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Caracas • marzo-abril de 2013 LE MONDE diplomatique Venezuela 16 C omo marxista y hombre de gobierno, ¿por qué considera fundamental el trabajo llevado a cabo por Chávez en el continente? He acompañado al presidente Evo en los encuentros que tuvo con Hugo Chávez como gobernador y construc- tor de un nuevo tipo de Estado. Hugo ha sido el Presidente de los humildes, de los trabajadores de toda América latina. Un rompeolas: entre una era de subordinación a los dictámenes neoliberales del Fondo monetario in- ternacional y de resignación, a una de un nuevo rescate del continente, ini- ciado por un hombre que supo captar e interpretar las pulsaciones telúricas. En momentos históricos particulares, líderes carismáticos concentran en su misma figura los sentimientos de una época emergente. No sucede a menu- do, pero así ha sido con Chávez: hom- bre del pueblo, y no de la aristocracia, de origen indígena, que tomó el poder no con los armas, sino con el voto. El siglo pasado ha cerrado con una gran sublevación democrática, indicando esto que los parámetros de lo posible se estaban modificando en América Latina. Luego llegaron otros presiden- tes progresistas o socialistas como Evo. La importancia de las intuiciones de Chávez en tema de política económica, de integración continental, de pensa- miento estratégico, se comprenderán en unas décadas. Retomando el con- cepto de la Patria Grande, reafirmó un nuevo sentimiento colectivo y social para América Latina, descolonizó nues- tro imaginario. Abrió el camino para una nueva concepción del Estado, no sólo como aparato, trinchera, bastión distante del pueblo, a conquistar y des- truir con las armas, como intentaron hacer las revoluciones del siglo pasado, sino como poder constituyente, que la sociedad, desde abajo, construye y transforma, con base en nuevas rela- ciones sociales, una nueva hegemonía. Puso en evidencia una relación entre socialismo y democracia, concebida no sólo como el mero ejercicio del voto, sino vinculada a la distribución de la ri- queza, a la toma de decisiones respecto a los bienes comunes, al antiimperialis- mo. Afirmó la importancia del amor en la construcción de un nuevo proyecto político y de la mujer en la lucha por la libertad de todas y todos. Es por esto que habrá siempre un pedacito de su vida que palpite en la de los millones de seres humanos que seguirán luchando por el socialismo. Usted ha dicho que una revolución que se detenga está perdida, pero en Bolivia hay quien acusa a su gobierno de querer retroceder demasiados pasos. ¿En qué punto están las cosas? El socialismo, en Bolivia, es un fu- turo que se construye a partir de dos componentes. El primero, el originario indígena, basado en el bien común, en la comunidad como riqueza y forma de trabajo. Este concepto, que se funda en nuestro pasado, hoy tiene que elevar- se, superar el concepto de comunidad local para transformarse en universal. La segunda raíz tiene su origen en las luchas contemporáneas de los obreros y los pueblos que están en el surco del so- cialismo y buscan la reapropiación de la riqueza por parte de quien la produce. Estas dos raíces pulsan en la sociedad boliviana y deben ser sintetizadas en un discurso duradero cuyo éxito depende- rá mucho de la capacidad de relación de estas dos fuerzas para construir la fuerza material y política de las clases populares bolivianas. Los cambios que se han producido ¿han determinado la irreversibilidad del proceso boliviano? No sé si el nuestro sea un proceso irreversible, pero por lo complicado es sólido. Aunque todavía debe expan- dirse, y para esto se debe romper con el individualismo y el corporativis- mo, introducir lo universal y el bien común colectivo también en nuestra cotidianidad. Y no es fácil liberarse del peso de siglos de colonialismo que ha producido en las sociedades latinoame- ricanas fragmentaciones, individualis- mo, tendencia a imitar las relaciones de poder de los pocos que dominan a muchos. Tanto dentro como fuera hay fuerzas e intereses que hacen presión para detener o destruir el proceso de transformación. La Venezuela de Chávez ha sido la volución puede crecer o avanzar sola, sin el aporte de otro pueblo y de otra revolución. Debemos continuar en esta vía. El futuro será el de un estado con- tinental multinacional. Tenemos todo para llegar a esto: recursos naturales, juventud, capacidad productiva, ali- mentos. El siglo XXI estará marcado por este estado continental y el mundo llevará la marca de su fuerza geográfica y política. Existen, sin embargo, conflictos territoriales muy fuertes, como entre su gobierno y el del chileno Sebastián Piñera: Bolivia reclama una salida al mar, pero Chile dice que no en nom- bre de la soberanía nacional. La actitud de Piñera aparta a Chile de su verdadero destino. El gobierno chileno se mira en Europa, cuando su mirada radica en Latinoamérica. Por eso debería saldar la deuda contraída en el siglo XIX y que mutiló a un país soberano. Cuando el Estado chileno se reencuentre con el espíritu latinoame- ricano, cuando reencuentre su propia historia en la clase popular y no en la élite del mercado y de los negocios, llevará su contribución fecunda para la integración y complementariedad de América Latina. En su futuro inmedia- to, Chile tiene una gran tarea: darle la espalda a esta política de aislamiento y contribuir al futuro de continente para influir en el del mundo. l Traducción: E.A. *Periodista italiana. Enviada especial a Caracas por Il Manifesto. A cargo de la edición italiana de Le Monde diplomatique. Esta entrevista fue publicada en Il Manifesto, Roma: 2 de abril de 2013 Álvaro García Linera, vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia. Culto, gentil, mesurado, llegó a Caracas para el X encuentro de intelectuales, artistas y luchadores sociales en defensa de la humanidad. En la amplia sala del hotel Alba, repleta, dio una conferencia sobre los legados del presidente venezolano Chávez para América Latina. Al margen del encuentro, concedió esta entrevista Entrevista a Álvaro García Linera “Este es el momento de la revolución latinoamericana, pero nadie puede avanzar solo” Por Geraldina Colotti* fuerza impulsora de nuevas alianzas continentales basada en el intercam- bio solidario. Bolivia, en particular, ha disfrutado de esto. ¿Teme que haya un retroceso en este aspecto? Si, como todo lo indica, Nicolás Maduro es confirmado en la presi- dencia de Venezuela, las políticas de integración continuarán así como el reforzamiento de la libertad del con- tinente. Este es el momento de la re- volución latinoamericana, pero nadie puede avanzar solo. Venezuela allanó el camino y demostró que ninguna re- La importancia de las intuiciones de Chávez en tema de política económica, de integración continental, de pensamiento estratégico, se comprenderán en unas décadas

Alvaro García Linera: “Este es el momento de la revolución latinoamericana”

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Entrevista al vicepresidente boliviano realizada por la periodista italiana Geraldina Colotti, en Caracas. En Le Monde diplomatique N° 41, edición venezolana

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Page 1: Alvaro García Linera: “Este es el momento de la revolución latinoamericana”

Caracas • marzo-abril de 2013Le Monde diplomatique Venezuela 16

Como marxista y hombre de gobierno, ¿por qué considera fundamental el trabajo llevado

a cabo por Chávez en el continente?He acompañado al presidente Evo

en los encuentros que tuvo con Hugo Chávez como gobernador y construc-tor de un nuevo tipo de Estado. Hugo ha sido el Presidente de los humildes, de los trabajadores de toda América latina. Un rompeolas: entre una era de subordinación a los dictámenes neoliberales del Fondo monetario in-ternacional y de resignación, a una de un nuevo rescate del continente, ini-ciado por un hombre que supo captar e interpretar las pulsaciones telúricas. En momentos históricos particulares, líderes carismáticos concentran en su misma figura los sentimientos de una época emergente. No sucede a menu-do, pero así ha sido con Chávez: hom-bre del pueblo, y no de la aristocracia, de origen indígena, que tomó el poder no con los armas, sino con el voto. El siglo pasado ha cerrado con una gran sublevación democrática, indicando esto que los parámetros de lo posible se estaban modificando en América Latina. Luego llegaron otros presiden-tes progresistas o socialistas como Evo. La importancia de las intuiciones de Chávez en tema de política económica, de integración continental, de pensa-miento estratégico, se comprenderán en unas décadas. Retomando el con-cepto de la Patria Grande, reafirmó un nuevo sentimiento colectivo y social para América Latina, descolonizó nues-tro imaginario. Abrió el camino para una nueva concepción del Estado, no sólo como aparato, trinchera, bastión distante del pueblo, a conquistar y des-truir con las armas, como intentaron hacer las revoluciones del siglo pasado, sino como poder constituyente, que la sociedad, desde abajo, construye y transforma, con base en nuevas rela-ciones sociales, una nueva hegemonía. Puso en evidencia una relación entre socialismo y democracia, concebida no sólo como el mero ejercicio del voto, sino vinculada a la distribución de la ri-queza, a la toma de decisiones respecto a los bienes comunes, al antiimperialis-mo. Afirmó la importancia del amor en la construcción de un nuevo proyecto político y de la mujer en la lucha por la libertad de todas y todos. Es por esto que habrá siempre un pedacito de su vida que palpite en la de los millones de seres humanos que seguirán luchando por el socialismo.

Usted ha dicho que una revolución que se detenga está perdida, pero en Bolivia hay quien acusa a su gobierno de querer retroceder demasiados pasos. ¿En qué punto están las cosas?

El socialismo, en Bolivia, es un fu-turo que se construye a partir de dos componentes. El primero, el originario indígena, basado en el bien común, en la comunidad como riqueza y forma de trabajo. Este concepto, que se funda en nuestro pasado, hoy tiene que elevar-se, superar el concepto de comunidad local para transformarse en universal. La segunda raíz tiene su origen en las luchas contemporáneas de los obreros y los pueblos que están en el surco del so-cialismo y buscan la reapropiación de la riqueza por parte de quien la produce. Estas dos raíces pulsan en la sociedad boliviana y deben ser sintetizadas en un discurso duradero cuyo éxito depende-rá mucho de la capacidad de relación de estas dos fuerzas para construir la fuerza material y política de las clases populares bolivianas.

Los cambios que se han producido ¿han determinado la irreversibilidad del proceso boliviano?

No sé si el nuestro sea un proceso irreversible, pero por lo complicado es sólido. Aunque todavía debe expan-dirse, y para esto se debe romper con el individualismo y el corporativis-mo, introducir lo universal y el bien común colectivo también en nuestra cotidianidad. Y no es fácil liberarse del peso de siglos de colonialismo que ha producido en las sociedades latinoame-ricanas fragmentaciones, individualis-mo, tendencia a imitar las relaciones de poder de los pocos que dominan a muchos. Tanto dentro como fuera hay fuerzas e intereses que hacen presión para detener o destruir el proceso de transformación.

La Venezuela de Chávez ha sido la

volución puede crecer o avanzar sola, sin el aporte de otro pueblo y de otra revolución. Debemos continuar en esta vía. El futuro será el de un estado con-tinental multinacional. Tenemos todo para llegar a esto: recursos naturales, juventud, capacidad productiva, ali-mentos. El siglo xxI estará marcado por este estado continental y el mundo llevará la marca de su fuerza geográfica y política.

Existen, sin embargo, conflictos territoriales muy fuertes, como entre su gobierno y el del chileno Sebastián Piñera: Bolivia reclama una salida al mar, pero Chile dice que no en nom-bre de la soberanía nacional.

La actitud de Piñera aparta a Chile de su verdadero destino. El gobierno chileno se mira en Europa, cuando su mirada radica en Latinoamérica. Por eso debería saldar la deuda contraída en el siglo xIx y que mutiló a un país soberano. Cuando el Estado chileno se reencuentre con el espíritu latinoame-ricano, cuando reencuentre su propia historia en la clase popular y no en la élite del mercado y de los negocios, llevará su contribución fecunda para la integración y complementariedad de América Latina. En su futuro inmedia-to, Chile tiene una gran tarea: darle la espalda a esta política de aislamiento y contribuir al futuro de continente para influir en el del mundo. l

Traducción: E.A.

*Periodista italiana. Enviada especial a Caracas por Il Manifesto. A cargo de la edición italiana

de Le Monde diplomatique. Esta entrevista fue publicada en Il Manifesto,

Roma: 2 de abril de 2013

Álvaro García Linera, vicepresidente del Estado plurinacional de Bolivia. Culto, gentil, mesurado, llegó a Caracas para el x encuentro de intelectuales, artistas y luchadores sociales en defensa de la humanidad. En la amplia sala del hotel alba, repleta, dio una conferencia sobre los legados del presidente venezolano Chávez para américa Latina. Al margen del encuentro, concedió esta entrevista

Entrevista a Álvaro garcía Linera

“Este es el momento de la revolución latinoamericana, pero nadie puede avanzar solo” Por Geraldina Colotti*

fuerza impulsora de nuevas alianzas continentales basada en el intercam-bio solidario. Bolivia, en particular, ha disfrutado de esto. ¿Teme que haya un retroceso en este aspecto?

Si, como todo lo indica, Nicolás Maduro es confirmado en la presi-dencia de Venezuela, las políticas de integración continuarán así como el reforzamiento de la libertad del con-tinente. Este es el momento de la re-volución latinoamericana, pero nadie puede avanzar solo. Venezuela allanó el camino y demostró que ninguna re-

La importancia de las intuiciones de chávez en tema de política económica, de integración continental, de pensamiento estratégico, se comprenderán en unas décadas