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Altos de la Florida la montaña invisible e imbatible

Altos de la Florida - United Nations Development …...fuerza, compromiso, humildad y espíritu de liderazgo, con quienes se realizó el primer ejercicio de caracterización poblacional

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Altos de la Floridala montaña invisible e imbatible

Altos de la FloridaLa montaña invisible e imbatible

Carlos Eduardo Rodríguez Muñoz (Ed.)

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Colombia – PNUD

Fabrizio HochschildCoordinador Residente y Humanitario del Sistema de Naciones Unidas en Colombia

Arnaud PeralDirector de País del PNUD

Inka MattilaDirectora de País adjunta del PNUD

Alessandro PretiCoordinador del Área de Paz, Desarrollo y Reconciliación del PNUD

Carolina NaranjoOficial de Programa Área de Paz, Desarrollo y Reconciliación del PNUD

Sandra AlvaradoAsistente Técnico TSI para Soacha PNUD

Carlos Alberto Rivera C.Área de Paz, Desarrollo y Reconciliación - PNUD

Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO

Diego Jaramillo Cuartas, cjmPresidente del Consejo de Fundadores

Leonidas López HerránRector General Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO

Marelen Castillo Torres Vicerrectora General Académica

Juan Fernando Pacheco DuarteRector Sede Cundinamarca

Amparo Vélez RamírezDirectora General de Investigaciones

Martha Janeth Salinas SuárezVicerrectora Sede Cundinamarca

Juan Arturo Camargo UribeDirector de Investigaciones y Proyección Social Sede Cundinamarca

Carlos Eduardo Rodríguez MuñozDirector Centro Regional Soacha

Rocío del Pilar Montoya ChacónCoordinadora General de Publicaciones

AutoresJuly Andrea Burgos Alarcón Liliana Milena Castro Bastidas Jenny Stella Dimaté Barbosa Geraldine Luis Mendoza Kempes Lozada Romero Edgar Alfredo Pérez Guerrero Zulay Reyes Rubio Carlos Eduardo Rodríguez Muñoz Nathalia Salgado PinedaOliva del Pilar Torres Araque Rafael Alberto Zambrano Vanegas Diagramación y diseñoDavid Andrés Sáenz Ubaque

Primera edición: 20151000 ejemplaresCorporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTOCalle 81B 72B 70 séptimo piso, edificio B, Bogotá, D. C., Colombia, Centro Regional SoachaImpreso en Bogotá, D. C., Colombia - Printed in Bogotá, D. C., Colombia

Impreso enPanamericana Formas e Impresos S. A. Reservados todos los derechos a la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO. La reproducción total o parcial de esta obra en cualquier medio, incluido electrónico, solamente puede realizarse con permiso expreso de los editores y cuando las copias no sean utilizadas para fines comerciales.

Los contenidos son responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente las opiniones de UNIMINUTO y del PNUD.

Esta publicación es el resultado de la experiencia adelantada en Altos de la Florida, en el municipio de Soacha, por investigadores y estudiantes de los programas de Trabajo Social y Comunicación Social - Periodismo del Centro Regional Soacha de la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO, financiado por el Programa de Naciones Unidas para el desarrollo – PNUD.

Burgos Alarcón, July Andrea Altos de la Florida: la montaña invisible e imbatible / July Andrea Burgos Alarcón… (y otros 10) -- Bogotá : Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO Centro Regional Soacha, 2015.104 p. ; il.ISBN 978-958-763-142-5 1. Desplazamiento forzado – Condiciones sociales – Soacha 2. Altos de la Florida (Soacha) – Condiciones socioeconómicas 4. Pobreza – Condiciones sociales - Soacha i. Castro Bastidas, Liliana Milena ii. Dimaté Barbosa, Jenny Stella iii. Luis Mendoza, Geraldine iv. Lozada Romero, Kempes v. Pérez Guerrero, Edgar Alfredo vi. Reyes Rubio, Zulay vii. Rodríguez Muñoz, Carlos Eduardo viii. Salgado Pineda, Nathalia ix. Torres Araque, Oliva del Pilar x. Zambrano Vanegas, Rafael Alberto

CDD: 305.56909861 B87a BRGH

Editor Carlos Eduardo Rodríguez Muñoz

Corrector de estiloSonia Yurley Montaño Menjura

Juan Carlos Buitrago Sanabria

Fotografía Camilo Andrés Lombana González

Archivo PNUD 2015 Portada Archivo PNUD 2015

Agradecimientos

Dar a conocer esta experiencia escrita de modo consciente y con sentido de realidad ha sido una tarea compleja. Para evidenciar este proceso, inicialmente podrá decirse que el equipo de investigación logra un reconocimiento sobre la realidad abordada, a partir del estudio de la misma construcción social existente. Se espera que el rigor y la veracidad de los argumentos sean percibidos y apropiados por parte de los lectores, como un aporte académico en favor de los habitantes que ocupan el lugar determinado para esta experiencia: “Altos de la Florida”.

Para nosotros, como equipo, es imprescindible manifestar los más sinceros agradecimientos a quienes, directa o indirectamente, contribuyeron a la construcción de este libro, dado que esta labor hubiera sido improbable sin el aporte que cada uno proporcionó a la experiencia. En primer lugar, a Dios por brindar la sabiduría y la fortaleza de espíritu para realizar este texto; a la comunidad de Altos de la Florida, ya que sin ellos, sin su apoyo, fraternidad, compromiso y arraigo, no hubiera sido posible comprender y evidenciar la identidad de ese lugar; gracias a cada uno de su habitantes, en especial a los líderes comunales que siempre estuvieron dispuestos a brindar caminos de búsqueda para poder conocer y entender su territorio, además de servir como puente para que cada una de las puertas, que se tocaron en cada hogar, se abrieran para acceder a la valiosa información que permitió el más inapreciable fruto.

Queremos agradecer también a los más de ciento cincuenta estudiantes pertenecientes a los programas de Trabajo Social y de Comunicación Social-Periodismo, de primer a octavo semestres, del Centro Regional Soacha y, en especial, a Melissa Russi, Viviana Molano, Carolina Guevara, Camilo Lombana y Catherine Ardmirola, por su fuerza, compromiso, humildad y espíritu de liderazgo, con quienes se realizó el primer ejercicio de caracterización poblacional en el municipio para el segundo semestre de 2013; a los estudiantes que han fortalecido en la comunidad, a través de sus voces, el centro de producción radial, y a las agencias internacionales que han brindado apoyo y acompañamiento para los ejercicios de interacción social y construcción de este documento.

De la misma manera, aclarando que cualquier proceso se adelanta con la participación de otras voces y particularidades, es preciso agradecer también:

•Al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en Colombia –PNUD, por brindar el apoyo, el compromiso y la asesoría en la construcción del libro, por generar en los profesionales una entidad hacia el territorio indagado y por ser ejemplo de horizontalidad y pertenencia para las demás instituciones a la hora de abordar este contexto; y, en especial, a Sandra Alvarado, quien fue la directa responsable de generar un proceso serio y coherente que permitió enfrentar y conducir con serenidad las dificultades que se presentaron entre la población y los autores del proceso, y por las complejidades institucionales propias de estos ejercicios; gracias por hacer valer la condiciones humanas por encima de la normatividad institucional.

•A nuestros compañeros del programa de Trabajo Social y, en especial, a Camilo Gutiérrez, por aportar a la comprensión de la lectura de los planes de desarrollo; a Marcela Silva, por sus valiosos aportes materializados en los datos de la caracterización poblacional que en la contextualización prospectiva esperamos sean evidenciados; a Alejandro Contreras, por las interesantes discusiones que evidenciaron la necesidad de ubicar la construcción del tejido social del contexto; a Robert Quintero, por orientar su lectura hacia la exigencia y la disciplina; a Jairo Arias, por hacer entender que la corrección no significa un no, sino la oportunidad para generar algo mejor, y a Jorge Castro, analista de comunicaciones del Centro Regional Soacha por plasmar lo invisible en imagen y la imagen en movimiento y recuerdo.

A todos y cada uno de los participantes, un generoso gracias; lo importante no es el producto si no lo que podemos llegar a generar con él.

Los Autores

PRESENTACIÓN 9

INTRODUCCIÓN 13

Recordando y recorriendo los caminos de Altos de la Florida:

Reseña histórica 17 July Andrea Burgos Alarcón Jenny Stella Dimaté Barbosa Nathalia Salgado Pineda

Entre lo urgente y lo importante:

Una comprensión socioeconómica de Altos de la Florida 33 Liliana Milena Castro Bastidas

Altos de la Florida:

De la ausencia estatal a la formulación de políticas públicas territoriales 47Rafael Alberto Zambrano Vanegas

La institucionalidad y las organizaciones en Altos de la Florida:

Mucho más de lo que las voces pueden contar 61Edgar Alfredo Pérez Guerrero Oliva del Pilar Torres Araque

De lo imaginario a lo real:

Una perspectiva en el contexto de Altos de la Florida 75Kempes Lozada Romero

Centro de producción radial de Altos de la Florida:

Un espacio para el desarrollo y el cambio social 89Geraldine Luis Mendoza Zulay Reyes Rubio Carlos Eduardo Rodríguez Muñoz

ÍNDICE GENERAL DE FIGURAS 103

ÍNDICE GENERAL DE TABLAS 103

TABLA DE CONTENIDO

PRESENTACIÓN

Los diferentes, los desplazados y los refugiados son los que enriquecen todas nuestras vidas; su tolerancia e imparcialidad hacia ellos abrirá nuevos mundos para ustedes, y los hará

bienvenidos donde sea que vayan.

Kofi Annan

El desplazamiento forzado en Colombia ha sido una de las manifestaciones más graves de la violencia y el conflicto armado. Se han desarrollado muchos avances para la protección de las personas desplazadas, que van desde la creación normativa, hasta la jurisprudencia constitucional, pasando por la atención humanitaria de emergencia y la reparación, en la búsqueda de garantizar el acceso a los derechos de la población desplazada. Cada vez más vemos como el país en su conjunto avanza hacia mejores condiciones para asegurar la vida y la dignidad de miles de familias víctimas del desplazamiento.

Las personas desplazadas, muchas por más de diez años, necesitan avanzar hacia una situación de mayor sostenibilidad, que les permita superar su situación de vulnerabilidad, recuperar integralmente su capacidad de autogestión y, en últimas, poder ejercer su derecho a la igualdad como ciudadanos en condiciones de vida dignas.

Con el objetivo de visibilizar la necesidad de avanzar en la construcción de soluciones sostenibles para la población desplazada, reconociendo los retos del contexto social y económico, se desarrolla el programa Construyendo Soluciones Sostenibles, para población desplazada, como un esfuerzo conjunto entre el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados –Acnur, en estrecha coordinación con el Gobierno nacional a través de la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, el Departamento para la Prosperidad Social, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Relaciones Exteriores.

De esta manera, apoyados en el marco de Naciones Unidas para el fin del desplazamiento en el posconflicto, preparado por el Comité Permanente Interagencial de la ONU en 2010 y aprobado por el secretario general de la organización en 2011, así como en los Principios Rectores de los desplazamientos Internos, se presentan los elementos centrales que integran este tipo de respuesta al desplazamiento forzado, a los que se les denomina soluciones sostenibles.

Estas pueden ser descritas como procesos complejos y de largo plazo a través de los cuales “(...) los desplazados internos dejan de necesitar asistencia o protección específica vinculada con su situación de desplazamiento y pueden disfrutar de sus derechos humanos sin ser discriminados por esa condición”1 (Marco de Soluciones duraderas para

1 Programa de las Naciones Unidades para el Desarrollo - PNUD. (s. f.). Nuestros proyectos. Recuperado de PNUD en Colombia [sitio web] http://www.co.undp.org/content/es/home/operations/projects/overview.html 9

los desplazados internos, 2010, citado por PNUD, s. f.). Este tránsito se logra al combinar el enfoque de asistencia humanitaria con una perspectiva de desarrollo, que involucra no sólo a las personas en la condición de desplazados, sino también a las comunidades en las que se ubican. Se habla de soluciones, en plural, pues constituyen un conjunto de tres alternativas de vida que los desplazados pueden elegir voluntariamente, en condiciones de dignidad y seguridad: el retorno, la reubicación o la integración local en ámbitos rurales o urbanos. Cada una de estas tres vías debe ser entendida como un proceso gradual y participativo a través del cual las personas y comunidades desplazadas ven satisfechas las necesidades relacionadas específicamente con el desplazamiento y se integran, a través de procesos de desarrollo, con las comunidades que las han acogido, generando una dinámica de crecimiento económico, bienestar y goce pleno de los derechos, que involucra tanto a los recién llegados como a la población local.

Es importante insistir en el hecho de que las soluciones sostenibles son procesos; en consecuencia, no deben ser concebidas como un punto final a la situación de desplazamiento. Las transformaciones que involucran son complejas y dependen de una gran cantidad de factores, de manera que los programas propios de este tipo de soluciones deben estar diseñados para extenderse en el tiempo y afrontar los retos que presenta una realidad cambiante. Asimismo, deben ser concebidos para responder a la dinámica de las necesidades de las personas y las comunidades, que cambiarán en la medida en que el proceso avance, reduciéndose su exigencia de asistencia humanitaria, mientras se incrementan los requerimientos vinculados a las estrategias de desarrollo.

El Programa beneficia en Colombia a un total de diecisiete comunidades en los municipios de Tanquí y Quibdo en el Chocó, Bello y Nariño en Antioquia, Villavicencio y Puerto López en el Meta, Tumaco y Ricaurte en Nariño, Mocoa en el Putumayo, Florencia en el Caquetá, Carmen de Bolívar en Bolívar, Cúcuta en Norte de Santander, Agustín Codazzi en el César y Soacha en Cundinamarca. En estos escenarios de solución se distribuyen las comunidades de la siguiente manera: en reubicación, cinco comunidades; en retorno, tres, y en integración local urbana, nueve.

Altos de la Florida - Soacha

Es en este contexto de integración local urbana, que está Altos de la Florida, ubicado al suroccidente del municipio de Soacha, en la Comuna VI. Este barrio se divide en cuatro sectores, de los cuales el tercero, según el POT2 , está en zona rural. Su población ha sido el resultado de procesos de invasión y lotificaciones sin criterio de planificación; no cuenta con licencia urbanística y no está legalizado.

Sin embargo, este es un sector de reconocimiento social y con una estructura interna fuerte. Su proceso de poblamiento, de acuerdo con la memoria de sus habitantes, se da desde finales de los años ochenta e inicios de los noventa. Estos sectores presentan

2 Plan de Ordenamiento Territorial.10

una alta movilidad de población; su número aumenta como consecuencia de la llegada de familias en situación de desplazamiento forzado por la violencia interna, por el desalojo en otros sectores, la pérdida de vivienda y el alto nivel de pobreza del país3 .

Uno de los aspectos con mayor incidencia en la vida de la población de Altos de la Florida es la inseguridad generalizada, el microtráfico, la delincuencia común, el pandillismo, la prostitución, los grupos desmovilizados que siguen delinquiendo y los “loteadores” piratas. Estos factores hacen que la urbanización acelerada y la carencia de planificación generen insuficiencia en las estructuras físicas del sector, en el que carecen de servicios básicos como agua potable, alcantarillado, redes telefónicas, gas e infraestructura vial que facilite el acceso a la zona, a lo que se suma la ausencia de transporte público, entre otros aspectos, que generan marginalidad y precariedad.

A nivel ambiental, la industria es uno de los factores que más afecta al medio ambiente en Soacha, principalmente por la extracción de materiales para la construcción, de cobre, quema de huesos y la industria de pólvora, , lo que degenera en la degradación, deslizamientos, deforestación, arrastre y sedimentación.

Es así como este libro da cuenta del proceso que se adelanta con esta comunidad en el marco de las Soluciones Sostenibles, que ha sido una intervención articulada con las organizaciones sociales e institucionales que trabajan en el sector y que hacen presencia en el Comité de Impulso, órgano de funcionamiento del Programa, liderado por la Alcaldía Municipal de Soacha, instituciones públicas y privadas, varias ONG y las agencias de Naciones Unidas PNUD y Acnur.

Esta publicación forma parte de los resultados del convenio establecido con la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO, Seccional Soacha, para evidenciar el proceso de caracterización del barrio, cuya información permitió el análisis de las condiciones económicas, políticas, sociales, culturales y ambientales de la comunidad de Altos de la Florida; también sistematiza las actividades que se han realizado de manera conjunta con UNIMINUTO, como el proceso de Reporteros para el Cambio, dirigido a líderes y población de la comunidad, y la adecuación e instalación del Centro de Producción Radial Altos de la Florida, cuyas emisiones se enlazan con las emisoras de UNIMINUTO Radio y Periodismo Público Radio de Soacha, entre otras acciones.

Esperamos que esta publicación contribuya a escenarios de diálogo, debate y construcción conjunta de políticas públicas integrales de soluciones, con un enfoque integral de derechos, que permitan visibilizar los retos de protección y los riesgos que aún enfrentan muchas comunidades desplazadas.

Programa de las Naciones Unidad para el Desarrollo PNUD

113 Memorias. Conferencia de Soluciones Sostenibles para la Población Desplazada. Experiencias Internacionales y nacionales. Bogotá 28-29 de Mayo 2013.

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Figura 1. Fotografía Niebla: panorama de la montaña de Altos de la Florida, en el que se observa una de las tantas configuraciones arquitectónicas del municipio (C. Lombana, 2014).

INTRODUCCIÓN

En otros tiempos se miraba solamente el aspecto negativo del hombre, sus diferencias, su tiempo efímero, su mortalidad, sus tendencias egoístas, sus enfermedades. Ahora, hemos

descubierto la belleza del hombre, su altísima dignidad, su vocación, nuestro deber deentregarnos a él, de servirlo y de comprometernos en su mejoramiento.

Rafael García - Herreros

La acción de escritura y reflexión del presente trabajo surge como una inquietud académica de los docentes, los estudiantes de los programas de Trabajo Social y de Comunicación Social-Periodismo y las organizaciones presentes en el contexto, Sector Altos de la Florida, Comuna VI, que propenden por la búsqueda y el mejoramiento de la calidad de vida digna y humana, en función de lo cual se generó un espacio de interacción en donde se entretejen lo teórico y lo subjetivo, cuyo resultado parcial, entendida la realidad como algo cambiante, conlleva una serie de análisis de la vida cotidiana instaurada en el plano de la realidad del contexto mencionado.

Una de las finalidades del proyecto está connotada por entender las dificultades de afectación situacional, las cuales deben necesariamente comprometer las acciones académicas y sociales en torno al análisis y las respuestas que logran visibilizar esas realidades, que suelen ser tan ajenas en contextos de vulnerabilidad; por lo tanto, este estudio y análisis plantea un acercamiento a estas vertientes que brillan en la oscuridad de la realidad indagada.

Altos de la Florida, de acuerdo con los testimonios de sus habitantes y la observación participante, es un sector que, dadas sus características, se constituye en uno de los lugares más vulnerables del municipio de Soacha; allí se convive con la continua llegada de personas víctimas del conflicto armado, la aridez del terreno, la escasez de servicios públicos y las precarias condiciones de desarrollo generadas por su carácter de informalidad, dado que estos terrenos fueron urbanizados en contra de la voluntad de sus legítimos dueños.

Ante esta realidad, se alzan las voces de sus pobladores, encabezados por líderes interesados en transformar su realidad, que cuentan con el apoyo de organizaciones con la misma pretensión. En este contexto de búsqueda de la transformación hacia mejores condiciones de vida, surge la alianza entre el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD y la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO Centro Regional Soacha, en el marco del programa Construyendo Soluciones Sostenibles o TSI (Transitional Solutions Iniciative), aunando esfuerzos en pro del diseño, la elaboración, la planeación y la ejecución de planes y proyectos que sean sostenibles para la comunidad a lo largo del tiempo. En consecuencia,

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y a raíz de la alianza con el PNUD, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados –Acnur, UNIMINUTO y la Alcaldía Municipal de Soacha, se adelantó la caracterización poblacional del barrio Altos de la Florida que relaciona los datos cuantitativos de las condiciones socioeconómicas, habitacionales y de fragilidad social de los habitantes de este sector poblacional, que dan muestra de una realidad en constante vulneración.

Como resultado de estas acciones integrativas surge el presente libro, conformado por artículos que dan cuenta de diversas posturas frente a los datos recopilados en el proceso de caracterización poblacional, tomando como punto de partida las dinámicas de orden político, económico, de imaginarios sociales, aproximaciones históricas y condiciones actuales del contexto que se tejen dentro del territorio; Artículos de visibilización que permiten, a otros interesados en el tema, tener de primera mano datos fieles a la realidad. Se presenta a continuación, brevemente, la descripción de cada uno de los artículos que conforman el libro. La aproximación histórica titulada “Recordando y recorriendo los caminos de Altos de la Florida”, da apertura al libro, tomando como época de referencia los años transcurridos entre 1990 y 1999, espacio temporal relevante en la consolidación del sector; se contempla, además, el periodo comprendido entre los años 2000 a 2015, observando algunas revisiones documentales existentes pero, sobre todo, desde las narrativas que surgen de los relatos de vida de los líderes del sector.

“Entre lo urgente y lo importante: una comprensión socioeconómica del contexto de Altos de la Florida”, aborda, desde una mirada de tipo socioeconómico, las características de las familias de acuerdo con las dinámicas laborales, económicas, educativas, de estratificación social y de condiciones habitacionales, entre otras, que dan como resultado la consolidación de un perfil global de los habitantes del territorio.

“Altos de la Florida: de la ausencia estatal a la formulación de políticas públicas territoriales”, se realiza un acercamiento conceptual y procedimental con base en los planteamientos del Modelo de Redes o Network Policy, de las políticas, los planes, los programas y los proyectos implementados por los gobiernos municipal, departamental y nacional frente a las necesidades y demandas propias del contexto.

“La institucionalidad y las organizaciones en Altos de la Florida: mucho más de lo que las voces pueden contar”, se lleva a cabo un contraste entre los datos evidenciados en la caracterización poblacional y las dinámicas de incidencia y participación de las instituciones privadas, públicas, del tercer sector y del conglomerado local.

“De lo imaginario a lo real: una perspectiva en el contexto de Altos de la Florida”; es un artículo en el que se dan a conocer los elementos que forman parte del contexto y la realidad, visualizando las percepciones que los habitantes del sector manifiestan

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sobre su territorio y las acciones prospectivas de las personas que no habitan el barrio, pero que transitan, trabajan y cohabitan en él de manera ocasional.

El cierre del libro, como parte de la experiencia de la propuesta de responsabilidad social orientada por UNIMINUTO, da a conocer el trabajo real del “Centro de Producción Radial de Altos de la Florida: Un espacio para el desarrollo y el cambio social”, el cual está articulado a distintas organizaciones en la búsqueda de alternativas de solución o transformación de la realidad.

Las raíces de este documento crítico-argumentativo forman parte de ese compromiso que debe adquirir toda la ciudadanía, en aras de la resignificación de los territorios a partir del fortalecimiento de las condiciones habitacionales, teniendo como principio la dignidad humana para una verdadera construcción de soluciones sostenibles.

Los propósitos del libro son, en primer lugar, propiciar la reflexión y la acción social por parte del lector, y, en segunda instancia, resaltar la importancia del accionar de instituciones de carácter público, privado y del tercer sector, que se involucran de manera activa junto con los ciudadanos pertenecientes al territorio y, en general, del municipio de Soacha en la transformación, construcción y la visibilización de este y que de la mano de sus habitantes se posibilite el mejoramiento constante y real de las condiciones de vida de quienes allí habitan.

Mg. José Efraín Daza AcostaLíder desarrollo profesoral

Centro Regional Soacha

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Resumen

El artículo “Recorriendo y recordando los caminos de Altos de la Florida” tiene como insumo principal las entrevistas realizadas a algunos habitantes del sector que llegaron a poblar el territorio hace más de veinte años. Estas narrativas son el resultado del trabajo de campo desarrollado con la población en un plano histórico.

El ejercicio presentado da cuenta de cómo la estrategia de historia oral y la técnica de entrevista permiten reproducir el devenir de una comunidad o un asentamiento poblacional y hallar las construcciones colectivas tanto en los imaginarios sociales como en la realidad física, que son consecuencia del proceso de asentamiento urbano informal del sector, en una amalgama entre su pasado y el presente. El proceso de reconstrucción tuvo como objetivo principal reconocer las voces individuales y colectivas manifestadas por los habitantes frente a sus adaptaciones, cambios y estrategias en la relación con el contexto.

Palabras clave: Desarrollo, historia, reconstrucción, territorio.

Abstract

The article “Recorriendo y recordando los caminos de Altos de la Florida” cites as its primary source interviews of locals who settled in the community nearly twenty years ago. The interviews are narrative in nature and result from fieldwork conducted in Altos de la Florida during the first semester of 2015.

The qualitative exercise presented here shows how both oral histories and this method of interviewing reconstruct the evolution of a community such as Altos de la Florida and explores the consequences of an informal urban settlement process. Here, the imagined, social, and the physical realities of Altos de la Florida are situated within this narrative process that combines the interviewees’ pasts and present.

The principal objective of the reconstruction process is to recognize how those in the community express themselves in the face of a changing environment and relate to their own historical context.

Keywords: History, reconstruction, development, territory

July Andrea Burgos Alarcón 1, Jenny Stella Dimaté Barbosa 2,

Nathalia Salgado Pineda 3

Recordando y recorriendo los caminos de Altos de la Florida:

Reseña histórica

1Estudiante de octavo semestre del programa de Trabajo Social de la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO Centro Regional Soacha. Correo electrónico: [email protected],2Estudiante de octavo semestre del programa de Trabajo Social de la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO Centro Regional Soacha. Correo electrónico: [email protected],3 Estudiante de octavo semestre del programa de Trabajo Social de la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO Centro Regional Soacha. Correo electrónico: [email protected]

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A l t o s d e l a F l o r i d aLa montaña invisible e imbatible

Por los caminos de Altos de la Florida

En una imponente montaña alejada del ruido y la civilización de la ciudad, nació un día un roble; era un árbol fuerte con tronco grueso que tenía una fortaleza que más tarde se expandiría por todo el territorio y contagiaría a quienes a su alrededor vivirían; era conocido como el Árbol del Amor y aunque nadie supo jamás quién lo sembró, ni cuántos años llevaba allí plantado, ni mucho menos quién le puso su nombre, no cabe duda que ha sido un símbolo representativo del lugar, sobre todo para las parejas de enamorados que acostumbraban subir allí y grabar sus nombres sobre el

Figura 2. Fotografía Montaña: panorama de la montaña de Altos de la Florida, en el que se puede evidenciar parte del contexto (C. Lombana, 2014).

tronco de nuestro personaje, razón por la que lleva numerosas cicatrices que comunican el afecto que en principio rodeaba este espacio.

A medida que el Árbol del Amor crecía, iba divisando lo que pasaba en la cima de la montaña y por eso es precisamente él quien puede relatar con precisión los hechos: ¡ah, pero esperen! Olvidamos mencionar otra participante en este relato, que desde hace mucho tiempo desea formar parte de este maravilloso lugar; ella es doña Gota: pequeña, frágil, redondita, tierna, alegre y transparente.

Doña Gota y el Árbol llevan poco tiempo de conocerse y ella quiere saber cómo ha sido la vida de él, qué pesa en su

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Recordando y recorriendo los caminosde Altos de la Florida: Reseña histórica

memoria, y por qué en ocasiones se le ve triste y acongojado:

–Ahora sí, señor Árbol, vamos a escuchar su relato.

–Muy bien –responde el Árbol– les haré un relato de los recuerdos de lo que han visto mis hojas, desde que apenas era un arbusto, hasta ahora… Pero… ¿Por dónde empiezo?

Mmm… Ah, sí, eran los años de 1600 cuando los indígenas chibchas hacían presencia en estas tierras: un territorio en su totalidad rural, regido por principios ancestrales, al que bautizaron con el nombre de Suacha, palabra que según su etimología significa: Sua, ‘El sol’ y Cha, ‘Varón’, traducido a su lenguaje como ‘La Ciudad del Dios Varón’, que como bien cuenta la leyenda, tenía como máxima autoridad a un señor llamado Bochica. Hoy en día se conoce como Soacha, denominación que se debe al levantamiento del plano de la región y que corresponde a una decisión tomada por el ingeniero Alejandro Caicedo, en el año 1875.

Debido al proceso de colonización por parte de los españoles, fueron afectadas las familias y las costumbres propias de los indígenas chibchas. Así, hubo lugar al mestizaje y la adopción de una nueva cultura; Suacha empieza a poblarse rápidamente, tanto así que termina convirtiéndose en dormitorio de quienes se dedicaban a la conquista de otras tierras.

Pero esta tierra ya no es la misma de antes, ¡no señor! A través de los años, el municipio ha cambiado sus costumbres y se ha

transformado dizque por la urbanización y modernización; pero, no crean que ha sido lo mismo en todo el territorio soachuno, pues aún existen lugares que, aunque visibles en los planos y los dibujos de arquitectos y gobernantes, pareciera que no existieran al hablar de políticas públicas, y ni siquiera se contemplan como comunidades marginales urgidas de atención integral por parte de los gobiernos. Al contrario, pareciera más bien que, desde su conformación, han estado sujetos a graves conflictos y problemáticas de tipo social, económico, político y de violación de derechos, pues han sido invisibilizados, como pasa con la montaña que nos convoca a la reconstrucción de su memoria histórica, la hoy llamada Altos de la Florida.

A pesar de haber buscado e indagado con la misma población de Altos, no encontré por qué ni cuándo se nombró de esa manera, pero pueden estar seguros, doña Gota y compañeros, que conozco muchos de los aspectos más importantes y, sobre todo, determinantes en cuanto a su conformación y procesos históricos.

Recuerdo, por ejemplo, que hacia el año 1990 comienza a poblarse Altos de la Florida, sector que hoy forma parte de la comuna VI del municipio, constituyéndose como un asentamiento humano informal, ubicado en el cerro El Esparto, y sepan ustedes que un día –según relatan sus pobladores– un señor procedente de Boyacá, tomó posesión de estas tierras y se dispuso a venderlas; ese señor no era el dueño ni nada, solo era un pícaro que logró atraer a esta trampa a algunas personas que accedieron a firmar promesas de compraventa, que

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A l t o s d e l a F l o r i d aLa montaña invisible e imbatible

de ningún modo daban legalidad a los predios; se trataba de terrenos de cerca de cincuenta metros cuadrados cada uno, que debían ser ocupados y construidos inmediatamente, para “asegurarlos”. Esto implicaba vivir en la ilegalidad y la incertidumbre respecto a la satisfacción de las necesidades básicas de estos pobladores, pues el agua, antepasada suya, doña Gota, apenas subía por aquí. En principio, la Alcaldía asumió su responsabilidad en lo que a este servicio se refiere, enviando un carro tanque cada ocho días que supliera esta necesidad a sus habitantes, según me contó una persona que vivió esta situación a mediados de los noventa.

El problema fue creciendo en la medida en que empezó a poblarse la montaña por sujetos que, inocentemente y llenos de esperanza, arribaban al sector y adquirían su lote, lo que suponía el mejoramiento de la calidad de vida de las familias, aquellas que antes de mudarse aquí habitaban en la ciudad de Bogotá o en el mismo municipio, pero que no encontraban facilidades de compra como las ofrecidas por el ya mencionado falso dueño, quien cobraba alrededor de setecientos mil pesos por cada lote, que le podían pagar en cuotas de la forma que el comprador deseara.

Uno de estos infortunados compradores me comentó textualmente: “(...) Cuando los empezaron a vender, esos lotes se vendieron a eso, a doscientos, trescientos, cuatrocientos, quinientos mil pesos cuanto mucho y, aparte de eso, también se cambiaban por electrodomésticos; por neveras, por televisores por lo que fuera”.Los habitantes de Altos de la Florida

explotaban esta esplendorosa montaña con actividades que adoptaron como sustento económico a partir de su llegada: la explotación minera de recebo, una fábrica de baterías y las carboneras al aire libre; todas estas eran prácticas ilegales que empezaron a afectar a la comunidad: generaban problemas en cuanto a la conservación del medio ambiente, los suelos presentaban una fuerte erosión, pues el piso arcilloso era permanentemente lavado por la lluvia.

Las cárcavas afloran en temporada de verano y los deslizamientos de tierra son un factor de riesgo para algunos hogares; además, es un asentamiento sin lógica de planificación, con casas dispersas por doquier, la mayoría muy humildes, otras remodeladas con ladrillos y tejas de Eternit (Romero, Arciniegas y Jiménez, 2006, p. 13).

–Recuerdo que, entre 1990 y 1997, siguió poblándose la montaña por personas procedentes de diferentes lugares, aun cuando no habían más de veinte casas y, poco a poco, fueron surgiendo unos líderes en la comunidad. Ellos, seres mágicos con fuerzas descomunales y poderes increíbles, lograron convencer a los habitantes de la importancia de trabajar unidos y permanecer así, de tal manera que empezaron a acudir a la Alcaldía del municipio, a buscar pronta solución a todo aquello que representara carencias en su día a día, como la ausencia de servicios públicos (con urgencia el acueducto y el alcantarillado), la pavimentación de vías de acceso a la montaña y la atención hacia los pobladores como habitantes de Soacha, e iniciaron tal vez uno de los trabajos más arriesgados y difíciles: el

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Recordando y recorriendo los caminosde Altos de la Florida: Reseña histórica

proceso de legalización de los lotes, para que fueran de su propiedad y dejar así de vivir en la informalidad.

A raíz de esto, hacia el año 1996, la comunidad se organizó bajo la figura de JAC (Juntas de Acción Comunal), de manera tal que pudiera contarse con la participación local y organizarse en comités con el objetivo de lograr la titulación de sus predios. La legalización constituye el problema principal para nosotros, señora Gota, pues es claro que sin ella no se puede hacer intervención en vías, infraestructura, servicios públicos, etc.; mientras el Gobierno municipal no se sume a esta causa, no hay mucho que pueda hacerse, pues esta es una limitante de alto poder.

Cuando aún el sector era rural en su totalidad, hacia 1995, la forma que idearon los habitantes para abastecerse de agua fue a través de un burro al que cargaban de varios galones; este pertenecía a una señora que muy amablemente hacía el recorrido diario desde esta montaña hasta la vereda Panamá, ubicada por detrás del cerro de Las Tres Cruces; de esta manera les era posible lavar sus ropas, cocinar, limpiar y demás.

Es en 1998 cuando empieza a llegar una gran cantidad de personas en condición de desplazamiento por la patente situación de guerra que vivía el país; respecto a esto decía un libro que leí hace un par de años:

–Conozco ese libro, amigo Árbol –dice Doña Gota– también he escuchado que estos acontecimientos marcaron la historia del país en 1990 por un conflicto que tuvo sus principios en los años cincuenta por culpa de las diferencias entre liberales y conservadores, y que no ha parado, pues se fueron creando grupos armados al margen de la ley, trayendo consigo la vulneración de sus derechos.

–Exactamente –exclamó el Árbol– tiene usted razón, Doña Gota, el arribo de dicha población comenzó a hacerse evidente en algunos sectores de Bogotá y posteriormente aquí, en este territorio de Soacha, pues este limita al sur con la capital del país, en la medida en que las personas encontraron la oportunidad de habitar en este lugar e iniciar aquí una nueva etapa de vida. Toda esta gente, al llegar a estas tierras, se encontró con diversas problemáticas, pero la necesidad primordial era la formalización de predios.

–Querido amigo Árbol: ¿puede contarme un poco sobre esos contratiempos que tuvieron aquellas personas? –preguntó doña Gota.

–Por supuesto, señora Gota –responde el Árbol–, le voy a contar cómo estas personas han tenido que vivir ante tales circunstancias: debían enfrentarse a

El conflicto armado en Colombia empezó, entre otras razones,

como violencia política y pasó a tornarse de carácter sociopolítico, económico y de lucha por el territorio, extendiéndose a lo largo y ancho del país y condicionando todas las relaciones internas y externas de la nación (Duque, Monsalve y Patiño, 2005, p. 132).

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terrenos en mal estado, la subida hasta aquí implicaba andar un largo camino por senderos arenosos y pedregosos que no facilitaban el recorrido y los más chicos no tenían un lugar de estudio cercano a sus hogares, pues aquí, doña Gota, no existían colegios y los más próximos estaban ubicados en el barrio El Altico, cercano a la Autopista Sur en Soacha, por lo que los menores se vieron afectados en su proceso educativo.

Pero los recorridos eran solo un problema, imagínese que para la construcción de los techos debieron recurrir a sábanas cubiertas de recebo.

–¿Sábanas?, ¿cómo así?, ¿usted lo vio? ¡Cuénteme como era eso! –Inquirió doña Gota.

–Así es, doña Gota, yo vi como cubrían algunas sábanas viejas con una capa de recebo (usado comúnmente como material de construcción para vías) y para asegurarse de que fuera resistente, añadían una capa más, tanto de tela como de recebo, y así lograban cubrirse de las lluvias, el frío y el sol por un tiempo como de cuatro meses; pero no todos tuvieron acceso a tal solución temporal.

Pero no todo es malo, doña Gota; hacia 1998 las juntas de acción comunal de Altos obtuvieron personería jurídica, por fin, avalándolas como participantes activas en los procesos que desde la Alcaldía se proyectaran para Soacha, lo que significó un logro de gran importancia, dando como resultado un reconocimiento a los derechos políticos de los ciudadanos y eso, señora Gota, parecía una oportunidad positiva para conseguir ese magno objetivo.

Ahora quiero hacerles una pregunta, y en especial a usted, señora Gota, ¿Sabe cómo se llamaba antes el cerro de Las Tres Cruces?

-Mmm… No, señor Árbol, no tengo idea, ¿cómo se llamaba?

-El Cerro de Las Dos Tetas –responde el Árbol–, nombre que corresponde a que las dos colinas de la montaña, por sus formas, hacen pensar en los pechos de una mujer. Su nombre cambió después de que allí fueron clavadas tres cruces por un padre perteneciente a la iglesia católica, Hernando de Jesús Hoyos, en compañía de varios feligreses. Luego de esto tuvo lugar la celebración de la Semana Santa, tradición que se fortaleció durante los noventa, la cual consistía en hacer el recorrido del Santo Viacrucis, desde la parte baja del cerro hasta aquel nuevo santuario construido por los propios habitantes.

El año 2000 inicia con un positivo avance para todos: la empresa de energía eléctrica Codensa instala el servicio de la luz. ¡No podré olvidar lo satisfechos que se veían los líderes, pues esto era un fruto más de su esfuerzo!

–Fíjese, amigo Árbol –agrega doña Gota– lo que también he podido averiguar con respecto a la situación de legalización a principios del nuevo siglo: las dinámicas no han sufrido cambio alguno fuera del alza en los precios de los lotes, que en 2001 costaban setecientos mil pesos y en 2004 ascendieron hasta los tres millones de pesos; esto me lo contaron Romero, Arciniegas y Jiménez (2006), investigadores que también me afirmaron

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que aún quienes estaban interesados por el terreno debían someterse a algo parecido a un “estudio” en el que el vendedor decidía si era aptos o no para ingresar a formar parte de esta comunidad.

–Es verdad, doña Gota, es verdad. ¿Y qué más ha podido averiguar? –pregunta el Árbol.

–Pues que otra situación, nada alentadora para la población de Altos, fue el inicio del cobro del abastecimiento de agua potable, pues la Alcaldía dejó de prestar el servicio, lo que dio paso a que entidades privadas se lucraran atendiendo esta necesidad, aprovechando la situación de emergencia de todos aquí. De esta manera se ha hecho desde aquel año hasta ahora.

Recuerdo que hace poco alguien me dijo que se había llegado a un acuerdo con la Empresa de Acueducto a través del que se obtuvo la intervención de la Alcaldía Municipal; se instaló un macromedidor en la autopista, para que de allí se surtiera el carro tanque, con el acompañamiento de un coordinador, asignado por la Alcaldía, que estaría pendiente de la seguridad para que el acueducto supliera el agua, bajando el costo a $3255, el metro cúbico, que después se incrementó a $3372, pero que finalmente quedó en $2100. En el año 2014 continuó el proceso para que el precio del agua para consumo humano fuera de $1800 pesos por caneca de 55 galones.

-De nuevo tiene razón, doña Gota, pero me hace usted recordar que para el año 2006 se realizó un diagnóstico participativo organizado por Acnur, que arrojó, entre tantos otros resultados, la urgencia de construir un espacio para la educación

de los menores habitantes de la montaña, que se encontraban desescolarizados por motivos económicos, así como por la dificultad para desplazarse hacia los colegios de barrios aledaños, como El Altico y el Divino Niño, y otros más alejados ubicados en el centro de Soacha.

-Que interesante, querido Árbol, ¿se han generado cambios a partir de los resultados expuestos en dicho diagnóstico? –preguntó doña Gota.

-Seré sincero, amiga mía –responde el señor Árbol– solo se han presentado cambios en cuanto a la demanda de necesidades, puesto que cada que llega un habitante requiere de un empleo, atención en salud y, si arriban con niños, estos requieren de atención educativa, pues lo que se ha podido demostrar es el crecimiento demográfico del sector. Sin embargo, yo respiro aires de esperanza, pues los habitantes de Altos de la Florida no cesan de luchar por cumplir sus metas y objetivos, y cuentan con el apoyo de diferentes agencias de Naciones Unidas y otras entidades en esta tarea.

Un avance al respecto, luego de tanta perseverancia, es que se construyó en 2009 el tan conocido Polifuncional gracias al apoyo de Un Techo para mi País y Naciones Unidas, organizaciones que escucharon y atendieron la necesidad de un espacio propio puesto al servicio de la comunidad; el lugar es agradable y se dividió en tres sedes contiguas que, como lo dice su nombre, cumple varias funciones: la primera sede, que es la de madera, se construyó con el objetivo de que fuese un sitio de encuentro para jóvenes, ancianos y adultos; la segunda se

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hizo con el fin de dictar clases dirigidas a los niños, y, la tercera, para que fuera un centro de salud, pero este solo se utilizó unos días, puesto que la atención de las brigadas de salud eran esporádicas y en la actualidad este espacio se encuentra vacío, tal vez porque, como lo manifiesta un líder comunitario, “el municipio no ha querido apropiarse del tema de la salud en Altos de la Florida”.

Volviendo al tema de los terrenos ilegales, hacia el año 2009 se presenta una orden de desalojo, debido a que los dueños de una parte del terreno hicieron su debida reclamación. ¡Imagínese usted, señora Gota! Cientos de niños que pudieron quedar expuestos al frío y a la tempestad sin un hogar en el que vivir, luego de tantos esfuerzos de sus padres para brindarles un refugio.

–Y ¿qué pasó entonces?, cuénteme, señor Árbol, ¿debieron marchar esas familias en busca de nuevas tierras?

–Imagínese que, gracias a la intervención de algunas organizaciones –respondió don Árbol–, esto no fue necesario; se logró mediar en este conflicto a través del diálogo y llegar a acuerdos que más adelante se discutirían en mesas de trabajo entre las partes interesadas. Un amigo mío del sector me contó que lo de la orden de desalojo fue entre 2009 y 2010; lo de la orden de desalojo; en ese proceso se creó la Asociación de Viviendistas de Altos de Florida (Asovialflo) que trabaja para el tema de legalización y titulación de predios.

De hecho, según me contó también una vecina, se están haciendo los levantamientos topográficos predio

por predio, costeados por el PNUD y la Acnur, quienes aportaron los recursos para que se llevarán a cabo en los cuatro sectores de Altos de la Florida; esos insumos se trasladarán a la Alcaldía de Soacha para legalizar los sectores I y II, en principio; quedarían pendientes el sector de El Retiro, que está dividido entre la parte urbana y la rural del municipio, al igual que el tercer sector, que no se podrían legalizar hasta que no haya un nuevo plan de ordenamiento territorial.

Pero ahora, que sobre si se marchaban o no las personas –dice el señor Árbol– recuerdo que hacia 2007 empezaron a operar dos empresas urbanas que contaban con rutas hacia Altos de la Florida, solicitadas por la misma comunidad: Cootrasucre y Coopcasur, -pero en un corto horario, pues solo trabajaban desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, lo que significaba una ayuda limitada, pues las personas salen de sus trabajos a horarios aproximados entre cuatro y seis de la mañana, regresando a sus hogares en las horas de la noche; además, debe tenerse en cuenta que los sitios donde labora gran parte de la comunidad están en Bogotá.

Otro suceso de gran importancia para los habitantes del sector, señora Gota, es la construcción de ese parque, ¿si lo ve? –pregunta el Árbol–

–¡Por supuesto! –responde doña Gota–, cuénteme esa historia.

–Está bien –responde el Árbol–: en 2010, un hombre vestido de verde llegó con muy buenas ideas para que existiera un sitio de esparcimiento para niños, jóvenes y adultos. Este hombre caminaba con altivez

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y propiedad, no sentía miedo de nada; sin embargo, se veía que tenía un buen corazón ya que generó nuevamente la movilización hacia este lugar; llegó desde el más chico hasta el más grande, arribaron maquinas gigantescas que empezaron a cavar la tierra; después se unieron más hombres vestidos de verde, ¡y estos sí que ayudaban!; unos hablaban con los niños, otros hacían de comer, cada uno realizaba una actividad diferente; hasta vino gente con unas gorras de color amarillo a los que todo el mundo les decía “ingenieros”; estos hombres vestidos de forma extraña nuevamente dieron felicidad a toda la población.

Déjeme contarle, señora Gota, que a pesar de todo lo que han tenido que pasar mis amigos los humanos en estos Altos, se han visto avances a través de los años, puesto que cuando se conformó el sector no había un sitio donde los niños pudiesen ir a estudiar, como ya lo había mencionado en algún momento de mi relato, pero también, recuerde usted, que al hablarle del diagnóstico participativo de 2006 mencioné la idea de construir un espacio con fines educativos para niñas y niños.

Pues permítame darle la buena noticia de que en el año 2009 se puso en marcha la construcción de este espacio, que terminó en lo que hoy se conoce como “Las Aulas”; este es un proyecto conjunto entre el Fondo de Seguridad Humana de las Naciones Unidas y ocho agencias del sistema, siendo Acnur la encargada de desarrollarlo de manera mancomunada con la misma comunidad beneficiaria.

Hay muchos niños que se benefician del trabajo que se hace en Las Aulas, pero

siguen estudiando en colegios municipales o departamentales como el Eduardo Santos, los Libertadores, la Florida, Manos Unidas, San Agustín, Joaquín Montoya y Jardín Minuto de Dios en el centro de Soacha o en la Comuna VI, lugares distantes a los que caminan por más de treinta minutos, ya que las rutas de transporte no son regulares y pagar pasaje les genera costos adicionales que la familia no puede asumir, situación que asusta a los niños, niñas y jóvenes pues se sienten inseguros en los trayectos que deben hacer a pie (Acnur, 2006-2007).

Los jóvenes de este sector son otro tema importante: ellos también han tenido que enfrentarse a las inclemencias y hostilidades del diario vivir. Quiero contarle que en 2012 se realizó una crónica en la que se identificó que los líderes juveniles también contribuían a la búsqueda del avance de Altos de la Florida; en ella uno de ellos afirma:

Estaba trabajando, junto con varios amigos, en la realización de un programa de televisión llamado Zona Juvenil en que se pretende mostrar las diferentes actividades culturales y deportivas a las que se dedican los jóvenes en los barrios que circundan la comuna. Más adelante nos hablaría también sobre su intención de organizar conciertos con artistas locales que ya tiene en su haber una presentación musical para el disfrute de la comunidad, como una iniciativa de emprendimiento cultural y social (ONU, 2012, p. 2).

–En este mismo año, imagínese, doña Gota, que hubo una fuerte tormenta y un rayo partió la cruz principal del Cerro de

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Las Tres Cruces; entonces los habitantes, desconsolados por aquel gran suceso, fueron al lugar acompañados del párroco Alfonso Guerrero y colocaron nuevamente la cruz.

–Don Árbol –indaga doña Gota– hace un rato usted mencionó que la gente trabajaba en algunas actividades que afectaban el medio ambiente; quiero saber si ya no trabajan en eso, entonces: ¿cómo sobreviven estas personas ahora?

La actividad económica de las personas habitantes de la gran montaña, mi Doña –responde el señor Árbol–consiste en labores como el reciclaje, cotear o cargar bultos en la Central de Abastos, la construcción, la venta de dulces u otros productos en los buses y semáforos, trabajos que desempeñan comúnmente los hombres; en el caso de las mujeres, se emplean generalmente como empleadas domésticas.

La calidad de vida de las personas se ha visto afectada, no solo por la falta de oportunidades laborales en la lucha por el sostenimiento económico, sino además porque en la zona existían pocas tiendas de abastecimiento, siendo estas muy costosas, ya que para sus propietarios era muy difícil subir las mercancía por las vías de acceso; muchos de los habitantes preferían bajar al mercado de Soacha a comprar los elementos de su canasta familiar.

Hacia el año 2013, doña Gota, las personas buscaban mitigar la falta de empleo a través de las huertas caseras; es por esto que los suelos de esa montaña se aprovecharon para que las personas hicieran huertas

comunitarias, con la financiación del Fondo de Seguridad Humana de las Naciones Unidas, a través de su programa “Por una Soacha más humana”, con la participación de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), institución que posee magia, deja destellos de esperanza por donde pasa y todo lo hace con la tenacidad que solo un guerrero pone a sus metas, siempre con la mejor intención de apoyar a las familias para que por medio de la agricultura urbana trabajen por su alimentación, busca la capacitación y el empoderamiento a través de dinamizadores que se encargan de hacer acompañamiento a las familias en pro de la conservación de huertas, apoyando a los habitantes con el aporte de los insumos y de profesores capacitados que contribuyen en enseñarles a sembrar, para que a través de cuidados especiales se conserven dichas siembras.

Debo contarle, doña Gota, que hace poco sentí cómo por mis hojas me invadía la alegría, pues hace unos meses la felicidad fue absoluta gracias a que en Las Aulas se empezaron a dictar clases de manera formal, exactamente el día 18 de febrero de 2015, ya que, por la misma necesidad de educación, la comunidad, de nuevo organizada, estuvo al pendiente de que por fin hubiese un colegio que atendiera y certificara los estudios de aquellos pequeños, ávidos de nuevos aprendizajes; sobre esto escuché que decían:

“¡Hoy fue el primer día de clases! Ahora sí, con profesores enviados por la Secretaria de Educación, se está cursando del grado cero hasta quinto de primaria y ¡hoy fue el primer día de clases!; por fin podemos decir que la Alcaldía envió docentes para Altos de la Florida”.

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¡Fue tanta la alegría! Entre otras cosas porque, como lo comentó un habitante de este sector, este había sido un proceso de arduo trabajo de las Naciones Unidas y algunos representantes de la comunidad que, durante extensas reuniones llevadas a cabo con la Alcaldía Municipal, ejercieron presión sobre los representantes de dicha administración hasta que ellos se apropiaron del tema y, puesto que la infraestructura ya existía, lo único que faltaba eran docentes para dar inicio a un sueño de la población y especialmente de los niños, lo que se logró finalmente.

Estos sucesos han marcado la historia de esta comunidad, doña Gota, porque cada uno de ellos relata la travesía que han afrontado sus miembros, que dan todo de sí por subsistir ante las inclemencias de la vida y que, a pesar de que las cosas no han sido fáciles, su amor hacia Altos de la Florida continúa creciendo y fortaleciéndose para lograr obtener por fin la legalización y celebrar la titulación de sus predios.

–¡Uy! Amigo Árbol, en este recorrido histórico he realizado mis propias conclusiones, como el que hay que enfrentarse a terrenos hostiles de desolación con la plena convicción de que se puede dar cumplimiento a nuestras metas y objetivos; pero, también he notado que existen seres que trabajan en equipo, que se apoderan de la necesidad del prójimo, mientras que otras personas, para las que no es fácil saber que no cuentan con la preparación educativa suficiente para dar solución a diversos problemas, creen que por esta u otra razón no

pueden hacerlo; y ¡¿qué me dice de el empoderamiento de algunos habitantes por hacer de su sector un lugar visible ante la sociedad?!; sin embargo, yo si quiero contarle algo:

He sabido que en la actualidad una institución llamada UNIMINUTO, Centro Regional Soacha, a través de su Programa de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, está aportando a la construcción social, que necesita de toda la atención, y dando un paso hacia la solución de las múltiples problemáticas que ya se han mencionado con anterioridad; es así, amigo, que dicha institución está llevando a cabo un trabajo que tiene por objetivo dar un giro a la realidad que se vivencia en un pequeño espacio en el mundo como lo es Altos de la Florida.

Colofón

Este sector está conformado por asentamientos informales, mal llamados “barrios ilegales”, problemática que tiene su origen en la década de los noventa y se mantiene en la actualidad. El presente documento de reconstrucción de memoria se elaboró considerando la pertinencia de contar con las voces de los actores partícipes de los hechos de mayor importancia ocurridos en el sector, desde su propia percepción, dando lugar a la participación de la comunidad en dicho proceso.

Reconocer la historia y, particularmente, la remembranza que se construye desde la carencia en lo cotidiano, puede ayudar a generar transformaciones positivas en el entorno, identificando aquellos

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hechos que afectan el transcurrir del día a día de los pobladores del sector; tener estos hechos frescos y presentes en la memoria reduce la probabilidad de reproducir sistemáticamente los mismos errores.

Es imperativo resaltar la participación de los líderes comunitarios, personas activas en la reconstrucción histórica del sector, cuya memoria de los procesos, los hechos y las situaciones que se han presentado desde el asentamiento de los primeros pobladores de la zona, contribuyó de forma eficaz a la visibilización de una realidad que puede ir más allá de lo que la imaginación permite...

Buscar el punto de partida para narrar un camino recorrido, parte necesariamente de la remembranza, de la añoranza de otros tiempos: “(...) La evocación del recuerdo es, por lo general, hacia el pasado, y es una acción que siempre se realiza en un presente efímero con deseos de futuro (Molina, 2010, p. 70). Se entiende ello como la proyección del futuro ideal, en un presente rápido, con el propósito de no replicar el pasado. Para ahondar en la reseña histórica del contexto, se hace necesario precisar, antes, cómo se configura la estrategia de abordaje para entender la realidad.

Es la Reconstrucción del pasado, el momento en el que se busca identificar por qué sucedieron determinados hechos; para ello, se alude a la elaboración de preguntas que permitan obtener información en torno a la conformación del barrio y de los acontecimientos que para los participantes resultan ser precedentes en la conformación del asentamiento informal.

El presente del pasado y del futuro fue imprescindible para que los participantes identificaran a las organizaciones y las intervenciones que, según su criterio, dejaron un legado en el sector por diferentes acciones que llevaron a cabo y han modificado el presente del mismo.

Respecto a la recolección de información, se realizaron tres acciones: revisión bibliográfica previa, entrevista y relato de vida. Vicencio la describe como el “(...) desarrollo del método hermenéutico de consulta para realizar una lectura eficiente de los escritos –libros, revistas, periódicos, documentos digitales, etc.– que se relacionen con el tema, que aporten al conocimiento al replantear una realidad” (2011, p. 30).

Posteriormente, se estructuró el instrumento propio para la entrevista, de manera tal que estuviera delimitado y centrado en los datos deseados, y que a su vez permitiera ahondar en los sucesos de mayor relevancia según las necesidades de indagación; Vicencio define la entrevista como una “(...) técnica de recolección de información (…) puede estar dirigida a un individuo o a un número reducido de sujetos, además incluye un número mayor de preguntas que la encuesta” (2001, p. 21).

Seguido de esto, se utilizó el relato de vida, que a su vez puede entenderse desde el enfoque biográfico. Este instrumento se aplicó a algunos habitantes del sector, quienes narraron de manera precisa sus recuerdos respecto al devenir histórico de su contexto, incluso desde antes de la llegada de sus actuales pobladores. “El relato de vida debe ser considerado como

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el estudio del modo en que un fenómeno se constituye biográficamente en la forma del individuo” (Cornejo, Mendoza y Rojas, 2008, p. 33); este instrumento se aplicó en la presente reconstrucción en la medida en que permitía, a través de un sujeto, encontrar la relación entre lo documental ya revisado y lo que se proyecta desde la realidad vivida.

Con el objetivo de dar a conocer la información recogida mediante técnicas ya mencionadas, se recurrió a la narrativa como estrategia discursiva y contrargumentativa, pues permite leer la realidad de una manera coherente, mantiene el hilo conductor y hace posible plasmar los sentires de la comunidad tal como son expresados, es decir, el verbo de la realidad.

Al respecto, reconoce White:

(…) En el ámbito de los estudios históricos, la narrativa no ha solido ser considerada ni como producto

de una teoría ni como la base de un método, sino más bien como una forma de discurso que puede o no utilizarse para la representación de los acontecimientos históricos, en función de si el objetivo primario es describir una situación, analizar un proceso histórico o bien contar una historia” (citado por Mendoza, 2004, p. 12).

La narrativa que se ha utilizado en el relato previo pretendió abordar con un viso literario la reconstrucción histórica del sector, vinculando en el cuerpo narrativo las voces de aquellos que recuerdan cómo empezó esta historia narrada a través del cuento como ejercicio que permite despersonalizar y recrear desde la imaginación el devenir de las personas, pues, como dijo Gabriel García Márquez: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla” (2002, p. 1 –epígrafe–).

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Figura 3. Fotografía El antiguo árbol del amor: el poblador más viejo de Altos de la Florida (C. Lombana, 2014).

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Entre lo urgente y lo importante:Una comprensión socioeconómica

de Altos de la FloridaLiliana Milena Castro Bastidas 1

Resumen

“Entre lo urgente y lo importante: una comprensión socioeconómica de Altos de la Florida”, surge a partir del ejercicio que adelanta la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO en el marco del programa Construyendo Soluciones Sostenibles, desarrollado de manera conjunta entre PNUD, Acnur y la Alcaldía Municipal de Soacha. El texto establece la comprensión del territorio desde el área socioeconómica de las familias que habitan el sector de Altos de la Florida, a partir de la visión de las categorías población, calidad de vida e infraestructura socioeconómica, que permiten conocer elementos relacionados con el capital humano, la estratificación, las actividades económicas y laborales, los ingresos, el tamaño del hogar y la vivienda, la salud, los servicios públicos, la educación y la infraestructura vial, teniendo presente el índice NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas), que para Cundinamarca era del 13,2 % en 2009 y que de forma sincrónica se ha mantenido en el municipio y en el departamento.

Palabras clave: Accesibilidad a servicios, calidad de vida, condiciones sociales, estructura social.

Abstract

The article named “Between Urgent and Important” Is a comprehensive study about the socioeconomic conditions in of the neighborhood called Altos de la Florida, it started as a product of the research work “Building Sustainable Solutions” that was developed in collaboration with UNHCR - UNDP and the University Corporation Minuto de Dios and Mayor´s office of Soacha. This article establishes a comprehensive view of the socioeconomic status of the families living in the territory of Los Altos de la Florida, from the perspective of categories such as: population, quality of life and socio-economic infrastructure. These factors are informed by the elements related to the value of human resources, stratification, economic and working activities, income, the size of household and housing , health, public facilities, education and road infrastructure, taking into account that the rate of NBU (unsatisfied basic needs), for Cundinamarca was of 13,2 % in 2009 and it has kept this synchronous behavior since that year in the municipality and in the Department.

Keywords: Social Conditions, quality of life, social structure, accessibility of social services.

1 Trabajadora social egresada de la Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca, con experiencia en investigación social cualitativa; actualmente se desempeña como docente de Investigación Social del programa de Trabajo Social en la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO Centro Regional Soacha. Correo electrónico: [email protected] .

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Presentación

En un país como Colombia, el resultado de la implementación de un modelo económico capitalista ha hecho que la población se establezca en lugares de difícil acceso y con precariedad de recursos; a estos, han llegado personas que viven el desplazamiento, el conflicto armado y muchas otras problemáticas con las que se enfrentan a diario, con el ánimo de mejorar sus condiciones de vida.

Como refiere Escobar (2000), las situaciones de emergencia social se presentan cuando:

(…) El acceso a la sociedad del riesgo se produce en el momento en el que los peligros que la sociedad decide ahora y produce consecuentemente, socavan o anulan los sistemas de seguridad establecidos por el cálculo de riesgos existentes en el estado de bienestar (p. 120).

Altos de la Florida no es ajena a esta situación; allí se encuentran miles de personas que se han instalado en estos terrenos para tratar de mejorar su calidad de vida en términos de sus relaciones sociales y económicas, resolviendo lo urgente más no lo importante; pero, a su vez, dando respuesta a las dinámicas propias del territorio, nacen líderes que representan las ideas de sus pobladores y que propenden por el desarrollo del sector, aun sin contar con los recursos necesarios, pero sí con la actitud y la capacidad de motivación que merece la situación.

Las acciones ligadas al área socioeconómica del sector, forman parte de la comprensión socioeconómica del mismo. Es importante mencionar que los hallazgos se basan en lo recolectado a través del ejercicio de

caracterización poblacional, elaborada en el contexto en mención, durante el segundo semestre de 2013. Desde estas dinámicas se empezará a consolidar el proceso de comprensión que tendrá en cuenta los cambios en las características socioeconómicas del territorio en estudio.

La cercanía de Bogotá ha sido uno de los elementos que ha minimizado el impacto generado por la pocas garantías de mejorar de calidad de vida que tienen los pobladores del municipio de Soacha, esto en razón a que la ciudad le permite a algunos de ellos acceder a los servicios que conectan al municipio con la capital, alimentando de esta forma la tan llamada “conurbación del sur”; es decir, el crecimiento urbanístico sectorizado del corredor sur de acceso a la capital de la República.

Es imperativo recordar que para la década de los sesenta se comienza a hablar del incremento de la densidad poblacional en el municipio, que ha llegado a trasladarse a sectores que eran considerados rurales, como el abordado, que fue creciendo gracias a los flujos migratorios, observando un uso desordenado del suelo, y que, hoy día, rompe con el paradigma de que solo la urbanización se daba en los suelos urbanos.

Población

Según el censo poblacional de 2013, Altos de la Florida cuenta con dos mil cuatrocientos treinta y nueve (2439) habitantes, de los cuales el 46 % son mujeres y el 54 % restante, hombres. Esta población está compuesta por 217 familias en el sector 1, 186 en el sector 2, 197 en el sector 3 y 136 en el sector cuatro. En la Figura 4 que se presenta a continuación, se puede apreciar la densidad poblacional del sector en estudio.

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de Altos de la Florida

Figura 4. Fotografía Construyendo: union comunal plasmando un sueño. (C. Lombana, 2014).

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Capital humano De acuerdo con la caracterización poblacional, la tasa de analfabetismo es del 4,8 %, seguida de la población con educación primaria, con el 41,9 % y secundaria con el 32,8 %; solamente el 0,2 % de la población cuenta con estudios superiores (ver Figura 5).

El último año cursado, con mayor frecuencia, es quinto de primaria, seguido del bachillerato completo. Las personas que cuentan con primaria son aquellas que se encuentran en edad productiva, es decir, mayores de dieciocho años; sin embargo, son aquellas que se fortalecen a través de la formación para el trabajo ofrecida por diferentes entidades que promueven acciones en el territorio como PNUD y Acnur con sus operadores en el territorio, Corporación Dios es Amor –CDA y la Corporación Kairós, entre otras, que brindan la esperanza a estos pobladores de construir empresa y organizarse para ser productivos en el futuro; actualmente el

sector cuenta con doscientas (200) personas que han tenido acceso a la formación para el trabajo. Calidad de vida

Este aspecto relaciona los ítems de necesidades básicas insatisfechas a partir de los servicios sanitarios, estratificación, actividades laborales y económicas, ingresos y tamaño del hogar y la vivienda.

Necesidades básicas insatisfechas

Una de las formas de evaluar la calidad de vida de los habitantes de Altos de la Florida es a través de las NBI; se debe mencionar que para el año 1993 Soacha contaba con un índice aproximado del 27,66 % (Alcaldía Soacha, 2008, p. 18), el cual era mayor al índice presentado por el Departamento de Cundinamarca y por encima del presentado por la ciudad de Bogotá. Dicho índice ha sido históricamente objeto de comparación con estos dos contextos, el departamental y el distrital. Altos de la Florida, como ejemplo

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Figura 5. Caracterización poblaciónal de Altos de la Florida municipio de Soacha, Cundinamarca, 2013.

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de Altos de la Florida

Figura 6. Fotografía Edificación: estructura habitacional(C. Lombana, 2014).

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de dichas cifras, evidencia la brecha significativa frente a los otros contextos mencionados, con hogares que no cuentan con servicios sanitarios adecuados. Este tema está ligado a dos servicios públicos fundamentales que son el de agua y el de recolección de basuras. La relación de hogares que cuentan con agua paga y con agua no paga es de cuarenta y nueve (49) hogares para el sector I, veinte (20) para el sector II, ochenta y ocho (88) en el sector III y veintitrés (23) en el sector IV. Es importante mencionar que la población refiere que, en especial en los sectores III y IV, realizan tratamiento de aguas; sin embargo, en general la población debe valerse del reciclaje de aguas lluvias para su uso en algunas labores del hogar e incluso para consumir en las ocasiones que el carro tanque que les suministra el líquido se demora en subir al sector.

Respecto a las basuras, las familias suelen realizar reciclaje, reutilizando el papel, el PET2 y el vidrio, con los cuales encuentran la posibilidad de adquirir ingresos adicionales para su sostenimiento. En cuanto a la recolección de basuras, se observa que la mayoría de los hogares de los cuatro sectores esperan al camión recolector y un número menor de habitantes realiza quemas o deja las basuras al aire libre.

El tratamiento del agua y de las basuras ha traído consigo el aumento de enfermedades gastrointestinales, a las que no logran dar el adecuado manejo debido a las dificultades en la disponibilidad y el acceso a los servicios de salud.

Estratificación

En el territorio se evidencia el proceso de acceso a bienes y servicios cercanos a la cabecera del municipio de Soacha, encontrándose que 693 hogares pertenecen al estrato uno, contando con mayor número de familias ubicadas en el sector I y II, seguido de las familias que pertenecen al estrato cero con un aproximado de treinta y cinco (35) familias en todo el contexto, observándose mayor representatividad en el sector IV. Estas cifras están ligadas directamente al proceso de conurbación que vive actualmente Altos de la Florida.

Actividades económicas y laborales

El mayor porcentaje de la población trabaja como independiente (470 personas), seguido de quienes laboran como empleados (467 personas), como se presenta en la Figura 7; al respecto, es importante mencionar que estas personas se consideran empleadas por el hecho de recibir el pago a través de un tercero por la prestación de un servicio o actividad laboral, así no se les garanticen las condiciones prestacionales mínimas como el pago de salud y pensión.

La situación socioeconómica de las familias está íntimamente ligada a las diversas actividades laborales que efectúan, las cuales van desde el reciclaje, el apoyo en construcción, la celaduría y el servicio doméstico, entre otras. Siendo las labores asociadas al reciclaje y la construcción las que muestran mayor preponderancia en el territorio, estas están dadas a partir de los niveles académicos, los que, en un gran número, no sobrepasan la básica media; muy pocos logran acceder a la

2 Polietileno38

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de Altos de la Florida

educación superior. Estos parámetros también marcan el nivel de ingresos de los hogares del territorio.

Las variaciones en la actividad laboral determinan el grado de acceso y disponibilidad que tienen las familias del territorio en mención, y la posibilidad de adquirir bienes y servicios depende de la dinámica de movilidad y transporte.

Según las percepciones del sector frente a sus actividades económicas, se concluye que sus lugares de desempeño son Soacha y Bogotá, por lo que el cumplimiento de su actividad requiere de mayor esfuerzo y sacrificio de los tiempos de estadía con la familia.

Aunque en el territorio se recicla, quienes se desempeñan en esta actividad lo hacen en Bogotá; infortunadamente, para algunos de ellos esta forma de trabajo se ha visto cada vez más limitada, debido a las restricciones que tiene la capital frente a la movilidad de los equinos que son su medio de transporte; que, además, se han hecho extensivas al municipio de Soacha.

Ingresos

Para el periodo 2008-2011, bajo la administración del alcalde municipal José Ernesto Martínez, se elaboró la Política Publica de Desarrollo Económico Incluyente para el municipio de Soacha; esta buscó generar empleos dignos y formales para los habitantes de Soacha de los sectores más vulnerables. El Plan de Desarrollo Económico Incluyente (2008) refiere:

La Política Pública de Desarrollo Económico Incluyente del municipio de Soacha tiene como fin contribuir al mejoramiento de las condiciones socioeconómicas de los y las ciudadanas de Soacha, a través del fortalecimiento de los procesos de desarrollo económico local y la inclusión de la población vulnerable a estos procesos de manera participativa y equitativa logrando minimizar las condiciones de pobreza y pobreza extrema del municipio (p. 11).

Figura 7. Actividad económica de Altos de la Florida (Caracterización poblacional Altos de la Florida municipio de Soacha Cundinamarca, 2013-2014, Corporación Universitaria Minuto de Dios –UNIMINUTO Centro Regional Soacha (2014).

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Sin embargo, con el fin de contextualizar las diferencias entre el ser y el deber ser, es necesario mencionar que en este sector ochocientos veintitrés (823) habitantes manifiestan realizar alguna labor, la que consideran un trabajo, por la que reciben, en su mayoría, menos de lo considerado a la fecha en que se hizo la investigación como un salario mínimo legal vigente (SMLV). Para recordar, en el año 2013 el SMLV fue de $589 500 pesos sin el subsidio de transporte; junto con este monto daba un total de $660 000 pesos mensuales (Circular N° 00000002 de MinTrabajo), suma que tan solo el 12,5 % de los habitantes de Soacha percibieron en el año mencionado; el 39,1 % obtuvieron ingresos menores a los $300 000 pesos y el 47,14 % recibieron ingresos entre los $300 000 y los $600 000 pesos. Es llamativo registrar que en este sector aún se encuentra el 1,2 % de la población que, a pesar de realizar una actividad económica, no reciben ingresos monetarios y sus labores son pagadas en la modalidad de especie. Es quizá contradictorio pensar que el sector de Altos contó con la posibilidad de implementación de la política de desarrollo económico, pues su objetivo no tuvo aplicabilidad en el 86 % de los habitantes de Soacha que trabajan para sostener sus necesidades básicas.

Tamaño del hogar y la vivienda

A partir de varios proyectos, incluyendo el programa Construyendo Soluciones Sostenibles, se han generado algunas mejoras con respecto a la estructura habitacional y el tema de tenencia de la tierra sigue siendo de interés prioritario para los habitantes de la zona; para

ilustrar lo anterior se relacionan algunas características propias de los diferentes sectores y que dan cuenta del tipo de vivienda y las condiciones en las que se encuentran sus unidades habitacionales.

Los sectores I Y II presentan una connotación diferente al III al IV, en cuanto que los tipos de vivienda con los que cuentan son, en su mayoría, casas, casa-lotes y lotes, que fueron adquiridos a través de recursos propios y por aportes de fundaciones. Este último (lotes), prima en el sector I; el 90 % de las familias ubicadas en estos dos sectores cuentan con promesas de compra-venta y un número inferior al 1 % cuenta con la legalización total de su terreno.

En el sector III y IV la realidad es diferente, ya que sus habitantes comienzan a hablar de prácticas de inquilinato, sin desconocer que allí también se encuentran casa-lotes y lotes familiares, que igualmente son adquiridas por recursos propios, aunque también se emplean mecanismos como los préstamos gota a gota que se convierten en una estrategia que, aunque es de fácil acceso, requiere del sacrificio diario de las familias para lograr el pago de sus predios; en estos sectores priman las promesas de compra-venta. En los terrenos de las familias que no cuentan con ningún proceso escritural de sus viviendas, ni de sus terrenos, los materiales de construcción son diferentes, pues a los mencionados anteriormente se les suman las latas y la tela asfáltica, y aunque persiste el uso del sanitario, hay un número considerable de viviendas que cuentan con letrina y pozo séptico. Con respecto a las familias que comparten la vivienda, se encuentra que el número fluctúa entre uno y tres núcleos familiares habitando en cada

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de Altos de la Florida

Figura 8. Fotografía Techos: aspecto de Altos de la Florida, en el que se pueden apreciar los tipos de vivienda y de materiales de construcción usados genéricamente en la zona (C. Lombana, 2014).

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una de ellas; sin embargo, esta dinámica es cambiante en algunas temporadas del año, especialmente en los meses de junio, diciembre y enero, cuando el número de población flotante tiende a aumentar, según lo relatado por sus habitantes. Las condiciones del terreno, tanto físicas, ambientales de seguridad y de acceso al contexto, no son un impedimento para la consecución de vivienda a bajo costo para las poblaciones que llegan a vivir al sector.

Estas unidades habitacionales se encuentran en obra gris y obra negra, y los materiales más utilizados para el levantamiento de sus viviendas son el ladrillo, la madera y las tejas de zinc (ver Figura 7). Es de resaltar que, aunque un gran número de viviendas cuenta con dotación de mobiliario sanitario, aún se siguen encontrando letrinas y pozos sépticos a pesar de la cercanía al área urbana del municipio de Soacha.

Infraestructura

El tema de infraestructura será abordado a partir de las percepciones frente a los ámbitos de educación, salud, servicios públicos e infraestructura vial.

Educación

Al hablar de este tema no solo se tendrán en cuenta las cifras de desescolarización o los niveles educativos evidenciados en la población, sino que se tratarán de visibilizar los procesos que han desarrollado instituciones tanto del sector público como del privado y del denominado “tercer sector”, con el ánimo de garantizar una calidad educativa en términos de acceso y permanencia a niños, niñas, adolescentes,

jóvenes y adultos, que regularmente deben hacer largos recorridos para acceder a la educación formal o al trabajo en los sectores urbanos del municipio de Soacha que cuentan con reconocimiento estatal.

Un elemento que minimiza esa afectación es contar con una institución educativa dentro del territorio y que actualmente funciona como una sede de extensión del colegio Eduardo Santos; el lugar es conocido por sus pobladores como “Aulas”, un espacio que le permitió a doscientos (200) niños y niñas obtener educación primaria con el auspicio del programa Construyendo Soluciones Sostenibles TSI3 ; el lugar también fue el espacio de reunión y fortalecimiento de los líderes comunitarios que buscan el desarrollo del territorio y el mejoramiento de la calidad de vida de sus pobladores. Sus residentes también cuentan con el “polifuncional”, un espacio físico donde se trabaja con los jóvenes, desarrollando talleres de formación, gestión de iniciativas económicas y de producción que generan ingresos para el conglomerado.

Las múltiples instituciones que hacen presencia en el sector ofrecen capacitaciones relacionadas con el fortalecimiento personal, la formación para el trabajo, promoción social y gestión de proyectos productivos entre los que se encuentran la elaboración de tejidos, huertas caseras, confección y otros.

Salud

Este aspecto en el sector constituye una realidad compleja, ya que no se cuenta con un centro de atención primaria en salud. La percepción es negativa frente a los servicios de atención médica que

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de Altos de la Florida

reciben directamente en los hospitales del municipio, razón por la cual los habitantes se refieren a ellos como los “morideros”; son muchas las historias de sus pobladores que hacen que hoy lo referente al modelo de atención en salud este considerado de esta forma. Lo anterior está relacionado con la dificultad que tienen los ciudadanos para el desplazamiento en caso de urgencia hasta los hospitales que están ubicados en Soacha o Bogotá sur, pues se les hace complejo suplir esta necesidad vital, como resultado del precario acceso vial.

El 70 % de la población pertenece al régimen subsidiado, mientras que el 20 % está en el régimen contributivo. El 9,3 % restante, aparece en la categoría vinculado, es decir que no está ni en el régimen contributivo ni en el subsidiado. Las principales EPS que prestan el servicio de salud son Comparta, Caprecom, Humana Vivir, Convida, Ecoopsos y Salud Vida; adicionalmente, el 2,5 % de la población se encuentra en situación de discapacidad.

En el sector se desarrollan acciones atemporales y discontinuas, entre las que se encuentran las jornadas de recolección de residuos y de arborización; asimismo, se llevan a cabo programas de promoción y prevención (PyP): jornadas de vacunación a niños, niñas, jóvenes y adultos mayores, y promoción de los servicios de salud sexual y reproductiva; sin embargo, estas acciones llegan más a los sectores I y II que a los sectores III y IV.

Servicios públicos

La Alcaldía Municipal de Soacha y la Gobernación de Cundinamarca adelantaron la contratación de los

estudios de riesgo de remoción en masas con el fin de definir la legalización y, por ende, el futuro de los servicios públicos; mientras estos planes llegan a la realidad del sector en cuestión, durante el censo poblacional se encontró que los habitantes de los cuatro sectores identificaron como servicios públicos el agua, la luz, el gas, el teléfono, el alcantarillado y la recolección de basuras. De estos, el que quizás ha generado mayor controversia en los pobladores y en las entidades municipales correspondientes es el del agua, pues los habitantes sienten indignación frente al pago que deben hacer con respecto a este recurso vital, ya que consideran que no es justo en la medida en que el suministro se da en precarias condiciones y el líquido no es potable.

Con respecto al alcantarillado, puede decirse que la zona carece de un sistema funcional; los habitantes han desarrollado diferentes mecanismos para evacuar las aguas negras de sus hogares en pro de un ambiente “saludable”; sin embargo, las relaciones entre hombre y medio ambiente han afectado las calles y, en general, el conglomerado social, por la contaminación que han generado.

Gracias a las acciones organizativas desarrolladas por los líderes comunitarios, se ha logrado llevar el servicio de energía eléctrica a algunas estructuras habitacionales; sin embargo, las solicitudes nuevas que han realizado algunos habitantes no han surtido efecto, pues son víctimas de la burocracia y la tramitología que hace inoperante el ejercicio de la garantía de los derechos;

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asimismo, el servicio de gas, necesario para cocinar sus alimentos, debe ser comprado a empresas privadas. Existe una precariedad en la obtención del servicio de gas natural.

En busca de mejorar sus condiciones de habitabilidad y equipamiento, los habitantes interpusieron una acción de tutela en el año 2010 contra la Alcaldía Municipal de Soacha y los entes correspondientes y, para abril de ese año, el Consejo de Estado ordenó a la Alcaldía tomar las medidas pertinentes para garantizar la normalización del barrio y la titulación de tierras con un plazo de cuatro meses; sin embargo, las acciones desarrolladas no han sido estructurales y de fondo; por el contrario, son paliativas, lo que ha generado malestar en la población que no ve ningún avance en la solución de esta situación.

Infraestructura vial

Soacha es un municipio que presenta dificultades frente a la calidad de su infraestructura vial; por sus calles transita un importante número de vehículos incluyendo los de carga pesada. La vía que conecta la Autopista Sur con el sector de Altos de la Florida está invadida por el comercio y hace que se dificulte el acceso al sector. Los habitantes tienen como posibilidad de movilización hasta sus lugares de vivienda el acceso a pie o los medios de transporte públicos formales e informales. Solamente los habitantes del sector I refieren subir caminando, los otros tres hacen uso del transporte informal disponible, que es organizado por algunos propietarios de carros que trasladan a las personas por mil pesos.

En conclusión, lo anterior da muestra de que el territorio cuenta con algunos índices de desarrollo social y comunitario gracias a la labor y el empoderamiento de sus habitantes, pero también de la exigencia del cumplimiento de promesas y fallos que coadyuven al mejoramiento de su calidad de vida y cubran las grandes brechas existentes entre su realidad y los estándares básicos de calidad de vida.

En este contexto surge la movilización de muchas personas en busca de cubrir la necesidad de techo y cobijo, y de asentarse en un territorio seguro y propio. Infortunadamente, este sector refleja aún lo que, desde el año 2012, se evidenció a través del documento elaborado por el PNUD, referente al estado de avance de los objetivos de desarrollo del milenio para Soacha, en el cual se afirma que para esa época el crecimiento económico del municipio estaba estancando, producto de la no convergencia de estrategias que hubieran permitido aunar esfuerzos institucionales.

Quizá, el mayor indicador de este estancamiento es que Soacha aún no logra evidenciar estrategias que le permitan controlar el incremento del empleo informal, y las políticas públicas no posibilitan la generación de empleos de calidad y en condiciones adecuadas de contratación para sus habitantes (PNUD, 2011).

Con respecto a la restitución de derechos fundamentales como la educación, la salud, la vivienda y el acceso apropiado a servicios públicos, aunque ha habido intervenciones realizadas por instituciones públicas y privadas, se siguen presentando graves deficiencias

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de Altos de la Florida

que son evidenciadas en el aumento de necesidades básicas insatisfechas, en un sector olvidado por quienes tienen directa responsabilidad no solo sobre los terrenos, sino sobre las vidas que allí subyacen y emergen todos los días.

Un elemento importante que se debe considerar en este sector es la imposibilidad de incrementar su nivel de desarrollo socioeconómico, lo cual está directamente ligado a la ausencia de cifras reales en cuanto a indicadores como la pobreza y el nivel de desempleo desde el año 2003; sin embargo, las proyecciones hacen que en publicaciones como las de la Mesa Interagencial de Soacha, la Mesa de Análisis de Situación Humanitaria de Soacha y la Alcaldía de Soacha, aseguren en 2012 que “(...) el municipio de Soacha ha reducido la pobreza en los últimos años, pero no a una velocidad que permita alcanza la meta ODM en el 2015” (PNUD, 2011, p. 20).

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Los habitantes de Altos de la Florida aún consideran que este sector percibe posibilidades de desarrollo solo en épocas electorales, cuando las personas adquieren al rango de ciudadanos y aquellos que se dibujan a sí mismos como salvadores los tienen presentes, pero solo para beneficiarse individualmente y poco para el bienestar colectivo. Este panorama deja en entredicho el accionar y la efectividad de la institucionalidad y la presencia del Estado, al percibirse la población del sector en situación de abandono.

Posiblemente, si a los pobladores se les garantizara el derecho que han tutelado a contar con un mínimo vital de agua, se les daría la posibilidad de pensar y actuar en adquirir muchos otros elementos que son de importancia estructural para sus vidas en familia y en comunidad.

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Altos de la Florida:De la ausencia estatal a la formulaciónde políticas públicas territoriales

Rafael Alberto Zambrano Vanegas 1

1Coordinador del Programa de Trabajo Social de UNIMINUTO Centro Regional Soacha. Representante de UNIMINUTO ante el Consejo Nacional para la Educación en Trabajo Social –CONETS. Trabajador Social de la Universidad de La Salle, Magíster en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Externado de Colombia y de Columbia University New York. Correo electrónico: [email protected]

Resumen

Dentro de los resultados sociales de la caracterización poblacional de Altos de la Florida del municipio de Soacha, subyacen los aspectos referidos a la relación existente entre la comunidad residente y el Estado, representado en la institucionalidad municipal, departamental y nacional, desde las intenciones estatales que se han formulado para responder a las necesidades y demandas de la comunidad.

En este sentido, el artículo presenta un análisis de la gestión de las políticas públicas, en el contexto de la relación comunidad-Estado, a partir del modelo de análisis de redes de políticas públicas, en los niveles micro, meso y macro, ya que esta relación ha estado dinamizada por el constante reclamo de la comunidad a partir de la demanda de programas y servicios sociales, equipamientos urbanos, prestación y extensión en la cobertura de servicios públicos domiciliarios y dotación de infraestructuras, que permitan mejorar las condiciones de vida de los habitantes.

Palabras clave: Estado, gestión pública, participación, políticas sociales, problemáticas sociales.

Abstract

The findings characterized by the social makeup of Altos de La Florida, in the municipality of Soacha, an inner relation has emerged between the state and the community which is represented through the intentions from the state institutions to solve the needs and requests from the community.

According to above, this paper establishes an analysis about the public policies at Altos de la Florida, in the context of the relationship between community and state. A model network analysis of public policies was applied at the micro, meso and macro. The community has demanded social programs and services, urban facilities, provision and coverage extension in public services and infrastructures, to improve the living conditions of the inhabitants of Altos de la Florida.

Keywords: State, social policies, public management, participation, social problems.

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Presentación

El territorio de Altos de la Florida en el municipio de Soacha, analizado durante el ejercicio de caracterización poblacional aplicado por el Programa de Trabajo Social de UNIMINUTO Centro Regional Soacha en el año 2013, ha arrojado resultados en términos socioeconómicos, políticos e institucionales que merecen la atención no solo de las instituciones públicas del municipio de Soacha, el departamento de Cundinamarca y la nación, sino también de las organizaciones sociales comunitarias, ONG y de los organismos del Sistema de Naciones Unidas presentes en el territorio desde hace varios años, que han desarrollado una gestión social propia de su misión, acorde con las condiciones sociales de los habitantes, especialmente los organismos internacionales Acnur y PNUD.

Sin embargo, los resultados de la gestión de las políticas públicas municipales y nacionales han sido insuficientes para suplir las crecientes necesidades de sus habitantes, debido a la ausencia de implementación de programas y servicios sociales regulares del Estado y del desarrollo de programas de “discriminación positiva”, diseñados y orientados a satisfacer demandas de grupos sociales particulares.

Altos de la Florida se encuentra ubicado en el sector suroccidental del municipio de Soacha, en la comuna VI; sus habitantes residen en los sectores de Florida Baja, Florida Media y Florida Alta, en condiciones de informalidad y de ausencia de planificación urbana, producto del proceso de invasión de tierras desde comienzos de la década de los noventa, habitados en su mayoría por familias

víctimas del desplazamiento forzado a causa del conflicto armado interno, que ha afectado a Colombia desde la década de los sesenta del siglo XX y que llegaron a Soacha huyendo de amenazas y de acciones violentas, intensificadas en los últimos veinte años, provenientes de diversas regiones del país, especialmente de departamentos de la Zona Andina de Colombia (Boyacá, Santander, Tolima, Antioquia, Zona Cafetera) y de la Orinoquía (Meta, Caquetá).

El territorio carece de cobertura de prestación de servicios públicos domiciliarios, en especial el acceso al agua potable, vivienda, saneamiento, transporte intra e interurbano, vías pavimentadas y, además, carece de equipamientos y mobiliario urbano (espacios públicos y zonas de recreación pasiva), al igual que de centros de salud, colegios, jardines infantiles, comisaría de familia, centros de desarrollo comunitario y estación de policía, entre otros.

Conceptos y alcances de las políticas públicas en el territorio

Para contextualizar, es necesario desarrollar el concepto de política pública, dado que las constantes demandas y necesidades de la comunidad residente en cuanto a vivienda, agua potable, saneamiento, atención en salud, educación, seguridad, vías pavimentadas y espacios públicos, entre otras, obligan a reconocer este concepto y su aplicación al análisis poblacional del territorio en mención.

En el contexto latinoamericano e hispanoparlante, el concepto de política pública presenta una dificultad

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de políticas públicas territoriales

para imaginar y comprender su dinámica y estructura, a diferencia del contexto anglosajón, en el que tres términos determinan el significado de los componentes centrales de su definición en castellano: Policy, que es entendido en castellano como ‘política’, lo que a su vez se comprende como ‘Politics’ (proceso ideológico de competencia por el poder político), o ‘Polity’ (ámbito del Gobierno o la esfera política en oposición a la sociedad civil).

De esta manera, se confunde la lucha por el poder (politics) con lo que se conoce como política pública, el arte de saber qué se hace con el poder una vez este es adquirido (Roth, citado por Ordóñez, 2013).

En este sentido, se entiende por políticas pública, en una definición general, como el conjunto de iniciativas, decisiones y acciones desarrolladas por el Estado frente a situaciones problemáticas, que afectan al conjunto de la sociedad. Para autores como Meny y Thoening, citados por Roth, la política pública “es la acción de las autoridades en el seno de la sociedad, o el programa de acción de una autoridad pública”. Por otro lado, Pierre Müller, citado por el mismo autor, considera que una política pública “designa el proceso por el cual se elaboran y se implementan programas de acción pública, es decir, dispositivos políticos y administrativos coordinados, en principio, alrededor de objetivos explícitos” (Roth, 2004, p. 26).

En el contexto colombiano, autores como Jorge Iván Cuervo, proponen una definición más específica de política pública, en la que se plantea que:

La acción del Estado orientada por el Gobierno, que de una manera coherente, integral, legítima, sistemática y sostenible, busca responder a las demandas sociales y desarrollar los mandatos constitucionales y legales, acudiendo a distintos métodos de análisis, modelos de gestión y criterios de evaluación, con la participación de los actores involucrados en el problema y en la búsqueda de la solución (p. 7).

De acuerdo con el concepto anterior de política pública, para el caso del análisis de la implementación de las políticas públicas en el sector estudiado, la acción del Estado, desde las orientaciones del Gobierno municipal, ha respondido mínimamente a las demandas sociales de la comunidad, sin coordinación entre sus entidades y sin participación de los actores involucrados en las problemáticas del territorio en la búsqueda de soluciones a sus necesidades y demandas, por cuanto la no visibilización de Altos de la Florida en el Plan de Desarrollo Municipal Soacha: “Bienestar para todos y todas” 2012-2015, vigente, y en los anteriores planes de desarrollo ha sido evidente desde la gestión de gobierno.

Ahora bien, los diferentes conceptos de políticas públicas refieren iniciativas y acciones del Estado en su conjunto frente a situaciones problemáticas, estas entendidas como “el conjunto de experiencias observadas o vividas por los sujetos que tienen como resultado conclusiones negativas y que generan consecuencias que difieren de las condiciones deseadas” (Ordóñez, 2013, p. 108).

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Las situaciones problemáticas se derivan de las sensaciones problemáticas, interpretadas como el reconocimiento emocional y psicológico que se desprende de vivenciar la presencia o la existencia de un problema. En esta fase, las comunidades perciben y manifiestan expresiones como “algo está mal” o “me molesta esta situación”, siendo estas el origen de la política pública. La sensación problemática ha sido manifestada por sus habitantes, de manera formal, en los diferentes escenarios de participación, de demandas y reclamaciones realizadas por ellos ante las instituciones de la administración municipal de Soacha en los últimos años.

En este sentido, la sensación problemática deriva de esta forma en “colectivizarse”; es decir, la gravedad de sus consecuencias y el número de afectados, conduce a la existencia de demandas organizadas y concretas que convocan a “hacer algo” por parte de las instituciones del Estado y de los gobiernos departamental y municipal, que para el caso del contexto abordado, son necesidades complejas y de orden estructural y coyuntural: falta de viviendas propias para sus habitantes, ausencia de programas sociales de salud, educación, saneamiento básico, desarrollo comunitario, protección a la infancia y a la vejez, atención psicosocial, recreación y deporte, así como la falta de infraestructuras urbanas, de acceso a servicios públicos como el agua potable y problemas ambientales que inciden en la salud y en el bienestar de sus habitantes, la inseguridad derivada de la presencia de grupos delincuenciales y pandillas, el expendio y el consumo de sustancias psicoactivas no legales, entre otras.

Por otra parte, la sensación problemática puede convertirse, de este modo, en el reconocimiento que, quienes toman las decisiones en materia de políticas públicas (gobiernos municipal, departamental y nacional), pueden hacer de una necesidad colectiva no manifestada de manera permanente por la comunidad, como la falta de espacios urbanos de recreación, deporte y esparcimiento, sobre los cuales no hay una demanda social en el mediano o en el largo plazo. Asimismo, la situación problemática puede constituirse como consecuencia de la ausencia de mandatos legales como, por ejemplo, directrices gubernamentales de la administración municipal de Soacha y de las autoridades judiciales sobre la titularización de predios en los cuales se debe intervenir por parte de las autoridades municipales.

Algunas referencias de acciones de ejecución del Plan de desarrollo Municipal “Soacha: Bienestar para todos y todas 2012-2015 en Altos de la Florida”

En los informes de rendición de cuentas de la administración municipal de Soacha correspondientes a los años 2013 y 2014, en cabeza del alcalde Juan Carlos Nemocón, se mencionan tres acciones del Gobierno Municipal, desde dos entidades, la Secretaría de Infraestructura y la Secretaría de Desarrollo Social y Participación Comunitaria.

En este sentido, teniendo en cuenta las demandas de la comunidad, las entidades judiciales y entes de control, la Administración Municipal, con el fin de solucionar la problemática de déficit y carencia de redes de acueducto

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de políticas públicas territoriales

y alcantarillado en puntos críticos en Soacha, realiza el Diagnóstico, estudios y diseños de redes de acueducto y alcantarillado sanitario y pluvial del barrio Altos de la Florida de la comuna 6 (Alcaldía de Soacha Cundinamarca, 2014, p. 30).

En cuanto a la Secretaría de Desarrollo Social y Participación Comunitaria, “en desarrollo del Programa de Primera Infancia, refiere que realizó la apertura de dos ludotecas en asocio con Acnur en los sectores de Altos de la Florida y La Isla” (Alcaldía de Soacha Cundinamarca, 2014, p. 32).

De igual manera, el Programa de Atención a Población Víctima del conflicto armado, apoyó a la Mesa de Participación de Víctimas, gestionó la entrega formal del lote para la construcción del Centro Regional de Víctimas y adelantó la contratación de un albergue para víctimas, además de suscribir el convenio de subsidiariedad con la Unidad de Víctimas por cien millones de pesos para la atención inmediata de dicha población (Alcaldía de Soacha Cundinamarca, 2014), programa que atiende a la población víctima establecida

en el municipio, pero que no trasciende a la formulación de políticas o programas de discriminación positiva para la población afectada por el conflicto armado.

Cabe resaltar que en los informes de rendición de cuentas de la administración municipal de Soacha no hay más referencias al territorio, aparte de las citadas anteriormente.

En este sentido, a través de un ejercicio de grupo focal desarrollado en abril de 2015, se consultó a un grupo de habitantes de Altos de la Florida sobre su nivel de reconocimiento y manejo de la información con respecto al Plan de Desarrollo Municipal Soacha: “Bienestar para todos y todas” 2012-2015, a través de la siguiente pregunta: ¿Han participado en reuniones de socialización del Plan de Desarrollo Municipal de Soacha?

Como se aprecia en la Figura 9, de treinta y cuatro participantes asistentes al grupo focal, el 68 % de ellos respondieron que no participaron en reuniones de socialización del Plan de Desarrollo Municipal; el 15 %, afirmaron formar parte de Juntas de

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Figura 9. Participación en eventos de socialización del Plan de Desarrollo Municipal (UNIMINUTO, Grupo Focal Altos de la Florida, abril de 2015).

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Acción Comunal y al ejercer como conciliadores comunitarios, el 17 % no respondió a la pregunta.

De igual manera, en dicho grupo focal, se consultó a la comunidad participante a través de la pregunta: ¿han participado como beneficiarios de políticas, programas y proyectos dirigidos por la administración municipal de Soacha?

El 33 % de las personas manifestaron no ser beneficiarios de políticas, programas o proyectos desarrollados por la administración municipal de Soacha; el 22 % no respondió la pregunta El 45 % de participantes afirmaron ser beneficiarios de programas institucionales (ver Figura 10) del Programa Nutrir, del Programa Desayunos Infantiles y de los beneficios del servicio de tanques y canecas de purificación de agua, desarrollados por organizaciones no gubernamentales presentes en el territorio; pero tan solo dos participantes afirmaron ser beneficiarios del Programa de Atención a Adulto Mayor de la administración municipal de Soacha.

Es importante destacar el reconocimiento que ha efectuado

la comunidad desde los ejercicios de caracterización poblacional, a los organismos internacionales pertenecientes al Sistema de Naciones Unidas: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en la implementación de la estrategia TSI (Transitional Solutions Iniciative), por las gestiones adelantadas en capacitación, formación, gestión comunitaria y trabajo en red con otras organizaciones presentes en el territorio, a través de los comités de impulso liderados por Acnur y PNUD, en los que han participado las ONG, representantes de las Juntas de Acción Comunal y la Personería Municipal de Soacha, con propuestas de seguimiento a las acciones de gestión social desarrolladas allí.

De igual manera, la comunidad reconoce la ausencia de programas institucionales de la administración municipal, al manifestar que no conocen el Plan de Desarrollo Municipal de Soacha ni los programas implementados por el Gobierno municipal en otros sectores y comunas del perímetro urbano de Soacha.

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Figura 10. Beneficiarios de programas de la administración municipal (UNIMINUTO, grupo focal Altos de la Florida, abril de 2015).

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Para complementar el análisis de la implementación de acciones de políticas públicas, a continuación se realizará un ejercicio de reflexión a partir del modelo de redes de políticas públicas o Network Policy.

Redes de políticas públicas

El proceso de gestión de las políticas públicas en Soacha se puede desarrollar desde los aportes conceptuales y metodológicos planteados en el Modelo de Análisis de Redes de Políticas Públicas (Network Policy), en los niveles sistémicos micro, meso y macro, propuestos por Roderick Rhodes y David Marsh (citados por Gabriel Jaime, 2007). Establecidos para el estudio de las políticas públicas:

El nivel micro, referido a las relaciones interpersonales y a los roles ocupados por los actores sociales; el nivel meso, a las relaciones entre los grupos de interés y la autoridad político-administrativa, y el nivel macro, que se refiere a la relación entre el Estado y la sociedad civil (Vélez, 2007 p. 64). En este sentido, la idea de gestión por redes (network - management) constituye una forma de dirección orientada a la solución de problemas y al desarrollo de las políticas públicas a través de la participación y la interacción, que contrasta con formas tradicionales de coordinación de tipo jerárquico (Roth, 2002). Por tanto, el análisis de red de políticas públicas se concibe como una metodología descriptiva y de modelización inductiva de la estructura de relación entre un conjunto de actores y permite diseñar procesos de formulación y ejecución de políticas públicas, de acuerdo con las relaciones establecidas en los niveles micro, meso y macro.

Nivel micro

En el contexto de la caracterización poblacional, los actores sociales comunitarios manifiestan su percepción sobre las acciones regulares del Estado en materia de atención humanitaria a víctimas del conflicto armado interno y del desplazamiento forzado, refiriendo aspectos relacionados con su experiencia personal y colectiva, a través de su acceso y participación en programas y servicios ofrecidos por las instituciones públicas (Unidad de Víctimas en implementación del Plan de Acción Territorial y el Plan Integral Único según la Ley 1448 de 2011) y las organizaciones comunitarias en el municipio de Soacha, así como los beneficios recibidos en materia de formación y capacitación en diversos temas por parte de la estrategia TSI.

A nivel micro, los participantes de la caracterización expresan sus necesidades materiales y manifiestan su percepción social a partir de la relación que han establecido con diferentes actores institucionales del municipio (funcionarios de la administración municipal) en la que refieren haber sido visitados por algunos funcionarios, entre ellos el Alcalde de Soacha, quienes han planteado propuestas de intervención social e institucional en el territorio, pero que, según sus habitantes, no se han cumplido y muchas de esas visitas han obedecido a intereses políticos y partidistas en temporadas preelectorales.

De igual manera, las características socioeconómicas, culturales y familiares de la población residente, han determinado su proceso de

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interacción social en la visibilización de nuevos liderazgos en las acciones de participación y movilización social en el territorio, a pesar de la presión ejercida mediante amenazas de grupos de pandillas y de delincuencia común que se han conformado en los últimos años y del desgaste natural en el ejercicio del liderazgo comunitario al no encontrar respuesta institucional frente a las demandas y propuestas de la comunidad.

En el nivel micro, los actores institucionales y comunitarios establecen relaciones a través de una comunicación lineal y jerarquizada, que pretende orientar a los líderes y representantes de la comunidad desde las diferentes instancias de la administración municipal, lo cual ha obstaculizado la participación de dichos líderes comunitarios en espacios de control social y en otras mesas y redes en el municipio. Sin embargo, la relación de los líderes y representantes comunitarios con funcionarios de ONG y de organismos internacionales en la estrategia TSI ha sido fluida, dinámica y participativa, puesto que estos organismos han promovido la conformación de procesos de organización y de gestión comunitaria, que han facilitado una comunicación directa e intraclase entre los actores sociales comunitarios.

A su vez, los diferentes cursos de formación en liderazgo, en gestión comunitaria y en los distintos procesos de capacitación para niños, niñas, adolescentes y adultos, desarrollados por la Corporación Kairós y la

Corporación Dios es Amor –CDA, entre otras, han contribuido a la vinculación y la promoción de nuevos líderes comunitarios en el territorio.

En el nivel micro se reflejan los resultados de la interacción entre actores sociales institucionales y comunitarios que determinan el impulso o el retroceso en los procesos de definición de políticas públicas, bien sea en cualquiera de sus etapas del ciclo de las políticas públicas o Policy Cicle (Roth, 2002).

En el contexto de Altos de la Florida, los resultados han sido favorables por la intervención social de organizaciones con presencia y gestión en el territorio, que pueden promover la participación de dichos actores sociales comunitarios en las etapas de la agenda: formulación, decisión, construcción e implementación de próximas políticas públicas que se propongan en el futuro cercano para el municipio.

Nivel meso

En el nivel meso del análisis se tendrá en cuenta la interacción entre grupos de interés, que para el contexto del municipio son las organizaciones sociales presente en sector, en interacción con las instituciones de la administración municipal y con las agencias del Gobierno nacional y del sistema de Naciones Unidas que tienen presencia en Soacha, en el desarrollo de los programas y los servicios sociales.

La interacción entre instituciones, ONG y organizaciones sociales y comunitarias del municipio determinan relaciones

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intraclase, procesos de comunicación directa, participación, toma de decisiones, movilización social y política en la comunidad residente del territorio, a partir del interés de algunas instancias de la administración municipal, como las Secretarías General, de Planeación, Gobierno e Infraestructura, que se han esforzado por promover espacios de participación y por vincularse a escenarios promovidos por las diferentes organizaciones y el Comité de Impulso de Altos de la Florida.

Son las instituciones públicas y privadas, las organizaciones y los movimientos sociales y los grupos de ciudadanos, entre otros actores, los que dinamizan la interacción en el nivel meso. De acuerdo

con el modelo de redes de políticas públicas, los nodos interorganizacionales tienen mayor capacidad de movilizar la participación y de generar acuerdos que beneficien a sus grupos de interés representados en los escenarios de participación municipal y regional.

Un nodo interorganizacional es el Comité de Impulso de Altos de la Florida, que ha integrado a las ONG presentes en el territorio, las juntas de acción comunal y las entidades públicas, como la Defensoría del Pueblo y la Personería Municipal de Soacha, y privadas, como UNIMINUTO Centro Regional Soacha, en procesos de seguimiento, gestión y promoción de la participación comunitaria en acciones de control social y de interacción con

Tabla 1. Nivel macro Fuente: Autor, 2015 (con base en los documentos de Knoepfel et al., 2007).

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la administración municipal que, en el nivel micro, se relacionan de forma extraclase o jerarquizada. En el nivel meso o intermedio, la relación de la administración municipal de Soacha con el Comité de Impulso de Altos de la Florida es intraclase, ya que la fuerza del comité ha permitido que esta administración inicie acciones de gestión concertadas con los participantes del comité.

Nivel macro

En el nivel macro (relación entre el Estado y la sociedad civil) se tienen en cuenta aspectos que sugieren autores de modelos de análisis macro de políticas públicas, entre ellos Peter Knoepfel, Corinne Larrue, Fréderic Varone y Miriam Hinojosa, sobre la implementación de recursos esenciales para el desarrollo del ciclo de la política pública (ver Tabla 1): “(...)Recursos económicos (dinero), personal, información, organización, consenso, tiempo, infraestructura, apoyo político y fuerza, entendida como la capacidad de consolidación de las políticas públicas” (2007, p. 44.), en especial para el fortalecimiento de la relación Estado-sociedad civil, a través de la que se pretenden construir políticas públicas desde esta última, en el marco de la participación horizontal, de abajo hacia arriba.

El modelo de red de política pública en el nivel macro genera transformaciones que surgen gracias a la articulación entre las necesidades y las demandas de las comunidades, con las etapas de decisión, ejecución y seguimiento, que se originan en las dinámicas sociales territoriales, culturales y políticas de las

interorganizaciones (del nivel meso). Esta dinámica establecida en el nivel macro permite la consolidación del valor público y de su construcción participativa en el marco de las políticas públicas.

En el contexto de la presente reflexión, que aportará al proceso de diseño de políticas públicas para Soacha, los actores sociales comunitarios e institucionales evidencian esfuerzos organizacionales para generar un proceso coordinado y participativo en el desarrollo de respuestas a las demandas de los habitantes del territorio, desde el sistema de autoridad político-administrativo (actores públicos, organizaciones y redes de base).

Mediante el análisis de los recursos, referidos por los autores anteriormente citados, se puede establecer la operacionalización del proceso de definición y formulación de políticas públicas para Soacha, a partir de la intervención de los actores sociales institucionales públicos y privados, así como la de los actores comunitarios en el desarrollo del proceso.

En este sentido, las políticas públicas en Soacha se articularán con otras acciones, a través de la conformación de nodos integrados por organizaciones sociales y por equipos de trabajo interinstitucionales, a través de los cuales las principales entidades municipales encargadas de su implementación (Alcaldía Municipal, Secretaría de Desarrollo Social, Secretaría de Salud, Secretaría de Educación, Secretaría de Gobierno), apoyadas en la gestión de la Personería Municipal de Soacha, y de las entidades del orden departamental

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de políticas públicas territoriales

y nacional, podrán constituir redes municipales de veeduría y control social en Soacha, como nodos articuladores de otras políticas públicas (salud, educación, infancia y familia, adultez, mujer y género, discapacidad, etc.), a través de la conformación de espacios de coordinación interinstitucional.

De la ausencia estatal a la formulación de políticas públicas territoriales en Soacha

A partir del contexto territorial y social en el que la respuesta del Estado a las demandas y necesidades de sus habitantes ha sido mínima en implementación de programas y servicios sociales ,y teniendo en cuenta la ausencia de políticas públicas sociales en Soacha, algunas aprobadas oficialmente por el Concejo Municipal y otras que no existen (mujer y género, seguridad alimentaria y nutricional, y atención a víctimas del conflicto armado interno, entre otras), se hace necesario diseñar políticas públicas desde un enfoque de discriminación positiva, el cual busca que los grupos sociales o comunidades que históricamente hayan sufrido de discriminación, reciban un trato preferencial en el acceso a programas y servicios sociales, enfoque que además, permite reconocer las diversas realidades sociales de cada grupo poblacional, de acuerdo con sus condiciones ambientales, económicas y culturales.

En este sentido, la administración municipal podrá diseñar políticas públicas sociales en educación, salud, vivienda, saneamiento ambiental y atención a víctimas del conflicto armado interno para el municipio, incluyéndolas en su Plan de Desarrollo, teniendo en cuenta las condiciones sociales y las dinámicas poblacionales y de otros sectores del municipio ubicados en las comunas de Cazucá, Compartir, San Humberto y La Despensa.

De igual manera, la formulación e implementación de acciones de política pública desde el modelo de redes de políticas públicas, con enfoque de discriminación positiva, permitirá a las instituciones integrar recursos, tanto técnicos y financieros como humanos, en la puesta en marcha de programas de atención a grupos poblacionales en condición de vulnerabilidad: los programas de seguridad alimentaria y nutricional, atención a niños, niñas y adolescentes en desarrollo de capacidades y de prevención del consumo de SPA (sustancias psicoactivas) no legales, al igual que los programas de atención psicosocial a víctimas del conflicto armado interno, y orientación jurídica en procesos de reparación, entre otras, se pueden desarrollar desde este modelo.

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Figura 11. Fotografía Cerca del cielo (archivo PNUD, 2015).

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de políticas públicas territoriales

Reflexiones

Altos de la Florida es un territorio que demanda acciones prioritarias por parte del Estado para atender sus constantes, históricas y urgentes necesidades, que son situaciones problemáticas complejas por el proceso de configuración social y cultural del territorio, derivado del desplazamiento forzado, la ilegalidad, la especulación de la tierra y la ausencia de políticas públicas coherentes con las demandas de sus habitantes.

No se puede desconocer la realidad social de este contexto, donde aumentan las necesidades sociales por cuenta del asentamiento de nuevas familias en viviendas precarias ubicadas en zonas informales; de hecho, la informalidad de los sectores I, II, III. IV, promueve la especulación de precios y la constante invasión de tierras, lo que degenera en conflictos entre vecinos por el uso de los ya precarios servicios de abastecimiento de agua y dificulta la gestión social de

las organizaciones comunitarias, las ONG y de los organismos internacionales presentes.

A la Alcaldía Municipal de Soacha y a las diferentes secretarías municipales les corresponde liderar procesos de formulación, ejecución y evaluación de políticas públicas que, de paso, no solo le servirán al conglomerado en estudio, sino a todo el municipio de Soacha, con base en un enfoque de discriminación positiva, que permita dirigir las acciones positivas del Estado a las comunidades para que, desde su multidiversidad, sean respondidas sus demandas particulares y colectivas.

En un país que busca la reconciliación y la paz, el desarrollo de la etapa del post conflicto obliga al Estado y a la sociedad civil a concertar políticas públicas que restablezcan derechos fundamentales y sociales que fueron vulnerados por el mismo conflicto armado interno y por la histórica ausencia Estatal en los territorios.

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La institucionalidad y las organizacionesen Altos de la Florida: mucho más de lo

que las voces pueden contar

Oliva del Pilar Torres Araque 1

Edgar Alfredo Pérez Guerrero 2

1 Maestrante en Educación de la Universidad Pedagógica Nacional; trabajadora social de la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO Centro Regional Soacha; líder de Investigación Altos de la Florida. Correo electrónico: [email protected] Magíster en Investigación Social Interdisciplinaria de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas; trabajador social de la Universidad Nacional de Colombia; docente de los programas de Trabajo Social de la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO Centro Regional Soacha y de la Fundación UniversitariaMonserrate. Correo electrónico: [email protected]

Resumen

El propósito de este artículo es analizar los imaginarios sobre la participación de las organizaciones e instituciones de carácter público y privado que se hacen partícipes en la atención de las diversas problemáticas sociales que se registran en la comuna VI del municipio de Soacha, concretamente en el sector Altos de la Florida. Se pretende abordar, desde un foco cualitativo, el impacto alcanzado con la implementación de programas que pretenden transformar la calidad de vida de los habitantes del sector. Este ejercicio parte de la información recolectada en el instrumento de caracterización aplicado por el programa de Trabajo Social de UNIMINUTO Centro Regional Soacha en octubre de 2013, cuyo interés radica en dar cuenta de las condiciones reales del sector, incluyendo desde el número de sus habitantes hasta las condiciones sociales, económicas e institucionales presentes en ese contexto.

Para adelantar la reflexión aquí propuesta, se tienen en cuenta las respuestas a la pregunta del instrumento de caracterización: ¿usted o su grupo familiar es beneficiario de algún programa o proyecto?; además, se complementa la información por medio de la aplicación de entrevistas en profundidad a líderes de la comunidad; las narrativas que de allí emanan son contrastadas con la información obtenida en los grupos focales y la observación directa de la comunidad en lo cotidiano, de manera que se permitan identificar aspectos relacionados con los ideales e imaginarios que tienen los habitantes del sector frente a la pertinencia de la labor desarrollada por las instituciones y organizaciones que hacen presencia en el contexto.

Palabras clave: Imaginarios, pobreza, institucionalidad, organizaciones, trabajo comunitario, violencia.

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Abstract

The purpose of this article is to analyze the abstractions/imagined ideals about the participation of organizations and institutions of public and private character, that are linked to dealing with various social problems that occur in the commune six of the municipality of Soacha, especially in the sector Altos de la Florida. It should be approached from a qualitative focus, the impact achieved by implementing programs that seek to transform the quality of life for the inhabitants of the sector. This exercise, stems from the information collected in the characterization instrument applied by the Social Work program of Soacha UNIMINUTO university in october 2013, where interest was to give an account of the real conditions of the sector taking into account from the number of people who live there to

the social, economic and institutional conditions in that context.

To advance the analysis proposed here takes into account the responses to the question of the instrument characterization: Are you or your family group a beneficiary of a social program or project? In addition, information through the application of in-depth interviews complements community leaders. Narratives that arise there are contrasted with the information obtained in the focus groups and direct observation of the community in everyday life, so as to identify issues related to the ideals and imagined that inhabitants of the sector, against the pertinence of the work of institutions and organizations that are present in the context.

Keywords: Institutions, imaginary, community work, poverty, violence, organizations.

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que las voces pueden contar

Presentación

En Altos de la Florida no hacen presencia ni el Estado ni las organizaciones del tercer sector o de ayuda humanitaria. Esa fue la primera conclusión que se obtuvo del análisis del instrumento de caracterización poblacional, aplicado a todas las familias habitantes de los cuatro sectores a finales del año 2013. En dicho instrumento, apenas el 8 % de los encuestados refirieron formar parte de una organización y la mayoría de ellos manifestaron el conocimiento y vínculo con el programa de Familias en Acción del Departamento para la Prosperidad Social de la Presidencia de la República.

Sin embargo, la realidad es otra; la institucionalidad hace presencia en el territorio y no solamente desde los programas nacionales, sino desde las acciones que el mismo municipio aporta como estrategias de apoyo a la comunidad que allí habita; de igual manera, la presencia de organizaciones no gubernamentales y de entidades internacionales de ayuda humanitaria es significativa.

Así, por ejemplo, la observación de la cotidianidad en la comunidad pone en evidencia el alto número de organizaciones, tanto públicas como privadas, que desarrollan allí sus labores, con la pretensión de incidir en el desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes del contexto en el aspecto social; sin embargo, la comunidad tiene formas particulares de percibir el trabajo realizado con y por las organizaciones de índole privado, en la medida en que el reconocimiento por su labor es visible de la mano de las acciones implementadas por las instituciones de origen público.

Cabe preguntarse, entonces, ¿a qué se debe la ausencia de la institucionalidad en los reportes de los habitantes del sector?, ¿qué tanto se ha beneficiado el grueso de la población del trabajo desempeñado por las diferentes instancias?

Esta reflexión pretende elaborar una relectura de la realidad frente a la presencia institucional, tratando de develar las razones por las cuales el grueso poblacional, habitante de este sector, no se siente perteneciente a ninguna de las entidades que allí hacen presencia y que prestan sus servicios en aras del mejoramiento de las condiciones de vida de sus pobladores.

Para lograr este objetivo, se hará un análisis desde el deber ser institucional, que establecerá el punto de referencia para el abordaje de la situación antes descrita; posteriormente, se vincularán las voces de los líderes comunitarios y de la comunidad en general, quienes facilitarán, desde su narración, elementos para comprender las razones por las que la institucionalidad no aparece en la caracterización.

Es importante resaltar que se hizo necesario recabar información a través de entrevistas en profundidad y grupos focales, como ejercicio de contrastación de lo encontrado en la ficha. De ahí, entonces, la importancia de visibilizar las narrativas de los pobladores, quienes en la informalidad son capaces de expresar lo que la estructura de lo formal no permite; esto quiere decir que, a través de las voces de los pobladores que no quedan plasmadas en un papel que lleva su firma, se reconocen dinámicas que inciden directamente en el silencio y la ausencia de lo institucional a la hora de la aplicación del instrumento de caracterización.

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Finalmente, después de hacer acopio de los instrumentos y las voces antes mencionados, se presentarán las reflexiones de lo encontrado, con el fin de conocer cuál es la realidad del trabajo comunitario adelantado por las instituciones del Estado y las organizaciones de ayuda humanitaria y del tercer sector del territorio en mención.

De las instituciones y las organizaciones

Un primer elemento que se debe tener en cuenta es la diferenciación que debe hacerse entre institución y organización, ya que de ello depende la definición de los roles y el marco de acción de los sectores públicos y privados que se hacen partícipes en las dinámicas de lo cotidiano. Para el término institución existen varias definiciones, que van desde las diferentes acepciones de la Real Academia de la Lengua, como por ejemplo: “Cosa establecida o fundada”; o también, “Organismo que desempeña una función de interés público o cada una de las organizaciones fundamentales de un Estado, Nación o sociedad” (RAE, 2012).

Ander-Egg (1995) refiere que una institución puede concebirse como:

(...) Mecanismos de orden social y cooperación que procuran normalizar el comportamiento de un grupo de individuos (que puede ser reducido o coincidir con una sociedad entera). Las instituciones en dicho sentido trascienden las voluntades individuales al identificarse con la imposición de un propósito en teoría considerado como un bien social, es decir: normal

para ése grupo. Su mecanismo de funcionamiento varía ampliamente en cada caso, aunque se destaca la elaboración de numerosas reglas o normas que suelen ser poco flexibles y moldeables (p. 41).

Una concepción semejante, es la que presenta Fernández (1994), quien define la institución como:

(...) En principio un objeto cultural que expresa cierta cuota de poder social. Nos referimos a las normas-valor que adquieren fuerza en la organización social de un grupo o a la concreción de las normas-valor en establecimientos, la institución expresa la posibilidad de lo grupal o colectivo para regular el comportamiento individual (p. 1).

Finalmente, para Scott “las instituciones son estructuras de tipo regulativo, normativo y cognoscitivo que dan estabilidad, coherencia y significado al comportamiento social. Las instituciones son transportadas por diferentes medios: cultura, estructuras y rutinas” (citado por Appendini y Nuijten, 2002, p. 76).

Esta definición permite abordar el concepto de institución sin recurrir a diferenciaciones mayores de niveles, como por ejemplo el de la familia o el Estado como instituciones fundamentales de la construcción social. En este sentido, se establece el vínculo entre institución y organización, dejando el ámbito privado de la familia como el receptor de las acciones de las demás instituciones, para trabajar con el espacio de lo público, lugar de encuentro de la institucionalidad que afecta a los habitantes del sector desde la pretensión de la coherencia y la estabilidad del conglomerado social.

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que las voces pueden contar

Figura 12. Fotografía Acción: Presencian institucional, una de las más representativas en Altos de la Florida (C. Lombana, 2014).

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Así, el accionar normativo será representado por el Estado y sus diferentes organizaciones, quienes interactúan con las entidades del sector privado que acogen los direccionamientos y normas establecidas por los entes reguladores. Si entendemos, entonces, la institución como una estructura, se hace necesario identificar la relación que presentan las organizaciones con dicha estructura. Siguiendo a Ander-Egg (1995), se entenderá el término organización como “toda forma de agrupación social, con estructura racional y con características específicas que se crea para solucionar problemas comunes. Está referido a un sistema de regulación de la relación de autoridad y responsabilidad en función del proceso administrativo” (p. 54).

Lo anterior se complementa con lo esbozado por Ricardo Escobar (2010) quien considera que:

Las organizaciones cuentan con una estructura y son producto no solo de circunstancias sino de las voluntades de los individuos; así pues, la organización es una forma de asociación de individuos regida por líneas impersonales, establecida para conseguir objetivos específicos (p. 121).

Esta definición se ajusta a cualquier tipo de organización, por lo que se hace necesario precisar que el interés de este ejercicio está centrado en las organizaciones sociales, entendiendo estas como entidades que ejecutan acciones coordinadas en pro de la consecución de objetivos comunes y cuyo accionar está encaminado bajo las directrices de la colectividad en la

que se insertan o forman parte. Desde esta perspectiva, cobra relevancia el rol que juega la comunidad en el direccionamiento y la participación dentro de estas organizaciones, toda vez que en el campo de lo social, las entidades no surgen precisamente de un nicho social, sino que llegan desde una propuesta más genérica constituida a partir de ideales de humanidad, ética o responsabilidad social.

El papel que juegan las organizaciones en la vida social afecta cualquier espacio de interacción y encuentro entre personas; de acuerdo con Escobar (2010), independientemente de su naturaleza, las organizaciones “(...) tienen un impacto bastante fuerte en las sociedades en las que se insertan, en razón a que logran afectar la dinámica social pero a la vez se ven afectadas por esta” (p. 124).

De hecho, el interés primordial de las organizaciones es afectar el sistema social dentro del que se insertan, constituyéndose a sí mismas como microsistemas funcionales, donde las mismas organizaciones sociales se consideran agentes de cambio social, tanto en forma deliberada como en forma involuntaria (Escobar, 2010).

Y es precisamente la ausencia de este aspecto el que llama la atención en el instrumento de caracterización, porque, si bien se hacen cuestionamientos que tienen que ver con la institucionalidad y sus parámetros, también se pregunta por las organizaciones sociales e incluso las del Estado que implementan las políticas institucionales; las respuestas de los habitantes del sector parecieran

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que las voces pueden contar

desconocer o ignorar ese agenciamiento que cumplen las organizaciones en el sector. La pregunta es, entonces: ¿por qué?

De las subjetividades: imaginario social, realidad pobreza y violencia

Para Touraine (2006), los sujetos interactúan y se afirman mutuamente en su identidad y en la búsqueda de objetivos comunes al hacerse partícipes de las organizaciones sociales, constituyéndose estas en espacios físicos y desde donde se proyecta el sujeto protagonista de su propio devenir o mejor, en palabras de este autor citado por Escobar:

(...) Existen, por una parte, fuerzas de destrucción de los actores sociales que actúan invocando la necesidad natural y, frente a ellas, figuras del sujeto (religiosas, políticas, sociales o morales) que resisten a lo que amenaza a la libertad. Entre las dos se mantienen (o incluso se refuerzan) instituciones que se esfuerzan por dar forma a la autonomía de lo social (Touraine, 2006, p. 31).

Si esta es la dimensión que toman las organizaciones para los sujetos, entonces: ¿a qué se debe que los mismos sujetos no las referencien como parte constitutiva de su existencia? Para comprender las razones por las cuales las organizaciones y la institucionalidad en general parecieran estar al margen de la cotidianidad, es indispensable identificar cuáles son los imaginarios en los que se mueve el conglomerado poblacional. Para esto, es necesario abordar algunas categorías que permitan obtener luces frente a esta temática; la primera de estas es el concepto de imaginario, el cual se yergue como espacio constituido por las otras dos: la pobreza y la violencia.

Se entiende por imaginario aquello que se gesta desde la mente del ser humano y deviene en los comportamientos y manifestaciones físicas y culturales de la cotidianidad; el imaginario social, siguiendo a Cegarra (2012):

(...) Es una matriz de sentido determinado que hegemónicamente se impone como lectura de la vida social. El sujeto simplemente “lo padece” por encima de sus propias experiencias vitales (...) en esencia, son esquemas interpretativos para el sentido social hegemónicamente impuestos haciendo plausible la vida cotidiana (p. 5).

Así, el imaginario social deviene en un esquema socialmente construido que configura la realidad del grupo social y que está marcado por la vida cotidiana; es una construcción de realidad que elaboran los sujetos en medio de sus condiciones de vida, lo que generalmente marca las pautas de comportamiento, los modos de actuar frente a las dinámicas sociales y, fundamentalmente, la construcción de los discursos.

Particularmente, cuando se menciona al sector de Altos de la Florida, aparecen implícitos en el discurso de sus pobladores dos elementos que aportan sustancialmente a la construcción del imaginario social presente en este grupo poblacional: la pobreza y la violencia. Esta pareja de conceptos pareciera estar de la mano, como si la una fuera consecuencia de la otra, y así lo expresa el silencio de sus pobladores y la voz soterrada de sus líderes. La mirada hacia la pobreza no se hace desde características convencionales; es decir,

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no se pretende medir en términos de carencias o necesidades, sino desde una perspectiva multidimensional que involucra elementos de orden político, económico, cultural y social.

La violencia es un elemento que atraviesa los cuatro factores antes mencionados; va más allá de imprimir una fuerza para someter o dominar. La violencia, aquí, es entendida como una acción que modifica la realidad de los sujetos transgrediendo su subjetividad y marcando formas particulares de comportamiento basadas en el temor de la repetición de dicho acto transgresor. Esta violencia, va de la mano con la pobreza, o mejor, encuentra en ella el nicho perfecto para su desarrollo, toda vez que:

La pobreza puede actuar como un detonante para los conflictos violentos debido a la ausencia de capacidad de influir en las decisiones sociales por parte de las personas, el descontento social generalizado entre los diferentes grupos de la población o la búsqueda de mejores oportunidades socioeconómicas (Galindo, Restrepo, y Sánchez, 2009, p. 318).

La pobreza per se es una condición que resta dignidad a lo humano, al limitar no solamente los recursos con los que cuenta el sujeto, sino también sus capacidades y posibilidades de encontrar su desarrollo; (ver Figura 13) si a esto se le suma el hecho de la influencia de la violencia y el conflicto en la destrucción de las capacidades de los individuos para influir en su realidad social; o en palabras de Colletta y Cullen, (citados por Galindo) “La destrucción del capital social a través del deterioro de la confianza, el rompimiento de redes sociales y la reducción de la capacidad de las instituciones para

resolver los conflictos sociales –que– también afecta desproporcionadamente a los pobres” (p. 319), el panorama puede ser desolador.

Aquí juega un papel fundamental la presencia del Estado, como institución y ente de control, junto con las organizaciones, como mecanismos de ejecución de políticas y programas de ayuda social, razón por la cual su accionar en estos contextos se hace imprescindible para transformar las condiciones de vida de las personas, resignificando las marcas que deja la violencia.

La apuesta para la recolección de los datos, vinculó el instrumento constituido por el censo de caracterización, con la narración de los pobladores y líderes de la zona, quienes, a través de entrevistas en profundidad o encuentros, como el grupo focal, expresaron sus pareceres respecto a los resultados de la herramienta.

El enfoque multimodal integra los elementos resultantes de la descripción y el análisis de los datos recolectados a partir de la caracterización poblacional realizada en el año 2013, con las entrevistas en profundidad, los grupos focales y la observación directa del medio social. Dentro de este, el enfoque cuantitativo se “(...) utiliza la recolección de datos para probar hipótesis con base en la medición numérica y el análisis estadístico” (Hernández, Fernández y Baptista, 2014, p. 4); este tendrá sustento en los datos recolectados en el documento de caracterización citado anteriormente; de igual forma, respecto al enfoque cualitativo,

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Figura 13. Fotografía Complejidad: Realidad evidente en lo que se ha construido Altos de la Florida. (C. Lombana, 2014).

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direccionado hacia “(...) comprender los fenómenos, explorándolos desde la perspectiva de los participantes en un ambiente natural y en relación con su contexto” (Hernández et al., 2014, p. 358), se articuló a través de la aplicación de técnicas como las entrevistas en profundidad, el grupo focal y la observación directa del grupo social, que fueron desarrolladas con los habitantes residentes de los cuatro sectores, quienes facilitaron el reconocer y expresar la relación de los habitantes y el contexto institucional.

Del encuentro: la ausencia y el silencio

Después de encontrar que efectivamente en el imaginario social de los habitantes del sector no hacían presencia ni las organizaciones que trabajaban de forma particular en este contexto, ni gran parte de la institucionalidad del Estado, nos acercamos a los habitantes en general y líderes comunitarios para saber las razones de este fenómeno.

Las primeras respuestas obtenidas tuvieron que ver con la falta de credibilidad en la institucionalidad y en las organizaciones; esto es generado por eventos que han marcado la historia del sector; uno de ellos, por ejemplo, es la misma urbanización y repartición de tierras cuando los habitantes del barrio fueron engañados por urbanizadores piratas, que les vendieron lotes sin licencias, sin servicios y sin ser realmente sus dueños.

De igual manera, se han presentado entidades que inician trabajos con las comunidades y que no terminan lo que

empiezan, dejando a la comunidad a la mitad de los procesos; finalmente, la presencia de las prácticas politiqueras, que ofrecen mejorar las condiciones de los pobladores mientras se está en campaña electoral, pero cuando estos “líderes” son elegidos, el porcentaje de cumplimiento de las promesas de campaña es muy bajo:

(...) Han sido muchos factores y muchas cosas que a raíz de que han sido, o son comunidades muy golpeadas, muy engañadas…Hoy en día digamos el panorama que nosotros miramos es que, hay gente que ya casi no cree en los programas… por ejemplo esos urbanizadores piratas que prometieron, que con decir yo le vendo este pedazo ya le llega todo y resulta que ni la tierra es propia... (Palabras de una habitante del sector).

“(...)¿Qué pasó con Osha? nos dejaron una vaina que es del municipio que se llama la Umata 3 , que la Umata nos siguiera el mismo proceso, que era dándonos semillas, verificando, acompañando, cierto, y no han vuelto –la UMATA–, se fueron ellos y no volvieron… (Líder comunitario)”.

Otro elemento que se presenta es el temor a quedar en evidencia en términos del ser beneficiarios de algún servicio o bien. La aplicación del instrumento de caracterización fue apoyada desde sus inicios por la Alcaldía Municipal de Soacha y por Naciones Unidas a través de dos de sus agencias: el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo –PNUD y la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados –Acnur.

3 Unidades Municipales de Asistencia Técnica.70

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que las voces pueden contar

El respaldo y patrocinio de estas instituciones generó en los pobladores un recelo frente a la identificación del acceso a bienes y servicios de ayuda y mejoramiento de sus condiciones de vida, lo que podría provocar que se negara el acceso a otros servicios o subsidios o que se pusiera en evidencia su condición social:

(...) De pronto, a veces cuando, cuando les hacen muchas preguntas ellos desconfían –porque no saben– para que van a ser (las preguntas)... Ustedes saben que aquí hay gente desplazada y la gente desplazada es la más dura de dar información, porque, lógico, ellos tienen miedo, se cuidan muchísimo y... pues, es respetable porque si uno viene perseguido de una parte y muchas de las veces ni a la misma institución le da toda la información, porque resulta que desafortunadamente hay filtros; yo puedo estar aquí con un funcionario, pero como un funcionario no se manda él solito y él manda esos documentos a otro lado y de esa oficina a otra, por alguna parte siempre algo se va a saber; por eso es que tarde o temprano lo terminan ubicando a uno… (Líder comunitario).

Un tercer elemento que se hace evidente tiene que ver con la forma en que las organizaciones se acercan al contexto, utilizando generalmente a los representantes de las juntas de acción comunal o a los líderes comunitarios para llegar al grueso de la población. La acción de las organizaciones en este contexto se encuentra mediada por las personas que representan algún tipo de liderazgo en la zona y, particularmente, las que son reconocidas en los diferentes sectores.

De hecho, si una entidad quiere acercarse a trabajar con la comunidad, llega primero a identificar los liderazgos y es por medio de ellos que tienen contacto con el grueso de la población: “(...) porque: ¿qué hacen todas las instituciones?,(...) las instituciones se centran en nosotros –los líderes– , pero no en la comunidad; entonces por eso la comunidad no los conoce…” (Líder comunitario).

El tipo de beneficio es otro de los elementos que se hace presente a la hora de hablar del papel de las organizaciones y de la institucionalidad. Para las personas, es más fácil recordar a aquellas que han generado algún tipo de subsidio o beneficio material; por ello se recuerda fácilmente el trabajo adelantado por Familias en Acción, Visión Mundial, Naciones Unidas:

(...) Pues porque a veces la gente no participa en las reuniones…es más, cuando uno perifonea, uno dice que mire que Naciones Unidas equis cosa, uno les da la cátedra de siempre, ¿y qué pasa?, pues a veces donde hay factor –incentivo– económico, donde hay factor de que yo me beneficio, es lo que usted siempre va a tener presente. Familias en Acción (por ejemplo) ¿en qué ayuda?, aporta una plata ¿cierto?, ¿Visión Mundial? pues también les da ayuda para los niños, ¿entonces qué?, ¿qué tiene usted más presente? Donde usted está viendo que me están dando –cosas materiales o incentivos económico– o como que Naciones Unidas ha traído en grande programas, proyectos todo lo que se ha derivado de conocimiento, de capacitación,

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todo lo ha hecho Naciones Unidas con el apoyo del resto de organizaciones que se le han venido vinculando y de lo cual se ha venido reconociendo, pero siempre van a referir familias en acción, Visión mundial, Red Unidos… (Líder comunitario).

La comprensión de la ayuda se hace en términos de lo material, de lo que se puede recibir, que aporte al sostenimiento del hogar o a las necesidades básicas de subsistencia; el trabajo adelantado en áreas como la educación, la capacitación, la recreación y el deporte se ve más como una ayuda complementaria que tiene menor relevancia que la asistencia económica, alimentaria o monetaria. Finalmente, otro elemento que ha influido sustancialmente en el silencio de las personas tiene que ver con la percepción que se tiene de la violencia; los hechos que se presentan en el contexto con relación a esta problemática logran silenciar a las personas, acallar la voluntad de cambio e intimidar a quienes quieren una realidad diferente. Las personas del sector prefieren guardar silencio ante cosas que son evidentes, porque puede más el miedo que la voluntad:

(...) Bueno, hay una problemática y es: nadie quiere ir allá... Mire aquí... estos de acá son ladrones, fuman marihuana, si las ven a ellas pues nos van a juzgar... En esta partecita aquí, todos estos son paracos, pero sin paracos… Aquí yo vivo… pero yo no me meto, por eso ha habido siete

muertos; pero, entonces: ¿cómo me he mantenido yo? toca ser amigo de todos y yo callado… No es que no los conozcamos, nosotros sabemos en dónde están; otra cosa es que las instituciones tampoco se meten... (Habitante del sector).

Este último factor tiene una alta trascendencia en las acciones que toman los pobladores. La presencia de actores armados en la zona, la delincuencia común, las pandillas y la violencia juvenil son elementos que afectan la convivencia en el sector, personas que seguramente salieron de sus lugares de origen, que hoy son desplazados y que se encuentran de nuevo con estas realidades.

Reflexiones

El sentirse perseguido por la violencia, el percibirse como impotente ante los hechos sociales que afectan a una comunidad, pero, sobre todo, el hallarse sin herramientas para la reconstrucción de un entorno social, genera círculos de exclusión y de carencia que sobrepasa la concepción de lo físico y lo económico, para reflejarse en un lenguaje que omite partes de lo cotidiano, como escindiendo la realidad para no contemplar aquello que hace daño.

Las percepciones que tienen los habitantes del sector dan a entender que la mirada de las organizaciones hacia las problemáticas de Altos de la Florida pareciera estar soslayada, como desconociendo que la realidad es más compleja de lo que se puede enunciar con las palabras.

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La institucionalidad y las organizacionesen Altos de la Florida: mucho más de lo

que las voces pueden contar

La institucionalidad luce impotente ante una realidad local que es reflejo de una sociedad que prefiere ignorar, que se comporta indolente ante un sinnúmero de vivencias que desbordan las posibilidades de lo individual y que clama a gritos la presencia de lo comunitario blindado por las instituciones y organizaciones.

Pero, no se trata simplemente de que las organizaciones “omitan” una realidad imbricada y compleja; se trata, además, de una ausencia de voluntad política de quienes representan a la institucionalidad, bien sea porque dependen como siempre de otras instancias o, bien, porque no es de su interés abordar problemáticas que seguramente desbordarán sus capacidades reales de acción e intervención.

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Bibliografía

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Escobar, R. (Enero-junio de 2010). Las ONG como organizaciones sociales y agentes de transformación de la realidad: Desarrollo histórico, evolución y clasificación. Diálogos de saberes: Investigaciones en derecho y ciencias sociales, (32), 121-131. Versión en línea recuperada de: http://www.unilibre. edu.co/dialogos/admin/upload/uploads/Articulo%208.pdf

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Touraine, A. (2006). Un nuevo paradigma para comprender el mundo de hoy. Buenos Aires: Paidós.

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De lo imaginario a lo real:Una perspectiva en el contexto

de Altos de la FloridaKempes Lozada Romero 1

1 Trabajador Social egresado de la Universidad Nacional de Colombia; Maestría en Derechos Humanos, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia –PTC; actualmente se desempeña como docente investigador de Programa de Trabajo Social de la Corporación Universitaria Minuto de Dios –UNIMINTO Centro Regional Soacha. Correo electrónico: [email protected], [email protected]

Resumen

Al indagar las realidades contextuales del sector de Altos de la Florida, se ha generado un acercamiento frente a la comprensión de lo imaginario en la vida social, que significa y resignifica las percepciones y naturalizaciones de los sujetos que habitan el sector. El presente documento aborda un discernimiento frente a lo imaginario, como aquello que provee una vinculación directa de los habitantes en la lógica de la acción individual y colectiva, de modo que este determina en prospectiva la interrelación con la realidad circundante que, inevitablemente, se sitúa en las representaciones sociales, desmarcando, por tanto, las perspectivas político-administrativas para centrarnos en los procesos de organización comunitaria de base.

En líneas generales, lo imaginario se entiende como sinónimo de ilusión en la cotidianidad del desarrollo barrial, y lo real, como las manifestaciones preponderantes y explícitas del devenir cotidiano, que conlleva el trasegar entre lo imaginario y lo real, que ha constituido las particularidades del conglomerado del sector.

Palabras clave: Comunidad, imaginario, realidad, representaciones sociales.

Abstract

Looking into the contextual realities of Altos de la Florida, a close relationship surfaces regarding the comprehension of the imaginary in the social life and how perceptions and naturalizations of the subjects living there make meaning.

This paper seeks to develop a conclusion concerning the imaginary, one that addresses the direct link among the inhabitants individually and collectively to the ways in which the surrounding reality is determined and acted upon. [Inevitably, social representatives distance themselves from us, so we situate ourselves in a political-administrative perspective to settle ourselves in the base communities processes.

In general terms, the imaginary is synonymous with an illusion of everyday social, neighborhood development, and the real as the prevailing and explicit manifestations of what takes place on a day to day basis. This reality mingles with the imagined, creating the distinctive and particular mix that characterized Altos de la Florida.

Keywords: Community, imaginary reality, social representations.

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Presentación

Frente a las múltiples problemáticas relacionadas con la calidad de vida, particularmente el aspecto de las necesidades básicas insatisfechas, manifestadas y evidenciadas en el contexto por los habitantes, se plantean observaciones frente a las dinámicas de afectación situacional, que se tejen en un diálogo entre lo real, ligado a lo contextual, y lo imaginario, perteneciente a las voces y observaciones de los agentes externos, es decir, los que no habitan en el contexto.

Se hace importante mencionar que este proceso de reflexión da a conocer las percepciones que se han elaborado sobre el contexto estudiado, tanto de los habitantes permanentes como de aquellos que ocasionalmente cohabitan el sector, tomando en cuenta dinámicas como el crecimiento poblacional, lo urbano, lo rural y el desplazamiento, entre otras, que propician un discurso de realidades implícitas, contribuyendo al entendimiento del contexto. De allí que se plantee la comprensión de los procesos sociales desde la perspectiva de la representación social frente al ámbito barrial, evidenciadas exclusivamente en aquellos que dotan de significado su contexto.

Así pues, se pretende identificar algunos elementos propios de la realidad social y contextual de la población, a partir de la caracterización poblacional desarrollada en el segundo semestre del año 2013, que dio como resultado una cifra poblacional de 2439 habitantes, entendiendo este ejercicio como un “(...) conjunto de unidades de estudio o elementos que indaga particularidades en las personas, empresas, organizaciones y lo que busca es la veracidad o el esclarecimiento”

(Vasco, 2010. p. 71), en relación con lo imaginario y lo real que dinamiza y re-significa el contexto del territorio en términos de problemáticas sociales.

Lo anterior se esboza como medio para generar procesos de interactuación social, no desde un ámbito puramente porcentual, sino desde relaciones intrínsecas asociadas al ejercicio de interactuación, las cuales propenden por la construcción del objeto y no solamente por la percepción, que resulta interesante frente al esbozo de la multiplicidad de memoria, representada por las voces que son derivadas de esas afectaciones de orden político, económico y social, identificadas por los habitantes de este sector en la búsqueda del mejoramiento y de la calidad de vida.

La misma existencia de la sociedad depende de la interiorización por parte de los individuos de los valores y las normas que fluyen desde las instituciones centrales de la sociedad. Sin embargo, para Goffman, el orden social se genera localmente mediante las reglas ceremoniales y los rituales que gobiernan las relaciones cara a cara: el orden de la interacción está en la base del orden social (Goffman, 2004)

A partir de lo anterior, se ha generado una percepción frente a la realidad social del contexto indagado, la cual se plantea desde una acción descriptiva por medio de la que se dan a conocer aspectos de realidad concreta, que parten de la experiencia y la exploración previas en la inmersión del territorio en el que se evidencia la dinámica social ver (Figura 13), definida como la acción que conlleva a la expresión del conglomerado en aras de lo histórico, lo presente, lo prospectivo y el significado de los sujetos en su entorno.

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De lo imaginario a lo real:Una perspectiva en el contexto

de Altos de la Florida

Figura 14. Fotografía Dinámica: Colonizando lo verde. (C. Lombana, 2014).

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La dinámica social se encuentra enmarcada por aspectos históricos y evolutivos a través de la interacción de los individuos que conforman una entidad o un contexto sujeta a cambios constantes, evidenciando comportamientos surgidos del resultado de una comunicación global. La socialización que surge de la dinámica social, propicia grados y establece mediante la expresión de estatus la acción para la interacción social (Martínez, 2000, p. 380).

Este proceso dialógico y conceptual ha permitido la interacción social que se ha fundamentado y evidenciado en la puesta en marcha de un pensamiento integrativo.

Lo anterior ha permitido comprender e interpretar la realidad instaurada en las dinámicas de orden social, sus estructuras, intercambios y acciones internas desde la construcción de los sujetos y su relación con los hechos en el ámbito abordado. Pero, para ello, se ha hecho uso de una esencia sintagmática, la cual propende por la visibilización y viabilización del conocimiento instaurado en los habitantes pertenecientes a los sectores I al IV; de allí que nos ubiquemos en algunos aspectos de desarrollo conceptual frente a la realidad explorada.

Esto nos sitúa indirectamente en un panorama que agrupa un postulado de lo praxeológico, esbozado como “(...) un análisis que parte de la experiencia de los propios protagonistas (quienes avanzan hacia reflexiones práxicas), que implica trabajar individual y

grupalmente en tiempos y espacios adecuados, como provocación y desafío para un aprendizaje desde la cotidianidad (Juliao, 2011, p. 17), que solo se suscita en la experiencia; es decir, dar cuenta de la realidad, lo que nos lleva a articular a esta función el racionalismo contextual “(...) el cual ubica la razón, equiparada con el pensar o la facultad pensante, es el proceso para situar las modificaciones de la realidad” (Boido, y Lombardi, 2000, p. 33); por ende, el hacer praxeológico y el racionalismo contextual nos permiten demostrar a través de la razón, la percepción del mundo de los otros.

Seguido a esto, el ámbito de agremiación se genera entre lo incluyente y lo excluyente, connotado el primero por la interactuación concebida a manera de “(...) un proceso de comunicación de relación intersubjetiva, frente al reconocimiento del otro en espacios de construcción social” (Ramírez y Aidée, 2002, p. 165); de allí que se segregue la idea por pensar la cuestión social en dos esferas, la primera en términos de operatividad y la segunda como propuesta, lo cual se puede resumir así:

Garcés (2000), afirma que a su juicio –la cuestión social– posee (...) “una doble manifestación: por una parte volvió cada vez más opresivas las condiciones de vida popular (…) Pero, por otra parte, se manifestó como protesta contra el orden social y político existente” (citado por Reyes, 2010, p. 7), de modo que esto conlleva a situaciones puntuales y a que el conocimiento que allí se genera deba priorizarse en las transformaciones como búsqueda de un nuevo orden social local.

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De lo imaginario a lo real:Una perspectiva en el contexto

de Altos de la Florida

Sumado a esto, encontramos una relación existente entre lo dialéctico y los anclajes relacionales de comprensión, el primero esbozado no como una simultaneidad de pensamiento, sino como la manifestación y el sentir de los diálogos permanentes que crean los contextos que son habitados por los sujetos; en palabras del autor: (…) La dialéctica trata de la “cosa misma”. Pero la “cosa misma” no se manifiesta inmediatamente al hombre. Para captarla se requiere no sólo hacer un esfuerzo, sino también dar un rodeo. Por esta razón, el pensamiento dialéctico distingue entre representación y concepto de las cosas, y por ello entiende no sólo dos formas y grados de conocimiento de la realidad, sino dos cualidades de la praxis humana (Kosik, 1967, p. 269).

De modo tal, los anclajes relacionales de comprensión se configuran entre el hacer y el quehacer de los sujetos en un orden esquemático en función de su significación entre espacio, tiempo y contexto, permeado por la implementación de las acciones de instrumentalización metodológica; así pues:

Los anclajes relacionales de comprensión, son una posición esquemática, la cual se considera modelo contante ajustable, jerárquico, esencialista y horizontal, en el que se entiende que la experiencia subjetiva está en contrastante fluctuación, basados en la historia relacional de las personas con la implementación de técnicas o instrumentos que posibilitan de mejor manera la compresión social (Stern, 2002, p. 58).

De allí que la acción de los anclajes relacionales permiten la compresión del mundo a través de las subjetividades, lo cual permite un proceso dialéctico descubriendo el sentido y el significado de las voces de los otros.

Evocación: un transitorio bosquejo de significado

Altos de la Florida “La montaña invisible e imbatible”

Pensar en este contexto es realizar una lectura general de la historia colombiana y las diferentes situaciones de afectación política, económica, social, etc., que, de forma articulada y recíproca, han sido causa y consecuencia de condiciones de realidades emergentes de los habitantes de Altos de la Florida, lugar perteneciente al municipio de Soacha, significado como la ‘Ciudad del Dios Varón’; pero, esta es una de las apreciaciones sociales que casi nunca se brinda al referirse a este municipio perteneciente a Cundinamarca, porque para hablar de él, casi siempre se alude a denominaciones sectoriales instauradas en los conceptos de la vulnerabilidad, el señalamiento social y la precariedad.

“Observar las realidades contextuales del sector, esencialmente nos lleva a pensar en relaciones de vulnerabilidad social, entendida como ‘condiciones de riesgo o indefensión, o la susceptibilidad de sufrir algún tipo de daño o perjuicio’” (Moreno, citado por González, 2010, p. 9). De allí que esta condición sea pensada en términos de: (a) fragilidad como atributito inherente a los hogares, comunidades y sujetos –sujetas–, se expone como

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condición de dificultad situacional, y (b) riesgo concreto –“(...) el efecto de los factores de riesgo que subyace en toda comunidad” (Luhmann, 2000, p. 17)–. Esta correlación se traduce en connotaciones sociales de exclusión, que se presentan en trayectorias irregulares enmarcadas en la cotidianidad social.

La precariedad Estatal esta connotada por la exclusión; puede entenderse como la ausencia de un todo, que es presente pero al mismo tiempo inexistente, en términos del aparato político. Esto significa, en procesos sistemáticos en la población (local y externa), un cambio de pensamiento que se extrapola en diversidad y reconocimiento, no solo en prácticas culturales sino en apreciaciones económicas y sociales, generando implícitamente la condición de exclusión. ¿Por qué sentirse excluido?, es talvez una de los cuestionamientos que emana por parte de los profesionales al indagar en contexto (ver Figura 15); puede que la respuesta sea plana y que esta se sitúe en una esfera de la realidad contextual en donde las manipulaciones de orden dialéctico casi nunca trascienden hacia la acción por parte de la administración local, que ha observado este entorno no como un contexto vinculante al municipio sino como una deficiencia en términos de lo político-administrativo que fractura el fortalecimiento social, pero que se encuentra anclado en los ámbitos de la vida cotidiana. Baeza (2008) afirma que la historia cobra significación, en cuanto a la evolución y transformación por medio del acto y las palabras las cuales son “productos sociales” que siempre se traducen en relaciones de interactuación comunitaria (citado por Lalive, 2008).

De este modo, al hablar sobre esa cotidianidad de vida del contexto en mención, debemos referirnos a que esta trasciende hacia las miradas externas que se tienen sobre el ámbito explorado, el cual recae en verdades contextuales entendibles aparentemente, pero que por el contrario se hacen inverosímiles e imposibles de interpretar, pues se asume que las necesidades de este sector deben ser equiparables a las observaciones “profesionales” de la situación; sin embargo, debe asumirse en este sentido que las acciones de cotidianidad son únicas y emergen en relación con los sujetos que las vivencian y no con los expertos que las analizan.

Uno de estos aspectos que dinamizan dicha situación puede nombrarse como la desdicha de la adquisición del agua, dado que se hace poco creíble que en tiempos de desarrollo y modernidad, el 69 % de la población del sector adquiera el agua a través de un carro tanque. Por otra parte, el aspecto de seguridad se evidencia como algo intangible, pues, contrario a lo que se pensaría, solo el 33 % del total poblacional se siente en estado de inseguridad; puede ser que esta cifra esté connotada por el miedo y reine el silencio como verdad implícita, por eso este tema se circunscribe como una acto de fe.

Por otro lado, al hablar de los medios de transporte, el 61 % de la población hace uso de un transporte público determinado en dos órdenes: el legal, con una sola ruta, y el no formal, que sistemáticamente realiza rutas hasta el sector III. No se encuentra una afectación ambiental por la minería a cielo abierto o los lixiviados por el mal manejo de basuras, lo que no es considerado como un perjuicio preponderante para sus habitantes.

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Figura 15 Fotografía Omisión: Construcción sin planeación municipal. (C. Lombana, 2014).

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En el sector se percibe una ausencia Estatal, ya que el 66 % nunca se ha sentido partícipe de los planes de desarrollo municipal y solo el 44 % se asimila únicamente como beneficiario de programas municipales, sin discernir si estos los desarrollan las entidades públicas locales o las agremiaciones e instituciones que trabajan en el fortalecimiento comunitario, que pueden ser de carácter público o mixto, como lo son Naciones Unidas con el programa TSI 2 ,3.

Podrá decirse que en este contexto cada día se incrementa la inequidad a raíz de las desigualdades que no son propiamente relacionadas con el lucro, sino con las concentraciones de riqueza, comprendidas como la adquisición de tierra en un espacio georeferencial; esto puede llevar a pensar que algo está funcionando mal y que mucho de lo construido por la comunidad ha tomado un rumbo equivocado, tal vez por la preponderancia de las particularidades y la invisibilización de las grupalidades.

Uno de los aspectos que acrecientan estas inequidades, son los procesos de conflicto interno armado. Se cree que los habitantes de este sector son víctimas de este flagelo y, por ende, inciden en las cifras de personas en condición de desplazamiento a nivel local y departamental, aunque hasta la fecha no se tenga un dato preciso, ya que ni las autoridades locales cuentan con datos cuantitativos sobre este hecho.

Asimismo, esta situación ha transformado el contexto por discursos provenientes de ámbitos internos y externos, que la han catapultado como una verdad

absoluta de crecimiento sistemático en cuanto a la emergencia y la precariedad de la regularidad social, sobre todo en lo que respecta a la vivienda informal, lo cual ha transversalizado el pasado y el presente de este contexto. No obstante, si observáramos a los pobladores en condición de desplazamiento, en la realidad solo se hablaría de que alrededor de un 23 % de la población indagada se encuentra en esta situación 4 .

En palabras de Blanchard y Katz (1992):

(...) El desplazamiento en contextos como el Colombiano, hoy en día forman parte importante de mecanismo de ajuste del comportamiento social-económico-político de los mercados regionales y locales; esto ha tenido como consecuencia la naturalización de las migraciones, olvidando que estas son las principales responsables de incrementar las desigualdades sociales, las cuales no siempre son tan agudas como se pretenden hacer ver, sino son otro factor que altera las dinamización del orden de los conglomerados.

El comportamiento local frente a esta situación evidencia movilizaciones internas; pero, no por ello estas serán el detonante social de las causas de afectación situacional, pues existes otras razones de orden coyuntural que exacerban la situación de interinidad como situación de dificultad; sumado a esto, puede decirse que una puede ser la inestabilidad laboral o la tenencia de tierra, sin mencionar las diferencias interestatales e intereses estatutarios de la administración local, generando debilitamientos socio-políticos.

2 Transitional Solutions Iniciative.3 Las cifras evidenciadas corresponden a la Caracterización poblacional Altos de la Florida municipio de Soacha Cundinamarca octubre de 2013, realizada por la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTOCentro Regional Soacha, Campo de Conocimiento Ciencias Humanas y Sociales, Programa de Trabajo Social, con apoyo de la Alcaldía Municipal de Soacha y el al programa TSI perteneciente a PNUD y Acnur.4 Las cifras evidenciadas corresponden a la Caracterización poblacional Altos de la Florida municipio de Soacha Cundinamarca octubre de 2013, realizada por la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO Centro Regional Soacha, Campo de Conocimiento Ciencias Humanas y Sociales, Programa de Trabajo Social, con apoyo de la Alcaldía Municipal de Soacha y el programa TSI perteneciente a PNUD y Acnur.

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de Altos de la Florida

Esto conlleva acciones de agotamiento de las identidades culturales las cuales se relacionan directamente con las identificaciones locales y estas, a su vez, configuran pautas de cohesión, desintegración y conflicto, ya no de orden externo sino interno; por otra parte, la política local está contenida en un aspecto como lo multipolar (Huntington, 1993).

De este modo, al hablar de Altos de la Florida, se debe tener en cuenta el significado de la sociedad. Hoy en día las prioridades se han centrado en resolver problemas de legalización de predios, lo cual llevaría a lograr una identidad territorial con el municipio en términos administrativos, adquisición y reconocimiento de servicios, a evidenciar los derechos poblacionales y exigir los deberes administrativos, y no solo a resolver problemas de seguridad sin demeritar que esta es una acción que dinamiza lo poblacional.

Sin embargo, esta es una correlación de hecho que algunas entidades y programas han empezado a dar, derivada de las observaciones externas y de la atención a las emergencias sociales que casi siempre son identificadas y atendidas por agentes externos y no por los agentes locales.

De allí que se presuma implícitamente, como acto concreto, que todas las realidades evidenciadas en los cuatro sectores del contexto indagado, se piensen como situaciones de vulnerabilidad asociada al menoscabo de la organización de base, tejidas en un diálogo entre lo urbano y lo rural, recordando que estos poseen

características que están dictaminadas por: (a) el crecimiento poblacional, (b) lo económico, –industria–, (c) los procesos de conurbación y (d) el territorio (Vargas, 2013).

Mirando detenidamente, podrá indicarse que este sector en los últimos años se ha expuesto a un crecimiento poblacional (se habla de 2439 habitantes) y que tiene características de área urbana sin serlo legalmente. En cuanto al desarrollo económico, el sector estaría lejos de obtenerlo debido a que en el contexto la economía-industrial se asienta en la informalidad y no en los procesos industriales o de producción propiamente dichos; la conurbación no se hace notable con una gran urbe como lo puede llegar a ser Bogotá, sino con el municipio de Soacha que es a donde pertenece el área en mención, tal vez por la lógica del “tan cerca, pero al mismo tiempo tan lejos” y el espacio denominado como “el territorio es el todo”, es el que emerge del significado y del sentido propio de lo que es Altos de la Florida: una mixtura entre lo cultural y la identidad, no para los observadores latentes sino para los que lo habitan, pues son ellos quienes resignifican su espacio como propio y único.

Desde la antropología se ha estudiado la incidencia del espacio en la construcción de la identidad; en esta perspectiva se comprende que más allá del origen que tengan los integrantes del grupo, es la identidad del lugar la que los une. Esta percepción subjetiva actúa como defensa frente a posibles amenazas externas e internas dando sentido a la identidad (Augé, 1993).

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Lo existente y lo ficticio

Lo anterior conlleva a pensar en ámbitos de lo real y lo imaginario frente a este contexto, considerando que esto comporta un orden social implícito dictaminado por todos los actores, quienes regulan la convivencia, de manera formal e informal y, a su vez, determinan el desarrollo diario instaurado en la cotidianidad, entendiéndolo como:

Un atributo que dota de importancia a la naturaleza socialmente construida de la realidad la que deriva de un conjunto de significados y representaciones que los distintos sujetos ofrecen frente a una situación que viven, la que se encuentra social e ideológicamente determinada (Pérez, 2001).

Entre estos se encuentran las instituciones reguladoras pertenecientes al Estado administrativo local, cuya acción por la comunidad es observada y considerada como plausible o inexistente. Por otra parte, se entrecruzan las organizaciones, las agremiaciones y las instituciones que desarrollan trabajo en apoyo comunitario, las cuales son percibidas como representantes preponderantes de la ayuda y el mejoramiento contextual, en palabras coloquiales, como espíritus celestiales o redentores; entre ellas están el PNUD-Acnur y sus operadores en el territorio, la Corporación Kairós y CDA Colombia, además de otras, que son situadas al margen de las lógicas estatales locales y cuyas acciones son evidentes para la población.

En contexto se encuentran aquellos grupos en un ámbito de ilegalidad, cuyas acciones trascienden fácticamente a la cotidianidad

en términos negativos, aumentando las afectaciones situacionales, y sus acciones son evidenciadas como leyes o verdades absolutas en términos del señalamiento, la regulación de roles y las disposiciones de interés barrial, como lo pueden ser los grupos al margen de la ley, de los cuales se presume su existencia en sentidos no tan figurados, ya que el miedo impera por encima de la palabra y las testificaciones.

De modo que estas generalidades contextuales suponen un dominio cultural, resultado de la superposición y se sitúan como la complementariedad de distintos universos de orden simbólico y prácticas sociales, en cuya función las prácticas habituales constituyen un orden, cosmovisión, ideologías o imaginarios en el contexto urbano rural, de tal forma que lo imaginario en este ámbito se asume dentro del plano de la complejidad latente entre lo ficticio y lo existente.

El mundo de significaciones imaginarias de una sociedad es instituido, es obra de la sociedad y fundado en lo imaginario. Una sociedad se instituye instituyendo un mundo de significaciones. En ese sentido, las significaciones imaginarias sociales, fundadas en “lo imaginario social”, se establecen como condiciones de posibilidad y representatividad y, por ello, de existencia de la sociedad (Cabrera, 2004, pp. 5-6)

Por ende, comprender esta articulación permite deducir los sistemas implícitos con los que ha sido constituido el conglomerado en cuestión, en pro de la salvaguarda de la vida, en el mejoramiento de la misma o en la búsqueda de una mejor calidad, aunque la ausencia de algunos órganos no la posibiliten, de modo que las estructuras

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representativas de lo arquitectónico y lo humano que allí se evidencian crean una red organizada, aunque no lo parezca, como pueden ser la tenencia de tierra y las organizaciones de los líderes comunitarios que fortalecen y posibilitan los comités de impulso, dinámicas que han sido internalizadas y extrapoladas por lo colectivo y lo individual del grueso poblacional, que enmarca lo social con sus propias necesidades, las cuales dan fundamento y constitución al entorno social denominado como habitualidad barrial.

De allí que la cotidianidad barrial emerja en contextos de emergencia social, posicionando un panorama de la contrariedad, exponiendo un cuestionamiento ¿el no tener, el no poseer, el no ser, el no existir?; estas son realidades implícitas que ponen en escena a los pobladores como objetos percibidos, pero no como objetos construidos, los que, en síntesis, son observado por una acción de la percepción en el mundo de la cotidianidad: es decir: en “(...) la percepción se pone en juego referentes ideológicos y culturales que reproducen y explican la realidad y que son aplicados a las distintas experiencias cotidianas para ordenarlas y transformarlas” (Vargas, 1994, p. 49).

Esto se ubica, entonces, como una incongruencia que nos expone un recinto subjetivo pero contextual de la realidad preponderante y, por otro lado, nos acerca a unas aproximaciones ficticias que se van naturalizando y se convierten en verdades implícitas; de allí que este sea el centro del registro posible de lo acontecido, lo que podemos fijar, lo que podemos estabilizar en una

mirada perceptiva frente a lo que se estudia.

Dicha acción deviene de cicatrices complejas de identificar a priori; de allí que al ubicarse en el sector ya se posee una carga subjetiva sobre una realidad no objetiva, que se asume como si lo que aún no se ha descubierto fuera una realidad latente, un patrón existente que afecta a todos los habitantes del sector que se encuentran en estado de vulnerabilidad, lo cual no necesariamente es tan cierto, pues muchos no se perciben de esta manera.

Por ende, la acción desarrollada ha generado una percepción que requiere del registro de las voces de los otros, denotando que la percepción de lo real es más de lo que alcanzamos a advertir, puesto que nuestra atención se encuentra condicionada al contexto estudiado.

En el quehacer real, los profesionales pertenecientes o no a instituciones, en ejercicios de interactuación, diagnóstico, ayuda fáctica o mejor denominada intervención asistencial, han promovido en el grupo social características de marginación o condición de dificultad situacional, tal vez como una acción implícita sin pretensión de causar daño y que, de una u otra manera, justifica el hacer del ejercicio profesional, en términos de medición de impacto, lo cual nos lleva a pensar que, en este contexto, no son en su mayoría los pobladores los que aprenden de los quehaceres profesionales sino, por el contrario, son los expertos los que se jactan por que logran romper barreras dictaminadas en los discursos teóricos, que se confrontan en algunos aspectos de la realidad.

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Reflexiones

Puede considerarse que no todo se encuentra transitado por un discurso de la precariedad y la vulneración social. Si entendiésemos las lógicas contextuales de los habitantes del sector, esas etiquetas o caracterizaciones negativas han sido impuestas por agentes externos a los pobladores, quienes han desdibujado sus realidades; hay que asumir que solo existe una realidad, la cual es preponderante, pero se encuentra inmersa en un contexto más amplio que debe ser identificado como Soacha, y que la trama social no es la única prioridad del municipio sino que es un componente más de este, que nutre de significado todo el grueso poblacional del territorio del “Dios Varón”.

Se deben rescatar los procesos de organización comunitaria, como los comités de impulso y los apoyos a los líderes comunitarios, que en últimas no son la representación de todas las voces ni tampoco responden a todos los intereses del conglomerado social, pero que sí visibilizan acciones conjuntas, que han llevado a pensar en las legalizaciones de tierras y en otorgar

significados al espacio que cohabitan con los otros y por los otros y que tienen las mismas necesidades pero que a diario promueven luchas por superarlas y sobrepasar esas afectaciones de dificultad situacional.

El papel administrativo local, en manos de la Alcaldía y todas sus instancias, será el de realizar un ejercicio de visibilización y fortalecimiento institucional en pro del reconocimiento social por parte del conglomerado en cuestión, ya que su veracidad operativa frente a la población no es aceptada y, de hecho, no se percibe como una solución, sino como un obstáculo.

Los agentes externos como el PNUD - Acnur, que desarrollan y apoyan programas como TSI, deberán ser fortalecidos no solo por instituciones estatales, sino por agentes de orden privado y educativo pertenecientes al municipio, pues en ultimas sus acciones no deben ser criticadas por los procesos de asistencialismo que a veces se producen implícitamente en su ejercicio, sino por el contrario, deben ser fortalecidas y adaptadas a estos contextos de complejidad social, por la búsqueda y alcance de la vida digna y humana.

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Centro de producción radial deAltos de la Florida: un espacio para

el desarrollo y el cambio socialCarlos Eduardo Rodríguez Muñoz 1

Geraldine Luis Mendoza 2

Zulay Reyes Rubio 3

1 Comunicador Social de la Universidad Central de Colombia, Magíster en Comunicación de la Universidad Nacional de Colombia, estudiante de Doctorado en Educación de la Nova Southeastern University, director del Centro Regional Soacha - Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO, desde el año 2013, fundador de la emisora Radio Rumbo. Correo electrónico: [email protected] Estudiante de noveno semestre del Programa Comunicación Social - Periodismo de la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO Centro Regional Soacha. Correo electrónico: [email protected] 3 Estudiante de noveno semestre del Programa Comunicación Social y Periodismo de la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO Centro Regional Soacha. Correo electrónico: [email protected]

Resumen

Soacha es una ciudad con más de cuatrocientos barrios y casi igual número de juntas de acción comunal, con una población cercana al millón de habitantes y, gracias a los proyectos de vivienda aprobados por el Gobierno nacional, proyecta para el año 2019 convertirse en el quinto centro urbano más poblado del país.

En medio de este panorama se ha establecido un barrio informal llamado Altos de la Florida, ubicado en uno de los cerros orientales del municipio conocido como El Esparto, donde por años sus habitantes han tenido que afrontar conflictos por la falta de servicio de saneamiento básico, informalidad laboral, baja oferta educativa, problemas de convivencia, inseguridad y falta de oportunidades económicas.

Por su parte, las organizaciones de base, como las juntas de acción comunal, se han convertido en una oportunidad de encuentro y desarrollo entre habitantes y entidades públicas y privadas, en donde la participación ciudadana se presenta como una posibilidad para fortalecer la acción y la gestión de sus comunales. Pero… ¿Cómo sensibilizar, comprometer y divulgar estas

acciones entre los mismos habitantes del barrio?; ¿cómo generar una conciencia colectiva de oportunidad y desarrollo en este sector?; ¿cómo alcanzar credibilidad y verdadera participación en los procesos de desarrollo social que se lideran desde la mismas juntas de acción comunal?; estas fueron algunas de la preguntas que surgieron en el grupo de responsabilidad social, de la Corporación Universitaria Minuto Dios – UNIMINUTO Centro Regional Soacha, conocido como Reporteros Comunitarios.

La respuesta inicial a estos interrogantes fue crear un proyecto con los estudiantes y los profesores, con el apoyo de distintas agencias de Naciones Unidas: PNUD, Acnur, OCHA, Unicef, así como la Alcaldía Municipal de Soacha y la emisora Comunitaria Radio Rumbo. Este proyecto, que fue denominado inicialmente como Centro de Producción Radial para el Cambio y Desarrollo Social de Altos de la Florida, se convertiría en últimas en un proyecto de comunicación dedicado a la formación y desarrollo productivo de las iniciativas de sus estructuras de base para lograr el desarrollo de sus comunidades, en el que el componente radial serviría como medio transversal a cada una de sus iniciativas.

Palabras Clave: Cambio, comunicación, desarrollo, participación, radio comunitaria.

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Abstract

Soacha is a city comprised of more than 400 neighborhoods and an almost equal number of community centers, with a population nearing a million inhabitants. Thanks to the housing efforts instituted by the national government, it is estimated that by 2019, the population will grow to position Soacha as the fifth most populated urban area in the country.

Amidst this panorama, several makeshift settlements were established, like Altos de la Florida. Los Altos is located on one of the Eastern hills known as ‘esparto,’ where for many years its inhabitants faced problems concerning the lack of basic sanitation services, informality of labor, limited educational opportunities, inconvenience, insecurity and lack of economic prospects.

To its credit, base community organizations, like Juntas de Acción Comunal, have become hubs for confronting these problems, and developing solutions with input from those living in Los Altos, public, and private entities. Here, civic participation is seen as a chance to strengthen action and management within their communities. But, how does one ethically get involved,

and make public the results of these efforts in the neighborhood? How can one generate a collective awareness around opportunity and development in the settlement? How does one earn credibility and inspire authentic participation within these processes of social development that are led from the aforementioned community resource centers? All of these were among the questions suggested by the social responsibility group of Corporación Universitaria Minuto Dios from the regional center in Soacha.

The initial response to these queries was to create a project with students, professors, and the help of PNUD, Acnur, OCHA, Unicef, the municipal government of Soacha, and the Community Emissary Radio Rumbo, named Center of Radial Production for Social Change and Development of Altos de la Florida. Radio Rumbo’s participation would become the latest in a communication project aimed at training students in media production and social initiatives with the goal of community development. These radio components would serve as the means to connect to each of the other community initiatives. Keywords: Community Radio, Change Development, Communication, Participation.

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el desarrollo y el cambio social

Presentación

En el año 2013, en medio de una clase de radio en UNIMINUTO Centro Regional Soacha, se planteó un proyecto de responsabilidad social denominado Reporteros Comunitarios, en el que un grupo de estudiantes implementó un módulo de capacitación inspirado en las teorías de la comunicación para el cambio y el desarrollo social en el que se trabajó, en principio, desde las prácticas de formación de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias y el libro Manual urgente para radialistas apasionados, de José Ignacio López Vigil (2005). En ese entonces se buscó generar un espacio académico que permitiera transmitir competencias de comunicación, con énfasis en radio.

En este programa se logró vincular a diez estudiantes de comunicación social y a setenta y ocho líderes de las comunas I, II, III, V y VI, logrando una sinergia entre academia, medio de comunicación y comunidad, contando además con el apoyo y el compromiso de acceso a la información por parte de las diferentes entidades públicas municipales.

Como resultado de esta experiencia se planteó, desde los sectores de Altos de la Florida, iniciar un proyecto que permitiera generar dinámicas de cambio, aprovechando las competencias adquiridas en el taller. Esta iniciativa contó con el respaldo académico de UNIMINUTO Centro Regional Soacha, el apoyo económico y estratégico de las agencias de Naciones Unidas PNUD, OCHA y Unicef, la Alcaldía Municipal de Soacha, y el apoyo logístico del Club Rotario.

Aunque la experiencia de Reporteros Comunitarios ya tenía algo de historia en esta comunidad, la nueva iniciativa incluía componentes innovadores como, por ejemplo, generar un centro de producción sonora propio e inmerso en la comunidad y permitir que este lugar fuera una iniciativa de emprendimiento que permitiera su sostenibilidad. Por eso se inició un proceso en paralelo de formación de reporteros para el cambio, entendiendo que la nueva iniciativa buscaba un apropiación del territorio no solo como un agente informador, caso Reporteros Comunitarios, sino como un agente de desarrollo.

“La comunicación para el desarrollo, además de valorar el conocimiento local, entendía la necesidad de respetar las formas tradicionales de organización social y de fortalecerlas, para contar con un interlocutor válido y representativo” (Gumucio, 2011, p. 26 )”.

Los reporteros comunitarios cumplían una función informativa en su territorio, pero no necesariamente contaban con el entendimiento del fenómeno que transmitían, ni de posibles acciones de desarrollo y cambio; de ahí que se creó la figura de reporteros para el cambio, que apuntaba a contar con los mismos actores comunales pero con unas competencias que desde la comunicación facilitarían estos procesos de desarrollo local.

Otra actividad consistió en constituir un centro de producción sonora para la realización y transmisión de los contenidos que este grupo de Reporteros para el Cambio generarían, buscando una apropiación tecnológica como

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instrumento facilitador del proyecto de comunicación; esto significó adelantar un nuevo proceso de formación en competencias del manejo de nuevas tecnologías, el cual quedó a cargo de UNIMINUTO Centro Regional Soacha y fueron las agencias internacionales las encargadas de crear los espacios de emprendimiento y posterior sostenibilidad del proyecto (Ver Figura 16).

Hoy, en el contexto existe un Centro de Producción Radial que genera contenidos para los espacios informativos de “periodismos público radio”, que se emiten los días jueves entre 8:40 a. m. y 9:00 a. m. por la frecuencia 1370 AM de Radio Mundial y los martes en el programa de UNIMINUTO Radio – Centro Regional Soacha “De Sur a Norte”, que se emiten de 7:40 a. m. a 8:00 a. m. por la frecuencia 1430 AM.

Una mirada de cambio y desarrollo

La labor del reportero y del periodista es la de informar directamente lo que escucha y ve; pero ese discurso es limitado por el testimonio y la inmediatez de los acontecimientos que se suman a una cantidad infinita de noticias que circulan por diferentes medios de comunicación, lo que no significa que estos hechos no representen situaciones de tensiones sociales que puedan ser analizadas y a su vez estudiadas para evitar que continúen, o se conviertan en hechos tan cotidianos que terminen sin llamar nuevamente la atención de reporteros y periodistas, entrando en la dinámica de intereses de los medios de comunicación tradicionales, “explotación de la actualidad (...) Producir una información impactante, sensacionalista, del mayor interés

universal posible y en grandes tiradas... descomprendida de los conflictos sociales” (Matta, 1986, p. 104 - 126) .

De ahí que realidades locales como las que se viven en el contexto abordado, pueden terminar siendo concebidas como cotidianas e incluso naturales. La falta de agua, la ausencia de infraestructura de saneamiento básico, la precariedad de sus vías de acceso y la informalidad de sus viviendas, entre otras tantas condiciones difíciles del sector, no son ya situaciones que llamen la atención de los medios de comunicación.

Hoy, estos mismos medios esperan situaciones más llamativas para sus públicos como: “Investigan muerte de dos jóvenes en Altos de Florida” (2014) 4, “Vivir en estas lomas ya me costó un hijo: Líder de Altos de la Florida, en Soacha, relata cómo es vivir con la zozobra de la violencia” (2015)5 o narraciones radiales como:

(...)Los habitantes del sector aseguran que viven en un silencio tenso al que tratan de acostumbrarse, tanto así que una balacera entre quienes pelean por el territorio y puede durar cerca de 15 minutos, ya se está volviendo habitual (“Soacha: tráfico de armas y droga lo convirtió en bomba de tiempo”, 2015)6.

Y aunque estas noticias son veraces, no siempre dan cuenta de otras realidades que se han venido tejiendo en este sector, como son las acciones y hechos que ocurren o involucran a organizaciones sociales de base, juntas de acción comunal, organizaciones internacionales, la academia, la iglesia o el mismo municipio, ente otros.

4 Titular de prensa. 5 Titular de prensa. 6 Crónica Radial.

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el desarrollo y el cambio social

Figura 16. Fotografía Comunicación: (archivo PNUD, 2015).

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Por eso, esta iniciativa conjunta de encontrar en la comunicación un espacio para poder narrar estas realidades, que terminan siendo relegadas por los hechos noticiosos de impacto sensacionalista y llevan a un segundo plano los esfuerzos, la dedicación y las mismas acciones de quienes buscan cambio y desarrollo, tiene el objeto de romper el planteamiento sesentero, pero que aún es vigente, del filósofo venezolano Antonio Pasquali, quien se refería, hablando de los modelos de las industrias de comunicación, a “emisor sordo” y “receptor mudo”.

Se debe entender la comunicación para el cambio y el desarrollo social como un espacio en donde se suman unas variantes que podrían generar nuevas relaciones entre los hechos que ocurren y los actores sociales de los mismos, que proponga espacios de debate pero a la vez de acción y movilización de iniciativas de cambio.

El argumento de estos movimientos es bastante revolucionario, ya que se basan en la creencia de que los destinatarios no solo deben ser vistos como objetivos o parte de una audiencia, sino como partícipes activos en cualquier proceso de comunicación que implique la articulación de relaciones recíprocas en vez de jerárquicas (Kivikuru, 2008,); siendo el medio de comunicación un punto de encuentro de contenidos participativos, en el que puedan cumplir un papel fundamental en las iniciativas de desarrollo.

La comunicación, en general, ha sido por mucho tiempo marginada de los proyectos de desarrollo, y aún lo es.

Incluso cuando las organizaciones para el desarrollo admiten que los beneficiarios deben ser involucrados, no logran comprender que sin la comunicación no puede establecerse un diálogo permanente con las comunidades (Gumucio, 2001, p. 10).

Pero, lo importante está en poder elegir el medio adecuado. Para este caso se pensó en la radio, teniendo en cuenta sus características de fácil acceso, bajos costos de producción, manejo de contenidos innovadores y que, por más de sesenta años, ha sido el instrumento de comunicación más idóneo para este tipo de acciones.

Teniendo claro el lugar, un grupo social: Reporteros Comunitarios, y unas acciones de desarrollo sostenible lideradas por las agencias internacionales, se dio inicio a la conformación del centro de producción radial. Este sería operado por un grupo de habitantes del sector y sus contenidos entrarían a circular por la emisora Minuto de Dios 1430 AM y Radio Mundial 1370 AM. Como diría Élver Gutiérrez: “(...) El principal reto del periodista del siglo XXI es permitir el surgimiento de las voces que aún no han sido escuchadas, por los intereses ocultos pero poderosos que se esconden en los grandes medios de comunicación” (2008).

No obstante, las transformaciones sociales que se han generado en los últimos años son consecuencia directa de la acción colectiva, promovida por varios de los medios de comunicación alternativos que estos mismos sectores crearon, como páginas web, periódicos locales, perifoneo y otros productos audiovisuales, a través

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de los cuales exaltan la participación activa de su audiencia en el desarrollo de contenidos, lo que ha generado una nueva forma de ver la comunicación y sus relaciones con el contexto.

“Cuando el marginado aprende a usar una grabadora, cuando tiene a su cargo una emisión radial, cuando documenta su realidad con videotape, suceden cosas interesantes” (Gerace, 2008, p. 133), tan interesantes que pueden llegar a ser los dueños de sus propias agendas informativas, sin pasar por los filtros de las salas de redacción que responden a estructuras de poder, que no siempre están alineadas con las necesidades de sus comunidades, tan importantes, a la vez, que sirven como aglutinador público de sus debates locales y tan necesarios que se convierten en el vehículo integrador de las iniciativas de desarrollo.

El fin primordial de esté nuevo centro de producción descansaría sobre la necesidad de la construcción de una ciudadanía que orientase sus pasos hacia la consolidación de una sociedad en la que la democratización de la información esté presente, ejerciendo una reportería responsable que busque el cambio social y el desarrollo de las comunidades.

Un paso a la vez

Si los medios comunitarios son la respuesta, ¿cuál es la pregunta?

Alfred Opubor

Una primera línea de acción fue la utilización del aprendizaje praxeológico

(modelo pedagógico aplicado por la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO) que entiende al sujeto como una personas que reflexiona sobre su actuar, que busca mejorar sus acciones y, en últimas, ser feliz; es decir, el proyecto desde el comienzo centró el proceso de capacitación en la construcción de piezas comunicativas, con contenidos que partían desde sus contextos y experiencias personales o de grupo.

Los talleres programados los días domingo en las instalaciones de UNIMINUTO Centro Regional Soacha, se desarrollaron en cuatro módulos:

Comunicación y responsabilidad social

Buscaba lograr competencias teóricas y prácticas sobre el papel de la comunicación en un escenario local y su desarrollo en los componentes de apropiación e interpretación de sus realidades como fuente de elaboración de un discurso multimodal y los alcances que se lograrían al circular estos discursos por los diferentes medios de comunicación dispuestos en su entorno.

Se partió de las premisas de que el ser humano es comunicativo por naturaleza y de que el discurso puede ser informativo y, como cualquier texto, mantiene una estructura semántica y una coherencia interna, de las cuales se sirven sus usuarios. ¿Cómo se usa?, ¿en dónde?, ¿con qué temas?, ¿con qué sentido?, fueron preguntas inquietantes que sugirieron una mirada más detenida, especialmente cuando nos referíamos al discurso público, para el que la radio, como institución mediática, jugaría un papel importante en su difusión.

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Y aunque las teorías de este módulo se basaron en los estudios críticos del discurso, propuestos por Van Dijk, se entendía que “(...) el discurso se analiza no solamente como un objeto verbal autónomo sino también como una intersección situada, como una práctica social o como un tipo de comunicación que se da en una situación social, cultural, histórica o política” (Van Dijk, 2009, p. 22). El gran reto fue bajar el lenguaje académico a un escenario comunitario. Esto se logró gracias a un ejercicio de situación de experiencias frente a la propuesta teórica, identificando estructuras del discurso en cada ejercicio como un ejemplo cotidiano y propio capaz de ser elaborado por cualquier ciudadano.

Habilidades comunicativas

En este módulo se redescubrió la habilidad comunicativa que se tiene por naturaleza, entiendo que una buena comunicación se da más fácilmente entre quienes entienden y comprenden su contexto, que entre estos y aquellos que lo miran global, intermitente o sesgadamente. Pero sobre todo se pudo reconocer que la información es un discurso y, por lo tanto, es un hecho comunicativo, que depende del instrumento que se utilice para circularlo. “La información construye saber en forma de discurso y, como discurso, depende a la vez del campo de conocimientos que trata, de la situación de enunciación en la que se inserta y del dispositivo en el cual circula” (Charaudeau, 2003, p. 44).Por eso se parte de contar con la información subjetiva de nuestras experiencias y percepciones de la realidad, lo que nos permitiría transmitirla naturalmente.

En este módulo fueron muy valiosas las relaciones de los estudiantes del proyecto de responsabilidad social Reporteros Comunitarios con los asistentes de la comunidad, pues se entendió que las habilidades comunicativas van más allá de la técnica y la tecnología que los primeros dominaban, y, a su vez, se comprendió que esas competencias se potencializan si logramos un acercamiento vivencial al entorno donde ocurren los hechos y el efecto comunicativo se dimensiona más cuando son las voces de la comunidad las que informan estos hechos.

No se pretendía volver a los comunales periodistas, ni a los periodistas comunales, mas sí se buscó una sinergia que desencadenara la elaboración de unos productos o piezas radiales con altos contenidos locales, que permitieran un acercamiento más abierto y sincero del resto de comunidad a la información transmitida.

Producción sonora

Para este módulo ya se había avanzado en el cómo de la comunicación, y, a la vez, se tenían definidas las herramientas tecnológicas que serían utilizadas en el centro de producción. Por eso, haciendo uso del laboratorio de radio de UNIMINUTO Centro Regional Soacha, se emprendió el aprendizaje de dos competencias nuevas: manejo de tecnología (consola, computador, micrófonos, grabadora de audio e internet) y lenguajes radiofónicos (ver Figura 17).

En un proceso paralelo se producían, aprendiendo, lenguajes radiofónicos, entendiendo que la radio manejaba su propio lenguaje.

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Figura 17. Fotografía Información: (archivo PNUD 2015).

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Balsebre (1994) lo aborda como:

El conjunto de formas sonoras y no sonoras, representadas por el sistema expresivo de la palabra, la música, los efectos sonoros y el silencio, cuya significación viene determinada por el conjunto de los recursos técnico-expresivos de la reproducción sonora y el conjunto de factores que caracterizan el proceso de percepción sonora e imaginativo-visual de los radioyentes (p. 25).

De ahí que se partiera desde el reconocimiento sonoro de sus elementos: la palabra, como unidad y fragmento funcional de este lenguaje; la música, como el reflejo del alma y las emociones; los efectos sonoros, como la aproximación a su contexto, y el silencio, como herramienta de reflexión.

Se profundizó en el manejo de herramientas digitales de producción para facilitar la elaboración de productos finales, los cuales giraron en torno al aprendizaje de algunos géneros radiales como: la entrevista, para indagar, entender y comprender; la noticia, para estructurar la información adquirida en la relación con el contexto; la crónica, para contar una historia, y el reportaje, para profundizar desde diferentes miradas un acontecimiento.

En este momento no solo se hacía práctica en laboratorios sino que los insumos, material comunicativo, eran el resultado de una discusión de grupo (ejercicio de sala de redacción) y encuentro e indagación en terreno (reportería).

Se entendió, entonces, que la producción sonora era más que hablar por un micrófono y que la presencia de un lenguaje radiofónico sugeriría la existencia de unos formatos radiales como el noticiero, la radiorevista y la radionovela, que serían a la vez nutridos por esos géneros radiofónicos para entregar un producto finalizado, que es el que hoy se escucha por las emisoras aliadas al proyecto.

Fundamentación para el liderazgo y temáticas transversales

En este último módulo se reconocería que la posibilidad de poner a circular contenidos comunicativos en nuestras comunidades, nos obligaría a adoptar un comportamiento ético de liderazgo, pues al tener la posibilidad de definir las temáticas de estos contenidos, se podría estar en riesgo de caer en la manipulación y el ejercicio persuasivo de un nuevo grupo de poder hacia las comunidades, lo que impediría o dificultaría un aporte contundente a los proyectos de cambio y desarrollo social que se estuvieran trabajando en el sector.

Con esta mirada transversal al proyecto, se reflexionó sobre lo que sería el quehacer y la discusión se sustentó en los principios democráticos de la comunicación. “La actividad comunicativa debe corresponder a instancias sociales y democráticas, en las que el control real de la información provenga de los receptores organizados y de los productores sociales de los mensajes” (Roncagliolo, 1982, p. 33). Se trataba de poder definir cuáles sería los motivos para informar y tener claro que la

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posesión de un centro de producción radial era un hecho de oportunidades tecnológicas más que de dinámicas de poder:

(...) No se trata simplemente en convertirse en propietarios de una estación de radio, un periódico o un canal de televisión, sino de apropiarse del proceso de comunicación, que incluye el contenido, la gestión y sobre todo la toma de decisiones (Tufte, 2008, p. 23).

Aquí no podemos olvidar que nuestro grupo base del proyecto estaba conformado por líderes sociales con experiencia, reconocimiento y respeto en el sector, ganado con el trabajo adelantado desde las juntas de acción comunal, los grupos culturales, las agrupaciones juveniles, y como integrantes de proyectos productivos y autosostenibles de las organizaciones deportivas.

Somos reporteros para el cambio

Reporteros Para el Cambio fue el primer resultado y el nombre que se adoptó para este nuevo grupo de formación, el cual se sustentó en las dinámicas del manejo de la información que asumirían y en la capacidad de aprovechar los contenidos comunicativos que produjeran para generar acciones de cambio y desarrollo social en sus comunidades, creando así un modelo de relación entre el quehacer, cómo hacerlo y para qué hacerlo, y el cómo se hizo y qué se logró.

Capriles (2008) concluyó que:

Para que ese otro modelo se legitime plenamente, es necesario que se comunique sobre todo. Al menos sobre todo lo que reviste interés social o comunitario (...) Solo sería simulación, si el modelo no estuviera al servicio de la discusión y manejo (toma de decisiones) de los asuntos comunitarios y sociales (p. 20).

En esas discusiones y esas tomas de decisiones es donde los Reporteros para el Cambio jugarán un papel importante.

Otro resultado fue la implementación de un centro de producción radial que se logró gracias al aporte para la compra de tecnología por parte de PNUD, OCHA, Unicef y la Alcaldía Municipal de Soacha, al poder contar con una planta física con el apoyo del Club Rotario, quienes cedieron un espacio de uno de sus proyectos sociales de biblioteca y centros de emprendimiento, y la implementación técnica de montaje y puesta en funcionamiento por parte de UNIMINUTO.

Pero, quizás el mayor logro, sin desconocer lo fundamental de lo anterior, fue que el centro mismo de producción radial fue el resultado de un ejercicio de los reporteros para el cambio en formación, quienes se cuestionaron sobre sus necesidades, plantearon alternativas y decidieron gestionar e implementar lo que ellos mismos llaman “su emisora”. Mientras ellos recibían la capacitación por parte de UNIMINUTO, en el terreno, las agencias internacionales, mencionadas anteriormente, estaban facilitando esta

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herramienta de cambio y desarrollo social junto con la comunidad.

Hoy somos conscientes de que el proyecto obtuvo unos resultados importantes, que se logró una articulación institucional y un aprendizaje sobre lo que significa el trabajo en conjunto e interinstitucional, que es visible en la medida en que aún se emiten sus contenidos por las emisoras UNIMINUTO Radio y Radio Mundial, por medio del proyecto de comunicación Periodismo Público Radio, lo que garantiza su continuidad, dado que la relación con estas emisoras es institucional y no se está sujeta a las necesidades del mercado o a los

intereses particulares. Sin embargo, entendemos también que no es un proceso finalizado, y que, a la vez, su buen desarrollo depende directamente del compromiso y de la actitud de cambio y desarrollo de los reporteros comunitarios y sus comunidades, pues el acompañamiento de quienes intervinimos en este proyecto no se dará por siempre.

El verdadero resultado final se verá cuando la comunidad se apropie de sus espacios, de sus dinámicas sociales y sea autónoma y gestora de sus propios proyectos de cambio y desarrollo social, y entonces ahí habrá un reportero para el cambio dispuesto a actuar.

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ÍNDICE GENERAL DE FIGURAS

Fotografía portada “Altos de la Florida” Archivo PNUD, 2015

Figura 1. Fotografía Niebla 12

Figura 2. Fotografía Montaña 18

Figura 3. Fotografía el Antiguo árbol del amor: el poblador más viejo de Altos de la Florida 32

Figura 4. Fotografía Construyendo 35

Figura 5. Caracterización poblaciónal de Altos de la Florida 36

Figura 6. Fotografía Edificación 37

Figura 7. Actividad económica de Altos de la Florida 39

Figura 8. Fotografía Techos 41

Figura 9. Participación en eventos de socialización del Plan de Desarrollo Municipal 51

Figura 10. Beneficiarios de programas de la administración municipal 52

Figura 11. Fotografía Cerca del cielo 58

Figura 12. Fotografía Acción 65

Figura 13. Fotografía Complejidad 69

Figura 14. Fotografía Dinámica 77

Figura 15. Fotografía Omisión 81

Figura 16. Fotografía Comunicación 93

Figura 17. Fotografía Información 97

ÍNDICE GENERAL DE TABLAS

Tabla 1. Nivel macro 55

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Esta publicación es financiada por:

El programa: Construyendo soluciones sostenibleses apoyado por:

Bogotá, D.C. Calle 81B No. 72B-70 Teléfono: +(57)1-2916520www.uniminuto.edu

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