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Renuncia a Consejería Territorial Humanidades 2014. Cuando como CRECER Humanidades nos planteamos la necesidad de aspirar a esta Consejeria Territorial apostabamos a darle continuidad y conducción política a una serie de procesos orientados a la democratización de nuestros espacios locales, el fortalecimiento de la organización estudiantil y la construcción de comunidad organizada, como de la apertura de la Universidad al pueblo. Con esos horizontes se desplegó el trabajo durante el año haciéndole frente a un contexto adverso: la descomposición en la que se encuentran las bases sociales del movimiento estudiantil por el agotamiento propio de años de lucha por erradicar el mercado de la educación conquistandola como un derecho social para todos y todas. A pesar de ello, tenemos la convicción de que el trabajo realizado significó aciertos y avances en la dirección correcta. Pero junto a enormes satisfacciones, también hubo espacio para tropiezos y errores que serán antecedentes importantes para revisar y reimpulsar nuestra política transformadora. Una de las apuestas que se impulsó desde mi Consejería buscaba dar un salto cualitativo desde la arraigada identidad de territorio que nos caracteriza hacia la construcción y fortalecimiento de una orgánica transversal que coordine y articule políticamente nuestras luchas. El camino hacia la construcción de un Petitorio Interno dio pasos importantes con los dos documentos que emanaron sintetizando nuestras demandas y reivindicaciones en términos de Infraestructura y Bienestar Estudiantil, Democracia Universitaria, Academia y Acceso, etc. Sin embargo, fuimos incapaces de consolidar la Coordinadora de Humanidades como un actor relevante al interior del territorio ni se pudieron afianzar sus equipos de trabajo, lo que constituyo un duro reves que mermo incluso la periodicidad y constancia del trabajo mancomunado entre los representantes de las diferentes de carreras de Humanidades. Pero las necesidades que nos afectan transversalmente siguen plenamente vigentes por lo que nuestros errores y falencias no debiesen instarnos a abandonar esta tarea sino que a reimpulsarla. Debemos ser capaces de gestar un proceso de fortalecimiento de la organización territorial que, desde la realización del Encuentro de Humanidades y la materialización efectiva de la Coordinadora, nos permita retomar y actualizar el Petitorio y dotarnos de un plan de acción para su conquista, a través de procesos de masas, que vinculen nuestras problemáticas locales con la crisis del modelo educativo, y nos permitan generar una subjetividad proclive a dichas transformaciones. Por otro lado, la necesidad imperiosa de abrir espacios que nos permitan construir conocimiento desde nuestras disciplinas orientadas hacia la satisfacción de las necesidades e intereses de las grandes mayorías, cuestionando el estrecho vínculo entre la UC y el mundo empresarial, no pudo cristalizar en un Centro de Estudios y Extensión que emane desde y para el territorio. Sin embargo, la realización de la sesión crítica en torno a la catolicidad de la UC sirvió no solo para vislumbrar que el carácter católico no es un impedimento para avanzar en la democratización de la UC sino que también fue una manifestación concreta de las potencialidades del trabajo mancomunado entre las Consejerías Académicas, que vivió una fugaz pero enriquecedora experiencia de articulación.

Al Territorio de Humanidades. Carta de Renuncia

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Page 1: Al Territorio de Humanidades. Carta de Renuncia

Renuncia a Consejería Territorial Humanidades 2014.  

Cuando como CRECER Humanidades nos planteamos la necesidad de aspirar a esta                       Consejeria Territorial apostabamos a darle continuidad y conducción política a una serie de                         procesos orientados a la democratización de nuestros espacios locales, el fortalecimiento de la                         organización estudiantil y la construcción de comunidad organizada, como de la apertura de la                           Universidad al pueblo. Con esos horizontes se desplegó el trabajo durante el año haciéndole                           frente a un contexto adverso: la descomposición en la que se encuentran las bases sociales del                               movimiento estudiantil por el agotamiento propio de años de lucha por erradicar el mercado de                             la educación conquistandola como un derecho social para todos y todas. A pesar de ello,                             tenemos la convicción de que el trabajo realizado significó aciertos y avances en la dirección                             correcta. Pero junto a enormes satisfacciones, también hubo espacio para tropiezos y errores                         que serán antecedentes importantes para revisar y reimpulsar nuestra política transformadora.   

Una de las apuestas que se impulsó desde mi Consejería buscaba dar un salto                           cualitativo desde la arraigada identidad de territorio que nos caracteriza hacia la construcción y                           fortalecimiento de una orgánica transversal que coordine y articule políticamente nuestras                     luchas. El camino hacia la construcción de un Petitorio Interno dio pasos importantes con los                             dos documentos que emanaron sintetizando nuestras demandas y reivindicaciones en términos                     de Infraestructura y Bienestar Estudiantil, Democracia Universitaria, Academia y Acceso, etc.                     Sin embargo, fuimos incapaces de consolidar la Coordinadora de Humanidades como un                       actor relevante al interior del territorio ni se pudieron afianzar sus equipos de trabajo, lo que                               constituyo un duro reves que mermo incluso la periodicidad y constancia del trabajo                         mancomunado entre los representantes de las diferentes de carreras de Humanidades. Pero                       las necesidades que nos afectan transversalmente siguen plenamente vigentes por lo que                       nuestros errores y falencias no debiesen instarnos a abandonar esta tarea sino que a                           reimpulsarla. Debemos ser capaces de gestar un proceso de fortalecimiento de la organización                         territorial que, desde la realización del Encuentro de Humanidades y la materialización efectiva                         de la Coordinadora, nos permita retomar y actualizar el Petitorio y dotarnos de un plan de                               acción para su conquista, a través de procesos de masas, que vinculen nuestras problemáticas                           locales con la crisis del modelo educativo, y nos permitan generar una subjetividad proclive a                             dichas transformaciones.  

Por otro lado, la necesidad imperiosa de abrir espacios que nos permitan construir                         conocimiento desde nuestras disciplinas orientadas hacia la satisfacción de las necesidades e                       intereses de las grandes mayorías, cuestionando el estrecho vínculo entre la UC y el mundo                             empresarial, no pudo cristalizar en un Centro de Estudios y Extensión que emane desde y                             para el territorio. Sin embargo, la realización de la sesión crítica en torno a la catolicidad de la                                   UC sirvió no solo para vislumbrar que el carácter católico no es un impedimento para avanzar                               en la democratización de la UC sino que también fue una manifestación concreta de las                             potencialidades del trabajo mancomunado entre las Consejerías Académicas, que vivió una                     fugaz pero enriquecedora experiencia de articulación.  

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  Pero también hubo grandes aciertos. El trabajo en torno al movimiento estudiantil no se                           redujo al fomento de la discusión en torno a la reforma del gobierno sino que apuntó a la                                   generación de nuestro propio Proyecto Educativo, profundizando programáticamente en torno a                     nuestras demandas y obteniendo mayores claridades en torno al modelo educativo que                       esperamos construir. UC Pública nos permitió discutir desde las diferentes disciplinas y junto a                           otros actores del campo popular finalizando con un inédito Congreso Social por la Educación                           Pública al interior de la UC. Asimismo, se aprovechó una serie de coyunturas para instalar una                               crítica potente en torno al modelo de universidad de la UC, evidenciando las contradicciones                           entre lo que declara la catolicidad de la Universidad con sus prácticas concretas poniendo en                             crisis la supuesta vocación pública de la UC. La inauguración del Edificio Angelini que sella el                               compromiso histórico de esta Universidad con el modelo y sus representantes políticos y                         economicos como la extensa huelga del Sindicato Clínica San Carlos y el silencio cómplice del                             Rector frente a la precariedad laboral y las prácticas antisindicales volvieron a recordarnos que                           nos enfrentamos a una Universidad cerrada, autoritaria y excluyente, renovando nuestro ímpetu                       por la transformación del estado actual de las cosas. La problematización de los efectos de la                               mercantilización en la orientación del conocimiento y las políticas de extensión nos animaron a                           superar la mera denuncia y comenzar a dar pasos que permitan gestar experiencias distintas                           de vinculación social que emanen desde el estamento estudiantil y que se orienten hacia el                             fortalecimiento de la organización popular. Humanidades Territorio Abierto: Manifestaciones                 de un Pueblo Organizado y la Primera Jornada de Organizaciones de Extensión y                         Vinculación Social que se desarrolló en su seno nos permitieron reflexionar formas distintas                         de relacionarnos con la comunidad desde la experiencia de distintas expresiones organizadas                       del movimiento popular. La invitación abierta a los Talleres de Educación Popular en la                           Población Vicuña Mackenna Sur y la recolección de libros para la Biblioteca Popular Manuel                           Rojas fueron un intento tímido por proyectar la necesidad de salir de las universidades e                             involucrarnos directamente con el sujeto popular, dejando en evidencia la necesidad manifiesta                       de asumir en futuras gestiones un apuesta más decidida por levantar trabajos voluntarios o                           brigadas territoriales impregnados de una profunda vocación transformadora.  

Celebrar avances parciales no debe obnubilarnos la vista: aún queda mucho por hacer                         para transformar la UC y ponerla en sintonía con las aspiraciones del pueblo de Chile. Tanto a                                 nivel universitario como dentro de nuestras propias facultades los desafíos son múltiples: la                         democratización de nuestras escuelas, el cambio en las mallas y perfiles de egreso, la solución                             de problemas de infraestructura que afectan nuestra calidad de vida universitaria, el                       fortalecimiento de la organización estudiantil y de la articulación con otros actores y estamentos                           siguen siendo tarea pendiente. Aún así, tengo plena certeza de que vamos por ancho camino,                             avanzando a paso firme en la dirección correcta. Estoy completamente seguro que quienes me                           sucedan desde la izquierda serán capaces de continuar estas luchas. Como Plataforma                       CRECER esperamos seguir siendo protagonistas de dichos cambios a través de nuestra                       práctica política comprometida con la construcción de una nueva UC.  

Ya como ex­representante del Territorio de Humanidades quisiera agradecer                 profundamente a todos aquellos que colaboraron en el desempeño de esta Consejería                       

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Territorial. Agradecer a los Centros de Estudiantes, a las Consejerías Académicas y a la                           Consejera Territorial Macarena Ahumada sin los cuales habría desarrollado una gestión trunca y                         aislada. También a todas y todos los compañer­s de CRECER Humanidades por su trabajo                           muchas veces silencioso pero fundamental para sostener la Consejería. Finalmente, al conjunto                       de estudiantes del territorio con quienes compartí durante el desempeño de este cargo.   Porque el futuro llegó hace rato y lo estamos construyendo hoy, a continuar la lucha por la transformación de la sociedad.   

Joao Acharan Riffo Consejero Territorial de Humanidades 2014. 

Plataforma CRECER ­ TRAZO COMÚN.