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Amina Quiere Ser Bruja

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©Texto: Sandra Araguás 2012©Ilustraciones: Blanca Bk 2012

Primera edición: Septiembre 2012

Esta obra ha sido publicada con la ayuda del Departamento de Educa-ción, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón.

Diseño de colección: A. Peralta

©Ediciones Nalvay 2012 www.edicionesnalvay.es

ISBN: 978-84-940265-0-8Depósito legal: HU-307-2012

Printed in Spain. Impreso en España por:

Calidad Gráfica Plataforma Logística PlazaC/Bari, 15 50197 Zaragoza

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Sandra AraguásIlustrado por Blanca Bk

Aminaquiere ser bruja

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Para la bruja Aitana y su ayudante Bruno, grandes inspiraciones de la bruja Amina.

Y para Jose, apoyo fundamental para que los sueños se hagan realidad.

Sandra

A todas las niñas que quisimos ser brujas en lugar de princesas.

Blanca

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AMINA QUIERE SER BRUJA

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Amina tiene ocho años y once meses, o sea,

casi nueve años. Sus amigas quieren ser

médicos o profesoras. Bueno, hay una que quiere ser

piloto de aviones. Pero Amina quiere ser bruja, aunque

le parece que es lo más difícil del mundo. No sabe si

existen escuelas de brujas, pero cree que seguro que son

más divertidas que la suya.

Su madre y su padre no tienen ni idea de hacer

magia. El hermano pequeño de Amina tampoco, salvo

en los platos, porque los deja vacíos en tres segundos,

haya lo que haya.

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Pero Amina quiere ser bruja y está dispuesta a

conseguirlo cueste lo que cueste.

—Mamá, he decidido que quiero ser bruja.

—¿Bruja, Amina? ¿Pero de las buenas o de las

malas?

—Bueno, no sé. ¿En qué se diferencian?

—Las buenas se portan bien, ayudan a los demás,

recogen su habitación, comparten los juguetes.

—Eso es muy aburrido, mamá… ¿Qué hacen

las malas?

—Pues... portarse mal, incordiar a los demás...

suelen tener alguna verruga, van vestidas de negro,

tienen calderos y hacen pociones. Ah, y si alguien se cae,

se mueren de risa.

—Eso me gusta mucho más. Voy a ser una bruja

mala.

—¡Pero Amina...!

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¿Qué esperaba que le dijera? ¿Que iba a ser buena?

Ay, estas madres…

Amina fue a su habitación y se puso sus vaqueros

negros. Cogió el gorro negro de su madre. Se fabricó una

varita mágica con un palillo de comida china al que le

pegó una estrella negra, y se dispuso a ser la bruja más

mala del mundo.

Y ahora a buscar objetivos. Primero se acercó a la

ventana del comedor y cogió una mosca que revolotea-

ba contra ella. La tapó con un vaso de cristal y vio cómo

daba vueltas sin parar, hasta que la mosca empezó a ir

más despacio y dejó de volar.

Su madre estaba sentada en su sillón leyendo un

libro.

—Mamá, ¿qué le pasa a esta mosca?

—Le falta aire.

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—Ah, bueno, bien. Soy una bruja mala.

—Sí, ya lo veo. Menudas pintas llevas. Amina, si la

mosca no respira se morirá.

¡Puf! Esto de ser mala le gustaba, pero no tanto

como para dejar que se muriera la mosca.

Al final la soltó.

Después salió al jardín donde estaba su hermano.

—Ja, ja, seguro que con Hugo es muy fácil ser

mala —se dijo.

Su hermano pequeño estaba jugando con su coche

favorito. Le enseñó un trozo de chocolate y al verlo fue

corriendo hacia ella. Amina aprovechó para quitarle

el coche que había dejado en el suelo. Al momento el

pequeño empezó a llorar.

—Jo, Hugo, no llores tanto, que tengo que ser una

bruja mala.

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Los lagrimones le corrían por la cara y no paraba

de gritar.

—Bueno, vale, toma el chocolate y el coche. No es

tan divertido esto de ser mala.

Entonces, en medio de las macetas, Amina vio un

saltamontes.

—¡Tengo que cazarlo! ¡Tengo que cazarlo!

Pensó que sería muy útil para sus conjuros. Tendría

que ir coleccionando bichos y cosas asquerosas para

tener una buena despensa, como todas las brujas malas.

Pero no era tan sencillo. Cada vez que se acercaba al

saltamontes, este se escapaba. Cuando ponía las manos,

se le escurría entre las piernas... y para colmo, en el

último intento el saltamontes se le metió por el cuello de

la camiseta.

—¡Ah, mamá! ¡Mamá! ¡Socorro!

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Hugo no paraba de reírse.

—Eh, que yo soy valiente, pero a ver quién aguanta

quieta con un saltamontes moviéndose por su espalda…

Desde luego no era nada fácil ser bruja.