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Capitulo de historia económica. Conferencia del Doctor Domingo Cavallo.
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1
Introduccin
Amrica Latina y el Consenso de Washington
Domingo F. Cavallo1
Harvard University, Cambridge, Massachusetts, U.S.A.
2004
Yo soy un hombre prctico. Por supuesto, pienso. Pero pienso para prepararme para la accin.
Nunca pretend ser un filsofo social, ni siquiera un teorizador econmico. Ms bien pretend ser un
hombre de estado al servicio de mi Patria y de mi Pueblo.
En las Universidades Nacional de Crdoba y de Harvard, donde me eduqu, le a los filsofos
sociales y estudi teora econmica. Los conocimientos all adquiridos me ayudaron a investigar la
realidad poltica, econmica y social de mi pas desde mi posicin como Director del Instituto de
Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundacin Mediterrnea,
entre 1977 y 1987. All organic y dirig un equipo de investigacin que se dedic a observar y
tratar de entender la realidad Argentina utilizando no slo las herramientas de la economa sino
tambin las de la historia, la geografa y la sociologa. Los integrantes de este equipo investigamos
la realidad con un sentido muy prctico: queramos encontrar soluciones a los problemas de la
Argentina y de los argentinos.
Entre 1987 y 2001 desarroll una intensa actividad poltica. Fui elegido Diputado Nacional en dos
oportunidades. Por Crdoba en 1987 y por la Ciudad de Buenos Aires en 1997. Fui Ministro de
Relaciones Exteriores entre Julio de 1989 y Enero de 1991 y Ministro de Economa en dos
oportunidades: entre Enero de 1991 y Julio de 1996 y entre Marzo y Diciembre de 2001. Fui la
persona que ms influy y, por momentos, la que ms poder tuvo, para impulsar las reformas
econmicas que se aplicaron en mi Pas.
Fui elogiado, hasta la exageracin, por la prensa nacional y extranjera cuando me vean como el
arquitecto de la estabilizacin y el crecimiento de la Argentina. Casi endiosado.
Termin siendo demonizado, cuando alrededor del Ao Nuevo de 2002 se produjo la implosin de
la economa Argentina.
Luch tenazmente contra la corrupcin y las mafias enquistadas en las estructuras del Estado. Fui
injustamente encarcelado, acusado de trfico de armas.
Ya sin poder poltico, sin trabajo y sin dinero, decid residir por un tiempo en los Estados Unidos de
Amrica, donde, por diversas circunstancias, viven todos mis hijos. NYU durante el ao acadmico
2002/2003, y Harvard durante este ao acadmico 2003/2004 me ofrecieron el mbito para la
reflexin luego de tantas batallas. Una suerte de descanso del guerrero. He podido leer y releer lo que escribieron los filsofos sociales y los teorizadores econmicos a lo largo de los 15 aos
durante los cuales la intensidad de mi accin slo me permiti informarme sobre sus opiniones en
artculos periodsticos o conversar con ellos en contadas oportunidades. Por supuesto, me he
concentrado en leer sus interpretaciones y teoras sobre lo que pas en Latinoamrica y la
Argentina.
Dos conjuntos de opiniones me inquietan particularmente. Uno, sobre Latinoamrica, otro, sobre
Argentina.
1 Este trabajo corresponde al dictado de clases en la Universidad de Harvard en calidad de Robert Kennedy
Visiting Professor in Latin American Studies - Department of Economics, correspondiente al primer semestre de 2004.
2
Sobre Amrica Latina, es muy comn leer que entre 1987 y 2001 la mayor parte de sus gobiernos
decidieron implementar las reformas econmicas dictadas por los organismos multilaterales y el
Gobierno de los Estados Unidos de Amrica en el denominado Consenso de Washington. Esas reformas son responsables por el aumento de la desigualdad, la pobreza y las crisis financieras que
azotaron a la regin desde mediados de los 90s.
Sobre Argentina, la interpretacin es muy simple y parece consistente con la teora econmica. Un
plan de estabilizacin basado en el ancla cambiaria, termin provocando una sobre valuacin
extrema del Peso que afect las exportaciones y llev a una triple crisis: monetaria, financiera y de
la deuda. Estas crisis eran largamente esperadas por los mercados. El nico que no las vea venir
era el Gobierno que se resisti a decretar una devaluacin y la suspensin de los pagos de la deuda
pblica a principios de 2001.
Estas opiniones me inquietan no slo porque pintan a Amrica Latina y a la Argentina como
gobernadas durante los 90s por polticos tteres manejados desde Washington, algunos de los cuales fuimos tan pusilnimes que ni siquiera vimos venir lo que los mercados y los economistas
acadmicos consideraban un resultado obvio, sino tambin porque abonan la conclusin de que
ahora, cuando la mayora de los gobiernos de la regin se alejan polticamente de Washington y
estn revirtiendo las polticas de los 90s, los problemas de la regin se van a resolver sin necesidad de recurrir al capital extranjero y ser posible mantener el clima de estabilidad de precios.
Yo estoy convencido que estas dos opiniones son equivocadas y que los dirigentes polticos de
Amrica Latina no deben dejarse llevar por ellas hacia la recreacin de los problemas que azotaron
a la regin durante los 80s y a la Argentina durante ms de 4 dcadas hasta principios de los 90s.
Roberto Mangabeira Unger, un prestigioso filsofo social que ha venido proponiendo alternativas al
Consenso de Washington y que durante los 90s trat de ayudar a pensar sus futuras polticas a varios de los dirigentes latinoamericanos que han estado o estn en el Poder, me ha ofrecido la
oportunidad de debatir sobre Amrica Latina y el Consenso de Washington aqu, ante ustedes. Y a ambos nos interesa no slo intercambiar ideas entre nosotros, sino enriquecernos con vuestras
preguntas y opiniones. Esperamos que este curso sea fructfero para todos y nos acerque a las
mejores alternativas que las naciones de Amrica Latina tienen para conquistar el bienestar de sus
pueblos.
3
Clase N 1
Amrica Latina y el Consenso de Washington
Domingo F. Cavallo2
Harvard University, Cambridge, Massachusetts, U.S.A.
2004
La expresin Consenso de Washington slo resulta de utilidad para comprender la historia reciente de Latinoamrica, si se la interpreta como el apoyo de Washington al Consenso Latinoamericano.
Durante este curso argumentar que hacia mitad de la dcada de los 80 economistas y lderes democrticos en toda Amrica Latina concordaban respecto de la necesidad de introducir nuevas reglas de juego en las economas nacionales que permitieran derrotar la hiperinflacin y renovar el crecimiento econmico. No obstante, no resultaba posible introducir exitosamente estas reformas si
Washington no prestaba su apoyo a Amrica Latina para liberarla de la Trampa de la Deuda.
El apoyo de Washington provino de las Administraciones de George Bush, padre, o Bush 41 y de
Bill Clinton. Sin embargo, a dicho apoyo parecen habrselo llevado los vientos de la
Administracin de George W. Bush, o Bush 43. Desde el lado latinoamericano, este consenso
comenz a desaparecer con Hugo Chvez en Venezuela y Eduardo Duhalde en Argentina.
El objetivo de este curso es examinar si la falta de apoyo por parte de Washington para el
desfalleciente Consenso Latinoamericano dar lugar a un mejor men de reformas o simplemente se consolidar el actual y descorazonador panorama que enfrenta Amrica Latina en nuestros das.
O, an peor, si se recrear la situacin que el continente vivi en los 70 y 80.
En esta primera clase voy a tratar de describir como interpretaba yo la realidad econmica
Argentina hacia 1987, la fecha que normalmente se seala como el inicio de las reformas
econmicas dictadas por el Consenso de Washington. Me resulta fcil ubicarme en aquel ao, porque coincide con el de mi paso de la investigacin a la poltica.
Por qu mediados de los 80? Porque usualmente se considera que para esa fecha los gobiernos democrticos en el continente comenzaron la implementacin de las reformas econmicas. En
efecto, el primer captulo lo escribi Bolivia hacia 1985. Me resulta sencillo recordar mis ideas de
aquel momento porque, coincidentemente, esa fecha marca un punto de inflexin en mi vida
profesional. Despus de publicar mi libro Volver a Crecer, deje la vida acadmica e hice mi ingreso a la actividad poltica.
Comencemos, entonces, por desarrollar las discusiones ideolgicas que, en temas econmicos,
tuvieron lugar entre mitad de la dcada del 40 y mediados de la dcada del 80.
En el Mundo, la discusin ideolgica desde que termin la Segunda Guerra Mundial se singulariz
en la dicotoma socialismo versus capitalismo. Era la cara econmica de la confrontacin Este-
Oeste que en el plano estratgico caracteriz a la Guerra Fra. En Amrica Latina, cuyos dirigentes
adoptaron preponderantemente lo que Pern llam la Tercera Posicin y que luego dara lugar al Movimiento de No-Alineados. Al mismo tiempo, el pensamiento econmico en Amrica Latina se mova hacia el as llamado Estructuralismo como opuesto a la Ortodoxia que haba 2 Este trabajo corresponde al dictado de clases en la Universidad de Harvard en calidad de Robert Kennedy Visiting
Professor in Latin American Studies - Department of Economics, correspondiente al primer semestre de 2004.
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prevalecido en las dcadas anteriores. El Estructuralismo se asemejaba a un Keynesianismo pero aplicado a pases en vas de desarrollo. Rhys Jenkins ofrece una buena sntesis de la Escuela
Estructuralista en los captulos 5 y 6 del libro titulado Industrialization and Development, editado
por Hewitt, Johnson y Wield.
La Escuela Estructuralista fue el soporte intelectual de la estrategia de crecimiento basada en la
Sustitucin de Importaciones y de la Polticas Macroeconmicas Populistas que la mayora de los
gobiernos de la regin implementaron, con variada intensidad, desde mediados de la dcada del 40 hasta los 80.
La organizacin y polticas econmicas sugeridas por la Escuela Estructuralista eran funcionales a
los regmenes polticos que prevalecan en la mayor parte de Latinoamrica en aquellos aos: ya
fueran gobiernos civiles en democracias corporativas o dictaduras militares. Para ellos el
Estatismo era una manera de acumular y preservar poder poltico.
El nico caso de una dictadura militar que implement reformas econmicas que se diferenciaban
de las polticas estructuralistas fue Chile bajo Pinochet. No obstante, el hecho de que las Reformas
Econmicas Liberales hubieran sido adoptadas por un rgimen represivo haba escalado un debate
que ya era bastante acalorado. La experiencia chilena, aunque muy informativa desde el punto de
vista econmico, no era fcil de digerir por parte de los lderes polticos de las nacientes
democracias latinoamericanas.
Hacia 1987, en Mxico y Brasil haca apenas 5 aos que se haba comenzado a difundir la idea del
agotamiento de la estrategia de crecimiento basada en la sustitucin de importaciones superpuesta a
episodios espordicos de polticas macroeconmicas redistribucioncitas (tambin denominadas
populistas) que haban sido inspiradas por la escuela Estructuralista. En Argentina, la evidencia contra las polticas recomendadas por la Escuela Estructuralista resultaba an ms elocuente y
provenan de realizar una comparacin diferente.
Con todo, la estrategia de desarrollo basada en la Sustitucin de Importaciones gener rpido
crecimiento econmico en ambos pases durante el perodo 1945-1982. Por una parte, son
indiscutibles los buenos resultados alcanzados por esta estrategia hasta la primera crisis del petrleo
en 1973; por otra parte, las dificultades creadas por la crisis de los commodities de los 70 se super debido a la abundancia de financiamiento externo.
Hacia mitad de la dcada de 1980 las crticas al modelo de Sustitucin de Importaciones que haban
comenzado a hacerse escuchar al tiempo de la primera crisis de la deuda no slo se intensificaron
sino que resultaban cada vez ms convincentes visto las diferencias en el desempeo mostradas por
las economas del Este Asitico y Amrica Latina durante el periodo 1965-80. (Ver Tabla 1.2. en el
libro de Sebastin Edwards, Captulo 1, pgina 4).
Pero en Argentina, que hasta la Segunda Guerra Mundial haba conseguido niveles de vida bastante
cercanos a los de las naciones ms avanzadas gracias a su vigoroso comercio exterior, su
infraestructura y su sistema educativo, la experiencia de la estrategia de sustitucin de
importaciones combinada con polticas macro-econmicas populistas haba resultado en
estancamiento con inflacin elevada desde mediados de los 70s.
En el Instituto que yo diriga estudiamos los determinantes del retraso de Argentina en comparacin
con pases con similar dotacin de recursos naturales y humanos como Canad y Australia, y
llegamos a la conclusin que la divergencia observada, particularmente desde el final de la Segunda
Guerra Mundial, era consecuencia de un particular trastrocamiento institucional que haba resultado
de la combinacin de polticas comerciales y macroeconmicas desde aquella fecha.
5
Mientras en las economas mixtas bien organizadas, los precios relativos se determinan bsicamente
en mercados con competencia y orientan de manera eficiente la asignacin de los recursos, y las
polticas redistributivas se implementan a travs del Presupuesto Pblico, en la Argentina esos
instrumentos jugaban un rol invertido. Los precios relativos, controlados por el Gobierno
perseguan redistribuir ingresos antes que asignar eficientemente los recursos, y el Presupuesto
Pblico pretenda ser el gran asignador de la inversin y el empleo, antes que redistribuidor de
ingresos.
Una sntesis de las investigaciones que nos llevaron a esta conclusin se encuentra en el artculo
La Argentina que Pudo Ser que escribimos con Yair Mundlak y Roberto Domenech.
A partir de ste y otros trabajos, varios de los cuales se realizaron en otros Institutos de
Investigacin por diferentes autores, comenzamos a explicar que el problema argentino no radicaba
en que tuviramos demasiado Capitalismo como argumentaban los Estructuralistas, o demasiado
Socialismo, como argumentaban los Neo-Liberales, sino que tuviramos una combinacin de
Capitalismo y Socialismo de muy mala calidad. Nuestra economa era una mezcla de Capitalismo sin Mercado y Socialismo sin Plan.
Es precisamente esta interpretacin de las causas de nuestros problemas econmicos lo que nos
llev a predicar una completa reorganizacin de nuestra economa como estrategia para lograr el
crecimiento econmico sostenido. Eso explica que en las discusiones polticas debatiramos sobre
las Nuevas Reglas de Juego, tal como lo detect Daniel Yerguin en su indagacin sobre las reformas econmicas en Amrica Latina. El captulo referido a Amrica Latina de su libro The Commanding Heights se titula precisamente Playing by the Rules.
Yo publiqu un libro de divulgacin sobre esta interpretacin de nuestra problemtica econmica en
aquellos aos. Se titula Volver a Crecer y lleva como subttulo Una Propuesta de Nuevas Reglas de Juego Econmico para la Argentina. No fue traducido al ingls, pero una sntesis muy apretada de sus principales argumentos aparece en el captulo Three Views on Restoring Growth del libro Inflation Stabilization. The experience of Israel, Argentina, Brazil, Bolivia and Mexico editado por Bruno, Di Tella, Dornbusch y Fischer.
En ese mismo comentario sostengo que el cambio en las reglas de juego de las economas
latinoamericanas, para ser efectivas, requiere del apoyo de los Estados Unidos de Amrica, Europa
y Japn, a travs de mecanismos semejantes a los utilizados por Estados Unidos para apoyar la
reconstruccin de Japn y Europa en la inmediata Posguerra. Tambin sostuve que al igual que lo
sucedido en la pos-guerra, los beneficios no slo se derramaran sobre los pases asistidos, sino
tambin contribuiran positivamente sobre la economa global. Mi argumento era que para alcanzar
un nivel ms elevado de crecimiento global sin desatar presiones inflacionarias se requeran nuevos
estmulos. Dicho estmulo no deba provenir de una expansin rpida del consumo en los Estados
Unidos, donde la tasa de ahorro ya era muy baja, sino de la expansin de la inversin reproductiva
en Amrica Latina.
Mi relato sobre la interpretacin de nuestra realidad que tenamos hacia 1987 persigue demostrar
que los dirigentes latinoamericanos no pedamos recetas para resolver nuestros problemas, sino
apoyos concretos para acceder al financiamiento de mayores niveles de inversin que permitieran el
aumento de la productividad, y de esa forma se pudiera lograr el crecimiento sostenido de nuestras
economas.
Nuestros pases necesitaban esa ayuda para estar en condiciones de generar crecimiento econmico
sostenido. Cmo abrir oportunidades de inversin y movilizar el ahorro interno, lo mismo que cmo
6
derrotar a la inflacin, eran temas que creamos haber descubierto por nosotros mismos a partir de
la investigacin de nuestra realidad, antes que a partir de frmulas tericas universales. Nuestro
esquema de pensamiento, lgicamente, haca uso de la Teora Microeconmica convencional, y de
la Teora Macroeconmica para Economas Abiertas, que haba sido recientemente desarrollada.
Con todo, se trataba de simples herramientas para el anlisis. Antes bien, nuestra propuesta se
basaba en los estudios que habamos realizado acerca de la realidad de nuestros pases. Si bien
dicha realidad no era exactamente similar en toda Latinoamrica, haba en todo caso, un elemento
en comn: la trampa de la deuda.
Para salir de la trampa de la deuda, Amrica Latina necesitaba apoyo. Es as que la mayor parte de
los lderes de la regin solicit tal ayuda a Washington.
7
Clase N 2 Estanflacin e Hiperinflacin
Domingo F. Cavallo3
Harvard University, Cambridge, Massachusetts, U.S.A.
2004
La clase anterior habl acerca del pensamiento de economistas y lderes polticos a mediados de la
dcada del 80. Antes de comenzar con el tema de hoy, quiero comentarles la lectura que ms me impresion de las que he hecho durante los dos ltimos aos sobre cmo se gestaron las reformas
econmicas en Amrica Latina hacia fines de los 80s, principios de los 90s. Se trata del trabajo de un joven Profesor de Amherst College, egresado como PhD en Ciencias Polticas de la Universidad
de Harvard. Se trata de Javier Corrales cuyo artculo titulado Market Reforms, captulo 4 del libro Constructing Democratic Governance in Latin America, editado por Domnguez y Shifter, me impact su claridad y precisin.
Corrales sintetiza el estado de la economa antes de las reformas con la expresin Increasing Statism, Declining Stateness y caracteriza a las reformas como More Markets as a Recipe for More Stateness. Recomiendo a todos la lectura cuidadosa de este trabajo, porque nos va a resultar una referencia muy til a lo largo de todo nuestro curso.
Aceleracin Inflacionaria: la ms clara expresin de un stateness en declinacin
La inflacin, devenida en stagflacin y en algunos pases, en hiperinflacin, es la manifestacin ms
clara de la prdida de capacidad del estado para controlar la economa en los pases de Amrica
Latina. Esto es, carencia de stateness, para utilizar la expresin acuada por Corrales.
En mayor o menor medida, prcticamente todas las economas latinoamericanas fueron incubando
un fenmeno de inflacin persistente que, hasta los 80s, cada vez que intent ser revertido, termin resurgiendo con mayor virulencia.
Durante los 50s y 60s las escuelas Keynesiana y Estructuralista explicaban la inflacin observada en varios pases de Amrica Latina como el resultado de la necesidad de facilitar el ajuste de los
precios relativos en un contexto de inflexibilidad a la baja de salarios y precios nominales. Pero en
los 70s y 80s comenz a detectarse claramente que la persistencia y la aceleracin del fenmeno inflacionario estaban ntimamente relacionados con los dficit fiscales y las pujas distributivas entre
sectores de la economa.
Dficit fiscal
En aquel tiempo, las economas latinoamericanas sufran dos clases de desajustes. Por un lado, la
incorporacin a la rbita del Presupuesto Pblico de gastos e inversiones que en una economa
normal deberan ser responsabilidad del sector privado. Por otra parte, la creciente incapacidad de la
administracin tributaria para recaudar eficientemente impuestos cada vez ms complejos y
diferenciados, que fue dando lugar a dficits fiscales crecientes, los que, al no poder ser financiados
con colocacin de deuda pblica, terminan financindose a travs de emisin monetaria. La emisin
no es sino una forma subrepticia de cobrar un gravamen no legislado: el impuesto inflacionario. El
3 Este trabajo corresponde al dictado de clases en la Universidad de Harvard en calidad de Robert Kennedy Visiting
Professor in Latin American Studies - Department of Economics, correspondiente al primer semestre de 2004.
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Socialismo sin Plan no encuentra otra forma de financiar sus desequilibrios que gravando las tenencias monetarias de la gente, incluidos sus ahorros y sus salarios.
Tensiones distributivas
La ausencia de mercados libres y con competencia y la intervencin casustica del Gobierno en la
determinacin de los precios ms importantes de la economa, incluidos los salarios, las tarifas de
servicios pblicos y el tipo de cambio, da lugar a pujas distributivas cada vez ms intensas. Cuando
los ingresos de un sector quedan relativamente rezagados, el Gobierno trata de compensarlo con
crdito subsidiado, que tambin se financia con emisin monetaria. La inflacin aumenta no slo
por la emisin monetaria sino tambin por las fuertes devaluaciones en que terminan siempre los
perodos de fijacin artificial del tipo de cambio, acompaados con expansin fiscal y monetaria. El
impuesto inflacionario termina siendo la fuente de financiamiento ms importante de los
desequilibrios financieros del Capitalismo sin Mercado. Este fue el caso de Latinoamrica en aquellos aos.
Endeudamiento creciente
Durante los perodos en los que por alguna circunstancia especial renace el crdito en la economa y
los desequilibrios fiscales y del sector privado se financian con endeudamiento, se evita por algn
tiempo la emisin monetaria y sus consecuencias inflacionarias. Pero cuando se desata la puja
distributiva entre deudores y acreedores, la inflacin reaparece como mecanismo de licuacin de
activos y pasivos, provocando una masiva transferencia de riqueza desde los acreedores hacia los
deudores.
Consecuencias de la inflacin
La inflacin no slo provoca redistribuciones arbitrarias de ingresos y riqueza, sino que desalienta
el ahorro voluntario y la inversin de la riqueza financiera dentro del pas. Cuando la inflacin se
torna muy errtica y amenaza con devenir en hiperinflacin tanto el presupuesto pblico como los
precios relativos se tornan totalmente incontrolables para el gobierno y ninguna de las herramientas
habituales de poltica econmica producen los efectos buscados por las autoridades. La
hiperinflacin es la manifestacin ms expresiva de la virtual desaparicin de la capacidad del
Estado para gobernar la economa (desaparece la Stateness).
La inflacin persistente y errtica deteriora la performance de la economa, porque afecta
negativamente a la inversin y a la productividad de los factores de la produccin. Por eso lejos de
darse la combinacin de expansin econmica y aceleracin inflacionaria tpica de las economas
maduras, en Amrica Latina, en los 70s y 80s se generaliz la Stagflacin, es decir la combinacin de recesin con inflacin.
La estrategia para derrotar la inflacin: un cambio total de las reglas de juego
La stagflacin y la hiperinflacin fueron los fenmenos que convencieron a los dirigentes de
Amrica Latina, cualquiera fuera su signo poltico, de que era necesario introducir profundas
reformas econmicas. Los economistas encargados de asesorarlos sugirieron reformas enderezadas
a reorganizar las economas ampliando y perfeccionando el funcionamiento de mercados con
competencia y reforzando la capacidad del Estado de gobernar la economa a travs del equilibrio y
la transparencia fiscal. As nacieron las reformas de los 90s. No en Washington sino en las capitales de cada uno de los pases agobiados por la stagflacin o, peor an, envueltos por el caos
hiperinflacionario.
9
Bolivia: el pas democrtico que implement una reforma completa
El caso de Bolivia es elocuente. La hiperinflacin estall en 1985, al final del Gobierno de Hernn
Siles Suazo cuando en Washington todava no se saba qu hacer con el problema de la deuda de los
pases de Amrica Latina. El Gobierno de Vctor Paz Estensoro, con Gonzalo Sanchez de Lozada
como Ministro de Planeamiento decidi implementar reformas que estabilizaron de manera
duradera a la Economa Boliviana.
Cuatro aos despus, en la conferencia en la que John Williamson habl por primera vez del
Consenso de Washington, Juan Cariaga, que haba sido el Ministro de Hacienda en el Gabinete de Vctor Paz Estenssoro deca, en mi visin supongo que para no incomodar a la audiencia:
Although introduced in an emergency basis, the Bolivian adjustment program led, however inadvertently, to the implementation of what might be called, following John Williamson, the
Washington Consensus. La cita corresponde al captulo 3 del libro Latin American Adjustment: How much has happened editado por John Williamson en 1989.
Bolivia fue el primer pas con un plan decidido e implementado por un gobierno democrtico. El
caso anterior fue Chile, a mitad de los 70. Sin embargo dicho pas se encontraba regido por un gobierno militar. Para entonces, Chile haba procurado revertir la stagflacin provocada por la
experiencia socialista durante el Gobierno de Salvador Allende. Para la poca en que Chile lanzaba
sus reformas Washington no haba logrado an el consenso sobre cmo detener la creciente
inflacin que comenz a sufrir la economa norteamericana durante los 70s. Por supuesto la idea de escribir un recetario de reformas econmicas para Amrica Latina, an no se haba instalado en la
mente de los funcionarios de los organismos financieros de Washington.
10
Clase N 3
Chile como modelo
Domingo F. Cavallo4
Harvard University, Cambridge, Massachusetts, U.S.A.
2004
Sin duda, hacia la segunda mitad de los 80s, Chile se haba constituido en un modelo para varios de los pases de Amrica Latina que an sufran fenmenos de stagflacin o comenzaban a incubar
explosiones hiperinflacionarias.
La bibliografa que describe y analiza la evolucin econmica de Chile en el ltimo cuarto del siglo
XX es, probablemente, la ms amplia y diversa que pueda encontrarse sobre un pas de Amrica
Latina. Slo comparable con la bibliografa que examina la experiencia econmica Argentina entre
1870 y 1930. Chile, durante el ltimo cuarto de siglo atrajo mucha atencin por las mismas razones
que Argentina lo haba hecho en las ltimas dcadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX:
fueron los casos ms exitosos en materia de desarrollo econmico y social de Amrica Latina en sus
respectivas pocas.
Hay factores en comn en stas historias exitosas?
Tanto en la Argentina de finales del siglo XIX como en Chile de finales del siglo XX, se destaca la
capacidad que demostr el Estado para organizar y gobernar las respectivas economas. Es decir, lo
que Javier Corrales denomina Stateness.
Lo peculiar de la Argentina exitosa de aquellas dcadas no radica en la adopcin del modelo de
crecimiento liderado por las exportaciones. Ese modelo fue adoptado prcticamente por todas las
naciones de Amrica Latina en esos aos. El xito de Argentina result de la capacidad que tuvo el
Estado de implementar y sostener en el tiempo polticas de inmigracin de personas y capitales, el
desarrollo del transporte y las comunicaciones y, sobre todo, la creacin de un sistema obligatorio
de educacin primaria que redujo tempranamente el analfabetismo y permiti el progreso social.
Fueron estas polticas de Estado las que le permitieron al pas aprovechar al mximo las
oportunidades que ofreci el proceso de globalizacin econmica liderado por el Reino Unido de
aquella poca.
Yo sostengo que el xito de Chile en las ltimas dcadas no se explica simplemente por la apertura
econmica al mundo y las reformas que ampliaron el rol del sector privado operando en mercados
con competencia. En mayor o menor medida, prcticamente todas las economas de Amrica Latina
adoptaron el mismo rumbo en los ltimos aos. El xito de Chile se explica por la capacidad que
tuvo el Estado no slo de establecer nuevas reglas de juego, sino tambin de sostenerlas. Las
mismas slo se alteraron para perfeccionarse, pero nunca para restablecer el viejo des-orden econmico.
El artculo de Andrs Velasco, titulado: The State and Economic Policy: Chile 1952-1992, explora las razones por las que Estado Chileno pudo lograr un alto grado de autonoma y creciente capacidad para gobernar la economa (increasing Stateness).
4 Este trabajo corresponde al dictado de clases en la Universidad de Harvard en calidad de Robert Kennedy Visiting
Professor in Latin American Studies - Department of Economics, correspondiente al primer semestre de 2004.
11
Chile durante el perodo 1964-1990
El captulo 5, titulado A Capitalist Revolution del libro de Javier Martinez y Alvaro Daz resume la historia del perodo 1964-1990 como una revolucin que no fue impuesta desde afuera ni result de un proceso endgeno impulsado por las fuerzas del mercado. Fue una revolucin
impuesta desde los altos niveles del Estado que entre 1964 y 1990 estuvo conducido por tres lites
polticas diferentes, cada una con un programa de transformaciones radicales del pas. La
Revolucin en Libertad de Eduardo Frei, el camino pacfico al socialismo de Salvador Allende y la revolucin neo-liberal de Augusto Pinochet fueron tres programas radicales de cambio de sistema. Los autores destacan que las tres elites terminaron siendo polticamente derrotadas. Los
Demcratas Cristianos por los Socialistas. Los Socialistas por los Militares. Y estos ltimos por las
fuerzas de la Concertacin. Pero la accin combinada de estas tres fuerzas produjo una verdadera
revolucin capitalista.
Lo ms interesante, es que el rgimen democrtico que sucedi a la Dictadura Militar, no trat de
revertir esta revolucin sino que permiti que dentro de las nuevas reglas de juego, la economa
pudiera crecer vigorosa y sostenidamente y la sociedad alcanzara crecientes niveles de progreso y
mejor calidad de vida.
Cul fue la clave de la estabilidad de las nuevas instituciones econmicas y sociales de Chile?
La explicacin que da Andrs Velasco es convincente: la extrema utilizacin del poder discrecional
del Estado que hicieron en su momento cada una de las fuerzas corporativas ms protegidas por las
respectivas lites polticas que gobernaron antes de los militares (Conservadores, Demcratas
Cristianos y Socialistas) afectaron tan profundamente los derechos de propiedad, la libertad y la
seguridad de los grupos sociales circunstancialmente en la oposicin, que el estado clientelista entr
en una crisis irreversible al momento del Golpe Militar de 1973.
Todos los sectores que en algn momento haban sido beneficiarios de la discrecionalidad del
Estado, tambin haban sufrido fuertes prdidas en los momentos en que el poder cambi de manos.
Por ello, cuando los tecncratas que asesoraron al Gobierno Militar propusieron organizar la
economa sobre la base de reglas que reduciran grandemente el margen para la discrecionalidad de los funcionarios, todos los sectores corporativos terminando aceptando la propuesta. Las
limitaciones que las reglas significaban a los grandes beneficios que haban recibido en algn
momento del pasado eran insignificantes en comparacin con el reaseguro en contra del riesgo de
ser perjudicados por los cambios bruscos en la titularidad del Poder del Estado que esas mismas
reglas instituan.
Qu aprendieron los lderes y economistas latinoamericanos de la experiencia chilena?
La principal leccin de la experiencia Chilena para quienes estbamos siguiendo su realidad y
comparndola con la de nuestros respectivos pases, se puede resumir, en que ayud a los
economistas latinoamericanos que participbamos o bamos a participar en la discusin y diseo de
las polticas pblicas, a entender el sentido prctico y la importancia de la discusin sobre reglas versus discrecin que en los mbitos acadmicos de los Estados Unidos y Europa se haba dado en relacin a la poltica monetaria. La experiencia chilena nos hizo ver a los latinoamericanos que una
organizacin econmica basada en reglas y con escaso margen para la discrecionalidad, es
importante no slo en poltica monetaria, sino tambin en poltica fiscal, en poltica comercial
externa, y, en un sentido ms general, en prcticamente todos los aspectos de la economa y la
sociedad.
12
Origen ideolgico de las reformas chilenas y su influencia en otras economas latinoamericanas
Chile sufri la experiencia stagflacionaria y el riesgo de explosin hiperinflacionaria entre 1972 y
1977 y fue en esas circunstancias cuando fue definiendo las caractersticas de las nuevas reglas de
juego que terminaran de consolidarse en la dcada del 90 con el advenimiento de la Democracia.
Entre 1974 y 1977 mientras yo cursaba mis estudios de Doctorado, aqu en la Universidad de
Harvard, tuve oportunidad de intercambiar ideas sobre lo que estaba ocurriendo en Chile y en
Argentina con varios de los economistas que en los aos sucesivos participaron activamente en la
poltica y el Gobierno de Chile.
Estaban por aqu Jos Piera, que sera Ministro de Minera y de Trabajo del Gobierno Militar e
impulsara la reforma laboral y previsional. Su hermano Sebastin Piera, que sera Senador y
Presidente del Partido Renovacin Nacional. Eduardo Aninat, que sera Ministro de Hacienda de
Eduardo Frei. Jorge Dosermeaux que es actualmente miembro del Directorio del Banco Central de
Chile. Y solan visitar Harvard y MIT Alejandro Foxley y Vittorio Corbo. Alejandro Foxley sera
Ministro de Hacienda de Patricio Aylwin y Presidente de la Democracia Cristiana. Vittorio Corbo
es actualmente Presidente del Banco Central de Chile.
Las conversaciones que recuerdo de aquella poca me permiten asegurar que los organismos de
crdito localizados en Washington as como el Tesoro de los Estados Unidos, no tenan opiniones ni
influencia relevante sobre lo que estaba ocurriendo en Chile. S recuerdo que los economistas
chilenos, como ocurra con cada uno de los economistas latinoamericanos que estbamos
estudiando aqu, tenan su mente y toda su atencin concentrada en el drama que viva Chile y su
pueblo.
Entre el verano boreal de 1976 y la primavera de 1977 colabor con el Profesor Richard Musgrave
como integrante de la Misin de Reforma Fiscal para Bolivia que se organiz desde la Universidad
de Harvard. Misin que tambin integraron varios de los economistas chilenos as como el Profesor
Arnold Harberguer de la Universidad de Chicago que por entonces era el mentor intelectual de
varios de los ministros del Gobierno de Chile. Recuerdo las conversaciones sobre lo que estaba
ocurriendo en Chile que solamos tener en las sobremesas de nuestras reuniones en La Paz. Esta
experiencia me ayud a percibir la influencia que la experiencia de Chile tendra sobre las
decisiones que debi adoptar el Gobierno de Vctor Paz Estensoro, casi 10 aos despus, cuando la
hiperinflacin explotara en Bolivia, recreando circunstancias no muy diferentes a las que Chile
estaba viviendo en 1976.
Sin duda, las experiencias de Chile y de Bolivia, me sirvieron para entender mejor la problemtica
de mi pas durante la dcada del 80 y disear el programa de reformas que pondramos en marcha
en 1991 para salir de la hiperinflacin que durante 1989 y 1990 haba explotado en Argentina. Por
entonces, a pesar de seguir muy atentamente los acontecimientos polticos, econmicos y sociales
de toda la Amrica Latina, no haba escuchado hablar del Consenso de Washington. En aquel
momento, Estados Unidos demostraba estar interesado en apoyar la recuperacin del crecimiento en
las naciones de Amrica Latina que estaban inaugurando un indito proceso de democratizacin.
Es muy generalizada la opinin que sostiene que este inters estadounidense de apoyar el
crecimiento de las economas latinoamericanas no era sino la revelacin de que Estados Unidos al
inicio de la Administracin Bush 41 decidi impulsar la implementacin del Consenso de
Washington en los pases de la regin. Yo sostengo que la realidad es otra: el Plan Brady y la
negociacin del NAFTA fueron la respuesta positiva a demandas de la Administracin de Carlos
Salinas de Gortari que se haba iniciado en Mxico el 1 de diciembre de 1988. Por eso, en la
prxima clase discutiremos El Camino Mexicano.
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Clase N 4
El camino mexicano
Domingo F. Cavallo5
Harvard University, Cambridge, Massachusetts, U.S.A.
2004
En 1976 una crisis monetaria y financiera haba demostrado que la excesiva expansin fiscal de la
primera parte de los 70s y el agotamiento del proceso de sustitucin de importaciones estaban
impidiendo la continuidad del clima de estabilidad y crecimiento que haba caracterizado a las
dcadas precedentes. Pero el descubrimiento de grandes reservas petrolferas y la posibilidad de
obtener financiamiento externo en mercados muy lquidos, tuvo el efecto de posponer los cambios
organizativos de la economa que por la misma poca Chile estaba empezando a implementar.
Hacia 1976, al tiempo que Amrica Latina sufra otra de sus recurrentes crisis monetarias y
financieras, el pensamiento econmico en la regin comenz a cuestionar la excesiva expansin
fiscal y la validez de la Sustitucin de Importaciones como estrategia de crecimiento. La mayor
parte de los economistas consideraban que la estrategia de sustitucin de importaciones estaba
agotada y estaba impidiendo que Amrica Latina alcanzara la estabilidad y el crecimiento que haba
disfrutado en el pasado.
En aquel momento, Chile haba comenzado la reforma econmica a que nos referimos la clase
pasada. No obstante, este proceso no se inici al mismo tiempo en Mxico debido a circunstancias
concurrentes. Por una parte, en dicho pas se descubrieron importantes reservas petrolferas, y por
otra parte, resultaba sencillo obtener recursos financieros en el exterior debido a la abundancia de
fondos prestables en los mercados internacionales a consecuencia del reciclamiento de los
Petrodlares.
Con todo, luego de que la crisis mexicana de la deuda de 1982 desatara un largo y penoso proceso
stagflacionario, la mayor parte de los lderes latinoamericanos se convencieron de que la regin
deba lograr estabilidad macroeconmica y apertura del comercio internacional.
Durante el Gobierno del Presidente De la Madrid que se inici el 1 de Diciembre de 1982, se
hicieron grandes esfuerzos para reducir el nivel del gasto pblico y se inici un proceso unilateral
de apertura de la economa. Pero entre 1982 y 1987, la inflacin no ceda y las exportaciones no
aumentaban suficientemente como para constituirse en un motor del crecimiento econmico. La
razn de la persistencia del fenmeno stagflacionario saltaba a la vista. Desde 1982, la economa
mexicana haba comenzado a transferir hacia el exterior, en trminos netos, alrededor de 5 % de su
PBI.
Para generar semejante supervit en la cuenta corriente de la Balanza de Pagos, la moneda deba
mantenerse muy devaluada y la tasa de inversin muy baja. La inflacin no bajaba por la
devaluacin permanente de la moneda necesaria para mantener alto el tipo de cambio real. Se
esperaba que un tipo de cambio real alto alentara las exportaciones, pero este proceso se vea
restringido por la baja tasa de inversin, la que no permita suficiente aumento de la productividad.
Hacia 1985, el intento del Gobierno de Bolivia de continuar transfiriendo al exterior una porcin
sustancial del PBI al mismo tiempo que procuraba satisfacer las demandas sociales internas
5 Este trabajo corresponde al dictado de clases en la Universidad de Harvard en calidad de Robert Kennedy Visiting
Professor in Latin American Studies - Department of Economics, correspondiente al primer semestre de 2004.
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desemboc en un severo proceso hiperinflacionario. A fin de detener la hiperinflacin, el Gobierno
de Vctor Paz Estenssoro introdujo un programa de reformas que incluan la suspensin de los
pagos de la deuda. A propsito, esta poltica comenz a ser sugerida por Jeffrey Sachs y otros
acadmicos a las endeudadas naciones latinoamericanas.
Mxico comenz a plantear la necesidad de lograr una reestructuracin de su deuda externa que
incluyera quitas en el capital y reduccin en los intereses, adems del alargamiento de los plazos.
Simultneamente comenz a privatizar empresas en manos del estado con el propsito de hacerse
de fondos para reducir la deuda interna y mejorar la solvencia del Estado. La idea de los dirigentes
mexicanos era generar un clima de confianza que permitiera revertir la transferencia neta de
recursos al exterior y de esa forma hacer posible, simultneamente, una disminucin en el ritmo de
devaluacin nominal y un aumento de la tasa de inversin.
A pesar del fuerte apoyo que Wall Street y Washington otorgaban a los debt-equity swaps como
metodologa para reducir la deuda externa y al mismo tiempo alentar las inversin privada, el
Gobierno de Mxico rechaz la idea porque consider que agregara presiones inflacionarias, dado
que requera la emisin por parte del Banco Central del contravalor en pesos de la deuda externa
que se canjeaba. En su lugar, Mxico comenz a plantear un esquema de apoyo externo para la
reestructuracin de la Deuda, que en 1989 tuvo una respuesta afirmativa por parte del Gobierno de
los Estados Unidos. As se gest el denominado Plan Brady. Dicho Plan tuvo un doble efecto positivo sobre la economa mexicana, por una parte, le permitira a Mxico reducir la carga de su
deuda y pasar de una transferencia neta de recursos al exterior del 5.7 % del PBI en 1988 a la
captacin de ahorro externo, ligeramente positivo ya en 1989, en magnitudes crecientes que
llegaron al 8 % del PBI en 1994.
El clima de confianza creado por la prudencia macroeconmica y la apertura de la economa que
haban comenzado bajo el gobierno de De la Madrid, combinadas con la exitosa reestructuracin de
la deuda durante el primer ao de la Gestin de Salinas de Gortari, permiti revertir la transferencia
neta de recursos al exterior y quebrar rpidamente la inercia stagflacionaria del perodo 1982-1987.
Sin este xito en la lucha contra la stagflacin, es muy probable que al gobierno de Salinas no le
hubiese sido posible conseguir el apoyo del PRI y de la poblacin como para llevar a cabo todas las
transformaciones econmicas de su gobierno. Tampoco hubiera logrado despertar inters en los
Estados Unidos para negociar la creacin del NAFTA.
Cun ortodoxo fue el Plan de Estabilizacin Mexicano?
El Plan Mexicano de estabilizacin puesto en marcha en Diciembre de 1987, denominado Pacto de Solidaridad, no fue un tpico plan de estabilizacin sugerido por el FMI. De hecho, no cont con el apoyo inicial de esa institucin. Muy por el contrario fue un plan que bien podra ubicarse dentro de
la categora de los planes heterodoxos que haban intentado aplicar Argentina y Brasil en 1985 y que hacia fines de 1987 no haban logrado quebrar de manera sostenible la inercia inflacionaria.
La principal diferencia entre el Pacto de Solidaridad Mexicano y los Planes Austral de Argentina y
Cruzado de Brasil radicara en el nfasis que Mxico pondra en acompaar las medidas
heterodoxas tendientes a quebrar la inercia inflacionaria con prudencia macroeconmica y apertura
de la economa, dos ingredientes que conforme a las experiencias de Chile y Bolivia, eran claves
para obtener resultados sostenibles en el tiempo y que haban estado ausentes en los planes de
Argentina y Brasil.
As como mi presencia en Cambridge entre 1974 y 1977 me haban dado la oportunidad de seguir
las experiencias chilena y boliviana en contacto con quienes diseaban e implementaban las
reformas, uno de mis mejores amigos mexicanos de aquella poca, Pedro Aspe, me permiti seguir
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la experiencia mexicana muy de cerca. Pedro Aspe haba coincidido conmigo en Cambridge,
cuando l haca su PhD en el MIT. Pedro Aspe y yo habamos intercambiado ideas sobre nuestros
respectivos pases y, juntos, habamos participado en discusiones con el resto de los estudiantes
latinoamericanos, particularmente los chilenos, en cuyo pas se estaban llevando a cabo las
reformas ms profundas.
A los dos nos interes el fenmeno stagflacionario que pareca instalarse en nuestros pases en
aquellos aos. Argentina estaba atravesando por la traumtica experiencia de otro golpe militar. El
Gobierno Peronista elegido en 1973, fue derrocado en 1976 por una Junta Militar en medio de un
gran desorden econmico. Mxico sufra, en 1976, la primera crisis financiera seria desde 1940 y la
primera devaluacin del Peso en 22 aos.
Entre 1978 y 1987, mientras yo diriga el IERAL de la Fundacin Mediterrnea en Argentina y
Pedro Aspe enseaba en el ITAM de Ciudad de Mxico y comenzaba su carrera pblica, primero en
el Instituto de Estadstica y luego en la Secretara de Programacin y Presupuesto, nos mantuvimos
en contacto y mutuamente informados sobre lo que aconteca en cada uno de nuestros pases.
En Julio de 1987 Pedro Aspe me invit a participar en una conferencia sobre Cambio Estructural y
Modernizacin en Mxico y en el Mundo, que se realiz en la Ciudad de Mxico. Recuerdo que
compartimos la tribuna en la Jornada inaugural Martin Feldstain de la Universidad de Harvard,
Rudiger Dornbusch de MIT, Carlos Salinas, entonces Secretario de Programacin y Presupuesto, el
Presidente De la Madrid Hurtado y yo.
Los discursos de esa conferencia, que pueden ser ledos en espaol en el libro sobre la conferencia
que public el Fondo de Cultura Econmica, reflejan claramente que exista un Consenso Latinoamericano, apoyado por acadmicos muy alejados del pensamiento que sobre el problema de la deuda prevaleca por aquellos aos en Wall Street y Washington, tales como Rudiger
Dornbusch de MIT y Jeffrey Sachs de Harvard, quien sostena que sera imposible superar la
stagflacin y conseguir estabilidad y crecimiento en Mxico y el resto de las naciones de Amrica
Latina, si no se lograba revertir la transferencia neta de recursos hacia el exterior que estaba
determinando la deuda externa.
Recuerdo tambin que mi descripcin de la organizacin econmica tpica de nuestras naciones
como la mezcla de Capitalismo sin Mercado y Socialismo sin Plan y mi interpretacin de las
reformas econmicas necesarias para salir de la trampa de la deuda como un conjunto de nuevas
reglas de juego del tipo de las que haban comenzado a implementar Chile y Bolivia, fue
ampliamente respaldada, particularmente por los participantes latinoamericanos.
En esa reunin el Presidente De la Madrid y el futuro Presidente Carlos Salinas de Gortari
insinuaron sutilmente que estaban a punto de lanzar lo que el 15 de Diciembre de ese ao sera
presentado como el Pacto de Solidaridad. La mejor descripcin de este plan de estabilizacin y crecimiento que logr quebrar la inercia stagflacionaria y lanzar a Mxico hacia un proceso de
profundas transformaciones pertenece al propio Pedro Aspe y ha sido incluida en el Syllabus. Se
trata del captulo 1 de su libro titulado The Mexican Way. La ms detallada descripcin de las negociaciones que llevaron al Plan Brady y al NAFTA, aparece en el libro de Carlos Salinas de
Gortari titulado Mxico: The Policy and Politics of Modernization, que tambin figura en el Syllabus.
Qu anduvo mal?
No cabe ninguna duda que los ms grandes cambios econmicos de Mxico de las ltimas dcadas
se produjeron durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari. Luego, los gobiernos que le
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sucedieron se limitaron a dar respuesta a las urgencias coyunturales pero no lograron introducir
nuevas reformas ni revertir las anteriores.
Miguel ngel Centeno en la primera edicin de su libro Democracy within Reason: Technocratic Revolution in Mexico, publicado en 1993, manifiesta su admiracin a la habilidad demostrada por Carlos Salinas de Gortari para lograr el respaldo del PRI y de la poblacin a las difciles
negociaciones internas y externas destinadas a institucionalizar las reformas econmicas. En la
segunda edicin del libro, publicada en 1996, incluye un Poscripto, en el que trata de explicar lo
que ocurri en 1994 y 1995 y sostiene: The ultimate irony of the salinato is that it was partly brought down by mistakes right out of a final exam for intermediate macroeconomics.
Inclu esta lectura en el Syllabus, no porque comparta esta conclusin, sino para destacar que la
mayor parte de los anlisis hechos por los economistas sobre la crisis tequila, abona esta
explicacin sencilla. Considero que el anlisis poltico y econmico realizado al respecto,
simplistamente atribuye la crisis a errores macroeconmicos bsicos que supuestamente habran
cometido las autoridades mexicanas. Desde mi punto de vista, esta explicacin de la crisis no toma
en cuenta lo que, para m, fue el error fundamental de Mxico en la transicin del Gobierno de
Salinas de Gortari al de Zedillo. Segn yo lo veo, el error fue utilizar el apoyo de los Estados
Unidos para prevenir el default, antes que utilizarlo para prevenir una devaluacin extrema del
Peso. Mi punto es que el desmanejo de la relacin econmica y poltica entre Mxico y los Estados
Unidos es la clave para entender tanto la crisis Tequila como la relativa falta de accin que
caracteriz a las Administraciones que sucedieron a Salinas.
Pero antes de discutir sobre las causas y consecuencias de la Crisis Mexicana de 1994-1995,
conviene que nos detengamos a examinar ms en detalle el papel desempeado por Washington con
relacin a las reformas econmicas de Amrica Latina. Esto haremos en la prxima clase al tratar el
tema El Consenso de Washington y el Liderazgo de los Estados Unidos.
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Clase N 5
El Consenso de Washington y el liderazgo de los Estados Unidos
Domingo F. Cavallo6
Harvard University, Cambridge, Massachusetts, U.S.A.
2004
En 1989 John Williamson, investigador del Institute for Internacional Economics de Washington,
organiz una conferencia para evaluar en qu medida los pases de Amrica Latina haban
respondido a la demanda de ajustes como su contribucin a la solucin del problema de la deuda. Williamson consider necesario comenzar por definir el trmino ajuste al trato como sinnimo de policy reform. En su trabajo titulado What Washington Means by Policy Reform, con el propsito de especificar las demandas de Washington a los pases de Amrica Latina, entendiendo a
Washington como el FMI, el Banco Mundial, el Poder Ejecutivo de los Estados Unidos, y en una definicin amplia al BID, miembros del Congreso Norteamericano interesados en Amrica Latina e
institutos de investigacin de Washington dedicados a estudiar las polticas econmicas de Amrica
Latina.
Con posterioridad, en un libro editado por John Williamson, se publicaron los documentos
producidos en esa Conferencia. El libro refleja claramente las ideas econmicas que estaban
ganando consenso por entonces. Las mismas propiciaban prudencia macroeconmica, apertura
econmica, competencia y mercados transparentes. De la lectura del libro, tambin resulta claro que
tal paquete econmico no era otra cosa que el resultado de un Consenso Latinoamericano entendiendo tal cosa como el conjunto de decisiones que haban comenzado a adoptar muchos
dirigentes de la regin.
El Consenso Latinoamericano
La reflexin de los dirigentes e investigadores de los pases de la regin dio por resultado ese
Consenso Latinoamericano. De ningn modo, fue una imposicin de Washington. Esta es la posicin que sostiene Enrique Iglesias en su artculo From Policy Consensus to Renewed Economic Growth, Sebastin Edwards en su libro Crisis and Reform in Latin America. From Despair to Hope, y Daniel Yergin en su libro, The Commanding Heights.
Otros ingredientes del denominado Consenso de Washington, eran muy discutibles y terminaron generando lo que Moiss Naim denomin Washington Confusion. Por ejemplo todo lo referido a debt-equity swaps, una metodologa que fue expresamente rechazada por la mayor parte de los
pases, y las cuestiones relacionadas con la apertura de la cuenta capital de la balanza de pagos,
ntimamente vinculadas a la determinacin de la tasa de inters y el tipo de cambio, que de ninguna
manera pueden discutirse sin una referencia muy circunstanciada a cada realidad nacional.
Yo sostengo que el denominado Consenso de Washington es un recetario irrelevante para entender las reformas econmicas de Amrica Latina. Pero eso no significa que, en un sentido
diferente, Washington no haya jugado un rol clave en relacin a Amrica Latina, particularmente entre 1989 y 2000.
6 Este trabajo corresponde al dictado de clases en la Universidad de Harvard en calidad de Robert Kennedy Visiting
Professor in Latin American Studies - Department of Economics, correspondiente al primer semestre de 2004.
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Para sintetizarlo en pocas palabras, la importancia de Washington para las reformas econmicas de Amrica Latina deriv del liderazgo que el Gobierno de Estados Unidos demostr estar
dispuesto a aportar en apoyo de las reformas decididas por los gobiernos de los pases.
Los lderes latinoamericanos requirieron y vieron con beneplcito el apoyo de Washington
Ese liderazgo, que muchos dirigentes latinoamericanos haban estado reclamando desde la crisis de
la deuda en 1982, se manifest en tres decisiones fundamentales de la Administracin Bush 41, que
no fueron revertidas por la Administracin Clinton: el trabajo conjunto de la USTR y el Grupo
Cairns para lograr la incorporacin plena de la Agricultura a las reglas y prcticas del libre
comercio en la Ronda Uruguay del GATT, el Plan Brady para reestructurar la deuda de los pases
de Amrica Latina con quitas de capital e intereses, y la Iniciativa para las Amricas, concretada inicialmente en la negociacin del NAFTA.
La mayor parte de los dirigentes de Amrica Latina con responsabilidad de gobierno, cualquiera
fuera nuestro signo poltico, recibimos con beneplcito esta actitud indita del Gobierno de
Washington hacia Amrica Latina. Nosotros trazamos un paralelo entre el nuevo enfoque
americano hacia Latinoamrica y el Plan Marshall, lanzado en la Europa de posguerra para la
reconstruccin; incluso nos pareci que reflejaba una inteligente coordinacin con la iniciativa de
Japn denominada Plan Miyasawa.
Ninguno vio esas iniciativas como un intento de obligar a las economas a hacer los ajustes demandados por Washington por la simple razn que las reformas que cada pas haba comenzado a
implementar haban sido diseadas y decididas localmente, como elocuente respuesta a la
stagflacin y la hiperinflacin.
El FMI, el Banco Mundial y el BID algunas veces ayudaron a resolver problemas y en otras
oportunidades cometieron errores, pero muy pocas veces impusieron programas que no hubieran
sido diseados por los equipos locales, al menos en los pases que llevaron a cabo las reformas ms
ambiciosas.
No es realista la visin corriente que muestra a los lderes latinoamericanos decidiendo adoptar
reformas impuestas por Washington como si fueran tteres.
En realidad, la decisin de las Administraciones Bush 41 y Clinton de apoyar las reformas
econmicas decididas por los gobiernos de Amrica Latina con instrumentos destinados a facilitar
la integracin comercial y financiera de las economas nacionales a la economa global, fueron
evaluadas como positivas por la mayor parte de los dirigentes latinoamericanos. Ello an despus
de las crisis de Mxico en 1995 y de Brasil de 1999.
Por qu parece haberse generalizado la opinin contraria desde la crisis argentina de 2001-2002?
Una posible explicacin es la que da Rodrik en su paper titulado Feasible Globalization. l dice que Argentina es el pas que ms se esmer en avanzar hacia la globalizacin de su economa, a
punto de resignar su capacidad para adoptar innovaciones institucionales basadas en las necesidades
domsticas y el conocimiento local, para adoptar el modelo neoliberal ms puro.
Rodrik argumenta que en el caso de que surgiera un conflicto de intereses entre las demandas de los
acreedores extranjeros y las necesidades del pueblo argentino, las segundas prevaleceran. En una
democracia, esto llevara naturalmente al abandono del modelo neo-liberal. Dado que el apoyo de
los Estados Unidos es considerado la razn principal por la cual Argentina habra adoptado el
modelo neo-liberal, el fracaso argentino es entonces utilizado como una manera de demostrar que el
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apoyo de las Administraciones Bush 41 y Clinton a los pases latinoamericanos entre 1989 y 2000,
habra tenido negativas consecuencias para la regin.
Ahora bien, mi explicacin es diferente. En 2001, se conjugaron un conjunto de circunstancias que
eliminaron la posibilidad de que la Argentina superara su crisis financiera. En efecto, Argentina se
haba embarcado en el proceso de reestructuracin de la deuda; sin embargo, el liderazgo de
Estados Unidos para apoyar este proceso estuvo totalmente ausente. Al mismo tiempo, el FMI
decidi utilizar a la Argentina como una suerte de caso de estudio o ejemplo en relacin con su teora del problema del azar moral que, segn su visin, se estaba observando en los mercados financieros internacionales de entonces.
La combinacin de estas dos situaciones llev a la total destruccin de la organizacin econmica
construida durante los 90s y, lo que es peor an, el pueblo argentino tuvo que soportar un costo tres
o cuatro veces superior que el que hubiera sido necesario en caso de que se hubieran mantenido las
reglas de juego instaladas en los 90 y se hubiera optado por completar la reestructuracin ordenada
de la deuda que estaba en curso.
Los dirigentes populistas que haban organizado los disturbios para remover a un gobierno elegido
por el pueblo, adoptaron las medidas demandadas por grandes deudores del sector privado, las que
les permitieron una importante licuacin de sus pasivos. Como contrapartida, habran estado
dispuestos a dar el apoyo econmico y meditico. Sin embargo, viendo el sufrimiento causado por
estas medidas a la sociedad, aquellos lderes tuvieron que buscar chivos expiatorios y culparon a los
dirigentes que los precedieron y sus supuestos mandantes extranjeros: el Gobierno de los Estados
Unidos, el FMI y los banqueros internacionales.
Una breve digresin respecto de la globalizacin y la convergencia institucional
Mi posicin es que no es exacto pensar en la Globalizacin como una creacin norteamericana diseada para imponer las instituciones e intereses del capitalismo anglo-sajn a los pases menos
desarrollados. Por el contrario, creo que la explicacin brindada por Marina Whitman en su reciente
artculo American Capitalism and Global Convergence clarifica muy bien la cuestin.
Como muy bien lo describe Marina Whitman en su reciente artculo American Capitalism and Global Convergence, la globalizacin est dando lugar a una convergencia sistmica que abarca no slo a las economas emergentes, sino muy especialmente al Capitalismo Inversor simbolizado por
Estados Unidos, el Capitalismo Social de Alemania y el Capitalismo Mercantilista de Japn.
Si este proceso est teniendo lugar en el mundo desarrollado, nosotros no podemos esperar menos
que ello en los pases en desarrollo, los cuales estn realizando enormes esfuerzos para encontrar en
el proceso de globalizacin oportunidades que les permitan emerger del subdesarrollo y el atraso.
Sin embargo, no es lo mismo decir que hay un proceso de convergencia, a sostener que tal proceso
es la consecuencia directa de decisiones explcitas adoptadas por los lderes de la economa global
para imponer condiciones a los pases en desarrollo. Tambin sostengo, que convergencia no es
sinnimo de importar las instituciones del capitalismo anglo-sajn a los pases en vas de desarrollo.
En verdad, en algunos casos se da el proceso inverso. De hecho, hay algunas innovaciones
institucionales implementadas por algunas economas emergentes que estn siendo analizadas y
adoptadas no slo por otros pases en desarrollo, sino tambin por pases ms desarrollados. Voy a
dar un ejemplo, para clarificar mi argumento: las Unidades de Fomento implementadas en Chile,
son el antecedente de las Unidades de Cuenta Indexadas (Indexed Units of Account) a las que se
refiere Robert J. Schiller en el captulo 15 de su libro: The New Financial Order. Risk in the 21st
Century.
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En la bsqueda de alternativas
En la breve descripcin de nuestro curso incluida en el Programa de la materia se menciona que
discutiramos alternativas al Consenso de Washington. Hoy vamos a comenzar esa discusin, por lo cual, creo oportuno sentar las bases de la misma.
Estamos buscando alternativas universales al capitalismo global? Queremos reeditar la larga
discusin desarrollada durante el siglo XX relativa a Socialismo vs. Capitalismo como sistemas
sociales universales? Creo que la respuesta debera ser, No.
Estamos buscando alternativas locales al Capitalismo estilo norteamericano? Queremos quedar inmersos en la discusin del capitalismo segn Michael Albert vs. Capitalismo? De nuevo, creo que
la respuesta debera ser No.
Entonces, respecto de qu discutiremos alternativas? Roberto propone una alternativa universal al
Consenso de Washington, o el as llamado paradigma neo-liberal. Yo, en cambio, no puedo
intervenir en una discusin acerca de alternativas globales al Consenso de Washington porque considero que tal Consenso no es una descripcin relevante y exacta de un paradigma de sistema social. Estaramos buscando alternativas a una suerte de fantasma, y ninguno de nosotros quiere
dedicarse a cazar fantasmas.
Creo que Roberto est buscando alternativas al capitalismo latinoamericano en su versin surgida
del Consenso Latinoamericano de los 80s y 90s y apoyada por los Estados Unidos durante las
Administraciones Bush 41 y Clinton. Pero cuando leo sus artculos, escucho sus presentaciones, y
reflexiono acerca de sus argumentos, llego a la conclusin de que su objetivo es hacer al
capitalismo latinoamericano ms inclusivo. O muy inclusivo! Esto me alegra ya que si ello es as, al
menos nuestros objetivos coinciden.
Ahora, la pregunta clave es: Debemos adoptar una actitud revolucionaria o evolucionista?
Debemos producir una modificacin de raz de las reglas de juego, tal como sucedi con el
Consenso Latinoamericano de los 80s y 90s, o debemos trabajar para mejorar esas reglas de juego
donde encontremos que estn incompletas o directamente erradas?
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Clase N 6
Argentina hasta la crisis brasilea
Domingo F. Cavallo7
Harvard University, Cambridge, Massachusetts, U.S.A.
2004
Hacia el segundo semestre de 1998 Argentina era considerada en Washington la economa ms
exitosa de todas las que haban reestructurado su deuda en el marco del Plan Brady.
Ninguno de los patrocinadores del Consenso de Washington se preocupaba por destacar que las reformas econmicas de Argentina diferan de sus 10 recomendaciones. Por el contrario, Argentina
era considerada como el mejor alumno del FMI, el Banco Mundial y el Gobierno de los EE UU.
En la reunin anual del FMI y el Banco Mundial que se realiz en Washington en Octubre de 1998,
el entonces Presidente Carlos Menem fue invitado a exponer sobre su exitosa experiencia,
compartiendo la tribuna con Bill Clinton.
Muchos economistas argentinos de reconocido nivel profesional en el exterior, eran invitados a
conferencias. Todos elogiaban la experiencia Argentina.
Habiendo sido el ministro, debo decir, ms importante de la Administracin Menem durante siete
aos, renunci en 1996. Despus de dejar el cargo, segu denunciando las mafias que haba
combatido cuando me encontraba en el Gobierno porque ellas continuaban operando de alguna
manera protegidas por o interactuando con el poder. Cuando me invitaban a hablar en el exterior,
mis referencias a ese tema no eran bien recibidas. Decan que me haba vuelto un poltico
ambicioso y vean a mi sucesor en el Ministerio de Economa, Roque Fernndez, como un
economista menos politizado y ms ortodoxo.
La descripcin de las reformas implementadas por Argentina entre 1989 y 1998 que ustedes
encontrarn en las lecturas del Syllabus es muy detallada y no las voy a reproducir aqu. En su
lugar, voy a contarles aspectos de nuestra experiencia que me parecen importantes para examinar
cmo fuimos decidiendo y diseando las reformas, en qu medida aprendimos de nuestros vecinos
y de nuestra historia y cul fue la influencia del Consenso de Washington.
Apenas elegido Presidente, la primera decisin estratgica de Menem no se refiri a la organizacin
de la economa, sino a la poltica exterior de Argentina. Menem decidi que debamos pasar a ser
una Nacin confiable para nuestros vecinos, para Estados Unidos, Europa y Japn, y, en lo posible,
para todas las naciones del mundo.
Esta lnea de accin que puede parecer obvia no lo era. Era un profundo cambio en el pas.
Argentina haba tenido una relacin distante, y a veces conflictiva, con los Estados Unidos desde la
primera Reunin Panamericana de 1890. Nuestra relacin con Europa se haba deteriorado mucho
con motivo de la Guerra del Atlntico Sur y no haban cesado las hostilidades con el Reino Unido,
pas con el que no tenamos relaciones diplomticas. Tenamos problemas de lmites no resueltos
con Chile, con el que estuvimos a punto de entrar en guerra en 1978. Estbamos embarcados en una
costosa carrera nuclear con Brasil y ninguno de los dos pases haba ratificado el Tratado de
Tlatelolco de desnuclearizacin de Amrica Latina. La inteligencia israel haba detectado que la
Fuerza Area Argentina estaba desarrollando en forma secreta un misil de mediano alcance para
7 Este trabajo corresponde al dictado de clases en la Universidad de Harvard en calidad de Robert Kennedy Visiting
Professor in Latin American Studies - Department of Economics, correspondiente al primer semestre de 2004.
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exportarlo a Irak. Habamos asociado a inversores Japoneses en proyectos de inversin con
empresas estatales Argentinas y luego habamos paralizado los emprendimientos sin explicacin
alguna.
Guido Di Tella y yo habamos advertido que la relacin con el Mundo era el tema que Menem
consideraba prioritario. Aunque ramos dos de los economistas ms escuchados por los dirigentes
justicialistas y la Argentina se encontraba al borde del colapso, Menem nos consultaba ms sobre
temas de poltica exterior que sobre temas de economa.
En 1989, Menem estaba convencido que los cambios que estaban sucediendo en el Mundo iban a
ofrecer oportunidades de progreso para las naciones que, lejos de aislarse, decidieran participar
activamente en el proceso de globalizacin. Menem tena muy presente que a fines del siglo XIX y
principios del siglo XX, Argentina haba logrado ubicarse entre las 10 naciones de mayor ingreso
per cpita del Mundo gracias al aprovechamiento de las oportunidades ofrecidas por el proceso de
globalizacin de aquella poca. Por supuesto, nosotros compartamos su visin.
Sin embargo, en materia de organizacin econmica, Menem conservaba an la tradicional
concepcin corporativa del Peronismo. Esto se reflej en su decisin de designar Ministro de
Economa al mximo ejecutivo de la ms importante empresa multinacional de propietarios
argentinos y Ministro de Trabajo a un dirigente gremial. No pensaba en trminos de Reglas de Juego sino que tomaba decisiones de acuerdo a la urgencia de los problemas y con relacin a los tpicos que le presentaban sus asesores y ministros.
El estilo de toma de decisiones y la implementacin de las medidas era muy desordenado y los
resultados fueron magros. Hacia principios de 1991 se segua viviendo un clima stagflacionario que
amenazaba nuevamente desembocar en hiperinflacin y la imagen positiva del Presidente en la
poblacin haba cado a menos del 15 %. Sin embargo, Argentina haba logrado mejorar su imagen
externa y se haban producido muchos avances hacia una muy buena relacin con Chile y Brasil, as
como con los Estados Unidos, Europa y Japn. Argentina haba participado en la Guerra del Golfo
como integrante de la Fuerza Multinacional organizada bajo el paraguas de Naciones Unidas y eso
le ayud a Menem a establecer una relacin especial con el Gobierno de George Bush.
En 1991 Menem reestructur el Gabinete. Yo fui designado Ministro de Economa y Guido Di
Tella Ministro de Relaciones Exteriores. Hasta ese momento Guido Di Tella haba sido Embajador
ante la Casa Blanca y yo Ministerio de Relaciones Exteriores. En ese momento, Menem decidi
poner en marcha el plan de reorganizacin de la economa, basado en Reglas de Juego y no en decisiones puntuales y discrecionales, que yo le haba propuesto y explicado en los momentos libres
durante los muchos viajes al exterior que hicimos juntos mientras fui su Canciller.
Tanto en el diseo de la propuesta como en su explicacin a Menem utilic intensamente la
informacin que yo tena sobre las experiencias de Chile, de Bolivia y de Mxico. Chile era un
ejemplo en materia de apertura, privatizaciones y desregulacin. Bolivia nos ayudaba a pensar en la
reforma monetaria, dado que como nosotros haba sufrido un proceso hiperinflacionario que haba
producido una dolarizacin de hecho de la economa. Finalmente Mxico haba logrado el apoyo de
Estados Unidos para reestructurar su deuda externa con una quita del 35 %.
Menem entendi que ese plan requerira un trabajo poltico muy intenso para conseguir el apoyo del
Partido Justicialista, del Congreso Nacional y de los Gobernadores. Sin duda, la clave deba ser la
Reforma Monetaria. Sin embargo, una Reforma Monetaria no producira efectos por s misma. Por
el contrario, deba ir acompaada de un nuevo esquema presupuestario, balanceado y confiable, por
la apertura de la economa y por la introduccin de competencia en los mercados domsticos.
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Un xito inmediato contra la hiperinflacin dara a la Administracin el apoyo necesario de la
opinin pblica y de los dirigentes polticos. Necesitbamos utilizar sabia y rpidamente este apoyo
para producir todas las reformas necesarias no slo para consolidar el proceso de estabilizacin,
sino tambin para impulsar el crecimiento econmico.
Los resultados fueron espectaculares durante los aos subsiguientes. La inflacin baj al 3 % anual
hacia 1994 y la economa creci cerca del 38 % en cuatro aos. El Peronismo gan las elecciones
parlamentarias de 1991 y la mayor parte de las Gobernaciones. En 1993 Menem logr un acuerdo
con Ral Alfonsn para reformar la Constitucin Nacional, lo que le permitira acceder a la
reeleccin en 1995.
En 1991, Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay formaron el MERCOSUR, el bloque comercial del
Cono Sur. En 1994, nuestro socio en el MERCOSUR, Brasil, decidi lanzar un paquete econmico
similar al argentino, aunque no tan estructurado y completo. El Plan, se llam Plan Real, y tuvo
muy buenos resultados tanto en trminos de estabilizacin de la economa como de crecimiento
econmico. Esta coincidencia de polticas econmicas, trajo aparejado un armonioso perodo entre
ambas naciones.
A principios de 1995, el efecto tequila produjo un impacto muy negativo sobre la economa
argentina. Se produjo una fuerte salida de capitales y cayeron los depsitos bancarios un 18 % en
slo tres meses. Lejos de abandonar las reglas de juego profundizamos las reformas econmicas en
vigencia, logramos apoyo financiero externo para privatizar los bancos provinciales y extender las
reformas econmicas a varias provincias, con lo que conseguimos limitar el impacto recesivo y
comenzar a salir de la recesin en menos de un ao.
La economa volvi a crecer en 1996 y goz de otro perodo de expansin de casi tres aos. Si bien
la desocupacin aument significativamente durante la recesin de 1995, las reformas a la ley
laboral introducidas ese ao y la reactivacin econmica del ao siguiente, permitieron que entre
mayo de 1995 y Octubre de 1998 la tasa de desocupacin bajara del 18,5 al 12,5% de la poblacin
econmicamente activa.
En abril de 1991, El FMI no estuvo dispuesto a apoyar con un prstamo Stand By el lanzamiento
del Plan de Convertibilidad. Tres meses ms tarde cambi de actitud y otorg un apoyo
significativo, el que fue clave para que Argentina pudiera reestructurar su deuda en el marco del
Plan Brady. Japn nos otorg un importante crdito acompaando al apoyo del FMI. A pesar de que
Argentina haba decidido no solicitar los dos ltimos desembolsos de la denominada Facilidad
Ampliada que nos haban otorgado para el Plan Brady en el segundo semestre de 1994, el FMI
estuvo dispuesto a desembolsar esos fondos y otros adicionales para contrarrestar el efecto Tequila
sobre nuestra economa en 1995. De esa forma pudimos demostrar que se puede lograr un
significativo ajuste en la cuenta corriente de la balanza de pagos sin alterar el valor de la moneda.
Entre 1994 y 1995 redujimos en 3 % del PBI el dficit de la Cuenta Corriente.
Como consecuencia de la flexibilidad demostrada por la economa Argentina, a pesar de su rgido
sistema monetario, el FMI comenz a predicar su teora de los dos rincones (two corners) en materia de sistema cambiario: la libre flotacin limpia y la fijacin fuerte (strong peg),
argumentando que los sistemas cambiarios intermedios son propensos a las crisis (crisis prone).
Tan fuerte era el prestigio de nuestro Currency Board hacia 1998 que yo era criticado cuando reiteraba mi idea original, de considerarlo slo un mecanismo transitorio, para dar lugar a la libre
flotacin del peso (en competencia con el dlar), cosa que podra haberse hecho en 1997, cuando se
estaba produciendo una fuerte entrada de capitales de corto plazo. Incluso en 1999, cuando ya se
haba producido la devaluacin del Real, mi propuesta de otorgar flexibilidad limitada al Peso
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mediante la adopcin, como tutor, de una cesta de monedas en lugar del Dlar, tambin fue
criticada.
Por ese entonces yo tena la sensacin que a ocho aos de su creacin, nuestro sistema monetario
haba sido entronizado en el Consenso de Washington, aun cuando a m no me haca feliz escuchar con tanta frecuencia que nuestras reformas econmicas no eran otra cosa que la aplicacin
a la Argentina de aquel ostentoso recetario.
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Clase N 7
Crisis en Mxico y Brasil
Domingo F. Cavallo8
Harvard University, Cambridge, Massachusetts, U.S.A.
2004
La stagflacin del perodo 1982-1987 convenci al Gobierno de Mxico sobre la necesidad de
lanzar un plan de reorganizacin econmica destinado a estabilizar la economa y recuperar el
crecimiento econmico. Siete aos despus, cuando la economa haba logrado crecer 18 % y la
inflacin haba bajado del 160 % en 1987 al 9 % en 1994 se produjo una crisis monetaria y
financiera muy severa.
La hiperinflacin de 1993 y principios de 1994 llev a Brasil a lanzar el Plan Real en junio de 1994.
Menos de cinco aos despus, cuando la economa haba crecido 20 % y la inflacin haba bajado
del 2000% en 1993 al 4 % en 1998 se produjo una crisis monetaria.
En los dos pases los gobiernos que lanzaron estos planes de reorganizacin econmica perseguan
lograr un mayor control del Estado sobre la marcha de la economa para inaugurar un perodo
largo de estabilidad y crecimiento econmico. Fueron dos casos tpicos de la estrategia poltica que
Corrales describi como more markets as a recipe for more stateness. Sin embargo, luego de siete aos en el caso de Mxico y cinco aos en el caso de Brasil, el Estado fue impotente para evitar
crisis monetarias y financieras que significaron costos severos en trminos de ingreso y empleo y
reintrodujeron presiones inflacionarias en las economas.
Ambos pases experimentaron situaciones similares. Los mercados anticiparon la crisis y la
devaluacin de forma tal que obligaron a las autoridades monetarias a permitir una cierta
combinacin de reduccin de reservas y aumento de las tasas de inters mientras negaban
enfticamente que fuera a decidirse una devaluacin de la moneda. Cuando finalmente decidieron
devaluar, anunciaron un ajuste acotado del tipo de cambio (15 % en Mxico y 14 % en Brasil). Con
todo, al anuncio sigui una demanda masiva de moneda extranjera y la consecuente prdida
adicional de reservas. En las jornadas subsiguientes no tuvieron otra alternativa que dejar flotar el
tipo de cambio y permitir una devaluacin extrema de la moneda. En los dos casos la libre flotacin
de las monedas, lejos de facilitar el manejo de la crisis financiera subyacente, agrav la
incobrabilidad de los crditos y el riesgo de cesacin de pagos del propio Estado y de muchos
deudores del sector privado.
En los dos casos luego de un impacto inflacionario inicial, se logr reinstalar un clima de relativa
estabilidad de precios, lo que demuestra que en las dos economas los planes de reorganizacin
econmica lograron al menos remover la inercia inflacionaria que antes de su lanzamiento haban
instalado un clima de stagflacin e hiperinflacin. No obstante, el alto costo en trminos de ingreso
y empleo de estas crisis monetarias y financieras quitaron apoyo popular a las reformas econmicas
y a los gobiernos que las haban impulsado. Desde entonces las reformas de mercado se han
estancado. Pareciera que ni en Mxico ni en Brasil se hubiera encontrado la manera de lograr el
crecimiento sostenido capaz de mejorar significativamente el nivel de vida de la poblacin y reducir
as la brecha con los pases ms avanzados.
8 Este trabajo corresponde al dictado de clases en la Universidad de Harvard en calidad de Robert Kennedy Visiting
Professor in Latin American Studies - Department of Economics, correspondiente al primer semestre de 2004.
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Las preguntas que queremos responder en esta clase son las siguientes: Por qu las devaluaciones
no pudieron acotarse como se las plane originalmente? Pudieron haberse evitado las
devaluaciones? Podra haber cambiado el sistema cambiario sin crisis monetaria?
La Crisis Tequila
Para contestar la primera pregunta resulta sumamente ilustrativa la discusin que se produjo
alrededor de un paper presentado por Rudiger Dornbusch y Alejandro Werner en un seminario de la
Brookings Institution que se realiz a mediados de 1994. En ese paper titulado Mxico, Stabilization, Reform and no Growth, los autores proponen una devaluacin del 20 % seguida por el mismo tipo de regla cambiaria que se haba aplicado hasta ese momento y sostienen que si es
apoyada por el Pacto de Solidaridad, la devaluacin producira los efectos reales necesarios para
impulsar el crecimiento de la economa. Por supuesto, los autores sostenan por entonces que la
causa del escaso crecimiento de la economa mexicana, a pesar de las reformas, era la sobre
apreciacin del peso derivada de la utilizacin del tipo de cambio como herramienta de control
inflacionario.
Guillermo Calvo, al comentar este trabajo sostuvo que los autores no tenan en cuenta la crisis de
credibilidad que se producira si el gobierno adoptaba esa decisin. Al violar una de las reglas ms
anunciadas y defendidas por el gobierno, se produciran comportamientos especulativos que
podran terminar conduciendo a una devaluacin superior a la planeada (overshooting), con graves
consecuencias para la estabilidad del sistema financiero y la capacidad de pago del Estado
Mexicano.
Cuando en Diciembre de 1994 el Gobierno de Zedillo decide llevar adelante la devaluacin en los
trminos que haba sido propuesta por Dornbusch y Werner, se produjo exactamente el fenmeno
que haba descripto Guillermo Calvo. A pesar de esta experiencia tan elocuente, en enero de 1999
las autoridades brasileas cometieron el mismo error. Pretendieron producir una devaluacin
acotada y mantener la misma regla cambiaria precedente, luego de ser violada. En los dos casos se
produjo una inusitada demanda de dlares como consecuencia de la prdida de credibilidad.
Sin entrar en todos los detalles del argumento de Guillermo Calvo, quisiera sealar algunos puntos
de importancia. El intento de producir una devaluacin acotada y seguir con la misma regla
cambiaria anterior era inconsistente con la concepcin de los planes de reorganizacin econmica
que ambos pases haban puesto en marcha. Como lo habamos explicado en clases anteriores, estos
planes se basaron en el abandono de la discrecionalidad e impredictibilidad de las polticas
econmicas del pasado y en la adopcin de reglas de juego capaces de recrear credibilidad y hacer
predecibles las decisiones del gobierno. El intento de alterar discrecionalmente la regla cambiaria
destruy la credibilidad y desat un proceso especulativo, sumamente desestabilizante.
Para contestar la segunda pregunta tambin vale la pena releer el comentario de Guillermo Calvo
junto a la descripcin que hace Robert Rubin de la forma como encar la Administracin Clinton el
manejo de las crisis financieras, comenzando por la Mexicana. Guillermo Calvo sostiene que en
lugar de devaluar, el Gobierno Mexicano deba lograr el compromiso del Gobierno de Estados
Unidos de hacer frente a cualquier corrida contra el Peso Mexicano a cambio de comprometerse a
continuar abriendo oportunidades de inversin e impulsando el aumento de la productividad. De la
lectura de los escritos de Robert Rubin, en mi opinin, queda claro que el entonces Secretario del
Tesoro consideraba de fundamental inters para la economa norteamericana evitar la crisis de
pagos de Mxico, por lo que cabe deducir que el compromiso recproco sugerido por Calvo era
totalmente factible. De acuerdo a mi conocimiento, haba habido discusiones preliminares de un
acuerdo de esa naturaleza cuando Lloyd Bentsen era Secretario del Tesoro norteamericano.
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En sntesis, la devaluacin del 20 de diciembre de 1994 pudo haberse evitado, tal como Argentina
logr evitar la devaluacin del Peso en 1995. Argentina fue capaz de evitar la devaluacin ante la
crisis Tequila a pesar de que provoc una corrida contra el peso y una reduccin del 18 % en el
stock de depsitos bancarios. Desde mi punto de vista Mxico debera haber profundizado las
reformas econmicas para lograr una reduccin en el dficit en cuenta corriente de la Balanza de
Pagos y corregir de esa forma el desajuste de precios relativos que estaba creando expectativas de
devaluacin.
La crisis del Plan Real
El gobierno del Brasil haba lanzado el Plan Real a mediados de 1994 para terminar con la
hiperinflacin que hasta principios de ese ao an azotaba a su economa. El Plan Real abrev en
las experiencias exitosas de Chile, Bolivia, Mxico, Argentina y Per. El plan Real se bas, como el
argentino, en una reforma monetaria enderezada a eliminar la inercia inflacionaria. Sin embargo
ambos planes tuvieron un enfoque diferente en materia de poltica cambiaria. El Plan Real no
permiti el uso del dlar para la intermediacin financiera interna ni comprometi respaldo formal
en oro y divisas para la nueva moneda. Sin embargo la drstica reduccin de las expectativas
inflacionarias estuvo claramente asociada a la idea de que el Real mantendra un valor estable en
relacin al Dlar. No se fij la paridad nominal 1 a 1 como en Argentina, pero el valor del Real
estuvo siempre prximo al del Dlar. En el momento de mayor apreciacin (inmediatamente
despus de que se lanzara el Real) el Dlar lleg a costar 0.80 reales y en las jornadas anteriores a la
crisis se cotizaba a 1.20 reales.
En el transcurso de los cuatro aos y medio que siguieron al lanzamiento del Plan Real, la inflacin
se redujo en Brasil al mismo ritmo que lo haba hecho en Argentina luego del lanzamiento del Plan
de Convertibilidad. Pero en otros aspectos la marcha de la economa brasilea en ese perodo fue
muy diferente a la de Argentina entre 1991 y 1994. Mientras en Argentina se observ un fuerte
aumento de la productividad y un rpido crecimiento econmico, en Brasil, la productividad creci
muy poco y el crecimiento se mantuvo en el ritmo normal del 3% anual. Adicionalmente, mientras
en Argentina durante los cuatro primeros aos del Plan de Convertib