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Julio cesar Vargas colon Derecho romano Anexos psiquiátricos Si bien antes de 1992 se les llama anexos psiquiátricos, a los espacios especiales donde se mantienen a los inimputables por discapacidad mental y que por ende no podían ser juzgados bajo los mismos preceptos que una persona imputable. Se denominaban lugares anexos como lo indica su propio nombre a las cárceles, en donde en esencia se esperaba que se les ofreciera atención necesaria de acuerdo con su enfermedad. Sin embargo esto nunca surgió ya que dichos establecimientos se transformaron en lugares donde más se demostraba la destemplanza del hombre, quebrantando derechos fundamentales y de salubridad, tanto así que se obtuvieron relatos por parte de la coronel de la policía "Cecilia navarro" quien tuvo la oportunidad de visitar el anexo psiquiátrico de la cárcel "la picota" de Bogotá exponiendo lo siguiente "En este lugar no se mantenían a los presos en celdas separadas sino en salones oscuros y demasiado húmedos donde se escuchaban gritos desgarradores, se les daba medicación pero para tenerlos calmados, no era muy diferente a un cuento de terror, así se han escuchado historias escalofriantes de atropellos y descuido a estas personas donde lo último que interesó fue brindarles el debido tratamiento". Ahora debido a lo anterior se llega a la conclusión, de que tales anexos psiquiátricos no se encontraban debidamente

anexos psiquiatricos

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cárceles para inimputables mentales

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Page 1: anexos psiquiatricos

Julio cesar Vargas colon

Derecho romano

Anexos psiquiátricos

Si bien antes de 1992 se les llama anexos psiquiátricos, a los espacios

especiales donde se mantienen a los inimputables por discapacidad mental y

que por ende no podían ser juzgados bajo los mismos preceptos que una

persona imputable. Se denominaban lugares anexos como lo indica su propio

nombre a las cárceles, en donde en esencia se esperaba que se les ofreciera

atención necesaria de acuerdo con su enfermedad. Sin embargo esto nunca

surgió ya que dichos establecimientos se transformaron en lugares donde más

se demostraba la destemplanza del hombre, quebrantando derechos

fundamentales y de salubridad, tanto así que se obtuvieron relatos por parte

de la coronel de la policía "Cecilia navarro" quien tuvo la oportunidad de visitar

el anexo psiquiátrico de la cárcel "la picota" de Bogotá exponiendo lo siguiente

"En este lugar no se mantenían a los presos en celdas separadas sino en

salones oscuros y demasiado húmedos donde se escuchaban gritos

desgarradores, se les daba medicación pero para tenerlos calmados, no era

muy diferente a un cuento de terror, así se han escuchado historias

escalofriantes de atropellos y descuido a estas personas donde lo último que

interesó fue brindarles el debido tratamiento".

Ahora debido a lo anterior se llega a la conclusión, de que tales anexos

psiquiátricos no se encontraban debidamente adecuados y de esta manera se

crean los establecimientos de rehabilitación y pabellones psiquiátricos,

destinados a alojar y rehabilitar personas que posean la calidad de

inimputables por trastorno mental o inmadurez psicológica según dictamen

pericial de medicina legal. No obstante sobra recalcar que tal reforma al código

penitenciario y carcelario (ley 65/93) se dio gracias a la sentencia C-394/95.

Alegando bienes jurídicos tales como la dignidad humana y la igualdad. De

esta manera el gobierno nacional en un término no mayor de cinco años

integrara a el sistema de salud, el tratamiento psiquiátrico de los inimputables,

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por ende se deberá construir instalaciones y proveer los medios humanos y

materiales necesarios para su correcto funcionamiento. Por otra parte durante

el mismo tiempo desaparecerán los anexos psiquiátricos de los

establecimientos carcelarios y tal función será asumida por los organismos

especiales del sistema nacional de salud.

El último anexo que existió en Colombia fue el proveniente a la cárcel "Picota"

de la ciudad de Bogotá, el cual fue cerrado en el año 1992. Actualmente

existen cuatro unidades médicas con base a lo ordenado en la ley 65/93, tales

como cárcel del distrito de Medellín, cárcel del distrito de mujeres de Medellín,

cárcel del distrito de Cali y finalmente cárcel Modelo de Bogotá.

Sin embargo sobra recalcar la situación de los centros psiquiátricos en las

cárceles del país y la grave crisis que atraviesan sus pacientes, tanto así que

según fuentes del inpec y el ministerio de salud la población total de reclusos

en Colombia es de aproximadamente 161.000 personas hasta el 1 enero del

presente, año de las cuales , la cantidad de enfermos mentales reclusos era de

2.495. A pesar de esta cifra, sorprende reconocer que de los 138

establecimientos carcelarios en el territorio nacional, sólo 2 de ellos, cuentan

con  unidades de22 salud mental. Esto quiere decir que sólo el 1.4% de los

establecimientos del país cuenta con Unidades de Salud Mental: Cali y Bogotá.

¿Será que acaso, todos a quienes les han diagnosticado trastornos mentales

están recluidos en esas ciudades? Por supuesto que no. Los internos

simplemente no cuentan con posibilidades de tratamiento en las cárceles del

resto del país. En la Unidad de Salud Mental de la cárcel la Modelo existen 41

internos, y en la de Cali, existen 79; lo que quiere decir que 2.375 internos

están dispersos en establecimientos carcelarios inadecuados.