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Albums, ramilletes, parnasos, liras y guirnaldas: fundadores de la historia literaria latinoamericana Author(s): Roberto González Echevarría Source: Hispania, Vol. 75, No. 4, The Quincentennial of the Columbian Era (Oct., 1992), pp. 875 -883 Published by: American Association of Teachers of Spanish and Portuguese Stable URL: http://www.jstor.org/stable/343856 Accessed: 15/03/2009 23:09 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of JSTOR's Terms and Conditions of Use, available at http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp. JSTOR's Terms and Conditions of Use provides, in part, that unless you have obtained prior permission, you may not download an entire issue of a journal or multiple copies of articles, and you may use content in the JSTOR archive only for your personal, non-commercial use. Please contact the publisher regarding any further use of this work. Publisher contact information may be obtained at http://www.jstor.org/action/showPublisher?publisherCode=aatsp. Each copy of any part of a JSTOR transmission must contain the same copyright notice that appears on the screen or printed page of such transmission. JSTOR is a not-for-profit organization founded in 1995 to build trusted digital archives for scholarship. We work with the scholarly community to preserve their work and the materials they rely upon, and to build a common research platform that promotes the discovery and use of these resources. For more information about JSTOR, please contact [email protected]. American Association of Teachers of Spanish and Portuguese is collaborating with JSTOR to digitize, preserve and extend access to Hispania. http://www.jstor.org

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Albums, ramilletes, parnasos, liras y guirnaldas: fundadores de la historia literarialatinoamericanaAuthor(s): Roberto González EchevarríaSource: Hispania, Vol. 75, No. 4, The Quincentennial of the Columbian Era (Oct., 1992), pp. 875-883Published by: American Association of Teachers of Spanish and PortugueseStable URL: http://www.jstor.org/stable/343856Accessed: 15/03/2009 23:09

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Roberto Gonzalez Echevarria, Yale University

Albums, ramilletes, parnasos, liras y guirnaldas: fundadores de Ia historia literaria latinoamericana'

U

CI Cu6ndo, cOmo, y en quti tdrminos se pens6 tradiciOn e historia. TradiciOn es et conjunto de por primera vez la historia de la literatura hispa- obras que un escritor o grupo de escritores con- noamericana, y de quti forma empez6 a escribir- cibe corno antecedente, como origen, como co- se? Antes de responder a esta pregunta conviene nexiOn con un pasado literario del cualprovienen. hacer algunas actaraciones etementales, casi de La tradici6n es un pasado vigente, dinitmico, manual. Primero, que sOlo despuds del siglo activo. Su existencia puede ser explicita o no, XVIII, cuando se concibi6 ta titeratura como pero siempre es implicita. Historia literaria, en categorfa independiente, pudo pensarse en ta cambio, es la actividad consciente y deliberada existencia de una titeratura hispanoarnericana, y de hacer el recuento de cOrno unas obras se que tista fuese digna de una historia. Desde determinan las unas a las otras en un periodo de principios del Renacimiento las tetras y las artes tiempo especifico, entre gentes que generalmen- dimanaban-copia o decadencia-de las ctitsi- te comparten un idioma y un espacio geogritfico. cas, que eran et modeto inmanente e ideal de toda Se trata de una actividad en apariencia expresiOn estdtica. La esttmtica misma, tat y corno metadiscursiva, que se manifiesta no sOlo en la la concebimos hoy, no se conoce sino hasta la redacciOn de historias literarias en el sentido lato, Aesthetica de Baumgarten, publicada en 1750. sino tarnbidn en ta composiciOn de ensayos, El cambio de actitud fundamental que determina biograftas, obras diditcticas destinadas a nutrir la posibitidad de una literatura tatinoamericana programas de instrucciOn, y, rnuy a menudo, en proviene del gradual abandono de ta abstracciOn la confecciOn de antologias. Las historias, ma- formalista del Neoctasicismo, y ta adopci6n de nuales, ensayos criticos, y las antotogias son los un concepto psicotOgico, empirico y particula- moldes narrativos que asume la historia titeraria. rista de ta creaciOn artistica. Si el entorno en sus Estos son, asimismo, producto de ta historia que detalles concretos y diferenciadores, y la psico- cuentan, en et sentido de que comparten una togia individual del creador, son factores decisi- ideologia debase con las obras historiadas, por to vos en ta elaboraciOn de ta obra de arte, entonces que podria argitirse que no son metadiscursivos, dsta obedecerit a condiciones propias de ese sino que forman parte de la economia textual del individuo y de ta naturaleza concreta y distinta periodo desde et cuat escriben. Podria decirse que to rodea y que dl expresa. Es tiste un cambio que la historia literaria es una forma narrativa que que no se debe enterarnente a los romitnticos, surge en et periodo entre la IlustraciOn y et sino que estaba ya presente implicita y a veces Romanticismo, entre la idea de que la literatura expticitamente en la ItustraciOn, aunque, por es una y eterna, y la de que la literatura se crea supuesto, se convierte en doctrina del Romanti- en un momento y lugar dados que determinan cismo, en su pugna contra un Neoclasicismo sus caracteristicas: Herder, los Schiegel, No- progresivarnente hecho a ta medida de sus opo- vatis, Villernain, La Harpe, Sismondi, Madame sitores.2 de Stitel, Sainte Beuve, son los conocidisimos Etlo no quiere decir que en el periodo colonial nombres que encabezan ta historia de la historia algunos escritores del Barroco de Indias no escri- titeraria. bieran como Si ya existiese una tradiciOn titeraria Por el hecho de aparecer en regiones tan americana, segtmn ha demostrado Kathleen Ross distantes de Europa, y tan distintas en tdrminos en un importante trabajo. Debe distinguirse entre de su naturaleza y cuttura, la idea de ta titeratura

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876 HISPANIA 75 OCTOBER 1992 tatinoamericana y de su historia no podian sino drama. Es de tamentar, pero forzosamente debe- haberse concebido en el contexto de esta tenden- mos exctuirlos de una historia de ta poesia, de ta cia. Por mits que se esforzaran muchos de sus novela y del drama" (12). Aqui, por el contrario, escritores, y por mits que se hayan seguido es- me interesan esas figuras que vehiculan la pro- forzando hasta et presente algunos, es mits dift- ducci6n literaria, y que en el proceso la definen cit pensar la literatura hispanoamericana como =y deslindan. Es decir, me interesa Ia actividad heredera de las de Grecia y Roma que la litera- historiogritfica consciente o inconscientemente tura escrita en Europa misma. La individualidad, llevada a cabo, cuyo estudio ha sido iniciado por la diferencia en el origen que postula el Roman- Beatriz Gonzitlez-Stephan y Rosatba Campra en ticismo, hace posible que la distancia entre Euro- valiosos trabajos. Me interesa, ademits, ver el pay Amtmrica se convierta en un valor positivo en papet que desempefia el periodo colonial de la la creaci6n literaria en el Nuevo Mundo, a menu- literatura hispanoamericana en la elaboraciOn do su pretexto capacitador o mito de fundaci6n. del proyecto historiogritfico. Sin esa originalidad necesaria la literatura hispa- Las dificultades inherentes a esta empresa, noamericana habria seguido siendo una mani- aparte de las mtms tangibtes referentes a la inves- festaciOn tardia, distante e inauttintica de la tigaciOn misma, surgen de la posibilidad de literatura europea. Aunque podria argilirse tam- fragrnentaci6n implicita en el mismo concepto bitin, si atendemos a los conceptos neoctitsicos, romitntico de literatura e historia titeraria. Por- que toda literatura, donde quiera que fuese crea- que, asi como puede pensarse que la literatura da, habrit de adoptar las formas clitsicas, que ni se hispanoamericana existe por virtud de su dife- desgastan, ni se hacen menos genuinas por tejos rencia de la europea en el tiempo y el espacio, que se encuentren de su tugar de origen. Esta puede igualmente pensarse que to que existe es posiciOn ha sido defendida intermitentemente una literatura argentina, otra mexicana, otra Cu- porvarios escritores latinoamericanos, entreellos, bana, y asi sucesivamente. Este dilema ha causa- algunos de los mits significativos. Pero la idea do numerosas poldmicas que duran hasta et que ha prevalecido ha sido la otra, mits poldmica, presente, asi como las mits variadas sotuciones. es decir, mits combativa, que le asigna a la Si renunciarnos a la diversidad, entonces la lite- titeratura latinoanoamericana una singularidad ratura hispanoamericana es una proyecci6n de la que, con frecuencia se ha vinculado tambidn a la europea; si no renunciamos a la diversidad, en- tucha por ta independencia potitica. tonces no podemos negar que exista una literatu- En fin, puede afirmarse que, Si la nociOn de ra costarricense, colombiana, o boliviana. Para literatura existe sOlo desde el siglo XIX, ta litera- algunos la soluciOn se ha convertido en una tura latinoarnericana existe desde que hay litera- especie de causa, apelando a una fidetidad cut- tura. En ese sentido no se trata de una literatura tural basada en et amor at idiorna, o a ciertas reciente, como algunos han querido ver, sino de tradiciones. En estos casos es como si ta unidad una literatura en que los problemas de fundaciOn idiomittica viniera a remplazar a la religiOn catO- son mits concretos y agudos que los de las litera- lica como sisterna de creencias, rituales y cos- turas europeas, pero no necesariamente distin- tumbres que daba-o tat vez todavia da tos. -coherencia a Latinoamdrica. Otra soluci6n ha Meinteresaaquihacerlahistoriadetasexpre- sido parcelar el territorio arnericano en regiones siones concretas de una actividad textual enca- mits culturalmente coherentes que las polfticas; minada a definir, delimitar, y narrar algo que se se trata de la divisiOn por itreas culturales defini- va a Ilarnar titeratura latinoamericana. En esto das por el substrato indigena o, en el caso del me aparto de to que se propuso Enrique Ander- Caribe, por la presencia africana. Pero esto no es son Imbert en su valiosa y canOnica Historia de mits que otra desmembraciOn basada en diferen- la literatura hispanoamericana. Para Anderson cias locales que distinguen una titeratura dada de Imbert to que importaba era to que dl concebia una presunta tradiciOn europea. Una de las debi- como la historia de ta titeratura misma, no la tidades de esta soluciOn es que la presencia actividad de deftnirta: "Sabernos que, en Hispa- indigena o africana en la literatura de una regiOn noamdrica, es frecuente que, dentro de la vida nunca pasa de ser un matiz, mientras que et tono literaria, haya personalidades extraordinarias principal sigue siendo el de la literatura tat y que estudian o prornueven la literatura, pero no la corno esta se manifiesta en los centros culturales producen. Mits: a veces los hombres que mits mits cosmopolitas. Definir toda una literatura por influyen en los grupos literarios son, precisa- tales "matices," sorneter todo un sistema titerario mente, los que no escriben poesia, novela o a caracteristicas marginates, se convierte en una

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FUNDADORES DE LA HISTORIA LITERARIA LATINOAMERICANA 877 tergiversaciOn que no obstante llega a constituir al pasar por La Habana, d6nde dar con Antonio Bachiller y escuetas literarias como et indigenismo o et Morales, del mismo modo que Jos6 Marti sabia, al llegar a

afroantitlanismo, pero que como tales son mits Caracas, d6nde encontrarse con Cecilio Acosta (83-84).

efimeras que definitorias. La conciencia continental se revela en las recopi-

La presente investigaciOn no surge del vacio, laciones de ensayos que los fundadores pubtican por supuesto, sino de una relectura y desglose de sobre autores de diversos paises, asi como las la primera gran empresa narrativa que toma antologias-los argentinos incluyen a Heredia y como objeto ta literatura tatinoarnericana: la a Ptitcido en sus libros, por ejemplo. Hay hasta Antologia depoetas hispanoamericanos (1893), una antologia que llega a incluirpoetas haitianos redactada por Marcetino Mendndez y Pelayo en y nortearnericanos, en traducciOn espai'iola. Su ta tittima ddcada del siglo pasado. La pregunta editor fue el argentino Francisco Lagomaggiore, formutada a ta venerable y a menudo irritante y se llamO: Amtrica literaria; producciones se- Antologia fue ta siguiente: cuittes fueron las lectas en prosa y verso (Buenos Aires, 1883). fuentes de Mentmndez y Pelayo?3 Es decir, qutm Pero los fundadores no son todos antOtogos, los libros tuvo a su disposiciOn el santanderino at hay tambitin criticos, cronistas, periodistas, y

ttevar a cabo su vasta sintesis? El anittisis de la eruditos. Pero, adems, tuvieron predecesores. biblioteca americana de Mendndez y Pelayo es Antes de que los que tlamo fundadores formu- en si una pesquisa interesantisirna, por cuanto laran los conceptos que habian de dar inicio a ta reveta los contornos del mapa geogritfico y historiografia literaria tatinoamericana, una serie cronolOgico de ta difusiOn de ta literatura latinoa- de individuos, que constituyen en si una suerte de

mericana durante et siglo XIX. Tambitin saca ala tradiciOn propia, conservaron la mernoria de las

superficie los nombres de los fundadores y pro- obras escritas durante los siglos XV, XVI, y motores de tista, con to cual resulta posible XVII en Amtmrica. Es una formidable tradiciOn rebasar los confines de la biblioteca del erudito de anticuarios, bibliOfilos y bibliOgrafos que se espafiol. extiende hasta nuestros dias. Podriamos montar El perfit general de estos fundadores es et ta genealogia de esa tradiciOn diciendo que va de siguiente. Eran romitnticos, muchos de ellos ar- Antonio de LeOn Pineto (Perth, fines del XVI- gentinos, pero tambitin hay nurnerosos perua- 1660), a Nicolits Antonio (Espafia, 16 17-1684),

nos, chilenos, venezolanos, y colombianos. a Juan Josti Eguiara y Eguren (Mtmxico, 1695-

Cobran o reafirman su conciencia americana at 1763), a Josti Mariano Beristain de Souza (Md- viajar a otros paises latinoarnericanos como xico, 1756-18 17), y mits recientemente a exitiados o en el servicio de sus gobiernos, o at Alejandro Tapia y Rivera (Puerto Rico, 1826-

encontrarse todos en Paris, donde publican algu- 1882), Joaquin Garcia Icazbalceta (Mdxico, nas de sus antotogias y otras obras de critica. Los 1825-1894), y Josd Toribio Medina (Chile, hay diplomitticos, y muchos tienen intereses 1852-1930). Algunos de ellos, como Tapia y polfticos-to que en otra tipoca ttamariamos Rivera, son poetas, pero sobre todo son colec- patriOticos-, y se preocupan por ta educaciOn cionistas. Pero no se trata tampoco de una serie nacional, de la cual ta titeratura vendria a formar de impavidos recopitadores de tibros. En at- parte. Por eso el ernpe?io en establecer un canon gunos casos, corno el de Beristain y Souza, es-

que integre et programa de estudios de cada tos anticuarios escriben verdaderas obras de cri- pais, y posiblemente del continente entero. Evo- tica literaria. La Bibliotheca Hispano-America- cando a estos fundadores, ha escrito Atejo na Septentrional de este ihiltimo, publicada en Carpentier en Tientos y diferencias: 1816, contiene sustanciosos ensayos en las entra- das sobre ColOn, Sor Juana, Cortds y otros. No Desde los inicios del siglo XIX se observa en ellos una prevatece en ellos, salvo por supuesto en Medina apremiante necesidad de buscarse unos a otros; de encon- y Garcia Icazbalceta (y apenas en estos), la idea trarse; de sentirse latir el pulso de un extremo a otro del continente-y me refiero, desde luego, a un continente que de que sus obras constituyan un acervo de tradi- tuviese sus hiperb6reos en Mdxico. Asi como los humanis- ciOn autOctona, sino mits bien una muestra pro- tas de [la] alta Edad Media se conocian unos a otros, lija de los frutos del ingenio americano, aplicado intercambiando sus manuscritos, sus tratados, por encirna a la tarea de componer literatura en et sentido de los feudos y de las selvas, sabiendo d6nde un sabio universal y ahistOrico que predomina hasta el latinista, un conocedor de Horacio, vivia rodeado de multi- tudes analfabetas, nuestros escritores, apenas tomaron con- Rornanticismo. No obstante, las obras de estos ciencia de sus nacionalidades-es decir, de su criollismo y individuos ponen at alcance de los fundadores et de las voliciones de ese criollismo-trataron de intercambiar conocirniento imprescindible para etaborar un mensajes, de trabar el coloquio, unidos de antemano por comienzo, un inicio a su esquerna narrativo. una unidad de conceptos esenciales. Bien sabia Sarmiento,

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878 HISPANIA 75 OCTOBER 1992 Aqui estaban los precursores necesanos. 1863); e inevitablemente, et ubicuo Josd Domin- Lo que resatta at revolver et considerable go Cortds, editor de Inspiracionespatri6ticas de amasijo de tibros escritos o editados por los la Amrica Republicana (Vatparaiso, 1864); no fundadores son las antologias. La mits importan- podia faltar la anOnima Mistura para el bello te de tistas es, por supuesto,Amrica poftica, del sexo. Repertorio de canciones y yaravies argentino Juan Maria Gutidrrez, publicada en cantables, antiguos y modernos, para recreo 1846, significativamente, en Valparaiso, Chile, del bello sexo (Arequipa, 1865); a poco encon- durante el exilio de su autor. Muchas otras la trarnos la Lira ecuatoriana. Coleccii5n de poe- siguieron, inclusive una nuevaAm/ricapottica, s/as liricas nacionales, escogidas y ordenadas que apareciO en 1875, en Paris (A. Bouret), conapuntamientosbiogritficosporVicenteErni- editada por el chiteno Josti Domingo Cortds. ho Molestina (Guayaquit, 1866); continuamos Corttms fue tambitin autor de unParnasoperuano con la Corona pottica ofrecida alpuebloperua- (Valparaiso, 1871) y de un Parnaso arjentino no el 28 de julio de 1866 (Lima, 1866); Godo- (Santiago, 1873),amtmndevariosotros"pamasos" fredo Corpancho compilO la Lira patri6tica, o que no he podido todavia localizar. Fue Corttms, colecci6n escogida de poesias sobre asuntos evidenternente, el mits asiduo de estos fundado- patri6ticos para ejercicios de declamaci6n res antOlogos, cuyas recopilaciones no sOlo se (Lima, 1873), mientras que Ricardo Patina nos tlamaban "pamasos," sino tambidn "albums," dio unaLira americana; colecci6n depoesfas de "coronas," "galerias," "tiras," "guimaldas," "ra- los mejores poetas del Pera, Chile y Bolivia miltetes," y "mixturas." Apenas los tftulos de (Paris, 1873); el Caribe no podia quedarse atrits, estos vetustos votiimenes, muchos de etlos las por to que Josti Castettanos compuso su Lira de fuentes de Mentmndez y Pelayo, nos dan la medi- Quisqueya (Santo Domingo, 1874); et incansa- da y tono de la tipoca, asi corno los inicios de la ble Josti Domingo Corttis nos regatO su Poetisas tradiciOn literaria latinoarnericana, tanto textual americanas, ramillete potitico del bello sexo corno hurnana-el trasiego de gentes y de textos hispanoamericano (Paris, 1875); ese mismo ailo que contintia hasta hoy. et Dr. Laso de los Vtilez publicO, Poetas de la

En orden cronolOgico podemos empezar por Amtirica Meridional. Colecci6n escogida de ta anOnirna, pero fundamental La lira argentina, poes/as de Bello, Berro, Chac6n, Echeverr/a, o colecci6n de las piezas poticas, dadas a luz Figueroa, Lillo, Madrid, Maitin, Mdrmol, en Buenos Ayres durante la guerra de su inde- Navarrete y Valdtis (La Habana, 1875); regre- pendencia (Buenos Aires, 1824), y pasar luego a sando at Plata, de donde partirnos, Atejandro la otra ribera del Plata con El Parnaso Oriental, Magarii'ios Cervantes nos entregO et Album de

6 Guirnalda potitica de la Rep6blica Uruguaya poes/as coleccionadas con algunas breves notas (Buenos Aires, 1835); nos sattarnos aJuan Maria (Montevideo, 1878); prueba de que el movi- Gutitirrez y seguimos con ElParanaso Granadi- miento literario y politico abarcaba zonas no no, coleccionado por Josti Joaquin Ortiz (Bogo- independientes la da Manuel Maria Sarna, con su tit, 1848); desputis bajamos por la costa del Poetaspuerto-riquetios (Mayagtiez, 1879); Josti Pacifico para dar con laLirapatri6tica delPer6. Maria Garcia Salas contribuye El Parnaso Cen- Coleccic5n escojida depoesias nacionales desde troamericano (primera parte) [Guatemala,

la proclamaci6n de la independencia hasta el 1882].

dia, compilada por Josti Maria Ureta (Lima, Ya at borde del modernismo, Martin Corona- 1853); regresarnos a Colombia, y a La lira gra- do publica su Literatura americana. Trozos es- nadina. Colecci6n de poes/as nacionales, esco- cogidos en prosa y en verso. Originales de au- gidas y pubhicadas por Josti Joaquin Borda y Josti tores nacidos en Amtirica Latina (Buenos Aires, Maria Vergara y Vergara (Bogotit, 1860); en 1885), Julio Anez junta su Parnaso colombiano seguida nos topamos nada menos que con Ricar- (Bogotit, 1886-87), compila RamOn Uriarte su do Patina y sus Dos poetas (Don Juan Mar/a Galeria potitica centro-americana. Colecci6n Gutitirrez y Dotia Dolores Ventenilla (Valpa- de poes/as de los mejores poetas del Centro raiso, 1861); mits adelante darnos con Josti Tori- (Guatemala, 1888), at paso que Manuel Pio bio Polo, quehacompiladoElParnasoPeruano, Chavez y Manuel Rafael Valdivia sacan su Lira 6 Repertorio de poes/as nacionales antiguas y arequipefia. Colecci6n de las mds selectaspoe- modernas, precedidas del relato y biograf/a de s/as de los yates antiguos y modernos (Are-

su autor (Lima, 1862); en et sur nos espera quipa, 1889) En ese mismo aflo Josti Manuel Tomits Giitldez con La guirnalda argentina. Estrada da a la luz su Lira argentina; recopila- Foes/as de j6venes argentinos (Buenos Aires, ci6n de poes/as selectas de poetas argentinos

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FUNDADORES DE LA HISTORIA LITERARIA LATINOAMERICANA 879 (Buenos Aires, 1889). Por iittirno, ya en pleno presentada a concurso, y que fue publicada en modernismo, Pedro Pablo Figueroa todavia da a 1878; la Historia de la literatura en Nueva Gra- la estampa los Prosistas y poetas de Amtrica nada, del colombiano Josti Maria Vergara y moderna (Bogotit, 1891). La tendencia cutmina Vergara, cuya Parte Primera abarca Desde la con ta pubticaciOn de "pamasos" de casi todos conquista hasta la independencia (1538-] 820) los paises latinoamericanos por ta Editorial (Bogotit, 1867); ta obra del ecuatoriano Juan Maucci, de Barcelona, entre aproximadamente LeOn Mera, Ojeada hist6rico-cr/tica sobre la

1910 y 1925. Son colecciones desiguales, de poes/a ecuatoriana desde su poca mds remota caritcter erninentemente comerciat, a veces sin hasta nuestros d/as, cuya segunda ediciOn se prOlogos ni noticias biogritficas. Revelan, eso si, publicO en 1893, y que Mentmndez Petayo, en su cuitnto se ltegO a cotizar ta poesia americana Antolog/a cita por una primera ediciOn que no he despuds del modernismo, y et impulso que toda- podido encontrar. via tenia el movimiento potitico que los fundado- El sesgo historicista de estos tibros acadtmmi- res iniciaron y prornovieron con sus antotogias. cos parece oponerse at "presentismo" de las Aparte de las antotogias aparecen libros de antotogias. Muchas de las prirneras, asi como critica o crOnica literaria sobre los escritores algunas de las tempranas crOnicas titerarias, latinoamericanos, escritos por otros tatinoameri- constituyen manifiestos potmticos arnericanistas canos, to cuat empieza a dernostrar et espesor de porque recogen textos de poetas de diversos ta tradiciOn. Por ejemplo, et chiteno Miguel Luis paises tatinoamericanos, pero tambitin porque Arnunittegui, pubtica en 1882 una Vida de Don abarcan casi exclusivamente et periodo posterior Andrs Bello (Santiago de Chile). Entre los mits a la independecia, o at comienzo de los movi- representativos de esta tendencia se encuentran mientos independentistas. Resutta claro que una los del colombiano Josti Maria Torres Caicedo, de las ideas implicitas en estos tibros es que la Ensayos biogrdficos y de cr/tica literaria sobre titeratura latinoamericana empieza con ta ruptu-

losprincipalespoetas y literatos hispanoa-ame- ra politica, y el nacimiento de las naciones libres. ricanos (Paris, 1863-68) en tres vohimenes; del Pero, naturatmente, desde ta perspectiva venezolano Rufino Blanco-Fombona sus Auto- historicista propia de estos romitnticos, semejan- res americanosjuzgadospor los espai9oles (Pa- te torna de posiciOn no podia sino constituir una ris, 1913); del chileno J.V. Lastarria, sus peticiOn de principio. i,De dOnde surgia esa nue- Recuerdos literarios; datospara la historia lite- va literatura, cuitles eran sus antecedentes? La

raria de la Am/rica espaiiola i del progreso obsesiOn con to colonial de los libros acadtmrnicos intelectual en Chile, 2ndaed. (Santiago de Chile, sugeria una respuesta, si bien probternittica. 1885); del mexicano Francisco Sosa, ta colec- Juan Maria Gutitmrrez, que cabe en todas las ciOn de ensayos Escritores y poetas sud-ameri- subcategorias de fundador, inclusive la de anti- canos (Mtmxico, 1890), donde ya se habta y cuario, se planteO, por to menos implicitamente, discute con sus predecesores; y del argentino ta pregunta sobre los origenes de ta nueva titera- Martin Garcia Merou, sus entretenidas y reveta- tura, to cual to llevO a considerar et papel de las doras Confidencias literarias (Buenos Aires, letras cotoniates en la historia de la literatura 1893). latinoarnericana, con todos los problemas que Tambitin aparecieron obras de mits empaque esto suscita, tanto en et plano literario como en et acadtmrnico, como las del chiteno Diego Barros potftico. Beatriz Sarlo ha estudiado tticidamente Arana, cuya proyectada Bibliotheca americana. las complicaciones a las que se enfrentO Gutid- Collection d' ouvrages intdits ou rares sur rrez at estudiar ta literatura colonial. AntOtogo, l'Am/rique quiso pubticar obras de los siglos Gutidrrez fue tambitin critico e historiador, como XVI y XVII; las muchas del mexicano Joaquin su compatriota y maestro Esteban Echeverria, Garcia Icazbalceta, como sus traducciones de los los cubanos Antonio Bachitter y Morales y Do- diittogos tatinos de Francisco Cervantes de mingo del Monte, ademits de los criticos acadtm- Salazar, y su estudio sobre Francisco Terrazas micos antes mencionados. En mayor o menor y otros poetas del siglo XVI; los Informes pre- grado, con mits o menos conciencia metodolO- sentados al decano de la Facultad de Huma- gica, estos individuos (algunos de los cuales

nidades sobre la Historia de la literatura cob- apenas dejaron huelta en la historia que ayuda-

nial de Chile (1541-1810), por Gregorio Victor ron a forjar) intentaron darrespuesta a tapregun- Amunittegui y B. Vicuiha Mackenna, que son una ta sobre el principio u origen de ta literatura Cu- critica de ta Historia de la literatura colonial de ya existencia proclarnaban.

Chile, de Josti Toribio Medina, que habia sido Corno es natural, pensar en la existencia de

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una literatura latinoamericana, y escribir su his- raria misma constituyO. Por un lado habia un toria significa etaborar una narrativa, que ha de ditema politico. La cotonia pertenecia al pasado tener principios, medios y, si no finales, si un espafiol que se trataba de borrar, i,cOmo conceder enlace con el presente. La imaginaciOn rorninti- valor a unas obras concebidas bajo ta dgida del ca en que se fragua ta idea de la literatura latinoa- coloniaje, que era la patabra que se utilizaba mericana es eminentemente narrativa, como to entonces? A esto se sumaba, ademits, un proble- es ta ciencia de la filotogia que expresa su con- ma estdtico: muchas de las obras bajo considera- cepto del nacirniento y desarrolto de las tenguas ciOn eran francamente barrocas, algo que los y titeraturas nacionates corno una evotuciOn que romdnticos detestaban, y asociaban a ta domina- puede ser desentrafiada, at iguat que la de los ciOn espafiola. Crear un origen a base de estos fOsiles que descubre y estudian los naturatistas. ingredientes no era tarea fitcil en absotuto. i,Y cuitt habia de ser el principio de ta literatura Esbocemos ta forma de esa narrativa, aten- latinoamericana? En la tradiciOn fitotOgica la diendo at origen o principio, es decir, viendo historia literaria comenzaba con un canto tmpico, cOrno situaron los fundadores obras coloniales que expresaba el nacer de una tengua y una corno Arauco domado o Espejo de paciencia, literatura cuyo origen era la tradiciOn popular. para observar mits de cerca los diternas y contra- Esto dio pie a los minuciosos estudios sobre la dicciones a que se enfrentaron, y las soluciones Chanson de Roland, los Nibelungenlieder, y et que les dieron. Esas sotuciones, que tienen una Poema de M/o Cid. Desde luego, et origen de ta coherencia propia, independiente del objeto de tradiciOn literaria latinoarnericana, el inicio de la estudio, se convierte en un origen ficticio de la narrativa de su historia podia rnuy bien ser la manera que to es et inicio de cuatquier proyecto titeratura medieval espafiola, asi como la del narrativo novelistico. Es en este sentido que la Siglode Oro. Peroesto lahabriahechono distinta historia de ta titeratura tatinoamericana es a la y autOctona en su desarrollo, sino una especie de vez expresiOn y producciOn de la ideotogia que la aptmndice, rama, o desviaciOn. El origen tenia informa. Veamos el proceso en Juan Maria indefectibtemente que ser la titeratura escrita en Gutitmrrez (1809-1878) y Josti Toribio Medina la colonia, con todos los engorrosos probtemas (1852-1930). A pesar de los casi cincuenta altos que sernejante postulado acarreaba. Juan Maria que los separan, ambos hacen partir sus esque- Gutitmrrez, Josti Antonio Echeverria, Josti Tori- mas narrativos de un mismo principio, que si- bio Medina y otros de los fundadores de ta nian basitndose en idtmnticas ideas matrices, y historia titeraria latinoamericana formularitn un sus contradicciones. principio narrativo que parte de la cotonia, y que Lo que ttevan a cabo los fundadores es una tiene con frecuencia en su base un poema tipico monumentatizaciOn de la tipica colonial, basada renacentista, como La araucana, Espejo de pa- en et modeto rornitntico-fitolOgico del origen y ciencia oArauco domado. evotuciOn de las tenguas europeas. Por

i,Qutm papel desempefiaron, especificamente, monumentatizaciOn, ttmrmino que creo derivar de en las meditaciones de esos fundadores las obras Nietzsche, quiero decir otorgar un lugar privite- escritas en el Nuevo Mundo durante los siglos giado a algo, hacerto encamar, en estado puro, las XVI y XVII? Es evidente que, dado to ya visto metitforas centrates de una ideotogia; metitforas sobre et surgirniento de la nociOn de literatura en que se intensifican en proporciOn inversa a ta los siglos XVIII y XIX, se cornete un anacronis- fatta de adecuaciOn del objeto que se pretende mo at referirse a la literatura, o a la estdtica de la incorporar. El monurnento, en este sentido, se literatura colonial latinoamericana, a no ser que erige segiin patrones anittogos a los que rigen la hagamos aclaraciones muy pormenorizadas de ficciOn, pero, o tat vez por eso mismo, to carac- to que se quiere decir con semejantes ttmrminos. teriza aquetla parte del discurso que rectama et Pero sOlo tomando conciencia del anacronismo privitegio de revelar ta verdad. La verdad, to podernos situamos en la dificit posiciOn de aquti- verdadero, es el tema obsesivo de la mon- lbs que quisieron proponer, no ya la existencia urnentatizaciOn. Esta es, pues, la proyecciOn o de una literatura tatinoamericana, sino tambitin hipostasis del nticleo conceptual/metafOrico que de dotar a tista de una historia. Al intentar esto constituye una ideologia, y en et interior de tiste, tiltimo, las obras del periodo colonial se irguie- frecuentemente, una disciptina. El modeto ro- ron corno interrogante, ya que representaban mti.ntico-fitolOgico se basaba en una especie de ejemptos comprobatorios o excepciones engo- esquerna evolutivo que iba de to simple a to rrosas de las teorias que sirvieron para apuntatar complejo, de to primigenio a to decadente y la empresa narrativa que la historigorafia tite- gastado, de to uno a to plural y prolijo, de to claro

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FUNDADORES DE LA HISTORIA LITERARIA LATINOAMERICANA 881 a to ambiguo o confuso. Por eso el atractivo de la resonancias y repercusiones, que el argentino tipica para la historiografia literaria romitntico- ttevO a cabo con toda deliberaciOn y cuidado. filolOgica, con sus hdroes de una sola pieza y su Gutitmrrez ptantea, en un ensayo contemporitneo mundo maniqueo dividido entre buenos y malos. a su ediciOn, recogido en el volumen intitulado La dpica es un origen ai'iorado, cuya violencia Escritores coloniales americanos, los criterios congtmnita representa la ruptura y el nacimiento. que to impulsan a estudiar y hacer accesible el En el estudio de las lenguas semejantes esquerna poema de Ofia, mits attit de su aficiOn de coleccio- remitia ala "ttOnica" reducciOn al absurdo de una nista. Algo que podria sorprendernos es que supuesta lengua primitiva dotada, digamos, de Gutitmrrez no se hace ilusiones en cuanto at valor sOlo tres sonidos vocitlicos, que tuego se modifi- titerario detArauco domado. Escribe: "Dos cen- caban y pluratizaban. Desde et punto de vista turias y media han pasado sobre et poema de que etimotOgico, otra reducciOn at absurdo seria vamos hablando, y en consideraciOn a sus altos aqudlta que nos ltevara de raiz a raiz (el sisterna tiene derecho a que te sean perdonados sus dejos metafOrico de la fitotogia es derivado de las de mat gusto, la afectaciOn de sentencioso, las nacientes ciencias naturales), hasta ta raiz prirni- flaquezas de entonaciOn, y el desgrefio y poca tiva, la ur-raiz, que seria unapatabra, una sola, de culturaque aveces empaltan sus estancias" (360). ta cual se derivaron todas las dernits cuando et Lo que le importa subrayar a Gutitmrrez, para mundo cayO en ta temporatidad. Hay una exatta- conseguir lamonumentalizaciOn del poema, es ta ciOn de vatores nacionates asociados a esta sen- verdad histOrica que dste supuestamente contie- citlez esttmtica, lingilistica, titica y politica, que ne, y por to tanto su valor como testimonlo de ta provienedetprimitivisrnogeneral de taideologia singularidadde Chile y deAmtmricacorno territo- romintica, que es to que la hacia rechazar el rio del que puede surgir una expresiOn artistica barroco. El vincuto de estas tipicas renacentistas, propia. Las diferencias fundamentales y funda- convertidas en tipicas nacionates por los funda- doras no pertenecen at empaque renacentista de dores, con la historia politica y cultural es corn- la tmpica de Oiia, que mas bien vendria a ser un plejo e importante, porque ttegan a convertirse impedimento para ta manifestaciOn de to auttin- en to mits prOximo a un mito o teogonia que ta tico y genuino, sino et contenido que refleja con mentatidad moderna pueda conjurar. La tipica fidelidad hechos fehacientes y especificos que asi concebida hace de los hechos que se conside- marcan un origen real, que ha ocumdo en un ran como inaugurates en ta historia de la naciOn tiempo y espacio determinados. Dice Gutitmrrez: actos nimbados por una aureola mitica. Pero la "Su tibro [de Ofia] es precioso, no por to raro que tipica colonial, y aqui reside la interesante con- se ha hecho en et mundo, sino porque es una de tradicciOn, era renacentista, especificamtne deri- las fuentes a que se ocurre a empaparse en la vada de los cuttisimos Ariosto y Tasso, y con verdad cuando se ha de escribir sobre ciertos caracteristicas casi diametratmente opuestas ala periodos de taprimitivahistoriade Chile" (357).

versiOn romitntica. Este es et reto y el inicio de Los ttmrminos claves aqui son "empaparse en la una de las ficciones filotOgicas mits compticadas verdad" y "primitiva historia," que remiten at compuestas por los fundadores. esquema antes visto de ta tipica segtin ta fOrmula Durante su exitio en Chile, Juan Maria romtintica. La torpeza format hace mits auttmntico Gutitmrrez se tornO el inmenso trabajo, sobre todo et poerna; leerto equivale a revivir la primitiva para su tipoca, de hacer una ediciOn del Arauco historia, en el sentido positivo del ttmrmino, a domado, que pubticO en Valparaiso en 1848. Su dejarse penetrar por ella, a "empaparse." Primi- empresa tiene mucho en corntin con ta de Josti tivo y rudo remiten at origen informe en que ta Antonio Echeverria, en Cuba, que se afanO por verdadchisporroteaentaviotenciadetnacimien- dar a conocer el Espejo de paciencia, obra que to. Los motivos de Ofia, segiin Gutitmrrez, se sitiha en el principio de ta tradiciOn literaria resurnian asi: "Eran las glorias de su patria las que cubana, y que "rescata" de ta primera historia de debia cantar; et sueto de su nacimiento el que la ista.4 Tambitin es parateto et interds de Gutid- debia describir" (356). El compitador de Amri- rrez por la tipica at del chileno Diego Barros ca po6tica remata su ensayo con un resonante Arana, quien fundO en Paris una cotecciOn de manifiesto de americanismo potitico y una de- obras americanas, todas cotoniales, y ta inaugurO fensa de la literatura colonial. Prirnero explica con una ediciOn del Puren ind6mito del capititn que, por haber estado fundida Arntmrica a ta Fernitndo Alvarez de Toledo.5 Por modesta que metrOpoli, "pasaron como cosas de Espaiia los nos parezca hoy Ia ediciOn que Gutitmrrez hizo hombres americanos y tambitin sus obras," y del poema de Ofia, se trata de un acto pleno de proctama que "Las glorias de nuestro continente

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882 HISPANIA 75 OCTOBER 1992 no han empezado a ser nuestras, sino desde dina: principios de este siglo" (372). Conctuye asi, en dectaraciOn que abre con un endecasfiabo de ta Por lo tanto, el Arauco i sus pobladores, las empresas Grandeza mexicana de Bernardo de Batbuena: realizadas en ese estrecho pedazo de tierra, fueron las que despertaron el jenio po6tico de Ercilla e influenciaron completa i decididamente las tendencias de su obra. A no Donde nadie crey6 que hubiese mundo, estaban destina- haberse tratado mas que de los espafioles o de otros enemi- dos a nacer nada menos que los inspiradores, 51 00 los - gos que los araucanos, es mui probable que jamhs hubiese maestros, de los portentosos ingentos europeos. Si el mexi- intentado hacer resonar la trompa dpica en otras soledades cano Ruiz de Alarc6n no hubiese escrito la Verdad Sospe- que no fuesen las de Puren. De aqui por qud laAraucana es chosa, no contaria el teatro franc6s, entre sus bellezas eminentemente chilena i debe ocupar un lugar en nuestra clsicas al Mentiroso de Corneille. Si Pedro de Otia, no literatura; siendo digno de notarse que no sucedia en Ercilla hubiese escrito el Arauco Domado, es muy probable que to que en algunos de sus compatriotas que desde sus Lope de Vega, tampoco hubiera escrito el drama de igual primeros afios demostraron decididainclinaci6n aversificar, titulo, ni el canto de amor y las escenas al borde del agua, de tal modo que ella habria jerminado en cualquier lugar entre Caupolictin y su querida que embellecen la primera ocasi6n que fuese. Nuestro poeta no contaba mas bagaje jornada (372). literario en esta dpoca que cierta "Glosa"...(I, p. 4). Los escritores cotoniates aparecen asi no corno Medina le atribuye a las guerras del Arauco el epigonos de los europeos, sino at contrario, corno mismo despertardel don potitico de Ercitta: no ya sus precursores, sin duda porque habitan ese et poema, sino la posibitidad de escribirlo tiene momento primigdneo de ta historia que sOlo su origen en el encuentro del poeta con el medio, puede ser expresado cabalmente en un poema que to marca indelebternente, y to capacita para tipico. La monumentalizaciOn queda concluida producir el texto de fundaciOn. Por eso Medina con este gesto final. abre su Literatura colonial de Chile con tres Gutidrrez tomO la precauciOn de erigir como capftulos sobre Ercitla, que son ta base sobre la monurnento del origen una obra escrita por un cuat va a erigir todo su proyecto narrativo. natural de Amdrica, pero Josti Toribio Medina se impone ta mits ardua de hacer de La Araucana el fundamento necesario, a pesar del irreductible espafiolismo de Ercilta, que dl, por cierto, nunca se edificio ha seguido en piti hasta hace niega. COmo tildar entonces de chileno at poe- muy poco. La marejada teOrica de los tittimos ma? El argurnento de Medina se arma de la veinte altos nos ha permitido ver to convencionat siguiente manera. Lo tinico que vale la pena de la de su andarniaje, las ficciones que soportan su literatura colonial de Chile es to referente a las fundaciOn. Lo cuat no quiere decir que no acep- guerras con los araucanos; todo to demits es temos su caracter fundacional, por et contrario. digno de olvido. Dice en la "IntroducciOn" a La Hoy nos parece que et Barroco, con su dnfasis en literatura colonial de Chile: "Qui6n iit hoi a to falso, con su deleite en to comptejo y ambiguo, leer la vida de misticos personajes, los abultados con su negaciOn del mundo natural y valoraciOn voltimenes de sermones, las recopilaciones de delirante de la cultura y sus cOdigos, es un versos disparatados que en ta metrOpoli del fundamento mits auttintico de la historiografta virreinato se escribieron en aquel tiempo? I, por literaria tatinoamericana; que no hay que encu- et contrario, un libro cuatquiera de entre los brir las contradicciones de una titeratura que no nurnerosos que se redactaron sobre Arauco, no contaba con un origen conveniente y propio, sino sent siempre un monumento digno de hacer visible el vacio del principio, la fragitidad consultarse?" (xii) El terna de las guerras, que de toda fundaciOn literaria. Por eso vatoramos a corno vimos ya es de por si un elernento impor- Batbuena, a Sor Juana, a Sigiienza, y nos parece tante de la dpica como texto del principio, es to que to mits interesante de ta tipica colonial es et que marca a esa literatura, to que le da una violento desface entre ta artificiatidad renacen- impronta propia. A esto se suma otro hecho tista y el mundo en ciernes en el que surgiO. fundamental, que los poetas que cantaron las Desde luego, para ser consecuentes, tenemos guerras del Arauco fueron todos participes en que admitir que nuestra re-escritura sea de la tistas, por to que su testirnonio es venidico, pro- tradiciOn, no de ta historia, y que nuestra versiOn ducto de la experiencia, no de la literatura. Por to de la historiografla titeraria tatinoamericana tanto, esa literatura es ya chilena, porque emer- sent objeto de coleccionistas y anticuarios, y ge de episodios ocurridos en territorio chileno, que en un congreso futuro los mismos tftutos de que determinan el cartcter de todo texto, fuera nuestros tibros pareceritn pintorescos y dignos cuat fuera la nacionalidad del autor. Dice Me- de admiraciOn.

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FUNDADORES DE LA HISTORIA LITERARIA LATINOAMERICANA 883 * NOTAS A. Franck, 1862. Campra, Riosalba. "Las antologias hispanoamericanas del El presente ensayo surgi6 al intentar escribir una siglo XIX: proyecto literario y proyecto politico." Ca- introducci6n a la Cambridge History of Latin American sa de las Amricas no. 162 (1987): 37-46. Literature, que redacto y organizo en colaboraci6n con Diecknmann, Herbert. "Esthetic Theory and Criticism in Enrique Pupo-Walker. Debo a mi colega y amigo mucho en the Enlightenment: SomeExamples ofModernTrends." la elaboraci6n de las ideas aqui contenidas, asi como a Introduction to Modernity. Austin: UT Press, 1965.63- Georgina Dopico-Black, que me ha asistido tanto en la 105. investigaci6n como en la misma redacci6n. Es probable que Gonzlilez Echevarria, Roberto. "Reflexiones sobre Espejo muchas de estas pliginas vuelvan a aparecer en la mencio- de paciencia." Nueva Revista de Filologia Hispdnica nada History, aunque deben verse aqui como Work-in- (Colegio de Mdxico) 35.3 (1987): 571-90. Progress en el mejor de los casos. Gonzklez-Stephan, Beatriz. La historiograffa lit eraria del 2Debo no pocas de mis ideas en este p6rrafo yen el resto liberalismo hispanoamericano. La Habana: Casa de las del ensayo al trabajo de Herbert Dieckmann citado en la Amdricas, 1987. bibliografia. Gutidrrez, Juan Maria, ed. Amtrica poetica. Coleccuin irritaci6n la provoca el paternalismo de Mendndez escojida de composiciones en verso, escritas por ame- y Pelayo, y su capacidad para denigrar (por ejemplo, dice ricanos en el presente siglo. Valparaiso: Imprenta del que Phicido escribe "disparates sonoros"). Tambido, por Mercurio, 1846. supuesto, de su ampulosa ret6rica. No obstante, Ia Antolo- __________,ed. Arauco domado. Compuesto porel Licen- gia es un trago amargo (y largo) que los hispanoameri- ciado Pedro de Ofia. Valparaiso: Europea, 1849. canistas no podemos rechazar. ___________ Escritores coloniales americanos. ed., pr6lo- Para mas detalles sobre este proceso, ver mi trabajo go y notas de Gregorio Weinberg. Buenos Aires: Rai- sobre Espejo de paciencia. gal, 1957. 345-80.

La colecci6n se lIam6 Bibliotheca americana. Medina, Jos6 Toribio. Historia de la literatura colonial de Collection d'ouvrages in6dits ou rares sur l'Am6rique, y la Chile. Santiago de Chile, 1878. public6 Ia Librairie A. Franck, de Pari5. Mendndez y Pelayo, Marcelino. Antologia de poetas hispanoamericanos. Publicada por la Real Academia * OBRAS CITADAS Espaiiola. Tomo I. Mtxico y Amtrica Central. Ma- drid: Est. Tipogrdfico "Sucesores de Rivadeneyra," Anderson Imbert, Enrique. Historia de la literatura hispa- 1893. noamericana. Mdxico-Buenos Aires: Fondo de Cultura Ross, Kathleen. "'Alboroto y motin de M6xico': una noche Econ6mica, 1965. (primera edici6n de 1954). triste criolla." Hispanic Review 56 (1988): 18 1-90. Barros Arana, Diego, ed. Pur6n ind6mito. Poema por el Sarlo Sabajanes, Beatriz. Juan Maria Gutirrez: historia- Capitdn Fernando Alvarez de Toledo, publicado bajo la dor y critico de nuestra literatura. Buenos Aires: direcci6n de don Diego Barkros Arana. Paris: Librarie Exueta, 1967. 78-106.