Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

  • Upload
    thot256

  • View
    232

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    1/52

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    2/52

    * S

    @ >

    M U S E O D R A M Á T I C O B E L M E R C U R I O .

    COLECOIOJST

    M E J O R E S P I E Z A S D E L T E A T R O M O D E R N O .

    KEAN.

    VALPARAISO:

    IMPRENTA Y LIBRERIA DEL MERCURIO

    DE SANTOS TORNERO.

    1862.

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    3/52

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    4/52

    C U A D R O S .

    1. ° . . . . La Cita.

    2. ° . . . . Ana Damby.

    3. ° . . . . La Taberna.

    4. ° . . . .  El vestuario de Kean.

    5. ° . . . . El Teatro.

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    5/52

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    6/52

     A.CTOPEIMEEO.

    CUADRO PRTMIKRO.

    LA CITA.

    S a l ó n t le la c a s a d e l c o n d e d e I í o e f e ld .

    ESCENA PEI MERA.

    ELENA, MAYORDOMO, UN CRIADO.

    m a y o r . [Mandando.)  ¿Están prepa

    radas las mesas de juego?criado . Dos de wlnsk y una de

    Boston.m a y o r . ¿Has avisado a los músicos?cri ado .  A las nueve y media esta

    rán en el salón principal.mayor . Bueno... el ponche y el té

    en el gabinete.elena . (Escribiendo una caria.)  Se

    ñor mayordomo, no olvidéis los cigarros para esos señores, y procuradque todo quede corriente. (Vase el mayordomo.)

    cri ado . ( Anunciando.)  Milady, lacondesa de Gosswill.

    e l e n v . Que entre, que entre inmediatamente. (A  Amy que entra.)  Buenos dias, amiga mia. Mucho os agra

    dezco que hay ais venido temprano,porque os he de decir tantas cosas!Gomo nos vemos tan poco...

    ESCENA II.

    ELENA, AMY.

     amy . (Con caricia.)  De propósito hevenido antes que los demas, por tener

    ; una media hora de grata conversa- j cion; porque yo también tengo que¡ deciros mil cosas, y la primera, mi

     j querida veneciana, es que sin einbar-' go de nuestros cabellos rubios y ojos

    |azules, vuestros cabellos y ojos negros son siempre los que tienen ma-’ yor atractivo en nuestras reuniones.¡ e l e n a  . Si lo dijerais de ese blanco' y hermoso cuello, de 'esas blancas y¡ hermosas manos, de ese cuerpo tan¡ delgadito y precioso... ¡Oh! en verdad: que soi del dictámen del gran poeta' ingles: «la Inglaterra es un nido de

    cisnes en medio de un vasto estanque.» Vamos, tomad asiento.

    I  a m y . Sí, voi a sentarme al instante,¡ pues no podéis creer lo mui cansadaí que estoi. Mirad, para poder ir a la|corrida de caballos de New Market,! he tenido que levantarme a las diez! de la mañana, y cuando cometo semejantes imprudencias, me hallo aba

    tida todo el dia... ¡Oh! si el convitehubiese sido en otra casaquelavues-

     j tra, no hai cuidado que yo fuera.(Scnlcmdose.)  ¿Y vos qué habéis hecholioi? *

    ¡ elena . Unicamente prevenir lo ne- j cesario...1  a m y . ¿Y ayer noche fuisteis a alguna parte?

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    7/52

    elena . Sí, a Drnry Lañe. amy . ¿Hiló función hubo?elena . Iiamlot, y el Sueno de una

    noche de verano. amy . ¿Quién hacia el papel de Ham-

    let?... ¿Young?elena . No, Edmond Kean. amy '.

      ¿Por qué110

      me lo escribisteis y os hubiera pedido un asientoen vuestro palco?

    elkna .  Y yo habría recibido grande satisfacción en dároslo.....   Keanestuvo verdaderamente estraordina-rio.

     amy . ¿Estraordinario?elena . ¡Sublime!... debia decir. amy .

    ¡Qué entusiasmo!elena . ¡Os admira! Sin embargo,sabéis que las italianas no tenemoslas sensaciones moderadas, y que nonos es dado ocultar el desprecio ni laadmiración.

     amy .  A no regañarme demasiado,os diría una cosa.

    elena . Decid.

     amy . Mirad que vais a oir unabsurdo.elena .  A ver. amy . En verdad que no sé cómo

    decíroslo.elena . PeroqDios mió! ¿qué es eso,

    pues? . amy . ¿Nadie puede oirnos?elena . ¡Jesús! empezáis a infundir

    me espanto. amy . Pues vamos, os digo que em

    pieza a notarse el mucho apego queteneis a Drury Lañe.

    elena  .  Y ¿qué tenemos con eso? Avuestros compatriotas les debe gustarque una estranjera sea tan devota deShakespeare.

     amy . Cierto; pero se añade que no

    vais a la iglesia para rogar a Dios...sino para adorar al cura.ELENA. ¿A Young? amy . No.

    elena  . ¿A Macready? amy . Tampoco.elena . ¿A Kemble? amy .  A Kean...elena . ¡Qué locura! (Entre dientes.) 

    ¿Y quién lo dijo?

     amy . ¡Oh! no lo sé; esas son cosasque bajan del cielo. -

    elena .  Y siempre hai una buenaamiga que las recoje... ¿Con que amoa Kean?

     amy . Dicen que con frenesí.elena  . ¿Yr me vituperan? amy .

    Os compadecen. ¡Amar a unhombre como Kean!...elena  . Poco a poco, que no lo he

    confesado... pero ¿por qué no se podría amar a Kean?

     amy . Primero, porque es un cóm ico, y no admitiéndose en nuestrossalones esa clase de jente...

    elena  . No deben admitirse en nues

    tros gabinetes... sin embargo, yo heencontrado a Kemble en los aposentosdel duque de Yore.

     amy . Es verdad. .elena  .  Y ¿quién puede cerrar al

    uno las puertas que se abren delantedel otro?

     amy . Su reputación mal sentada,querida amiga.

    elena  . ¿De veras? amy . ¡Yaya, que nadie hai, escepto

    vos, que lo ignore! porque Kean noes otra cosa que un héroe de incontinencia y escándalo, haciendo alardede eclipsar a Lovelace por sus muchosamores, corriendo parejas con elpríncipe real en el lujo; y quien contodo esto, por un contraste que no

    desmiente su baja esfera, depuestaapenas la capa de Ricardo, viste eltraje de marinero del puerto, correde taberna en taberna, y llega a talestado, que le llevan a su casa muchas mas veces de las que él va porsus propios pies. ñ

    elena  . Seguid; ya os escucho. p amy . Un hombre a quien la infini-Jfl

    dad de deudas le han obligado, segum,se dice, a comerciar con los capricho^de algunas grandes señoras para esycapar a las pesquisas de sus aeree-^dores. ,

    elena  . ¿Y de veras se ha dado pon*cierto que yo amaba al hombre cuycf1retrato acabais de hacerme?

     amy . Con formalidad; pero habéis

    de pensar que yo no lo he creído

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    8/52

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    9/52

    8 KEAN.

    elena . Sí, va SÓ. amv. Señor eoiulc, he cometido una

    grande imprudencia: lie pedido a miqneiida Elena nn asiento en su palcopara el dia que salga el hombre de tanto talento... el grande'actor... Kean.

    conde . ¿Con que deseáis verle? amy ,  jNlas de lo que imajinais; y

    sobre todo de cerca. Por eso, comoteneis el palco en la ante-escena, ineparece mui a propósito para observartodos sus ademanes.

    conde. Mucho me alegro que tengáis ese anhelo... porque hoi mismoos lo haré ver todavia mas cerca quede mi palco.

     amy . ¿De'dónde?conde . De un lado a otro de la me

    sa, pues le he convidado a comer connosotros.

    elena . Caballero, ¿le habéis convidado sin advertírmelo?

     amy . ¿Vos habéis convidado a Kean?conde. ¿Por qué no? ¿no lo hace el

    príncipe real? Por otra parte convidarcomo se convida a esos señores encalidad de bufón, porque después decomer le haremos representar unaescena de Falsía ff   para divertirnos.

    elena . Pero, caballero, lo repito,¿por qué le habéis convidado sin advertírmelo? *

    conde. Porque quería sorprender

    al príncipe real, a quien mis instrucciones me obligan a hacer la corte;pero ahora que me habéis arrancadoel secreto, ¿diréis todavía que soidiplomático?

    un  criado . (Entra con una caria en la mano.)  Una carta para el señorconde.

    conde. ¿Me permitiréis, señoras?

     amy . Sin duda.conde . [Lee.)  «Monseñor: siento en »el alma no poder admitir vuestra«complaciente instancia, pues un ne-«gocio que me es imposible dejar, me«impide este honor. Espero tendréis«la bondad de depositar mis respetos«a los pies de la señora condesa.»

    elena . (Aparle.)  Gracias al cielo.

    conde. ¡Un cómico negarse al convite de un ministro!... es preciso con

    fesar que vivimos en un siglo es-traordinario.

     amy . Pero esto mas bien que negativa, es una escusa.

    conde . No señora, es negativa ybien completa; lo sé, por lo que yomismo he hecho en algunos negocios

    de casamiento entre personas reales.elena  . ¿Y vuestra carta estaba co

    mo corresponde?conde . Lo  podéis juzgar por la

    respuesta.el  criado . ( Anunciando.) Su alteza

    real, príncipe de Gales.

    ESCENA IV.

     Dichos;  el  principe  de  gales .

    pr in . (Al entrar.)  ¡Por San Jorje!¡es cosa maravillosa! Perdón, mi señora condesa, si entro en vuestracasa tan jovial; pero ya vereis... laaventura mas graciosa que podéis figuraros, y lo que es mas sin la menorsimulación, se esparce de unos enotros por todas las calles de Londres.

    elena . Quedáis perdonado, con talque nos la contéis.

    prin .  Vaya si la contaré; a imitación del rei Midas iria a contarla a lascañaveras del Támesis, si no tuvieraa quién.

    elena  . Con anticipación declaro nocreer una palabra de ella.

     amy . Por eso no dejeis de contarla,pues aunque no la creamos... ya ladivulgaremos.

    prin .  Ya conocéis alordMewil, ¿noes verdad?

    conde . ¿Quien debía casar con aquella joven plebeya?

    prin . Ciertamente... amy . Si no me engaño debían casarse hoi.

    pr in . Pues bueno; lord Mewil hasido igualmente fácil en creerlo; demodo que ha arreglado su casa, y la haprovisto de nuevos caballos, coches,créditos y acreedores... ¡qué hombretan dilijente! pues, como decía, al

    momento de ir al altar, la novia nopareció; fueron por ella a su habita-

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    10/52

    don, y encontraron la puerta abierta,y que se habían llevado a la joven:estaba la jaula, pero el pájaro habíavolado.

    elena . ¡Pobre criatura! Tal vezquerrían se uniera a lord Mewil contra su voluntad, y sin duda amañaa otro.

    prin .  Y considerad que habita aquinientos pasos del Támesis (Se ríe.)

    conde.  Viendo de continuo el rio,tal vez se habrá echado a él.

     amy . ¡Dios de bondad! ¿y os reisde eso?

    conde . Tranquilizaos, señora: viendo de continuo el rio, la ha hechoentrar en deseos de viajar por mar; ypareciéndola cosa fastidiosa el viajarsola, lia tomado un compañero, queos prometo no la dejará por el camino.

     amy . ¿Cuál es el nombre del raptor?prin . Uno de los mas ilustres do

    Inglaterra. amy . Por Dios, decídmelo, príncipe.conde . Si instáis demasiado a su al

    teza, señoras, tal vez le turbéis algúntanto.

    prin . ¡Malicioso! no por cierto, noquiero apostarlas con la plebeya, porque no tendría buen éxito para mí...voi a deciros, señoras, que es unnombre todavía mas ilustre que elmió, llevando desde mucho tiempocoronada la frente, mientras que la

    mia espera aun su corona: ¡ojalá mihermano la conserve muchos añossobre su cabeza!

    elena . (Con inquietud.)  Pues entonces, ¿quién?

    prin . ¿No lo adivináis aun? Hacemas de una hora que os lo estoi señalando con el dedo... quién queréisque sea, sino el Foblas, el Richelieu,

    el Rochester de los Tres Reinos...Edmond Kean.elena . Edmond Rean... ¡imposible!conde. Imposible... pero por otra

    parte me lo da a creer el no querer*aceptar nuestro convite, y era precisoun asunto de esa impoitancia paradejar de venir. '

    elena . (Aparte.)  ¡Dios mió!

    conde .  Ahora me alegro que no

    haya venido; porque quizás me hubiesen creído complicado en él lance,viniendo él hoi, y sucediendo esomañana.

    prin .  Y eso tal vez hubiese sembrado la discordja entre la Inglaterra yla Dinamarca... Vamos, señoras, preciso es celebrar ese acontecimiento,

    que impide la guerra con el estranje-ro... y nos devuelve la paz en elinterior.

     amy . ¿Acaso nos amagaba algunarevolución?

    prín .  Yo creo que continuamenteestábamos en guerra civil, matiimo-nialmente liabiando; porque no habíaun solo marido que pudiese responderde su mujer, ni un solo amante de suquerida; de modo que la moral pública ha ganado hoi mucho, señoras, yno seria de estrañar que esta nochemedio Londres festejase semejantenueva con luminarias.

     amy . Si es asi, era un hombre muitemible; y seria verdad lo que decíande algunas grandes señoras, que tuvieron el gusto de darle motivo paraengreírle, igualándole a ellas.

    prin . No liai tal, condesa, no liaital; lo que lian hecho esas grandesseñoras, es humillarse hasta bajarsea él... lo que en mi concepto es muidiferente.

    elena . (Aparte.)  ¡Dios mió, cuánto

    padezco!conde. ¡Vaya, que es mui gracioso!seguramente que cosas por ese estilono acaecen sino en Inglaterra.

    prin . Querido conde... los embajadores están medio naturalizados.

    elena . Monseñor...prin . Escusad, señora condesa. amy .  Y ¿creeis que esa noticia es

    verdadera?prin .  Y de tal modo, que apuesto

    como en este momento se halla Keanpor el camiuo de Liverpool.

    el  criado . (Anunciando.)  Mr. Kean.elena . (Sorprendida.)  ¡Mr. Kean! amy . (Idem.)  ¡Mr. Kean!

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    11/52

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    12/52

     ACTO PR IMERO.

    elena . (Enfrente de la escena, Kean detrás de Elena.)  Dadme, pues, estacarta, ya que de su lectura dependevuestra justificación.

    kean . Tomadla.elena . [Lee.)  «Esta mañana he te-

     »nido el sentimiento de no encontra

    d os en casa. Sin embargo de no tener »el honor deque me conozcáis, me«atrevo a pediros una entrevista, de la »que dependerá sin duda mi felicidad;«asi confio tener la dicha de veros ma-«ñana.—  Ana Damby,  a Kean.»—Estámui bien; pero ¿qué habéis contestadoa esta carta?

    kean .  Volved la hoja, señora.elena . (Lee mientras Kean va a ha-

    blar con e^ principe y el conde.)  «De- »sean do veros, Elena, y no atrevién-«dome a escribiros, he aprovechado

     »esta ocasión que se me ha presenta- »do. Los cortos momentos que robáis«por mí a los que os rodean, os es«bien saludo que me pasan con tanta*mpidez, que ninguna señal dejan un

    «mi alma, sino la del recuerdo...(Un momento de pausa.)

    kean . (Que ha vuelto a su lado.)  Dignaos leer hasta lo último.

    elena . (Continúa leyendo.)  «Repeti-«das veces he procurado indagar por«qué medio una mujer que me ama-

     »ra de veras, y que estuviera en«vuestra situación, podría sin com-

     »prometerse concederme una hora...

     »y lié aqui lo que acabo de hallar.«Si esta mujer me amara lo suíicien- » te para concederme esa hora, por la«que daría mi vida, pasando por de-«lante del teatro de Drury Lañe, po-«dria mandar detener el coche, y«entrar con el pretesto de recojer una

    «entrada: el hombre del despacho,«que es de toda mi confianza, tiene«urden para abrir una puerta secreta«que da a mi vestuario, sin que nadie«lo sepa, a una mujer vestida de ne-«gro y tapada, que tal vez se digne«ir a verme allá el dia que represen-

     »te.» Ahi teneis vuestra carta.kean . Os doi un millón de gracias,

    señora condesa. (Se inclina.)  Señorconde... milady... monseñor... (Va a irse.) amy . ( Adelantándose.)   ¿Qué tal,

    Elena?prin . ¿Qué tal, señora?conde . ¿Qué tal, condesa?elena . (Con lentitud.)  No liabia ra

    zón para acusar a Mr. Kean del rapto

    de mis Ana.kean . Gracias, señora condesa.prin . (Mirándole cuando se va.)  ¡Ah,

    Mr. Kean! acabais de representarnosun enigma, cuya solución os prometo adivinar.

    un  criado . (Entrando.)  Cuandomonseñor guste. (El príncipe ofrece la mano a la oondesa de Koefeld, el conde 

    a Amy.)

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    13/52

    C U A B R O SEGUNDO.

     ANA DAMBY.

    Salón de la casa de Kean. donde se re todo el aparato de un banquete. Kean duerme sobreuna mesa, teniendo en una mano un cañuto de una pipa turca, y en la otra el gollete deuna botella de ron. David está recostado en otra mesa. Tom en el suelo. Bardolfo a caballo de una silla. Botellas vacias en el suelo, y una o dos medio llenas. Una pañoleta cuelgade una percha. La escena es del todo oscura. Salomón entra por una puerta pequeña con

    Fistol.,

    ESCENA PRIMERA.

    KEAN, DAVID, TOM, BACDOLFO, ÜOrmiíloSj  SALOMON, PÍSTOL.

    salom. (A media voz.)  Aguárdameaquí, Pistol: el ilustre Kean, el honor

    de Londres, el sol de Inglaterra, norepresentó ayer para descansar, y voia escuchar a la puerta de su cuarto,para saber si está despierto o duermetodavia.

    fistoí.. (Sacando Ja nariz.)  No Reveis prisa, señor Salomón, porque eltiempo me sobra. Cuando pueda entrar, no teneis mas que apuntármelo

    por el agujero de la cerradura, y hagomi entrada en dos tiempos sin bam-Ixdear.

    salom . (Cerrando Ja puerta.)  ¡Psits! A duras penas pude lograr de él quese viniera a casa sin pasar por sumaldita taberna. Asi es que tenemosuna noche de reposo, de tranquilidad,de calma... ¡cosa estrada! según pa

    rece, duerme que es un primor. EsoNewman es mui perezoso; son las

    nueve de la mañana, y lodavia no havenido a abrir los postigos. [Se dirijo a una ventana y los abre. Es de dia, y se ve el Titmesis. Se vuelve} y viendo el 

    |desorden.)  Salomón, amigo mió, tú noIeres mas que un necio; mira quépieza te ha jugado... ¡con hoi van

    seis veces desde el principio del mes,y cuidado que estamos a siete...! pero¿con quién celebra semejantes or-

     jías?... con miserables que representan el león... la muralla... y la claraluna en el sueno de una noche de vera-no.  En verdad que si alguien los encontrara aqui, me avergonzarla porel honor del ilustre Kean... [Llama.)

    , ¡Tona!tom . [Despertándose.)  ¿Qué liai?salom . (A media voz.)  ¡Psits! no des-

    1perteis a los demas... quiero deciros,i que al venir he encontrado a JuanIlitten, el galan joven.

    tom . Sí, aquel fatuo.salom . Me ha dicho que venia de

    vuestra casa, y no habiéndoos encon

    trado, porque estabais aqui, preguntóme dónde podría veros, y le he

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    14/52

     ACTO SEGUNDO.   13

    mandado a casa de la joven Betzy,donde soléis ir.

    tom . Cierto, pero no me gusta queél vaya.

    salom . Siendo así, es preciso que osdeis prisa para cojerle la delantera.

    tom . (Al irse.)  Gracias, mi viejo.salom . ¿Dejais el sombrero? itom . (Retrocediendo.)  Tienes razón,

    dámelo, (tuse.)salom. ¡Ya tenemos uno despacha

    do!... (Dirijiéndose a otro.)  ¡David!...¡David!...

    david . (Rujiendo.)  ¡Iium!salom . ¡Qué bramidos!... Sueña que

    hace el león... bien rujido... ¡bravo!... ¡bravo!...

    david . ¿Quién me aplaude?salom . No hai cuidado, no es el

    público. •david . ¿Sois vos, padre Borreas?salom . El mismo, maravillado de

    encontraros.david . ¿Por qué?

    salom . ¿Vivis en Dejent-Street, noes cierto?david . Número 20.salom. Bueno... pues... queria ir

    a vuestra casa esta mañana, para deciros que estuvisteis soberbio anoche.

    david . ¿De veras?salom . Creedlo. La piel de león os cae

    alasmil maravillas. Pues, como decía,

    al último de la calle, junto a la fuente,encontré una partida de escoceses... . — «Atrás,» me dijo el cabo de escuadra.— «¿Y eso?» — «Por el incendio.»

     — «No le hace, voi a casa de un amigoal otro estremo de la calle, número20.» — «¿Número 20? pues entoncesvuestro amigo tiene otros quehaceresque le impiden recibiros: las llamas

    devoran su casa...»david . ¡Será posible! ¡el número 20

    ardiendo y no me lo lias dicho al instante, miserable!

    salom . Es que todavía teneis tiempo; porque la casa ardía por abaio, yvos vivís arriba.

    david . Eres mas que traidor. (Vase corriendo.)  ,

    salom .  Ahora que estamos solos...(C b je una silla y ve a Bardolfo.)  ¡Ah!

    como me engañaba! otro que tal... Porlo que toca a ese, no dejanede causartrabajo... porque cuando setf'echa adormir, no es para un rato... lo^mis-mo que cuando bebe... (Llamando.) ¡Bardolfo! sí, sí... ¡Bardolfo! ¡Bardolfo!amigo mió, mi vaso de ponche.

    baed. (Empezando a despertarse.)  Venga.

    salom . ¡Yaya una idea que me haocurrido! Espera, espera, quiero despertarte enteramente. (Le da un vaso de agua.)

    bard . ¡A vuestra salud! (Bebe.) ¿Qué me dais aquí, envenenador? (Po-ne mala cara.)  ¡Qué asco!

    salom.  Agua del Támcsis...bard . ¡Agua! ¡qué chanza tan pe

    sada! hubiera podido bebería. Déjamedespertar a Kean.

    salom . ¡Tan temprano!... ya tendréis tiempo para batiros...

    bard . ¿Qué dices de batirnos?salom . ¿No os  acordáis qne debíais

    1atiros esta mañana?bard . ¿Nosotros?salom .  A' os prometo que sois vos

    quien tiene la culpa; porque habéisbuscado tres pies al gato y él tienecuatro.

    BARD. ¡Yo!salom . Sí, sí, vos teneis la culpa...

    pero una vez ofrecido dar una satis

    facción... nada queda que decir.bard . ¿Hablas de veras, Salomón?salom . ¿Con que lo habéis olvidado?

    ¡lo que puede el vino!bard . ¿Y con qué armas debemos

    batirnos?salom . Con la espada.bard . ¡Con la espada, con Kean!...

    dadme un vaso de agua.

    salom. Esto os estaban diciendovuestros dos testigos, Tom y David,pero no habéis querido escuchar nada... ¡Teneis el vino espadachín...diantre! Ahora han ido por las armas... la cita es a las diez en Hyde-Parh.

    bard . Dime, Salomón... ¿no podríaarreglarse este asunto?

    salom. ¡Imposible! ha mediado elhaberse dado una bofetada...

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    15/52

    H K.EAN.

    HAKD. ¿Quién la lia recibido?salom . ¡Oh! esto no lo sé.i!Aiu>. Habré sido yo... escucha,

    pues, amigo mió, mi querido Salo-ilion... mi rei de los apuntadores...podria ser que Ivean hubiese olvidado

    esta riña.salom . ¿Pero vos no la recordáis?iiard . Sí tal, sí tal, que me acuerdo

    bien haber recibido una bofetada...pero entiendes, si él no se acordaratan bien como yo, y hubiese olvidado... (Toma su sombrero.)  no le bagaspensar en ello. ( Tase’.)

    ESCENA II.

    KEAN, SALOMON,  pOCO (leSpUCS   FISTOL.

    salom. (Cerrando ¡a puerta.)  ¡Paralos tresl si no les hubiese despertado,seguramente bebieran hasta mañana,no habiendo teatro esta noche... Eníin, esta vez por lo menos creo que

    estamos solos. (Mira por lodos lados, y riendo ¡a pañoleta.)  ¡Bendito sea Dios!esto es ya otra cosa... (Vuelve a mi-rar, va. al dormitorio y abre su puerta.) ¡Gracias a Dios!... Vamos ahora a reconocer el campo de batalla. (Exami-nando las botellas vacias, encuentra dos medio llenas, y las coloca dentro de un armario.)  ¡Jesús! ¡Jesús! ¡qué comba

    te tan desigual! quince contra cuatro... ¡Cuando pienso que tengo aquía mi vista tendido como un derrengado boxador, al noble, al ilustre, alsublime Ivean, al amigo del príncipede Gales!... al rei de los actores tráji-cos, pasados, presentes y venideros....que tiene en este momento el cetro...(Repara en la botella que Kectn tiene 

     por el cuello.)  Cuando digo el cetro meengaño... ¡Diosmio! ( Procura quitarle la botella de la mano: durante este tiem-

     po Kean despierta, y contempla a Salo-món como lo hace, mirándose entrambos.)

    kean . ¿Qué demonios estás haciendo aquí, Salomón?

    salom .  Ya lo veis, procuro quitarde vuestras manos esta pobre botella

    que apretáis.kean . Creo no haberme acostado

    ¿he? con todo no estoi fuera de casa,pues si no me engaño he pasado enella la noche, lo que no sucede muia menudo... :

    salom .  A mas de lo que me prometisteis, porque no solo... ¡

    kean . Calla, no me reprendas, mi

    viejo Salomón; fué la clara luna queno quería ponerse, la muralla que seabría de calor, y el león que, comosabes, es el animal mas inquieto delzodiaco.

    salom . ¿Creeis que con semejantesnoches os restableceréis de vuestrasfatigas?

    kean . ¡Qué! por algunas botellas de

    Burdeos... (salom . (Tomándole la botella de ron 

    que todavía tiene en la mano.)  ¿Y decuándo acá las botellas de Burdeostienen este rótulo? (Lo lee.)  «Ron dela Jamaica.» ¡Ah, mi amo! ¡mi amo!acabareis por quemar el chaleco defranela que lleváis. (Da un suspiro.)

    kean . Tienes razón, mi amigo; esosescesos, esas orjias, conozco que mematan, tienes razón. ¡Pero qué he dehacer, si no puedo cambiar de vida!Escucha, es preciso que un actor conozca todas las pasiones para espre-sarlas con exactitud. Yo las estudioen mí mismo, este es el modo de

    saberlas de memoria.fistol.

    (Desde afuera.)  ¡Señor Salomón!... ¡señor Salomón! ¿Se puede

    entrar?kean . ¿Quién hai allá?salom . ¡Oh! le habia olvidado. Mi

    amo, es un pobre muchacho de quiensin duda ya no os acordáis, el hijodel viejo Bob, el pequeño Fistol, elsaltirobanco.

    kean .

     Yo me acuerdo siempre demis antiguos camaradas. Entra, Pis-

    tol, entra.fistol . (Entreabriendo la puerta.) 

    ¿De pies o de manos?kean . De pies, porque necesitas tu

    mano para estrechar la mia.fistol. Esto es demasiado honor pa

    ra ipí.

    kean . Mi pobre muchacho. ¿Quétal toda la compañía?

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    16/52

    fistol . Pasando.ke4.n.  ¿Ketty-la-Rubia?fistol. Os ama como antes: ¡pobre

    niña! no es de admirar, como fuisteisel primer galan de su compañia.

    kean . ¿El viejo Bob?pistol. Toca siempre la trompeta

    como un desesperado. Le querían contratar para corneta mayor de un Tejimiento escoces, con grado de cabo, yél no quiso.

    kean . ¿Tus hermanos?fistol. Los mas pequeños hacen las

    tres primeras posiciones del cuerpo,los mayores el salto de Niágara y losmedianos bailan sobre la euerda Hoja.

    kean . ¿Y la respetable señora Bob?pistol .  Acaba de dar a lnz su deci

    motercero; madre e hijo están buenos.kean . ¿Y tú?...fistol . Y o os  he sustituido, habien

    do heredado vuestro vestido y espadón: represento el arlequín; pero comono tengo vuestra fuerza...

    kean .  Y ¿vienes a pedirme lecciones, he?

    fistol. No señor, no... sin embargo, me prometisteis enseñarme'el bailede los huevos, que jamas he podidoaprender del todo, siempre rompo alguno: ahora los hago endurecer, yasi no se echan a perder, porque loscomo; pero este no es el objeto de mi

    venida. Cuando mi padre lia visto queel buen Dios le hacia la gracia de concederle otro hijo, y que ese era eldecimotercero, ha dicho: «Mal numero llevas.» Advirtiendo que ha nacidoen viernes.— «Será preciso buscarteun grande hombre por padrino.» — «Y¿quién será este?» ha dicho mi madre, ¿el príncipe de Gales o el rei de

    Inglaterra?— «Mejor que todo eso, Mr.  Kean.»  — «¡Oh! bravo! bravo! todoshan contestado; solamente hai un inconveniente, y es que él no querráserlo.» — «Yo os aseguro que sí:» hadicho Ketty-la-Rubia. —«Ya se vé quesí, si vas a pedírselo tú misma:» harespondido mi padre.— «Eso no... ja mas... ¡ahora dista tanto de nosotros!

    ¡es tan grande! ¡está tan elevado!...» — «Pues bien, he dicho yo, venga unaescalera de mano, y voi allá.» ¿No esverdad que no me echareis, Mr. Kean?

    kean . No, por vida de Shakespeare,que fue un titiritero y un saltirobanco como nosotros... no te desecharé,mi querido, y puedes estar seguro queharemos bautizar a tu hermano comoa un príncipe.

    pistol. Es una hermana, pero noimporta. Y ¿cuándo será esto, Mr.Kean?

    kean . Esta tarde si quieres.fistol. Bueno... ¿pero para enton

    ces encontrareis comadre?kean .  Ya la tengofistol . ¿Se puede saber?...kean . Ketty-la-Rubia... ¿crees que

    no lo aceptará?fistol . ¡Ella no aceptar! ¡pobre jo

    ven!... no la conocéis bien; pues seránecesario decírselo con precaución,porque la daria algún desmayo......¡Olí, Ketty! ¡pobre Ketty! qué alegríavas a tener. (Hace un brinco.) 

    salom. ¿Qué haces, Pistol?fistol. Padre Salomón, yo soi como

    los pavos, cuando estoi contento, hagola rueda. Pasadlo bien, Mr. Kean.

    kean . ¿Ya te vas?fistol.  Y allá abajo a ver a los que

    están aguardando, y pensando si que

    rrá, si no querrá, yo les diré: ¡quiere!¡quiere!kean . Salomón, acompaña a su casa

    a ese muchacho... y entregarás diezguineas a su madre para la mantilla

    fistol . No os desdigáis, Mr. Kean.porque se derramarían muchas lágrimas si aconteciese esta desgracia.

    kean . No temas.pistol .

    ( Volviéndose a entrar.)  Unapregunta... y ¿dónde celebraremos latiesta?...

    kean . En casa de Peter Patt, al Trov- du-Charbon...  ¿sabes?

    nsTOL. ¿Si lo sé?... al puerto, a diezpasos del Támesis... donde se reúnenlos marineros... ya sé, ya sé... Abur,Mr. Kean. ( Urw ron Salomón.)

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    17/52

    ESCUNA líí.

    khan  solo, poco después  UN CUSALO.

    iíe. vn,  ¡Buena, y respetable familia!¡familia de patriarcas, hijos del buenDios! ¡no, yo no olvidaré las horas

    que he pasado con vosotros! ¡Cuántasveces me he acostado sin cenar, di-ciendo que no tenia apetito, para de-

     jaros mi parte! Entonces nos pareciatan difícil que una guinea viniera anuestros bolsillos, como el despren-derse una estrella del cielo. ¿Qué headelantado en dejaros? ¿y la pobreKettv no me amaba mas que las nobles

    señoras que me favorecen hoi dia consus bondades? (Llaman.)  Alguien lla-ma. (Al criado que entra.)  ¿Quién hai?

    criado . Una señorita que dice habe-ros escrito ayer.

    kean . Miss Ana Damby... que paseadelante, y se aguarde un momento.(Entra en su alcoba.)

    criado . (A la señora.) ¿Miss? (Esta en-

    tra; y vase el criado.)

    ESCENA IV.

    miss   axa   cubierta de un velo,  kean ,  y después  salomón.

     a na . (Sola.)  ¡Ya estoi en su casa!...

    ¿Tendré valor para esplicarle el moti-vo de esta visita?... ¡Dios mió! ¡Diosmió! ¡dadme fuerza, porque yo mesiento morir!

    kean . (Entra con otro vestido.)  Miss,me habéis hecho el honor de escribir-me. ¿Seré bastante feliz en poderos serde alguna utilidad, bastante favoreci-do del cielo en prestaros algún ser-

    vicio? a n a . (Aparte.)  ¡Oh, esa es su voz!

    Disimulad mi natural turbación, caba-llero, y por modesto que seáis nodejareis de conocer que vuestra repu-tación, talento e injenio...

    kean . Señora... a na . Me asustan mucho mas de lo

    que no me sosiega vuestro recibimien-

    to. Sin embargo, se os tiene por tan

    bueno como grande... Si solo fueraisgrande, no habría venido a encontra-ros. (Levantase el velo y siéntanse los dos.)

    kean . (Haciendo una demostración.) Me habéis dicho que deseabais de miun favor, este apetezco prestároslo,

    miss; no obstante, no me atrevo a ro-garos... ¡Un favor se presta en pocotiempo!

     a n a . Os doi mil gracias, caballero;en verdad que espero mucho de vos;se trata de mi felicidad, de mi suertefutura, y quizás de mi vida.

    kean . ¿Vuestra felicidad? ¡ah! voslleváis en vuestra frente todos las se-

    ñales felices. ¿Vuestra suerte futura?¿y qué descrismada profetisa, aunquefuera de las hechiceras de las Mache th,se atrevería a vaticinaros mas que di-chas? ¿Vuestra vida? do quiera queluzca nacerán flores, como si estuvieran debajo los rayos del sol.

     a n a . Tal vez los años que me que-dan de vida, los lleve mas felices que

    los pasados, porque aun no hace uncuarto de hora que estaba vacilandoentre el venir a veros y el morir.

    kean . ¡Me hacéis estremecer!... a n a . Un hombre que aborrezco y

    detesto, a quien hará cosa de un cuar-to de hora que todavía estaba prome-tida, me quiere forzar a casarme conél, valiéndose no de mis padres, ¡ai

    de mi! ya no les tengo, sino de un tu-tor, a quien ellos legaron el poderantes de su muerte. Ayer manana de-bía realizarse mi infortunio, si no hu-biese tenido la locura o inspiración deabandonar la casa de mi tutor. Hu-yendo de ella, pregunté por la vues-tra, y me he venido.

    kean .  Y ¿a quién debo el honor de

    que me liayais elejido, ya sea porconsejero, ya por defensor?

     a n a .  A vuestro ejemplo, quien meha dado a conocer que podría hallarmedios decentes y honrosos.

    kean . ¿Sin duda habéis pensado queel teatro seria uno de ellos?

     a n a . Sí; desde mucho tiempo hepuesto constantemente los ojos en esta

    profesión, a ejemplo de miss Siddons,

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    18/52

    TtCTO SEGUNDO   17

    do míss O'Neil, y también de missFanni Keniblc.

    kean . ¡Pobre criatura! a n a . ¡Parece que me compadecéis, y

    sin embargo no me contestáis!kean . Sois tan jóveu y tan llena de

    candor, que cometiera un crimen,

    aunque me tienen en mal concepto ytal vez con razón, si no os dijera lo quepienso. Permitidme, pues, que os hable como un padre.

     a n a . Sí, esto es lo que deseo.kean . Tomad asiento, y nada te

    máis; desde este instante me sois tansagrada, como si fuerais mi hermana.

     a n a . (Solándose.) No sé cómo agra

    deceros tanta bondad. .kean . (En pie.)  La parte dorada de

    nuestra vida que habéis visto, os nafascinado: pues bien, yo os liaré verel reverso de esa brillante medalla quelleva dos coronas, una de flores y otrade espinas.

     a na . Os escucho como si Dios mehablara.

    kean . Tanto vuestro candor comovuestra edad, miss, no dejan de poneralgún embarazo en mis proyectos;porque hai cosas que difícilmentepuede decir un hombre de mi edad,e igualmente comprender una jovende la vuestra. Espero que me disimulareis si la declaración empañasela pureza del pensamiento, ¿no es ver

    dad? ana . Creo que Edmond Kean nada

    dirá de lo que uo pueda oir AnaDamby.

    kean . Kean no debiera decir nadade lo que va a decir a miss Damby,

     joven destinada a vivir en la sociedad;pero Kean lo dirá todo, y lo debe decir todo a la joven artista que le haotorgado su confianza, haciéndole elhonor de venir a su casa para consultarle; y lo que en el primer caso leparecería una imprudencia, paréceleen el segundo un deber.

     ana . Hablad, pues.kean . Nadie puede dudar de que

    seáis hermosa. Esto es alguna cosa, y

    aun para la carrera que queréis emprender, es mucho... pero no condu

    ce al fin que se desea, miss... la naturaleza ha empezado su obra, faltaque el arte la concluya.

     a na . ¡OID si vos me dirijís, estudiaré, haré progresos, y adquiriré fama.

    kean . En cinco o seis años tal vez...porque no creáis que se adelante nada

    sin el tiempo y estudio. Algunos pri-vilejiados nacen con el injenio... perocomo el pedrusco de mármol no nacecon la estátua, es precisa la mano dePraxiteles, o de Miguel Anjel, paraformar de él una Venus o un Moisés.En verdad supongo, y aun creo, quesois de esas elejidas que en cuatro ocinco años vuestro talento y reputa

    ción, nada tendrán que envidiar devuestras rivales, porque buscareisúnicamente la gloria. ¿Y vuestro inmenso patrimonio?

     an a . Todo lo abandoné cuando dejéla casa de mi tutor.

    kean . ¿De este modo nada os queda? an a . Nada.kean .  Aun suponiendo que poseye

    seis todas las disposiciones necesarias,siempre necesitaríais seis meses deestudio antes de vuestras primerassalidas.

     ana .  Afortunadamente aprendí enmi juventud toda clase de labor, loque me puede ganar para comer todoeste tiempo. Por otra parte, pertenezcoa una clase que se tiene por honradatrabajando; pues el patrimonio de mifamilia, bien que considerable en eldia, se debe al comercio. Yo trabajaré.

    kean  Corriente. Transcurrido el pía- 'so de los seis meses de trabajo, aunsuponiendo que esteis feliz en vuestras primeras salidas, os ofrecerán enalgún teatro cien libras esterlinas alano.

     a na . Para mi vida sencilla y retirada, cien libras esterlinas es una fortuna.

    kean . Es la cuarta parte de lo quetendréis que invertir nada mas quepor los trajes. La seda, el terciopelo ylos diamante cuestan mucho, queridamiss. ¿Estáis dispuesta a vender vuestro amor para adornar vuestra persona? •

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    19/52

    18

     a n a . Caballero...kha  n  Disiiinilail, miss; si me per-

    milis lo diró todo, de lo contrario me |callo al momento... cuando salgáis deeste cuarto para volver a la sociedad,esta conversación quedará olvidada. ana . (Cubriéndose con el velo.)  Ha

    blad. .kkan.  Sin embargo, quizás tengáis

    la felicidad de encontrar un hombrerico, lino, jeneroso, a quien améis, yél a vos, quien parta con vos sus bienes... En este caso, se evade el primerpeligro... la primera humillación desaparece... pero, lo repito, sois hermosa... y no conocéis a nuestros pe

    riodistas'- de Inglaterra, miss... Losliai que llenan honrosamente su misión, partidarios de todo lo noble,defensores de todo lo bello, admiradores de todo lo grande... son la gloriade la prensa... los protectores delhonor nacional. Pero hai otros, miss,que por la nulidad de su producciónse han metido a críticos.... celosos de

    todo, empañan lo noble, oscurecen lobello, humillan lo grande. Tal vez unode esos hombres, por vuestra desgracia, os encuentre hermosa... al diasiguiente pondrá en duda vuestro talento, al otro dia el honor... Siendoinocente, querréis saber la causa...llena de candidez y pureza iréis a sucasa, del mismo modo que habéis venido a la mia... le preguntareis elmotivo de su odio y los medios parahacerlo cesar... Entonces él dirá, queos habéis enganado en sus intenciones, que vuestro talento le gusta, queél no os aborrece, por el contrario queos ama... Entonces os levantareis, como acabais de hacerlo, y él dirá:«Volved a sentaros, señora, sino mañana...»

     ana . ¡Qué horror!kean  Y dado caso que os libréis de

    esos dos escollos... otro queda todavía... las rivales; porque en el teatrono hai amistad, no hai emulación, nohai mas que rivalidad, y las vuestrasharán lo que Cinmer y otros, que noquiero nombrar, han hecho conmigo.Cada pandilla estenderá sus mil bra

    zos para impediros el subir un gradomas, abrirá sus mil bocas para poneros en ridículo, hará oir sus mil voces para decir mil bienes de sí, y miltempestades de vos. Vuestras rivalespara perderos emplearán medios quedespreciareis, pero que os perderán

    con tales medios ... comprarán loselojios e injurias a un precio que nada las costará... pero que sin embargo no querréis pagar... El públicoindiferente, ignorante, crédulo, quenada sabe de cuán horriblemente sefabrican esas reputaciones y embustes... las tomará por talentos o verdades, a fuerza de oirlas ensalzar o repe

    tir. En fin, aparecerá un dia en quereparareis que la bajeza, la ignoranciay la medianía, lo hacen todo con la intriga; que el estudio, el talento, el in-

     jenio sin la intriga, de nada sirven... Vos no lo querréis creer aun; dudareisalgún tiempo todavia... Hasta que porfin, con los ojos arrasados en lágrimas, lleno el corazón de disgusto y

    el alma de desesperación, llegareis amaldecir el dia, la hora, el minuto enque os vino esta fatal idea de seguiruna gloria que cuesta tan cara, y queproduce tan poco... Ahora levantaosel velo, miss, pues he acabado de es-plicar lo que podia causar rubor.

     a n a . ¡Oh, Kean, Kean! ¿cómo lohabéis hecho? ¡Es preciso que hayaispadecido mucho!...

    kean . ¡Si, yo he padecido mucho!pero menos todavia de lo que debepadecer una mujer...... porque yosoi hom bre. . . y puedo defenderm e.....   Mi talento pertenece a lacrítica, es verdad... ella le pisotea,le hace trizas con sus garras... lemuerde con sus dientes... este es suderecho, y le usa... Pero cuando alguno de esos aristarcos de café tocami vida privada, ¡oh! entonces cambia la escena. Yo amenazo y él tiembla. Mui a menudo se ve esgrimir aHamlet.... por haberse buscado contiendas a Kean.

     ana . ¿Pero todos esos tormentos noquedan recompensados por esta solapalabra que podéis decir: «Yo soi rei?»

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    20/52

     ACTO SEGUNDO.

    k e a n . Sí, soi rei, es verdad... treso cuatro veces cada semana; rei conun cetro de madera dorada, diamantes de vidrio y una corona de cartón:tengo un reino de treinta y cinco piescuadrados, y una majestad que la hace desvanecer un pequeño silbido. Sí,

    si, soi un rei mui respetado, mui poderoso, y sobre todo mui feliz!

     a n a .  Y cuando todo el mundo osaplaude, os envidia, os admira...

    kean . Entonces yo blasfemo, maldigo, y basta llego a envidiar la suerte de un mozo de cordel encorvadopor el peso de su carga... de un labrador sudando sobre su arado, y deun marinero recostado sobre la cubierta del navio.

     a n a .  Y si una mujer jóven, rica yque os amara, os dijera: «Kean; mifortuna, mi amor son para vos... salid de ese iníierno que os abrasa...de esa vida que os consume... abandonad al teatro»....

    kean . ¡Y o ! ¡yo abandonar al teatro!... ¡yo! ¡Ah! ¡vos conocéis lo quees esta túnica de Nessus, que no puede despegarse de los hombros sinarrancar la misma carne! ¡yo abandonar al teatro, renunciar a sus sensaciones, a sus ilusiones, a sus tormentos! ¡yo ceder mi puesto a Kemble ya Macreadi, para que se me olvide alcabo de un año, al cabo de medio talvez! Acordaos de que el actor no dejarecuerdo alguno, que no se piensa enél sino durante su vida, que su famamuere con la jeneracion a que pertenece, que cae de dia y entra en la noche... cae del trono y entra en la nada... ¡No! ¡no! puesto una vez el piéen esta carrera fatal, es preciso seguir

    la basta lo último... apurar sus placeres y sus tormentos, vaciar su copay su cáliz, beber su miel y sus heces... Es preciso acabar como se ha

    empezado, morir como se ha vivido...morir como Moliere, entre el ruido delos aplausos, de los silbidos y de losbravos!...... Pero cuando todavia estiempo de no tomar esta carrera,cuando no se ha vencido el primerobstáculo... creedme, miss, es preciso

    no entrar en ella... creedme, os digolo que siento.

     a n a .  Vuestros consejos son órdenespara mí, Mr. Kean... entonces, ¿quédebo hacer?

    k e a n . Cuando ayer dejasteis la casade vuestro tutor, ¿dónde fuisteis aparar?

     a n a .  A casa de una tia mia, muibuena, y que me quiere como hijasuya.

    k e a n . Pues bien; es menester quevolváis con ella, y pedirla asilo y protección.

     a n a . ¿Podrá hacerlo por ventura?...lord Mewil es poderoso, y asi que sepael lugar de mi asilo...

    k e a n . La lei es igual para todos miss,tanto para el débil como para el fuerte;escepto para nosotros los cómicos, queestamos fuera de la lei. ¿Vuestra tiavive mui lejos de aqui?

     a n a . En Clari-Street.k e a n .  A diez minutos... tomad mi

    brazo, miss... voi a acompañaros.salom. {Entrando.)  Su alteza real

    príncipe de Gales. a n a . ¡Dios mió!...k e a n . Di al príncipe que no puedo

    recibirle, que el trabajo me ha rendido, que duermo.

    salom. Mi amo, le añadiré que habéis pasado la noche estudiando.

    k e a n . No... añádele que la he pasado bebiendo, es mas probable que asi

    te crea. Vamos, miss. a n a . ¡Olí, Kean, Kean! me habéissalvado dos veces.

    19 '

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    21/52

    \ACTOTEECEEO.

    LA TABERNA.

    Taberna de Teter Pau, al Trou-du-Charbon.  El foro está separado por do? paredes que formal*

    divisiones; los lados están separados del misino modo, teniendo cada bebedor un cuarto,

    aunque en una pieza común.

    ESCENA PRIMERA.

    joiin  cooks, alíela a puñadas, con su comiliva de bebedores en el fondo. A la derecha del público  el   constable leyendo un periódico.

     Primer bebedor.  De modo que se lehan llevado sin conocimiento, ¿he?

    john . (Bebiendo un vaso de cerveza.) 

    Sin conocimiento.Segundo bebedor.  ¿Y le rompiste sie-

    te dientes?john . ( Alargando su vaso.)  Siete:

    tres de arriba, cuatro de abajo, doscolmillos y cinco incisivos.

    Tercer bebedor. Entonces ha ganadoel duque de Sutherland, que hizo laapuesta en tu favor.

    john . De antuvión... y que me hadado una guinea por cada diente roto.De modo que le he prometido beber asu salud... ( Vaciando su vaso.)  Y locumplo. .

     Primer bebedor. ¿Y tú no pillaste masque esa insolación en el ojo?

    joiin . No mas: esto es cosa de tresdias, hoi negro, manana azul, pasadomañana amarillo, y se acabó.

    ESCENA II.

     Dichos, LORD MEWIL.

    lord . ¿El dueño de la taberna?peter . ¿Qué se ofrece a vuestra

    merced?lord . Escuchad, amigo, y no olvi-

    déis lo que voi a encargaros.peter . Decid.lord .  Al anochecer vendrá una jo -

    ven, y pedirá un cuarto, la daréis elmejor de la taberna. Entregadle cnan-to pida, y servidle como a mí mismo;porque esa jóven está destinada a seruna de las principales señoras de Ingla-terra. Tomad para vuestro trabajo.(Dándole dinero)

    peter . ¿Teneis algo mas que man-darme, mi lord?

    lord . Podríais hacerme conocer elpatrón de algún pequeño buque, peroque sea lijero, y que lo pueda fletarpara ocho dias?

    peter.  Voi a verlo. (Llama.)  ¡Jorje!(Uno de los bebedores vestido de marinero se levanta y colócase en frente la escena.)  Aquí tienes un caballero que

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    22/52

     ACTO TERCERO. - 1

    necesita una embarcación para ochodias.

    jorje . Para el tiempo que quiera,con tal que nos convengamos.-

    lord . ¿Es velera?jorje . ¡Oh! la reina Isabel  es cono

    cida en el puerto; podéis preguntar aquien queráis, si en una hora andasus ocho millas.

    lord. ¿Y puede llegar hasta aquí?jorje. No cala sino tres pies de

    agua... Desfóndese un tonel de cerveza, y a mi cargo está el conducirla ala sala.

    lord . ¿La podré ver?jorje  Está anclada a once minutos

    de aquí.lord . Pues bien, vámonos, y trata

    remos del asunto por el camino.jorje . Con mucho gusto, milord.

     Aguardad únicamente que acabe lacerveza, (Debe, y vase con lord Meicil.)

     Dichos, menos jorje y   lord mktvil.

    peter .  Y al otro, ¿cuánto tiempo leserá menester?

    john.  Tres meses largos... Seis semanas de papillas y otras seis de panatela... ahora sabrá lo que es tratarse con John Cooks.

    ESCENA IV.

    Los mismos,  kean  vestido de marinero.

    kean . ¡Nuestro amo!... ¡Peter Patt!j’eter . ¡Allávoi!... ¡Ah! es vuestra

    merced.kean . En persona... ¿y la cena?peter . Se servirá en la sala prin

    cipal.KEAN. ¿Y?...peter. ¡Oh! por buena que sea una

    cosa, nunca lo es bastante para vuestra merced.

    kean . (Sentándose a la mesa enfrente del Constable.) Bueno, entre tanto dame algo para beber.

    peter. ¿Queréis cerveza fuerte de

    Escocia?kean . Creéis que soi algún flamen

    co?... quiero vino de champaña. (Va

    se Peter.)  _ joiin . (A un bebedor).  ¿Has oido a

    ese marinero de agua dulce, que tienemiedo de que la cerveza le deshonrela garganta?

    kean . (A Peter que le trae vino.) ¿Nadie ha llegado todavía?

    peter . Nadie.kean .  Ve a ver cómo está la cena

    que me huele a quemado.peter. Está bien. (Vase.)joiin .  Yo he de averiguar quién es

    ese truhán... Déjame hacer un poco, y

    reiremos.Segundo bebedor.  ¿Qué vas a hacer?joiin . Mira, si él bebe un solo vaso

    del vino de la botella que tiene delante, no quiero llamarme John Cooks.(Se acerca a Kean con aire burlesco.) Parece, buen pescador, que no ha habido mucho hielo por la parte del polo, y que la pesca no ha ido mal.

    kean . (Mirándole.) ¿Qué tenéis en elojo?

    john .  Y que su aceite se convierteen vino de Champaña.

    kean . Seria menester que os aplicaran cuatro sanguijuelas alrí; mibuen hombre... porque esopodria tener malos resultados.

    joiin . (Cojiendo el vaso.)  ¿Lo habéispedido del mejor al menos? (Bebe, y 

    luego pone el vaso encima de la mesa;  Kean le está mirando.)kean .  A no ser que esperéis igualar

    ese ojo con el otro, lo que no será muidifícil si continuáis.

    john . ¿Vos lo creéis?kean . ( Volviendo aponerse vino.)  Es-

    toi cierto de ello. -joiin.  Volviendo el desquite, ¿he?

    kean . De balde.joiin . (Cojiendo el vaso y bebiendo.) 

     A la salud del que paga.kean . (Quitándose el vestido.)  Gra

    cias, amigo. >joiin . ¡Hola! parece que poseéis la

    regla.kean . (Se quila la chupa.)  Sí, se

    ñor, sí.

    john . (Riendo.)  ¡Ah! ¡ah! ¡ah!iodos . ¡Bravo! ¡bravo!

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    23/52

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    24/52

     ACTO TERClillO.   n 

     Dichos, FISTOL.

    pistol . ¡Olí! sí, el viejo Bob está encama.

    ketty . ¡En cama!KEAN. ¿Y eso?fistol .  Ya vereis qué desgracia...

    figuraos que liabia bajado ya la escalera... estaba soberbio, porque llevaba su sombrero pardo, su gaban, y yasabéis, Mr. Kean, aquel gran cuellode camisa que le corta las orejas...salimos de casa, y sin haber dadocuatro pasos... «¡Oh! dijo, he olvidadomi trompeta.»—¿Qué queréis hacer devuestra trompeta?» le respondí.—Lesquiero tocar una arieta para divertirles durante los postres.»—Acaso nosaben ya todas vuestras arias? guardad la respiración para otro rato.» —«¿Queréis ir por mi instrumento sinreplicar, buena pieza?» — «¡Ya! yo nosé dónde le teneis, id por él vos mismo»... Ya sabéis que el padre Bob tiene el jenio mui pronto... no bienacabé de decir, que me alarga unpuntapié... pero como felizmente conozco todos sus movimientos, porque

     jamas le pierdo de vista cuando hablo con él...

    kean .  Acaba, di que lo has recibido.fistol. Pues no, y esa es la desgra

    cia, hice un brinco de lado.kean . Entonces mejor para ti, si no

    lo has recibido.pistol . Efectivamente no lo he reci

    bido; pero como él creía hallar resistencia... alguna cosa a la punta de supié, y el pobre viejo Bob nada encon

    tró, ha perdido el equilibrio, y hacaido de espaldas.KETTY. ¡Dios mió!pistol .  Vamos, no me hables de

    ello; mas hubiese querido recibir milpuntapiés, que ser la causa de. esadesgracia.

    ketty . ¡Dios mió! ¿y se ha lastimado? K 

    fistol . {Llorando.)  Según dicen, seha dislocado un brazo.

    ESCENA VI.kean . ¿Habéis ido ya por el médico?fistol . Sí , s í . kean . ¿lr qué ha dicho?fistol . Ha dicho, que en seis sema

    nas al menos no podrá menearse dela cama; y durante este tiempo toda lacompañía estará sin comer, porque latrompeta del padre Bob es conocidacomo el ramo de la taberna de Mr.Peten, que si mañana le quitase, creerías e que ha hecho bancarrota, y nadie entraría mas en ella.

    kean . ¿No  hai otra desgracia queesa?

    pistol . ¡Ya! me parece que no espoca desgracia el tener que ayunarseis semanas sin estar todavia en cuaresma.

    kean . ¡Peter!teteu . ¿Qué se ofrece a vuestra mer

    ced?kean . Dame recado de escribir.ketty . [Aparte.)  ¿Qué hará?peter .  Aquí teneis.kean . [Escribe.)  Encarga a uno de

    los mozos de tu taberna que lleve estacarta al autor del teatro de Coven-Gar-den. Le digo que mañana representaré el segundo acto de Romeo  y el papel de Falstaíf, a beneficio de uno demis antiguos camaradas que se liadislocado un brazo.

    ketty . ¡Oh, Mr. Kean!fistol.

    ¡Esto es ser un verdaderoamigo, tanto en la fortuna como en ladesgracia!

    peter . [Llamando.)  ¡Felipe! [Entra un muchacho.)

    kean . [Le da la carta.)  Aguarda lacontestación, ¿estás? Vamos, ¿todo elmundo está preparado?

    fistol . Sí, si.

    kean . Corrientes.fistol .  Vámonos, pues, si no haríamos aguardar al vicario.

    kean . No es precisamente por el vicario quien nos aguardaría, sino porlacena. Peter, te la encargo. [Vase.)

    peter. Descuidad, voi a ver si jirael asador. '

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    25/52

    '•> KEAN." '

    PETER, luego  UN DESPENSERO.

    peter .  Ya se piensa en la cena, ycon cuidado, porque sallemos que sois

    un goloso, Mr. Ivean, y se os tratarácomo a tal. [Llama.)  ¡Despensero! ¡despensero!

    DESPENSERO.  Allá  VOÍ.peter . Se te encarga de que no se

    ponga ni una sola gota de agua en las ,botellas que se sirvirán a Mr. Kean. I

    despensero. ¿Y en las demas? !peter. En las demas no le hace.

    despensero . Se hará como lo man- ¡dais. (Ia.se.) \

    ESCENA VIL Kean, de un negocio de teatro, de una ¡bagatela nada mas. i

    peter . Es igual, de todos modos voi Ia serviros una botella de cerveza ran- Icia; hablareis con ella mientras aguar- ¡dais.

    salom. No me parece mal; el tiem-po pasa mejor en compañia de un

    amigo. Pero asi que nuestro gran trá- jico vuelva, dile que necesito verle asolas: ¿estás?

    peter . [Al irse.) Está bien.

    ESCENA X.■

    salomón , sentado donde lo estaba el Constable.

    ESCENA VIII.

    peter, miss   ana   cieompañada de una doncella.

     a n a . Señor, quisiera un cuarto.

    peter.  Ya está preparado. ana . ¡Cómo!peter. Sí ,  se me ha mandado pre

    parar el mejor cuarto de la posada para una señora que vendría esta tarde;creo que esta señora sois vos.

     a n a . [Aparte.)  ¡En todo piensa! Conducidme pronto a ese cuarto, amigomió, porque estoi temiendo que ven

    ga jen te.peter. ¡Dolly! ¡Dolly! Es aquel, miss,número l.° [A la doncella que entra.)  Acompaña a la señora. ¿Deseáis algo,miss?

     ana . Gracias, nada necesito. [Entra en el cuarto.)

    ESCENA IX.

    PETER, SALOMON.

    salom . Buenas tardes, rnaese Peter.peter . ¡Hola! ¿sois vos, señor Salo

    món? llegáis mui tarde para la iglesia,y mui temprano para la cena. ¿Quése os ofrece entre tanto?

    salom . Nada, nuestro amo Peter,

    absolutamente nada; solamente vengopara hablar a nuestro grande e ilustre 1

    salom . ¡Ah! veamos lo que se dicede nuestra última representación delMoro de Veneeia. [Toma un periódico y 

    i le traen una botella de cerveza.)  Gracias, amigo... [Lee.)  «París, San Pe-tersburgo, Viena.» — En verdad que

    es bien fastidioso que llenen los periódicos de noticias políticas de Eran-cia, de Rusia, de Austria; ¿quién se ;ocupa de una cosa tan poco intere- isante? ¡Hola!— «Teatro de Drury-La-ne, representación del Moro de Vene- \

    ! cia.  Mr. Kean. [Leyendo.)  La función :¡ de ayer llamó poca jente ...»— Se hu- ¡hieran despachado quinientas entra- ¡,

     j das mas a haber lugar en el coliseo. (1— «La mala elección en la función.» , —Gracias: se representó el Moro de Veneeia y el Sueno de una noche de ve-  |rano,  las dos mejores obras de Shakes- ¡\peare.— «La medianía de los acto- |res...»—Cabalmente trabajó lo mejorde la compañia, miss 0 ‘Neil, mistriss |Siddons, Kean, el ilustre Kean.— «La

    representación furiosa de Kean, quede Otelo hace un salvaje.»—¿Pues quéquiere que haga de éi un pisaverde?[Mirando la firma del autor del arlícu- lo.)  ¡Ah! no es estraño:— «Cooksman.» ¡ — ¡Qué vergüenza! he aqui los hom- •bres que juzgan, que condenan, y jque algunas veces no dejan de causar !angustias. [Toma otro periódico.)  ¡Ah! 1

    este ya es otra cosa, el artículo es de iun camarada, de Mr. Brixon, quien 1

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    26/52

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    27/52

     »unidlo con loda coníiaza; él os con-«ducirá a mi lugar, dolido estaréis«conmigo al abrigo de toda pesquisa. »Xo temáis nada, miss, y coucedcd- »me toda vuestra confianza, porque » tengo para con vos no menos respeto »qnc amor.— Edinond Kcnn.y> 

    «Tanto a vos como a mí no re nos«pierde de vista; por ese motivo no »voi yo mismo a suplicaros que to- »meis esta resolución, la. única que«puede salvarnos.»

     ana .  Ahí tenéis el motivo de miconducta, Mr. Kean; no necesito daros otro. Creí que esta carta era vuestra, en vos me lie liado, y me lie

    venido.kean . ¡Oh, miss, miss! doi infinitas

    gracias a la casualidad, o mas Lien ala Providencia, que me haya conducido aqui. Escuchad, miss: hai aquíuii infame misterio que voi a descubrir, estoi cierto de ello, cuyo autorse arrepentirá. Pero en la situaciónen que nos hallamos, y para soste- jnorme en la lud ia que voi a empeñar, Iconviene que me lo digáis todo, nnss;que no tengáis ningún secreto paraconmigo; que os conozca como a unahermana, porque voi a defenderos,se lo juro al mismo Dios, como si fuerais de mi mas cercana y queridafamilia.

     a n a . ¡Oh! oslando con vos, cercade vos, nada temo.

    kean . Sin embargo, tembláis toda,miss.

     an a . ¡Oh! Mr. Kean, vos sois quienme preguntáis... y cabalmente a vosno os lo puedo decir todo.

    kean . ¿Y qué puede tener reservado un corazón vi rjen como el vuestro,

    miss? Habladmc como si lo hicieraisa vuestro mejor amigo, a vuestrohermano.

     a n a . ¿Y cómo me atreveré despuésa miraros?

    kean . Escuchad, miss, porque quiero preveniros... quiero rasgar el velodebajo el cual cucubris vuestro secreto... Acostumbrados como lo esta

    mos los de mi profesión a producirde nuevo todos los sentimientos hu

    manos, nuestro incesable estudio debe consistireu ira sacarlos de lo masprofundo del pensamiento... Pues bien,yo hecreido conocer el vuestro... aca-

    , so me enganaré... pero vuestro odio. para coa lord Mcwil pioviene de unsentimiento diametralmcntc opuesto

    para con otro. ana . Sí, sí... no os habéis engaña

    do...pero yo no puedo remediarlo:lie sido arrastrada por una rara fatalidad, a laque ninguna mujer hubiera podido resistir... ¡Oh! ¿por qué nome dejaron morir?

    kean . ¿Morir?... ¡tan joven!... ¡tanhermosa! y ¿por qué queríais morir?

     ana . No era yo quien queria dejarla vida, sino Dios, que parecía reprobarme. Una melancolía profunda, unamargo disgusto de la existencia, seapoderaron de mí... mi cuerpo faltode fuerza, mi pecho de aire, mis ojosde luz, sentíame desfallecer, sentíamearrebatada ácia la muerte, sin socorro, sin tormentos, y aun sin temor;porque no esperimenté niugun deseode vivir... nada deseaba... nada esperaba... nada am aba... Mi tutorconsultó a los facultativos inas peritosde Londres, y todos convinieron cuque mis padecimientos no tenían re

    , medio; que estaba atacada de esa cn-j fermedad de nuestro pais que frustra

    toda ciencia. Entre los médicos, unopreguntó si en mi infancia acostumbré ir al teatro. Mi tutor respondió,que educada severamente en un colc-

     jio, siempre se me había prohibidosemejante diversión... Entonces se loindicó como único recurso... Mi tutorhizo la prueba el mismo dia; mandótomar un palco, y a la tarde me dijo

    que iríamos a pasar la noche a Dru-ry-Lane; apenas pude oir lo que medecía. Tomé su brazo cuando me lopidió, y subí al coche... Dejémediri-

     jir maquinalmeutc, tomando en algún|modo por su cuenta las personas que' me acompañaban, el sentir, el pesar,! el vivir por m i.. . Entré en el colis e o .. . y mi primera sensación fué

    casi la del dolor... ofuscábase-molavista por el resplandor de tantas lu-

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    28/52

     ACTO TERCERO.

    ces, y podía respirar apenas, a causade la atmósfera tan caliente y perfumada... mi sangre toda se estancóen mi corazón, c iba ya a padecerdeliquio... cuando sentí un poco defresco, porque acababan de levantarel telón. Me volví de improviso, bus- ,

    cando aire para respirar... cuandooigo una voz .. ¡oh!... que retundióen lo mas intimo de mi corazón...conmovió súbitamente toda mi existencia... Esa voz recitaba con tantamelodía versos que jamas había oido,palabras de amor que jamas creyeraque labios humanos pudiesen pronunciar... Mi alma entera pasó en mi

    vista y oido... quedé muda como laestatua de la admiración: miré... escuché... representaban Romeo.

    ke. vx.  Y ¿quién representaba Romeo? axa . La noche páseseme en un ins

    tante, sin respirar, sin hablar... sinaplaudir... Volví a la casa de mi tutor, indiferente como siempre, y silenciosa para con todos, pero con elcorazón rebosando de alegría. Al diasiguiente mi tutor llevóme a la representación del Moro de Yenec/ia...  donde fui con todos los recuerdos de Ro-meo...  ¡Oh! esa vozno fue la mismavoz, no fue el mismo amor, no l'né elmismo hombre... pero sí el mismoenajenamiento... la misma felicidad...el mismo embeleso... Esa vez ya pudehablar... ya pude decir: «¡Qué hermoso !... ¡qué grande !... ¡qué s u-bliinc!»

    keax.  Y ¿quién representaba Otelo? a  xa .  La mañana siguiente yo mis

    ma pregunté si iríamos a Drury-La-ne. Durante un año seguramente fué

    la vez primera que manifesté tenerun deseo, el que me fué satisfechopor la noche, volviendo al palacio delos hechizos y encantos : busqué enél la melancólica y apacible íigura deRomeo... la atezada y ardiente frente del moro... y encontré la sombríay pálida cabeza de Hamlct... ¡Oh! esavez todas las sensaciones que había

    percibido, por espacio de tres dias,estallaron a la vez en mi corazón, de

    masiado lleno para contenerlas . . .aplaudí con las mayores demostraciones de alegría... y las lágrimasinundaban mi rostro.

    keax .  Y' ¿quién representaba Hamlct, Ana?

     a  xa   . Romeo Rizóme conocer el

    amor, Otelo los celos... Ilamlet ladesesperación... esta triple iniciaciónperfeccionó mi ser... Yo penaba sinviolencia, sin deseos; sin esperanza...vacio el corazón... mi alma habíadesaparecido ya de él, o mas bien nohalda estado aun... el alma del actorpasó a mi pecho, y únicamente desdo esc dia empecé a respirar, a sen

    tir, a vivir.keax . Pero, miss, no me habéis

    dicho todavía cuál fué el hombre queprodujo en vos esta mudanza; quePrometeo encendió el alma estingui-ua, y quién fué el Cristo que resucitóla joven muerta ya en la tumba.

     a x a . ¡Oh! lie aqui el nombre queno me atrevo a pronunciar... de miedo de no poderos mirar ya mas.

    keax .  Ana, ¿será posible? ¿es cierto?... ¡Cuán desgraciado soi!...

     a x a . (Con espanto.)  ¿Qué decís?keax . Nada... nada. No podéis com

    prenderlo, Ana... tal vez os lo confiesoalgún dia... mas tarde... Tero ahorano pensemos mas que en vos, queri

    da hermana. ' a x a . ¡Kean, hermano m ió... querido amigo!...

    keax . Volvamos a esta carta... porque ahora que lo sé todo, no hai queperder un instante.

     a  x a  . Pero primero desearía sabercómo habéis venido aqui con esetrajo. _ 

    keax .Padrino de una criatura de jente pobre que conocí en otro tiem

    po, he creído que este vestido les daría mas libertad para hablar conmigo, igualándome a ellos... como veis.Pero hablemos de otra cosa... ¿Esohombre enmascarado no ha venido?

     a x a . Todavía no.keax . ¿En ese caso va a venir?

     a x a . Sin duda.keax . (Llamando.)  ¡Peter!

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    29/52

    28 KEANl

     a  x a . ¿Qué vais a hacer?k e a x . (A Peler que entra.)  ¿Está por

    ahí el Constable?pirran. Está en la sala principal

    aguardando con los demás convidados.kean . Dile que tenga la bondad de

    venir. a x a . ¡Oh! Kean, vos me espantáis.keax . ¿Oué podéis temer? a x a . No temo por mí... únicamen

    te por vos.keax . No temáis, ¡ áh ! venid, señor

    Constable... Aqui teneis a miss Ana

    ESCENA XIII.

    KEAX solo.

    keax . ¡Oh, qué cosa tan rara! ¡Pobre A na! ¡ hacerte padecer de ese

    modo... perseguirte... siendo tan jó-ven y tan delicada, que no puedesresistir el menor soplo, y pálida t.oda-

    via de esa enfermedad mortal, de laque apenas te has salvado! Cuandopienso que liabia mil casualidadespara no encontrarme aqui, y que iba a

    Damby, una de las primeras herede- ¡ cometerse un rapto en nombre mió...¡Ah! lie aquí, pues, por qué aun an

    tes que viese a miss Ana, se ha esparcido tan rápidamente y de un modotan estrafio que yo la había robado.l ro debía encubrir a un lord arruinado, que quiere rehacer su fortuna...pero yo estoi aqui, miss Ana estábien guardada en ese cuarto... ¡Ah!paréceme que alguien se acerca...¡Vive Dios! es él... Ya desconfiaba de

    su venida. ■

    ESCENA XIV.

    keax , sentado,  lord  meavil, con másca-ra. (Es de roche.)

    lord. ¡Ella ha venido! (A  Kean.) Disimulad, amigo mió, quisiera pasar.

    keax . Disimulad, milord; vos nopasareis.

    lord . ¿Podéis decirme por qué razón?

    keax . Porque no estamos en tiemponi época en que se viaje con máscara ... Es moda perdida en Inglaterradesde el reinado de María la Católica.

    lord . Puede uno hallarse en eir-

    kean.  Ana, entrad en ese cuarto 1cunstancias en que le sea preciso cuco n el señor Constable, v contádselo brir su rostro.

    ras de Londres, a la que quieren vio

    lentar para la elección de esposo: oshe llamado para confiárosla. Esta misión es noble y grande, señor Cons-lable... Salvad a esa júven.

    constable . ¡Qué mudanza!... f¿quién sois vos que reclama mi m -nisterio con tanta confianza comoautoridad?

    keax . Poco importa saber quién es

    el que reclama le protección do la lei,porque esta es igual para todos...porque la justicia lleva una vendaque le tapa los ojos, y tan solo tieneabierto el oido. Pero si queréis saberquien sói, os lo diré; soi el actorKean. Habéis dicho que queríais alos artistas, y yo os be prometidohaceros conocer uno... ya veis que

    tengo palabra.constable. ¿Cómo no os he recono

    cido, yo que os he visto representartantas veces, y que soi de vuestrosmas entusiastas admiradores? Señorita, imploráis mi protección?

     a x a . De rodillas.constable. Descuidad, señorita; de

    cidme únicamente de qué modo...

    todo. Por lo que a mí toca, es precisoque me quede solo aquí... aguardando.

     a n a . Kean, sobre todo prudencia.kean . Id sin temor. En cuanto a

    nosotros señor Constable, esto no alterará en nada nuestro convite, y os

    prometo que cenaremos con toda alegría. (Vase Ana y el Constable.)

    keax . Un hombre de bien y unproyecto noble van siempre a "caradescubierta, milord... (Levantándose.) Vuestro proyecto le conozco ya, y esun proyecto infame. En cuanto aquien sois, lo conoceré al instante, ysabré lo qne debo pensar, como de

    vuestro proyecto, milord; porque sino os quitáis la mascarilla, juro por

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    30/52

     ACTO TERCERO.   $9

    lo mas sagrado que os la arrancaré,y esto al momento: ¿lo ois, milord?

    lord. ¡Caballero!...kean . (Lord Mewil haceun movimien-

    to para irse, Kean le coje del brazo de-recho con la mano izquierda.)  ¡Oh! vos

    no saldréis, yo oslo digo... todavíateneis una mano libre, milord... servios de ella para quitaros la mascarilla... y creedme; no permitáis que lamia llegue a vuestro rostro.

    lord. (Queriendo soltar su brazo.) Oh! esto ya es demasiado; yo sabréquien es el osado que me ultraja.

    kean . Y yo quien es el cobarde que

    quiere huir. (Le quila la mascarilla.) Entrad... entrad todos... y con luces,para que podamos reconocer aquí...(Todos entran.) 

    lord. ¡Kean!...

    kean . ¡Lord Mewil! no me habiaengañado.

    lord. Esto es un convalacho.kean . No, milord, porque la cosa

    quedará entre nosotros; pero comome habéis insultado, e insultado gravemente, sirviéndoos de mi nombrepara cometer una vileza... me daréissatisfacción, y asunto concluido.

    lord . En esto solo liai una dificultad, y es que un lord, un noble, unpar de Inglaterra... no puede batirsecon un titiritero, un saltimbaco, unbufón.

    kean . Sí, teneis razón, media demasiada distancia entre nosotros.Lord Mewil es un hombre honrado,que pertenece a una de las principales familias de Inglaterra... a unarica y antigua nobleza... sino me engaño. Bien es verdad que Lord Mewil

    ha consumido la fortuna de sus padresen juegos de naipes y dados, en apuestas de gallos y en corridas de caballos... bien es verdad que su escudode armas está empañado con el hálitode su vida relajada y de sus accionesindignas... y que en lugar de elevarse, ha descendido siempre.

    Mientras que el titiritero Kean ha

    salido de la clase inas oscura, hasido espuesto en la plaza pública, yhabiendo comenzado sin nombre y

    sinl’fortuna, se ha adquirido* iin"nom-bre igual al mas noble, y una fortu-111a, que el dia que quiera podrá riva-lizar con la del príncipe real... Estono impide que lord Mewil sea unhombre honrado, y Kean un titiritero.

    Bien es verdad que lord Mewil haquerido restablecer su fortuna en de-trimento de la de una joven hermosay sin amparo.:, que sin reparar 011que ella fuese de una clase inferior ala suya, la ha fastidiado con suamor... perseguido con sus pretensiones, arruinado con su influjo. _ 

    Mientras que el saltimbanco Kean

    ha ofrecido protección a la lujitivaque ha venido a pedírsela; que la harecibido en su casa como un hermanohabría recibido a una hermana, y quela ha dejado salir de ella tan pura como entró... aunque ella fuese hermosa... joven y sin amparo... Estono impide que Mewil sea un lord...y Kean un saltimbanco...

    Bien es verdad que lord Mewil, parde Inglaterra, tiene su asiento en lacámara superior, hace y deshace lasleyes de nuestra antigua Inglaterra,lleva una corona condal en su coche,y una capa de par sobre sus hom bros, y que en diciendo su nombre,ve abrir delante de él las puertas delpalacio de nuestros reyes... esto hace, que algunas veces lord Mewil,cuando se digna bajar entre el pueblo, cambie de nombre, sea que tengavergüenza del de sus abuelos, seaque no quiera empañarlo... entoncestoma el de un titiritero y de un sal-timbanco, y firma una carta con esenombre falso... Esa acción merece un

    presidio y galeras... nada mas... nimenos... ¿lo ois, milord? __ Mientras que el bufón Kean anda

    con la cara descubierta, y en altavoz dice su nombre; porque el lustrede su nombre no le viene de susabuelos, no; mientras que el bufónKean quita la mascarilla a todo ros-tro, tanto en el teatro como en la ta

    berna, y fuerte con la lei que harecibido, la invoca contra la que hahecho... Y cuando el bufón Kean

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    31/52

    KHAN.

    ofrece a lord Mewil no decir nada detodo esto, con tal que le dé satisfacciónde un insulto, del cjue la sociedad podría pedirle justicia... lord Mewilcontesta que no puede batirse con untitiritero, un saltimbanco, un bufón:

    ¡oh! por mi nombre está bien contes-tado, porque media demasiada distan-cia entre estos dos hombres.

    ¡Milord! én todo eso no habéis ol-vidado mas que tres cosas: la primera jes que yo podría denunciar vuestro Iatentado a la justica; y entregaros aella. La segunda es que hai insultoscomo ese, que marcan la frente de un !

    hombre como un hierro candente el ,■

    f 3 0

    hombro de un galeote, y que yo po-dría haceros uno de esos insultos.La tercera es que estáis encerradoaquí en mi poder, a mi disposición,y que podría anonadaros con mis ma-nos... como lo liaría con este A^aso...

    (Riendo.)  ¡Ali! ¡ah! ¡ah! si no estimaramas servirme de él para echar unbrindis... Echa vino, Peter; a la fe-licidad de miss Ana Damby, a sulibre elección de esposo, y puedaeste esposo darla toda la felicidad quemerece, y que yo la deseo.

    todos.  Viva Mr. lvean.keax .  Ahora, milord, ya podéis

    marcharos.

     ACTO CIT-A-jBTO.

    CUADRO CUARTO.

    EL VESTUARIO DE KEAX.

    L a e s c e n a e s e n e l v e s t n a i ’i o ele I l e a n ,

    ESCENA PRIMERA.

    f i s t o l , s a l o m o x ,  preparando vasos de agua con azúcar.

    fistol. Padre Salomón, ¿soi indis-creto si os pregunto qué estáis hacien-do ?

    salom. Preparo un vaso de aguacon azúcar.

    fistol . Lo mismo hace el padreBob;siempre ha de hacer gárgaras en losentreactos... solamente que las hacecon ron.

    salom . Mira, si no tuviera que pre-parar dos, habría también para nos-otros; pero a mí nada me corresponde:

    de vez en cuando bebo un vaso deponche; pero no pasa de aquí.

    fistol , llaceismui bien...(Mirando dentro de un armario.)  ¿Qué son todosesos trapos?

    salom . ¡Cómo tunante! ¿tú llamastrapos a los trajes magníficos!

    fistol . ¡Trajes de oro !... realmen-te de oro... Disimulad; en ese caso lode ahí dentro vale algunos chelines.

    salom . (Poniéndose hinchado.) Te-nemos un guardaropa que vale na-da menos que dos mil libras esterlinas.

    fistol . ¿Entonces valdrá mas que el

    del rei? Padre Salomón, aquí hai unapuerta.

    salom . ¡Psits _ !

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    32/52

     ACTO CUA11TO.   3 1

    fistol . ¡Oh! es que es uua puerta.salom . ¡Psits...!fistol . ¿Lo sato ya Mr. Kcan? Lo di

    go porque por aquí podrían venir arobarle... y aunque parezca que no seabra, mirad... (La abre).

    salom . Pero... ¿cómo lo has hecho, diablo?

    pistol . Toma, con la punta de uncuchillo.

    salom . Si Mr. Kcan supiera lo queacabas de hacer...

    pistol . ¿Se enfadaría?... en ese casono se lo digáis... Supongamos que nada he visto, que no hai puerta algu

    na... ¿dónde está la puerta? ¿quién hadicho había tal puerta?... yo no; soisvos, padre Salomón. ¡Qué farsante!...

    salom . Basta... ¿Tendremos buenaentrada esta noche?

    fistol . ¡ Y o lo creo!... He paseado uncuarto de hora por el corredor del tea

    tro...salom .  Y ¿en qué pensabas?

    fistol . Pensaba en que del dinerode los bolsillos de la jente que allí había, habría para los del padre Bob...¡Es feliz el padre Bob!... Jamas tendréla dicha que me venga una desgraciacomo la suya.

    salom . Que viene Kean.fistol . Me marcho (VY;sc.)

    ESCENA II.

    salomón , k e a n , tirando su sombrero.

    salom . (Aparte.)  ¡Oh! Pistol ha hecho mui bien en alargarse, porquehai tormenta.

    k e a n . ¡Salomón!salom . ¿Mi amo?kean . Estenderás en este tablado

    una piel de león... una de tigre... unaalfombra... lo que quisieres, poco meimporta...

    salom . ¿Qué queréis hacer?k e a n . Los volatines.salom . (Admirado.)  ¿Los volatines?k e a n .

     Asi empecé en la plaza deDnblin... y veo que me será precisotomar otra vez mi primer oficio. Te

    encargo que se pongan carteles en lascuatro esquinas de Londres, anunciando que Kean el payaso hará losvolatines en Rejent-Strcct y en SanJaime, a. cinco guineas por asiento:de este modo en cinco dias hago una

    fortuna real, porque todo el mundoquerrá ver como Hamlet anda de manos, y como Otelo hace el salto decarpa... Mientras que en este malditoteatro... aun con la ayuda de Shaks-peare necesitarla años enteros, y alpaso que llevo, cuantos mas años pase, mas me iré adeudando, y luego...a morir en una honrosa miseria al

    interior de alguna villa de Dcvoushi-re, entre un pedazo de buei salado yuna botella de cerveza. ¡Oh! ¡la gloria! ¡el jenio! ¡el arte! ¡el arte! Vampiro muriendo de hambre, esqueletotrashijado, al que echamos una capa de oro sobre los hombros, y leadoramos como un Dios. ¡ Todavíapuedo ser tu víctima... pero no seré

    ya mas tu juguete!salom . ¿Qué ocurre, mi amo?kean . ¿Sabes lo que ocurre? que

    mi casa está cercada de esbirros, yque he pasado toda la mauana en micoche, después de pasar toda la noche en la taberna... lo que me dispone perfectamente para que hoi melleve una buena silba... y todo eso

    por una misera le letra de cuatrocientas libras esterlinas. Yenme a decir aun que soi el primer actor deInglaterra, y que no cambiáras miposición por la del príndipe de Gales... ¡vil adulador!...

    salom . Pero también es por culpavuestra... si quisierais tener arreglo.

    kean . ¡Tener arreglo!... ¿y en quévendrá a parar el jenio cuando tendréarreglo?... En una vida ajitada, enuna vida ocupada como la que llevo,¿tengo por ventura tiempo de calcularminuto por minuto, y libra por libra,lo que tengo que invertir para la vida, y el dinero que puedo desperdiciar?" ¡Oh! si Dios me hubiese conce

    dido esta honrada facultad , en estemomento seria yo un mercader detelas onla ciudad, y no un mercader

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    33/52

    KEAN.

    de versos en Coven-Oarden y en Drn-

    ry-Lane.salom . Pero volviendo a esas cua

    trocientas libras esterlinas, parécemeque podríais, según el ingreso de es

    ta noche...

    kean.  ¿Me pertenecerá a raí porventura?... El ingreso es de esas buenas jen tes, ¿y tú quieres que liagapagarles el favor que les bago? Estees un consejo de nada, señor Salo

    món.salom . Conozco que no me liabeis

    comprendido, mi amo... dentro detres o cuatro dias se las volveríais.

    kean .  Yo... prestar a unos saltim-bancos... yo, Kean... ¿no quieres decir esto? Déjame

    salom . Disimulad, mi amo... yo...kean . ¡Está bien!... ¡está bien! ve

    a repasar mi papel, y cuidado que yono olvido una sola palabra.

    salom . Sí, mi amo.kean . Después tendrás que liacer

    algo conmigo... mi buen Salomón...mi antiguo camarada... mi únicoamigo.

    salom .  Vamos, vamos, parece quelia pasado ya la tempestad.

    kean . No liai duda: ¿acaso no soiyo el rnájico Próspero?... tendiendomi varilla, ¿no puedo causar la calmao la tempestad?... ¿llamar a Caliban o

    *a Ariel? Vete, pues, Caliban, queaguardo a Aiiel.

    salom . ¡Oh! esto es otra cosa; ¿por({lié no me lo decíais inmediatamente?... Me marcho, mi amo, me marcho. (- ’elrocediendo.)  A propósito, miamo, no olvidéis que esta noche nostocan seis actos. (Po-se.)

    ESCENA III.

    KEAN Solo.

    kean . Hombre bueno y escolen te, iamigo sincero y fiel, para quien mi Ialma no tiene secretos, espejo de midolor y de mi vanidad... tú que no teme acercas sino para acariciarme co

    mo lo hace el perro a su amo, y quepor paga de tu amistad no recibes

    r rmas que palabras duras y accionesdescorteses, yo mandaré grabar tunombre con letras de oro sobre mitumba, y se sabrá que Kean no tuvomas que dos amigos, su león y tú;¡mi pobre íbrain! Este se entendería

    con mis acreedores... por la noche notenia que hacer mas que poner untapiz delante de la puerta de mi cuarto, y podia descansar con toda tranquilidad. Me parece que anda algunoen el pasadizo... no me engañé... ¿Siserá ella? (Corre a la puerta por donde se ha ido Saloman y la cierra.)

    ESCENA V.

    KEAN, ELENA.

    kean . ¡Elena!elena . ¡Kean!kean . ¿Con qué es verdad que sois

    vos?...elena . ( Volviéndose.) Espérame,

    Ouidsa... no tardaré mucho.kean . ¿Estáis bien segura de esa

    mujer?elena . Como de mí misma; es tam

    bién veneciana.kean . ¡Con que habéis venido!...

    ¡oh! yo os aguardaba, pero no creía

    que vinierais.elena .  Al propio tiempo que os doi

    las gracias... ¿no he de quejarme devos por alguna cosa? ¡Qué imprudencia !

    kean . ¡Queréis que ahora me arrepiente de haberla cometido?

    elena . ¿Quién os dice que hayaisde arrepentiros?...

    kean . ¡Con que habéis venido!...¡oh!... ¡en verdad que no puedo creer

    tanta felicidad!elena . ¿Ahora creeis en mi amor?kean . Sí , sí , creo en élelena .  Asi son todos los hombres,

    siempre injustos: no les basta que lasmujeres les confien el honor, es preciso mas, que se espongau a perderlopor ellos.

    kean . ¡Oh! no, no... pero poneos

    por un instante en lugar de un pobreparia... que ve andar a su alrededor

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    34/52

     ACTO CUARTO.   33

    a la sociedad entera, y que, como undelirante, se siente encadenado en supuesto, y se ve obli^¡ do a lijar sucodiciosa vista ácia eses jardines encantados, donde ve que seres privilegiados recojen los frutos de los que éltiene sed... ¡Oh! preciso es, pues, quese venga a nosotros, ya que no podemos ir a los demas.

    elena .  Y como no me será dadovenir tan amenudo como desearía...hequerido que al menos en mi ausenciapor este retrato os acordéis de mí.

    kean . ¡Vuestro retrato!... Elena,¿lo habéis mandado hacer para mí?...Sí, aqui está... mas ¡ai! ¡vos sois mucho mas hermosa!

    elena . ¿No lo queréis?kean . ¡Oh! sí, sí, loquiero... ¡aquí...

    aquí... siempre en mi corazón!elena . ¿Me amais?kean . ¿Y me lo preguntáis?elena . {Tomándole ile la mano.)  ¡Ote

    lo mió!

    kean . ¡Olí! lo has dicho perfectamente, porque soi celoso como el moro de Venecia: ¿lo ois, Edelmira?

    elena . ¡Celoso!... ¡buen Dios! ¿y dequién?

    kean .  Ya lo sabéis.elena . Os juro que no.kean . No  , no juréis, porque no

    creería mas en vuestros juramentos:

    las mujeres tienen un instinto que lasdice que un hombre las ama muchoantes que él mismo se lo declare.

    elena . Muchos son los petimetresque me hacen la corte.

    kean .  Y'a lo sé, y sin embargo tansolo a un hombre temo.

    elena . ¿Temeis a alguien?kean . Debiera decir que temo a su

    representación, a su rango...elena .  Ya veo de quién habíais...

    del príncipe de Gales.kean . Sí... no temo que le améis;

    temo solamente que se le tenga en eseconcepto.

    elena . Pues ¿qué queréis que haga? él dice, no que vaya a verme amí, sino a mi marido.

    kean .  Ya lo sé, y esto es lo que meatormenta. En vuestra casa, en el pa

    seo, en el teatio, siempre a vuestrolado. ¿Cómo queréis que se crea queel príncipe mas rico, mas noble, maspoderoso de fngla térra después delrei, ame sin esperanza... sabiéndosede positivo que no es esta su costumbre?... ¡Oh! cuando le veo cerca devos, Elena, me vuelvo loco.

    elena . ¿Queréis que no venga a verla función esta noche?

    , kean .  Al contrario... os suplico queI vengáis... si no vinierais; y por ca-¡ sualidad él tampoco, entonces, entonces creía que estabais juntos.

    elena . ¡Qué insensato sois en creeros semejantes sospechas!

    kean . Nosotros debemos ser siempre infelices... ¡A h! infelices s in osomos amados... infelices silo somos.Elena, Elena, {Cae a sus pies)  tenedme compasión... perdonadme.

    elena  . ¿Y de qué queréis que ostenga compasión, caviloso?... ¿quequeréis que os perdone, celoso?

    kean . Perdonadme el haber pasadoestos instantes que me habéis concedido en atormentaros y en atormentarme a mí mismo, en lugar de emplearlos en deciros que os amo, yrepetíroslo mil veces. {Se ogen golpes en la puerta.) 

    elena . Llaman.kean . ¿Quién hai?

    riuN. Yo.elena . ¡Diosmio! es la voz del prín

    cipe de Gales.kean . ¿Yr quién es yo?í'KiN. El príncipe de Galesconde .  Y" el conde de Kcefeld.elena  . ¡Mi marido! ¡oh! ¡estoi per

    dida!kean   ¡Silencio!... procurad taparos

    bien, y salir al momento. Disimulad,mi principe, pero a la sazón tengo la

    i desgracia... (A Elena.) Despachad.* e'lena  . ¿Cómo se abre esta puerta?

    kean . De que ciertos hombres mepersigan por la miseria de cuatrocientas libras esterlinas.

    prin . Entiendo.elena . Venid a socorrerme.

    kean .  Aguardad un instante. Y queno pondrían el mcDor reparo en ser-

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas - Kean o El Desorden

    35/52

    KEAX.di

    vivse del respetadle nombre de sualteza para pillarme; asi tendréis labondad de hacer pasar vuestro nombre escrito de vuestra m ano, monseñor.

    fr ix . Qué estas haciendo?keax . Retiro la llave para dejar el

    paso libre... Aqui estoi, Elena; adiós,amadme como yo os amo. (Cierra la 

     puerta por la que Elena se ha ido, vuelve a la otra, y saca por el agujero de la cerradura una letra de cambio.)  ¡Unaletra de cuatrocientas libras esterlinas!... es en efecto una seña real...Entrad; mi príncipe, porque no haique dudar si sois vos. (Abre la puerta, 

     y entran el principe y el conde.)

    ESCENA Y.

    KEAX, EL PRINCIPE, EL COXDE, dcSpUCS  

    SALOMON.

    nux. (Mirando por todas partes.)  Nodudéis, señor conde, que entrando enla habitación de Romeo, hayamoshecho huir a Julieta.

    coxde . ¿De veras?keax . ¡Qué locura! monseñor, ya

    podéis desengañaros vos mismo...riux. ¡Oh! el vestnario de un actor

    está formado corno un castillo de Ana

    Radcliífe... hai escotillones invisiblesque comunican con subterráneos,puertas que se abren en corredoresdesconocidos... y...

    keax . (Al conde.)  ¡Cuán reconocidoestoi a vuestra escclencia por habersedignado venir al vestuario de un pobre actor!

    fiux . ¡Oh! no lo atribuyáis a vues

    tro mérito, necio, sino a la curiosidad... El conde, aunque diplomático, jamas habia puesto los pies en losbastidores de ningún teatro; y haquerido ver... ”

    keax . ¿Cómo se viste un actor, noes esto? nosotros, señor conde, los cortesanos del público, tenemos que observar una etiqueta inas rigorosa que

    los cortesanos del rci. Es preciso quenosotros estemos prontos a la horaseñalada, bajo pena de ser silbados; y

    esta es la segunda vez que llaman, ¡ jasi me permitiréis...

    coxde . Haced como si no cstuviéra- imos aquí... a menos que no os inco- imodernos.

    keax . Nada de esto. ,salom . (Que entra.)  Aqui me tenéis,

    mi amo. ) ¡keax .  Ante todo os ruego, monse- I

    ñor, que retiréis esta letra.fr ix . ¡Nada! es el precio de mi pal- !

    co que quiero pagároslo a vos, señorescocés... en lugar de pagarlo en el jdespacho. !

    keax . Si es así, lo acepto. Yamos,Salomón, amigo mió, ya sabes en quése lia de invertir este dinero. (Se colo-  ¡ca detrás de un ropaje.) • i

    coxde . (Al príncipe.) ¿Y   crecis queestaba con una mujer? '

    fk ix . Estoi cierto de ello.coxde . Tal vez con rniss Ana. ifiux . ¡Oh! esto es mui difícil de sa- \

    ber... ‘coxde . ( Viendo un abanico.)  Pues ¡

    bien; os aseguro que yo lo sabré... ;(.Se lo mete en el bolsillo.) ¡

    prin . ¿Y  cómo?conde . ¡Oh! es un secreto diplomá

    tico. ;keax . (Detrás del ropaje.)  ¿Su alteza !

    sabe algo de nuevo? Ifr ix .

    Nada que merezca atención... i¡Ah! un insolente creo que injurió :anoche a lord Mewil... en la taberna jdel Trou-du-Charbon.

    conde . ¿Se sabe por qué?  jkeax . Porque lord Mewil rehusó

    batirse con él, pretestando que eraun cómico... paréceme haberlo oidocontar asi.

    fr i x . ¿Qué decis de la escusa, se-ñor conde? ;

    conde . No  sé tocante a este punto ¡, cuáles son las costumbres inglesas... jpero sé que los alemanes, cuando noscreemos insultados, nos batimos con itodo el mundo, escepto con los ladro- -jnos... porque las galeras se encargan ¡de hacernos justicia. ¡

    keax . (Vuelve a la escena a medio vestir.)  Bien; señor conde, teneis uncorazón noble, y los alemanes son un

  • 8/17/2019 Alejandro Dumas -