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Amazonia energética: entre el crecimiento económico y la amenaza a pueblos
originarios
Ángela Navia 1
Palabras Claves: Colombia. Amazonia. Economía extractiva. Petróleo. Desarrollo.
Impactos ambientales. Seguridad societal. Comunidades Indígenas.
Eje temático No 5: Desarrollo, Recursos Naturales y Energéticos
Autorización: La autora expresa la autorización de disponer del presente documento para posibles publicaciones según
determine el comité organizador.
1 Abogada Universidad de Nariño (Colombia). Estudiante Maestría en Relaciones Internacionales con énfasis
en derechos Humanos en Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Ecuador. Investigadora en la misma Universidad. Correo electrónico : [email protected]
Amazonia energética: entre el crecimiento económico y la amenaza a pueblos
originarios.
“Un sistema asesino del mundo y de sus habitantes, que pudre el agua, aniquila la tierra y envenena el aire y el alma
esta en violenta contradicción con culturas que creen que la tierra es sagrada porque sagrados somos nosotros, sus hijos: esas culturas, despreciadas,
tratan a la tierra como madre no como insumo de producción y fuente de renta.”
Eduardo Galeano.
INTRODUCCIÓN
El desarrollo de exploraciones y explotaciones petroleras en la amazonia colombo-
ecuatoriana ejemplifica la contradicción entre paradigmas económicos y paradigmas
humanos sustentados en la naturaleza, el territorio y la cultura. El presente artículo centra
su análisis en el caso de la Amazonia Colombiana. El objetivo es esgrimir la discusión entre
la carrera energética del país y la existencia de pueblos originarios. La ambición de
recursos naturales en muchas regiones de Colombia, específicamente aquellas que se
encuentran comunidades indígenas, ha sido merecedora de variados estudios, análisis,
justificaciones, argumentos y contra argumentos. Las páginas que han dedicado académicos
sobre el tema responden a la complejidad de la problemática.
La revisión de literatura devela un tratamiento académico de la problemática planteada en
ámbitos económicos y socio- ambientales. Resultado de ella es posible sintetizar tres áreas
desde donde se ha estudiado el tema: 1) Impactos al medio-ambiente 2) Estudio de
conflictos socio-ambientales, con una gama de enfoques, corrientes, objetivos y propuestas.
Y 3) El ámbito de derechos colectivos, aquí encontramos estudios concernientes al
desarrollo de derechos colectivos y culturales, así como lo relacionado a instrumentos
jurídicos de protección de las comunidades indígenas como lo son las consultas previas.
En este marco de valiosos aportes se descubre un elemento insuficientemente abordado de
manera directa .Se trata de la existencia plena de comunidades indígenas en los requisitos
propios de su existencia tales como: lengua, cultura, costumbres, relaciones simbólicas, en
términos generales, de su identidad. Por tanto, este escrito se centra en el estudio de estas
circunstancias, razón por lo cual se alude a las dimensiones de la seguridad societal para
explicar el fenómeno.
El presente estudio hace parte de una investigación general sobre las variables expuestas.
Para ello se ha optado por un estudio de caso que permite estudiar de fondo la
problemática, así como la corroboración de desarrollos teóricos al respecto. Se trata de la
amazonia Colombia, específicamente en el departamento del Putumayo, en la región del
Valle del Gumaez donde se encuentra el cabildo del Pueblo indígena Cofan. Zona blanco
de múltiples proyectos de explotaciones y exploraciones petroleras. El presente artículo
constituye la parte inicial de dicha investigación.
A fin de alcanzar el objetivo planteado, el documento se divide en cuatro secciones. En
primer lugar, se realiza una exposición de la carrera energética que ha emprendido
Colombia y el papel de la amazonia en ella. En la siguiente sección se aborda, en primer
instante, la visión gubernamental evidenciando el modelo de desarrollo; en segundo
momento, se establece explicaciones desde la economía política, entendiendo el afán por
los recursos naturales dentro de las dinámicas del capital. En el tercer apartado se evidencia
como la carrera energética constituye una amenaza a la seguridad societal -en términos de
Barry Buzan- como dimisión de la seguridad humana de las comunidades originarias de la
amazonia. Finalmente, se expone las características del estudio de caso. Este análisis
permite concluir que el acomodamiento sumiso de Colombia a políticas económicas,
necesarias hoy para el sistema, bajo una visión lineal y crematística de desarrollo, esta
implicando la extinción de pueblos originarios y con ello el sacrificio de valores históricos
y culturales.
1. COLOMBIA ENERGÉTICA
“Ronda Colombia” es el nombre de la estrategia gubernamental diseñada en diciembre del
2010, su objetivo es posicionar el país como una potencia energética. En ella se establecen
diferentes bloques de exploración y explotación de petróleo en toda la geografía
colombiana. Sin embargo, “el boom petrolero” actual se ubica en una particular etapa de la
política petrolera del país; es decir, la carrera extractiva data desde las primeras décadas del
siglo XX desarrollando una serie de fases determinadas por las lógicas internacionales de
la economía.
El siglo XX inicia con el posicionamiento de intereses económicos por la extracción de
petróleo, el arranque puede situarse “en el año 1915, por parte de la Tropical OilCompany
en una zona aledaña Barrancabermeja en el departamento de Santander. Desde ese
momento la política petrolera nacional fue ofrecer contratos de exploración y explotación
a quién tuviera los recursos para realizar estas actividades. Funcionando bajo el sistema
de concesiones Colombia producía el 1.19% del crudo mundial y para el año 1927
ocupaba el octavo puesto como productor en el mundo.”(Prensa rural, 2004)
Pese al ambicionado fin, es hasta 1980 que se inician los períodos de bonanza petrolera, al
igual que ocurrió en los países vecinos, en respuesta a los nuevos yacimientos petroleros y,
en consecuencia, a la elevada explotación y consiguiente exportación. En este marco
óptimo para el fin de la política petrolera se da la bienvenida a la consolidación de
estructuras neoliberales y una década de 1990 caracterizada con el inicio de la apertura
económica y de una adecuación de políticas internas obedientes al consenso de
Washington.
Las políticas gubernamentales, independiente del partido político de turno en el poder, no
se han alejado de este fortalecimiento neoliberal. La consolidación del plan Colombia desde
el año 2000, con sus diferentes fases, hasta nuestros días (plan patriota) reforzaron el
camino de inversión extranjera con garantías de seguridad militar y a la vez proyectos de
infraestructura. Con estas características la última década ha centrado su preocupación en
situar a Colombia como un país altamente competitivo por su oferta en recursos naturales,
en especial proyectos de energía minera y petrolera. Bajo este objetivo en el año 2003
(mediante decreto 1760 de 2003) se crea la Agencia Nacional de Hidrocarburos (AHN),
entidad depositaria del objetivo cumbre en el país: la carrera energética.
Forjando este camino, hoy tenemos un marco institucional focalizado en dicho objetivo
primordial. Situación evidenciada en los últimos planes de desarrollo presidenciales, desde
el gobierno Uribe y en el actual gobierno de Juan Manuel Santos, con mayor fuerza en este
ultimo. Periodos en los que se expide el plan nacional energético y “visión Colombia
2019”, documentos gubernamentales prospectivos de una elevada explotación de crudo en
los años siguientes.
En este marco institucional se ubica Ronda Colombia, su consolidación como política
gubernamental contempla un proceso de oferta de nuevas áreaspara la exploración de
petróleo en regiones geoestratégicas. El proyecto ha establecido la búsqueda en 109
bloques (en 13,4 millones de hectáreas), puestos a disposición de compañías nacionales y
extranjeras para la exploración de hidrocarburos.
1.1 La Amazonia: territorio predilecto para el fin energético.
Desde el “boom petrolero” de los años ochenta hasta Ronda Colombia, en la actualidad, y
las proyecciones para el 2019 la amazonia ha constituido un territorio estratégico para el fin
energético. Su riqueza natural la ubica en el lugar privilegiado para la explotación de
recursos naturales y, en consecuencia, el marco geográfico propicio para la consolidación
de una economía extractiva.
Su riqueza natural ha sido la causa por la cual históricamente se ha posicionado como un
territorio apetecido por intereses mezquinos a su mismo entorno natural. Acorde a Fontaine
la amazonia se vio irrumpida por lógicas de la modernidad en cuatro etapas:
“El período que separa el descubrimiento y establecimiento de las primeras
misiones católicas en los siglos XVI-XVIII, el auge de la economía mundial del
caucho en el siglo XIX, la colonización agrícola y la creación de los
primeros centros de comercio en la primer mitad del siglo XX, y la irrupción
del capitalismo moderno con la entrada de las empresas nacionales y
multinacionales en la región en la segunda mitad del siglo XX”(Fontaine, 2007:
278).
El desarrollo y consolidación de la última etapa es la característica de este territorio
durante las últimas décadas, con una riqueza natural necesaria para las actuales dinámicas
del capital y por tanto territorio invadido por proyectos de extracción.
Ahora bien, la amazonia Colombiana se ve atravesada por la división administrativa del
país, es decir comprende y se ubica en diferentes Departamentos (Amazonas, Caqueta,
Cauca, Guainía, Guaviare, Meta, Nariño, Putumayo, Vaupés, Vichada), siendo uno de los
mas predilectos para los intereses económicos el Putumayo.
Las concesiones a empresas petroleras ha sido la constante en los últimos 40 años en el
Putumayo. Es desde 1970 cuando entra Texaco al territorio, “en aquella época, la
población del Putumayo no superaba los 20.000 habitantes, entre los cuales 18.000 eran
indígenas (inga, cofán, siona, huitoto y correguaje). Pero de pronto, dos carreteras fueron
abiertas en territorio inga, mientras que el territorio de los cofán se reducía a 28.000
invadido por los obreros, hasta que el INCORA le otorgase el estatuto de reserva. En 1973,
la colonización alcanzaba el 60 ó 70% del territorio indígena. De tal suerte que los cofán y
los inga entraron en vía de extinción en esta zona.” (Fontaine, 2007:323)
Circunstancia en ascenso hasta nuestros días. Hoy, el Putumayo se constituye en el tercer
Departamento que más aporta en la extracción de barriles .Acorde a los datos del Ministerio
de Minas y Energía, hasta marzo del 2012 el promedio de barriles por día calendario es de
35.486 35.9832. Circunstancia que lo posiciona en las ofertas de Ronda Colombia; en los
informes de la Agencia Nacional de Hidrocarburos y su mapa de tierras3 de agosto del
2012 se puede vislumbrar como el Putumayo constituye un bloque con una amplia gama
2 Información disponible en http://www.minminas.gov.co/minminas/downloads/UserFiles/File/hidrocarburos/Produccion%20de%20Crudo%20por%20Departamento%20%40%2031-Mar-2012.pdf
3 Disponible en http://www.anh.gov.co/media/asignacionAreas/folleto_AGO2212.pdf
de concesiones para la búsqueda de petróleo. Los datos permiten evidenciar el
emprendimiento de una carrera esquizofrénica por encontrar yacimientos de crudo en este
territorio.
Las principales empresas que en la actualidad tienen presencia en el Putumayo son:
ECOPETROL S.A. ,GRAN TIERRA ENERGY COLOMBIA LTD, VETRA E&E
COLOMBIA S.A., EMERALD ENERGY PLC, AMERISUR EXPLORACION
COLOMBIA, UNION TEMPORAL II&B.4
2. MARCO EXPLICATIVO
Establecido este marco contextual surge el interrogante ¿Por qué este objetivo imperioso de
posicionar a Colombia como potencia energética?, ¿Por qué la carrera desbordada de
encontrar petróleo? Este acápite se ocupa de estos interrogantes. El marco general
explicativo radica en la visión de desarrollo que ello representa. Por tanto, en primer lugar
se analiza la visión de desarrollo del objetivo gubernamental; en un segundo momento se
desarrolla la contravsion a la primera, sosteniendo, por tanto, que la carrera energética
responde a necesidad del sistema económico internacional.
2.1 Petróleo: “recurso esencial para el crecimiento económico”.
Los cimientos justificantes de la visión prospectiva y el objetivo macro de constituir al país
como “Colombia energética”, radica en la necesaria inserción en la dinámica internacional,
en el crecimiento económico y, en general ,en la búsqueda de desarrollo . En síntesis, “El
“boom” minero-energético que actualmente experimenta Colombia se presenta como uno
de los pilares para la recuperación del crecimiento del PIB y, por lo tanto, para retomar
“la senda del desarrollo” (Estrada, 2009).
Del documento Colombia visión 2019 se pueden inferir la siguiente lectura del
posicionamiento en la economía internacional: no se trata únicamente de una economía
basada en el extractivismo, también se trata de comercialización y demás servicios
asociados en este proceso , tales como infraestructura, crecimiento en empleo, entre otros
4 Información obtenida del Ministerio de Minas y Energía.
beneficios en materia económica y también social. Es posible sintetizar los argumentos en
la siguiente formula: extracción de petróleo igual a crecimiento económico, crecimiento
económico, igual a desarrollo. Es decir, estamos frente a una visión ortodoxa de desarrollo,
ante la cual no interesa los efectos adversos de la extracción cuando se presume que los
benéficos económicos son superiores.
2.1.1. Visión Ortodoxa de desarrollo
Se trata de una comprensión de desarrollo que lo asume como crecimiento económico,
“una visión del desarrollo como una visión lineal, esencialmente económica, mediado por
la apropiación de recursos naturales, guiado por versiones de eficiencia y rentabilidad
económica” (Gudynas, 2011:23). Esta visión se remonta a los planteamientos de la
economía clásica y neoclásica. Adam Smith, en su obra “La Riqueza de las Naciones” de
1776, centra su análisis de crecimiento económico basado en la potencia de cada nación la
división del trabajo como presupuesto de productividad económica. Años mas tarde David
Ricardo, desarrollo la noción de división de trabajo y ley de ventajas comparativas como
elemento que no solo implica un crecimiento económico sino que también conlleva “la
felicidad de la humanidad”, en este sentido es necesario que cada país produzca se
especialice en “aquellos artículos que, debido a su clima, su situación y demás ventajas
naturales o artificiales, le son propios, o intercambiándolos por los producidos en otros
países.”(Ricardo, 1963:101).
Esta división internacional del trabajo se retoma con fuerza en las últimas décadas
y sirve para explicar por qué Colombia, y los países de la periferia, se enfocan en una
economía extractiva donde se aprovecha la riqueza natural de sus geografías. Ahora bien,
esta visión sostiene que las condiciones de pobreza de nuestros países serán superadas por
el ingreso en las lógicas del mercado, siendo una de ellas la extracción de recursos
naturales.
En la misma lógica se sostiene que el desarrollo ha de ser logrado por los sectores o
actores económicos que tengan el capital y la capacidad para impulsar el crecimiento o
económico, es por eso que muchos “economistas sostienen que, bajo circunstancias de
pobreza y escasez de capital, la gente con poder económico y político asigne los recursos
para promover la inversión”, (Barkin, 2002:180).
2.2 Contra- visión: más allá de paradigma “desarrollo”
En este acápite se aborda el caso de estudio desde una visión crítica, con el presupuesto de
que el paradigma de desarrollo que conduce la carrera energética no es una ley universal ni
irreversible y, que por tanto, no necesariamente el posicionamiento como potencia
desemboca en beneficios. Para llegar a dicha conclusión, se parte de comprender desde
otras perspectivas la carrera extractiva que ha emprendido el país.
Como se vio en el numeral anterior, este propósito planteado por Colombia responde a la
necesidad de posicionar al país en las dinámicas de la economía internacional; en esta
apartado la premisa es la misma, sin embargo, se devela otra explicación de dicha
pretensión.
La carrera por la explotación de recursos naturales se enmarca en un sistema
económico y político: el capitalismo, el cual esta en constante dinámica y con
posicionamiento dialecticos; es decir con contradicciones internas que ha tenido que lidiar
en el transcurso de su existencia. El ascenso en la producción y consumo de bienes
industriales, propias de su esencia, han conllevado a una necesidad marcada de materia
primas. Sin embargo, el elevado margen de producción no ha sido paralelo a la extracción
de las materias primas necesarias, se trata de una marcha de ritmos diferentes: mientras el
primero se direcciona hacia el infinito, el segundo es de carácter finito. De ahí una de las
principales contradicciones que ha debido asumir el capitalismo.
Ahora bien, esta relación inversa se basa en un desarrollo heterogéneo del capitalismo
desde un punto de vista geográfico, tal como lo explica Harvey:
“El capitalismo no se desarrolla sobre una superficie plana dotada por todas
partes de materias primas y de fuerza de trabajo homogénea, con vías y medios de
transporte en todas las direcciones, sino que crece y se extiende dentro de un
ambiente geográfico sumamente variado que abarca gran diversidad en la
munificencia de la naturaleza y en la productividad “. (Harvey 1990:418).
Es en esta heterogeneidad geográfica, los recursos naturales se encuentran en países del
“tercer mundo”. Algunos teóricos han planteado que la base de las guerra del siglo XXI
son las disputas por los recursos (klare,2003 ). Sin embargo, mas allá de estos debates
interesa analizar el papel privilegiado de los países latinoamericanos, en el caso especifico
Colombia, y sus adaptaciones y respuestas a él, pues el lugar de los recursos naturales como
ejes de acumulación del actual estadio capitalista revaloriza y resignifica la importancia que
tiene el territorio latinoamericano para el actual orden.
En esta dinámica, asistimos a la mercantilización de la naturaleza. Es decir, el capital (de
las grandes multinacionales) se apropia de los recursos naturales y les imprime un valor de
consumo que hace que obtengan ganancias. Como lo afirma Enrique Leff, la naturaleza ha
sido cosificada y convertida en elemento de un proceso económico; los recursos naturales
se han vuelto simples objetos para la explotación del capital, ampliando los modos de
valorización económica de la naturaleza (Leff, Portogoncalves et al 2002:480)
En esta suerte de posicionamientos se ubica de forma específica y trascendental el
petróleo. Recordemos que el inicio y arranque del capitalismo se sustento en este recurso.
En consecuencia, el petróleo hace referencia a una “actividad global por naturaleza”
(Fonatine,2007: 54), ya que es un producto de intercambio internacional, pero además “se
trata de un recurso cuya importancia estratégica es tal que su explotación es objeto de
complejas relaciones entre economía y política,” (Fontaine,2007:56 )
Bajo estos presupuestos el petróleo “al final del siglo XX, significaba el 39% del total; y
sus derivados, como gasolina, queroseno, gasoil, etc. son responsables de más del 95% de
la energía que mueve el transporte en el mundo” (Klare, 2003:59). Histórica importancia
que se duplica en el siglo XXI ante la imperiosa necesidad de mantener prácticas de
producción y de consumo.
Bajo la concepción del petróleo como actividad global y como recurso estratégico para el
sistema se estudia los casos locales ricos en crudo, en este caso la amazonia colombiana. En
consecuencia, hay que tener en cuenta que la situación actual de la región“resulta del
modelo de explotación de los recursos naturales impulsado desde la época colonial. En
efecto, desde ese entonces, la explotación obedece a un modelo depredador de
valorización, conforme a criterios individualistas a corto plazo e inspirados por intereses
exógenos” ”(Fontaine, 2007: 277).
2.2 Impactos de la carrera energética: la maldición de la abundancia?
Ante el auge de carreras extractivas en Latinoamérica diferentes estudiosos de la región
han abordado el tema de la extracción de recursos y sus impactos multidimensionales. Pero
más aun, rebatiendo empíricamente la visión de las ventajas supuestas del desarrollo que
se logra con el extractivismo, pues las regiones predilectas para esta actividad resultan ser
las mas marginadas social y económicamente, de ahí que se acuño con fundamentos la
expresión “Maldición de la abundancia” (Acosta, 2009)
En esta lógica se ubica la amazonia y su elevada riqueza en recursos naturales; como
vimos una región connumerosas búsquedas de petróleo, y por tanto escenario de múltiples
impactos negativos y cambios territoriales. Acorde a Avellaneda cada fase de la actividad
petrolera genera un impacto en particular: Exploración: la construcción de vías de
penetración y construcción de campamentos que esto conlleva implica -Alteración de
ecosistemas naturales y antrópicos. Explotación: Contaminación de agua, cambios en las
rutas hídricas, afectaciones económicas para la región, problemas sociales. Transporte:
alteración de ecosistemas , crecimiento desordenado de pueblos. (Avellaneda, 2007:14)
Debe resaltarse que se trata de impactos multidimensionales al territorio, es decir, son de
tipo ambiental, social, económico y un elemento subestimado en la literatura: impactos
culturales. Por tanto, “(e)stá claro que si se contabilizan los costos económicos de los
impactos sociales, ambientales y productivos de la extracción del petróleo o de los
minerales, desaparecen muchos de los beneficios económicos potenciales de estas
actividades” (Acosta, 2009:27)
En conclusión, estamos frente a una visión crematística de la naturaleza y ,por ende,
también de la cultura, sacrificada ante visiones de desarrollo e interese económicos, de ahí
que hablamos del peligro por el cual están pasando las comunidades, en especial indígenas,
ubicadas en territorios de extracción y explotación petrolera. Elemento que se desarrolla en
el siguiente apartado.
3. ACTIVIDAD PETROLERA : AMENAZA A LA SEGURIDAD SOCIETAL
Como se sostuvo en el apartado anterior las diferentes etapas de la actividad petrolera
conlleva afectaciones al medio ambiente y también a la cultura, afectaciones que se
traducen en amenazas a los pueblos asentados en estas zonas. Luego, si partimos de la
existencia de una amenaza es valido eludir a la seguridad, en este caso la referida a la
dimensión societal.
El hablar de seguridad lleva a la referencia de diferentes enfoques y teorías sobre ella. En
este ámbito de estudio encontramos el cambio de paradigma en el nuevo orden mundial
post guerra fría, se trata del traslado de visiones centradas en seguridad estatal y militar a
seguridad con visiones antropocéntricas. En esta ultima esfera surgen conceptos como
seguridad humana, la cual se centra en la protección del individuo. Se trata de comprender
las nuevas amenazas a las cuales se ven expuestos los seres humanos , es decir, en las
ultimas décadas se torno imperativo reconceptualizar la seguridad, antes depositada en las
amenazas al Estado, ante las dinámicas de la globalización (Oswald, 2009:45 ).
Dinámicas en las que se ubican las lógicas económicas expuestas. Por tanto se sostendrá
que el afán de crecimiento económico, la extracción de recursos naturales y la carrera
energética constituyen una amenaza latente a los individuos, pero sobretodo a comunidades
enteras, y es aquí donde se ubica la seguridad societal, siendo aquella que:
“Se ocupa de la capacidad de una sociedad de continuar en su carácter
esencial, en condiciones variables y bajo amenazas posibles o reales. Más
específicamente se refiere al mantenimiento, dentro de condiciones
aceptables en materia de evolución, de los esquemas tradicionales del
lenguaje, la cultura, la asociación, la identidad nacional y religiosa, y las
costumbres.” (1993:23 en Møller, 1996:783)
Es posible sintetizar la seguridad societal como las amenazas y vulnerabilidades
de los elementos que constituyen una cultura, donde se encuentran su cosmovisión
del mundo y la naturaleza, sus costumbres, sus desarrollos endógenos , con pilares
éticos y políticos , en general una amenaza contra toda su identidad y por tanto su
existencia en el mundo como comunidad.
Ahora bien, por que los impactos de la actividad petrolera pone en riesgo la
seguridadsocietal?. El punto de partida radica en el presupuesto aquí recalcado: el
carácter multidimensional e interdependiente de los impactos al territorio y la
población. Es decir, impactos de tipo ambiental trae consigo afectaciones a las
tradiciones y costumbres de una cultura en la medida que genera rompimientos
simbólicos; los impactos sociales, como la pobreza, implica, por ejemplo, la
migración de sus territorios, de su habita.
Si bien estas circunstancias se presentan, en diferente medida, en todos los territorios
donde se dan actividades petroleras es en las comunidades indígenas donde mas se
ubica esta amenaza a su dimensión societal, dada su unificación y existencia en si
misma entorno a una identidad.
4. CASO DE ESTUDIO
A fin de ejemplificar y corroborar lo anterior se ha tomado un caso de estudio donde
convergen las variables: actividades petroleras y existencia de comunidades indígenas.
Como se dijo, se trata de la región amazónica, Departamento de Putumayo, pueblo
indígena Cofan.
El pueblo Cofan se ubica en la parte baja del Putumayo (extendiéndose hasta la parte
amazónica ecuatoriana), específicamente en la región del valle del Guamez. Es
precisamente en territorio de este cabildo que se están llevando a cabo explotaciones
petroleras y desde el año 2010 nuevas y numerosa exploraciones de yacimientos.
Situación que ha conllevado a: Una ocupación del territorio por parte de petroleras; las
exploraciones han implicado tala de árboles y demás ocupaciones en el espacio natural de
los Cofanes; emprendimiento de proyectos de infraestructura (que requiere la explotación,
tales como canales de comunicación: carreteras etc).
Es preciso señalar la siguiente particularidad: los yacimientos descubiertos en los últimos
dos años se ubican en el mismo lugar, o en mucha cercanía, de espacios de desarrollo de su
cosmovisión, tales como sitios naturales de la celebración de sus rituales ; circunstancia
que ha elevado la complejidad de la problemática en la medida que no solo se trata de la
perdida de su territorio , en cuanto espacio físico como tal, sino que se erige como una
amenaza a su espacio societal , pues tal como se expresa en el plan de vida del pueblo
kofan del año 2000:
El territorio para las comunidades indígenas, tiene un gran significado, no se trata
solamente del espacio de vida, sino también el espacio donde se desarrollan las
relaciones simbólicas. Es decir, la presencia del bosque, la fauna, la flora, los ríos
y quebradas, juegan un papel importante dentro de un sistema cosmológico y en
que se sustentan las creencias.39 (Plan e Vida de los cabildos indígenas del Valle
del Guamuez, 2000:100)
Por tanto un elemento mecánico para las empresas de extracción petrolera como lo es la
tala de arboles, implica para el pueblo Cofan la perdida de una relación simbólica con su
entorno y esto a su vez el desarraigo de parte de su costumbres y de su identidad. A estos
elementos simbólicos deberán agregársele elementos como la migración de originarios a
otras regiones, la mortalidad infantil presentada en los últimos años y la colonización
mediante la vinculación de indígenas como obreros a estas empresas foráneas a su mismo
entorno.
Conclusiones
Colombia estableció un marco político y normativo bajo el objetivo de constituir al país
como potencia energética. En el transcurso de estas páginas se ha visto como esta
pretensión, ya en marcha, se sustenta en una visión de desarrollo crematística, se argumenta
la actividad petrolera como elemento indispensable para el posicionamiento del país en la
economía internacional, lo cual conlleva al crecimiento del PIB. Desde este argumento se
sostiene que ello trae consigo el desarrollo tanto para los territorios donde existe el proyecto
minero, como el desarrollo del país en general.
Sin embargo, entender el petróleo como una actividad global insertada a un sistema mundo
lleva a comprender el afán por los recursos naturales dentro del capitalismo y sus nuevas
formas de acumulación, poniendo de relieve la ubicación geoestratégica del país, en
general, y de la amazonia, en particular. Visión que deja de lado beneficios para el país y
los territorios; por el contrario, el responder a intereses del sistema implica desconocer
valores territoriales y visiones de desarrollo multidimensionales del ser humano y las
culturas.
Esta carrera extractiva trae consigo impactos multidimensionales en los territorios donde se
desarrollan, que van desde situaciones irreversibles como las ambientales hasta conflictos
sociales. A ello se le adiciona la particularidad, constante en muchos de los casos de
economías extractivas, de coexistir proyectos extractivos en zonas geoestratégicos para
ello y el asentamiento de comunidades indígenas.
En este escenario los impactos negativos en diferentes fases de la actividad petrolera pone
en amenaza la seguridad societal de estas comunidades. Es decir, la globalización
económica, las dinámicas del capital transnacional y, en este caso en específico, las
implicaciones de economías extractivas, específicamente todo lo concerniente a la
actividad petrolera, necesaria hoy para el capitalismo, pone en amenaza el conjunto
simbólico, cultural, de costumbre y de identidades de comunidades indígenas.
Asistimos a una época de límites desbordados de interés económicos sobrepuestos
al sacrificio de valores culturales. La carrera del capital transnacional por los recursos
naturales impera la necesidad de de-costrucciones de paradigmas crematísticos de la
naturaleza y de “progreso”. Esta urgencia demanda de la academia su atención firme en
estas circunstancias; los debates están abiertos, la tarea exige desarrollos interdisciplinarios.
Pero sobretodo, el reto será interrogarnos sobre la saturación de la racionalidad hacia lo
económico, como lo afirma Leff, cegando los límites de la naturaleza, la vida y la cultura.
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