Almacenamiento de Tejidos

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  • 7/25/2019 Almacenamiento de Tejidos

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    Resumen: En el mbito de la conservacin preventiva, el adecuado almacena-miento de las colecciones constituye uno de los principales garantes de su trans-misin a generaciones futuras. Nos centraremos en los distintos factores quedebemos tener en cuenta para llevar a cabo el almacenamiento de coleccionestextiles, especialmente susceptibles al deterioro, y en soluciones prcticas a pro-blemas que cada da se plantean en el museo. El deficiente estado de conser-vacin de muchas de las colecciones en los almacenes deriva principalmente dela desinformacin o la negligencia, ms que de la falta de recursos humanos yeconmicos. Existen unos criterios bsicos, internacionalmente aceptados, queresulta obligado observar si queremos abordar eficazmente la conservacin denuestro patrimonio cultural textil. De la prudencia y el rigor en la manipulacin,

    de la seleccin de materiales compatibles, de la estabilidad de las condicionesambientales y del diseo de tcnicas y sistemas adaptados, depender en buenamedida la calidad de vida de los objetos en el almacn.

    Palabras clave: Conservacin preventiva, Almacenamiento, Colecciones texti-les, Manipulacin, Condiciones ambientales

    Summary: Within the scope of preventive maintenance, the proper storage ofcollections constitutes one of the principal guarantees of their transmission tofuture generations. We will focus on the various factors we should take intoaccount in order to store collections of textiles, which are particularly prone todeterioration, and on practical solutions to problems that arise in museumsfrom day to day. The deficient state of preservation of many of the collectionsin storage is derived mainly from a lack of information or negligence, ratherthan from a lack of human and financial resources. There are a number of inter-nationally accepted basic criteria that must necessarily be observed if we are toeffectively undertake the preservation of our cultural textile heritage. The qua-

    lity of life of the objects kept in storage will depend largely on the prudenceand rigor exercised in handling such objects, the selection of compatible mate-rials, the stability of the environmental conditions and the design of adaptedtechniques and systems.

    Key Words: Preventive conservation, Storage, Textile collections, Handling,Environmental conditions.

    Nos vamos a centrar en colecciones compuestas por objetosdiversos y, las ms de las veces, numerosos, circunstancia con laque nos encontramos en muchos de nuestros museos.

    El almacenamiento de las colecciones textiles es sin duda uno delos ms complejos en el museo, debido bsicamente a las carac-

    tersticas particulares que presentan estos objetos artsticos. Estaspeculiaridades pueden resumirse en las siguientes aspectos:materiales constitutivos especialmente sensibles a los factores dedeterioro; heterogeneidad en trminos de materiales, formatos ytamaos; desconocimiento por parte del personal, debido a lafalta de formacin acadmica especializada y reglada.

    Paloma Muoz-Campos1

    Museo Nacional de ArtesDecorativas, Madrid

    CONSERVACIN Y ALMACENAMIENTO DE TEJIDOS

    Problemas mltiples, soluciones prcticas. . . . . . . . . .

    Paloma Muoz-Camposes

    licenciada en Historia del Arte por la

    UAM y diplomada en Conservacin

    y Restauracin por la ECRBC de

    Madrid. Ha trabajado en el actual

    IPHE y es restauradora de plantilla

    en el Museo Nacional de Artes

    Decorativas desde 1992, donde es

    responsable del rea de

    Conservacin Preventiva y

    Restauracin. Ha participado en el

    proyecto europeo Preventive

    Conservation Strategy.

    1 E-mail: [email protected]

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    El profesional responsable del almacenamiento de lostejidos debe enfrentarse, pues, a una serie de proble-mas en la fase de planificacin, encabezados por laimposibilidad de estandarizar los soportes de preven-cin y la dificultad de disponer de los materiales ade-cuados. La casustica de necesidades de los diferentesobjetos textiles (tan dispares como un fragmento tex-til de terciopelo y un vestido del siglo XIX) implica la

    consideracin de una serie de cuestiones previas, quedeterminarn los tipos y sistemas de almacenamiento.

    Ideas previas. Planificacin

    Puesto que la organizacin fsica de una coleccin detejidos depender de muchos factores, antes de deci-dir los sistemas que vamos a emplear ser necesariorecabar datos suficientes, como mnimo, sobre lascuestiones siguientes: grado de accesibilidad requeri-do, evaluacin cuantitativa y cualitativa, disponibilidadde espacio, y caracterizacin de la calidad del aire y lascondiciones termo-higromtricas.

    Ser muy rentable conocer cul es el grado de accesi-bilidad (que, a su vez, hay que priorizar) que nuestracoleccin requiere. Los sistemas fsicos de almacena-miento, los tipos de contenedores y soportes que esco-jamos, la organizacin de los objetos dentro de loscontenedores, determinarn en gran medida la facili-dad con la que los usuarios de la coleccin podrnacceder a ellos y devolverlos a su ubicacin. En relacincon ello estn los datos sobre el personal de apoyo conel que centro contar en el futuro cuando los autoresmateriales del proyecto de organizacin ya no estn amano-, ya que, en ocasiones, se instalan sofisticados o

    inaccesibles sistemas de almacenamiento que, a lalarga pocas personas puedan utilizar con eficacia.

    Evidente, pero no por ello obviable, es la evaluacincuantitativa y cualitativa de la coleccin. No me estoyrefiriendo al nivel de catalogacin que ser tanto mstil al que organiza el almacn cuanto ms datos con-tenga-, sino simplemente a la importancia de conocercuntos objetos tenemos y sus datos bsicos de identi-

    ficacin (nmero de inventario, medidas, materialesconstitutivos e, idealmente, tcnica). Puesto que notodos los materiales empleados en conservacin sonadecuados para su uso general en tejidos resultafundamental, por ejemplo, la distincin entre soporteprotenico o celulsico. Las medidas aproximadas sonsiempre un dato esencial en la fase de planificacin, yaque conducirn nuestros pasos hacia unos u otrossistemas, soportes o contenedores, as como a un cl-culo econmico ms afortunado en trminos de inver-sin en materiales.

    La evaluacin y caracterizacin previa del espacio dis-ponible es otro de los captulos que, a medio y largoplazo, nos ahorrar ms quebraderos de cabeza.Sucede a menudo que nos inclinamos por uno u otrosistema de almacenamiento (por ejemplo, enrollar untejido o hacer un soporte plano) slo en funcin de loque la propia pieza nos demanda, sin tener en cuentafactores tales como el tamao del espacio en el que sevan a ubicar, o las medidas exactas de un mueble que

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    Figura 1: Almacenamiento de tejidos de granformato en soportes cilndricos (Fot.: Archivo MNAD)

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    nos hemos visto obligados a reutilizar. Finalizados pri-morosamente nuestros soportes, nos encontramosentonces con que sencillamente no caben dondeahora hemos de guardarlos. Una vez ms, prevenirvale aqu mil veces ms que curar. Debido precisa-mente a que uno de los problemas ms generalizadosde nuestros museos es la falta de espacio, dedicartiempo antes a conocer lo disponible, significar aho-rro de tiempo en el futuro.

    Muy importante, aunque no nica responsable comohemos visto, es la caracterizacin de la calidad del airey de las condiciones termo-higromtricas del edificio y,concretamente, del espacio en el que hemos de ubicarla coleccin. Harto conocida es la influencia que los fac-tores medioambientales tienen en la conservacin delos tejidos. Por ello, lo fundamental y prioritario esconocer con precisin cules son esas condiciones yqu posibilidades reales tendremos de aplicar medidascorrectoras eficaces. Lo que aqu nos interesa destacares la relacin directa que existe entre unas condicionesdadas y la eleccin de sistemas y tcnicas de almacena-miento. Cuanto ms estables y adecuadas sean las con-diciones termo-higromtricas y mayor sea la pureza delaire en el entorno inmediato de los objetos, ms senci-llos (y, por ende, baratos) sern los sistemas a elegir. Enconsonancia con esto, si carecemos, por ejemplo, de unsistema de filtrado del aire exterior y estamos en unrea urbana contaminada, nuestros soportes debernimpedir la deposicin de polvo sobre los objetos. Si, sinembargo, nuestro problema estriba en una humedad

    relativa demasiado alta, aparte de la utilizacin de sis-temas desecantes (deshumidificadores) o reguladores(gel de slice), ser necesario escoger con cuidado lossoportes con el fin de que acten como colchn y asatenen la humedad que llega a nuestro objeto.

    Premisas bsicas para el almacena-

    miento de textiles

    Considerando todo lo expuesto, podemos afirmar queel fin ltimo de un buen almacenamiento de tejidos escrear soportes de prevencin, que sean capaces deproteger a los objetos frente a las agresiones de los fac-tores externos y que atenen en lo posible las causasintrnsecas de degradacin de la materia textil.Almacenar es, en definitiva, una de las prcticas funda-mentales de la llamada conservacin preventiva, cuyoobjetivo integral es ofrecer hoy y transmitir al futuronuestro patrimonio cultural, en las mejores condicionesposibles y al menor coste global (Figura 1).

    a) Manipulacin: Los dos grupos de riesgos a los que

    los tejidos estn habitualmente expuestos son losdaos mecnicos y los daos fsico-qumicos.Nuevamente, en ambos casos, un almacenamientoadecuado puede ser crucial para evitarlos.

    Los daos mecnicos en el almacn derivan fundamen-talmente de la manipulacin incorrecta. Los tejidos sonobjetos frgiles, debido a su naturaleza no rgida. Latendencia a transportarlos al aire, sin un soporte rgi-do que reparta su peso, es una de las causas msimportantes de daos mecnicos para las fibras textiles.La simplificacin de movimientos y tareas en el almacnes importante para evitar los daos durante la manipu-lacin a la que los objetos son sometidos durante losdiversos procesos que su vida en el museo exige. Talsimplificacin pasa por la confeccin de unos soportesbien concebidos, que permitan extraer el objeto de sucontenedor, sin riesgos tanto para l como para elmanipulador. Como norma general, los textiles planosnunca se trasladarn al aire y, siempre que sea posi-ble, se har en horizontal (Figura 2). Cuando los tejidos

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    Figura 2: Soporte de prevencin para abanicos.(Fot.: Archivo MNAD)

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    son de gran tamao, habrn de trasladarse enrolladossobre un soporte, evitando igualmente llevarlo a lavertical. Si lo que manipulamos es una prenda de indu-mentaria, deber siempre contar con dos puntos mni-mos de apoyo: la percha (debidamente almohadillada),que asiremos por el gancho, y un punto de apoyo-intermedio en su longitud-, que descansar transver-salmente sobre nuestro brazo extendido. Si podemos

    contar con otra persona, lo mejor es trasladar el traje enhorizontal sobre un soporte rgido continuo. Si nosenfrentamos, cosa no poco habitual, al traslado masivode piezas de indumentaria que todava no cuentan consoportes de prevencin individualizados, resulta muytil la fabricacin de un soporte multi-perchas conruedas (puede ser de madera, debidamente aislado ysin aristas), de dimensiones adaptadas a nuestros vanosde paso y al ascensor.

    b) Materiales: Mucho se ha empleado el trmino mate-riales neutros (tambin llamados con calidad dearchivo, puesto que los archivos fueron su primer des-

    tino) como panacea para su uso en museos, de unamanera tan superficial como carente de rigor. La neu-tralidad es un rasgo qumico que simplemente implicaque una sustancia no es cida ni bsica. Sin embargo,neutralidad no es sinnimo de inocuidad en su uso enmuseos, sobre todo porque la condicin de neutro noes una condicin inalterable, sino sujeta a cambios pro-vocados por diversos factores, por lo que un materialinicialmente neutro puede dejar de serlo una vezempleado sin que nos apercibamos y, consecuente-mente, provocar en algunos casos un dao mayor queaqul del que se pretenda proteger con su empleo.

    Este ejemplo nos sirve para ilustrar la importancia quetiene la cuidadosa seleccin de materiales que van aestar en contacto con los objetos en el almacn o quevan a formar parte de su entorno, cuya seleccinhabr de fundamentarse, no en que sean neutros,sino en que sean compatibles con los materialesconstitutivos de las obras. El concepto de compatibili-dad se basa en que dos materiales puedan compartirun espacio cercano (y, la mayora de las veces, estar en

    ntimo contacto) sin perjudicarse, ni fsica, ni qumica,ni biolgicamente. Puesto que este hecho habr deexplicarse tomando en consideracin diversas variables(naturaleza de ambos, tiempo de contacto, cuantifica-cin y hermeticidad del espacio, tasa de intercambiode aire, humedad relativa y temperatura, etc.), nopodemos simplificar la recomendacin de materiales yreducirla a buenos y malos, sino que el empleo de lasdiversas opciones que existen en el mercado, estarsujeto a las condiciones particulares de nuestro alma-

    cn y nuestra coleccin (Figura 3).

    Cierto es que existen materiales cuyo uso est prohibi-do (o debera estarlo), tales como el PVC, y materialesque siempre son seguros, porque son duraderos einertes, como un tejido de polister 100% sin aprestoni otros aadidos. Pero entre ambos extremos, existenmultitud de materiales que podemos emplear siempreque controlemos o conozcamos los parmetros arribacitados y, si est en nuestras manos, comprobemosmediante tests de laboratorio las supuestas virtudes queel fabricante o distribuidor de un material proclama, yaque, desgraciadamente, siempre hay quien nos da

    impunemente gato por liebre.

    Iluminacin

    Ms arriba hemos hecho referencia a las condicionesde humedad y temperatura, pero el medioambienteest configurado tambin por la luz, la cual es inclusocapaz de modificar la termo-higrometra. Deliberada-mente hemos preferido referirnos aisladamente al

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    Figura 3: Almacenamiento de sombrillas decajn sobre soporte de espuma de polietileno.

    (Fot.: Archivo MNAD)

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    asunto de la iluminacin. Dado que los textiles sonmateriales claramente foto-deteriorables, es evidenteque la luz constituye un agente nocivo de primeramagnitud. Pero tambin debido a su incontestablenecesidad en los diferentes procesos de trabajo, resu-miremos en tres, las exigencias mnimas en cuanto ailuminacin en el almacn. Las luces estarn apagadassiempre que no se estn usando. Esto implica la colo-cacin de fuentes luminosas que sean accionableszonalmente, de modo que pueda trabajarse en unrea del almacn sin que el resto tenga que estar ilu-minado. El segundo punto hace referencia a la calidadde la luz. Evitaremos tajantemente la iluminacin na-tural incontrolable en las reas de almacn, optandopor iluminacin fluorescente compacta e incorporan-do filtros de absorcin de radiacin ultravioleta. Laadquisicin de luminarias, teniendo en cuenta los rpi-dos avances en la industria, debe hacerse siempreconsultando al tcnico especialista, que es quien

    conoce en profundidad las caractersticas en trminosde eficacia luminosa, temperatura de color y calidadde los equipos, factores todos ellos importantes parala eleccin definitiva.

    El tercer factor se refiere a la eleccin de los contene-dores: si podemos elegir, evitaremos los armariostransparentes o traslcidos y optaremos por aquelloscuyo cerramiento sea opaco. De este modo evitare-

    mos la accin de la luz sobre contenedores que noestemos directamente manipulando mientras estamostrabajando en la organizacin de los objetos en elalmacn (Figura 4).

    La eleccin de los contenedores estar sujeta a crite-rios diversos, entre ellos, los recursos econmicos y elespacio disponible, pero desecharemos la madera oderivados y nos inclinaremos por armarios metlicos,preferentemente aluminio anodizado o acero inoxida-ble con recubrimiento en polvo. Lo fundamental esasegurarse de que los contenedores no desprenderncompuestos voltiles perjudiciales, cuyos efectos noci-vos sobre los tejidos han sido ya suficientementecontrastados.

    Tcnicas y sistemas de almacenamiento

    Entre las diversas opciones que en la prctica tenemospara almacenar tejidos, hemos seleccionado unoscuantos ejemplos, agrupando su empleo en cuatrocategoras bsicas de objetos textiles: tejidos planos depequeo y/o mediano formato, tejidos planos de granformato, indumentaria y accesorios.

    Ya hemos dicho que una de las claves de un buen

    almacenamiento est en la confeccin de buenossoportes. Adems de proteger el objeto del polvo, dela luz, y de las fluctuaciones de humedad relativa ytemperatura, un buen soporte debe facilitar el trasla-do, ser sencillo de operar (fcil de abrir y cerrar) yduradero (que no se deteriore con cada uso).

    Para los tejidos planos de pequeo y mediano forma-to, se emplean comnmente tres tipos de soportes:

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    Figura 4: Estantera metlica convencional para elalmacenamiento de tejidos de pequeo formato.(Fot.: Archivo MNAD)

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    bandejas horizontales, soportes cilndricos y soporte-expositor para colecciones de estudio.

    La opcin ptima es almacenar siempre en horizontaly extendido, pero por diferentes causas (tamaos limi-tados de los cajones, medidas excedentes de los teji-dos, falta de espacio o falta de materiales) no siemprepodemos hacerlo as. En el MNAD hemos empleadosegn los casos bandejas de cartn pluma o de copo-lmero polipropileno-polietileno. Lo importante escrear una superficie plana rgida y estable, donde eltejido no resbale y que permita trasladarlo sin necesi-dad de tocarlo. Puede forrarse de tela (algodn opolister) o con venda elstica de algodn. Paracerrar el soporte hemos utilizado tapas de tisneutro, tela de algodn o, preferentemente, tejidosinttico de olefina. Los soportes no deben apilarsedirectamente unos sobre otros, sino guardarse en dis-tintos cajones (Figura 5).

    Los soportes cilndricos idealmente estn constituidos

    de cartn rgido inerte. Los altos precios en el merca-do, nos han obligado a utilizar tubos comerciales delos que emplean las tiendas de tejidos y aislarlos en loposible de las emanaciones nocivas. Para ello, puedeemplearse lmina de polister tipo Melinex o Mylar,pero resulta ms eficaz y, hoy por hoy, ms barato-aislar con plstico metalizado de barrera, que redundaen un bloqueo total de las emanaciones. El tejido secoloca sobre una funda de venda elstica de algodn,cuya superficie entramada favorece el enrollado y dis-minuye las posibilidades de deslizamiento del tejido.Puede emplearse una lmina interpuesta con el fin deque el tejido no roce sobre s mismo, aunque estodepender del tipo de tejido y de nuestra disponibili-dad de tiempo y materiales. Finalmente, el cilindroformado se protege con una funda, que puedeconfeccionarse con algodn descrudado, lmina depolietileno espumado o fibra sinttica de olefina. Paramantenerla fija la abrazaremos en varios puntos conlazada de cinta de algodn, sobre la que se escribir elsiglado exterior (Figura 6).

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    Figura 5: Proceso de termosellado de balda de maderacon plstico metalizado de barrera. (Fot.: Archivo MNAD)

    Figura 6: Almacenamiento de tejidos planos de medianoformato en soporte cilndrico. (Fot.: Archivo MNAD)

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    El soporte-expositor presenta diversas modalidades. Laidea es ofrecer al pblico los objetos textiles ordena-dos y casi-fijos a un soporte mltiple que los proteja,pero que tambin permita la observacin de detallesnecesarios para el estudio (ver el reverso, por ejemplo).El mtodo ms sencillo es contar con un armario-planero en el que se inserten por medio de guassoportes planos. Estos podrn confeccionarse con

    planchas de policarbonato celular, almohadillado conmuletn y forrado con tela de polister, sobre la quese fijan los distintos fragmentos por medio de algunaspuntadas o alfileres entomolgicos.

    Los tejidos planos de gran formato (alfombras, tapices,paramentos murales, ropa de cama) obligan, en lamayor parte de los casos y debido a sus dimensiones,a ser almacenados enrollados. El esquema bsico depreparacin de soportes es el mismo que para los teji-dos ms pequeos, con la salvedad de que, al escogerel material constitutivo del cilindro, habr que tener encuenta el peso del objeto, su grosor y relieve si lo tuvie-

    ra y las dimensiones totales. Los materiales comn-mente empleados han oscilado desde cartn gruesohasta metal, pasando por distintos tipos de plsticos.La ventaja del uso de cartn de varias capas es su rigi-dez, aunque en su contra postulan el excesivo peso delos cilindros y la necesidad de bloquear la emisin devapores cidos. Entre los plsticos, desechado el PVC,en la actualidad est dando buen resultado el polipro-pileno. Pero la eleccin ptima es aluminio anodizado,ligero, rgido y resistente, y no necesitado de materialde bloqueo, dada su inalterabilidad.

    El almacenamiento de la indumentaria plantea proble-

    mas muy diversos, cuya explicacin en detalle excedeel alcance de estas lneas. Es importante recordar algu-nos aspectos. Siempre que el objeto permita ser col-gado, se prepararn perchas a su medida (puedenutilizarse las comerciales en muchos casos), aislando lamadera y forrndola con guata de polister y vendaelstica de algodn, tratando de esculpir una formasobre la que descansen sin tensiones los hombros delobjeto. La funda protectora contra el polvo se confec-

    cionar con tela de algodn 100% sin apresto, quepuede cerrarse con ayuda de cintas o botones.Cuando los hombros sean dbiles, ser necesariorepartir el peso del objeto de modo que no recaiganicamente sobre ellos. Para ello, podemos coser a lacinturilla una cinta ancha de tela descrudada a la que,a su vez, fijaremos sendas cintas equidistantes a modode grandes asas que colgarn tambin de la percha.

    Siendo habitual complemento de la indumentaria, losaccesorios requieren una buena dosis de imaginaciny tiempo para disear soportes o cajas donde organi-zarlos. Una vez clasificados, podemos agruparlos encajas confeccionadas expresamente o utilizar las quepodemos encontrar en el mercado. Lo esencial es quesu manejo sea fcil y su ubicacin en el almacn ade-cuada (quiz las medidas nos las dicten los propioscontenedores disponibles). Los materiales que conmayor ductilidad se prestan a la confeccin de cajasson el cartn-pluma neutro, el copolmero de polieti-leno y polipropileno y el cartn corrugado neutro. Las

    uniones entre partes pueden llevarse a cabo por cos-tura (con cintas o con hilos gruesos) o con adhesivosadecuados o cintas previamente engomadas.Cuidaremos el siglado exterior (identificacin clara sinque sea necesario mover la caja de sus sitio) y si esposible, y hasta qu punto, apilarlas, ya que el pesoexcesivo puede desmantelarlas. Los objetos debendescansar sobre un soporte que interiormente man-tenga su forma, para lo que emplearemos tis neutro,espuma de polietileno en lmina o lmina de terefta-lato de polister, segn los casos.

    No quisiera terminar sin hacer alusin a los problemas

    de conservacin que implican los movimientos deobras para su traslado a exposiciones temporales.Existen objetos textiles especialmente frgiles (porejemplo, un cinturn con colgantes constituidos pormateriales diversos; un vestido de formas complicadasy pesadas aplicaciones), para los que las operacionesde extraccin de su soporte del almacn y la coloca-cin en cajas de transporte, unido a los procesos denueva extraccin de la caja y montaje en la exposicin,

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    suponen un riesgo considerable. Para objetos comostos, en el MNAD estamos empezando a desarrollarun sistema que actuar como soporte que podramosdenominar mixto: se trata de confeccionar unsoporte que nos sirva para el almacn, sobre el que laobra pueda ser trasladada y haga, as mismo, las fun-ciones de soporte de exposicin.

    Conclusiones

    El ltimo ejemplo expuesto constituye lo que podra-mos calificar el colmo de la prevencin. En realidad,aunque pueda parecer chistoso, se trata de un objeti-vo importante al que deberamos tender, a la hora deabordar el cuidado de objetos tan delicados y suscep-tibles como son los textiles: minimizar la manipulacinsin comprometer su accesibilidad.

    Los mejores aliados del buen funcionamiento de unalmacn son el sentido comn y la planificacin cuida-dosa. Una buena dosis de capacidad para improvisar(lase, proponer soluciones alternativas, aprovechar

    materiales y contenedores, optimizar espacios en lap-sos breves de tiempo) ser as mismo bienvenida parael, en ocasiones, tedioso trabajo diario de puesta enmarcha de un rea de almacenamiento para coleccio-nes textiles.

    BIBLIOGRAFA

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