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AMARES

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Una revisión crítica sobre las concepciones del amor en la cultura dominante.

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AMARES… efraínrojasbruschetta

“El amor es un ser vivo / que no se corrompe / ni muerto.Así, transita entre nosotros / sin prestigio alguno /

y a veces / atropellado y perseguido,en forma de canción, o de / revoluciones.”

(Grupo “Tránsito”, México)

Sí, querido/a lector/a: leyó bien: el título dice “Amares” y NO “Amarres”. Si esto último es lo que busca, mejor recurra a su Hermelinda Linda o Aniceto Verduzco de cabecera. Y perdone, pero de ser así más vale que NO le vaya bien. Porque el amor, si algo no puede aceptar sin morir, es que se le amarre.

Tampoco se sorprenda de que en este espacio, que suele tratar temas culturales y sus implicaciones políticas, hablemos hoy de amor: ningún tema más político puede impregnar nuestra cultura; ningún tema cultural tiene más repercusiones políticas. ¿Cultural y político el amor? ¡Claro que sí!

Hace tres años, en Guadalajara, la TV reportaba el asesinato de una mujer por su pareja. La reportera hacía al legista una pregunta estúpida: “¿Y no le parece demasiada saña 60 puñaladas para un asesinato?” A lo que el médico dio una respuesta imbécil: “¡Claro! Si te quiero mucho, y te voy a matar, con una sola puñalada al corazón, ya tienes.” Diálogo idiota que indica el signo de los tiempos: mientras la violencia de género y los feminicidios crecen, el valor de la vida disminuye... Y Margarita, “La diosa de la cumbia”, sigue cantando: “Que bellos son tus celos ¡de hombre!, / que sientes cada vez que me voy…” (¡Horror!)

La cultura del amor romántico y sus trampas satura los mensajes de los medios masivos, y un neoconservadurismo galopante gana terreno, alarmantemente, en el público joven. No tenemos escuelas del amor y el desamor, y a falta de una formación objetiva de la emotividad, de un manejo racional de los sentimientos, de un análisis crítico de la moral dominante, lo que la gente tiene a la mano son las películas y las telenovelas de amor infortunado, y el sadomasoquismo de canciones que dicen cosas como “no quiero la vida si he de verte ajena”, “cuando vayas conmigo no mires a nadie”, o “el que ama no puede pensar, todo lo da…” ¿Cuánta violencia, codependencia, abuso, sufrimiento, incluso crimen, se incuban en esta cultura del “amor”, hábilmente manipulada cada 14 de febrero?

Es cierto que crece una conciencia crítica al respecto, y que formas distintas, más humanas y reales, del amor, se abren paso. Pero es cierto también que el miedo y el odio de la mentalidad conservadora atacan ferozmente: feminicidio al alza, crímenes homofóbicos, linchamiento moral hecho “talk show”, etc. Si asumimos que los fenómenos que llamamos amor atañen a las necesidades humanas básicas (no solo la sexualidad, las relaciones interpersonales y la emotividad, sino la reproducción, la producción y la supervivencia), podemos entender que el amor es una categoría política, y que es urgente revisar ese campo sistemáticamente,

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con herramientas científicas y espíritu crítico, de modo que podamos atender esa parte del individuo y la colectividad en estos tiempos duros. Porque igualmente, las propuestas de construcción de una sociedad mejor implican mejores formas de amar. No hablamos de las payasadas de la “República amorosa” del Peje ni del chantaje tramposo del Yunque/Partido “Humanista”. Hablamos de una nueva relacionalidad crítica y autocrítica pero también gozosa, sin miedo al principio del placer (que hay que rescatar de manos de los mercaderes del hedonismo barato), y con conciencia clara de que amar es acto de libertad en sí mismo y para quien lo ejerce, de que se trata de una actitud y no de un misterio o un milagro, de que las condiciones y posibilidades de amar se construyen día a día en el aquí y ahora de este mundo y vida, y no en el reino de los cielos o el castillo encantado. De que amar es además un arma de combate por la liberación y por la dignidad.

Y vuelvo a nuestro título: “Amares”, más que “Amores”. Más verbo, menos predicado y con un único “sujeto”: quien ama, y no a quien ama. Si decimos “amor”, corremos el riesgo de cosificar lo que amamos; si decidimos amar, ejercemos la decisión, la responsabilidad, el compromiso y la libertad que implica.

Quede esto aquí por hoy, también, como homenaje a quienes cayeron en combate el 14 de febrero de 1974 en una casa de San Miguel Nepantla: Alfredo Zárate, Mario Sánchez Acosta, Carmen Ponce, Anselmo Ríos y Dení Prieto, militantes de las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN, antecedente del actual EZLN). Ejerciendo el amar en otra forma, y con otras palabras:

“A tu amor / ámalo y déjalo jugar, déjalo correr, / déjalo cansarse,/

déjalo dormir en paz. /A tu amor,/ ámalo, y déjalo ser / lo que es.”

(“Los Dulces bárbaros”, Brasil)https://www.youtube.com/watch?v=THGO65szumI

Más allá- y más acá-

de cualquier hábitote habito, amor;ávido de tu sery de tu estar… No ha habidomayor dulzor que el de tu fruta frescani mejor floraciónque la brotada en ti.