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ALIMENTEMONOS DE LA PALABRA DE DIOS De la Pluma de la Hna. Aliciadel 20 de marzo del 2011 Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. Que no se aparten de tus ojos; guárdalas en lo profundo de tu corazón. Proverbios 4:20,21 La Palabra de Dios es la máxima autoridad de nuestra vida, lo primero que tendrá que hacer para tener victoria sobre las acechanzas del enemigo, o sobre las circunstancias de la vida, es ir a la Palabra y echar mano de las promesas de Dios en lo que respecta a su situación. "Ir a la Palabra", no es solo pensar en ella. Es muy bueno tener la Palabra de Dios guardada en la memoria, pero no dejemos que eso reemplace la bendición de tener la Palabra delante de sus ojos diariamente. Por ejemplo, nunca le ha hecho bien a una persona hambrienta pensar en el sabor de las papas, o del arroz, o de una carne deliciosa, aunque lo recuerde perfectamente; pensar en la comida no le sustenta ni calma el hambre al hambriento. Lo mismo podemos decir de la Palabra de Dios. Es importante guardarla en la memoria, pero también es necesario abrirla y leerla directamente para alimentar el espíritu y ser saciados. Hay un gran poder cuando usted pone la Palabra de Dios enfrente de sus ojos y cuando entra en sus oídos, porque así es como llega a su corazón para que pueda vivir por ella. Por lo tanto, no solo piense en la Palabra en este día, no solo recuerde la Palabra de Dios, sino léala. Busque las promesas que tienen que ver con su situación y aliméntese de ellas para que su vida sea fortalecida.

ALIMENTEMONOS DE LA PALABRA DE DIOS

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De la Pluma de a Hns Alicia del mes deL 20 DE MARZO DEL 2011

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ALIMENTEMONOS DE LA PALABRA DE DIOS

“De la Pluma de la Hna. Alicia” del 20 de marzo del 2011

Hijo mío, está atento a mis palabras; inclina tu oído a mis razones. Que no se aparten de

tus ojos; guárdalas en lo profundo de tu corazón.

Proverbios 4:20,21

La Palabra de Dios es la máxima autoridad de nuestra vida, lo primero que tendrá que hacer

para tener victoria sobre las acechanzas del enemigo, o sobre las circunstancias de la vida,

es ir a la Palabra y echar mano de las promesas de Dios en lo que respecta a su situación.

"Ir a la Palabra", no es solo pensar en ella. Es muy bueno tener la Palabra de Dios guardada

en la memoria, pero no dejemos que eso reemplace la bendición de tener la Palabra delante

de sus ojos diariamente.

Por ejemplo, nunca le ha hecho bien a una persona hambrienta pensar en el sabor de las

papas, o del arroz, o de una carne deliciosa, aunque lo recuerde perfectamente; pensar en la

comida no le sustenta ni calma el hambre al hambriento. Lo mismo podemos decir de la

Palabra de Dios. Es importante guardarla en la memoria, pero también es necesario abrirla

y leerla directamente para alimentar el espíritu y ser saciados.

Hay un gran poder cuando usted pone la Palabra de Dios enfrente de sus ojos y cuando

entra en sus oídos, porque así es como llega a su corazón para que pueda vivir por ella.

Por lo tanto, no solo piense en la Palabra en este día, no solo recuerde la Palabra de Dios,

sino léala. Busque las promesas que tienen que ver con su situación y aliméntese de ellas

para que su vida sea fortalecida.