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Amor y humor en Insolación de Emilia Pardo Bazán Santiago Sevilla Vallejo Universidad Complutense de Madrid

Amor y humor en insolación de emilia pardo

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  • 1. Santiago Sevilla VallejoUniversidad Complutense de Madrid

2. ndice 1. Lo vedado y lo desconocido 2. El pecado de Ass 3. Clases e hbridos 4. El agua del mar 5. Mensaje explcito y mensaje implcito 6. Conclusin 7. Bibliografa 3. Infancia A Ass se le haban cumplido cuantos caprichos puede tener en un pueblo como Vigo una nia rica, hurfana de madre, y nica (161). 4. Juventud no se mostr remiso en aflojar dinero para modistas, ni en gastar tiempo en teatros, saraos y tertulias. Tambin supo evitar el delirio de los extremos amorosos, impropios de su edad y la de Ass combinadas; dej dormir lo que no era para despertado, y as logr siete aos de tranquila ventura y una chiquilla algo enclenque, que nicamente reviva con los aires marinos y agrestes de la tierra galaica (162-163). 5. Viudez Andrade viva [] satisfecha [] de conservar su honradez como la conservan all en Vigo las seoras muy visibles, que no dan un paso sin que el vecindario sepa si fue con el pie izquierdo o el derecho (163). 6. Lo vedado con el aire, el agua, el ruido, la msica y la luz delcielo [] nos volvemos fieras; nos entra en el cuerpo unespritu maligno de bravata y fanfarronera, y por gustonos ponemos a cometer las mayoresordinarieces, empendonos en imitar al populacho(89). 7. Lo desconocido Pero al mismo tiempo, all en lo ntimo del alma, aquellos escollos me la hacan deliciosa, apetecible, como es siempre lo vedado y lo desconocido (114). 8. Otra forma de vivir La interaccin entre Ass y la feria es producto de unanueva sensibilidad higinica y cenestsica, social eindividual a la vez, que surge en parte de una nuevageografa interior (Valis 344). 9. Cuerpo y emociones Vulvase usted un poco, voy a afianzrsela. Introduje el rabo postizo de la flor en el ojal de Pacheco, y tomando de mi corpio un alfiler sujet la gardenia, cuyo olor a pomada me suba al cerebro, mezclado con otro perfume fino, procedente, sin duda, del pelo de mi acompaante (100-101). 10. Insolacin me sostena en silencio y con exquisito cuidado, como a una criatura enferma, mientras me haca aire, muy despacio, con mi propio pericn... (147). 11. El pecado Pero es de veras? Pero me ha pasado eso? Seor Dios de los ejrcitos, lo he soado o no? Scame de esta duda (70-71). 12. Contradicciones No me vuelve a ver el pelo el seorito ese (159) No negarle la cita que peda para el da siguiente porla tarde; porque si se le negaba, era capaz de hacercualquier desatino. No, no..., contemporizar..., otorgarla cita, y a la hora sealada..., busca!, estar encualquier sitio menos donde Pacheco esperase...(184). Finalmente, asiste a la cita 13. Irona lejos de sorprenderse, salud a Pacheco como si el encontrarle all a tales horas le pareciese la cosa ms natural del mundo (176). 14. Las hermanas Cardeosa dos buenas seoritas, solteronas, de muy afable condicin, rasas de pecho, tristes de mirar, sumamente anticuadas en el vestir, tmidas y dulces, no emancipadas, a pesar de sus cincuenta y pico, de la eterna infancia femenina (172). 15. Amor y humor Sabes qu decan en aquel fign? Pues que debamos de ser recin casados..., porque l la trata con mucho cario y no sabe qu hacer para cuidarla (154). 16. Ass Ass era fruto de una de esas alianzas entre blasones ytalegas (162). Curiosidad acerca de lo popular. 17. Pacheco No dejaba de llamarme la atencin la mezcla de razas que crea ver en ella. Con un pelo negrsimo y una tez quemada del sol, casaban mal aquel bigote dorado y aquellos ojos azules (102-103). 18. su rara mezcla de espontaneidad popular y cortesa hidalga; sus rasgos calaverescos y humorsticos unidos a cierta hermosa tristeza romntica (conjunto, dicho sea de paso, que forma el hechizo peculiar de los polos, soleares y dems canciones andaluzas) (234). 19. Gua por el mundo vedado El gaditano, que entre gente de su misma esfera social pecaba de reservado y aun de altanero, se volva sumamente campechano al acercarse al pueblo (261). 20. El Manzanares y el Ocano el tempestuoso Ocano con sus olas bramadoras, sus espumarajos y sus arrecifes, y hteme al borde de una pacfica ensenada, donde el agua slo tiene un rizado de onditas muy mansas que vienen a morir en la arena sin meterse con nadie... (146). 21. El Manzanares y la Baha Viguesa Not bienestar inexplicable y me puse a mirar cmo se acostaba el sol, todo ardoroso y sofocado, destellando sus ltimos resplandores en el Manzanares. Es decir, en el Manzanares no: aquello se pareca extraordinariamente a la baha viguesa (146). 22. El Mar y Pacheco Entreabr los ojos y con gran sorpresa vi el agua delmar, pero no la verde y plomiza del Cantbrico, sino ladel Mediterrneo, azul y tranquila... Las pupilas dePacheco (149). 23. Narrador omnisciente elptico Doloroso es tener que reconocer y consignar ciertas cosas; sin embargo, la sinceridad obliga a no eliminarlas de la narracin. Queda, eso s, el recurso de presentarlas de forma indirecta (185). 24. Dilogo entre yo y t De todos modos - arguy la voz inflexible - , confiesa, Ass, que si no hubieses tomado ms que sol... Vamos, a m no me vengas t con historias, que ya sabes que nos conocemos... como que andamos juntos hace la friolera de treinta y dos abriles! (71). 25. Deseo femenino through the manipulation of narrative perspective, thus to affirm feminine sexual desire, but protects herself from accountability for that message through the narrative hedge of the superficial conventional message (Tolliver: 104). 26. Insolacin respira una alegra, una complacencia en la sensualidad y una visin positiva del encuentro entre los amantes que aboga por la legitimidad de sus relaciones (Mayoral De Insolacin 129). 27. Colbert, Maria. 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