguna modificación en su
estructura presentan menos cambios en sus relaciones, ya que a pesar de estar en un
88
sitio distinto al lugar de origen, siguen estando completos y unidos como familia, así los
expresa uno de los menores: “Nosotros pasamos muy bueno porque seguimos siendo
todos juntos…” (Niño 9 años).
Es decir, que el seguir juntos como familia es fundamental para que los menores
se sientan protegidos, seguros y estables, como también para que las relaciones a nivel
familiar permanezcan y se continúen fortaleciendo.
En la actualidad, los niños manifiestan sentirse más vigilados y supervisados por
los padres o personas mayores, ya que los nuevos lugares de residencia son percibidos
como amenazantes por los adultos a razón de las dinámicas de conflicto que
actualmente se viven en la ciudad, más aún de forma particular en los barrios de
asentamiento. Igualmente, se denota la ausencia de relaciones fuertes y confiables con
los vecinos, quienes son personas desconocidas y en muchas ocasiones hostiles y
excluyentes con la población desplazada, sumiéndose a los menores en el aislamiento
y la soledad.
Antes del desplazamiento los niños tenían más libertad y espacio para su
recreación y diversión con sus vecinos, amigos y familiares, eran espacios más
confiables, gracias a que las relaciones establecidas al interior de las comunidades eran
muy estrechas debido a los vínculos familiares que las caracteriza (los vecinos son al
mismo tiempo primos, cuñados, tíos, etc.) y a la permanencia por años que los
convertía a todos en conocidos, generando esto lazos de confianza y solidaridad,
existiendo una red de relaciones muy fuerte, que ofrecía apoyo en términos
emocionales y relacionales a los menores, además de estar construida alrededor de la
organización para la producción, la distribución y el consumo de productos (Bello, 2001.
Pág. 15).
89
A nivel económico
Los ingresos económicos del hogar antes del desplazamiento eran aportados en
gran medida por el padre de familia, a quien, por la diversidad del entorno y las
posibilidades de acceso a tierras productivas para el cultivo, en el lugar de residencia
se le facilitaba el empleo y por ende las posibilidades de generar ingresos económicos
que permitieran vivir en unas condiciones dignas, asegurándole de esta forma a los
menores las satisfacción de las necesidades básicas como: alimentación, vivienda,
ropa, educación y momentos de recreación. Luego del desplazamiento y con la llegada
a la ciudad, a entornos desconocidos y hostiles, la generación de recursos económicos
se hace precaria, es limitada y en ocasiones sólo se da a través del reciclaje y el
rebusque (pidiendo en casas de otros sectores de la ciudad), como lo señala un menor:
“solo pedimos mi mamá, mi hermana y yo y una amiga de mi mamá, los sábados y los
martes. Salimos a pedir a los barrios y también reciclamos y nos va bien. Con la plata
del reciclaje compramos el aceite” (niño 12 años).
Actualmente, en los hogares de los menores entrevistados en los que hay
ingresos económicos estables se obtienen solo a través del trabajo de un miembro de la
familia y, en muchas ocasiones, bajo unas condiciones poco dignas, ya que por ser
desplazados son víctimas de discriminación y explotación laboral. Ante esta situación
los menores se ven avocados muchas veces a buscar formas de ingreso para subsanar
de alguna manera las necesidades económicas familiares, y aunque son menores de
edad y por ende no deben de trabajar, son utilizados para trabajos duros como cargar
bultos y desgranar mazorcas en graneros, además con poca paga dada su
informalidad. Ahora y a diferencia de cuando estaban en el campo, la alimentación se
ha visto reducida, limitándose incluso a una o dos comidas en el día, estas condiciones
deficientes de alimentación pueden llegar a disminuir las capacidades físicas e
intelectuales de los menores. De otro lado, los momentos de recreación también son
limitados o nulos, sólo se accede a estos por medio de programas de la alcaldía y su
Instituto de Deportes y Recreación -INDER.
90
Cambios sociales y culturales
El desplazamiento forzado no sólo influye en las dinámicas familiares, el lugar de
residencia y las condiciones materiales, como se viene señalando, sino que también
trae consigo cambios culturales y sociales en la vida de las personas que son
desplazadas forzosamente. Las familias que deben afrontar el desplazamiento forzado
lo que buscan es encontrar un lugar tranquilo y seguro, por ello huyen del conflicto y la
violencia, con el fin de salvar sus vidas y la de los más pequeños, sin conocer las
implicaciones sociales y culturales que tiene este hecho.
Culturalmente los niños se ven enfrentados a cambios significativos y perdidas
de algunas costumbres, de un modo de vida al que estaban acostumbrados, como por
ejemplo, los rituales que tenían en el campo, con su familia, amigos y en la comunidad
donde pertenecían, tal cual como lo expresa uno de los niños participes del proyecto: “A
mi mamá le gustaba desherbar, darle comida a los marranos, y a mí me gustaba…… y
a mi papá le gustaba ir conmigo a sacar las vacas, la leche, el me enseñaba a mí y yo
ya sé” (niño 9 años).
Se evidencia que a las actividades cotidianas y de subsistencia a las que
estaban acostumbrados las familias y los niños, son muy diferentes a las que
encontraron en la ciudad, pues son más limitados tanto los espacios como las
actividades para realizar en el lugar donde viven en la actualidad. A nivel de los
menores ahora las actividades cotidianas se limitan a las actividades académicas y,
ocasionalmente, a practicar alguna actividad lúdico- recreativa o deportiva promovida
por la institución educativa y/o el INDER.
Los cambios culturales y sociales también quedan evidenciados en sus
costumbres alimenticias, ya que antes del desplazamiento podían contar con una
variedad de productos alimenticios propios de las regiones de donde son oriundos,
ahora en la ciudad por la precariedad económica y accesibilidad a estos productos
91
muchas veces se hacen inasequibles para su dieta, quedando relegadas estas
costumbres por las que impone la nueva condición socioeconómica.
En lo que respecta a reconocimiento y apropiación de los espacios físicos, se
presenta un cambio relevante y significativo, pues los menores en sus lugares de origen
tenían un conocimiento y manejo apropiado del entorno, sus vías de acceso, formas de
transporte aceptadas socialmente (en animales), sitios de diversión, infraestructura,
entre otros. En la actualidad el conocimiento que los menores tienen de la ciudad es
muy bajo, limitándose solo al lugar de residencia y sitio de estudio (escuela), y en las
familias que "rebuscan" los demás lugares reconocidos están asociados a la
subsistencia familiar, es decir a la búsqueda de alimentos. A su vez, no hay un
adecuado acceso a los medios de transporte, ya que los pocos recorridos que realizan
los menores, que son casi siempre de la casa a la escuela, son hechos a pie. Tampoco
hay reconocimiento ni posibilidades de acceso a lugares representativos en barrios
aledaños, y en general, de la ciudad, como bibliotecas, placas deportivas, sitios de
recreación y vías de acceso, pues su lugar de residencia se ubica en sectores de
invasión ubicados en la periferia de la ciudad.
Los menores no solo enfrentan cambios culturales, también se evidencian
cambios en las relaciones sociales, y en particular en su forma de relacionarse con
otros niños. Otro cambio vivido a nivel social, y no menos importante, que presentan los
menores es el cambio de institución educativa. En la actualidad los niños manifiestan
que están escolarizados y también tienen amigos, con los que estudian y juegan pero
ponen de manifiesto en sus relatos que extrañan todo lo que hacían con sus anteriores
amigos, porque se conocían y compartían más, salían juntos hacia la escuela,
estudiaban y aprendían juntos, y no tenían restricciones como actualmente las tienen,
un niño de 11 años y otro de 9, lo expresan respectivamente de la siguiente manera:
“Los amigos los conocía mucho, éramos como de la familia y nunca nos separábamos,
hasta para ir a estudiar íbamos juntos”. (Niño, 11 años, “…por acá también es muy
divertido pero yo no quería dejar a mis amigos.” (Niño, 9 años)
92
Actualmente, la escuela o lugar de estudio cumple un papel fundamental en el
desarrollo de los niños participantes del proyecto, se identifica que gracias a ella los
niños desarrollan competencias a nivel social al promoverse la interacción entre pares,
la apropiación e identificación de normas sociales y el reconocimiento de emociones y
sentimientos en los otros. A nivel cognitivo si bien algunos menores muestran
deficiencias a nivel de lenguaje, lectura y escritura, la institución busca de manera
permanentemente estimular por medio de jornadas especiales el adecuado desarrollo
de estas habilidades. Por tanto, es la escuela un pilar sólido e imprescindible para que
los menores víctimas del desplazamiento puedan continuar su adecuado proceso de
apropiación del mundo, de reconocimiento de si mismos y de los otros, e igualmente del
desarrollo de las competencias del ser y del saber, que en comparación a las
condiciones previas resulta ser limitado, o sitio exclusivo de desarrollo de algunas
habilidades y socialización después del desplazamiento forzado.
Afectaciones psicosociales
Las afectaciones psicosociales que presentan los niños participantes del
proyecto no sólo son el resultado de los diversos hechos violentos al momento del
desplazamiento como tal, hechos que generaron miedo, tristeza e incertidumbre.
También se dan a causa de la ruptura y continuidades en las diversas áreas de la vida
de los sujetos como consecuencias de los cambios a los que se ven obligados. Estas
Rupturas y continuidades son a nivel relacional, social, emocional, comunicativo y
económico. Las afectaciones también se extienden a nivel del desarrollo físico e
intelectual.
Hasta el momento del desplazamiento los niños contaban con unas relaciones
sociales y familiares relativamente estables, las cuales se caracterizaban por
intercambios afectivos positivos que les permitían a los niños sentirse queridos y
valorados. Luego de los hechos que dan lugar al desplazamiento, se da una ruptura, la
93
cual hace que las relaciones sociales de los menores en la actualidad sólo se limiten a
los pocos compañeros de la escuela y a al núcleo familiar. Ahora no se comparte con
vecinos, tíos y primos, ya que muchos de ellos se quedaron en sus lugares de origen,
migraron a otros lugares o fueron asesinados. Otra ruptura importante es a nivel
comunicativo, y con más énfasis a nivel familiar, ya que los padres de los menores
pasan gran parte del día, incluso de la noche trabajando o tratando de conseguir
empleo o fuentes de ingreso. Esto hace que la comunicación entre padres e hijos sea
deficiente encontrándose los niños limitados al momento de expresar y comunicar sus
sentimientos (alegrías, tristezas, sueños, metas, proyectos de vida).
En el aspecto económico la ruptura es marcada, ya que el desplazamiento ha
dejado a las familias de los menores en situaciones precarias y a veces de absoluta
miseria. Las posibilidades de empleo de los padres de familia son mínimas, por lo que
en la mayoría de los hogares de los niños entrevistados no se cubren la totalidad de las
necesidades básicas como alimentación, ropa, útiles de aseo y servicios públicos. Esto
genera que los menores en ocasiones deban ayudar con el sustento económico del
hogar por lo cual buscan alternativas de ingreso, que en lugar de ser soluciones, se
convierten en factores de riesgo, ya que pone a los niños en situación de vulnerabilidad
ante la explotación infantil, el maltrato, al abuso sexual, al consumo de sustancias
psicoactivas, alcohol, entre otros.
Si bien se presentaron rupturas también se evidenciaron continuidades, que
están definidas como aquellos elementos, hechos o circunstancias en su mayoría de
carácter social que aun estando acá en la ciudad se siguen presentando, con menor o
mayor intensidad a como eran antes al desplazamiento. Las continuidades más
significativas que se identificaron en los relatos de los menores fueron: la violencia, la
educación y la conformación de familia.
A nivel emocional la afectación más importante y significativa que se identifica
se da a raíz de las rupturas de diferentes relaciones con pares, vecinos, familiares y
objetos valorados como propios (mascotas y casa) estas rupturas son asumidas como
94
perdidas y por consiguiente conllevan a proceso de duelo, que genera dolor y tristeza,
emociones y sentimientos normales en este tipo de procesos de restablecimiento
psicológico ante las perdidas.
La violencia se establece como una continuidad ya que a pesar de que los
menores y sus familias abandonaron sus lugares de origen precisamente por razones
del conflicto armado y violencia generalizada que afecta gran parte del territorio
Nacional, no encuentran una situación diferente en los lugares de asentamiento,
ubicados en las periferias de la ciudad, donde se ven obligados a establecerse. En el
campo era el conflicto entre grupos armados ilegales y el Estado y ahora en la ciudad el
conflicto armado está marcado por la disputa de territorios entre diferentes grupos
ilegales, como las denominadas bandas criminales (BACRIM) y la búsqueda de control
por parte de los organismos del Estado. Por tal motivo es una situación que no es
diferente para los menores quienes también en la ciudad tienen que afrontar la muerte,
las amenazas, las fronteras invisibles y el desplazamiento intra-urbano.
Otra continuidad, quizás una muy importante y positiva a diferencia de la anterior,
es la escuela o la continuidad en el proceso educativo que encontraron los menores en
la ciudad. La escuela se identifica como la institución que brinda la posibilidad de
rehacer lazos afectivos con los pares, figuras identificatorias (maestros), además de la
apropiación de elementos intelectuales, sociales y culturales de la ciudad. En la
escuela los niños se sienten acogidos, apoyados y menos vulnerables a las
adversidades del entorno. Hay que destacar el apoyo que reciben los niños
participantes del proyecto por parte de la INSTITUCIÓN PROMARGINADOS, una
entidad privada sin ánimo de lucro, que construye tejido social en Colombia desde hace
30 años, contribuyendo con la reducción de la pobreza y el aumento de la equidad
mediante programas de vivienda, alimentación, educación y formación para la
generación de ingresos. Con el sueño de una Colombia justa y en paz, la Corporación
Pro-Marginados (Anexo 5) inició su operación en 1982 gracias al liderazgo de su
inspiradora, fundadora y Presidenta vitalicia, la Señora Beatriz Londoño de Arango y
a un equipo interdisciplinario de profesionales con diferentes ópticas de la problemática
95
del País y un alto sentido de responsabilidad social. A los menores que atiende se les
procura brindar un acompañamiento preciso y oportuno con el objetivo de lograr un
desarrollo académico, familiar, social y cultural.
La conformación familia enmarca otra continuidad importante que junto a la
anterior conforman factores de protección para los menores en situación de
desplazamiento, Los menores expresan la importancia que tiene para ellos el poder
contar con un núcleo familiar en su mayoría conformado por mamá y hermanos, que a
pesar del cambio que ha presentado sigue estando unido y que les brinda afecto, apoyo
y compañía.
La familia como primera institución social juega un rol primordial en la vida de
estos menores, que en compañía de la escuela les ayuda en la apropiación de un
nuevo entorno, en la asimilación de nuevas normas sociales en la ciudad, las cuales
son diferentes a las que acostumbraban llevar en el campo como la forma de vestir, de
relacionarse, de comportarse, de divertirse, de aprender y de reconocer e intercambiar
con los otros (pares y vecinos).
A nivel físico en los menores participantes del proyecto no se evidenciaron
afectaciones significativas, más allá de las que se puedan presentar a causa de la
alimentación deficiente que se da cuando las circunstancias económicas son precarias
y desfavorables favorables. En las narraciones de los menores no se hicieron explícitas
manifestaciones de violencia intrafamiliar ni producto del conflicto armado del cual
fueron victimas por medio del desplazamiento. En cuanto a las afectaciones a nivel de
cognitivo- comportamental solo en tres (3) menores se hallan dificultades, las cuales
fueron señaladas por sus profesoras y se refieren a: dificultades a nivel de lecto-
escritura y de comportamiento oposicional a la norma. El grupo restante de menores no
presenta afectaciones cognitivo-comprtamentales de consideración, por el contrario se
encuentran dentro de lo esperado para niños de su edad, donde según Erikson, citado
por Shaffer, 2002, p 44 “los niños deben dominar habilidades sociales y académicas”.
96
Actualmente los niños expresan sentimientos de tristeza, miedo, pena y
remordimiento al recordar el acontecimiento del desplazamiento, uno de los niños
expresa sentir: “Pena y miedo, porque eso fue muy duro y porque eso fue muy
traumático. Porque de pronto uno a cada rato vive pensando que los enemigos de mi
padrastro vayan a atacar a mi mamá, porque tenía muchos enemigos (niño, 12 años).”
Sólo uno de los niños, dice no expresar ningún sentimiento al recordar la
situación.
También es importante mencionar que algunos de los niños plantean que aunque
extrañan su lugar de origen, actualmente tiene mayores beneficios (accesibilidad a
bienes y servicios) y tienen cosas que antes no tenían, como lo expresa uno de los
menores: “Me gusta esta casa porque aquí vivimos más amplios y hay más diversión”
(Niño 12 años).
Teniendo en cuenta las características emocionales y sociales que deja en los
menores la situación de desplazamiento, es comprensible que se rompe todo vínculo
con la comunidad de origen, desde la participación comunitaria hasta los sentimientos
de arraigo con su región. Se pierden los referentes geográficos, afectivos y simbólicos
que atan al campo y al pueblo. En este sentido, la estructura que fundamenta la vida
personal, familiar y social sufre una fuerte afectación de desestructuración, toda vez
que el desplazamiento forzado rompe con la cotidianidad de cada sujeto social, con el
contexto en el cual participa (Codhes, 2000, S.P)
Es importante mencionar que aunque el Estado colombiano por medio de la
Corte Constitucional ha dictado sentencias en favor de la protección de los menores, a
través de la participación activa de las organizaciones que promueven los derechos de
los niños afectados por el conflicto armado, diseñando programas y proyectos pilotos
que ayuden a la población víctima de desplazamiento forzado a temprana edad, el
cumplimiento de éstas sentencias y programas no se da en su totalidad. Evidencia de
esto son los menores participantes del proyecto, ya que ninguno de ellos hace parte de
97
programas estructurados a nivel económico, social y psicológico por parte del Estado,
en los cuales se les brinde acompañamiento, orientación y ayuda en su situación.
Incluso en muchas oportunidades tienen que recurrir a la aplicación de acciones de
tutela para hacer cumplir sus derechos. La participación del Estado en muchas
ocasiones solo se limita a un asistencialismo precario, el cual solo busca cubrir en lo
mínimo las necesidades alimentarias.
Proyección a Futuro
En los relatos de algunos menores se pudo evidenciar sus intereses y
proyecciones de vida, poniendo de manifiesto su querer a futuro. Dentro de sus
perspectivas de futuro se encuentran profesiones de referencia como: profesores,
médicos y deportistas, dando a entender esto que en estos menores se está
presentando la reconstrucción de un proyecto de vida, debido a la identificación positiva
con los profesores de la institución.
Por su parte otros menores señalan que desean ser parte de instituciones como
el ejército o la policía con el fin de vengar la muerte de sus familiares, lo que puede ser
indicador de las dificultades en el proceso de asimilación y elaboración de los hechos
violentos. A lo anterior se puede agregar que el contexto social de residencia de los
menores y la ausencia de programas de apoyo por parte del Estado pueden llevar a
este grupo de menores a ser vulnerables, a ponerse más fácil en riesgo frente a actos
delictivos.
Sólo 2 niños no manifestaron tener intereses a futuro
98
CAPITULO V
CONCLUSIONES Y ESTRATEGIAS PARA EL ACOMPAÑAMIENTO
La situación de los menores
Materiales
La población desplazada constituye una de los grupos poblacionales en situación
más crítica en la actualidad, en especial los niños en situación de desplazamiento, los
cuales al abandonar su lugar de origen llegan a las periferias de las ciudades donde
deben afrontar situaciones de precariedad económica, sin lograr satisfacer las
necesidades básicas como alimento, vivienda, ropa, servicios públicos y salud.
Es claro que el Estado no cumple a cabalidad con la responsabilidad asistencial
con las familias desplazadas por la violencia, algunas de ellas se ven forzadas a
defender sus derechos por medio de tutelas y otros instrumentos jurídicos para obtener
las ayudas estatales, y aún así en muchas ocasiones no logran garantizar los mínimos
vitales. Desconociéndose los derechos de los niños en su carácter prioritario,
dejándolos en situación de vulnerabilidad y exponiéndolos a factores de riesgo como:
explotación laboral, mendicidad, deserción escolar, entre otros.
Relacionales
Como consecuencia de los cambios materiales que sufre la población
desplazada por la violencia se reconfigura la estructura familiar y las relaciones al
interior de esta, limitándose las posibilidades de intercambio socio-afectivo entre sus
99
miembros, puesto que cobran prioridad las acciones en búsqueda del sustento
económico. Esto genera en los menores sentimientos de soledad y desprotección ante
las nuevas dinámicas sociales a las que se ven enfrentados.
A nivel social esta población es rechazada y estigmatizada, lo cual conlleva a
que los menores no puedan conformar unas relaciones sociales estables y óptimas, que
les permita sentirse acogidos y apoyados en su entorno, por el contrario se sienten
solos y temerosos en un medio que es totalmente ajeno y hostil. La ruptura del tejido
social al momento del desplazamiento y la imposibilidad de construir nuevas relaciones
sumergen en la vulnerabilidad a los niños. Tal vez la única posibilidad de construir
nuevas relaciones la encuentran los menores en su entorno escolar, ya que es allí
donde establecen los nuevos vínculos, con pares y figuras de identificación (maestros).
La educación como factor protector
Se identifica la escuela como la institución social que cumple un papel
fundamental en el acompañamiento y desarrollo de las competencias a nivel social,
afectivo y cognitivo de los niños. Permitiendo promover la relación con pares, familiares
y otros adultos representativos como los maestros, lo que favorece en los menores la
recuperación de la confianza en sí mismos y en otros, acoplarse a la nueva realidad,
además de la apropiación de valores, normas sociales y el desarrollo de destrezas y
habilidades cognitivo-comportamentales.
Tal relevancia se constata en la presente investigación, donde la institución que
acoge a los menores entrevistados, Corporación PRO-MARGINADOS, cumple con las
condiciones ya nombradas, por lo cual se convierte en un agente de apoyo fundamental
para la reconstrucción de los proyectos de vida, individuales y familiares de los
menores.
100
Emocionales
Se constatan afectaciones a nivel emocional en los niños al momento de los
hechos violentos y ante el desplazamiento forzado, a la vez que se observa la ausencia
de procesos y programas que permitan tramitar la experiencia vivida y sus impactos,
además de favorecer la comprensión y asimilación de la situación personal y familiar y
las emociones derivadas de este proceso.
El no poder tramitar emociones como: la tristeza, miedo, rabia, dolor,
manifestadas por los menores en sus relatos puede conllevar a que perduren en el
tiempo y se conviertan en resentimiento y odio, haciendo a los menores propensos a
conductas disfuncionales y auto-destructivas, que los involucren en las dinámicas de la
violencia a nivel urbano.
Apoyo a la familia
Los programas por parte de las instituciones del Estado se limitan sólo a brindar
asistencia, obviando la dimensión integral de las necesidades de la población
desplazada por la violencia. Las familias requieren de apoyo en la búsqueda de la
autonomía para generar el sustento, es decir, acceder a fuentes de ingreso dignas y
estables, e igualmente acompañarlas con procesos y programas de corte psicosocial
que les permita resignificar la experiencia vivida y a partir de allí reconstruir los
proyectos de vida, integrarse en las dinámicas locales y apropiar estrategias de
orientación a los menores en su proceso de adaptación a las nuevas condiciones de
vida y al entorno de llegada.
ESTRATEGIAS PARA EL ACOMPAÑAMIENTO
101
La población desplazada en cuanto a menores se refiere, requiere de una ayuda
especializada que responda a necesidades psicoafectivas de estos niños, así como a
la reintegración al ámbito familiar, social y escolar.
En cuanto a estrategias de intervención es importante apoyar a las familias
desplazadas a reconocerse como personas con plenos derechos en la comunidad en
que se encuentran, ayudarles a encontrar elementos de reconocimiento y auto
conocimiento que los faculte para construir una nueva identidad social y esto a su vez
favorezca la autoestima, la autovaloración y la autonomía.
Es de vital importancia que la población desplazada se sienta apoyada realmente
mediante proyectos de capacitación e inserción laborar que les permita acceso a
empleos dignos para asegurar el sustento y sostenibilidad familiar, un adecuado flujo de
alimentos en calidad y cantidad nutricional, que permita condiciones óptimas de salud
física y mental.
Es necesario a nivel familiar enfocar esfuerzos que propendan por la elaboración
de emociones y modificación de sentimientos derivados del menosprecio y trato
inequitativo con el que han sido tratados, para que encuentren condiciones de dignidad
humana, integridad y justicia. Esto junto a procesos de inclusión e integración social
para la población desplazada, a nivel de ciudad y de comunidad de asiento,
favoreciendo el desarrollo y fortalecimiento de redes sociales de apoyo.
Desde el ámbito familiar cobra importancia el contar con espacios de encuentro e
intercambio psicoafectivo, que le ayude a la familia y a los menores el establecimiento y
apropiación de pautas comportamentales funcionales, y de esta forma contrarrestar
factores de riesgo.
Desde el que hacer de la psicología es fundamental propender por espacios de
comunicación con los menores y sus familias, fortaleciendo con esto los vínculos a
razón de los cambios originados por el desplazamiento. Desde el ámbito comunitario
102
cabe promover dinámicas de sensibilización, inclusión e integración, que contribuyan a
la constitución de nuevas redes de socialización y apoyo.
Atención educativa sensible a los menores desplazados
El ámbito educativo es fundamental para mantener y re-direccionar el desarrollo
integral de los menores en situación de desplazamiento forzado, para esto las
instituciones educativas deben acopiar recursos y estrategias que permitan la atención
y el acompañamiento apropiado a la situación de los menores, dotando de herramientas
a los docente o maestros para comprender su situación y así poder orientar de manera
adecuada a estos en su desempeño escolar y frente a sus dificultades de adaptación
social.
Los dibujos y las narraciones pueden ser una puerta de entrada a la realidad de
los menores en situación de desplazamiento. Son una estrategia que permite a los
docentes hacerse sensible a una realidad que golpea a nuestro país, y desde la cual
pueden emprenderse acciones y estrategias que permitan a los niños en situación de
desplazamiento tramitar y re-significar la experiencia.
De igual forma, las dinámicas de juegos estructurados y actividades
colaborativas facilitan la apropiación de normas, valores y espacios por parte de los
menores, además de generar y fortalecer el desarrollo social a través de las relaciones
con pares.
Los profesionales de la psicología en el medio educativo, están llamados a
contribuir con el acoplamiento de los menores a las dinámicas académicas, como
también de la institución con las familias y los menores. Acciones como la identificación
de situaciones problemáticas y la orientación a docentes deben estar enfocadas a
103
minimizar comportamientos disfuncionales y potencializar la adaptación y desarrollo de
habilidades académicas.
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