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A yala A yala Cuadernos de REVISTA DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE GENEALOGÍA Y HERÁLDICA Y CIENCIAS HISTÓRICAS ISSN 1576-2068 Dep. Legal M-10186-2000 Número 46 Abril-Junio 2011

ANIVERSARIO DE LA RE · Al cumplirse el vigésimo aniversario de la creación en 1991 del cargo de Cronista de Armas de Castilla y León por parte de la Junta de Castilla y León,

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Page 1: ANIVERSARIO DE LA RE · Al cumplirse el vigésimo aniversario de la creación en 1991 del cargo de Cronista de Armas de Castilla y León por parte de la Junta de Castilla y León,

A y a l aA y a l aC u a d e r n o s d e

REVISTA DE LA FEDERACIÓN ESPAÑOLA DE GENEALOGÍA Y HERÁLDICAY CIENCIAS HISTÓRICAS

ISSN 1576-2068 Dep. Legal M-10186-2000 Número 46 Abril-Junio 2011

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Cuadernos de Ayala 46 - ABR/2011 [2]

Al cumplirse el vigésimo aniversario de la creaciónen 1991 del cargo de Cronista de Armas de Castilla y Leónpor parte de la Junta de Castilla y León, parece insoslayablehacer memoria de la que es, hoy por hoy, la única autoridadpública unipersonal que en materia heráldica -pero tambiéngenealógica, y hasta nobiliaria- existe en España.

La creación del cargo, es bien sabido, se realizómediante el Decreto 105/1991, de 9 de mayo, de la Conse-jería de Presidencia y Administración Territo-rial de la Comunidad Autónoma de Castilla yLeón, que regula el procedimiento y normasheráldicas de aprobación, modificación y re-habilitación de escudos y banderas municipa-les de esta Comunidad Autónoma, la segundamás grande de la Unión Europea (después deBaviera). Esta norma fue publicada en el Bo-letín Oficial de Castilla y León de 16 de mayosiguiente.

La finalidad principal de esta decisiónpolítica no era otra que la de dotarse de unórgano consultivo, en este caso unipersonal,con el fin de evitar en lo posible los desacier-tos a la hora de aprobar la adopción de nue-vas armerías y enseñas, o la modificación delas existentes. Pero la voluntad de la Junta deCastilla y León, entonces presidida por D. Je-sús de Posada Moreno, actual Presidente delCongreso de los Diputados, iba más allá de lo meramenteconsultivo: como explica el artículo 16, se quiso también po-ner a disposición de los ciudadanos un órgano que, median-te un registro público gratuito, garantizase y legitimase eluso de armerías por parte de los particulares, fuesen perso-nas físicas o jurídicas. Signifiquemos que en la tradicióncastellano-leonesa, el uso de emblemas heráldicos no cons-tituyó nunca prueba de nobleza, ni estuvo limitado al esta-mento nobiliario. Tampoco los reyes de armas de castella-no-leoneses tuvieron nunca una marca territorial definida.

A tenor de los artículos 15, 16 y 17 de dicho Decre-to 109/1991, el nuevo cargo quedó adscrito a la Consejeríade Presidencia y Administración Territorial, y se conformabacomo una función pública, de desempeño gratuito, al servi-cio tanto de la Administración regional, como de los ciuda-danos particulares. En el documento de nombramiento, sus-crito por el Presidente de la Junta de Castilla y León, seespecificaban las competencias inherentes al mismo de lasque no se daba cuenta pormenorizada en el mencionadoDecreto publicado en el diario oficial, a saber: que desdehoy en adelante os podáis seguir nombrando y titulandoCronista de Armas de Castilla y León, ostentando todas lasfacultades y competencias, honores y distinciones, de los

EDITORIAL

NUESTRA PORTADA

Las armas del Rey de Castilla y León, finamente pintadas por João do Cró, Portugal rey de armas, en su “Livrodo Armeiro Mor”, realizado para Don Manuel I de Portugal en 1509 (Archivos de la Torre do Tombo, en Lisboa).

EN EL XX ANIVERSARIO DE LA RE-CREACIÓN DEL OFICIO DE

CRONISTA DE ARmAS DE CASTILLA Y LEÓNDr. D. Félix Martínez Llorente, Profesor Titular (Acreditado como Catedrático) de la Universidad de Valladolid

antiguos Cronistas Reyes de Armas de Castilla y León, pu-diendo por tanto firmar como tal los informes y dictámenesque esta Junta de Castilla y León os solicite en las materiasde vuestra competencia, expedir las certificaciones de ge-nealogía, nobleza y escudos de armas, ... las confirmacio-nes , atribuciones de nuevas armerías y autorizaciones deuso que os fueran solicitadas por los particulares, ... usarlas insignias tradicionales de este oficio, y nombraros al sus-cribir con el título de “Castilla y León”.

Es justo destacar que, contra lo que afir-man en ocasiones algunas personas escasa-mente informadas o movidas por espúreos in-tereses, el Cronista de Armas de Castilla yLeón disponde así de plenas facultades ycompetencias legales para certificar y regis-trar armerías, a la par que también para certi-ficar genealogías, nobleza y pruebas nobilia-rias. Y estas certificaciones gozan delcarácter de documento oficial en el Estadoespañol, al estar suscritas, en el ejercicio dela función pública, por un alto cargo de la Ad-ministración Pública.

Al respecto, es sabido que la Junta deCastilla y León acordó la creación del cargoporque las facultades y competencias públi-cas en materia de administración local y terri-torial, patrimonio histórico, tradiciones y fo-

mento de la Cultura (en cuyos campos sin duda se enmarcaeste asunto, y no en el sistema premial dependiente del Mi-nisterio de Justicia, que para nada realiza estas funciones,como tiene declarada la práctica administrativa así como elConsejo de Estado en su Dictamen 2047/2004) le habíansido otorgadas, en virtud del artículo 26 del Estatuto de Au-tonomía aprobado en 1983, y transferidas por la Administra-ción Central mediante los Reales Decretos 2469/1982 y3019/1983. En todo caso, posteriormente la Comunidad Au-tónoma de Castilla y León recibió del Ministerio de Justicialas funciones atinentes a la Administración de Justicia, me-diante la Ley Orgánica 14/2007, de reforma de su Estatutode Autonomía.

Enseguida, mediante el Decreto 111/1999, de 15 demayo (Boletín Oficial de Castilla y León de 16 de mayo), fuedesignado para ocupar el cargo don Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Marqués de La Floresta, entonces directorde la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía,autor de varias obras sobre temas históricos y genealógi-cos, emblemas heráldicos y banderas, abogado en ejercicioy vecino de Segovia. Tanto S.M. el Rey, como el Ministeriode Justicia, como otras muchas instituciones y personalida-des, tuvieron inmediato conocimiento de la novedad.

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Cuadernos de Ayala 44 - OCT/2010 [3]

Al realizarse el nombramiento mediante Decreto dela Presidencia, y publicarse en el Boletín Oficial de Castilla yLeón, el nombrado adquirió la condición de Alto Cargo, y eneste sentido, por resolución dictada en 1991 por la Conseje-ría de Presidencia y Administración Territorial, se le recono-ció el rango de Director General, tal y como consta ademásen las sucesivas ediciones de la Agenda Oficial de la Juntade Castilla y León, con el expreso tratamiento de Excmo.Señor.

El nuevo Cronista de Armas de Castilla y León diocomienzo a sus trabajos redactando y enviando notificaciónoficial de su nombramiento y facultades a todas las Diputa-ciones Provinciales y Ayuntamientos de Castilla y León (másde dos mil); al documento acompañaba un cuestionario so-bre los emblemas heráldicos, enseñas, medallas y trata-mientos honoríficos corporativos dirigido a todos ellos con elfin de que, confeccionada por los mismos, proporcionasen ala nueva institución, con la mayor diligencia y exhaustividad,semejante valiosa información. La respuesta de los organis-mos interesados fue muy satisfactoria, y con aquellos ante-cedentes fue posible obtener una primera noticia, bastantefidedigna, del estado legal y fáctico de los símbolos y emble-mas públicos de Castilla y León.

Desde 1991, el Cronista de Armas ha redactado yemitido, en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 6ºdel Decreto 105/1991, hasta 1.099 informes relativos a laadopción o modificación de armerías y enseñas municipa-les. La media ha sido de 55 informes cada año, aunque enocasiones su número ha sobrepasado ampliamente el cen-tenar. Es de significar que no todos estos informes han ver-sado sobre materia heráldica o de emblemática municipalen general: los ha habido atinentes a las propias armeríasde la Junta de Castilla y León (30/1992, 12/1993 y 1/2001),de la Excma. Diputación Provincial de Salamanca (19/1996),así como sobre la destrucción de piezas heráldicas o trasla-dos ilegales de las mismas (por ejemplo, el 6/1991). Ni quedecir tiene que las anécdotas surgidas o acontecidas a lolargo de la ejecución de sus correspondientes expedienteshan sido numerosas y con frecuencia, divertidas.

Simultáneamente, y en cumplimiento de lo dispues-to en el artículo 16 del repetido Decreto 105/1991, el Cronis-ta de Armas dio comienzo a la expedición y registro de Cer-tificación de Armas (y en su caso de Genealogía y Nobleza)a petición de ciudadanos particulares. Hay que señalar quesu número no ha sido nunca muy elevado, en comparacióncon el de los informes municipales: unos 400 documentos

en total, apenas una media de 20 al año. Entre estos docu-mentos se cuentan los de atribución de armerías, al ser en-noblecidos mediante título por S.M. el Rey, al maestro Joa-quín Rodrigo, Marqués de los Jardines de Aranjuez (1992);al general D. Sabino Fernández Campo, Conde de Latores yJefe de la Casa de S.M. (1992); y al profesor y académicoD. Emilio García Gómez, Conde de los Alixares (1995). Ypor cierto que S.M. reinante Se ha dignado, nada menosque en cinco ocasiones, suscribir y aprobar de propia manuregia, las armerías atribuidas por el Cronista de Armas deCastilla y León a los mencionados Latores y Alixares, al al-mirante Poole, jefe del Cuarto Militar de S.M. (1993), y a dosJefes de Estado, nada menos: el Príncipe y Gran Maestrede la Orden de Malta (2008), y ViktorYanukovych, Presiden-te de Ucrania (2011). Un edicto de estas certificaciones dearmas ha sido publicado en el Boletín Oficial de Castilla yLeón.

Y también en este aspecto las anécdotas han sidofrecuentes, aunque a veces menos simpáticas, porque, juntoa honestos ciudadanos interesados en registrar públicamen-te sus armerías, se han acercado al Cronista de Armas algu-nos pícaros y desaprensivos cuyas pretensiones dudosashan sido en general rechazadas y sus promotores no hanconseguido sus propósitos (en algún caso ha sido precisa laposterior anulación del documento).

En resumen, a la vista del éxito obtenido duranteveinte años, creemos que la iniciativa de la Junta de Castillay León fue muy acertada, al dotarse no solamente de un ór-gano consultivo en materia de emblemas heráldicos y ense-ñas municipales, sino que al propio tiempo recuperaba unafigura, la del oficial de armas, bien arraigada en el patrimo-nio histórico inmaterial de Castilla y León. Habiendo transcu-rrido ya un periodo más que razonable, el autor no tiene du-das de que la extensa labor desarrollada por el DoctorCeballos-Escalera a lo largo de estos veinte años que ahorase conmemoran, avalan ese acierto político, administrativo,cultural y personal.

Y por parte de la Comunidad Heráldica nacional einternacional, sólo plácemes merece la iniciativa, que hapermitido al Reino de España conservar la añeja figura deloficial de armas público, y nada menos que encarnada enun personaje de tan alto rango cultural y académico, egregiosin duda alguna, y cuyos conocimientos y servicios en elcampo de la Heráldica no han sido igualados por ningúncompatriota: laus Deo!

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CONFERENCIA DE LOURENÇOCORREIA DE mATOS SOBRE ELUSO DE ÓRDENES Y CONDECO-RACIONES EN LA HERÁLDICAPORTUGUESA

El 18 de mayo, en el Instituto Portu-gués de Heráldica, Lourenço Correiade Matos, socio de LMT, ha presenta-do una comunicación intitulada O uso

de ordens e condecorações na heráldica portuguesa, en laque examinó diversos ejemplos del uso de insignias de ór-denes en las armerías portuguesas a lo largo de los siglo,mostrando la evolución de tal práctica y las característicaspropias de cada época. La sesión fue presidida por el Dr.Augusto Ferreira do Amaral, presidente del referido Institu-to, y contó entre los numerosos asistentes con la presen-cia del secretario general de la Presidencia de la Repúbli-ca Portuguesa y secretario general de las ÓrdenesHonoríficas Portuguesas, Dr. Arnaldo Pereira Coutinho, ydel presidente de la Comissão Portuguesa de História Mili-tar, General Alexandre de Sousa Pinto. Una excelenteocasión para conjugar los usos caballerescos con la herál-dica y falerística (ACE).

ACCIÓN mILITAR EN mIRANDA DE EBRO

La mirandesa Fundación Cultural Profesor Cante-ra Burgos ha organizado el ciclo Acción Militar en Mirandade Ebro, que se ha desarrollado en los días 12 al 14 deabril en el Centro Cultural de la Caja de Burgos, de Miran-da de Ebro (Burgos), bajo la presidencia de D. Pablo Losa.Han sido los conferencintes Dª Cristina Borreguero Bel-trán, profesora de la Universidad de Burgos (Miranda deEbro en la Guerra de la Independencia); el coronel D. JoséPardo de Santayana (Francisco de Longa y la lucha gue-rrillera en Miranda de Ebro); y el Dr. D. Alfonso de Ceba-llos-Escalera Gila, Marqués de La Floresta, cronista deCastilla y León (La Primera Guerra Carlista en Miranda deEbro: el General Ceballos-Escalera). Fueron numerososlos asistentes a las conferencias, cuyos textos serán publi-cado próximamente en las páginas de la prestigiosa revis-ta Estudios Mirandeses (LCE).

X CURSO SOBRE ÓR-DENES mILITARES ENPALmELA

En la ciudad du-cal de Palmela, a pocoskilómetros de Lisboa,que es la sede del activodel Gabinete de Estudosda Ordem de Santiago,se celebra en los días26 y 27 de febrero esteencuentro anual que ya

es sólito. El tema escogido es el de Os Caminhos de San-tiago e as Ordens Militares, coordinado por el profesor Dr.José Falcâo. Entre las comunicaciones presentadas, lasdel propio profesor Falcâo (Diócesis de Beja), Religiosos,guerreiros e peregrinos: o Caminho, o culto e a Ordem deSantiago em terras do Baixo Alentejo; Xosé Suárez Otero(Arqueólogo, Santiago de Compostela), Un aspecto poucocoñecido da militarización baixomedieval do culto xacobeo:a catedral-fortaleza de Santiago de Compostela; RubénCamilo Lois González (Universidad de Santiago), O Ca-minho de Santiago: questões de identidade territorial; Feli-ciano Novoa Portela (Ministerio de Cultura, España), La la-bor asistencial de las Órdenes en el Camino de Santiago;Manuel Sílvio Alves Conde (Universidade dos Açores), Daconfraria do Corpo Santo ao hospital do Espírito Santo deSesimbra: notas em torno da arquitectura hospitalar e daassistência a pobres e peregrinos (séculos XV-XVI); e Isa-bel Cristina F. Fernandes (GEsOS, Palmela), Palmela e oCaminho de Santiago. Durante el desarrollo de las sesio-nes se van a presentar tres nuevas publicaciones, que co-rresponden a las tesis de maestrado (master), que son lasredactadas por Cristina Paula Vinagre Alves, A proprieda-de da Ordem de Santiago em Palmela. As Visitaçôes e1510 e 1534; María Isabel Oleiro Lucas, As Ermidas daOrdem de Santiago nas Visitaçôes de Palmela do séculoXVI; y María Regina Soares Bronze Ramos, As Igrejas dePalmela nas Visitaçôes do século XVI. Rituais e manifes-taçôes de culto. Más información en www.cm-palmela.pt(ACE).

PRESENTACIÓN DEL LIBRO "NOS DIERON LA MUER-TE" EN CIEZA

Alfredo Marín Cano presentó su último libro el pa-sado 5 de abril en el Aula de Cultura de Cajamurcia, enCieza: una investigación histórica sobre el origen del escu-do de la ciudad de Cieza, ante un público que llenó el Aulade Cultura. Presentó el acto Dª Josefa Perona antiguacompañera y profesora del autor del libro, que dijo que eltexto editado por Alfredo Marín representa un texto científi-co de la historia con numerosas notas al pie de página. Ensegundo lugar intervino el prologuista de la obra, Excmo.Sr. Marqués de la Floresta y Vizconde de Ayala, Dr. D. Al-fonso de Ceballos-Escalera y Gila, Cronista Rey de Armasde Castilla y León y Comendador de la Orden de Santiago,personalidad reconocida nacional e internacionalmente enmateria heráldica. Comenzó diciendo que tenía una visiónexterna y lejana de la obra que esa noche se presentaba,pues no conocía al autor y por tanto su intervención abun-daría en la calidad del trabajo hecho por el autor. Del que

NOvEDADES, CuRSOS y ENCuENTROS

Cuadernos de Ayala 46 - ABR/2011 [4]

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Cuadernos de Ayala 46 - ABR/2011 [5]

PRESENTACIÓN DEL“ÍNDICE GENEALÓGICODE LOS OFICIALES DELREAL COLEGIO DE ARTI-LLERÍA (II)”

En un acto conjunto, la Re-al Academia de la Historia,

el Instituto de Historia y Cultura Militar, el Real Consejo delas Órdenes Militares, y la valenciana Fundación Patrimo-nio Benéficio Marqués de Dos Aguas han presentado elsegundo tomo del Índice Genealógico de los Oficiales delReal Colegio de Artillería y Matrimonio de los mismos,obra monumental redactada hace algunos años por el yafallecido artillero coronel D. Francisco Luis Borrero y deRoldán. En la solemnidad, que tuvo lugar bajo la presiden-cia de S.A.R. Don Carlos de Borbón-Dos Sicilias, Infantede España, intervinieron el Marqués de Castrillón, directorde la Real Academia de la Historia; el general D. Luis DíazRipoll, director del Instituto de Historia y Cultura Militar; yD. Fernando Morenés y Mariátegui, secretario del dichoReal Consejo. Del mérito científico de la obra ya informa-mos en números anteriores de Cuadernos de Ayala por elgrandísimo interés genealógico que tiene este espurgo do-cumental de los expedientes de ingreso de los cadetes delReal Cuerpo -lo que, sin duda, hubiera merecido una ma-yor atención por parte de los editores a la hora de darlos ala luz pública, es decir de completarlos, como en su omen-to dijimos en estas mismas páginas- (ACE).

RETRATOS. ANÉCDOTAS Y SE-CRETOS DE LOS LINAJES DEBORJA, TÉLLEZ GIRÓN, mA-RESCOTTI Y RÚSPOLI

En la tarde del 5 de mayo ha tenidolugar en la Facultad de Ciencias dela Documentación de la Universi-dad Complutense de Madrid, en la

calle de la antísima Trinidad, la presentación del libro titu-lado Retratos. Anécdotas y secretos de los linajes Borja,Téllez-Girón, Marescotti y Ruspoli, obra de D. Carlos Ema-nuele Rúspoli, Duque de Plasencia y de Morignano. En elacto intervenieron, además del propio autor, don Hugo O'-Donnell y Duque de Estrada, Duque de Tetuán, numerariode la Real Academia de la Historia, y el profesor Dr. D. Jo-sé María de Francisco Olmos, Vicedecano de la citada Fa-cultad. Al acto concurrió un numeroso público, y entre lasmuchas personalidades presentes se halló S.A.R. DonLuis Alfonso de Borbón, Duque de Anjou y Jefe de la CasaReal de Francia (LCE).

EL CARDENAL FOLEY DImITE COmODE GRAN mAESTRE DE LA ORDENDEL SANTO SEPULCRO

Por razones de salud, ha presentado sudimisión como Gran Maestre de la Or-

den Ecuestre del Santo Sepulcro de Je-rusalén, ante Su Santidad el Papa Benedic-

to XVI, Su Eminencia Reverendísima el Señor CardenalFoley. John Patrick Foley, nacido el 11 de noviembre de1935, fue nombrado en el año 2007 Gran Maestre, en elmismo año en el que fue elevado a la dignidad cardenali-cia. Con anterioridad, desde 1984 hasta 2007, había sido

dijo estar realizado con una gran calidad y vocación cientí-fica, a la vez que bien escrito y ameno. Llamó la atenciónsobre las innumerables horas de dedicación a las fuentesbibliográficas y archivísticas que lleva detrás un trabajo co-mo el presentado, con más de doscientas notas a pie depágina. Ceballos-Escalera disertó sobre la heráldica y lafunción que la simbología ha tenido en la historia, comoherramienta de identificación de personas, ciudades o fa-milias, sobre todo en épocas de nuestra historia dondeexistía más de un 80 % de población analfabeta. Una dis-ciplina de la investigación histórica que no es hoy un fenó-meno de masas, pero que como análisis de las circunstan-cias que rodearon al cómo, al cuándo y a por quienesadoptaron esta convención, reviste gran interés para todacomunidad geográfica como es la ciudad de Cieza. Paraterminar, Ceballos-Escalera felicitó al autor por su trabajosobre el origen de nuestro escudo, alabando sus excelen-tes método y exposición, y también al pueblo de Cieza por-que se beneficiará del trabajo de Alfredo Marín, cuya sem-blanza biográfica expuso. Alfredo Marín, después desaludar y agradecer la presencia a las personalidades,profesores, compañeros, familiares y amigos, quiso aclararque el libro no es una consecuencia del diseño de un plan-teamiento preconcebido sobre una investigación concreta,sino que se trata más bien de una resolución ante un pro-blema que se inicia por haber encontrado un documentonotarial de armas, que da pie al desarrollo del trabajo.También necesitó aclarar que no quiere representar el pa-pel de cronista de la ciudad, ni convertirse en un expertode la historia local, en este destino imposible, camino ha-cia otros horizontes e intereses. Del libro dijo ser un discur-so documentado y coherente, donde juegan un muy im-portante papel la intuición, la relación, la narración delcuándo, cómo y quién, pero también las dudas, la autocríti-ca y la reflexión, y además una incuestionable necesidadde enseñar la historia. De los diferentes escudos y lemasque lo acompañan dijo que representaban el empecina-miento de los sucesivos pobladores de esta ciudad poraparentar, así el lema Por pasar la puente nos dieron lamuerte que acompaña al escudo se acopló a la epopeyaciezana, existiera o no puente alguno. De la misma mane-ra que tildó de usos indebido el título de Muy noble y Muyleal" que introdujo fray Pascual Salmerón. Del mérito cien-tífico de este importante estudio heráldico damos cuentaen las páginas de la revista de libros de este mismo núme-ro de Cuadernos de Ayala (LCE).

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Cuadernos de Ayala 46 - ABR/2011 [6]

Presidente del Consejo Pontificio para la ComunicaciónSocial. El Santo Padre aceptó la renuncia el 24 de febrero2011, y el Cardenal Foley ha regresado a la Archidiócesisde Filadelfia para convalecer allí. A la espera de que elSanto Padre nombre un nuevo Gran Maestre, asume ladirección de la Orden sepulcrista el Asesor de la misma,Arzobispo monseñor Giuseppe De Andrea, nacido el 20de abril de 1930, que ha estado al frente de las nunciatu-ras apostólicas en Kuwait, Bahrain, Yemen y Qatar (LCE).

SEmINARIO DE ESTUDIOS TEmÁTI-COS SOBRE LA ORDEN CONSTANTI-NIANA DE SAN JORGE

El Centro de Investigación de Es-tudios Sociales de la Universidad Lusó-fona de Humanidades y Tecnologías deLisboa ha celebrado el sábado 26 demarzo, en el Auditorio Armando Guebu-za-Campo Grande (Lisboa), un Semina-rio de Estudios Temáticos sobre la Or-

den Constantiniana de San Jorge y el Patrimonio Culturaldel Reino de las Dos SicilIas. El programa desarrollado hasido el siguiente; apertura de los trabajos y exposiciones,a cargo de la Dra. Ana Cristina Martins, coordinadora de laSección de Historia del Patrimonio de la Ciencia delCPES-Centro de Investigación y Estudios Sociales de laFacultad de Ciencias Sociales y Humanas; La MiliciaConstantiniana, un documento portugués, a cargo de D.Jorge de Matos (Academia Lusitana de Heráldica y Aca-démie International d’Héraldique); Miembros de la DinastíaReal Portuguesa distinguidos con Órdenes de la Casa Re-al de las Dos-Sicilias, a cargo de D. José Colaço (Acade-mia Lusitana de Heráldica, Académie International d’Hé-raldique, y CPES); Exlibris heráldicos con insignias de laSagrada y Militar Orden Constantiniana de San Jorge, acargo de D. Vítor Escudero de Campos (Académie Inter-national d’Héraldique y CPES); Derechos heráldicos delos Caballeros de la Sagrada y Militar Orden Constantinia-na de San Jorge, a cargo de D. Segismundo Ramires Pin-to (Instituto Portugués de Heráldica, Academia Lusitana deHeráldica y Académie International d’Héraldique, CPES);Cónsules y Vicecónsules de las Dos Sicilias en Portugal, acargo de D. Lourenço Correia de Matos (Instituto Portu-gués de Heráldica, CPES); y El reencuentro con la anti-güedad clásica y la agenda borbónica, a cargo de la Dra.Ana Cristina Martins (del IICT y del CPES). El evento hatenido una notable repercusión cultural (ACE).

XVII REUNIÓN AmERICANA DE GE-NEALOGÍA Y VII CONGRESO IBE-ROAmERICANO DE LAS CIEN-CIAS GENEALÓGICAS Y HERÁL-DICAS

Ambos eventos han sido convo-cados en Quito (Ecuador), para los días 19 al

23 de septiembre próximos.La Reunión Americana de Ge-nealogía (RAG) agrupa a investigadores y estudiosos dela conformación de los grupos familiares que proceden,sobre todo de América española, y la Península Ibérica,por lo general vinculados a academias, institutos, centrosy sociedades dedicadas al estudio de la Genealogía y laHeráldica. La Reunión tiene como misión promover el en-cuentro, discusión y difusión de una disciplina tradicional,

vista como ciencia auxiliar de la historia y organiza con-gresos periódicos desde 1961. En este ya largo trayectolas reuniones se han convertido en un foro recurrente y laposibilidad de contar con un punto de encuentro para dia-logar con algunos de los más prestigiosos investigadoresen este campo, como también conocer las publicacionesde los colegas del extranjero, así como de algunas revela-doras novedades en la investigación y que vinculan a nu-merosos grupos familiares, objeto de estudio en varios paí-ses de América y la Península Ibérica. Los temas de lasponencias para el Congreso serán: el estudio de familiasde origen indígena y su comportamiento en la época de laIndependencia; las familias hispano-americanas con des-cendencia en por lo menos dos países para la época de laIndependencia., los grandes linajes (familias con podereconómico, político o social o por ser muy difundidas, seande gran importancia nacional); el comportamiento de fami-lias tituladas en países hispanoamericanos durante la In-dependencia; los cambios sociales en grupos familiares enAmérica española, resultado de procesos migratorios pun-tuales y que atiendan a un origen geográfico, social o polí-tico; la heráldica y genealogía de los próceres de la Inde-pendencia; Genética y Genealogía; fuentes documentalesy bibliográficas para estudios genealógicos (ACE).

500 INSCRIPCIONES EN EL REGIS-TRO INTERNACIONAL DE ARmASGENTILICIAS (RIAG)

Dirigido por el heraldista sevillanoD. Ignacio Koblischek Zaragoza, conel reciente registro del blasón de D.Ángel Ancor Cabello Marichal, ha al-canzado ya los 500 escudos. El RIAGes un registro de escudos de armasde carácter privado que nació en 2006

, inspirado en otros registros privados europeos de simila-res características. Su objetivo es fomentar el uso de escu-dos de armas personales, ofreciendo asesoramiento en laorganización y diseño heráldico, así como posibilitar la di-fusión de los emblemas personales mediante su inscrip-ción en un registro privado accesible al público en general.El citado número 500 en su registro constituye el galardóna la dedicación de este gran heraldista, que lleva ya mu-chos años entre los que gustamos de estas ciencias , co-mo amigo, maestro y consejero en temas para nosotrostan importantes, como son la conservación y difusión deestas tradiciones, valiéndose de las nuevas tecnologíasque nos ofrece internet. Y este número 500 lo ha queridoreservar para registrar las armas del hijo de un héroe, deun servidor de España que entregó su vida para la defensade las libertades de todos nosotros: el Cabo D. Cristo An-cor Cabello Santana, caído recientemente en Afganistán,que han sido diseñadas por elReverendo D. Miguel Ángel Gar-cía Arteaga. En atención al he-roismo del causante, tan nota-bles armerías han sidoigualmente registradas por elCronista de Armas de Castilla yLeón. Las personas interesadaspueden hallar más informaciónen http://www.riag.es (LCE).

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DE RE HERALDICA

mERCEDES DE ARmAS NUEVAS:LA INTERVENCIÓN DE LOS REYES DE ARmAS

EN LOS DÍAS DEL EmPERADOR CARLOSpor el Dr. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Marqués de la Floresta

El estado de la cuestión

Allá por el año de 1993, en miestudio sobre los oficiales de armas enla corte de España, yo escribía, refirién-dome a las concesiones carolinas denuevas armerías, que la participaciónde esos oficiales de armas en su con-fección y organización parece (sólo pa-rece) muy escasa, considerando queen ninguna de las numerosas cédulasde concesión que nos son conocidas -más de doscientas, tanto europeas(1)

como americanas(2)-, consta la partici-pación de los reyes de armas. Y meaventuraba a afirmar que, sin embargode este vacío documental, yo tenía porsegura su intervención, en vista de queaquellas armerías de nueva creaciónestán no solamente bien blasonadas, sino que además guar-dan entre sí una buena armonía, lo que demuestra que quie-nes las concibieron (y no me imagino al mismo monarca enesta tarea) estaban acostumbrados a tales actividades(3). Ytales no podían ser otros que los numerosos reyes de armasy heraldos que fungían en la corte del César.

También los estudiosos don José Casas y el Dr.Martínez Llorente, han sido siempre de la misma opinión.Este último señala que, a pesar de que en ningún caso sedocumenta la intervención de los oficiales de armas, en laCorte pocos más sabían sobre el asunto, por lo que esa in-tervención se encuentra oculta detrás de la regia (o impe-rial) concesión. Mientras que Casas, por su parte, hace notarque un punto interesante es que en ciertos escudos otorga-dos a los naturales, aparecen elementos netamente autócto-nos y propios mexicanos; creo, y así lo considero, que estoselementos fueron tomados de alguno de los códices indíge-nas que fueron llevados a España por Cortés y otros, y queestaban en poder de los monarcas, este punto solamente lopudo haber efectuado un gran conocedor de heráldica, al in-corporar elementos totalmente nuevos y diferentes a los yaconocidos, esto lo tuvo necesariamente que haber sido he-cho por algún rey de armas. Y me adelanta este párrafo deun estudio que prepara: las cédulas reales confiriendo los di-versos blasones a naturales de aquellas Indias distantes,fueron seguramente y en todos los casos, redactadas, blaso-nadas, dibujadas y pintadas por el rey de armas en turno enese preciso año o fecha al servicio de la Corona, aunque de-safortunadamente no conste en ninguno de los documentosrecopilados la firma o nombre especifico de ningún rey dearmas...

El tiempo -y la paciente investigación- ha venido adarme -a darnos a los tres heraldistas aludidos- la razón ennuestros asertos y presunciones, casi veinte años despuésde hacerlos públicos: y es que durante el pasado verano, en

el mar sin fondo del Archivo General deSimancas, he hallado por fin un exce-lente testimonio documental de la inter-vención cierta y efectiva de los oficialesde armas del Emperador en la organi-zación de las armerías nuevamenteconcedidas como premio imperial al va-sallo distinguido por sus méritos y ser-vicios.

El oficio de armas en la corte impe-rial

Pero antes de referirme por menora ese documento, creo oportuno expli-car algo del contexto histórico, palatinoy heráldico del momento.

La primera vez que en la cortecastellana se documenta la interven-ción de los oficiales de armas en las

ceremonias de concesión de títulos y honores, que obedecí-an a un formulismo arraigado, la hallamos en la ocasión delotorgamiento de las dignidades de Marqués de Santillana yConde del Real de Manzanares, en agosto de 1445. El so-lemne acto tuvo lugar en la cámara regia, ante toda la corte,y en presencia de Toledo rey de armas, que fue quien, comooficial de armas principal entre los presentes, llevó la voz delmonarca, diciendo al agraciado cómo en señal de las qualessu Real Señoría, vos da esta vandera de las armas y ynsi-nias que trayan aquellos señores donde vos venís, para quecon ella le syrváys vos y los que de vos vinieren. Y luego elnuevo Marqués, don Íñigo de Mendoza, tomó la vandera dela mano del Rey y dióla a Gonzalo Ruis de la Vega, su her-mano, el qual la tomó y tuvo desplegada ante el Rey, hastatanto que los reyes d’armas ovieron dicho y hecho so abto, ydespués el dicho Gonzalo Ruis la dió al haraute del Mar-qués... y luego el Marqués embió todo lo que traya vestido aToledo rey d’armas y trescientas doblas a los oficiales d’ar-mas y trompetas, que repartiesen entre syiv. Más claramen-te vemos esta intervención en 1455, cuando Castilla rey dearmas y su colega el faraute Escama organizaron y blasona-ron, por orden del Rey Don Enrique IV, las nuevas armasconcedidas al condestable Miguel Lucas de Iranzo, con moti-vo de su ennoblecimiento, otorgado por real cédula dada enGranada el 12 de junio de 1455:

E demás de todo esto, por más vos dotar y guarnescer dedotes y insignias de noblesa, y por mostrar y que sea mani-fiesta la mi real dilección acerca de vos causada por los dig-nos méritos vuestros, yo vos dó y vos asigno para siemprejamás por escudo de armas de vuestra persona y de losdespués de vos por recta línea y sucesión de legítimo matri-monio descendientes y collaterales, un león de aquellos queen mis reales armas son puestos y figurados por la manera ycon aquellos colores, matices y blasones que en las mes-mas mis reales armas se deben y se acostumbran blasonar,

Las armas imperiales en una labra que seconserva en el Real Colegio de España,

en Bolonia

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poner y figurar; et más la mi vanda real,quarteado lo uno con lo otro en el escu-do, segúnd y por la manera que lo yomandé figurar, departir et quartear enmi presencia a Castilla, rey de armaset á Escama, faraute, et lo figuraron se-gúnd y en la forma y manera que aquí enésta mi presente carta de enoblescimien-to y constitución et estado de noblezaque vos yo dó se representa et contiene,la qual es ésta: [Aquí el dibujo con las Ar-mas, que es cuartelado de leones y ban-das]. Et yo vos dó licencia, facultad etactoridad para que como persona noble vos y los que des-pués de vos por repta línea y legítima succesión descen-dientes y collaterales como personas nobles podades aver,traer y facer traer cota de armas de aqueste blasón y formay manera que vos las yo dó y asigno para siempre jamás, ylas podades poner y esculpir y traer en vuestras vanderas,estandartes, vajillas, joyas, reposteros, guarniciones y edifi-cios, tumbas y sepulturas, y en qualesquier otras cosas quebien visto vos será(5).

Sin embargo, después de estos casos de mediadosdel siglo XV, no volveremos a documentar en Castilla la in-tervención de los reyes de armas en las concesiones arme-ras; aunque sí sabemos que a finales del siglo XV se dieronya certificaciones de armas, tanto por oficiales de armas re-gios, tal Aragón rey de armas(6), como al servicio de particu-lares, como Alonso López de Lezcana, heraldo Sidonia alservicio del Duque de Medina Sidonia(7).

Adelantando en el tiempo, recordemos que DonCarlos I se había criado en una corte sometida al protocolode Borgoña, que gozaba de una gran reputación en toda Eu-ropa por su refinamiento. El nuevo Rey estaba por tantoacostumbrado a los usos heráldicos flamencos, en cuyospaíses había vivido hasta entonces. En aquellas tierras, encuanto a los oficiales de armas, regía desde antiguo un sis-tema territorial o de marcas. Cada rey de armas o heraldoejercía su ministerio en una zona geográfica perfectamentedelimitada, cuyo título tomaba: recordemos, por ejemplo,que en los Países Bajos tales oficiales se llamaban Braban-te, Güeldres, Flandes, Henao o Artois, entre otros. En cuan-to al Ducado de Borgoña, que llevaba aneja la suprema ma-gistratura de la Insigne Orden del Toisón de Oro, su primeroficial de armas se titulaba precisamente Toison d’or roi d’ar-mes, aunque también hubo otros, como el titulado Borgoña.Ese Toison d’or ocupaba, desde casi cien años atrás, unaposición preeminente entre todos los demás oficiales de ar-mas borgoñones y flamencos, y se le llamaba oficialmenteprimer rey de armas del Soberano. Los usos heráldicos deestos oficiales de armas eran precisamente los más purosde toda Europa (recordemos las amargas quejas de GarciAlonso de Torres sobre la situación de sus colegas españo-les). Conviene también recordar que, en lo tocante a losusos heráldicos de los oficiales de armas (torneos, desafíos,ceremonias de armar caballeros, concesión de armerías), laépoca del César Carlos es todavía absolutamente medieval.El Emperador, en fin, según la usanza borgoñona, incluyódentro de su Caballeriza a los oficiales de armas, que cobra-ban también según aquellas costumbres extranjeras: doceplazas de gajes cada día los reyes de armas, y sólo diez losheraldos; además, tenían derecho a ciertas viandas, racio-nes, cargas de leña, y otros emolumentos.

Pero no se limitó la influencia bor-goñona a la mera organización palatina,sino que fue más allá. Porque, de hecho,absolutamente todos los oficiales de ar-mas españoles, como ya lo estaban loflamencos, quedaron sometidos a la di-recta autoridad de Toisón rey de armas.Cuando en 1545 el Emperador celebrócapítulo de la Insigne Orden del Toisónde Oro en la ciudad de Tournai, creó dosnuevos reyes de armas (Jerusalén y Cas-tilla, como luego diré), y lo hizo a pro-puesta del dicho Toisón, en cuyas manos

prestaron el juramento y pleito homenaje acostumbrado, y acuyas órdenes quedaron desde luego(8). Esta preeminenciaaparece constantemente en las ceremonias reales de todo elsiglo (notemos, por ejemplo, cómo únicamente Toisón desfilainmediatamente delante del Rey en las exequias de CarlosV, en 1558), y solamente decae desde el reinado de FelipeIII.

Las primeras noticias tocantes a los oficiales de ar-mas en tiempos de Carlos I, traen su origen de los anterioresreinados: Alfonso de Castilla, que en 1520 se titula rey de ar-mas de los señores Reyes Católicos y del Emperador y Reynuestro señor Carlos V, figura siendo autor de un Recogi-miento de nobleza, que en realidad corresponde a la obra deGarci Alonso de Torres(9). También existe constancia de lapresencia de oficiales de armas en la proclamación del ReyCarlos I en Valladolid, en 1517(10). En el mes de marzo de1519, cuando el César reunió en Barcelona el decimonove-no capítulo de la Insigne Orden del Toisón de Oro, los oficia-les de armas participaron activamente(11). En todas las cere-monias llevó el papel principal, como es de suponer, ThomasIsaac, Toison d’or en aquellas fechas; pero también partici-paron los oficiales de armas españoles. Así, en el cortejoque el día 5 recorrió la ciudad, figuraban tres oficiales de ar-mas: el heraldo Cataluña y los reyes de armas titulados Cas-tilla y Aragón(12). El día 7, en la comida que se organizó des-pués de los funerales de Maximiliano I, y antes de que elRey se sentara a la mesa, el dicho Tausón fiço llevar a Ara-gón rey d’armas, en tres lanças, tres vanderas de las armasde los tres caballeros que debían comer al lado del monarca;el cual, acabado el banquete, hizo lo que los grandes prínci-pes suelen hacer en las semejantes fiestas, porque mudó aldicho faraute el nombre de Cataluña en Navarra, faciéndolerey d’armas, y acabado esto creó e bautiçó dos prosuyvan-tes, el uno flamenco y el otro aragonés: al flamenco llamóMalinas y al aragonés Fonterrabía(13); y acabadas estas ce-remonias començó a armar caballeros. El espíritu medievalno podía estar más vivo aún en aquellos días.

En tales fechas, ocupaba la plaza titulada Castillaun oficial de armas llamado Juan Peraza, a quien volvemosa encontrar apenas un mes más tarde, cumpliendo unamensajería por orden del Emperador, en el negocio suscita-do entre doña Guiomar Manrique y el vizconde don Pedrode Castro, sobre la posesión del castillo de Castro(14). Pocomás tarde, en 1524, figuraba aún el rey de armas tituladoJerusalén(15), correspondiente a la Casa Real de Aragón; títu-lo que sería renovado en 1545. Por estas fechas, en todocaso antes de 1526, el Emperador creó y concedió el oficiode Granada rey de armas a Nicaise Ladam, autor de largosy retóricos poemas sobre la muerte de Felipe el Hermoso ysobre la de Fernando el Católico, entre otras obras literarias,que desde 1519 al menos era heraldo de Bethume(16). Al me-

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nos hasta 1545 nos encontraremos repe-tidas veces en los documentos con esteGranada rey de armas.

En los días 22 al 24 de febrerode 1530 tuvo lugar la fastuosa corona-ción del Emperador en Bolonia, sin dudauna de las mayores solemnidades que seproducen en el siglo XVI(17). El CésarCarlos entró en Bolonia el 5 de noviem-bre de 1529, organizándose con tal moti-vo un brillante acompañamiento en elque tomaron parte varios heraldos impe-riales. Delante del Marqués de Astorga,que llevaba el Estoque Real desnudo, iban dos oficiales dearmas con sendos cestos llenos de monedas, que arrojabanal pueblo; tras el Marqués, y precediendo inmediatamente alEmperador, que iba montado en una blanca hacanea, los re-yes de armas o heraldos de guerra, con dalmáticas de ter-ciopelo amarillo sobre las que iba bordada el águila impe-rial. La doble coronación (primero con la Corona de Hierrode Lombardía, luego con la Corona de Oro imperial), tuvolugar cuatro meses más tarde, como he dicho. En el acom-pañamiento imperial hacia la iglesia de San Petronio, forma-do por varios cientos de personas, figuraron según GaetanoGiordani, tras los cortesanos españoles, gli araldi (in abbli-gliamenti ricchi e svariati) venuti a nome pure dei regi di Ara-gona, di Navarra, di Napoli, di Sicilia, di Granata, di Borgog-na, dalla Germania, e di altri provincie appartenentiall’Imperatore Carlo, ma ben anco di altri re e principi stranie-ri...(18). Por otras fuentes sabemos que los príncipes extranje-ros que enviaron a sus oficiales de armas a estos fastos,fueron el Rey de Francia, el Rey de Inglaterra, y el Duque deSaboya. Luego, inmediatamente delante de la persona delCésar, el oficial de armas principal (que seguramente fueseToisón de Oro), fue esparciendo entre el pueblo monedas deoro y plata.

Concluida la solemne misa, se organizó una granprocesión para acompañar el Corpus Christi por las callesboloñesas. Ahora los heraldos de Su Majestad Imperial,adorni dei loro casacconi di velluto giallo, balzati di vellutocremisino coll’aquila imperiale nel petto o nella schiena, econ in pugno essi pure li scettri o verghe di comando, ocupa-ron su lugar luego de los cortesanos imperiales y antes delos embajadores y enviados extranjeros. Más preeminentelo tuvieron los reyes de armas del César y de los monarcasextranjeros ya dichos, que cabalgaron inmediatamente de-lante de los cuatro príncipes grandes feudatarios del Imperio(Marqués de Monferrato, Duque de Urbino, Duque Electorde Baviera, y Duque de Saboya), que portaban las insigniasimperiales (cetro, orbe, estoque y capelo). Tras ellos, prece-diendo a las personas de Su Santidad y del Emperador, ibael principal oficial de armas del Emperador (insisto en queseguramente era Toisón de Oro), descubierto, lanzando alpueblo grandes manojos de monedas de oro y plata acuña-das para la ocasión. Con esta solemnísima procesión finali-zaron aquellos fastos memorables.

Decía antes que el César Carlos no reglamentóapenas su Corte, que se componía de varias partes de di-versa procedencia, hasta el año de 1545 aproximadamente.Fue en ese año cuando, con motivo de poner casa al Prínci-pe Don Felipe, el Emperador quiso saber el mejor modo dehacerlo, siendo su manifiesta voluntad el respetar las cos-tumbres españolas(19). A su demanda, el anciano capitánGonzalo Fernández de Oviedo y Valdés, cronista de España

e Indias (que había servido siendo mozoen la corte de los Reyes Católicos a suhijo el malogrado Príncipe Don Juan), re-dactó su conocida obra sobre los oficiosde la Casa Real de Castilla: Libro de laCámara Real del Príncipe Don Juan, eoffiçios de su Casa e serviçio ordina-rio(20). En ella se trata de los oficiales dearmas en términos elogiosos, aunque ad-virtiendo que no había criados de estaclase en la Casa del Príncipe Don Juan.No obstante, el autor hace una interesan-te mención de los oficiales de armas co-rrespondientes a los reinos peninsulares,

que por entonces servían al Emperador: nada menos quedoce reyes de armas, titulados por su orden protocolarioCastilla, León, Aragón, Granada, Navarra, Nápoles, Sicilia,Mallorca, Valencia, Toledo, Córdoba y Murcia, los cuales lle-vaban al cuello un escudo de oro con las armas de su nom-bre y título solamente, y vestían una cota con las armas ple-nas del Rey-Emperador (notemos que los oficialesflamencos traían en sus cotas solamente las armerías de suprovincia). Recuerda asimismo este conocido autor las fun-ciones que por entonces todavía asumían estos oficiales:publicar la voluntad regia; participar en las fiestas y celebra-ciones reales, entradas en villas y ciudades, y en las Cortesde los Reinos; declarar al alevoso y al traidor; mediar en losdesafíos entre príncipes; y ver y entender de las armas delas ciudades y caballeros del reino respectivo (lo que sugierela existencia, al menos teórica, de un sistema territorial o demarcas).

No he encontrado sino noticias escasas y fragmen-tarias de los oficiales de armas del César. Además de las yaexpuestas, he averiguado que durante el capítulo que la In-signe Orden celebró en Tournai en 1531, Don Carlos ascen-dió al heraldo Plus Oultre a Jerusalén rey de armas; y al per-sevante Orán a Castilla rey de armas(21). Ya he dicho antesque ambos juraron el cargo en manos de Toisón, a cuyas ór-denes quedaron. Quince años después, en un nuevo capítu-lo del Toisón de Oro, celebrada el 17 de enero de 1545, Toi-són rey de armas presentó al Emperador una lista o relaciónde todos los oficiales de armas que entonces le servían, conalgunas propuestas de ascenso y jubilación, y con la expre-sa recomendación de que su número se redujese a cincoreyes de armas, cinco heraldos, y siete persevantes. El do-cumento no ofrece una lectura fácil(22), pero de ella resultaque la compagnie de oficiales de armas estaba compuestopor dos reyes de armas (Toisón de Oro y Granada); cincoheraldos (Germania, Salines, Flandre, Austrice y ¿Arscho-ot?); y siete persevantes (Luxembourg, Oranges, Franquevi-lle, Franche-Comté, Hainault, ¿Brabante?, y otro no identifi-cado). A estas propuestas, Toisón unió otras de cuatrocandidatos para cubrir las plazas que quedaran vacantespor la promoción o jubilación de los titulares(23). Ignoro la re-solución que a este expediente diera entonces la MajestadImperial.

Un Pedro de Múxica, quizá el tan traído Móxica au-tor de un armorial perdido, aparece entre los reyes de ar-mas en una relación de 1532(24). En 1555 aparece Juan deMedrano entre los oficiales de armas españoles, parece quecon el título de Castilla rey de armas(25). Conviene por lo tan-to no olvidar que durante el reinado del Emperador, los ofi-ciales de armas de títulos españoles no siempre fueron origi-narios de los reinos peninsulares, y que se estableció una

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de gules; los lambrequines rojos, forra-dos de negro.

Notemos de nuevo que este privi-legio de armas fue otorgado por DonCarlos, no como Rey de Castilla -patriadel agraciado Mexía-, sino como Empe-rador: de ahí que se redactase y expidie-se en latín.

Notemos también que en la orga-nización de estas armerías parecen ha-ber intervenido dos reyes de armas dedos distintos estados del César (Navarray los Países Bajos), mientras que el

agraciado pertenecía a un tercero (Castilla). El primero deaquellos, el titulado Navarra, nos parece distinto del rey dearmas del reino de Navarra (entre 1515 y 1529, Pedro delBosque(30)), lo cual parece caso insólito por ser ambos vasa-llos del mismo soberano, y es seguro muy probablementefuese el hasta 1519 heraldo Cataluña, cuyo nombre civil eraSancho Navarro

(31). El otro, Artois, tenía jurisdicción heráldi-

ca sobre el condado de Artois, en los Países Bajos(32). Sinque esto signifique apenas nada, pues ya hemos visto cómo,en aquel reinado, la preeminencia de los oficiales de armasflamencos y borgoñones fue casi absoluta, hasta el punto deser de aquellas naciones los que ocuparon muchas de lasplazas hispanas del oficio de armas.

Conclusiones

En todo caso, merced a este interesante texto de1521, la intervención de los oficiales de armas en los casosde otorgamiento de privilegios armeros a vasallos castella-nos en Europa y en América, durante los días del Rey y Em-perador Don Carlos, queda por fin acreditada documental-mente, y viene a confirmar en un sentido favorable lassospechas que de tal efectiva intervención tenían hasta aho-ra algunos autores y tratadistas del fenómeno heráldico.

N O T A S

1. Sobre los privilegios de armas concedidos a españoles en los si-glos XV al XIX preparo un estudio.

2. Sobre los privilegios de armas otorgados a conquistadores, po-bladores y caciques indígenas: Antonio PAZ Y MELIA, Nobiliario deConquistadores de Indias (Madrid, 1892); Santiago MONTOTO, No-biliario Hispano-Americano del siglo XVI (Madrid, 1927); Dalmiro dela VÁLGOMA, “Heráldica de descubridores y conquistadores de In-dias”, en Mundo Hispánico, 9 (1948), págs. 23 y ss; y en Publicacio-nes de la Real Sociedad Geográfica, serie B, núm. 229 (1949); Ig-nacio VILLAR-VILLAMIL, Cedulario heráldico de conquistadores deNueva España (México, 1953); Guillermo S. FERNÁNDEZ DE RE-CAS, Cacicazgos y Nobiliario Indígena de la Nueva España (Méxi-co, 1961); Alfonso de CEBALLOS-ESCALERA GILA, “La concesióndel Toisón de Oro a los Príncipes incaicos: una cuestión polémica”,en Cuadernos de Ayala, 19 (julio-septiembre 2004), págs. 13-17;José CASAS SÁNCHEZ, Apuntes Heráldicos sobre los Escudos deArmas otorgados a Nobles Indígenas en la Nueva España duranteel siglo XVI (Jalisco, México, 2007); y Félix MARTÍNEZ LLORENTE,“Las primeras concesiones regias de armerías en Indias: de La Es-pañola a Cuba (1508-1516)”, en Actas del IV Seminario Ibérico deHeráldica, Huelva, 13-14 de noviembre de 2010.

3. Alfonso de CEBALLOS-ESCALERA GILA, Heraldos y reyes dearmas en la corte de España, Madrid, 1993, pág. 111.

4. Alfonso de CEBALLOS-ESCALERA GILA, Heraldos..., págs. 82-84.

5. El documento original se hallaba en el archivo del Conde de Ci-fuentes, y fue publicado en el Apéndice Documental de la Crónicade Enrique IV (Madrid, 1838), con el número XLIX. Lo transcribí enmi citado estudio sobre los reyes de armas.

gran confusión entre los oficiales proce-dentes de las distintas Casas de las quese componía la del Emperador (Castilla,Aragón, Borgoña, Flandes, Austria y ladignidad imperial).

Volviendo a las labores heráldi-cas de reyes de armas, heraldos y per-sevantes, diré que no cabe duda de quetodavía en los reinados de Carlos I y Feli-pe II, se mantuvo en plenitud la mentali-dad medieval que reconocía al Rey la fa-cultad de otorgar nuevas armaslibremente; y es obvio que ambos monar-cas la ejercieron, el primero con gran frecuencia, y más oca-sionalmente el segundo.

En algunas ocasiones, los documentos arrojan laimpresión de que no sólo en sus oficiales de armas confiabala Corona española para decidir en materia heráldica; en esesentido señalaré dos casos notables. En 1564, de orden delRey, el arzobispo de Zaragoza consultó al cronista Jerónimode Zurita sobre la manera de colocar las Armas Reales en elsalón en que habían de celebrarse las Cortes de Aragón; elgran cronista, prudente a su vez, consultó el caso con Clau-de Marión, el futuro Toisón rey de armas, y entonces rey dearmas del título de Borgoña(26). En 1568, con el triste motivode preparar las honras del Príncipe Don Carlos, el Rey Pru-dente consultó sobre las armas que correspondía usar al di-funto, no a uno de sus reyes de armas, sino al célebre cro-nista Ambrosio de Morales, quien dio al Rey una respuestamuy cumplida(27).

La certificación de 1521

Retornemos ya a nuestro principal objeto: en un do-cumento anejo al privilegio de armas otorgado por el Empe-rador a Alonso Mexía, vecino de Ávila, por sus servicios enla guerra de Navarra(28), estando en la Majestad Imperial enla ciudad de Aquisgrán el 23 de octubre de 1521 -el privilegioestá escrito en latín, lo que denota que era una gracia impe-rial y no tanto castellana-, se expresa esta certificación, dadapor dos de los reyes de amas del César:

En la muy noble villa de Haquisgrano, día de la primera co-rona de la Católica Magestat del Rey Don Carlos, despuésde la haber reçebido, estando asentado en la silla dedicadapara la tal fiesta, teniendo la espada el Emperador CarloMagno en la mano diestra, que fue veynte y tres del mes deotubre, año de myl y quinientos y veinte, como es costumbreen la tal solenidad, armó muchos cavalleros, entre los qualesarmó a Alonso Mexía, natural de la cibdad de Ávila, en elReyno de Castilla, en presençia de nosotros los Reyes d’ar-mas de Su Cesárea Magestat, los quales damos fee de sucavallería, en verdad de lo qual fyrmamos aquí nuestrosnonbres. Trae por armas en canpo negro cinco águilas deoro en saltor, coronadas de colorado, y en cabeça del escu-do una corona de oro y una bordadura de colorado con ochoaspas de sant’Andrés de oro, timbrado de un almete de gue-rra y ençima un águila de las armas, los apequíes de oro en-forrados de negro. Navarra Rey d’armas. Artois Rey d’ar-mas(29).

Las armerías concedidas, dibujadas sobre la minutadel propio privilegio, conservada en Simancas, se blasonacorrectamente así: escudo de sable con cinco águilas deoro, coronadas y picadas de gules, en el jefe un coronel deoro; bordura de gules con ocho aspas de oro. Al timbre, unyelmo con un águila de oro por cimera, picada y membrada

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6. Alfonso de CEBALLOS-ESCALERA GILA,“Una interesante Certificación de Armas rena-centista, dada por Aragón rey de armas, en lamadrileña Fundación Lázaro Galdiano”, enEmblemata, Revista Aragonesa de Emblemá-tica, 4 (1998), págs. 79-97.

7. De este Sidonia conocemos tres cartas deesta clase, una de ellas de la familia Guerrero,que se conserva en la Real Academia de laHistoria, col. Salazar y Castro, ms. C-24; otradedicada a Andrés de Betancourt y dada enSevilla en 1502, que reproduce FranciscoFERNÁNDEZ DE BETHENCOURT en su No-biliario y Blasón de Canarias, Santa Cruz deTenerife, 1878. Ambos documentos los trans-cribimos en nuestro repetido estudio de 1993. La tercera, muy bella,dada a Pedro Dávila, Señor de Villafranca y las Navas, vecino deÁvila, está original en el Museo Lázaro Galdiano, y sobre ella pre-paro un estudio.

8. Julián de PINEDO SALAZAR, Historia de la Insigne Orden delToisón de Oro, Madrid, 1787, II, pág. 605. También en el ArchivoGeneral de Palacio, Registro 3º de la Orden del Toisón de Oro, alos folios 236 vuelto y ss., y 254 y ss.

9. Real Academia de la Historia, col. Salazar y Castro, ms. C-48.

10. Laurent de GARNODE, Le couronnement du tres puissant ettres redoubté Roy Catholique Charles, para la grace de Dieu Royd’Espagne, en sa bonne ville de Valladolif, avecq le nombre desprinces et grantz seigneurs dudit Castille, le dimenche viii jour deFevrier, l’an de grace 1517 (s.l., 1517).

11. Conde de VILANOVA y F. DOMENECH ROURA, Capítulo de laOrden del Toisón de Oro celebrado en Barcelona el año 1519 (Bar-celona, 1930), págs. 87, 98 y 100-102. También Martín de RIQUER,Heràldica Catalana des l’any 1150 al 1550, Barcelona, 1983.

12. El primero era ya Juan Peraza. El segundo parece dudoso quefuera aún Garci Alonso de Torres; sin embargo, en un memorial diri-gido por los cronistas reyes de armas a Doña Isabel II, fechado en1866, se afirma que Garci Alonso de Torres alcanzó hasta el reina-do de Carlos I siendo Aragón rey de armas. De hecho, he notadoque en la biblioteca de la Real Academia de la Historia, en que seconserva su Blasón y recogimiento de armas (col. Salazar y Castro,ms. C-45), bien estudiado por el maestro Martín de Riquer, se con-serva otro un manuscrito titulado Recogimiento de Armas (col. Sala-zar y Castro, C-48), que está firmado por Alfonso de Castilla, rey dearmas de los Reyes Católicos y de Carlos V. Lleva fecha de 1520, yde su comparación con el texto de Garci Alonso de Torres se dedu-ce fácilmente que se trata de una versión posterior de la mismaobra, y que su autor no es otro que el mismo Garci Alonso de To-rres. El ms. C-49 de la misma colección es copia casi idéntica delcitado.

13. El novedoso título de Fuenterrabía debe provenir del cerco deaquella villa guipuzcoana por los franceses, en el año de 1513. Po-co después de los hechos barceloneses, en 1521-1523, la pobla-ción ondabitarra sufrió nuevo ataque, en esa ocasión más favorableal francés.

14 Real Academia de la Historia, col. Salazar y Castro, ms. A-18, fo-lios 47-47v.

15. Paul ADAM EVEN, “Les fonctions militaires des hérauts d’ar-mes: leur influence sur le développement de l’héraldique”, en Archi-ves héraldiques suisses, 71 (1957), página 17.

16 Nicaise LADAM, Mémoire et épitaphie de Ferdinand d’Aragon,edición de C. Thiry en Bibliothèque de la Faculté de Philosophie etLettres de l’Université de Liége (1975), págs. 19-23.

17. En palabras de Vicente de CADENAS Y VICENT, Doble corona-ción de Carlos V en Bolonia (Madrid, 1985). También en A. BER-NÁRDEZ, Traducción al castellano de la Historia de la doble coro-nación del Emperador en Bolonia, escrita en latín por EnriqueCornelio Agripa (Madrid, 1934).

18. G. GIORDANI, Della venuta e dimora in Bologna del SommoPontefice Clemente VII per la Coronazione di Carlos V Imperatore

celebrata l’anno MDXXX, Bolonia, 1842.

19. Quiso que se sirviera al Príncipe a la ma-nera española (castellana más bien); segura-mente porque ya entonces consideraba laidea de dividir sus dominios, como lo hizo diezaños más tarde.

20.Biblioteca Nacional, ms. 1027. Publicadoen Madrid por la Sociedad de Bibliófilos Espa-ñoles en 1870, con un estudio preliminar (319páginas).

21. Archivo General de Palacio, Orden del Toi-són de Oro, Registro 3, folio 254. Julián de PI-NEDO SALAZAR, op. cit., II, página 605.

22. Archivo General de Palacio, Orden del Toi-són de Oro, Registro 3, folio 236. Está redactado en franco-borgo-ñón, de casi ilegible caligrafía.

23. Louis l’Allemand, natural de Luxemburgo; Joan de Groeninge;Nicolás Maneray, natural de Luxemburgo; y Philippe Le Coq, naturalde Bruselas.

24. Archivo General de Simancas, Casa y Sitios Reales, legajo 82(se trata de unas hojas sueltas, de 1532, que contienen una rela-ción de pagos hechos a diversos criados del Rey).

25. Julián de PINEDO SALAZAR, Historia de la Insigne Orden delToisón de Oro, II, pág. 605.

26. Real Academia de la Historia, col. Salazar y Castro, ms. A-112,folio 368.

27. Real Academia de la Historia, col. Salazar y Castro, legajo 11-8167, carpeta 32. Es muy interesante este documento, pues pruebaque los Príncipes de Asturias cargaban sus armas con un lambel deazur; que el consejo se cumplió lo acredita Juan de España, pues alcitar las más de doscientos escudos de armas que adornaron la ca-pilla de San Jerónimo el Real para estas honras, señala expresa-mente que todos estaban cargados con dicho lambel. Lambel queaparece también en escudo que adorna el testuz de la armadura delcaballo de Don Felipe, siendo Príncipe de Asturias, conservado enla Real Armería.

28 . Era hijo de Luis Mexía, y tenía un privilegio anterior de hidal-guía y caballería, que le fue dado cuando era vecino de la villa deOcaña (Toledo).

29. AGS, EMR, Mercedes y Privilegios, legajo 386, doc. 112.

30. Pedro del Bosque, rey de armas del reino de Navarra, está do-cumentado como tal entre 1516 y 1529: Alfonso de CEBALLOS-ES-CALERA GILA, Heraldos y reyes de armas, pág. 61.

31. El nombre lo proporciona Rafael DOMÍNGUEZ CASAS, “Arte ysimbología en el capítulo barcelonés de la Orden del Toisón de Oro(1519)”, en Liber Amicorum Raphäel de Smedt, Lovaina, 2001, II,págs. 173-204; la cita en pág. 202. Mikel RAMOS AGUIRRE, en“Una certificación heráldica de Pedro del Bosque, rey de armas(1515)”, en Anales de la Real Academia Matritense de Heráldica yGenealogía, VIII (2004), págs. 793-807; la cita en págs. 799-800, hasido el primero en notar la anomalía que explicamos, y que paranosotros obedece a que el reino de Navarra aún estaba sujeto auna cierta ocupación militar, y a que el citado Pedro del Bosque,rey de armas del reino de Navarra, ni tenía una actividad notoria, nisalía de Pamplona acompañando al Emperador, ni se titulaba Nava-rra rey de armas. Probablemente en la corte imperial se desconocíaincluso su existencia.

32. Seguramente Jean de Fontaine (o des Fontaines), que ocupabael cargo un año antes, según las cuentas anuales del tesorero JeanMicault, publicadas por L.P. GACHARD, Rapport à monsieur le mi-nistre de l’Intérieur sur les Archives de Lille, Bruselas, 1841, pág.312. Sus compañeros de los Países Bajos flamenco-borgoñoneseran entonces Thomas Isaac, Toison rey de armas; Josse de Nieu-lant, Brabante rey de armas; Bertrand Longhespée, Flandes rey dearmas; Jean de le Pierre (o Jehan de Leeurbe), Hainaut rey de ar-mas; Jean Després, heraldo Salines; Henri de Feure, heraldo Na-mur; y los persevantes Henri de la Tour y Le Songeur.

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A comienzos del siglo XIV, los emblemas heráldi-cos ya habían alcanzado su plena madurez, hasta elpunto de que se habían convertido en los símbolos per-sonales por excelencia de las élites nobiliarias de todaEuropa: quiero decir que ya para entonces el escudo dearmas representaba per se a la misma persona de supropietario(1). De ahí que, enlas iglesias, las sepulturas ar-moriadas se dispusiesen orien-tadas hacia el altar, tal y comolo haría el cuerpo de la perso-na a la que representaban(2).De ahí que, mediante el envíodel sello de armas -el SelloReal de Castilla contaba conparte de la Guardia Real parasu custodia, y en sus trasladosse le rendían los mismos ho-nores que a la persona delRey(3)-, o del estandarte armo-riado, se tuviese por presente al propietario al que repre-sentaban -caso, por ejemplo, del Pendón Real de Casti-lla, cuyo envío a la batalla obligaba a acompañarle atodas las huestes de los vasallos, cuya presencia en unduelo aseguraba el campo a los contendientes, y cuyallegada a una ciudad obligaba a abrirle las puertas, comosi allí se hallara presente el mismísimo monarca castella-no(4)-. De ahí, en fin, que todo agravio a un escudo de ar-mas se considerase, social y legalmente, como una ofen-sa a su propietario, como nos muestra la costumbre detocar con la punta de la lanza en el escudo de armas, co-mo indicio bastante de que quien lo hacía ofendía y reta-ba a su dueño. También nos indica el oprobio que se ha-cía a los condenados por delito de lesa majestad,picando los escudos de armas que hubiese en sus casasy capilla, como se hizo por orden imperial con los venci-dos comuneros en 1521 -de cuya pena aún quedan algu-nos testimonios coetanoes, quiero decir escudos con lasarmas picadas, por ejemplo en la ciudad de Segovia-.

Pero también hubo, aunque fuesen infrecuentes,casos en los que la ofensa no formaba parte del ritualdeportivo caballeresco, sino que se trató de un agraviopersonal en toda regla, en todo caso gravísimo, cual esque voy a glosar seguidamente a partir de los autos judi-ciales que sobre todo ello se siguieron. Un asunto que, sibien es conocido desde antiguo(5), no se ha divulgado enel ámbito heráldico.

Antes de pasar al relato de los hechos de la Pas-cua florida de 1495, hay que hacer memoria de quién re-sultó agraviado, por cuanto las circunstancias de su per-

sona explican en parte lo que ocurrió en las tapias deSanta Clara. Alonso de Quintanilla -o Alfonso Álvarez deQuintanilla-, nacido en el coto de Paderni, un caserío deCagigal, en San Esteban de las Cruces, muy cercano aOviedo, por los años de 1420, fue una de las grandespersonalidades de la corte castellana, y sin duda la más

sobresaliente de la Asturiasdel siglo XV. Su vida enteraestuvo ligada a los Reyes deCastilla Don Juan II y Don En-rique IV, y sobre todo a los Re-yes Católicos, al servicio delos cuales puso de manifiestosu enorme talento. Fue hijo deLuis Álvarez de Paderni o deQuirós, y de Orosia Álvarez deQuintanilla, labradores hidal-gos y quizá acomodados. Se-gún algunos biógrafos, debióde estudiar en el convento be-

nedictino de San Vicente de Oviedo, o quizá fuera delPrincipado, del que salió siendo mozo para pasar a Va-lladolid.

Probablemente llegase a la corte hacia 1440 co-mo criado de don Juan Pacheco, Marqués de Villena.Posteriormente fue doncel en la Casa de Don Juan II,confiándosele la educación del Príncipe. Ya con Don En-rique IV en el trono ascendió mucho, y en 1460 fue nom-brado criado, guarda y vasallo del Rey, encargándoseentre 1462 y 1464 de las finanzas reales como contadorde acostamientos; con frecuencia aparece en los docu-mentos como banquero de la Corona. Cuando las ban-derías dividieron la corte castellana, Quintanilla se inte-gró en el partido del Infante Don Alfonso: en noviembrede 1464 formó parte de la delegación que se entrevistócon el Rey con la pretensión de que reconociese por he-redero al Infante en perjuicio de su hija doña Juana. Asis-tió a la Farsa de Ávila en junio de 1465, participando enla deposición del Rey y la coronación del Infante, a quienacompañó en la toma de Olmedo, y en sus correrías portierras de Valladolid y Palencia. Aquel Alfonso XII nombróa Quintanilla su contador mayor de cuentas (cargo queconservará hasta 1494), miembro de su Consejo, escri-bano mayor de los Privilegios y Confirmaciones, alcaldemayor del Adelantamiento de Castilla y ejecutor de cuen-tas contra los morosos al pago de los tributos, confiándo-le la fundación de la fábrica de moneda de Medina delCampo.

Al morir súbitamente Don Alfonso en 1468, Quin-tanilla retornó a la obediencia de Don Enrique IV, pasan-

Firma y rúbrica del contador Alonso de Quintanilla

DE RE HERÁLDICA

U N A I N J U R I A H E R Á L D I C A C O m E T I D A E N O V I E D OE N L A O C TAVA D E PA S C U A F L O R I D A D E 1 4 9 5

por el Dr. Alfonso de Ceballos-Escalera y Gila, Vizconde de Ayala,Cronista de Armas de Castilla y León

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do al servicio de la Prince-sa Doña Isabel, una vez ju-rada como heredera enseptiembre de 1469. Nom-brado por Isabel su conta-dor mayor, tomó posesiónen su nombre del castillode la Mota, y de Ávila, unade las ciudades entrega-das por Don Enrique a laPrincesa conforme al pac-to de sucesión, para lo quehubo de compensar con500.000 maravedís a Gó-mez Manrique que tenía sucustodia. Entre 1471 y1473, gastando fuertes su-mas de su propio dinero,logró someter también alpatrimonio de la Princesalas villas de Sepúlveda(pretendida por el marquésde Villena, ahora su rival),Ágreda y Aranda de Duero.Quintanilla se entregó porcompleto a la defensa delos intereses de la Prince-sa, participando activa-mente en las intrigas corte-sanas dirigidas princi-palmente contra el mar-qués de Villena, favorito deDon Enrique. Gracias a suhabilidad como diplomáticoy a las ingentes cantidadesde dinero de su propio pe-culio gastadas en tropas yen sobornos, logró que en 1473 Doña Isabel entrase enSegovia, acompañada del cardenal de Toledo don Alon-so Carrillo, para tomar posesión de la ciudad y de su al-cázar -sede del tesoro real de Castilla-. En nombre dedoña Isabel tomó Tordesillas por las armas en 1474, ciu-dad que quedó bajo su gobierno hasta 1476 y en la queestaba en posesión de casas principales, tierra y rentasdiversas, con las que formó un mayorazgo.

Quintanilla tomó parte en la organización del ce-remonial para la proclamación de Isabel como reina deCastilla el 13 de diciembre de 1474 en Segovia. En fe-brero de 1475, ante la grave situación militar provocadapor los partidarios de doña Juana de Castilla, los Reyesle nombraron alcaide del castillo de la Mota. Al entrar enCastilla el Rey Alfonso V de Portugal, y celebrar su ma-trimonio en Plasencia con su sobrina doña Juana, Quin-tanilla recibió la orden de recuperar la villa de Arévalo, enla que Alfonso había fijado su campamento antes de diri-girse hacia Toro y Zamora. De nuevo Quintanilla actuóaquí más como hábil negociador que como guerrero, en-tregando a su alcaide 80.000 maravedís por la villa, enparte de su propio patrimonio y en otra parte obtenidodel empeño del collar de eslabones de la Reina Isabel.Ante la escasez de recursos económicos, agravada por

los gastos de la guerra,Quintanilla propuso a losreyes que imploraran subsi-dios del sentimiento religio-so y de los Grandes, comose hizo en efecto en lasCortes de Medina del Cam-po, en las que el clero cas-tellano concedió la mitad dela plata de las iglesias, porvalor de treinta millones demaravedís, a reintegrar entres años, con otros subsi-dios aportados por losGrandes opuestos a la Bel-traneja, que hicieron posi-ble la formación del ejércitoque rindió Toro y condujo alfin de la contienda, aunqueesta aún prosiguiera algu-nos meses en Extremadu-ra, donde Quintanilla parti-cipó en la rendición deCandeleda.

Ante la situación anár-quica del reino, participócon Juan de Ortega, a ins-tancias de las Cortes cele-bradas en 1475 en Madri-gal, en el restablecimientode la Santa Hermandad, al-go más que una mera insti-tución encargada del ordenpúblico en el ámbito rural,entrando a formar parte co-mo tesorero de su Consejo.

En la sesión de Cortes o Junta de Procuradores celebra-da en marzo de 1476 en la iglesia de Santa María deDueñas, que aprobó la creación de la Santa Hermandad,Quintanilla propuso el empadronamiento militar, para elque habría acometido, en su condición de contador ma-yor, un recuento de la población de Castilla, el famoso ydesaparecido Censo de Quintanilla, como es conocidoentre los historiadores.

En 1480 aportó una fuerte suma de su propiopatrimonio para llevar a cabo la conquista de las últimasislas Canarias, concediéndole los Reyes notables privile-gios sobre los beneficios de tal empresa, incluyendo elquinto de esclavos, sebo, cuero y presas obtenidos en laconquista, aunque tales beneficios no siempre llegase acobrarlos. Según un apuntamiento de 1483, desde el fi-nal del reinado de Don Enrique IV hasta aquel año, laCorona le debía 3.288.000 maravedís entre préstamoshechos a la Corona, beneficios no percibidos y quitacio-nes no devengadas.

En la conquista de Granada, en su calidad demiembro del Consejo de la Hermandad, fue con Juan deOrtega el gestor del reclutamiento de los diez mil peonesconque las Hermandades de Castilla contribuyeron al es-fuerzo bélico, encargándose de la obtención de recursos

Las casas principales del contador Alonso de Quintanillaen Medina del Campo, con las armerías que ostentan

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económicos y aprovisio-namiento de las tropas.Un documento de cua-tro folios, escrito de supropia mano y conser-vado en el Archivo deSimancas, ha servidopara atribuirle la realiza-ción efectiva del célebreCenso y su participa-ción en la creación deun ejército permanenteal año siguiente de latoma de Granada. Conobjeto de conocer el ar-mamento disponible enel reino, decía haberhecho él mismo un re-cuento de la poblaciónde los reinos de Casti-lla, León, Toledo, Murcia y Andalucía sin Granada: segúnsus cálculos, paréceme que puede que aya en ellos uncuento e quinientos mill vezinos poco más o menos (en-tre seis y ocho millones de habitantes).

En la acogida dispensada a Cristóbal Colón enCastilla pudo tener un papel destacado, según sus bió-grafos, pues desde el primer momento le habría ofrecidosu apoyo moral y económico, incluso dándole de comer,porque de otra manera no se pudiera entretener tantotiempo en tan larga demanda, según recuerda el cronistaGonzalo Fernández de Oviedo, siendo además él mismoquien lo presentó al cardenal Mendoza. Al papel jugadopor Quintanilla en el Descubrimiento, amplificado por loscronistas locales, aludía también Ramón de Campoamoren un poema titulado Colón, colocándolo, en boca delDescubridor, en compañía de otro gran financiero, Luisde Santángel: De nuevo a mi favor abren campaña / LuisSantángel y Alonso de Quintanilla / y a los pies de la rei-na me acompaña / la marquesa Beatriz de Bobadilla.

Siendo ya anciano, a finales de 1494, renunció atodos sus cargos, retirándose a Medina del Campo, don-de fundó en 1497 un mayorazgo en la persona de su pri-mogénito, el comendador santiaguista don Luis de Quin-tanilla, años más tarde comunero destacado. El eximioAlonso de Quintanilla murió en sus casas de Medina delCampo en 1500.

Durante toda su vida, Alonso de Quintanilla man-tuvo sus vínculos y se interesó mucho por su tierra natalabandonada en la niñez, participando asiduamente entodos los asuntos ovetenses y asturianos. Poseyó losbienes paternos y maternos en Paderni, Quintanilla yAgüera. Por los años de 1460 reedificó el monasterio deSanta Clara y lo dotó con generosidad, estableciendo allíalgunas fundaciones pías en memoria de sus padres yhermano -renunciando para ello los juros perpetuos quehabía recibido sobre rentas reales de Oviedo, Siero yGrado-, y logrando que el obispo, el cabildo catedral, lajusticia y los regidores acudiesen allí en solemne proce-sión y con luminarias una vez al año(6). Y sabemos tam-bién que intervino decisivamente en 1484 para aplacar

las luchas y banderíasque asolaban Asturias,como consta en unacarta del obispo deOviedo al Conde de Lu-na, datada el 24 de oc-tubre de aquel año. Aúnmás: su esposa doñaAldonza de Ludeña, eraasturiana; y una de sushijas se casó con un hi-dalgo asturiano.

Hasta aquí lasemblanza del principal-aunque involuntario-de los actores de la pri-mavera de 1495; vaya-mos ya a los hechos.Sucedió que cierto díade fiesta del mes de

abril de 1495, octava del Corpus, salieron a divertirse ex-tramuros de Oviedo, por la puerta de Santiago, un grupode amigos, entre los cuales Nuño Bernaldo de Quiróscon dos o tres criados, Bernardino Álvarez y su hermanoAlonso Estébanez, Juan González (muerto a las pocassemanas del suceso), el escribano Juan de Verdemonte,Fernando Suárez de Penago o Portago el mozo, JuanMorán, el escribano Gonzalo Fernández de Oviedo,Alonso de Arango, Gutierre de Parana y algunos otros.Se proponían aprovechar la jornada festiva para ir juntosal campo de San Francisco a jugar a los birlos -una mo-dalidad de bolos-, y a almorzar unos cabritos asados, re-gados con abundante vino.

El tal Nuño Bernaldo de Quirós era un buenejemplo de los hidalgos provincianos de aquellos tiem-pos, soberbios, revoltosos y montaraces. Era segundón,como uno de los ocho hijos de Iván Bernaldo de Quirós(el fundador del mayorazgo de Quirós en 1474, muertoleproso en 1476), y de su mujer doña Beatriz Cabeza deVaca. Y, aunque el grueso de los bienes del linaje fuerona parar al primogénito Gonzalo, nuestro Nuño debió deposeer cuantiosos bienes y rentas en Oviedo, Lena, Lan-greo y otras partes. Casado con doña Beatriz de Quirós,hija de Juan de Oviedo, residía con su mujer e hijos enlas casas que fueron de su suegro, en la ovetense callede la Platería, con frecuentes estancias en Langreo(7).

Su conducta ya había merecido algún castigopor parte de los Reyes Católicos. En los inicios del reina-do, Nuño Bernaldo de Quirós había sido partícipe de lasluchas y banderías que asolaron Asturias, y que conoce-mos a través del relato de Lope García de Salazar ensus Bienandanzas e Fortunas, y por ciertos informes en-viados a la corte por los corregidores enviados a Asturiasy por el obispo fray Alonso de Palencia(8).

Debió de ser hombre turbulento, litigante e inclu-so codicioso, pues de algunos pleitos en los que se vioinvolucrado tenemos noticia precisa: así, en 1500 se eje-cutaba una sentencia contra sus sobrinos Gutierre yJuan de Campomanes, que le habían agredido a él y asus criados con piedras y ballestas en septiembre de

Plano de la ciudad de Oviedo en el siglo XVIII.El convento de Santa Clara se situaba extramuros,

al noroeste de la ciudad, hacia Santa María del Naranco

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1498, cuando Nuño se dirigía a una casa que poseía enCampomanes; en 1501 se ejecutaba otro fallo judicial re-caído en el pleito que le enfrentó a Juan de Argüelles so-bre una herencia; y en 1504, otra ejecutoria le obligaba adevolver a su deuda doña Elvira de Quirós, vecina deSalas, la quinta parte de las casas de la ovetense callede la Platería, que había usurpado a su cuñada -pareceque para entonces ya era viudo-(9).

Y, sobre todo, Quirósparece que era un hombre re-sentido contra el hidalgüelotriunfante en la corte de Casti-lla, probablemente emparenta-do con su linaje y cuyos abue-los y pasados habían sidoarrendadores de las tierras. Yquizá también latía en su pe-cho un resentimiento de carizpolítico: los Quirós, tan parti-darios del Rey Don Enriquecuando el Conde de Luna, losQuiñones y Alonso de Quinta-nilla apoyaban a su medio her-mano Don Alfonso, se habíanvisto desplazados en el domi-nio del Principado por aquellosQuiñones al comienzo del rei-nado isabelino, y posiblemen-te sospechaban del apoyo delcontador mayor a esa políticalocal que tanto les perjudica-ba(10).

Volvamos al grupo deamigos que en abril de 1495salían de Oviedo a divertirse,pues al pasar todos juntos por delante de la cerca querodeaba el monasterio de Santa Clara, que había sidolevantada por Alonso de Quintanilla en 1460, y en la queestaban esculpidas sus armas en varios puntos(11), so-brevino al Nuño de Quirós una urgente necesidad. Ycuando se proponía evacuarla, al parecer sus amigos loshermanos Bernardino y Alonso apostaron con él un vasode vino, si osase orinar sobre el escudo de armas deAlonso de Quintanilla, como así lo hizo el Nuño sin ma-yor reparo. Marchando luego el grupo al citado campode San Francisco, en el que se pusieron a jugar a los bo-los despreocupadamente, con otros vecinos que allí es-taban.

Y la cosa hubiera quedado en una simple gam-berrada pueblerina, si el segundón Nuño no hubiese sali-do perdedor en el juego de bolos, pues a la hora de pa-gar su deuda alegó que se abonase al ganador concargo al cuartel de vino que había ganado en su apuestaurinaria con Alonso Estébanez, jactándose allí, en públi-co, de lo que había hecho un rato antes en las tapias deSanta Clara.

El suceso no fue del agrado de todos los presen-tes, y uno de ellos, llamado Luis de Ribera, que era es-cribano de Oviedo por nombramiento y merced del con-tador Quintanilla -quien había obtenido hacia 1468 el

cargo de escribano mayor del Principado de Asturias yproveía todas sus escribanías públicas-, se le encaró di-ciéndole por cierto, señor Nuño Bernaldo, en mear vospor las armas de Alonso de Quyntanilla no érais máshonrado, que aquéllas habíais vos de adorar e tener co-mo oro en paño labrado.

El airado segundón, quizá ya algo tomado de vi-no para entonces, le replicó jurando por Dios que, si in-

sistía en afeárselo, estaba dis-puesto a repetir la hazaña yaun a coger una escalera parahacer aguas mayores sobredicho escudo de armas deQuintanilla... añadiendo ade-más otros insultos contra elcontador mayor: pese a Dios,byen abemos quyen es Alonsode Quyntanilla, que [las ar-mas] no son suyas, que no seganan las armas con dos pe-ñolayllas. Trasluciéndose aquí,al motejar a Quintanilla de arri-bista y chupatintas, la viejaquerella de la espada contra lapluma, que en realidad oculta-ba apenas el resentimiento so-cial del segundón contra eltriunfante político de la corteisabelina.

Luis de Ribera, sin ami-lanarse, le dijo así: las armasson suyas e de persona quevale más que vos e tyne másque vos, e podréys bebyr conél e byben otros tan buenos

como vos. En cuyo punto el indignado y bebido NuñoBernaldo se abalanzó sobre el escribano Ribera querien-do poner las nos sobre él, lo que impidieron otros de lospresentes. Pero no pudieron impedir que la disputa prosi-guiera, manifestando Nuño Bernaldo, a grandes voces,que Quintanilla era de bajos orígenes, y que sus abuelosse habían hartado de labrar en las heredades de los Qui-rós; mientras Ribera le respondía andad, que vos e losde vuestro linaje siempre os preciasteis de tratar así lascosas de Alonso de Quyntanilla; replicándole el Nuñobyen sabe que es mi enemigo.

Llegados a este punto, el asunto, sabido ya porlas autoridades y por el contador mayor Quintanilla, aca-bó en proceso judicial: puesta la querella por Quintanilla,los alcaldes ovetenses prendaron al Quirós un caballo yotros bienes, e iniciaron los autos. Pero, habiendo apela-do Quirós a los Reyes -probablemente porque fiaba pocode las justicias locales, que tanto debían al contador ma-yor-, ordenaron el 14 de julio de aquel año que la causase prosiguiese ante la Real Chancillería de Valladolid, yque se devolviesen a Quirós las prendas que le habíantomado(12). Y seguidamente, los Reyes ordenaron a unode sus alcaldes que abriese una información preliminar ehiciese una pesquisa para tener conocimiento exacto delos hechos y castigar a sus autores. Un documento que

La fachada del convento de Santa Claraen una litografía del siglo XIX

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se conserva y es clave pa-ra conocer y aclarar loshechos, detallado y prolijocomo corresponde a sunaturaleza judicial, en elque se plasmaron las de-claraciones de los princi-pales testigos -alguno deellos directamente implica-do-, previos sus solemnesjuramentos de decir ver-dad, hechos a Dios e aSanta María e a una señalde cruz en que corporal-mente pusieron sus ma-nos derechas, e por laspalabras de los SantosEvangelios, como buenose fieles crestianos, temien-do a Dios e al peligro desus ánimas, syn arte e engaño e syn malicia e syn codi-cia, ni amor ni temor ni odio ni malquerencia nin dádivasni promesas, y que diciendo verdad Dios, ques padre to-dopoderoso les ayudase en este mundo a los cuerpos een el otro a las ánimas, a doónde más avían de durar, eel contrario faziendo e la verdad no deziendo quel ge lodemandase mal e caramente como a malos crestianosque ha sabyendas jurando se perjuravan en el su santonombre en vano.

Entre el viernes 17 de julio de 1495 y el lunes 20siguiente, estante en la ciudad de Burgos, en su posadade la calle de San Llorente, Francisco Triguero, alcaldegeneral de la Santa Hermandad por Sus Altezas, es decirun juez de instrucción criminal(13), en presencia de Juande Ribadesil, escribano de cámara de los Reyes y unode los doce del número de la ciudad de León, y de lostestigos de las juramentos y declaraciones (Alonso Ruizy Francisco de Corral, ambos vecinos de Medina delCampo; Lope del Castillo y Jerónimo del Castillo su hijo,vecinos de Burgos; Alonso de Valdepeñas, criado del se-cretario Fernando de Cisneros, don Carlos de Cisneros yPedro de Tapia, vecino de Valladolid), tomó declaración alos testigos de los hechos, presentados por el ultrajadoAlonso de Quintanilla, sobre ciertas cosas que ovo fechoe dicho contra él Nuño Bernaldo de Quirós y a más le de-sonestó e injurió su persona.

Las preguntas del interrogatorio judicial fueronnueve, a saber: si conocían a Alonso de Quintanilla y te-nían noticias de sus servicios a los Reyes; si sabían queel dicho Quintanailla traía y usaba las armas de la Casade Bobes como descendiente de ella (que son los verosde la Casa de Noreña, puestos en cruz sobre campo degules); si sabían que Quintanilla había reedificado el mo-nasterio de Santa Clara en Oviedo, en cuya iglesia esta-ban enterrados su padres y un hermano, y hecho en elmismo algunas fundaciones pías en su memoria; si sabí-an que además había hecho en él una cerca de cal ycanto, una fuente y otras cosas par refrigerio de las mon-jas; si sabían que en dicha cerca Quintanilla había pues-to sus armas como suelen poner los otros cavalleros e

onbres de lynaje e en lasobras memoratyvas quefazen; si conocían a NuñoBernaldo, fijo de Yván Ber-naldo de Quyrós, que mor-yó syendo dañado de SanLázaro; si sabían que Nu-ño Bernaldo era vecino yresidía en Oviedo, dondeestaba casado; si sabíancómo el dicho Nuño Ber-naldo, un día de abril delmismo año 1495, syn te-ner razón nin cabeza con-tra el dicho Alonso deQuintanilla, nin contra suhonra nin contra las di-chas sus armas, de supropyo moto e con ánymodañado que tenía de inju-

riar la persona e lynaje del dicho Alonso de Quintanilla,había realizado los hechos antes relatados, es decir quedelante de muchas personas que lo vieron meó el escu-do de armas del dicho Quintanilla e dixo otras palabrasynjuriosas contra él e contra su honra, e dixo questaba aánimo de traer una escalera e fazer sus necesidades su-ziamente en la dicha cruz e armas; si sabían que todoello fue público y es pública voz y fama en la ciudad deOviedo, en el dicho Principado de Asturias, y aún en lamisma corte, y que los que lo saben lo tyenen e notanpor grande ynjuria ser fecha al dicho Alonso de Quintani-lla e a sus pasados e a los que son byvos de su genera-ción. Además, los Reyes autorizaron al alcalde para pre-guntar a los querellados y testigos sobre otrascircunstancias atinentes al caso.

Los testigos fueron, por su orden de su declara-ción, Esteban de Argüelles, vecino de Oviedo; Luis deRibera, escribano de Oviedo; Bernaldino Álvarez, escri-bano; Alonso López de Avilés, vecino de Oviedo; y Cos-me, hijo de Alonso Martínez de Pedrún, vecino de Ovie-do. Estos cinco testigos, como era de esperar,declararon a favor del contador mayor, procurando -enel caso de los implicados en los hechos, como lo eraBernaldino Álvarez-, atenuar su participación en ellos,negando por ejemplo la existencia de la apuesta con Nu-ño de Quirós.

Mientras que Argüelles no pudo decir de los he-chos de la meada por estar ausente de Oviedo en aque-lla fecha, Luis Suárez de Ribera, fijo de García Suáres,declaró que

estando aquel día en Santa María de Narango que escerca de la cibdad de Oviedo ay ciertos días después dePascua florida, estando allí Luys Suáres, vecino de Ovie-do, fijo de García Suáres, dixo a este testigo ‘no sabéyscómo Nuño Bernaldo e Alonso Estévanes e BernaldinoÁlvares, veniendo de la cibdad de Oviedo fazia el campode San Francisco de la dicha cibdad y llegando fazia lacerca del dicho monesterio de Santa Clara, el dicho Nu-ño Bernaldo se apartó a mear en la dicha pared, e que aesto el dicho Alonso le dixo ‘apostaros he un cuartal de

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Vista del aspecto actual de la fachada del secularizado con-vento de Santa Clara. No deja de ser curioso que la calle que

lo rodea lleve hoy el nombre de Alonso de Quintanilla

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vyno que no meéys por encima desas harmas’, e quel di-cho Nuño Bernaldo dixo que ‘sy haría’, e que sobre estoposyeron prendas, e quel dicho Nuño Bernaldo meó porlas dichas armas, e que dende se fueran ellos e JuanGonzález que Dios aya, e Verdemonte escribano, e Fe-rrando Suáres de Portago el moço, e Juan Morán, eGonzalo Ferrándes de Oviedo escrivano, e otros queavían seydo presentes a lo susodicho, e que se fueronasy juntos al campo de San Fran-cisco, e llegados allí començaronde jugar a los byrlos los cabritos eel vyno, e que como jugavan per-dió Nuño Bernaldo e platicandopara la paga que dixera el dichoNuño Bernaldo ‘el quartal de vinoque avía ganado por aver meadopor las armas de Alonso de Qynta-nilla’, e que a esto este dicho LuisEstévanes a quyen este testigooyó lo sobredicho, dixiera al dichoNuño Bernaldo, ‘por cierto señorNuño Bernaldo, en mear vos porlas armas de Alonso de Quintanillano érades más honrado, que aque-llas avíades vos de adorar e tener-las como oro en paño labrado’, eque a esto el dicho Nuño Bernaldotornó a desir, mirando que ge lo dezía con sentymiento,‘juro a Dios, sy tanto me azéys, que torne a mear enellas e sy es necesario busque una escalera e cague enellas, que pese a Dyos byen sabemos quyen es Alonsode Quyntanilla, que no son suyas, que no se ganan lasarmas con dos peñolyllas’, e que a esto le respondiera eldicho Luys Suáres ‘las armas son suyas e son de perso-na que vale más que vos e tyene más que vos, e po-dréys bien bevyr con él, e byven otros tan buenos comovos’, e que en esto metyéronse algunas personas entremedias porque el dicho Nuño Bernaldo le quería ponerlas manos, e tornando a desir ‘que sus aguelos del dichoAlonso de Quyntanilla nunca se hartaron de labrar en lasheredades de los suyos’, e questo dixera el dicho LuysSuáres ‘andad, que vos e los de vuestro lynaje syemprehos preciasts de tratar asy las cosas de Alonso de Quyn-tanilla’, e quel dicho Nuño Bernaldo dixera ‘byen sabeques mi henemygo’, e que a esto avían seydo testigostodos los susodichos e Diego García pyntor, e Afonso deArango e Gutierre de Parana, vecino de la dicha cibdadde Oviedo, e otros.

El último testigo presente en todo el suceso,Cosme Martínez de Pedrún, que debía de ser aún muymozo, relató al alcalde Triguero cómo, estando los preci-tados jugando a los birlos,

que dixo el dicho Nuño Bernaldo que avía meado por lasarmas de Alonso de Quintanilla questavn en la pared deSanta Clara, e que a esto le dixera el dicho BernaldynoÁlvares que le apostarya una açumbre de vino que nomearía otra vez por ellas, e que echara mano a la bolsaBernaldyno Álvares e sacó dynero; e que a esto Luys dela Rivera, fijo de García Suárez, dixera ‘pese a tal convos, señor, que aunque soys bueno no paresce byen es-

tar apostando pa tornar a mear las harmas de Alonso deQuyntanilla, que era bueno e valya mucho, e que no serámaravilla averse mal con ellos, asy con él, por los avermeado como el otro por apostar’; e que a esto dixyeraNuño Bernaldo ‘quél no lo fazía por ynjuriar las armas deAlonso de Quyntanilla, que otros tan buenos como Alon-so de Quyntanilla avían bebydo con su padre e con suabuelo’; e el dicho Luys de la Ribera le tornó desir ‘que

otros tan buenos como él bevíancon Alonso de Quyntanilla e lo ser-vían’, e quel dicho Nuño Bernaldole dixo ‘que mentía e que si le to-cava en la honra que le tocaría enla vyda’, e que arremetyó contra éle que se metyeron algunos enme-dio e le quytaron; e que dixo ‘quejuraba a Dios que si tanto le hazí-an e posyesen una escalera, queharía sus necesidades por las di-chas armas’...

A la escena del campo de SanFrancisco concurrieron, pues, mu-chos vecinos y gentes, según losdemás testigos, todos contestesen la realidad de los hechos y enla circunstancia de que la noticiadel asunto corrió por toda la ciu-

dad, entonces bien pequeña, enseguida. Aunque huboalgunos matices en cada caso: así, el testigo BernaldinoÁlvarez, directamente implicado en los hechos, vino aestar conteste en casi todo, pero dijo no saber ni recor-dar que hubiera habido una apuesta por parte de su her-mano Alonso Estébanez, tal que moviese a Quirós a ori-nar en las armas de Quintanilla. Mientras que el testigoAlonso López de Avilés, que no había presenciado loshechos en el campo de San Francisco pero que los co-nocía por haber hablado de ellos poco rato después tan-to con Luis de Ribera como con Nuño Bernaldo, le dijo aeste pésame, señor Nuño Bernaldo, por esto que ha pa-sado, que escusado teníades vos de mear por las armasde Alonso de Quyntanilla, ni los otros de apostar, que to-dos los del Prencipado avían de aver a buena venturaporque de su naturaleza e patria avía salydo un tal hom-bre, por donde todos los asturianos avían seydo e heranmuy honrados; y añadió que el Quirós le había manifes-tado en aquel momento que no lo feziera por lo ynjuriar,salvo por la apuesta que con él avía fecho-. Por ciertoque este testigo daba a entender que el hecho habíacausado muy mala impresión en Oviedo y en todo elPrincipado, por cuanto el contador mayor había protegi-do y sostenido al padre de los apostantes y a ellos dos.

Un punto crucial de la pesquisa, pues era enparte el fondo del asunto, se dirigió a aclarar si las armasque usaba el contador mayor Quintanilla le pertenecíanlegítimamente o las había usurpado. Así el testigo Argüe-lles, que conocía a Quintanilla desde veinte años atrás,declaró haber visto en sus labores de edificios y en susreposteros las citadas armas, y declaró que le pertenecí-an como descendiente de la Casa de Bobes, e que oyódezir a muchos viejos e ancianos de la cibdad de Oviedo

Una interpretación modernadel juego de birlos

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e del Prencipado que las dichas armas las ganara a lapuente de Colloto, ques cerca de Bobes, un hantecesordel dicho Alonso de Quintanilla en tienpo del YnfanteDon Pelayo, e que de allí quedaron a sus descendyen-tes. Lo mismo declararon sobre estas armas, su origenen la casa de Bobes, y su largo uso por el contador ma-yor y por sus familiares, los testigos Luis de Ribera, Ber-naldino Álvarez, Alonso López de Avilés y Cosme Martí-nez del Pedrún. Quedaba claro, pues, que Quintanillavenía usando pacíficamente de dichas armerías de laCasa de Bobes -de gules, una cruz llana de veros deplata y azur- desde al menos la década de 1450.

El linaje de Boves ya había desaparecido a prin-cipios del siglo XVI, pues a tenor de una escritura detrueque otorgada en el lugar de Meres, del concejo deSiero, el 6 de mayo de 1543, ante el escribano Menendode Marinas, la torre y demás heredades los poseía en-tonces Álvaro de Nava -como heredero de su padre Pe-dro de Nava, Señor de Bimenes-, y se le entregó a susuegra doña Teresa Gutiérrez de Cienfuegos, viuda dePedro de Argüelles de Meres, a cambio del coto de Bu-yeres de Nava con su jurisdicción. Doña Teresa dejó latorre de Boves a su segundogénito Pedro de Argüelles,quien fundó con ellos un mayorazgo(14).

Nada sabemos de la conclusión del proceso,que seguramente acabó en condena, meramente pecu-niaria, del hidalgo Nuño Bernaldo de Quirós. Pero el epi-sodio es muy significativo del valor y el concepto bajome-dieval de las armas como un símbolo tan personalísimoque se hasta se confundían con la propia persona delpropietario. Y de otra parte, el suceso del ilustrísimo peroresentido Quirós frente al poderoso advenedizo Quintani-lla, trasluce bien a las claras los roces y las polémicasque se dieron entonces entre la vieja nobleza caballeres-ca, territorial y militar, frente al ascenso creciente durantetodo el siglo XV, y ya definitivo, de la nueva nobleza le-trada o de curia, tan poderosa en la corte de los ReyesCatólicos(15). La Edad Media dejaba ya el paso franco alRenacimiento.

N O T A S

1. Sobre este asunto, Faustino MENÉNDEZ-PIDAL DE NAVAS-CUÉS, Los emblemas heráldicos. Una interpretación histórica(Madrid, 1993), páginas 16-18.

2. Los ejemplos son aún hoy en día innumerables, a pesar deque en la mayor parte de los templos se hayan modificado loslugares de las tumbas, o renovado el pavimento. Pero haré me-moria de algunas sepulturas con labras heráldica y así orienta-das, que se conservan en la villa segoviana de Sepúlveda, ensus iglesias de el Salvador, Santa María de la Peña y San Bar-tolomé.

3. Véanse, por ejemplo, la real cédula dada por Don Felipe IIIen Lisboa el 24 de agosto de 1619, y las normas para custodiade los Sellos Reales, en BN, ms. 937 y 966. De su aplicaciónen América puede leerse en Adam SZÁSZDI, “Virreyes y Au-diencias en Indias durante el reinado de don Felipe II: algunosseñalamientos necesarios”, en Feliciano Barrios (coord.), Dere-cho y Administración Pública en las Indias Hispánicas: actasdel XII Congreso Internacional de Historia del Derecho Indiano(Cuenca, 2002), tomo II, págs. 1695-1731; las citas de Lima,Quito y La Plata, en páginas 1714-1716.

4. Crónica del Rey Don Alonso Onceno (utilizo la edición deFrancisco Cerdá Rico, Madrid, 1787), capítulo LX (guerra con-tra Granada en 1324) y capítulo CCLIII (cerco de Tarifa en1340). Crónica del Rey Don Enrique el Segundo, capítulo II(riepto de don Juan Ramírez de Arellano). Sobre los usos delPendón regio, véase también Alfonso de CEBALLOS-ESCA-LERA GILA, Marqués de la FLORESTA, La Orden y Divisa dela Banda Real de Castilla (Madrid, 1993).

5. El original en AGS, Cámara de Castilla. Rafael FUERTESARIAS, Estudio histórico-crítico de Alfonso de Quintanilla, con-tador mayor de los Reyes Católicos (Oviedo, 1909, dos to-mos), transcribe los autos del proceso resultante en el tomo II,págs. 136-146. Juan URÍA RÍU, “Agravio inferido a un ministrode los Reyes Católicos en las afueras de Oviedo”, en Bibliote-ca de Asturias, fondo asturiano Méndez Toca, sigª Ast M.T.C.12-2. María Dolores Carmen MORALES MUÑIZ, Alonso deQuintanilla. Un asturiano en la Corte de los Reyes Católicos(Madrid, Prensa y Ediciones Iberoamericanas, 1993), págs.132-136.

6. Esta procesión, que debió de tener principio hacia el 1486,ya había sido causa de alguna otra manifestación contra el po-deroso contador mayor de Castilla: así, en 16 de enero de1488, los Reyes ordenaban a Francisco González de las Alas,escribano de Oviedo, que pagase 5.000 florines de oro demulta por las injurias que había inferido a Quintanilla durantela procesión celebrada el dia de Santa Clara del año anterior.AGS, RGS, legº 1488-01/301.

7. Felipe BERNALDO DE QUIRÓS, Solar de la Casa de Ollo-niego, memorial nobiliario-genealógico escrito en 1688, quefue publicado por Senén Álvarez de la Ribera en Santiago deChile en 1925, página 113. También José Manuel TRELLES YVILLADEMOROS en su Asturias Ilustrada (Madrid, 1760), to-mo II, págs. 233-236.

8. María Dolores Carmen MORALES MUÑIZ, Alonso de Quin-tanilla, págs. 124-126.

9. ARChVa, Registro de Ejecutorias, respectivamente caja151/34 (22 de septiembre de 1500); caja 165/21 (2 de diciem-bre de 1501); y caja 189/1 (22 de marzo de 1504).

10. María Dolores Carmen MORALES MUÑIZ, Alonso deQuintanilla, págs. 123-132.

11. Como consta del proceso judicial en el que se fundan es-tas líneas, Alonso de Quintanilla quiso convertir la capilla ma-yor de la iglesia monasterial en panteón de su familia -efecti-vamente llevó allí a enterrar los restos de sus padres yhermanos-, para lo cual dio cuantiosas rentas a Santa Clara. Yademás pagó en 1460 una cerca de cal e canto de ocho onueve tapias en alto poco más o menos, con la cual se cercótodo el dicho monasterio e la capilla del, e una fuente e otrascosas para refrigerio de las monjas. Y en esa cerca puso susarmas, que allí se conservaron y exhibieron hasta que en 1845las tapias fueron derribadas para ensanchar la población.

12. AGS, RGS, legº 1495-07,1: estantes en Burgos los Reyes,y a petición de Nuño Bernaldo de Quirós, vecino de Oviedo,ordenaron remitir sus pleitos a los alcaldes de Corte y Chanci-llería de Valladolid, y, dando fianzas, que se le devolvieran uncaballo y las otras cosas que se le habían tomado.

13. En la elección de un juez de la Hermandad no debió de sercasualidad que el querellante Quintanilla fuese miembro delpoderoso Consejo de la Santa Hermandad, la policía del reinoestablecida por los Reyes Católicos.

14. Noticias proporcionadas por Juan Uría Ríu.

15. Marqués de LOZOYA, Los orígenes del Imperio. La Espa-ña de Fernando e Isabel (Madrid, 1939), págs. 55-73.

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Hace algunos años, concretamente en julio de2007, se me encomendó la realización de un estudiosobre el llamado Palacio de Frontaura y Victoria, en lamaravillosa villa zamorana de Toro, y muy espe-cialmente de los dos escudos labrados en piedra queadornan el dintel de la fachada principal del edificio, conel fin primordial de poder averiguar los esmaltes que lescorrespondían.

Estas armas, con los datos que se meaportaron según la única fuente de la propia piedraarmera, se describen de la siguiente manera:

Escudo I: En campo sindeterminar, un puente de piedrade tres ojos, sobre ondas deagua, y una torre encima delpuente, sumada de un caballo (?)naciente. Bordura con seis floresde lis.

Escudo II: En campo sindeterminar una cruz de Borgoña,con cuatro flores de lis. Borduracon ocho aspas.

En un primer momentopodía pensarse, y así lomanifestó la parte interesada enesta investigación, que estos dosescudos corresponderían a lasfamilias Frontaura y Victoria,propietarias que había sido delpalacio en cuestión. Sin embargo,y con el propósito fundamental deaveriguar los esmaltes, hiceinicialmente una búsqueda paralocalizar las armas tanto de losFrontaura como de los Victoria, resultando que las queadornan este palacio de Toro no correspondenrealmente a estos linajes.

De los Frontaura solo encontramos, enprincipio, el escudo que describimos de la siguienteforma: En gules, cinco cruces pometeadas, de oro,puestas en aspa. Y en cuanto a los Victoria, loca-lizamos cuatro emblemas, de los cuales ningunocoincide con las armas estudiadas, siendo el másconocido el que se describe a continuación: en gules, ysaliendo de la punta, un brazo de plata, con dos palmasde oro en la mano, anudadas con una corona delmismo metal; en jefe, otra corona de oro. Un segundoescudo sería: En sinople, una casa fuerte de oro. Untercero: En plata, una encina arrancada, de sinople. Y

un cuarto y último: En plata, un roble, de sinople,nurido.

Con estas premisas, consideramos necesariodar un radical giro en la investigación, con el fin deaveriguar quiénes habían sido los propietariosrealmente de esta casa-palacio, y sobre todo saberquién había iniciado su construcción, intentando asídeterminar la pertenencia real de estas interesantesarmerías.

DESCRIPCIÓN DEL PALACIO

Como nos describe Luis VasalloToranzo, en su obra Arquitecturaen Toro(1), el edificio se levantasobre un solar irregular, perosacándole el máximo provechogracias a su sistema regulador,que constaba de un núcleoprincipal formado por unaconstrucción en forma de U, quetendría su entrada desde la zonadel Espolón, y a la que leprecede un pequeño jardín. Estaparte está realizada a partir deun plan bien estudiado,resultando de una gran sencillezy perfección, sobre la base de unrectángulo, en el que en uno desus lados largos se ha dejado unhueco sin construir, con el objetode crear una entrada remetidarespecto a las dos alas laterales,que resguardarán este acceso,dándole esa citada forma de U.

Según nos sigue diciendo Vasallo, con esteplanteamiento se repite un modelo básico en la zona,como es el del palacio de los Marqueses de la Mota, enla Mota, debido a la mano de Rodrigo Gil deHontañón(2).

El palacio tiene también otro acceso por laplaza de la Colegiata, que curiosamente es mucho másrepresentativo que el del Espolón, que queda pordetrás, con salida a esta parte que antes se llamabacalle de las Comedias, lo que justificaría que la hoyportada principal del edificio fuera en realidad la puertatrasera del mismo. Esta entrada por la Colegiata, ysobre cuyo dintel luego hablaremos, según nos diceVasallo daba paso a un espacio trapezoidal,caracterizado por su planteamiento irregular y difícil, lo

DE RE HERÁLDICA

IDENTIFICACIÓN DE LOS ESCUDOS DE ARmASDEL PALACIO DE FRONTAURA Y VICTORIA, EN TORO

por D. Manuel Mª Rodríguez de Maribona y Dávila,de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía

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que desgraciadamente hoy endía no podemos comprobar alhaber desaparecido el interior delpalacio. Este espacio constabade un zaguán, cubierto de unaljarfe de dos órdenes de vigasmuy sencil lo, en donde soloestaban decoradas las ménsulasque sostenían las jácenas; variasestancias que se situaban a loslados de este zaguán; unaestrecha habitación hacia elnorte; la caja de una escalera,situada en el lado sur, y quehabía sido muy modificada a lolargo del tiempo, y finalmente unpequeño e irregular patio traseroque también daba al mismozaguán.

Nos sigue haciendoVasallo la descripción, tratandosobre sus fachadas de aparejosobre un zócalo de piedra, en elque asoman unos huecos bajosque dan luz a la bodega. Susesquinas se levantaron en cantería, del mismo modoque la portada, siendo en cambio el resto de los murosde ladrillo y tapia, que se coronan con un sencillotejaroz de teja y ladrillo que se disponen en diente deperro.

Las ventanas del palacio tienen rejas de hierro,y una de ellas, la que mira a los ábsides de laColegiata, es de barrotes ci l índricos anil lados,destacando por su adorno de coronación compuesto devolutas monstruosas dispuestas a los lados de unbarrote, que se remata por un pequeño candelabro yuna cruz, y en su parte inferior, según nos relatan JoséNavarro y Talegón, y Cuadrado Chapado, en su obraDatos históricos de la ciudad de Toro(3), tuvo hastafinales del siglo XIX un escudo de armas de forja que,lamentablemente, debió de ser arrancado. Por otraparte, los balcones del piso principal del edificio son degran sencillez, y están formados también por barrotescilíndricos anillados, que se convierten en balaustresmuy simples en el centro y las esquinas, estandosustentados cada uno por varios jabalcones avolutados.

La portada principal, frente a la Colegiata, queantes veíamos y que es la que nos interesa, podemoscomprobar que se caracteriza por su gran sencillez, yen ella sobre unas jambas se dispone un importantedintel adornado con molduras y rematado en sus dosextremos con los dos escudos anteriormente citados. Aeste respecto, Vasallo ya nos dice que una de laslabras heráldicas correspondería a los Aponte, por serde este linaje el primer poseedor del palacio, y sobre elque luego trataremos, y en cuanto a la otra la definecomo no identificada.

INVESTIGACIÓN HISTÓRICA

Consultada la bibliografía sobrela villa de Toro, encontramos losdatos que nos conducen a laépoca aproximada en la que seconstruyó la casa-palacio, asícomo a la persona responsablede su encargo, que fue tambiénsu primer propietario: don Pedrode Ponte, canónigo de lacolegiata de Toro, en la segundamitad del siglo XVI. El citado LuisVasallo ya nos dice que elcanónigo, hi jo de Alonso dePonte, y padre de Alonso yAntonio de Ponte, se loencomendó en el año 1574, alcantero Juan de Ares, vecino deValdefinjas, que sería el queabriese los cimientos para lanueva construcción. SegúnVasallo, se haría primero estaparte irregular, y posteriormentela de la forma en U quedescribíamos antes.

El mismo autor, en la obra Casas y Palacios deCastilla y León, dirigida por Jesús Urrea(4), basado enun documento notarial que se encuentra en el Archivode la Real Chancillería de Valladolid(5), nos dice que en1583 el canónigo acuerda el compromiso de casar a suhermano Alonso de Ponte con Beatriz de Mata, criadade la Condesa de Villanueva de Cañedo. Este Alonso,nos sigue diciendo, estaba en Roma, huido después dehaber cometido un delito, y la novia se comprometía aconvencer a la Condesa para que lograse el perdónreal . A su vez el canónigo se obligaba a dar una dotede dos mil ducados y nombrar único heredero de susbienes al matrimonio, así como acogerlos en su casa ymantenerlos toda su vida. Esto, nos dice Vasallo, seríalo que motivó que se ampliase la construcción,acometiendo la parte que antes veíamos que daba alEspolón, obra que encomendó al constructor localDiego Macías. Sin embargo este acuerdo dematrimonio no se consolidó, como luego veremos, y en1596 don Pedro de Ponte se verá obligado a revocaruna donación que su hermano, ya fallecido, nuncahabía aceptado.

Nos aporta también el mismo autor unos muysomeros datos, al decirnos que tras la muerte de Inésde Aponte, el palacio pasó a su hija Juana de Melgar,que contrajo matrimonio con Francisco de Victoria, ycuyos descendientes emparentarían posteriormentecon los Frontaura.

Efectivamente, en el Archivo HistóricoProvincial de Zamora (Protocolos, número 3356),podemos comprobar que se conserva un documentodel 1574, por el cual don Pedro de Ponte encarga alcantero Juan de Ares comenzar los cimientos para unacasa enfrente de la Colegiata.

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Con los datos aportados,buscamos las armas de estelinaje de Ponte o Aponte, yencontramos las siguientes: Encampo de azur, un puente depiedra de tres ojos, sobre un río,y una torre encima del puente,acostado de dos cruces deCalatrava, de gules. Algunosponen sobre la torre un lobo desable.

Esta descripción, conalgunas variantes que luegoanalizaremos, coincide con elEscudo I que adorna el dintel dela portada principal del palacio,en su extremo izquierdo. Poreste motivo sería lógico pensarque el canónigo don Pedro,habiendo puesto el escudo de sulinaje de varonía en uno de loslados del dintel, podría habercolocado el de su linaje maternoen el otro extremo, que será elque denominamos Escudo II.

Esto nos llevó al intento de establecer lagenealogía ascendente de don Pedro de Ponte, con elfin de averiguar el linaje al que pertenecía su madre, ysi las armas de este son las que ubicaría en la portadadel palacio. Sobre este aspecto no hay nada publicado,motivo por el que realizamos una investigación en elArchivo de la Real Chancillería de Valladolid, en elArchivo Histórico Diocesano de Zamora, en el ArchivoHistórico Provincial de Zamora, y en el Archivo HistóricoNacional de Madrid.

En el Archivo Histórico Diocesano de Zamoraintentamos localizar la partida de bautismo del canónigodon Pedro de Ponte en las distintas parroquias de Toroque tenían documentación en la primera parte del sigloXVI (observando que la más antigua comienza en elaño 1530), época en la que tuvo que nacer el citadodon Pedro, y que son las siguientes: Colegiata deSanta María la Mayor, San Julián de los Caballeros,Santo Tomás Cantuariense, San Marcos, San Juan delos Gascos, Santiago de Tajamontes, Santo Sepulcro,San Salvador de los Caballeros, y Santa María laNueva. La documentación conservada del resto deparroquias de la villa comienza ya a finales del siglo XVIo comienzos del XVII.

En ninguna de estas parroquias estudiadas seencontrará la partida de bautismo de don Pedro dePonte, pero será en la parroquia de San Salvadordonde se localicen las de dos de sus hermanos, donAlonso y doña Catalina. El primero, don Alonso, fuebautizado el 26 de febrero de 1536 (tomo I, folio 4º),siendo hijo de don Alonso de Ponte y de doña Isabel deVillanueva. Su hermana Catalina se bautizó el día 27 demayo de 1542 (tomo I, folio 60). Esto nos llevó a pensarque don Pedro sería bautizado en esta misma

parroquia de San Salvador, perodebió de nacer poco antes delaño 1533, en que comienzan arealizarse los registros en loslibros sacramentales, por lo queno se puede encontrar su partidade bautismo.

Por otro documento, quetambién se conserva en elArchivo Diocesano (Archivo de laCatedral de Zamora, SecciónMitra, legajo 956-I), sabemos queel canónigo don Pedro de Pontetuvo un hermano llamado donAlonso, como ya vimos, alrevocar, en el año 1596, unadonación que le había hechoanteriormente.

En el mismo Archivo Diocesanose buscó su expediente deordenación sacerdotal (Expe-dientes de Órdenes Sagradas,Secretaría de la Cámara), desdeel año 1533 al de 1570, en queya don Pedro de Ponte era

canónigo de la Colegiata de Toro. Desgraciadamentegran parte de estos expedientes no se conservan, yentre los que faltan parece que se cuenta el de donPedro.

En el Archivo de la Real Chancil lería deValladolid (Sala de los Hijosdalgo, caja 0120.0015), secustodia el pleito de hidalguía del padre del canónigodon Pedro, que ya he dicho fue Alonso de Ponte yGago, hijo de Pedro de Ponte y Tovar y de doña Isabelde Gago, y nieto de don Pedro de Ponte y de doñaFrancisca de Tovar.

Con toda esta documentación consultada, nosin cierta dificultad podemos certificar que el canónigodon Pedro de Ponte era hijo, por tanto, de Alonso dePonte y Gago y de doña Isabel de Villanueva. Utilizandolos nuevos datos genealógicos encontrados, investi-gamos cuáles podrían ser las armas de los Villanueva,con la idea de descubrir en ellas el Escudo II delpalacio toresano, pero sin éxito, ya que los escudos quepodemos localizar no tienen ninguna similitud con elque nos interesa.

Continuando con la filiación genealógica quehemos podido obtener en la documentación de loscitados archivos, y especialmente con el pleito dehidalguía de la Real Chancil lería de Valladolid,constatamos también que los abuelos paternos de donPedro fueron, como dijimos, Pedro de Ponte y doñaIsabel de Gago. A su vez, este Pedro fue hijo de otroPedro de Ponte, que contrajo matrimonio con doñaFrancisca de Tovar. Por este motivo, circunscribimos lainvestigación al estudio de las armas que utilizaron enCastilla tanto los del linaje de Gago como los del linajede Tovar.

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De esta forma,y continuando el aná-lisis comparativo, po-demos comprobar quehay unas armas de losGago de Castilla, quecoinciden con las queestán labradas en elsegundo escudo deldintel de la portada delpalacio. Sin embargo,por haberse obtenidola información de otrapiedra armera, se-guimos desconociendolos colores del mismo.No obstante, encon-tramos que hay unasantiguas armas de Gago, que se describían de lasiguiente forma, En campo de gules, un aspa de plata,con cuatro nacientes, también de plata.

Es muy probable, por lo tanto, que las armas delos Gago que enlazan con los Ponte, fuesen unavariante de estas últimas, lo que nos podría indicar unapista con respecto a los esmaltes que luciría el escudoque estudiamos, y que luego analizaremos.

El que en la actualidad se conozca a estepalacio con el nombre de Frontaura y Victoria se debe aque posteriormente, y por distintos enlaces, recayó supropiedad en estas familias, como ya nos citabaVasallo. Y así en el siglo XVII, una Ponte, doña Inés,contrajo matrimonio con un Melgar, y a su vez la hija deambos, doña Juana de Melgar y Aponte, se casó condon Francisco de Victoria.

En el Archivo Histórico Provincial de Zamora, secustodia un documento (Protocolos, nº 4378), del año1731, que trata de la partición y división de los bienesque quedaron por muerte de don Francisco de Victoria,y de doña Juana de Melgar, hija esta de doña Inés deAponte. En este documento se menciona el palacio deToro:

Ponese por ynbenttario una casa con su bodegacubas lagar y aparejos en la plaza de la YglesiaMayor de estta Ciud que fue y quedo por fin ymuertte de dª Ynes de Aponte…

Será ya a mediados del siglo XIX cuando, alparecer, los Victoria enlacen con los Frontaura, y así enel Archivo Histórico Nacional de Madrid, hay unexpediente universitario de don Jacobo Frontaura yVictoria (sección de Universidades, Universidad Centralaños 1853-1857).

CONCLUSIONES

Con estos antecedentes, podemos dictaminarcon toda seguridad que las armas que adornan el dintelde la puerta principal de este palacio, son las de Ponteo Aponte, en el Escudo I, y las del linaje de Gago, enel Escudo II, con algunas pequeñas variantes. Y se

describen de lasiguiente manera:

PONTE O APON-TE: En campo deazur, un puente depiedra de tres ojos,sobre ondas deagua de azur yplata, y una torreencima del puente,sumada de un lobode sable naciente.Bordura con seisflores de lis.

Al no espe-cificar los esmaltes dela torre y del puente,estos serían en su

color, pero es también correcto ponerlos en oro. De lamisma forma, al no figurar la bordura en los escudosque hemos visto de Ponte o Aponte, siendo esta unavariante adoptada por la familia del canónigo, nopodemos saber los esmaltes. Sin embargo, y teniendoen cuenta que las flores de lis suelen ser en oro, labordura podría ser en gules, para diferenciarse delcampo del escudo, de azur.

GAGO: Una cruz de Borgoña, con cuatro floresde lis. Bordura con ocho aspas.

Con respecto a este escudo, no hemos podidoaveriguar sus esmaltes, al haberse obtenido lainformación de una piedra armera, pero probablementedebe ser una variante de las armas antiguas de losGago, que son en campo de gules, un aspa de plata,con cuatro nacientes de plata, motivo por el que en lasde Toro, podría ser la cruz de San Andrés también deplata, y las flores de lis de oro, por los motivos antesexpuestos.

Tampoco en las armas que hemos encontradode Gago figura esta bordura con las ocho aspas, por loque sería también una modalidad adoptada por lafamilia del canónigo. Y sus esmaltes podrían ser, enazur con las aspas de plata.

N O T A S1. Luis VASALLO Y TORANZO, Arquitectura en Toro (1500-1650), Zamora, Instituto de Estudios Zamoranos “Florián deOcampo” (CSIC) y Diputación de Zamora, 1994.

2. Jesús María PARRADO DEL OLMO, y Julia ARAGIL,Catálogo monumenal de Valladolid, t.IX (1976). Y AntonioCASASECA CASASECA y Julián ÁLVAREZ VILLAR, RodrigoGil de Hontañón (Rascafría, 1500-1577), Salamanca, 1988.

3. Antonio CUADRADO CHAPADO, Datos históricos de laciudad de Toro, Toro, Estudio tipográfico de Manuel Pelayo,1923, página 33.

4. Jesús URREA (dir.), Casas y Palacios de Castilla y León,Junta de Castilla y León, 2002, pág. 366.

5. Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Protocolos,año 1583, legajo 33, 23-5, folio 254.

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VV.AA., LIBRO DE ARmERÍA DE LAORDEN DE SAN LÁZARO DEJERUSALÉN (GRAN PRIORATO DEESPAÑA). Madrid, Sociedad HeráldicaEspañola, 2011. Edición numerada de 50ejemplares, 150 páginas, con ilustracionesa todo color. Dedicado por sus autores alPríncipe de Asturias, nos l lega elanunciado Libro de Armería de la Ordende San Lázaro en su Gran Priorato deEspaña, verdadera obra magna de laheráldica actual, que ha publicado labenemérita Sociedad Heráldica Española,en edición limitada y numerada, y que sedebe a la iniciativa y admirable trabajo devarios lazaristas de pro: Montells,Escudero, Navarro y Martínez Larrañaga.Se abre este trabajo colectivo con unrecorrido histórico sobre los usos ycostumbres de la Milicia lazarista enmateria heráldica, interesantísimo, tantocomo esclarecedor, que se debe a lapluma de su Juez de Armas, don JoséMaría de Montells, Presidente del RealColegio Heráldico de Georgia, como sesabe gran maestro en la Ciencia Heroica yautoridad donde las haya en estasmaterias. Le sigue un Repertorio deBlasones a todo color que reúne lasarmerías de los caballeros y damaspertenecientes al Gran Priorato que hanrecibido la pertinente sanción de Montellsy están debidamente registradas en suArchivo Armero. Dibujadas por don CarlosNavarro Gazapo, el mejor artista heráldicoeuropeo contemporáneo (junto con elitaliano, Marco Foppoli), las armas quepueden contemplarse en estas páginasconstituyen una muestra valiosísima de laheraldería actual. Y se completa con lareproducción verdaderamente soberbia deun Armorial Ecuestre a la manera delToisón, que ha realizado don FernandoMartínez Larrañaga, sobre las armeríasde los caballeros más sobresalientes delos siglos XX y XXI. Cierran el tratado lasarmerías particulares del Gran Maestre,según la Certificación de Armas expedidapor el Cronista de Armas de Castilla yLeón, Marqués de La Floresta. Toda la

documentación que se ha manejado hacorrido a cargo de don Alfredo Escuderoy Díaz-Madroñero, alma mater delproyecto que, según nuestras noticiascomenzó hace un año. Se trata de unlibro único, cuidado al detalle, magní-f icamente editado, con bellísimasilustraciones que muestran la vigencia dela heráldica en nuestros días, amenazadapor la utilización del logotipo. Un volumenmás para ver que para leer, que depararámuchas sorpresas a quien se acerque asu contenido porque es, en suma,espléndida (VA).

Alfredo Marín Cano, NOS DIERON LAmUERTE. ANÁLISIS HISTÓRICO DELESCUDO mUNICIPAL DE CIEZA. Cieza,2011. Depósito Legal MU-399-2011. 180páginas con numerosas ilustraciones encolor. Prologado por el Marqués de LaFloresta, Nos dieron la muerte trata deheráldica, pero no solamente de herál-dica. Sus objetivos son más ambiciosos.El sistema heráldico europeo constituyelo que con toda propiedad puede deno-minarse un hecho general de civilización,y en su estudio no siempre los heraldistashan dado muestras de un rigor científiconi de un sentido histórico imprescindibles,pues en la mayor parte de los tratadistashallamos una limitación a los aspectosmeramente formales y gráficos de losescudos de armas, sin entrar apenas ensus significantes y en sus significados.No es el caso de esta obra, que acometeuna gran empresa: la de estudiar,analizar y comprender el simbolismo y losfundamentos históricos o imaginarios queyacen bajo las formas del escudo deCieza. Un emblema nacido hacia 1676,pero que se basó en sucesos históricosmuy anteriores (como la aceifa, entrada ocabalgada de las huestes granadinas en1477, que dejó la villa asolada y yerma).Y, a través de ese estudio, de eseanálisis, de ese esfuerzo de comprensióndel pasado local, Alfredo Marín haconstruido una obra mucho más ampliade lo que en su título promete: haconstruido toda una historia abreviada de

la villa de Cieza, a la que en estas páginasaporta muchas noticias novedosas y deinterés. El buen estilo literario de AlfredoMarín hace posible una grata lectura, yesto se agradece en estos tiempos en quepor doquier se maltrata tanto la lenguaespañola. La metodología utilizada esprecisamente la más ade-cuada, comonos muestra la disposición de las partesdel estudio, tanto crono-lógica comotemática. Pero destaca y mucho esteestudio en la parte que delata al excelentehistoriador que ya es Alfredo Marín: laacuciosidad del aparato erudito quesostiene su estudio, compuesto nadamenos que por casi doscientas de notas(en su mayoría extensas y con una grandensidad de contenido, que Marín hadesti lado de la consulta de varioscentenares de obras). Un paradigma de loque debe ser un estudio heráldico (VA).

José Luis Isabel Sánchez, Carlos JavierPuente de Mena y Alfonso de Ceballos-Escalera Gila, CABALLEROS DE LAREAL Y mILITAR ORDEN DE SANFERNANDO (INTENDENCIA, CUER-POSCOmUNES Y CUERPOS DI-SUELTOS).Madrid, Ministerio de Defensa, 2011. ISBN978-84-9781-644-1208 páginas conilustraciones en color y en blanco y negro.Nuevo volumen de los dedicados alestudio y catalogación de las cruces de laReal y Militar Orden de San Fernando,establecida en 1811 y cuyo bicentenariose conmemorará en este mismo año. Trasdos capítulos dedicados a situar a laOrden en el contexto premial español, y aglosar sus origenes y evolución histórica,sigue el elenco de condecorados de losCuerpos de Intendencia, Sanidad,Jurídico, Intervención Militar y otros -másde doscientos-, con sus respectivassemblanzas biográficas dispuestas por suorden alfabético, y de las corbatas ylaureadas colectivas, y se cierra con larelación de las acciones y hechos dearmas en los cuales se ganaron dichascruces. Un buen libro de referencia, degran utilidad para el investigador y elgenealogista (LCE).

REvISTA DE LIBROS

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HIDALGOS, 526 (primavera 2011). Larevista de la Real Asociación de Hidalgosde España, tras un editorial dedicado alestablecimiento de un Padrón de la No-bleza de España y una entrevista a D.Carlos Robles Piquer, incluye los intere-santes artículos de Manuel PARDO DEVERA DÍAZ, La Hidalguía. El econoci-miento de nobleza hoy y la necesidad deun órgano nobiliario oficial; Valentín decÉSPEDES ARÉCHAGA, La condiciónnobiliaria de los académicos de BellasArtes de San Fernando y San Carlos.Nobles Artes y Nobleza; Marqués de CA-SA REAL, El águila heráldica; Marquesade CASA REAL, La Duquesa de Osuna.La Ilsutración en femenino; Atocha deALÓS DUQUE DE ESTRADA, El Condede la Vega del Sella en busca de los orí-genes; Luis LAORDEN JIMÉNEZ, Losprimeros mapas y caminos españoles deAmérica del Norte; José María de FRAN-CISCO OLMOS, ¿Documento histórico ofalsificación? La Sábana Santa; y AsísMANGLANO GAMAZO; Nobleza y toros(ACE).

ATAVIS ET ARmIS, 24 (junio 2011). desu interesante contenidorecomendamoslos artículos de José María de MON-TELLS Y GALÁN, La protección espiri-tual de los Patriarcas Católico-Melquitasde Antioquía y Jerusalén: datos para unaargumentación; Daniel GARCÍA RIOL,Zog I de Albania, rey, musulmán y laza-rista; y Alfonso de CEBALLOS-ESCALE-RA GILA, Marqués de LA FLORESTA,Por la buena memoria de un egregio la-zarista: de la cruz laureada de Franco yde la ignorancia de un malsín (LCE).

FORUm DE ALTA DIRECCIÓN, 18 (junio2011). En este número se incluye el artí-culo de Alfonso de CEBALLOS-ESCALE-RA Y GILA, Marqués de la FLORESTA,El banquete del voto del Faisán (Lille, 17de febrero de 1454), escrito en memoriade su amigo el erudito gastrónomo JoséManuel Escorial Merino, fallecido recien-temente (LCE).

HIDALGUÍA, 345 (marzo-abril 2011). Eneste número aparecen los artículos deLuis VALERO DE BERNABÉ, Marquésde CASA REAL, Instituciones nobiliariasdel Reino de Navarra; Fernando GAR-CÍA-MERCADAL Y GARCÍA-LOYGO-RRI, La Heráldica, un lenguaje fronterizoentre la arqueología y la modernidad(fin); Antonio LUQUE HERNÁNDEZ, LosLeón canarios; y José María de FRAN-CISCO OLMOS, La revolución de 1868 yla elección de un rey para España: loscandidatos y sus problemas (fin) (ACE).

NOBILTÀ, 102-103 (mayo-agosto 2011).El editorial viene dedicado a la historia defamilia en la vida cotidiana. Incluye, entreotros, los artículos de Gianfranco ROC-CULI, Il “giglio” ghibelino; Maurizio Mi-chele CATERINO, Elogio dell’aristocra-zia; Nicola DITTA, Dall’Ordine della Stelladella Soliedarità Italiana all’Ordine dellaStella d’Italia; Alfonso de CEBALLOS-ES-CALERA Y GILA, A propósito de las Ór-denes de Estado nobilitantes en el Reinode España; y Maria Loredana PINOTTI,Ancora sul titolo di altezza eminentissimadel gran maestro dell’Ordine gerosolimi-tano (LCE).

REALES SITIOS, 188 (segundo trimes-tre 2011). De su contenido señalamos,por su interés para historia del ceremo-nial de corte, el artículo de Víctor MÍN-GUEZ y Pablo GONZÁLEZ TORNEL, LaReggia in Trionfo, 1735. La coronaciónde Carlos de Borbón en Palermo y ‘GliSplendori della Magnificenza’ (ACE).

IL mONDO DEL CAVALIERE, 42 (abril-junio 2011). Tras un divertido pero pro-fundo editorial titulado La confusión entrela Nobleza que es o era, y la que pareceque es, en las Órdenes del tiempo pasa-do, incluye los artículos del conde Salva-tore OLIVARI DE LA MONEDA, Alcuneforme di sistemi premiali in uso dal XXsecolo: le decorazioni ecclesiastiche; yNicola DITTA, Le medaglie sportive dellaRepubblica Francese. También es de in-terés la densa carta al director suscritapor Giacomo Cerasomma (ACE).

ESTUDIOS SEGOVIANOS, 109 (2010).Una aportación relevante: al del Dr. Al-fonso de CEBALLOS-ESCALERA GILA,Marqués de LAS FLORESTA, Notas ge-nealógicas de un linaje de arquitectos delRey: los Díaz de Gamones (LCE).

BOLETIm DA SOCIEDADE DE GEO-GRAFIA DE LISBOA (enero-diciembre2010). Orlando da ROCHA PINTO, Al-guns apontamentos inéditos sobre o pin-tor 2º Visconde de Menezes e seus fami-liares (MF).

mEDIEVALISmO, 20 (2010). En este nú-mero de la excelente revista de la Socie-

dad Española de Estudios Medievalesaparecen, entre otros, los trabajos de Ali-cia MIGUÉLEZ CALVO, El poder gestualde la mano en la sociedad medieval, y sureflejo en la iconografía de los siglos delRománico en la Península Ibérica; y Fre-deric APARISI ROMERO y Vicent ROYOPÉREZ, Pequeña nobleza y guerra en elReino de Valencia durante la Baja EdadMedia. Actitudes y comportamientos enel servicio militar (MF).

BOLETÍN DE LA INSTITUCIÓN FER-NÁN GONZÁLEZ, 242 (2011). La revistade la Academia Burgense de Historia yArte incluye en esta su primera entregaanual un extraordinario artículo del ma-estro P. Gonzalo MARTÍNEZ DÍEZ, titula-do Notas sobre la infanzonía en los Rei-nos de Castilla y León (MF).

CRÓNICA mOZÁRABE, 77 (2011). Lapublicación toledana nos trae en este nú-mero los trabajos de Mario ARELLANOGARCÍA, Información de limpieza desangre de una mozárabe para el Colegiode Doncellas Nobles de Nuestra Señorade los Remedios; José Antonio DÁVILAGARCÍA-MIRANDA, Documentos mozá-rabes del siglo XIII, en un litigio de 1347,y también Ilustre Comunidad Mozárabede Toledo; y Eduardo RODRÍGUEZ DEBURJÓN FERNÁNDEZ, La InmaculadaConcepción y la bandera europea (MF).

BOLETÍN DE LA REAL ACADEmIA DELA HISTORIA, 208 (mayo-agosto 2011).Vicente PÉREZ MOREDA, La Junta deDamas y las inclusas españolas; y JuanDURÁN-LORIGA RODRIGÁÑEZ, Losque no estuvieron en Ayacucho: Esparte-ro, Olañeta y Loriga (MF).

COLEGIO DE ARmAS, noviembre 2010.Contiene esta entrega anual la primeraparte de un importante artículo de JoséAntonio CRESPO-FRANCÉS VALERO,Catalanes, los primeros españoles; Cata-luña, constructora de España, de impres-cindible lectura en estos tiempos de turu-lencias (MF):

REvISTA DE REvISTAS

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BALLO DEL 100 E NON PIÙ 100

Como es costumbre ya más que centenaria, elsábado 16 de abril ha tenido lugar en la ciudad piamonte-sa de Casale Monferrato -antigua plaza fuerte española-el tradicional baile de los cien y no otros cien, que desdelos días del Risorgimento reune en la mitad de la Cuares-ma a cien nobles y a noventa y nueve burgueses. Dedi-cado en esta ocasióna festejar los 150 años de la crea-ción del reino de Italia y de la unidad italiana, tuvo lugaren el palacio Gozzani, organizado por el Circolo dei Cen-to e non più Cento, y la International Commision for Or-ders of Chivalry que preside el Dr. Pier Felice degli Uber-ti, Conde de Cavaglià, y bajo el patrocinio de SS.AA.II. yRR. los Archiduques Monika, Walburga y Margarete deAustria; y de SS.AA.RR. Dom Duarte de Braganza, Jefede la Casa Real de Portugal, y su hermano el InfanteDom Henrique de Braganza, Duque de Coimbra. La soi-rée comenzó con los honores militares rendidos por unpiquete de Bersaglieri a S.A.R. el Duque de Coimbra; aS.A.I.y R. el Archiduque Josef Karl de Austria y a su es-posa; a S.A.S. el príncipe Maurizio Ferrante Gonzaga,Marqués del Vodice; a SS.AA.II. los Príncipes del Viet-nam; y a los representantes de la Unión de la Nobleza deRusia, de la Unión de la Nobleza de España, y de la No-bleza de Ucrania. Después de un concierto de fanfarriade la banda militar de los Bersaglieri, que fueron aplaudi-dos a rabiar en sus interpretaciones de marchas militarespatróticas y risorgimentali, siguieron el aperitivo y la ce-na, amenizada por magos, advinas y prestidigitadores.Luego abrió la parte institucional el Achiduque Josef Karl,que recordó la historia del encuentro, siguiéndole en eluso de la palabra el príncipe Gonzaga, el Infante DomHenrique de Portugal, el príncipe Quy Ly Luc Jean delVietnam, el conde Stanislaw Dumin (secretario generalde la Unión de la Nobleza de Rusia), el señor Michel Tei-llard d’Eyry (presidente de la Confédération Internationa-le Généalogie et d’Héraldique), y el Marqués de La Flo-resta (presidente de la Unión de la Nobleza de España).Durante el baile se sirvió, a la una de la madrugada, lasólita spaghettata, y ya a las cinco un chocolate con loskrumiri rosi típicos casalenses. Entre los invitados salu-damos, entre otros muchos, al conde Salvatore Olivari dela Moneda de la Unione della Nobiltà Italiana; al Dr. OlegJarosz, Barón de Kirklistoun y representante de la Noble-

za ucraniana, acompañado de sus sobrinos y familiares;al conde Fabio Cassani Pironti; al príncipe Luigi Boncom-pagni-Ludovisi y a los profesores Marco Canova y MarcoHorak. El buen tiempo acompañó esta jornad, que resultótan grata y memorable como todas las anteriores (LCE).

EL ALCALDE DE SORIARECIBE LAS INSIGNIASDE LOS DOCE LINAJESDE SORIA

Como ya informa-mos en el anterior númerode Cuadernos de Ayala, D.Carlos Martínez Minguez, al-calde de Soria, ha aceptadoel nombramiento de Diputa-do de Honor de la CasaTroncal de los Doce Linajes.Y por eso, una comisión dela Casa Troncal, encabeza-da por su presidente D. Francisco Manuel de las Heras yBorrero, e integrada por los señores D. Manuel Pardo deVera y Díaz, D. José Antonio Martín de Marco, D. Carlosde la Casa Martínez, y D. José B. Boces Diago, acudióen la mañana del 25 de abril de 2011 a la histórica sedede los Doce Linajes, que son hoy las Casas Consitorialesde la Muy Noble y Leal Ciudad de Soria, para entregar ala primera autoridad municipal su nombramiento comoDiputado de Honor e imponerle la banda y placa. En unentrañable acto, el Dr. de las Heras, expresando el sentirunánime de todos los miembros de la Casa, agradeciócomo un alto y distinguido honor la aceptación del Alcal-de, quien por su parte resaltó la importancia y el papel delos Doce Linajes en la historia de la Ciudad, valorandopositivamente la restauración de la Casa Troncal comouna asociación de descendientes de las familias que inte-graron los Doce Linajes, y resaltando su fin de cooperaren la promoción y defensa de los intereses generales deSoria. Acto seguido se procedió a la firma de un Conve-nio de Cooperación entre la Casa Troncal y el Excmo.Ayuntamiento de Soria mediante el que el Archivo Munici-pal de Soria se constituye en la sede oficial de la CasaTroncal de los Doce Linajes de Soria, y depósito de todossus documentos y archivos (JMM).

DE GENTES HONRADAS

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CONFERENCIA DEL PRÍNCIPE OSmAN RIFATIBRAHIm EN EL COLEGIO HERÁLDICO

Con una gran asistencia de un público interesa-do y atento, como no podía ser menos dada la personali-dad del conferenciante, tuvo lugar el 25 de mayo, en elAula Marqués de Ciadoncha del Colegio Heráldico y or-ganizada por la Sociedad Heráldica Española, una confe-rencia del príncipe Osman Rifat Ibrahim sobre la CasaReal de Egipto. El acto se inició con una breve exposi-ción del Dr. D. José María de Montells en nombre de laentidad organizadora y del Instituto Mohamed Alí, dandopaso luego a la presentación del Marqués de Casa Real,como siempre brillante y documentada, sobre las distin-tas vicisitudes de la dinastía egipcia. El príncipe Osmandisertó sobre los avatares y circunstancias de la dinastíanacional egipcia fundada por Mohammed Alí, hasta nues-tros días, destacando la participación española en la cre-ación de un ejército moderno, singularmente, la acade-mia de artillería de El Cairo, fundada por el general D.Antonio de Sequera Carvajal, descendiente de CristóbalColón, alusión que fue comentada también con granaporte de detalles genealógicos por el académico donJosé Antonio Dávila, presente en la sala. El orador des-veló la enemistad británica hacia el Rey Faruk I y la pro-paganda en su contra que fue, a la postre, lo que deter-mino el golpe de los coroneles de Naguib y Nasser, queprecipitó la caída de la monarquía, un régimen que habíapropiciado la convivencia entre musulmanes y coptos y eldesarrollo y modernización de aquella nación africana.Todo un éxito para la benemérita Sociedad Heráldica Es-pañola y la delegación en España del Real Instituto Mo-hamed Alí, que preside nuestro amigo Montells. Ni quédecir tiene que el conferenciante fue largamente aplaudi-do por los asistentes (GTM).

CAPÍTULO DE LA ORDEN DE mALTA

La Asamblea Española de la Soberanay Militar Orden de Malta ha celebradoen la iglesia valenciana del Patriarca uncapítulo con motivo de la fiesta de suPatrono San Juan Bautista, bajo la pre-

sidencia de su actual presidente el Con-de de Orgaz. Durante la solemne misa ofi-

ciada por el Arzobispo de Valencia hicieron la promesa yrecibieron el hábito de la tercera clase D. Juan Domín-guez-Manjón y Rodríguez-Pascual, y D. Salvador de

Lacy y Pérez de los Cobos, como caballeros de honor ydevoción; D. Francisco Giner Grimá, como caballero degracia y devoción; D. Pablo Gil Loyzaga, D. José Francis-co Ballester-Olmos Anguís, D. Manuel Bellver Oliver, D.José María, D. Vicente y D. Borja Boluda y Crespo, comocaballeros de gracia magistral; y D. Pedro Aloy Felany,como donado de devoción. Recibieron el lazo la Marque-sa de San Joaquín y Pastor y Dª Inés de Parias Halcón,como damas de honor y devoción; Dª María Jesús Gon-zález-Barandiarán de Muller y Dª Carmen Mérita y Pé-rez-Olagüe, como damas de gracia y devoción; y Dª Do-lores Vanaclocha Pérez, y Dª Eva Mª Rubio Esteban,como damas de gracia magistral. A la ceremonia religiosasiguió, como es sólito, un almuerzo de hermandad(ACE).

INVESTIDURA DE LA ORDENDEL ÁGUILA DE GEORGIAEN PORTUGAL

El 16 de abril, en el so-berbio marco de la históricaciudad portuguesa de Gui-marâes, tuvo lugar la solemneceremonia de investidura denuevos caballeros de la Ordendel Águila de Georgia y de laTúnica Inconsútil de NuestroSeñor Jesucristo. Como es sa-bido, Guimarâes se halla ínti-mamente unida al nacimiento de la identidad nacionalportuguesa en el siglo XII, y a la figura de su primer mo-narca el Rey Alfonso I Enríquez. El acto fue presididopor S.A.R. David Bagration de Moukhrani, Jefe de la Ca-sa Real de Georgia y Gran Maestre de la Orden del Águi-la. Asistieron S.A.R. el Infante Dom Miguel, Duque de Vi-seu, el Sultán Charif de la Gran Comora, Luc CheikhMohamed Saïd, Jefe de la Casa Real de Comores, y elConde de Rolim y Reigada, Gran Prior de la Real Cofra-día de San Teotonio de Portugal, el mayor Silva Duarte,delegado de S.A.R. en Portugal, y el Obispo Emérito deSao Tomé y Príncipe, entre otros destacados invitados.Seguidamente a la ceremonia de ingreso de nuevos caballeros del Águila de Georgia, tuvo lugar el ingreso decaballeros y damas en la Real Cofradía de San Teotoniosegún estaba previsto. Recordemos que esta noble Co-fradía se halla bajo la protección de la Casa Real de Ge-orgia (GTM).

DE GENTES HONRADAS

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VISITA OFICIAL DE LA GRAN DUQUESA mARÍA DERUSIA A UCRANIA

Durante la última semana de mayo y los primerosdías de junio, Su Alteza Imperial la Gran Duquesa María,Jefa de la Casa Imperial de Rusia, ha realizado una visitaoficial a Ucrania, invitada por el Patriarca de la Iglesia Or-todoxa. Acompañada de un numeroso y lucido séquito, laGran Duquesa llegó desde Moscú a Kiev el 24 de mayo,presidiendo en dicha noche una cena con sus más próxi-mos ucranianos y rusos, a la que se sumaron algunosilustres españoles residentes en la capital ucraniana. En lamañana del 25 de mayo, la Gran Duquesa visitó despacioel inmenso monasterio de Pechersk (Lavra), cuna delCristianismo y de Rusia, y allí fue recibida por todo el Pa-triarcado ortodoxo con gran solemnidad. Tras orar y asistira un oficio religioso, Su Alteza Imperial y los miembros desu séquito recibieron las más importantes condecoracio-nes de la Iglesia Ortodoxa -que como es sabido disciernealgunas Órdenes de gran prestigio en Rusia, en Ucrania yen todo el ámbito de dicha religión, a más de estar oficial-mente reconocidas-. Después se desplazó a la no menosgrandiosa catedral de Santa Sofía, donde, tras orar y visi-tar el templo, que guarda el sepulcro del zar Yaroslav elSabio, Su Alteza Imperial se dignó inaugurar una exposi-ción deidcada a la Familia Imperial, e imponer luego lasinsignias de la Orden Imperial de Santa Ana a varios pre-lados de la Iglesia Ortodoxa, así como a varios de sus fie-les ucranianos. Tras presidir un soberbio almuerzo, y yapor la tarde, la Gran Duquesa asistió a un oficio religiosoen memoria de su difunta madre la Gran Duquesa Leóni-da, que tuvo lugar en el monasterio sede del metropolita-no de Kiev. Concluida la ceremonia, en el patio monaste-

rial desfiló el Cuerpo de Cadetes de Vladimir con sus jefesy oficiales, y un grupo de niñas agasajó a Su Alteza Impe-rial, muy conmovida durante este acto. En la mañana del26 de mayo, la Gran Duquesa presidió la primera misa enla reconstruida iglesia de madera que fue el primer templocristiano de Rusia; y seguidamente se desplazó hasta lasede de la Presidencia de Ucrania en compañía de losmiembros de la Cancillería de su Casa, los condes Sha-katov y Dumin, el español Marqués de La Floresta, dondefue recibida por el presidente Víctor Yanukovych. El presi-dente Yanukovych se mostró extraordinariamente afable,dio a la visita un carácter oficial, e invitó a Su Alteza Impe-rial y acompañantes a visitar la península de Crimea, po-niendo a su disposición su avión y su helicóptero particu-lar, a más de las antiguas villas imperiales, hoypertenecientes al Estado. También invitó a la Gran Duque-sa y a su séquito a cenar en su residencia particular a suregreso de Crimea. Como colofón de la visita, la Gran Du-quesa impuso al presidente Yanukovych las insignias dela gran cruz de la Orden Imperial de San Vladimiro. Lajornada concluyó con un almuerzo tardío en uno de losmejores restaurantes de Kiev, ofrecido por el príncipeMkhytarian, gran cruz de la Orden Imperial de Santa Ana,y diputado de la Rada o parlamento ucraniano. En la mis-ma noche, el avión presidencial trasladó a Su Alteza Im-perial y séquito hasta el aeropuerto militar, desde dondese trasladaron a la antigua residencia imperial de Livadia,en Yalta, desde la cual, en las siguientes jornadas, visita-ron despacio aquella mítica región del veraneo de los Za-res y de su corte. Con ocasión de este fausto viaje se hamandado acuñar y se ha discernido por S.A.I. una bellamedalla conmemorativa (LCE).

DE GENTES HONRADAS

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Es muy poco habitual acudir al cine y encon-trarse una película que sea en sí misma un festival he-ráldico. Me ha pasado a mí en muy contadas ocasio-nes, pero me ha pasado. No es extraño, a mí me gustael cine y voy con frecuencia. Hace ya mucho tiempo,tanto que no recuerdo cuándo, escribí un pequeño en-sayo sobre la Heráldica en el prisionero de Zenda, unapelícula a la que siemprevisito cuando estoy enhoras bajas. Me refiero ala versión de 1952, basa-da en la maravillosa no-vela de Hope, del direc-tor Richard Thorpe yprotagonizada por Ste-wart Granger, en el doblepapel de Rassendyll y elbuen rey Rodolfo, y Ja-mes Mason como el mal-vado Ruperto de Hent-zau. Un clásico del cinede aventuras. Publicadoen la ya desaparecidaRevista Iberoamericanade Heráldica, tuvo uninesperado éxito y haygente que todavía lo re-cuerda con especial viveza.

Ahora, en homenaje a mi admirado y queridísi-mo amigo Alfonso Ceballos-Escalera, vizconde de Aya-la y marqués de la Floresta y Cronista de Armas deCastilla y León, no tengo más remedio que aludir a otrapelícula, que me parece paradigmática, en cuanto aluso de la heráldica se refiere. Se trata de la adaptaciónde la obra La Tragedia de Ricardo III de William Sha-kespeare, realizada en 1995 por el director inglés Ri-chard Loncraine.

No parece que el personaje histórico de Ricar-do III de Inglaterra (2 de octubre de 1452-22 de agostode 1485) tenga algo que ver con el infame protagonistade la obra del bardo de Avon. Ricardo fue rey de Ingla-terra desde 1483 hasta su muerte. Último monarca dela Casa de York, su derrota y muerte en Bosworth supu-so el fin tanto de los Plantagenet como de la Guerra delas Dos Rosas, y el advenimiento de los Tudor. Un se-ñor feudal con sus luces y sombras, pero sin las preten-siones maquiavélicas ni las deformidades del anti-hé-roe teatral. Algunos historiadores lo presentan como unhombre alto y gallardo, enérgico gobernante que reor-ganizó el ejército, favoreció el comercio y ejerció el me-

DE RE HERÁLDICA

H E R Á L D I C A Y C I N E :L A V I G E N C I A D E U N E m B L E m A m E D I E VA L

por el Dr. José María de Montells y Galán,de l’Académie Internationale d’Héraldique

cenazgo de la música y las artes. A él se debe la funda-ción del Colegio de Armas que todavía perdura, ponien-do orden y estética en las armerías del Reino Unido.

La leyenda que lo representa como contrahe-cho, corcovado y tullido de nacimiento es nada más queuna ficción. El texto de Shakespeare está basado en lavisión que presentó Santo Tomás Moro de este monar-

ca, en su “Historia delrey Ricardo III” (1513)que servía unos propósi-tos casi pedagógicos. Sinembargo, la obra ha tras-cendido ya al Ricardo IIIde carne y hueso y nopodemos figurarle si noes como lo describiera elpoeta.

Ya sabemos que tantoen Macbeth como en Ri-cardo III, Shakespearehizo un estudio del malde gran hondura psicoló-gica. Un retrato hiperrea-lista de nosotros mismosen el espejo cóncavo delas pasiones más ocultasy turbias. El protagonista

es un hombre que ha elegido alcanzar el trono por enci-ma de cualquier otra consideración. No reparará enabundar en medios moralmente repugnantes: engaños,traiciones, asesinatos, etc. con tal de agenciarse la me-ta deseada.

Nadie puede sentirse seguro cerca deeste monstruo que pone al servicio de su maldad, unlenguaje enormemente persuasivo. De cuerpo deformey giboso (metáfora de un alma desfigurada por la cruel-dad) resulta difícil resistirse a su engañoso embrujo. Suseducción perversa resulta invencible para cualquiera.

Shakespeare es un autor eminentemente cris-tiano, probablemente un católico encubierto. Sabemosque se sintió mucho más cómodo en el reinado del filo-católico y dubitativo Jacobo I Estuardo que en el de Isa-bel I. Quizá por eso, en el fondo, el maestro nos presen-ta su obra como una diatriba contra la depravación,siguiendo la obra de Tomás Moro.

La iniquidad supone claramente actuar contra laconciencia, ese lugar del alma donde están grabadas afuego las exigencias profundas de la condición humana.Pero Ricardo no tiene conciencia, es hombre avieso ytraicionero que no conoce moral alguna. El drama tiene

El Rey Ricardo III y su familia en el contemporáneo Rous Roll quese conserva en el Colegio de Armas de Londres, de fundación real.De izquierda a derecha: La reina Anna (Neville) y su hijo, el Prínci-

pe Eduardo, acompañados por las distintas cimeras reales

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en nuestros días, una aterradoravigencia. Los ejemplos de vidasparalelas a la de este Ricardo IIIabundan en el tiempo malhada-do que nos ha tocado vivir. Des-de Hitler a Mao, hay, creo yo,dónde escoger.

Por eso, quizá, está pelí-cula de la que hablo, es una muyvaliosa trasposición histórica dela Inglaterra de Ricardo a una In-glaterra de los años 30, vaga-mente nazi, oscura y tenebrosa.La ficción shakesperiana se ve así enriquecida por una cercaníaque nos sobrecoge.

Pero donde adquiere suverdadera dimensión artística esen el universo simbólico que se va desarrollando duran-te todo el film, íntimamente ligado a la figura del Rey,magistralmente interpretado por el actor británico IanMcKellen que encabeza un reparto de quitarse el som-brero (o el cráneo, que diría Valle-Inclán): John Wooden el papel de Eduardo IV, Annette Bening en el de lareina Isabel, Nigel Hawthorne en el del duque de Cla-rence y un sinfín de actores de primera fila.

Muy fiel al texto de Shakespeare, la cinta seabre, después de un breve prólogo bélico, con un baileen palacio por la victoria obtenida por Ricardo de Glou-cester sobre la Casa de Lancaster. Una puesta en esce-na espectacular preludia el mimo con el que el directorha tratado la obra. Es en ese escenario cuando comien-za una acción trepidante que nos mantendrá pendientesde la pantalla durante toda la proyección. Ricardo, degeneral victorioso, pronuncia la frase famosa:

Ahora, el invierno de nuestro descontento se hatransformado en glorioso verano bajo este sol deYork…

Es la primera alusión heráldica a la guerra civilentre las casas de York y Lancaster. El sol era una divi-sa de la casa de York y alude a su hermano Eduardo IVque tenía por divisa un sol naciente y pintaba la rosablanca de York sobre un sol en esplendor. Es tambiénuna ironía que lamenta el contraste entre su supuestadeformidad y la felicidad del reino. Luego la películatranscurre por los vericuetos e intrigas de Ricardo parallegar al poder, en una huida hacia adelante, plagadade crímenes abyectos e infames astucias, dignas delmás depravado de los asesinos.

Con su ascenso hacia al trono de Inglaterra,luego de proclamarse Lord Protector, somos especta-dores de la aparición de un emblema que se va hacien-do omnipresente hasta la investidura de Ricardo comorey, en una magnífica secuencia que recuerda la estéti-ca de las reuniones nazis y es toda una apoteosis deestandartes rojos con la señal heráldica de la cabezadel jabalí, convertido ya en símbolo real.

El film se deleita en la exhibi-ción del puerco salvaje. Está enlos uniformes, en las banderas,en los palacios, en todo lo que lacámara refleja, refrendando go-zoso su victoria final sobre todoslos que se interponían entre laambición de Ricardo y el poder.

En el texto clásico, el monarcaes asociado al jabalí. Histórica-mente, Gloucester adoptó comodivisa un jabalí blanco y un lemapropio Loyaulte me lie (La leal-tad me obliga), que luego incor-poraría a la heráldica del reinocomo soporte de sus armas.Shakespeare jugó para el dramacon la apariencia gibosa del pro-

tagonista y la figura de la bestia. En la película, lordStanley tiene una pesadilla que recrea la escena de labienvenida en la estación de Londres al Príncipe deGales, en la que el rostro de Ricardo se transforma enel de un jabalí, con grandes dosis de verosimilitud. Losprodigios del maquillaje en el cine de nuestros días yeso que en 1995, todavía no se había experimentadocon los trucos digitales, a los que la gran pantalla deahora nos tiene tan habituados.

Ya se sabe que el jabalí es un cerdo salvajeque cuando está herido, se transforma en un animal fie-ro y peligroso. Tiene el cuerpo macizo con cabeza trian-gular dilatada en un hocico en forma de pequeña trom-pa. Sus colmillos son prominentes y característicos. Sele considera antecesor del cerdo doméstico.

No erró el rey en adoptarlo como divisa. El ja-balí es alusión de la fuerza, del valor y del coraje extre-mo. La acometividad en estado puro. Un fuerza desbo-cada y brutal que está también en la propia naturalezahumana. Procede del mundo mitológico celta. José Ma-ría Castroviejo ha señalado muy bien la antigüedad le-gendaria del animal:

“El Señor jabalí tiene su puesto en la Historia yno pequeño… El feroz puerco, perseguido hasta la hon-dura de su cubil, era un adversario que los dioses mis-mos no desdeñaban el atacar. Artemisa, la virginal. Loseguía con su aljaba, tenaz e incansable, hasta lo pro-fundo de las selvas de la Argólida, en veloz carro,acompañada de ladradora jauría y entre un tropel deninfas galopantes. Y ¿no fue por culpa de un jabalí, pri-mero herido por la diestra Atalante, por lo que el heroi-co Meleagro, que le da al fin muerte, enloquece y pier-de a su vez la vida? Homero en la Odisea (XIX) nosdeja un memorable retrato del jabalí que hirió a Ulises.El jabalí era presa noble y los emperadores…de Roma,tras las influencias de la Galia, de España, de Grecia,del Oriente Helenístico y de África, se alababan de sucaza. Adriano, Marco Aurelio –cuya fuerza ante el jabalídestaca Dion Casio- y Caracalla, entre otros, se vana-gloriaban de afrontarlo. Marcial nos dejará inmortaliza-

El jabalí blanco, divisa de Ricardo III, pendientedel collar que identificaba a los altos dignatarios

de la Casa de York, en la tumba de Sir RalphFitzherbert (muerto en 1483)

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do en hermoso latín, elepitafio de la valiente pe-rra Lydia sucumbiendo alcolmillo de un jabalí: Ful-mineo, spumantis sumdente perempta Quantuserat, Calydon, aut, Ery-manthe, tuus»(1)

En nuestra Gali-cia, el jabalí fue emblemade la casa de Andrade,como puede observarseen el sepulcro de FernánPérez de Andrade en laIglesia de San Franciscode los Cavaleiros de Be-tanzos, aunque Luis Va-lero de Bernabé, directordel Colegio Heráldico deEspaña y de las Indias,profundo conocedor de la emblemática hispana, noconsidera al jabalí muy presente en la heráldica espa-ñola, tan sólo un 2% del total de animales salvajes(2).Generalmente, en nuestro país se pinta de perfil, pa-sante, con un solo ojo y oreja, esmaltado de sable, ex-cepto los colmillos que son de plata.

La Historia narra que el 22 de agosto de 1485,el jabalí blanco se enfrentó con las fuerzas lancasteria-nas de Enrique Tudor en la batalla de Bosworth. Lasfuerzas de Ricardo han sido estimadas por tratadistassolventes en 8000 hombres y las de Tudor en unos5000, pero no se puede conocer la cifra exacta. Duran-te la batalla, Ricardo fue traicionado por Stanley (aquién había hecho conde de Derby en octubre), WilliamStanley y Henry Percy, IV duque de Northumberland.

El cambio de bando de los Stanley debilitó se-riamente la fortaleza del ejército de Ricardo, teniendoun efecto determinante en el resultado de la batalla.También la muerte de John Howard, duque de Norfolk,su compañero fiel, parece haber tenido un efecto des-moralizador en Ricardo y sus hombres. El film retrata aStanley como jefe de la Aviación que, al fin y a la pos-tre, resulta decisiva para derrotar al ejército del rey.

Las crónicas refieren que Ricardo luchó conbravura y habilidad durante la batalla, descabalgando aJohn Cheney, un famoso campeón de justas y matandoal portaestandarte de Enrique, William Brandon y prácti-camente llegando hasta el propio Enrique Tudor, pero fi-nalmente se vio rodeado y asesinado.

La tradición dice que sus últimas palabras fue-ron “traición, traición, traición, traición, traición“. En elfilm, siguiendo fielmente a Shakespeare, el rey grita:¡¡¡Un caballo, mi reino por un caballo!!! El final, apoca-líptico es, para mi gusto, lo menos feliz de la cinta.

Pero lo que me interesa destacar aquí no esque la película sea de las que hay que ver indefectible-mente, porque constituye una magnífica adaptación alcine de la obra de Shakespeare y cuenta además con

el valor añadido de unosactores que bordan supapel, sino la validezcontemporánea de unemblema medieval quecolma toda la acción y nodesentona lo más míni-mo, antes al contrario, laimpulsa y enmarca.

En algún momento, to-dos hemos compartidoeso de que la heráldicano sirve para nada y quees un lenguaje periclitadoque no puede expresarlas ideas del mundo mo-derno. Pero, a la vista deobras como Ricardo III,uno no está tan de acuer-do. En el puerco salvaje

del monarca, su divisa heráldica, hay toda una cargaideológica y metafórica que difícilmente pueden repre-sentar los logotipos actuales. Es, supongo, expresiónmuy precisa y definida de lo atávico. Vemos un jabalí yal momento, lo identificamos con la fiereza y la bravura,dos conceptos que no conciernen a lo que comúnmenteentendemos por moderno. Un mundo, el de hoy, tole-rante y falsamente bondadoso que no precisa de la fie-reza… ¿o sí?

Pienso que la heráldica es la fórmula plásticamás depurada de la policromía medieval. Responde ala necesidad de que los jinetes, fuesen debidamenteidentificados en las justas caballerescas y en las bata-llas. Así surge una nueva disciplina, regida por riguro-sas reglas que harán del blasón, a través de la impre-sión visual, una alegoría de las cualidades o lasdesdichas humanas, transmisible de padres a hijos eidentificadora de los linajes. Los reyes de armas o he-raldos, en su función de árbitros del honor militar, iránpoco a poco proporcionando contenido a la Ciencia He-roica que conforma, junto a los tratados de nobiliaria, lateoría de la Caballería.

Lo que se niega hoy es la vitalidad de la heráldi-ca. Con inusitada frecuencia se dice que ha muerto,que vacía de su utilidad primigenia, ha dejado paso aotras formas de tipificación gráfica. Creo que deben verla película Ricardo III, en esta versión ambientada enlos años 30 del pasado siglo y comprobarán, sin duda,lo poco acertados que están los defensores del diseñográfico como manifestación cabal de la modernidad.Tengo para mí que se equivocan. Una vez más.

N O T A S

1. José María CASTROVIEJO y Álvaro CUNQUEIRO, Viaje porlos montes y chimeneas de Galicia (Madrid, Espasa Calpe, Co-lección Austral, 1986), pág.128

2. Luis VALERO DE BERNABÉ, Simbología y diseño en la he-ráldica gentilicia galaica (Madrid, Hidalguía, 2003).

Armas completas del Rey Ricardo III, en un óleo moderno

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Impreso en Malpe S.A., calle Calidad 34, Polígono Industrial de losOlvos, 28906 Getafe (Madrid)

En este número:

[2] Editorial: XX aniversario del Cronista de Ar-

mas de Castilla y León

[5-7] Novedades, cursos y encuentros culturales

[7-11] Mercedes de armas nuevas: la interven-

ción de los reyes de armas en los días del

Emperador Carlos, por el Dr. Marqués de la

Floresta

[12-18] Una injuria heráldica cometida en Oviedo

en la octava de la Pascua Florida de 1495,

por el Dr. Marqués de la Floresta

[19-22] Identificación de los escudos de armas del

palacio de Frontaura y Victoria, en Toro, por

D. Manuel Mª Rodríguez de Maribona Dávila

[23] Revista de libros

[24] Revista de revistas

[25-27] De gentes honestas

[28-30] Heráldica y Cine, por el Dr. D. José María

de Montells y Galán

[32] Versos de historia y tiempo: Desciende de la

Heráldica, por Guillermo Albuja Bravo

[32] Humor: Armas bufas de Amadeo I

VERSOS DE HISTORIA Y TIEmPO

Desciende de la Heráldica(soneto en versos alejandrinos)

Se eleva, majestuoso, el águila en su vuelo,soporta el duro invierno con recia envergadura,contempla los follajes y escoge en la espesuralos palos y las ramas. ¡Su nido junto al cielo!

Se nutre de animales por aire o en el suelo,reparte a sus polluelos la carne que captura.Es símbolo de Júpiter o Zeus ¡Noble figura!

emblema del Imperio Romano en fiel modelo,

también Americano, de México, de Francia,de Iglesias y monarcas, de Reyes. ¡Gente rancia!Desciende de la heráldica, cansado y con fastidio

del hombre miserable…barbarie y genocidio,sus drogas, delincuencia, la trata de personas.

¡Devora la serpiente... por hambre... no perdonas!

Guillermo Albuja Bravo

Armas bufas del Rey Amadeo I