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Ergoletrias 64 Delsy Mora V ULA/Mérida-Venezuela 1 Su portentosa obra, desde su Gramática a su Silva y de alguna manera su obra toda se Constituye, en el más extraordinario intento de Hacer posible culturalmente lo que la independencia había realizado con las armas. Diccionario General de la Literatura Venezolana, 2013. E l pensamiento filosófico-americanista de Andrés Bello fortalece con todos los requisitos la mayor tradición independentista de Latinoamérica; esta intención revolucionaria está presente, en buena parte de su obra. Su americanismo no se queda en una versión tema- tizada en sus famosas Silvas, sino se expresa en la independencia que asume su pensamiento frente a los modelos europeos con sus ideas expuestas en su Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos y en La filosofía del entendimiento. Algunas consideraciones filosófico-americanistas de Andrés Bello 1 Delsy Mora Villamizar. Profesora de la Universidad de los Andes. Licenciada en Letras (ULA.1990), Licenciada en Educación(ULA. 1997), Magister en Literatura Iberoamericana(ULA, 1999). Actualmente Adscrita como Auxiliar de Investigación en el Instituto de Investigaciones Literarias Gonzalo Picón Febres. ULA. Actualmente Asistente-oyente a los seminarios del Doctorado en Filosofía, Ciencias Humanas y Antropología.ULA. Colaboradora en revistas y periódicos regionales y nacionales. Jefe de División de Entes Públicos y Privados del Sector Cultural del estado Mérida, 2010. Profesora de postgrado en la UPEL, desde 2013. E-mail: [email protected]. Movil: 04166106031

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Delsy Mora VULA/Mérida-Venezuela1

Su portentosa obra, desde su Gramática a su Silva y de alguna manera su obra toda se

Constituye, en el más extraordinario intento de Hacer posible culturalmente lo que la

independencia había realizado con las armas. Diccionario General de la Literatura Venezolana,

2013.

El pensamiento filosófico-americanista de Andrés Bello fortalece con todos los requisitos la mayor tradición independentista de Latinoamérica; esta intención revolucionaria está presente, en buena parte de su obra. Su americanismo no se queda en una versión tema-

tizada en sus famosas Silvas, sino se expresa en la independencia que asume su pensamiento frente a los modelos europeos con sus ideas expuestas en su Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos y en La filosofía del entendimiento.

Algunas consideraciones filosófico-americanistas de

Andrés Bello

1 Delsy Mora Villamizar. Profesora de la Universidad de los Andes. Licenciada en Letras (ULA.1990), Licenciada en Educación(ULA. 1997), Magister en Literatura Iberoamericana(ULA, 1999). Actualmente Adscrita como Auxiliar de Investigación en el Instituto de Investigaciones Literarias Gonzalo Picón Febres. ULA. Actualmente Asistente-oyente a los seminarios del Doctorado en Filosofía, Ciencias Humanas y Antropología.ULA. Colaboradora en revistas y periódicos regionales y nacionales. Jefe de División de Entes Públicos y Privados del Sector Cultural del estado Mérida, 2010. Profesora de postgrado en la UPEL, desde 2013. E-mail: [email protected]. Movil: 04166106031

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Quizá no sea justo ver a Bello con esa ima-gen de conservador que se le ha venido for-jando, sino tal, como bien lo dijera Beatriz González, (1987:130) en su interesante texto, La historiografía literaria del liberalismo his-panoamericano del siglo XIX, su perspectiva metodológica se inscribe dentro de la corriente del pensamiento liberal. En realidad, la propa-gación de una orientación más nacionalista en los estudios del hombre y de la sociedad no era lo común.

Bello es un venezolano capaz de moverse y andar a través de los siglos, fue un humanista como muchos en su época, pero como pocos que están hoy vigentes. Su producción ideoló-gica no fue simple, se desdobló en aquella que reproduce los modelos extranjeros, y aquella que enfrenta de forma creadora a las influen-cias.

Andrés Bello se suma a la lucha indepen-dentista con sus pensamientos, por eso, sus batallas son libradas en el silencioso mundo interior. Su Alocución a la poesía ha sido con-siderada como la declaración independentista intelectual del continente. Es indudable, que Bello resulta uno de los iniciadores en la bús-queda de la unidad cultural de nuestra Améri-ca, en la cual estará basado el pensamiento de Simón Bolívar, José Martí, Simón Rodríguez, entre otros.

Un estudio detenido de su obra demostra-rá que su espíritu estaba por encima de los límites estrechos de la moda literaria, que su inteligencia supo escoger y exaltar todo lo grande. Todas sus ideas partían del principio de la unidad del género humano cuyas partes integrantes era para él las naciones, es decir, Bello pudo postular la existencia de leyes de vigencia universal cuyos efectos diferían de país en país. La deuda de cumplimiento social y la conciencia de ello en todo escritor latinoa-mericano siempre ha sido grande, más en el momento histórico de Bello, esto significaba el reto de hacer donde casi todo había quedado deshecho, izar un mundo sobre los escombros del colonialismo español. Todo aguardaba por

re-crear, por rehacer en la organización cultu-ral hispanoamericana. Frente a la corrompida Europa se alzan los jóvenes pueblos america-nos que dotados de virtudes, están llamados a realizar los altos ideales de libertad, los prin-cipios filantrópicos y moralistas derivados del pensamiento ilustrado se funden en ese ideal de libertad.

La libertad es comprendida como el prin-cipio esencial de los pueblos americanos, con elementos extraídos de autores europeos. Be-llo trazará una imagen utópica de América pero no abstracta y ahistórica sino como parte de una visión concreta y realista del desarrollo de los pueblos y de sus posibilidades inmanen-tes. Consideró que se debía modificar la reali-dad histórica a través de un proceso gradual, se mantuvo arraigado en la tradicional cultura española pero a su vez, se identificó con las tendencias del pensamiento europeo para se-ñalar una emancipación que sólo se justificaría como el punto de partida de un proceso crea-dor en los pueblos americanos, afirmando su individualidad. Intentaremos ir hacia la bús-queda que demuestre la vigencia de sus postu-lados filosóficos americanistas en relación con nuestro tiempo, o como diría Neruda: No hago sino picotear en la gran parra de Bello o Rodó:

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Sólo han sido grandes, en América, aquellos que han desenvuelto por la palabra o por la ac-ción, un sentimiento americano.

GRÁMATICA…. Y FILOSOFÍA DEL EN-TENDIMIENTO: Pensamiento filosófico- americanista de Andrés Bello.

Con la necesidad de conseguir el camino co-rrecto para alcanzar la independencia política, había surgido en nuestro continente la necesi-dad de conquistar la independencia intelectual y literaria, de este modo lo explica José An-tonio Portuondo(1974:72), cuando afirma que la emancipación política de América de sus Metrópolis, en la primera mitad del siglo XIX, trajo consigo, de modo inevitable, la necesidad de hallar una nueva expresión. Ya se dijo que este proceso y esta actitud americanista se hizo extensiva en casi toda la obra de Bello, dentro de esa práctica emancipadora ofrecerá ideas en el campo de las leyes, de la política, de la filo-logía, de la historia y por supuesto, en los es-tudios gramaticales y filosóficos, produciendo una apertura hacia el camino autónomo de las especificidades culturales hispanoamericanas.

Para Pedro Grases, en su Antología del Bellismo en Venezuela(1981), con toda su formación europea, Bello no dejó de reflexio-nar sobre nuestro continente sino que, al con-trario, lo asumió como una realidad hacia la cual se orientarían todas sus actividades o al decir de Arturo Uslar Pietri(1973:138), Bello es consciente, y no quiere ser otra cosa que, un hombre de América. Su americanidad es el rasgo más permanente y continuo de su pensa-miento. Su tema es América, la audiencia a la que se dirige, es la nuestra y sus aprendizajes y conocimientos de los cuales logró apropiarse, reforzó su capacidad cognoscitiva en función de sus aportes para ella.

Bello quería un pensamiento y una lengua emancipada para los americanos, y para lograr ese propósito por vías propias, entendía como básico el uso de una lengua castellana unida al proceso histórico cultural del continente, don-de podría alcanzar su desarrollo autónomo. En

este orden de ideas expresa en el prólogo a su Gramática: “No tengo la pretensión de escribir para los castellanos. Mis intenciones se diri-gen a mis hermanos, los habitantes de Hispa-no-América”. (1981:11).

La decisión de escribir para los habitantes de nuestro continente llevó a Bello a entender que las transformaciones históricas también se manifestaban en cambios lingüísticos: “El habla de un pueblo, es un sistema artificial de signos, que bajo mucho respectos se diferencia de los otros sistemas de la misma especie; de que se sigue que cada lengua tiene su teoría particular, su gramática”. (1981:12).

Precisamente sobre la base de estas ideas, Bello pudo postular la existencia de leyes, esto lo llevó a manejar con maestría la dialéctica de lo general, lo particular y lo individual, per-cibe que las realizaciones lingüísticas de cada pueblo tenían sus especificidades. Así, la sín-tesis de su pensamiento gramatical está en la frase, que es casi un verso romántico tal como lo expresa: “los pensamientos se tiñen del co-lor de los idiomas”.

Como bien lo apunta Arturo Ardao(1979: 61), para ello Bello, con sus raíces filosofí-cas-espirituales de la Ilustración y sobre todo de la tendencia del idealismo objetivo, trató de elaborar los fundamentos que eran condición indispensable para el desarrollo de los países latinoamericanos y estas ideas la encontrare-mos en su obra Filosofía del entendimiento, dejando a un lado la filosofía francesa poste-rior a Descartes, Bello analizará la historia de la filosofía inglesa desde Bacon hasta Humen, así como también la escuela escocesa de Reid y Stewar hasta el eclectismo Ocusiniano a tra-vés del cual conoció la filosofía Kantania.

La Filosofía del entendimiento estará orien-tada a formar una gran visión mediante la re-cepción y selección de materiales, que según Bello, el proceso de la filosofía que orientada a lo universal, correspondiera a las condiciones y necesidades de los pueblos latinoamerica-nos que esperaban ser construidos en naciones

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propiamente dichas. Ya lo dijo Pedro Pablo Barnola(1969:32) con el propósito de darle a la filosofía un fundamento que correspondiera al desarrollo contemporáneo de las ciencias, Bello analizará las relaciones entre los niveles sensual y racional del proceso cognoscitivo, para el procedimiento tácito e ingenuamente materialista de Bello, resulta característica una observación contenida en el prólogo a su gra-mática: “No he querido apoyarme …en autori-dad, porque para mí la sola idea irrecusable en lo tocante a una lengua es la lengua misma”. (1981:7)

Es la causa por la cual Bello, estaba inclina-do a prestar más atención al “sentido común” que a las teorías quiméricas, dentro de lo que le interesaba a, estas palabras significan que la única autoridad es la realidad que quiere ana-lizar para apropiársela, es decir, lo que le inte-resó a Bello fue la apropiación creadora de la realidad, y por eso, rechazó el idealismo subje-tivo, partiendo de la idea de que la conciencia humana juega un papel activo frente a la rea-lidad: “El espíritu humano es un ser que tie-ne conciencia de sus actos, y que puede hasta cierto punto determinarlos a su arbitrio, que sea lo que le diferencia de otros seres…esto es, dotados de conciencia y voluntad”.(1981:9)

Se interesa en primer lugar en cómo funcio-na la conciencia humana en el proceso de apa-rición creadora de la realidad. Apoyándose en la recepción kantiana, Bello constata que: “La experiencia…por sí sola…reducida a la mera observación, no ha podido darnos nuestros primeros conocimientos…Todo conocimiento cronológicamente anterior a esa experiencia, es una quimera”. ( 1981:10 )

Mediante este dualismo, Bello soluciona el problema de la relación que existe entre los niveles sensibles y racionales del conocimien-to, por lo que tomando una posición definida frente a la cuestión fundamental de la filosofía afirma nuestro gramático, que hay principios inherentes a la razón humana, sin cuyo medio es imposible hacer uso del entendimiento y condiciones en la vida. Rechazando el mate-

rialismo filosófico Bello integra su teoría dua-lista del conocimiento con su visión deísta del mundo, en su pensamiento americanista estu-vo la siguiente idea: El carácter distintivo del hombre es la susceptibilidad de mejora progre-siva.

Con esta idea Bello conservó lo mejor del pensamiento de la Ilustración, llegando a la conclusión de que la mejora progresiva, el pro-greso indefinido, era el camino hacia la dicha del género humano, el mismo pensamiento de los pensadores de la Ilustración que sostenían que la razón humana podía combatir la igno-rancia y la tiranía.

Siendo así, el pensamiento filosófico-ame-ricanista de Bello estaría caracterizado por un patriotismo que no tuvo un exclusivo orden nacionalista, pues concebía a América como parte integrante de la humanidad. Partiendo de este supuesto, Bello se interesa por el proble-ma de cómo deberá crear una filosofía nacio-nal, con qué fundamentación teórica-práctica y cuáles deberían ser sus vínculos con la filo-sofía europea.

Cuando dice su famosa frase dirigida a los estudiantes de Chile,” Aspirad a la inde-pendencia del pensamiento”, es precisamente porque no acepta las teorías procedentes de Europa, en la medida en que no correspondan a la realidad hispanoamericana, postula de esta forma, que la única realidad latinoamericana y en consecuencia la única autoridad es la reali-dad misma, es por esto, que rechaza utilizar categorías provenientes de la gramática latina.

Había que asimilar la cultura llamada uni-versal y, asimilar quería decir, ponerla o usar-la al servicio de nuestra propia identidad, la primera filosofía que debíamos aprender de Europa era expresarnos por nosotros mismos, tanto para Bello como Bolívar, América po-día alcanzar sus propios caminos a través de la libertad, y es esta peculiaridad americana la que Bello manifestará en Filosofía del Enten-dimiento como en su Gramática.

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Así Latinoamérica será más que nunca el propósito de sus obligaciones, su Gramática, será para Amado Alonso( 1981) una de las me-jores gramáticas de los tiempos modernos en cualquier lengua.

La crítica especializada o los Bellistas han coincido en señalar que fue nuestro insigne venezolano, indiscutiblemente un filósofo in-tegral cuya concepción del mundo y de la vida constituyeron su punto de partida para todas sus actividades. Se formó con maestros de tradición escolástica pero tuvo sus distancia-mientos por el escolasticismo exagerado, sus primeros maestros le inculcaron las nocio-nes fundamentales de una filosofía basada en el conocimiento de Dios, a estas nociones se unen las audaces concepciones de un Locke o Condillac.

Ya es un decir que la Filosofía del entendi-miento se inscribe dentro de los planteamien-tos de una filosofía moderna e igualmente que representa una de las manifestaciones más importantes de la filosofía latinoamericana, y por ende, un hito en la historia del pensamien-to filosófico actual. Para Leopoldo Zea, en su texto filosofía de la historia americana, la his-toria de nuestra filosofía, pensamiento o ideas, es la historia de una conciencia impulsada al logro de soluciones inmediatas, era necesario por tanto, replantarse la “transición” compren-der la nueva realidad que se estaba materiali-zando, encontrar los elementos de un pasado reciente para aplicarlos a una relación del pre-sente. El pensamiento de Bello se unirá a esa realidad de la transición. Cuando se dedica a sus estudios gramaticales, Bello, partiendo de Locke, enlaza el nominalismo lógico con la te-sis de la arbitrariedad de los signos, por eso, desde el primer acercamiento a sus fuentes, observaremos que no nos encontramos frente a una mera descripción de pensamientos eu-ropeos, intentará examinar teorías y principios de los cuales después se alejará para construir un sistema filosófico propio, quizá, sea éste el verdadero eclecticismo y americanismo de Bello quien señalará dos aspectos de las facul-

tades del alma: El Entendimiento y la Volun-tad. La filosofía teórica se definirá como psico-logía mental, mientras que la filosofía práctica se constituye como lógica.

De su quehacer filosófico-gramatical deri-vará un nuevo orden cultural, pero cada una de estas materias no quedarán en el marco es-trecho de lo nacional sino que se proyectaran hacia lo universal. La Gramática… le permitió a Bello aspirar a un sistema funcional para la lengua castellana con sus características inma-nentes sin apartarse de sus leyes que reflejan esa universidad, por ello la sencillez de sus ideas tuvieron un hondo significado, puesto que están llenas de fidelidad a la lengua de nuestro continente.

Bello buscará el dinamismo y la coherencia para que, junto a la diversidad, el castellano ocupe el lugar que también hoy le correspon-de, como elemento unificador en la comunica-ción y entendimiento de los pueblos latinoa-mericanos.

Como los Enciclopedistas, Andrés Bello también se interesó por el lenguaje y sentía esa obligación de fomentar la educación idiomá-tica de los americanos por eso dirá: “No miro las analogías de otros idiomas sino como prue-bas accesorias. Acepto las prácticas como la lengua las presenta, sin imaginarias elipsis, sin otras explicaciones que las que se reducen a ilustrar el uso por el uso”. (1981:8).

La Gramática… es mucho más que un re-pertorio de modos, tiempos, etc… porque de-trás de los hechos que registra o de sus normas gramaticales, sus ideas, su doctrina tiene un valor histórico y un valor actual por su afán de precisión en los hechos, junto con una pro-fundidad en sus fundamento, de tal forma, se construye una obra con criterios y factores en la práctica social de los usuarios, de los ha-blantes a los cuales Bello señalará rumbos no explorados.

Para los estudiosos del autor, no hubo ni ha habido antes de Bello y posteriormente, quien

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con más acierto haya enfrentado la descripción de todo el sistema de la lengua castellana.

Bello tuvo conciencia de su obra gramatical cuando en el prólogo, utiliza dos expresiones con significados específicos, gramática general y gramática universal, es claro que el autor de Filosofía del Entendimiento no podía escribir una gramática sin conciencia de los problemas filosóficos, reclama asumir una realidad, esta-blecerla y realizarla por lo que el conocimien-to inductivo de los hechos debía constituir el principio básico sobre el cual no es sólo co-mentar cualquier teoría sino determinar la es-pecificidad concreta de las realidades de nues-tro continente. Es un legado importante y un lugar de enunciación creado en el proceso de resistencia que nos ha dejado Bello ya que al enseñar y aprender a leer y a reconocer su gra-mática cada sujeto latinoamericano adquiere el derecho a conocer su pasado, integrándose en la memoria colectiva de los pueblos que se juntaron para dar origen a las naciones híbri-das, mestizas, multilingües y pluriculturales de nuestro continente para comprender la esencia que forma cada uno de nuestros pueblos en la actualidad.

Valorar esta dimensión es contextualizar de una forma tal que ella tenga una dimensión que trascienda sus estructuras formales para que la lengua y su gramática adquieran significados propios en su medio de uso real. Así pues, re-cordar este tipo de resistencia y propuesta Be-llista es rescatar la figura de hombres y muje-res olvidados que se opusieron con heroísmo, manteniendo vivos los ideales de libertad.

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