442
1 David Stoll ¿América Latina se vuelve protestante? Las políticas del crecimiento evangélico • Edición digital autorizada por el autor, publicada en agosto de 2002 por nódulo • Se ofrece entre corchetes la paginación correspondiente a la edición en lengua española impresa en Quito en 1993, que se adopta como referencia • Esta obra fue publicada en inglés en 1990 por University of California Press • La edición ecuatoriana fue publicada por Ediciones Abya -Yala, y sigue la traducción de María del Carmen Andrade, revisada por Carmen Fernández Salvador • En esta edición digital se han eliminado algunos errores deslizados en la edición impresa, y se han colocado las notas, que allí figuraban al final del libro, al pie de cada sección.

Aguilar 73

Embed Size (px)

Citation preview

  • 1

    David Stoll Amrica Latina se vuelve protestante? Las polticas del

    crecimiento evanglico Edicin digital autorizada por el autor, publicada en

    agosto de 2002 por ndulo Se ofrece entre corchetes la paginacin

    correspondiente a la edicin en lengua espaola impresa en Quito en 1993, que se

    adopta como referencia Esta obra fue publicada en ingls en 1990 por University

    of California Press La edicin ecuatoriana fue publicada por Ediciones Abya -Yala,

    y sigue la traduccin de Mara del Carmen Andrade, revisada por Carmen

    Fernndez Salvador En esta edicin digital se han eliminado algunos errores

    deslizados en la edicin impresa, y se han colocado las notas, que all figuraban al

    final del libro, al pie de cada seccin.

  • 2

    ndice

    Prefacio

    Captulo I

    La invasin de las sectas en Amrica Latina, 13

    Tipologas, tasas de crecimiento y variacin por pas, 15

    Evangelismo del desastre, 23

    Tan cerca de Dios y de los Estados Unidos, 27

    La lucha dentro del protestantismo, 33

    Captulo II

    Reforma y contrarreforma en la Iglesia Catlica, 39

    La reforma catlica en Amrica latina, 43

    El paso del ecumenismo, 46

    Una explicacin para las deserciones hacia el protestantismo, 49

    Los dilemas del clericalismo y del activismo, 52

    Contrarreforma, 56

    Captulo III

    Desde el da del Juicio Final hasta el dominio en el evangelicalismo

    norteamericano, 59

    El eclipse del protestantismo liberal, 61

    Organizacin evanglica, 64

    La teologa evanglica, 65

    Poltica evanglica, 70

    La lucha por la NAE y los Bautistas del Sur, 72

    Dispensacionalismo nuclear, 75

    La reconstruccin y la ltima lluvia, 77

    El renacimiento de restauracin, 80

    Teologa del dominio, 83

    La derecha religiosa y la misin mundial, 86

    Captulo IV

    El movimiento misionero evanglico, 89

    Soldados de Cristo, 92

    El Pacto de Lausana, 94

    Institutos del pensamiento misionero, iglecrecimiento, signos y milagros, 95

    Pases cerrados, 100

  • 3

    Pueblos escondidos, 104

    Antropologa y Etnoteologa, 107

    Cristo, Inc., 114

    Iglesia versus paraeclesia, 119

    Captulo V

    El despertar evanglico en Amrica Latina, 125

    Adventistas, Mormones, Testigos, 129

    Las Asambleas de Dios en el Brasil, 134

    El pentecostalismo como un choque de poder, 139

    El pentecostalismo como conformidad y protesta, 142

    La evangelizacin a fondo, 146

    El Billy Graham de Amrica Latina, 150

    Sembrando iglesias, 153

    Polarizacin poltica, 158

    La Fraternidad Teolgica Latinoamericana, 161

    CONELA, 163

    Captulo VI

    La derecha religiosa llega a Amrica Latina, 167

    Teologa de la liberacin, 172

    Audiencias en Washington, 175

    Cuba y Granada, 178

    Marchando a la guerra, 182

    Resistindose a la guerra, 189

    Presin de la derecha, 193

    Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo, 198

    La campaa para salvar a El Salvador, 203

    La cacera de brujos en Costa Rica, 207

    Contextualizacin, 210

    Reforma en la reforma, 213

    Captulo VII

    La Nueva Jerusaln de las Amricas (Guatemala bajo Ros Montt), 219

    Gospel Outreach (Alcance Evanglico), 222

    Poda el Seor tener algn plan para el Hermano Efran?, 224

    Puente Internacional del Amor, 229

    Iglesia, Ejrcito y Guerrilla en el Tringulo Ixil, 233

    El pastor Nicols, 237

  • 4

    Proporcionando una alternativa, 240

    Dejad que los muertos entierren a los muertos, 245

    La lucha por el Compromiso Social, 249

    Cuando lleguen los Santos, 258

    Captulo VIII

    Los evanglicos en la guerra sandinista-contra, 263

    El galanteo sandinista-evanglico, 270

    Los miskitos, 276

    La toma de los templos, 280

    La iglesia popular, 282

    Servicio militar patritico, 286

    La batalla de los pastores, 289

    La guerra de propaganda, 295

    Apoyando a los luchadores por la libertad, 300

    Persecucin religiosa en Nicaragua?, 303

    Estado de emergencia, 312

    Captulo IX

    Visin Mundial en el Ecuador, 319

    El auge protestante en Chimborazo, 326

    El Obispo de los indios, parte I, 330

    Violencia cristiana, 334

    El desarrollo de Visin Mundial, 337

    Los escndalos en Honduras, 342

    Los escndalos en Imbabura, 345

    El Obispo de los indios, parte II, 347

    Fortaleciendo a la iglesia local, 350

    Un escape revolucionario, 355

    Desde el evangelismo hacia la poltica electoral, 358

    Pilahun, 361

    Captulo X

    Reinterpretando la invasin de las sectas como un despertar evanglico

    Visiones contrastantes de la Reforma, 367

    Por qu podra no funcionar la teologa de la liberacin?, 369

    El pentecostalismo como base para la reforma social, 374

    Evangelismo y Oliver North, 382

    Segando la cosecha, 389

  • 5

    Apndices

    Bibliografa

    1990-2002 David Stoll 2002 www.nodulo.org

    Prefacio

    Amrica Latina es una regin catlica, pero no hay una razn para creer que esto

    seguir siendo as. En algn momento podra convertirse en una regin evanglica.

    Creo que si... Guatemala se convierte en la primera nacin predominantemente

    evanglica en Amrica Latina, tendr un efecto de domin. Analista en

    iglecrecimiento, Ministerios de Cruzadas de Ultramar, 1984{1}

    Est Amrica Latina convirtindose al protestantismo? Desde Mxico hasta

    Argentina, las formas de religin impuestas por la conquista espaola estn

    atravesando por una reforma de gran trascendencia. Hasta la fecha, la atencin se

    ha centrado en el sector radical de la reforma, conocido como la teologa de la

    liberacin. Debido a que sta es practicada principalmente por catlicos romanos,

    con frecuencia se asume que la reforma se discute, sobre todo, en el interior de la

    Iglesia Catlica. Esto puede ser verdad. A pesar de que la iglesia establecida ha

    tenido en Amrica Latina una historia a menudo opresiva, recientemente ella ha

    demostrado una sorprendente capacidad de reforma. Una gran mayora de

    latinoamericanos todava se identifican como catlicos. La teologa de la liberacin

    parece encarnar sus deseos de una vida mejor. En la revolucin de Nicaragua, en

    donde la teologa de la liberacin es tan marcada, las referencias sobre la

    inminencia del Reino de Dios afloran con tanta frecuencia que Conor Cruise O'Brien

    la ha llamado una Ginebra potencial.{2}

    Pero qu sucede con las iglesias que descienden de la antigua Ginebra, de

    Juan Calvino y de la Reforma en Europa? Qu hay de los protestantes

    evanglicos de Amrica Latina? Debido a la influencia de los misioneros

    norteamericanos, generalmente bastante conservadores en [4] poltica, es ms fcil

    observar cmo los evanglicos latinoamericanos mantienen el statu quo que cmo

    lo cambian. En todo, excepto en la religin, parecen estar dedicados menos a la

    protesta que a la conformidad, y menos a ser autores de las revoluciones que

    productos de las fracasadas. En Amrica Latina, es fcil concluir que el papel que

  • 6

    los protestantes desempearon en la Reforma Europea ha pasado a los catlicos

    radicales.

    Mientras la Iglesia Catlica cuenta sus mrtires, sin embargo, los

    latinoamericanos estn abandonndola en una proporcin acelerada. Un obispo en

    Brasil ha advertido que Latinoamrica se est convirtiendo al Protestantismo ms

    rpidamente que Europa Central en el siglo diecisis.{3} Un movimiento

    aparentemente insignificante antes de la Segunda Guerra Mundial, incluye

    actualmente del 10 al 20 por ciento de la poblacin del Brasil, Chile y Amrica

    Central. Se est multiplicando, as tambin, en otras partes de Amrica Latina.

    A pesar de su xito, los evanglicos continan siendo una anomala en la

    interpretacin que los cientistas sociales hacemos de la vida religiosa

    latinoamericana. Ahora se acepta por todas partes que la religin es no slo el opio

    del pueblo sino una esperanza por un mundo mejor, no slo un impedimento para

    la protesta social, sino una forma de la misma. No obstante, en Amrica Latina,

    este discernimiento se extiende rara vez a los evanglicos. Es fcil ver por qu. En

    una regin tradicionalmente catlica, los evanglicos insisten en violar las

    costumbres catlicas. Ignorando las problemticas estructurales planteadas por los

    catlicos, los evanglicos insisten en que la nica revolucin genuina en Amrica

    Latina ser espiritual. A pesar de su aparente indiferencia frente a la opresin,

    tienen xito en atraer a millones de pobres de la Iglesia Catlica, aunque esta

    ltima parece tener una conciencia social mucho ms fuerte. Tambin tienen

    mucho xito en la organizacin de grupos locales vitales y duraderos, en lugares en

    donde los marxistas han fracasado. Sus iglesias florecen en medio de los

    sobrevivientes de movimientos radicales reprimidos, y lo logran gracias al generoso

    apoyo de los Estados Unidos. Como resultado, permanecen al margen de la mayor

    parte de las interpretaciones de la poltica religiosa en Amrica Latina, salvo

    cuando son objeto de una denuncia. [5]

    La alarma acerca de los evanglicos latinoamericanos no es nada nuevo. No

    obstante, sta se ha extendido en la dcada de 1980, especialmente a travs de la

    Iglesia Catlica y de la izquierda. Numerosos latinoamericanos piensan que el

    dinero norteamericano es el responsable de la multiplicacin de las iglesias

    evanglicas. Adems, sospechan que el gobierno de los Estados Unidos est

    utilizando a los evanglicos para fomentar sus propios intereses. Sus oponentes

    afirman que nicamente esa clase de manipulacin puede explicar cmo los

  • 7

    evanglicos son capaces de desbaratar los esfuerzos de la izquierda y de la Iglesia

    Catlica para organizar a los pobres. De acuerdo a esta lgica, en lugar de un

    ejemplo de lucha popular, los movimientos evanglicos que incorporan a millones

    de latinoamericanos se convierten en la negacin de la lucha, una conspiracin

    diseada para frustrarla.

    Yo argumentar que dichas explicaciones no son apropiadas. Pero el temor

    que reflejan est bien fundamentado, especialmente ahora que el gobierno de

    Reagan ha remilitarizado la poltica de los Estados Unidos hacia Amrica Latina.

    Irnicamente, muchos evanglicos se sienten amenazados por el mismo giro de los

    eventos. Hacia el fin de la Guerra de Vietnam, cuando los disidentes evanglicos

    comenzaron a criticar el liderazgo de las misiones evanglicas, ste ltimo puso

    cierta distancia entre s mismo y la poltica exterior de su pas. Sin embargo, la

    fuerza detrs del evangelismo global impulsaba, al mismo tiempo, a la derecha

    religiosa y al reaganismo. Poco despus, los activistas polticos de la derecha se

    unieron al esfuerzo misionero en Amrica Latina, en donde combinaron un deseo

    ardiente de ganar el mundo para Cristo con una visin de agrandar la hegemona

    norteamericana.

    Estos dos desafos muy diferentes para la cristiandad evanglica, de los

    partidarios y oponentes de la expansin norteamericana, han inspirado este trabajo.

    Para los lectores alarmados por el crecimiento evanglico, quiero dar una

    explicacin de su impredecible trayectoria social. Para los evanglicos, deseo

    enfatizar el peligro de permitir que sus misiones sean utilizadas por la derecha

    religiosa para apoyar el militarismo estadounidense. A pesar de subrayar que el

    protestantismo evanglico debe ser comprendido desde sus bases, como un

    movimiento popular, quiero enfatizar el peligro que correra de ser manipulado por

    el gobierno estadounidense. [6]

    El centrarse en la poltica religiosa puede crear la impresin de que las iglesias

    son un mero juguete para las fuerzas polticas. Ciertamente, cualquier demanda

    espiritual puede ser interpretada en trminos de funciones como la legitimacin, la

    compensacin o la protesta.{4} Sin embargo, las iglesias no representan intereses

    polticos de una forma monoltica e invariable; ms bien, con frecuencia sirven de

    arena para las fuerzas competitivas. En cuanto a la experiencia religiosa, sta tiene

    una dinmica propia, la cual puede modelar las lealtades polticas pero tambin

    puede ser modelada por stas.{*} Si los compromisos religiosos se descartan como

  • 8

    simples reflejos de intereses polticos, no podremos reconocer las nuevas y

    creativas respuestas que stos producen.

    Hago estas observaciones para subrayar un punto especfico. Al igual que la

    religin no debera ser reducida a un campo de juego de las fuerzas polticas

    contendientes, el protestantismo evanglico no debera ser reducido a un

    instrumento poltico para los intereses dominantes. Esto es importante porque, bajo

    la influencia del pensamiento catlico y marxista, muchos observadores han llegado

    a asumir que la religin evanglica tiene implicaciones polticas fcilmente

    predecibles. A lo largo de lo que sigue, deseo proporcionar un cuadro diferente del

    protestantismo latinoamericano, como generador del cambio social cuya direccin

    no est predestinada.

    Teniendo esto presente, el primer captulo trata sobre las dimensiones del

    crecimiento evanglico y de las reacciones hacia ste. Yo objeto que las polmicas

    contra la invasin de las sectas han tendido a oscurecer un hecho de gran

    trascendencia, la aparicin, entre los evanglicos, de debates sobre cmo

    responder a la crisis social y econmica, [7] la cual impulsa a tantos

    latinoamericanos a ingresar a sus congregaciones.

    Los comentaristas catlicos tienden a atribuir los logros evanglicos a agentes

    externos, especialmente a los evangelistas y al dinero norteamericano. Pero culpar

    a los Estados Unidos por el crecimiento evanglico sugiere una profunda

    desconfianza en el buen juicio de los pobres, una renuencia a aceptar la posibilidad

    de que stos puedan hacer trabajar a una religin importada para sus propios

    intereses. En este sentido, algunos observadores catlicos resaltan las debilidades

    de su propia iglesia como factores de importancia para el avance del

    protestantismo.

    Siguiendo la misma lnea de pensamiento, el segundo captulo explora cmo el

    crecimiento evanglico ha sido impulsado por el clericalismo catlico. Yo afirmo

    que, debido al carcter centralizado de la autoridad catlica, los miembros

    disidentes tienden a abandonar el sistema. Los disidentes evanglicos, por el

    contrario, siempre pueden unirse a otra congregacin y seguir siendo evanglicos.

    En una poca en la que se est acabando con un orden social paternalista, dando

    ms importancia a la iniciativa individual, no es difcil ver cul sistema resultar

    favorecido. El segundo captulo sugiere que lo que ha llevado a Amrica Latina

  • 9

    hacia el protestantismo evanglico es la incapacidad de la Iglesia Catlica para

    descentralizar su sistema de autoridad.

    El tercer captulo se vuelve hacia los Estados Unidos y su apoyo a las misiones

    protestantes. Para evitar la generalizacin sobre los evanglicos, los he

    diferenciado en trminos de organizacin, teologa y poltica. Luego, el captulo se

    centra en la derecha religiosa y en un cambio ominoso en los fundamentos

    teolgicos del trabajo misionero. En contraste con la antigua advertencia

    fundamentalista de que el fin est cerca, la derecha religiosa ha prometido tomar

    el poder sobre la tierra, en una visin teocrtica que revive la confusin entre la

    misin cristiana y el imperio norteamericano.

    A pesar de la reaparicin de ecuaciones entre Dios y los Estados Unidos,

    algunos evanglicos han criticado la forma de operacin de sus misiones. Acusan a

    las multinacionales misioneras norteamericanas de perseguir sus propias

    objetivos a costa de las iglesias tercermundistas. [8] El cuarto captulo profundiza

    en el resultante debate interno. Sin embargo, nadie puede negar que el

    protestantismo ya no es una injerto cultural norteamericano como una vez lo fue.

    Con pocas excepciones, las iglesias evanglicas de Amrica Latina estn siendo

    dirigidas, actualmente, por latinoamericanos.

    Esa transformacin es el tema del quinto captulo, sobre el despertar

    evanglico en la regin. Desafortunadamente, a medida que las iglesias

    protestantes se convierten ms en latinoamericanas, muchas de ellas se han vuelto

    ms autoritarias y msticas, con lderes que permanecen bajo el hechizo de

    mentores norteamericanos reaccionarios. Mientras tanto, la mayora de los

    evanglicos latinoamericanos continan viviendo en la pobreza. Mientras que los

    primeros nefitos tuvieron la posibilidad de mejorar su posicin social dentro de una

    sola generacin, estos cristianos se enfrentan a crecientes privaciones de

    austeridad en economas arruinadas. Las dos fuerzas contrarias, la derecha

    religiosa norteamericana y la crisis econmica de Amrica Latina, estimulan una

    polarizacin sin precedentes entre los evanglicos.

    El sexto captulo est dedicado a este conflicto, entre los evanglicos que

    consideran a sus iglesias como una fortaleza poderosa contra la subversin, y

    aquellos que desean incorporar la dimensin social de la Biblia a la salvacin

    predicada por sus iglesias. Al lanzar una reforma dentro de la reforma, el ltimo

  • 10

    grupo, teolgica pero no polticamente conservador, podra demostrar el camino

    hacia un encuentro crucial, que es difcil de visualizar en la actualidad, pero que

    puede cambiar a los antagonistas casi ms all del reconocimiento. Me refiero a un

    encuentro entre las iglesias de mayor xito en Amrica Latina y sus telogos ms

    innovadores, entre el protestantismo evanglico y la teologa de la liberacin.

    Este trabajo no puede predecir el resultado de debates entre las distintas

    concepciones sobre el Reino de Dios. Tampoco anuncia la conquista protestante de

    Amrica Latina. Por el momento, lo nico que est claro es que el protestantismo

    evanglico necesita ser pesado en la misma balanza que las diversas tendencias

    de la Iglesia Catlica, y no solo como un fenmeno secundario. Quedan sin

    respuesta, por el momento, preguntas como qu rumbo tomar la reforma

    latinoamericana y [9] qu tendencia predominar. No obstante, espero dar el primer

    paso para contestarlas, al plantear la posibilidad de que la teologa de la liberacin

    haya sido sobrevalorada como la vanguardia de la reforma religiosa en Amrica

    Latina. Para sugerir por qu, tres estudios de caso presentan una visin ms

    profunda sobre el antagonismo existente entre la teologa de la liberacin y el

    protestantismo evanglico.

    El Captulo 7 trata del gobierno (1982-1983) de un militar evanglico en

    Guatemala. El General Efran Ros Montt, al enfrentarse a un movimiento

    revolucionario apoyado por un sector de la Iglesia Catlica, emprendi una

    devastadora contrainsurgencia con la Biblia en la mano. Desde entonces, en ciertas

    zonas del altiplano guatemalteco, las iglesias evanglicas parecen haberse

    convertido en la religin dominante.{**}

    El segundo caso, en el Captulo 8, revisa el conflicto entre la teologa de la

    liberacin y el protestantismo conservador en la Nicaragua sandinista. Los

    evanglicos nicaragenses han pagado un alto precio en la guerra sandinista-

    contra, atrapados entre su gobierno revolucionario y el gobierno norteamericano, el

    cual utiliz a la religin para emprender la contrarrevolucin. Aun si los sandinistas

    permanecen en el poder, las penalidades por las que se atraviesa al defender a la

    revolucin hacen pensar que los conservadores que se oponen a los sandinistas

    pueden tener un futuro ms brillante que los evanglicos que se identifican

    estrechamente con ellos.

  • 11

    El tercer estudio de caso, Captulo 9, examina las controversias sobre Visin

    Mundial, la ms grande de las agencias evanglicas de desarrollo. A medida que

    los evanglicos despliegan un mayor inters por la problemtica social, los

    activistas catlicos en el Ecuador consideran que los bien financiados programas

    de Visin Mundial intentan contrarrestar sus esfuerzos para organizar a la

    poblacin indgena. A juzgar por el impacto de Visin Mundial sobre una dicesis

    catlica, conocida por su activismo social, un presupuesto generoso impresiona

    ms a los pobres que un programa de concientizacin. [10]

    Estas son apreciaciones pesimistas sobre la teologa de la liberacin, tal vez

    demasiado. No obstante, muchos indicios sugieren que los lderes evanglicos

    estn siendo forzados a tratar con algunos de los temas planteados por su gran

    rival ideolgico, temas que hasta recientemente podan ignorar. El problema bsico

    que enfrentan es el siguiente: ahora que los latinoamericanos pobres se dirigen

    hacia las iglesias evanglicas para encontrar ayuda en su lucha por la

    supervivencia, qu harn los nefitos si sus ingresos continan deteriorndose? A

    medida que las iglesias incorporan a ms y ms pobres, pueden ser forzadas a

    tratar con la crisis econmica y social que motiva su crecimiento. Este es el desafo

    que convierte al protestantismo de Amrica Latina en un movimiento sin una

    direccin poltica determinada. Por consiguiente, en el captulo final presento una

    ltima consideracin acerca de la competencia entre el protestantismo evanglico y

    la teologa de la liberacin, y de los prospectos, todava confusos, sobre una

    reforma social basada en el protestantismo.

    Este es un plan tan ambicioso que debo confesar cmo se origin: frente a un

    aparato de televisin. Corra el ao de 1984: un hroe de la derecha religiosa

    criticaba a una misin evanglica por no haberse unido a la guerra de los

    reaganistas contra los sandinistas. Irnicamente, mientras pocos latinoamericanos

    conocan de la ayuda que el televangelista Pat Robertson proporcionaba a los

    contras, muchos ms sospechaban que la agencia a la que l atacaba Visin

    Mundial era un frente de la CIA. Se me ocurri que importantes cambios en el

    protestantismo latinoamericano, como la llegada de la derecha religiosa y la

    resistencia a sta por parte de otros evanglicos, no reciban la atencin que

    merecan en los crculos intelectuales. Recibamos nicamente versiones parciales,

    generalmente en forma de polmicas. Con tantas representaciones conflictivas,

  • 12

    decid compararlas entre s, con la esperanza de llegar a alguna clase de

    aclaracin.

    Tres aos antes, haba completado un ejercicio similar sobre el tema de los

    Traductores Wycliffe de la Biblia, una misin con base en los Estados Unidos, que

    aparece de vez en cuando en las pginas que siguen. Durante las visitas que

    realic a Guatemala, Nicaragua y Ecuador, desde 1982 a 1984, supe de varias

    controversias sobre un dictador evanglico acusado de genocidio, un gobierno

    revolucionario acusado [11] de perseguir cristianos, y una agencia evanglica de

    ayuda acusada de imperialismo las cuales se convirtieron en los estudios de caso.

    Despus de tomar la decisin de utilizar los tres para un mayor estudio sobre los

    avances evanglicos, en mayo de 1985 hice un recorrido de cuatro meses por

    Ecuador, Per, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y Mxico, para entrevistar a los

    lderes evanglicos sobre los cada ms visibles conflictos en sus iglesias. Lo que

    sigue est basado en dichas entrevistas, en mi experiencia previa con el escenario

    misionero, y en una gama de literatura que va desde lo sagrado hasta lo profano.

    Se debe tener presente que lo que sigue no proporciona una cobertura

    enciclopdica sobre el enorme nmero de organismos evanglicos. A pesar de que

    he tratado de incluir a los ms conocidos y discutidos, los lectores pueden

    encontrar que faltan algunos grupos de inters particular. {5} El libro tampoco

    concede un espacio igual a las varias regiones de Amrica Latina. Los tres estudios

    de caso no fueron escogidos porque los pases en los que ocurren Guatemala,

    Nicaragua y Ecuador tengan ms evanglicos o porque sean los ms

    representativos. Son el resultado de la atraccin que siente el autor hacia los

    escndalos religiosos que ponen de relieve cierta clase de conflicto. Por

    consiguiente, debido a mi oportunismo, Amrica Central recibe ms atencin que

    Amrica del Sur. No obstante, en el estudio se incluyen las gigantescas iglesias

    pentecostales de Brasil y Chile, as como tambin un ejemplo de la competencia

    catlico-protestante en el sector menos evanglico del continente, los Andes.

    Espero que los casos repercutan ms all de sus fronteras, para decir algo sobre

    los prospectos del protestantismo en toda Amrica Latina.

    Una ltima omisin surge de la imposibilidad de agradecer a todos aquellos

    que me ayudaron. T sabes quin eres: pronto sabrs si lamentas haber venido en

    mi ayuda. Pero deseo agradecer a Brian O'Connell, Greg Starrett, Mary Crain,

    Lynel Horn, Barry Lyons, Viola Larson, John Stam, Dennis Smith, Thomas Scheetz,

  • 13

    Robert Carmack, Sharon Philipps, Kamala Visweswaran, Andrs Fajardo, y Charlie

    Hale por sus comentarios sobre partes de este manuscrito. En este aspecto, David

    Scotchmer, Santiago Tribout y Gonzalo Hallo pusieron especial esmero. Tambin

    fueron de mucha ayuda los lectores de varias imprentas universitarias, incluyendo a

    Simon Collier, Richard N. Adams, [12] Kent R. Hill y a dos lectores annimos de la

    Universidad de California. Ninguno de ellos es responsable de lo que sigue, pues

    no siempre segu su consejo.

    Desafortunadamente, la situacin poltica hace que sea conveniente proteger la

    identidad de la mayora de latinoamericanos que me ayudaron. Por ello, no atribuyo

    fuentes en las notas, especialmente en los captulos sobre Guatemala y Nicaragua.

    Pero deseo expresar mi gratitud especial a estas personas, catlicas y

    protestantes, lderes y disidentes, de la izquierda y de la derecha. Algunos de ellos

    consintieron en ser entrevistados a pesar de correr cierto riesgo al hacerlo. Aunque

    sin duda existirn desacuerdos con las posiciones adoptadas en este trabajo, se lo

    dedico a ellos y a su lucha por amarse los unos a los otros.

    Notas

    {*} Scott Mainwaring ha afirmado de la Iglesia Catlica en Brasil: No existen intereses objetivos

    que una iglesia est obligada a perseguir. Dentro de la Iglesia existen muchos puntos de vista

    conflictivos sobre los verdaderos intereses de la institucin y sobre cmo perseguirlos... El

    cambio dentro de la Iglesia resulta de los conflictos entre grupos con diferentes concepciones de

    fe, no de los intentos de la institucin por proteger los intereses sobre los que las distintas

    facciones han acordado. En la Iglesia brasilea, el debate crucial no es sobre cmo promover los

    intereses de la Iglesia, sino ms bien sobre cul debe ser su misin... La religin puede ser una

    fuerza poderosa para la determinacin de una orientacin poltica, con frecuencia mucho ms

    poderosa que la clase social (Mainwaring 1986: 5, 7, 12).

    {**} Una versin abreviada del Captulo 7 aparece en Harvest of Violence: The Maya Indians and

    the Guatemalan Crisis, ed. Robert M. Carmack (Norman: University of Oklahoma Press, 1988).

    {1} James Montgomery, citado en DAWN is About to Break on Guatemala, Global Church Growth

    (Milpitas, California: O.C. Ministries), marzo-abril 1984, p. 351.

    {2} Conor Cruise O'Brien, God and Man in Nicaragua, Atlantic Monthly, agosto de 1986, p. 56.

    {3} Monseor Boaventura Kloppenburg en la conferencia episcopal de 1984 en Bogot, citado por

    Thomas Stahel, The Sects in Paraguay, America, 27 de septiembre de 1986, pp. 139-141.

  • 14

    {4} Bastian 1986: 16.

    {5} Para encontrar informacin acerca de una organizacin, se debe comenzar con Barrett 1982,

    Wilson y Siewert 1986, Johnstone 1986, para Amrica Central y el Caribe, vase Holland 1981 o

    Resource Center 1988ab 1988b 1988c. La mayora de los grupos estn ansiosos de colocar a

    contribuyentes potenciales en su agenda de direcciones. En Amrica Latina, evanglicos en el

    instituto bblico o seminario ms cercano sabrn si se ha publicado un directorio de iglesias

    nacionales, y a menudo estn dispuestos a explicar los antecedentes de un predicador

    evangelista visitante.

    La invasin de las sectas en Amrica Latina

    Desde la casa de enfrente los golpes rtmicos de panderetas, un parlante preado

    de alabanzas divinas. Gritos en el cielo, xtasis del nuevo pentecosts. En el bus,

    un vendedor ambulante de verdades eternas. Un puo de incienso o el folleto de las

    revelaciones a cambio de unos sucres. Al lado un vistoso templo nuevo, el gringo y

    su colega local corbatas obscuras, mangas alzadas buscando santos para los

    'ltimos das'. Tocando la puerta, dos predicadores con una copia de Atalaya y una

    conversacin si usted tiene tiempo. La radio en la choza sobre el pramo, cruzada

    de Luis Palau, conquista del campo a nombre de Cristo. Techos de zinc en el

    horizonte, nios rurales con padrinos en el extranjero. Avionetas aterr izando sobre

    un reducto norteamericano en plena selva amaznica. En la tele las voces

    seductivas de Misters Swaggart o Robertson, electrnicos mensajes de salvacin

    para el perdido mundo moderno. Coloridas carpas, no del circo sino de campaas

    de conversin. Reunin de redimidos en el estadio Modelo, gran choque copero

    entre el Bien y el Mal. Los peridicos y las revistas dan ecos de alarma: 'invasin de

    las sectas', 'penetracin cultural', 'explosin evanglica', 'olimpiada religiosa en el

    pas', 'nueva estrategia imperialista'. Preocupacin. Confusin. Qu est

    pasando? Thomas Bamat, 1986{1}

    Qu tal si, despus de tanto dolor y desesperanza, llegase una solucin

    espiritual para los problemas de Amrica Latina? As pensaba el evangelista

    argentino, Luis Palau. Por eso fue a Guatemala en noviembre de 1982, [14] para

    participar en la celebracin del primer centenario del protestantismo en el pas. Los

    ojos de toda Amrica Latina estn sobre Guatemala, dijo a la inmensa multitud en

    un predio militar de la capital. Esta podra convertirse en la primera nacin

    reformada de Amrica Latina, un pas en donde la palabra de Dios haba cautivado

    a tantos militares y empresarios que lleg a ocasionar una transformacin social y

    poltica. El evangelio poda liberar a los guatemaltecos de las cadenas del pecado,

  • 15

    continuaba Palau, y poda liberarlos de las cadenas de la pobreza, la miseria, y la

    opresin. El evangelista prometa que a travs del Evangelio de Jesucristo, el

    nuevo hombre podra construir una nueva Guatemala.

    Era un da soleado y caluroso, el campo lleno de gente, la multitud vitoreando.

    Los organizadores haban pronosticado que medio milln de personas estara

    presente. Ms tarde, sostuvieron que haban asistido unos tres cuartos de milln. {2}

    En la parte de atrs, los soldados haraganeaban junto a las paredes de una

    estructura lgubre al estilo medieval, la Escuela Politcnica del Ejrcito, cuyas

    entraas, se deca, albergaban celdas clandestinas en las cuales se encontraba

    prisioneros polticos desaparecidos.{3}

    Luis Palau no iba a entrar en debates sobre la situacin poltica del momento:

    su mensaje era espiritual. Adems, el presidente del pas se encontraba a su lado.

    Aqu, el que est a cargo es Jesucristo, declar Efran Ros Montt, un general del

    ejrcito que haba tomado el poder ocho meses atrs. El tono de su voz era duro,

    casi beligerante, pero de la multitud se levantaban los aleluyas. Nos defendemos

    no a travs del ejrcito o de sus espadas, proclamaba, refirindose a la fuerza

    contrainsurgente de mayor xito en Amrica Central, sino a travs del Espritu

    Santo.{4}

    Los dos hombres sentan que lo que le faltaba a Amrica Latina era el

    protestantismo evanglico. Palau y Ros Montt crean que nicamente una

    conversin en masa, una transformacin moral a nivel popular, podran salvar a

    Amrica Latina de la pobreza y del caos.

    Algunos ofrecen servicios voluntarios, sola afirmar Palau, otros impulsan

    revoluciones marxistas. Pero la nica forma de cambiar [15] verdaderamente a una

    nacin para bien es guiar a las masas populares a comprometer sus vidas con

    Jesucristo.

    Si pudiramos eliminar la infidelidad y la inmoralidad en Amrica Latina, pensaba

    Palau, podramos cortar la pobreza por la mitad en una generacin... Si un hombre

    renuncia a la inmoralidad con las mujeres, renuncia a emborracharse y todo el

    desperdicio... que va con esto, y deja de apostar, slo all estara ahorrando gran

    cantidad de su salario...

  • 16

    La numerosa clase media emergente [en el protestantismo latinoamericano] fue

    convertida siendo pobre y a travs de la industria, de la honestidad y la justicia,

    alcanz el estilo de vida educado y razonable que se conoce como clase media.

    Pienso que sta es la respuesta bblica...

    Considere los pases en los que usted no necesita temer a la polica secreta, en

    donde se puede esperar justicia en base a la ley, en donde los militares estn bajo

    la gua del pueblo y no oprimindolo, en donde se valora la educacin, en donde la

    prensa es relativamente libre, dijo Palau. Casi todas aquellas naciones han

    experimentado despertares espirituales que han alcanzado al nivel local de la

    sociedad.{5}

    Cuatro meses despus, el Papa Juan Pablo II se encontraba en el mismo lugar

    celebrando misa. No se refiri directamente a la asamblea anterior, a la cual sus

    propios organizadores haban prometido superar. {6} Es verdad que la multitud fue

    algo ms numerosa. Pero cuando el Papa pidi al pueblo que defendiera su fe, una

    razn fue que la Iglesia Catlica estaba perdiendo terreno frente a los evanglicos

    en muchos frentes. Ya no poda reclamar a Amrica Latina como suya. El

    monopolio religioso tradicional estaba perdiendo terreno. Parte de aquella reforma

    ocurra dentro de los templos catlicos construidos durante la colonia espaola,

    pero gran parte de sta tena lugar afuera.

    Notas

    {1} Bamat 1986: 25-6.

    {2} La plaza de armas estaba llena hasta un poco ms de la mitad, por lo que dudo que hayan

    asistido ms de 250.000 personas.

    {3} Denuncias de la FIDH, Enfoprensa (Ciudad de Mxico: Agencia Guatemalteca de Noticias),

    12 de noviembre de 1983, p. 7.

    {4} Notas del autor, 20 de noviembre de 1982. Mass Palau Rally Caps Guatemala Centenial

    Year, Christianity Today, 7 de enero de 1983, p. 48.

    {5} Luis Palau: Evangelist to Three Worlds, Christianity Today, 20 de mayo de 1983, pp. 30-1.

    Luis Palau, The Gospel's Social Impact, Briefing (Portland, Oregon: Cruzada Luis Palau),

    verano de 1984, pp. 14-16.

    {6} Richard N. Ostling, Into a Perilous Volcano, Time, 7 de marzo de 1983, p. 10.

  • 17

    Tipologas, tasas de crecimiento

    y variacin por pas

    Tratar sobre el protestantismo a nivel de toda Amrica Latina es una empresa

    que generalmente han evitado los estudiosos. Al romper [16] con esta tradicin, y

    antes de seguir adelante, debo reconocer varias dificultades para la clasificacin y

    cuantificacin. Cuando los estudiosos se ocupan del catolicismo romano, tienen la

    conveniencia de iniciar con la Iglesia aun si esto resulta ser una especie de

    ficcin. En todo caso, existe una jerarqua administrativa nica. En contraste, mi

    tema no es una iglesia unificada, y aquellos que se refieren a ella como tal

    proyectan un falso optimismo sobre un panorama confuso. El protestantismo

    evanglico se define mejor como una tradicin que se distingue por tres creencias,

    que incluyen: 1) la completa confiabilidad y autoridad final de la Biblia, 2) la

    necesidad de salvacin a travs de una relacin personal con Jesucristo, con

    frecuencia experimentada en trminos de renacer y 3) la importancia de propagar

    este mensaje de salvacin a toda nacin y persona, un deber al que se refiere con

    frecuencia como la Gran Comisin.

    Otra complicacin es que, a pesar de que la mayor parte del vocabulario del

    protestantismo latinoamericano llega a travs de los Estados Unidos, ste adquiere

    significados diferentes en su nuevo hogar. Entender las distinciones que han

    surgido es lo suficientemente importante como para reservarlo para el tercer

    captulo. Por ahora, es suficiente decir que, mientras que en los Estados Unidos

    evangelical connota a un conservador teolgico que pone nfasis en la Biblia, en la

    salvacin personal y en el evangelismo, en Amrica Latina, la palabra evanglico

    puede referirse a cualquier cristiano que no sea catlico. El trmino incluye a los

    mormones y a los testigos de Jehov, considerados como sectas falsas por la

    mayora de los evanglicos, as como tambin a los protestantes con una exgesis

    relativamente liberal. Al estilo latinoamericano, evanglico se utilizar aqu en

    referencia a cualquiera que pueda ser concebido como tal. Utilizar el trmino

    protestante en el mismo sentido, aadiendo algunas veces el calificat ivo

    ecumnico o liberal para referirme a aquellos protestantes, generalmente

    afiliados al Consejo Mundial de Iglesias, cuyo desinters por salvar las almas en el

    sentido tradicional los coloca fuera del campo evanglico estrictamente definido.

  • 18

    Por ser un trmino de oprobio, fundamentalista connota una rigidez doctrinal y

    se emplea, algo confusamente, en contra de cualquier protestante inclinado a citar

    la Escritura como su autoridad final. Al ser [17] utilizado con mayor precisin, se

    refiere a los protestantes conservadores que demuestran ms preocupacin por

    defender la pureza de sus iglesias (los fundamentos) que por ampliarlos

    (evangelizando, segn la raz griega, que significa traer buenas nuevas).

    Como veremos en el captulo tercero, un cristiano listo puede manipular los

    trminos fundamentalista y evanglico para presentar diferentes caras frente a

    diferentes grupos, pero los dos tambin expresan profundos conflictos dentro de la

    tradicin evanglica. El trmino pentecostal es otra lnea divisoria importante: se

    refiere a formas estticas de protestantismo definidas de acuerdo a dones

    especiales conferidos por el Espritu Santo. Mientras que nicamente una minora

    de misioneros norteamericanos son pentecostales, la mayora de evanglicos

    latinoamericanos lo son.

    Las tipologas del escenario evanglico en Amrica Latina conllevan

    presunciones polticas que prefiero evitar. Tal vez la categorizacin a la que se

    puede recurrir ms fcilmente, pero tambin la ms engaosa, es de acuerdo a la

    denominacin. Las tradiciones eclesiales ms conocidas luterana, anglicana,

    reformada, presbiteriana, bautista, metodista, morava surgieron durante la

    Reforma en Europa o en la frontera norteamericana. A pesar de que los

    protestantes estn todava organizados en denominaciones (o en sectas que se

    resisten a las rutinas establecidas de la vida denominacional), desde hace tiempo,

    estas entidades se han polarizado teolgica y polticamente. Por ejemplo, los

    bautistas tienden a ser caracterizados como fundamentalistas, pero algunas de sus

    iglesias se han vuelto bastante liberales. Los presbiterianos han adquirido una

    reputacin de moderacin, y algunos son liberales entusiastas; pero no se aprecia

    que gran parte de la elite intelectual del fundamentalismo ha sido presbiteriana.

    Otra forma de caracterizar al protestantismo latinoamericano es en trminos de

    olas sucesivas de llegada, incluyendo: 1) las iglesias de los inmigrantes

    europeos, como los luteranos alemanes en el Brasil, 2) las denominaciones

    histricas como los Presbiterianos, Bautistas, y Metodistas, 3) las misiones de

    fe fundamentalistas, y 4) los pentecostales. A pesar de ser una distincin muy til,

    sta tambin puede llevar a conclusiones engaosas. La Misin Latinoamericana,

    por ejemplo, surgi como parte de la ola fundamentalista, pero ha llegado a

  • 19

    impulsar una teologa ms abierta y socialmente comprometida. [18] La Iglesia

    Presbiteriana del Brasil es una denominacin histrica la cual, durante la dcada

    de 1960, reaccion duramente contra la clase de pensamiento que la Misin

    Latinoamericana estaba empezando a promover.

    En lo que se refiere a tendencias polticas, stas estn evolucionando

    constantemente. A principios de la dcada de 1970, el telogo argentino Jos

    Miguez Bonino identific a tres, incluyendo a 1) los evanglicos que declaran dar la

    espalda a la poltica, 2) los liberales, que trabajan por la reforma dentro del

    sistema capitalista y 3) los revolucionarios que exigen una transformacin

    radical.{7} Desde entonces, sectores del campo apoltico se han alineado con la

    derecha religiosa norteamericana; muchos liberales se han vuelto claramente

    menos liberales; los revolucionarios han perdido la mayor parte de su base de

    apoyo; y ha surgido una nueva corriente de evanglicos, teolgica pero no

    polticamente conservadora. Al analizar el protestantismo latinoamericano a travs

    de una tipologa de hace quince aos, se tiende a aumentar la importancia de la

    izquierda y a minimizar las crecientes diferencias polticas entre los conservadores

    teolgicos.

    Uno de los trminos ms comunes utilizados contra los evanglicos secta

    tiene tambin implicaciones insatisfactorias. Cuando los periodistas, polticos, y

    autoridades catlicas lanzan advertencias contra la invasin de las sectas, tienden

    a acusar a los nuevos grupos de fanatismo, exonerando a la oposicin de cualquier

    responsabilidad por el ltimo brote de violencia y estigmatizando a los evanglicos

    en conjunto. Tcnicamente, de acuerdo al socilogo Bryan Wilson, las sectas son

    grupos que se conciben a s mismos como elegidos, aplican criterios rigurosos a

    aquellos que quieren ser admitidos, y demandan una fidelidad hacia su verdad

    superior. A pesar de que las sectas ofenden a las autoridades tradicionales y

    algunas veces a los vecinos, su disciplina interna con frecuencia convierte a sus

    miembros en ciudadanos modelo. Dentro de una o dos generaciones, a medida que

    el nmero de nefitos es superado por los nios y nietos nacidos en la secta, el

    entusiasmo tiende a enfriarse, y el grupo adopta las caractersticas de una iglesia

    establecida.{8} [19]

    Aun si se pudiera disculpar cierta imprecisin clasificatoria, otra limitacin para

    discutir sobre el protestantismo a nivel de Amrica Latina es la falta de

    cuantificacin confiable. De acuerdo a aquellos que se atreven a realizar

  • 20

    estimaciones, los cristianos no catlicos han aumentado a un 10% o ms de la

    poblacin latinoamericana en la dcada de 1980. Es decir, sobrepasan los cuarenta

    millones de personas.{9} Este podra no parecer un porcentaje impresionante. Pero

    gran cantidad de latinoamericanos son catlicos tan slo de nombre. Excepto en

    lugares donde son excepcionalmente leales a su clero, parece ser que la mayora

    de personas que asiste a la iglesia son evanglicos. En el Brasil de 1973, el

    peridico Estado de So Paulo afirm que en su pas existan ms protestantes

    verdaderos (diez millones) que catlicos verdaderos. Los trece mil sacerdotes

    catlicos en el Brasil eran superados por diecisiete mil pastores protestantes

    ordenados y trece mil que todava no lo haban sido.{10}

    La mayor parte de las cifras que circulan son el trabajo de estrategas de

    misiones evanglicas, conocidas colectivamente como movimiento de

    iglecrecimiento. Aunque son nuestra mejor fuente de datos, hay que anotar que

    esta clase de apstol calcula las tasas de crecimiento y cmo maximizarlas con el

    entusiasmo de los inversionistas que buscan un inters compuesto. Su trabajo

    tambin se realiza con las incertidumbres inevitables, al contar cabezas entre una

    poblacin mal definida y especificar sus lealtades religiosas. Las estimaciones

    sobre el porcentaje de la poblacin protestante de cada pas se incluyen en el

    Apndice 1: las abrumadoras diferencias entre las tres fuentes evanglicas deben

    ser consideradas como fruto de las metodologas diferentes y no del crecimiento

    registrado en la recoleccin de datos de un ao a otro.

    El calcular el crecimiento evanglico y luego compararlo, de pas a pas y de

    perodo a perodo, es una tarea an ms difcil. Si se calcula de acuerdo al volumen

    de quejas, el protestantismo evanglico est creciendo rpidamente en todas

    partes. Un cuadro ms variado lo sugieren los misioneros evanglicos, un

    compendio de cuyos informes ha sido publicado por Patrick Johnstone de la

    Cruzada Evangelstica Internacional. [20]

    Algunos de los porcentajes ms bajos de poblacin evanglica siguen

    encontrndose en los pases andinos Venezuela (del 1 al 3%), Colombia (del 1 al

    4%), Ecuador (del 2 al 4%), Per (del 3 al 5%), y Bolivia (del 2 al 8%) donde el

    protestantismo tuvo un comienzo lento y difcil. Pero desde 1960 las iglesias

    evanglicas han crecido rpidamente, con una de las tasas ms altas en Amrica

    Latina, y la satisfaccin de los pronosticadores evanglicos se iguala al nivel de

    alarma de sus oponentes, entre los ms ruidosos de la regin. Las expectativas

  • 21

    tambin son altas en el Paraguay (del 2 al 4%), otro pas en donde los evanglicos

    no haban prosperado sino hasta hace poco.

    Un bajo porcentaje de poblacin evanglica se encuentra en Mxico (del 2 al

    5%), a pesar de la proximidad con los Estados Unidos o tal vez debido a sta. Una

    posible explicacin es la facilidad de migracin a travs del Ro Grande, como un

    escape alternativo de las energas dirigidas hacia el protestantismo; otra es el

    sentimiento nacional en contra de la influencia norteamericana. En todo caso, a

    pesar de que el crecimiento evanglico ha sido dramtico en algunas partes del

    pas, como en la frontera norte, Tabasco y Chiapas, tambin existen vacos

    notables, incluyendo a la capital, y el pas en su totalidad es un baluarte de

    desinters.

    Argentina es otro de los cinco ms grandes pases en trminos de poblacin

    protestante absoluta (vase Apndice 2). Sin embargo, al igual que Mxico, no es

    un lder en relacin a la poblacin total. A pesar de los muchos avivamientos

    impresionantes, el nmero de evanglicos va solamente del 3 al 7%. Especialmente

    desde la desafortunada Guerra de las Malvinas con Gran Bretaa, ciertos

    evanglicos han hablado de grandes xitos. Pero histricamente, de acuerdo a la

    Cruzada Evangelstica Internacional, las conversiones en masa no han dado lugar a

    un crecimiento eclesial como se esperaba, debido a la alta tasa de reincidencia.

    Uruguay (del 2 al 5%) es otro pas sobre el cual los misioneros expresan su

    insatisfaccin: aqu el problema se describe como apata espiritual.

    La mayor vergenza para los evanglicos son las ex-colonias inglesas y

    holandesas del Caribe Jamaica, Bahamas, Belice, Barbados, Surinam, y

    Guayana en donde los avivamientos de los siglos diecinueve [21] y principios del

    veinte produjeron grandes poblaciones protestantes, incluso mayoritarias. Pero las

    llamas espirituales han decrecido en las iglesias establecidas, y el compromiso

    declinante de sus miembros borra los logros conseguidos por los grupos ms

    nuevos y sectarios. Cuba es otra desilusin: despus del xodo de muchos

    pastores y creyentes hacia la Florida, a raz de la revolucin de 1959, la

    recuperacin ha sido lenta. Pero los evanglicos del Caribe estn creciendo

    rpidamente en otros pases tradicionalmente catlicos Repblica Dominicana (del

    2 al 7%), Hait (del 15 al 20%), y Puerto Rico (del 7 al 30%).

  • 22

    En Amrica Latina, los dos pases ms evanglicos en esta poca son Brasil,

    en donde los protestantes sostienen alcanzar hasta el 18% de la poblacin, y Chile,

    en donde afirman tener hasta un 25%. A juzgar por las cifras en el Apndice 2, los

    veinte y dos millones de evanglicos del Brasil cuentan por tres de cada cinco

    evanglicos en Amrica Latina y el Caribe. Junto con sus hermanos de Chile,

    alcanzan a ser dos de cada tres. Debido a que los dos pases responden al 40% de

    la poblacin latinoamericana, el rpido crecimiento de sus protestantes pesa mucho

    en el cuadro general: en Chile, la tasa de crecimiento ha disminuido, pero en Brasil,

    de acuerdo a la Cruzada Evangelstica Internacional, todava es sorprendente.

    Desde 1960 hasta 1970, el crecimiento evanglico fue del 77%; desde 1970 hasta

    1980 fue del 155%.{11}

    Lo que hace que los logros evanglicos sean notables no es el simple

    incremento en trminos absolutos. Despus de todo, las altas tasas de natalidad en

    Amrica Latina podran duplicar el nmero de protestantes cada veinte aos sin

    cambiar su proporcin con respecto a la poblacin total. Lo que es sorprendente es

    la creciente presencia de evanglicos como porcentaje. De acuerdo al antes

    mencionado compendio de la Cruzada Evangelstica Internacional (vase Apndice

    3), desde 1960 los evanglicos han aproximadamente duplicado su proporcin con

    respecto a la poblacin en Chile, Paraguay y Venezuela, y en los pases caribeos

    de Panam y Hait. De acuerdo a la misma fuente, desde 1960 los evanglicos han

    triplicado su proporcin con respecto a la poblacin en Argentina, Nicaragua, y en

    la Repblica Dominicana. En Brasil y Puerto Rico, la proporcin evanglica casi se

    ha cuadruplicado desde 1960. En dos pases centroamericanos, El Salvador y

    Costa Rica, as como en dos pases andinos, Per y Bolivia, la [22] proporcin

    evanglica durante el mismo perodo se ha quintuplicado. En otros dos pases

    andinos, Ecuador y Colombia, as como en Honduras, se piensa que se ha

    sextuplicado. Y en Guatemala, la proporcin evanglica de la poblacin desde 1960

    hasta 1985 ha aumentado cerca de siete veces. Si por propsitos retricos

    extrapolamos las mismas tasas de crecimiento desde 1960 hasta 1985 por otros

    veinte y cinco aos, hasta el 2010, Brasil abarcara una poblacin evanglica del

    57%, Puerto Rico del 75%, y Guatemala del 127%. {12}

    En vista de estas espectaculares cifras, es necesario tomar en cuenta que las

    estimaciones sobre el iglecrecimiento se deben realizar con mucha cautela. Pero si

    hay algo de verdad en estos datos, como se inclinan a creer ms y ms

  • 23

    observadores, entonces se cuenta con el potencial para dar todo un giro al

    panorama religioso. As se vea en Amrica Central, de todas maneras. Alrededor

    de 1984, de acuerdo a un portavoz de la misin evanglica ms venerable de la

    regin, 3,3 de 21,9 millones de personas desde Guatemala hasta Costa Rica, o el

    15% de la poblacin, se consideraba evanglica. De acuerdo a la misma fuente, si

    el crecimiento continuaba con la tasa estimada del 13,4%, la cifra podra duplicarse

    a cerca de la tercera parte de la poblacin para finales de la dcada de 1980. En El

    Salvador, tantos catlicos se convierten al protestantismo, que los evanglicos

    podran ser una mayora alrededor de 1994. En Guatemala, los lderes evanglicos

    sostenan que representaban cerca de la cuarta parte del pas, y esperaban tener la

    mitad alrededor de 1990.{13}

    Dondequiera que esto ocurra, el crecimiento evanglico vara de acuerdo a los

    factores rurales/urbanos, regionales, tnicos y de clase, los cuales no pretendo

    examinar sistemticamente.{14} Lo que sigue no es una sntesis de los estudios

    acadmicos disponibles sobre el tema. No es una sociologa del protestantismo

    latinoamericano, ni un recorrido a travs de las tendencias regionales del

    crecimiento eclesial. Ms bien, quiero aceptar al crecimiento evanglico como un

    hecho, con el fin de poner ciertos temas sobre el tapete.

    En primer lugar, me centro en los esfuerzos de la derecha religiosa para

    convertir a las misiones evanglicas en un instrumento para las polticas militaristas

    estadounidenses. Para aquellos que creen que los [23] evanglicos han sido

    siempre un instrumento de Washington, esto les podra parecer un ejercicio

    innecesario. Pero argumentar que la derecha religiosa en realidad representa un

    punto de partida, una nueva etapa en la politizacin del trabajo misionero, el cual

    desafa no slo a los catlicos y a los impos, sino tambin a los mismos

    evanglicos. El comprender este desafo resaltar las direcciones contradictorias

    hacia las que se estn orientando los evanglicos.

    En segundo lugar, quiero sugerir que puede ser un error el considerar a la

    teologa de la liberacin como la llave de la reforma social y religiosa en Amrica

    Latina, que la conversin hacia el protestantismo evanglico puede ser la opcin

    religiosa ms popular en la regin, y que la continuacin de esta tendencia podra

    alterar el panorama religioso de Amrica Latina. Tambin sugiero la posibilidad,

    aunque algo obscura, de que de esta transformacin religiosa pueda surgir una

  • 24

    visin social con el potencial para alterar tambin el panorama cultural, moral y

    poltico de Amrica Latina.

    Este es un argumento algo atrevido. Sin embargo, en vista de los recientes

    acontecimientos, pienso que debe ser expuesto, aunque sea para ser rechazado. El

    resto del primer captulo est dedicado a una tarea ms modesta: sugerir cmo las

    polmicas en contra de los evanglicos han oscurecido los crecientes debates

    internos acerca de su misin en Amrica Latina.

    Notas

    {7} Segn se cita en Montgomery 1979: 91-92.

    {8} Para una definicin sistemtica de sectas, vase Wilson 1970: 13-35.

    {9} Johnstone (1986: 56, 65) representa a la sabidura convencional. Kenneth Woodward y Penny

    Lernoux sugieren una cifra de 12,5% (Newsweek, 1 de septiembre de 1986, pp. 63-64).

    {10} Faith Sand Pidcoke, Dateline: Brazil... A Protestant Nation? Latin America Pulse (Wheaton,

    Illinois: Evangelical Missions Information Service), noviembre de 1973, pp. 1-4.

    {11} Basado en las evaluaciones nacionales y regionales en Johnstone 1986: 55, 62, 112, 135,

    vanse tambin los Apndices 1 y 2.

    {12} Vanse los datos del Apndice 3.

    {13} Taylor (1984: 5-6), quien es un miembro de la Misin Centroamericana.

    {14} Para clculos por pas ms detallados aunque menos recientes, vase Read et al. 1969 y, para

    Amrica Central y el Caribe, Holland 1981. Para los muchos anlisis de tendencias de

    crecimiento nacional, regional, denominacional y tnico, consltese Wagner 1984. Para un

    listado de otros anlisis de iglecrecimiento, consltese a la Biblioteca William Carey, P.O. Box

    40129, Pasadena, California 91104.

    Evangelismo del desastre

    Desde el siglo diecisis, los protestantes anglos y los catlicos latinos se han

    disputado la supremaca poltica y cultural en el Nuevo Mundo. Para evitar

    perpetuar dicho conflicto, a principios del siglo veinte, los protestantes europeos se

    rehusaron a clasificar a Amrica Latina como un campo misionero. Como resultado,

  • 25

    la contribucin norteamericana all ha aumentado en proporciones excepcionales,

    hasta convertirse en la mayor fuerza misionera protestante. Con el cerrarse de

    pases a lo largo de Asia, ms misioneros protestantes norteamericanos se han

    localizado en Amrica Latina 11.196 alrededor de 1985 que en cualquier otra

    parte del globo. Un tercio est concentrado entre menos del 10% de la poblacin

    mundial.{15} [24]

    Dada tal preponderancia, el deseo de los misioneros norteamericanos por

    transformar a Amrica Latina difcilmente puede ser separado del hecho de que su

    pas la domina. Este no es el lugar para tratar sobre los males contemporneos: las

    deudas con los bancos extranjeros que conducen a pases enteros hacia la

    bancarrota, la demanda norteamericana de cocana que mantiene a flote a varias

    economas, los militares entrenados en los Estados Unidos que dirigen la vida

    poltica an bajo la administracin civil. Esta es una Amrica Latina sin

    revoluciones, por lo menos econmicamente exitosas. Sin embargo, el capitalismo

    la est cambiando ms all de reconocimiento. La poblacin se concentra en

    ciudades enormes y tristes, con pocas esperanzas de un futuro mejor. Detrs de

    estas ciudades, en el interior, se suscitan brutales guerras civiles ao tras ao.

    Largas filas de gente rodean las embajadas de los Estados Unidos para solicitar

    visas. Millones de personas de todas las clases huyen hacia el norte, en donde se

    originan varias de las presiones que destruyen a sus pases.

    Por lo tanto, cuando los evanglicos dicen que el secreto de la prosperidad

    norteamericana es su herencia protestante, muchos latinoamericanos se muestran

    deseosos de escucharlos. Las misiones son conscientes de la relacin entre la

    presin social, los recursos a su disposicin para aliviarla, y el inters en su

    religin. No podemos dejar de reconocer el impacto de este sufrimiento, observ

    un misionero. Pedimos a Dios que nos libre de tal estrategia de iglecrecimiento,

    pero a medida que las nubes se renen en el horizonte, debemos prepararnos para

    una gran cosecha en pocas de agudo sufrimiento. {16} Una posible conclusin,

    resumi de mala gana un misionero de la Iglesia Brethren, al examinar el naufragio

    de la Nicaragua sandinista, si deseas que la iglesia crezca, reza por el desastre

    econmico y poltico.{17} Cuando existe cualquier clase de trauma, afirm un

    personero de Cruzadas de Ultramar, es cuando necesitamos precipitar los

    recursos.{18}

  • 26

    Les guste o no, estos grupos estn comprometidos en lo que se puede llamar

    evangelismo del desastre. Atrados por las guerras y catstrofes naturales, los

    evanglicos entregan alimento, establecen clnicas mdicas, ayudan a reconstruir

    comunidades y entrenan a lderes para iniciar iglesias. La primera ocasin en la

    que este modus operandi llam la atencin sobremanera fue en el terremoto de

    1976 en Guatemala. [25] Cuando el terremoto tumb las aparentemente seguras

    paredes de adobe de los pueblos indgenas, ocasion la muerte de miles de

    personas y sacudi la confianza que los sobrevivientes tenan en sus antiguas

    costumbres. Ayudndolos a levantarse y a salir de los escombros, se encontraba la

    ahora familiar legin de evanglicos.

    Durante aquella poca, el investigador Sheldon Annis se encontraba viajando

    con un miembro de la Misin Centroamericana. En una remota comunidad

    guatemalteca arruinada por el terremoto, escribi, Edgardo Robinson es una

    figura imponente, incluso dominante. Viaja en un nuevo y poderoso Bronco. Habla

    un cakchiquel fluido y seguro. Es ms o menos unas ocho pulgadas ms alto que

    casi cualquier hombre de la comunidad. Y tiene los ojos ardientes tal vez

    lunticos de un profeta bblico. En una tierra de terremotos y de violencia, l es el

    hombre de los tiempos.

    Educadamente pero sin gran inters, Edgardo escuch lo que le propuse

    investigar. Me interesaba especialmente la semitica de los tejidos mayas, y con

    gran curiosidad, le pregunt cmo planteara l preguntas de este tipo.

    'Mira alrededor tuyo', dijo con irritacin, descartando lo abstracto con los

    escombros a nuestro alrededor. 'Deseas hablar con esta gente? Deseas saber

    cmo llamar su atencin? La manera de llamar la atencin de un indio no es a

    travs de las cosas que ests preguntando, sino hablndoles de Dios.'

    Edgardo sabe cmo hablar a los indios sobre Dios. Lo hace as. En primer lugar,

    se dirige hacia el mercado, sonriendo a conocidos y saludando calurosamente a los

    amigos mientras sale de su vehculo. Cruza hacia un lugar justo el lugar preciso

    frente a los restos desmoronados de la Iglesia Catlica. Un crculo se forma

    mientras se arrodilla en una oracin silenciosa y personal...

    Lentamente, y luego ms visiblemente, el cuerpo del profeta empieza a temblar.

    Su mano se levanta hacia el cielo apretando una vieja Biblia. Su cuerpo lucha

    contra s mismo... Est de pie, empezando a predicar. Su voz se levanta cada vez

  • 27

    ms, mientras la Biblia corta el aire. [26] 'Miren este terremoto, sus vidas, su

    pecado; miren la destruccin', grita. Sigue y sigue predicando sobre el amor de

    Cristo y sobre la guerra con Satans. El sudor corre por su frente. Finalmente, a

    medida que su ronca voz empieza a calmarse, gua al crculo en canto y oracin.

    Luego, sale para discutir sobre la reconstruccin de las dos iglesias evanglicas

    que tambin cayeron en el terremoto.{19}

    El terremoto guatemalteco parece haber confirmado las ventajas de las

    operaciones de rescate. El crecimiento evanglico pas del 8% un ao antes de la

    catstrofe al 14% despus de sta.{20} Debido a que las operaciones de rescate

    ocupan un lugar tan prominente en el evangelismo del desastre, muchos

    latinoamericanos se lamentan de que los evanglicos estn comprando nefitos.

    Cuando los beneficios materiales abren un corazn al evangelio, es lgico que

    stos pesen sobre la voluntad del nefito. Irnicamente, a nadie desagrada ms la

    resultante mentalidad mendicante que a los mismos misioneros, quienes pronto se

    atormentan tratando de superarla.

    Aunque el dinero norteamericano ha sido importante en ciertas coyunturas,

    ste est lejos de ser toda la explicacin. Si las iglesias evanglicas hubieran

    crecido solo a travs de limosnas, como sugiere la oposicin, entonces seran

    estructuras paternalistas muertas, y no expresiones vitales como muchas de ellas

    lo son. En lugares en donde las iglesias evanglicas tienen xito, stas proliferan

    ms all del poder de compra de los subsidios misioneros. Con poco entrenamiento

    o sin ste, y sin un apoyo financiero, gente equipada con poco ms que Biblias est

    iniciando sus propias iglesias. Empiezan con sus familias y vecinos, y luego

    proselitizan con el fin de atraer a suficientes seguidores que contribuyan para

    asegurar su subsistencia.

    Los dos ms conocidos socilogos del protestantismo en Amrica Latina,

    Christian Lalive d'Epinay y Emilio Willems, descubrieron que el inters por el

    protestantismo evanglico estaba relacionado con cun desarraigada se

    encontraba la poblacin. Los emigrantes recientes hacia las ciudades y los

    colonizadores de las reas de la frontera eran los ms receptivos. Los menos

    receptivos eran aquellos que vivan bajo el antiguo rgimen de hacienda.{21} Para

    las personas cuyas vidas han sido violentamente cambiadas por la guerra, el

    capitalismo o el desastre ecolgico [27] aquellos que luchan para sobrevivir frente

    a la indiferencia burocrtica, reagrupndose en pueblos de chozas al borde de las

  • 28

    ciudades o colonizando tierras marginales la religin evanglica les proporciona

    un nuevo tipo de grupo social.

    Una vez que se comprende lo que dichos grupos pueden hacer por los pobres,

    la pregunta apropiada parece ser, no por qu mucha gente se convierte, sino por

    qu ms no lo hacen. Uno de los efectos ms comunes de la conversin es poner a

    los hogares sobre una base mucho ms estable, al superar la adiccin de los

    hombres al alcohol, al refrenar la licencia sexual masculina, y al establecer a las

    autoridades eclesisticas como a una especie de corte de apelacin para las

    mujeres agraviadas.{22} Para los evanglicos que se trasladan desde el campo

    hacia la ciudad, las estructuras eclesisticas sirven como agencias de referencia y

    como redes de seguridad.{23} Pero la religin evanglica no es nicamente un

    ejercicio utilitario, en el que los marginados se adaptan al desarrollo capitalista,

    organizndose en sociedades de beneficencia. Las iglesias evanglicas son una

    nueva forma de organizacin social, con su propia lgica poderosa. Algo de este

    poder proviene de la popularidad de un ejercicio aparentemente irracional y nada

    fructfero la curacin por la fe como un camino hacia la conversin en Amrica

    Latina. Al apelar a las necesidades ms profundas del pueblo, las iglesias

    evanglicas les ayudan a redefinirse, a reorganizar sus vidas y a dirigirse hacia

    nuevas y dramticas direcciones.

    Notas

    {15} Costas 1982: 108-109, Wilson y Siewert 1986: 584. Las cifras de Wilson y Siewert no incluyen

    a misioneros mormones (vase el captulo 5), quienes sumaban 8.136 en 1985.

    {16} Al Hatch, What's Coming in the Light of Current Money Squeeze, Pulse (Wheaton, Illinois:

    Evangelical Missions Information Service), abril de 1983, pp. 2-4.

    {17} Donald Zook, Nicaraguan Pastors Tell Reasons for Growth, Pulse, noviembre de 1983, pp.

    7-8.

    {18} James Montgomery, citado por Sharon E. Mumper, Where in the World is the Church

    Growing? Christianity Today, 11 de julio de 1986, pp. 17-21.

    {19} Annis 1988.

    {20} Nez C. et al. 1983: 67, 76.

    {21} Willems 1967: 248 y Lalive 1969: 36.

  • 29

    {22} Willems 1967: 169 y Brusco 1986.

    {23} Curry 1968: 251, 255-257.

    Tan cerca de Dios y de los Estados Unidos

    Estos eran movimientos populares, a juzgar por la gran cantidad de conversos.

    Algunos de sus lderes hablaban de organizar una reforma. Sin embargo, los

    evanglicos fueron recibidos con metforas de infiltracin y de conquista. {*} Gran

    parte del dinero, planificacin [28] y organizacin detrs de su crecimiento vena del

    gigante del norte: incluso los grupos de otras partes del mundo, como la Iglesia de

    la Unificacin, los Hare Krishna y Bahai, generalmente llegaban a travs de los

    Estados Unidos.{24} Inevitablemente, surga la pregunta de si los misioneros

    norteamericanos estaban sirviendo a su pas o a Cristo.

    En 1975, las investigaciones realizadas por el congreso norteamericano

    confirmaron el uso de misioneros por parte de la Agencia Central de Inteligencia.

    Durante los primeros das de Cruzadas de Ultramar, cuando trabajaba

    principalmente en el Lejano Oriente, un portavoz reconoci que virtualmente todo

    su personal haba sido interrogado por la CIA al regresar a su pas. {25} En Amrica

    Latina, los misioneros catlicos y protestantes tambin sirvieron como fuente de

    informacin, algunos a sabiendas y otros no. En Chile, el jesuita belga Roger

    Vekemans se convirti en el conducto de millones de dlares de la CIA, la cual

    tambin subsidi las transmisiones de una radio catlica a los campesinos de

    Colombia. Para 1975, algunas misiones evanglicas tenan ya disposiciones

    contrarias a la cooperacin con las agencias de inteligencia. No obstante, como la

    revista evanglica Christianity Today report, el refrenar a los misioneros que

    sentan el deber de servir a su pas era una tarea muy difcil. {26}

    Un grupo religioso que claramente tena una poltica conspiratoria era la Iglesia

    de Unificacin del Reverendo Sun Myung Moon. Los discpulos de Moon ganaron

    cierto nmero de nefitos en Amrica Latina, pero su vehculo principal era un

    grupo de inters poltico llamado la Confederacin de Asociaciones para la

    Unificacin de las Sociedades Americanas (CAUSA). Su causa era combatir al

  • 30

    comunismo en Amrica, para cuyo fin el grupo se encarg de mejorar la imagen

    extranjera de las dictaduras militares y de proporcionar apoyo logstico [29] a los

    contras nicaragenses. El director de CAUSA, David Woellner, era un general

    retirado de la fuerza area norteamericana.{27}{**}

    La organizacin de Moon ilustraba un miedo recurrente entre los

    latinoamericanos forzados a tratar con el creciente nmero de grupos religiosos de

    los Estados Unidos. Qu tal si, a pesar de todas las negativas, los

    norteamericanos persuadan a los nefitos a transferir sus lealtades hacia los

    Estados Unidos? Invariablemente, se construye un fuerte lazo de amor y de

    respeto mutuo entre los misioneros y el nefito, sostena un cientista social

    mormn que haba trabajado con los campesinos mexicanos de Puebla. Cualquier

    sentimiento hostil que [el nefito] pudiera haber albergado internamente hacia los

    americanos es eliminado o al menos reducido....[Su] concepcin del mundo se

    expande dramticamente a medida que llega a considerarse como un miembro

    importante de una creciente organizacin a nivel mundial. La inicial sospecha y

    desconfianza hacia los extraos disminuye, ya que ahora cree que por lo menos

    algunos de ellos estn verdaderamente interesados en l. Este es slo el inicio de

    una transformacin casi total de sus puntos de vista, actividades y

    aspiraciones.{28}

    Algunas de las ms agudas agitaciones respecto de las intenciones

    norteamericanas fueron suscitadas por la evangelizacin de los pueblos indgenas

    en Mxico, Amrica Central, Los Andes y la Amazona. [30] A pesar de que el

    nmero de nefitos involucrados era a menudo pequeo, los conflictos sobre ellos

    dramatizan la forma cmo el evangelismo conduce a una competencia con otros

    grupos polticos y religiosos.

    Durante mucho tiempo los misioneros evanglicos se han concentrado en los

    indgenas americanos: en el Brasil, no hace mucho, el 36,5% de los misioneros de

    fe se encontraban entre el 0,5% de la poblacin que era indgena.{29} La

    concentracin puede ser explicada en trminos ideolgicos: stos eran los ltimos

    pueblos no-alcanzados, que se presuma estaban viviendo en la oscuridad ms

    profunda. Para los latinoamericanos, sin embargo, era difcil distinguir entre los

    extranjeros en busca de aventura, recursos naturales, drogas y almas. Adems,

    con sus bien difundidas misiones entre los indgenas, los evanglicos ocupaban

    una posicin especialmente sensible en los asuntos latinoamericanos. No solo que

  • 31

    la mayor parte de la poblacin indgena viva en regiones del interior apenas

    integradas, en donde era comn el robo de tierras y el trfico de drogas, las tierras

    lotizadas por concesiones corporativas, y disputadas por tropas y guerrillas; la

    poblacin nativa no era nacional en el sentido integracionista e hispano deseado

    por sus gobiernos.

    Los pueblos tribales representan la misin de campo polticamente ms

    delicada, explicaba Mission Frontiers de Pasadena, California. En la mayora de

    los casos, estn virtualmente encarcelados en sus propios pases. Los gobiernos

    nacionales, dirigidos por los grupos mayoritarios, se muestran, en el mejor de los

    casos, avergonzados o indiferentes, y en el peor, son incluso hostiles hacia ellos.

    Cmo pueden los extranjeros superar la oposicin de estos oficiales que no

    desean que nadie llame la atencin hacia sus pueblos tribales? Es casi un milagro

    el que las misiones hayan sido capaces de lograrlo.{30}

    Lo lograron colaborando con los planes oficiales para integrar a los indgenas,

    frecuentemente con resultados desafortunados. Pero an si las misiones

    evanglicas eran problemticas, tendan a tratar a los nativos con ms respeto que

    sus gobiernos y conciudadanos. En efecto, los evanglicos norteamericanos se

    estaban convirtiendo en mediadores entre los grupos nativos y las sociedades

    latinas que los haban colonizado. [31] Al servir a los dos sectores, los

    norteamericanos llegaron a desempear un papel influyente en los asuntos

    indgenas.

    Este era el meollo de la polmica en contra de las misiones evanglicas entre

    los indgenas. Los nacionalistas latinoamericanos teman que, al ganar la lealtad de

    las minoras tnicas, los norteamericanos estuvieran estableciendo archipilagos

    de influencia. Para ilustrar los peligros del separatismo tnico, bastaba slo sealar

    a los indgenas miskitos de Nicaragua, predominantemente protestantes, a quienes

    los Estados Unidos incitaron a sublevarse contra el gobierno sandinista.

    Una de las dos misiones evanglicas ms grandes entre los nativos es la

    Misin Nuevas Tribus (NTM). Con 2.300 miembros en doscientos grupos

    lingsticos alrededor del mundo, la fundamentalista NTM es acusada de destruir

    las culturas de los grupos todava nmadas en los cuales se especializaba. La otra

    era una organizacin ms flexible, los Traductores Wycliffe de la Biblia, cuyos

    6.000 miembros haban ingresado en 1.100 grupos lingsticos alrededor del

  • 32

    mundo. Para evitar la oposicin catlica y anticlerical, Wycliffe entr en Amrica

    Latina con el nombre de Instituto Lingstico de Verano (ILV). Al afirmar que se

    trataba principalmente de una organizacin de investigacin cientfica, pudo

    obtener contratos oficiales y entenderse con las autoridades gubernamentales,

    cuyo apoyo generalmente la protega de la expulsin, pero tambin gener las

    condiciones para una nueva controversia despus de pocos aos.

    Para la dcada de 1980, despus de resistir con xito a varias

    recomendaciones oficiales para que finalizara sus actividades, se deca que el ILV

    en Colombia reciba amenazas casi a diario contra sus miembros. Uno de ellos fue

    secuestrado y, como el Instituto se rehus a dejar el pas, fue ejecutado en 1981.

    Cinco aos ms tarde, otro fue acuchillado mortalmente por un ex-empleado,

    originario del pauperizado pueblo junto a la cmoda base del grupo. {31} Ese mismo

    mes, la casa del ILV en la capital fue daada por una bomba. {32} A pesar de las

    afirmaciones de que los miembros del ILV mantenan una posicin firme, un colega

    en la Misin Interamericana inform que la mitad abandon el pas en los dos aos

    siguientes al asesinato de 1981. En cuanto a la poltica de no-rescate de la Misin

    Interamericana, [32] se deletreaba ahora en las tarjetas de identificacin de los

    miembros.{33}{***} A pesar de que la violencia en contra de los norteamericanos

    recibi mucha publicidad, los evanglicos locales fueron los que ms sufrieron. De

    acuerdo al presidente de la Confederacin Evanglica Colombiana, siete pastores

    rurales fueron asesinados en el curso de un ao. {34}

    Mxico, un pas vecino, se convirti en lo que los misioneros norteamericanos

    consideraban campo restringido. All, al igual que en Colombia, una fuente

    importante de controversia era el Instituto de Verano, el cual, durante aos, haba

    ocultado sus objetivos evanglicos, al afirmar que se concentraba en la

    investigacin lingstica; continu [33] avanzando hacia nuevos idiomas, incluso

    despus de perder su contrato gubernamental. Acusaciones contra evanglicos

    como espas estadounidenses, restricciones legales y expulsin de misioneros que

    ingresaban al pas con visa de turista, se convirtieron en hechos normales. Cuando

    el gobierno prohibi las transmisiones religiosas considerndolas como una

    violacin a la constitucin anticlerical del pas, los evanglicos establecieron sus

    propias emisoras de radio al otro lado de la frontera.

    En 1984, cuatro Testigos de Jehov norteamericanos fueron secuestrados en

    Guadalajara, mientras evangelizaban puerta a puerta; desaparecieron sin dejar

  • 33

    rastro. En el sector rural, hubo iglesias quemadas y pastores asesinados.

    Practicamos la religin Catlico Romana, declaraban letreros en las ventanas.

    Los evanglicos no son bienvenidos aqu. {35} En Chihuahua, extremistas que se

    consideraban seguidores de los Caballeros del Temple, pedan que la jerarqua

    catlica expulsara a los protestantes, hasta el punto de pintar consignas como:

    Hugonotes malditos, fuera de Chihuahua!{36}

    Notas

    {*} Pocos movimientos extremadamente autoritarios tenan un gran impacto sobre las percepciones

    pblicas. Estos diferan grandemente de las normas evanglicas y se los describa mejor como

    cultos. Por algn tiempo, el caso ms flagrante fue el de los Nios de Dios. El fundador y profeta

    del grupo, David Brandt Berg, alias Moiss David, se haba separado de la Alianza Cristiana y

    Misionera, para la que trabaj como evangelista, para auxiliar a los hippies y drogadictos de

    Huntington Beach, California. De all surgi los Nios de Dios o Familia del Amor, la misma que

    practicaba la pesca del coqueteo o el evangelismo a travs del sexo, provocando denuncias

    en varias capitales de Amrica Latina por prostitucin y corrupcin de menores (Consejo

    Episcopal Latinoamericano 1982: 236-237; Silleta 1987: 75-93; Albn Estrada y Muoz 1987:

    134-141). En 1978 tuvo lugar el asesinato/suicidio del Reverendo Jim Jones y de novecientos

    seguidores en Jonestown, Guayana. Jonestown era una comunidad norteamericana expatriada,

    no una misin, y tena muy poco que ver con los evanglicos latinoamericanos. Pero provoc

    numerosas demandas por expulsar a iglesias de membreca latinoamericana (ej. El Espectador

    [Bogot] 30 de noviembre al 2 de diciembre de 1978; y El Tiempo [Bogot] 26-27 de noviembre y

    3-5 y 10 de diciembre de 1978).

    {**} En Uruguay, los discpulos de Moon adquirieron una de las instituciones financieras ms

    grandes del pas, uno de los mayores peridicos, y un lujoso hotel en la capital. La organizacin

    Moon tambin vendi al gobierno armas de su industria blica en Corea. En Bolivia, ayud a

    financiar el derrocamiento de un gobierno electo en 1980 por parte del General Garca Meza

    recordado como el golpe de la cocana por sus otros colaboradores. Despus de haber

    apoyado durante varios aos a las dictaduras del Brasil y del Cono Sur, la organizacin Moon se

    dirigi hacia Amrica Central. Al igual que en Bolivia, la rpida cada de los generales protegidos

    no sugiri una aprobacin divina. En 1983, el representante de Moon, Corone l Bo Hi Pak, un

    oficial retirado del ejrcito de Corea del Sur, ayud a organizar un grupo de hombres de

    negocios, la Asociacin para el Desarrollo de Honduras, para apoyar al desventurado General

    Gustavo Alvarez. Ese mismo ao, la gente de Moon organiz una conferencia en Guatemala

    para mejorar la imagen del Presidente Ros Montt, depuesto poco despus (Jean Franois Boyes

    y Alejandro Alem, Manchester Guardian Weekly, 24 de febrero de 1985, pp. 12-13, y 3 de marzo

    de 1985, pp. 12, 14; Mariano Sotelo, Latinamerica Press, 29 de septiembre de 1983, pp. 5-6.

    Una lista de las organizaciones Moon se encuentra en Bromley 1985).

  • 34

    {***} El cun complicada podra volverse la vida misionera y qu tan difcil podra ser el distinguir a

    los misioneros de otras clases de norteamericanos lo describen los avatares de Russell

    Stendal, un joven piloto en la frontera colombiana. Hijo de ex-traductores del Instituto de Verano,

    Stendal era, sin duda, algo as como la oveja negra en la comunidad misionera. A la edad de

    diecinueve se le confi iniciar una finca en los llanos orientales. Las utilidades deban apoyar a

    alfabetizadores colombianos y ayudar a los pobladores locales a mejorar su agricultura. Pero el

    joven misionero se desilusion pronto de los empleados cristianos de la finca. Se acusaban

    mutuamente de fumar cigarrillos y de consumir alcohol, eran vagos, y terminaron demandando a

    Stendal por salarios no pagados. Los pastores cercanos parecan estar interesados

    principalmente en obtener dinero de sus congregaciones para imitar la forma de vida que

    disfrutaban los misioneros.

    Despus de varios aos de angustia empresarial, Stendal decidi dar empleo a los hombres

    locales. Por lo tanto, promocion el desarrollo econmico, iniciando una industria pesquera.

    Aquello requiri de prstamos para construir la infraestructura, comprar motores fuera de borda

    para los pobladores, y adquirir un avin ms caro para l mismo. Poco despus, los pescadores

    de Stendal se interesaron en una ocupacin ms lucrativa sembrar marihuana para el

    contrabando hacia los Estados Unidos y se olvidaron de pagar el dinero que le deban. Al igual

    que todos en el rea, el joven evangelista se encontr atrapado en extorsiones ml tiples por

    parte de los traficantes de droga, las guerrillas y las autoridades.

    Endeudado hasta el cuello, para continuar con los pagos de su avin y para reunir informacin

    para una extraamente desinteresada Agencia Antidrogas de la Embajada de los Estados

    Unidos, Stendal acord realizar un vuelo para los narcotraficantes. Fue un fiasco. Cuando la

    mafia supo de sus contactos con la embajada a travs de su propia gente all, amenazaron con

    matarle. El haber sido secuestrado por las guerrillas en agosto de 1983 no fue, por lo tanto, la

    peor situacin en la que Stendal se haba encontrado. A principios de su permanencia de 142

    das con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), llevaba oculto un revlver

    38, con el cual trat de obtener su libertad, hiriendo seriamente a un guardia con balas dumdum.

    A pesar de todo, Stendal logr convertir a sus aventuras en un testimonio de su fe evanglica

    (Stendal, 1984).

    {24} Bamat 1986: 26.

    {25} Christianity Today, 10 de octubre de 1975, pp. 62-64.

    {26} Ibid.

    {27} Barry et al. 1986: 21, 48-49.

    {28} Clawson 1976: 136-139.

    {29} Fernandes 1980: 131.

  • 35

    {30} Is Wycliffe Biggest? Mission Frontiers (Pasadena, California: Centro Estadounidense para la

    Misin Mundial), enero-febrero de 1984, p. 7.

    {31} Muerta en Lomalinda Maestra del ILV, El Tiempo (Bogot), 6 de mayo de 1986, p. 2A.

    {32} Washington Report on the Hemisphere (Council on Hemispheric Affairs) 11 de junio de 1986,

    p. 6.

    {33} Hundley 1983: 40.

    {34} Los protestantes denuncian discriminacin y Afirman los protestantes: 'somos ciudadanos

    de tercera', El Tiempo, 27 y 28 de junio de 1985.

    {35} Impossible... Difficult... Done! Latin America Evangelist (Coral Gables, Florida: Misin

    Latinoamericana), enero-marzo 1986, p. 13. Mexicans Criticize Activities of Sects,

    Latinamerica Press, 13 de junio de 1985, pp. 1-2.

    {36} Noticiero Milamex (Ciudad de Mxico: Misin Latinoamericana) julio de 1985.

    La lucha dentro del protestantismo

    Los latinoamericanos que protestan contra la invasin de las sectas

    generalmente conocen poco sobre la diversidad dentro del protestantismo

    latinoamericano. No saben de los conflictos internos sobre cmo responder al

    mundo. En realidad, dichos debates podran ser difciles de detectar debido al

    conservadorismo poltico de la mayora de los lderes evanglicos.

    A diferencia de los protestantes liberales y de gran parte de la Iglesia Catlica,

    figuras prominentes como Luis Palau aconsejaban a los latinoamericanos que se

    concentraran en mejorarse a s mismos en lugar de trabajar por los cambios

    estructurales. Estos lderes sostenan ser apolticos, pero comnmente apoyaban a

    cualquier rgimen en el poder. Para una minora que enfrentaba la hostilidad de la

    Iglesia Catlica en un medio poltico inestable, el alinearse con un dictador pareca

    ser la nica forma de salvaguardar la libertad de culto.{37} Entonces, surgi la

    creencia, basada en una interpretacin fundamentalista de Romanos 13:1, de que

    cualquier gobierno anticomunista era ordenado por Dios. Cuando gran parte del

    clero catlico se puso contra los regmenes [34] militares en la dcada de 1970, los

  • 36

    lderes evanglicos generalmente no lo hicieron. Algunos predicaban la sumisin a

    las dictaduras y defendan el statu quo, como si fuera una obra del Seor.{38}

    A cambio de libertad para propagar su fe, el liderazgo evanglico permita que

    se lo utilice como una iglesia paralela, una fuente alternativa de bendicin para

    un rgimen que haba alienado a las autoridades religiosas tradicionales. {39} Si

    teman que los revolucionarios estuvieran a punto de tomar el poder, se podan

    convertir en defensores de polticas inhumanas. En una poca en la que muchos

    otros cristianos desafiaban a las estructuras de opresin, ellos parecan estar

    propicindolas.

    El conservadorismo de los evanglicos latinoamericanos era principalmente

    pasivo, una poltica de no-compromiso, reforzada por su experiencia como una

    religin minoritaria. Podan abstenerse de participar en los movimientos a favor del

    cambio social, por miedo a ser manipulados por grupos ms poderosos, pero

    tambin desplegaban una cierta resistencia hacia la identificacin con el estado.

    Excepto cuando se encontraban polarizados hacia la derecha, por temor a las

    expropiaciones revolucionarias, el apoyo evanglico al statu quo era cauteloso. Esa

    actitud era estimulada por muchos de sus misioneros a quienes repela la cultura

    poltica latinoamericana.

    Estas pareceran ser advertencias sin importancia. En la dcada de 1980, no

    obstante, comenzaron a adquirir trascendencia con la llegada de una nueva ola de

    evangelistas de la derecha religiosa. Estos evangelistas estaban tan politizados que

    los conservadores previos, en comparacin, aparecan moderados. A pesar de que

    algunas misiones evanglicas establecidas se estaban alejando de posturas

    neocoloniales, estos buscadores de almas prometan, no slo ganar a Amrica

    Latina para Cristo, sino tambin salvarla de la revolucin. Poco despus, sus

    colisiones con la teologa de la liberacin produciran una nueva especie de guerra

    santa.

    Una de estas confrontaciones ocurri en Guatemala, bajo el gobierno del

    primer dictador evanglico de Amrica Latina. Todos los domingos, a travs de la

    televisin, el General Efran Ros Montt (1982-1983) [35] predicaba a sus

    compatriotas sobre la importancia de ser ciudadanos honrados. Mientras tanto, de

    acuerdo a los grupos de derechos humanos, su ejrcito sofocaba una insurgencia

    comunista asesinando a miles de indgenas mayas. No obstante, lderes