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Su Historia Alcazarquivir está situada en el noroeste de Marruecos, sobre el extenso valle fluvial del río Lucus, que la rodea por el sur y el oes- te, ocupando el centro de una extensa co- marca agrícola y ganadera. Su proximidad tanto al Atlántico como al Mediterráneo, a unos 30 y 90 km de distancia respecti- vamente, favorece un clima mediterráneo con influencias atlánticas muy similar al del suroeste de la Península Ibérica. El perio- do estival se caracteriza por altas tempe- raturas, en parte mitigadas por la influen- cia oceánica. En la actualidad, la ciudad es una Comuna Urbana de 130.000 habitan- tes perteneciente a la provincia de Larache. Su principal carretera de acceso es la ruta Tánger-Rabat-Fez. Posee estación de ferro- carril que la enlaza con las referidas ciudades. Tradicionalmente se ha visto so- metida a constantes inundaciones por el des- bordamiento del Lucus. En los últimos años, la construcción del pantano Wad al- Majazen ha solucionado estos riesgos y ha permitido ampliar notablemente las zonas de regadío, destacando por su fertilidad las tierras negras del valle del Lucus. Durante la Prehistoria la región próxima a Alcazarquivir estuvo habitada, co- mo atestiguan las pinturas rupestres datadas en el Neolítico antiguo, realizadas en cuevas y abrigos de la montaña, dólmenes y talleres líticos encontrados cer- ca de la ciudad. El entorno de Alcazarquivir y los meandros del bajo Lucus se han asociado, por su fertilidad y posición geográfica, al lugar del extremo Occidente donde la mitología sitúa uno de los trabajos de Hércules en su expe- dición al Jardín de las Hespérides. La fácil comunicación de Alcazarquivir con la cercana Lixus, de gran importancia en la Antigüedad y cuyo emplazamiento está aguas abajo en la desembocadura del Lucus al Atlántico, agilizó el tempra- no acceso de la región a los intercambios culturales y económicos que, a partir de la Protohistoria, se produjeron en el área del Estrecho de Gibraltar. La pre- sencia fenicia en yacimientos arqueológicos de los alrededores de la ciudad de- nota la llegada de aquellos primeros colonizadores procedentes del Mediterráneo oriental. La actual Alcazarquivir se cree que se alza sobre Oppidum Novum, an- tigua plaza fuerte o urbe romana de la Mauritania Tingitana, de la que se han encontrado numerosos vestigios aislados a lo largo de los últimos siglos. Éstos se han ido haciendo más patentes en el siglo XX cuando se realizaron grandes obras públicas como la urbanización del Ensanche español y en trabajos más re- cientes de ampliación de la red de saneamiento y restauración de la mezquita mayor. En la ciudad se han localizado cerámicas, monedas, mármoles, canaliza- ciones, y losas con inscripciones romanas, como las que forman parte del almi- nar de la citada mezquita. Una presenta el interés de estar escrita en griego y se ha relacionado con la presencia bizantina en el norte de Marruecos durante el siglo VI d.C. La pervivencia de la antigua ciudad romana debió extenderse has- ta el ocaso de la presencia visigoda en el norte de África en el siglo VII d.C. Estos hallazgos, unidos a los datos de las fuentes, justifican que Alcazarquivir sea con- siderada una de las siete ciudades preislámicas de Marruecos. Con la llegada del Islam al Magreb, bajo la dinastía Idrisí, la ciudad musul- mana se desarrollará sobre el emplazamiento anterior, siendo fundación de la tribu de los kutama a inicios del siglo VIII. Por su situación estratégica, en el pa- so entre el sur y el norte de Marruecos, y sus posibilidades agrarias y de comer- cio, sus fundadores aspiraron a convertirla en el centro urbano más importan- te de todo el Marruecos septentrional, comenzando en esta época la construcción de su gran mezquita. El primitivo nombre de la incipiente ciudad tuvo tres acepciones: Suq Kutama, Ksar Kutama y Ksar de Abdelkarim al-Kutami, sustituido después por el que hoy lleva (Ksar al-Kebir: la gran fortaleza), deno- minación que traslada una idea del pasado esplendor. Al-Bakri, historiador an- dalusí del siglo XI, la menciona como Suq Kutama. Cita la existencia de un cas- tillo situado sobre una colina dominando un gran río. El geógrafo al-Idrisi, que escribió a comienzos del XII, refiere que el origen de la ciudad fue un zoco que tenía también bazares de importancia, situado en la intersección de los cami- nos que iban de Basra a Tánger, y de Asilah y Tchemmich (Lixus) a Fez. Durante el periodo Almorávide (siglos XI-XII) sólo es mencionada como lugar de paso hacia al-Andalus de grandes contingentes militares. La ampliación que se hace en este periodo de la antigua mezquita mayor idrisí consolida su significado y función en una ciudad que experimenta un cierto crecimiento demográfico. En época Almohade (siglos XII-XIII) comienzan a instalarse en ella familias de al- Andalus. En el siglo XII llega a Alcazarquivir, procedente de Silves, Mawlay Alí Ibn Abu Galeb, hombre muy docto que convirtió la ciudad en un centro de es- tudios religiosos. Dotado de santidad, a su muerte fue enterrado en un mauso- leo en el exterior de la ciudad, en la zona de Bab Sebta. Posteriormente se le hizo patrón de Alcazarquivir. Lalla Fatima Andalusiyya (siglo XIII) fue otra mu- jer piadosa cuyo mausoleo se sitúa al oeste del barrio Bab el-Oued, junto a la antigua puerta de Bab Banatyen. El recinto urbano fue circuido por una mura- lla en tiempos del califa almohade Yacub al-Mansur (1163-1184) quien refor- mó y amplió la mezquita mayor dotándola del aspecto e importancia que con- serva hoy. Construyó también unos baños y residencias de recreo y de caza. Bajo su reinado Alcazarquivir llegó al máximo apogeo. Fue una de las primeras ciudades del norte en aceptar el gobierno de la di- nastía Meriní (siglo XIV), que ahora cobra importancia en la política marroquí y en sus relaciones con al-Andalus, concretamente con los nazaríes de Granada. Durante este tiempo estuvo gobernada por los Rais Axqueilula, una familia prin- cipesca procedente de la ciudad andalusí de Guadix que gozó de una amplia au- tonomía y engrandeció la ciudad. En época del sultán meriní Abu al-Hassan (1331- 1351) se construyó la madraza anexa a la mezquita mayor, importante centro de formación religiosa. El historiador Ibn Jaldún hace referencia a este periodo de la ciudad. Quedan vestigios de esta época en el cementerio de Sidi Rais Axqueilula, donde está enterrado, con otros familiares, el rais o príncipe Abu al-Hassan, cuya tumba es objeto de veneración. Al extinguirse el poder de los Banu Axqueilula, Alcazarquivir entra en decadencia, acentuada durante el go- bierno de la dinastía Wattasí (siglos XV-XVI), a lo que se suma la ocupa- ción portuguesa de ciudades del li- toral. En época wattasí el Estado era casi inexistente y la población temía las pretensiones expansionistas de los europeos desde las plazas que iban ocupando en el litoral. En es- te momento el norte de Marruecos estaba gobernado, a modo de prin- cipados independientes, por fami- lias que tenían una gran autonomía político-militar, como los Ibn Rasid en Xauen, los al-Mandri en Tetuán, o los Ibn Abd al-Hamid Arusi, de Alcazarquivir. León el Africano (ca. 1488-1554) refiere que a finales del XV los ha- bitantes de Alcazarquivir no podían cultivar a más de 6 km de la ciu- dad por la hostilidad de los portu- gueses de Asilah. Durante los siglos XV-XVI sufre incursiones y actos de pillaje, infructuosas en lo militar. La más dolorosa fue la desdichada aventura del rey Sebastián I de Portugal, el acontecimiento histó- rico más sobresaliente de la ciudad, de gran impacto en la política europea: la Batalla de Alcazarquivir o de Wad al-Majazen, librada el 4 de agosto de 1578 junto al río Majazen, al norte de la ciudad, en la que perecen en combate el rey portugués, el sultán Abd al-Malik y el depuesto por él, su sobrino al-Mutawakkil. El vencedor de la contienda fue el hermano menor de Abd al-Malik, Mawlay Ahmed, proclamado sultán en el campo de batalla, que adoptará el nombre de al-Mansur, el Victorioso, y también al-Dahabi, el Áureo o el Dorado. Será este al-Mansur quien consolidará la dinastía Saadí, oriunda del sur del país, logrando la independencia real de Marruecos respecto a las injerencias europeas y turcas. Durante el XVII alcanza un nuevo y corto resplandor bajo el gobierno del Jadir Gailán, que dominó buena parte del norte de Marruecos. En Alcazarquivir cons- truyó su palacio, llamado Dar Gailán, en el barrio Bab el-Oued. Pero a causa de sus enfrentamientos con los sultanes alauíes Mawlay Rashid y Mawlay Ismail, acabó derrotado. Por la lealtad que le había mostrado, la ciudad fue arrasada a mediados del XVII y fueron destruidas sus murallas, ya nunca reconstruidas. Durante el tiempo que los gobernadores al-Riffi dominaron el norte de Marruecos (siglos XVII-XVIII) la ciudad se vio sometida a vejaciones e injusticias, hasta el oca- so de ésta familia originaria del Rif y radicada en Tánger, ocurrido tras la bata- lla de al-Minzah, librada el año 1745 en las inmediaciones de Alcazarquivir, en la que el sultán Mawlay Abdallah derrotó a Ahmed al-Riffi. En 1911 Alcazarquivir se integra en el Protectorado Español en Marruecos (1911-1956). En este periodo se produce el acantonamiento de un gran destaca- mento del ejército y la llegada de una inmigración española que hace crecer su población construyendo, además, una nueva ciudad junto a la vieja medina. Dicho periodo concluye en 1956, durante el mandato del rey Mohamed V, que asume el gobierno soberano del país. Posteriormente, a lo largo de la segunda mitad del XX la ciudad ha ido evolucionando conforme se ha producido las transformación de sus infraestructuras y la modernización de su economía tradicional. Su Urbanismo En 1883 los ingenieros militares españoles elaboran un plano de Alcazarquivir, realizando una descripción física de la ciudad. Nos encontramos ante una ciudad claramente dividida en dos barrios de extensiones muy semejantes: Bab el-Oued al sur y Chriaa (al-Saria) al norte, situándose entre ellos el zoco Sidi Bouahmed. El barrio Bab el-Oued (Puerta del Río) es el más cercano al Lucus y el más anti- guo, ya consolidado a finales de la época idrisí (siglos VIII-X) donde se localiza la mezquita mayor, cuyas fábricas actuales corresponden a las reformas de época almohade. En su entorno encontramos las tenerías, algunos de los afamados te- lares de la ciudad, los restos del antiguo palacio de Gailán y los santuarios de Sidi Rais y Lalla Fatima Andalusiyya. En el contacto de este barrio con el zoco Sidi Bouahmed se localiza el barrio judío (al-Mellah), la alcaicería y numerosos fon- dacs. El barrio Chriaa se desarrolla y consolida en época posterior, en torno al siglo XVI, asentado sobre terrenos a cota algo más elevada y por tanto mejor de- fendido de las aguas del Lucus que periódicamente inundaban la ciudad. Los ele- mentos principales de este barrio son las mezquitas Saida, Sidi Yaqub y Suiqa, y el espacio urbano de la plaza Mers. Restos de la antigua muralla almohade que rodeaba ambos barrios aún eran visibles en esta época, si bien hoy día apenas subsisten, encontrándose el asenta- miento de su traza original a más de 4 m de profundidad por la acumulación de los lodos del Lucus. Estamos por tanto ante una ciudad reconstruida sobre sí mis- ma a lo largo del tiempo a medida que las inundaciones del río se iban sucedien- do. Los espacios exteriores a la madina se ocupaban con huertas, sobre todo en el suroeste hasta llegar al río, resultando tanto la ciudad como las huertas encaja- das en una trama de cauces y arroyos que drenaban esta planicie junto al Lucus. Las intervenciones urbanas de princi- pios del XX operaron sobre una ciudad que por entonces tenía 15.000 habitan- tes bajo una doble visión: la militar y la civil. El control territorial que exigía la estratégica situación de Alcazarquivir, frontera con el Protectorado Francés, ori- ginó a partir de 1911 la construcción de un gran campamento militar e importan- tes infraestructuras. A la vez que se erigían los primeros pabellones del acuarte- lamiento, acompañados de un grupo de viviendas para oficiales en el barrio de la Hara, se inició la construcción del ferrocarril Tánger-Fez, con parada en Alcazarquivir y conexión desde aquí con el puerto de Larache, el puente Kerma sobre el Lucus y la mejora de las carreteras hacia Tánger y Larache. Estas opera- ciones provocaron el derribo de los ya por entonces escasos restos de la muralla almohade. Los ingenieros militares, autores de todas estas obras, también inicia- ron los proyectos del Hospital Civil, el Matadero y el alcantarillado de la zona de acuartelamiento, ocupando el periodo comprendido entre 1911 y 1920. En este momento tuvo lugar un notable crecimiento demográfico debido al asenta- miento de numerosos campesinos de la comarca atraídos por la mayor seguridad de la plaza y la llegada de españoles. Así pues, la acción civil es al principio casi inexistente debido a que es la mi- litar la que toma la iniciativa. Hay que esperar al inicio de los años veinte para ver comenzadas las primeras obras de abastecimiento de agua y saneamiento de la ciudad, así como la construcción del cementerio católico, un dispensario y las primeras escuelas españolas. El impulso urbanístico definitivo se debe al cónsul Isidro de las Cagigas quien directamente, y no a través de arquitectos o ingenieros, planificó y trazó la ciu- dad a partir de 1923. Se dispusieron áreas de ensanche exteriores al norte y oes- te de la ciudad (origen de los actuales barrios Marcha Verde y al-Andalus respec- tivamente), cercanas a la estación de ferrocarril y a las entradas por carretera a la ciudad, sobre terrenos públicos (majzen) y a una mayor cota, para defender- las de las inundaciones del río. Estas zonas quedaban enhebradas por el bulevar Sidi Boughaleb que, partiendo del extremo oeste del zoco Sidi Bouahmed (hoy plaza Moulay Mehdi), discurrió hacia el norte para buscar la carretera de salida a Larache. Esta nueva avenida, junto a la ronda Este (actual avenida 20 de Agosto) que, paralela a la vía del ferrocarril se convirtió en el tramo urbano de la carre- tera a Tánger y Rabat, constituyeron las grandes vías de circunvalación de la ciu- dad, resultando interconectadas a través del zoco Sidi Bouahmed. Los espacios situados entre ambas avenidas y los límites de la ciudad antigua se ordenaron me- diante un trazado urbano de transición, habida cuenta de la desaparición de las murallas, con edificación residencial en manzana cerrada, si bien en el lado este se atendió especialmente a la ubicación de zocos y mercados. El planteamiento de las grandes áreas de ensanche exteriores fue diferente, ocu- pando las manzanas con viviendas pareadas dotadas de jardín, como en el caso del barrio Scrinia o Escriñá (1926), resultando una mezcla de morfología de en- sanche con tipología de ciudad-jardín, característica exclusiva de la ciudad de Alcazarquivir, donde la avenida Sidi Boughaleb y plaza Moulay Mehdi realizan la conexión entre ambas tramas al modo en que lo hacen la plaza de la Liberación en Larache o la plaza Feddán en Tetuán. Las actuaciones urbanas también incidie- ron en el interior de la madina, rehabili- tándose santuarios como Sidi Rais, Sidi Bugaleb o Lalla Fatima Andalusiyya, mezquitas como la Aljama con su madra- za o Sidi al-Hazmiri, las tenerías y otros. La acción de Isidro de las Cagigas venía planteada por la necesidad de alojar a la gran cantidad de población asentada en la ciudad y a aquélla que se esperaba de- bido al impulso agrícola y ganadero que se quería desarrollar en la zona una vez que el ferrocarril ya estuvo en servicio. Los planes de ordenación posteriores, efectuados en 1935 y 1948, se apoyan sobre las directrices iniciales y desarrollan nuevos planteamientos. El primero propuso una mayor jerarquización del viario y un mejor tratamiento de los bordes urbanos mediante espacios públicos y zonas de- portivas, y el segundo, realizado por el equipo de Pedro Muguruza Otaño, una mar- cada zonificación de las actividades, así como zonas de ensanche residencial al nor- te y suroeste, y una zona industrial al otro lado de la vía del ferrocarril. En las zonas de expansión para la población europea se impulsaba la edificación en altura mien- tras que en las zonas para la población musulmana se hacía mediante edificación unifamiliar con huerta o jardín. Por otro lado, trazas de las directrices estéticas de este plan de 1948 son los soportales que se observan en la avenida Mohamed V, de forma análoga a los que encontramos en Tetuán y parcialmente en Xauen. Su Arquitectura La arquitectura española construida en Alcazarquivir durante la primera mi- tad del siglo XX fue reflejando la influencia de los sucesivos estilos. Así, a un primer periodo de arquitectura “neoárabe” producida en la ciudad militar por ingenieros militares en edificios tales como la Sala de Banderas (1919), donde trabajaron artesanos de Fez y Marrakech, sucede una transición a estilos ecléc- ticos de manos de arquitectos como Carlos Óvilo en sus primeras Escuelas (1917), Dispensario (1918) y edificio de Correos y Telégrafos (1924). Posteriormente José Larrucea proyecta el actual colegio Ibn Jaldún (1926) de tintes regionalistas, mien- tras que en los edificios de la antigua Intervención (1926), la iglesia del Sagrado Corazón (1931) o escuela Sidi Bouahmed (1934) es patente su transición hacia un suave racionalismo. En un periodo inmediatamente posterior debemos con- siderar la obra de Francisco Herranz con sus Pabellones en la ciudad militar o el Centro Médico donde el racionalismo se hace más patente. En todo caso fue el zoco el elemento urbano de más presencia en la ciudad, por albergar Alcazarquivir uno de los más importantes en el norte de Marruecos tanto por la cantidad de mercancías como por su diversificación. Su actividad dio lugar a la construcción de dos interesantes edificios: el Mercado Central y el Mercado de Cereales. El primero, de una planta y construido en 1932 en hor- migón armado junto a la plaza Moulay Mehdi, superpone detalles decorativos vernáculos a una planta muy funcional con una interesante composición de hue- cos en fachada. El segundo es obra de Fernando Chueca Goitia en 1953, tam- bién de una planta pero de forma triangular con chaflanes en las esquinas don- de las galerías exteriores porticadas con arcos de medio punto entroncan con la arquitectura desarrollada treinta años antes en esta zona de Sidi Bouahmed. En la arquitectura de la ciudad tradicional que observamos hoy día es des- tacable, aparte de los elementos religiosos mencionados con anterioridad, la especial tipología de los telares, edificios en una o dos plantas con galerías de trabajo abiertas a un patio central, ocupando cada artesano uno de estos mó- dulos. Por otro lado, casas como la Bakali, Odda, Hssissen o R’miki, estas úl- timas construidas en época reciente, son buenos ejemplos de vivienda tradi- cional organizadas alrededor de uno o dos patios, dotadas en algunos casos de jardines. Otros elementos de interés en la medina son los fondacs, las tene- rías, la alcaicería, los espacios urbanos de la calle Diouane (al-Diwan) y pla- za Souk Sghir (Suq al-Sagir) en el barrio Bab el-Oued y plazas Jamaa Saida, Mers, Sidi Yaqub y Souika en el barrio Chriaa. En todo caso, la estrecha relación de Alcazarquivir con su entorno agrario hi- zo que a mediados del XX la ciudad se encontrara rodeada, sobre todo por el es- te, de numerosos aduares donde se asentaba el éxodo rural. El proceso urbanís- tico principal de la segunda mitad del siglo supuso la progresiva urbanización de estos enclaves mediante el loteo de terrenos por parte de la iniciativa priva- da, especialmente intenso en la década de los 70 con la puesta en regadío de los fértiles terrenos que rodean la ciudad tras la construcción de la presa Wad al- Majazen. Alcazarquivir ha triplicado su superficie urbanizada durante los últi- mos treinta años del pasado siglo. Mezquita Mayor. Mezquita Said. Mezquita Souika. Mezquita Sidi Yaakoub. Mausoleo Moulay Aly Boughaleb. Mausoleo Lalla Fatima Andalusiyya. Casa R’miki. Casa Odda. Casa Hssissen. Casa Bakali. Alcaicería. Telar. Tenerías. Fondac Nekaria. Restos de la muralla almohade. La ciudad en 1883. Comisión de Estado Mayor. Cambra de Comerç, Indústria i Navegació de Barcelona. Conjunto de viviendas junto a Sidi Bouahmed (arriba) y Mezquita Saida. Foto Calvache, primera mitad siglo XX. Biblioteca General y Archivos de Tetuán. Monolito de la batalla de Wad al-Majazen (1578). Río Lucus. Detalles decorativos. Iglesia católica del Sagrado Corazón. Portada del antiguo campamento militar español. Torre del Bajá. Sala de Banderas. Grupo Escolar Ibn Jaldún. Colegio Sidi Bouahmed. Ayuntamiento. Mercado Central. Mercado de Ceuta (antiguo Mercado de Cereales). Centro Cultural. Viviendas en plaza Chouhadaa. Fondo Europeo de Desarrollo Regional Iniciativa Comunitaria Interreg III Revisión planimétrica, toponimia y encuesta de edificios: Mohamed Khannoussi y Abdelaziz el-Bali (técnicos municipales de Alcazarquivir) • Asesoramiento histórico: Mohamed Megraoui y Mohamed Akhrif • Texto, selección de edificios, coordinación general: Guillermo Duclos Bautista y Pedro Campos Jara • Fotografía: José Morón y Guillermo Duclos • Plano: Instituto de Cartografía de Andalucía, restituido por RESTISUR (vuelo año 2000) • Edición: Nicolás Ramírez y Heriberto Duverger • Diseño gráfico: Jacinto Gutiérrez & Laduna estudio • Preimpresión: Cromotex • Impresión: Tf Artes Gráficas Edita: Dirección General de Vivienda y Arquitectura. Fomento de la Arquitectura © Junta de Andalucía, Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio Ayuntamiento de Alcazarquivir Depósito legal: M-3660-2009 Ayuntamiento de Alcazarquivir Alcazarquivir Plano guía de arquitectura alcazarquivir_maqueta_(es):Maquetación 1 10/6/09 09:05 Página 1

Alcazarquivir - Junta de Andalucía€¦ · Marruecos, sobre el extenso valle fluvial del río Lucus, que la rodea por el sur y el oes-te, ocupando el centro de una extensa co-marca

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Page 1: Alcazarquivir - Junta de Andalucía€¦ · Marruecos, sobre el extenso valle fluvial del río Lucus, que la rodea por el sur y el oes-te, ocupando el centro de una extensa co-marca

Su Historia

Alcazarquivir está situada en el noroeste deMarruecos, sobre el extenso valle fluvial delrío Lucus, que la rodea por el sur y el oes-te, ocupando el centro de una extensa co-marca agrícola y ganadera. Su proximidadtanto al Atlántico como al Mediterráneo,a unos 30 y 90 km de distancia respecti-vamente, favorece un clima mediterráneocon influencias atlánticas muy similar al delsuroeste de la Península Ibérica. El perio-do estival se caracteriza por altas tempe-raturas, en parte mitigadas por la influen-cia oceánica. En la actualidad, la ciudad esuna Comuna Urbana de 130.000 habitan-tes perteneciente a la provincia de Larache.Su principal carretera de acceso es la rutaTánger-Rabat-Fez. Posee estación de ferro-carril que la enlaza con las referidas ciudades. Tradicio nalmente se ha visto so-metida a constantes inundaciones por el des -bor da miento del Lucus. En los últimos años,la construcción del pantano Wad al-Majazen ha solucionado estos riesgos y ha permitido ampliar notablemente laszonas de regadío, destacando por su fertilidad las tierras negras del valle del Lucus.

Durante la Prehistoria la región próxima a Alcazarquivir estuvo habitada, co-mo atestiguan las pinturas rupestres datadas en el Neolítico antiguo, realizadasen cuevas y abrigos de la montaña, dólmenes y talleres líticos encontrados cer-ca de la ciudad. El entorno de Alcazarquivir y los meandros del bajo Lucus sehan asociado, por su fertilidad y posición geográfica, al lugar del extremoOccidente donde la mitología sitúa uno de los trabajos de Hércules en su expe-dición al Jardín de las Hespérides. La fácil comunicación de Alcazarquivir conla cercana Lixus, de gran importancia en la Antigüedad y cuyo emplazamientoestá aguas abajo en la desembocadura del Lucus al Atlántico, agilizó el tempra-no acceso de la región a los intercambios culturales y económicos que, a partirde la Protohistoria, se produjeron en el área del Estrecho de Gibraltar. La pre-sencia fenicia en yacimientos arqueológicos de los alrededores de la ciudad de-nota la llegada de aquellos primeros colonizadores procedentes del Mediterráneooriental. La actual Alcazarquivir se cree que se alza sobre Oppidum Novum, an-tigua plaza fuerte o urbe romana de la Mauritania Tingitana, de la que se hanencontrado numerosos vestigios aislados a lo largo de los últimos siglos. Éstosse han ido haciendo más patentes en el siglo XX cuando se realizaron grandesobras públicas como la urbanización del Ensanche español y en trabajos más re-cientes de ampliación de la red de saneamiento y restauración de la mezquitamayor. En la ciudad se han localizado cerámicas, monedas, mármoles, canaliza-ciones, y losas con inscripciones romanas, como las que forman parte del almi-nar de la citada mezquita. Una presenta el interés de estar escrita en griego y seha relacionado con la presencia bizantina en el norte de Marruecos durante elsiglo VI d.C. La pervivencia de la antigua ciudad romana debió extenderse has-ta el ocaso de la presencia visigoda en el norte de África en el siglo VII d.C. Estoshallazgos, unidos a los datos de las fuentes, justifican que Alcazarquivir sea con-siderada una de las siete ciudades preislámicas de Marruecos.

Con la llegada del Islam al Magreb, bajo la dinastía Idrisí, la ciudad musul-mana se desarrollará sobre el emplazamiento anterior, siendo fundación de latribu de los kutama a inicios del siglo VIII. Por su situación estratégica, en el pa-so entre el sur y el norte de Marruecos, y sus posibilidades agrarias y de comer-cio, sus fundadores aspiraron a convertirla en el centro urbano más importan-te de todo el Marruecos septentrional, comenzando en esta época laconstrucción de su gran mezquita. El primitivo nombre de la incipiente ciudadtuvo tres acepciones: Suq Kutama, Ksar Kutama y Ksar de Abdelkarim al-Kutami,sustituido después por el que hoy lleva (Ksar al-Kebir: la gran fortaleza), deno-minación que traslada una idea del pasado esplendor. Al-Bakri, historiador an-dalusí del siglo XI, la menciona como Suq Kutama. Cita la existencia de un cas-tillo situado sobre una colina dominando un gran río. El geógrafo al-Idrisi, queescribió a comienzos del XII, refiere que el origen de la ciudad fue un zoco quetenía también bazares de importancia, situado en la intersección de los cami-nos que iban de Basra a Tánger, y de Asilah y Tchemmich (Lixus) a Fez. Duranteel periodo Almorávide (siglos XI-XII) sólo es mencionada como lugar de pasohacia al-Andalus de grandes contingentes militares. La ampliación que se haceen este periodo de la antigua mezquita mayor idrisí consolida su significado yfunción en una ciudad que experimenta un cierto crecimiento demográfico. Enépoca Almohade (siglos XII-XIII) comienzan a instalarse en ella familias de al-Andalus. En el siglo XII llega a Alcazarquivir, procedente de Silves, Mawlay AlíIbn Abu Galeb, hombre muy docto que convirtió la ciudad en un centro de es-tudios religiosos. Dotado de santidad, a su muerte fue enterrado en un mauso-leo en el exterior de la ciudad, en la zona de Bab Sebta. Posteriormente se lehizo patrón de Alcazarquivir. Lalla Fatima Andalusiyya (siglo XIII) fue otra mu-jer piadosa cuyo mausoleo se sitúa al oeste del barrio Bab el-Oued, junto a la

antigua puerta de Bab Banatyen. El recinto urbano fue circuido por una mura-lla en tiempos del califa almohade Yacub al-Mansur (1163-1184) quien refor-mó y amplió la mezquita mayor dotándola del aspecto e importancia que con-serva hoy. Construyó también unos baños y residencias de recreo y de caza. Bajosu reinado Alcazarquivir llegó al máximo apogeo.

Fue una de las primeras ciudades del norte en aceptar el gobierno de la di-nastía Meriní (siglo XIV), que ahora cobra importancia en la política marroquíy en sus relaciones con al-Andalus, concretamente con los nazaríes de Granada.Durante este tiempo estuvo gobernada por los Rais Axqueilula, una familia prin-cipesca procedente de la ciudad andalusí de Guadix que gozó de una amplia au-tonomía y engrandeció la ciudad. En época del sultán meriní Abu al-Hassan (1331-1351) se construyó la madraza anexa a la mezquita mayor, importante centrode formación religiosa. El historiador Ibn Jaldún hace referencia a este periodode la ciudad. Quedan vestigios de esta época en el cementerio de Sidi RaisAxqueilula, donde está enterrado, con otros familiares, el rais o príncipe Abual-Hassan, cuya tumba es objeto de veneración. Al extinguirse el poder de losBanu Axqueilula, Alcazarquivir entra en decadencia, acentuada durante el go-

bierno de la dinastía Wattasí (siglosXV-XVI), a lo que se suma la ocupa-ción portuguesa de ciudades del li-toral. En época wattasí el Estado eracasi inexistente y la población temíalas pretensiones expansionistas delos europeos desde las plazas queiban ocupando en el litoral. En es-te momento el norte de Marruecosestaba gobernado, a modo de prin-cipados independientes, por fami-lias que tenían una gran autonomíapolítico-militar, como los Ibn Rasiden Xauen, los al-Mandri en Tetuán,o los Ibn Abd al-Hamid Arusi, deAlcazarquivir.

León el Africano (ca. 1488-1554)refiere que a finales del XV los ha-bitantes de Alcazarquivir no podíancultivar a más de 6 km de la ciu-dad por la hostilidad de los portu-gueses de Asilah. Durante los siglosXV-XVI sufre incur siones y actos depillaje, infructuosas en lo militar. Lamás dolorosa fue la desdichadaaventura del rey Sebastián I dePortugal, el acontecimiento histó-

rico más sobresaliente de la ciudad, de gran impacto en la política europea: laBatalla de Alcazarquivir o de Wad al-Majazen, librada el 4 de agosto de 1578junto al río Majazen, al norte de la ciudad, en la que perecen en combate el reyportugués, el sultán Abd al-Malik y el depuesto por él, su sobrino al-Mutawakkil.El vencedor de la contienda fue el hermano menor de Abd al-Malik, MawlayAhmed, proclamado sultán en el campo de batalla, que adoptará el nombre deal-Mansur, el Victorioso, y también al-Dahabi, el Áureo o el Dorado. Será esteal-Mansur quien consolidará la dinastía Saadí, oriunda del sur del país, lograndola independencia real de Marruecos respecto a las injerencias europeas y turcas.

Durante el XVII alcanza un nuevo y corto resplandor bajo el gobierno del JadirGailán, que dominó buena parte del norte de Marruecos. En Alcazarquivir cons-truyó su palacio, llamado Dar Gailán, en el barrio Bab el-Oued. Pero a causade sus enfrentamientos con los sultanes alauíes Mawlay Rashid y Mawlay Ismail,acabó derrotado. Por la lealtad que le había mostrado, la ciudad fue arrasada amediados del XVII y fueron destruidas sus murallas, ya nunca reconstruidas.Durante el tiempo que los gobernadores al-Riffi dominaron el norte de Marruecos(siglos XVII-XVIII) la ciudad se vio sometida a vejaciones e injusticias, hasta el oca-so de ésta familia originaria del Rif y radicada en Tánger, ocurrido tras la bata-lla de al-Minzah, librada el año 1745 en las inmediaciones de Alcazarquivir, enla que el sultán Mawlay Abdallah derrotó a Ahmed al-Riffi.

En 1911 Alcazarquivir se integra en el Protectorado Español en Marruecos(1911-1956). En este periodo se produce el acantonamiento de un gran destaca-mento del ejército y la llegada de una inmigración española que hace crecer supoblación construyendo, además, una nueva ciudad junto a la vieja medina. Dichoperiodo concluye en 1956, durante el mandato del rey Mohamed V, que asumeel gobierno soberano del país. Posteriormente, a lo largo de la segunda mitad delXX la ciudad ha ido evolucionando conforme se ha producido las transformaciónde sus infraestructuras y la modernización de su economía tradicional.

Su Urbanismo

En 1883 los ingenieros militares españoles elaboran un plano de Alcazarquivir,realizando una descripción física de la ciudad. Nos encontramos ante una ciudadclaramente dividida en dos barrios de extensiones muy semejantes: Bab el-Ouedal sur y Chriaa (al-Saria) al norte, situándose entre ellos el zoco Sidi Bouahmed.El barrio Bab el-Oued (Puerta del Río) es el más cercano al Lucus y el más anti-guo, ya consolidado a finales de la época idrisí (siglos VIII-X) donde se localiza lamezquita mayor, cuyas fábricas actuales corresponden a las reformas de épocaalmohade. En su entorno encontramos las tenerías, algunos de los afamados te-lares de la ciudad, los restos del antiguo palacio de Gailán y los santuarios de SidiRais y Lalla Fatima Andalusiyya. En el contacto de este barrio con el zoco SidiBouahmed se localiza el barrio judío (al-Mellah), la alcaicería y numerosos fon-dacs. El barrio Chriaa se desarrolla y consolida en época posterior, en torno alsiglo XVI, asentado sobre terrenos a cota algo más elevada y por tanto mejor de-fendido de las aguas del Lucus que periódicamente inundaban la ciudad. Los ele-mentos principales de este barrio son las mezquitas Saida, Sidi Yaqub y Suiqa, yel espacio urbano de la plaza Mers.

Restos de la antigua muralla almohade que rodeaba ambos barrios aún eranvisibles en esta época, si bien hoy día apenas subsisten, encontrándose el asenta-miento de su traza original a más de 4 m de profundidad por la acumulación delos lodos del Lucus. Estamos por tanto ante una ciudad reconstruida sobre sí mis-ma a lo largo del tiempo a medida que las inundaciones del río se iban sucedien-do. Los espacios exteriores a la madinase ocupaban con huertas, sobre todo enel suroeste hasta llegar al río, resultandotanto la ciudad como las huertas encaja-das en una trama de cauces y arroyos quedrenaban esta planicie junto al Lucus.

Las intervenciones urbanas de princi-pios del XX operaron sobre una ciudadque por entonces tenía 15.000 habitan-tes bajo una doble visión: la militar y lacivil. El control territorial que exigía laestratégica situación de Alcazarquivir,frontera con el Protectorado Francés, ori-ginó a partir de 1911 la construcción deun gran campamento militar e importan-tes infraestructuras. A la vez que se erigían los primeros pabellones del acuarte-lamiento, acompañados de un grupo de viviendas para oficiales en el barrio dela Hara, se inició la construcción del ferrocarril Tánger-Fez, con parada enAlcazarquivir y conexión desde aquí con el puerto de Larache, el puente Kermasobre el Lucus y la mejora de las carreteras hacia Tánger y Larache. Estas opera-ciones provocaron el derribo de los ya por entonces escasos restos de la murallaalmohade. Los ingenieros militares, autores de todas estas obras, también inicia-ron los proyectos del Hospital Civil, el Matadero y el alcantarillado de la zonade acuartelamiento, ocupando el periodo comprendido entre 1911 y 1920. Eneste momento tuvo lugar un notable crecimiento demográfico debido al asenta-miento de numerosos campesinos de la comarca atraídos por la mayor seguridadde la plaza y la llegada de españoles.

Así pues, la acción civil es al principio casi inexistente debido a que es la mi-litar la que toma la iniciativa. Hay que esperar al inicio de los años veinte paraver comenzadas las primeras obras de abastecimiento de agua y saneamiento dela ciudad, así como la construcción del cementerio católico, un dispensario y lasprimeras escuelas españolas.

El impulso urbanístico definitivo se debe al cónsul Isidro de las Cagigas quiendirectamente, y no a través de arquitectos o ingenieros, planificó y trazó la ciu-dad a partir de 1923. Se dispusieron áreas de ensanche exteriores al norte y oes-te de la ciudad (origen de los actuales barrios Marcha Verde y al-Andalus respec-tivamente), cercanas a la estación de ferrocarril y a las entradas por carretera ala ciudad, sobre terrenos públicos (majzen) y a una mayor cota, para defender-las de las inundaciones del río. Estas zonas quedaban enhebradas por el bulevarSidi Boughaleb que, partiendo del extremo oeste del zoco Sidi Bouahmed (hoyplaza Moulay Mehdi), discurrió hacia el norte para buscar la carretera de salidaa Larache. Esta nueva avenida, junto a la ronda Este (actual avenida 20 de Agosto)que, paralela a la vía del ferrocarril se convirtió en el tramo urbano de la carre-tera a Tánger y Rabat, constituyeron las grandes vías de circunvalación de la ciu-dad, resultando interconectadas a través del zoco Sidi Bouahmed. Los espaciossituados entre ambas avenidas y los límites de la ciudad antigua se ordenaron me-diante un trazado urbano de transición, habida cuenta de la desaparición de lasmurallas, con edificación residencial en manzana cerrada, si bien en el lado estese atendió especialmente a la ubicación de zocos y mercados.

El planteamiento de las grandes áreas de ensanche exteriores fue diferente, ocu-pando las manzanas con viviendas pareadas dotadas de jardín, como en el casodel barrio Scrinia o Escriñá (1926), resultando una mezcla de morfología de en-sanche con tipología de ciudad-jardín, característica exclusiva de la ciudad deAlcazarquivir, donde la avenida Sidi Boughaleb y plaza Moulay Mehdi realizan laconexión entre ambas tramas al modo en que lo hacen la plaza de la Liberación

en Larache o la plaza Feddán en Tetuán.Las actuaciones urbanas también incidie-ron en el interior de la madina, rehabili-tándose santuarios como Sidi Rais, SidiBugaleb o Lalla Fatima Andalusiyya,mezquitas como la Aljama con su madra-za o Sidi al-Hazmiri, las tenerías y otros.La acción de Isidro de las Cagigas veníaplanteada por la necesidad de alojar a lagran cantidad de población asentada enla ciudad y a aquélla que se esperaba de-bido al impulso agrícola y ganadero quese quería desarrollar en la zona una vezque el ferrocarril ya estuvo en servicio.Los planes de ordenación posteriores,

efectuados en 1935 y 1948, se apoyan sobre las directrices iniciales y desarrollannuevos planteamientos. El primero propuso una mayor jerarquización del viario yun mejor tratamiento de los bordes urbanos mediante espacios públicos y zonas de-portivas, y el segundo, realizado por el equipo de Pedro Muguruza Otaño, una mar-cada zonificación de las actividades, así como zonas de ensanche residencial al nor-te y suroeste, y una zona industrial al otro lado de la vía del ferrocarril. En las zonasde expansión para la población europea se impulsaba la edificación en altura mien-tras que en las zonas para la población musulmana se hacía mediante edificaciónunifamiliar con huerta o jardín. Por otro lado, trazas de las directrices estéticas deeste plan de 1948 son los soportales que se observan en la avenida Mohamed V, deforma análoga a los que encontramos en Tetuán y parcialmente en Xauen.

Su Arquitectura

La arquitectura española construida en Alcazarquivir durante la primera mi-tad del siglo XX fue reflejando la influencia de los sucesivos estilos. Así, a unprimer periodo de arquitectura “neoárabe” producida en la ciudad militar por

ingenieros militares en edificios tales como la Sala de Banderas (1919), dondetrabajaron artesanos de Fez y Marrakech, sucede una transición a estilos ecléc-ticos de manos de arquitectos como Carlos Óvilo en sus primeras Escuelas (1917),Dispensario (1918) y edificio de Correos y Telégrafos (1924). Posteriormente JoséLarrucea proyecta el actual colegio Ibn Jaldún (1926) de tintes regionalistas, mien-tras que en los edificios de la antigua Intervención (1926), la iglesia del SagradoCorazón (1931) o escuela Sidi Bouahmed (1934) es patente su transición haciaun suave racionalismo. En un periodo inmediatamente posterior debemos con-siderar la obra de Francisco Herranz con sus Pabellones en la ciudad militar oel Centro Médico donde el racionalismo se hace más patente.

En todo caso fue el zoco el elemento urbano de más presencia en la ciudad,por albergar Alcazarquivir uno de los más importantes en el norte de Marruecostanto por la cantidad de mercancías como por su diversificación. Su actividaddio lugar a la construcción de dos interesantes edificios: el Mercado Central yel Mercado de Cereales. El primero, de una planta y construido en 1932 en hor-migón armado junto a la plaza Moulay Mehdi, superpone detalles decorativosvernáculos a una planta muy funcional con una interesante composición de hue-cos en fachada. El segundo es obra de Fernando Chueca Goitia en 1953, tam-bién de una planta pero de forma triangular con chaflanes en las esquinas don-de las galerías exteriores porticadas con arcos de medio punto entroncan con laarquitectura desarrollada treinta años antes en esta zona de Sidi Bouahmed.

En la arquitectura de la ciudad tradicional que observamos hoy día es des-tacable, aparte de los elementos religiosos mencionados con anterioridad, laespecial tipología de los telares, edificios en una o dos plantas con galerías detrabajo abiertas a un patio central, ocupando cada artesano uno de estos mó-dulos. Por otro lado, casas como la Bakali, Odda, Hssissen o R’miki, estas úl-timas construidas en época reciente, son buenos ejemplos de vivienda tradi-cional organizadas alrededor de uno o dos patios, dotadas en algunos casosde jardines. Otros elementos de interés en la medina son los fondacs, las tene-rías, la alcaicería, los espacios urbanos de la calle Diouane (al-Diwan) y pla-za Souk Sghir (Suq al-Sagir) en el barrio Bab el-Oued y plazas Jamaa Saida,Mers, Sidi Yaqub y Souika en el barrio Chriaa.

En todo caso, la estrecha relación de Alcazarquivir con su entorno agrario hi-zo que a mediados del XX la ciudad se encontrara rodeada, sobre todo por el es-te, de numerosos aduares donde se asentaba el éxodo rural. El proceso urbanís-tico principal de la segunda mitad del siglo supuso la progresiva urbanizaciónde estos enclaves mediante el loteo de terrenos por parte de la iniciativa priva-da, especialmente intenso en la década de los 70 con la puesta en regadío de losfértiles terrenos que rodean la ciudad tras la construcción de la presa Wad al-Majazen. Alcazarquivir ha triplicado su superficie urbanizada durante los últi-mos treinta años del pasado siglo.

Mezquita Mayor. Mezquita Said. Mezquita Souika. Mezquita Sidi Yaakoub. Mausoleo Moulay Aly Boughaleb. Mausoleo Lalla Fatima Andalusiyya. Casa R’miki. Casa Odda. Casa Hssissen. Casa Bakali. Alcaicería. Telar. Tenerías. Fondac Nekaria. Restos de la muralla almohade.

La ciudad en 1883. Comisión de Estado Mayor. Cambra de Comerç, Indústria i Navegació de Barcelona.

Conjunto de viviendas junto a Sidi Bouahmed (arriba) y MezquitaSaida. Foto Calvache, primera mitad siglo XX. Biblioteca General yArchivos de Tetuán.

Monolito de la batalla de Wad al-Majazen (1578).

Río Lucus.

Detalles decorativos.

Iglesia católica del Sagrado Corazón. Portada del antiguo campamento militar español. Torre del Bajá. Sala de Banderas. Grupo Escolar Ibn Jaldún. Colegio Sidi Bouahmed. Ayuntamiento. Mercado Central. Mercado de Ceuta (antiguo Mercado de Cereales). Centro Cultural. Viviendas en plaza Chouhadaa.

Fondo Europeo de Desarrollo RegionalIniciativa Comunitaria Interreg III

Revisión planimétrica, toponimia y encuesta de edificios: Mohamed Khannoussi yAbdelaziz el-Bali (técnicos municipales de Alcazarquivir) • Asesoramiento histórico:Mohamed Megraoui y Mohamed Akhrif • Texto, selección de edificios, coordinacióngeneral: Guillermo Duclos Bautista y Pedro Campos Jara • Fotografía:José Moróny Guillermo Duclos • Plano: Instituto de Cartografía de Andalucía, restituido porRESTISUR (vuelo año 2000) • Edición: Nicolás Ramírez y Heriberto Duverger •Diseño gráfico:Jacinto Gutiérrez & Laduna estudio • Preimpresión:Cromotex •Impresión:Tf Artes Gráficas

Edita: Dirección General de Vivienda y Arquitectura.Fomento de la Arquitectura

© Junta de Andalucía, Consejería de Vivienda y Ordenación del TerritorioAyuntamiento de Alcazarquivir Depósito legal: M-3660-2009

Ayuntamiento de Alcazarquivir

AlcazarquivirPlano guía de arquitectura

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Page 2: Alcazarquivir - Junta de Andalucía€¦ · Marruecos, sobre el extenso valle fluvial del río Lucus, que la rodea por el sur y el oes-te, ocupando el centro de una extensa co-marca

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