Era la hora, ya eran las diez de la noche y Pandora todava estaba mirando o admirando su retrato estampado en un cartel publicitario. No es que fuera una presumida que en realidad lo era, ms bien estaba pensando acerca de todo lo que le haba supuesto unirse al equipo. Un da decidi que valdra para esto, no par de entrenar y fue progresando hasta llegar a donde ha llegado. Y encima del deporte ms conocido en toda la galaxia. Porque s, no estamos hablando del pas, ni siquiera de vuestro mundo, sino de todo el universo.

En los ltimos aos la tecnologa haba evolucionado de una manera extraordinaria, los humanos crearon colonias espaciales y habilitaron la atmosfera de todos los planetas para poder vivir en ellos, pues la sobrepoblacin lleg a tal punto que se impidi tener ms de dos hijos. Pero eso ya quedaba muy lejos y ahora ella estaba all en el largo pasillo que daba la entrada a la arena de la famosa colonia capital.

El deporte en s era muy simple: coged todas las armas que queris excepto armas de fuego, se coloca una pelota en mitad de la pista, aquel equipo que lleve la pelota a la base del otro gana. No hay nada ms. No hay ms reglas. Ni siquiera tena nombre ya que un deporte as es demasiado monstruoso para nombrarlo matanza?.

Parte de la fama de Pandora era que pareca tan frgil y delicada que cuando saltaba al campo no podas creer que era ella, los deportistas nunca se ganaban la vida con esto y el que quera, casi siempre acababa muerto al poco tiempo de empezar su carrera, la mayora lo vea como una manera fcil de ganar dinero. Pero en la liga todo era diferente, gente que se haba preparado desde que eran nios y con la idea de que no haran otra cosa salvo jugar. Es decir, eran asesinos a los que legalmente se les permita desahogarse. El caso de Pandora era diferente, no tena nada ms que hacer en la vida, nada se le daba bien excepto esto, salvo matar personas, as que pensaba en ello como una manera de supervivencia, como si hubiese algo le separase de sus compaeros.

Entr en la arena, que esta vez estaba al lado de un alto acantilado. Era la final: Marte contra La Tierra. Ella era una habitante de Marte. La bocina son y entonces empez todo. La idea iba rondndole en la cabeza mientras su espada desmembraba miembros, lo haba pensado muchas veces pero jams se haba atrevido a saber la verdad. Todo el mundo muri, su equipo muri y el adversario tambin, todos menos ella. Tan slo deba coger la pelota y llevarla tranquilamente. Fue entonces, al ver la sangre de su espada y los cadveres ensangrentados en el suelo, cuando decidi hacer caso a esa idea. Su cabeza le dijo, alto y claro: Igual que ellos, eres igual que ellos!, finalmente lo saba. Pas por la pelota pero su camin se torci y logr tirarse del acantilado esbozando una sonrisa en su boca y diciendo:

Al fin.